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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR
FACULTAD DE JURISPUDENCIA, CIENCIAS POLÍTICAS Y
SOCIALES
CARRERA DE POLITICA
Análisis del Uso Progresivo de la Fuerza policial ejercida por la U.M.O.
entre los años 2013 y 2016
Proyecto de investigación previo a la obtención del título de:
POLITÓLOGA
Autor: Gina Cecilia Passato Burbano
Tutor: Dr. Alexander Amezquita Ochoa
Quito, Noviembre 2017
ii
DERECHOS DE AUTOR
Yo, Gina Cecilia Passato Burbano, en calidad de autora y titular de los derechos morales y
patrimoniales del trabajo de titulación: “Análisis del Uso Progresivo de la Fuerza policial
ejercida por la U.M.O. entre los años 2013 y 2016”, modalidad presencial, de
conformidad con el Art. 114 del CÓDIGO ORGÁNICO DE LA ECONOMÍA SOCIAL DE
LOS CONOCIMIENTOS, CREATIVIDAD E INNOVACIÓN, concedo a favor de la
Universidad Central del Ecuador una licencia gratuita e intransferible y no exclusiva
para el uso no comercial de la obra, con fines estrictamente académicos. Conservo a mi
favor todos los derechos de autor sobre la obra, establecidos en la normativa citada.
Así mismo, autorizo a la Universidad Central del Ecuador para que realice la
digitalización y publicación de este trabajo de titulación en el repositorio virtual, de
conformidad a lo dispuesto en el Art. 144 de la Ley Orgánica de Educación Superior.
El autor declara que la obra objeto de la presente autorización es original en su forma de
expresión y no infringe el derecho de autor de terceros, asumiendo la responsabilidad por
cualquier reclamación que pudiera presentarse por causa y liberando a la Universidad de
toda la responsabilidad.
Gina Cecilia Passato Burbano
CI. 1707913347
iii
APROBACIÓN DEL TUTOR DEL TRABAJO DE TITULACIÓN
iv
DEDICATORIA
A Rosario, mi madre.
v
AGRADECIMIENTOS
A mi hija Daniela y su invaluable apoyo, su tiempo, atención y cariño.
A mi padre Manuel y mis hermanos Ana María y Giovanni, por creer en mí.
A mi familia y mis amigos, que con su cariño me han acompañado durante todo el largo camino
que este proyecto implicó.
A mi tutor, por darme su atención y tiempo pero sobre todo su paciencia.
A la Universidad Central del Ecuador por abrirme sus puertas y permitirme consolidar un sueño
más.
vi
INDICE DE CONTENIDOS
DERECHOS DE AUTOR ................................................................................................... ii
APROBACIÓN DEL TUTOR DEL TRABAJO DE TITULACIÓN ................................ iii
DEDICATORIA ................................................................................................................ iii
AGRADECIMIENTOS ...................................................................................................... v
RESUMEN ....................................................................................................................... viii
ABSTRACT ..................................................................................................................... viii
1 CAPITULO I ....................................................... ¡Error! Marcador no definido.
1.1 Teoría de la Policía ............................................................................................... 26
1.2 Breve mirada al caso Ecuatoriano ........................................................................ 32
1.3 Necesidad y Proporcionalidad como fuentes de legitimidad del Uso progresivo de
la fuerza ................................................................................................................ 33
1.3.1 Necesidad ............................................................................................................. 35
1.3.2 Proporcionalidad .................................................................................................. 37
1.4 Teoría del Orden ................................................................................................... 43
2 CAPITULO II....................................................................................................... 51
2.1 LA DISCIPLINA PARA EL USO DE LA FUERZA “el cuerpo da solo” .......... 51
2.2 LA FORMACION DEL CARÁCTER ................................................................. 53
3 CAPITULO III ..................................................................................................... 57
3.1 DISCIPLINA LEGAL .......................................................................................... 57
3.2 Rol de los sistemas de investigación en la detención del manifestante ................ 61
4 CAPITULO IV ..................................................................................................... 67
4.1 GENERO .............................................................................................................. 69
4.2 Las escuelas de formación profesional para mujeres ........................................... 74
4.3 El miedo, de vuelta a antiguas estructuras masculinas ......................................... 75
5 CONCLUSION .................................................................................................... 77
6 Bibliografía ........................................................................................................... 80
vii
RESUMEN
Ante las constantes formas de expresión de inconformidad de la sociedad civil con las
políticas de nuevas leyes tributarias como la Ley de Herencias o la propuesta de
reelección indefinida para Presidente de la República, entre otras, planteadas desde el
Ejecutivo, entre los años 2013 y 2016, el Estado ha hecho presencia en cada una de las
manifestaciones a través de la intervención del grupo conocido como Policía Antimotines
ahora bajo en nombre de Unidad de Mantenimiento del Orden. Este tipo de
intervenciones han abierto nuevamente el debate del uso de la fuerza policial para reprimir
uno de los derechos fundamentales del ser humano, su libertad de expresión. Debate que,
en la década de los ochentas y noventas requirió la intervención de organizaciones pro
defensa de los derechos humanos para la investigación de la intervención de la fuerza
policial en delitos asociados con desapariciones forzadas, tortura y abuso. Sin embargo,
parte del programa para erradicar el abuso en el uso de la fuerza ha sido la inclusión de la
materia de Derechos Humanos como parte esencial de la formación de todos los policías
en el Ecuador. Dentro del tiempo que comprende este estudio, pretendemos entender el
uso de la fuerza como herramienta entregada por el Estado a su principal fuerza para
control del orden interno siendo ésta es la institución policial, haciendo un análisis desde
los orígenes de los conceptos de policía y fuerza, bajo diferentes perspectivas, para
finalmente entender y explicar de qué manera manejan esta herramienta los miembros de
la U.M.O. durante el control de una manifestación. Determinar cómo opera la disciplina
en la formación del sujeto policial y de que forma la sociedad civil es receptora de la
misma.
viii
TITLE: Analysis of the Progressive Use of the Police Force exercised by U.M.O between
the years 2013 and 2016
Author: Gina Cecilia Passato Burbano
Tutor: Dr. Alexander Amezquita Ochoa
ABSTRACT
Due to the constant forms of dissent expression of the civil society regarding to the
policies of new tax laws as the Inheritance Law or the proposal of the indefinite reelection
for President of the Republic, among others, proposed by the Executive, between 2013
and 2016, the State has been present in each of the demonstrations, through the
intervention group known as Anti-riots Police, currently known as Order Maintenance
Unit. These types of interventions have opened again the debate on the use of the police
force to repress one of the fundamental rights of the human being, the freedom of
expression. Debate that, during the decade of the eighties and nineties, required the
intervention of human rights pro-defense organizations to investigate the intervention of
the police force in crimes associated with forced disappearances, torture and abuse.
However, part of the program to eradicate the abuse in the use of force has been the
incorporation of the subject Human Rights, as essential part of the formation of all the
policemen in Ecuador. Within the time covered by this study, we intend to understand the
use of force as a tool delivered by the State to its main internal order control force, being
this, the police institution, making an analysis from the origins of the concepts of police
and force, under different perspectives, to finally, understand and to explain in which way
this tool is used by the U.M.O. members during the riots control. To determine how the
discipline operates in the police formation and in which way the civil society is its
recipient.
KEY WORDS: State, Public Order, Discipline and Human Rights
I hereby certify that the above is a true and reliable translation of the original document presented to me in Spanish.
Lucia Sandoval S.
I.D. 170584049-2
Certified Translator
American Translators Association - ATA Membership # 266444
ix
But even if the police officer of today did not
evoke the images of the past at all, he would still
be viewed with mixed feelings, to say the least.
For in modern folklore, too, he is a character who
is ambivalently feared and admired, and no
amount of public relations work can entirely
abolish the sense that there is something of the
dragon in the dragon-slayer.
Because they are posted on the perimeters of
order and justice in the hope that their presence
will deter the forces of darkness and chaos,
because they are meant to spare the rest of the
people direct confrontations with the dreadful,
perverse, lurid, and dangerous, police officers
are perceived to have powers and secrets no one
else shares.
Egon Bittner
Pero incluso si el oficial de policía de hoy no
evoca las imágenes del pasado en absoluto,
todavía sería visto con sentimientos encontrados,
por decir lo menos. Porque en el folclore
moderno, también, es un personaje
ambiguamente temido y admirado, y ninguna
cantidad de trabajo de relaciones públicas puede
abolir por completo el sentido de que hay algo
del dragón en el mata-dragones.
Porque están colocados en los perímetros del
orden y la justicia con la esperanza de que su
presencia disuada a las fuerzas de la oscuridad y
el caos, porque están destinadas a evitar al resto
de las personas enfrentamientos directos con los
terribles, perversos, espeluznantes y peligrosos,
se percibe que los oficiales de policía tienen
poderes y secretos que nadie más comparte.
Egon Bittner
10
Introducción
En Ecuador, a partir del año 2013, hemos podido evidenciar, cómo la fuerza pública ha
tenido mayor presencia en las calles, durante las manifestaciones y movilizaciones
realizadas por algunos sectores de la ciudadanía, no solo de la capital sino a nivel
nacional, con la finalidad de mantener el orden público durante estos eventos.
Fuente: Daniela Redrován
En muchas de las movilizaciones organizadas desde la sociedad civil, cuyo objetivo ha
sido el de manifestarse de manera pacífica, como es el caso de las marchas realizadas
cada 1ero de Mayo, se ha podido constatar la presencia de la Unidad de Mantenimiento
del Orden Público, sus siglas U.M.O. o anteriormente conocida como Unidad
Antimotines, cuya especialidad ha sido el control del orden público en eventos de
asistencia masiva, pudiendo ser estos un concierto, un desalojo o una manifestación.
11
Fuente: Daniela Redrován
El rol de la U.M.O. la lleva a mantenerse en constante contacto con la sociedad civil en
circunstancias poco comunes, como el de servicio urbano, cuya función es de patrullaje
a pie por las diferentes avenidas y calles de todo el territorio nacional, con el objeto de
que su presencia garantice la seguridad y respeto de los derechos de la ciudadanía en
general. En el caso de la U.M.O. su función de control del orden público los pone frente
a frente con la ciudadanía, en un sin número de escenarios en los que el orden público
podría verse alterado.
Muchas han sido las críticas efectuadas a través de ciertos medios de comunicación con
relación a la acción represiva de la Policía Nacional durante las manifestaciones entre los
años 2013 y 2016, en el campo del respeto a los derechos humanos, durante el ejercicio
de sus funciones, como por ejemplo la denuncia realizada por la organización Human
Rights Watch (HRW) en el mes de octubre de 2014, contra el estado ecuatoriano, en
relación al uso excesivo de la fuerza “empleado por la Policía de Ecuador en las protestas
del 17 y 18 de septiembre” del mismo año (EFE, 2014), en la que se cuestionaba no solo
la actuación de la policía, sino el apoyo recibido ante este comportamiento por parte del
presidente de la república, Rafael Correa. Sin embargo, una de las principales se basa en
un presunto abuso de autoridad o mal uso de la fuerza, entendiéndose esta como
instrumento para el cumplimiento del trabajo.
12
El comprender el concepto de “uso de la fuerza” es primordial para poder analizar el
trabajo de esta Institución y de sus miembros, ya que “la fuerza” puede ser entendida
como un atributo policial, lo que evidentemente debe estar encuadrado en parámetros de
legitimidad y legalidad, sin dejar de lado su trabajo con las entidades judiciales y demás
organismos de control.
Esta investigación analiza el proceso de instrucción e inducción del empleo del uso de la
fuerza durante una manifestación, manejo de crisis y derechos humanos por parte de los
miembros de la Policía Nacional, particularmente los que cumplen sus funciones en temas
relacionados con el mantenimiento del orden público. Para este efecto, es necesario
examinar cómo, los miembros de la U.M.O. entienden el “uso de la fuerza” de manera
individual, cómo opera la misma y de qué manera afecta su entorno laboral y familiar.
Este trabajo nace de la necesidad de ampliar el estudio de la ciencia policial en el Ecuador.
El material ya existente, ha abordado la actuación policial de manera general en torno a
la crítica a la aplicación del uso de la fuerza policial en procedimientos empleados para
la detención del delincuente, la investigación del delito y seguridad ciudadana, cuyas
conclusiones nos llevan al mismo sitio, abuso de autoridad, violación de derechos y
corrupción.
Considero poco analizado el trabajo de mantención del orden público en cuanto al
momento en el que se encuentran frente con frente el ciudadano y el policía. El riesgo, la
incertidumbre y por qué no decirlo el miedo, son lícitos en ambos frentes, tanto el del
manifestante que sostiene una pancarta como el del policía que sostiene su escudo. Visto
esto ya en el campo de enfrentamiento podría entenderse más claramente si invertimos
los términos, la pancarta como escudo en el caso del manifestante y el escudo como
pancarta en la función del policía.
Adicionalmente, es importante abordar nuevas perspectivas del trabajo policial en
Latinoamérica ya que si bien son muchos los trabajos que analizan la labor de la policía
en nuestro continente, muchos de estos se encuentran enfocados desde su rol estatal de
colaborador de la Función Judicial para el control del delito, dejando de lado otras
funciones como es el control del orden público en circunstancias de crisis.
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Para este efecto, debemos visualizar desde el interior de la Institución, no solamente la
parte teórica, sino también los diferentes procesos de formación por los que cada uno de
sus miembros deben someterse, así como la forma en la que los asimilan y los practican
para poder ser parte y mantenerse dentro de la institución policial y por qué no decirlo,
de una parte estratégica del Estado.
Una de las principales preocupaciones de la administración 2007-2017, desde sus inicios
en el año 2006, ha sido la profesionalización y equipamiento de la Policía Nacional, sin
embargo a partir del año 2011 una de las unidades operativas de esta institución ha
recibido un particular interés en estos dos aspectos, la Unidad de Mantenimiento del
Orden. Esta unidad operativa sufriría una transformación tan importante que la llevaría a
tener su propios espacio físico, su propia escuela de formación, sus propio equipamiento
logístico de última tecnología.
La función de la UMO, está encaminada al manejo de la población movilizada, es decir,
cuando un gran número de la población se aglomera pudiendo tener como finalidad el
asistir a un evento público, el exteriorizar alguna inconformidad general de un sector de
la población y cuyo desarrollo pueda desembocar en un conflicto que atente contra el
orden público y la seguridad ciudadana.
Estos dos elementos se encuentran comprendidos dentro del marco legal vigente, el
concepto de orden público está determinado como seguridad ciudadana en la Ley de
Seguridad Pública y el Estado, en su Art. 3, determina como deber del Estado el:
Promover y garantizar la seguridad de todos los habitantes, comunidades,
pueblos, nacionalidades y colectivos del Ecuador, y de la estructura del Estado,
a través del Sistema de Seguridad Pública y del Estado, responsable de la
seguridad pública y del Estado con el fin de coadyuvar al bienestar colectivo, al
desarrollo integral, al ejercicio pleno de los derechos humanos y de los derechos
y garantías constitucionales.1
1 Ley de Seguridad Publica, Asamblea Nacional del Ecuador,
14
Este último punto es primordial para logar un correcto desempeño de los servidores
policiales en el ejercicio de sus funciones, ya que la garantía de los derechos de la
ciudadanía está estrechamente relacionada con el correcto desempeño de los miembros
policiales y una aplicación efectiva de las leyes, por lo tanto, la pregunta de investigación
es: ¿Cómo es entendido el concepto de “progresividad” en el uso de la fuerza por parte
de los miembros de la U.M.O.?
15
Antecedentes
Ecuador, tras haber vivido en los 70 una dictadura, que, en comparación con otras
instauradas en Latinoamérica, no dejó secuelas de violencia en la población ecuatoriana
tan profundas como el caso chileno o argentino, como lo describen Gutiérrez y Villegas
"Cuando nos adentramos en las conductas y el estudio de las violaciones
a los derechos humanos cometidas por las dictaduras del Cono Sur de
América Latina nos sorprendemos de la brutalidad de sus procedimientos
en contra de la población. Sólo en la última dictadura militar argentina
(1976-1983) las fuerzas de seguridad, con la excusa de encontrarse en una
situación de guerra interna, dieron muerte entre 10.000 y 30.000
personas entre ellos muchos niños” (1998, pág. 19)
O como lo haría más tarde el gobierno de León Febres Cordero, cuando implementó las
políticas de seguridad nacional que movilizaron a la Policía Nacional y a otras
instituciones supeditadas al aparato coercitivo estatal como las Fuerzas Armadas para
mantener el orden público y la seguridad nacional.
Denuncias por brutalidad policial, mal procedimiento policial, tortura y desapariciones
forzadas, ponían en entredicho el respeto a los derechos humanos en nuestro país. La
creación de unidades como el desaparecido SIC o la creación de los “escuadrones
volantes” respondían a las necesidades de represión de aquel gobierno, poniendo sobre el
tapete la discusión acerca de los delitos de lesa humanidad, violación de derechos,
indebido uso de la fuerza y abuso de autoridad en la labor policial.
16
Fuente: valentedelmar.com
De ese tiempo a la fecha, muchos procesos sociales han ido madurando, al igual que sus
actores. Este proceso implicó en muchos casos resistencia tanto del lado el gobierno de
turno como de la oposición, conocido como periodo de “sospechosa paz” porque en este
lapso, mucha agua ha corrido entre el Estado y la sociedad civil: alza de impuestos, tarifas
de servicios básicos y transporte, conflicto limítrofe con nuestro vecino del sur,
inestabilidad monetaria, feriado bancario entre otros. Es decir, esta paz que vivíamos los
ecuatorianos era la misma paz bordeaba el avispero, porque existiendo inconformidad, la
gente pretendía mantener en calma el sistema democrático vigente ante cualquier otra
forma de gobierno.
