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1 Universidad de los Andes Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Psicología EVALUACIÓN DE UN PROGRAMA DE FORMACIÓN DE PADRES PARA EL DESARROLLO SOCIOEMOCIONAL EN LA INFANCIA Trabajo de grado para optar al título de MAGISTER EN PSICOLOGÍA Claudia Patricia Pineda Marín Bajo la dirección de Enrique Chaux Torres, PhD. Bogotá, D.C., 26 de Junio de 2015

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Universidad de los Andes

Facultad de Ciencias Sociales

Departamento de Psicología

EVALUACIÓN DE UN PROGRAMA DE FORMACIÓN DE PADRES PARA EL

DESARROLLO SOCIOEMOCIONAL EN LA INFANCIA

Trabajo de grado para optar al título de

MAGISTER EN PSICOLOGÍA

Claudia Patricia Pineda Marín

Bajo la dirección de Enrique Chaux Torres, PhD.

Bogotá, D.C., 26 de Junio de 2015

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Un día comenzó el sueño de hacerme investigadora en psicología y esta tesis es uno de los pasos

para avanzar en mi propósito. Hoy, después de haber escrito estas páginas producto de la

interacción y el apoyo invaluable de muchas personas, la mejor palabra que describe el

sentimiento es: gracias. En primer lugar agradezco al Doctor Enrique Chaux Torres, por

compartir su conocimiento y acompañarme en este trabajo todos los días. Por su ejemplo de

constancia, respeto por la vida y compromiso social. Por ser más que un tutor, por ser un modelo

de un científico justo, crítico y ético. Porque con su paciencia me ha enseñado que ser un

maestro va más allá de las horas asignadas. Porque siempre me recibió con una sonrisa y me

motivó a continuar justo cuando más difícil se hacía la tarea.

Agradezco a los hombres y mujeres participantes de mi investigación porque con sus

experiencias de vida enriquecieron la mía, me abrieron la puerta a sus vivencias, sus

preocupaciones y sus alegrías como padres, madres y cuidadores. Como si con eso no hubiera

sido suficiente me expresaron a mí y a mis estudiantes su agradecimiento por la oportunidad

compartida. Gracias también a mis estudiantes y asistentes: Leonardo González, Diana Gutiérrez,

Carolina Sánchez, Camila Franco y Gina Buitrago, porque su apoyo en todas las labores

científicas y logísticas que implicaba hacer esta intervención fue fundamental.

Mis agradecimientos también a mis jurados la Doctora Blanca Patricia Ballesteros y a la Doctora

Sonia Carrillo porque con su conocimiento y sus comentarios a mi investigación contribuyeron a

que este producto fuera de calidad. A las Doctoras Havighurst y Harley de la Universidad de

Melbourne por facilitarme el material para la aplicación del programa Tuning into Kids que ellas

mismas crearon y su interés de que fuera evaluado en otro contexto. Agradezco a la Doctora

María Paula Chaparro por su asesoría metodológica y porque siendo tan joven su sabiduría fue

muy ilustradora en este trabajo y de seguro sus contribuciones a la ciencia y a otros

3

investigadores será tan valiosa como lo fue para mí. Agradezco a la Doctora María del Pilar

Bravo por abrirme las puertas de su organización, facilitar los tiempos, los espacios y las

condiciones para realizar la intervención.

Mil gracias también a mis compañeros del coloquio: a Juan Camilo Medina, a Carolina Botero, a

Christian Gaviria, a Carlos Hermosa y a Mónica Sánchez porque en medio del buen humor, un

café y mucho afecto, sus aportes y críticas hicieron este camino muy amable y de la Universidad

de los Andes mi segunda casa.

Agradezco a mi padre Raúl Pineda y a mi madre Alba Marín, por patrocinar mis sueños, por

confiar en mí, por ayudarme a mantener el foco, por ser la inspiración para superar todas las

dificultades académicas y de mi vida personal, porque éste también es su producto y una

promesa cumplida de que todos sus esfuerzos y afecto por mí son lo más valioso de mi vida.

Agradezco a Edwin por haber sido mi compañero incondicional durante muchos años y porque

este trabajo también es producto de su afecto, acompañamiento y apoyo.

Mil gracias a mi maestro y amigo el profesor Wilson López López, a su esposa, la profesora

María Contanza Aguilar por su gestión y compañía amorosa para que este trabajo pudiera

culminar.

Gracias a mi amigo el profesor Pablo Vallejo por leer todas estas páginas, por corregir con cariño

y esmero cada párrafo, por su ejemplo académico y por su amistad que valoro inmensamente.

Finalmente, aunque en los autores de este trabajo sólo aparezca mi nombre es claro que el

conocimiento no es una producción individual, es la suma exponencial de los esfuerzos de

muchas personas. Estas páginas son fruto del aporte de algunas y algunos que con su

conocimiento y experticia donan su sabiduría para lograr un trabajo de calidad y, otras y otros

que ofrendan su cariño para que este producto esté cargado de sentido. Gracias.

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Tabla de Contenidos

INTRODUCCIÓN  .....................................................................................................................................  8  Las  competencias  socioemocionales  y  su  desarrollo  .........................................................................................  15  Programas  para  desarrollar  competencias  socio-­‐emocionales  en  la  infancia  temprana  y  las  habilidades  de  los  padres.  ..............................................................................................................................................  22  Los  estilos  parentales  y  su  relación  con  las  competencias  socioemocionales  ........................................  26  Programas  vigentes  de  entrenamiento  a  padres,  sus  fortalezas  y  debilidades.  .....................................  27  

MÉTODO  ................................................................................................................................................  41  Diseño  .....................................................................................................................................................................................  41  Participantes  ........................................................................................................................................................................  42  Instrumentos  ........................................................................................................................................................................  43  Procedimiento  .....................................................................................................................................................................  48  Consideraciones  Éticas  ....................................................................................................................................................  50  Plan  de  análisis  ....................................................................................................................................................................  52  

RESULTADOS  .......................................................................................................................................  54  Pertinencia  del  programa  de  formación  TIK  con  las  necesidades  y  dificultades  expresadas  por  los  cuidadores  .............................................................................................................................................................................  54  Involucramiento  de  los  padres  en  el  programa  TIK™  .......................................................................................  74  Eficacia  del  programa  TIK™  para  generar  cambios  en  la  asertividad  con  los  hijos,  el  manejo  de  conflictos,  el  manejo  de  la  ira,  la  empatía  y  las  conductas  parentales  (monitoreo,  manejo  de  contingencias,  funcionamiento  de  reglas  y  comunicación  afectiva).  ...........................................................  79  

DISCUSIÓN  ............................................................................................................................................  83  ¿Qué  tan  pertinente  es  el  programa  de  formación  de  padres  TIK™  con  las  necesidades  percibidas  por  los  cuidadores?  ...........................................................................................................................................................  84  ¿Qué  tanto  involucramiento  de  los  padres  genera  el  programa  TIK™?  ....................................................  91  ¿Qué  tan  eficaz  es  el  programa  para  generar  cambios  en  la  asertividad  con  los  hijos,  el  manejo  de  conflictos,  el  manejo  de  la  ira,  la  empatía  y  las  creencias  sobre  la  crianza?  .............................................  95  

REFERENCIAS  ....................................................................................................................................  106  APÉNDICES  .........................................................................................................................................  113  

5

Lista de Apéndices

 

Apéndice  A.  ........................................................................................................................................  113  Caracterización  sociodemográfica  de  los  trabajadores  de  la  empresa  floricultora.  ..............  113  

Apéndice  B.  ........................................................................................................................................  114  Organigrama  de  la  empresa  floricultora.  .................................................................................................  114  

Apéndice  C.  .........................................................................................................................................  115  

Características  sociodemográficas  de  los  participantes  de  la  evaluación  del  programa  TIK.  ....................................................................................................................................................................................  115  

Apéndice  D.  ........................................................................................................................................  116  

Formato  de  consentimiento  informado  ....................................................................................................  116  Apéndice  E.  .........................................................................................................................................  118  

Encuesta  de  caracterización  de  los  participantes  .................................................................................  118  Apéndice  F.  .........................................................................................................................................  120  

Entrevista  sobre  habilidades  para  la  solución  de  conflictos  ............................................................  120  

Apéndice  G.  ........................................................................................................................................  121  Registros  de  asistencia  y  observación  .......................................................................................................  121  

Apéndice  H.  ........................................................................................................................................  122  Estrategias  de  solución  de  conflictos  (ESC)  ............................................................................................  122  

Apéndice  I.  ..........................................................................................................................................  125  

Adaptación  del  State-­‐Trait  Anger  Expression  Inventory  (STAXI).  ................................................  125  Apéndice  J.  ..........................................................................................................................................  126  

Adaptación  del  Interpersonal  Competence  Questionnare  (ICQ)  ...................................................  126  

Apéndice  K.  ........................................................................................................................................  127  Adaptación  del  Coping  with  Children’s  Negative  Emotion  Scale  (CCNES).  ...............................  127  

Apéndice  L.  .........................................................................................................................................  130  Cuestionario  Sobre  Conductas  Parentales  ...............................................................................................  130  

Apéndice  M.  .......................................................................................................................................  131  

Componentes  del  programa  TIK  ..................................................................................................................  131  Apéndice  N.  ........................................................................................................................................  134  

Encuesta  de  satisfacción  de  TIK  ...................................................................................................................  134  

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Lista de Figuras

Figura 1. Teoría del cambio del programa TIK™, tomada y adaptada de Havinghurst & Harley, (2010). ........................................................................................................................................... 38  Figura 2. Categorías de análisis sobre las necesidades percibidas ................................................ 57  Figura 3. Subcategorías de la categoría dificultades para la regulación emocional ...................... 59  Figura 4. Subcategorías de la categoría necesidad de establecer reglas. ....................................... 64  Figura 5. Subcategorías de la categoría necesidades de aprender manera efectivas de comunicación. ................................................................................................................................ 66  Figura 6. Subcategorías de la categoría necesidades relacionadas con la asertividad en las comunicaciones de las instrucciones. ............................................................................................ 69  Figura 7. Subcategorías de la categoría necesidades relacionadas con la asertividad en la comunicación para la gestión de los conflictos. ............................................................................ 72  Figura 8. Pertinencia entre los objetivos del programa TIK™ y las necesidades percibidas. ....... 73  Figura 9. Comparación de resultados del pretest y el postest del STAXI entre el grupo control y el grupo experimental. ................................................................................................................... 81  Figura 10. Aspectos facilitadores y que dificultan el desarrollo del programa TIK™ ............... 105  

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Lista de Tablas

 

Tabla  1  ...................................................................................................................................................  55  Promedio  del  nivel  de  dificultad  que  representan  algunas  actividades  que  los  padres  realizan  con  sus  hijos  e  hijas.  ...............................................................................................................................................  55  

Tabla  2  ...................................................................................................................................................  56  Promedios  del  nivel  de  interés  que  tienen  los  padres  para  aprender  algunas  habilidades  durante  el  programa  .............................................................................................................................................  56  

Tabla  3  ...................................................................................................................................................  80  Resultados  de  los  ANOVAS  de  medidas  repetidas  entre  el  grupo  experimental  y  el  grupo  control  .........................................................................................................................................................................  80  Tabla  4  ...................................................................................................................................................  82  

Resultados  de  la  comparación  de  medias  de  Estrategias  de  solución  de  conflictos  entre  el  grupo  experimental  y  el  grupo  control  ...........................................................................................................  82  

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Resumen

Las competencias socioemocionales de los cuidadores son básicas en la crianza de niños y niñas,

pues a su buen desarrollo se le atribuyen interacciones saludables entre las familias. Dichas

interacciones se generalizan a otros ambientes como la escuela y las relaciones con pares.

Recientemente los programas de formación en habilidades para la crianza han implementado la

educación en competencias socioemocionales y han mostrado efectividad en cuanto a los

resultados en la reducción de problemas de conducta de los niños, aún así los programas de

intervención con padres, madres y cuidadores no han estudiado bajo qué condiciones estos

programas son más efectivos y pertinentes. Así, este estudio tuvo como objetivo principal

evaluar el programa de intervención Tuning in to Kids para la formación de competencias

socioemocionales de un grupo de cuidadores y cuidadoras. Para ello se empleó un diseño

cuasiexperimental y un método mixto. Se contó con la participación voluntaria de 7 hombres y

45 mujeres, entre 18 y 55 años de edad (M = 25.6, DE = 5.6), quienes eran padres, madres o

cuidadores. Se recogió información cualitativa y se tomaron datos cuantitativos al inicio de la

intervención, luego se realizaron 6 sesiones de intervención con el grupo experimental y

posteriormente se tomaron medidas de competencias socioemocionales y se hicieron entrevistas

al grupo experimental y al grupo en espera. Los principales resultados mostraron que el

programa Tuning in to Kids es pertinente con las necesidades percibidas para la crianza, que el

involucramiento de los participantes mejora con la colaboración de las empresas para tomar

tiempo de su trabajo para asistir al programa en las mismas instalaciones y que no hubo

diferencias estadísticamente significativas entre los resultados del grupo en espera y el

experimental en las medidas de empatía, asertividad y conductas en la crianza, como sí las hubo

en las habilidades para solucionar conflictos y las habilidades para la expresión de la ira. Como

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conclusiones del estudio evaluativo se consideraron: que el programa resulta pertinente aunque

debe incluir algunos nuevos componentes como la crianza de hijos de las parejas. El programa

Tuning in to Kids resulta efectivo para generar cambios en las habilidades para la solución de

conflictos y la expresión de la ira.

Palabras claves: competencias socioemocionales, empatía, asertividad, manejo de la ira,

habilidades para la crianza, estilos parentales.

10

Ser padres por primera vez no es fácil. Casi todos alguna vez hemos oído a alguien quejarse de

no saber qué hacer con su hijo o hija, refiriéndose con ello –en el mejor de los casos- a que sus

habilidades como cuidador no son suficientes para responder apropiadamente a las demandas

educativas que implica el hecho de ser responsable del desarrollo de un niño o niña. Young y

Holcomb (2007) entrevistaron jóvenes estadounidenses que eran padres por primera vez, quienes

reportaron que generalmente no sabían muy bien cuáles debían ser sus funciones (porque la

mayor parte de los entrevistados no tenían un modelo de cuidador diferente al de proveedor), en

segundo lugar los padres1 revelaron que el primer año después del nacimiento de su primer hijo

los conflictos de pareja se habían incrementado por la organización de las labores en el cuidado.

En tercer lugar informaron que la participación en un programa de entrenamiento de padres había

contribuido a tener una mejor experiencia como padres y como pareja.

Los programas de formación a padres son una estrategia creada y desarrollada principalmente

por psicólogos, quienes han venido afinando sus metodologías de prevención e intervención con

cuidadores desde los años 60 (Brestan & Eyberg, 1998; Eyberg, Nelson & Boggs, 2008; Kazdin,

1997; Patterson & Guillion, 1968; Patterson, Reid & Eddi, 2002). Independientemente de cuáles

hayan sido los enfoques y las técnicas de cada uno de los programas de entrenamiento a padres,

los programas revisados coinciden en su objetivo de pretender formar a los padres para mejorar

sus habilidades como cuidadores y en ese mismo sentido contribuir a fortalecer los factores de

protección y disminuir los factores de riesgo asociados a los problemas emocionales y

comportamentales de los hijos.

1 En este documento se utilizará aleatoriamente la palabra padres, madres y/o cuidadores principales, para referirnos a las personas encargadas principalmente del cuidado de las niñas y los niños. De igual manera se usarán indistintamente las palabras niña, niño, hija e hijo para referirnos a quienes están al cuidado de los adultos.  

11

Algunos programas ya desarrollados en otros países (y que se explicarán con más detalle

adelante en el texto) que se incluyeron en esta revisión incluyen temáticas tales como: técnicas

que deben aprender los cuidadores para el manejo apropiado de las emociones y del

comportamiento, entrenamientos específicos dependiendo de los problemas de conducta de las

hijas y/o los hijos, estrategias que pueden usar los terapeutas o instructores de los programas

(videos, juegos de roles, cartillas, etc.) e instrumentos para evaluar que los padres y madres

hayan aprendido las lecciones en cada sesión (Pearl, 2009; Wyatt-Kaminski, Valle, Filene &

Boyle, 2008).

Ahora bien, los programas ampliamente desarrollados y documentados en otros países

(Herschell, Calzada, Eyberg & McNeil, 2002; McMahon & Forehand, 2003; Sanders, 2012;

Webster-Stratton & Reid, 2003; Wilson, Havighurst & Harley, 2012) han demostrado ser

eficaces específicamente cuando se han trabajado competencias de tipo socioemocional, manejo

de contingencias y cuando se les ha enseñado a los padres a ser consistentes. En nuestro país, las

publicaciones sobre entrenamientos a padres son escasas (Gómez, 2004; Klevens & Montoya,

2003; Ungar, Duque & Hernández, 2011), pero sabemos que algunos investigadores también se

han percatado de la importancia de incluir a los padres en los programas de formación y han

desarrollado intervenciones para proveer herramientas para una mejor práctica de crianza.

En este punto cabe anotar que la asistencia -por sí sola, es decir sin compromiso activo de los

padres y madres- a programas de formación con eficacia demostrada y la cobertura de los

mismos no garantiza que los padres puedan tener mejores respuestas frente a las demandas como

cuidadores. Es por eso que en esta investigación nos proponemos evaluar la pertinencia entre lo

que se enseña en un programa de formación y las necesidades expresadas por los cuidadores, así

como el involucramiento de los padres en los programas y finalmente la efectividad de un

12

programa de intervención en la formación de padres para favorecer el desarrollo de las

competencias socioemocionales. En breves palabras, esta será una investigación de tipo

evaluativo, en la que se tendrán en cuenta criterios de adecuación cultural, pertinencia,

involucramiento de los padres y efectividad del programa de intervención TIK (Tuning in to

Kids™).

El programa Tuning in to Kids™ es un programa de formación de competencias

socioemocionales dirigido a padres, madres y cuidadores de niños y niñas. Este programa tiene

como elemento especial el entrenamiento emocional de los cuidadores para que ellos mismos

sirvan de entrenadores para sus hijos, además incluye el aprendizaje de pautas de crianza . Este

factor resulta relevante puesto que Wyatt-Kaminski, Valle, Filene y Boyle (2008) coinciden en

que los principales componentes de un programa exitoso debería tener entrenamiento emocional,

manejo de contingencias y constancia en la aplicación de las mismas. Adicionalmente TIK es un

programa que tiene disponible un manual de aplicación detallado con las actividades de cada

sesión y que además ha sido evaluado previamente (Havighurst & Harley, 2012).

La realización de esta evaluación responde al hecho de que algunos programas de formación de

padres han mostrado impactos positivos, pero no es claro si padres con diversas características se

benefician por igual del programa, o bajo qué condiciones, necesidades y características los

programas son más efectivos en generar cambios en los padres. Por ejemplo ¿Qué tanta

pertinencia y efectividad tiene este programa con las necesidades particulares de padres, madres

y cuidadores en nuestro contexto?. Este es uno de los aspectos en los que esta investigación

busca profundizar, aspecto que las evaluaciones (llevadas a cabo y revisadas hasta ahora) no

permiten analizar.

13

La pertinencia de esta investigación en el contexto colombiano se explica entre otras cosas

porque según los datos del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (2014) de

los 68.230 casos de violencia intrafamiliar reportados, 9.708 fueron en contra de niños, niñas y

adolescentes. El informe más reciente expone que los familiares en primer grado son los

agresores responsables del 71.51% de las agresiones en contra de los niños, niñas y adolescentes

(padre 32.69%, madres 27.93%, hermano o hermana 5.89%), otro 4.19% de las agresiones en

contra de los niños, niñas y adolescentes son perpetrados por personas fuera de la familia, pero

que tienen algún tipo de control o autoridad sobre los menores (padrastro 8.83%, Tío o tía

6.65%, profesores 4.19%, abuelos o abuelas 2.36%, primos o primas 2.09%, madrastra 1.72%,

cuñado o cuñada 1.31%, suegro o suegra 0.34% y otros 6%).

El informe expone también que los eventos en los que se dan la mayor cantidad de agresiones

son durante la realización de actividades vitales y de cuidado personal, las actividades del hogar,

las actividades deportivas, las actividades de desplazamiento de un lugar a otro y las actividades

relacionadas con el estudio y el aprendizaje. A su vez señalan que el 85.74 % de las agresiones se

dan dentro de las viviendas.

En contraste con el Código de la Infancia y la Adolescencia (2013), en su Artículo 38, se expresa

que:

“(…) es obligación de la familia promover la igualdad de derechos, el afecto, la

solidaridad y el respeto recíproco entre todos sus integrantes. Cualquier forma de violencia en la

familia se considera destructiva de su armonía y unidad y debe ser sancionada. Son obligaciones

de la familia para garantizar los derechos de los niños, niñas y adolescentes: (entre otros) 2.

Participar en los espacios democráticos de discusión, diseño, formulación y ejecución de

políticas, planes, proyectos y programas de interés de la infancia, la adolescencia y la familia. 3.

14

Formarles, orientarles y estimularles en el ejercicio de sus derechos sexuales y responsabilidades

y en el desarrollo de su autonomía. (…). Abstenerse de realizar todo acto y conducta que

implique maltrato físico, sexual o psicológico, y asistir a los centros de orientación y tratamiento

cuando sea requerida (p.19-20)”.

Este contraste entre la situación actual de la violencia contra los niños y las obligaciones de las

familias según el Código de la Infancia y la Adolescencia, evidencia una necesidad insatisfecha

entre las interacciones que se dan al interior de la familia y las esperadas. En este contexto los

programas de intervención con padres para el desarrollo de las competencias socioemocionales

podrían denominarse pertinentes, puesto que entre sus logros se cuentan la mejora en las

prácticas y creencias de la socialización de las emociones, que tiene repercusiones en la calidad

de las relaciones de cuidadores e hijos, el clima familiar y la reducción de conductas indeseadas

de las niñas (Wilson, Havighurst & Harley, 2012).

Según Vargas-Trujillo y Gámbara (2008) las evaluaciones de proyectos, programas y políticas

son muy útiles en la adecuada asignación de los recursos y permiten evidenciar tanto los

productos como los procesos que se realizan en una intervención. Como parte fundamental de los

procesos de evaluación se considera fundamental entender algunos conceptos básicos, tales como

el de necesidad, que se define como la discrepancia entre una situación actual, real u observada y

la situación ideal. Así, la función de una intervención debe ser minimizar la brecha entre la

situación actual y la situación ideal. Según las autoras, hay varios tipos de necesidades, y en el

caso de esta investigación se tomaron en cuenta las necesidades percibidas, definidas éstas como:

“las que las personas sienten que deben ser satisfechas y que manifiestan en las encuestas y otros

procedimientos de recolección de información (p.44)”. Esta evaluación de las necesidades, como

la que se buscó ejecutar en esta investigación, asegura la pertinencia de la intervención, pues

15

según afirman las mismas autoras un programa puede definirse como pertinente si responde a

unas necesidades específicas a partir del análisis riguroso del problema. Esto último tiene

repercusiones en el impacto sobre la situación problema.

Las competencias socioemocionales y su desarrollo

Las razones por la cuales nuestra propuesta se enfoca en las competencias socioemocionales

parten de algunos estudios en los que se ha encontrado que dichas competencias son

fundamentales para la interacción y su apropiado desarrollo puede predecir un buen ajuste

escolar y mejor desempeño académico (Denham et al.,2003). Para efectos de esta investigación

las competencias socioemocionales serán entendidas como las habilidades para entender

emociones propias y de otros, regular las emociones, estar atento, tomar decisiones apropiadas

frente a problemas sociales, expresar emociones saludables y comprometerse con conductas

prosociales (Denham et al., 2011).

Un desarrollo apropiado de las competencias socioemocionales en el contexto escolar fomenta

que los niños tengan mejores interacciones con sus maestros y maestras, que la representación de

sí mismos sea más positiva y que esto se derive a otras relaciones. Esto último, tendrá

implicaciones directas en la habilidad de los niños y niñas para entablar relaciones de amistad e

incrementar la probabilidad de participación en actividades escolares (Denham et al., 2003).

Específicamente hay tres componentes de las competencias socioemocionales que pueden ser

considerados esenciales: en primer lugar la expresividad emocional, entendida como la habilidad

para expresar de manera asertiva los estados emocionales En segundo lugar, el reconocimiento

de las emociones. Según los autores Denham et al. (2003) los niños que entienden sus emociones

son más prosociales, más responsivos a sus pares y también más queridos por otros, ya que son

capaces de expresar sus emociones. Además, logran entender más fácilmente las emociones de

16

otros y reaccionar de manera prosocial. En tercer lugar la regulación de las emociones (entendida

como los “procesos intrínsecos y extrínsecos responsables del monitoreo, evaluación y

modificación de las reacciones emocionales para alcanzar un objetivo”; Thompson, 2004 en

Denham et al., 2003, p. 240) es un aspecto relevante de las competencias socioemocionales. En

cuanto a la regulación emocional los cuidadores pueden servir de interlocutores, pero

fundamentalmente se espera que los niños sean capaces de afrontar sus reacciones emocionales,

esto es, que con el ejercicio y apoyo de los padres y madres se minimicen los estallidos de ira y

angustia que afectan negativamente las interacciones sociales. Lo anterior concuerda con la

propuesta de Chaux (2012) quien ha definido las competencias emocionales como aquellas

habilidades que permiten “identificar y responder constructivamente ante las emociones propias

y de los demás” (p. 69). Adicionalmente el autor describe estas competencias como la capacidad

para manejar la ira y la habilidad para experimentar empatía. Dichas competencias emocionales

pertenecen a una triada en la que se incluyen también competencias comunicativas (asertividad)

y competencias cognitivas (habilidad para solucionar conflictos), que según sus hallazgos son

fundamentales para la convivencia.

Como se mencionaba al inicio de este apartado y en relación con los estudios de Chaux (2012),

las competencias socioemocionales no sólo facilitan un buen ajuste escolar sino la convivencia

ciudadana pacífica. En otras palabras, las competencias socioemocionales son habilidades que

pueden aprenderse y ejercitarse, que pueden entrenarse desde los primeros años de vida y que

tienen impacto en el comportamiento de las personas en sus interacciones familiares, escolares,

laborales y comunitarias.

Específicamente la empatía es definida por Liew et al. (2003) como una reacción afectiva que

surge de la comprensión de los estados emocionales de otros y la habilidad para experimentar de

17

manera similar lo que otras personas sienten o podrían sentir. Los autores mencionan que la

empatía puede ser experimentada en mayor o menor nivel moderada por las habilidades

socioemocionales de los cuidadores. En uno de sus estudios, los investigadores mencionados

hallaron que hay una correlación significativa entre la excitación fisiológica de los niños y la

regulación, emocionalidad y control de las emociones. Específicamente aquellos niños que

experimentaban aumento en el ritmo cardiaco y aumento en la conductancia de la piel frente a

imágenes emocionalmente-negativas estimulantes, tenían también mejor desempeño en la

empatía y en la regulación de las emociones. Uno de los aportes más relevantes de este estudio

fue que hay una función moderadora de la habilidad para expresar emociones de los padres o

madres entre el funcionamiento socioemocional y el ajuste de los niños. Este estudio sugiere que

los padres deben aprender a resolver sus conflictos de manera asertiva, a expresar de manera

apropiada sus emociones negativas y evitar los comportamientos agresivos, puesto que la

observación de este tipo de estrategias modifica las expresiones emocionales de los niños

observadores.

Eisenberg et al. (2003) afirman que las habilidades de los cuidadores para expresar las

emociones tiene un efecto en la habilidad de las niñas y niños para expresar sus propias

emociones. Esto podría darse ya que los padres logran generar en sus hogares un clima apropiado

que valida estas prácticas. Los mismos autores señalan que los niños/as que son

socioemocionalmente competentes, prosociales, emocionalmente comprensivas y con alta

autoestima por lo generalmente conviven en ambientes en los que los cuidadores son cálidos y

hay expresión frecuente de emociones positivas. Por el contrario, ambientes en los que se

desaprueban las emociones, hay hostilidad y mayor frecuencia en la expresión de emociones

18

negativas (así no sea directamente contra los niños, éstos también son menos competentes

emocionalmente).

La habilidad para manejar la ira también se cuenta dentro de las competencias socioemocionales.

Según explica Chaux (2012) ésta se define como “la capacidad para identificar y regular la

propia ira, de manera que una gran concentración de esta emoción no lleve a hacer daño a otros o

a sí mismo” (p. 69). La ira en sí misma es una emoción normal y adaptativa, pues surge como

respuesta a la percepción de agresión y maltrato, es decir como una respuesta de auto-defensa a

provocaciones como acontecimientos externos (Lemerise & Dodge, 2008, Widen & Russell,

2008). La ira produce una excitación fisiológica que se evidencia por ejemplo en el aumento de

la frecuencia de la respiración, la aceleración del ritmo cardiaco y la elevación de la presión

sanguínea. La ira también desencadena pensamientos negativos sobre quien es percibido como

agresor y en muchos casos la falta de regulación de dicha emoción desata comportamientos

violentos.

