vía crucis en roma. francisco-reconectando el cielo y la tierra

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Carlos Rodrigo Zapata C. Vía Crucis en Roma, abril 2014. FRANCISCO: RECONECTANDO EL CIELO Y LA TIERRA 1 Vía Crucis en Roma, abril 2014 Francisco: Reconectando el Cielo y la Tierra La Evangelii Gaudium se ha convertido, para mí, en una palabra lucidísima, que nos ayuda precisamente a leer hasta el fondo los dramas de hoy. Pero dentro del rostro luminoso y misericordioso sobre todo de Jesús. Porque como dice Francisco al inicio: "Sin Jesús nosotros no tendríamos ni luz, pero con Él venceremos los miedos, las tinieblas, el vacío y el aislamiento”. Mons. Giancarlo María Bregantini, autor de los textos del Vía Crucis 2014 Por: Carlos Rodrigo Zapata C. (*) En ocasión de conmemorarse el Vía Crucis de 2014, la Iglesia Católica organizó una ceremonia con un profundo contenido social, mostrando el sufrimiento de Jesús como expresión profunda de nuestro sufrimiento y el sufrimiento de los seres humanos como viva imagen del sufrimiento de Jesús. Para ello, la ceremonia se ha abocado a conectar todas y cada una de las Estaciones del Calvario que atravesó Jesús con los sufrimientos y laceraciones

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En ocasión de conmemorarse el Vía Crucis de 2014, la Iglesia Católica organizó una ceremonia con un profundo contenido social, mostrando el sufrimiento de Jesús como expresión profunda de nuestro sufrimiento y el sufrimiento de los seres humanos como viva imagen del sufrimiento de Jesús.

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    Carlos Rodrigo Zapata C. Va Crucis en Roma, abril 2014. FRANCISCO: RECONECTANDO EL CIELO Y LA TIERRA 1

    Va Crucis en Roma, abril 2014

    Francisco: Reconectando el Cielo y la Tierra

    La Evangelii Gaudium se ha convertido, para m, en una palabra lucidsima, que nos ayuda

    precisamente a leer hasta el fondo los dramas de hoy. Pero dentro del rostro luminoso y

    misericordioso sobre todo de Jess. Porque como dice Francisco al inicio: "Sin Jess nosotros no tendramos ni luz, pero con l venceremos los miedos, las tinieblas, el vaco y el aislamiento.

    Mons. Giancarlo Mara Bregantini, autor de los textos del Va Crucis 2014

    Por: Carlos Rodrigo Zapata C. (*)

    En ocasin de conmemorarse el Va Crucis de 2014, la Iglesia Catlica

    organiz una ceremonia con un profundo contenido social, mostrando el

    sufrimiento de Jess como expresin profunda de nuestro sufrimiento y el sufrimiento de los seres humanos como viva imagen del sufrimiento de Jess.

    Para ello, la ceremonia se ha abocado a conectar todas y cada una de las

    Estaciones del Calvario que atraves Jess con los sufrimientos y laceraciones

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    Carlos Rodrigo Zapata C. Va Crucis en Roma, abril 2014. FRANCISCO: RECONECTANDO EL CIELO Y LA TIERRA 2

    que castigan al ser humano en el mundo de hoy. El impacto de esa

    presentacin ha calado hondo, pues nos ha permitido reconocer la figura de

    Jess de forma mucho ms cercana a la que usualmente se consideraba en el pasado.

    Este artculo procura reflexionar sobre esta nueva mirada de la Iglesia

    Catlica, efectuar un repaso a la ceremonia realizada en el Coliseo Romano,

    detenindonos un tanto en las meditaciones presentadas en cada Estacin, as

    como en su conexin con los sufrimientos humanos. Tambin se presentan

    referencias a los artfices de esta ceremonia y una valoracin general sobre su

    pertinencia y posible impacto en feligreses y no feligreses.

    La ceremonia del Va Crucis bajo el lema: El

    Rostro de Cristo, el Rostro del Hombre

    El Papa Francisco solicit a Mons. Giancarlo Maria Bregantini, Arzobispo de

    Campobasso-Boiano, al sur de Italia, que elabore las meditaciones que se

    leyeron en cada una de las 14 Estaciones, bajo el lema: El Rostro de Cristo,

    el Rostro del Hombre. Como l mismo ha sealado, se inspir en religiosos

    que en el pasado haban propuesto un acercamiento similar entre Jess y los

    seres humanos, as como en el Evangelii Gaudium (La alegra del

    evangelio), la primera Exhortacin Apostlica de Francisco. Por cierto que

    tambin las propias experiencias de Mons. Bregantini han debido incidir en su

    trabajo, quien en su juventud fue obrero y ha mantenido una constante

    confrontacin con la mafia italiana, en particular con la napolitana, por el

    manejo criminal que sta ha efectuado de desechos radioactivos.

    A continuacin, pasaremos revista a las meditaciones ledas en la ceremonia

    del Va Crucis, celebrada en el Coliseo Romano el 18 de abril de 2014,

    destacando las conexiones que en cada Estacin se han establecido con

    determinados grupos humanos a los que se han dirigido las mismas.