“Si bien la Democracia no se asoció a la paz, desplazó a la violencia fuera de la
política, tildándola de anti-política, y connotándose como consenso y conflicto
racionalizado en el espacio político a través de la lucha electoral o escenificado
en el espacio público como debate argumentativo de ideas, cuyo horizonte común
era la democracia y la no eliminación física o simbólica de nadie”. (Lesgart,
2011)
Cada gobierno, en su momento, supo manejarse con remarcable discreción, tanto en la
aplicación de estas políticas, como en la forma de controlar las reacciones de la gente. En
esto, ciertos medios de comunicación jugaron un papel fundamental. Quien no recuerda
17
las cadenas nacionales en las que el presidente Rodrigo Borja posaba con traje de piloto,
o dentro del tanque de guerra, mientras los niveles de inflación bordeaban el 75%., o la
famosa imagen de Sixto Duran Ballén, en la que aseguraba no dar “ni un paso atrás”
mientras perdíamos acceso al río Amazonas.
Fuente: Diario El Telégrafo2
Mientras que los medios de comunicación proyectaban la imagen de un jurista consumado
como presidente y un hombre de principios, determinado a defender el territorio nacional,
la verdad era otra, pero ese tipo de imágenes se promocionaban (como lo hacen hasta hoy)
como motivo de orgullo nacional.
Esta presunta paz interna no suponía la inexistencia de coerción por parte del Estado, ni
tampoco de estabilidad política; por el contrario, el mantenernos en “democracia”, nos ha
llevado a las urnas, en algunos casos cada dos años, con su respectiva ola de
movilizaciones y desorden público, previo el derrocamiento del presidente de turno.
No han sido pocos los momentos en que la ciudadanía y el Estado se han enfrentado en
las calles, a través de movilizaciones en son de protesta para el rechazo de tal o cual
medida, por lo general de corte económico, y el Estado ha desplegado todo su aparato
represor para poder contener las mismas. Además, los eventos reprimidos por la fuerza
pública, tras haber sido calificado como violentos, han generado demandas que
implicarían la intervención y pronunciamiento de organismos internacionales.
2 https://www.google.com.ec/search?q=fotos+gobierno+Rodrigo+Borja&tbm=isch&source=iu&pf=m&ictx=1&fir=tE88WShseYnY8M%253A%252CfalNBlGT4LmAhM%252C_&usg=__sMvcbQmTTVpGp0ql87YyjAxV1K0%3D&sa=X&ved=0ahUKEwiuzeamjLPXAhXGIsAKHZybBawQ9QEINzAI#imgrc=tE88WShseYnY8M:
18
Debemos tener en cuenta que nuestro país, al igual que otros países del cono sur, fue
objeto de la aplicación de la doctrina de “Seguridad Nacional” la cual no terminaría con
la restauración de la democracia en los países que se encontraban bajo el sistema de
dictaduras, que es lo que se esperaba, sino que se mantuvo durante algunas décadas más,
tal vez no de manera oficial, pero si operaba al interior del Estado.
Adicionalmente, se implantaría nuevos modelos y con ello también nuevas políticas de
control estatal tanto interno como externo. Es así como el “Plan Cóndor” también contaría
con la participación de las Fuerzas Armadas para su ejecución, por lo tanto, es necesario
subrayar que su intervención ha sido indispensable para la aplicación de estas políticas y
para su mantenimiento durante el tiempo que duró este proceso.
Sin embargo, las fuerzas policiales, no tuvieron mayor participación en este tipo de
operaciones dada la naturaleza institucional tanto de Fuerzas Armadas como de la Policía
Nacional, como lo señala Bertha García Gallegos
“A pesar de que las fuerza policiales de la región no habían sido necesariamente
participes de los golpes militares, actuaron frente a las luchas urbanas y agrarias,
surgidas del descontento y la movilización popular y sindical que precedió las
dictaduras, al amparo de una perspectiva militarizada del orden público. Estas
condiciones, que motivaron después la entrada de los militares a combatir la
subversión armada, convirtió al espacio público en un ámbito de extremas
confusiones que pocas veces pudo distinguir entre la delincuencia común, las
acciones políticas protestatarias y la lucha armada" (2005, pág. 10)
Han transcurrido dos décadas de la fecha en la que, en busca de estabilidad política,
económica y social, llega al gobierno el Econ. Rafael Correa, con su propuesta de
reivindicación de los derechos laborales, sociales entre otros, reformas que afectaron el
sistema judicial, e incluso, reformaron la Constitución de la República del Ecuador.
En efecto, las reformas llegaron en controversiales sesiones en la Asamblea Nacional y
las respectivas posturas de oposición no se hicieron esperar. Reformas de corte
económico, laboral, fiscal y social generaron inconformidad no solo en sectores de
19
oposición sino también en la sociedad civil quienes se movilizaron para presentar su
inconformidad y rechazo a tales medidas.
Evidentemente, el poder Ejecutivo, ante las diferentes formas de expresión de
inconformidad presentadas por la sociedad civil, utilizó todo su aparataje estatal para
contener estas legítimas formas de expresión, a través de la intervención de la fuerza
pública y en casos más extremos como el Ejército Nacional tal es el caso del 30 de
Septiembre (30 S), fecha en la cual, algunos miembros de la institución policial y de la
fuerza aérea manifestaron su inconformidad ante medidas de corte económico, laboral e
institucional, que fueron aplicadas por el gobierno de turno. Con forme pasaban las horas
esta protesta cambio de tono hasta convertirse en una sublevación
Si bien los eventos sucedidos durante el 30 S no son tema de esta investigación, esta fecha
marca un antes y después dentro del manejo de la fuerza tanto militar como policial en
nuestro país, ya que este suceso puso al descubierto la fragilidad interna institucional por
la que se encontraba atravesando la policía en esos momentos. Como lo describe
Fernando Carrión, “Estos avances no resolvieron otros problemas con los que la Policía
Nacional llega al 30-S; uno de ellos, el alto nivel de fragmentación.” (Carrion, 2011).
Este evento sería el antecedente para la reorganización de la institución policial.
Principalmente, la representación legal, judicial y extrajudicial de la Policía la asumió el
Ministerio del Interior, mediante decreto ejecutivo No. 632, signado 11 de enero del 2011.
Posterior, la creación de normativas para uso de la fuerza como la creación del
“Reglamento de Uso Legal, Adecuado y Proporcional de la Fuerza para la Policía
Nacional del Ecuador”, según lo establece el acuerdo ministerial 4472.
Durante el periodo que concierne nuestra investigación, es decir 2013 y 2016, se han
registrado nueve movilizaciones, en las que ha intervenido la U.M.O. dejando un balance
de cincuenta y siete policías heridos y un policía muerto durante el ejercicio de su deber.
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TABLA No.1
Manifestaciones en la cuales ha intervenido la U.M.O. entre 2013 y 2016
Fecha Evento Afectados Resultados
octubre 2013 Explotación Yasuní Grupo Yasunidos No hubo detenidos ni heridos
1 de mayo 2013 Día del Trabajo Sectores Sindicales y
trabajadores en
general
No hubo detenidos
abril 2014 Inclusión del delito de Mala
Práctica Médica en el COIP
Colegio de Médicos No hubo ningún detenido
junio 2014 Ley de Aguas Agrupaciones
indígenas
No hubo detenidos
septiembre 2014 Reforma Laboral Sindicatos 126 ciudadanos detenidos 17
policías heridos
1 de mayo 2015 Día del Trabajo Sectores Sindicales y
sociales
No hubo detenidos
junio 2015 Ley de Herencias y Plusvalía Sociedad civil No hubo detenidos ni heridos
agosto 2015 Contra el Régimen y
Reelección indefinida
CONAIE, Médicos y
sociedad civil
98 policías heridos 1 estado
crítico. 111 ciudadanos
detenidos. (Diario El
Comercio, 2015)
Diciembre 2015 Segundo debate en la
Asamblea aprobación de 16
enmiendas constitucionales.
Sociedad Civil 18 ciudadanos detenidos. 13
policías heridos *
febrero 2016 Profesores y estudiantes
colegio Montufar
Relocalización de
profesores
4 menores aislados 6 policías
heridos
Noviembre
2016
San Carlos Panantza 32 indígenas Shuar 17 policías heridos 1
fallecido
Fuente: 3 Diario El Comercio4
No es motivo de esta investigación señalar culpables, tampoco librar responsabilidades,
pero si acercarnos a ese momento crítico en el que se encuentran frente con frente el
manifestante y el policía de la U.M.O., cada uno con su propia complejidad en torno al
“uso de la fuerza”.
3 http://www.ecuavisa.com/articulo/noticias/nacional/123466-protestas-contra-enmiendas-dejan-al-menos-18-manifestantes
4 http://www.elcomercio.com/actualidad/ocho-movilizaciones-regimen-rafaelcorrea.html
21
OBJETIVO
El objetivo general que deseamos alcanzar al estudiar el uso de la fuerza es lograr
describir la manera en que los miembros de la policía conciben esta herramienta otorgada
a la Policía Nacional para el control y mantenimiento del orden público, desde su parte
conceptual hasta la aplicación del mismo durante el control de manifestaciones de grandes
grupos humanos movilizados, así como el manejo y la aplicación de la progresividad en
el uso de la fuerza por parte de los miembros de la U.M.O.
Para esto deberemos identificar los componentes del concepto “uso progresivo de la
fuerza”, en los cuerpos legales correspondientes tanto nacional como internacionalmente,
para lo que nos apoyaremos en documentación especializada en el tema como el Informe
emitido por el Octavo Congreso de las Naciones Unidas Sobre Prevención del Delito y
Tratamiento del Delincuente, Reglamento de Uso Legal y Adecuado y Proporcional de la
Fuerza para la Policía Nacional del Ecuador, Describir las circunstancias objetivas y
subjetivas de los procesos de decisión sobre el uso de la fuerza, a través de las
experiencias de los integrantes de la U.M.O.
Para este efecto es importante remarcar que es deber de la Policía Nacional ejercer su
función apegados a las diferentes normas jurídicas vigentes vertidas a través de los
diferentes entidades y cuerpos legales como son la Constitución Nacional, en tanto
garante de derechos y deberes como ciudadanos. la Función Judicial, a través de la cual
se imparten las diferentes leyes que regirán el accionar tanto de los ciudadanos como de
la Policía Nacional, adicionalmente debemos tener en consideración que la policía como
institución pertenece a otra entidad superior como es el Ministerio del Interior, misma
que vincula al ejecutivo y la institución.
Es desde este canal que en el año 2011, se rediseñó la estructura organizacional de la
institución, mediante Decreto Ejecutivo No. 632. También, en el Acuerdo Ministerial No.
4472, de determina y delimita las acciones de la policía a través del Reglamento de Uso
Legal, Adecuado y Proporcional de la Fuerza para la Policía Nacional del Ecuador.
22
Unidad de análisis
El uso de la fuerza dentro del ejercicio de la funciones de la Policía Nacional, implica en
general a todas las unidades y los diferente servicios que brinda la Institución, ya que de
acuerdo a lo dispuesto en la Constitución Nacional de la República del Ecuador, son
funciones de la Policía Nacional el salvaguardar y mantener del orden público y de la
seguridad ciudadana, guardando respeto a los derechos humanos.
Sin embargo, nuestro interés se encuentra enfocado a una unidad en especial dentro de la
institución policial, la Unidad d Mantenimiento del Orden Público. U.M.O., ya que su rol
dentro de la policía es justamente el mantener y restaurar el orden antes durante y
posterior a una manifestación de tipo público y masivo, durante el cual orden puede verse
alterado.
Esta unidad policial ha experimentado un cambio, a nuestro parecer importante desde sus
orígenes, cuando era conocido como el grupo antimotines. Sin embargo, una peculiaridad
que mantenía este grupo era que, a este grupo eran designados los policías que habían
cometido algún tipo de falta, es decir, como nos lo ratificaron varios de nuestros
entrevistados, era una zona de castigo. Pero ¿dónde radicaba la pena a este castigo?
El ser designado a la C.M. (control de manifestantes) implicaba enfrentarse a una multitud
enfurecida, sin estar mínimamente preparado. Logísticamente portaban lo básico: casco,
escudo y tolete. Emocionalmente, al permanecer en la C.M., estaban enfrentando un
castigo por lo tanto su situación emocional era muy vulnerable. Técnicamente, estaban
en total desventaja porque la policía no capacitaba al personal en esta área. Por lo tanto,
el concepto de progresividad en este tipo de operativos era inexistente.
Los días de la antigua C.M., forman parte de la memoria los policías antiguos y solo es
una referencia para las nuevas generaciones. La relativamente nueva U.M.O. trabaja en
la personalidad de cada uno de sus miembros reforzando su identidad institucional
mediante la instrucción y formación. La inserción del área de derechos humanos en su
capacitación implica entender de otra forma el uso de la fuerza policial.
23
Metodología
Para la presente investigación hemos considerado necesario utilizar un enfoque
cualitativo, ya que la información a la que nos enfrentaríamos a lo largo de la
investigación debía fluir de forma natural por parte de los miembros de la U.M.O. Sus
experiencias, no solo los involucraban a ellos como autores sino también al ciudadano
manifestante, por lo tanto, estas vivencias debían ser interpretadas dentro del contexto no
solo político sino de su entorno en el que fueron desarrollando.
Dentro de este enfoque metodológico, se utilizó la entrevista para introducirnos a las
vivencias de este grupo social diverso no solo en su género, sino en su constitución
institucional como tal, oficiales clases y policías; jefes, subalternos, instructores,
antiguos, nuevos, hombres y mujeres.
Esta investigación de corte cualitativo, pretende conocer y estudiar la forma de
concepción de la fuerza por parte de los miembros de la Unidad de Mantenimiento del
Orden –U.M.O.- y su consecuente aplicación durante una manifestación; por lo tanto,
para la presente investigación he creído conveniente utilizar la entrevista como medio de
acceso a los testimonios de algunos de sus miembros, mismas que se realizará a varios
miembros policiales de la U.M.O., se entrevistó a ocho miembros del personal operativo
como fuente de información. Esto me permitirá el abordaje directo de su concepción sobre
conceptos fundamentales no solo de su instrucción sino de su disciplina.
Desde una perspectiva fenomenológica, es necesario hacer un análisis y crítica tanto del
manejo de la fuerza, progresiva o no, por parte de los miembros policiales y a través de
la búsqueda de recuerdos de experiencias, anécdotas y demás recuerdos que puedan
aflorar durante las entrevistas nos dará una real visión de cómo se encuentran manejando
lo aprendido en sus cursos de profesionalización y como esta experiencia cumulada va
generando nuevos conceptos o estrategias.
Estas entrevistas se realizaron previa la autorización del Comandante de la Unidad de
Mantenimiento del Orden, en las mismas instalaciones donde funciona la unidad en la
ciudad capital, donde se pudo observar muy de cerca, todo el equipo logístico con el que
cuenta la U.M.O. de la capital.
24
Así mismo se consideró seleccionar a nuestros entrevistados bajo ciertos parámetros muy
específicos. Dada la naturaleza de nuestra investigación, se consideró pertinente
entrevistar únicamente a personal operativo de la U.M.O., luego nos informaron que esta
unidad no cuenta con personal administrativo. Todos colaboran de manera ordenada en
las funciones que requiere la Unidad.
También se consideró la jerarquía dentro de la U.M.O., pues la cadena de mando dentro
de la estructura policial determina el flujo de información y de disposiciones desde el
grado jerárquico más alto hasta el más bajo. Se entrevistó a dos oficiales, uno en el grado
de Coronel y un segundo entrevistado en el grado de Subteniente, esto con relación a la
oficialidad. Con lo referente a la tropa, se entrevistó a uno de los miembros con el grado
Sargento Primero, próximo a jubilarse; a un Cabo Segundo, ex estudiante de la carrera de
Ingeniería en Sistemas de la ESPE y dos policías mujeres con edad promedio de 24 años,
una de ellas madre soltera.
De igual manera me apoyaré en los diferentes registros oculares como son los reportajes
tanto de prensa televisiva como prensa escrita, además de la investigación documental
como manuales, normas y reglamentos vigentes.
Otro parámetro importante es el género. La muestra abordó tanto la experiencia femenina,
como la masculina, ya que la presencia del pelotón femenino en una intervención es
necesaria, no solo por estrategia, sino por requerimientos legales. La aprensión de una
mujer, en la actualidad requiere de protocolos muy específicos como por ejemplo que el
respectivo registro o “cacheo” debe ser realizado por una persona del mismo sexo.
Adicionalmente, se ha revisado los manuales de instrucción con los cuales se realiza la
capacitación de los policías en ámbitos de Derechos Humanos, Curso de
profesionalización y especialización del personal de la Unidad de Mantenimiento del
Orden, como también se realizó la revisión bibliográfica de todas las fuentes jurídicas
sobre las cuales se fundamenta la disciplina policías y el ejercicio en sí de la labor
realizada por los gendarmes.
25
1 CAPITULO I
Introducción:
Para poder lograr un estudio de la fuerza policial, es necesario entender o tener claro qué
o quién es el policía, a que se dedica, cuál es su función; entender cuál es la relación
ciudadana – policía, y definitivamente cuál es su vinculación con el Estado. Tenemos
claro que la institución policía es una parte del Estado por lo que no nos encontramos
desvinculando a la policía del Estado, sino que para efectos de explicación hemos creído
necesario analizar cada elemento desde ópticas independientes para posteriormente
ratificarnos en sus diferentes formas de entramado. Ya que, como veremos adelante, se
va a llegar a comprobar la relación ineludible entre Estado - Policía - Sociedad Civil,
como elementos que giran en torno de la fuerza o que dinamizan la misma.