Aunque la ira sea una emoción denominada básica, los problemas para regularla y expresarla de

manera apropiada tiene implicaciones importantes en el funcionamiento social. Según recopilan

Lemerise y Dodge (2000), algunos autores como Goodenough (1931) Denham (1993) y

Crockenberg (1985) encontraron que la expresión de la ira se aprende desde muy temprana edad

en la socialización con los cuidadores. Por ejemplo, se halló que frecuentemente los cuidadores

responden a las expresiones de ira utilizando estrategias tales como la coacción, la distracción, la

desatención de la expresión de la ira y la invalidación de la misma. También observaron que los

padres tienen una gran influencia sobre el comportamiento airado de sus hijas, es decir que en la

medida en que los padres son hábiles para manejar sus propias expresiones de ira, los niños

también aprenden a hacerlo. Dichos investigadores encontraron que los padres que respondían de

19

manera sensible a las necesidades de sus hijos (como se puede observar en el denominado tipo de

apego seguro) y no permitían que la ira se usara como una forma de conseguir un objetivo,

facilitaban la emergencia de emociones positivas y conductas prosociales en las niñas. Se

observó también que los niños que aprendían a expresar de manera asertiva su ira en la relación

con sus padres también generalizaban este comportamiento al ambiente escolar.

La inapropiada expresión de la ira se asocia a eventos de agresión y hostilidad. De acuerdo con

Dodge, Coie y Lynam (2006), los comportamientos de los cuidadores en la interacción con los

hijos e hijas podría exacerbar las expresiones de agresión. Los autores explican que factores tales

como el tipo de apego (inseguro o desorganizado) son predictores de conductas agresivas. De

igual manera el aprendizaje social crea estándares del comportamiento esperado, así, si los

padres normalmente interactúan mostrando falta de autorregulación, los hijos aprenden a

expresar su ira con comportamientos agresivos. Otro de los hallazgos de Dodge et al. (2006)

tiene que ver con la correlación positiva entre el castigo físico y las conductas agresivas de las

niñas.

En cuanto a la asertividad, Caballo (1983) la ha definido como una forma de conducta (verbal y

no-verbal) que varía según la situación (es decir, es específica situacionalmente) y que se

aprende con el ejercicio de responder a eventos sociales. Según menciona Caballo, la asertividad

ha sido reemplazada en algunos casos por el término habilidades sociales o, dependiendo del

investigador, la asertividad puede considerarse una de las habilidades sociales. Con mayor

detalle, Kelly (1992) afirma que la asertividad es una competencia interpersonal que se define

como “la capacidad de un individuo para transmitir a otra persona sus posturas, opiniones,

creencias o sentimientos de manera eficaz y sin sentirse incómodo” (p. 175). Kelly (1992)

describe dos tipos de asertividad, por una parte la aceptación asertiva y por otra la oposición

20

asertiva. La aceptación asertiva hace referencia a la habilidad de las personas para transmitir de

manera cálida opiniones positivas sobre el comportamiento de otros cuando el contexto lo

justifica. Por otra parte la oposición asertiva es un tipo de respuesta que busca el rechazo frente a

un comentario inaceptable de otro en la búsqueda de un comportamiento más aceptable en el

futuro. Más frecuentemente en psicología se trabaja la oposición asertiva puesto que busca

comunicar de manera tranquila los sentimientos y ofrecer al otro una retroalimentación para que

cambie su conducta.

En las relaciones entre padres e hijos se considera que la aceptación asertiva sirve para

incrementar los comportamientos adecuados de los niños (Kelly, 1992). En ese mismo sentido y

como una competencia comunicativa (Chaux, 2012) la asertividad en el caso de los padres,

consiste en que sean capaces de transmitir sus mensajes de manera clara, con coherencia entre lo

verbal y lo no verbal, de manera que los mensajes n. Un ejemplo de esto es cuando los adultos

tienen una expresión no verbal de que algo los aflige, y cuando los niños los interrogan sobre

esto responden con evasivas (Gonzáles & López, 2009). Según define Chaux (2012) la

asertividad es la capacidad que permite expresar necesidades, intereses, perspectivas, derechos e

ideas de manera clara y enfática sin herir a los demás o hacer daño a las relaciones.

En lo que a las habilidades para solucionar conflictos se refiere, las anteriores competencias

socioemocionales (empatía, manejo de la ira y asertividad) son necesarias para lograr con éxito

la gestión de un conflicto. Esta habilidad resulta muy importante, puesto que durante la infancia

y hasta la adultez mayor, las personas se ven enfrentadas a la oposición de sus intereses con los

de quienes interactúa. Según un estudio de Chaux (2001, citado en Chaux, 2012) específicamente

en la edad escolar, las niñas y los niños evidencian conflictos que surgen de burlas o agresiones,

las relaciones con los pares y el abuso o daño sobre algún objeto. Según el mismo autor hay 4

21

tipos de respuestas que pueden emitir las personas cuando experimentan un conflicto, dichas

maneras son: “evitar o evadir a las personas con quienes se tiene el conflicto, imponer los

intereses personales sin mostrar consideración por la relación con la persona con quien se tiene el

conflicto ni por sus intereses, ceder renunciando a los intereses personales para no afectar la

relación y finalmente, buscar acuerdos que favorezcan los intereses personales sin afectar

negativamente la relación con el (la) otro(a)” (p.95).

Cada una de las estrategias para solucionar conflictos supone para las personas un reto cognitivo

y emocional, siendo la búsqueda de acuerdos la más demandante de las 4 estrategias. Johnson y

Johnson (1999) explican que en un ambiente cooperativo la búsqueda de acuerdos debe

gestionarse en tres etapas, la primera es que las personas aprendan a negociar, la segunda etapa

es enseñar a los observadores del conflicto a mediar y la tercera etapa es identificar una figura de

autoridad que intervenga cuando la negociación y la mediación fracasan.

En la negociación de los conflictos son dos los tipos: los que buscan resolver problemas

temporales con extraños y los que buscan resolver problemas constantes con la familia, los

compañeros y los amigos. Johnson y Johnson (1999) afirman que pocas veces las personas

intentamos negociar con quienes creemos que no volveremos a interactuar, sólo nos esforzamos

en una negociación cuando planeamos continuar la relación. En ese mismo sentido, los autores

proponen que estrategias como la evitación o la imposición de los intereses personales son las

formas de respuesta más comunes que se dan en un conflicto con extraños.

Una negociación de conflictos supone por tanto que se den por lo menos 6 pasos: el primero será

que cada una de las partes enfrentadas describa lo que desea, en segundo lugar que cada parte

describa lo que siente, el tercer paso es que las personas intercambien lo que cada una piensa, en

cuarto lugar que las personas intenten comprender la perspectiva del otro, en quinto lugar que

22

ideen opciones creativas para el beneficio mutuo y finalmente, que se haga un acuerdo sensato

(Johnson & Johnson, 1999). En ese sentido, la habilidad para solucionar conflictos de manera

negociada en el contexto de la familia impone retos a los cuidadores, quienes son la fuente inicial

y modelo del aprendizaje de los niños.

Como se ha mencionado en varias ocasiones en esta introducción, las madres normalmente

también hacen su labor como cuidadoras basándose en lo que aprendieron de sus propios padres.

Ellas no necesariamente conocen las maneras más apropiadas de interactuar son sus hijos, así

que deben aprender habilidades y ejecutarlas para optimizar las relaciones familiares. Es por

dicha razón que se han desarrollado programas de intervención dirigidos a los cuidadores que

buscan promover la empatía, las habilidades comunicativas, el manejo de la ira y la solución de

conflictos (Havighurst & Harley, 2010). A continuación describiremos algunos hallazgos sobre

la importancia de algunos programas de intervención dirigidos a padres, sus ventajas y

desventajas.

Programas para desarrollar competencias socio-emocionales en la infancia

temprana y las habilidades de los padres.

Un meta-análisis realizado por Wyatt-Kaminski, Valle, Filene y Boyle (2008) encontró tamaños

de efecto grandes en los programas de formación a padres que incluyeron estrategias para

entrenar competencias socioemocionales (η2=1.47), la práctica de los conocimientos adquiridos

en la interacción con los hijos (η2=.91) y también los programas que enseñaron a los padres a

responder consistentemente (η2=.59). De acuerdo con estos autores, los cambios en la conducta

de los padres tienen incidencia en la prevención o mejoramiento de los problemas de

comportamiento de los niños en edades tempranas. Estos aspectos relevantes en los programas de

formación a padres (las competencias socioemocionales, la práctica de los conocimientos en la

23

interacción con los hijos y la respuesta consistente) coinciden con algunos elementos que Chaux

(2012) ha señalado como relevantes dentro de la formación de competencias ciudadanas,

entendidas estas como un constructo muy similar a competencias socio-emocionales, excepto

porque enfatiza también el ámbito de participación democrática y política (Chaux, 2012).

Wyatt-Kaminski et al (2008) resaltan también que la calidad de los programas y sus efectos

positivos en las interacciones familiares depende más de los componentes del programa que de la

logística en la implementación de los mismos. Aunque algunos programas ya tienen manuales o

protocolos estandarizados, esto no garantiza que sean efectivos; lo que sí mejora los niveles de

efectividad es el involucramiento de los padres en los programas de formación. En otras

palabras, que los padres practiquen de manera consistente en casa lo que han aprendido en las

actividades del programa, que sirvan de modelos del comportamiento esperado frente a sus hijos

y en general que participen de manera activa y constante de todas las actividades de los

programas de formación, mejora la efectividad de los programas de formación.

La razón por la que se trabajará con padres de niños pequeños (entre los 3 y 7 años

aproximadamente) es que éste es un lapso en el que los niños comienzan sus interacciones con

pares y es un momento muy apropiado en el que los niños desarrollan fácilmente sus

competencias socioemocionales, por lo que resultaría oportuno que los padres supieran instruir a

sus hijos en estas competencias (Denham et al., 2003). Según Denham, Warren-Khot, Bassett,

Wyatt y Perna (2012) cuando los niños tienen experiencias tempranas en las que han sido

victimizados por sus pares o también han sido agresivos con sus compañeros, presentan más

problemas de ajuste en la escuela y asimismo mayor riesgo de tener conductas delictivas y

consumo de drogas. Además, sabemos por los estudios de Chaux (2012), que un adecuado

desarrollo de las competencias socio-emocionales es fundamental para la convivencia pacífica en

24

los contextos escolares. En ese mismo sentido Shields y Cicchetti (2001) mostraron que los niños

que eran maltratados en su casa habían tenido más probabilidad de verse envueltos en situaciones

de agresión en un campo de verano, bien fuera como agresores o víctimas; de hecho los niños

con antecedentes de abuso sexual tuvieron más conductas agresivas que los otros. Una de las

conclusiones más relevantes de este estudio fue que los niños victimizados por sus cuidadores,

tenían mayor probabilidad de desarrollar en el futuro relaciones interpersonales peligrosas

caracterizadas por la falta de regulación emocional. En otras palabras aquellos niños cuyos

padres los han maltratado o abusado, tienen dificultades en la expresión de comportamientos

asertivos en las interacciones y ello los conduce a comportarse como agresores o víctimas.

En concordancia con lo anterior, Nixon (2002) menciona que entre el 50% y 75% de los

problemas de comportamiento de los preescolares que no son tratados se mantienen hasta

después de los 6 años y además se acentúa su gravedad. El mismo autor indica que los programas

cuya intervención comienza más temprano en la infancia tienden a mostrar mejores y más

rápidos resultados. Igualmente, cuando los padres se involucran en los programas de

entrenamiento también tienden a mejorar sus interacciones en pareja. Con respecto a este último

punto Bauer et al. (2006) realizaron un estudio en el que hallaron que la exposición a violencia

de pareja se relacionaba con el nivel de riesgo de presentar comportamientos de agresión y

considerarlos una estrategia normal para resolver conflictos.

Los programas de intervención con padres aparecen desde los años 60 cuando se comenzaron a

hacer las primeras observaciones naturalistas al interior de las familias, los estudios de ese

momento encontraron que las expresiones emocionales positivas o negativas en las interacciones

se convertían en factores mediadores de los conflictos, es decir que las familias con dificultades

para comunicar sus emociones de manera asertiva, tenían también más dificultades para

25

solucionar sus conflictos. Gottman (1993) reportaba que el desarrollo emocional de los padres

tenía una incidencia en el desarrollo emocional de los hijos. Así, en los casos en los que los

padres tenían relaciones simétricas y mutuamente hostiles o cuando la madre se mostraba

constantemente enojada y el padre era ausente (o distante), los hijos mostraban problemas de

conducta externalizantes (comportamientos agresivos) o problemas de conducta internalizantes

(depresión), respectivamente.

Lagattuta y Thompson (2007) afirman que el apoyo de los padres en el proceso de formación de

autoconciencia emocional en los niños y niñas es fundamental, dado que son ellos quienes

pueden aprovechar los eventos cotidianos para instruir a sus hijos e hijas. Entre los 9 y 12 meses

de edad algunos padres y madres son más cuidadosos, tienden a prevenir más, a ser más

restrictivos y a sancionar las exploraciones que consideran peligrosas. Un poco después,

alrededor de los dos años de edad, la tendencia de algunos cuidadores es poner reglas sobre lo

que se puede o no tocar, el respeto por la propiedad de los objetos y a disposición para participar

en actividades familiares (como la hora de la comida) siendo en ese momento cuando incrementa

la frecuencia y la intensidad de algunas de las peleas entre padres o entre padres e hijos. Así, es

normal que emerjan los conflictos sobre cómo educar de manera adecuada a los hijos. Grusec y

Kuczynski (1997 citados en Lagattuta y Thompson, 2007) han mostrado que los estilos

parentales caracterizados por el poder coercitivo que intentan (y en la mayor de las ocasiones lo

logran) tener una conducta de los niños de manera inmediata generan sentimientos de

frustración, tanto en los niños como en los padres y además el tiempo necesario para interiorizar

los aprendizajes esperados es más largo. En contraste, los estilos parentales que hacen énfasis en

la reflexión y las justificaciones de las normas, logran que los niños aprendan los valores y hagan

conciencia por sí mismos de sus conductas inapropiadas. Estos niños que crecen en ambientes de

26

disciplina asertiva también tienen mejor disposición a experimentar emociones que instigan el

reconocimiento del daño a otros y la reparación.

Algunos análisis del comportamiento han mostrado dos aspectos importantes en la crianza: la

capacidad de respuesta y la exigencia. El primer aspecto tiene que ver con la capacidad de los

padres para estar en sintonía con las necesidades de sus hijos, dar apoyo, ser cálidos, fomentar su

autonomía y su individualidad, y también promover la comunicación. El segundo aspecto es la

exigencia, que se refiere a las demandas que hacen los padres a sus hijos sobre cómo regular su

conducta en las interacciones sociales, las confrontaciones directas y la supervisión de

actividades o monitoreo. A esto último, Baumrind (2005) agrega que el control y la vigilancia

parentales suscitan el desarrollo de los niños en la reflexión, la comunicación y el control

psicológico.

De la capacidad de respuesta y exigencia, y su desbalance se han derivado cuatro tipos de estilos

parentales: el autoritativo, el autoritario, el permisivo y el negligente. El estilo autoritativo se

caracteriza por tener demandas altas tanto de exigencia como de capacidad de respuesta, el estilo

autoritario es altamente exigente pero bajo en cuanto a su capacidad de respuesta, el estilo

permisivo es alto en capacidad de respuesta pero bajo en exigencia y el estilo negligente que

describe los comportamiento de padres desvinculados de las necesidades de sus hijos y muy poco

exigentes. En lo referente a los padres denominados negligentes se encontraron dos

subclasificaciones, algunos cuyos comportamientos eran hostiles e intrusivos (con

comportamientos de rechazo) y otros eran completamente indiferentes (Baumrind, 2005).

Los estilos parentales y su relación con las competencias socioemocionales

La relación que se ha encontrado entre los estilos parentales en la infancia y el comportamiento

de los hijos en la adolescencia es -por una parte- que quienes tenían padres autoritativos fueron

27

más competentes y menos “desajustados”. También se ha encontrado que los adolescentes que

tenían padres democráticos (también denominados no autoritarios-directivos), fueron casi tan

competentes y ajustados como los hijos de padres autoritativos. Por otra parte, se halló que los

niños cuyos padres eran no autoritarios-directivos estaban menos angustiados y eran más

competentes que quienes tenían padres autoritarios-directivos. En términos de autonomía se

hallaron evidencias de una relación positiva con el estilo autoritativo y negativa con el estilo

autoritario. Esto es porque los adolescentes creen en la legitimidad del comportamiento de sus

padres y en algunos casos el hecho de obedecer se entiende como un indicador de autonomía

(Baumrind, 2005).

Según los hallazgos de Rohner (1975) y, Rohner y Pettengill (1985), la conducta de los

cuidadores y sus estilos para la crianza tienen un impacto importante en el desarrollo infantil. En

los casos en que los cuidadores muestran afecto verbal y físico, y utilizan métodos de disciplina

para promover el desarrollo emocional e intelectual los niños y niñas aprenden a ser más

independientes, más autónomos, sociables, cooperativos y seguros de sí mismos (a esto se le

denomina estilo parental de aceptación). En contraste, los padres y madres cuyas relaciones están

marcadas por el rechazo y la agresión se asocian con problemas emocionales y conductuales

como la depresión, la ansiedad, la agresividad y la delincuencia (a esto se le denomina estilo

parental de rechazo).

Programas vigentes de entrenamiento a padres, sus fortalezas y debilidades.

En los últimos años, diversas disciplinas interesadas en el estudio de la salud, han llegado a un

consenso con respecto a la importancia del cuidado parental en el desarrollo de los niños.

Aspectos tales como el desarrollo del lenguaje, las habilidades sociales, la regulación emocional,

el desarrollo del cerebro e incluso las tendencias a expresar conductas de riesgo para la salud

28

pueden verse afectados por eventos críticos familiares. Algunas experiencias familiares como la

separación de los padres, la interrupción del cuidado materno, la aparición de enfermedades en

los padres y la disfuncionalidad de la dinámica familiar han sido relacionadas con la aparición de

psicopatologías entre niños y adolescentes. En contraste, las competencias parentales entendidas

como la calidez, responsividad y consistencia de los padres en las interacciones con sus hijos,

tienen efectos directos en la resolución de conflictos cotidianos de la dinámica familiar. Además,

se han encontrado relaciones entre las habilidades parentales y el desarrollo aventajado de los

hijos, en aspectos específicos tales como el buen rendimiento escolar, el bajo riesgo de consumo

de sustancias, la actitud favorable frente a la escuela y la capacidad para lograr relaciones

comprometidas en la adultez (Sanders, 2012).

Según Sanders (2012) después de 4 décadas de investigación clínica se ha encontrado que los

programas dirigidos a padres, claramente estructurados y basados en modelos de aprendizaje

social han resultado ser los más efectivos para promover la salud mental y el bienestar de los

niños, especialmente cuando hay alto riesgo de maltrato y/o desarrollo social y emocional

problemáticos. Específicamente los programas de aprendizaje social sientan sus bases en los

principios del enfoque cognitivo-comportamental que son los más efectivos para intervenir en

problemas de conducta de niños y adolescentes. En estos programas los padres aprenden

habilidades para la crianza, ayudados por terapeutas o guías, quienes graban videos de las

interacciones entre padres e hijos, dan retroalimentación, hacen observaciones, asignan tareas

para desarrollar en el hogar y enseñan algunas acciones concretas para la educación de los niños

y niñas. Los diferentes programas mantienen contacto entre los guías y los padres, que pueden

darse por diversos medios: de manera individual, grupal, en seminarios de amplia asistencia,

29

programas personalizados, programas de asistencia telefónica y más recientemente se pueden

encontrar programas virtuales.

Entre los beneficios de este tipo de programas se cuentan los cambios en el comportamiento de

los niños en su relación con padres y hermanos, las mejoras de las prácticas parentales, también

la percepción de bienestar en la salud mental y la disminución de conflictos entre los padres.

Ahora bien, los programas de entrenamiento parental no solo son útiles para padres cuyos hijos

tienen problemas de comportamiento -comunes entre los niños y adolescentes-, sino también

para quienes tienen hijos con discapacidades cognitivas, problemas de alimentación, desórdenes

de ansiedad, e incluso problemas de sobrepeso y obesidad. Su eficacia, además de ser amplia en

cuanto a los tipos de comportamientos que trata, también se extiende en el tiempo y en diversas

culturas (Sanders, 2012). En otras palabras, la evidencia de la eficacia y robustez de las

intervenciones basadas en el aprendizaje social y los principios de la psicología cognitivo-

comportamental, en el desarrollo positivo, las conductas prosociales y la disminución de

conductas consideradas desviadas, han hecho que éste tipo de programas de formación a padres

se hayan implementado –y documentado- desde finales de los años 60 y hasta la fecha. Aún

muchos de estos programas siguen manteniendo los mismos principios, agregando algunos

aspectos teóricos coherentes con los principios y modificando más que todo las aplicaciones

metodológicas (Pearl, 2009).

En los programas de entrenamiento a padres se asume que no solo los terapeutas ilustrados

pueden tratar a los niños, sino que también los padres pueden y deben hacerlo. Además de lo

anterior, el reconocimiento de que los padres pueden contribuir al comportamiento apropiado o

inapropiado de sus hijos, los responsabiliza en gran parte del éxito de interacción de los hijos

(Wyatt-Kaminski, Valle, Filene & Boyle, 2008). Uno de los ejemplos más representativos de los

30

programas de intervención con padres que se lleva a cabo en la actualidad en los Estados Unidos

es el denominado PPP o Triple-P (Positive Parenting Program). Sus bases teóricas son el

aprendizaje social, los principios del aprendizaje, la cognición y el cambio afectivo (Sanders,

2012; Tomphan, Wampler, Titus & Rolling, 2011).

Los PPP proponen cinco niveles de intervención que aplican para los padres de niños y

adolescentes entre los 0 y 16 años. Cada uno de los niveles se creó en función de las necesidades

y preferencias para responder apropiadamente a los diversos niveles de gravedad de los

problemas de conducta. Éste es un modelo multinivel que trata de utilizar las estrategias

adecuadas para cada caso, esto es, maximizando la efectividad, teniendo en cuenta los costos,

evitando el desperdicio de recursos o sobreentrenamiento y asegurando que el programa llegue a

varios sectores de la población. El modelo del PPP tiene además de los cinco niveles, 3

modalidades de atención a los padres, una de tipo individual, otra de tipo grupal y finalmente una

de atención autodirigida. Según lo describe Sanders (2012) en cada uno de los niveles se han

desarrollado diversos tipos de PPP, a saber: Baby Triple P, Family Transitions Triple P, Lifestyle

Triple P y Pathways Triple P.

Los PPP enfocan sus acciones hacia mantener ambientes familiares con 5 características que

consideran fundamentales para un buen funcionamiento: 1. Ambientes seguros y comprometidos,

donde los padres supervisen y protejan a sus hijos y además den la oportunidad a sus hijos de

explorar, experimentar y jugar, además los padres deben promover un desarrollo saludable y

prevenir accidentes y daños. 2. Ambiente de aprendizaje positivo, donde los padres propician el

escenario para construir interacciones adecuadas cuando deben hacer de profesores de sus niños

y de igual manera enseñarles a resolver problemas. 3. Disciplina asertiva, donde los padres

saben administrar las consecuencias de los comportamientos de sus hijos, organizar reglas claras,

31

regular sus emociones y dar las instrucciones apropiadas dependiendo de la edad de sus hijos. 4.

Expectativas realistas, donde los padres tienen objetivos que realmente contribuyen al desarrollo

de sus hijos. 5. Cuidado de sí mismos, que hace referencia al cuidado de los padres consigo

mismos y su percepción de bienestar (Sanders, 2012).

Sanders (2012) ha encontrado que el trabajo con padres no solo tiene efectos en las relaciones

entre ellos mismos sino que además mejora comportamientos problemáticos específicos de los

hijos (como los ya mencionados). Para ello han buscado expandirse creando espacios diversos

que favorezcan el acercamiento de los padres tales como los grupos, la ayuda directa y la

asistencia telefónica, el uso de los medios masivos de comunicación, series de seminarios de baja

intensidad, entrenamiento dirigido específicamente a padres con niños con disabilidades, grupos

de padres para la discusión sobre tópicos específicos (por ejemplo la desobediencia, la hora de

dormir, la pelea y la agresión). Finalmente, existen los recientemente desarrollados programas de

intervención parental en línea. En estos los padres pueden ser evaluados y pueden tomar a bajo

costo un entrenamiento de 8 módulos interactivos de entrenamiento. Las evaluaciones de la

estrategia Triple P en línea han indicado que el programa es bastante eficaz, y lo sería más si se

combinara con la formación de pequeñas redes de padres cuyos hijos están en riesgo de ser

maltratados.

Otro modelo de entrenamiento de padres fue propuesto en Óregon y fue denominado Living with

children. Este programa hacía intervenciones en los hogares y además de mejorar algunos

comportamientos de los niños, enseñaba a los padres a actuar coherentemente con el

comportamiento deseado o indeseado de los hijos (incluyendo la capacidad para identificar

cuándo el comportamiento de los padres contribuía a que los niños procedieran

inadecuadamente). La evaluación de este programa de intervención se hizo (y se continúa

32

haciendo) teniendo en cuenta los reportes de los padres y maestros, tomando mediciones,

realizando entrevistas y observaciones directas. Esos datos permitieron identificar que era

posible mejorar las dinámicas entre padres e hijos si los padres dejaban de ser permisivos,

adoptaban estilos consistentes y estrategias de administración dirigidas hacia comportamientos

efectivos (Pearl, 2009).

Living with Children ha tenido enfoques particulares en su aplicación debido a que observaron,

por ejemplo, que las madres representan para sus hijos una figura cálida en la que pueden confiar

y pueden encontrar comprensión. Esto es un hallazgo que ha tenido un impacto importante, pues

a pesar de lo que todas las personas piensan sobre el rol paterno tradicional, la imposición de la

autoridad y el miedo no son las estrategias más apropiadas para la crianza. La amenaza del padre

furioso que es capaz de aplicar castigos (como golpes, gritos, descalificaciones, etc.) no es la más

efectiva para generar cambios en el comportamiento que puedan extenderse a diversos

ambientes. En otras palabras los niños comienzan a cambiar su comportamiento en función de la

evitación de los castigos del padre (si es quien lo maltrata) pero cuando esta figura ya no está,

entonces los comportamientos indeseados continúan presentándose. Por lo general los programas

de intervención con padres procuran que los cuidadores tiendan más a recompensar, felicitar,

estimular y valorar a sus hijos y, al fomento de los comportamientos prosociales, que de la

aplicación de castigos.

Otro factor importante en el éxito de los programas de formación a padres es la demostración de

los cambios positivos que ocurren en los hijos cuando ellos conocen los límites, para esto los

padres deben haber sido claros en explicar previamente cuáles pueden ser las consecuencias de

tener uno u otro comportamiento. En el caso de las expresiones de agresión en los niños, las

sanciones resultan apropiadas siempre y cuando el niño sea informado explícitamente de cuál fue

33

el comportamiento que las generó. En ese sentido, puede decirse que las prácticas de disciplina

que no tienen sentido para el niño -más allá de corregir un comportamiento- pueden aumentar los

comportamientos agresivos del menor.

Una de las sanciones más sugeridas durante las actividades de los programas de formación a

padres es el time-out. Esta técnica consiste en alejar a la niña o niño, llevarlo a un lugar

“aburrido” (en el que no encuentre ninguna gratificación) de la casa, por unos cuantos minutos

(dependiendo de su edad) hasta que se calme y comprenda que el comportamiento que lo llevó a

ese sitio fue inapropiado y en la medida en que su comportamiento inadecuado se repita, también

se repetirá la sanción. Aunque la exclusión resulta ser una sanción para casi todos los niños, en

algunos casos no es una buena técnica; por cosas simples como el espacio donde habitan las

familias o algunas más complejas como la desaprobación cultural de esta práctica. En todo caso,

la aplicación de una sanción es una tarea que merece mucha atención y cuidado puesto que en

algunos casos se puede confundir con el maltrato. Pearl (2009) encontró también que el

comportamiento de los hijos igualmente mejora cuando los padres saben cómo dar instrucciones

precisas, claras y directas sobre lo que esperan que hagan sus hijos. Esto quiere decir que no

basta con hablar con tono calmado y lento, es necesario aprender habilidades para retroalimentar,

parafrasear y poner en palabras lo que está en el pensamiento.

En el caso del programa de entrenamiento de padres denominado ayuda a niños que no cumplen

normas (helping the noncompliant child) se busca que: en primer lugar los padres modifiquen

sus estilos parentales coercitivos o maltratantes por interacciones positivas y prosociales, en

segundo lugar mejorar las habilidades parentales y en tercer lugar, incrementar las conductas

prosociales de los niños y disminuir las conductas problemáticas. Este programa está dirigido

tanto a familias con problemas normales como a poblaciones en alto riesgo, quienes participan

34

en sesiones familiares individuales y colectivas. Estas sesiones se desarrollan cada una o dos

semanas y duran entre 60 y 90 minutos y el número de sesiones depende de la competencia de

los padres para aprender y emitir nuevos repertorios de conducta con sus hijos (McMahon &

Forehand, 2003).

