viajeros, en esencia
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La venganza del pajarete. Columna de opinión en Mesa&Negocios #45 - Diciembre de 2011TRANSCRIPT
Nº45
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BRE
2011
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.P.1
,80
EURO
S
POR NACHO RODRÍGUEZ
El hombre se hizo sedentario mile-nios después, por lo que la tras-humancia es una característicaque viene grabada en nuestrocódigo. Incluso ahora, que somoscada vez más y más sedentarios,pobres animales alienados porhipotecas y dispositivos móviles,romper con la rutina y cambiar deaires sigue siendo una necesidad.Conozco muchos tipos de viaje-ros. Tengo amigos muy aventu-reros, capaces de perderse encualquier parte del mundo, deinvolucrarse y confundirse con lapoblación local, y amigos que vande viaje para acabar haciendo lasmismas cosas que hacen en suscasas. Mi padre, por ejemplo, eracapitán de la marina mercante,por lo que el viaje, en cierto modo,formaba pare de su vida. Viajeroprofesional, la vida del marino noes fácil, precisamente porque aun-que el gen caminante lo tenemoscodificado, le hemos cogido elgustillo a llegar a casa, poner lacalefacción y tirarnos en el sofá.Si, es cierto, puede que la eternacontradicción sea otro de nues-tros rasgos de marca.Vuelvo a mi padre. En su condi-
ción de marino, de viejo y sabiolobo de mar, siempre decía quecuando llegaba a puerto, le gus-taba visitar el cementerio y el mer-cado local. “Para aprehender laesencia de un pueblo - decía - elcementerio refleja su concepto dela muerte y el mercado el de lavida”. Él ha sido siempre un hom-bre inquieto y andaba de paso pormuchas ciudades, por lo quesupongo que almacenó en su dis-co duro muchos túmulos y otrastantas pescaderías. El caso es queestas cosas me parecían un pocoraras de pequeño. O sea, quiénva a querer ir a un cementerio sino tiene a nadie a quién presen-tar sus respetos o a un mercadosi no tiene qué comprar, pero aho-ra, cuando viajo, siempre acabo
yendo a un sitio y a otro.He de reconocer que sigo disfru-tando mucho más paseando entrelos vivos colores y frescos oloresa frutas, verduras, quesos, carnes,pescados y mariscos de las plazasde abastos que del espeso silen-cio, el frío musgo y las flores secasde los camposantos, probable-mente porque entiendo que enmi condición humana tambiénhay un apego más profundo a laexistencia que al deceso, pero elcaso es que ya forma parte de mimanera de perderme por otrasciudades, de mi manera de inten-tar comprender de qué pie coje-an mis congéneres de otros lares.Debe ser que copiar las maníasdel progenitor también forma par-te de nuestra esencia.la
veng
anza
del
Pajare
te
Viajar, explorar, ir másallá, conocer otros sitios,otras gentes y otras cul-turas es algo que forma
parte del ADN del serhumanohumano desde
que nos bajamos de losárboles y comenzamos a
caminar erguidos.
Twitter: @nrockdriguez
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MESA Y NEGOCIOS • Diciembre 2011
Viajeros, en esencia