una mirada a la pobreza. caritas barcelona

Upload: diagramconsultores

Post on 06-Apr-2018

223 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    1/33

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    2/33

    UNAMIRADAALAPOBREZA

    (CORAZONES ATENTOS Y QUE ACTUAN EN CONSECUENCIA)

    Critas Diocesana de Barcelona

    yCristianisme i Justcia

    PRESENTACIN .................................................................................................................

    1. LA MIRADA DE CRITAS HACIA LOS QUE SUFREN LA POBREZA......................1. Vivir en un contexto de crisis permanente .....................................................2. Personas pobres en un mundo rico .................................................................3. La poblacin atendida por Critas ..................................................................4. El da despus: propuestas para una nueva sociedad ..................................

    2. UNA MIRADA ESPIRITUAL (JESS RENAU, S.J.) ..........................................................1. Las personas: las que sufren, las que ayudan, las que no quieren mirar .........2. Las estructuras, las injustas y de pecado y las liberadoras ........................3. La lectura espiritual de todo y la pregunta de Jess ...................................

    NOTAS ................................................................................................................................

    CUESTIONES PARA LA REFLEXIN ...............................................................................

    29

    30

    2426

    1919

    912

    655

    3

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    3/33

    INTERNET: www.fespinal.com Dibujo de la portada: Roger Torres Impreso en papel y car-tulina ecolgicos Edita CRISTIANISME I JUSTCIA R. de Llria, 13 - 08010 Barcelona tel: 93 317 23 38 fax: 93 317 10 94 [email protected] Imprime: Edicions Rondas, S.L. ISSN: 0214-6509 ISBN: 84-9730-238-9 Depsito legal: B-8.897-2010 Abril 2010.La Fundacin Llus Espinal le comunica que sus datos proceden de nuestro archivo histrico perteneciente a nues-tro fichero de nombre BDGACIJ inscrito con el cdigo 2061280639. Para ejercitar los derechos de acceso, rectifica-cin, cancelacin y oposicin pueden dirigirse a la calle Roger de Llria, 13 de Barcelona.

    Critas Diocesana de Barcelona: Equipo de redaccin (Merc Darnell, Juana Martn, ImmaMata, Marta Pluj, Jordi Rogl, Anna Roig y Montse Sintas).

    Cristianisme i Justcia: Jess Renau, sj.

    Con la colaboracin del Ayuntamiento de Barcelona - Area de Accin Socialy Ciudadana

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    4/33

    3

    PRESENTACIN

    Quiero agradecer, en nombre de Critas y de las personas que aten-demos, la oportunidad de escribir en esta coleccin de Cristianisme iJustcia.

    En primer lugar, querra explicar de dnde surge el contenido delCuaderno que tienen en sus manos.

    El mes de septiembre del 2009 me invitaron, como director de Critas,a hablar en el Senado, en la Comisin especial de estudio sobre nue-vas formas de exclusin social como consecuencia del fuerte incre-mento del desempleo, de los nuevos rostros de la pobreza a raz de lacrisis y a sugerir propuestas concretas para la superacin del momen-to actual.

    Unos meses antes, el ao 2008, se me haba pedido una intervencinsimilar en el Parlament de Catalunya. Al acabar la comparecencia undiputado me plante en privado si estbamos ante una crisis econmi-ca o no. Le contest: No s si hay crisis o si hay desaceleracin, nolo s; lo que s es que desde hace muchsimos aos no haba vistosufrir tanto a tantas personas y familias como las que hemos atendidodesde hace un ao.

    Nuestro compromiso, ahora y antes, pasa tambin por informar a lasociedad, sensibilizar a la comunidad cristiana y, cuando es necesario,realizar una denuncia social rigurosa con un mximo respeto por las

    personas, de las realidades de pobreza con frecuencia escondidasque descubrimos en nuestra accin diaria. Otras realidades y tragedias

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    5/33

    4

    ms lejanas geogrficamente, el dolor de Hait, de Chile i tantos otros,nos conmueven y a la vez, nos animan a seguir.

    Todo el equipo de redaccin de Critas (Merc Darnell, Juana Martn,Imma Mata, Marta Pluj, Anna Roig y Montse Sintas) agradece a Jess

    Renau su mirada espiritual, un autntico regalo que, en momentoscomo los actuales, supone un importante alimento para el espritu.

    Confo que en este cuaderno encuentren algunas claves para acercar-se a estas realidades, tan diferentes como complementarias.