El programa ayuda a niños que no cumplen normas (Helping the noncompliant child) tiene dos

fases: La primera ayuda a los padres a responder de manera apropiada, con expresiones verbales

y físicas, a los comportamientos de sus hijos y además enseñar a los padres un amplio espectro

de comportamientos que pueden emitir en la relación con sus hijos. En la segunda fase del

programa los padres aprenden a comunicar claramente sus expectativas, y también a actuar de

manera coherente y proporcionada cuando se cumplen o incumplen sus instrucciones. Los padres

aprenden estas habilidades de manera muy práctica y concreta, con juegos de roles,

demostraciones (modelamiento), prácticas en vivo vigiladas por los terapeutas y realizando

tareas específicas en casa. El éxito en el aprendizaje de habilidades parentales depende mucho

del compromiso de los padres en sus prácticas en casa (McMahon & Forehand, 2003).

La evaluación de ayuda a niños que no cumplen normas dio cuenta de una alta satisfacción por

parte de los padres que participaron. Por un lado, los comportamientos inapropiados de los niños

y niñas comenzaron a estar dentro de los rangos normales (de lo esperado en cuanto al

cumplimiento de las normas) y hubo una mejoría en la relación de confianza. Específicamente

con respecto a la agresión, se registró una disminución tanto en las agresiones verbales como

físicas de los hijos y de los padres. Catorce años después de aplicado el primer modelo de este

programa (en 1981) se han hecho evaluaciones sistemáticas que indican una generalización de lo

aprendido en el programa a diversos tipos de relaciones y ya sin el acompañamiento de

entrenadores profesionales. El programa también ha tenido éxito en el tratamiento de

35

poblaciones de alto riesgo (madres negligentes, riesgo de abuso sexual, niños diagnosticados con

trastorno de atención e hiperactividad) (McMahon & Forehand, 2003).

De acuerdo con lo reportado por McMahon y Forehand (2003), una limitación del programa es

que sus mejores indicadores de éxito han sido encontrados en familias con buenos recursos

económicos, por el contrario familias de bajos recursos casi nunca culminan el entrenamiento (y

no obtienen los mismo beneficios que quienes culminan). El programa también ha demostrado

ser eficaz en la medida en que los niños están pequeños (en un rango de edad entre 3 y 8 años)

más que cuando están en la preadolescencia.

Otro programa de intervención con padres fue denominado terapia de interacción padre-hijo

(Parent-Child Interaction Therapy, PCIT) y ha sido documentado desde finales de los años 70.

Este programa se distingue de otros por el amplio mantenimiento de los resultados en el tiempo.

Fue desarrollado inicialmente por Sheila Eyberg dirigido a adolescentes con problemas de

conducta severos y posteriormente a un amplio rango de población incluyendo niños con

discapacidades cognitivas, con ansiedad, niños en centros de adopción, niños maltratados o

expuestos a violencia doméstica y niños con discapacidades en el desarrollo ocasionadas por

exposición al alcohol u otras sustancias en etapa prenatal.

Las bases teóricas de este programa también se cimentan en los principios del aprendizaje social

y las teorías del desarrollo y el apego. Sin embargo, el PCIT se enfoca en el mejoramiento de la

relación padre-hijo en la terapia de juego. Esta terapia involucra tanto a los padres como a los

hijos y ellos son guiados por el terapeuta en cada sesión. Esta terapia ha sido modificada con el

tiempo para adaptarla a otros contextos tales como sesiones de grupo, con profesores en la

escuela y en la casa. Durante estas terapias los padres son entrenados para enseñar a sus hijos a

discernir y adaptar su comportamiento, describir actividades, imitar el juego de los niños y

36

mejorar sus habilidades de comunicación (parafrasear, reflejar, imitar, describir y tener

coherencia en la expresión emocional) además de lo anterior los cuidadores aprenden a

seleccionar los comportamientos que deben reforzar y los que deben extinguir.

El parent-child interaction therapy fue diseñado inicialmente para padres con niños entre los 2.5

y 7 años, pero posteriormente fue adaptado por Chaffin y Valle (2003) para niños de edades

entre los 1 y 12 años quienes habían tenido experiencias de abuso físico. Entre sus fortalezas está

el hecho de que puede abarcar un amplio espectro de problemas familiares, como la separación,

el abuso, el maltrato, entre otros. Sin embargo no es recomendable cuando existen en la familia

problemas severos de psicopatologías, interacciones violentas entre los padres, desórdenes

severos de hiperactividad sin medicación y cuando uno de los abusadores es cuidador o padre.

Otro programa ampliamente usado es series de entrenamiento en años increíbles (incredible

years training series, IY). Éste fue un programa desarrollado en 2003 que incluyó la

participación de padres, maestros y niños. En términos concretos, el programa se desarrollaba

mostrando a los participantes grabaciones con diversas situaciones conflictivas, ellos debían

discutir acerca de la situación planteada y proponer maneras efectivas para la solución de los

problemas. Este programa fue evaluado por Gross, Fogg, y Tucker (1995) y Kazdin (2005)

quienes resaltaron la eficacia del programa en la mejoría de las conductas positivas de niños

pertenecientes a diversos grupos étnicos.

Incredible years para padres, fue diseñado con una duración de 12 semanas y sus temáticas eran

la dirección de actividades de los niños, el empoderamiento, el elogio, el reforzamiento tangible,

el monitoreo, la extinción, la discriminación de ambientes, consecuencias lógicas y naturales, y

el tiempo fuera (o time-out). El entrenamiento tuvo 2 niveles: uno básico con videos para la

discusión entre los padres, juegos de roles y asignación de prácticas concretas para desarrollar en

37

la casa. Y un segundo nivel más avanzado, que incluía el entrenamiento en habilidades para la

comunicación efectiva, el manejo del estrés, de la rabia y la depresión. Dado que éste era un

programa que apuntaba al mejoramiento de las habilidades de padres, hijos y profesores, se

encontró que los efectos se mantenían en el tiempo y se generalizaban a las interacciones entre

los estudiantes del programa y sus pares. Otra de las ventajas de este programa fue su resultado

positivo en los niños con pocos recursos económicos.

Por otra parte, Havighurst, Wilson, Harley, Prior y Kehoe (2010) desarrollaron recientemente un

programa llamado Tuning in to kids (TIK) que buscaba responder a un vacío que identificaron en

los anteriores programas con respecto a la intervención en las competencias emocionales de los

padres. Inicialmente TIK tuvo como objetivo principal mejorar las prácticas de socialización de

los niños con tres metas puntuales: mejorar la conciencia y la regulación de las emociones,

reducir las prácticas descalificadoras de los niños, y finalmente aumentar las prácticas de

entrenamiento de las emociones. El programa consiste en seis sesiones de 2 horas cada una, en

las que se estimula a los padres a hacer cambios en las creencias y las conductas, mientras que se

trabajaba para incrementar la conexión emocional entre padres e hijos.

Específicamente la intervención de TIK fue pensada en cinco pasos de entrenamiento emocional.

Las tres primeras sesiones consisten en instruir a los padres para que pudieran identificar las

emociones de sus hijos, la intensidad e incluso la expresión fisiológica de las mismas; los padres

también aprenden a nombrar las emociones, reflejarlas y generar empatía con los niños. La

cuarta sesión tiene como objetivo el manejo de la ansiedad y la solución de problemas. Las dos

últimas sesiones se enfocan en la regulación de emociones intensas como la rabia; con estrategias

de respiración, relajación, autocontrol y expresión adecuada de la rabia. La teoría del cambio del

programa se ilustra en la Figura 1.

38

Figura 1. Teoría del cambio del programa TIK™, tomada y adaptada de Havighurst & Harley, (2010).

Algunas evaluaciones de este tipo de intervención han observado que no solo tuvo un impacto

sobre el comportamiento de los niños sino que ayudó a los padres a ser más conscientes de sus

propias emociones y a reflexionar acerca de la influencia de sus experiencias familiares en sus

creencias y respuestas emocionales (Havighurst, Wilson, Harley, Prior & Kehoe, 2010).

A partir del hallazgo mencionado, en 2012 Wilson, Havighurst y Harley presentaron la

evaluación de una variación de TIK, cuyo objetivo era el entrenamiento de los padres en

habilidades de manejo emocional, conciencia y regulación de sus propias emociones. El

programa fue ejecutado por 20 practicantes de TIK de los cuales solo 4 eran profesionales en

diversas áreas (enfermería, psicología, trabajo social y educación especial). Los hallazgos más

relevantes de este estudio fueron: en primer lugar, los cambios significativos en la socialización

de emociones, creencias y prácticas de crianza. En segundo lugar los padres reportaron que no

percibían cambio en el manejo de las emociones, y esto no pudo ser verificado por los

investigadores debido a que no había ninguna prueba diferente al autoreporte para medir este

aspecto. En tercer lugar con respecto a la identificación y capacidad para comunicar emociones

se observó una diferencia estadísticamente significativa y positiva entre el pretest y el postest.

39

Las limitaciones de este estudio fueron los prejuicios que pudieron haber incidido en los

autoreportes, las mediciones no se tomaron inmediatamente después de la intervención, por lo

que no era posible saber si los comportamientos se mantenían en el tiempo o faltaba claridad al

salir del programa y que la muestra no permitía hacer generalizaciones de los hallazgos, en otras

palabras no era claro si los cambios eran un efecto del programa o de algunos sucesos ocurridos

entre el final del entrenamiento y la evaluación.

En Colombia, Gómez González (2004) documentó el diseño, desarrollo y evaluación de un

programa para la prevención del maltrato dirigido a padres de familia desde una perspectiva

participativa. En este estudio, se indagó con una metodología cualitativa por las pautas de crianza

y las habilidades para la solución de problemas. Los resultados del estudio mostraron que a

menudo los padres utilizan la violencia como instrumento para conseguir que sus hijos

“aprendan” nuevos repertorios y también combinan tanto la violencia psicológica como la física.

De acuerdo con la autora, los padres consideraban que la descalificación, los insultos, la

discriminación y el rechazo son comportamientos normales en las interacciones entre padres e

hijos.

Según este estudio los padres entrevistados no tenían suficiente capacidad para aplicar castigos

proporcionados a sus hijos y cuando castigaban por lo general lo hacían aplicando castigos

físicos. En el otro extremo se encontraron los tipos de padres cuyo comportamiento negligente

resultaba tan dañino como el maltratante. En este caso los padres delegaban todas las funciones

de la crianza a los abuelos y no tenían conciencia de los cambios físicos, sociales y cognitivos de

sus hijos, limitando así las posibilidades de ofrecer la estimulación apropiada para el desarrollo.

Se identificaron también falencias en la organización de los horarios de los niños y en ese mismo

sentido inconsistencia de los padres en la administración de consecuencias.

40

Teniendo en cuenta los hallazgos de esta revisión, se hace evidente que la formación a padres,

madres y/o cuidadores en competencias socioemocionales logra un impacto positivo en el

desarrollo psicosocial de los niños y las niñas. De igual manera los programas no solo alcanzan

efectividad en el tratamiento de los problemas de conducta de las niñas y niños (agresividad,

TDAH, consumo de sustancias, dificultades para el aprendizaje, comportamiento oposicional

desafiante, entre otros) sino también en la prevención de las conductas disfuncionales de los

niños y sus familias. El éxito de los programas de formación a padres ha sido mayor cuando han

incluido la formación en competencias emocionales (Wyatt-Kaminski, Valle, Filene & Boyle,

2008) y además cuando se logra que los cuidadores se involucren en las actividades propuestas

por los programas. Dado que la población con la que se trabajó en este estudio no era una

población clínica y la pretensión era desarrollar un programa de promoción de las competencias

socioemocionales se escogió un programa de formación a padres, madres y cuidadores que

previamente fue evaluado en su contexto (Universidad de Melbourne-Australia) y en el que se

hallaron resultados de efectividad. Aún así esta investigación buscó evaluar bajo qué condiciones

un programa efectivo en formación a padres lograría tener éxito en el contexto colombiano.

Teniendo en cuenta que el programa seleccionado para intervenir fue el TIK (por sus

características de diseño, contenido y evaluabilidad) las preguntas a las que se buscaremos

responder en esta investigación son:

1. ¿Qué tan pertinente es el programa de formación de padres TIK con las necesidades percibidas

por los cuidadores?

2. ¿Qué tanto involucramiento de los padres genera el programa TIK?

3. ¿Qué tan eficaz es el programa para generar cambios en la asertividad con los hijos, el manejo

de conflictos, el manejo de la ira, la empatía y las conductas en la crianza?

41

Teniendo en cuenta que las dos primeras preguntas se desarrollarán usando un método

cualitativo y sólo la tercera pregunta de investigación se realizará usando un método cuantitativo.

las hipótesis son:

Ho1: Se observarán diferencias estadísticamente significativas en los puntajes de asertividad

después de la intervención entre los cuidadores que asisten al programa TIK y quienes no.

Ho2: Se observarán diferencias estadísticamente significativas en los puntajes de habilidad para

el manejo de conflictos después de la intervención entre los cuidadores que asisten al programa

TIK y quienes no.

Ho3: Se observarán diferencias estadísticamente significativas en los puntajes de habilidad para

la expresión de la ira después de la intervención entre los cuidadores que asisten al programa

TIK y quienes no.

Ho4: Se observarán diferencias estadísticamente significativas en los puntajes de empatía

después de la intervención entre los cuidadores que asisten al programa TIK y quienes no.

Ho5: Se observarán diferencias estadísticamente significativas en las conductas en la crianza

después de la intervención entre los cuidadores que asisten al programa TIK y quienes no.

MÉTODO

Diseño

Esta es una investigación evaluativa del programa de formación de padres Tuning Into Kids.

Para la evaluación del programa TIK los criterios fueron la eficacia, la efectividad y la

pertinencia (Morra-Imas & Rist, 2009). Esta evaluación se realizó utilizando metodologías

42

cualitativas y cuantitativas. Específicamente se utilizó un diseño cuasiexperimental (Shadish,

Cook & Campbell, 2002). En ese sentido los participantes no se asignaron aleatoriamente sino

que dadas las condiciones de ubicación del lugar donde laboran las personas, la intervención se

llevó a cabo en una de las dos sedes de la empresa participante. Los participantes de la sede 1,

recibieron la intervención TIK, de acuerdo con el manual del programa publicado por Havighurst

y Harley, (2010) y el grupo control en espera (los participantes de la sede 2 recibieron la

intervención TIK después de que el primer grupo fue evaluado).

NR O1 X O2

NR O1 O2

Participantes

Para esta investigación se contó con la participación de 7 hombres y 45 mujeres (87%

mujeres) de una empresa floricultora de 2 municipios aledaños a la ciudad de Bogotá. La edad de

los participantes estuvo comprendida entre los 18 y 55 años de edad (M=25.6, SD=5.6). Los

participantes tenían en promedio dos hijas(os) o se ocupaban del cuidado de niños o niñas (hijos

e hijas de sus parejas), de los que por lo menos uno estaba en edad de los 2 a los 9 años de edad.

La selección de la empresa en la que se aplicó la investigación se realizó por conveniencia y los

participantes fueron incluidos en el programa de acuerdo con su intención de participar. La

empresa seleccionada se enfoca en actividades de explotación de los recursos naturales lo cual la

ubica en el sector primario de producción, específicamente el sector floricultor, ya que su razón

de ser se basa en la producción y exportación de rosas. Dicha empresa se divide en cinco áreas:

cultivo, poscosecha, mantenimiento y fumigación, riego y administración, en las que se agrupan

43

aproximadamente 404 trabajadores, hombres y mujeres, en dos zonas de Cundinamarca (Guasca

y Suesca). La distribución de la población trabajadora se concentra en labores de operarios (ver

apéndice A) que según el organigrama de la empresa (ver apéndice B) son quienes se dedican a

las tareas de cultivo, armado, clasificación, boncheo y embalaje de las flores. Aproximadamente

los y las operarias de dicha organización dedican 47.5 horas a desarrollar sus labores dentro del

cultivo, comenzando su jornada a las 6 de la mañana y saliendo a las 2 de la tarde. Sobre los y las

empleadas de la empresa floricultora conocemos que en su mayoría son mujeres (53.3%) y la

minoría son hombres (46.78%), además el 91.66% de los y las empleadas son operarios en las

dos sedes de la empresa, también sabemos que las edades de los trabajadores están entre los 29 y

39 años y que predominan los niveles de educación básico o bachillerato entre los trabajadores al

nivel de operarios (ver apéndice C).

Para el desarrollo del estudio se hizo inicialmente una convocatoria abierta a todos los empleados

(directivos y operarios) y se realizó la entrevista pretest con los interesados que fueron 52

personas en total en las dos sedes de la empresa. Durante el desarrollo del programa con el grupo

experimental en el municipio de Guasca, se contó con la asistencia efectiva de 14 personas en

promedio a las 6 sesiones del programa TIK. Los demás participantes presentaron las pruebas

pero no asistieron o estaban en el grupo en espera en el municipio de Suesca.

Para participar, las personas firmaron un consentimiento informado (ver apéndice D) y la

empresa cedió tiempo del trabajo (sin descontar dinero o hacer reponer horas) para la

participación de los empleados.

Instrumentos

Para dar cuenta de la pertinencia del programa TIK y el involucramiento de los padres (en

coherencia con las preguntas de investigación 1 y 2), se desarrollaron pruebas e instrumentos de

44

naturaleza cualitativa y cuantitativa. Insertando algunas variaciones, estas pruebas fueron

administradas al inicio y al final de la intervención. Específicamente los instrumentos utilizados

fueron:

Encuesta de caracterización de los participantes. Esta encuesta fue diseñada ad hoc y

buscó capturar información de datos sociodemográficos, tales como edad, sexo, estado civil,

edades de los hijos. Esta encuesta también buscó describir los niveles de dificultad de ejecución

de conductas parentales en actividades cotidianas y nivel de interés en el aprendizaje de algunas

conductas parentales.

Las preguntas 13 y 14 formulaban cuestiones tales como ¿Qué tanta dificultad representan para

usted las siguientes actividades en la interacción son sus hijos o hijas? y ¿Qué tanto de las

siguientes habilidades le gustaría aprender en la relación con sus hijos?. Dentro de estas

preguntas se indicaron 11 y 15 acciones, respectivamente, que los participantes calificaron según

su grado de dificultad y de interés por aprender. Para la pregunta 13 se usó una escala de muy

fácil hasta muy difícil; para la pregunta 14 se usó una escala de 4 niveles que permitía puntuar

desde no me interesa a me interesa muchísimo (Ver apéndice E).

Entrevista semiestructurada sobre el “desarrollo de un evento conflictivo”: Esta

entrevista fue diseñada ad hoc, y buscó recoger información sobre una situación reciente en la

que los padres/madres o cuidadores hubieran experimentado un conflicto con sus hijas(os) y

también se indagaron cuáles fueron sus comportamientos en la situación, las creencias asociadas

al desarrollo del conflicto. Los resultados de esta entrevista se clasificaron en categorías de

análisis, tales como: tipos de conflictos, estilos parentales de los cuidadores en la administración

del evento de conflicto, actitudes de los padres frente a su propio comportamiento y expectativas

de los padres para la administración del conflicto (administración de las emociones de madres y

45

padres, administración de las emociones de sus hijas e hijos, aplicación de soluciones). La

entrevista fue diseñada con 11 preguntas que se extendieron dependiendo del relato de los y las

participantes (Ver apéndice F).

Registros de observación. Los registros de observación consistieron en matrices con

indicadores específicos de involucramiento de los participantes en las actividades del programa.

Estas matrices se llenaron con registros de frecuencias sobre: asistencia a las sesiones del

programa, cumplimiento de las tareas para la casa, nivel de elaboración de las tareas,

participación en las sesiones, referencia a las emociones propias en los comentarios grupales y

cumplimiento de las actividades del programa mismo (Ver apéndice G).

Para responder a los criterios de eficacia y efectividad, se utilizaron pruebas cuantitativas para

medir la asertividad, la empatía, el manejo de conflictos, el manejo de la ira y los

comportamientos parentales. Algunos de estos instrumentos son adaptaciones de otros

instrumentos usados en investigaciones sobre agresión escolar y otros son sugeridos por los

mismos creadores del programa TIK. Para la adaptación de los instrumentos se realizó una

traducción y posteriormente se contó con la colaboración de 5 jueces expertos en psicología

clínica infantil y psicometría para realizar una validación de contenido que se calculó con la V de

Aiken.

Específicamente los instrumentos que se utilizaron, fueron:

Estrategias de solución de conflictos (ESC). Este instrumento fue una adaptación del

Instrumento Generación y Selección de Alternativas creado por Rodríguez Ávila (2014) que

consta de 5 preguntas que describen brevemente 5 situaciones cotidianas de conflictos entre los

padres y los hijos. Cada uno de los participantes tuvo que leer la situación y pensar estrategias de

solución de los conflictos. Posteriormente debían seleccionar las 2 estrategias que consideraran

46

como las mejores para gestionar el conflicto. Cada una de las respuestas se codificó y se les

asignó un puntaje. Por una parte el número de estrategias descritas da un puntaje que oscila entre

0 y 5 dependiendo de cuántas estrategias proponga el participante, y por otra parte la elección de

las estrategias también puntúa de 1 a 3 siendo 1 nada apropiada y 3 muy apropiada. Los criterios

para calificar qué tan apropiada es la respuesta están dados según la clasificación de Chaux

(2012) sobre las cuatro estrategias para gestionar conflictos, a saber evitar, ceder, imponerse y

hacer acuerdos. Teniendo en cuenta esta clasificación recibieron un puntaje de 1 las estrategias

asociadas a comportamientos de ceder o imponerse; se asignaron puntuaciones de 2 a las

estrategias asociadas a comportamientos de evitación del conflicto, y finalmente recibieron un

puntaje de 3 las estrategias asociadas a buscar acuerdos (Ver apéndice H).

Adaptación del State-Trait Anger Expression Inventory (STAXI). En su versión

original creada por Spielberger (1979) la escala esta compuesta por 44 ítems. La escala contiene

5 subescalas que incluyen estado de ira, manejo de la ira, ira interna, ira externa y control de la

ira. En la versión original la escala se mostró fiable con una consistencia interna de .93 En la

versión adaptada para esta investigación la escala estuvo compuesta por 10 ítems, en los que se

les preguntó a los participantes por la frecuencia con la que sus comportamientos coincidían con

los descritos en cada ítem. La escala contenía ítems como: regaño a mis hijos(as) cuando se me

retrasan mis tareas por culpa de ellos(as) o cuando tengo rabia, tiro las puertas duro y a veces

les doy patadas a las paredes. Los ítems se calificaron de 1 a 4, siendo 1 casi nunca y 4 casi

siempre. En esta prueba los puntajes más altos corresponden a mayores dificultades para el

manejo y la expresión de la ira. De acuerdo con la validación de contenido (con V de Aiken de

.70) se encontró que los ítems 9 y 10 presentaron problemas de validez y se corrigieron según las

observaciones sobre redacción y concreción de los jueces (Ver apéndice I).

47

Adaptación del Interpersonal Competence Questionnare (ICQ). En su versión

original el cuestionario contiene 40 ítems, estos están organizados en cinco dimensiones de

competencia: inicio de interacciones, auto-expresión, asertividad para expresar malestar hacia

otros, proveer soporte emocional y manejo de los conflictos. En esta versión la escala se mostró

confiable con un alfa de Cronbach entre .77 a .87 (Buhrmester, Furman, Wittenberg & Reis,

1988). Este instrumento fue adaptado y reducido a 21 ítems, haciendo énfasis específicamente en

los ítems relacionados con la asertividad para expresar algunas emociones de los padres hacia sus

hijos. La adaptación y reducción de los ítems de la prueba original a la que se aplicó fue hecha

usando un procedimiento de validación de contenido. Algunos de los ítems usados fueron Ser

capaz de hablar sobre un conflicto específico sin utilizar frases como: tu siempre, tu nunca, todo

el tiempo tu haces… o Comentarles clara y calmadamente a sus hijos(as) las cosas que a usted

lo (la) ponen ansioso o que le preocupan. Estos ítems fueron calificados en una escala de 1 a 5,

siendo 1 esto es muy fácil para mí y 5 me cuesta mucho trabajo. En este test los puntajes más

cercanos a 1 son indicadores de mejores habilidades para la asertividad. De acuerdo con el

proceso de validación de contenido y considerando una V de Aiken de 0.70, los ítems 2, 17 y 21

fueron nuevamente redactados, los demás ítems tuvieron puntuaciones iguales o por encima de

.70 (Ver apéndice J).

Adaptación del Coping with Children’s Negative Emotion Scale (CCNES). En el

instrumento original de Fabes, Eisenberg y Bernzweig (1990) se proponen a los padres, madres

y/o cuidadores 12 situaciones hipotéticas que podrían ocurrir en la interacción con sus hijos. Los

padres participantes deben indicar el nivel en el que consideran que harían cada una de las seis

acciones propuestas. Las seis opciones que se les presentan a los participantes corresponden a

estrategias que pueden focalizarse en las emociones, focalizarse en el problema, reaccionar para

48

minimizar las emociones, castigar el comportamiento del niño o reducir las emociones negativas

(o displacenteras). Cada una de estas opciones se califican entre 1 y 7, siendo 1 muy poco

posible y 7 muy posible. En este test los puntajes más cercanos a 1 son indicadores de mayores

puntajes de empatía. En la versión adaptada para esta investigación se seleccionaron (de acuerdo

con el procedimiento de validación de contenido) 7 de los 12 ítems teniendo en cuenta

características que pudieran ser culturalmente apropiadas para la población colombiana, tales

como: Si mi hijo(a) está asustado porque tienen que aplicarle una vacuna y comienza a quejarse

y llorar mientras esperamos su turno para que se la apliquen, lo que yo haría sería(…). Así en la

validación de contenido se obtuvo entre un 70% y 100% de acuerdo entre los jueces y se

adoptaron algunas sugerencias cualitativas para la redacción de los ítems, con V de Aiken

superiores a .70 en todos los ítems (Ver apéndice K).

Cuestionario Sobre Conductas Parentales (Ballesteros, 2001). Este instrumento está

conformado por 35 ítems en los que se indagan: en primer lugar las conductas de los padres

hacia los hijos y en segundo lugar las conductas de los hijos hacia los padres (desde la

perspectiva de los padres). Los ítems de la escala corresponden a 4 subescalas: reglas, monitoreo,

contingencias y comunicación afectiva. Cada ítem se responde en una escala entre 1 y 4, siendo 1

nunca y 4 siempre. Algunos de los ítems mencionaban acciones como permite a su hijo(a) que le

tire cosas o le pegue o deja de hablarle a su hijo(a) cuando está disgustado con él (ella). En este

test los puntajes más altos indican mejores habilidades para la crianza. En su validación con

población colombiana el cuestionario mostró un alfa de Cronbach total de 0.72 (Ver apéndice L).

Procedimiento

Fase 1. Convocatoria de los participantes en las 2 sedes de la empresa floricultora.

49

En esta fase se acordó con la oficina de Talento Humano una estrategia de divulgación y

convocatoria de los empleados y empleadas a participar en el taller, mostrando los contenidos,

los horarios, los compromisos y las garantías de participación en el programa. Así pues se

divulgó en carteleras, reuniones y voz a voz la convocatoria a participar en el programa de

formación a padres, en el que se invitaban tanto a empleados administrativos como operarios. En

la convocatoria se hizo explícito que las sesiones del programa se desarrollarían durante las 2

últimas horas de trabajo de cada viernes durante 6 semanas. También se explicó que era

necesario hacer algunas entrevistas y aplicar algunos test antes de comenzar el programa y al

final del mismo. La invitación a participar se hizo extensiva a todos los miembros de la empresa

floricultora, quienes tuvieran hijos, hijas o niños y niñas a su cargo. De la misma manera se

explicó que los interesados de la sede de Suesca quedarían en espera hasta finalizar la evaluación

del programa.

Fase 2. Aplicación de las pruebas pretest.

En esta fase se firmó el acta de consentimiento informado y se procedió a aplicar los

instrumentos mencionados en la sección anterior a cada uno de los participantes. La aplicación

de los instrumentos se hizo de manera individual, tomando en promedio 1 hora y 30 minutos por

cada participante. Para la aplicación de los instrumentos se contó con la colaboración de 4

estudiantes del programa de psicología de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz, quienes

fueron instruidos en la forma de recolección de los datos en la batería de instrumentos

seleccionados. Las entrevistas fueron realizadas por la investigadora principal.

Fase 3. Aplicación del programa TIK.

En esta fase se desarrollaron las seis sesiones del programa de acuerdo con las indicaciones del

Program Manual Tuning Into Kids (ver apéndice M con los contenidos y temas de cada sesión).

