vázquez rocca, adolfo, la crisis de las vanguardias artísiticas y el debate posmoderno

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  • 8/3/2019 Vzquez Rocca, Adolfo, La crisis de las vanguardias artsiticas y el debate posmoderno.

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    La crisis de las vanguardias artsticas y eldebate postmoderno.

    Publicado el Marzo 19, 2008 por Hernn Montecinos

    Por: Dr. Adolfo Vsquez Rocca *Fuente: El observatorio filosfico

    * Prof. Dr. Adolfo Vsquez Rocca.Doctor en Filosofa y Teora de las ArtesP.UCV. - Universidad Andrs Bello

    ABSTRACT

    En el presente ensayo debatir las propuestas filosficas que parten de la constatacin de u

    presente caracterizado por una estetizacin generalizada y de la afirmacin del carcter ficcional de la realidad.

    Examinar la reconfiguracin del arte como paradigma de la postmodernidad, como suclave hermenutica, con la consiguiente revitalizacin que para la filosofa significa el salidel estrecho mbito en que permaneca recluida por el paradigma cientificista aceptado ycanonizado por la tradicin moderna.Mostrar cmo la expansin de las categoras estticas proporciona el nico paradigma posible en las nuevas condiciones de nuestro trato con la realidad. Mi opinin es quenuestra concepcin postmoderna de la realidad, nuestra filosofa primera, se ha vueltoen un sentido elemental, esttica. Filosofa primera es el ttulo de aquel captulo de la

    ciencia en donde se hacen las afirmaciones fundamentales sobre la realidad.Metodolgicamente, al ocuparme del problema de la crisis de la modernidad y de lanaturaleza del as llamado momento postmoderno, estar dando cuenta de cmo el devenirde los movimientos artsticos jams ha sido indiferente o ajeno a la marcha y desarrollo delas ideas o de lo que llamamos pensamiento filosfico y viceversa.

    Pretendo, finalmente, realizar un enfoque holstico que se encuentre tambin abierto a lasconsideraciones societales y polticas que asume la obra de arte, a fenmenos como la produccin industrial de la conciencia, de lo que hoy a partir de la revolucin informtica puede definirse como la construccin discursiva y meditica de la realidad.

    El carcter ficcional de la realidad.

    En el presente ensayo debatir las propuestas filosficas que parten de la constatacin de u presente caracterizado por una estetizacin generalizada y de la afirmacin del carcter ficcional de la realidad.

    http://hmontecinos.wordpress.com/2008/03/19/la-crisis-de-las-vanguardias-artisticas-y-el-debate-postmoderno/http://hmontecinos.wordpress.com/2008/03/19/la-crisis-de-las-vanguardias-artisticas-y-el-debate-postmoderno/http://hmontecinos.wordpress.com/2008/03/19/la-crisis-de-las-vanguardias-artisticas-y-el-debate-postmoderno/http://hmontecinos.wordpress.com/2008/03/19/la-crisis-de-las-vanguardias-artisticas-y-el-debate-postmoderno/http://hmontecinos.wordpress.com/2008/03/19/la-crisis-de-las-vanguardias-artisticas-y-el-debate-postmoderno/
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    El uso de la expresin estetizacin generalizada est relacionada con la interpretacin qusostiene que en la postmodernidad el concepto de objeto o proceso [artstico] acenta su propia presencia, ya sea bajo diferentes modos de insercin en la vida cotidiana o mediantla reelaboracin de los conceptos de fenmeno artstico y experiencia esttica; lo cual antecaa fuera de los cnones de la institucionalidad artstica y de la consideracin esttica

    tradicional. Hoy los fenmenos artsticos marcan una presencia ineludible y, lo que esfundamental, se convierten en los nuevos objetos de nuestra reflexin. A partir de este paradigma surge la necesidad de reformular, desde la esttica filosfica o meta-esttica,tanto el lenguaje como la ndole de toda investigacin filosfica.

    En este sentido, estetizacin generalizada se convierte en el marco y en el punto dearranque de anlisis estticos que, pretendiendo dar cuenta de nuestro presente y nosimplemente acomodar las producciones y las experiencias actuales a esquemasconceptuales previos de una esttica mejor o peor interpretada, deben dejar de lado, para poder cumplir su objetivo, categoras y formulaciones ya caducas en lo terico pero quesiguen existiendo en los discursos e incluso prevaleciendo en el gusto esttico comn.

    Es as como la esttica ya no aparece como una disciplina emplazada de modo perifrico ela cartografa de la organizacin del saber y en la enseanza de las humanidades.

    Imprecisas, adems de injustas son, pues, las imputaciones del supuesto carcter de meramoda que la esttica puede haber asumido y es injusto tambin afirmar que slo estecarcter coyuntural oportunista la hace estar presente en la primera lnea en los debatesfilosficos.

