vattimo hermeneutica despues de la cristiandad

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Filosofia

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  • La kenosis de Dios en la interpretacin de Gianni Vattimo: Hermenutica despus de

    la cristiandad

    Dr. Alberto F. Roldn Director de Programas Superiores

    Facultad Internacional de Educacin Teolgica Secretario del Programa Doctoral Latinoamericano

    Vattimo plantea que la kenosis de Dios en la encarnacin es la nica ma-nera de hablar de Dios en la posmodernidad, ahora que la metafsica se ha acabado; que el acuerdo de una comunidad de intrpretes es el crite-rio fundamental para validar la interpretacin de las Escrituras; que ahora en la edad del Espritu la Biblia no se debe interpretar literalmen-te; y que la cultura occidental, incluyendo la secularizacin, se deriva del pensamiento judeocristiano y hoy es la verdad del cristianismo. Sus pre-supuestos del nihilismo y la muerte de la metafsica son inaceptables, as como su rechazo de la trascendencia de Dios, pero los cristianos deben dar seria consideracin a varios de sus postulados centrales.

    Vattimo argues that the kenosis of God in the incarnation is the only way to speak of God in postmodernity, now that metaphysics has come to an end; that the consensus of a community of interpreters is the fundamental criterion to validate interpretation of the Scriptures; that now in the age of the Spirit the Bible should not be interpreted literally; and that western culture, including secularization, derives from Judeo-Christian thought and today is Christianitys truth. His presuppositions of nihilism and the death of metaphysics are unacceptable, as is his rejection of Gods tran-scendence, but Christians should give serious consideration to several of his central postulates.

    Cmo hablar de Dios sin religin, esto es, sin las premisas tem-poralmente condicionadas de la metafsica...? Cmo hablar munda-namente de Dios? Dietrich Bonhoeffer

    La kenosis de Dios, que es el ncleo de la historia de la salva-cin...ya no deber ser pensada como un fenmeno de abandono de la religin sino como actualizacin, aunque paradjica, de su ntima vo-cacin. Gianni Vattimo

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    INTRODUCCIN

    El filsofo italiano Gianni Vattimo es uno de los voceros de la llamada posmodernidad. Habiendo estudiado hermenutica filosfica con Hans-Georg Gadamer en Alemania, escribe en forma constante sobre los temas de la posmodernidad, la in-fluencia del cristianismo y las relaciones entre cultura occiden-tal y religin. Ubicndose dentro del catolicismo romano, pero en actitud crtica, reivindica el papel que la religin, y en parti-cular el cristianismo, ha jugado en el desarrollo de la cultura moderna occidental. Pero partiendo de lo que llama la disolu-cin de la metafsica, plantea que la kenosis de Dios en Jesu-cristoa partir del pasaje paulino de Filipenses 2:5-11lejos de ser negativa para hablar de Dios, es la nica forma de hablar de Dios significativamente en el mundo posmoderno que, como lo planteara Lyotard, ha decretado la caducidad de los meta-rrelatos y los sistemas de un pensamiento fuerte. Opta, en-tonces, por lo que denomina pensamiento dbil.

    En el presente trabajo1 analizaremos el camino que sigue Vattimo para reivindicar el lugar del cristianismo en la posmo-dernidad, a partir de su interpretacin del fin de la metafsica que l reconoce en los filsofos Nietzsche y Heidegger. Pasa-remos luego a exponer lo que l entiende por kenosis de Dios en Jesucristo y la importancia decisiva que le otorga como eje hermenutico para hablar de Dios en esta era del fin de los me-tarrelatos. Luego, indagaremos sobre su ensayo Historia de la salvacin, historia de la interpretacin para entender cmo vincula el filsofo italiano los entes salvacin e interpreta-cin en la conformacin no solo del cristianismo sino tambin de la cultura occidental. Eso nos conectar luego con las races cristianas de Occidente, donde Vattimo, con gran osada, afir-ma que Occidente hoy es, como tierra del ocaso y del debilita-miento, la verdad del cristianismo. Finalmente comentaremos

    1 En este ensayo retomo aspectos de la posmodernidad que he analizado en

    el artculo La Iglesia frente al desafo de la posmodernidad y el pluralismo, Cuadernos de teologa 20 (2001): 191-210. Versin en portugus: Os desa-fios da cultura ps-moderna Igreja hoje, Revista teolgica londrinense (2001): 23-39.

  • La kenosis de Dios en la interpretacin de Gianni Vattimo 123

    su incisivo ensayo sobre Joaqun da Fiore y la era del Espri-tu, la cual Vattimo identifica, precisamente, con el reino de la libertad y de la caridad, tal como el pensador calabrs ya lo in-tuy en el siglo XII.

    En la parte final del ensayo, elaboramos un intento de eva-luacin de la obra de Vattimo, destacando sus valores y sea-lando aspectos deficitarios o cuestionables. Ms all de coinci-dir o no con su manera de pensar el cristianismo, se trata de una visin que no podemos, desde la teologa cristiana, dejar de la-do o menospreciar. Como cristianos comprometidos con el Evangelio, nos interesa saber desde qu lugar, con qu elemen-tos y mediante qu herramientas hermenuticas Vattimo replan-tea el sentido de la kenosis de Dios, las consecuencias que tal pensamiento puede tener para la interpretacin de la fe cristiana en la posmodernidad y, sobre todo, en qu consiste su propues-ta hermenutica.