    [I] El Va Crucis en el Coliseo Romano empez inadvertidamente, como si se tratara del mismo ritual de siempre, ya milenariamente celebrado, sin

    esperar ningn cambio. En efecto, la impresin pareca confirmarse cuando en la Primera Estacin empez leyndose un versculo de Lucas:

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    Carlos Rodrigo Zapata C. Va Crucis en Roma, abril 2014. FRANCISCO: RECONECTANDO EL CIELO Y LA TIERRA 3

    Pilato volvi a dirigirles la palabra con intencin de soltar a Jess. Pero ellos

    seguan gritando: Crucifcalo, crucifcalo!. Por tercera vez les dijo: Pues, qu mal ha hecho este? No he encontrado en l ninguna culpa que merezca la muerte. As

    es que le dar un escarmiento y lo soltar. Pero ellos se le echaban encima, pidiendo a gritos que lo crucificara; e iba creciendo su gritero. Pilato entonces

    sentenci que se realizara lo que pedan: solt al que le reclamaban (al que haba

    metido en la crcel por revuelta y homicidio), y a Jess se lo entreg a su voluntad (Lc 23,20-25).

    Pero acto seguido, empez una reflexin: Un Pilato atemorizado que no busca la verdad, el dedo acusador y el creciente clamor de la multitud, son

    los primeros pasos de la muerte de Jess. Ese Jess, que ha pasado entre nosotros curando y bendiciendo, es condenado ahora a la pena capital. . La condena apresurada de Jess acoge as las acusaciones fciles, los juicios

    superficiales entre la gente, las insinuaciones y prejuicios, que cierran el

    corazn y se convierten en cultura racista, de exclusin y descarte, con

    cartas annimas y horribles calumnias. Y nosotros? Sabremos tener una conciencia recta y responsable, transparente, que nunca d la espalda al

    inocente, sino que luche con valor en favor de los dbiles, resistindose a la

    injusticia y defendiendo por doquier la verdad ultrajada? En la Oracin que sigue se dice:

    Seor Jess,

    hay manos que amparan y hay manos que firman sentencias injustas.

    Haz que, ayudados por tu gracia, no descartemos a nadie.

    Defindenos de la calumnia y la mentira.

    Aydanos a buscar siempre la verdad,

    y a estar siempre de parte de los dbiles.

    Y concede tu luz a quien, por misin, debe juzgar en el tribunal, para que emita siempre sentencias justas y verdaderas. Amn.

    Cundo, en tan sagrada conmemoracin del Va Crucis de Jess, se haba

    presentado esas conclusiones, se haba interpelado al ser humano tan

    descarnadamente, se haba sealado a Pilato tan solo como uno de los

    primeros pasos de la muerte de Jess? Me sent sobrecogido por ese valor,

    por esa vibrante muestra de hallarme en presencia de algo que trasciende

    nuestro da a da mundano, ante algo que se ha propuesto abrirnos los ojos,

    la mente, el corazn. Pero sigamos.

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    [II] A medida que avanzaba la procesin, fue percibindose un cambio inusual: en cada Estacin se lea un texto dedicado a las vctimas de alguna de

    las atrocidades que acaecen hoy en da a los seres humanos, a los seres vivos,

    al planeta. As en la Segunda Estacin, aquella en la que Jess est

    soportando la pesadez de la cruz, escuchamos: Esta es la pesada cruz del mundo del trabajo, la injusticia en la espalda de los trabajadores. Jess la

    carga sobre sus hombros y nos ensea a no vivir ms en la injusticia, sino a

    ser capaces, con su ayuda, de crear puentes de solidaridad y esperanza, para no ser ovejas errantes ni extraviadas en esta crisis.

    Volvamos, pues, a Cristo, pastor y guardin de nuestras almas. Luchemos juntos por el trabajo en reciprocidad, superando el miedo y el aislamiento,

    recuperando la estima por la poltica y tratando de solventar juntos los problemas.

    De pronto sentimos que empieza a destilarse una nueva forma de comunin

    entre nuestras urgencias y emergencias terrenales y nuestra fe en Jess,

    como si de pronto empezaran a aliarse, a formar parte de un mismo equipo,

    dispuestos a ayudarse mutuamente. En esta Estacin se presenta la siguiente

    Oracin:

    Seor Jess, cada vez se hace ms densa nuestra noche.

    La pobreza se torna miseria.

    No tenemos pan para los hijos y nuestras redes estn vacas.

    Nuestro futuro es incierto. Vela por el trabajo que falta.

    Despierta en nosotros el celo por la justicia,

    para que no arrastremos la vida, sino que la llevemos con dignidad. Amn.

    Si, llevar la vida con dignidad, ese mensaje hace mucho que se escuchaba,

    como si fuera una vieja reminiscencia de buenos consejos de antao, pero de

    pronto est ah, de retorno, como un consejo sabio, nuevo, que nunca debi descuidarse.

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    En cada Estacin cambia el grupo de personas encargadas de llevar la cruz,

    siendo cada vez reemplazadas por representantes de aquellos grupos que

    estn sufriendo directamente los embates de las calamidades y tragedias que

    se destacan en cada una de las Estaciones. A medida que avanza la procesin

    no slo se va tomando ms atencin a los textos ledos y las oraciones

    pronunciadas, sino que se va ahondando el respeto a los participantes y se va

    sintiendo una inmensa satisfaccin al percibir que la iglesia toma en cuenta los

    sufrimientos actuales, a la par que se va comprendiendo ms y ms el

    sacrificio de Jess, que dio su vida para que pudiramos reconocer nuestras

    debilidades e insuficiencias, y reconocer en l, en su entrega, en su sacrificio, la oportunidad de redimirnos, de comprender la ruindad de nuestros actos.