    La esttica entiende a la filosofa como creatividad y, en consecuencia, el pensamientocontemporneo expresa sus inquietudes considerando el arte (objetual o conceptual) comoorigen y germen de sus reflexiones. Es, por esto, que esta investigacin pretende superar lameras preocupaciones cosmticas para situarse en la gnesis de problemas contemporneoque reclaman para s la atencin de los investigadores.

    Mostrar cmo los problemas estticos no son asuntos perifricos de la vida colectiva, sinoque se han convertido en un proceso social que gobierna la produccin y consumo deobjetos, la publicidad y la cultura. As, pues, los medios de comunicacin y la cultura delos medios de comunicacin determinan cambios ideolgicos y sociales.

    Ahora bien, al sealar que la interpretacin de la evolucin de las ideas que los objetosartsticos nos comunican o sugieren tiene el estatuto de sntomas de determinadassensibilidades o situaciones histricosociolgicas propias de la comunidad que las realizquiero hacer notar que en esta evolucin de los productos artsticos con sus resonanciasfilosficas y espirituales es posible leer la sensibilidad de un poca o, si se quiere, lacondicin psicolgica de la humanidad en una situacin dada. Los cambios de sensibilidadsegn mostrar, se reflejan en las variaciones de estilo, los que no son (y no pueden ser)arbitrarios o accidentales, sino ms bien han de hallarse en conexin regular con loscambios que se verifican en la constitucin psico-espiritual de la humanidad, cambios quese reflejan en la historia de los mitos, del inconsciente colectivo, de las religiones, de lossistemas filosficos, de las instituciones de la sociedad occidental.

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    De este modo, cuando se haya descubierto esa conexin regular, la historia de lasensibilidad artstica vendr a situarse en el mismo estatus de la historia comparada de lasreligiones, la historia de la filosofa o de las instituciones, dando cuenta de las grandesencrucijadas de la psicologa de la humanidad en un perodo histrico determinado. As, pejemplo, un estudio del estilo gtico ha de contribuir a desentraar la historia del alma

    humana, de su sensibilidad y de las formas en que se manifiesta.Por ello es necesario entender la lgica o discurso subyacente a los objetos omanifestaciones artsticas, sean estos cuadros, diseos de moda, obras arquitectnicas, etc.Baste para ello slo mencionar las connotaciones ideolgicas de la transformacin estticade los espacios urbanos2.

    La interpretacin y valoracin de las ideas que estos objetos (como residuos de unaarqueologa futurista, o restos fsiles de imgenes a la deriva) nos transmiten, sonsntomas, documentos y seales histrico-sociolgicas de la comunidad que las realiz.

    La necesidad de indagar la ndole del hablar sobre arte, esto es, de la naturaleza del discursesttico, reside tanto en la riqueza conceptual de los objetos artsticos del siglo XX, comoen la variedad de sus modos de constitucin o produccin, con toda su pluralidad designificados y variantes al ser incluidos en contextos diferentes. De modo que cada objetose transforma en un libro donde se puede leer un mensaje originalmente cifrado. As, hayque leer en el cuadro lo mismo que en el poema; la experiencia esttica ms que esttica, edinmica. Esto implica la elaboracin de delicadas discriminaciones y el discernimiento derelaciones sutiles, la identificacin tanto de sistemas simblicos y de caracteres dentro deestos sistemas como lo que estos caracteres denotan y ejemplifican; se trata de interpretarobras y reorganizar el mundo en trminos de obras, y las obras en trminos del mundo3.

    La aprehensin (interpretacin o lectura) de la obra artstica es el eplogo de la aventuraemprendida por el artista y significa para el contemplador un descubrimiento y, por consiguiente, una conquista; por eso cautiva y reclama que volvamos a ella. La propia obrase da a conocer, entrega su direccin expresiva, sus niveles de significacin, su intencingerminal como lenguaje.

    La contemplacin activa es la nica que supone la integracin absoluta de las dimensionesobjetivas y subjetivas, tanto de la obra como del espectador. El arte genuino, aquel queincita a la contemplacin, nos lleva a entrar en nosotros mismos. En cambio, el arte llamadde masas o de consumo nos insta a volcarnos a la exterioridad y a devorar, sin razonar, lasmltiples imgenes que se nos proponen como vlidas.

    El artista conceptual convierte la superficie de su obra en soporte de un discurso, un campode sugerencias y de lecturas y relecturas que estn acotadas con lmites siempre mviles oresonancias difusas y con la potencialidad de hablar a las diversas sensibilidadescontemporneas.

    El irse articulando del arte contemporneo cada vez ms como reflexin de su mismo problema (poesa del hacer poesa, arte sobre arte, obra de arte como potica de s misma)obliga a registrar el hecho de que en muchos de los actuales productos artsticos, el

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    proyecto operativo que en ellos se expresa, la idea de un modo de formar que realizan enconcreto, resulta siempre ms importante que el objeto formado. Queda as opacado elvalor esttico frente al valor cultural abstracto, con el consiguiente prevalecer de la poticasobre la obra del diseo racional, lo programtico sobre la cosa diseada.