    Para este ensayo nos basaremos casi exclusivamente en la ltima obra de Vattimo publicada en castellano, Despus de la cristiandad,2 aunque, en diferentes tramos de la exposicin, haremos referencia a otras obras suyas y a otras fuentes biblio-grficas que hemos considerado importante relacionar.

    EL FIN DE LA METAFSICA

    Vattimo plantea la posmodernidad como el fin de la metaf-sica, remitindose a Nietzsche y Heidegger. En el primer ensa-yo de la obra citada Vattimo hace referencia a Nietzsche que, en sus Fragmentos pstumos, ya anticipaba que en el fondo es slo el Dios moral el que est superado.3 La muerte de Dios que Nietzsche proclama en un segmento de la Gaya ciencia no

    2 Gianni Vattimo, Despus de la cristiandad: Por un cristianismo no re-

    ligioso, trad. Carmen Revilla (Buenos Aires: Paids, 2004). Ttulo original: Dopo la cristianit. Otras obras de Vattimo en castellano incluyen Creer que se cree (Buenos Aires: Paids, 1996) y El fin de la modernidad. Nihilismo y hermenutica en la cultura posmoderna (Barcelona: Planeta-Agostini, 1994). Paids tambin public otros ttulos, tales como: Ms all del sujeto: Nietzs-che, Heidegger y la hermenutica; tica de la interpretacin; Ms all de la interpretacin; y Dilogo con Nietzsche.

    3 Citado en Vattimo, Despus de la cristiandad: 21.

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    supona la abolicin sin ms de todo tipo de religin. Por el contrario, implicaba la posibilidad de la creacin de nuevos dioses. Segn Vattimo, Nietzsche no est proponiendo una me-tafsica atea que excluya a Dios de forma total y definitiva de todo anlisis de la realidad. Vattimo describe este aspecto para-djico del pensamiento nietzscheano en los siguientes trminos:

    ...su anuncio de la muerte de Dios, que es lo mismo que el final de los metarrelatos, no excluye en absoluto que renazcan mltiples dioses: quiz no se reflexiona suficientemente sobre el hecho de que Nietzs-che escribe explcitamente que es el Dios moral el que es negado; esto es, el Dios fundamento, el Dios acto puro de Aristteles, el Dios, relojero supremo y arquitecto, del racionalismo ilustrado.4

    Pasando luego a Heidegger, Vattimo entiende su postura y propuesta, expuesta en su obra Ser y tiempo, como la ms radi-cal del pensamiento existencial.5 Comenta Vattimo:

    Mientras existi la creencia en un orden ideal del mundo, en un reino de esencias ms all de la realidad emprica, que permita el conoci-miento y tambin la crtica de los lmites de esa realidad, la metafsica pudo durar.6

    Ms adelante, ampliando su interpretacin del pensamiento de Heidegger, Vattimo define la superacin de la metafsicao, ms modestamente dicho, su intentode la siguiente mane-ra.

    El esfuerzo de pensar el ser...no ya como estructura objetiva que la mente debera reflejar, adecundose a ella en sus elecciones prcticas, le condujo a practicar su filosofa como un remontarse rememorante

    4 Ibid., 111.

    5 Esto pese a la renuencia de Heidegger por ser denominado existencia-

    lista. 6 Vattimo, Despus de la cristiandad: 24. En otra obra consagrada al pen-

    samiento de Heidegger, comenta Vattimo: La metafsica llega a su acaba-miento con Nietzsche en la medida en que ste mismo se presenta como el primer nihilista verdadero; y la esencia ms profunda de la metafsica es preci-samente el nihilismo: La esencia del nihilismo es la historia en la cual del ser ya no queda ms nada, y esa historia es justamente la historia de la metafsica como olvido cada vez ms petrificado del ser. Introduccin a Heidegger (Barcelona: Gedisa, 1986): 81.

  • La kenosis de Dios en la interpretacin de Gianni Vattimo 125

    en la historia del ser... El nico modo no metafsico, no objetivante, de pensar el ser le parece a Heidegger que es el de concebirlo no como una estructura objetivante dada ante los ojos de la mente, sino como acontecimiento, como suceso. ...el ser estable, eterno, etc., no se da, el ser es slo lo que cada vez sucede en su acontecer.7

    En trminos ms claros, la metafsica es, para Heidegger, el pensamiento que identifica el ser con la objetividad y el fundamento.8 En palabras del propio Heidegger: El ser est implcito en el qu es y el cmo es; en la realidad en el sen-tido ms estricto; en el ser ante los ojos; en el constatar que...; en el ser vlido; en el ser ah; en el hay.9 A modo de sntesis antittica, se trata de la sustitucin de la ontologa del ser por una ontologa del acontecer.

    Aceptando entonces esta disolucin de la metafsica, Vat-timo entiende que esta debilitacin del ser debe ser tomado, no como algo negativo, sino como la nica forma posible de hablar de Dios a partir de tomar en serio y en todas sus dimen-siones la encarnacin de Dios, su kenosis.

