utopia de jesus

Upload: dio-ovlz

Post on 17-Feb-2018

216 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 7/23/2019 Utopia de Jesus

    1/16

    Juan Mateos sj

    LA UTOPA DE JESS

    Introduccin. La ausencia de utopa

    Para muchos cristianos, catlicos o no, la pertenencia a la Iglesia pretendeasegurar la consecucin de la vida eterna. La vida presente no es para ellosms que un tiempo de prueba en el que el individuo tiene que hacer mritos paraganarse el cielo. Esta presentacin puede parecer simplista, pero ha sido realen tiempos no muy lejanos. Lo nico que contaba era la salvacin del alma.Esto reduca la prctica cristiana a un esfuerzo individual, de tinte asctico, paraconservar el siempre amenazado estado de gracia.

    Es evidente que tal concepcin de la praxis cristiana careca de toda dimensinutpica para este mundo. No se pensaba, o muy de pasada, en una incidenciasocial del mensaje cristiano; casi la nica accin social recomendada era labeneficencia, la limosna, segn el modelo de la espiritualidad juda, en particularde la farisea, y esto como obra necesaria para la propia salvacin.

    Ni que decir tiene que mientras el hombre est preocupado con el problema de susalvacin personal, ante una alternativa de cielo o infierno, no hay para l nadams importante ni tiene tiempo para ocuparse a fondo de otras cuestiones. Elmismo amor al prjimo se enfoca desde la perspectiva de la propia salvacin. Esta

    es el absoluto, y en obtenerla se concentran las energas; el amor a los dems esrelativo, un medio.

    Por otra parte, si el objetivo del cristiano es obtener la salvacin eterna por supertenencia a la Iglesia y la fidelidad a los preceptos, no se ve en qu se diferenciael cristianismo de las otras religiones, que, de ordinario, prometen tambin unafelicidad despus de la muerte. La nica salida viable a esta dificultad era afirmarque slo los cristianos o ms an, slo los catlicos, que pertenecen a laverdadera Iglesia, pueden alcanzar esa salvacin. Los que no han tenido laposibilidad de ser cristianos estn condenados para siempre. Esto expresaba eldicho: Fuera de la Iglesia no hay salvacin, si no en su ltima interpretacin

    oficial, al menos en la teologa de siglos anteriores.

    Los cristianos y, en particular, los catlicos, a los que nos referimos ms enconcreto, haban llegado a formar una especie de ghetto, un crculo cerrado yexclusivo, donde cada individuo se dedicaba a la tarea personal de asegurar susalvacin. Poco o ningn inters se mostraba por los problemas de la humanidad,que se consideraban pertenecer a la esfera del mundo pecador. Los dolores ylas injusticias eran pruebas que haba que pasar para ganarse el cielo.

  • 7/23/2019 Utopia de Jesus

    2/16

    Aunque an en nuestros das hay crculos donde subsiste esta mentalidad, lalectura ms atenta de las denuncias profticas del AT y, sobre todo, del evangelio,ha producido una reaccin y un cambio notable en la concepcin de lo quesignifica ser cristiano. En gran parte, ha sido la teologa de la liberacin la que

    ha abierto los ojos a muchos cristianos sobre las implicaciones sociales delmensaje de Jess. Es lo que pretendemos aclarar en esta ponencia.

    El profetismo. Jess profeta

    Podemos considerar al profeta como a un hombre que, en virtud de su experienciapersonal de lo que es Dios, juzga los acontecimientos presentes y, en ciertamedida, puede prever lo porvenir. Juzga lo que sucede, percibiendo y expresandosu acuerdo o no con la ndole del Dios que conoce; paralelamente, en virtud delmismo conocimiento, anuncia cul va a ser la reaccin de Dios en el futuro.

    La calidad del profetismo se mide, por tanto, por la autenticidad, intensidad ypureza de la experiencia de Dios que posee el profeta. Insistimos en el trminopureza. No puede dudarse de la autenticidad de la inspiracin divina de losprofetas del AT. Sin embargo, su experiencia de Dios no fue plena; as lo afirma elevangelista Juan en el prlogo a su evangelio: a la divinidad nadie la ha vistonunca (Jn 1,18). La percepcin del ser de Dios que se inicia en el AT no llegnunca a su plenitud. Fue incompleta o estuvo deformada por elementos culturales.Solamente en Jess se muestra con toda claridad el rostro de Dios. No podemosponer, por tanto, en simple paralelo el profetismo de Jess con el de los profetasdel AT. El de stos ha de ser evaluado a la luz de lo que vemos en Jess yaprendemos de l.

    Rasgo extraordinariamente positivo en los profetas fue su denuncia de la injusticiasocial, a menudo encubierta por el esplendor del culto. La denuncia de la religinhipcrita no pudo ser ms explcita ni violenta (Is l, 17). Siguiendouna tendencia que ms tarde cristalizara en la espiritualidad farisea, se separabael culto a Dios del amor al prjimo. Se insista solamente en el primero, un cultoexterno, descuidando omitiendo el segundo (cf. Mt 15,3-9; 23,23)

    Hay que insistir tambin en que la intuicin proftica, al menos en general, percibique el plan salvador de Dios no concerna solamente a Israel, sino que seextenda a la humanidad entera (Is 2,1-5). Sin embargo, la cultura fuerte mentenacionalista que haban asimilado llev a los profetas a concebir que la salvacinde la humanidad se realizara a travs de las instituciones consagradas de Israel,la Ley, el templo, la monarqua.