    Jordi Rogl de LeuwDirector de Critas Diocesana de Barcelona

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    6/33

    1.1. Estos lodos...

    Tomando como ejemplo los datos pre-sentados por Critas, entidad presente

    en un rea metropolitana de cerca decinco millones de habitantes, nos en-contramos con estas tres consideracio-nes, que probablemente podran ha-cerse extensivas a otros puntos delestado:

    Primera: durante el ao 2009 esta en-tidad ha atendido a ms de 51.000 per-

    sonas, el doble de las que atendi en2007.

    Segunda: en cuanto a las ayudas eco-nmicas, pasa exactamente lo mismo.En el 2009 se han multiplicado porms de dos las ayudas econmicas quese haban concedido en el ao 2007.

    Tercera: demasiadas personas no hanpodido hacer frente a la crisis y de en-tre ellas un buen porcentaje no estsiendo atendido por los servicios so-ciales de las administraciones, bienporque las citas se estn dando hastacon tres meses de plazo, bien por tra-

    tarse de personas inmigradas en situa-cin irregular. Habra que preguntarse5

    1. LA MIRADA DE CRITAS HACIA LOS QUE SUFREN LAPOBREZA

    El amor de Dios nos invita a salir de lo que es limitado y no definitivo,nos da valor para trabajar y seguir en busca del bien de todos,

    aun cuando no se realice inmediatamente, aun cuando lo que consigamos nosotros,las autoridades polticas y los agentes econmicos, sea siempre menos de lo que anhelamos.

    (Spe Salvi, BENEDICTO XVI, 2007)

    El ao 2009 ha sido un ao en el que se han incrementado les deman-

    das de atencin, y esto lo han notado todas las entidades que trabajanen intervencin social.

    1. VIVIR EN UN CONTEXTO DE CRISIS PERMANENTE

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    7/33

    por qu motivo los servicios socialesde las administraciones muchas vecestienen que dejar de atender a estas per-sonas, cuando, a pesar de no estar ensituacin regular, estn pagando im-

    puestos de manera indirecta.

    1.2. vienen de aquellos polvos

    Sin embargo, este fuerte impacto de lacrisis no se entiende sin otro dato: la per-sistencia de la tasa de pobreza, situadaentre el 18 y el 20% de la poblacin es-paola durante los catorce aos ininte-rrumpidos de bonanza y de crecimientoeconmico. Poniendo slo el acento enla crisis, se olvida que en los aos deprosperidad siguieron incrementndoselas desigualdades entre el 80% de la po-blacin ms acomodada y el 20% quevive por debajo del umbral de la pobre-za.

    Este 20% est formado por un co-lectivo de personas pobres en situacincrnica y por otro que flucta en fun-

    cin de diferentes coyunturas persona-les (pobres de ida y vuelta). En total,y segn el ltimo estudio de FOESSA-Critas1, casi la mitad de la poblacinespaola (un 44%) ha sufrido en un mo-

    mento u otro, durante los siete aos ana-lizados (recordemos: aos buenos),un episodio de pobreza.

    Lgicamente, no es lo mismo hacerfrente a una poca de crisis cuando laetapa de expansin econmica se haaprovechado para mejorar la situacinde las personas pobres, que hacerlocuando por primera vez en 40 o 50 aos

    no se ha sido capaz de reducir los ndi-ces de pobreza y de exclusin social. Noquiere decir que no se haya hecho nada;se han hecho cosas, y buenas, pero, sim-plemente, no se han aprovechado los ca-torce aos de vacas gordas para equipa-rar los niveles de proteccin socialespaoles a los que tienen otros paseseuropeos. Y ahora la crisis pasa factura

    en forma de sufrimiento de muchas per-sonas y familias.

    En cuanto a los nuevos colectivos que seestn atendiendo, nos ceiremos a cua-tro:

    2.1. La nueva pobreza

    Los nuevos pobres son personas a las

    cuales hace cinco o seis aos les ibanbien las cosas, pero que ahora uno o los

    dos sustentadores se han quedado en pa-ro, y esto ha provocado que no hayanpodido plantar cara a la nueva situacin.Por desgracia, se ha extendido demasia-do la cultura del mnimo esfuerzo: nohaca falta estudiar para encontrar tra-bajo, no haca falta ahorrar para accedera los bienes de consumo. Todo se podafinanciar.

    6

    2. PERSONAS POBRES EN UN MUNDO RICO

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    8/33

    Hemos construido nuestro presentesobre la base de la deuda.

    Entre estos nuevos pobres distingui-mos dos grupos:

    En primer lugar, los trabajadores por

    cuenta ajena. Por ejemplo, familias for-madas por un matrimonio con dos o treshijos. Padre y madre trabajaban; l lohaca en el sector de la construccin yella en el servicio domstico. Primero esl quien se queda sin trabajo y ms tar-de, ella, sobre todo, despus del veranode 2008. Es el caso de personas con in-gresos de entre 1.500 y 1.800 euros

    mensuales que tienen que pedir alimen-tos para poder hacer frente a los pagosmensuales de la hipoteca. No estn ensituacin de pobreza, pero s en una si-tuacin de riesgo si no resuelven pron-to sus problemas hipotecarios.