    LA KENOSIS COMO EL MODO DE HABLAR DE DIOS EN LA POSMODERNIDAD

    En su tesis central, que Vattimo repite varias veces en dife-rentes trminos, la kenosis de Dios en Jesucristo, de la que Pa-blo habla en Filipenses 2:7, es el ncleo de la historia de la sal-vacin. Tan importante es la kenosis que es el fundamento para los valores cristianos, tales como fraternidad, caridad y rechazo de la violencia. Ya en su obra anterior, Creer que se cree, Vattimo se haba referido a la kenosis de modo contundente:

    ...la nica gran paradoja y escndalo de la revelacin cristiana es, jus-tamente, la encarnacin de Dios, la kenosis, es decir, el haber puesto fuera de juego todos aquellos caracteres transcendentes, incomprensi-bles, misteriosos y, creo, tambin extravagantes...10

    7 Vattimo, Despus de la cristiandad: 32-33.

    8 Ibid., 114.

    9 Martn Heidegger, El ser y el tiempo, 2da. ed. (Mxico: FCE, 1951): 16.

    10 Vattimo, Creer que se cree: 62. La idea del ttulo de esta obra la explica

    el propio autor. Comenta que, mientras dialogaba telefnicamente con un co-

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    Ahora, en la obra que comentamos, ampla su anlisis teo-lgico:

    Cristo, al encarnarse, ha legitimado tambin muchas cifras naturales de lo divino. Pero stas siguen valiendo para nosotros justamente por-que son los modos en los que Dios desciende del cielo de la trascen-dencia, donde la mentalidad primitiva le situaba, y realiza ese paso en virtud del cual, como dice el Evangelio, los hombres ya no son llama-dos siervos, y tampoco hijos..., sino amigos.11

    Este debilitamiento del ser que se patentiza en la kenosis de Dios es una forma de secularizacin del mismo Dios. Para Vat-timo, no hay que considerar la secularizacin como algo esen-cialmente negativo y contrario al mensaje cristiano. Hay un sentido constructivo y positivo de la secularizacin, ya que un acontecimiento salvfico y hermenutico, la encarnacin de Je-ss (la kenosis, el rebajarse de Dios), es, en s misma, ante todo, un hecho arquetpico de secularizacin.12 Al encarnarse, Dios se mundaniza, se secula-riza;13 es decir, entra en la esfera del espacio/tiempo y tambin, y justamente por eso, se auto-limita a esos factores espacio/temporales.

    Encontrndonos en la posmodernidad, que se caracterizay en esto Vattimo usa la expresin de Lyotardpor el fin de los metarrelatos, tenemos que dejar atrs los discursos y sistemas omnicomprehensivos, totalizantes, abarcadores, tales como el cristianismo mismo, segn las coordenadas de Vattimo, y el sis-tema hegeliano, entre muchos otros. Entonces, es el momento en que surge el pensamiento dbil (expresin privilegiada de Vattimo), considerado como el nuevo modo de hablar de Dios, de un Dios rebajado, humilde, despojado de las glorias que obnubilan a la criatura. Ha acabado, dice, la hegemona de los sistemas histricos (positivismo, idealismo, marxismo, etc.)

    lega en Miln, el profesor Gustavo Bontadini, especialista en la filosofa aris-totlica-tomista, este le pregunt si, en el fondo, todava crea en Dios. A lo cual respondi: Creo que creo. As surgi el ttulo de su libro que, seala en la obra que estamos analizando, solo en castellano pudo ser reproducido con la idea del original italiano: Credere di credere.

    11 Vattimo, Despus de la cristiandad: 53.

    12 Ibid., 85.

    13 Del latn scula = siglo, edad, mundo.

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    en los que, aunque con frecuencia remotamente, se inspiraban los milenarismos revolucionarios. Aunque con un dejo de du-da, Vattimo se arriesga a afirmar: me parece que las teologas de lo totalmente otro no toman suficientemente en serio la fe en el dogma de la encarnacin, incluso cuando se profesan cristia-nas.

    14

    Qu significa este planteamiento para la hermenutica y qu vinculacin tiene para la historia de la salvacin?

    SALVACIN E INTERPRETACIN

    En lo que, desde nuestra perspectiva, es el ensayo ms im-portante de la obra, titulado Historia de la salvacin, historia de la interpretacin, Vattimo analiza las vinculaciones que en-cuentra entre esas dos realidades. Comienza analizando el ttulo desde lo gramatical, o, mejor, desde la puntuacin. Podra haber colocado dos puntos entre los dos enunciados, o un o sea, o una especie de aposicin, un es decir. No se trata, ex-plica, de reconocer los dos trminos del enunciado como dos temas o realidades definidos independientemente y establecer relaciones. Se trata, ms bien, de pasar de un trmino al otro conforme a una relacin que no se deja identificar simplemente. Reconoce que la historia de la salvacin, concepto eminente-mente teolgico y cristiano, no es lo mismo que la historia de la interpretacin.