50

Durante esta fase la investigadora principal hizo registros de observación según indica el manual,

tomó la lista de asistencia e hizo registros sobre las experiencias de la semana que compartieron

los participantes. Para esta fase se contó con la colaboración de 3 asistentes (estudiantes de

pregrado de psicología) quienes estaban encargados de aspectos logísticos como actualizar los

contenidos de las carpetas de los participantes, alistar los refrigerios, atender las necesidades de

los niños que acompañaban a los participantes y tomar la lista de asistencia. La colaboración de

los asistentes fue remunerada económicamente.

Fase 4. Aplicación de las pruebas postest.

En esta fase se aplicaron por segunda vez los instrumentos, la siguiente semana, después de

haber finalizado el programa con los participantes del programa TIK. Es importante decir que

aunque la asistencia al programa fue buena, en la fase postest no se pudieron recoger los datos de

tres participantes, en uno de los casos por incapacidad médica, en otro caso por finalización del

contrato con la empresa y en otro caso por actividades de vacaciones.

Consideraciones Éticas

Para la ejecución del proyecto se garantizó la preservación de la normatividad internacional,

nacional e institucional en lo relacionado con la protección y bienestar de los participantes

humanos que formaron parte de ella. En ese sentido, acogiéndome al Informe Belmont (1978), la

Resolución 8430 de 1993 y la ley 1090 de 2006 se garantizaron los principios de autonomía y

respeto a las personas, la beneficencia, no maleficencia y justicia.

En relación con la autonomía y el respeto por las personas se entiende que la participación en la

presente investigación fue de carácter voluntario, por lo que se solicitó y se mantuvo el

consentimiento informado. Dado que la selección de la muestra implicó que fueran trabajadores

de una empresa legal y eso a su vez implicó que los participantes fueran personas mayores de 18

51

años (adultos), ellos mismos suministraron y consintieron su participación estando informados de

los propósitos, beneficios, riesgos y procedimiento. Por defecto, en el estudio no participaron

personas que cumplieran con el criterio de edad pero que tuvieran algún déficit cognitivo o del

desarrollo que impida que ejerzan por sí mismos el consentimiento. Se garantizó que los

participantes abandonaran la evaluación o la intervención en el momento que desearan, sin

recibir consecuencias por ello.

En el consentimiento y a lo largo del proceso se garantizó que su participación en el estudio no

tuviera efectos negativos ni físicos, ni psicológicos. Desde un inicio en el compromiso ético se

estableció que en el caso de que se detectaran actividades del programa TIK cuya realización

pudiera generar algún daño a los participantes o a sus familias, se suspendería inmediatamente la

ejecución de la actividad y se haría el acompañamiento pertinente a quién o quienes se hubieran

visto afectados, sin embargo esto no fue necesario. Vale la pena apuntar que el programa ya

había sido ejecutado en diversas ocasiones en otros países y también ha sido evaluado sin

reportes de riesgo para los participantes (Havigurst et al., 2012; Havighurst et al., 2010).

A la luz de la Resolución 8430, el presente estudio se consideró de riesgo mínimo. Aunque la

información recolectada por medio de los instrumentos y las entrevistas fue confidencial, se tuvo

presente que el responder preguntas relacionadas con las interacciones familiares podía resultar

en alguna medida incómodo para los participantes, por lo que se respetó, no sólo la decisión de

continuar la participación, sino la identidad y anonimato. La información obtenida se trató de

manera grupal dadas las características del estudio y fue confidencial en todo momento.

Salvo por la incomodidad que hubiera podido generar en los participantes la comunicación de

sus conflictos intrafamiliares no se consideró que la investigación pudiera causar algún daño a

los participantes. La participación de los padres, madres o cuidadores fue por seis semanas en

52

sesiones de 2 horas por semana, los días viernes en las últimas horas de la jornada laboral, por lo

que se contempla efecto de la fatiga. Los participantes no recibieron ninguna contraprestación

económica ni de otro tipo por formar parte del presente estudio. Una devolución de resultados

parciales se hizo al final del estudio a la empresa.

Dado que el muestreo fue por conveniencia y que no había asignación de participantes a grupos

en diferentes condiciones experimentales, por cuestiones logísticas inicialmente sólo la mitad de

los empleados participó de la intervención. Como un compromiso con el principio de justicia,

posterior a la aplicación de la intervención y la evaluación, la otra mitad de los participantes

también recibió el programa de formación a padres, aunque esta última fase no aparezca

reportada en los resultados de la investigación por las limitaciones de tiempo. Adicionalmente,

dado que todos y cada uno de los participantes están en el derecho de solicitar voluntariamente

un informe final, el que no todos lo hagan tampoco compromete el principio, ya que en este caso,

prima la autonomía.

Plan de análisis

El análisis de los datos se desarrolló usando procedimientos cualitativos y cuantitativos

dependiendo de la pregunta de investigación. En el caso de la primera pregunta de investigación

sobre ¿Qué tan pertinente es el programa de formación TIK con las necesidades expresadas por

los cuidadores?, el análisis se hizo tomando en cuenta las respuestas de la Encuesta de

caracterización de los participantes, específicamente las preguntas 13 y 14: ¿Qué tanta

dificultad representan para usted las siguientes actividades en la interacción con sus hijos o

hijas? y ¿Qué tanto de las siguientes habilidades le gustaría aprender en la relación con sus

hijos?. Los resultados se obtuvieron hallando los promedios de las puntuaciones de los

participantes. Una segunda parte de la pregunta se desarrolló usando una metodología

53

hermenéutica de creación de categorías de análisis basadas en la entrevista semiestructurada

sobre el “desarrollo de un evento conflictivo”. Para ello se usó el programa Atlas. Ti, en el que

se hizo una codificación abierta y finalmente una codificación axial (para ver las relaciones entre

las categorías emergentes) (Strauss & Corbin, 2002). En este análisis no se tomaron en cuenta las

frecuencias de mención de las citas de cada categoría dado que no era objetivo del análisis

cualitativo.

La segunda pregunta de investigación sobre ¿Qué tanto involucramiento de los padres genera el

programa TIK? fue desarrollada usando los registros de observación que contenían registros

sobre: asistencia a las sesiones del programa, cumplimiento de las tareas para la casa, nivel de

elaboración de las tareas, participación en las sesiones. Estos resultados se analizaron de manera

cualitativa agrupando en categorías las similitudes en las narraciones que hicieron referencia a

las emociones propias en los comentarios grupales y cumplimiento de las actividades del

programa mismo.

La tercera pregunta de investigación sobre ¿Qué tan eficaz es el programa TIK para generar

cambios en la asertividad con los hijos, el manejo de conflictos, el manejo de la ira, la empatía y

las conductas parentales (monitoreo, manejo de contingencias, funcionamiento de reglas y

comunicación afectiva)? fue desarrollada usando un análisis de varianzas multifactorial con

medidas repetidas intra-sujetos (pretest y postest) y entre-sujetos (del grupo experimental y del

grupo control en espera) en las pruebas de Adaptación del State-Trait Anger Expression

Inventory (STAXI), Adaptación del Interpersonal Competence Questionnare (ICQ), Adaptación

del Coping with Children’s Negative Emotion Scale (CCNES) y el Cuestionario sobre conductas

parentales. Para analizar los resultados de Estrategias de solución de conflictos (ESC), se usó

54

una comparación de medias no paramétrica (U de Mann Whitney), puesto que las distribuciones

no fueron normales.

RESULTADOS

En este apartado se presentarán los principales hallazgos a partir de los datos recolectados

durante el proceso de evaluación del programa de formación a padres TIK. Para su desarrollo, el

texto estará organizado en el mismo orden de las preguntas de investigación, a saber: en primer

lugar ¿Qué tan pertinente es el programa de formación TIK con las necesidades expresadas por

los cuidadores?; En segundo lugar ¿Qué tanto involucramiento de los padres genera el programa

TIK?, y en tercer lugar ¿Qué tan eficaz es el programa TIK para generar cambios en la

asertividad con los hijos, el manejo de conflictos, el manejo de la ira, la empatía y las conductas

parentales (monitoreo, manejo de contingencias, funcionamiento de reglas y comunicación

afectiva)?.

Pertinencia del programa de formación TIK con las necesidades y dificultades

expresadas por los cuidadores

En la evaluación el programa de formación a padres TIK participaron en total 52 padres, madres

y cuidadores de niñas y niños (algunas de sus características sociodemográficas se presentan en

el apéndice C). Se resalta que la mayor parte de los participantes fueron adultos jóvenes, la

mayoría con sólo una hija o hijo, en su mayoría madres solteras quienes reportaron dificultades

en lograr que los niños realicen tareas como comer lo que se les sirve y hacer que estudien (Ver

Tabla 1).

55

Tabla 1

Promedio del nivel de dificultad que representan algunas actividades que los padres realizan

con sus hijos e hijas.

Variable M DE Que coma lo que se le sirve

2.39 0.77

Que estudie

2.37 0.76

Que se acuesten a dormir cuando yo le indico

2.21 0.84

Que no golpee o maltrate a sus hermanos o primos

2.12 0.94

Que colabore con tareas del hogar (organizar su cama, lavar la losa, barrer, trapear)

2.02 0.91

Controlar las pataletas de sus hijos(as)

1.94 0.97

Que no pase tanto tiempo en la calle sin que alguien lo esté cuidando

1.67 0.81

Que no sea grosero con sus profesores en la escuela

1.67 0.73

Que no golpee o maltrate a sus compañeros en el colegio

1.58 0.63

Que no golpee o maltrate a la mamá 1.33 0.58 Que no golpee o maltrate al papá 1.04 0.19

En la Tabla 2 se observan las puntuaciones de los participantes sobre su interés frente a

situaciones comunes en las interacciones parentales y en las que comúnmente los padres

expresan dificultad. En esta tabla se observa que los padres tienen interés en aprender estrategias

56

que les permitan controlar el comportamiento de los hijos de manera asertiva especialmente

evitando enfurecerse e insultando a sus hijos. En lo que respecta a amenazar a los hijos con la

pareja, los participantes reportaron que no les interesa tanto, porque de acuerdo con sus

afirmaciones, no era una costumbre muy frecuente en ellos y ellas.

Tabla 2

Promedios del nivel de interés que tienen los padres para aprender algunas habilidades durante

el programa

Variable M DE

Controlar las rabietas de sus hijos(as) sin que usted se enfurezca.

3.63 0.71

Hacer que sigan sus instrucciones (hacer tareas, hacer oficios, ir a dormir, etc.) sin golpearlos.

3.38 0.82

Hacer que sigan sus instrucciones (hacer tareas, hacer oficios, ir a dormir, etc.) sin gritarlos.

3.69 0.5

Poder manejar usted mismo (a) las situaciones sin tener que amenazarlos con su pareja (Ej. Si no haces lo que te pido le cuento a tu papá).

2.92 1.18

Hacer que sigan sus instrucciones (hacer tareas, hacer oficios, ir a dormir, etc.) sin insultarlos.

3.4 0.86

.

57

En las entrevistas previas al inicio de la aplicación del programa se les preguntó a los padres y

madres de manera abierta por sus necesidades cuando experimentaban conflictos con sus propios

hijos. Estas entrevistas se codificaron con una lógica inductiva y se agruparon en cinco

categorías analíticas (ver Figura 2.). La primera categoría se denominó Dificultades para la

regulación de las emociones. La segunda categoría fue nombrada Necesidad de establecer reglas.

La tercera categoría agrupó las narraciones de los participantes relacionadas con sus Necesidades

de aprender maneras efectivas de comunicación. La cuarta categoría se denominó Necesidades

relacionadas con la asertividad en la comunicación de las instrucciones, finalmente, la quinta

categoría de análisis emergió de las narraciones sobre las Necesidades relacionadas con

habilidades específicas para solucionar conflictos.

Figura 2. Categorías de análisis sobre las necesidades percibidas

58

Como se observa en la figura 3., sobre la dificultad para la regulación de las emociones, los

entrevistados reportaron dificultades para expresar las emociones positivas. Es decir, algunos

entrevistados comentaron que no tenían problemas para expresar sus molestias, en contraste, la

expresión explícita de cariño y afecto les era más complicada. Los participantes expresaban que

en la medida en que los hijos e hijas se acercaban a la adolescencia evitaban decirles frases

afectivas. Particularmente una de las participantes expresó mientras lloraba “yo sé que fallo en

muchas cosas, como no pensar y de una vez vaciarla y hasta gritarla, yo por ejemplo no soy

capaz de decirle que la quiero“. Otros participantes decían que dada su historia de aprendizaje,

en su casa sus padres no acostumbraban a expresarles cariño, pero hoy día sus hijos sí les exigen

esas expresiones verbales y para ellas no resulta muy fácil, y en algunas ocasiones es incluso

incómodo y castigado por otros familiares quienes califican las expresiones verbales de cariño

como “neniar a los hijos“.

Dentro de esta categoría de dificultad para la regulación de las emociones se ubicaron también

las referencias a la dificultad para expresar las emociones displacenteras. En este grupo se

ubicaron las referencias a la incapacidad de las cuidadoras para hablar sobre cómo se sentían

cuando sus hijos no realizaban las tareas o no seguían las instrucciones. También se ubicaron las

narraciones referidas a tener comportamientos agresivos con las hijas justificados por las

emociones displacenteras experimentadas (como la ira y el miedo). Uno de los participantes

expresó “porque es que cuando uno comienza a gritar, comienza a llegar a los golpes, entonces si

uno no aprende a controlarse a sí mismo, pues uno comete cosas que después de verdad se

arrepiente”. Otros participantes expresaron “yo prefiero callarme y me encierro” como una

manera de evitar expresar las emociones negativas, sin embargo al recobrar la calma ya no

comentan nada sobre el conflicto. Se incluyeron también dentro de esta categoría los relatos

59

sobre la dificultad de los padres para controlar el comportamiento agresivo de sus hijos (en casa

y en el colegio u otros espacios públicos). Las madres comentaron “él siempre ha sido terrible”,

“siempre hemos estado en los mismos problemas… que el niño es un grosero, que el niño es un

patán”, “tuvimos problemas porque el niño le pegaba a una compañerita, yo le decía: eso no se

hace papito, pero la mamá se ponía era a pelear con la profesora”. Los padres comentaron sobre

el comportamiento de sus hijos que en diversas ocasiones intentaron hablar con sus hijos sin

lograr que las agresiones dejaran de presentarse, en algunos casos utilizaron los gritos, los

regaños o el castigo físico como estrategia para que sus hijos no volvieran a ser agresivos con

otros.

Figura 3. Subcategorías de la categoría dificultades para la regulación emocional

La segunda categoría de análisis, denominada Necesidad de establecer reglas (ver figura 4), fue

compuesta por narraciones acerca de: la dificultad en la crianza de los hijos de la pareja, la falta

de colaboración con los oficios de la casa, dificultad para lograr que los niños sigan

instrucciones, dificultad para establecer horarios para dormir, dificultad para que los niños se

acuesten solos, dificultad para lograr que los hijos e hijas cumplan con sus deberes escolares,

incumplimiento con la hora de llegada a la casa, dificultad para hacer que los niños coman lo que

se les sirve y dificultad para que los niños asistan puntualmente a la escuela.

60

En cuanto a la dificultad en la crianza de los hijos de la pareja, quienes tienen familias

reconstituidas reportaron la dificultad para establecer reglas con los hijos de sus parejas y para

comunicarles sus inconformidades. Expresan que las interacciones con sus hijastras o hijastros se

dificultan porque en muchas ocasiones sus parejas perciben como comportamientos inapropiados

o agresivos los intentos por poner reglas. Las participantes relatan “yo quisiera aprender a

convivir con ellos, con mis hijos y mis hijastros“, “Pues sí, realmente con ellos (mis hijastros)

peleaba más que con mis propios hijos”. De acuerdo con lo que expresaron los participantes en

algunos casos decidieron ignorar los comportamientos de sus hijastras (o enviarlas a vivir con

algún otro familiar o excluirlas de algunas actividades) para no generar conflictos de pareja, no

obstante continúan sintiendo malestar por los comportamientos que ellos emiten. Esta dificultad

para la crianza en las familias reconstituidas también genera malestar para los propios padres,

quienes expresan sentirse “entre la espada y la pared”, así lo expresó una de las participantes

“(…) es que no es mi papá, y le dije: pues no es su papá pero es como si lo fuera, ¿luego su papá

esta aquí con usted?”, “Discuten, uno para acá, otro para allá y son demasiado groseros”.

En segundo lugar, en esta categoría emergió la subcategoría de Falta de colaboración con los

oficios de la casa. En esta categoría las madres expresaron que algunas de las discusiones con

sus hijas e hijos comenzaban cuando al llegar a la casa encontraban los objetos desorganizados,

la cocina con sus accesorios sucios y la ropa sucia tirada en el suelo. Comentaron que al llegar

del trabajo se encontraban muy agotados por la jornada y experimentaban malestar al notar que

sus hijos no consideraban ese cansancio y preferían esperar a que sus padres pusieran la casa en

orden. Vale la pena resaltar que los padres y madres consideran dentro de los oficios de la casa el

cuidado y atención de los hermanos menores, de manera que los hijos e hijas mayores están

implícitamente responsabilizados por la alimentación, tareas y comportamiento de no agresión de

61

sus hermanos menores. Una de las participantes mencionó “Pues el último fue porque… pues,

como usted lo dice, estamos trabajando hasta tarde y llegué y no había colgado la ropa, y la ropa

todavía estaba en la lavadora, además no le había hecho las onces a la niña”.

Con respecto a la Dificultad para lograr que los niños sigan instrucciones. Uno de los

participantes mencionó “…es que yo le venía diciendo que tuviera cuidado, que no jugara…o sea

que no se hiciera tan lejos y es que el bendito problema de ella… que no hace caso y ahí pues es

donde me saca la piedra”. Las madres hacen referencia a que sus hijas no siguen instrucciones de

manera precisa y oportuna, en sus palabras, ellos dicen que sus hijos no son obedientes cuando se

les pide que hagan un “mandado”, comienzan a decir, “ahorita, ahorita” pero finalmente no

hacen lo que se les pide. Las madres han optado en estos casos por utilizar las amenazas o los

gritos como estrategia para hacer cumplir rápidamente las instrucciones.

La Dificultad para establecer horarios para dormir fue la cuarta subcategoría. En esta

subcategoría se pudo observar que hay insatisfacción de los padres al intentar hacer que sus hijas

e hijos se duerman. Ellos reportan que los niños pueden tener conocimiento de la hora apropiada

para dormir pero no siempre hacen caso a este horario. En ocasiones las madres se ven

enfrentadas a expresiones emocionales como la ira o el miedo de sus hijos a la hora de dormir y

dado que las estrategias (tales como gritarlos, regañarlos, minimizar sus emociones o

invalidarlas) no dan el resultado esperado optan por llevarlos a dormir a su cama o quedarse

durmiendo con ellos. Algunos padres mencionan que la mejor táctica (o con la que han logrado

su objetivo) es la de no permitir que sus niños duerman durante el día de manera que

aproximadamente a las 8 pm ya tengan sueño. Ninguna de las cuidadoras mencionó que intentara

hablar con sus hijos sobre las emociones displacenteras experimentadas por ellos a la hora de

dormir.

62

Muy relacionada con la subcategoría anterior, se halló la mención a la dificultad para que los

niños se acuesten solos, esto es porque no solamente las niñas no aceptan que hay un horario

para dormir sino que además desean dormir con sus padres. Esto es visto por los padres como

una molestia, en algunos casos las condiciones socioeconómicas los obligan a compartir las

habitaciones y cuando los niños son muy pequeños suelen dormir con sus padres. El problema

comienza a presentarse cuando los niños crecen y desean seguir durmiendo con sus padres y si

no se les permite entonces comienzan a hacer “pataletas” a las que los padres terminan por ceder

ante la necesidad de descansar para madrugar. Uno de los padres reportó: “…porque uno…con

mi hijo, el que tiene 5 años, peleamos mucho, porque a él aún no lo podemos sacar del lado de

nosotros, él quiere estar durmiendo todavía con nosotros, entonces peleamos mucho por eso,

porque él va y se acuesta en la cama de nosotros y de ahí nadie lo bota”.

Una sexta subcategoría, y quizá una de las narrativas mas recurrentes de los participantes fue la

Dificultad para que los hijos e hijas cumplan con sus deberes escolares. En esta subcategoría los

participantes reportaron que constantemente reciben quejas y demandas del colegio por el

incumplimiento de sus hijos en las tareas. En algunos casos ellos mismos se dan cuenta de que

sus hijos no hacen las tareas porque al llegar a la casa luego de la jornada laboral los encuentran

durmiendo, viendo televisión o jugando. La dificultad para cumplir los deberes escolares no solo

está asociada a la poca disposición de las niñas y niños (o “la pereza” como lo denominan los

cuidadores), sino también a condiciones contextuales como falta de recursos materiales (no

tienen computadores, libros o acceso a internet) o ambientes apropiados para desarrollar las

tareas (hacen sus tareas en el comedor o en la cama).

Asociado a la subcategoría anterior, se encontró la dificultad para que los niños asistan

puntualmente a las clases. En esta subcategoría se mencionaron algunas narraciones en las que

63

las niñas incumplían los horarios de ingreso a la escuela. Esto se relacionaba, en algunos casos,

con la dificultad de algunos niños para acostarse en un horario apropiado que les permitiera

descansar suficiente y madrugar al día siguiente. En otros casos los padres comentaron que

aunque los niños salían temprano para el colegio, en el camino se distraían y no cumplían con los

horarios. Literalmente uno de los cuidadores reportó “en el colegio me llamaron que porque él

llega tarde, tarde al colegio y eso es lo que genera mis conflictos con él”.

Una octava subcategoría emergente de la frecuencia con que se mencionó en los relatos de los

padres fue el incumplimiento con la hora de llegada a la casa. En esta subcategoría se hizo

mención a que los niños salían del colegio y no llegaban a la casa. Algunas madres comentaron

que este era un evento que generaba constantes discusiones porque no era muy claro lo que los

niños hacían luego de salir de sus clases. De acuerdo con sus afirmaciones los niños se quedan

jugando fútbol, jugando maquinitas o hablando con otros niños. Para los padres esto representa

insatisfacción debido a que los niños deben estar bajo supervisión, deben dedicar su tiempo libre

a los deberes escolares o a los deberes del hogar.

La novena subcategoría, fue denominada dificultad para hacer que los niños coman lo que se les

sirve. Esta fue una de las narraciones a las que más se hizo mención y en las que los cuidadores

reportaron mayores dificultades. Específicamente decían “…la más pequeñita dice: no!, yo no

quiero comer y no, pues lógico que yo la tengo que obligar, porque yo no la puedo acostar sin

que ella coma. Porque uno no sabe si en el jardín están comiendo… o la señora que las cuida las

alimenta bien, entonces yo no sé si ella de verdad está comiendo, entonces pues yo no les… yo

no le doy así mucha comida, le doy un poquito y la obligo hasta que come”. Los padres

reportaron intentar diversas estrategias para que sus hijos coman, no obstante sus estrategias no

son exitosas y terminan por ceder ante los pedidos de sus hijos de comer cualquier otra cosa o

64

incluso de no comer. Una de las cuidadoras comentó “muchas veces nos sentamos a comer y

entonces nos toca, no… saquémosle la tablet, que saquémosle… ehhh… prestémosle el celular

para que vean los videos, para distraerla para que coma, ¿si?. Ese factor de distracción donde yo

digo, no, nos toca es utilizar un mecanismo como muchas veces… como oiga, a ver si come, y…

la distraigo y come tranquila mientras está comiendo, pero entonces yo digo ¿por qué no

podemos sentarnos y comer todos juiciositos?, ¿por qué toca esa lucha todos los días?. Ahjj a

veces ya me canso de inventar cosas y voy a la tienda y compro unos Alpinitos, para que al

menos coma algo”.

Figura 4. Subcategorías de la categoría necesidad de establecer reglas.

La tercera categoría de análisis emergente fue la Necesidad de aprender maneras efectivas de

comunicación (ver figura 5). Esta subcategoría agrupó las menciones de las cuidadoras a su

intención de aprender a comunicar sus expectativas para generar cambios en los

comportamientos de sus hijas, “…me gustaría aprender… cómo sería el tono, cómo serían las

palabras adecuadas para hablarle y más que es una niña muy pequeña, entonces yo no sé si

entiende o que le digo y al final no sé si va a hacer lo que le estoy mandando, porque como que

65

le entra por un oído y le sale por el otro, de todas maneras no hace caso”, mencionó uno de los

participantes. Los padres comentaron que por lo general intentan hablar y dar consejos a sus

hijos sobre los comportamientos esperados sin embargo, no encuentran en sus hijos

correspondencia frente a sus pedidos. De acuerdo con los comentarios de los participantes no se

establecen diálogos con los hijos, sino una conversación en la que los padres expresan lo que

desean sin preguntar a sus hijos lo que ellos opinan sobre los eventos conflictivos o sobre las

expectativas de sus padres. En esta categoría los padres mencionan que encuentran mucho más

complicado hablar con los niños más pequeños, que pierden la paciencia rápidamente al ver que

después de mucho tiempo y frecuencia de comentar los mismos asuntos sus hijos continúan con

los mismos comportamientos. Algunos de ellos consideran que sus hijos no aprecian los

consejos, más bien los valoran como “cantaleta“ y después de un rato ya no les ponen atención o

se disgustan y se alejan del discurso de los padres. Una de las madres mencionó “…pero es que

no se le quita esa maña, o sea, me gustaría que yo hablara como para que ella entendiera lo que

uno le hablan. Que es para uno escuchar y entender lo que le dicen… y contestar, porque es que

ella es callaaada y no le dice a uno nada, y después otra vez la ve uno haciendo lo mismo, eso es

como perdedera de tiempo. Es que yo no sé cómo es que toca hablar para que a uno lo

entiendan”.

Otros componentes relevantes de las narraciones que se agruparon en esta categoría fueron las

que hicieron referencia a la dificultad para que los niños digan la verdad. Este aspecto fue

mencionado por los cuidadores así: “ahh dios, pues no, cómo hablar para que él me tenga más

confianza y me diga las cosas, porque él sabe, que como yo se lo dije ese día, lo que él necesite

en el colegio, para lo que pueda colaborarle, porque el papá poco le ayuda, y él igual no me tiene

66

confianza y es mucho lo mentiroso conmigo, con la profesora, con todos”, “él siempre me decía

que era que allá no le dejaban tareas, pero eso eran puuuras mentiras“.

Finalmente en esta categoría los padres hacen constante referencia a la importancia de generar

espacios de diálogo, sobre todo cuando sus hijas se acercan a la adolescencia. Las cuidadoras

reconocen que los castigos (físico, verbal o la implementación de prohibición de acceso a un

objeto o actividad deseada) no son suficientes si no se habla sobre los eventos que generan los

conflictos. No obstante las limitaciones de tiempo (por las características del empleo) o la

inhabilidad para expresarse con claridad, sin ambigüedades y de manera concreta impide que

haya coherencia entre lo que se dice y lo que se espera del comportamiento de los hijos, algunos

ejemplos de lo mencionado fueron: “…yo le dije que hablara, para que ayudara a solucionar la

situación”, “yo le digo, que tiene que portarse bien, hablamos mucho de eso, de que tiene que

llegar a ser una buena muchacha, pero ella es como si no entendiera que es por el bien de ella, y

yo le dije pues que ¡hablara algo! Porque es que ella no, ni habla”.

Figura 5. Subcategorías de la categoría necesidades de aprender manera efectivas de comunicación.

La cuarta categoría de análisis en las narrativas de madres, padres, cuidadores y cuidadoras fue

denominada Necesidades relacionadas con la asertividad en las comunicaciones de las

instrucciones (ver figura 6). Esta categoría está muy relacionada con la categoría anterior, sin

embargo en esta categoría se hizo especial referencia a la manera adecuada para comunicarse

67

asertivamente con las exparejas sobre la crianza de las hijas, la dificultad para expresar de

manera asertiva el punto de vista en los conflictos y la dificultad para expresar las

inconformidades de manera asertiva.

La primera subcategoría denominada necesidad de comunicación asertiva con la expareja,

emergió de las menciones de los participantes a las dificultades que encontraban con sus

exparejas para tomar decisiones con respecto a sus hijos, al constante chantaje de que son

víctimas los niños en las discusiones de sus padres y a la molestia que representa para algunas

madres tener que llamar a los padres de las niñas para solicitar dinero. Vale la pena apuntar que

aproximadamente el 50% de los participantes en el programa tienen familias reconstituidas, de

manera que tanto los padres como las madres mantienen interacciones frecuentes con sus

antiguas parejas. Una parte de ellas narran que las relaciones con sus exparejas son

disfuncionales porque aún guardan mucho resentimiento por las condiciones en las que

decidieron dar fin a la relación y también por los compromisos de administración de los recursos

económicos para mantener a los hijos. Las cuidadoras narran historias de violencia física y

agresión psicológica por parte de sus parejas y en contra de los hijos, razones que consideraron

suficientes para terminar las relaciones de pareja. En su mayoría las mujeres asumieron el rol de

cuidadoras principales, así que debieron implementar además el rol de empleadas en oficios poco

especializados (por sus condiciones de escolaridad).

