valado, o., la música sacra y benedicto xvi (2005-2013), liturgia y espiritualidad (marzo 2013)

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La música sacra y Benedicto XVI {2005-2013) óscar Va lado L a renuncia del papa Benedicto XVI ha conmovido al mundo entero. Por desgracia, son muchos los que se aventuran a vati- cinar sobre los «verdaderos motivos)) de la renuncia, los posibles «papables)), etc. Sin embargo, creo que -a parte de rezar por la Iglesia- es momento para recordar el legado que nos ha dejado este Papa. En el año 2005, en el mismo instante de su elección, los que somos amantes de la teología, de la liturgia y de la música no frotábamos las manos porque había sido elegido «uno de los grandes)). Un gran teó- logo, preocupado por la liturgia y apasio- nado de la música. ¿Qué cabría esperar? Todos ansiábamos un documento sobre música sacra, quizás con motivo del 50 aniversario de la Sacrosanctum Concilium. Pero no fue así. Sin embargo, su gran regalo ha sido enri- quecer su magisterio con infinidad de intervenciones sobre la importancia del arte, la belleza ... y, sobre todo, la música. Osear Valado, presbítero de la archi- diócesis de Santiago de Compostela, es Licenciado en Teología Fundamental (UPSA), Licenciado en Ciencias Religio- sas (UPCO) y Diplomado en Ed. Musical (UVIGO). Actualmente compagina su doc- torado en Teología en la Universidad Late- ranense con estudios de música y liturgia en el Pontificio Instituto de Música Sacra. Administrador del blog «elcientoporuno)).

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Música sacra

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Page 1: VALADO, O., La música sacra y Benedicto XVI (2005-2013), Liturgia y Espiritualidad (marzo 2013)

La música sacra y Benedicto XVI {2005-2013)

óscar Va lado

La renuncia del papa Benedicto XVI ha conmovido al mundo entero. Por desgracia, son muchos los que se aventuran a vati­cinar sobre los «verdaderos motivos)) de la renuncia, los posibles

«papables)), etc. Sin embargo, creo que -a parte de rezar por la Iglesia­es momento para recordar el legado que nos ha dejado este Papa.

En el año 2005, en el mismo instante de su elección, los que somos amantes de la teología, de la liturgia y de la música no frotábamos las manos porque había sido elegido «uno de los grandes)). Un gran teó­logo, preocupado por la liturgia y apasio-nado de la música. ¿Qué cabría esperar? Todos ansiábamos un documento sobre música sacra, quizás con motivo del 50 aniversario de la Sacrosanctum Concilium. Pero no fue así.

Sin embargo, su gran regalo ha sido enri­quecer su magisterio con infinidad de intervenciones sobre la importancia del arte, la belleza ... y, sobre todo, la música.

Osear Valado, presbítero de la archi­diócesis de Santiago de Compostela, es Licenciado en Teología Fundamental (UPSA), Licenciado en Ciencias Religio­sas (UPCO) y Diplomado en Ed. Musical (UVIGO). Actualmente compagina su doc­torado en Teología en la Universidad Late­ranense con estudios de música y liturgia en el Pontificio Instituto de Música Sacra. Administrador del blog «elcientoporuno)).

Page 2: VALADO, O., La música sacra y Benedicto XVI (2005-2013), Liturgia y Espiritualidad (marzo 2013)

No desde una perspectiva legislativa como nos habían acostumbrado pontífices anteriores desde san Pío X; sino que música y teología se han fundido en un abrazo para enriquecer la vida espiritual de los hombres y para iluminar el sentido teológico-litúrgico de la música. Esto no es completamente novedoso, porque como Joseph Ratzinger ya había escrito abundantemente sobre el tema.