    En esto se equivocaron. Con Jess, el ideal de un reinado de Dios centrado enIsrael desaparece, y este pueblo no tiene lugar privilegiado en el reino mesinico(Mt 28,19), dejando de ser pueblo elegido (Dt 4,19s), Jerusaln, anunciada comoluz del mundo (Is 69,1-3), ser destruida (Mt 23,37-39 par.), y la luz de Dios se

  • 7/23/2019 Utopia de Jesus

    3/16

    irradiar a travs del grupo de discpulos de Jess (Mt 5,14) ;del Templo, gloria ysmbolo de la religin juda (Ez 43,1-11), no quedar piedra sobre piedra (Mt 24,2par.) ; la Ley, orgullo de Israel y garanta de su identidad como pueblo (Dt 4,8),queda abolida, resumida en una exigencia fundamental comn a otras culturas (Mt7,12; 22,34-40 par.) ; la monarqua davdica, cuya restauracin fundaba la

    esperanza de un futuro glorioso (Am 9,11-15; Is 1, 11-9), no volver a existir (Mt22,41-45 par.). La ruptura con el orden anterior la expresa Jess con una fraselapidaria: a vino nuevo, odres nuevos.

    Por otra parte, hay que examinar qu esperanza abrigaban los profetas de uncambio de su sociedad. Nos apoyamos para estas conclusiones en las obras de J.L. Sicre, conocido especialista en los libros profticos (1).

    Los profetas no proponen una solucin a los males de la sociedad, si no es lavuelta al pasado, al espritu de la alianza y a las normas que de l dimanan.Tampoco pretenden levantar a los oprimidos contra los opresores; un principiobsico de Israel era que la venganza corresponde a Dios (cf. Prov 20,22). Diosdefender al pobre y castigar a poderosos y opresores (cf. Sal 37, 5s.; 10-13.34-40).

    Los profetas difieren en cuanto al modo de concebir el cambio social. Ams lobasa principalmente en la reforma de la justicia (Am 5,7-17). Isaas, que desconfade que las autoridades existentes cambien de conducta, espera una intervencinde Dios que las sustituya por otras (Is 1,26: jueces como los antiguos, consejeroscomo los de antao), un rey que, lleno del espritu de Dios, haga justicia a pobresy oprimidos (11,1-5). Oseas, aunque incita a la conversin, pone su esperanza enDios ms que en los hombres.

    Miqueas es muy radical: espera que a los ricos les arrebaten sus tierras, para quesean repartidas de nuevo (2,1-5), y que Jerusaln, centro de la opresin,desaparezca de la historia (3,9-12). Para Sofonas, la solucin no vendr delcambio de dirigentes ni de la destruccin total, sino de la accin de Dios, quedejar a un pueblo pobre y humilde (Sof 3,12s.). Jeremas pone la esperanza enla conversin, nica capaz de asegurar el futuro del pueblo y de la monarqua.Dios traer la solucin, suscitando un sucesor de David que impondr el derecho yla justicia (23,5-6), y cambiando al hombre interiormente, de modo que tenga suLey escrita en el corazn (31,31-34).

    Ezequiel pone su fe sobre todo en la accin de Dios, quien cambiar a lasautoridades, tomando su puesto para defender a los dbiles. Un nuevo Davidasumir su representacin en la tierra (Ez 34,24). El tercer Isaas exige elcompromiso con la justicia y el derecho como condicin para que se revele lasalvacin de Dios (56,1; 58,112), pero acaba el pasaje (cap. 59) con una promesaincondicional de salvacin, pues Dios, cansado de la falta de justicia, se alzarcomo un guerrero para implantarla. Zacaras, en cambio, coloca como principio laaccin de Dios que crea una sociedad justa; entonces habra un compromiso conel derecho y la justicia, con los pobres y oprimidos (7, 9s; 8,14-17). Malaquas cree

  • 7/23/2019 Utopia de Jesus

    4/16

    que Dios pondr trmino a la injusticia mediante un juicio que separar a justos demalvados.

    Resumiendo, puede decirse que entre los profetas domina cierto escepticismo: losproblemas no tienen solucin humana. Ni los hombres ni las instituciones estn

    dispuestos a cambiar. A pesar de esto, mantienen una esperanza, a vecesdemasiado utpica, otras ms realista, pero siempre dentro de la reforma de lasinstituciones reconocidas. Los profetas no proponen un nuevo modelo desociedad; exhortan a la conversin individual, pero en ellos el compromisohumano parece secundario.

    La esperanza de una solucin nicamente de Dios y limitada a Israel aparecetambin en dos cnticos del NT. En primer lugar, en el Magnificat (Lc 1,46-55), elcntico de Mara cuya figura representa a los pobres de Israel, al pueblo fiel queno ha traicionado nunca a su Dios (virgen). Estos pobres esperan unaintervencin divina por medio del Mesas, comparable a la del antiguo xodo. Estase traducira en un cambio o subversin social, por la que los pobres seranreivindicados y los ricos y opresores humillados (1,52s.). No aparece ningnhorizonte universal (1,55: en favor de Abrahn y su descendencia) ni atisbo deuna nueva organizacin de la sociedad.

    El segundo cntico es el Benedictus de Zacaras (Lc 1,68-79). Su autor,perteneciente a la clase sacerdotal y de espiritualidad legalista (Lc 1,5s.), aunquehabla con espritu proftico (Lc 1,67), no fija su atencin en la injusticia socialexistente dentro del pueblo, sino solamente en la humillacin que ste sufre por ladominacin extranjera (1,71). Espera que la accin divina por medio de Mesaslibere a la nacin del yugo opresor y permita el culto a Dios en justicia y santidad(1,74s.)

    Son dos aspectos complementarios de la aspiracin del Israel sano, pero sinhorizonte universal; se conciben adems como una accin divina irresistible,prescindiendo de la colaboracin humana. Jess no realizar este programa;ensanchar el horizonte a la humanidad entera, como se anuncia en el cntico deSimen (2,31s.), y le ofrecer la salvacin.