Hemos creído conveniente desarrollar este capítulo primero buscando las diferentes
corrientes que definan el concepto policía. Una primera constatación, es que la
producción desarrollada en Latinoamérica alrededor del concepto de policía, es escasa y
en general de poca profundidad, por lo que hemos buscado en los orígenes históricos de
la policía, lo que nos ha trazado varios rumbos. Francia, Alemania e Inglaterra nos han
brindado las primeras bases para este trabajo. Por lo tanto, cuando tratamos de una teoría
de la policía buscamos justamente eso, desentramar ese concepto que nos ayude a
entender de quién hablamos, si del sujeto o de la institución en sí.
Paralelamente a que conozcamos de qué maneras se puede concebir al sujeto o a la
institución, vamos introduciéndonos a su herramienta, la fuerza. Como si esta lo definiera
dentro de su rol social, aunque no necesariamente fue así. En el análisis que realiza
Foucault, sobre el concepto de policía desarrollado en el siglo XVII podemos encontrar
ya bien definido su rol estatal.
“se empezará a llamar “policía” el conjunto de medios a través de los cuales se
puede incrementar las fuerzas del Estado a la vez que se mantiene del buen orden
de éste. Para decirlo de otra manera, la policía será el cálculo y la técnica que van
26
a permitir establecer una relación móvil, pero pese a todo estable y controlable,
entre el orden interior del Estado y el crecimiento de sus fuerzas” (2014, pág. 357)
A lo largo del tiempo esta figura se ha ido adaptando en muchos casos por factores de
orden político, hasta llegar a la percepción que se tiene en la actualidad del sujeto policía
y de la institución a la que representa y al poder que encarna.
La fuerza en manos policiales necesita cumplir ciertos requisitos para poder ser ejercida
esos son la necesidad y la proporcionalidad. Nuevamente hay que definir cuáles son los
orígenes, sus alcances, sus limitaciones o limitantes. Tras estas variables se encuentran
organismos internacionales como Naciones Unidas, Cruz Roja Internacional, Derechos
Humanos entre los más fuertes. Recordemos que los orígenes de la fuerza están en la
guerra, por lo tanto, abordaremos desde allí los conceptos de necesidad y
proporcionalidad.
Una vez trazado el camino de cómo se entiende a la palabra policía y en su mano, la
herramienta llamada fuerza, entraremos el campo mismo de acción del sujeto policía, que
es el mantenimiento del orden público en una Teoría del Orden, en la cual ya no se debate
el quién sino el cómo la policía va ejerciendo la fuerza para cumplir su rol. La legalidad,
seguridad, el espacio público y la política
1.1 TEORÍA DE LA POLICÍA
Cuando hablamos de policía, muchas ideas surgen de ese imaginario colectivo forjado
por siglos; pero a la vez, no somos específicos si cuando decimos “policía” nos referimos
a la institución como tal o al sujeto que representa a la ley. Sin embargo, una cosa es más
probable, y es que lo relacionemos con la fuerza que su sola imagen representa. Esta
imagen de fuerza nos da muchas ideas de cómo este sujeto policía puede emplear la
misma y estas ideas se convierten en ventanas a través del cual evaluaremos al policía y
a la fuerza, creando nuevas percepciones de él.
27
Mirar todas las caras de la policía y pretender definirla, a mi parecer, no es posible. Sin
embargo, el estudio de su institucionalidad y su principal herramienta, la fuerza, nos
acercarán mucho a nuestra realidad latinoamericana de una policía que necesita adaptarse
a la modernidad en tanto sus procedimientos para mantener la paz interna, tanto a su rol
social, en cuanto a lo que la sociedad civil espera de ella.
Cuando hablamos de la policía hay que ser claros sobre quién o a qué nos vamos a referir,
ya que podríamos hablar de la institución dentro de su rol estatal como tal; o podríamos
hablar de la institucionalidad de esta figura, cuyos inicios datan de 1667, en Francia,
donde fue concebida como una fuerza armada.
“La revolución francesa no tuvo más remedio que retener la fuerza policial
establecida en 1667 por la monarquía absoluta, con su marca urbana de vigilancia
basada en la vigilancia del territorio y sus habitantes, manteniendo el secreto y la
malicia, protegida de las instituciones de control que la burocracia estaba
empezando a implicarse en este lado.” (Jobard, 2012)
De esta concepción surgiría posteriormente la policía inglesa, con serias modificaciones
en especial el momento de intervención. Posteriormente el modelo se acoplaría a otras
partes, incluyendo América.
Para analizar el uso de la fuerza es necesario estudiar los diferentes procesos de formación
de la policía como parte del estado, que se desenvuelve en el ámbito social a nivel global
desde sus orígenes en el Tratado de Westfalia y la constitución de los estados nación, en
el caso europeo, como lo refiere Foucault en relación a la razón de Estado de Botero quien
define al Estado como “dominación” “El Estado es una firme dominación sobre los
pueblos” (2014, pág. 277) Si hablamos de América, es oportuno notar que en la época del
incario ya había en la figura del “chapac” ese sentido de seguridad y vigilancia, cuyo rol
dentro de la sociedad inca era similar al que tiene en la actualidad la policía: la vigilancia
de bienes y el cuidado del orden público establecido, entre otros.
El uso de la fuerza es una herramienta otorgada por el estado a la policía para el
desempeño de sus funciones. Desde esta mirada weberiana de que “El Estado es aquella
comunidad humana, que en el interior de un determinado territorio reclama para sí (con
28
éxito) el monopolio de la coacción física legítima” (Weber, 1964, págs. 1056,1057), se
han proyectado la mayoría de estudiosos de la policía; sin embargo, hay que considerar
que las Fuerzas Armadas están enmarcadas en este concepto, aunque para objeto de
nuestro estudio abordaremos al uso de la fuerza desde el control interno del orden público;
es decir, desde la policía, sin dejar de lado su fundamento teórico fincado en la guerra, en
la cual se encuentra el génesis del uso de la fuerza.
Uno de los hechos que llama la atención a lo largo de esta investigación, es que no se
intenta conceptualizar a la policía en Latinoamérica. Mientras en el mundo anglosajón,
europeo, incluso norteamericano abunda la bibliografía sobre la policía, desde
perspectivas tales como Egon Bittner uno de los pioneros en estudios de sociología de la
policía, su función y su rol social, Jean Paul Brodeur especializado en criminología o
Peter Manning cuyos estudios se encuentran enfocados en el estudio del crimen y el
trabajo policial. Y en el caso de Michel Foucault quien va a abordar a la policía desde su
rol Estatal.
Existe una vasta bibliografía sobre la intervención policial a partir de la década de los
sesenta, donde la represión y la violencia policial darían paso a una de las páginas más
oscuras que viviría el sur de nuestro continente, la dictadura. Actualmente siguen siendo
únicamente bajo estas dos arenas, donde se debate el trabajo de la policía.
Remarcando lo anterior, la gran mayoría de estudios realizados sobre el rol de la policía
y el uso de la fuerza en el ámbito social, se han enfocado en el desempeño de su rol dentro
del estado (Bittner, 1970) (Dunham y Albert , 2004) (Fassin, 2012) (Gabaldón, 2006)
(Jobard, 2012), siendo este el patrullaje la esencia de la vigilancia, la investigación y
represión dentro de lo que enmarca la legalidad de este rol, como los límites de la fuerza,
las formas en la que se puede presentar y la conveniencia de usarla.
Uno de los principales referentes de la investigación de asuntos policiales es el etnógrafo
Egon Bittner, quien va a iniciar su trabajo analizando la perspectiva popular desde donde
se evalúa la labor policial, calificándola como una “ocupación contaminada”, (Bittner,
1970) p.7) por lo que el policía fue temido antes y es temido hoy, ya que se ha creado, en
el imaginario colectivo, una figura del policía que evoca el misterio entre lo que se ve, lo
29
que es y lo que oculta. Esta imagen es muy difícil revertir, pero para Bittner, tampoco es
de mucha preocupación para la policía.
Para el estudio de la policía y el uso de la fuerza, proponemos como punto de partida la
postura de Bittner, quien va a plantear lo que posteriormente se conocería como el
Paradigma del Uso de la Fuerza Policial (P.U.F.P.), y es que el uso de la fuerza constituye
el “núcleo del rol policial” (Jobard, 2012) (traducción mía), es decir, es potestad
únicamente del policía hacer uso de la fuerza de acuerdo a una situación específica que
la amerite.
Este paradigma se encuentra estrechamente ligado a lo planteado por Weber, quien nos
brinda luces sobre el tema, diciendo: “El Estado es aquella comunidad humana, que en
el interior de un determinado territorio reclama para sí (con éxito) el monopolio de la
coacción física legítima” (Weber, 1964, págs. 1056,1057). Sus estudios fueron enfocados
principalmente a la labor que desempeña la policía dentro de la sociedad, aunque si llega
a criticar las competencias en las que se verá comprometido su rol y las respectivas
consecuencias.
Para Bittner (1970, pág. 39), quien realizó sus estudios basándose en el trabajo de
patrullaje de la policía de los Estados Unidos, en los años sesenta, el rol policial es un
“mecanismo” mediante el cual se va a distribuir la fuerza, de acuerdo a las circunstancias
que amerite su despliegue; es decir, la policía cumple un sin número de roles, en muchos
de los cuales ni siquiera llegará a hacer uso de la fuerza; sin embargo tiene la capacidad
de hacerlo. Dependerá de su juicio el determinar la situación en la que lo haga.
Esta concepción de Bittner nos acerca a la reflexión sobre el concepto que Foucault daría
sobre el poder en su clase del 11 de enero del 78, en la cual describe al poder como un
mecanismo empleado para consolidar el poder. (2014, pág. 16), y es que, en efecto,
Bittner va a utilizar el término “mecanismo” para describir el rol de la policía, un
mecanismo de “distribución de la fuerza”, no únicamente física sino del poder Estatal.
Otra postura sobre la cual trabajaremos a lo largo de la investigación es la de J.P. Brodeur,
quien, en contraposición con Bittner, va a abordar el trabajo policial no desde la actuación
en sí; por el contrario, trabajará desde la figura de la competencia de la policía desde el
30
estado, como una figura poseedora de poder, en su análisis del P.U. F. P., “la característica
central del paradigma es que el uso de la fuerza no se concibe como fuerza en acción, sino
como un poder o capacidad para actuar” (Brodeur:2010, p.122).
Otra visión de la policía es la planteada por Peter Manning (2010) que va a trabajar desde
la imagen creada alrededor del agente policial. Su poder no radica en la fuerza per se, sino
en todo lo que esta representa, no solo actualmente, sino toda esa carga histórica que lo
precede y al que se debe, lo que generará en la población no sólo temor sino también
animadversión, no a la persona en sí, sino al poder que se encuentra representando y su
seguridad para aplicarlo.
Fuente: Daniela Redrován
El tema de poder dentro del ámbito policial es ampliamente debatible, ya que si bien el
policía representa un poder, lo personifica, pero no es poseedor del mismo, justamente
por su relación con el Estado. Es decir, el policía se encuentra en representación del poder
que tiene el Estado para controlar el orden y es a través de la policía y de cada uno de sus
miembros que puede visualizarse y sentirse dicho poder.
La policía como institución no ejerce su función de manera independiente o autónoma.
El poder lo tiene de manera absoluta el Estado y la policía está consciente de la obediencia
y no deliberación en su rol, lo menciona el numeral 2 del manual de Doctrina Policial de
31
la República del Ecuador, en la que se define a sí misma como “una institución estatal,
obediente y no deliberante”.
Tanto Bittner como Brodeur, dentro de su necesidad de darle una definición a policía,
retroceden hasta sus fuentes etimológicas griegas en el que la “polis” referencia a la
ciudad como el espacio en el que era posible vivir; es decir. Reunía todas las condiciones
para hacer habitable el espacio entre personas. Dos de esas condiciones, indudablemente
son la seguridad y la paz.
Finalmente, Brodeur va a definir la palabra “policía” haciendo inicialmente una
aclaración dentro del uso de la palabra “policing” traducida al español como
“vigilancia”, y “policing agent” como la persona que vigila, es decir el “oficial de
policía”, a quien lo va a definir como:
“parte de varias organizaciones conectadas autorizadas a utilizar de maneras más
o menos controladas diversos medios, generalmente prohibidos por ley o
regulación para el resto de la población, con el fin de aplicar diversos tipos de
reglas y costumbres que promueven un orden definido en la competencia,
considerado en su totalidad o en algunas de sus partes” ( (Brodeur, 2010, p. 130).
Ahora bien, hemos planteado las miradas desde la actuación policial y desde la
competencia de la institución. Peter Manning (2010), nos aporta con una lectura
diferente, trabajando desde la perspectiva del riesgo que enfrentan los agentes en las
calles, lo que implica ser policía en la cotidianeidad. Su investigación al interior de la
policía, nos proveerá del sentido del mantenimiento del orden desde con un enfoque
político. Es decir, la presencia del agente policial como marco del orden estatal como
figura de autoridad pública.
Adicionalmente, Brodeur mencionará los medios que usará la policía para obtener sus
fines, no autorizados a otros ciudadanos. Y es que, separándonos de la U.M.O. por un
instante, el policía 5 es el único servidor público autorizado a portar armas sean
5 El militar también porta armas bajo la doctrina del monopolio legítimo de la violencia por parte del estado, pero en condiciones diferentes, frente a enemigos externos y sólo bajo condiciones de emergencia colaboran con las labores de mantenimiento del orden público. Además, por el tipo de acción
32
contundentes o de fuego, a ejercer fuerza física para cumplir la función para la que se le
emplea, siempre y cuando se cumplan los parámetros de necesidad y proporcionalidad
para su efecto. Hablemos entonces de estos medios a utilizar y los fines a conseguir.
A lo largo de la revisión bibliográfica, pude entender que el estudio al que es sometida la
policía sigue siendo la vigilancia, pero ¿con qué objetivo? El producto final del trabajo
policial referente a la vigilancia es la información generada del comportamiento de
quienes son vigilados. Planteando desde otro ángulo, estamos siendo observados
constantemente por la policía quienes son los ojos del estado bajo un concepto de
prevención del delito. Esta información que es conocimiento, es procesada para luego
volverlo clasificatorio.
Foucault nos da luces sobre este tema cuando, no solamente en el sentido de clasificación
sino en la generación de conocimiento y su consecuente uso, en su análisis sobre la policía
y el equilibrio europeo, donde nos dice que: “La policía hace necesaria la estadística, pero
también la hace posible. Pues el conjunto de los procedimientos introducidos para
acrecentar las fuerzas, combinarlas, desarrollarlas, todo ese conjunto administrativo, en
suma será precisamente el que permita señalar en cada Estado en que consisten las fuerzas
y donde se encuentran las posibilidades de desarrollo… La Estadística es el saber del
Estado sobre el Estado”. (Foucault, 2014, pág. 361)
1.2 BREVE MIRADA AL CASO ECUATORIANO
Es así como la policía nacional del Ecuador, ha implementado un sistema de registro de
datos a nivel nacional llamado “DAVID”, a través del cual se puede evaluar
estadísticamente el nivel de delincuencia de un sector determinado, con la finalidad de
implementar nuevas estrategias de vigilancia y control del delito en todo el país.
Adicionalmente, todo el personal operativo desplegado en las calles está siendo
monitoreado, al igual que todo su parque automotor, vía satelital. Cada movimiento es
que desarrollan en contextos de guerra, sobre ello opera el derecho internacional humanitario y no los parámetros de necesidad y proporcionalidad.
33
planificado, debe ser registrado mediante informes diarios. Los partes ya no son físicos
sino digitales, esto agilita la gestión judicial en el caso de una detención ya que, el informe
en cuestión es enviado vía internet a la autoridad competente, para el trámite legal
pertinente.
Como podemos ver, todo lo referente al delito está siendo evaluado y contabilizado, sin
embargo, este tipo de información no es de mucha ayuda para el trabajo de la U.M.O.,
ya que la manifestación no es un hecho cotidiano, sino esporádico. Sin embargo, otros
son los medios de obtención de información de esta unidad, los informes de
inteligencia.
Avanzando en la investigación abordaré la importancia que tiene los informes de
inteligencia para las unidades encargadas del mantenimiento del orden público, dentro
del control de multitudes. El contenido de estos informes podría determinar el éxito de
una estrategia para el uso de la fuerza.
1.3 NECESIDAD Y PROPORCIONALIDAD COMO FUENTES DE LEGITIMIDAD DEL USO
PROGRESIVO DE LA FUERZA
Dentro de la amplia discusión mantenida por siglos sobre el uso de la fuerza para
mantener la paz, un parámetro importante es el de la necesidad para el uso de la misma.
El recurso de la guerra siempre ha estado vigente entre reinos, naciones y estados, más
que una alternativa, como un derecho fincado en la soberanía, por lo tanto, había que
recurrir a la creación de una normativa entre naciones que regule tal beligerancia.
Evidenciando lo anterior tenemos lo planteado por William E. Hall, en su “Treatise on
International Law” en la interpretación de Gardam, en la que plantea que una guerra no
puede ser detenida bajo aspectos de legalidad o ilegalidad, es inminente en cuanto al
derecho de cada nación. (2004, pág. 5)
Durante décadas, entidades como la ONU y Cruz Roja Internacional han intentado
precisar parámetros bajo los cuales se pueda poner límites a la beligerancia propia de la
34
raza humana6 y el Uso de la Fuerza, tanto en conflictos de orden externo como interno.