    [III] La siguiente Estacin es dura, pues nos recuerda una de las cadas de Jess. El texto resuena en medio de todos los feligreses que acompaan el

    Va Crucis: Es un Jess frgil, muy humano, el que contemplamos con asombro en esta Estacin de gran dolor. Pero es precisamente esta cada en

    tierra lo que revela an ms su inmenso amor. Est acorralado por el gento,

    aturdido por los gritos de los soldados, cubierto por las llagas de la

    flagelacin. Pero en esta cada, en este ceder al peso y la fatiga, Jess vuelve a ser una vez ms maestro de vida. Nos ensea a aceptar nuestras

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    fragilidades, a no desanimarnos por nuestros fallos, a reconocer con lealtad

    nuestras limitaciones. Con esta fuerza interior que viene del Padre, Jess tambin nos ayuda a aceptar las debilidades de los dems; a no indignarnos

    con quien ha cado, a no ser indiferentes con quien cae. Y nos da la fuerza

    para no cerrar la puerta a quien llama a nuestra casa pidiendo asilo, dignidad

    y patria. Conscientes de nuestra fragilidad, acogeremos entre nosotros la

    fragilidad de los inmigrantes, para que encuentren seguridad y esperanza. En la Oracin se dice:

    Seor Jess,

    Arranca de nuestro corazn toda raz de miedo y cmoda indiferencia,

    que nos impide reconocerte en los inmigrantes,

    para dar testimonio de que tu Iglesia no tiene fronteras, sino que es verdadera madre de todos. Amn.

    En tiempos en los que ya falta imaginacin para levantar murallas ms altas,

    para preservar espacios privilegiados de vida y mantener divisiones y

    segmentaciones de todo orden entre los seres humanos, esta invocacin

    dirigida reconocer a Jess en los inmigrantes es sin duda, otra manifestacin

    de ese nueva alianza que Francisco procura tejer entre Jess y los seres humanos.

    [IV] La Cuarta Estacin, en la que Jess se encuentra con su madre, est dedicada a los nios soldados, a todos esos seres que ni han descubierto la

    vida y ya estn siendo inducidos a matar a otros seres humanos. En el texto

    ledo se dice: Este encuentro de Jess con Mara, su madre, est cargado de emocin, de lgrimas amargas. En l se expresa la fuerza invencible del amor

    materno, que supera todo obstculo y sabe abrir caminos. Ella recoge las lgrimas de todas las madres por sus hijos lejanos, por los jvenes

    condenados a muerte, asesinados o enviados a la guerra, especialmente por

    los nios soldados. En ellas escuchamos el lamento desgarrador de las

    madres por sus hijos, moribundos a causa de tumores producidos por la quema de residuos txicos.

    Otra vez es Jess y su entorno divino los que encontramos en medio de las

    anchas avenidas del sufrimiento humano, como si se tratara de seres que ya

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    han sufrido tanto que son capaces de darnos encuentro justo en medio de

    nuestros sufrimientos para compartir nuestras penas y dolores, curar

    nuestras heridas. La referencia a los residuos txicos recuerda una denuncia

    abierta contra la mafia napolitana que no ha encontrado mejor medio que

    sepultar desechos radioactivos con tal de ganar inmensas fortunas.

    [V] En la Quinta Estacin Jess tiene ayuda por unos instantes, pues Simn de Cirene lo ayuda a llevar la cruz. El texto ledo nos recuerda la importancia

    de la entrega: En esto radica la verdadera cura de nuestro egosmo, siempre al acecho. La relacin con el otro nos rehabilita y crea una hermandad mstica, contemplativa, que sabe mirar la grandeza sagrada del prjimo.

    La indiferencia, la incapacidad de compartir con los dems, de salir por los

    fueros de sus derechos, el temor, el miedo, son motivo de esta meditacin,

    indispensable para crear un cuerpo nico comn entre los seres humanos,

    que ponga en el centro su dignidad y su propia esencia divina.

    [VI] En la Sexta Estacin viene al encuentro de Jess la ternura femenina. Vernica se le acerca para enjugar su rostro empapado de sangre. El texto

    ledo seala: De los ojos del Maestro manan lgrimas silenciosas. Lleva el peso del abandono. Sin embargo, Jess avanza, no se detiene, no vuelve atrs.

    Afronta la opresin. Est turbado por la crueldad, pero l sabe que su

    muerte no ser en vano. Y ms adelante prosigue: El Seor encarna aqu nuestra necesidad de gratuidad amorosa, de sentirnos amados y protegidos por gestos de solicitud y de cuidados. La Oracin que sigue destaca:

    Seor Jess,

    qu amarga la indiferencia de quien creamos a nuestro lado en los momentos de desolacin!