    Como ya antes Juan Bautista, Jess hace suya la aspiracin a la justicia propia dela tradicin proftica, pero con una gran diferencia. En primer lugar, no pretendereformar la sociedad de su tiempo. Yendo mucho ms all que los profetas, ve quela injusticia de la sociedad existente no es ocasional ni coyuntural, sino intrnsecapues la organizacin social no es ms que efecto y reflejo de los hombres que lacomponen, dominados por la ambicin en todas sus formas.Precisamente por eso y al contrario que los profetas, Jess pone en tela de juiciolas mismas instituciones de Israel. No se puede aceptar el reinado de un Mesas,dspota benvolo, que solucione los problemas del pueblo mantenindolo en elinfantilismo (Jn 6,15) ; por el contrario, hay que promocionar al pueblo,desarrollando al hombre (Jn 12,32). No se puede aceptar una Ley que discriminadentro del pueblo, que, mediante el cdigo de pureza, separa al hombre de Dios

  • 7/23/2019 Utopia de Jesus

    5/16

    (Jn 2,1-11) y que crea en el pueblo judo un espritu de superioridad con elconsiguiente desprecio de los dems pueblos. No se puede aceptar una religinque, so pretexto de piedad y de culto, encubre la injusticia (Mc 7,8-13) y ejerce laexplotacin de los pobres (Jn 2, 15s.).

    El proyecto de Jess tiene que ser diferente: no es reformista, sino que proponeun cambio radical que cambie los fundamentos de la sociedad, un nuevo modelode sociedad. Ms an, propone y hace posible un nuevo modelo de hombre; es elhombre nuevo quien ha de crear una sociedad nueva. Tal es el proyecto que seanuncia en las bienaventuranzas.

    Por eso, si Jess se manifiesta como profeta (Mc 1, 21b-28) y se define como tal(Mc 6,4 par.), en el sentido de hombre enviado por Dios para anunciar su designio,esta denominacin queda superada por la de Mesas, el encargado de ofrecer alos hombres la posibilidad de llevarlo a cabo, el que inaugura el cambio de poca.

    La utopa de Jess: el reino de Dios

    La buena noticia que Jess proclama la resumen los evangelios sinpticos en elanuncio de la cercana del reinado o reino de Dios (Mc 1, 14s. par.). Ambasexpresiones designan una realidad nueva, la sociedad humana alternativa; laprimera, el reinado de Dios, la considera desde el punto de vista de la accin deDios sobre el hombre, individuo y colectividad; la segunda, el reino de Dios,denota a los individuos y a la colectividad que viven y experimentan la accindivina.

    No hace muchos aos, el reino de Dios se identificaba con la beatitud despusde la muerte. Sin embargo, nada ms lejos de lo que propone el evangelio. Elreinado de Dios debe ejercerse en la historia y el reino de Dios debe ser unarealidad dentro de ella. La expresin es juda, usada sobre todo en la pocaintertestamentaria, y significaba para el judasmo una realidad social, queprcticamente habra de verificarse en la poca mesinica; en ella Israel formarauna sociedad justa, vivira en la fidelidad a Dios y dominara a sus enemigos.

    En los evangelios, aparecen los dos aspectos de la nueva realidad: el cambiopersonal (aspecto individual, el hombre nuevo) y el cambio de las relacioneshumanas (aspecto social, la sociedad nueva). No habr nueva sociedad si noexiste un hombre nuevo (Jn 3,3-6). La realizacin individual del Reino, laconstitucin del hombre nuevo, tiene lugar cuando el individuo, por la asimilacindel mensaje de Jess, decide entregarse a los dems, como lo describe Marcosen la primera parbola del Reino (Mc 4,26-29). Como respuesta a esta entrega,Dios potencia al hombre comunicndole su propia fuerza de vida (el Espritu) ;dotado de ella, es tarea y responsabilidad del hombre crear una sociedadverdaderamente humana. La ndole social del Reino se expone claramente en laparbola del grano de mostaza (Mc 4,30-32), en la que Jess desmiente el ideal

  • 7/23/2019 Utopia de Jesus

    6/16

    de grandeza de la concepcin juda del Reino, para afirmar su existencia comorealidad modesta, aunque visible, en la sociedad humana.

    Una presentacin parecida de ambos aspectos se hace en las parbolas deltesoro y de la perla (aspecto individual) y en la de la levadura (aspecto social) (Mt

    13,44-46; 13,33). En todo caso, no se forma parte del Reino por pertenecer a unaraza o a una nacin, como en la concepcin juda, sino por opcin personal,abierta a todo hombre.

    Ha sido quiz la mala interpretacin de un pasaje del evangelio de Juan (Jn18,36), traducido como mi Reino no es de este mundo, la que ha invitado aconsiderar que la vida presente no tiene importancia para el cristiano, estandomeramente subordinada a la consecucin de la vida futura. La recta traduccin deeste pasaje se deduce del contexto. Pilato pregunta a Jess si es rey; Jess loafirma, pero distingue la calidad de su realeza, que no se apoya en la violencia, dela de los reyes de su poca. La frase discutida debe traducirse, pues, la realezama no pertenece al mundo/orden este. Jess es rey porque comunica libertad yvida, y esta accin se verifica en la historia.

    Por lo dems, es obvio que, en las parbolas, Jess presenta el Reino como unarealidad que crece, se desarrolla y encuentra dificultades (Mt 13,24-30.36-43). Esotiene lugar necesariamente en la historia.

    El reino de Dios representa, pues, la alternativa a la sociedad injusta, proclama laesperanza de una vida nueva, afirma la posibilidad de cambio, formula la utopa.Por eso constituye la mejor noticia que se puede anunciar a la humanidad y, apartir de Jess, la oferta permanente de Dios a los hombres, que espera de ellosrespuesta. Su realizacin es siempre posible.

    Es lgico, pues, que el primer paso para la creacin de esa nueva sociedad sea elcambio de vida (enmendaos) que pide Jess en conexin con el anuncio delreino; sin un cambio profundo de actitud por parte del hombre, que lo lleve aromper con el pasado de injusticia, no hay posibilidad alguna de empezar algonuevo.