Podemos destacar que en Benedicto XVI la música es un tema que ha abordado en innumerables ocasiones. Como muestra de ello, nos bas­tará citar solo algunos ejemplos por cada año de pontificado en los que trata el tema de la música en sus diferentes ámbitos, entiéndase la liturgia, la teología, la pastoral, la espiritualidad, etc.:

Año 2005

Alocución en la concesión de una condecoración a Mons. Georg Ratzinger.

Mensaje en un Congreso Internacional sobre H. U. van Balthasar.

Mensaje a los participantes de las Jornadas sobre Música Sacra.

Año 2006

Bendición de un nuevo órgano en Ratisbona.

Discurso al final del concierto ofrecido por la Fundación Domenico Bartolucci.

Discurso al final del concierto ofrecido por el presidente de Ale­mania.

Año 2007

Discurso durante la visita al PIMS.

Exhortación Apostólica Postsinodal Sacramentum Caritatis. Discurso al final del concierto ofrecido en su 80 cumpleaños.

Año 2008

Discurso en el encuentro con el mundo de la cultura (París).

Audiencia general del 21 de mayo.

Palabras al final del concierto ofrecido en su tercer aniversario de pontificado.

Año 2009

Discurso en su encuentro con los artistas.

Discurso al final del concierto ofrecido en su honor por el presi­dente de Italia.

Homilía de Pentecostés.

Año 2010

Palabras al final del concierto en las Jornadas de cultura y espiri­tualidad rusa.

Homilía en la Misa de medianoche de la Natividad del Señor.

Mensaje al Congreso «Dios hoy. Con Él o sin Él todo cambia».

Año 2011

Carta con ocasión del centenario del Pontificio Instituto de Música Sacra.

Audiencia general del 31 de agosto (Castelgandolfo).

Palabras al final del concierto ofrecido por el cardenal Domenico Bartolucci.

Año 2012

Carta apostólica con la que proclamó a Hildegarda de Binguen doctora de la Iglesia.

Audiencia general del 23 de mayo.

Discurso al congreso italiano de las scho/ae cantorum, Asociación Santa Cecilia.

Año 2013

Audiencia general del 2 de enero de 2013.

Todas estas intervenciones y muchas más son el claro ejemplo de la sensibilidad de Benedicto XVI ante la cuestión musical. Por ello, ahora seleccionaremos cuatro documentos sobre los que trabajar con mayor profundidad.

En primer lugar nos detendremos en el discurso de Benedicto XVI con motivo de la bendición de un órgano en Ratisbona durante su viaje apostólico a Alemania. 1 El Papa comienza su Discurso manifestando que la finalidad del nuevo órgano no será otra que «la glorificación de

1 Cf. BENEDICTO XVI, Discurso en la bendición de un nuevo órgano en Ratisbona, 13 de septiembre de 2006, <http://www.vatican.va/holy_father/benedicC

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Dios y la edificación de la fe>>. Y realza el valor de la música elevándola al nivel de «liturgia)) diciendo:

La música y el canto son algo más que un embellecimiento -tal vez superfluo- del culto, pues forman parte de la actuación de la liturgia, más aún, son liturgia [ ... ].Trascendiendo la esfera meramente humana, la música, si es de calidad, remite a lo divino. Por ello, las múltiples posi­bilidades del órgano nos recuerdan, de algún modo, la inmensidad y la magnificencia de Dios.

El Santo Padre finaliza con una invitación a:

Dejarnos transformar en Cristo a través de la música y la liturgia, porque así seremos capaces de transformar también el mundo, irradiando la bondad, la misericordia y el amor de Cristo a los hombres.