    Intento ms bien hacer que se oiga (s, lo dira as) el eco de un pa-so, el rumor del deslizamiento de un trmino al otro, deslizamiento que, en muchos sentidos, me parece algo que todos, desde el princi-pio, ya sabemos qu es y cuya precomprensin constituye incluso nuestra pertenencia comn al mundo (poca, historia, cultura) de las religiones del libro.15

    Define su acercamiento o estilo como no cientfico, sino ms bien como una meditacin que se esfuerza en captar una

    14 Vattimo, Despus de la cristiandad: 57.

    15 Ibid., 76.

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    relacin que parece imponerse como innegable y que, sin em-bargo, es huidiza.16

    Luego de explicitar estos aspectos gramaticales y metodol-gicos, Vattimo afirma que la interpretacin de los textos sagra-dos ha sido, desde siempre, algo caracterstico de la tradicin judeocristiana y ha tenido que ver, directamente, con la salva-cin. La hermenutica moderna, desde Schleiermacher, ha teni-do que ver con la predicacin y la explicacin pastoral de los textos de la Escritura. Para salvarse es necesario entender la palabra de Dios en la Escritura y aplicarla correctamente a nuestra condicin y situacin (subtilitas applicandi).17 Ape-lando luego a los dichos de Jess en el Sermn del Monte, donde cada afirmacin se introduce con el pero yo os digo, dice, acertadamente: El acontecimiento de la salvacin (la ve-nida de Jess) es en s mismo, ntimamente, un hecho herme-nutico.18 Y, acto seguido, expresa algo de gran profundidad a modo de insight:

    ...es verdad que Jess es la interpretacin viva del sentido de la ley y de los profetas (he aqu otro significado del logos que se hace carne: se encarna el logos, el sentido, del Antiguo Testamento...), pero de al-gn modo es tambin su cumplimiento y, por tanto, parece presentarse ms bien como su desciframiento definitivocomo si despus no hubiese ya espacio ni necesidad de interpretar.19

    Sin embargo, a pesar de lo cumplido en Jesucristo con la encarnacin, pasin, muerte y resurreccinlo que en teologa se denomina el hecho de Cristono termina el proceso her-menutico porque contina un cumplimiento ulterior, escatol-gico. Es aqu donde surge preponderantemente el Espritu San-to como Parclito, Espritu de verdad enviado a los fieles en Pentecosts. Justamente es el Espritu la persona de la Trinidad que debe asistir a los creyentes en la empresa hermenutica, persona que, en creativa expresin de Vattimo, es la ms ex-

    16 Ibid.

    17 Ibid., 77.

    18 Ibid.

    19 Ibid., 77-78.

  • La kenosis de Dios en la interpretacin de Gianni Vattimo 129

    quisitamente hermenutica de la Trinidad.20 Intentando des-cribir esas relaciones trinitarias, dice: el Hijo es el logos del Padre y el Espritu es su relacin, su amor-comprensin hipos-tasiadoes tambin aquel por obra del cual el Hijo se hace hombre en el seno de Mara.21

    Cmo se relacionan o se vinculan la historia de la salva-cin y la historia de la interpretacin? Vattimo explica: La his-toria de la salvacin procede como historia de la interpretacin, en el sentido fuerte segn el cual el mismo Jess ha sido inter-pretacin viva, encarnada, de la Escritura.22

    En su perspectiva de la hermenutica Vattimo se inscribe dentro de la semitica y su concepto de interpretacin del tex-to como produccin de sentido. Como se dice habitual y cate-gricamente en crculos de hermenutica bblica: No tenemos un autor. Tenemos un texto, y ese texto de que disponemos es autnomo y produce sentido. Para que la interpretacin sea, como define, productiva, debe ir mucho ms all de captar el sentido originario que tuvo el texto. Aade algo esencial al tex-to mismo que, aunque parezca osado, es entender el texto me-jor que el autor, como dice un conocido lema de la hermenuti-ca del siglo XVIII.23

    Citando una vez ms el pensamiento heideggeriano, Vatti-mo dice que el filsofo alemn consider que la llegada de la ciencia-tcnica moderna marc el final de la metafsica. Sin embargo, aun en ese mbito Vattimo ve la influencia del cris-tianismo, porque la ciencia de la naturaleza es asunto de la his-toria de la interpretacin y de la historia de la salvacin: [puesto

    20 Ibid., 78. A propsito de la Trinidad y la encarnacin, es importante te-

    ner en cuenta el enfoque trinitario de la encarnacin que ha desarrollado Jr-gen Moltmann. Dice el telogo reformado: El Dios trino participa plenamen-te en la encarnacin del Hijo. Mediante este misterio Dios cumple la promesa implcita en la creacin del hombre a imagen y semejanza suya. Al humanar-se el Hijo, Dios se abaja y acepta la condicin humana, precaria e insegura, y se hace de ella una parte de su vida eterna. Trinidad y Reino de Dios (Sala-manca: Sgueme, 1983): 137.