    [VII] En la Sptima Estacin Jess cae por segunda vez. En el texto se dice: Y as, Jess, llevado a empellones, se desploma por la fatiga y la opresin, rodeado, circundado por la violencia, ya sin fuerzas. Cada vez ms

    solo, cada vez ms en la oscuridad. Lacerado en la carne, con los huesos

    magullados. Luego contina: En l reconocemos la amarga experiencia de

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    los detenidos en prisin, con todas sus contradicciones inhumanas. Rodeados

    y cercados, empujados para derribarlos. A la crcel se la mantiene an hoy

    demasiado lejana, olvidada, rechazada por la sociedad civil. Hay absurdos de

    la burocracia, lentitud de la justicia.

    Pero ms grave es la tortura, por desgracia muy practicada en varias partes de la tierra de muchos modos. Como lo fue para Jess, tambin l golpeado,

    humillado por la soldadesca, torturado con la corona de espinas, azotado con

    crueldad. Ante esta cada, cmo nos percatamos de la verdad de aquellas

    palabras de Jess: Estuve en la crcel y no me visitasteis (Mt 25,36). En

    toda crcel, junto a cada torturado, siempre est l, el Cristo que sufre, encarcelado y torturado.

    Este es uno de los mensajes en que ms intima y profundamente puede

    percibirse esa comunin de designios, de sufrimientos, de atropellos entre

    Jess y los seres humanos. Destacarlo y ponerlo en directa relacin con las

    afrentas, los espantos que hoy en da sufren los seres humanos en el mundo,

    era indispensable. Y decimos los seres humanos, pues as como Jess sufri

    por nosotros, no nos puede caber duda alguna que quienes hoy sufren en las

    crceles y bajo la tortura, lo hacen de muchas formas en nuestro nombre y muchas veces por nuestra causa.

    [VIII] En la Octava Estacin del Va Crucis, Jess encuentra a las mujeres de Jerusaln. En el texto se dice: Las figuras femeninas en el camino del dolor se presentan como antorchas encendidas. Hay quien lo pisotea mientras cae por tierra agotado. Pero las mujeres estn all, listas para darle

    ese clido latido que el corazn ya no puede contener Jess se impresiona por su llanto amargo, pero les exhorta a no desgastar el corazn en verlo tan

    maltratado. Pide un dolor compartido y no una conmiseracin sollozante. No ms lamentos, sino deseos de renacer, de mirar hacia adelante, de

    proceder con fe y esperanza hacia esa aurora de luz que surgir an ms cegadora sobre la cabeza de quienes caminan con los ojos puestos en Dios.

    Y lloremos tambin por esos hombres que descargan sobre las mujeres la violencia que llevan dentro. Lloremos por las mujeres esclavizadas por el

    miedo y la explotacin. Pero no basta compungirse y sentir compasin. Jess

    es ms exigente. Las mujeres deben ser amadas como un don inviolable para

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    toda la humanidad. Para hacer crecer a nuestros hijos, en dignidad y

    esperanza.

    Qu importante es esta reflexin, siempre en el marco y a la luz de ese

    encuentro de Jess con los seres humanos y en particular con las mujeres.

    Jess pide un dolor compartido y no una conmiseracin sollozante. No ms lamentos, sino deseos de renacer, de mirar hacia adelante Y luego se insiste: no basta compungirse y sentir compasin. Jess es ms exigente Esa actitud es absolutamente crucial, pues la nica forma de transformar la

    injusticia, el dolor, el ultraje, radica en mirar ms all, centrando la atencin

    justamente en el punto en que se puedan superar las condiciones y

    circunstancias que conducen a tanto desprecio por la dignidad humana. Esa es

    la forma profunda y comprometida de negar una injusticia, propiciando la

    transformacin de las condiciones que la hicieron posible.

    En este enfoque, en esta mirada de la Iglesia Catlica, se puede sentir y

    percibir no solo la angustiosa emergencia en la que se encuentra, sino la

    respuesta redentora que propone, pues no se contenta con tratar de hacer

    un sana sana con los feligreses, sino busca reasumir su rol de gua, apuntando

    nada menos que a superar, transformando, las condiciones de la injusticia imperante.

    [IX] En la Novena Estacin Jess cae por tercera vez y nos trae un mensaje que apunta a superar la nociva nostalgia. En el texto se dice: San Pablo enumera sus pruebas, pero sabe que Jess ha pasado antes por ellas, que en

    el camino hacia el Glgota cay una, dos, tres veces. Destrozado por la

    tribulacin, la persecucin, la espada; oprimido por el madero de la cruz.

    Exhausto. Parece decir, como nosotros en tantos momentos de oscuridad:

    Ya no puedo ms!. Es el grito de los perseguidos, los moribundos, los enfermos terminales, los oprimidos por el yugo.

    Que la contemplacin de Jess cado, pero capaz de ponerse en pie, nos ayude a vencer la congoja que el temor por el maana imprime en nuestro

    corazn, especialmente en este tiempo de crisis. Superemos la nociva

    nostalgia del pasado, la comodidad del inmovilismo, del siempre se ha hecho

    as. Ese Jess que se tambalea y cae, pero que luego se levanta, es la certeza

    de una esperanza que, alimentada por la oracin intensa, nace precisamente

    durante la prueba, y no despus de la prueba ni sin prueba. Por la fuerza de su amor, saldremos ms que victoriosos.