En segundo lugar, pondremos nuestra mirada en la Exhortación Apos­tólica Postsinodal Sacramentum Caritatis del 22 de febrero de 2007. Aunque, como podemos comprender, no toda ella versa sobre el arte de la música, sino que menciona estas cuestiones en dos números muy concretos del documento: 41- El arte al servicio de la celebración. 42- El Canto litúrgico.3

En el número 41 destaca la «profunda relación que existe entre belleza y liturgia))4 recordando que:

Es necesario que en todo lo que concierne a la Eucaristía haya gusto por la belleza [ ... ] para que fomenten el asombro ante el misterio de Dios, manifiesten la unidad de la fe y refuercen la devoción.5

En el número 42, con respecto al canto litúrgico, después de hacer memoria de la importancia del canto a lo largo de la historia de la Igle­sia, establece que:

xvi/speeches/2006/september/documents/hf_ben-xvi_spe 2006091 kapelle-regensburg_sp.html (27 /08/201 0)>.

2 Cf. BENEDICTO XVI, Exhortación Apostólica Sacramentum Caritatis, Madrid 2007.

3 BENEDICTO XVI, Exhortación Apostólica Sacramentum Caritatis, 69-71.

4 lbíd., 69.

5 lbíd., 70.

Si bien se ha de tener en cuenta las diversas tendencias y tradiciones muy loables, deseo [. .. ] que se valore adecuadamente el canto grego­riano como canto propio de la liturgia romana.

Ese mismo año 2007, con motivo de su visita al PIMS (Pontificio Insti­tuto de Música Sacra)? pronunció un discurso en el que destacó:

La eficacia del canto y de la música sacra para mover los corazones y elevarlos hasta penetrar en la misma intimidad de la vida de Dios [. . .J. Hoy, como siempre, tres características distinguen la música sagrada: la santidad, el arte verdadero y la universalidad, es decir, la posibilidad de promoverla a cualquier pueblo o tipo de asamblea.

Un año después, el 12 de septiembre de 2008, con motivo de su viaje apostólico a Francia, pronunció un Discurso a un numeroso grupo de representantes del mundo de la cultura francesa en el College des Bernardins de París.

Su discurso se centró en las raíces de la cultura europea y la importancia de la teología occidental en ella, ya que el objetivo de la cultura occidental era buscar a Dios. Benedicto XVI, destacó que:

Benedicto XVI no ha escrito un documento específico sobre música sacra, pero nos ha ayudado a valo­rar que la belleza de la música es un verdadero camino para el encuen­tro con Dios y la oración.

En esta búsqueda de Dios se incluye el amor por la palabra en todas sus dimensiones[. .. ]. Pero para profundizar en la búsqueda de Dios hay que dar otro paso: conocer la Palabra, que abre el camino de esta bús­queda de Dios.

Así, casi sin percatarnos, el Papa incoa una profunda reflexión sobre la relación con Dios:

6 lbíd., 71.

7 Cf. BENEDICTO XVI, Discurso durante la visita al Instituto Pontificio Insti­tuto de Música Sacra, 13 de octubre de 2007, holy _father /bened ict_xvi/ speeches/2007 1 october 1 docu ment/hf_ben-xvL spe_20071 013_musica-sacra_sp.html (27 /08/201

8 Cf. BENEDICTO XVI, Discurso en su encuentro con el mundo de la cultura en el College des Bernardins de París, 12 de septiembre de 2008 can.va/holy_father /benedict_xvi/ speeches/2008/septem ber/documents/ hf_ben-xvi_spe_20080912_parigi-cultura_sp.html (27 /08/2012)>.

Page 4: VALADO, O., La música sacra y Benedicto XVI (2005-2013), Liturgia y Espiritualidad (marzo 2013)

Aún hay que dar otro paso: la Palabra de Dios nos introduce en el colo­quio con Dios[ ... ] por la oración;[ ... ] pero para orar también se requiere de la música.9

De este modo tan sutil comienza a hablar de la cultura del canto, poniendo como ejemplo a los monjes que buscan con su canto la ver­dadera belleza, a Dios. Y destaca que:

De esta exigencia intrínseca de hablar y cantar a Dios con las palabras dadas por Él mismo nació la gran música occidental.