    As, pues, esta investigacin se propone hacer una revisin de las distintas poticas osensibilidades que cada sistema esttico registra como una modificacin en el concepto dearte.

    La razn potica

    Antes de exponer los problemas que abordar a propsito del anlisis del proyecto de lasvanguardias artsticas y del carcter del as denominado momento postmoderno, creonecesario acotar la idea de potica que aqu he introducido.

    Con potica quiero indicar la conciencia crtica que el artista tiene de su ideal esttico, del

    programa que todo artista, en cuanto tal, no slo sigue, sino que sabe que sigue. Se trata detrasfondo cultural subjetivado por sus gustos y preferencias personales, el arquetipo del poeta convertido en modo de construccin.

    La potica debe distinguirse claramente de la esttica en cuanto que, mientras sta teoriza,aqulla tiene valor personal en la experiencia y predileccin ingnitas. Mientras que laesttica busca darle rigor cientfico al gusto, la potica, por otro lado, pretende concretizarla vivencia de una fantasa, la construccin de un mundo potico.

    La idea, ya referida, de que nuestro conocimiento de la realidad no es sencillamentereproductor sino creativo resulta decisiva para este punto. La realidad deviene construccin

    potica.La razn potica es razn volcada hacia la revelacin interpretativa de su objeto. En larazn potica aparece, lo que podemos denominar, una conciencia hermenutica. Es stauna razn volcada hacia la capacidad interpretativa de la razn.

    Se puede ver que la racionalidad postmoderna se corresponde con una teora delconocimiento no epistmica, que slo est basada en, lo que se podra llamar, valores deverdad relacionales, que slo refiere a coherencias entre las partes, una verdad esttica potanto. Saber, en este sentido, es saber sobre la correcta estructuracin de los elementos entrs.

    La funcin esttica del discurso viene dada, pues, por la nocin no ontolgica que laracionalidad actual asume, y ello doblemente: por establecer mundos, o sistemas coherenteen s mismos y, sobre todo, por los presupuestos cognoscitivos que el relativismometafsico o constructivismo entraa.

    La sociedad postmoderna, entendida sta, en palabras de Debord, como una Sociedad delEspectculo4, o como la llamar Lipovetsky un Imperio de lo Efmero5 se caracterizara,

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    entonces, en que lo banal o trivial constituye un ncleo de identidad tal que puede ser establecido como fundamental para comprender los lazos internos de la estructura social.Con lo anterior anuncio que, teniendo como horizonte las relaciones entre esttica y poltica, tambin entrarn en el mbito de mi investigacin fenmenos como el cine, lamoda, el diseo y la arquitectura, entendidos stos como sistemas productores de signos,

    adheridos a determinadas lgicas narrativas, las que de acuerdo a su modo deconstitucin influyen de modo decisivo en el modo de ser, en el ethos postmoderno, el cua puede ser entendido desde dentro de su proceso de gestacin slo a partir de las claveshermenuticas que nos proporciona el paradigma esttico.

    La situacin del arte contemporneo no se puede explicar a partir de una mera significaciideolgica, sino ms bien como un acontecimiento histrico-ontolgico; como unaurdimbre de sucesos histrico-culturales y de discursos que nos pertenecen, que los decidey los codeterminan.

    Es en este sentido que se puede afirmar que el arte ya no existe como fenmeno especfico

    sino como algo que a todos nos concierne. En la postmodernidad no podemos separar arte vida.

    La post-vanguardia como academia y museo, como clasicismo de la contemporaneidad.

    La crisis de las vanguardias ha sido una de las referencias principales para el debate postmodernista.

    La primera suposicin vanguardista cuestionada por el postmodernismo, es la de unaradical ruptura con la tradicin sacralizadora de las Bellas Artes, subestimandocndidamente la habilidad con que el sistema de convenciones institucionales habra dereingresar el gesto iconoclasta al inventario calculado (razonado) de las desviaciones permitidas, neutralizando as el ademn irreverente y reeducando el exabrupto.

    La post-vanguardia ya no es, en este sentido, bsicamente ruptura, es, por el contrario,academia y museo; de manera tal que lo que en su momento pudieron ser estrategiasconspirativas maniobras insurrectas se ha convertido hoy en nuestra tradicin: en latradicin artstica de la contemporaneidad. Desde los medios de comunicacin de masas ylas instituciones de cultura, pblicas o privadas, el horizonte esttico de la vanguardia setransmite ya como clasicismo de la contemporaneidad6.