    La exhortacin a la enmienda muestra, adems, que, para ser realidad, el reino deDios exige la colaboracin del hombre. La enmienda es el paso preliminar, queimplica el descontento con la situacin existente, tanto individual como social, y eldeseo de cambio. Slo los que sientan esa inquietud respondern positivamente ala invitacin de Jess.

    Pero la opcin del hombre por el reino de Dios no se queda en la ruptura con lainjusticia, supone adems un compromiso personal, como el que hizo Jess en subautismo, de entregarse por amor a la humanidad a la tarea de crear una sociedaddiferente. Como en el caso de Jess, el compromiso de entrega a los dems poneal hombre en sintona con Dios, y la respuesta de Dios es la comunicacin de su

  • 7/23/2019 Utopia de Jesus

    7/16

    Espritu, es decir, la infusin al hombre de su fuerza de vida y amor, que locapacita para esa tarea.

    La proclama del Reino: las bienaventuranzasLa utopa del reino de Dios o sociedad nueva la concreta Jess en lasbienaventuranzas, en particular en las ocho que presenta el evangelio de Mateo(Mt 5,3-10). En ellas se formulan las condiciones indispensables para que se vayarealizando la nueva sociedad, la liberacin que su existencia va efectuando en lahumanidad, las nuevas relaciones que crea y la felicidad que proporciona (2).

    La estructura de las bienaventuranzas de Mateo es la siguiente: la primera y laltima, ambas en presente (Mt 5,3.10: porque de sosesel reino de los cieloso, mejor, porque sostienena Dios por rey), constituyen el marco para las otrasseis. Las seis intercaladas se dividen en dos grupos: las tres primeras (2., 3. y4.) expresan en futuro el paso de una situacin negativa a otra positiva (5,4-6: delsufrimiento al consuelo, de la sumisin a la libertad, de la injusticia a la justicia);las tres del segundo grupo (5., 6. y 7.), expresan tres modos de ser o de actuarpositivos a los que corresponden experiencias de Dios (5,7-9: ayuda para los queayudan, visin de Dios para los sinceros, condicin de hijos de Dios para los quetrabajan por la paz).

    La opcin inicial

    Viniendo al detalle, la primera bienaventuranza enuncia la primera condicinindispensable para que exista el reinado de Dios, la opcin por la pobreza (5,3:Dichosos los que eligen ser pobres), es decir, la renuncia a la riqueza y a laambicin de riqueza. Esta opcin es la puerta de entrada al reino de Dios, esdecir, abre la posibilidad de una sociedad nueva, porque extirpa la raz de lainjusticia, la ambicin de tener, y rompe con los valores sobre los que sesustenta la vieja sociedad.

    La ambicin lleva a la acumulacin de riquezas e, inseparablemente, a labsqueda del prestigio social y del dominio sobre otros, produciendo unasrelaciones humanas basadas en la desigualdad, la opresin y la rivalidad. Laopcin por la pobreza, que elimina la acumulacin de dinero, se inspira, pues, enel amor a la humanidad oprimida y el deseo de la justicia. Quita el obstculo queimpide la existencia de una sociedad justa y constituye la base indispensable paraconstruirla. De ella nacern la generosidad del compartir (Mt 6, 22s.), la igualdad,la libertadyla hermandad de todos.

    Segn Jess, todo hombre se encuentra abocado a una opcin entre Dios y eldinero (Mt 6,24 par.), es decir, entre el amor y el egosmo, entre el ser y el

  • 7/23/2019 Utopia de Jesus

    8/16

    tener. Optar por la pobreza significa tomar partido por Dios y, con l, por el biende la humanidad y la propia plenitud.

    No hay que confundir con la miseria la pobreza a la que invita Jess; as lodemuestra la felicidad que l promete a los que hacen la opcin (Dichosos...).

    Esta felicidad, a primera vista paradjica, estriba en que, segn la ex presin deJess, sos tienen a Dios por Rey, Dios garantiza que cuantos han hecho esaopcin dispondrn de los medios necesarios para su desarrollo huma no (Mt 6,25-33 par.).

    La invitacin de Jess se hace en plural. No exhorta, por tanto, a una pobrezaindividual y asctica, sino a una decisin personal que ha de vivir se dentro de ungrupo humano, constituyendo as el germen de la nueva sociedad. En ese mbitose crean nuevas relaciones entre Dios y los hombres y entre los hombres mismos.Siguiendo el lenguaje metafrico, Dios reina sobre los hombres comunicndolessu Espritu-vida, estableciendo la nueva relacin Padre-hijo. De ese Espritu,compartido por todos, nace la solidaridad-amor que asegura tanto el sustentomaterial como el pleno desarrollo personal.

    Efecto liberador

    En las tres bienaventuranzas siguientes (2. a 4.) se describe el efecto que laexistencia de grupos que hayan hecho esa opcin tendr en la humanidad pobre yoprimida. La existencia de una alternativa abre la posibilidad de solucin e irsuscitando en la humanidad un movimiento liberador. En el nuevo tipo de relacinhumana, los oprimidos vern una esperanza y encontrarn una alternativa a susituacin.La liberacin se expresa de tres maneras: los que sufren por la opresin podrnsalir de ella, es decir, pasarn a otra situacin donde no hay motivo de sufrimiento(Mt 5,4: porque sos encontrarn el consuelo, cf. Is 61,1); los sometidos, losque han sido reducidos a la impotencia arrebatndoles los medios de subsistencia,heredarn la tierra, es decir, gozarn de plena libertad e independencia (Mt 5,5; cf.Sal 37,11); los que ansan esa justicia vern colma da su aspiracin (Mt 5,6)

    Es de notar que la liberacin de los oprimidos est en funcin de la existencia degrupos que vivan la alternativa y puedan ofrecerla. Jess no hace unaplanificacin de masa; quiere, en cambio, que se formen grupos o comunidadesdonde, por la renuncia al deseo de riqueza, se vivan ya las nuevas relacioneshumanas de solidaridad y libertad. Jess no es un terico, quiere praxis inmediata.