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    Carlos Rodrigo Zapata C. Va Crucis en Roma, abril 2014. FRANCISCO: RECONECTANDO EL CIELO Y LA TIERRA 10

    La insistencia en no agobiarnos ni agotarnos en el dolor superar la nociva nostalgia- tambin est presente en sta y la anterior Estacin . Ese mensaje es crucial, pues el sufrimiento se convierte en oportunidad, esperanza,

    transformacin. Adems, es sin duda el mejor tributo que podemos rendir a

    quienes son objeto de tanta injusticia y dolor: aprestarnos en toda

    circunstancia a cambiar de raz las bases y los fundamentos del mundo injusto que habitamos.

    [X] En la Dcima Estacin Jess es despojado de sus vestiduras. En el texto se dice: Los soldados, cuando crucificaron a Jess, cogieron su ropa, haciendo

    cuatro partes, una para cada soldado, y apartaron la tnica. Era una tnica sin

    costura, tejida toda de una pieza de arriba abajo. Y se dijeron: No la rasguemos, sino echmosla a suerte, a ver a quin le toca. As se cumpli la Escritura: Se repartieron mis ropas y echaron a suerte mi tnica. Esto hicieron los soldados (Jn 19,23-24).

    No dejaron ni un trozo de tela que cubriera el cuerpo de Jess. Lo despojaron. No tena manto ni tnica, ningn vestido. Lo desnudaron como

    un acto de humillacin extrema. Slo le cubra la sangre, que borbotaba de

    sus numerosas heridas. La tnica queda intacta: es smbolo de la unidad de la

    Iglesia, una unidad que se ha de recobrar mediante un camino paciente, una

    paz artesana, construida da a da en un tejido recompuesto con los hilos de oro de la fraternidad, en un clima de reconciliacin y perdn mutuo.

    En Jess, inocente, despojado y torturado, reconocemos la dignidad violada

    de todos los inocentes, especialmente de los pequeos. Dios no impidi que

    su cuerpo despojado fuera expuesto en la cruz. Lo hizo para rescatar todo

    abuso injustamente cubierto, y demostrar que l, Dios, est

    irrevocablemente y sin medias tintas de parte de las vctimas. En la Oracin se dice:

    Seor Jess,

    queremos volver a ser inocentes como nios,

    para poder entrar en el reino de los cielos,

    purificados de nuestra suciedad y de nuestros dolos.

    Retira de nuestro pecho el corazn de piedra de las divisiones,

    que hacen a tu Iglesia poco creble.

    Danos un corazn nuevo y un espritu nuevo,

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    Carlos Rodrigo Zapata C. Va Crucis en Roma, abril 2014. FRANCISCO: RECONECTANDO EL CIELO Y LA TIERRA 11

    para vivir segn tus preceptos

    y observar y poner en prctica tus leyes. Amn.

    En esta Estacin vemos el empeo de la Iglesia Catlica por reconocer los

    abusos contra los nios cometidos por miembros de la Iglesia y su afn por

    tratar de restaar heridas que han socavado, nuevamente y profundamente,

    la confianza en esa institucin. La idea que la unidad se ha de recobrar mediante un camino paciente, una paz artesana, construida da a da en un

    tejido recompuesto con los hilos de oro de la fraternidad, en un clima de

    reconciliacin y perdn mutuo, es una invocacin a que todas las partes pongan su grano de arena para hacerlo posible. La idea: Dios no impidi que su cuerpo despojado fuera expuesto en la cruz. Lo hizo para rescatar

    todo abuso injustamente cubierto, y demostrar que l, Dios, est

    irrevocablemente y sin medias tintas de parte de las vctimas., apunta justamente a comprometer de modo inquebrantable la voluntad y el espritu

    de la iglesia con la causa de las vctimas. Ojala as sea, y que nunca ms se

    encubra a abusadores, no se suscriba concordatos con dictaduras ni se aliente sistemas injustos.

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    Carlos Rodrigo Zapata C. Va Crucis en Roma, abril 2014. FRANCISCO: RECONECTANDO EL CIELO Y LA TIERRA 12

    [XI] En la Undcima Estacin Jess es clavado en la cruz. La meditacin nos recuerda este pasaje, uno de los ms conmovedores de la historia

    universal: Lo crucificaron y se repartieron sus ropas, echndolas a suerte, para ver

    lo que se llevaba cada uno. Era media maana cuando lo crucificaron. En el letrero

    de la acusacin estaba escrito: El rey de los judos. Crucificaron con l a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda. As se cumpli la Escritura que dice: Lo consideraron como un malhechor (Mc 15,24-28).

    Y lo crucificaron. La pena de los infames, de los traidores, de los esclavos rebeldes. Esta es la pena que se aplica a nuestro Seor Jess: speros clavos, dolor lacerante,

    la congoja de la madre, la vergenza de verse acomunado a dos bandidos, la ropa

    repartida entre los soldados como un botn, la burlas crueles de quienes pasaban

    por all: A otros ha salvado y l no se puede salvar..., que baje ahora de la cruz y le creeremos (Mt 27,42).

    Y lo crucificaron. Jess no desciende, no abandona la cruz. Permanece obediente hasta el fin a la voluntad del Padre. Ama y perdona. Tambin hoy, como Jess,

    muchos hermanos y hermanas nuestros estn clavados al lecho de dolor, en

    hospitales, asilos de ancianos, en nuestras familias. Es el tiempo de la prueba, de

    das amargos, de soledad e incluso de desesperacin: Dios mo, Dios mo, por qu

    me has abandonado? (Mt 27,46).