En el caso de la creación de la Cruz Roja, por ejemplo, su creación como institución data
de 1863 y responde a las necesidades de auxilio a los heridos en el campo de batalla
mediante la creación de grupos de voluntarios. Así mismo dio inicio a la creación de los
Convenios de Ginebra en los cuales en primera instancia, en 1864, velaba únicamente de
los militares heridos en el campo de batalla, hasta su reunión celebrada en 1949, en la que
se considera no solo a los militares, sino que incluye a los enfermos, náufragos,
prisioneros de guerra y protección de civiles, esto como resultado de la evaluación de la
primera y segunda guerras mundiales.
En el caso de la O.N.U., su primer intento de formación fue la Sociedad de Naciones cuyo
objetivo fue el manejo de las relaciones internacionales a fin de alcanzar y mantener la
paz, lo que no fue posible y nuevamente el mundo enfrento la Segunda Guerra mundial,
para 1945 surge una vez más la necesidad de una nueva organización que maneje, a través
de convenios, las relaciones entre estados comprometidos con la paz, así nace O.N.U.
Como podemos ver, ha sido la guerra la que ha gestado la creación de estas dos
instituciones mundiales que, en búsqueda no solo de evitar los conflictos entre estados
como es el caso de O.N.U, intenta poner reglas para que los conflictos tanto internos como
externos de los Estados no alcancen a sectores desprotegidos.
El compromiso de las naciones adscritas a O.N.U. y a Cruz Roja Internacional mediante
la firma de tratados, convenios y acuerdos entre naciones a nivel global, así como velar
por el cumplimiento de las mismas y que el Uso de la Fuerza, más que ser considerado
un recurso sea visto como una medida extrema para el mantenimiento y/o restauración
del orden público, pues su aplicación pone en riesgo uno de los derechos fundamentales
del hombre como es el derecho a la vida, por lo que ha sido necesario la creación de leyes,
normas, reglamentos, que delimitan la acción policial dentro del marco de respeto a la
vida y el mantenimiento del orden.
6 Brodeur cita un texto de La Mare (1722:1), en el que señalaba que las pasiones
humanas sería la causa de quiebre en el orden social, lo que llevaría a la creación de
leyes (2010:19)
35
¿Es necesario usar la fuerza para alcanzar, mantener y preservar la paz o el orden público?
¿Cuánta fuerza es necesaria? ¿Cómo saber cuál es el nivel mínimo y el máximo? ¿Como
saber cuándo detenerse?
1.3.1 Necesidad
En los intentos por definir la fuerza en el desempeño policial me acerco a sus diferentes
facetas, una de ellas el abuso, en su punto máximo entendido como violencia, lo que a su
vez me exige determinar o definir los niveles o límites de la fuerza, pero principalmente
la necesidad de su uso.
Nuevamente Bittner, va a ampliar este concepto, acercándonos un poco más a los límites
comprometidos en el uso de esta herramienta llamada fuerza, practicados en la actualidad
por todas las entidades coercitivas de un Estado. “Antes, el cumplimiento estaba
garantizado por la presencia física y poder armado, ahora se basa principalmente en la
persuasión pacífica y cumplimiento racional.” (Bittner, 1970) Hay que tener en cuenta
que el objetivo dentro de todo este debate del uso o no de fuerza, está el alcanzar la paz,
lo que resulta altamente paradójico, ya que hay que ejercer fuerza para lograr dominar al
“otro” en pro de mantener la paz para convivencia de ambos.
Tanto el concepto de necesidad como el de proporcionalidad han sido ampliamente
discutidos dentro del concepto de fuerza, como lo hace Judith Gardam (2004), en un nivel
macro, observando desde un marco legal internacional como lo es el Derecho
Internacional Humanitario o sus siglas en inglés I.H.L.
En este concepto de necesidad, como lo habíamos dicho en un inicio, la guerra es la fuente
teórica de la fuerza; por lo tanto, debe ser analizada con conceptos acordes a este terreno
como son el concepto de ius in bello, como legislación para el uso de la fuerza en su
práctica o práctica de la guerra justa y el concepto de ius ad bellum como la legislación
en el uso de la fuerza o las causas que justifican legalmente la guerra.
36
Dentro de este contexto, los dos ejes del uso de la fuerza, como necesidad y
proporcionalidad son explicados como: La necesidad en la actualidad es firmemente
establecida como un componente de legitimidad de la autodefensa. Además, es asumido
que, cualquier acción fuerte debe ser a modo de último recurso en otras situaciones en
que los estados afirman el derecho de usar la fuerza unilateralmente. La pertinencia de la
necesidad en el contexto de la fuerza en el marco de la Carta de las Naciones Unidas, el
esquema no termina allí. El requerimiento de la necesidad juega un papel en el sistema
de seguridad colectivo. (Gardam, 2004, pág. 6)
El concepto de “necesidad” en el Reglamento de uso legal, adecuado y proporcional de
la fuerza para la Policía Nacional del Ecuador, determina “El uso de la fuerza que es
necesario únicamente cuando otros medios resulten ineficaces o no garanticen de ninguna
otra manera el logro del objetivo legal buscado.” Adicionalmente, en su en el Art. 2 que
habla de la “Facultad del uso de la fuerza” que entro en vigencia a través del 16 de Julio
del 2014, indica que la intervención de la policía debe darse únicamente como reacción
ante una acción previa entendida como amenaza.7
Recordemos que la acción policial es de carácter preventivo. En otras palabras la
necesidad nos indica que, una vez alterado el orden y que medios como el diálogo se
agotaron, el uso de la fuerza es la siguiente opción para restablecer el orden.
Fuente: Daniela Redrován
7 Acuerdo Ministerial 4472, Expedición del Reglamento de uso legal, adecuado y proporcional de la
fuerza para la Policía Nacional del Ecuador, firmado por el Ministro del Interior José Serrano el 10 de
julio del 2014 y comunicado desde la Comandancia General a todas las unidades y dependencias
policiales para su cumplimiento el 16 de julio del 2014.
37
La necesidad de hacer uso de la fuerza siempre va a depender de la legitimidad basada en
la autodefensa, el policía actúa en función del ataque del “otro” y su reacción irá acorde
a la fuerza que ejerzan los manifestantes, lo que es conocido como progresividad; es decir,
el avance de la fuerza debe ser realizado de manera gradual, pero en proporción a lo que
va a enfrentar, lo que nos lleva al segundo eje de la fuerza, la proporcionalidad.
1.3.2 Proporcionalidad
Una vez establecido el carácter de necesidad, es preciso entender la complejidad que
puede implicar la aplicación de la fuerza en una determinada situación, por lo que se
recomienda siempre usar la mínima fuerza necesaria. Para Brodeur, existen dos requisitos
para la aplicación de la fuerza, en el primero dice que la fuerza debe ser usada en el menor
número de circunstancias posibles. Y segundo, una vez tomada la decisión de utilizar la
fuerza, reducir la intensidad de la misma. (Brodeur, 2010)
La misma autora nos da las pautas sobre su concepción: “Hoy en día, la proporcionalidad
en el DIH consiste en reglas altamente desarrolladas que prohíben ataques
desproporcionados y medios y métodos de guerra que causan lesiones superfluas o
sufrimientos innecesarios”. (Gardam, 2004, Traducción propia).
En el caso de la policía de Ecuador, su formación, acorde a los manuales de
procedimientos, no se le permite portar armas de fuego para contener una manifestación,
sin embargo, es permitido portar armas contundentes como el PR-24 conocido como
“tolete”, el cual es el segundo recurso a utilizar cuando se rompe la barrera humana que
va a “contener” a los manifestantes y el ataque puede tornarse inminente. Nuevamente
vemos aquí el recurso de la autodefensa.
La progresividad entendida desde la mirada policial es el método para poder ejercer de
manera gradual la fuerza y “es proporcional cuando existe un equilibrio entre la gravedad
de la amenaza y la cantidad de fuerza empleada, para alcanzar el objetivo legal deseado”.8
8 http://principiodelusodelafuerzadiegogenovez.blogspot.com/2012/07/uso-de-la-fuerza-en-primerlugar-es.html
38
El uso de la fuerza es el ejercicio de la misma o aplicación de esta. Este uso no se da de
manera espontánea sino más bien de manera gradual. La aplicación de la palabra “fuerza”,
desde los manuales de formación policial, es entendida como “el medio a través del cual
la policía logra el control de una situación que atenta contra la seguridad y orden público,
la integridad o la vida de las personas dentro del marco de la ley”. La fuerza, así definida,
debe aplicarse mediante un acto discrecional, legal, legítimo y profesional.9
Si la fuerza es el “medio” quiere decir que existe un “fin” a alcanzarse a través de este
medio. En efecto, este fin es el mantener el “orden público”. Lo que nos lleva a cuestionar
sobre su necesidad de aplicación de este medio para alcanzar dicho fin. Las condiciones
en las que se aplica este medio son las determinantes de su aplicación ya que la fuerza no
es un medio estático, sino variable. El “uso progresivo de la fuerza” debe cumplir con
ciertos requisitos básicos para poder ser aplicado, como son la proporcionalidad,
legalidad y necesidad.
El mantener el orden público y la paz, es un derecho de todos los ciudadanos, sin embargo,
cuando una parte de la ciudadanía decide ejercer su derecho a la libre expresión mediante
una manifestación de tipo público, este orden y paz pueden verse alterados, debido a lo
incierto que se puede tornar una manifestación. En otras palabras, si el orden se mueve
porque la ciudadanía se mueve, la policía se mueve con ellas, en la misma proporción y
espacio.
Con relación a la legalidad, es conceptualizada como “todos los actos que realiza el
efectivo policial en el cumplimiento de su función, deben estar amparados en las normas
legales (ley, reglamentos, directivas, entre otras)10”. Es decir, el funcionario policial debe
hacer uso de la fuerza únicamente para la obtención de un objetivo legal.
Para objeto de este estudio, es necesario abordar el uso de la fuerza desde la mirada
policial, a través de sus fases de formación y profesionalización ya que es durante este
9 Manual de Derechos Humanos aplicados a la Función Policial. P.106 10 Ibid.
39
proceso que, conceptos fundamentales como el de fuerza, necesidad, proporcionalidad y
orden, se conjugan con otro de los factores primordiales de la fuerza que es su capacidad
de decisión.
Si bien los conceptos están claramente definidos, las técnicas probadas y los límites
fijados para el policía, entender el uso de la fuerza es un factor determinante en la
formación del servidor policial en la aplicación del recurso “fuerza” para el
mantenimiento del orden público sin dejar de lado el respeto a los derechos humanos.
Estudiosos como Bittner, Brodeur o Manning han trabajado el tema del uso de la fuerza
desde el producto final generado por la disciplina, es decir, el sujeto formado o
disciplinado como lo determinan los diferentes manuales a través de la instrucción o en
el caso de otros entendidos, desde perspectivas generadas en el trabajo en sí como el
patrullaje, la investigación, etc.
Adicionalmente, los trabajos tanto sociológicos, como de corte legalista sitúan el rol
policial entre lo político y lo social, por su ubicación en el entramado social como
representante de la ley y el orden y a su vez, por reafirmar al Estado que lo legitima.
Esta postura tiene su origen en la historia misma de la policía. Un ejemplo de ello es el
caso de la policía formada en los Estados Unidos. Los orígenes de las fuerzas del orden
estaban financiadas por los terratenientes o por políticos interesados en implantar un
orden social afín a sus intereses y un orden jurídico que aún no estaba completamente
establecido.
La fuerza como figura de control nace justamente como respuesta a la falta de acuerdos
entre seres humanos. En este antiguo debate de cómo obtener la paz, Alpert y Dunham
van a relacionar con el contrato social en el sentido de que “Tal fuerza, se percibe como
equitativa, una consecuencia legítima de un individuo que sale del contrato social que une
a cada uno de nosotros” (Dunham y Albert , 2004, pág. 19)
Es decir, la intervención de una figura de autoridad se volvía indispensable, cuando
el orden y la paz públicos se veían interrumpidos por quienes tenían que ser controlados
como alcohólicos, ladrones o trabajadores, en algunos casos migrantes. Muchos de ellos,
40
obviamente, ofrecían resistencia a las detenciones, sea por su situación misma de
encontrarse cometiendo un delito y consecuentemente serían sujetos de sanción o en el
caso de los borrachos, que también rompían el orden con su algazara o cualquier mal
comportamiento vinculado a su estado etílico.
En ambos casos, la sociedad civil justificaba el uso de la fuerza para la aprehensión de
este tipo de ciudadanos que se encontraban fuera de la ley. De esta manera, se consintió
el uso de la fuerza para el control del orden público con la aprobación de la población en
general, lo relatan Alpert y Dunham (Dunham y Albert , 2004).
Es decir, el rol de la policía en sí, no es la investigación del delito o la persecución del
delincuente, su aprehensión, etc.; por el contrario, su función primaria es la de mantener
el orden público. En concordancia a lo dicho por Alpert y Dunham, el orden público
podría ser producto del contrato social o en tal caso sería el ideal social de Hobbes cuando
hablaba de salir del estado de naturaleza.
De igual manera, Michael Banton, otro cientista social, refuerza esta idea diciendo:
"El policía en patrulla es principalmente un" oficial de paz "en lugar de un" oficial de la
ley". Relativamente poco de este tiempo si se aplica la ley en el sentido de arrestar a un
delincuente; mucho más se gasta "manteniendo la paz" supervisando el ritmo y
respondiendo a la solicitud de asistencia " (Banton 1964,127, citado en Jobard: 2012, p.
6)
La escuela norteamericana ve el uso de la fuerza policial como una interrelación policía
ciudadano, con las mismas obligaciones y responsabilidades. Encontramos una clara
relación entre este modelo y la creación de las unidades de policía comunitaria en nuestro
país. El trabajo mancomunado de la policía y la gente que habita en un sector determinado
ha dado como resultado el estrechar lazos de confiabilidad entre ciudadano – policía.
En el contexto Latinoamericano, siguiendo con nuestro análisis sobre la policía y el uso
de la fuerza, se mantiene esta tendencia anglosajona de abordaje del tema policial. Los
41
estudios y análisis realizados sobre el tema policial se encuentran direccionados al estudio
de los policías y el uso de la fuerza ejercida durante el patrullaje y detención del
delincuente.
Uno de los análisis de tipo estadístico es el propuesto por J.C. Ruiz Vásquez, quien hace
un acercamiento comparativo entre algunas policías de Europa, América del Norte y
latinoamericanas, en las que se compara su situación salarial, sus niveles de aceptación
y credibilidad, su estructura jerárquica y nivel de riesgo enfrentados durante su trabajo.
Su análisis nos revela una realidad regional institucional que es la complejidad de la
estructura de las instituciones en Latinoamérica, donde se ventilan problemas de clase,
género y por supuesto el político, calificando a las organizaciones policiales como
“organizaciones claramente oligárquicas” (Vásquez, p.23).
Es importante citar el trabajo de Luis Gabaldón (2006), ya que dada la coyuntura política
por la que se encuentra pasando Venezuela, su país de origen, desde hace ya mismo dos
décadas, febrero de 1999, su enfoque sobre la policía y el uso de la fuerza es bastante
amplio. Su participación en la Comisión Nacional para la Reforma Policial, inicia con la
crítica a la norma vigente calificándola imprecisa lo que va a generar inconformidad entre
los miembros policiales por su entrenamiento.
Surge nuevamente la necesidad de fijar un marco legal que regule el uso de la fuerza, pero
antes de regular su acción hay que delimitar su uso. La legítima defensa al parecer suele
ser la más usada de las justificaciones para el uso de la fuerza por lo tanto plantea una
revisión de los manuales y políticas vigentes para que desde la escuela de formación se
realice una reestructuración de la policía y sus miembros. (Gabaldón, 2006, pág. 164)
Nuestro estudio deberá encaminarse por la concepción de lo policial, sus fuentes y sobre
todo su gente, es decir, quienes conforman los cuerpos policiales, cómo entienden su
trabajo y cómo entienden y aplican el uso de la fuerza, sus componentes y variables como
la necesidad, proporcionalidad y violencia.
Conceptualizar la policía no es tarea fácil, en general no existe un concepto que pueda
usarse para definir a la policía de manera global, esto puede entenderse, ya que si bien
42
las fuentes de donde surge esta figura podría situarse en Europa, su adaptación en los
diferentes Estados debe asimilar las variables locales que lo complejizan aún más,
factores como la forma de gobierno, la religión y la economía nos hacen una referencia
de una Policía Religiosa en Arabia por ejemplo, encargada del control de la moral. Otro
ejemplo es la Gendarmería del estado Vaticano, que es definido como cuerpo militarizado
con funciones de policía, Estos ejemplos nos llevan nuevamente al debate de
conceptualizar a la policía desde la función que desempeñan. Es ese sin número de
variables que no permiten globalizar el concepto, por ello es necesario trabajarlo a nivel
particular o mejor dicho local.
Latinoamérica maneja su propia problemática no solo política, también geográfica,
étnica, lingüística entre tantas otras más, siendo estas variables las que deberían ser
incorporadas a los intentos de conceptualización de la policía ecuatoriana, para una
comprensión más amplia de la misma.