    Labor de la comunidad

    Las bienaventuranzas 5. a 7. exponen las actitudes y objetivos que presiden eltrabajo por la nueva humanidad. Son los rasgos propios de la comunidad de Jess

  • 7/23/2019 Utopia de Jesus

    9/16

    como consecuencia de su opcin por la pobreza, que son, al mismo tiempo,rasgos de la humanidad nueva que a partir de ella se ir formando.

    De hecho, despus de abrir el horizonte de la liberacin, las bienaventuranzasdescriben la labor de la comunidad, que crea a su vez la verdadera relacin con

    Dios. La comunidad se caracteriza por la solidaridad activa (Mt 5,7: Dichosos losque prestan ayuda), por la sinceridad de conducta que nace de la ausencia deambiciones y que permite un trabajo en el que no se busca para nada el propiointers (5,8: Dichosos los limpios de corazn) y, finalmente, por la tarea crucialde procurar la felicidad de los hombres (5,9: Dichosos los que trabajan por lapaz), que resume su misin en el mundo. Esta tarea se corresponde con lasaciedad de justicia expresada en la cuarta bienaventuranza: la labor de lacomunidad nueva debe ser ayudar a crear un mundo justo en el que los hombressean libres y felices.

    Esta manera de ser y de comportarse establece con Dios una relacin que sedescribe con tres rasgos: los que practican la solidaridad experimentarn lasolidaridad de Dios con ellos (5,7: porque sos van a recibir ayuda), los que sontransparentes por su sinceridad experimentarn la presencia inmediata y continuade Dios en su vida (5,8: porque sos van a ver a Dios), los que trabajan por lafelicidad humana tendrn experiencia de Dios como Padre y lo harn presente enel mundo (5,9: "porque Dios los va a llamar hijos suyos)

    Fidelidad y persecucin

    La octava y ltima bienaventuranza enuncia la segunda condicin para el Reino, lafidelidad a la opcin inicial, desafiando la persecucin de que ser objeto lacomunidad por parte de una sociedad que no tolera la emancipacin de losoprimidos ni el trabajo en favor de ellos (Mt 5,10: Dichosos los que vivenperseguidos por su fidelidad)

    La fidelidad a la opcin inicial, a pesar de la hostilidad que sta provoca, expresala coherencia de la conducta con dicha opcin. Excluye, por tanto, todo lo que ladesvirta y mantiene la plena ruptura con los fundamentos de toda sociedadinjusta. Esa coherencia se vive dentro de un grupo que, por los valores queprofesa, se opone diametralmente a la sociedad, y cuya existencia y actividadsocava los principios sobre los que sta se cimenta. Nada tiene de extrao que lasociedad reaccione con todos sus medios, incluida la violencia, e intente suprimirel estilo de vida que se deriva de la opcin por la pobreza.

    La persecucin, manifiesta o solapada, la presin social, los intentos demarginacin, no han de ser para el grupo cristiano motivo de angustia odesesperanza (Dichosos...), porque en esa circunstancia experimentar demodo particularmente intenso la solicitud divina (porque sos tienen a Dios porRey), es decir, el amor y la fuerza del Espritu, que es capaz de superar incluso labarrera de la muerte (Mt 5, 11s.).

  • 7/23/2019 Utopia de Jesus

    10/16

    La reaccin de la sociedad ante el trabajo de comunidades que se esfuerzan porayudar al hombre y colaborar en la obtencin de una felicidad que desmiente lafalsa felicidad que ella propone, no puede ser ms que de hostilidad ypersecucin. Se aprecia claramente la razn por la que Mateo intercala las tres

    bienaventuranzas de liberacin y las tres de accin entre la primera, que describela opcin inicial de la que derivan ambas realidades, y la octava, que supone lareaccin de la sociedad injusta ante el nuevo fenmeno social.

    Frente a la falsa felicidad que promete la sociedad injusta, cifrada en la riqueza, elrango social y el dominio sobre los dems, la repetida proclamacin que haceJess (Dichosos...) muestra que la verdadera felicidad se encuentra en unasociedad justa que permita y garantice el pleno desarrollo humano. La sociedadinjusta centra la felicidad en el egosmo y el triunfo personal; la alter nativa deJess, en el amor y la entrega. Mientras la primera, a costa de la infelicidad demuchos, va creando la felicidad de una minora, cerrada en s misma eindiferente al sufrimiento de los dems, en la sociedad nueva el esfuerzo seconcentra en eliminar toda opresin, marginacin e injusticia, procurando lasolidaridad, la fraternidad y la libertad de todos.

    De este modo, Jess invita a romper con el sistema injusto y a esforzarse porcrear la nueva relacin humana, sin la cual es imposible la relacin autntica conDios. Jess proclama hijos de Dios a los que procuran la felicidad de loshombres, mostrando as que Dios es incompatible con la opresin, elsometimiento y la injusticia. Por eso Jess, presencia de Dios en la tierra, se ponede parte de los explotados y humillados por la sociedad; con esto se juega suprestigio; es evidente que los poderosos tomarn partido contra Jess. Perotambin Dios mismo se juega su prestigio; el Dios verdadero no ser aceptado porlos opresores de la tierra o por los que estn en su favor; stos se buscarn otrosdioses, compatibles con su ambicin de poder.

    Relacin con los movimientos de su poca

    Usando la terminologa de aquel tiempo, pueden llamarse movimientos utpicosjudos aquellos que esperaban la llegada del reinado de Dios sobre Israel. Entreellos pueden distinguirse diversas tendencias.