    La sospecha del postmodernismo alcanz tambin la ideologa vanguardista del progreso,que buscaba destruir los smbolos retardatarios de la academia o de la institucionalidad,liquidando toda atadura con el pasado (emancipndose): exacerbando una dialcticacontinuidad-ruptura que resolva el salto intransigente del corte fundacional. Las categora postmodernas de lo asincrnico (la inarmona en todas sus formas o deformaciones, loatonal) y lo discontinuo, refutan la continuidad historicista de esa lgica vanguardista basada en una recta evolutiva de avances y superaciones, argumentando el fracaso de lasracionalidades uniformes. Tal fracaso cancela el valor metafsico (o epistemolgico) de unhistoria guiada ascendentemente por una finalidad ltima que sobredetermina la marcha desu acontecer.

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    La herencia de las vanguardias histricas se mantiene, pues, en la neovanguardia(postmodernidad) pero en un nivel menos totalizante y menos metafsico, pero siempre conla marca de la explosin (desplazamiento) de la esttica fuera de los lugarestradicionalmente asignados a la manifestacin artstica: la sala de conciertos, el teatro, lagalera, el museo; de esta manera se realiza una serie de operaciones como el land art, el

    body art, las instalaciones o las performances que respecto de las ambiciones metafsicasrevolucionarias de las vanguardias histricas se revelan ms contenidas (limitadas omodestas), pero tambin ms cercanas a la experiencia concreta actual, con todo lo que elltiene de efmera y posiblemente banal, aun cuando estas connotaciones, segn cabeadvertir, son en muchos casos slo guios irnicos, propios de la actitud postmoderna ensu enfrentamiento con la pretensin de trascendencia caractersticas del clasicismo artstico

    El llamado vanguardista a vivir el arte como fusin integral entre esttica y cotidianeidad,implica superar los confines simblicos y materiales de la institucin artstica y desmontarla nocin maniquesta del arte como alternancia de vida. Implica reconciliar arte y vida enun todo sin divisiones. Las divisiones de lenguaje y las compartimentaciones de esferas y

    valores son las culpables para ese vanguardismo artstico de haber reforzado la lgicainterna de cada prctica, forzndola a la clausura de la autorreferencia.

    Considerar adems a este respecto el problema de la utilizacin del lxicoarquitectnico, como metfora fundamental, para dar cuenta del pensamiento. Advierto quno digo estructura del pensamiento como se impondra ya que ello me situara dentro delxico que deseo deconstruir. Ahora bien, con ello no pretendo plantear la arquitecturacomo una tcnica extraa al pensamiento y no apta quiz, entonces, para representarlo en eespacio, para constituir casi su materializacin, sino que intento exponer el problemaarquitectnico como una posibilidad del pensamiento mismo.

    La insubordinacin de los signos; reformulaciones socio-estticas. Sumariamente, los problemas fundamentales que surgen en el Proyecto de las Vanguardias y que denominargenricamente, segn una expresin al uso, la insubordinacin de los signos7, son lossiguientes:

    El desmontaje del cuadro y del rito contemplativo de la pintura (sacralizacin del aura,fetichizacin de la pieza nica) realizado mediante una crtica a la tradicin aristocratizantde las Bellas Artes, acompaado por la reinsercin social de la imagen en el contexto sociay reproductivo de la visualidad de masas.

    El cuestionamiento del marco institucional de validacin y consagracin de la obramaestra (las historias del arte, el museo) y del circuito de mercantilizacin de la obra- producto mediante prcticas como la performance o las video-instalaciones quedesorientan la tradicin reificadora del consumo artstico, establecindose de este modo unacosamiento sistemtico a la pintura en su acepcin mercantil del cuadro como objeto detransaccin y bien atesorable8.

    La trasgresin de los gneros discursivos mediante obras que combinan varios sistemas de produccin de signos (del texto a la textualidad, la imagen, el gesto) y que rebasan

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    especificidades propias de tcnicas y de formato, mezclando transdisciplinariamente elcine y la literatura, el arte y la sociologa, la esttica y la poltica.

    La negacin de las fronteras entre arte y vida, rechazo de la distincin entre el espectador yel acontecimiento, la compulsin por el efecto inmediato (happenings, living theatre, Body

    Art).El desmantelamiento de la originalidad y de los conceptos afines como autenticidad, obrasoriginales y autora como prctica discursiva compartida por el museo, el historiador y elartfice. A lo largo del siglo XIX todas estas instituciones aunaron sus esfuerzos paraencontrar la marca, la garanta, el certificado del original. Es con la deconstruccin de lasnociones de autora y originalidad, con lo que la postmodernidad provoca un cisma en eldominio conceptual de la vanguardia.

    La experimentacin problematizadora de las relaciones entre imagen y palabra en elespacio plstico. La irrupcin de los poemas-objetos.

    La declinacin del arte objetual, la inflacin de los objetos. Lo que necesariamente conduja una serie de manifestaciones anti-objetuales en las que prevaleca la idea por sobre larealizacin, el proyecto por sobre el objeto9.