Otra mirada latinoamericana sobre la policía y el uso de la fuerza es la de Aparicio Barrera
(2016), quien nos ratifica el hecho de la falta de interés de estudiar a la policía en
Latinoamérica, por diversas razones, muchas de ellas compartidas con los estudiosos
antes revisados. Sin embargo, un hecho salta a la luz de entre su análisis y es el papel que
jugaron los cuerpos policiales durante las dictaduras, hecho que lo habíamos mencionado
al inicio de este estudio.
Este antecedente histórico, compartido entre países de Centro y Suramérica, ha forjado
una especie de lápida sobre las instituciones policiales y militares, donde pocos se atreven
a desenterrar un pasado a menos que sea para vincularlo con actuales problemas
generados por de estas dos instituciones. Tampoco existe un interés al interior mismo de
la institución por explicarse o definirse a sí misma fuera del contexto de Estado. (Barrera,
2016, pág. 121)
En nuestro continente, la policía comparte muchos ejes no solo históricos, sino también
teóricos en cuanto a su creación; sin embargo, parte de la dificultad para el aporte de
nuevos estudios locales es justamente que los modelos en varios países de América del
Sur no son los mismos. Es decir, si bien las instituciones policiales mantienen esta base
weberiana de relación con el estado, su estructura y función pueden variar drásticamente
43
de acuerdo al país y su propia complejidad. Por poner un ejemplo, la figura policial que
tiene Brasil, no se asemeja a la que tiene Venezuela. Esta es una mirada, desde el Proyecto
GPSF No. 07-184, de la Red de Seguridad y Defensa de América Latina. (2009, Pp. 83-
86)
Durante una investigación realizada por Gabaldón, un dato saltó a la vista de los
investigadores. Para la policía del Brasil, el uso de la fuerza era manejado como primera
opción para evitar el desarrollo de una acción peligrosa. Es decir, su concepto de
prevención era detener cualquier acción antes de que escalara, mediante el uso de la
fuerza. (Gabaldón, 2006, pág. 162)
Para Didier Fassin (2012), la misión policial está determinada en dos partes, el
mantenimiento del orden y el control de la delincuencia. Además, coincide en que la
problemática local de cada nación vuelve amplio el análisis sobre el trabajo policial,
situando ejemplos como la muerte de Michael Brown, en manos de un policía en Ferguson
Estados Unidos y la represión a los pueblos indígenas en Ecuador durante
manifestaciones, lo que no viabiliza el análisis sobre la función desempeñada por los
gendarmes. (Fassin, 2012, pág. 16)
El poder entender desde el interior de la institución policial y más específicamente desde
sus filas, el proceso de inducción e instrucción sobre el manejo del uso de la fuerza y su
aplicación durante una manifestación de tipo masivo y su consecuente estrecha relación
con los derechos humanos, nos lleva a buscar sus principales fuentes no solo desde donde
se origina el concepto del “uso progresivo de la fuerza”, sino cómo se origina este
instrumento, quién y cómo es entregado a la institución policial.
1.4 TEORÍA DEL ORDEN
Retomando el planteamiento de Bittner y la fuerza como paradigma de la función policial,
existen otros estudios de diversos pensadores como el historiador inglés Robert Reiner,
para quien este paradigma no funciona. Básicamente, lo que plantea Reiner es la
diferenciación entre política y policía, entre la función policial dentro de la sociedad y la
44
policía como institución. En contraposición a Bittner, para Reiner, el verdadero núcleo
del rol policial no es la fuerza sino el Orden Público.
Dicho lo anterior, es preciso entender el significado de orden público, en donde “el orden
público no puede entenderse como la ausencia de disturbios; es el resultado del bien
común de la sociedad. (Rubiano Saenz, 1997, pág. 95) El significado de orden dentro de
la doctrina policial se encuentra estrechamente relacionado con la concepción de “cultura
de paz” y a su vez con el de Estado de Derecho, entendiendo esto como el respeto a los
derechos del otro a vivir en un entorno de paz.
Si bien la Policía Nacional es una institución jerarquizada, al servicio de la ciudadanía,
tiene como función principal el velar y mantener del “orden público” mediante el “uso
progresivo de la fuerza” si de ser el caso se requiriera. Para el cumplimiento de su función,
hay que tener en claro qué implica el “uso progresivo de la fuerza”, su definición y
aplicación, pero es imperante definir cómo es entendido este concepto por los gendarmes
dentro de sus filas para luego aplicarla de manera efectiva en su función.
El concepto de orden público se encuentra determinado como seguridad ciudadana en la
Ley de Seguridad Pública y el Estado, en su Art. 3, determina como deber del Estado el:
Promover y garantizar la seguridad de todos los habitantes, comunidades,
pueblos, nacionalidades y colectivos del Ecuador, y de la estructura del Estado,
a través del Sistema de Seguridad Pública y del Estado, responsable de la
seguridad pública y del Estado con el fin de coadyuvar al bienestar colectivo, al
desarrollo integral, al ejercicio pleno de los derechos humanos y de los derechos
y garantías constitucionales.11
Este último punto es primordial para logar un correcto desempeño de los servidores
policiales en el ejercicio de sus funciones, ya que la garantía de los derechos de la
ciudadanía estipulados en la Constitución.
11 Ley de Seguridad Publica, Asamblea Nacional del Ecuador,
45
Adicionalmente, uno de los pilares fundamentales de la Policía Nacional como institución
es su obediencia y no deliberación en las decisiones políticas del Estado. Es así que
estamos hablando de una institución “no política”, entendiendo esto como no participativa
en las decisiones del estado, tanto así que hasta hace diez años un policía no ejercía su
derecho al voto, es decir no podía elegir ni siquiera a la persona que dirigiría el país al
que sirve. Su participación dentro del Estado no es autónoma, no tiene poder ni va tras de
él; por el contrario, se encuentra estrechamente ligada al Estado mediante su función de
coacción, en cambio el Estado sí tiene y ostenta el poder, lucha por mantenerse en él y
fortalecerlo.
La institución policial forma parte del aparato burocrático del Estado y a su vez es una
institución jerarquizada cuya función está explícitamente estipulada en el artículo No. 163
de la Constitución Política de la República del Ecuador vigente, en donde determina la
función de la policía como institución12.
Desde una perspectiva weberiana, la misma que Bittner usó como punto de partida para
sus estudios policiales, el artículo de la Constitución arriba mencionado, no solo
subordina a la institución como una entidad estatal sino que además delimita la labor
policial y determina el cómo debe hacerlo. Siendo más claros, un Estado está
caracterizado por el monopolio de la fuerza, pero la fuerza debe estar representada o
ejercida por algo o alguien, en este caso la policía, por lo tanto, la fuerza es un recurso
que tiene la policía mas no le pertenece como institución, es el Estado quien la posee y
maneja, o en palabras de Bertha García:
“Hemos visto que el “contrato social” que creó al Estado moderno le obliga a
proporcionar paz, justicia y seguridad a los ciudadanos a través del sistema
jurídico emanado de la voluntad social y de la aplicación de la fuerza convertida
en bien público, en tanto que pertenece a todos. Dentro de esta perspectiva es
importante tener en cuenta que las funciones de defensa (mantenimiento de la
12 “La Policía Nacional es una institución estatal de carácter civil, armada, técnica, jerarquizada,
disciplinada, profesional y altamente especializada, cuya misión es atender la seguridad ciudadana y el
orden público, y proteger el libre ejercicio de los derechos y la seguridad de las personas dentro del
territorio nacional. Los miembros de la Policía Nacional tendrán una formación basada en derechos
humanos, investigación especializada, prevención, control y prevención del delito y utilización de medios
de disuasión y conciliación como alternativas al uso de la fuerza. Para el desarrollo de sus tareas la Policía
Nacional coordinará sus funciones con los diferentes niveles de gobiernos autónomos descentralizados.”
46
soberanía territorial frente a amenazas externas del Estado) y de policía
(vigilancia y mantenimiento del orden público interno) son atribuciones del
Estado y no de las instituciones armadas (Fuerzas Armadas y Policía). Es el
Estado el que tiene el “poder de la defensa” y el “poder de policía” así como la
atribución, bajo la Constitución que determina el control y conducción de las
funciones del Estado, ejecutivo, legislativo y judicial, de organizar las fuerzas que
sean convenientes a la visualización de las amenazas posibles.” (2005, pág. 20
21)
La constitución faculta al estado a hacer uso de la fuerza a través de la policía y especifica
el uso de esta herramienta como última alternativa; es decir, no solo que faculta al estado,
sino que ratifica su “derecho” a la coacción física en el ejercicio policial. Weber nos habla
de la legitimidad de la “coacción física”, siendo esta legítima cuando es avalada por el
estado.
“Hay ley cuando existe la posibilidad de mantener un orden mediante un conjunto
específico de hombres que aplicaran la coacción física o psíquica con el objeto
de lograr una aceptación del orden o de sancionar su transgresión”. (Weber,
1977, pág. 45)
El manejo del uso progresivo de la fuerza desde el estado y sus entes, cualquiera que fuere
este y en cualquier latitud en el que se encuentre, es un tema extremadamente delicado y
ciertamente complejo, ya que, si bien la fuerza es una herramienta de exclusividad estatal,
debemos tener en cuenta también que es deber del estado el velar por los derechos
fundamentales del ser humano como el derecho a la vida y otros como a la libertad de
expresión y libre asociación, sin embargo es en este mismo campo donde los derechos
pueden ponerse en riesgo con un inadecuado uso de la fuerza.
Por lo tanto el tema del uso de la fuerza se encuentra situado en la delgada línea que
separa lo legal de lo ilegal, por lo que el trabajo policial es susceptible de ser evaluado
sobre los parámetros de injusticia o abuso, pese a ello Sabina nos sugiere que “ la
democratización y dominación de la policía, implica desde el punto de vista de la crítica,
además de la expulsión de los policías irrecuperables, la infusión de nuevos valores y
practicas al oficio de policía, que lo conviertan en uno legitimo para el régimen
47
democrático y social vigente. El uso de la fuerza podría volverse así legítimo.” (Sabina,
2011, pág. 69)
CONCLUSION
Como hemos podido ver a lo largo del desarrollo de este capítulo, las diferentes formas
de abordaje de la concepción de lo policial, lejos de acercarnos a un solo concepto, nos
lleva por diferentes caminos. La función del policía, al parecer es la causa por la cual la
creación de un solo concepto no es viable, al menos no si se sigue manteniendo esta línea
de estudio basado en lo que hace el policía.
Su rol dentro del Estado podría llevarlo a desviar cierto tipo de responsabilidad estatal
dentro de las acciones tomadas durante un operativo, que de hecho si tiene, pero cuando
hablamos de un poder estatal, este poder encubre todo cuanto toca. Es decir, tanta
responsabilidad tiene el funcionario policial en las consecuencias de sus acciones como
el Estado en las órdenes llevadas a cabo por el funcionario policial.
Muchos análisis sugieren que uno de los principales problemas por los cuales la labor
policial tiende al abuso es justamente la presunta falta de control de sus integrantes,
situación que en nuestro caso de estudio no es verdad.
“El uso de la fuerza se abandona a la apreciación de los policías, casi sin que medie
una mirada exterior. Es entonces cuando comprende lo delicado que resulta
determinar un límite entre el recurso a la fuerza y el ejercicio de la violencia, aun
cuando se intente identificarlo: así como a guerra no es más que la prolongación
de la política, la violencia no es más que la continuación de la fuerza” (Fassin,
2012, pág. 162)
Si ahora la personería Jurídica de la policía paso a manos del Ministerio del Interior, en
la década de los ochentas se encontraba bajo el Ministerio de Gobierno y definitivamente,
como es de conocimiento público, es el Presidente de la Republica la máxima autoridad
que rige sobre la Policía Nacional. Esto no exime a la Policía Nacional de
responsabilidades, solo amplia las mismas.
48
Aun cuando se ha discutido por años la pertinencia de la necesidad y proporcionalidad
del uso de la fuerza, estas dos consideraciones, se seguirán manteniendo en un constante
debate ya que la manera en la que se puede evaluar un evento es tan amplia como la teoría
de la policía. Es decir, para poder evaluar el trabajo policial, el trabajo tiene que estar
realizado, por lo tanto, en un hecho ya consumado evaluar si fue necesario o no, es
extemporáneo. Si la fuerza utilizada fue proporcional al riesgo al que se enfrentaba el
policía también es difícil determinar. Por lo tanto, la única manera de poder manejar de
manera previa estos posibles resultados se encuentra en la fuente misma, es decir la
disciplina, que la estudiaremos a continuación.
La fuerza policial es entendida como la herramienta otorgada al estado, pero bajo dos
condiciones muy específicas de uso como es la necesidad y proporcionalidad. Debe ser
empleada con alto criterio al momento de usarse para el mantenimiento del orden público,
para lo que deberá considerar siempre la necesidad y proporcionalidad como atributos
que legalicen su aplicación.
Tanto la necesidad como la proporcionalidad, deberán ser asimiladas y dominadas por
cada miembro policial durante su proceso de formación. Así mismo debe ser
constantemente monitoreado a través de evaluaciones de conocimientos, labor que
cumple actualmente la oficina de personal y educación de la Policía Nacional.
Considero que una efectiva relación entre estado – policía y ciudadanía es la que nos
propone Foucault, en su clase del 29 de marzo de 1978, cuando, en concordancia a lo
propuesto por uno de los primeros teóricos de mediados del siglo XVIII, Von Justi,
consolida la función policial diciendo que “El buen uso de las fuerzas del estado es el
objeto de la policía” (Foucault, 2014, pág. 359).
Con esta afirmación podemos enmarcar toda la responsabilidad social que amerita el uso
de la fuerza como herramienta entregada a la policía como institución policial y su
posterior uso en el mantenimiento del orden público, manteniendo a la par el respeto a
los derechos ciudadanos, manteniéndose en los límites de la necesidad y la
proporcionalidad.
49
Una vez revisada las diferentes perspectivas teóricas que ha alimentado el debate, por
años, sobre la conceptualización de la policía y su función dentro de la sociedad, para
nuestro estudio consideramos que nuestro trabajo puede ser desarrollado desde el
paradigma del uso de la fuerza policial de Egon Bittner, “El rol de la policía se entiende
mejor como un mecanismo para la distribución de la fuerza coercitiva no negociable
empleada de acuerdo a una comprensión intuitiva de las exigencias de una situación”
(traducción nuestra).
Nos identificamos con este paradigma puesto que para poder entender el uso de la fuerza
como un atributo policial entregado por el Estado hemos recurrido a Max Weber y su
definición de Estado y su capacidad monopólica de hacer uso de la coacción física de
manera legítima (1964, págs. 1056,1057), es este Estado que va a necesitar de un
mecanismo para el uso de esa coacción física, es decir la policía como tal.
De igual manera, este concepto es aplicable al trabajo de la U.M.O., en virtud de su
sentido progresividad al momento en que utiliza el término distribución de la fuerza, es
decir la fuerza debe ser distribuida de manera gradual.
Dentro del trabajo mismo de mantenimiento del orden público, nuevamente nos
referiremos al paradigma del uso de la fuerza cuando el final habla de las “exigencias de
una situación” y a lo que le mismo Bittner ampliaría su explicación como “Algo que no
debería estar pasando y alguien debería hacer algo ahora”.
Cuando se habla de orden público dentro de la instrucción policial este concepto está
estrechamente ligado al concepto de paz. Así mismo en las diferentes fuentes consultadas
de habla de que el rol de la policía es mantener la paz interna de un país, por lo tanto, para
durante una manifestación en la cual, una parte de la ciudadanía ha decidió agitar esa paz
interna “alguien” debe hacer algo para reestablecer ese estado considerado derecho e
todos que es vivir en un ambiente de paz. Solo el policía está en capacidad física, técnica
y legal para actuar en estos momentos de crisis.
Gran parte del trabajo etnográfico de Egon Bittner se realizó mediante horas de
convivencia durante el patrullaje real de la policial de su ciudad, lo que le permitió un
acercamiento a los policías, sus problemas, su capacitación su actividad profesional, es
50
decir, su trabajo va a enfocarse en la forma en cómo funciona la policía desde su interior,
que, en cierto modo es nuestra intención hacerlo, aunque de manera más concreta, nos
adentraremos en el campo del control de multitudes en medio de lo cual se van a enfrentar
muchas horas de entrenamiento, preparación física, adoctrinamiento, experiencia y fuerza
física frente a una gran masa humana inconforme y dispuesta a hacer sentir su
inconformidad, en medio de un escenario de incertidumbre.
Superados considerablemente en número, los policías aguardan el momento de este
enfrentamiento confiados de un solo elemento, la disciplina. Para poder entenderla hemos
precisado de Michel Foucault, quien no solo nos abrirá camino desde los orígenes de la
policía en Europa desde el siglo XV, sino que va a trabajar a la policía como esa fuerza
estatal, disciplinada.
Desde la disciplina nos ayudará a entender los procesos de formación policial con su
como forma de manejo de la multiplicidad, por lo tanto, ya entrando en el desarrollo del
uso de la fuerza policial vamos a tratar lo que los policías consideran el eje de su
formación y clave para el éxito de un operativo, la disciplina.
51
2 CAPITULO II
Una vez trazados los conceptos de policía, fuerza y orden públicos, siguiendo con nuestro
estudio, debemos determinar de qué manera son inducidos en el policía. Como trabaja la
formación policial, el trabajo del entrenamiento, la disciplina en sí. La imagen que se ha
formado en el imaginario colectivo del policía, tiene mucho que ver con las formas en las
que la disciplina opera en sí. Pero qué es disciplina, ¿cómo opera en la formación de los
cuerpos policiales, que efecto surte de este mecanismo en la aplicación de la fuerza
policial?