    Los saduceos

    El movimiento antiutpico por excelencia estaba constituido por el grupo saduceo,integrado por la clase pudiente, tanto civil como sacerdotal. Era la aristocracia deIsrael y estaba formado por los miembros de las familias ms ricas del pas. Ellosdominaban por su nmero en el Gran Consejo o Sanedrn. La aristocraciasacerdotal administraba el templo. El sumo sacerdote primado era el jefe religiosoy poltico de la nacin; su persona era sagrada. Sin embargo, el influjo de la clase

  • 7/23/2019 Utopia de Jesus

    11/16

    sacerdotal sobre el pueblo haba disminuido mucho, pasando a los fariseos yletrados, quienes, a travs de la institucin sinagogal, estaban en estrechocontacto con el pueblo llano, al que transmitan, mediante la enseanza, latradicin farisea. Respecto a la dominacin romana los saduceos haban llegado aun status quo, a una especie de concordato tcito, por el que los romanos

    reconocan la autoridad del sumo sacerdote y del Gran Consejo en los asuntosinternos, aunque con ciertas limitaciones, mientras los dirigentes procuraban evitarconflictos abiertos con el poder romano. De ah que los movimientos populares lostacharan de colaboracionistas.

    La actitud de Jess con ellos es distante. Los saduceos se oponen a suenseanza en el templo, y le tienden trampas para desacreditarlo. Para Jess, elpecado saduceo es el materialismo; no tienen ms horizonte que el de esta vida yprocuran gozar en ella de todo privilegio. Esa actitud tiene por causa sudesconocimiento del verdadero Dios: tal es la condicin de los jefes religiosos deIsrael. Son los saduceos, en particular los sumos sacerdotes, quienes exigen dePilato la condena de Jess (Jn 19,15.21) y azuzan a la gente contra l (Mc 15,11).No les interesa la utopa ni el reino de Dios, que pondra en cuestin suhegemona. Se conforman con la situacin existente, que les asegura el poder.

    Los fariseos

    De los movimientos que pueden llamarse utpicos, el primero y ms importanteera el de los fariseos, caracterizados por la rigurosa observancia de la Ley deMoiss. Ciertamente anhelaban la llegada del reinado de Dios, pero considerabanque este hecho se producira por exclusiva accin divina. Su idea de latrascendencia divina, que excavaba un abismo entre Dios y el hombre, les impedaconcebir que tocaba al hombre cooperar en la llegada del Reino. Para ellos, lanica tarea del hombre era la minuciosa observancia de la Ley, pensando queesto acelerara la accin exclusivamente divina. Ante los acuciantes problemassociales de su tiempo no tenan propuesta que hacer. Slo recomendaban elestudio de la Ley, la piedad individual y la absoluta sumisin a Dios.

    Puede caracterizarse esta tendencia como un espiritualismo devoto sincompromiso alguno con la realidad social. Aunque estaban en profundodesacuerdo con el sacerdocio dirigente, no haban roto con la institucin religiosa;asistan al templo y al culto. Conceban el reinado de Dios como una restauracinpurificadora de las instituciones tradicionales. Por otra parte, un sector delmovimiento fariseo, el grupo de los letrados, formaba parte del Consejo supremo oSanedrn y, con ello, participaban en el poder poltico y religioso. Por su fama desantidad tenan, adems, un enorme influjo sobre el pueblo, que respetaba a losletrados como a maestros.

    En los evangelios, el enfrentamiento de Jess con los fariseos y letrados escontinuo. Jess les echa en cara el ideal que se han propuesto, la perfectaobservancia de la Ley, llevada con sus interpretaciones hasta el absurdo. Esta

  • 7/23/2019 Utopia de Jesus

    12/16

    pretensin los lleva al engreimiento y a buscar la fama de santidad que los permitedominar y explotar al pueblo (Mt 6,2.5.16; Mc 12.28-40). Por otra parte,desemboca en muchos casos en la hipocresa (Mt 15,7; 23,25).

    Tambin denuncia Jess su falta de compromiso: son ellos quienes filtran el

    mosquito y se tragan el camello, es decir, los que pagan religiosamente el diezmodel comino, pero se despreocupan de la justicia y del derecho (Mt 23,23).

    Desprecian al pueblo que no conoce la Ley ni puede dedicarse a una observanciatan absorbente (Jn 7,49) ; pero, adems, Jess denuncia que la ideologa quepropugnan, centrando al hombre en complacer a Dios por la minucia continua, lequita toda libertad e iniciativa, reducindolo a un estado de invalidez humana (Mc3,1-7a).El ideal fariseo de un reino de Dios fundado en la perfecta observancia de la Ley,impuesta por el Mesas-maestro, es el que Juan refuta en su evangelio en laescena de Nicodemo (Jn 3,1-12). Para Jess, no es la imposicin externa denormas las que construyen una sociedad nueva, sino la existencia del hombrenuevo, movido por el Espritu (Jn 3,3).

    Los zelotas

    Del movimiento fariseo deriv, por lo que parece, el grupo de los zelotas. Tambinfanticos de la Ley, no se conformaban con la inactividad de los fariseos;pensaban que haba que colaborar en la llegada del Reino, tanto en la liberacindel yugo extranjero como en la reforma de las instituciones. Nutran as por unaparte un odio implacable contra el invasor y pensaban encontrar la solucin en unasublevacin armada que sera apoyada por Dios; respecto a la situacin interior dela nacin, eran muy sensibles a la injusticia social y propugnaban un reformismoviolento, acusando a las autoridades de colaboracionismo con el poder romano. Lasituacin de hambre y falta de trabajo que se padeca sobre todo en Galilea,donde predominaba el latifundio, haca que encontrasen eco en las multitudes demiserables que carecan de medios para subsistir.