    En segundo lugar, se encuentran losautnomos. Baste un ejemplo sacado dela vida:

    Hace cosa de unas semanas, salien-do de las oficinas de Critas enBarcelona, a ltima hora de la tarde,en el momento de abrir la puerta,suena el timbre. Era una pareja for-mada por una mujer gitana y unpa-yo; l, resignado; ella, desolada. Llo-rando. l dijo: Llevamos cuatro

    das sin comer, aydennos, por fa-vor, chenos una mano. Se losacompa a buscar una pensin.Mientras bamos andando, dejaronde hablar del problema es lo queacostumbra a pasar para pasar a ha-blar de las causas de su situacin. Setrataba de una pareja de Zaragozaque regentaba un bar. Ambos eran

    autnomos y cotizaron como talesdurante ocho aos. En 2007 la situa-

    cin fue empeorando progresiva-mente. En 2009 no pudieron hacerfrente a los gastos fijos del bar ni alos del alquiler de la vivienda.Dijeron que lo nico que queran era

    trabajar. Slo queremos trabajar,repetan. Tras meses de infructuosa bsqueda de trabajo en Zaragoza,decidieron ir a trabajar a la vendimiay se trasladaron a la zona delPeneds. Tras das yendo de pobla-cin en poblacin, lo nico que lesofrecan los servicios sociales de di-versas poblaciones fue un billete de

    tren a Barcelona y un bocadillo.Finalmente, s, llegaron a Barcelonasin haber podido trabajar en la ven-dimia. En Barcelona han ido de unservicio social a otro y siempre pasalo mismo, segn ella: No estamosempadronados y no nos puedenatender.

    2.2. Pobres de ida y vuelta

    El segundo colectivo es el que denomi-namos como pobres de ida y vuelta.Muchas personas que estaban siendoatendidas socialmente hace algunosaos pudieron salir de la exclusin, sibien lo hicieron, muchas veces, sin aca-bar el proceso de acompaamiento que

    se les ofreca. Haban conseguido untrabajo; en precario, pero un trabajo. Esel caso de una persona en situacin desin hogar que expres a quien la aten-da:

    Aunque no os lo creis, yo de stalograr salir. S, s, no me miris as,porque aqu, en el centro de da, no

    somos todos iguales. Algunos deellos sealaba a algunos de sus7

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    9/33

    compaeros no saldrn jams; in-cluso a alguno ya le puede ir bien as.Pero a m, no. A mi dadme un traba-jo, de lo que sea, y ya no me verisms por aqu.

    Y as fue. En la siguiente visita alcentro, al preguntar por l, ya no estabaporque haba conseguido un trabajo delo que sea.

    Ahora, sin embargo, estos trabajosson mucho ms difciles de encontrar.Por este motivo vuelven pidiendo ayu-da para cubrir necesidades bsicas, aun-

    que a ellas, a las personas pobres, es alas primeras a las que no les gusta pedirayuda y menos subsidios ni colapsarlos servicios sociales.

    Una pequea aclaracin que convie-ne hacer cuando se habla de las necesi-dades econmicas y de las ayudas a las personas: desde Critas y desde otrasentidades similares, consideramos que

    la beneficencia por la beneficencia, taly como se sobreentiende a menudo, creadependencia y resulta tremendamentehumillante para la persona. En cambio,la idea de beneficencia que reclama-mos es la que corresponde a su etimo-loga de bene facere, que significa ha-cer justcia. Lo que queremos hacer esbeneficencia defendiendo la justicia so-

    cialde las personas empobrecidas.

    2.3. Trabajadores pobres

    El tercer colectivo sobre el que situamosel foco de atencin es el de los trabaja-dores pobres.

    Pareca que las imgenes de un mer-cado de mano de obra entre nosotros era

    una cuestin del pasado o de pases po-

    bres del llamado tercer mundo. En efec-to, en estos pases, son millones de per-sonas las que ofrecen al mejor postor sujornada laboral por uno o dos dlares alda. Son personas que trabajando como

    nadie pero son ms pobres que nadie.Pero sta ya no es una realidad ex-

    clusiva del tercer mundo. Desde hace untiempo se est atendiendo a personaspobres que trabajan. Los datos corrobo-ran esta experiencia. Ahora que cele-bramos el Ao europeo contra la pobre-za y la exclusin social, se hareconocido que en Europa 80 millones

    de personas (cerca del 17% de la pobla-cin) viven por debajo del umbral de lapobreza. No todas son personas en pa-ro. Hay un 8% de las que tienen trabajocon unos salarios que no les permitensalir de esta situacin. Es lo que algunosautores llaman la americanizacin dela pobreza: personas con trabajos muyprecarios y muy sencillos. No es un co-

    lectivo nuevo como tal, pero por des-gracia parece un colectivo en creci-miento.