En este capítulo vamos a tratar de entender y explicar cómo la disciplina, el trabajo físico,
las escuelas de formación van constituyendo una nueva estructura sobre una estructura
previa. La primera estructura sobre la que descansa las bases de nuestros valores y
personalidad es construida desde la escuela, la familia, en algunos casos la iglesia. Pero
una vez que el individuo quiere entrar a formar parte de la institución policial, esa
estructura debe ser reordenada y en algún caso casi por completo para poner na nueva en
la que ya la familia ha pasado a un segundo plano.
La nueva estructura sobre la que deberá desarrollarse el sujeto policía le dotará de nuevas
directrices, nuevos roles, nuevas visiones de sí mismo, como también nuevos objetivos y
metas. Así dejará atrás lo civil para encasillarse en lo policial.
2.1 LA DISCIPLINA PARA EL USO DE LA FUERZA “EL CUERPO DA SOLO”
Siendo la policía una institución jerarquizada implica que su formación responde a un
nivel bastante alto de disciplina y entrenamiento, no solo en el aspecto físico sino también
en el ámbito teórico. La Dirección Nacional de Educación de la Policía Nacional es el
ente encargado de elaborar evaluar y calificar cada curso de formación tanto en su forma
como en su fondo.
52
Conceptos como Uso de la Fuerza son el eje principal de la formación policial y se
encuentra estrechamente relacionado con otros conceptos como Orden Publico,
Disciplina, Seguridad y en los últimos años con Derechos Humanos, llegándose a
constituir este último una prioridad para el desempeño de sus funciones. Sin embargo, en
el caso de los miembros de la U.M.O. su formación técnica va a la par con su
entrenamiento físico y emocional.
Para el comandante de la U.M.O., el perfil del policía que aspira a ser parte de esta unidad
operativa debe ser “Debe tener una firmeza de carácter especial. Tiene que ser un policía
muy valiente y para eso hay unos ejercicios para generar un carácter fuerte, ejercicio
físico, presión, fortalecimiento físico, gas, ejercicio físico a media noche, a media
mañana, pistas de presión, entonces es necesario para forjar un carácter combativo”.
La disciplina a la que se refería Foucault cuando afirmaba que,
“la disciplina hace crecer la habilidad de cada cual, coordina estas habilidades,
acelera los movimientos, multiplica la potencia de fuego, ensancha los frentes de
ataque sin disminuir su vigor, aumenta la capacidad de resistencia, etc. La
disciplina de taller, sin dejar de ser una manera de hacer respetar los reglamentos
y las autoridades, de impedir los robos o la disipación, tiende a que aumenten las
aptitudes, las velocidades, los rendimientos, y por ende las ganancias; moraliza
siempre las conductas pero cada vez más finaliza los comportamientos, y hace que
entren los cuerpos en una maquinaria y las fuerzas en una economía.” (2014, pág.
213)
Está claramente demostrada en este tipo de prácticas para formación del policía de la
U.M.O. Su formación especializada en el manejo de grandes conglomerados, nos da
cuenta que su formación tanto psicológica como física en el desempeño de su rol, ya que
son una unidad relativamente pequeña en número.
Muchas han sido las críticas realizadas a la formación física impartida en las escuelas de
formación profesional de la policía y de cualquiera de las fuerzas, marina, fuerza aérea,
fuerza terrestre, etc, Sin embargo, debemos tener en cuenta que el objeto de la disciplina
no es el maltrato físico del individuo, desde una mirada foucaulteana, este
disciplinamiento tiene un objetivo, manejar la multiplicidad de individuos, sus
53
costumbres, sus estructuras previas y cuyo resultado será el moldear un sujeto
identificado con una causa justa, en el caso de la policía será su rol dentro de la sociedad.
(Foucault, 2014)
Recordemos que muchos de los lineamientos que rigen la Policía tienen un origen
marcial. Sin embargo, el resultado de este tipo de prácticas en la formación del
funcionario policial, es entendido como formación física y emocional para lograr, en
primera instancia conocer que lo que se aplica en una marcha o manifestación como
medio de represión no es un medio mortal. En segunda instancia, su capacidad de
resistencia a cualquier tipo de ataque por parte del manifestante.
Una manifestación puede durar no solamente horas, sino días, por lo tanto, la fortaleza
física del funcionario policial se pone a prueba en este tipo de situaciones y su formación
también, ese es el caso de la participación de los miembros de la U.M.O. para restaurar el
orden público en San Carlos Panantza, provincia de Morona Santiago. Esta intervención,
fue un caso excepcional, ya que su enfrentamiento se dio dentro de la selva y con armas
de fuego por parte de los manifestantes. Si bien los informes de inteligencia ya anunciaban
esta estrategia de los manifestantes, los policías miembros de la U.M.O. que participaron
en el operativo no portaban armas de fuego.
2.2 LA FORMACION DEL CARÁCTER
“En tanto la disciplina se enlaza con sólidos motivos de índole “ética”, presupone un
“sentido del deber” y una conciencia” (Weber, 1977, pág. 86)
Dentro de las filas policiales podemos encontrar diversidad de caracteres, formación,
lugares de origen, edades y género, y es función de la disciplina ordenar estos
conocimiento, habilidades y normas adquiridas antes de ingresar a las filas policiales, de
manera que le sean útiles a la institución para el desempeño de su rol y adicionalmente
implantar en el sujeto policía sus propios valores institucionales, los cuales a su vez
fortalecerán su sentido del deber con la institución y con la gente.
54
Su formación emocional es una de sus fortalezas como unidad operativa, esta se encuentra
estrechamente ligada al sentido de legalidad que respalda las acciones en las que
intervienen los miembros de la U.M.O. Sin embargo estos nuevos valores institucionales
consolidan los lazos de camaradería entre sus miembros. El llamado “espíritu de cuerpo”
es una muestra de ello. Durante las entrevistas a realizadas a los miembros de la U.M.O.,
todos incluyendo el propio comandante de la misma, afirmaron que el espíritu de cuerpo
que se vivía al interior de la U.M.O. es uno de los elementos primordiales para su éxito
en un operativo.
“Que se sientan importantes dentro de esa unidad y que sepan que su trabajo es lo justo y
es valorado porque muchas veces un policía que no esté bien formado y que no conoce
su misión y sus principios y sabe que lo que está haciendo es correcto, en la primera
manifestación que llegan y le dicen: “policía únete” ellos pueden pensar “estoy mal, creo
que mejor me voy con ellos”. “Hay una estructura que ayuda para gestionar….entonces
todo el mundo se engrana” (Entrevista realizada 17 de agosto 2017)
En relación a la explicación dada por el Comandante de la U.M.O., vemos como la
disciplina ha creado una fuerte organización entre sus miembros, casi mecánica, lo cual
nos recuerda al a lo planteado por David Breton, cuando nos presentaba al cuerpo
máquina. Esta objetivación del sujeto dentro del sistema policial, a mi parecer es pieza
fundamental para no flejar ante situaciones de mucha presión social y emocional que se
puedan presentar en una manifestación, o en un desalojo. El conocer y entender la
conflictividad del otro, el no policía, y continuar ejerciendo su trabajo de mantener el
orden en medio del caos del sufrimiento o la desesperanza ajena, hace del policía y todo
su andamiaje conceptual, el éxito de la disciplina y sus mecanismos.
En efecto siguiendo nuevamente a Foucault, cuando nos habla del rango, en un sistema
jerarquizado como el que rige a la policía, cada grado es estrictamente respetado de
manera ascendente o descendente. La jerarquía dentro de la institución es la norma que
hay que respetar, es el engranaje que hace que esa enorme máquina al que se refiere el
comandante de la U.M.O. se mueva.
No dejemos de lado el hecho de que a la cabeza de la institución policial no se encuentra
un policía, se encuentra otra institución, como es el Ministerio del Interior y sobre él la
55
Presidencia de la Republica. Es de esta manera en la que el mando al igual que las órdenes
fluye de manera descendiente desde el escalón más alto hasta el último policía.
Alto Mando Institucional
Fuente: http://www.policiaecuador.gob.ec/doctrina-policial/
El lograr entender la función policial desde su interior implica el desprendimiento de gran
parte de la historia personal de cada miembro policial. Estamos hablando de levantar una
nueva estructura dentro de una anterior. Recordemos que el policía antes de ser policía
perteneció a la sociedad civil por lo menos 18 años antes de recibir su formación policial,
que va a implicar como bajo un año.
Durante este tiempo deberá desprenderse de muchas formas conceptuales de percibir su
entorno, como por ejemplo su sentido de ciudadanía. Una vez que es aceptado y formado
en la institución, no le volverá a ser obligatorio el voto, aun cuando sigue siendo su
derecho, ya no es su obligación.
Como lo hemos trabajado anteriormente, la disciplina va a trabajar las jerarquías en el
individuo (Foucault, 2014, pág. 40) en consecuencia sus prioridades son otras, su rol ya
no es el de un ciudadano común, su libertad de movilización se verá coartada mediante
los pases a diferentes provincias a trabajar en diferentes servicios y con él su familia. Así
SRB<SGHHDEGHSRG Presidente de la Republica
Viceministro de Seguridad
Comandante General Subsecretaria de Policía
Jefe de Estado Mayor
Cuadro de Generales de la
Policía Nacional
Ministro del Interior
56
pues se ha desarticulado un ciudadano para agregar y encajar a una estructura mayor
llamada Estado. Esto no se puede lograr sino aplicando la fuerza física en sí mismo para
formar su personalidad de manera diferente a la preestablecida parte de un poder mayor.
Parte del entrenamiento que reciben los miembros de la U.M.O. es el conocer en carne
propia el efecto del gas lacrimógeno. Aun cuando esta práctica ha sido motivo de mucha
crítica en las escuelas de formación, en el caso de los miembros de la U.M.O. que ya
superaron la fase de formación como aspirantes o cadetes, reconocen que su formación
profesional es lo único que puede salvarles la vida. En este punto, es posible entrever
cómo la disciplina incluso pretende controlar las situaciones que le exceden. La disciplina
de los cuerpos policiales tiene que, y posiblemente en un nivel apenas superior al de la
media, suscitar una cierta inmunidad a sus propias formas de control de los demás.
La instrucción física para ser miembro de la U.M.O. es bastante fuerte debido a la
naturaleza del trabajo que va a enfrentar. En el caso de los hombres, parte de las
estrategias a desplegarse durante un operativo de mantenimiento del orden en una
manifestación es poner a los hombres más altos y fornidos, en formación para formar una
barrera humana, por lo tanto su acondicionamiento físico es fundamental.
“El individuo queda despojado del ritmo natural propio de su estructura orgánica;
su organización psicofísica” se sintoniza” a un ritmo nuevo, ajeno, por medio de
un ajuste metódico de su estructura muscular, de modo de establecer una óptima
economía de fuerza según las condiciones de trabajo”. (Weber, 1977, pág. 98)
Este tipo de capacidad física es forjada únicamente con ejercicios de presión en tiempo,
en fuerza y resistencia. Se puede apreciar cómo el cuerpo es su principal arma, al menos
en el caso de los escuderos, cuya función es esperar y aguantar el embate de la multitud.
Horas de entrenamiento logra mantener a hombres y mujeres en excelente condición
física dentro de la unidad. Como nos lo indicó uno de nuestros entrevistados, tras horas
de entrenamiento, él cuerpo da solo…
57
3 CAPITULO III
Siguiendo con nuestro análisis de la formación policial, en esta parte nos adentraremos
en la forma misma de concepción de los conceptos ya aprendidos por el funcionario
policial y que se encuentran en uso durante su cotidianeidad.
El concepto de seguridad ya nos sugiere el porqué de legalidad en este capítulo. Una de
las funciones o mejor dicho concepciones del funcionario policial, nuevamente
determinado por su trabajo en mantener el orden público, es el de asegurar con su
presencia el impedir el cometimiento de un delito.
También abordaremos el tema de la imagen que proyecta el funcionario policial y que
poco a poco ha sido objeto de estereotipos que nos alejan de su verdadera faz. Este tipo
de estereotipos han ido calando en el imaginario colectivo al punto que lo que se espera
del policía a pie, termina siendo producto de la difusión de los medios.
3.1 DISCIPLINA LEGAL
Cuando nos encontramos caminando por algún sector algo peligroso de la ciudad o se nos
hizo tarde y las calles poco a poco van quedando solitarias, muchos de nosotros
invocamos la presencia policial diciendo “nunca asoma uno cuando se les necesita”,
como quien se encomienda al más eficaz de los santos para que lo guarde de cualquier
mala acción, aun siendo el más ateo, hasta que vemos pasar una moto o un patrullero y el
corazón vuelve al sitio.
En efecto, la sola presencia policial, nos brinda una sensación de seguridad. Y es que
ellos, nos guste o no, representan la fuerza de lo legal. En palabras de Foucault, “la ley
trabaja en el ámbito de lo imaginario, pues imagina y sólo puede formularse al imaginar
todas las cosas que podrían hacerse pero no hay que hacer”. (2004,69) Es así como, esta
58
figura del uniformado, puede representar (en el imaginario colectivo) a toda una
institución, con su sola presencia.
Tomando en cuenta este factor de la imagen, es interesante ver como los estereotipos que
nos trae a televisión y el cine, juegan un papel importante dentro de nuestra cotidianeidad,
al punto que el equipo que utilizan los miembros de la U.M.O. es conocido como
“ROBOCOP”.
No solo por su apariencia, sino por las funciones que presta. En primera instancia esta un
overall anti flama, luego estas las protecciones de policarbonato que cubre las partes más
vulnerables del cuerpo de posibles impactos, luego, en el caso de las mujeres llevan una
cofia, llevan un cinto con esposas, el PR24 (tolete), el casco y finalmente en el caso de
quienes formen al frente, el escudo. Según nuestros entrevistados, todo el equipo
“Robocop” puede pesar cerca de 25 libras.
Dentro de la doctrina policial, la primera forma de intervención que tiene el funcionario
policial es su presencia misma, sea de manera individual o grupal. En el caso de los
miembros de la U.M.O., su presencia en un evento es de carácter preventivo, no porque
59
no vayan a usar la fuerza, hay toda una escuela detrás del policía esperando el momento
indicado para usarla.
Es en este momento donde se despliega la primera forma de progresividad previo la
verbalización. La persona que esté a cargo del operativo tratará un acercamiento con
miras a encaminar el canal de diálogo. Mientras esto sucede, los policías, en formación,
se encuentran atentos al resultado del dialogo.
El oficial a cargo de la verbalización deberá tratar bajo cualquier medio de disuadir las
acciones violentas (si las hubiere) tratando de dar soluciones a los requerimientos de los
manifestantes, como por ejemplo canalizar la entrega de pliegos de peticiones o algún
documento que requiera ser entregado. Inclusive, como se encuentra en constante
comunicación con el comando de la unidad, se pueden canalizar entrevistas entre las
partes implicadas, siempre y cuando estas se encuentren en el campo de lo posible.
Si aun así, los resultados de esta verbalización no satisficiere a él, la, las los delegados de
las y los manifestantes, se procede a la advertencia de uso de la fuerza, mediante el uso
de altavoces. (Diario el comercio, 2015) Muchas veces los canales de diálogo no surten
el objetivo deseado, cumpliéndose así lo dicho por Mares y Bernstein, quienes en una
visión más macro y desde el contexto militar indican que “La diplomacia no siempre trae
soluciones aceptables, (...) Uno de los disputantes bien puede decidir abrir o reabrir las
negociaciones para lograr algo que no tiene, pero el rival puede decidir mantener sus
status quo. De ser así, ¿cómo podría uno forzar al otro a negociar? (Mares David R., 1998)
Aquí, debemos aclarar que desde la doctrina policial y los estándares internacionales en
materia de cumplimiento de los derechos humanos, el uso de la fuerza no debe ser iniciado
por la policía, al contrario, ésta esperan a los manifestantes, quienes van a encontrarse
con una verdadera barrera humana de hombres con escudos.
60
Fuente: Diario El Comercio
Fuente: Diario El Comercio
En la parte posterior estarán más policías hombres y mujeres despejando el paso de la
barrera, por si tiene que retroceder, siempre en formación, pero atentos al desarrollo de la
marcha. Como nos indicaron todos nuestros entrevistados, que no existe el miedo, porque
se prepararon para ese momento. “Una buena disciplina es la que nos dice en todo
momento lo que se debe hacer” (Foucault, 2004, pág. 68). Una posible reflexión, tiene
que ver precisamente con el carácter irreflexivo que implican las disciplinas en las
acciones de los sujetos disciplinados.
61
La disciplina remplaza otras fuente de raciocinio en medio de actividades donde se supone
que los sujetos operen según todo lo aprendido, las movimientos memorizados por su
cuerpo, las referencias reconocibles más directamente casi sin la intermediación de otro
tipo de razonamientos, que les permiten a los sujetos interpretar las acciones de los otros
y reaccionar de manera más veloz.
Este remplazamiento evidentemente desplaza el miedo por una sensación de seguridad,
misma que tiene como principal fuente la disciplina, lo aprendido, que frente a la
inestabilidad e incertidumbre de cualquier evento a los que estos sujetos atienden, impone
la seguridad, lo estable y constante de reglas que no se ponen en cuestión, que dentro de
lo heterogéneo y caótico del contexto incorporan criterios homogéneos e invariables.
Es así como opera la disciplina, no solo ordena el cuerpo y la mente del policía, sino
también disciplina su percepción y por esa vía también ejerce disciplina en el contexto,
controla la incertidumbre con las certezas implantadas en las disciplina.