    Que nuestra mano nunca sea para clavar, sino siempre para acercar, consolar y acompaar a los enfermos, levantndolos de su lecho de dolor. La

    enfermedad no pide permiso. Llega siempre de improviso. A veces trastoca,

    limita los horizontes, pone a dura prueba la esperanza. Su hiel es amarga.

    Slo si tenemos junto a nosotros a alguien que nos escucha, que nos es

    cercano, que se sienta en nuestro lecho..., entonces la enfermedad puede

    convertirse en una gran escuela de sabidura, en encuentro con el Dios

    paciente

    La meditacin centrada en los enfermos y desamparados, nos muestra la

    amplia preocupacin de la Iglesia por todos los grupos humanos expuestos a

    tan distintas y diversas vicisitudes. Conectar a los enfermos con este

    momento tan sagrado del Va Crucis de Jess, es seguramente el consuelo

    ms ntimo y profundo que se le puede brindar a todo quien sufre a consecuencia de enfermedades y dolencias.

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    Carlos Rodrigo Zapata C. Va Crucis en Roma, abril 2014. FRANCISCO: RECONECTANDO EL CIELO Y LA TIERRA 13

    [XII] En la Duodcima Estacin Jess muere en la cruz. Despus de esto, sabiendo Jess que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura

    dijo: Tengo sed. Haba all un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caa de hisopo, se la acercaron a la boca. Jess,

    cuando tom el vinagre, dijo: Est cumplido. E, inclinando la cabeza, entreg el espritu (Jn 19,28-30).

    Las siete palabras de Jess en la cruz son una obra maestra de esperanza. Jess, lentamente, con pasos que tambin son los nuestros, atraviesa toda la

    oscuridad de la noche, para abandonarse confiado en los brazos del Padre. Es

    el gemido de los moribundos, el grito de los desesperados, la invocacin de los perdedores. Es Jess.

    Dios mo, Dios mo, por qu me has abandonado? (Mt 27,46). Es el grito de

    Job, de todo hombre bajo el peso de la desgracia. Y Dios guarda silencio.

    Calla porque su respuesta est all, en la cruz: l mismo, Jess, es la respuesta de Dios, Palabra eterna encarnada por amor.

    Acurdate de m... (Lc 23,42). La invocacin fraterna del malhechor,

    convertido en compaero de dolor, llega al corazn de Jess, que siente en

    ella el eco de su propio dolor. Y Jess acoge la splica: Hoy estars conmigo

    en el Paraso (Lc 23,42-43). El dolor del otro nos redime siempre, porque nos hace salir de nosotros mismos.

    Mujer, ah tienes a tu hijo... (Jn 19,26). Pero es su Madre, Mara, que estaba

    con Juan al pie de la cruz, rompiendo el acoso del miedo. La llena de ternura

    y esperanza. Jess ya no se siente solo. Como nos pasa a nosotros cuando junto al lecho del dolor est quien nos ama. Fielmente. Hasta el final.

    Tengo sed (Jn 19,28). Como el nio pide de beber a su mam; como el

    enfermo abrasado por la fiebre... La sed de Jess es la todos los sedientos de

    vida, de libertad, de justicia. Y es la sed del mayor de los sedientos, Dios, que infinitamente ms que nosotros tiene sed de nuestra salvacin.

    Est cumplido (Jn 19,30). Todo cumplido: cada palabra, cada gesto, cada

    profeca, cada instante de la vida de Jess. El tapiz est completo. Los mil

    colores del amor lucen ahora con hermosura. Nada se ha desperdiciado.

    Nada se ha desechado. Todo se ha convertido en amor. Todo est cumplido, para m y para ti. Y, as, tambin el morir tiene un sentido.

    Padre, perdnalos, porque no saben lo que hacen (Lc 23,34). Ahora,

    heroicamente, Jess sale del miedo a la muerte. Porque si vivimos en el amor

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    Carlos Rodrigo Zapata C. Va Crucis en Roma, abril 2014. FRANCISCO: RECONECTANDO EL CIELO Y LA TIERRA 14

    gratuito, todo es vida. El perdn renueva, sana, transforma y consuela. Crea

    un pueblo nuevo. Frena las guerras.

    Padre, en tus manos encomiendo mi espritu (Lc 23,46). Ya no ms

    desesperacin ante la nada. Ms bien plena confianza en sus manos de Padre,

    recostado en su corazn. Porque, en Dios, cada fragmento se compone

    finalmente en unidad. En la Oracin se dice:

    La remembranza de estas siete expresiones que manifiesta Jess estando

    clavado en la cruz es, sin duda, el momento ms penoso del Va Crucis, pues

    los seres humanos estn apenas descubriendo las dimensiones infames de su

    propia obra y lo estn haciendo por boca del mismo Jess, su vctima

    torturada y aterrorizada. Los seres humanos son confrontados a su propia

    obra, son expuestos a su propia infamia, condenando a muerte nada menos

    que a su salvador, quien pide perdn para ellos. Todo ello es sin duda una

    poderosa alegora para pedir perdn de modo muy vehemente a los feligreses por el comportamiento de la iglesia.