    El proyecto o la ideacin de un motivo en el que la obra misma se sita para evidenciar unimagen mental preconcebida.

    La actual situacin de la crtica de arte contempornea que se corresponde con lasexigencias de minoras tnicas, sexuales y polticas, que en los ltimos tiempos han logradinstalar frreamente sus exigencias en cuanto a la defensa y reivindicacin de sus

    diferencias: crtica feminista, crtica de las minoras polticas etc. Adems, estas nuevas perspectivas marcan algunas tendencias en la produccin de arte, como es el caso deartistas que, por ejemplo, trabajan a partir de referentes etnogrficos. Es precisamente en lavariables clase, raza, gnero, donde descansa la visin sesgada y discriminatoria de lainstitucionalidad artstica.

    En estas exigencias de deconstruccin de paradigmas se establece la necesidad dedesmantelar las bases metodolgicas sobre las que se asienta la historia del arte.

    Precisiones historiogrficas

    A modo de inventario y por la necesidad metodolgica de hacer una recensin histrica me permito establecer con las inevitables simplificaciones las siguientes precisiones:

    De manera provisoria propongo entender aqu vanguardia o, si se prefiere, actitudvanguardista, de un modo general, esto es, slo en trminos de oposicin y ruptura,dejando que las disquisiciones ms complejas aparezcan a su debido tiempo. Por lo pronto baste con aclarar que el vanguardista es el que se opone al sistema existente; suponer qu

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    quien est a la vanguardia est tambin en la frontera del futuro significa ser presa de unavisin unidimensional que lo colocara, segn esa misma perspectiva, a la retaguardia.

    De este modo intento evitar caer en la simplificacin, ampliamente difundida, de igualar vanguardia y modernidad, as como equvocos semejantes surgidos de una visin

    artificialmente sincrnica de los cambios habidos en la cultura. Advierto, pues, que esnecesario atender al carcter discontino de los procesos y movimientos artsticos que amenudo se superponen, refutando as la tendencia a simplificaciones que buscan articular una lectura de continuidad respondiendo, exclusivamente, a los afanes propios delhistoricismo.

    Ahora bien, la utopa de la modernidad protagonizada por las vanguardias histricas delsiglo XX entr en crisis a mediados de los 70 para morir, inevitablemente, con la entrada dlos 80. En su esencia, los movimientos artsticos de esta poca son modernos de hecho, taslo el Pop Art ha sido considerado precozmente postmoderno por su declarada tendencia la figuracin y por su exaltacin de la cultura de masas; no obstante, ya se aprecia en ello

    un evidente desplazamiento de los ideales totalitarios de las primeras vanguardias quetomar cuerpo y se radicalizar durante la siguiente dcada.

    A grandes rasgos, se podra asegurar que el paso de la modernidad a la postmodernidad sellev a cabo a travs del rechazo de las teoras fundamentales de las vanguardias histricasde sus categoras estticas y postulados ticos, de su perspectiva poltica y de sucompromiso social aparentemente, el arte postmoderno no cree en el progreso ni en laincidencia social del mismo de sus momentos, en fin, revolucionarios y subversivos.

    Ahora bien, por imprecisa que pueda ser la acostumbrada identificacin de vanguardia ymodernidad, esa igualacin ha llevado a pensar que lo que hoy se conoce como postmodernidad podra con igual precisin o imprecisin denominarse posvanguardia otransvanguardia, como tambin ha sido calificada.

    Es necesario precisar que el trmino postmodernidad, que pese a estar notablementeextendido para referirse no slo al arte y a la cultura sino a los rasgos ms significativos denuestra sociedad, manifiesta sin embargo gran inestabilidad semntica, de forma que acabaconvirtindose en una metfora agotadora, inflacionaria, obsesionante y asfixiante. Talindeterminacin en su significado permite, por ejemplo, su confusin con otros trminoscategoriales, como los de vanguardia o neovanguardia e incluso modernismo. Dehecho, muchos tericos defienden que existe una continuidad bsica entre modernismo y postmodernidad. En cualquier caso, se admite generalmente, grosso modo, que lavanguardia cuestiona todos los cnones estticos establecidos y entiende el arte como praxis social dirigida contra la institucin burguesa del arte y su ideologa autnoma,mientras que el modernismo constituye una tendencia artstica caracterizada por la rupturade las convenciones dominantes del siglo XIX en arte y literatura y el nfasis en los procesos de autorreflexin esttica, todo ello producido desde una visin del mundo pesimista, conservadora, trgica y fragmentada.

    Dialctica modernidad postmodernidad.

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    Aqu me ocupar de las relaciones entre modernidad y postmodernidad, de la condicin deun arte postmoderno y de la modernidad misma, teniendo como marco el debate que gira etorno a la crtica de la razn ilustrada.