3.2 ROL DE LOS SISTEMAS DE INVESTIGACIÓN EN LA DETENCIÓN DEL MANIFESTANTE
Anteriormente, cuando Bittner nos hablaba del uso de la fuerza, nos decía que una vez
que se desencadena la fuerza hay que planificar la forma de detenerla, por lo tanto inicia
el trabajo de detección y detención de personas que generan violencia del lado de los
manifestantes.
En capítulos anteriores, habíamos hablado acerca de la información que genera la
vigilancia, y sobre los informes sobre los que se apoyan las estrategias trazadas para un
operativo por el comandante de la U.M.O. En efecto, la manifestación para la policía no
es un hecho espontáneo, por el contrario, es bastante bien planificado, no solo en el
número de personas que van a asistir sino las posibles acciones que puedan tomar.
Recuerdo algunos años atrás, cuando vi un grafiti que decía algo así como “inteligencia
militar?? Que contradicción!!.” El servicio de inteligencia de la policía, no tiene nada
62
que ver con el coeficiente intelectual de los miembros policiales ni de los manifestantes.
Es más bien un trabajo de observación que implica horas, días, incluso meses, de un
trabajo riguroso, reiterativo, disciplinado (por lo tanto independiente de un ejercicio de
reflexión complejo, que es posterior) por lo tanto la paciencia juega un rol fundamental
en el trabajo de los agentes de este servicio.
Con relación al posible desarrollo de una manifestación, el trabajo de inteligencia se va
desarrollando en la más absoluta reserva. Apenas se tiene conocimiento de la intensión
de realizar una marcha, una manifestación o cualquier movimiento que le interese saber
al Estado, este servicio se moviliza, investigadores, informantes y demás. Tras la
investigación, se realiza el respectivo informe de quienes, donde, cuantos y que intentan
hacer durante la marcha.
Una vez ya en el evento, dependiendo de cuan violenta se puede tornar la manifestación,
el comandante del operativo y el comandante de la U.M.O. quienes se encuentran en
constante comunicación entre sí y con el Ministerio del Interior, van decidiendo el paso
siguiente a aplicar para mantener o reestablecer el orden público.
Fuente: Manual de Derechos Humanos aplicados a la Función Policial, Policía Nacional, Ecuador
63
En circunstancias muy excepcionales, es criterio del policía tomar una alternativa, si es
que su vida se viera en riesgo13. Ese fue el caso en que una de las instructoras tuvo que
usar gas lacrimógeno sobre sí misma para escapar de los manifestantes que la golpeaban
con palos. “alcancé a ver un morral de gas que estaba a lo lejos. Yo intentaba halarlo con
el pie y no podía. Saqué el PR 2414 y halaba y halaba y no podía, hasta que alguien lanzó
una y se quedó atajada en las vallas, entonces, yo que siempre estoy puesta los guantes,
lo único que hice fue halarla y botarme yo misma el gas, porque dije “aquí o ellos se van
o yo me ahogo” (Calderon:2017)
Foto: Daniela Redrován
El caso anteriormente descrito es un caso muy excepcional, recordemos que el policía
puede hacer uso de la fuerza en el caso que la vida de un ciudadano o la suya propia corra
peligro y ese fue el caso. Sin embargo, manifestaciones como las realizadas en la capital
en los meses de agosto y diciembre del 2015, tuvieron un elemento en particular que
llamaría la atención de los ciudadanos manifestantes por lo “impactante” (según algunas
versiones de personas que se encontraban transitando por el lugar), que resultó la
intervención de la caballería para la dispersión de los manifestantes, al igual que el paso
de la pala que arrastró las vallas que se encontraban en las Avenidas 12 de octubre y
Tarqui.
Como se sabe cuándo actuar? Cuando entran los caballos? Los canes? Como funciona??
13 Caso excepcional donde la disciplina puede verse suspendida 14 Police recourse 24 inch es el nombre original de lo que conocemos como tolete. Es utilizada como técnica de defensa. Protege el
antebrazo de ataques con arma y/o ataques físicos. Pesa de 400 a 500 g. mide 60 cm de longitud.
64
Como lo dijimos anteriormente, el policía no actúa de manera independiente y mucho
menos empíricamente arrastrado por sus pasiones (miedo o ira). Todo lo contrario. El
orden, la disciplina tienen un papel fundamental en el cumplimiento de las ordenes y
estrategias, pero en esta fase lo importante es de donde vienen las ordenes, quien lo hace.
Según el Manual de Operaciones de Mantenimiento de Orden Público, un grupo de
personal policial en un lugar estratégico que sigue el desarrollo de los manifestantes,
llamado Puesto de Mando Unificado, conformado por las principales autoridades de la
zona en la que se planificó la marcha, previniendo la posible necesidad de personal de
salud, personal especializado en niñas, niños y adolescentes y personal experto en
negociaciones. Es decir, nos encontramos frente a un manejo responsable, ético y
profesional no solo del personal bajo su mando sino de la protección del manifestante. Es
desde este grupo de expertos desde donde se van disponiendo las órdenes que fueron
previamente planificadas. De acuerdo al nivel de resistencia ejercida por los
manifestantes se va empleando el nivel de fuerza.15
Para nuestra investigación hemos revisado horas de videos tanto de prensa local como de
video aficionados sobre las mencionadas manifestaciones desde diferentes ángulos y
desde diferentes puntos. El caso de la intervención de la caballería en plaza de San
Francisco al igual que en el parque El Arbolito responde únicamente para dispersar a los
manifestantes ya que ninguno de los policías a caballo se encuentra armado, por lo tanto
seguimos ampliando la idea que la presencia de los miembros policiales y todo su
aparataje logístico como parte de ese sentido de uso progresivo de la fuerza.
Hasta este momento, los policías de U.M.O. no han tenido necesidad de sacar sus PR- 24,
simplemente se encuentran resistiendo los ataques físicos y verbales de los manifestantes.
Hay que considerar que el personal policial se encontraba en sus puestos de servicio desde
primeras horas de la mañana, de pie, por lo tanto, tras horas de resistir no solo a los
manifestantes sino el peso de su equipo y uniforme, su fuerza física se encuentra a prueba.
Siguiendo el Manual de Operaciones de Mantenimiento del Orden Publico, el
procedimiento en sí, está determinado en cuatro momentos. La preparación, que es la
15 Manual de Operaciones de Mantenimiento de Orden Público, pág. 160-173
65
preparación física, psicológica e intelectual del personal policial. La comunicación, que
comprende la advertencia previa al uso de la fuerza. En esta fase se espera que el
manifestante decida qué quiere hacer y hasta dónde quiere llegar. Quienes deciden
quedarse tras esta advertencia, entienden los principios de legalidad, necesidad
proporcionalidad y oportunidad en cuanto el uso de la fuerza a emplearse. La Intervención
Oportuna, es la actuación de acuerdo al nivel de resistencia. El empleo de cámaras, audio
y video, intenta disuadir al manifestante, muchas personas son renuentes de ser captadas
en video y mucho más cometiendo actos de desorden.
El sujeto disciplinado no solo es capaz de utilizar ciertas tecnologías de manipulación del
mundo para someter a otros, sino que debe disciplinarse de forma tal que dichas
tecnologías no puedan ejercer sobre él el mismo efecto. “La disciplina escolar, la
disciplina militar y…todo eso es una manera determinada de manejar la multiplicidad, de
organizarla, de fijar sus puntos de implantación sus coordinaciones, sus trayectorias
laterales u horizontales, sus trayectorias verticales y pirámides, su jerarquía” (Foucault,
2014, págs. 27-28).
La preparación de los miembros de la U.M.O., gira en torno a un evento no programado,
porque si bien el policía tiene conocimiento que va a “controlar” una manifestación, es
poco probable el conocer el número de manifestantes que asistan, o la dirección que pueda
tomar el ánimo de los asistentes. El hecho en sí de una manifestación, no es cotidiano, al
contrario, es un evento, sin una mecánica, es espontáneo y voluntario, por lo que pocos
serán los eventos que se repitan bajo las mismas circunstancias lo cual pone muy difícil
su reproducción durante un entrenamiento por lo tanto la preparación del policía debe ser
no solo física sino emocional y psicológica.
Debemos plantearnos la siguiente pregunta ¿cómo se puede manejar técnicamente un
evento “incierto”? En concordancia con Sabina Frederic cuando hace alusión a lo dicho
por Jerome Skolnik, quien se refirió a “la existencia de una cultura policial cuyos valores
–autónomos con respecto a otras esferas sociales- se producen en el carácter imprevisto,
urgente y singular de los eventos con los que lidian los agentes”. (Sabina, 2011)
66
CONCLUSIÓN
En este punto ya no hemos adentrado a ese momento en el que el manifestante y el policía
se encuentran en una manifestación y se inicia con el sentido de progresividad con el
avance en la intención de dialogo por parte de la policía. Siendo este el primer escalón a
seguir, tanto hombres como mujeres miembros de la U.M.O. están conscientes que el
manejo prudente de la fuerza puede llevar al éxito de un operativo, por lo tanto el canal
de dialogo es primordial y como lo vimos durante todas nuestra entrevistas, es parte de
esa formación el verbalizar y escuchar con la gente.
Esa figura del gendarme que no hablaba sino actuaba, poco a poco se va desvaneciendo
dando paso a la técnicas conciliación aprendidas durante los cursos de formación del
personal policial. Otra de esas tácticas para el restablecimiento del orden, de una mejor
manera de llegar al manifestante es la inclusión y posterior intervención del pelotón
femenino en el control del orden público. En el siguiente capítulo vamos a ver cómo la
presencia de la mujer es empleada como estrategia para sensibilizar al manifestante.
67
4 CAPITULO IV
La figura del funcionario policial y su herramienta la fuerza han estado fuertemente
ligados a una concepción masculina de la función que desempeñan. Es decir, ser policía
es cosa de machos. Esta concepción se ha forjado por cuanto la fuerza física, atribuida a
los hombres como propia de si, estaba vinculada a sus atributos físicos y estos a su vez
eran útiles para cumplir con una función de protección de la familia y posteriormente de
la sociedad.
No es casualidad que ante un conflicto bélico sean los hombres lo primeros en ser
reclutados. El servicio militar, por ejemplo, mientras tuvo un carácter obligatorio, no solo
que reclutaba a los hombres mayores de 18 años sino que los perseguía en la calle y eran
retenidos en los diferentes recintos militares hasta ser revisados, considerados idóneos y
enlistados para cumplir con este requisito para ser ciudadano.
Entre tanto, la figura femenina luchaba por abrirse un espacio en el ámbito profesional,
laboral y posteriormente en el campo público, en donde encontrarían mucha resistencia
por parte de sus compañeros. Quienes contaban con la fortuna de poder escoger una
profesión tenían un escaso abanico de opciones. Secretarias, contadoras, maestras o
enfermeras eran las primeras profesiones a las que podía aspirar una mujer hasta casi
mediados del siglo anterior.
Mientras las mujeres resistían ante el estigma social e incluso familiar, no tardaron el
acoso y la presión laboral a fin de que se retiraran a sus hogares a cumplir sus funciones.
Muchas de ellas lograron mantenerse en su anhelo de independencia y no solo eso, sino
que ampliaron sus conocimientos accediendo a carreras universitarias.
Dentro del sistema militar y policial, el ingreso de la mujer a formar parte de la institución
en general, se daría a partir del primer tercio del siglo XX, aunque únicamente para cubrir
68
las vacantes de digitadoras, telefonistas, secretarias o cualquier otro cargo sin mayor
responsabilidad ni jerarquía.
La burla, los apelativos y la resistencia a su autoridad por parte de la ciudadanía no se
hicieron esperar. La sociedad en general se resistía a la presencia femenina dentro de las
filas policiales, décadas más tarde a través de su presencia, se ha transformado el manejo
de la fuerza dentro de la policía.
En la actualidad la presencia de la mujer ocupa los más altos niveles de jerarquía que
puede alcanzar en el orgánico institucional como es el de General de la Republica,
quedando aun un último escaño por ocupar, el de Comandante General. Es preciso señalar
que estas mujeres que han llegado a este lugar se han desarrollado en áreas operativas,
lo que implica años d profesionalización no solo en el área policial sino en carreras
universitarias. Adicionalmente, tienen familias en donde han desarrollado su maternidad
y su relación matrimonial. Todos estos aspectos han ido de la mano y a la par con su éxito
profesional.
Desde los inicios de la institución hemos visto una institución hecha por hombres para
controlar a hombres, ahora que las mujeres se van a aproximando, de manera lenta, pero
irreversible al alto mando policial, será su visión la que lleve a nuevos niveles a la labor
policial? El ejercicio de la fuerza policial en manos de quienes hasta poco menos de un
siglo atrás eran una minoría, podría revertir la estructura social imperante en la policía?
La disciplina logra cambiar de alguna manera esa figura maternal a la que se encuentra
ligada la mujer en la sociedad? Modifica el trabajo a la mujer policía o es la mujer policía
la que modifica el trabajo policial?
Son este tipo de interrogantes las que nos llevan a develar el tema de género dentro de
nuestro estudio del uso de la fuerza policial entre los miembros de la U.M.O., por lo que
iniciaremos dando una breve mirada a los diferentes planteamientos de autores
sudamericanos que tratan de fijar un espacio para la mujer en el ejercicio policial. Luego,
hablaremos del proceso de ingreso por el que toda aspirante a policía de línea debe pasar
69
para ingresar a las escuelas de formación policial. Para posteriormente revisar la como es
la vida en una escuela de formación para mujeres. Finalmente comentar la percepción que
tienen nuestras entrevistadas sobre el rol de sus compañeros para con ellas y como éste,
en un giro inesperado vuelve a consolidar la estructura masculina ya existente en la
institución policial.
4.1 GENERO
El acceso de la mujer a las instituciones policiales, no solamente en Latinoamérica sino
en otros países de Europa como España o Francia, ha constituido un arduo proceso de
lucha, contra un sistema establecido por siglos como es el Estado regentado por hombres,
cuyos problemas han sido generados por hombres, juzgado y regulado por hombres.
La mujer, encasillada a la sombra de lo doméstico (Sylvas, 2009, pág. 91), no figuraría
sino hasta inicio de los años treinta en las filas policiales y de manera discreta, relegada
a funciones administrativas, no eran consideradas parte de la función misma siendo
menospreciado su trabajo al interior de la oficina y en muchos casos víctima del acoso.
Una vez dentro de los destacamentos policiales, la mujer ha ido ganando espacios y
forjándose una carrera en lo que Nelson Arteaga (Arteaga, 2015, pág. 73) criticará como
una carrera solo para hombres. Aun así, nuevamente le son asignadas tareas “inherentes”
a su género como el cuidado de niños o de otras mujeres, manteniéndose esta figura en la
actualidad.
El ingreso de la mujer a las filas policiales, en nuestro país, ha constituido un proceso
igualmente lento, y su rol también se ha ido construyendo de manera progresiva en la
estructura de la policía no solo en el Ecuador sino en toda Latinoamérica, aunque todavía
se la vincula con valores netamente familiares o específicos de su género como la
facilidad de conciliación verbal.
Este ingreso de la mujer a las instituciones de control estatales, responde a una necesidad
de modernización de las mismas, no solo en la parte funcional sino como parte de
70
reformar sus valores. La mujer es vinculada a valores como la honestidad y paciencia,
aunque esto no sea necesariamente así. (Arteaga, 2015, pág. 101). Sin embargo la
conjunción de estas características atribuidas a las mujeres plantea nuevos matices para
un mejor uso de la fuerza en la policía. Ya que paralelamente a ser mujeres, no debemos
dejar de lado el hecho de que son funcionarias encargados de hacer cumplir la ley.
Por años, la presencia de la figura masculina tanto en las Policía como en las Fuerzas
Armadas ha creado un estereotipo asociado a la fuerza física, por lo tanto susceptible a la
violencia. (Arteaga, 2015, pág. 101). Ante la necesidad de nuevas tácticas para llegar a
sectores de la sociedad donde la presencia masculina puede ser inconveniente o incluso
poco efectiva, la presencia de la mujer en la actual policía se encuentra dando sus
primeros resultados favorables.
Hemos visto, el concepto de progresividad y necesidad han ido desvirtuando esta
necesidad de aplicación de la fuerza física en el trabajo policial. La presencia misma de
la mujer en este campo ha abierto nuevas vías de acercamiento a la ciudadanía
desplazando a la fuerza física como opción.
Durante las entrevistas realizadas a las policías de la U.M.O., en relación a como ejercen
el uso de la fuerza durante el manejo de una manifestación, nos mostraron que el canal de
dialogo era primordial, lo cual concuerda con lo estratégico de su presencia en este tipo
de operativos. Al parecer, el imaginario colectivo también asocia la figura masculina con
la represión violenta por lo tanto la intervención de la mujer da apertura a nuevas formas
de acercamiento en situaciones de crisis.
Esto podría demostrarse por el tiempo de servicio que tiene la presencia masculina frente
a la femenina en los 76 años de institucionalización. Por otro lado, la función policial al
igual que la militar ha sido asociada a la fuerza física, a lo que Bittner va a calificar como
una virtud la destreza masculina y su caballerosidad combativa.
En una de las entrevista realizada al Comándate de la U.M.O., nos indicó que el objeto
de crear una unidad de mantenimiento del orden público con personal femenino respondía
a la necesidad de flexibilizar a las masas durante los operativos. Además de su capacidad
71
conciliadora, su presencia dentro de las formaciones facilitaba el trabajo con los niños,
adolescentes y mujeres que podían estar implicados en un desalojo, una marcha o un
traslado de persona privada de la libertad.