En las relaciones con las exparejas los conflictos emergen en la medida en que las necesidades

económicas de los hijos también lo hacen. Las madres en su mayoría reportan poco

involucramiento de los padres (exparejas y progenitores) en el ejercicio de la crianza. Esto

también involucra a las niñas dado que ellas son testigos de las descalificaciones y discusiones

agresivas entre sus progenitores. Algunos fragmentos de los relatos son: “…el papá de ellos no

68

me ayudó y mi situación fue muy dura también, yo no los tuve porque quise, sino porque estuve

encerrada”, “mi marido me daba duro, él estaba acostumbrado a solucionarlo todo con garrote

y… cuando yo empecé a tener otro compañero les decía a los niños que mejor dicho, que yo era

una vagabunda. Pero él ni siquiera les pasaba (dinero) a los niños y sufrí mucho cuando me tocó

dejarlos con él porque yo apenas iba a empezar a trabajar y ganar mi propia plata”.

Específicamente los participantes reportaron que les gustaría poder hablar con sus exparejas

sobre los compromisos de la crianza sin tener que terminar insultándose y más bien ejecutando

acciones en pro del bienestar de las hijas. Uno de los participantes comentó “(me gustaría

saber)… cómo llegar a una mejor comunicación con la mamá del niño, hablarle, decirle, bueno,

yo he tratado de hablar con ella, le digo de miles de formas: vea, trate de cambiar su vocabulario,

que es que usted pa‘ todo se expresa con las pes por delante y el niño va a hacer lo mismo en el

colegio. Entonces por qué no habla usted como la gente, trate de mejorar ese vocabulario con

todos, con sus amigas, con cualquier persona. Porque ella es todo que la pe, y la pe y el niño hace

la misma vaina. Entonces no sé, no se puede. A mí me gustaría eso, que yo pudiera llegar a ella,

sin herirla, ni decirle que él lo más o lo menos ni nada, sino hacerle caer en cuenta que también

tiene errores“.

En esta categoría Necesidades relacionadas con la asertividad en las comunicaciones de las

instrucciones también se agruparon los comentarios relacionados con las dificultades de los

padres para expresar sus inconformidades asertivamente. Las cuidadoras comentaban que ellas

en la mayor parte de las ocasiones eran capaces de expresar sus molestias en lo que se refiere a la

evaluación del comportamiento de los hijos o de sus expectativas, sin embargo, dicen que les

cuesta mucho hacerlo sin gritar o sin agredirlos. Por otra parte en algunos relatos se hicieron

referencias a la estrategia de guardar silencio y alejarse de las discusiones, en palabras de los

69

participantes “al principio yo me preocupaba mucho, pero ahjj, ya no le paro bolas, me voy y

espero a que se me pase”, “ a mí me gustaría aprender como a no gritarlos, o sea… cómo le

dijera… a que yo misma les hablara más suave, sin que me de tanto mal genio ni nada”.

Finalmente en esta categoría de Necesidades relacionadas con la asertividad en las

comunicaciones de las instrucciones se agruparon las narraciones referidas a la dificultad para

expresar asertivamente los puntos de vista en el conflicto, tanto para las cuidadoras como para

sus hijos. En este caso, los participantes expresaron: “la última vez peleamos porque yo llegué a

la casa y ella no había hecho el oficio, pues… la fácil, yo regáñela y regáñela y ella no dijo nada,

la solución fue fácil, no decir nada”. En general, la perspectiva de solución de conflictos para los

padres no hace referencia a un acuerdo en el que las partes ceden y buscan un punto intermedio,

para ellos la solución de conflictos está más asociada a la obediencia de los hijos a sus demandas.

De igual manera, los padres deciden que en muchas ocasiones se alteran al momento de expresar

sus perspectiva de los conflictos, se molestan por tener que buscar explicaciones del por qué sus

hijos deben cumplir con algunas demandas y les responden con “yo soy su papá y usted me tiene

que hacer caso”, pero no hay muchas habilidades para buscar alternativas para solucionar

conflictos, ni tampoco para verbalizarlos (sin buscar imponerse o evitar las confrontaciones).

Figura 6. Subcategorías de la categoría necesidades relacionadas con la asertividad en las comunicaciones

de las instrucciones.

70

Como quinta y última categoría de análisis para responder a la pregunta de investigación sobre la

pertinencia del programa TIK™ con las necesidades de los padres, emergió la categoría de

Necesidades relacionadas con habilidades para solucionar conflictos (ver figura 7). Esta

categoría quedó conformada por las subcategorías denominadas: dificultad para manejar las

peleas entre hermanos, creencias sobre lo que la gente hace para solucionar conflictos, necesidad

de manejar las pataletas y dificultad para hacer acuerdos en situación de conflicto.

En la primera subcategoría denominada dificultad para manejar las peleas entre hermanos, las

participantes reportaron que las peleas entre sus hijas e hijos eran frecuentes. En diversas

ocasiones los conflictos entre hermanos se iniciaban por el acceso a los juguetes (sobre todo en el

caso de los niños más pequeños) y por la repartición en las labores del hogar. Dentro de las

estrategias para gestionar los conflictos los participantes mencionaron que cuando compraban

algo para uno de sus hijos, preferían hacerlo para todos y no generar la sensación de inequidad o

preferencia. Otra de las estrategias frecuentes es la de castigar a los implicados en el conflicto.

Específicamente en las peleas por los juguetes, los padres comentaron: “yo por ejemplo le digo al

niño mayorcito: ahh no sea envidioso, présteselo a su hermanito, ¿no ve que él es más chiquito?,

présteselo un ratico… pero eso no entiende, entonces se coloca a llorar, se va bravo y dice que yo

no lo quiero”.

Como una segunda subcategoría se halló la constante referencia de los padres a su necesidad de

aprender a manejar las pataletas. “Lo que me interesaría, más que todo, es como… o sea…

como algo más para que ellos no sean tan pataletudos, porque es que ellos a veces arman muchas

pataletas por nada, entonces cómo ¿qué debería hacer?”, “es más aprender a manejar los niños,

más con el pequeñito, que está con las pataletas, que quiero esto, que quiero esto, que a todas

horas toca que estarle comprando”, “Por lo menos… ayer…eran las seis y estaba afuera, y lo

71

entré, y de una se bota al piso a llorar, y pues él desde niño se me ha privado y no se le ha

quitado la maña”. Estos son algunos relatos de los y las participantes al referirse al

comportamiento de sus hijos y a su incapacidad para manejar estos eventos, pues como lo

mencionaron algunas cuidadoras resulta más sencillo y eficaz comprarles o darles lo que piden y

así evitar los gritos y llantos en la calle. Los padres mencionaron que los niños no logran

comprender que no pueden tener acceso a todas las cosas que ven y dentro de sus estrategias

están: dejarlos solos y esconderse, gritarlos y levantarlos con fuerza, darles lo que piden,

amenazarlos con no volver a salir y también con distraerlos con alguna cosa del ambiente. Sólo

un participante mencionó que antes de salir de casa les decía “vamos a ir al centro comercial y de

una vez les digo, no llevo plata, no me vayan a pedir nada porque no tengo como pagar, de una

vez se los advierto, sólo vamos a ir a pagar el recibo y nos venimos”.

La subcategoría final de esta categoría fue denominada dificultad para hacer acuerdos en la

situación de conflicto. En esta categoría se agruparon los fragmentos de las narraciones referidos

a lo que las participantes reportaron como una habilidad que les gustaría aprender durante el

programa. Algunos de los fragmentos fueron “a mí me gustaría saber cuándo hablarles, porque es

que cuando uno está de mal genio dice cosas mal”, “me gustaría… como… saber algo que lo

haga a uno reaccionar para buscar una solución”, “si me gustaría aprender, la verdad si…si

porque yo sé que yo me siento de pronto, en sí, a pesar de que yo he tenido como ese mando por

él, como esa autoridad sobre él, me he dejado como manejar prácticamente por él, porque a pesar

de todo lo que ha pasado, yo termino cediendo y nunca podemos hablar de verdad para que los

dos quedemos contentos”. En esta subcategoría los cuidadores hicieron referencia a que cuando

tienen un conflicto desearían poder hablar del mismo de manera asertiva, regulando sus

emociones y sobre todo encontrando una estrategia que les permita saber qué hacer en adelante.

72

Sin embargo en la mayoría de los casos los padres no consideraron los acuerdos como una

opción, más bien para ellos la solución de conflictos se refiere a la obediencia por parte de sus

hijas.

Figura 7. Subcategorías de la categoría necesidades relacionadas con la asertividad en la comunicación

para la gestión de los conflictos.

Finalmente la figura 8 muestra la comparación entre las necesidades expresadas por los

participantes de la investigación y los resultados que se pueden esperar de la aplicación del

programa TIK.

73

Figura 8. Pertinencia entre los objetivos del programa TIK™ y las necesidades percibidas Los cuadros en

verde indican las necesidades percibidas por los cuidadores (as) participantes en el programa y en azul,

los resultados esperados de la participación en el programa de acuerdo con los creadores del mismo. En

amarillo punteado se unen las coincidencias entre las necesidades que los cuidadores expresaron y los

resultados esperados de la participación en el programa.

74

Involucramiento de los padres en el programa TIK™

Con respecto al involucramiento de los y las participantes en el programa de formación TIK, se

observaron los siguientes aspectos: En primer lugar con respecto a la asistencia, el 80% de los

participantes efectivos (quienes se inscribieron, hicieron el pretest y participaron de la

intervención) asistieron a las 6 sesiones del programa y quienes faltaron a alguna o algunas de las

sesiones justificaron su inasistencia por incapacidad médica, inconvenientes de última hora en su

casa o en el trabajo (enfermedad de algún familiar o retrasos en el trabajo). En específico las 14

personas asistentes al programa asistieron cuando menos a 4 de las 6 sesiones del programa.

Se observó que a pesar de que la convocatoria de participación se hizo extensiva a toda la

comunidad de la empresa floricultora (administrativos y operarios) ninguno de los empleados

administrativos participó del programa, 2 de ellos iniciaron el programa o fueron al menos a una

sesión pero no persistieron en su participación. Los participantes que aceptaron estar en el pretest

pero que luego no asistieron expresaron principalmente que no habían podido ir porque su

trabajo y sus obligaciones no les daban tiempo, que tenían otras actividades que urgían su

atención. La mayoría de los no-asistentes/inscritos tenían cargos administrativos tales como la

atención de la recepción y/o asistencias administrativas. Los jefes administrativos de altos cargos

dentro de esta comunidad no se inscribieron a pesar de expresar en algunas oportunidades tener

dificultades en la relación con sus hijos e hijas pequeños. Al parecer en la dinámica de la

organización este tipo de actividades normalmente se dirigen a los y las operarias, pero no

incluyen la participación de administrativos.

En este criterio también se resalta que los participantes, en su mayoría operarios, asistieron muy

puntualmente a las sesiones, los supervisores (quienes son también operarios con un nivel de

responsabilidad mayor que el resto de los operarios) de la empresa permitieron que los asistentes

75

salieran 10 minutos antes para que recogieran sus carpetas de trabajo, se pusieran cómodos y

llegaran a tiempo. En las 4 últimas sesiones, los mismos participantes se encargaron de tener

dispuesto el lugar para realizar las actividades.

El segundo criterio que se observó para describir el involucramiento fue el cumplimiento de las

tareas. De acuerdo con el diseño del programa TIK™ en su versión original, se proponían a los

cuidadores y cuidadoras actividades semanales para realizar en compañía de sus hijas e hijos.

Dentro de tales actividades estaban por ejemplo: El diario de las emociones, Oportunidades para

el manejo de las emociones, el detective de las emociones, cómo ser un entrenador de

emociones, ideas para el autocuidado emocional, identificación de los temores y preocupaciones

de los niños y el observador del enojo. En estas tareas se observó que los participantes

completaban las actividades, aunque dadas sus condiciones de escolaridad la descripción escrita

de las actividades realizadas no era muy extensa ni tampoco muy detallada. En ninguna ocasión

los participantes dejaron de realizar las actividades, sin embargo la comunicación verbal de las

mismas resultó más sencilla y más enriquecida en detalle.

El tercer criterio de involucramiento denominado nivel de elaboración de las tareas está muy

relacionado con el anterior, pero además daba la oportunidad de conocer el avance en cada una

de las sesiones del programa TIK. En este criterio –como se mencionó anteriormente- se observó

que las participantes tenían dificultades para relatar con detalle y de manera escrita el desarrollo

de las tareas, sin embargo durante las sesiones, en la fase de la recopilación de los eventos

relevantes de la semana, los cuidadores comentaban con detalle cada una de las actividades, los

éxitos y las dificultades que habían tenido para ejecutar las tareas. Así pues, el nivel de

elaboración de las tareas fue un criterio moderado por las habilidades de escritura.

76

El cuarto criterio de involucramiento fue la participación activa durante el desarrollo de las

sesiones y en este criterio se pueden resaltar como observaciones relevantes que:

a) En la medida en que el grupo es más homogéneo las personas se sienten más dispuestas a

ejecutar los juegos de roles y a expresar sus vivencias cotidianas con los hijos e hijas. En la

mayoría de las sesiones quienes participaron fueron operarios, sus condiciones de vida son muy

similares y sus conflictos también. Además, su lugar dentro de la empresa está en el mismo nivel

de jerarquía y eso les permitió hablar con tranquilidad de sus dificultades. Aunque los

comentarios de las entrevistas al inicio de los programas mostraron que había similitudes en las

necesidades de todos los padres (solo con algunas diferencias en cuanto a la oportunidad y

acceso a recursos económicos que garantizan el bienestar o algunas comodidades en el diario

vivir). Quizá el clima laboral haya creado una brecha entre los empleados operarios y los

empleados administrativos que generen una percepción de jerarquía en la que no se den las

condiciones para comentar eventos familiares y privados entre ellos. Esta dinámica de reserva o

falta de confianza entre operarios y administrativos se evidenció en las diferencias entre el

comportamiento del grupo intervenido cuando había participantes administrativos y cuando no

habían administrativos, pues en estas sesiones (las que contaron con asistencia de

administrativos) se observó que los participantes no comentaban con mucho detalle sus eventos

de la semana y en el caso de los participantes administrativos no hubo participación en la que

hicieran referencia a su propia interacción con sus hijas sino, más bien, ejemplos aislados sobre

conocidos o familiares.

b) Las dos primeras sesiones fueron oportunidades para que el grupo se fuera conociendo y dado

que algunos de los participantes no se conocían muy bien a pesar de ser compañeros de trabajo,

la participación se limitaba a las vivencias compartidas por 3 o 4 de los participantes quienes

77

tenían mayor tranquilidad a la hora de expresarse. En la medida en que las sesiones fueron

avanzando todos los asistentes comenzaron a comentar sus experiencias, quizá porque

observaban que sus conflictos eran frecuentes también en otros espacios familiares y porque los

acuerdos iniciales de respeto y evitar los juicios se hicieron cumplir. Aproximadamente en la

tercera sesión los participantes comenzaron a reportar cambios en su manera de comprender las

emociones y de expresarlas. Una de las participantes reportó que su hija le decía “Mamá ¿a usted

qué le pasa?, ¿Por qué ahora no se pone de mal genio?, refiriéndose a que en su expresión de la

ira de manera asertiva. En ese ambiente de confianza los participantes comenzaron a comentar

con mayor tranquilidad lo que ellos solían hacer para resolver sus conflictos y también a

retroalimentar los comentarios de sus compañeros. Tales retroalimentaciones se hicieron

siguiendo instrucciones concretas en las que se buscó hacer comentarios que no descalificaran la

acción parental, sino que ayudaran a notar las posibles estrategias de mejora.

c) Como una estrategia para instigar la participación al final de algunas sesiones se premiaba con

un objeto material a los participantes que habían realizado las tareas, a quienes participaban y a

quienes habían realizado el mejor juego de rol. Esta premiación se hacía en acuerdo con el grupo

de asistentes quienes, ejercitando las habilidades que se enseñaban en el programa, expresaban

por qué consideraban que alguno de sus compañeros debía ganar el premio. Esta acción

contribuyó a la participación de quienes les costaba más exponerse a hablar en público, también

sirvió como una oportunidad para recibir retroalimentación sobre las acciones realizadas durante

la semana. En la sesión final todos los participantes recibieron un diploma, un objeto y una

descripción de sus habilidades más notables durante el programa.

d) La empresa floricultora prestaba a los trabajadores el servicio de jardín infantil, cuyo servicio

terminaba unos 20 minutos antes de la hora final del programa y entonces las madres debían ir a

78

recoger a sus hijos. Esta situación comprometía los tiempos de las actividades de las sesiones; así

que se decidió contar con la colaboración de 3 estudiantes de pregrado de psicología quienes,

además de labores logísticas (como estar pendientes de los refrigerios, repartir las hojas para el

trabajo de cada día, organizar el lugar al final de las sesiones), ayudaban realizando actividades

de entretenimiento con los niños (colorear dibujos, cantar rondas infantiles, jugar a las

adivinanzas, etc.) para poder finalizar la sesión sin que los padres tuvieran que encargarse del

cuidado. Vale la pena apuntar que dichos estudiantes fueron remunerados económicamente por

su labor en cada sesión.

El Manual del Programa TIKTM sugiere hacer al final de la aplicación del programa una breve

encuesta de satisfacción (ver Apéndice N). En dicha encuesta los participantes reportaron

niveles altos de satisfacción con la intervención, además expresaron la importancia de los temas

aprendidos, su aplicabilidad y los cambios en su conducta gracias a la intervención. Como

sugerencias los participantes nombraron que deberían existir programas para tratar con

adolescentes y la oportunidad de aprender habilidades para la convivencia familiar en horarios

laborales.

e) El involucramiento de la empresa no era un factor que inicialmente se considerara

explícitamente relevante para la evaluación del programa. Sin embargo, acciones tales como

permitir que los trabajadores salgan a tiempo, disponer del tiempo de trabajo sin que eso afecte la

demanda de tareas o el salario; proporcionar el espacio apropiado y cómodo para realizar las

sesiones, y obsequiar a los participantes con refrigerios al gusto, facilitaron la asistencia y la

participación activa de los cuidadores y cuidadoras.

79

Eficacia del programa TIK™ para generar cambios en la asertividad con los

hijos, el manejo de conflictos, el manejo de la ira, la empatía y las conductas

parentales (monitoreo, manejo de contingencias, funcionamiento de reglas y

comunicación afectiva).

Para responder a esta tercera pregunta de investigación se llevaron a cabo ANOVAs de medidas

repetidas en el que se incluyeron las medidas del pretest y del postest del grupo control y del

grupo experimental. En este análisis se incluyeron los resultados del Coping with Children’s

Negative Emotion Scale (CCNES), del State-Trait Anger Expression Inventory (STAXI), del

Cuestionario Sobre Conductas Parentales CSCP (Total, de la dimensión de reglas, de la

dimensión de monitoreo, de la dimensión de contingencias y de la dimensión de comunicación

afectiva) y del Interpersonal Competence Questionnare (ICQ).

Teniendo en cuenta que se cumplieron los supuestos de esfericidad dado que solo fueron 2

mediciones se aplicó un ANOVA de medidas repetidas cuyos resultados se observan en la tabla

3. Según se halló en los resultados no hubo diferencias estadísticamente significativas entre los

puntajes del grupo control y del grupo experimental en la mayoría de las variables, no obstante,

se observa una interacción estadísticamente significativa en la interacción de tiempo (pretest y

postest) con el grupo (control y experimental) en las mediciones del STAXI, con un tamaño de

efecto de 14%.

Aunque los resultados obtenidos no mostraron diferencias estadísticamente significativas bien

vale resaltar que los puntajes promedio del grupo experimental disminuyeron en comparación

con los del grupo control, que se mantuvieron o incluso aumentaron. En el CCNES se puede

observar un decremento en el puntaje del grupo experimental, que indica mayores niveles de

empatía de los padres en relación con los comportamientos de sus hijos. En el ICQ se observa

80

una disminución del puntaje promedio en el postest del grupo experimental, mostrando mejores

puntajes en asertividad. El cuestionario sobre conductas parentales, por su parte, mostró un leve

aumento en tres de sus dimensiones: monitoreo, manejo de contingencias y comunicación

afectiva.

Tabla 3

Resultados de los ANOVAS de medidas repetidas entre el grupo experimental y el grupo control

Medidas Efecto (Contrastes)

Pre Post η2

p

Variables Grupo Media (DT) Media (DT)

Fgrup

o η2

grup

o FTiemp

o η2

Tiemp

o Fgrupo*Tiemp

o η2Grupo*Tiempo

p

CCNES Experimental 4.64 (.17) 4.35 (.17) 0.88 0.02 1.37 0.04 1.37 0.04 .25

Control 4.31 (.15) 4.30 (.16)

STAXI Experimental 1.92 (.18) 1.42 (.16) 0.34 0.01 2.25 0.06 5.29 0.14* 02

Control 1.73 (.15) 1.84 (.14)

CSCP_Reglas Experimental 27.71 (.98) 27.64 (.99) 0.19 0.00 0.00 0.00 0.30 0.00 .19

Control 27.10 (.84) 27.31 (.85)

CSCP_Monitoreo Experimental 21.92 (.64) 22.42 (.64) 0.11 0.00 0.95 0.03 0.95 0.00 .66

Control 21.78 (.55) 22.05 (.55)

CSCP_Contingencias Experimental 23.71 (.90) 24.14 (.99) 0.04 0.00 0.42 0.01 0.42 0.00 .66

Control 23.84 (.77) 24.42 (.85)

CSCP_Comunicación afectiva Experimental

28.42 (1.08) 29.71 (.95) 0.25 0.00 0.99 0.03 0.99 0.03 .13

Control 28.47 (.93) 28.47 (.81)

ICQ Experimental 2.50 (.21) 2.14 (.19) 0.42 0.01 1.65 0.05 1.65 0.05 .20 Control 2.47 (.18) 2.47 (.16)

Nota: M= Media; DE= Desviación Estándar; F= F de Fisher, η2 = Eta cuadrado parcial. *p < .05.

Adaptación del Coping with Children’s Negative Emotion Scale (CCNES); Adaptación del

State-Trait Anger Expression Inventory (STAXI); Cuestionario sobre conductas parentales

(CSCP); Adaptación del Interpersonal Competence Questionnare (ICQ).

En la medición STAXI también se observa una disminución en los puntajes de expresiones de ira

de los participantes del grupo experimental, pero en este caso especìfico nos encontramos con

que el programa genera diferencias estadísticamente significativas entre el pretest y el postest

(Ver Figura 9).

81

Figura 9. Comparación de resultados del pretest y el postest del STAXI entre el grupo control y el grupo

experimental.

La tabla 4 muestra los resultados de la comparación de medias en la prueba de solución de

conflictos. Como se puede observar, se hallaron diferencias estadísticamente significativas entre

el grupo control y el grupo experimental en cuanto a las habilidades para resolver conflictos y la

calificación de las estrategias. Por su parte, en la cantidad de estrategias reportadas por cada uno

de los grupos no hubo diferencias estadísticamente significativas. Según se observa en la tabla 4

las diferencias entre los grupos dan cuenta de que el grupo experimental tiene mejores

habilidades para escoger la mejor estrategia y mejores habilidades para resolver conflictos,

aunque tengan menores promedios en la cantidad de estrategias que idean para solucionar

conflictos.

82

Tabla 4

Resultados de la comparación de medias de Estrategias de solución de conflictos entre el grupo

experimental y el grupo control

Grupo Experimental Grupo Control

Ranks M DE M DE w p

HH resolver conflictos 2.49 .31 2.10 .36 63.00 <.01

Mejor estrategia 2.62 .31 2.20 .49 70.50 <.05

Número de estrategias 2.92 .67 3.29 .87 105.00 .21

Nota: M= Media; DE= Desviación Estándar; w= Mann-Whitney U. Estrategias de solución de

conflictos (ESC); HH resolver conflictos= Puntajes de las estrategias de habilidad para

solucionar conflictos. Mejor estrategia= puntaje obtenido en la estrategia seleccionada como la

mejor para solucionar el conflicto; Número de estrategias= cantidad de estrategias mencionadas

para solucionar los conflictos.

83

DISCUSIÓN

El objetivo principal de esta investigación fue realizar una evaluación de un programa de

formación de padres para el desarrollo socioemocional en la infancia. El programa que se

escogió para dicho fin fue Tuning in to Kids™ (TIK™), programa cuya filosofía parte de que las

emociones son centrales en la comunicación y el vínculo entre los humanos. Así si las emociones

son bien administradas las personas logran interacciones más cercanas, satisfactorias,

generadoras de bienestar y más propicias para alcanzar retos individuales y colectivos

(Havinghurst & Harley, 2010).

Las creadoras de TIK™ afirman que las competencias socioemocionales se aprenden durante los

primeros años de vida y el modelamiento de los padres tiene un impacto en la forma en la que los

hijos aprenden a manejar las emociones. Así dicho, el objetivo con el que fue creado el programa

TIK fue el de ayudar a los padres y madres a enseñar y dar soporte a sus hijos para entender y

expresar sus emociones de manera apropiada. Según las autoras los niños y niñas deben tener un

ambiente que les facilite la conciencia y el conocimiento sobre sus emociones, y también la

capacidad de controlarlas y expresarlas. Estas competencias maximizan las experiencias sociales,

el éxito de la conducta, el aprendizaje y las respuestas cognitivas y psicológicas en la infancia.

Son diversos los programas dirigidos a padres que se han creado con la función de generar

mejores relaciones entre cuidadores y niñas, que a su vez sirvan de soporte para solucionar

problemas de conducta de los niños, pero TIK™ es uno de los programas que ha mostrado mayor

eficacia e impacto en la mejora y habilidad para responder a las emociones de los niños. En ese

orden de ideas, esta investigación evaluativa buscó responder a 3 preguntas que permitieran dar

cuenta de las fortalezas y los retos del programa TIK™ a la hora de intervenir en padres y madres

en un contexto colombiano.

84

Las preguntas que guiaron el trabajo investigativo fueron: ¿Qué tan pertinente es el programa de

formación de padres TIK™ con las necesidades percibidas por los cuidadores?, ¿Qué tanto

involucramiento de los padres genera el programa TIK™?, y finalmente ¿Qué tan eficaz es el

programa para generar cambios en la asertividad con los hijos, el manejo de conflictos, el manejo

de la ira, la empatía y las creencias sobre la crianza?. En este marco de preguntas la presente

discusión tendrá el mismo orden de las preguntas y finalmente se harán algunas apreciaciones

sobre los nuevos vacíos en la investigación y los retos que dichos vacíos suponen.

¿Qué tan pertinente es el programa de formación de padres TIK™ con las

necesidades percibidas por los cuidadores?

El modelo teórico de TIK™ se focaliza en el desarrollo de habilidades de los padres para

acompañar a sus hijas e hijos en sus experiencias emocionales y darles soporte para atender las

diversas emociones (placenteras y displacenteras) desde los primeros años de vida. Este modelo

intenta modificar las meta-emociones de los cuidadores, enseñarles a hacer consciencia sobre sus

emociones y el bienestar emocional, y modificar las actitudes y creencias sobre la crianza y el

entrenamiento de las emociones (Havinghurst & Harley, 2010). Según la teoría del cambio del

programa (ver figura 1) se esperaba que la intervención en estos factores influenciara las

competencias socioemocionales de las hijas, tanto como su conducta, sus habilidades sociales, su

rendimiento académico y su salud.

Ahora bien, las familias con las que el programa fue aplicado en esta investigación no

pertenecían a una población clínica en la que se hubiera identificado algún tipo de conducta

disfuncional y/o desadaptativa grave, más bien las necesidades de los cuidadores hacían

referencia a situaciones de conflicto de la interacción cotidiana. La figura 9, muestra la

85

comparación entre las necesidades percibidas por los participantes de este estudio en

comparación con los resultados esperados del programa TIK™. La evaluación evidenció que a

partir de la tercera sesión comenzaron a notarse cambios en los padres del grupo experimental,

quienes comenzaron a afirmar que ahora eran menos descalificadores, más hábiles para

identificar y regular sus emociones, y además más empáticos. Entre los hallazgos más relevantes

de este estudio estuvo el hecho de que los cambios en el comportamiento de los padres

comenzaron a impactar positivamente los comportamientos de los hijos (ver apéndice N) de la

misma manera que se observó en las evaluaciones de Havighurst, Wilson, Harley, Prior y Kehoe

(2010).