    Identificar el trmino postmodernidad, como lo hace Habermas, con las coordenadas de l

    corriente francesa contempornea de Bataille a Derrida, pasando por Foucault, con particular atencin al movimiento de la deconstruccin de indudable actualidad y notoriaresonancia en los crculos intelectuales.

    La era moderna naci con el establecimiento de la subjetividad10 como principioconstructivo de la totalidad. No obstante, la subjetividad es un efecto de los discursos otextos en los que estamos situados11. Al hacerse cargo de lo anterior, se puede entender poqu el mundo postmoderno se caracteriza por una multiplicidad de juegos de lenguaje quecompiten entre s, pero tal que ninguno puede reclamar la legitimidad definitiva de suforma de mostrar el mundo.

    Con la deslegitimacin de la racionalidad totalizadora procede lo que ha venido en llamarsel fin de la historia. La postmodernidad revela que la razn ha sido slo una narrativa entreotras en la historia; una gran narrativa, sin duda, pero una de tantas. Estamos en presenciade la muerte de los metarrelatos, en la que la razn y su sujeto como detentador de launidad y la totalidad vuelan en pedazos. Si se mira con ms detenimiento, se trata de unmovimiento de deconstruccin del cogito y de las utopas de unidad. Aqu debe subrayarseel irreductible carcter local de todo discurso, acuerdo y legitimacin. Esto nos instala almargen del discurso de la tradicin literaria (esttica) occidental. Tal vez de ah provenga lvitalidad de los engendros del discurso perifrico.

    Debo insistir en el carcter local de todo discurso, acuerdo y legitimacin. Aqu se podrahablar de un concepto de razn pluralista, lo que remite a la autonoma de los mltiples eintraducibles juegos de lenguaje del segundo Wittgenstein, enredados entre s, noreductibles unos a otros; por formularlo como regla: juega y djanos jugar en paz.

    Wittgenstein

    El problema hoy no viene presentado por un exceso de proyectos de unificacin, sino por ldesintegracin de legalidades autnomas que, como sustitutivos de la totalidad, exigen pars el monopolio de un mbito terico o prctico especfico.

    La destotalizacin del mundo moderno exige eliminar la nostalgia del todo y la unidad.Como caractersticas de lo que Foucault ha denominado la episteme12 posmoderna podramencionarse las siguientes: deconstruccin, descentracin, diseminacin, discontinuidad,dispersin. Estos trminos expresan el rechazo del cogito que se haba convertido en algo propio y caracterstico de la filosofa occidental, con lo cual surge una obsesinepistemolgica por los fragmentos.

    La ruptura con la razn totalizadora supone el abandono de los grands rcits, es decir, de lagrandes narraciones, del discurso con pretensiones de universalidad y el retorno de las petites histoires. Tras el fin de los grandes proyectos aparece una diversidad de pequeos

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    proyectos que alientan modestas pretensiones. Aqu me permito insistir en el irreductible pluralismo de los juegos de lenguaje, acentuando el carcter local de todo discurso, y laimposibilidad de un comienzo absoluto en la historia de la razn. Ya no existe un lenguajegeneral, sino multiplicidad de discursos. Y ha perdido credibilidad la idea de un discurso,consenso, historia o progreso en singular: en su lugar aparece una pluralidad de mbitos de

    discurso y narraciones.Deseo llamar aqu la atencin sobre este cambio en el mbito de la produccin ydisponibilidad del saber. El anlisis del saber en las sociedades informatizadas dominadas por la lgica de las bases de datos nos lleva a decir adis al proyecto de la modernidadque consista en aferrarse a las conquistas de la Ilustracin (unidad de la razn,emancipacin de los seres humanos, etc.). La modernidad, caracterizada por la pretensinde validez universal del discurso racional y cientfico, est enredada en un discurso delegitimacin cuyas aspiraciones no puede satisfacer.

    Adems de sealar que la desmitologizacin de los grandes relatos es lo caracterstico de l

    postmodernidad, es necesario aclarar que estos metarrelatos no son propiamente mitos, enel sentido de fbulas. Ciertamente tienen por fin legitimar las instituciones y prcticassociales y polticas, las legislaciones, las ticas. Pero, a diferencia de los mitos, no buscanesta legitimacin en un acto fundador original, sino en un futuro por conseguir, en una idea por realizar. De ah que la modernidad sea un proyecto.

    El postmodernismo aparece, pues, como resultado de un gran movimiento de des-legitimacin llevado a cabo por la modernidad europea, del cual la filosofa de Nietzschesera un documento temprano y fundamental.

    La postmodernidad13 puede ser as entendida como una crtica de la razn ilustrada tenidalugar a manos del cinismo contemporneo. Baste pensar en Sloterdijk y su Crtica de larazn cnica14, donde se reconoce como uno de los rasgos reveladores de laPosmodernidad la nostalgia por los momentos de gran densidad crtica, aquellos en que los principios lgicos se difuminan, la razn se emancipa y lo apcrifo se hermana con looficial, como acontece segn Sloterdijk con el nihilismo desde Nietzsche, y aun desde losgriegos de la Escuela Cnica.