    Naturalmente, tampoco los zelotas discutan la legitimidad de las instituciones ni ladiferencia de clases dentro de la sociedad. Pretendan que mandasen losbuenos, los que coincidan con sus ideas.

    En los ltimos tiempos, varios autores han querido hacer de Jess un zelota,pretendiendo leer entre lneas el relato evanglico. Esta pretensin contradice, sinembargo, todo lo que explcitamente han dejado escrito los evangelistas.

    Para Jess, el uso de la violencia no ofrece solucin. Adems de condenarla en laesfera individual (Mt 5,38-42; Lc 6,29s.), tampoco la acepta como medio parainstaurar la sociedad nueva. Esta no llegar a travs del cambio de los cuadrosdirigentes ni tampoco mediante el cambio de estructuras. La solucin de loszelotas, basada en la lucha violenta por el cambio social, lleva al fracaso, pues, si

  • 7/23/2019 Utopia de Jesus

    13/16

    no cambian los hombres, la reforma caer en los vicios del sistema anterior.Solamente la existencia de una nueva clase de hombre, el que ha renunciado a laambicin y a la revancha, permitir la llegada de una sociedad justa. Usar losmedios violentos del sistema significa compartir sus falsos valores. La nuevasociedad no puede basarse sobre la coaccin, sino sobre la libertad de opcin. El

    uso de la violencia muestra que an no existe el hombre nuevo. Las soluciones novienen de fuera adentro, sino de dentro afuera. Jess no pretende una reforma delas instituciones; las declara todas caducadas (Mc 2,22: a vino nuevo, odresnuevos), incluida la Ley (Mc 2,28). Toca a los hombres nuevos ir encontrando encada poca la organizacin social que exprese la nueva realidad y las nuevasrelaciones humanas.

    Numerosos son los pasajes de los evangelios donde se alude a la inutilidad de laviolencia zelota y al rechazo que de ella hace Jess. A veces, se le ofrece queacepte el papel de lder popular, para llevar a cabo la empresa. As lo pro poneMarcos en la sinagoga de Cafarnan, donde el posedo por un espritu inmundo,figura del secuaz fantico de una ideologa, lo proclama el Consagra do porDios, esperando que, en vez de derribar la ideologa nacionalista del sistema

    judo, la haga suya y se erija en liberador nacional (Mc 1,24). Las multitudes judasy paganas, marginadas y abandonadas, creen ver en l al lder esperado (Mc3,11s.)

    Otras veces los evangelistas utilizan imgenes, sobre todo la del agua (xodoviolento de Moiss, con destruccin de los enemigos) y la del fuego (celo ardientey violento de Elas contra la monarqua corrompida). As, en el episodio delparaltico de Juan (Jn 1-18), la agitacin del agua en la piscina representa larebelin violenta que anhela el pueblo reducido a la impotencia (5,7). Jess nosecunda ese deseo, pero ofrece al hombre la fuerza y la libertad, rompiendo con lainstitucin que lo someta (5,8s.). La suegra de Pedro est en cama con fiebre(palabra cuya raz en griego es fuego), y Jess la cura; indica con ello Mc elintento de Jess de separar a Pedro de los crculos que fomentaban el espritureformista violento de Elas (Mc 1,29-31). El nio endemoniado y epilptico se veaforzado por el mal espritu a tirarse al fuego o al agua (se unen aqu ambasfiguras), lo que causara su destruccin (Mc 9,22). La escena de Getseman,donde un discpulo saca el machete y ataca al siervo del sumo sacerdote (Mt26,51), representante en la escena de la ms alta jerarqua del judasmo, expresael espritu reformista violento que posea al grupo de discpulos. Jess le ordenarenunciar a la resistencia (Mt 26,52).

    En cuanto a la otra caracterstica de los zelotas, el odio a los romanos invasores yel deseo de revancha, nada ms opuesto al espritu de Jess. El, que pro clama ypractica el amor y la fraternidad universal de hombres y pueblos, no puede quererla ruina de los romanos, ni la venganza contra ellos (cf. Mt 8,5-13 par.). Por eso noarenga a la rebelin armada, sino que ensea el amor a los enemigos (Mt 5,44par.). Para l, las naciones paganas son, como la juda, pueblos oprimidos porminoras dirigentes (Mc 10,42). La labor de todos los que siguen a Jess, tambinde los discpulos de origen judo, es ponerse al servicio de esos oprimidos de toda

  • 7/23/2019 Utopia de Jesus

    14/16

    raza para rescatarlos de su esclavitud (Mc 10,45). Tal es el sentido de la misinuniversal, propia de los grupos cristianos.

    Los esenios

    El grupo de los esenios no se nombra en los evangelios. Constituan una sectafantica y exclusivista y se consideraban los nicos constituyentes del verdaderoIsrael. Haban roto por completo con la institucin religiosa, pues considerabanilegtimo el sumo sacerdocio existente. Vivan separados, en el desierto o en lasciudades; tenan sus propios ritos de iniciacin y pronunciaban terribles

    juramentos de guardar secreto lo que concerna a la secta. Esperaban la llegadade un Ungido de Aarn, es decir, de un nuevo sumo sacerdote, y de un Ungido deDavid, es decir, el mesas guerrero. Un conflicto final dara la victoria a los hijos dela luz sobre los de las tinieblas, que eran todos excepto ellos mismos. En la pocade Jess no estaban comprometidos social ni polticamente, pero en aosposteriores y, en particular, al acercarse la guerra contra Roma, fueron ganadospor el espritu zelota.

    El dicho que aparece en Mt 5,43: Amars a tu prjimo y odiars a tu enemigo,es tpicamente esenio. Jess lo desautoriza totalmente, mostrando que escontrario al ser del Dios verdadero.