En este aspecto, un hecho relevante es que los miembros de la U.M.O. también colaboran
con trabajos como requisa de armas y otros dentro de los diferentes centros penitenciarios
del país, es el que nos relató una de las instructoras de esta unidad. En el que nos describía
que parte de la formación es mantener su aspecto físico siempre correcto, sin embargo en
este tipo de intervenciones, por una cuestión de seguridad personal, no usan maquillaje
para poder camuflarse entre sus compañeros hombres.
Es así que como lo dijimos anteriormente, se ha vinculado a la mujer a funciones con el
trabajo con sectores vulnerables de la sociedad como son los niños, ancianos y mujeres,
son parte de las áreas donde se ha desarrollado la mujer dentro de la policía, esto según
el Informe de la Red de Seguridad y Defensa de América Latina RESDAL, en su
resolución 1325. En el caso de nuestro país, el trabajo de la mujer dentro de la institución
policial, no solo se ha limitado a este tipo de función conciliadora, sino que ha ido más
allá.
En la actualidad, podemos evidenciar la presencia de mujeres en sectores altamente
operativos como Grupo de Intervención y Rescate G.I.R., Grupo Especial Móvil
Antinarcóticos G.E.M.A., Policía Judicial P.J., Dirección Antisecuestros D.I.N.A.S.E. y
por supuesto la Unidad de Mantenimiento del Orden U.M.O. El pertenecer a estas
unidades operativas (hemos citado unas pocas), no es cosa fácil tanto para hombres como
para mujeres. Su preparación va desde el acondicionamiento físico hasta el manejo de
estándares muy altos de profesionalismo en el continente.
El desempeñarse como policía era entendido como un rol exclusivo para hombres y en
algunos hogares lo sigue siendo. Así nos lo relató una de nuestras entrevistadas cuando
le preguntamos qué opinaba su familia sobre su carrera. Nos comentó que su padre era
policía y que por un factor de riesgo del trabajo no le gustó que su hija escogiera la carrera
72
policial, peor aun cuando supo que había sido designada a trabajar en la U.M.O. antigua
C.M16., fue ahí cuando le pidió que dejara la institución.
En efecto, la carrera policial no era considerada para mujeres, por lo tanto los grados de
oficialidad no estaban a su alcance por lo menos bien entrados los ’70, de donde se tiene
registro de la profesionalización de dos mujeres en la Escuela de Carabineros de Chile.
(LA MUJER EN LAS INSTITUCIONES ARMADAS Y POLICIALES, 2009)
Una década atrás, muchas de las mujeres que laboraban dentro de la policía se
encontraban desempeñando puestos administrativos, pese a haber aprobado el curso de
formación profesional de policías de línea, sin embargo, uno de los avances sustanciales
como institución dentro del respeto a los derechos, en este caso a la igualdad de género,
se dio al integrar a la mujer a funciones operativas en todos sus campos.
La presencia de la mujer dentro del área operativa no es nueva dentro de la institución
policial. Dentro del alto mando que fue posesionado en meses anteriores figuran tres
mujeres en el grado de Generales, lo que implica una carrera de más de 30 años, que
incluyen muchas horas de estudio y trabajo, no solo en las áreas policiales sino también
su formación personal.
TABLA No.2
Año de incorporación de la mujer a las fuerzas policiales como oficiales.
País Año
Argentina (Policía Federal Argentina) 1978
Argentina (Gendarmería Nacional) 2007
Argentina (Prefectura Naval) 2000
Bolivia 1979-1986/1999
Brasil (Policía Militar de Sao Paulo) 1955
Chile (Policía de Investigaciones) 1939
Chile (Carabineros) 1962
Ecuador 1977
16 La antigua C.M. era la conocida Unidad Antimotines que funcionaba en el Regimiento Quito No. 1. Este
lugar fue conocido como una zona de castigo para policías que presentaban un mal comportamiento. A
modo de sanción, se los mantenía al interior del regimiento y en el caso de necesitar contingente para
reprimir una manifestación, eran provistos con un casco, tolete y escudo y sin preparación alguna se hacían
a la calle.
73
El Salvador 1993
Honduras 1977
Guatemala 1997
Paraguay 1992
Perú 1992
Uruguay 1971
Fuente: (LA MUJER EN LAS INSTITUCIONES ARMADAS Y POLICIALES, 2009)
De acuerdo a la información que nos demuestra esta tabla, podemos entender primero que
de los diez países que forman parte de la muestra, Chile es el primer estado en dar el grado
de oficial da una miembro policial.
En el caso ecuatoriano, nuestra oficialidad femenina se incorpora como tal a las filas
policiales casi a la mitad del tiempo que toma este proceso, conjuntamente con Honduras.
Así mismo, hay que considerar el tipo de institución que incorpora oficiales mujeres en
sus filas, siendo este el caso de Argentina, que tiene tres tipos de fuerzas de acuerdo a su
función y la integración a la mujer estas tres plazas ha llevado casi veinte años entre la
Policía Federal y la Prefectura Naval y diez más para la Gendarmería.
Aquí es necesario realizar una aclaración sobre cómo se encuentra definido el personal
policial. Dentro de la policía se encuentran dos tipos de funcionarios policiales. El
servidor policial que realizó una instrucción en la Escuela Superior de Policía por el lapso
de cuatro años, es conocido como oficial. El servidor policial que realizó sus estudios en
una de las escuelas de formación profesional de policías por el lapso de un año promedio
es conocido como personal de tropa.
En la actualidad, el trabajo de la mujer en la institución se ha abierto a un sin número de
escenarios y el mantenimiento del orden público es uno de ellos, tanto para personal
femenino oficial como tropa. El control de grandes conglomerados, el transporte de
personas privadas de la libertad, los desalojos, control de eventos públicos y demás están
siendo controlados por hombres y mujeres en igualdad e funciones y responsabilidades.
74
Durante una manifestación, el desempeño de las mujeres puede ser visto desde muchos
aspectos sin embargo para efectos de nuestro estudio, preguntamos a nuestras
entrevistadas cual era la reacción de las manifestantes mujeres al notar su presencia dentro
de las alineaciones en una marcha o evento masivo, a lo que coincidieron afirmando que:
“las mujeres somos más arrebatadas, como más impulsivas, los hombres nos ven como
mujeres y ellos como que nos respetan, en el caso de las mujeres no, las mujeres se nos
van encima” (entrevista a mujer miembro del UMO, 22/Ago. /2017).
Existe un marco legal específico para el trabajo de control del orden público con respecto
para manejo de mujeres y grupos vulnerables, mismo que es deber del funcionario policial
conocer y actuar en apego, por lo que se vio la necesidad de la creación de un pelotón
femenino para el profesional trato con este tipo de manifestantes, con la finalidad de
generar igualdad de condiciones en la aplicación de la ley tanto para hombres como para
mujeres y adicionalmente y esto como estrategia una reacción de respeto a su género por
parte de hombres y de igualdad de condiciones en el caso de que el manifestante sea
mujer. Según el comandante de la U.M.O., este tipo de estrategias ya han sido probadas
en muchos países antes de nuestro país y sus resultados han sido muy satisfactorios.
Podemos evidenciar un claro empoderamiento de la mujer policía tanto de su instrucción
como de su rol en el mantenimiento del orden público, así nos lo manifiesta una de la
policías “Lo que no saben es que nosotros ya nos preparamos para que si a uno se le
ocurre ponerme un dedo encima, yo voy a actuar”. (Entrevista realizada a instructora de
la U.M.O.22/Ago/2017)
4.2 LAS ESCUELAS DE FORMACIÓN PROFESIONAL PARA MUJERES
Los procesos de formación para acceso de oficiales como de tropa dan inicio un con una
rigurosa selección de las postulantes, tanto para hombres como para mujeres. El proceso
incluye análisis médicos, psicológicos, académicos y físicos. Una vez seleccionadas las
cadetes en el caso de las oficiales y de las aspirantes en el caso de la tropa, se da inicio a
un largo proceso de formación que arranca con la reclusión de las estudiantes para su
formación.
75
Mucho se ha criticado los procesos de formación en cuanto a prácticas degradantes
durante este proceso, sin embargo este hecho poco a poco ha ido disminuyendo en las
escuelas de formación. (Diario El Comercio, 2012). La intervención de Derechos
Humanos en este tipo de instituciones ha logrado reformas sustanciales al trato de los y
las policías en sus procesos de profesionalización en todas las ramas del ejército y policía.
Aun así, el trabajo físico al que se somete al cuerpo durante el proceso de formación de
un o una policía debe ser arduo ya que el trabajo de un servidor policial es en su mayoría
físico, no solamente en el empleo de la fuerza física sino en el arduo desempeño de largas
horas de trabajo, los espacios físicos donde posiblemente deban desempeñarse.
En el caso del personal de la U.M.O., cuando se les preguntó cuál había sido el momento
más riesgoso que había tenido que enfrentar, todos coincidieron que había sido en
Panantza, ya que habían tenido que trabajar por días, caminando en la selva, bajo
condiciones de incertidumbre.
Para los miembros de la U.M.O. hombres y mujeres, el proceso de formación como
aspirantes a policía no implicaba mayor sacrificio en comparación a los tres meses de
preparación para ser miembro de la U.M.O. Esta formación incluía largas jornadas de
instrucción física y psicológica.
Si alguna vez se habló de igualdad de género en la policía, la disciplina lo está logrando.
Recordemos a Foucault cuando vemos que la disciplina opera sobre la multiplicidad, y
nada más diverso que los miembros de la policía nacional, diversos en género, en lugar
de origen, en preparación intelectual, pero sobre todo la jerarquía.
4.3 EL MIEDO, DE VUELTA A ANTIGUAS ESTRUCTURAS MASCULINAS
En varias de las entrevistas realizadas a los miembros de la U.M.O., cuando les pedimos
que nos relaten el evento más peligroso al que han tenido que enfrentar, nos indicaron
que se amparaban aunque de manera emocional en sus compañeros hombres. Incluso
76
mientras se referían al Comandante y al personal más antiguo de instructores y
compañeros hombres, una de ellas no dijo que eran como sus padres, porque se
preocupaban de su bienestar durante los operativos en cuestión.
Evidentemente, todo ser humano afronta sus temores con los elementos que va
adquiriendo a lo largo de la experiencia de vida. Sin embargo, el encontrarse en
situaciones en los cuales la vida se pone en riesgo al parecer devuelve a la mujer policía
a sus orígenes familiares. Como ya lo indicamos anteriormente, el policía no nace siendo
policía, sino que primero es un ciudadano común con sus propias experiencias, temores,
fracasos, en fin, con una historia de por lo menos 18 años, en los cuales la figura paterna
ha dejado una huella profunda de protección en el funcionario policial, quien en
momentos de riesgo busca asociar este sentimiento de seguridad a la figura paterna más
cercana, en este caso su jefe.
Este tipo de reacción nos deja al descubierto las estructuras familiares imperantes en
nuestra sociedad y aunque podría ser entendido como una contradicción, estas mujeres
fuertes, formadas y disciplinadas, de una manera, tal vez inconsciente, consolidan el
sistema en el que la figura masculina todavía ejerce autoridad sobre ellas y su entorno.
77
5 CONCLUSIÓN V
Es necesario el estudio de la problemática que se genera en torno al uso de la fuerza
policial, desde el interior de la institución, esto con miras a alcanzar una visión más amplia
de esta labor, a fin de generar nuevos aportes a un verdadera Ciencia Policial
latinoamericana. La falta de conceptos creados desde nuestra realidad local nos obliga a
mantener una crítica en torno a hechos innegables como el abuso de autoridad o la
violencia sin llevarnos a planteamientos más eficaces para el control y lucha contra este
tipo de abusos.
La modernización de la policía al igual que la creación de nuevos marcos legales a la
fecha, son claros indicadores de que nos encontramos frente a un Estado que se acoraza
ante la reacción popular que ha decidido hacerle frente a las acciones de un gobierno
resuelto a imponer sus políticas de toda índole, aun a costa de la oposición o la opinión
de los ecuatorianos, mas no implica necesariamente el uso de la represión para el control
de las manifestaciones como modo de expresión.
Este proceso de modernización del que hablamos, ha llevado a un cambio de estrategias
por parte del Estado para el mantenimiento del orden interno del país, en el que se
conjugan la profesionalización, el estudio de Derechos Humanos y la aplicación técnica
de estas normas y conocimientos en cada uno de los procedimientos en los que interviene
la policía, todo esto con miras a mantener una imagen ante la opinión pública
internacional de ser un gobierno que respeta las normas y convenios internacionales y de
un accionar apegado a las normas que él mismo ha propuesto, ante la opinión pública
nacional.
La presencia del Estado a través de la institución policial y su herramienta, la fuerza,
durante las manifestaciones realizadas entre los años 2013 y 2016, ha demostrado una vez
más ese monopolio de la coacción física legitima que nos habla Weber, mediante un
despliegue de tecnología como son los vehículos (tanquetas, cisternas y motos), un
personal capacitado y equipado, el uso de otros recursos estratégicos como la caballería
y uso de canes. Estos recursos que, aun sin ser empleados, ya genera una reacción en el
manifestante. Es decir, es todo este despliegue de fuerza que en primera instancia forma
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parte de la estrategia de control del orden, cumple justamente esa función de advertir un
posible uso posterior de la fuerza física, por lo tanto es elección del manifestante continuar
con sus acciones o abstenerse de las mismas.
El trabajo de los miembros de la U.M.O. nos lleva a pensar sobre el verdadero uso de la
fuerza en todos sus significados pero uno prevalece por sobre todas las demás y es la
fuerza física empleada por las barreras humanas que contienen a la furia de los
manifestantes. El uso de la fuerza física en este tipo de técnicas de contención convierte
al cuerpo del policía en su única arma. Es con su estructura física previamente trabajada,
moldeada y disciplinada en arduas horas de entrenamiento la que resiste no solo la presión
física ejercida en una manifestación, sino la presión de una sociedad que demanda orden
en medio del caos. Es decir el sujeto ha dejado atrás su condición de sujeto para
convertirse en objeto de su disciplina.
Tras haber estudiado varios manuales de instrucción policial, revisar videos de las
marchas en las que ha participado la U.M.O. y por qué no decirlo siendo personalmente
testigo de estas movilizaciones, podemos sostener que sí existe un uso progresivo,
diferenciado de la fuerza en estos operativos de control y restablecimiento del orden
público durante los operativos realizados entre 2013 y 2016. Sin embargo el verdadero
trabajo realizado en los miembros no solo de esta unidad sino en todos los miembros que
forman parte de la institución policial es la comprensión de los límites de su función. El
respeto a los derechos humanos, al debido proceso y a su rol dentro del Estado, se
encuentra latentes en cada procedimiento.
La formación policial no puede caer en el ámbito de la “todología”. El trabajo de la
institución policial debe ser especializado y profesional, pero ante todo debe humanizarse
el trabajo mismo del policía. Sus largas jornadas, sus salarios, sus condiciones laborales
deben ser revisadas y mejoradas como parte de esta modernización del Estado.
La labor policial siempre estará expuesta a la regulación de la mirada social a través de
los medios de comunicación tanto visuales como prensa escrita, sin embargo, dicha
regulación puede verse interferida por la teatralización del desempeño policial lo que no
permite una lectura clara del desempeño policial y el uso de la fuerza por parte de la
opinión pública, lo que podría contribuir al fortalecimiento del poder del estado.
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Si las imágenes de una intervención policial son difundidas en los medios y no llevan una
explicación clara de lo que el lector o el televidente está observando pueden ser mal
interpretadas o simplemente limitadas a demostrar una parte de la noticia. Simplemente
se deja a la imaginación del televidente o del lector los roles de cada uno de las figuras
de la imagen.
Como podemos ver, existen muchas contradicciones dentro de lo que como ciudadanos
demandamos como derechos. A la par, existe un desconocimiento de los elementos
fundamentales de nuestra correspondencia como ciudadanos con el Estado del que
demandamos cumplimiento. Hay que recordar que en esta relación de poder, el Estado
está facultado por sus mandantes y en esta relación Estado – ciudadanos, hay una
innegable y legitima relación de dominación
La imagen de la policía ha sido y seguirá siendo una figura polémica, porque al compartir
sus mismos orígenes dentro de una sociedad clasificadora y excluyente, se lo sigue
estigmatizando tanto como al delincuente, por venir de sectores golpeados por la pobreza
y la violencia.
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CUERPOS LEGALES Y MANUALES
Constitución Política de la República del Ecuador.
Ley de Seguridad Publica y del Estado
Principios Básicos para el Uso de la Fuerza y Armas de Fuego
Código de Conducta para Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley
Manual de Derechos Humanos aplicados a la Función Policial. (Digital) Ministerio del
Interior
Manual para Operaciones de mantenimiento del Orden Público Ministerio del Interior
Manual de Doctrina Policial de la República del Ecuador, Ministerio del Interior (Digital)
Manual Servir y Proteger Cees de Robert
ENTREVISTAS
Entrevista No. 1.
Comandante de la U.M.O., Oficial Superior de Policía, operativo, hombre, 42 años
Entrevista No. 2
Oficial Subalterno de Policía, operativo, hombre.
Entrevista No.3
Sargento Primero de Policía, operativo, operativo. 46 años
Entrevista No.4
Cabo Segundo de Policía, operativo, hombre, 25 años
Entrevista No.5
Policía, operativa, instructora, operativa, mujer, 23 años
Entrevista No.6
Policía, operativa, mujer, 30 años
Entrevista No. 7
Oficial Superior de la Unidad “La Delicia”, operativo, hombre 43 años
Entrevista No. 8
Oficial, funcionario de la Dirección Nacional de Educación. Sección Derechos Humanos
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