    Y es que parece notarse una transla-cin en el conjunto de la pobreza: au-menta el colectivo de la pobreza severaen detrimento del de la pobreza mode-rada.

    2.4. Poblacin extranjera ensituacin de desregularizacin

    El cuarto grupo es el que denominamosde desregularizacin. Nos referimos apersonas con autorizacin de residenciay de trabajo que, al quedarse sin ocupa-cin, no pueden renovar la autorizaciny, por tanto, pasan de nuevo a una si-tuacin administrativa irregular. Tambi-

    8

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    10/33

    n hay personas en situacin irregulardesde hace tres o cuatro aos que no en-cuentran trabajo y, en consecuencia, alno disponer de una oferta firme de ocu- pacin, no pueden tramitar el arraigo.

    En este grupo se tiene que incluir tantoa jvenes que han llegado como conse-cuencia de un reagrupamiento familiar,como a personas que, llevando tres aoso ms en el pas, inician el itinerario pa-ra obtener el permiso de residencia.

    Detengmonos un momento en estepunto. Por qu denominamos a las per-sonas inmigrantes si a lo largo de la

    historia, en todo el mundo, han habidopermanentemente continuos movimien-tos de poblaciones?

    Cuando la sociedad o los medios decomunicacin hablan de los inmigran-tes, a menudo olvidamos la poca en laque nosotros lo fuimos. No nos estar pasando como a aquel ministro suizo,que durante los aos en que Espaa era

    un pas generador de emigracin dijo:Necesitbamos mano de obra y noshan llegado personas!? Es que si yano son tiles como mano de obra, la al-

    ternativa que tenemos es gritar: fueraextranjeros?

    Seguramente tenemos el perfil de in-migrantes que necesitbamos: perso-nal para ocupar lugares de trabajo bara-

    tos y de baja cualificacin en sectorescomo la construccin y el turismo. Hanllegado los inmigrantes que habamospedido. En cambio, no han venido, porejemplo, tcnicos de Asia que s que hanido a Estados Unidos o Canad. Y nohan venido porque aqu no tenamos de-finidas otras lneas de actividad econ-mica. Nosotros hemos basado nuestro

    crecimiento en trabajos y actividades debajo valor aadido: la construccin y elturismo. Pero, hay muchos ciudadanosde los mismos pases a los cuales perte-necen nuestros inmigrantes, que se hanestablecido all donde haba buenos in-centivos, para tcnicos, informticos yotros profesionales.

    Quizs sera el momento de dedicar

    esfuerzos a aprovechar el potencial deestas personas, muchas de ellas con mscapacidades y recursos de los que no-sotros les hemos reconocido.

    9

    3. LA POBLACIN ATENDIDA POR CRITAS

    Hemos intentado describir cmo son losnuevos perfiles de pobreza, aquellosms ntimamente relacionados con unasituacin de crisis que afecta transver-

    salmente aunque no con la misma fuer-za muchas capas de nuestra sociedad.

    En este apartado intentaremos hacerun retrato ms general de aquellas per-sonas que recurren a la ayuda de Critas para poder tirar adelante. De manera

    sinttica, podemos imaginar un retrato-robot que muestra a:

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    11/33

    Una mujer, extranjera, que se hacecargo sola de uno o dos hijos meno-res, que vive en una habitacin de re-alquiler, que no tiene ingresos por-que su situacin administrativa es

    irregular y que tiene que recibir ayu-da para poder pagar la habitacin,para alimentos y para poder llevar asus hijos a la guardera.

    Es evidente que ste es el retrato deuna realidad mucho ms compleja, peroque compendia las consecuencias to-das de vivir en un contexto como el que

    hemos descrito al empezar. Pero hayotros perfiles de situaciones de pobreza:

    Nios que se pasan muchas horassolos en casa y a los que se les piden res-ponsabilidades adultas. En las situacio-nes de realquiler, muchos de estos niosse pasan horas en compaa de gentedesconocida y dando vueltas por la ca-lle sin control.

    Personas inmigradas que, al no te-ner la situacin legal resuelta, no pue-den trabajar con contrato y se ven obli-gadas a buscartrabajos en el mercadonegro. Trabajos temporales, mal paga-dos y, en ocasiones, sufriendo abusos delos contratantes que no les pagan o losamenazan con falsas denuncias.