    Es instructivo poner en contraste el programa de Jess con el de los fariseos, suscontinuos adversarios. Frente a una Ley que programa la vida, Jess da al hombreplena libertad. No se trata ya de obedecer a Dios, sino de ser como l (Mt 5,48),secundado el impulso del Espritu que l comunica y que identifica con l. Por otraparte, la fidelidad a Dios no se expresa con la observancia minuciosa de un cdigode preceptos, sino con el amor de obra a los dems.

    Este amor ha de ser universal, sin establecer discriminaciones (Mt 5,43-48). Estebinomio, libertad y amor, caracteriza al seguidor de Jess; expresa la libertadresponsable, por la que el hombre, dueo de su propia vida, la entrega para elbien de los dems.

    Un hecho notable es que nunca invita Jess a un fariseo a ser discpulo suyo. Elfariseo, esclavo de la Ley, no conoce ni desea la libertad y, absorto en su empeode ser fiel a Dios, olvida la fidelidad a los hombres.

    Es distinto el caso de los zelotas. En los tres evangelios sinpticos se notaexpresamente que hay un zelota en el grupo de los Doce (Mt 10,4; Mc 3,18; Lc6,15). Esta respuesta de los zelotas al anuncio del reinado de Dios se explicaporque stos eran sensibles a la injusticia social y queran ponerle remedio, aunque equivocadamente lo buscasen en la reforma violenta, dentro de un espritunacionalista exaltado. Fueron los causantes de la injusticia, como las clasesdirigentes, y los indiferentes a ella, como los que seguan las doctrinas fariseas oesenias, los que no respondieron al mensaje de Jess.

  • 7/23/2019 Utopia de Jesus

    15/16

    xito de la utopa: la victoria sobre la muerte

    La resurreccin de Jess significa su victoria sobre la muerte. El trminoresurreccin pertenece a la tradicin farisea y, en el evangelio de Marcos, Jesslo usa exclusivamente ante oyentes judos. Para los hombres en general habla desalvar la vida, en el sentido de obtener una vida que supera la muerte. En el NT,el trmino resurreccin se usa muchas veces con sentido polmico. De hecho, alos ojos de todos, la postura del muerto es horizontal y la resurreccin, quesignifica levantarse de nuevo, indica la vuelta a la vida. Si Jess fue condenadoa muerte y ejecutado por los representantes del sistema religioso poltico judo, sedice que Dios lo resucit de la muerte (Hch 17,37; Rom 4,24) para subrayar queDios da la razn a Jess en contra del sistema religioso que pretenda tenerautoridad divina. A los ojos de Dios, el condenado es el inocente; sus jueces sonlos culpables. No slo eso; con la resurreccin, Dios invalida la sentencia demuerte.

    Sin embargo, dejando aparte la polmica propia de los primeros tiempos delcristianismo, una formulacin teolgica ms apropiada que la de resurreccin esla de la vida que supera la muerte

    El fundamento de la vida que no muere est en la comunicacin del Espritu,fuerza de vida y amor de Dios mismo. Quien posee esa vida de calidad divina ypractica el amor a los dems no puede morir. Es ms, para l la muerte fsica noes ms que un accidente inevitable, pero que no conlleva ninguna experiencia dedestruccin (Jn 8,51: S, os aseguro que quien cumpla mi mensaje no sabrnunca lo que es morir).

    Esta vida definitiva asegura el xito de la utopa de Jess que no ser vencida porla muerte (cf. Mt 16,18: y el poder de la muerte no la derrotar). As se exponeen el evangelio de Juan, usando las categoras del xodo-liberacin. Jesscontrapone el fracaso del antiguo xodo al xito del nuevo (Jn 6,49: vuestrospadres comieron el man en el desierto, pero murieron; 6,51: quien coma pan deste vivir para siempre). Segn el proyecto de Jess, la humanidad debe iralcanzando el mximo de su desarrollo y su felicidad en la etapa histrica, e irpasando sucesivamente a la etapa final y definitiva del Reino, que coronar loconseguido en esta vida.

    Conclusin: el Dios-amor

  • 7/23/2019 Utopia de Jesus

    16/16

    La actividad y el mensaje de Jess son la consecuencia de su experiencia de Dioscomo amor. Es lo que expresa la denominacin el Padre, que designa al que,por amor, comunica a los hombres su propia vida.

    Si el Padre es amor sin lmites al hombre, no puede tolerar que ste sufra, sea

    oprimido o se vea impedido de alcanzar la plenitud a la que est destinado. De larealidad del Dios-amor se deriva su oposicin a la injusticia, la actividad de Jessen favor de los dbiles e incluso su aceptacin de la muerte con objeto de llevar acabo su obra liberadora.

    Por eso, la actividad de Jess se dirige particularmente a los ms necesita dos, alos marginados por motivos religiosos o sociales. Ella descubre las gran desesclavitudes que impiden el desarrollo del hombre y permiten su manipulacin yexplotacin; son las ideologas religiosas y nacionalistas las que favorecen lamarginacin e impiden el amor y la fraternidad universal.

    Pero, al mismo tiempo, la experiencia del Dios-amor impide cualquier actividadinspirada en el odio o que procure el dao de otros; de ah la diferencia entre losepisodios de liberacin que aparecen en el AT y la liberacin que propone Jess:quien ama est dispuesto a dar la vida, no a quitarla, ni siquiera para salvar lapropia (3).

    1. Con los pobres de la tierra. La justicia social en los profetas de Israel,Cristiandad, Madrid 1985;El clamor de los profetas en favor de la justicia, Fundacin Santa Mara Madrid l988.

    2. Para las bienaventuranzas, vase F. CAMACHO, La proclama del Reino.Anlisis semntico y comentario exegtico de las Bienaventuranzas de Mt5,3-10,Cristiandad, Madrid 1986.

    3. El tema de esta conferencia se encuentra expuesto con mayor amplitud enJ. MATEOS-F. CAMACHO CHO, El horizonte humano. La propuesta deJess,El Almendro, Crdoba 1988.