    [XIII] En la Treceava Estacin Jess es bajado de la cruz y entregado a su Madre. En la meditacin se dice: Antes de ser puesto en la tumba, Jess es entregado finalmente a su Madre. Es el icono de un corazn destrozado, que

    nos dice cmo la muerte no impide el ltimo beso de la madre a su hijo.

    Postrada ante el cuerpo de Jess, Mara se encadena a l en un abrazo total.

    Este icono se llama simplemente Piedad. Es desgarrador, pero demuestra

    que la muerte no quiebra el amor. Porque el amor es ms fuerte que la

    muerte. El amor puro es perdurable. Ha llegado la tarde. La batalla est

    vencida. El amor no se ha truncado. Quin est dispuesto a sacrificar su vida por Cristo, la encontrar. Transfigurada ms all de la muerte.

    En esta trgica entrega, se mezclan lgrimas y sangre. Como en la vida de nuestras familias, atribuladas a veces por prdidas imprevistas y dolorosas, creando un vaco insalvable, sobre todo cuando muere un nio.

    Piedad, entonces, significa hacerse cercanos de los hermanos en luto y que

    no se resignan. Es una caridad muy grande cuidar de quien est sufriendo en

    el cuerpo llagado, en la mente deprimida, en el nimo desesperado. Amar hasta el final es la suprema enseanza que nos han dejado Jess y Mara..

    En esta Estacin podemos apreciar otros de los dones que Dios nos ha

    deparado para expresar nuestros sentimientos, compartir nuestros

    compromisos, fortalecer nuestros lazos: el amor y la piedad. Y tambin nos

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    Carlos Rodrigo Zapata C. Va Crucis en Roma, abril 2014. FRANCISCO: RECONECTANDO EL CIELO Y LA TIERRA 15

    muestra que el Va Crucis es una forma de aprender y descubrir los

    innumerables mensajes que Jess nos ha legado.

    [XIV] En la ltima Estacin Jess es puesto en el sepulcro. La meditacin nos recuerda la circunstancia: Aquel jardn, donde se encuentra la tumba en la que Jess fue sepultado, recuerda otro jardn: el Jardn del Edn. Un jardn

    que, a causa de la desobediencia, perdi su belleza y se convirti en

    desolacin, lugar de muerte en vez de vida La muerte nos desarma, nos hace entender que estamos expuestos a una existencia terrenal que termina.

    Pero, ante ese cuerpo de Jess puesto en el sepulcro, tomamos conciencia de lo que somos: criaturas que, para no morir, necesitan a su Creador.

    La muerte de Jess como la de cualquier mortal aunque luego de un sufrimiento indecible- nos muestra una vez ms la identidad entre Jess y los

    hombres. Esa unidad es indestructible y es la base por la que la Iglesia apuesta

    a una renovacin, a un reencuentro con los feligreses, simplemente porque

    no hay nada ni nadie que puede expresar, mantener y cuidar mejor la imagen

    y la idea de esa unin. Una labor esencial para evitar que se rompa el lazo de

    la Iglesia con sus feligreses.

    Conclusin

    Francamente no me imagin nunca abogando por un discurso religioso,

    mucho menos por uno nacido del catolicismo, religin que tiene tanto en el

    debe como en el haber de la historia, que ya resulta difcil precisar si ha pesado ms su aporte al bien o al mal de la humanidad.

    Tampoco me imagin encontrarme alguna vez con los ngulos y aristas de

    una propuesta de redencin humana que, debo admitirlo, me ha tocado

    profundamente, no para convertirme al catolicismo, sino para admitir y

    reconocer que la figura de Jess, mucho ms prxima al ser humano actual, a

    sus continuas vejaciones y sufrimientos, es sin duda un misil dirigido a los

    corazones de los seres humanos, sea para abrirlos y comprometerlos con

    causas absolutamente lacerantes que pululan en nuestro mundo, sea para

    reconocer la figura de Jess en estos tiempos tan convulsos, en los que la

    gente requiere de mucha orientacin y consuelo para insuflarles nuevas

    energas, a fin de aprestarse a enfrentar nuestras circunstancias con

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    Carlos Rodrigo Zapata C. Va Crucis en Roma, abril 2014. FRANCISCO: RECONECTANDO EL CIELO Y LA TIERRA 16

    imaginacin, valor, confianza y fe. Es un gran intento por tratar de renovar la

    alianza entre la Iglesia y los feligreses, de reconectar el cielo y la tierra, es

    decir, los reinos humano y divino en el plano espiritual y del compromiso fraterno y esperanzado.

    Si a alguien le caben dudas acerca del cambio profundo de mirada que

    significan las meditaciones elaboradas por Mons. Bregantini, bastara que lea

    otras meditaciones que se han escrito para conmemorar el Va Crucis de

    Jess, y compare ambas versiones (Se adjunta el link de un ejemplo de lo aqu

    anotado, como para tener la oportunidad de comparar lo viejo con lo

    nuevo). Sin duda se llevar una gran sorpresa que mostrar no solo el cambio

    que significan las meditaciones de 2014, sino adems la urgencia o la

    emergencia en que se halla la Iglesia Catlica para renovar y resituar su

    compromiso con los feligreses.