    La ruptura con la razn totalizadora aparece, por un lado como abandono de los grandesrelatos emancipacin de la humanidad, y del fundamentalismo de las legitimacionesdefinitivas y como crtica de la totalizadora ideologa sustitutiva que sera la Teora deSistemas.

    La postmodernidad ha impulsado al amparo de esta crtica un nuevo eclecticismo en laarquitectura, un nuevo realismo y subjetivismo en la pintura y la literatura, y un nuevotradicionalismo en la msica15. La repercusin de este cambio cultural en la filosofa haconducido a una manera de pensar que se define a s misma, segn he anticipado, comofragmentaria y pluralista, que se ampara en la destruccin de la unidad del lenguaje operada travs de la filosofa de Nietzsche y Wittgenstein.

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    Lo especficamente postmoderno son los nuevos contextualismos o eclecticismos. Laconcepcin dominante de la postmodernidad acenta los procesos de desintegracin.Subyace igualmente un rechazo del racionalismo de la modernidad a favor de un juego designos y fragmentos, de una sntesis de lo dispar, de dobles codificaciones; la sensibilidadcaracterstica de la Ilustracin se transforma en el cinismo contemporneo: pluralidad,

    multiplicidad y contradiccin, duplicidad de sentidos y tensin en lugar de franquezadirecta, as y tambin asa en lugar del univoco o lo uno o lo otro, elementos con doblefuncionalidad, cruces en lugar de unicidad clara16. As, con la postmodernidad se diceadis a la idea de un progreso unilineal, surgiendo una nueva consideracin de lasimultaneidad, se hace evidente tambin la imposibilidad de sintetizar formas de vidadiferentes, correspondientes a diversos patrones de racionalidad.

    La postmodernidad, como proceso de descubrimiento, supone un giro de la conciencia, lacual debe adoptar otro modo de ver, de sentir, de constituirse, ya no de ser, sino de sentir, dhacer. Descubrir la dimensin de la pluralidad supone descubrir tambin la propiainmersin en lo mltiple.

    El momento postmoderno

    El momento postmoderno es un momento antinmico, en el que se expresa una voluntad ddesmantelamiento, una obsesin epistemolgica con los fragmentos o las fracturas, y elcorrespondiente compromiso ideolgico con las minoras polticas, sexuales o lingsticas.

    Bacon

    Es necesario, a este respecto, tener presente que en la expresin momento postmoderno palabra momento ha de tomarse literalmente17; y, por decirlo paradjicamente, comocategora fundamental de una conciencia de poca, claramente posthistrica.

    La complejidad del momento postmoderno no es slo una cuestin de perspectiva histric o ms bien de falta de ella, sino que viene dada por el propio movimiento de replieguesobre s mismo caracterstico de la postmodernidad (frente a los desarrollos lineales de la periodizacin moderna o clsica) lo que la dota de un espacio histrico informe ydesestructurado donde han cado los ejes de coordenadas, a partir de los cuales se establecel sentido y el discurso de la escena histrico-cultural de una poca.

    La cada de los discursos de legitimacin que vertebraban los diferentes meta-relatos decarcter local y dependiente, ha producido como se ha sealado una nivelacin en las jerarquas de los niveles de significacin y la adopcin de prcticas inclusivistas eintegradoras de discursos adyacentes, paralelos e incluso antagnicos.

    La postmodernidad es aquel momento en que las dicotomas se difuminan y lo apcrifo seasimila con lo oficial.

    Desde un determinado punto de vista, la revolucin de la postmodernidad aparece comoun gigantesco proceso de prdida de sentido que ha llevado a la destruccin de todas las

  • 8/3/2019 Vzquez Rocca, Adolfo, La crisis de las vanguardias artsiticas y el debate posmoderno.

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    historias, referencias y finalidades. En el momento postmoderno el futuro ya ha llegado,todo ha llegado ya, todo est ya ah. No tenemos que esperar ni la realizacin de una utopni un final apocalptico. La fuerza explosiva ya ha irrumpido en las cosas. Ya no hay nadaque esperar. Lo peor, el soado Final sobre el que se construa toda utopa, el esfuerzometafsico de la historia, el punto final, est ya entre nosotros. Segn esto, la

    postmodernidad sera una realidad histricaposthistrica ya cumplida, y la muerte de lamodernidad ya habra hecho su aparicin.