En la sección de resultados se describieron con detalle las necesidades percibidas por los

cuidadores y ahora haremos énfasis en las relaciones que tienen estas necesidades con los

resultados esperados del programa. En la figura 8 (en la sección de resultados) se puede observar

que las dificultades para la regulación de las emociones es uno de los aspectos que encuentra

mayor pertinencia con el programa, ya que según lo indican las creadoras de TIK™ este es un

programa pensado para suplir el vacío de otros programas dirigidos a padres que no incluían

antes el desarrollo de competencias socioemocionales. En este programa los padres podían

encontrar actividades para reconocer sus emociones (placenteras y displacenteras), aprender a

nombrarlas y comunicarlas a sus hijas e hijos. También el programa permitía a las cuidadoras

entrenarse para expresar las necesidades displacenteras sin tener que recurrir a los gritos o los

golpes. También se encuentran coincidencias entre la necesidad de los padres de controlar el

comportamiento agresivo de los hijos cuando el programa evidencia como uno de sus resultados

esperados la formación de relaciones fuertes y positivas con miembros de la familia, pares y

otros. De acuerdo con Havinghurst y Harley (2010) los padres que recibían el programa se

86

hicieron más hábiles para reconocer y validar las emociones de los niños y niñas, disminuyeron

sus críticas negativas sobre las emociones y comenzaron a trabajar más en las expresiones

comportamentales de las mismas. De igual forma las cuidadoras y cuidadores que tomaron el

programa TIK™ en nuestra investigación mencionaron que sus habilidades para nombrar las

emociones y hablar de las mismas había mejorado o incluso había comenzado a aparecer como

un nuevo repertorio de conducta. Esto fue reportado también en los hallazgos evaluativos de

Havinghurst y Harley (2010).

La categoría de necesidad de establecer reglas percibida por los cuidadores encuentra especial

coincidencia con el logro de tener más conductas prosociales por parte de los y las niñas, dado

que en esta categoría los padres expresaron que deseaban mayor colaboración por parte de sus

hijos e hijas en los oficios de la casa. No obstante, necesidades tales como el cumplimiento de

los deberes escolares, la hora de llegada a la casa, la necesidad de establecer reglas para la

crianza de los y las hijastras, el establecimiento de reglas para la hora de dormir, hacer que los

niños coman lo que se les sirve y que los niños se acuesten solos no encuentra pertinencia

concreta con los posibles logros del programa TIK™. De esta lista de necesidades para

establecer reglas vale la pena hacer hincapié en que una de las subcategorías más prevalentes

mencionadas por los cuidadores y cuidadoras, era la dificultad para criar a los hijos de las parejas

y esto no se observa en los resultados esperados del TIK™. Aunque el programa enseña a los

padres cómo comunicar sin ambigüedades sus expectativas del comportamiento de sus hijos, en

la relación con los hijos de las parejas parece existir un obstáculo en el que sólo quien es el padre

o la madre biológicos tienen derecho y deber de educar a sus propias hijas e hijos.

La categoría de necesidades relacionadas con la asertividad en la comunicación de las

instrucciones está compuesta por demandas tales como la comunicación con la ex-pareja sobre la

87

crianza de los hijos. Esta categoría encuentra especial coherencia con los logros atendidos de

TIK™ en la familia, pues según se espera, los cuidadores estarían mejor entrenados para mejorar

sus relaciones familiares y disminuir las experiencias de expresión destructiva de las emociones

negativas. Si bien la recomposición de una familia implica que los padrastros y madrastras

comiencen una nueva relación con los hijos de sus parejas, resulta un reto para los padres

biológicos concertar acuerdos para el sostenimiento del vínculo incondicional que hay entre

ellos.

Por otra parte, la categoría de necesidades de aprender maneras efectivas de comunicación, con

sus subcategorías de dificultad para que los niños digan la verdad, aprender a comunicar las

expectativas y aprender a generar espacios de diálogo, encuentra una alta pertinencia con los

resultados esperados de TIK™. Por ejemplo, el programa espera que los padres aprendan a

compartir más de los aspectos emocionales de la vida de los niños y niñas así como usar el

entrenamiento emocional para solucionar problemas. En particular, los padres participantes de

este estudio reportaban que sus hijos decían muchas mentiras -para evitar castigos-, o incluso,

que ellos mismos no comunicaban con claridad sus expectativas y las emociones asociadas a

éstas, porque en algunos casos no saben cómo hacerlo o no conocen estrategias diferentes a la

administración de aversivos cuándo los hijos no hacen lo que se espera de ellos.

Finalmente la categoría de necesidades relacionadas con la asertividad en la comunicación para

la gestión de los conflictos logra integrar gran parte de los resultados del programa TIK™.

Puesto que las habilidades socioemocionales (empatía, asertividad y manejo de la ira) son

imprescindibles en la generación de soluciones creativas, el cuidado por los intereses propios y

de los otros y la habilidad para generar acuerdos cuando se oponen los intereses, parte del

entrenamiento del programa TIK™ enseña a los padres que, aún cuando algunas de las demandas

88

de los niños no parecen ser importantes, es necesario considerar su perspectiva y darle el valor

que merece, para poder negociar soluciones en las que tanto los cuidadores como los niños y

niñas obtengan ganancia del conflicto. El programa TIK™ también propone a los cuidadores

algunos juegos en los que sirven de mediadores en los conflictos entre hermanos, que son muy

comunes y que a menudo derivan en enfrentamientos entre los padres o escalamiento de los

conflictos entre los hermanos.

Los hallazgos de esta evaluación coinciden con algunas de las sugerencias de Duque, Ordúz,

Sandoval, Caicedo y Klevens (2007) quienes mencionan que el papel de las relaciones entre los

niños y los padres es un factor mediador de la relaciones prosociales en ambientes tales como la

escuela. Dichos investigadores hallaron que si bien era relevante lograr una buena interacción

entre docentes y estudiantes para prevenir la violencia en la escuela, las relaciones familiares y el

apoyo de los padres a la labor docente facilitaban que las conductas prosociales aparecieran con

mayor frecuencia. Estos investigadores realizaron un programa de intervención en el que

inicialmente consideraron sólo la diada docentes-estudiantes, pero con el tiempo fueron

identificando la relevancia de la inclusión de los padres, aunque se encontraron con la dificultad

de contar con su participación en actividades de formación por su poco contacto con la escuela.

Una de las conclusiones sobre esta primera pregunta de investigación es que el contenido del

programa TIK™ es en su mayoría pertinente con las necesidades percibidas de los participantes

de la investigación. Si bien el programa fue creado para padres, madres y cuidadores

australianos, tanto las necesidades reportadas por ellos como los cambios observados fueron muy

parecidos a los del contexto colombiano en el que se obtuvieron los resultados aquí mencionados

(Havinghurst & Harley, 2010).

89

La población con la que se aplicó el programa en Colombia no era población clínica, tampoco lo

era la población con la que trabajaron Havinghurst y Harley (2010). Si bien algunas personas

mostraban niveles altos en la expresión de la ira o bajos niveles de empatía, ninguno de ellos

evidenció necesidades específicas de atención o tratamiento individual. En la evaluación del

programa realizada en el contexto colombiano los problemas reportados por los cuidadores

fueron en su mayoría problemas de la vida cotidiana en las interacciones de los padres con los

hijos, problemas entre hermanos y problemas entre las parejas por la administración de las reglas

en el hogar.

Para alcanzar mayor pertinencia, el programa debería incluir actividades que fomentaran las

relaciones asertivas y afectuosas con los hijos e hijas de las parejas, las habilidades para

establecer normas de convivencia acordadas y las habilidades para emitir comportamientos más

cercanos a los estilos parentelas democráticos-asertivos y menos autoritarios (Chaux, 2012). En

pro de la pertinencia el programa TIK podría adaptarse a necesidades más específicas de los

padres, madres y cuidadores, tales como el manejo de las reglas en pareja, las interacciones en

familias reconformadas y, el cuidado de los niños y niñas menores por parte de niños y niñas

mayores. El programa también podría incluir actividades que les permitan a los padres integrar

las habilidades que van aprendiendo teóricamente (es decir con instrucciones, en las

conversaciones/discusiones y en los juegos de roles) con la práctica (con sus propios hijos y/o

con sus parejas) en la misma sesión, de manera que el aprendizaje sea significativo y evidente.

Esto es sustentado por Chaux (2012) quien sostiene que el aprendizaje de nuevas habilidades

funciona mejor en la medida en que dichas habilidades se ponen en práctica; en ese sentido

actividades tales como los juegos de roles desarrollados en familia y las prácticas específicas con

90

instrucciones concretas para la casa fortalecen la interiorización de las habilidades

socioemocionales y su ejecución en eventos reales de los beneficiarios del programa.

Dentro de los retos del programa TIK se cuenta también la identificación de necesidades más

generales de la población colombiana, pues este estudio fue realizado solamente con una

población pequeña, que además pertenecía a una sola empresa, cuyas características

sociodemográficas imponen dinámicas y responsabilidades diferentes entre los miembros del

hogar, diferentes a los que podrían hallarse en un sector urbano o en una clase social con mayor

acceso a recursos y servicios. De acuerdo con los reportes de Havinghurst y Harley (2010), el

programa, en Australia, fue aplicado con población de clases sociales bajas y medias, quienes no

tenían altos niveles de formación educativa y en nuestro contexto, con las condiciones

particulares de baja escolaridad los beneficiarios también reportaron cambios positivos en su

comunicación de las emociones y en las interacciones con sus familiares.

Finalmente, a nivel del diseño del programa y sus herramientas para las sesiones se recomienda

hacer una adaptación a las características de la población colombiana, donde las imágenes, el

lenguaje, los videos y los juegos de roles sean más coherentes con la realidad de las necesidades,

el nivel educativo y las actividades cotidianas de los cuidadores y cuidadoras colombianos.

En el caso de las imágenes se podrían hacer adaptaciones de los dibujos que se emplean puesto

que las personas que allí aparecen tienen rasgos físicos (rubios, de ojos claros, muy altos) que no

corresponden con la mayoría de los rasgos de nuestra población. El lenguaje que se usa en el

manual de aplicación menciona palabras que no son tan frecuentes en los colombianos como la

expresión waww, ve a fregar los platos, haz la cama, salir de picnic, entre otras, que podrían

cambiarse a lavar la losa, tender la cama, salir de paseo, por ejemplo.

91

¿Qué tanto involucramiento de los padres genera el programa TIK™?

Como se mencionaba en la introducción de esta investigación, para tener éxito en el logro de los

objetivos de un programa de intervención con cuidadores no basta con el buen diseño del mismo

y con la pertinencia del programa, también es necesario que los participantes se involucren en las

actividades y se comprometan a realizar las tareas para el hogar (Sanders, 2012). Para su

implementación este programa de intervención cuenta con diversas actividades que buscan que

los padres aprendan información básica mientras participan de dinámicas de grupo tales como

juegos de roles, momento para la psicoeducación, aprendizaje incidental, videos con situaciones

del hogar, cuentos de reflexión, folletos para cada sesión y actividades para la casa (Havinghurst

& Harley, 2010).

Como se describió en la sección de resultados, el grupo de cuidadoras y cuidadores asistieron de

manera frecuente a las sesiones, cumplieron con las tareas y los participantes comentaban sus

reflexiones en la medida en que iban tomando mayor confianza para contar sus experiencias. Por

lo anterior, podría decirse que el involucramiento de los participantes en el programa de

intervención fue bueno, aunque no del 100%, debido a algunas limitaciones específicas en el

diseño del programa, la implementación del mismo y las características de los participantes. La

figura 10 resume algunas de las características del programa, de la implementación y de los

participantes que facilitaron el involucramiento y algunas que lo dificultaron.

Dentro de las características facilitadoras se resalta que ceder tiempo del trabajo para que los

padres asistan al programa garantiza la asistencia de los mismos sin restar tiempo para las

interacciones familiares. La corta duración de las sesiones se convierte en un factor facilitador ya

que permite negociar con las empresas y evita el cansancio y la pérdida de atención de los

participantes. El refrigerio en la mitad de la sesión suele convertirse en un espacio de diálogo

92

entre los participantes, pues durante estos 10 minutos, las asistentes suelen comentar

tranquilamente sus experiencias durante la semana o los temas que se tratan en la misma sesión.

Según la propuesta del programa TIK TM no se sugiere la participación de más de un facilitador

sin embargo, la colaboración de otros facilitadores, aporta en la atención a quienes tienen

necesidades particulares (por ejemplo dificultades para la lecto-escritura). Si bien los padres y

madres participantes del programa no pertenecían a poblaciones clínicas, parte del

involucramiento se explica por la coherencia entre los reportes de necesidades y los temas

tratados en el programa.

En lo que a factores que obstaculizaron el involucramiento, vale la pena resaltar que algunos de

los folletos del manual original deben ser rediseñados pensando en que las actividades que se

sugieren para la casa sean más familiares para los cuidadores y cuidadoras. Por ejemplo, en una

de las actividades para la casa, referida al autocuidado emocional se sugiere a los cuidadores

hacer actividades tales como meditar o ir a cine. Dichas actividades no hacen parte de lo que

comúnmente hacen las personas en un pueblo. En dicha ocasión una de las madres reportó que

había dedicado su tiempo libre a desgranar mazorcas porque esa actividad era de su agrado.

Otro factor que inicialmente no se tuvo en cuenta, pero que se evidenció en la implementación

del programa fue que los participantes se sentían cómodos entre ellos por ser pares en el trabajo

y compartir necesidades parecidas. Por su posición jerárquica dentro de la empresa, los

directivos de la empresa que asistieron intermitentemente comentaban de manera muy somera

sus dificultades en las relaciones con sus hijos, pero sus comentarios pudieron haber sido

sesgados por la deseabilidad social, es decir que en pro de mantener su jerarquía con los

operarios comentaban algunos aspectos en los ellos creían que eran muy exitosos con sus hijos,

pero nunca hablaron de sus dificultades.

93

Como sugerencias para la mejora del programa de intervención, en primer lugar, se resalta la

importancia del compromiso de las empresas y lugares de trabajo para generar ambientes y

tiempos apropiados que les permitan a los empleados asistir tranquilamente a las sesiones del

programa e involucrarse positivamente en las actividades propuestas. Otros programas han

encontrado que las mayores dificultades para tener éxito en un programa de intervención con

padres están relacionadas con la falta de persistencia de los padres en la asistencia al programa y

su permanencia en las sesiones puesto que deben atender otras necesidades urgentes (McMahon

& Forehand, 2003). Incluso las mismas creadoras del programa reportan en sus evaluaciones que

el programa genera un alto nivel de involucramiento de los cuidadores que en el mayor de los

casos se ve interrumpido por actividades laborales o por compromisos en las escuelas de sus

hijos e hijas (Havinghurst & Harley, 2010). Con esta experiencia investigativa se demuestra

entonces que el éxito del involucramiento de los padres mejora cuando los cuidadores pueden

asistir a la formación en horarios laborales.

Una segunda conclusión sobre los aspectos logísticos que facilitan el desarrollo del programa y

mejoran el involucramiento es la presencia de colaboradores, adicionales al facilitador principal.

La función de dichos colaboradores resulta relevante a la vez que solucionan inconvenientes o

dudas específicas de quienes participan en el programa. Los colaboradores, quienes también

conocen los objetivos y actividades del programa, permiten que el facilitador principal se

concentre específicamente en la agenda propuesta para el desarrollo de cada sesión sin ocuparse

de entregar los documentos, servir los refrigerios, ayudar a quienes no saben leer o escribir, etc.

Aunque contar con la participación de colaboradores puede ser costoso, también puede

considerarse un tipo de actividad pedagógica para profesionales en formación quienes en

contraprestación por su colaboración reciben instrucciones sobre el entrenamiento en emociones,

94

el manejo de grupos, la interacción en programas de intervención y también el reconocimiento de

su actividad a nivel económico y de experiencia laboral.

Dentro de las limitaciones de la intervención vale la pena mencionar que solo uno de los

miembros de la pareja de cuidadores asistieron al programa, dado que estaba dirigido

particularmente a quienes trabajaban en la empresa cultivadora de flores. Aunque los

participantes del programa comentaban que compartían los conocimientos del programa con sus

parejas, constantemente hacían referencia a que sería mucho más productivo si los dos miembros

de la pareja hubieran podido asistir al programa para aprender estrategias para el manejo y

entrenamiento de las emociones. En ese mismo sentido se hace evidente el reto de la vinculación

a los programas de formación de los hombres cuidadores, pues si bien la tarea de la educación y

cuidado de los hijos se ha atribuido tradicionalmente a las mujeres, esta también es tarea de

hombres. Recientemente las investigaciones de Carrillo (2003) muestran que el involucramiento

paterno en la crianza y la relación cercana entre los papás (padres hombres) y sus hijas/hijos,

tiene relación con mejores habilidades para las relaciones sociales. Los niños y niñas que

mantienen una relación cercana con sus papás (quienes muestran sensitividad y responsividad)

también presentan mejor adaptación al ambiente escolar y relaciones positivas con los pares. A

pesar de que los hallazgos de Carrillo (2003) dan cuenta de la importancia del involucramiento

paterno, las investigaciones de Puyana (2005) muestran que los roles paternos enfocados a la

provisión y el ejercicio de la autoridad aún existen en las interacciones familiares. Los hombres

han ido aprendiendo que los sentimientos de afecto y su expresión, la participación en los oficios

domésticos y los estilos parentales más democráticos tienen efectos positivos sobre su

satisfacción como padres.

En ese sentido la vinculación de los hombres a programas de formación para la mejor interacción con

los hijos es un reto. Su participación en programas de formación facilitaría interacciones más exitosas

95

y un desarrollo social más apropiado. En este caso, solamente el 13% de los participantes del

programa fueron hombres, a pesar de que el 53% de los empleados en la empresa son hombres que

trabajan en las áreas de operaciones. Es importante para ello que los papás sean más vinculados a los

programas de intervención, desarrollando por ejemplo estrategias de convocatoria que busquen

llegarles directamente a ellos, mostrando cuáles podrían ser sus ganancias en tales procesos y

contradiciendo la asociación entre incluirse en la crianza y debilidad o ausencia de masculinidad.

¿Qué tan eficaz es el programa para generar cambios en la asertividad con los

hijos, el manejo de conflictos, el manejo de la ira, la empatía y las creencias

sobre la crianza?

La eficacia es uno de los indicadores de evaluación que según Vargas-Trujillo y Gámbara (2008)

permite observar “el grado o nivel de alcance de los objetivos del programa/proyecto y los

resultados de una actividad en una población beneficiaria (p.72)”. Como se observó en los

resultados de la comparación de los puntajes de asertividad, empatía y creencias asociadas a la

crianza, no hubo diferencias estadísticamente significativas entre el grupo experimental y el

grupo en espera. Es decir que se rechazan las hipótesis 1, 4 y 5.

Este resultado se puede explicar por una parte porque quizá se requiera más de una medición en

el postest que permita evidenciar cambios contundentes y sostenidos en el tiempo en las

competencias socioemocionales medidas o que quizá algunos cambios en las competencias

requieran más tiempo de práctica para su interiorización. De igual manera, se hace evidente la

necesidad de adaptar y validar instrumentos de medición de las competencias socioemocionales

que sean sensibles y precisos para detectar cambios ligeros en la conducta de los padres justo en

el momento de terminar el programa. Además se evidencia la necesidad de hacer la intervención

con un grupo de personas más grande de manera que se puedan verificar los datos de los

96

estadísticos inferenciales con mayor precisión. Según las evaluaciones de Havinghurst y Harley

(2010) se habían hallado diferencias estadísticamente significativas, entre los puntajes de los

grupos de control y los grupos experimentales, en las medidas de entrenamiento de las

emociones y menosprecio de las emociones. En el caso de la primera medida se observó que los

participantes tenían mejores habilidades para responder a las emociones de sus hijos y

administrarlas (o darles soporte). En el segundo caso se observó que el grupo experimental había

disminuido sus puntuaciones en los instrumentos que medían si los padres minimizaban o

desestimaban las emociones de sus hijos. En una investigación previa de Havinghurst y Harley

(2010) se contó con la participación de 168 padres/madres/cuidadores principales, quienes

tomaron una medida pretest, una medida postest y una medida postest seis meses después. En

comparación con los resultados obtenidos en el presente trabajo de tesis, se puede observar que

las puntuaciones de los participantes empiezan a tener cambios que podrían acentuarse con el

tiempo o que se marcarían de manera más contundente al tener una muestra de participantes más

grande. Por otra parte, aunque en los resultados cuantitativos aquí observados no hay cambios

estadísticamente significativos ni en las medidas de asertividad, empatía ni creencias asociadas a

la crianza, en los resultados cualitativos se observaron narraciones en las que tanto los padres

como los hijos experimentaron cambios en sus interacciones verbales y comportamentales.

Aún cuando no hubo diferencias estadísticamente significativas en dichas mediciones de

empatía, asertividad y conductas sobre la crianza entre los dos grupos implicados en la

intervención, las puntuaciones observadas mostraron tendencias de mejora, es decir

disminuyeron las puntuaciones en la dificultad para la empatía, disminuyeron los puntajes en la

dificultad para comunicarse asertivamente y aumentaron los puntajes de creencias para la crianza

(en comunicación afectiva y monitoreo). En la expresión de la ira se hallaron diferencias

97

estadísticamente significativas entre los grupos y también entre el pretest y el postest, esto es

coherente con los anteriores hallazgos de Havighurst, Wilson, Harley y Prior (2009) quienes

evidenciaron que uno de los puntos fuertes del programa TIK era que los participantes, en

momentos de crisis (pataletas de los hijos, oposición a las normas del hogar), en los que

normalmente los padres respondían y trataban de imponerse con emociones de ira, lograban

evidenciar nuevos comportamientos, tales como la validación de las emociones, la responsibidad

y el apoyo emocional.

La medición de las habilidades para la solución de conflictos mostró diferencias estadísticamente

significativas entre los participantes del grupo control y el grupo experimental, así pues, los

resultados brindan evidencias a favor de las hipótesis 2 y 3. Esta diferencia entre los dos grupos

da cuenta de la efectividad respecto de un objetivo puntual del programa TIK (usar el

entrenamiento emocional para disminuir las expresiones inapropiadas de la ira y solucionar

problemas). Pues como se observa en los resultados, aunque los participantes del grupo control

generaron más opciones creativas para la solución de conflictos que los participantes del grupo

experimental, fueron estos últimos quienes aprendieron a generar estrategias más relacionadas

con la búsqueda de acuerdos que de ceder o imponerse. Asimismo, aprendieron a escoger como

estrategia más adecuada la que buscaba acuerdos entre los implicados en el conflicto.

Según las evaluaciones realizadas a TIK, desarrolladas por Havinghurst y Harley (2010) se

observaron diferencias estadísticamente significativas entre los grupos control y los grupos

experimentales en cuatro medidas específicas: el entrenamiento de las emociones (en el que

mejoraron sus puntajes en la comparación entre el pretest, el postest y 6 meses después de la

intervención), la minimización o desestimación de las emociones (en la que disminuyeron los

puntajes del grupo experimental en comparación con el pretest y los resultados del postest que se

98

mantuvieron a la baja 6 meses después de la intervención), los problemas de conducta de los y

las hijas y el conocimiento sobre las emociones de los y las hijas (en el que se observaron las

mayores diferencias entre el pretest y el postest del grupo experimental). Al igual que en los

resultados de nuestra evaluación, algunos puntajes del grupo control también mejoraron en el

postest, que podrían ser explicados por la forma de medición que se utiliza, en este caso los

instrumentos de autorreporte, que son susceptibles de instigar respuestas deseables socialmente y

solo por la repetición de la prueba mejorar las puntuaciones. Además de lo anterior, vale la pena

considerar que algunas de las muestras con las que Havinghurst y Harley (2010) tomaron sus

datos de evaluación correspondían a un n mayor de 200 participantes en comparación con un n=

14 y ese factor impacta de manera importante las significancias en las mediciones.

Tanto las diferencias observadas en la expresión de la ira como la mejora en las habilidades para

gestionar conflictos son un hallazgo relevante de la implementación del programa TIK, puesto

que la gestión de los conflictos es una competencia que integra habilidades cognitivas,

emocionales y comunicativas (Chaux, 2012). La adecuada solución de los conflictos (entendida

como una manera de hacer acuerdos sin usar la agresión o el maltrato) es una de las habilidades

más exigentes porque implica que los cuidadores consideren el punto de vista de los niños y

niñas, el control de las emociones (como la ira) para expresar asertivamente su perspectiva en el

conflicto y finalmente un comportamiento que evidencie que las partes implicadas cederán para

salir beneficiados del proceso. En este sentido se puede afirmar que el programa TIK resulta

eficaz para generar habilidades para la solución de conflictos.

En lo que respecta a las creencias sobre la crianza (monitoreo, reglas, comunicación afectiva y

contingencias) examinadas durante la investigación, no se halló una diferencia estadísticamente

significativa entre los resultados del pretest y el postest de los grupos control y experimental.

99

Tales hallazgos podrían explicarse en primer lugar por la deseabilidad social que generan

algunos de los ítems del instrumento en el que se indaga directamente por las conductas

puntuales de los cuidadores con sus hijos e hijas. Por otra parte el instrumento quizá requiera una

nueva revisión y actualización de los ítems, pues si bien la mayoría de los ítems hacen referencia

a situaciones comunes de las interacciones entre padres, madres e hijos, algunos de los

participantes mencionaron que en la actualidad fenómenos tales como las interacciones por

medio de las tecnologías de información y comunicación (uso del internet, uso de los teléfonos

celulares, constantes interacciones usando los chats, uso de redes sociales, etc.) supone a los

padres nuevos retos en la ejecución de reglas, contingencias y monitoreo.

Para conocer la eficacia del programa, también se usó el formato de evaluación de satisfacción

del manual del programa TIK. En dicho formato los participantes reportaron como ganancias del

programa: “sentir menos enojo, más calma para tomar decisiones”, “Mis hijos hablan con más

facilidad de sus emociones, logré ser líder en el hogar para controlar una situación de ira y

conocer sus sentimientos (los de los niños) más difíciles como sus frustraciones, sus tristezas”,

“Fue interesante porque aprendí a hablar un poco más sin miedo”. Estos informes cualitativos

muestran que el programa TIK resulta eficaz para conseguir cambios en las creencias sobre las

emociones y según los reportes de los padres mayores habilidades en la gestión de las emociones

displacenteras.

En conclusión se puede decir que TIK™ logró cambios en las habilidades de los participantes

para la solución de conflictos y para la disminución de las expresiones desacertadas de la ira.

Además se puede resaltar que esta es la primera vez que el programa TIK se evalúa en un

contexto latinoamericano y sus resultados fueron también fueron satisfactorios en condiciones

culturales y sociales diferentes al contexto australiano. En el caso de la habilidad para la gestión

100

de conflictos esta es considerada como una de las más complejas dado que implica el desarrollo

de la empatía, el manejo de la ira y la asertividad. Según Johnson y Johnson (1999), la solución y

gestión de los conflictos en la casa, permitiría que los niños y niñas generalizaran estos

comportamientos a otros contextos, como en las interacciones con los y las hermanas, y también

en ambientes escolares (con docentes y pares).

Como una de las limitaciones de la intervención se debe mencionar que TIKTM es un programa

dirigido más que nada a la prevención de los comportamientos disfuncionales relacionados con

un manejo pobre de las emociones. Así pues resulta muy exitoso cuando se trata de enseñar a los

padres con sus hijos más pequeños cómo se deben gestionar las emociones, pero tiene

limitaciones en las interacciones con los hijos adolescentes. Teniendo en cuenta que las familias

participantes tienen hijos de edades diversas, podría sugerirse el diseño de un módulo o sesión

adicional para trabajar en las interacciones con hijos e hijas preadolescentes y/o adolescentes. De

igual forma podría pensarse en que dadas las condiciones de familias como las participantes en el

programa (donde los hijos e hijas mayores se ocupan de la crianza y el cuidado de los menores)

bien podrían también ellos participar del programa de formación.

Una de las necesidades latentes que pone en evidencia el programa y que podría ser un aporte

para próximos estudios, es la adaptación, validación y estandarización de pruebas para medir la

empatía, la asertividad, el manejo de la ira y la habilidad de solucionar problemas. Estos

instrumentos deberían ser más sensibles a la hora de chequear dichas habilidades en padres y

cuidadores, en infantes e incluso en docentes. Incluso podrían usarse los mismos instrumentos

que los autores del programa usaron para sus mediciones para facilitar la comparación de los

resultados de manera más precisa. Si bien los componentes de lo que se midió en la presente

investigación estaban específicamente relacionados con las competencias socioemocionales, los

101

instrumentos usados por las creadoras del programa para medir la eficacia de sus intervenciones

fueron distintos.

Para próximas investigaciones también debería tenerse en cuenta la participación de más de una

empresa, con personas de diversos niveles educativos, en diversas áreas de jerarquía dentro de

las empresas, para poder observar la relación entre dichas características y los resultados de la

intervención. Esta diversidad y ampliación de la muestra permitiría por una parte chequear la

aplicabilidad del programa en otros sectores de la población colombiana y por otra parte

establecer relaciones entre características propias de las dinámicas de las empresas y el bienestar

familiar de los empleados.

Bien vale mencionar en este punto que recientemente algunos investigadores han tratado de

evidenciar cómo el bienestar laboral está en estrecha relación con la satisfacción familiar, y

como asociar estas dos variables es un reto que impacta de manera positiva el rendimiento tanto

en el contexto laboral como en el contexto familiar. Según la Comisión Económica para América

Latina y el Caribe - CEPAL (2007) existe una desconexión que supone un reto en la sincronía de

la vida laboral y la vida familiar. Según este informe la incorporación de las mujeres al trabajo y

a la vida pública generó cambios estructurales en la organización familiar, pues ahora los hijos

deben permanecer más tiempo solos o en las escuelas que con sus cuidadores principales.