    Mons. Giancarlo Bregantini, autor de los textos del Va Crucis 2014

    Este es un punto absolutamente indispensable entender, pues observamos

    muchas veces impvidos, otras de modo completamente desentendido, como

    se desmoronan inmensos edificios, instituciones, creencias, fes, lealtades, sin

    que surjan otras nuevas capaces de reemplazarlas, de brindar el mismo abrigo

    y proteccin que ofrecan las que se encuentran en declive. Que ello suceda

    porque su tiempo ha llegado, porque ya no tienen nada ms que decir,

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    Carlos Rodrigo Zapata C. Va Crucis en Roma, abril 2014. FRANCISCO: RECONECTANDO EL CIELO Y LA TIERRA 17

    porque su magia y su verbo se agotaron, pues santo y bueno. Pero que ello

    ocurra por incapacidad de mostrar el mensaje profundo del que son

    portadoras, sea porque no consiguen interpretarlo y transmitirlo

    adecuadamente o porque dicho mensaje se ha visto envuelto en un sinfn de

    maledicencias y lesiones contra su mismo espritu y contenido, resulta de una

    torpeza inaudita, profundamente condenable, mucho ms en tiempos

    convulsos, en que millones de seres humanos en el mundo cifran sus

    esperanzas en esas instituciones, en un tiempo donde las orientaciones se

    hacen cada vez ms confusas o interesadas, y ya no se vislumbran nuevos senderos.

    En este marco, tampoco hay que olvidar o desconocer que los poderes

    fcticos de este mundo no tienen mayores miramientos para aniquilar

    cualquier sostn o soporte que contribuya a resistirse a sus designios, pues

    es sin duda una manera muy efectiva de imponer sus sacrosantas verdades y

    tener comiendo de su mano a los desamparados de nuestro mundo. Por ello,

    y por mucho ms, es importante salir en defensa de aquellas instancias e

    instituciones dispuestas a dar batalla, a no dejarse rendir, a continuar con su

    compromiso profundo, el que aliente a los seres humanos a erradicar la injusticia de este mundo.

    Las meditaciones del Va Crucis del 2014 encarnan una suerte de parteaguas,

    un divortium aquarum, que separa los causes antiguos de los nuevos, una

    iglesia burocrtica, cansina y desinteresada, de una nueva que empieza a

    asomar por todos los costados, completamente distinta de la que se va

    extinguiendo y que debe hacerlo hasta desaparecer. No puedo creer que

    todo esto lo pueda decir alguien que no tiene ningn lazo ni compromiso con

    la Iglesia Catlica. Pero no es posible quedar impertrrito observando cmo

    construcciones humanas, empeadas en hacer llegar a todos los rincones del

    planeta y de la historia el mensaje de Jess, puedan actuar tan irresponsablemente.

    Como sea que cada quien pueda entender e interpretar este nuevo asomo de

    presencia divina entre nosotros, es indispensable que lo tomemos en cuenta,

    que nos atrevamos a exponernos a l, a ese nuevo viento fresco que cruza

    nuestros horizontes y nos abre nuevas perspectivas de nuevas esperanzas de

    hermandad, fraternidad, encuentro, colaboracin, solidaridad y cooperacin

    entre los seres humanos, expuestos al rigor de poderes que tratan de

    mantenernos desunidos, divididos, enfrentados, porque ese es sin duda su

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    Carlos Rodrigo Zapata C. Va Crucis en Roma, abril 2014. FRANCISCO: RECONECTANDO EL CIELO Y LA TIERRA 18

    mejor escenario, el que buscan a diario, el que les permite su acumulacin

    fabulosa de riqueza y poder, a costa de las ltimas esperanzas planetarias.

    Eplogo

    El prximo arribo de Francisco a Bolivia en julio de 2015 ser sin duda una

    nueva ocasin para poder apreciar en vivo y en directo el despliegue que

    viene ejercitando la iglesia para relanzar su vnculo con los feligreses, para

    difundir imaginativamente el evangelio, tal como se ha propuesto en el

    Evangelii Gaudium. Como nunca antes, considero que cada paso de

    Francisco por nuestra tierra ser importante, pues permitir estrechar an

    ms los lazos de la iglesia con el sufrido pueblo boliviano.

    Los das previos a su arribo, se publicar la primera Encclica de Francisco

    que versar sobre ecologa y comenzar con el Cntico de las criaturas de

    San Francisco. Ser un viaje en que el tema ecolgico estar en el centro de

    sus reflexiones, una ocasin muy propicia para que en Bolivia tomemos mucho ms en cuenta y en serio esta temtica

    Dios acompae y gue permanente la labor de Francisco en el ejercicio del extraordinario magisterio que la Iglesia le ha encomendado.

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    (*) E mail: [email protected]

    Fuentes citadas:

    Las meditaciones del Va Crucis 2014 por Mons. Giancarlo Mara Bregantini:

    http://www.vatican.va/news_services/liturgy/2014/documents/ns_lit_doc_20140418_via-

    crucis_sp.html

    Entrevista a Mons. Giancarlo Mara Bregantini:

    http://www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2014/03/27/el-via-crucis-es-todo-un-

    homenaje-a-la-evangelii-gaudium-giancarlo-bregantini-religion-vaticano-coliseo-viernes-

    santo-francisco.shtml

    Cmo rezar el Va Crucis? Un ejemplo pasado.

    http://es.catholic.net/op/articulos/18280/viernes-santo.html