    En este sentido, el artista postmoderno se encuentra en la misma situacin de un filsofo: etexto que escribe, la obra que compone, no se rigen en lo fundamental por reglas yaestablecidas, no pueden ser juzgadas segn un canon valorativo, esto es, segn categorasya conocidas. Antes bien, son tales reglas y categoras lo que el texto o la obra buscan. Demodo que artista y escritor trabajan sin reglas, trabajan para establecer las reglas de lo quehabr llegado a ser. La negacin progresiva de la representacin se vuelve aqu sinnimo dla negacin de las reglas establecidas por las anteriores obras de arte, que cada nueva obraha de llevar a cabo de nuevo.

    1 Doctor en Filosofa por la P.UCV., Pontificia Universidad Catlica de Valparaso,Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofa IV, Esttica yPensamiento Contemporneo. 2 FERNNDEZ A., Jos (Coord.) Arte efmero y espacioesttico, Editorial Anthropos, Barcelona, 1988, p. 34. 3 GOODMAN, Nelson. Loslenguajes del arte. Ed. Seix Barral, Barcelona, 1976, p. 243. 4 DEBORD, Guy, La sociedaddel espectculo, Editorial Pre-textos, Valencia 1999 5 LIPOVETSKY, Gilles, El imperio delo efmero, Editorial Anagrama, Madrid, 1990. 6 JIMENEZ, Jos, La vida como azar;complejidad de lo moderno, Ed. Mondadori, Madrid, 1989, p.139. 7 RICHARD, Nelly, Lainsubordinacin de los signos (Cambio poltico, transformaciones culturales y poticas dela crisis), Ed. Cuarto Propio, Santiago, 1994. 8 Como los happenings o los ready madede Marcel Duchamp, los cuales estn hechos voluntariamente para no durar, para evitar terminar en un museo (aunque no siempre lo logran). 9 DORFLES, Gillo, ltimastendencias del arte de hoy, Ed. Labor, S.A., Barcelona, 1986, p. 98. 10 HABERMAS,Jrgen, El pensamiento postmetafisico, Editorial Taurus, Madrid, 1990, p. 85. 11 Eldominio del sujeto se ve subvertido por el hecho de que siempre nos encontramos situadosde antemano en lenguajes que no hemos inventado (donde la Razn es equiparada a unasubjetividad dominante, a una voluntad de poder) y que necesitamos para poder hablar denosotros mismos y del mundo. 12 La pistm no es una teora general de toda ciencia posible o de todo enunciado cientfico posible, sino la normatividad interna de lasdiferentes actividades cientficas tal como han sido practicadas y de lo que las ha hechohistricamente posibles. Cf. FOUCAULT, Michel, La vie: Lexprience et la science, enRevue de Mtaphysique et de Morale, 1 enero-marzo de 1985, R. 10.

    En una cultura en un momento dado, nunca hay ms que una sola pistm, que define lacondiciones de posibilidad de todo saber. Sea el que se manifiesta en una teora o aquel quest silenciosamente envuelto en una prctica. FOUCAULT, Michel, Las palabras y lascosas, Ed. Gallimard, Pars, 1966, p. 179. 13 El trmino posmodernidad nace en el dominodel arte y es introducido en el campo filosfico hace una dcada por Jean Lyotard con sutrabajo La condicin moderna (1983). La nocin se ha difundido ampliamente pero engeneral su uso indiscriminado conduce a confusin, ya que en realidad pueden distinguirse

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    tres actitudes posmodernas. La primera, la de aquellos que van a la zaga de la escuelaneomarxista de Frankfurt; los Habermas, los Adorno, los Eco etc, que critican a lamodernidad en aquello que le falt llevar a cabo como proyecto moderno de los filsofosdel Iluminismo. En una palabra, su crtica a la modernidad radica en que no acab su proyecto. La segunda, es la de aquellos representantes del pensamiento dbil, los Lyotard,

    Scarpetta, Vattimo, Lipovetsky etc., que defienden un postmodernismo inscrito en lamodernidad. Es decir que son los autores que en su crtica a la modernidad proponen unadesesperanzada resignacin. Pero sin abandonar su confianza en la razn entendida al modmoderno. Finalmente, la tercera actitud es la de aquellos pensadores como R. Steuckers, GFernndez de la Mora, M. Tarchi, P. Ricoeur, G. Locchi y otros que, someten a crtica lamodernidad con un rechazo de la misma. No sucede en este caso como en el denominadopensiero debole, que es un hijo desencantado de la modernidad, sino que aqu laoposicin es frontal y adems ofrece propuestas de superacin. 14 SLOTERDIJK Peter,Critica de la razn cnica I y II, Ed. Siruela, 2004. 15 INNERARITY, Daniel, Dialctica dela Modernidad, Ediciones Rialp, Madrid, 1990, p. 114. 16 Ni s ni no, sino todo locontrario. El ltimo reducto posible para la filosofa En Discurso de Guadalajara, enNicanor Parra tiene la palabra, Compilacin de Jaime Quezada, Editorial Alfaguara,Santiago, 1999. 17 Augenblick puede traducirse como parpadeo, abrir y cerrar de ojos.