Lamentablemente, dado que el rol tradicional de las mujeres como cuidadoras prevalece en los

imaginarios colectivos, las mujeres en muchos casos experimentan una sobrecarga de tareas (en

los ambientes de trabajo y en el ambiente familiar). Desde una perspectiva de responsabilidad

social empresarial, actualmente las empresas buscan formas comprometidas de responder al

balance entre las demandas económicas, medioambientales y sociales de los trabajadores. Según

Frone, Russell y Cooper (1997 citados en el Informe de CEPAL, 2007) las consecuencias de los

102

conflictos trabajo-familia se convierten en un factor de riesgo para el deterioro de la salud

mental, menor desempeño en el trabajo y poco compromiso con la organización. Dicho en otras

palabras, cuando los recursos para ejecutar planes de responsabilidad social empresarial se

invierten en la formación de los padres para mejorar las interacciones con sus hijos, se

potencializa y favorece la disposición a realizar las labores propias del trabajo con mayor éxito.

Así pues, la propuesta presentada aquí representa una alternativa, porque tiene el potencial de

contribuir a mejorar los climas familiares y la formación de los niños y niñas, al mismo tiempo

que podría mejorar el bienestar laboral y la sensación de pertenencia a la empresa. En ese

sentido, las empresas que realicen este tipo de labores (intervenciones en la formación de

habilidades para el bienestar de las familias), estarían simultáneamente contribuyendo al

bienestar de sus empleados y cumpliendo una labor de responsabilidad social, esto en razón de

que este tipo de intervenciones pueden tener impacto en los contextos familiares. Eso ocurre sin

sacrificar sustancialmente la producción laboral, por el contrario podría mejorarlo.

La responsabilidad social empresarial podrían de esta manera hacer contribuciones sustanciales a

un fenómeno de prevención que actualmente asumen otros sectores, como las escuelas. Por

ejemplo en el caso de la prevención de la violencia escolar se ha encontrado que la participación

activa de los padres en la formación de habilidades para la socialización apropiada con sus hijos

podría ser un factor de protección. Sin embargo dada la dificultad de convocar a los padres,

especialmente a los de los niños y niñas que más lo necesitan (por sus frecuentes exhibiciones de

comportamiento agresivo o disfuncional en el ambiente escolar), la intervención de las escuelas

se ve limitada. Frecuentemente los cuidadores expresan que sus obligaciones laborales les

impiden participar de las actividades escolares, y que no pueden abandonar su trabajo o ponerlo

en riesgo porque además es su fuente principal de sostenimiento. Tal limitación podría superarse

103

exitosamente si dentro del mismo espacio laboral los padres y madres tuvieran la oportunidad de

formarse en habilidades socioemocionales para la crianza.

Los cambios en las demandas a hombres y mujeres en los espacios laborales no deberían

entonces ser tan incompatibles con las demandas familiares, el mundo de laboral debería estar

más en sincronía con el mundo doméstico, sin que el éxito en uno de los ambientes implique el

sacrificio del éxito en el otro. De acuerdo con la CEPAL (2007) esto impone la necesidad de

creación de políticas públicas que favorezcan el bienestar en los espacios públicos y privados,

teniendo en cuenta la diversidad de las familias (familias reconformadas, familias en las que las

madres son cabeza de hogar, familias homoparentales).

En este ejercicio de vincular o disminuir la brecha entre el ambiente familiar y el ambiente

laboral se pueden identificar dos actores principales: el Estado y las organizaciones. En el caso

del Estado y su responsabilidad, consideramos que la creación de políticas públicas que

favorezcan la participación igualitaria de hombres y mujeres, en ambientes laborales y familiares

redunda en la calidad de vida de las personas. Específicamente los aportes de la presente

investigación evidencian que los padres/madres y las empresas están interesados en participar de

espacios de formación que faciliten y mejoren las interacciones en los espacios privados.

Además, tanto las organizaciones como las personas de familia, ven con buenos ojos que haya un

consenso y una compatibilidad entre los dos espacios.

Además de lo anterior hay que resaltar que también es un reto de las políticas públicas encontrar

las estrategias y mecanismos concretos que motiven a las empresas a promover este tipo de

intervenciones. Por ejemplo facilitando la divulgación de estrategias como esta, de manera que

las empresas tengan opciones diversas de ejecutar la responsabilidad social.

104

Finalmente hay que mencionar que las necesidades de los padres, madres y cuidadores son

diversas y en algunos casos el programa TIKTM podría mejorar las habilidades de los padres para

enfrentar situaciones de gran demanda en el manejo de las emociones. No obstante, algunos

casos particulares de la conducta de los niños y niñas, requieren acompañamiento especial por

parte de un profesional. La empresa floricultora donde se aplicó el programa disponía de la

colaboración de una profesional en psicología clínica que acompañaba procesos de los

empleados, no obstante una de las limitaciones es la poca cobertura de la profesional para prestar

su servicio a los 404 empleados.

A pesar de tales limitaciones, la empresa floricultora y su buena disposición a brindar espacios

(tiempo y lugar) para el mejoramiento de la calidad de vida de sus empleados se evidencia como

una de las principales fortalezas a la hora de generar condiciones para la formación en

habilidades socioemocionales de los padres. En ese sentido la empresa ha manifestado su interés

en continuar con el programa de formación para involucrar a otros empleados.

105

Figura 10. Aspectos facilitadores y que dificultan del programa TIK.

106

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Wyatt-Kaminski, J., Valle, L.A., Filene, J.H. & Boyle, C.L. (2008). A meta-analytic of

components associates with parent training program effectiveness. Journal of abnormal

child psychology, 36, 567-589. doi: 10.1007/s10802-007-9201-9.

Young, A.A. & Holcomb, P.A. (2007). Voices of youth fathers: The partners for fragile families

demonstration projects. Office of the assistant secretary of planning and evaluation. U.S.

Department of health and human services.

113

APÉNDICES

Apéndice A.

Caracterízación sociodemográfica de los trabajadores de la empresa floricultora.

 Mujeres   Hombres   Total  

  AREA   n   %   n   %    SUESCA            

  Cultivo   59   81.9%   13   18.1%   72     Mantenimiento  y  Fumigación     0.0%   22   100.0%   22     Riego     0.0%   6   100.0%   6     Poscosecha   31   70.5%   13   29.5%   44  Total  Operarios   90   62.5%   54   37.5%   144                   Administración   8   66.7%   4   33.3%   12  Total  Suesca   98   62.8%   58   37.2%   156                              

GUASCA               Cultivo   41   37.6%   68   62.4%   109     Mantenimiento  y  Fumigación   28   100.0%   0   0.0%   28     Riego   13   76.5%   4   23.5%   17     Poscosecha   21   32.3%   44   67.7%   65  Total  Operarios   103   47.0%   116   53.0%   219                   Administración   10   47.6%   11   52.4%   21  Total  Guasca   113   47.1%   127   52.9%   240  TOTAL  ORGANIZACIÓN   211   53.3%   185   46.7%   396  

114

Apéndice B.

Organigrama de la empresa floricultora.

GERENTE  GENERAL

Jefe  de  CultivoDirección  de  Poscosechas  y  Logísticas

Dirección  Administrativa  y  

Financiera

Dirección  de  Gestión  Humana

Monitores  de  áreas

Operarios

Jefe  de  Poscosecha

Asistente  de  Poscosecha

Operarios

Asistente  de  Estadística

Jefe  de  Compras  y  Comercio  Exterior

Jefe  de  Sistemas

Contador

Asistente  de  Tesorería

Almacenista

Jefe  de  Bienestar  Social

Asistente  de  Gestión  Humana

Mensajero

115

Apéndice C.

Características sociodemográficas de los participantes de la evaluación del programa TIK.

Característica  sociodemográfica   N   %   M   SD  

Rango  de  Edad  de  los  participantes     25.6   5.6  Menor  de  20  años   0   0      Entre  20  y  24  años   4   7.7      Entre  25  y  29  años   6   11.5      Entre  30  y  34  años   13   25      Entre  35  y  39  años   15   28.8      Entre  40  y  44  años   7   13.5      Entre  45  y  49  años   6   11.5      

Mayores  de  49   1   1.9          Nivel  Socio  Económico       1.9   1  

NSE  0   1   1.9      NSE  1   9   17.3      NSE  2   36   69.2      NSE  3   6   11.5      NSE  4   0   0      NSE  5   0   0      NSE  6   0   0          

Estado  Civil       -­‐   -­‐  Soltero   34   65.4      Casado   3   5.8      

Unión  Libre   13   25      Divorciado   2   3.8          

Número  de  hijas  e  hijos       1.94    Ninguno   2   3.8      

Uno   27   51.9      Dos   6   11.5      Tres   9   17.3      

Cuatro   6   11.5      Cinco   1   1.9      Seis   1   1.9          

Nota: NSE hace referencia al nivel socioeconómico.

116

Apéndice D.

Formato de consentimiento informado

Consentimiento Informado

El propósito de esta ficha de consentimiento es proveer a los participantes en esta investigación de una clara explicación de la naturaleza de la misma, así como de su rol en ella como participantes.

La presente investigación pretende hacer una evaluación de un programa de formación a padres para el desarrollo socioemocional en la infancia denominado Tuning into Kids (TIK™). La investigación evaluará la pertinencia entre lo que se enseña en TIK™ y las necesidades expresadas por los cuidadores, así como el involucramiento de los padres en el programa, y finalmente, la eficacia y efectividad del programa TIK™ en la formación de padres para generar cambios en la asertividad con los hijos, el manejo de conflictos, el manejo de la ira y la empatía. Para ello se contará con una muestra voluntaria de 50 personas (padres/madres y/o cuidadores principales), mayores de 18 años.

Si usted accede voluntariamente a ser parte de este estudio como participante de investigación, será necesario que tome aproximadamente 2 horas y 15 minutos laborales semanales (durante 6 semanas) para participar en el programa de formación a padres y responder unas preguntas en unos cuestionarios y entrevistas. Esta empresa, en la cual usted labora, ha acordado con la investigadora permitirle que tome tiempo de su trabajo para participar en el programa y en la evaluación del mismo, sin descontarle nada de su pago ni reponer el tiempo o las labores que usted haya dejado de hacer mientras esté participando en la investigación. Con respecto a los instrumentos y entrevistas usted debe saber que con ellos se pretende describir y evaluar la pertinencia entre lo que se enseña en el programa TIK y las necesidades expresadas por ustedes mismos. También se evaluará el involucramiento de los padres en el programa, y finalmente, la eficacia y efectividad del programa TIK en la formación de asertividad con los hijos, el manejo de conflictos, el manejo de la ira, la empatía y las conductas en la crianza.

Si alguna actividad durante el desarrollo del programa de formación le parece incómoda o alguna de las preguntas de los cuestionarios de evaluación le parece molesta, usted tiene el derecho de hacérselo saber a la investigadora o de no responder si así lo desea.

Cualquier duda que tenga sobre la investigación puede manifestarla para hacer la debida aclaración.

Esta investigación requiere que usted asista, participe y responda a las entrevistas y los instrumentos de manera sincera y cuidadosa. Debido a que los formatos estarán diligenciados de manera anónima su identidad no saldrá a relucir, además todos los datos serán tratados de forma confidencial. La información será usada sólo para fines académicos.

En la retroalimentación que se hará a la empresa sobre la intervención y la evaluación del programa TIK, se hará un informe general de los logros globales, de los logros del proceso y los desafíos del programa para responder a las necesidades de las personas participantes. Dado el compromiso ético de anonimato, el informe no incluirá los nombres propios de ninguna de las personas asistentes a las sesiones

117

ni afirmaciones particulares, solamente se informarán conclusiones globales. La investigación no tiene ningún riesgo físico, ni psicológico y de acuerdo con la evidencia

publicada y revisada por la investigadora podrá repercutir positivamente en algunos aspectos emocionales de la relación con sus hijos e hijas.

Es muy importante que usted sepa que hay algunas excepciones a la confidencialidad, específicamente si durante la realización de la investigación se detecta que usted o alguno de los miembros de su familia están en peligro de ser dañados psicológica o físicamente, como investigadora y psicóloga estoy éticamente obligada a adoptar las medidas necesarias para evitar tal daño. Dentro de esas medidas está en primer lugar la remisión a un servicio de psicoterapia individual en el que se evalúe con detalle su situación y se tomen acciones y decisiones que garanticen su integridad y la de su familia. En segundo lugar, si se sospecha que un niño o un miembro de su familia está siendo abusado sexual o físicamente o está en riesgo de tal abuso, como investigadora y psicóloga estoy legalmente obligada a tomar medidas para proteger al niño/a, e informar a las autoridades correspondientes.

Usted puede abandonar la investigación en cualquier momento y esto no va a perjudicarlo en ninguna forma. Tenga presente que si usted no lo desea no está obligado a participar, y ni la empresa ni la investigadora podrán aplicar ningún tipo de reprimenda o sanción.

La responsable de esta investigación es Claudia Pineda Marín, psicóloga, identificada con CC. 63561511 y estudiante de Maestría en Psicología (Investigación) de la Universidad de los Andes en Bogotá.

Yo ____________________________________________________ identificado con _______________________________ estoy de acuerdo con todo lo anteriormente dicho y doy mi consentimiento para ser participante de esta investigación.

_____________________________________ Firma

Como testigos de que estoy de acuerdo con lo escrito en este consentimiento informado, firman

_____________________________________ Firma CC.

_____________________________________

Firma

CC

118

Apéndice E.

Encuesta de caracterización de los participantes

EVALUACIÓN  DE  UN  PROGRAMA  DE  FORMACIÓN  DE  PADRES  PARA  EL  DESARROLLO  SOCIOEMOCIONAL  EN  LA  INFANCIA    

                                 1.  Fecha   día   mes   año  

 

2.  Código  del  cuestionario               3.  Grupo          

       

                               4.   Marque   con   una   X   en  qué   rango   de   edad   se  encuentra  usted    

5.  Marque  con  una  X  cuál  es  el  estrato  que  aparece  en  sus  recibos  de  los  servicios  públicos    

 

 menores  de  20   1         1   2   3   4   5   6            20-­‐24   2  

               

             25-­‐29   3       6.  ¿Cuál  es  su  estado  civil  actual?                    

30-­‐34   4       Soltero(a)   1   Divorciado(a)   4            35-­‐39   5       Casado  (a)   2   Viudo(a)   5            

40-­‐44   6       En  Unión  libre   3   Otro   6            

45-­‐49   7                                

mayores  de  50   8                              

                                 

 7.  ¿Usted  tiene  hijas/hijos?   si       no        

¿Cuántos?:_____________      

                     

           

8.  ¿Usted  tiene  niños/as  a  su  cargo  que  no  sean  hijos/as  suyas/os?  

si       no        

¿Cuántos?:__________  

             

                       9.  ¿Qué  edades  tienen  sus  hijos/  hijas  o  niños  a  cargo?  (marque  con  una  X  todos  los  que  considere  necesarios)  

 

     

                           Edad  del  hijo  mayor       Edad  del  hijo  intermedio                      Edad  del  hijo  intermedio       Edad  del  hijo  intermedio                      Edad  del  hijo  intermedio       Edad  del  hijo  intermedio                      Edad  del  hijo  intermedio       Edad  del  hijo  menor                      

               

                 10.  ¿En  promedio,  cuántas  horas  pasa  con  sus  hijos  (as)  al  día?  

  11.  Cuáles  son  sus  principales  labores  con  

sus  hijos  (as)  

  12.  Cuáles  son  las  principales  labores    de  su  pareja  con  sus  

hijos  (as)  

     

 Menos  de  1  hora   1        Entre  1  y  2  horas   2  

                       Entre  2  y  3  horas   3     Llevarlos  a  la  escuela   1   Llevarlos  a  la  escuela   1  

 Entre  3  y  4  horas   4    

Ayudarles  con  las  tareas   2   Ayudar  con  las  tareas   2    Entre  4  y  5  horas   5     Darles  la  comida   3   Darles  la  comida   3    Más  de  5  horas   6     Llevarlos  al  parque   4   Llevarlos  al  parque   4    

119

           Acostarlos  a  dormir   5   Acostarlos  a  dormir   5  

 

           Ayudarles  a  asearse   6   Ayudarles  a  asearse   6  

 

           Ayudarles  a  vestirse   7   Ayudarles  a  vestirse   7  

 

           Recogerlos  de  la  escuela   8   Recogerlos  de  la  escuela   8  

 

                                 

13.    ¿Qué  tanta  dificultad  representan  para  usted  las  siguientes  actividades  en  la  interacción  son  sus  hijos  o  hijas?.    Lograr…    

           Muy  fácil   Fácil   Difícil   Muy  difícil  

     a.  Controlar  las  pataletas  de  sus  hijos(as)   1   2   3   4  

     b.  Que  coma  lo  que  se  le  sirve   1   2   3   4  

     c.  Que  estudie   1   2   3   4  

     d.  Que  no  pase  tanto  tiempo  en  la  calle  sin  que  alguien  lo  esté  cuidando  

1   2   3   4  

     e.  Que  se  acuesten  a  dormir  cuando  yo  le  indico   1   2   3   4  

     f.  Que  no  golpee  o  maltrate  a  sus  hermanos  o  primos   1   2   3   4  

     g.  Que  colabore  con  tareas  del  hogar  (organizar  su  cama,  lavar  la  losa,  barrer,  trapear).  

1   2   3   4  

     h.  Que  no  sea  grosero  con  sus  profesores  en  la  escuela   1   2   3   4  

     i.  Que  no  golpee  o  maltrate  a  sus  compañeros  en  el  colegio.   1   2   3   4        

j.  Que  no  golpee  o  maltrate  a  la  mamá   1   2   3   4        

k.  Que  no  golpee  o  maltrate  al  papá   1   2   3   4      

 

Œ    

           

Me  interesaría  muchísimo    

Me  interesaría    

Me  interesaría  

poco  

No  me  interesa    

     a.  Controlar  las  rabietas  de  sus  hijos(as)  sin  que  usted  se  enfurezca.  

4   3   2   1  

     

b.  Hacer  que  sigan  sus  instrucciones  (hacer  tareas,  hacer  oficios,  ir  a  dormir,  etc.)    sin  golpearlos.  

4   3   2   1  

     

c.  Hacer  que  sigan  sus  instrucciones  (hacer  tareas,  hacer  oficios,  ir  a  dormir,  etc.)  sin  gritarlos.  

4   3   2   1  

     

d.  Poder  manejar  usted  mismo  (a)  las  situaciones  sin  tener  que  amenazarlos  con    su  pareja  (Ej.  Si  no  haces  lo  que  te  pido  le  cuento  a  tu  papá)  

4   3   2   1  

     e.  Hacer  que  sigan  sus  instrucciones  (hacer  tareas,  hacer  oficios,  ir  a  dormir,  etc.)  sin  insultarlos.  

4   3   2   1  

     

120

Apéndice F.

Entrevista sobre habilidades para la solución de conflictos

EVALUACIÓN  DE  UN  PROGRAMA  DE  FORMACIÓN  DE  PADRES  PARA  EL  DESARROLLO  SOCIOEMOCIONAL  EN  LA  INFANCIA    

                               1.  Fecha   día   mes   año  

 

2.  Código  del  

cuestionario  

            3.  Grupo  

       

   

                           4.  Recuerde  un  evento  de  conflicto  con  sus  hijos(as)  en  casa  ocurrido  durante  la  última  semana  y  descríbalo  lo  más  detalladamente  posible  teniendo  en  cuenta  los  siguientes  aspectos:  

 

 

                               a.  Cuál  fue  el  motivo  que  generó  el  conflicto  (discusión,  altercado,  problema,  pelea)?  

                                                                     

                                                             

                                                             

 

                               b.  ¿Quiénes  estaban  implicados  en  el  conflicto?  

                                                                               

                                                             

                                                             

 

                               c.  ¿Qué  querían  y  hacían  cada  uno  de  los  implicados  en  el  conflicto?  

                                                                         

                                                             

                                                             

 d.  ¿Qué  era  lo  más  difícil  para  usted  en  esa  situación  de  conflicto?  

                                                                         

                                                             

                                                             

 e.  ¿Qué  hizo  usted  frente  a  la  situación  de  conflicto?  

                                                                               

                                                             

                                                             

                                                             

 

                               f.  ¿Qué  tanto  logró  usted  solucionar  el  conflicto?  

                                                                               

                                                             

                                                             

 

                               g.  ¿De  lo  que  usted  hizo,  qué  le  pareció  lo  más  apropiado?  

                                                                             

 

121

                                                             

                                                             

h.  ¿De  lo  que  usted  hizo,  qué  le  pareció  inapropiado?                      

                                                             

                                                             

                                                             

i.  ¿Qué  le  gustaría  aprender  para  tener  un  mejor  manejo  en  estas  situaciones  de  conflicto?            

                                                             

                                                             

                                                             

j.  Si  algún  familiar  suyo  tuviera  una  situación  de  conflicto  igual  a  esta  que  usted  ha  comentado,  usted  ¿qué  le  recomendaría  que  hiciera?  

                                                             

                                                             

                                                             

k.  ¿Qué  cree  usted  que  hacen  la  mayoría  de  las  personas  en  estos  casos?              

                                                             

                                                             

                                                             

Apéndice G.

Registros de asistencia y observación

    Asistencia   Tareas   Participación  Observaciones  

Participantes  

Sesión  1  

Sesión  2  

Sesión  3  

Sesión  4  

Sesión  5  

Sesión  6  

Sesión  1  

Sesión  2  

Sesión  3  

Sesión  4  

Sesión  5  

Sesión  6  

Sesión  1  

Sesión  2  

Sesión  3  

Sesión  4  

Sesión  5  

Sesión  6      

                                                                               

                                                                               

                                                                               

                                                                               

                                                                               

                                                                               

                                                                               

                                                                               

                                                                               

                                                                               

                                                                               

                                                                               

                                                                               

                                                                               

122

Apéndice H.

Estrategias de solución de conflictos (ESC)

 A   continuación   encontrará   preguntas   con   diferentes   situaciones   y   algunas   preguntas   abiertas   sobre  ellas.   Recuerde   poner   atención   en   que   las   alternativas   sean   diferentes,   puede   incluir   opciones   tanto  buenas  como  malas.    Pregunta  1  Andrés  y  Viviana  son  hijos  de  Clara  y  Darío.      Entre  Andrés  y  Viviana    hay  constantes  peleas  porque  los  dos  siempre  quieren  ganar  en  los  juegos  o  demostrar  que  son  los  mejores.    ¿Qué  pueden  hacer  Clara  y  Darío  frente  a  las  peleas  de  Andrés  y  Viviana?  

1.           _________________________________________________________________________________________________________________________________________________  

2.           _________________________________________________________________________________________________________________________________________________  

3.           _________________________________________________________________________________________________________________________________________________  

4.           _________________________________________________________________________________________________________________________________________________  

5.           _________________________________________________________________________________________________________________________________________________  

 ***  Vuelve  a  leer  las  alternativas  que  escribiste.  Ahora  pon  un  asterisco  al  lado  del  número  de  la  que  te  parece  la  mejor  alternativa  y  dos  asteriscos  al  lado  del  número  de  la  segunda  mejor  alternativa.    Pregunta  2  

Daniel  es  un  niño  de  3  años  y  algunas  veces  le  cuesta  quedarse  dormido,  dice  que  siente  mucho  miedo  o  simplemente  que  no  tiene  sueño  y  que  quiere  jugar  hasta  muy  tarde  en  la  noche.      Los  padres  de  Daniel,  quienes   trabajan   desde   las   7   de   la  mañana   quieren   que   él   se   acueste   a   dormir   siempre   a   las   8   pm.    Algunas  veces  los  padres  de  Daniel  tienen  peleas  con  el  niño  por  este  motivo.  

¿Qué  podrían  hacer  los  padres  de  Daniel  para  lograr  que  él  se  acueste  temprano?  

1.           _________________________________________________________________________________________________________________________________________________  

2.           _________________________________________________________________________________________________________________________________________________  

123

3.           _________________________________________________________________________________________________________________________________________________  

4.           _________________________________________________________________________________________________________________________________________________  

5.           _________________________________________________________________________________________________________________________________________________  

 ***  Vuelve  a  leer  las  alternativas  que  escribiste.  Ahora  pon  un  asterisco  al  lado  del  número  de  la  que  te  parece  la  mejor  alternativa  y  dos  asteriscos  al  lado  del  número  de  la  segunda  mejor  alternativa.    Pregunta  3  Daniela  es  una  niña  de  13  años  y  sus  papás  piensan  que  ella  pasa  mucho  tiempo  en  internet  y  hablando  por  celular   con  sus  amigos  y  amigas.     Frecuentemente  Daniela  discute  con  sus  padres  por  esta   razón.    Sus   padres   piensan   que   su   rendimiento   académico   se   ha   visto   afectado   por   estar   mucho   tiempo  conectada   al   internet.     Daniela   dice   que   ella   habla  mucho   con   algunos   amigos   suyos   que   no   son   del  mismo  colegio  y  que  es  verdad  que  pasa  mucho   tiempo  en   internet  pero  es  porque   le  gusta  estar  en  contacto  con  sus  amigos.  ¿Qué  podrían  hacer  los  padres  de  Daniela  para  lograr  que  ella  pase  menos  tiempo  conectada  al  internet  y  más  tiempo  haciendo  tareas?    

1.           _________________________________________________________________________________________________________________________________________________  

2.           _________________________________________________________________________________________________________________________________________________  

3.           _________________________________________________________________________________________________________________________________________________  

4.           _________________________________________________________________________________________________________________________________________________  

5.           _________________________________________________________________________________________________________________________________________________  

 ***  Vuelve  a  leer  las  alternativas  que  escribiste.  Ahora  pon  un  asterisco  al  lado  del  número  de  la  que  te  parece  la  mejor  alternativa  y  dos  asteriscos  al  lado  del  número  de  la  segunda  mejor  alternativa.    Pregunta  4  

124

Juan  es  un  niño  de  5  años  y  a  pesar  de  que  sus  padres  insisten  en  enseñarle  buenos  modales,  cuando  va  alguna   visita   a   la   casa,   Juan   no   saluda   a   los   visitantes   e   incluso   en   algunas   ocasiones   los   ve,   sale  corriendo  y  se  encierra  en  su  cuarto;  también  ha  pasado  que  les  dice  cosas  desagradables  o  groserías.    En  varias  ocasiones  los  padres  de  Juan  han  tenido  peleas  fuertes  con  el  niño  por  hacer  esto.  

¿Qué  podrían  hacer  los  padres  de  Juan  para  que  el  se  comportara  de  mejor  manera  con  las  visitas?  

1.           _________________________________________________________________________________________________________________________________________________  

2.           _________________________________________________________________________________________________________________________________________________  

3.           _________________________________________________________________________________________________________________________________________________  

4.           _________________________________________________________________________________________________________________________________________________  

5.           _________________________________________________________________________________________________________________________________________________  

 ***  Vuelve  a  leer  las  alternativas  que  escribiste.  Ahora  pon  un  asterisco  al  lado  del  número  de  la  que  te  parece  la  mejor  alternativa  y  dos  asteriscos  al  lado  del  número  de  la  segunda  mejor  alternativa.    Pregunta  5  Carolina  es  una  niña  de  7  años  y   le  gusta  mucho  acompañar  a   su  mamá  a  hacer  algunos  oficios  en   la  cocina.    Algunas  veces  la  madre  de  Carolina  le  prohíbe  coger  elementos  que  puedan  ser  peligrosas  para  la  niña  y  entonces  Carolina   se  pone   furiosa  y  comienza  a  darle  patadas  a   las  ollas,  bota   los  cubiertos,  grita  a  su  madre  y  se  pone  a  llorar.  ¿Qué  podría  hacer  la  madre  de  Carolina  frente  a  esta  situación?  

1.           _________________________________________________________________________________________________________________________________________________  

2.           _________________________________________________________________________________________________________________________________________________  

3.           _________________________________________________________________________________________________________________________________________________  

4.           _________________________________________________________________________________________________________________________________________________  

125

5.           _________________________________________________________________________________________________________________________________________________    

 ***  Vuelve  a  leer  las  alternativas  que  escribiste.  Ahora  pon  un  asterisco  al  lado  del  número  de  la  que  te  parece  la  mejor  alternativa  y  dos  asteriscos  al  lado  del  número  de  la  segunda  mejor  alternativa.    

Apéndice I.

Adaptación del State-Trait Anger Expression Inventory (STAXI).

Lea  cada  una  de  las  siguientes  frases  que  las  personas  suelen  usar  para  describirse  a  sí  mismas,  y  escoja  el  número  que  describa  mejor  sus  sentimientos  o  reacciones.    No  hay  respuestas  correctas  o  incorrectas.    No  se  tome  mucho  

tiempo  pensando  en  la  respuesta.  