    Las familias que viven de realqui-

    ler porque sin ingresos no se pueden permitir pagar un alquiler a precio demercado, pero que pagan precios abusi-vos por una habitacin en malas condi-ciones y, a veces, sin derecho a cocina,con el bao a horas restringidas y sin po-der lavar la ropa ni sacar sus posesionesde la maleta.

    Mujeres extranjeras que tienen que buscar trabajo porque los maridos se

    han quedado en el paro, con el conflic-to que esto supone a causa del cambiode roles a nivel familiar y de conviven-cia.

    Las personas con problemas de sa-

    lud mental: depresin, angustia, ansie-dad... provocados por la presin de vi-vir bajo condiciones a menudoinfrahumanas.

    Evidentemente, las personas ma-yores con dependencia social: personassolas, aisladas, sin familia o con poca re-lacin familiar, con ingresos insuficien-tes y, en ocasiones, con problemas de sa-

    lud mental. Como ya hemos comentado, fami-

    lias que hace tiempo haban sido aten-didas, pero que haban remontado, y queahora, con la crisis, han tenido que vol-ver a pedir ayuda. Y familias que nuncahaban requerido ayuda y que ahora sehan visto obligadas a llamar a la puertade entidades sociales o de los Servicios

    Sociales pblicos para poder cubrir lasnecesidades bsicas.

    Pero veamos ahora con ms detalle,y a pesar de la frialdad de las cifras, cu-les son las personas atendidas, en con-creto, por Critas en el ao 2009:

    Hay un 53% de mujeres frente aun 47% de hombres.

    Por edades, slo el 3% son perso-nas mayores, el 41% son adultas, el 20%son jvenes y el 36% menores.

    En cuanto al tipo de familia, el36% son parejas con hijos, el 34% per-sonas que viven solas y el 15% son fa-milias monomarentales.

    La posesin de la vivienda es casiparitaria entre el alquiler (el 35% de loscasos) y el realquiler (el 34%); la pro-

    10

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    12/33

    piedad supone el 13%. Hay que desta-car que algo ms del 12% no tiene unlugar en el que vivir.

    En cuanto al realquiler, el 35% sonparejas sin hijos, a pesar de que el 21%

    vive de realquiler teniendo hijos. Porotro lado, casi el 57% vive en una habi-tacin compartiendo piso con personascon las cuales no tiene ningn vnculofamiliar. Aunque el 20% comparte la vi-vienda con otros familiares.

    Si tenemos en cuenta dnde hannacido: el 31% en Espaa, el 29% enAmrica Central y del Sur y el 26% en

    Marruecos, mayoritariamente. La situacin documental de estas

    personas es irregular en el 26% de loscasos, sobre todo en las de origen lati-noamericano y del frica subsahariana.Otro 25% tiene DNI o pertenece a laUE. El 22% tiene autorizacin de resi-dencia y de trabajo, mientras que el 14%slo tiene de residencia, principalmente

    porque han llegado a nuestro pas a tra-vs de un reagrupamiento familiar (y s-te impide la posibilidad de trabajar).

    En cuanto al trabajo, el 33% se en-cuentra en paro, el 23% busca trabajo apesar de estar irregular, el 10% declaraestar ocupado en trabajos no regulariza-dos y slo el 11% tiene contrato.

    As, se entiende cmo el 47% delas personas atendidas no tiene una

    fuente de ingresos. Poco ms del 12%tiene ingresos procedentes del trabajoregularizado y un 12% recibe ingresostrabajando en la economa sumergida.

    Esta radiografa marca claramente eltipo de ayudas que se piden a Critas yque se gestionan a travs del Servicio deAyudas Econmicas, a pesar de que noson todas, ya que utilizar los recursos re-sidenciales, participar en proyectos ma-terno-infantiles o disponer de apoyo psi-colgico, por citar slo algunosejemplos, no se computa a travs de es-

    te servicio. Slo lo hacen aquellas ayu-das directas, las que se llevan a cabo enmetlico, siempre, evidentemente, pre-vio informe social.

    Dicho esto, referiremos que el 56%de las ayudas econmicas concedidas sehan destinado a cubrir necesidades rela-cionadas con la vivienda, principalmen-te al pago de habitaciones de realquiler

    (68%) y de alquileres (15%). Los otrosdos captulos ms importantes de ayu-das econmicas han sido el de alimen-tos y los relacionados con la infancia,estos ltimos destinados fundamental-mente a pagar guarderas y comedoresescolares. Estos conceptos se repitenao tras ao, pero este ao se han in-crementado las cantidades totales, es

    decir, el nmero de personas que lo hansolicitado.