    21 Vattimo, Despus de la cristiandad: 78.

    22 Ibid., 79.

    23 Ibid.

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    que] no hay verdad fuera de un horizonte abierto por un anun-cio, por una palabra transmitida.24

    Es en este contexto de su reflexin donde Vattimo afirma la encarnacin como un hecho arquetpico de la secularizacin, como ya mencionamos en un acpite anterior. Pero el elemento ms importante en su tratamiento de la relacin entre historia de la salvacin e historia de la interpretacin tiene que ver con la comunidad como factor esencial. Al preguntarse Qu pro-duce la interpretacin productiva?, Vattimo responde: Produ-ce sentidos nuevos de la experiencia, nuevos modos de darse el mundo.25 Luego introduce el elemento comunitario como el criterio para validar una interpretacin: No toda secularizacin es buena y positiva, ni toda interpretacin es vlida; es necesa-rio que le parezca vlida a una comunidad de intrpretes.26 Apelando a lo que denomina un lenguaje ms explcitamente espiritual, dice que el nico lmite de la secularizacin es el amor, la posibilidad de comunicar con una comunidad de intr-pretes.27 Reconociendo que la Reforma Protestante fue el momento ms relevante en la historia de la hermenutica mo-derna, encara luego una crtica aguda a la Iglesia catlica por su

    pretensin de volver a un texto definitivo, cerrando el proceso de in-terpretacin no en nombre de la continuidad de un discurso y de la atencin a la voz de la comunidad, sino en nombre de una imposicin de una verdad fundamental que se supone presente desde alguna par-te...28

    Al final del ensayo, el autor indica que ese postulado del amor como el criterio fundamental para validar la interpreta-cin solo puede ser postulado con la condicin de aceptar la di-solucin de la metafsica de la presencia y, por lo tanto, no puede ser invocado fuera del horizonte de esa disolucin. Una condicin que, como veremos en la evaluacin final, no parece ser tan indiscutible.

    24 Ibid., 85.

    25 Ibid., 86.

    26 Ibid.

    27 Ibid.

    28 Ibid., 87.

  • La kenosis de Dios en la interpretacin de Gianni Vattimo 131

    LAS RACES CRISTIANAS DE OCCIDENTE

    Un tema en el cual recurrentemente insiste Vattimo es el de la influencia del cristianismo en la conformacin de Occidente y, en particular, de Europa. Ms directamente el tema es tratado en su ensayo Europa o la cristiandad, donde el autor formula su tesis central en los siguientes trminos:

    Lo que pretendo sostener es que Occidente es esencialmente cristiano en la medida en que el sentido de su historia se muestra como el oca-so del ser, el debilitamiento de la dureza de lo real a travs de to-dos los procedimientos de disolucin de la objetividad que la moder-nidad ha trado consigo.29

    El debilitamiento del ser y de lo real Vattimo lo percibe en los sistemas de pensamiento filosfico y teolgico, tales como el racionalismo ilustrado y la dogmtica cristiana, esta dividida a su vez en catlica y protestante. Todo eso muestra, en la in-terpretacin de Vattimo, que todos los componentes aparecen mezclados en un conjunto no orgnico ni riguroso porque le faltan elementos de diferenciacin rgida. Hoy Occidente debe ser considerado como tierra del ocaso o, lo que es lo mismo, de la secularizacin. En esto ltimo, Vattimo percibe lo que en su tiempo advirtiera Weber sobre la tica protestante en la cons-truccin del capitalismo. Para Vattimo, la sociedad de la comu-nicacin y de la interpretacin es la continuacin, en cierto sen-tido, del camino abierto por Weber, la prosecucin lgica de un mundo que tiene en su base la Escritura y que se desarrolla, ante todo, como exgesis.30 Luego de citar la afirmacin de Novalis, la verdadera anarqua es el elemento procreador de la religin,31 Vattimo plantea en forma directa y contundente: En trminos ms claros y probablemente escandalosos, pre-tendo decir que la totalidad de Occidente es hoy, como tierra del ocaso y del debilitamiento, la verdad del cristianismo.32

    29 Ibid., 98.

    30 Ibid., 101.

    31 Citado en ibid., 102.

    32 Ibid.

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    En el ensayo titulado Cristianismo y conflictos culturales en Europa, Vattimo admite que ese continente se caracteriza por ser, en general, una sociedad laica y secularizada. Pero el quid de la cuestin radica en que esas caractersticas son cons-truidas

    sobre la base de una herencia cristiana bastante explcita, y esto resul-ta evidente cuando uno se mide con personas o grupos arraigados en tradiciones diferentes, que advierten en nuestro laicismo la marca pro-funda de un especfico origen religioso.33

    Vattimo otorga entonces al cristianismo una misin que no debiera ya ser ni imperialista ni evolucionista, sino que debe adquirir los rasgos de una profunda solidaridad con el destino de la modernizacin,34 porque, define: cargar con el destino de la modernidad, con el destino de Occidente, significa, ante to-do, reconocer el significado profundamente cristiano de la se-cularizacin.35

    EN LA ERA DEL ESPRITU

    En su ensayo Las enseanzas de Joaqun da Fiore, Vatti-mo analiza el pensamiento del telogo italiano (1145-1202), fundador de un monasterio en esa aldea de Calabria. Lo intere-sante de su pensamiento radica en que reactualiz el tema del milenarismo dividiendo la historia en tres eras o etapas: la del Padre, la del Hijo y la del Espritu Santo. Su importancia se ex-tendi ms all de lo teolgico, hasta el punto de que el filsofo Ernst Bloch lo considera el ms influyente pensador utpico de la Edad Media.36 Precisamente Joaqun inaugura un cambio

    33 Ibid., 122. Inclusive el no hablar de los filsofos actuales acerca de

    Dios, no es, para Vattimo, por razones filosficamente relevantes. Dice: En su mayora, los filsofos no hablan de Dios, o incluso se consideran explci-tamente ateos o irreligiosos, por mero hbito, casi por una suerte de inercia. El hecho es que, con el ocaso de los metarrelatos...han disminuido tambin todas las razones fuertes para el atesmo filosfico. Ibid., 110-11.