               

Casi  nunca   Algunas  veces   A  menudo   Casi  siempre  1   Me  pongo  de  mal  genio  rápidamente  con  mis  hijos(as)     1   2   3   4  2   Yo  soy  de  carácter  fuerte  con  mis  hijos(as)   1   2   3   4  

3   Yo  soy  una  persona  de  esas  a  las  que  llaman  "fosforito"   1   2   3   4  

4   Regaño  a  mis  hijos(as)  cuando  se  me  retrasan  mis  tareas  por  culpa  de  ellos(as)   1   2   3   4  

5   Me  siento  molesto  y  grito  cuando  mis  hijos(as)  no  reconocen  que  he  hecho  un  buen  trabajo.  

1   2   3   4  

6   Yo  pierdo  la  paciencia  rápidamente  con  mis  hijos(as)   1   2   3   4  

7  Cuando  estoy  furioso(a)  con  mis  hijos  les  digo  muchas  palabras  desagradables   1   2   3   4  

8  Cuando  mis  hijos  (as)  me  critican  delante  de  otras  personas,  me  da  mucha  rabia  y  los  regaño  para  que  se  callen.  

1   2   3   4  

9   Cuando  tengo  rabia,  tiro  las  puertas  duro  y  a  veces  les  doy  patadas  a  las  paredes.   1   2   3   4  

10  Cuando  siento  que  hago  un  buen  trabajo  y  mis  hijos  me  dicen  que  estuvo  mal  (o  que  no  les  pareció  tan  bueno),  los  regaño  y  los  hago  callar.  

1   2   3   4  

126

Apéndice J.

Adaptación del Interpersonal Competence Questionnare (ICQ)

  Por  favor  indique  en  una  escala  de  1  a  5  su  nivel  de  competencia  y  facilidad  para  manejar  las  siguientes  situaciones.  

     

    Esto  es  muy  fácil  para  mí  

Yo  siento  que  puedo  hacerlo  bien  

Yo  siento  que  puedo  hacerlo.  

Estoy  tratando  de  mejorar  en  esto.  

Me  cuesta  mucho  trabajo.      

1   Preguntarle  a  sus  hijos  si  quieren  ir  con  usted  a  alguna  parte  o  si  quieren  hacer  algo  con  usted  

1   2   3   4   5  

2   Comentarles    clara  y  calmadamente  a  sus  hijos  que  a  usted  no  le  gusta  la  manera  en  que  ellos  se  comportan  con  usted  

1   2   3   4   5  

3   Ser  capaz  de  aceptar  que  usted  puede  estar  equivocado  antes  de  comenzar  una  pelea  fuerte.  

1   2   3   4   5  

4   Decirle  NO  a  sus  hijos  (as)  cuando  usted  considera  que  lo  que  le  están  pidiendo  es  algo  que  usted  no  quiere  hacer  

1   2   3   4   5  

5   Mantener  conversaciones  con  sus  hijos(as)  acerca  de  temas  que  usted  conoce  y  que  cree  que  a  ellos  (as)  podrían  interesarles    

1   2   3   4   5  

6   Rechazar  una  propuesta  de  sus  hijos  que  usted  considera  poco  razonable   1   2   3   4   5  

7   Ser  capaz  de  defender  sus  derechos  cuando  cuando  sus  hijos  (as)  los  están  lesionando.   1   2   3   4   5  

8   Ayudar  a  sus  hijos  (as)  con  los  problemas  familiares   1   2   3   4   5  

9   Comentarles  calmadamente  a  sus  hijos(as)  cuando  ellos  (as)  hacen  algo  que  a  usted  le  avergüenza  

1   2   3   4   5  

10   Abstenerse  de  decir  cosas  que  puedan  causar  desacuerdos  y  convertirse  en  grandes  peleas  

1   2   3   4   5  

11   Confrontar  a  sus  hijos  (as)  cuando  ellos  han  roto  una  promesa   1   2   3   4   5  

12   Comentarles  clara  y  calmadamente  a  sus  hijos(as)  las  cosas  que  a  usted  lo  (la)  ponen  ansioso  o  que  le  preocupan.  

1   2   3   4   5  

13   Ser  capaz  de    acompañar  a  sus  hijos  (as)  cuando  ellos  se  sienten  acongojados  y  hablar  de  cómo  se  sienten  

1   2   3   4   5  

14   Ser  capaz  de  hablar  sobre  un  conflicto  específico  sin  utilizar  frases  como  :  tu  siempre,  tu  nunca,  todo  el  tiempo  tu  haces….  

1   2   3   4   5  

15   Comentarles  clara  y  calmadamente  a  sus  hijos  (as)  que  ellos  (as)  han  hecho  algo  que  a  usted  "le  duele"(que  han  herido  sus  sentimientos)  

1   2   3   4   5  

16   Decirles  a  sus  hijos  (as)  lo  mucho  que  usted  los  quiere  y  los  cuida   1   2   3   4   5  

17   Cuando  usted  se  siente  enfadado(a)  con  sus  hijos(as)  es  capaz  de  aceptar  que  ellos  tienen  un  punto  de  vista  que  también  es  valido,  aunque  usted  no  esté  de  acuerdo  ese  puento  de  vista.  

1   2   3   4   5  

18   Decirles  a  sus  hijos  (as)  que  ellos  han  hecho  algo  que  a  usted  lo  (a)  pone  furioso  (a)   1   2   3   4   5  

19   Saber  cómo  manejar  una  conversación  con  sus  hijos  (as)  para  pasar  de  un  tema  simple  a  uno  que  pueda  ser  dificil  

1   2   3   4   5  

20   Cuando  sus  hijos  (as)  necesitan  compañía,  ser  capaz  de  ayudarlos  y  acompañarlos  diciéndoles  que  a  usted  le  agrada  que  ellos  le  cuenten  sus  cosas  intimas.  

1   2   3   4   5  

127

21   No  "explotar"  de  rabia  (incluso  cuando  usted  tiene  toda  la  razón  de  tener  rabia)  para  evitar  un  conflicto  con  sus  hijos(as)    

1   2   3   4   5  

Apéndice K.

Adaptación del Coping with Children’s Negative Emotion Scale (CCNES).

En  las  siguientes  frases  por  favor  indique  en  qué  nivel  usted  haría  lo  que  se  indica  dependiendo  de  cada  situación.    Lea  cuidadosamente  y  responda  honestamente,  no  hay  respuestas  buenas  ni  malas  (recuerde  que  nadie  sabrá  que  

fue  usted  quien  contestó  este  cuestionario).  2  

                 1.  Si  mi  hijo(a)  se  cae  de  la  bicicleta  y  la  daña  y  después  se  pone  molesto  y  llora,  lo  que  yo  haría  sería:  

       

   

Muy  poco  probable  

 

Medianamente  probable  

 

Muy  probablemente  

a.     Tratar  de  calmarlo  y  no  dejarlo(a)  que  llegue  al  punto    de  desesperarme.  

7   6   5   4   3   2   1  

 b.   Tranquilizar  a  mi  hijo(a)  y  tratar  de  que  se  olvide  

del  accidente  1   2   3   4   5   6   7  

 c.   Decirle  a  mi  hijo  que  está  exagerando   1   2   3   4   5   6   7    

d.   Ayudar  a  mi  hijo  pensando  en  la  forma  en  que  él  podría  arreglar  la  bicicleta  

1   2   3   4   5   6   7  

 e.   Decirle  a  mi  hijo  que  está  bien  que  llore   1   2   3   4   5   6   7    

f.  Decirle  a  mi  hijo  que  deje  de  llorar,  porque  si  sigue  llorando  le  voy  a  prohibir  que  vuelva  a  montar  en  bicicleta  

1   2   3   4   5   6   7  

 3                    2.  Si  mi  hijo(a)  pierde  algún  objeto  que  es  valioso  y  reacciona  llorando,  lo  

que  yo  haría  sería:            

   

Muy  poco  probable  

 

Medianamente  probable  

 

Muy  probablemente  

a.     Tener  rabia  con  él  /ella    por  ser  descuidado,  perder  las  cosas  y  después    comenzar  a  llorar  

1   2   3   4   5   6   7  

 b.   Decirle  a  mi  hijo  que  está  exagerando   1   2   3   4   5   6   7    

c.   Ayudarle  a  mi  hijo  a  pensar  en  los  lugares  donde  él  (ella)  aún  podría  encontrar  lo  que  perdió  

1   2   3   4   5   6   7  

 d.   Distraer  a  mi  hijo  hablando  de  cosas  chistosas   1   2   3   4   5   6   7    

e.   Decirle  que  está  bien  llorar  cuando  uno  se  siente  triste  

1   2   3   4   5   6   7  

 f.   Decirle  "¿si  ve?,  eso  le  pasa  por  no  estar  

pendiente  de  sus  cosas"  1   2   3   4   5   6   7  

 4                    

3.  Si  mi  hijo(a)  está  asustado  porque  tienen  que  aplicarle  una  inyección  y  comienza  a  quejarse  y  llorar  mientras  esperamos  su  turno  para  que  se  la  apliquen,  lo  que  yo  haría  sería:  

 

128

   

Muy  poco  probable  

 

Medianamente  probable  

 

Muy  probablemente  

a.    Decirle  que  se  calme  porque  si  sigue  molestando  le  quedará  prohibido  hacer  algo  que  a  él  le  guste  (por  ejemplo,  le  quedará  prohibido  ver  televisión)  

1   2   3   4   5   6   7  

 b.   Darle  la  oportunidad  a  mi  hijo  de  que  hable  

acerca  de  su  miedo  1   2   3   4   5   6   7  

 c.   Decirle  a  mi  hijo  que  una  inyección  no  es  "el  gran  

sufrimiento"  1   2   3   4   5   6   7  

 d.   Decirle  que  me  está  haciendo  sentir  vergüenza  

con  esa  lloradera  1   2   3   4   5   6   7  

 e.   Tranquilizarlo  antes  y  después  de  la  inyección   1   2   3   4   5   6   7    

f.  Enseñarle  a  mi  hijo  (a)  estrategias  para  que  no  sienta  tanto  dolor  con  la  inyección  (por  ejemplo,  ejercicios  de  relajación  y  respiración).  

1   2   3   4   5   6   7  

 6                    

4.  Si  mi  hijo(a)  está  realizando  alguna  actividad  grupal  con  sus  amigos  y  de  repente  el  (ella)  comete  un  error  y  después  se  siente  avergonzado(a)  y  está  a  punto  de  ponerse  a  llorar,  lo  que  yo  haría  sería:    

 

   

Muy  poco  probable  

 

Medianamente  probable  

 

Muy  probablemente  

a.     Tranquilizar  a  mi  hijo  y  tratar  de  que  se  sienta  mejor  

1   2   3   4   5   6   7  

 b.   Decirle  a  mi  hijo  (a)  que  está  exagerando,  que  no  

es  para  tanto    1   2   3   4   5   6   7  

 c.   Sentirme  incómodo(a)  y  avergonzado(a)  yo  

mismo(a)  1   2   3   4   5   6   7  

 d.  

Decirle  a  mi  hijo  (a)  que  se  levante  la  cabeza  y  que  no  llore,  porque  si  no  nos  devolvemos  para  la  casa  

1   2   3   4   5   6   7  

 e.   Permitirle  a  mi  hijo(a)  que  hable  acerca  de  sus  

sentimientos  de  vergüenza  1   2   3   4   5   6   7  

 

f.  Decirle  a  mi  hijo  que  yo  puedo  ayudarle  a  practicar  para  que  en  una  próxima  ocasión  el  pueda  realizar  mejor  su  actividad  

1   2   3   4   5   6   7  

 7                    5.  Si  mi  hijo(a)  va  aparecer  en  un  acto  público,  por  ejemplo  una  obra  de  teatro  o    un  partido  de  fútbol  o  

baloncesto,  y  antes  de  comenzar  empieza  a  ponerse  muy  nervioso  porque  habrá  muchas  personas  observándolo,  lo  que  yo  haría  sería:    

 

   

Muy  poco  probable  

 

Medianamente  probable  

 

Muy  probablemente  

a.    Ayudar  a  mi  hijo  a  pensar  en  estrategias  que  él  podría  poner  en  práctica  para  cuando  le  toque  su  turno  de  ser  observado  (por  ejemplo  hacer  un  buen  calentamiento  o  no  mirar  a  la  audiencia).  

1   2   3   4   5   6   7  

 

129

b.   Sugerirle  a  mi  hijo  que  piense  en  cosas  relajantes  que    hagan  que  se  le  pasen  los  nervios.  

1   2   3   4   5   6   7  

 c.   Mantener  la  calma  y  procurar  no  ponerme  

nervioso(a)  7   6   5   4   3   2   1  

 d.   Decirle  a  mi  hijo  que  deje  de  comportarse  como  

un  bebé,  que  no  es  para  tanto.  1   2   3   4   5   6   7  

 e.   Decirle  a  mi  hijo  que  si  no  se  calma  nos  iremos  

directo  a  la  casa  1   2   3   4   5   6   7  

 f.   Permitirle  a  mi  hijo  que  hable  acerca  de  las  cosas  

que  le  dan  nervios  1   2   3   4   5   6   7  

 8                    6.  Si  mi  hijo(a)  tiene  mucho  miedo  y  no  puede  dormir  después  de  haber  visto  una  película  de  terror,  lo  que  yo  

haría  sería:      

   

Muy  poco  probable  

 

Medianamente  probable  

 

Muy  probablemente  

a.    Permitirle  a  mi  hijo  que  hable  acerca  de  las  cosas  que  le  dan  miedo.  

1   2   3   4   5   6   7  

 

b.  Sentirme  decepcionado(a)  porque  pienso  que  mi  hijo  es  cobarde  

1   2   3   4   5   6   7  

 

c.  Decirle  a  mi  hijo(a)  que  no  exagere,  que  no  es  para  tanto  

7   6   5   4   3   2   1  

 

d.  

Ayudarle  a  mi  hijo  a  pensar  en  estrategias  que  le  puedan  servir  para  quedarse  dormido  (por  ejemplo  dejar  las  luces  prendidas,  traer  a  la  cama  su  juguete  favorito)  

1   2   3   4   5   6   7  

 

e.  Decirle  que  se  duerma  rápido  porque  si  no  en  adelante  le  voy  a  prohibir  que  vea  películas  

1   2   3   4   5   6   7  

 

f.  Hacer  algo  divertido  con  mi  hijo  para  ayudarlo  a  olvidarse  de  lo  que  le  causó  miedo  

1   2   3   4   5   6   7  

 10                    7.  Si  mi  hijo(a)  está  en  un  parque  y  de  repente  se  le  empiezan  a  aguar  los  ojos  porque  otros  niños  de  su  edad  

no  lo  dejan  jugar,  lo  que  yo  haría  sería:    

   

Muy  poco  probable  

 

Medianamente  probable  

 

Muy  probablemente  

a.    Empezar  a  sentirme  mal  yo  mismo(a)  porque  rechazaron  a  mi  hijo  

7   6   5   4   3   2   1  

 

b.  Decirle  a  mi  hijo(a)  que  si  se  va  a  poner  a  llorar  mejor  nos  devolvemos  inmediatamente  a  la  casa  

1   2   3   4   5   6   7  

 

c.  Decirle  a  mi  hijo(a)  que  es  normal  llorar  cuando  uno  se  siente  mal  

1   2   3   4   5   6   7  

 

d.  Tranquilizar  a  mi  hijo  y  tratar  de  que  se  sienta  bien  pensando  en  algo  divertido    

1   2   3   4   5   6   7  

 

e.  Ayudar  a  mi  hijo  pensando  en  qué  otra  cosa  podría  hacer  

1   2   3   4   5   6   7  

 

130

f.  Decirle  a  mi  hijo(a)  que  él  (ella)  se  sentirá  mejor  dentro  de  un  rato.  

1   2   3   4   5   6   7  

  Apéndice L.

Cuestionario Sobre Conductas Parentales

INSTRUCCIONES:  a  continuación  encontrará  unas  frases  sobre  diferentes  aspectos  de  la  crianza  de  los  hijos.    Por  favor  lea  atentamente  cada  afirmación  y  califique  la  respuesta  de  1  a  4  de  acuerdo  con  sus  propias  costumbres  

respecto  de  su  hijo/a.    Tenga  en  cuenta  la  siguiente  escala  de  respuesta.  

                     

1:  Nunca    2:  Pocas  veces   3:  muchas  veces   4:  siempre  

                       Acerca  de  sus  conductas  como  padre  o  madre,  usted…  

         

           

Nun

ca  

Pocas  v

eces  

Mucha

s  veces  

Siem

pre  

1   Le  tiene  un  horario  fijo  a  su  hija(o)  para  acostarse.     1   2   3   4  

2   Le  tiene  a  su  hijo(a)  un  horario  fijo  para  las  comidas  y  las  tareas.   1   2   3   4  

3   Supervisa  los  programas  de  televisión  que  ve  su  hijo(a).   1   2   3   4  

4   Tiene  que  recordarle  a  su  hijo(a)  lo  que  tiene  que  hacer.     1   2   3   4  

5   Felicita  a  su  hija(o)  cuando  se  porta  bien.   1   2   3   4  

6   Pone  de  ejemplo  a  su  hija(o)  para  otros  niños(as).   1   2   3   4  

7   Le  explica  a  su  hijo(a)  qué  castigo  le  dará  y  por  qué  razón.   1   2   3   4  

8   Amenaza  a  su  hijo(a)  con  castigos  para  que  se  porte  bien.   1   2   3   4  

9   Le  dice  a  su  hijo  que  es  una  persona  valiosa  para  usted   1   2   3   4  

10   Toma  las  decisiones  sobre  lo  que  su  hija(o)  debe  hacer.   1   2   3   4  

11   Vigila  constantemente  a  su  hijo(a).   1   2   3   4  

12   Premia  a  su  hijo(a)  cuando  se  porta  bien.   1   2   3   4  

13   Castiga  físicamente  a  su  hijo(a).   1   2   3   4  

14   Dedica  tiempo  para  jugar  con  su  hijo(a)   1   2   3   4  

15   Consiente  o  mima  a  su  hijo(a)  después  de  haberlo  castigado.   1   2   3   4  

16   Permite  a  su  hijo(a)  que  le  tire  cosas  o  le  pegue.   1   2   3   4  

17   Le  quita  a  su  hija(o)  algo  que  le  gusta  como  forma  de  castigo.   1   2   3   4  

18   Se  contradice  en  las  normas  que  le  pone  a  su  hija(o).   1   2   3   4  

19   Permite  que  su  hijo(a)  decida  sobre  hacer  o  no  las  tareas  escolares.   1   2   3   4  

20   Le  expresa  cariño  a  a  su  hija(o)  con  palabras  o  acciones.   1   2   3   4  

21   Cumple  las  amenazas  que  le  hace  a  su  hijo(a).   1   2   3   4  

22   Deja  de  hablarle  a  su  hijo(a)  cuando  esta  disgustado  con  él  (ella).   1   2   3   4  

131

                   

Acerca  de  las  conductas  de  su  hijo  (hija)              

                   23   Obedece  las  órdenes  que  usted  le  da.   1   2   3   4  

24   La  (lo)  imita  a    usted  en  muchas  cosas.   1   2   3   4  

25   Muestra  alegría  cuando  su  pareja  llega  a  la  casa.   1   2   3   4  

26   Es  grosero  con  usted  cuando  él/ella  está  de  mal  genio.   1   2   3   4  

27   Le  contesta  mal  cuando  usted  lo/la  regaña.   1   2   3   4  

28   Le  demuestra  cariño  a  usted  (le  dice  que  lo  quiere,  lo  consciente).   1   2   3   4  

29   Conoce  bien  las  normas  sobre  el  comportamiento   1   2   3   4  

30   Permanece  mucho  tiempo  solo(a).   1   2   3   4  

31   Le  cuenta  sobre  sus  actividades  diarias.   1   2   3   4  

32   Le  dice  mentiras  sobre  lo  que  ha  hecho.   1   2   3   4  

33   Colabora  con  agrado  en  las  labores  domésticas.   1   2   3   4  

34   Exige  poder  tomar  sus  propias  decisiones.   1   2   3   4  

35   Se  queja  de  falta  de  atención  por  su  parte.   1   2   3   4  

Apéndice M.

Componentes del programa TIK

Sesión Tema Objetivos de proceso

1

Disposición - ¿cómo cultivar la

inteligencia emocional en los

niños?

Presentar el programa, la facilitadora y el grupo de

participantes.

Involucrar a los participantes y crear un ambiente

emocional seguro

Presentar las ideas sobre inteligencia emocional.

Presentar el concepto y las habilidades de la

formación emocional.

Comenzar a explorar las estrategias para

132

conectarse emocionalmente con los niños y /o

niñas.

2 Nombrar las emociones

Presentar a los padres la forma de hacer

consientes sus propias emociones

Presentar la idea de ajuste emocional

Presentar la idea de Meta-emoción y cómo esto

afecta el desempeño como padres

Practicar el entrenamiento emocional

Explorar los tipos de expresión emocional, donde

y por qué las personas aprenden esos estilos.

3 Comprender las experiencias

emocionales de los niños

Generar en los participantes habilidades para la

empatía con los niños

Desarrollar lenguaje emocional que pueda usarse

para reflejar las emociones

Continuar construyendo y refinando las

habilidades para la formación emocional.

4 Autocuidado, resolución de

conflictos y formación para el

Consolidar las habilidades para la formación

emocional de los padres

133

manejo de los miedos y las

preocupaciones.

Incrementar la conciencia de los participantes

sobre la importancia de desarrollar en sus hijos el

pensamiento crítico.

Extender las habilidades en manejo emocional de

los participantes a diversas emociones (e

intensidades) especialmente la preocupación y la

ansiedad.

Incrementar la conciencia de los participantes

sobre la importancia de tener conciencia de sus

propias emociones y la regulación de las mismas.

5 Manejo de las emociones de ira

de los niños

Ayudar a los padres a desarrollar habilidades para

el manejo de la ira de sus hijos

Explorar las causas de las ira y apoyar a los

participantes en la tarea de diferencias los

sentimientos de ira y los comportamientos de ira.

Resaltar la necesidad de establecer límites y reglas

acerca de lo que se considera un comportamiento

deseable,.

Ayudar a los padres a aprender acerca de los

momentos cuando el manejo de las emociones no

es apropiado.

134

6 Crianza con inteligencia

emocional: ahora y en el futuro.

Repasar los aspectos principales del programa

Hacer énfasis y asegurar que los padres tengan las

habilidades básicas para la formación emocional

de los hijos.

Direccionar y manejar las emociones o situaciones

específicas no tratadas hasta ahora

Desarrollar habilidades para manejar situaciones

emocionales en el futuro y proveer rutas de apoyo

que puedan requerirse.

Apéndice N.

Encuesta de satisfacción de TIK

Pregunta Respuestas

¿Qué fue lo más útil que encontró en el programa?

Que varias personas que no sabían como manejar a sus hijos aprendieron y dejaron su timidez. Conocer los diferentes estados de emociones que nos ocurre como personas. Saber entender a nuestros hijos cada día que pasa. Encontré una guía y una herramienta para darle un aprendizaje diferente a mis hijos. Que fui aprendiendo poco a poco la forma de hablar con mis tres hijos no solamente con ellos sino también con mi familia. Aprender a manejar el enojo y todas las emociones de ellos, a pesar de las dificultades.

Lo más útil que encontré fue poder entender las emociones de mi hija y también darme cuenta de mis emociones, crecí como mamá, un encuentro, un acercamiento de confianza con mi hija y personal muy contenta.

135

Las explicaciones sobre nuestros hijos, las situaciones que realizamos. Hablar e identificar las emociones, pues uno sabe que existen y están ahí pero no les da mucha importancia. Que aprendimos mucho. Aprendimos a manejar las emociones de nuestros hijos. Aprendíamos muchas cosas que no sabíamos para enseñarles a nuestros padres, hijos y parientes. Aprendí a manejar la ira. Muchas cosas, al interpretar cosas que uno siente miedo, a hablar con la gente, a controlar el mal genio, a solucionar muchos problemas sin violencia. Lo mas útil fue aprender a manejar las emociones y a colocarles nombre, conocer que existía un nombre para cada emoción. Lo mas útil y lo que nos rodea en nuestro entorno es las emociones porque así también de identificar - nos enseñó a ponernos en los zapatos de los demás, cómo se sentirían. Poder enseñarle a mis hijos a ser mejor

¿Qué fue lo menos útil que encontró en el programa?

Felicitar delante de todos a las personas por venir, porque uno tiene que venir sin ningún interés, solo porque le nace aprender. Todo perfecto. Para mi personal todo fue muy útil. Nada, en cambio fue positivo. Aprender a llamarle las emociones y encontrar el momento para hablar de ellas. Saber manejar las situaciones no tan positivas como la ira, frustración y tristeza. Para mi todo fue muy útil porque aprendí muchas cosas para guiar a mi hija para un futuro. Para mi todo fue muy útil. Todo lo aprendido es muy útil. Que fue muy poquito tiempo para aprender. Para mi personalmente todo fue útil. Tuve muy poco tiempo

¿Le hubiera gustado incluirle alguna otra cosa al programa?

Lo de adolescentes y que todos se integren y revisar las tareas a todos con más detalle. No Todo para mi estuvo bueno porque nunca había asistido a otras conferencias.

136

Si, saber cómo llegar a otras personas que no tengan conocimiento de esto, como a personas que piensan que así fueron criadas y que así esta bien. Me gustaría hablar un poco de la adolescencia ya que es una etapa muy difícil en estos momentos. No, estuvo muy bien porque aprendí mucho. Todo estuvo muy bien, faltó un poco de participación de parte mía. Que hubiera sido más extenso para poder tener más experiencias sobre temas más profundos. Más tiempo individual y grupal. Que fuera más tiempo. Que vinieran las parejas de uno para que también aprendieran. Que nos sigan enseñando mucho más para poder educar a nuestros hijos. No, todo fue excelente El programa fue bastante completo pero sí aún nos dieran más tiempo en la empresa para compartir acerca de más temas familiares

¿Qué tan fácil /difícil fue entender los temas del aprendizaje para el

manejo de las emociones?

 

137

   

¿Qué tan fácil/difícil ha sido llevar a cabo los ejercicios del aprendizaje para el manejo de las emociones?  

   

¿Cuáles fueron los cambios que percibió en su(s) hijo(s) o familia,

resultado de la participación en este programa?

Aprender a manejar mejor la ira. Menos enojos, más calma para tomar decisiones. En nuestros hijos hicieron un cambio por el modo que uno les habla y los comprende en los cambios que ellos tengan y conocerlos más. Mis hijos hablan con mas facilidad de sus emociones. Ser líder en el hogar para controlar una situación de ira. Conocer sus sentimientos más difíciles como sus frustraciones, sus tristezas. Hemos tratado de cambiar en agresividad en que podemos llegar a un acuerdo sin necesidad de maltrato físico o verbal y que he podido expresar cosas buenas a nuestros hijos y compañera. El comportamiento que me a dado la oportunidad de confiar mas en ellos para que me cuentan muchas cosas que antes no lo hacían. Los cambios que percibí de mi hija fueron más confianza, más dialogo, más unión entre los dos.

138

Fue interesante por que aprendí a hablar un poco más sin miedo. Cambios positivos, pues hemos aprendido a respirar a observar y a escuchar, aunque no ha sido fácil. En mis hijos, que uno no debe estar peleando, a hacer las cosas, a no pelear con los compañeros, a que no le contesten a uno, hablar con ellos sin necesidad de gritar ni pegarles. El diálogo con mis hijos la confianza cuando esta enojada esperar que se calme y luego hablar. Aprendieron a escuchar mejor a expresar lo que están sintiendo o quieren hacer etc. Aprendí a identificar sus emociones y llamar por su nombre, hablar más con ellos a compartir en el juego de espaguetis y otros juegos.

¿Tiene algún comentario adicional?

Que el programa sea de toda la familia. Gracias por todo. Podemos tener la oportunidad de un nuevo reencuentro? Este programa me interesó y doy gracias doctora que nos dio las capacitaciones por ayudarnos a encontrar nuestra vida con nuestros hijos. Si, es ofrecerle mi agradecimiento por su programa que se dará buenos resultados porque a nuestras familias les ha dado un granito para ser mejor. Que fue muy corto el programa puesto que esto tiene mucho de que hablar y que de pronto nos hizo falta un poco mas de tiempo, muy agradecido. Que se siguieran dando más charlas. Como aprendí me llevo una gran experiencia para seguir conociendo más; como seguir conociendo emociones darle fortaleza para un mejor mañana. Que sea la mejor doctora para que ayudes a más gente que la necesitamos. Agradezco los conocimientos que nos - que me han brindado, pues realmente sabía que tenía que actuar de la mejor forma con mi hija, lo que no sabía es cómo comenzar. Gracias por las bases para este camino. Que ojalá se sigan repitiendo los programas, porque falta mucho por aprender. Ojalá sigan ustedes adelante y que puedan volver El comentarles a las otras personas lo bueno que es hablar con un psicólogo.

139

Agradecer todo lo que nos enseñaron porque conocí cosas que no sabía y que las he podido poner en práctica para bien mío y de toda mi familia. A mi me gustaría que en la empresa nos siguieran compartiendo todas estas charlas para mi fueron muy constructivas en mi vida familiar en mi entorno y a valorar todas las personas tal como somos.