    11

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    13/33

    Entremos ya en el captulo de propues-

    tas. Nos referiremos a ocho grupos depropuestas:

    4.1. Una alternativa al PIB

    Sera necesario determinar un indicadornuevo, adicional al PIB: el del bienestarde la persona o del desarrollo social.Valemos por lo que somos y no por losbienes que tenemos y, como dice el in-forme Foessa de Critas, es necesario unindicador mixto que incluya, entre otrascosas, la participacin en la ocupacin,en el producto social y una participacin poltica en los derechos sociales: vi-vienda, educacin, salud y relacionessociales. Tomar slo como indicador elPIB conduce a contradicciones comolas que hablbamos al principio. El cre-cimiento puede inducir a una visinequivocada de la realidad que no recojaun aumento de las desigualdades y delas personas en riesgo de pobreza. Pordesgracia, a pesar de la insistencia en elcambio de modelo despus de una cri-sis como la que estamos viviendo, slose sigue tomando este indicador a la ho-ra de medir la salud econmica del pa-s.

    4.2. Sostenibilidad

    La segunda propuesta contempla medi-das para llegar a una sociedad muchoms cohesionada y sostenible. Por este

    motivo se tendra que dedicar una espe-cial atencin a:

    4.2.1. Educacin e igualdad de

    oportunidades

    Con la crisis, se ha visto la necesidad dedisponer de un sistema educativo de ca-lidad y que ofrezca igualdad de oportu-nidades a todos y a todas. Lo que ahorasucede es que muchas personas partende niveles muy desiguales. Y, adems,necesitamos un sistema educativo que

    no vare sustancialmente segn el parti-do poltico que gobierne.Parafraseando al economista ruma-

    no Georgescu-Roegen2, no deberamosaumentar nuestro grado de entropa, en-tendida como una fuerza csmica dis-puesta siempre a imposibilitar el cam-bio. Malas polticas educativas no harnsino aumentar el nmero de pobres en

    las prximas generaciones.Debemos hacer nfasis en la educa-cin de cero a tres aos. Tenemos la fir-me conviccin de que esta etapa, hoy enda an no recogida en la educacinobligatoria, es clave para el desarrollodel nio. En esta misma lnea va el Elinforme de la inclusin social en Espaa2009, elaborado por el Observatori de

    la inclusi social de Caixa Catalunya,y que ha concluido lo siguiente:

    La baja participacin relativa de ni-os/as de uno y dos aos proceden-tes de familias con pocos recursoseducativos en la educacin preesco-lar, priva a estos menores de oportu-nidades de desarrollar competenciasy capacidades cognitivas crucialespara situarlos en pie de igualdad con

    12

    4. EL DA DESPUS: PROPUESTAS PARA UNA NUEVA SOCIEDAD

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    14/33

    otros menores al comienzo de la eta-pa obligatoria.

    Y as tambin lo hemos constatado,por ejemplo, en los espacios de apoyo

    maternoinfantil, que Critas hace aostiene en funcionamiento. En ellos dia-riamente madres jvenes con sus hijosde 0 a 3 aos aprenden a vivir con feli-cidad su maternidad. Reciben informa-cin, orientacin, se las escucha y aco-ge plenamente teniendo en cuenta quemuchas estn solas y/o no tienen refe-rentes. As pues, convendra poner una

    atencin especial en la educacin en es-tos primeros aos de vida.En este punto alguien se puede pre-

    guntar con razn qu tiene que ver estocon la sostenibilidad, ya que hemos re-lacionado este concepto exclusivamentecon su vertiente medioambiental. Cree-mos que la sostenibilidad no se puedereferir slo al medio ambiente, sino que

    es necesario aplicarlo a las personas.Es decir: no podemos dejar a nues-tros hijos y nietos una pobreza infantiltan elevada, que nos obligue a continuaratendiendo las mismas personas de aqua unos aos pero ya no como nios sinocomo adultos. sta es la sostenibilidadde las personas. Las decisiones que to-memos condicionarn la tasa de pobre-

    za que heredarn nuestros hijos y nietos,y esto debera hacernos pensar (comohacemos con la ecologa) en periodos detiempo ms largos que no los que se de-rivan de las coyunturas econmicas.