    34 Ibid., 124.

    35 Ibid.

    36 Vanse ms datos en mi obra Escatologa: Una visin integral desde

    Amrica Latina (Buenos Aires: Asit-Kairs, 2002): 92-94; en portugus, Do

  • La kenosis de Dios en la interpretacin de Gianni Vattimo 133

    sustancial en la exgesis medieval de la Biblia, que se caracte-rizaba de modo casi unvoco por la cuadriga, o sea, los cuatro sentidos de la Escritura: literal, moral, alegrico y anaggico. Sin negar esos cuatro aspectos, Joaqun los ubica en un esque-ma ms comprensivo y fundamental que podra llamarse hist-rico en el sentido de que la inteligencia espiritual de la Escri-tura es, ante todo, capacidad para captar los acontecimientos narrados por la Biblia como figuras de otros acontecimientos histricos.37

    El sentido de la propuesta de Joaqun que ms interesa a Vattimo es la idea de una historia de la salvacin todava en curso y, sobre todo, el convencimiento de que estamos en la edad del Espritu, en la que la Biblia, precisamente, no debe ya ser interpretada en trminos literales.38 Dividiendo la historia en tres eras, Joaqun se refiere al primer estadio como el del Padre, en que predomina la ley; al segundo, como el de Jesu-cristo, donde predomina la gracia; y, finalmente, al terceroque Joaqun otea en el horizontecomo el del Espritu y que se caracteriza por la libertad. Joaqun cita el famoso texto de Pa-blo: Donde est el Espritu del Seor, all hay libertad (2 Co. 3:17). De all, Vattimo deriva la idea de una superacin de la lectura literal de la Biblia y dice: una vez que cae la autoridad de la letra de la Escritura y se establece el reino de la libertad y de la caridad, la interpretacin de los textos sagrados ya no es patrimonio exclusivo de la autoridad sacerdotal.39

    No estamos en condiciones de justipreciar si esta lectura vattimiana del pensamiento de Joaqun da Fiore es vlida. Lo que s podemos admitir es que se trata de una interpretacin creativaa modo de extrapolacinde la era del Espritu co-mo la etapa en la que nos encontramos en la historia, donde ya no somos llamados siervos y ni siquiera hijos, sino ami-

    terror esperana (Londrina: Editora Descoberta, 2001): 81-82. Hay quienes han percibido en la novela de Hermann Hesse, El juego de los abalarios, cier-ta influencia de Joaqun da Fiore. Hesse se refiere all al juego inicitico de los valores de la cultura en una utpica comunidad pedaggica del futuro. Una de las versiones en castellano es de Plaza & Janes, Barcelona, 1960.

    37 Vattimo, Despus de la cristiandad: 41.

    38 Ibid., 42.

    39 Ibid., 46.

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    gos, y donde la interpretacin bblicaextendida a los dog-masya no puede ser, segn Vattimo, tan rgida como en las eras supuestamente superadas.

    A MODO DE EVALUACIN

    El eje teolgico a partir del cual Vattimo estructura todo su pensamiento en Despus de la cristiandad es la kenosis de Dios en Jesucristo. Tanto Dios como el discurso sobre Dios y la in-terpretacin del mensaje cristiano tienen que pasar por ese prisma. Un Dios rebajado o secularizado da lugar a un pensa-miento/discurso dbil sobre ese Dios y a una interpretacin dbil o espiritual del mensaje cristiano. Ahora bien, la en-carnacin de Dios en Jesucristo, aunque es cierto que no siem-pre los cristianos la toman en toda su dimensin y alcances, no anula la divinidad de Diossi se nos permite la contradic-cin de trminoso, para decirlo en otras palabras, la inma-nencia no anula la trascendencia. Dios sigue siendo el total-mente Otro, a menos que su presencia sea totalmente reducida a la inmanencia. Desde la fe y el compromiso con Cristo, nos parece que todava es vlida aquella expresin de Eclesiasts 5:2: Dios est en los cielos, y t sobre la tierra. Porque, como dice Pannenberg:

    Para poder ser pensado como verdaderamente infinito, lo infinito no slo ha de poder oponerse a lo finito, sino que, simultneamente, ha de superar esta oposicin. En su relacin respecto de lo finito ha de poder ser pensado a la vez como inmanente y como trascendente.40

    Es encomiable el inters de Vattimo por recuperar el mensa-je de la Biblia en la posmodernidad. En estos tiempospor dis-tintas razones, entre las que ocupan un lugar preponderante los nuevos modelos pastoralesla invitacin de Vattimo a la lectu-

    40 Wolfhart Pannenberg, Metafsica e idea de Dios (Madrid: Caparrs,

    1999): 35. Vattimo parece no tomar en cuenta que el mismo himno cristolgi-co de Filipenses 2 habla no solamente de la kenosis del Hijo de Dios, sino tambin de la recuperacin de su gloria eterna, cuando proclama que el Padre le dio un nombre que es sobre todo nombre, el de kyrios (Seor). En una lectura estructuralista los dobles opuestos surgen ntidamente: kenosis/doxa (gloria), doulos/kyrios.