Y tomando el ejemplo del gregoriano como padre de la música occi­dental continúa:

No se trata de una «creatividad» privada, en la que el individuo se erige un monumento a sí mismo, tomando como criterio esencialmente la representación del propio yo. Se trataba más bien de reconocer aten­tamente con los «Oídos del corazón» las leyes intrínsecas de la música de la creación misma, las formas esenciales de la música puestas por el Creador en su mundo y en el hombre, y encontrar así la música digna de Dios, que al mismo tiempo es verdaderamente digna del hombre e indica de manera pura su dignidad.10

Por último, nos detendremos en el discurso que realizó Benedicto XVI en su encuentro con los artistas en la Capilla Sixtina el 21 de noviem­bre de 2009. En este discurso, aunque también habló de música, nos inclinaremos por un breve texto en el que la «belleza» es el núcleo de sus palabras:

Con demasiada frecuencia la belleza que se promociona es superficial y deslumbrante hasta el aturdimiento y, en lugar de hacer que los hom­bres salgan de sí mismos [. .. ] y los hace todavía más esclavos, privados de esperanza y de alegría. La belleza auténtica, en cambio, abre el cora­zón humano al deseo profundo de conocer, de amar, de ir hacia el Otro, hacia el más allá. Si aceptamos que la belleza nos abra los ojos, redescu­brimos la capacidad de captar el sentido profundo de nuestra existen­cia, el Misterio del que formamos parte y que nos puede dar la plenitud,

9 Cf. BENEDICTO XVI, Discurso en su encuentro con los artistas, 21 de noviem­bre de 2009, <http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/spee­ches/2009/november/documents/hf_ben-xvi_spe_20091121_artisti_sp.html (27/08/2012)>.

10 íd.

la felicidad [ ... ]. La belleza, puede convertirse en un camino hacia lo trascendente, hacia el Misterio último, hacia Dios. El arte, en todas sus expresiones, cuando se confronta con los grandes interrogantes de la existencia, con los temas fundamentales de los que deriva el sentido de la vida, puede asumir un valor religioso y transformarse en un camino de profunda reflexión interior y de espiritualidad. A este propósito se habla de una vía pulchritudinis, un camino de la belleza que constituye al mismo tiempo un recorrido artístico, estético, y un itinerario de fe, de búsqueda teológica. 11

A la luz de este fragmento, podemos apreciar la profundidad con la que el papa Benedicto XVI aborda la cuestión del arte, la música, la belleza, etc. Sin duda, son palabras de un gran teólogo que cita a otro gran teólogo como Hans Urs von Balthasar ya que este, en su gran obra Gloria, comienza con estas sugestivas expresiones:

Nuestra palabra inicial se llama belleza. La belleza es la última palabra a la que puede llegar el intelecto reflexivo, ya que es la aureola de res­plandor imborrable que rodea a la estrella de la verdad y del bien, y su indisociable unión.12

Como decíamos al inicio, sus continuas intervenciones van mucho más allá de un aspecto legislativo de la música sacra. Su interés ha sido -como buen teólogo- reflexionar, en innumerables ocasiones, sobre uno de los canales que pueden llevarnos a Dios y ser también una ayuda en el encuentro con él: la vía de las expresiones artísticas, la vía pulchritudinis. Muestra de esta ayuda en el encuentro con Dios son las conversiones de personajes tan relevantes como san Agustín, Paul Claudel, Manuel García Morente, etc. que han descubierto a Dios a través de la belleza de la música.

Benedicto XVI no ha escrito un documento específico sobre música sacra, pero nos ha ayudado a valorar que la belleza de la música es un verdadero camino para el encuentro con Dios y la oración. Lo creado nos tiene que hablar del creador, por eso la música sacra debe nacer de la fe y expresar la fe. Ahora solo queda preguntar ¿la música de nues­tras celebraciones litúrgicas tiene estas características?

11 íd. 12 H. U. VoN BALTHASAR, Gloria, una estética teológica. La percepción de la forma, vol.l, Madrid: Encuentro 2001,22.