    4.2.2. Erradicacin de la pobrezaextrema

    Al hablar de sostenibilidad en una so-ciedad como la nuestra, la tarea priori-

    taria es la erradicacin de la pobreza ex-trema. Tenemos que erradicar la pobre-za severa del siglo XXI en Espaa.Cmo? De la nica manera posible: atravs de un pacto entre todos los parti-

    dos polticos, destinando en primer lu-gar dos o tres puntos ms del PIB a pro-teccin social, pasando del 19 o 20% al22 o 23%. Qu paso tan grande podr-amos dar! As lo han hecho determina-dos pases europeos, animados tanto porlos objetivos que se marcaron en laEstrategia de Lisboa (2000-2010) comotambin por los de las Naciones Unidas

    para el ao 2015. Sin embargo, de mo-mento el estado espaol sigue en la co-la de la Unin Europea en ProteccinSocial, junto con Portugal, Grecia y lamayora de pases de la Europa del Este.

    4.2.3. Personas mayores y pobrezaestructural

    Este problema ha sido denunciado deforma reiterada por muchas entidades, yentre ellas por Critas, a lo largo de es-tos aos y no nos extenderemos. De to-dos modos, no tendramos que olvidarla gran cantidad de personas mayores yde viudas que reciben pensiones de ju-bilacin o de viudedad por debajo delumbral de la pobreza: aproximadamen-te una de cada dos personas mayores de65 aos que viven solas o han enviuda-do. Queda claro que se trata de la parteinacabada del tercer pilar del Estado delBienestar. Y una reflexin: si muchaspersonas viudas haban estado cotizan-do todos sus impuestos de la unidad fa-miliar bajo el rgimen de gananciales,es moralmente aceptable dejar a la per-sona viuda en condiciones de no ga-nanciales?

    13

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    15/33

    Y no olvidemos, tampoco, a las per-sonas que perciben las denominadasPensiones No Contributivas, algunas nollegan ni a los 320 euros al mes.

    Desde nuestro punto de vista, la ta-

    rea de las personas mayores tendra queser justamente reconocida y retribuida.Cuando les ha llegado la edad de unamerecida jubilacin, muchas de ellasllevan a cabo tareas de soporte socialque de no realizarse agravaran an mu-cho ms la precariedad social: cuidanlos nietos, acogen en su casa a los hijosque han regresado por separaciones, por

    situaciones de paro o por prdida de lavivienda al no poder pagar alquileres ohipotecas.

    Otra cuestin relacionada con lagente mayor es el grave dficit de equi- pamientos y de servicios destinados aellos (centros de da, residencias, aten-cin domiciliaria, etc.). Los esfuerzosque se hayan hecho en esta direccin, y

    que han sido importantes, no han servi-do para reducir el dficit en una pobla-cin cada vez ms envejecida.

    4.3. Las familias en el centro dela accin poltica

    No coincidimos todos en que hemosasistido a una crisis de valores o que, co-mo mnimo, muchas cosas las hemoshecho sin aplicar determinados valores?Resulta innegable que es la familia lamxima responsable de la transmisinde valores. Esto slo seguir siendo po-sible con polticas de proteccin fami-liar adecuadas, y con un abordaje seriode la cuestin de la conciliacin laboraly familiar. Tambin en este caso conta-mos con ejemplos de buenas prcticas

    en pases de nuestro entorno europeo.Cuando estas polticas no se consideranprioritarias, lo sufre toda la sociedad, yespecialmente los ms jvenes.

    4.4. La hipoteca como herencia

    Esta historia no ha sido por desgraciauna historia aislada:

    Una entidad financiera anim a unas personas que fueron atendidas enCritas a que compraran una vivien-da con el sueldo que ganaban (entre

    600 y 800 euros). Ellos dijeron queno podan comprarse un piso. A pe-sar de esto, el banco les indic queslo era cuestin de que buscaran aalguien que los avalara. Ellos insis-tieron en que no podan pedir un avalporque aquellos que los podan ava-lar se encontraban en la misma si-tuacin. Entonces les dieron la solu-

    cin: presentar avales cruzados. stefue el nimo de la entidad financie-ra. La ltima noticia que hemos te-nido es que alguno de los benefi-ciarios de aquella operacin deavales cruzados ha regresado a supas, dejando previamente las llavesdel piso en su Ayuntamiento.

    Se ha dicho que la crisis la tenemosque pagar entre todos, pero nunca po-dremos estar de acuerdo con que las per-sonas ms pobres tengan que sufrir tan-to. Es un problema de justicia social ytenemos que tener en cuenta que a mu-chas de estas personas se las ha anima-do a creer que podan vivir un nivel devida que no era viable.

    No hemos puesto a disposicin delas entidades financieras ingentes canti-

    14

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    16/33

    dades de dinero? Pues los servicios ju-rdicos de Critas no han conocido nin-gn caso que haya recibido dinero de lasentidades financieras para paliar su si-tuacin, y no nos referimos a condonar

    una parte de la hipoteca. Como muchose les ha permitido ampliar el plazo deveinticinco aos a treinta aos, o inclu-so hasta cuarenta aos. En este puntonos tenemos que remitir otra vez a lasostenibilidad de las personas. Qu es-pera a la prxima generacin sino unahipoteca como herencia?