  • La kenosis de Dios en la interpretacin de Gianni Vattimo 135

    ra de la Biblia en comunidad y al ejercicio hermenutico comu-nitario de la Palabra es un verdadero desafo para los protestan-tes y evanglicos que, portando como uno de sus estandartes enarbolados en la Reforma la Sola Scriptura, admiten un fla-grante desplazamiento de la Biblia en los discursos teolgicos eclesiales. Ella es sustituida por los ungidos y apstoles41 que, en una nueva versin de clericalismo que se yergue como nico referente, desconoce la funcin comunitaria de la Iglesia como sujeto hermenutico irremplazable. Es tan importante el papel de la Iglesia en tanto comunidad hermenutica, que la propuesta vattimiana merece ser citada in extenso:

    La Iglesia, ciertamente, es importante como vehculo de la revelacin, pero sobre todo como comunidad de creyentes que, en la caridad, es-cuchan e interpretan libremente, ayudndose y, por tanto, corrigindo-se de forma recproca, el sentido del mensaje cristiano.42

    Difcilmente encontraramos una propuesta tan teolgicamente clara y desafiante como esta.

    Junto a ella y, como decamos antes, a pesar de no poder evaluar profundamente la lectura que Vattimo hace de Joaqun da Fiore, el nfasis del filsofo sobre el papel del Espritu como aquella persona exquisitamente hermenutica de la Trinidad, es vlido y, acaso azarosamente, coincide con el hecho de que, aquella persona olvidada de la Trinidad es, desde el siglo XX, la persona ms estudiada y vivenciada en los movimien-tos de santidad, pentecostales y carismticos de la era presente. Como siaun a riesgo de exageracionesaquella visin prof-tica de Joaqun estuviera cumplindose en nuestros das.

    Otro aspecto positivo es la osada que refleja Vattimo cuan-do, a despecho de lo que filsofos ateos o agnsticos digan, de-clara que no es posible evitar la influencia del cristianismo en la gnesis de Occidente. Aun la secularizacin misma, como

    41 Para una crtica a estas nomenclaturas jerarquizantes vase Alberto F.

    Roldn, Para qu sirve la teologa?: Una respuesta crtica con horizonte abierto (Buenos Aires: Fiet, 1999): captulo 7. En portugus: Para qu serve a teologia? Mtodo, histria, ps-modernidade, 2da. edicin revisada y am-pliada (Londrina: Descoberta, 2004).

    42 Vattimo, Despus de la cristiandad: 17.

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    dice el filsofo italiano, puede considerarse, en su esencia, un resultado del pensamiento judeocristiano. Por eso, la religin, lejos de ser un signo de patologa, es una expresin de la natu-raleza misma del ser humano. En todo caso, cambian las for-mas, pero no las necesidades ontolgicas por lo religioso.

    Por otra parte, aunque el esfuerzo de Vattimo por reivindi-car al cristianismo en la cultura occidental es altamente enco-miable, su nfasis en la secularizacin como tnica de nuestra cultura aparece un tanto desfasado. Con las conmociones mun-diales a partir de la cada del muro de Berln, la crisis del socia-lismo real, asistimos tambin a un reavivamiento de la religin. Vattimo admite este hecho en algunos tramos de su reflexin, pero da la sensacin de no reconocerlo a profundidad y en to-das sus dimensiones y alcances.

    Queda como argumento slido y osado de su parte percibir la presencia de los valores cristianos en la cultura occidental, especialmente europea, desde la cual escribe, y su postulado de que aun la secularizacin puede ser considerada una hija del cristianismo de la cual ni an los filsofos agnsticos o decidi-damente ateos pueden sustraerse. Esto nos hace recordar aque-lla clebre afirmacin de un pensador ingls: El mundo est lleno de ideas cristianas que se han vuelto locas.

    El lugar desde donde Vattimo se reubica como cristiano posmoderno es el nihilismo que toma del binomio nietzschea-no-heideggeriano. Lo afirma explcitamente: el punto de vista nietzscheano-heiddegeriano en el que me sito es la prdida de la creencia en una verdad objetiva.43 Cabe preguntar si ese nihilismo es compatible con el cristianismo que parte del postu-lado axiomtico de que Dios existe y es galardonador de los que le buscan (He. 11:6). Si la nada es postulada como lo cen-tral, entonces tal opcin ubica a sus adherentes en un lugaro, quizs, un no-lugarque dista de ser el sitio clave desde donde se funda la fe: el Dios eterno como fundamento del Ser, en creativa expresin de Paul Tillich.

    Finalmenteacaso el asunto ms crucialdebe sealarse que todo el creativo y desafiante andamiaje construido por Vat-timo se mantiene si damos por hecho cierto e incontrovertible

    43 Ibid., 134.

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    que la partida de defuncin expedida por Heidegger a la meta-fsica es tan definitiva,44 y, por ello, hay necesidad de elaborar un cristianismo no religioso.45 Teresa Oate seala el problema que encara la hiptesis elaborada por Vattimo a partir de Hei-degger. Dice:

    El destino de la metafsica o historia del ser ha ido mostrando (en un sentido radical o forzado) que, de acuerdo con Vattimo, Heidegger no habra aceptado que el ser es tiempo: pasar, declinar, maduracin y envejecimiento, caducidad... As devuelve el pensamiento dbil al ser todos aquellos caracteres que la metafsica en busca de aseguramien-to...haba excluido de l. Es, por tanto, en la arriesgada conjuncin de historicismo y nihilismo donde la ontologa de Vattimo encuentra el sol saliente escarpado, al borde del malentendido...46

    Nos parece, pese a todo el esfuerzo de Vattimo por cambiar de eje, que todava sigue siendo vlido cuestionar si ha sido real y definitiva la liquidacin de la metafsica. Por ejemplo, Pannen-berg, en una comparacin que hace entre Heidegger y White-head, dice:

    44 Las dudas surgen, por ejemplo, en el ltimo ensayo de Vattimo: Hos

    m: Heidegger y el cristianismo. Luego de mostrar el genuino inters de Hei-degger por el cristianismo, a partir de sus propias exgesis de pasajes paulinos como 1 Ts. 1:5-7 y 1 Co. 7.29-31, y admitir que no slo Pablo nos ayuda a aclarar a Heidegger, sino que Heidegger nos propone consideraciones que, si las tomamos en serio, nos conducen tambin a interpretar la tradicin cristia-na (ibid., 165), Vattimo insina la posibilidad de unir de manera ms positi-va y productiva el esfuerzo de la filosofa por sobrepasar el objetivismo meta-fsico y la bsqueda de una visin del cristianismo que...sea capaz por fin de pensar su propio sentido ecumnico especialmente como escucha de la nueva pocaposmodernadel ser (ibid., 168).

    45 A propsito, el subttulo de la versin en castellano de la obra de Vatti-

    mo es Por un cristianismo no religioso. Debe recordarse que ya en 1944 Die-trich Bonhoeffer insinuabacon gran agudezaesa necesidad. En carta diri-gida a su amigo Eberhard Bethge, fechada en Tegel el 30 de abril de 1944, di-ce: Cmo puede convertirse Cristo en Seor, incluso de los no religiosos? Existen cristianos arreligiosos? y Cmo hablar de Dios sin religin, esto es, sin las premisas condicionadas de la metafsica, de la interioridad, etc. etc.? Cmo hablar (pero acaso ya ni siquiera se puede hablar de ello como hasta ahora) mundanamente, de Dios? Cmo somos cristianos arreligio-sos-mundanos?. Resistencia y sumisin (Salamanca: Sgueme, 1983): 197-98.

    46 Teresa Oate, Introduccin a La sociedad transparente (Barcelona:

    Paids, 1996): 43-44.

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    En contraposicin con Heidegger, quien consider que con Nietzsche quedaba liquidada la metafsica pero no la ontologa, Whitehead ha entendido que la metafsica es irrenunciable en tanto que tarea de dar cuenta, mediante el pensamiento, del todo de la realidad...47

    Es, precisamente, esta tarea de dar cuenta de la realidad co-mo un todo lo que sigue constituyendo una labor hermenutica y cristiana tambin en nuestro mundo posmoderno, que, en su esencia, se caracteriza precisamente por su contrario: la frag-mentacin. El ser humano, bien que adopte una postura plura-lista y relativista, no puede resistir el nihilismo por mucho tiem-po. Necesariamente retorna, una y otra vez, a la necesidad de un postulado unvoco que d sentido a la vida y al mundo.

    Como evaluacin final de la obra de Vattimo puede decirse que constituye un vlido intento por rescatar el hablar de Dios en la posmodernidad a partir de la kenosis de Dios en Jesucris-to. Su obra aporta elementos clave para una hermenutica ken-tica sobre Dios aunque, al hacerlo, termine por colocar a Dios en una inmanencia absoluta que anula su trascendencia. Pese a ello, su propuesta hermenutica, especialmente vinculada a la accin del Espritu y a la lecturay por ende la interpreta-cinde las Escrituras en comunidad, se convierte en un ver-dadero desafo para las iglesias evanglicas de Amrica Latina que, en algunos casos, han permitido el desplazamiento de la Biblia por revelaciones y visiones que, a veces, distan mu-cho de representar una slida fundamentacin escritural. En otros mbitos eclesiales protestantes la Biblia es solo el orna-mento de una breve reflexin sociolgica que deriva fcilmente en un discurso antropocntrico que ya no apela a la transforma-cin de las personas por el poder del Evangelio. Tanto en una forma como en otra, la Biblia ha dejado de ocupar el lugar cen-tral que siempre ha tenido a travs de la historia del cristianis-mo. Ya en un plano extraeclesial, la obra de Vattimo revela una osada poco comn por parte de un filsofo posmoderno que,

    47 Vattimo, Despus de la cristiandad: 63. An el propio Vattimo, en su

    interpretacin del pensamiento de Heidegger, insinuaba: hay que preguntarse si es posible, y cmo se define, un pensamiento que vaya ms all de la meta-fsica, es decir, si es posible una autntica superacin de la metafsica misma. Introduccin a Heidegger (Barcelona: Gedisa, 1986): 92.

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    como en su caso, intenta mostrar las marcas indelebles que el cristianismo ha dejado en la cultura occidental, de la cual hasta la misma secularizacin, puede ser una de sus formas.