    4.5. Prioridad: la ocupacin joven

    En cuanto a la ocupacin, creemos ne-cesario aumentar las plazas de forma-cin profesional, incentivar al emplea-dor, retomar la figura del aprendiz ydefinir cul o cules sern las nuevas ac-tividades econmicas que sustituirn alas actuales.

    Por cierto, recuerdan a nuestro ami-go que peda un trabajo de lo que fue-ra? Pues bien, este amigo sera ahorams feliz si pudiera seguir trabajando. Yprobablemente habra podido seguir ha-cindolo si en vez de apostar por las ac-tividades econmicas que tenamos, hu- bisemos tenido las mismas, aunquealgo ms reducidas, y las hubiramoscomplementado con otras de mayor va-lor aadido. Cmo? Apostando por laI+D+I3. Algunos informes sociolgicosmuestran una correlacin entre la apues-ta por la I+D+I y una mayor proteccinsocial. Los jvenes tienen que ser unaprioridad en el campo de la ocupacin:no puede estar sin trabajo uno de cadatres o cuatro jvenes. De nuevo, volve-

    mos a la sostenibilidad, pero no del me-dio ambiente sino de las personas.

    Son necesarias, evidentemente, laspolticas de ayudas sociales, pero desdela experiencia en atencin a las perso-

    nas, se ve cmo es la propia persona,con el apoyo necesario, la que tiene quetomar la iniciativa en el proceso de re-cuperacin de la propia autonoma, por-que en la vida todos tenemos que ponerun poco de nuestra parte; de otro modonada funciona. Por tanto, son necesariaslas polticas sociales, pero se tendra quedestinar la misma cantidad de dinero a

    la inversin y no slo a un gasto que ac-ta como un parche momentneo.

    4.6. Atencin a la salud mental

    Los problemas de salud mental son unarealidad constatada por todos los quetrabajamos en el campo social y una re-alidad que no ha cesado de aumentar enlos ltimos aos. En ocasiones se tratade una situacin crnica que acaba conla persona en la calle, y en otras, es lacalle la que acaba perjudicando la saludmental de la persona. Esta situacincomporta consecuencias de todo tipo:individual, como en el caso de la ansie-dad, la depresin y las enfermedades psicosomticas; familiar, como el au-mento de los conflictos con la pareja ocon los hijos; y social, porque puedenllegar a provocar conflictos sociales yuna ruptura de la cohesin y la convi-vencia. La atencin a la salud mental esuna atencin deficitaria en nuestro pas,y esto provoca que muchas personasque son atendidas por los servicios so-ciales, deberan estar recibiendo trata-

    15

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    17/33

    miento en el marco de instituciones so-ciosanitarias adecuadas.

    4.7. Reforma de la Ley de

    ExtranjeraLa preocupacin por la normativa quetiene que regular la estancia de las per-sonas extranjeras en nuestro pas vienede lejos. A lo largo del proceso deConsenso Social sobre las Migraciones puesto en marcha en Catalua porCritas y la Comisin Espaola deAyuda al Refugiado (CEAR), iniciadoel ao 2005 y ya antes, en el docu-mento Un futuro para todo el mun-do, se apuntaban numerosos cambiosque se tenan que introducir en la Leyde Extranjera, ya que se considerabaque se vulneraban derechos fundamen-tales. Algunos de estos cambios se con-templaron y hoy en da ya forman partedel cuerpo de dicha ley, pero no todos.

    Por este motivo, laPlataforma den-titats cristianes amb els immigrants, unconjunto de entidades que trabajan jun-to a las personas inmigradas para ayu-darlas en la integracin en su nueva so-ciedad, hicieron pblico un manifiestoen el cual pedan un cambio significati-vo en diversos aspectos de derecho b-

    sico. Estas son las consideraciones quela Plataforma hace en relacin a la Leyde Extranjera:

    Alargar el periodo de internamien-to, teniendo en cuenta que muchos cen-tros no cumplen las condiciones mni-mas de habitabilidad, slo sirve paraalargar el sufrimiento de estas personas.

    No se puede sancionar la hospita-lidad. Es verdad que con la enmienda al

    proyecto inicial ya no se prev penali-zar a las entidades o instituciones que prestan atencin a las personas inmi-gradas, pero s se considera punible lasolidaridad individual de aquellas per-

    sonas que invitan a un extranjero y quepasado el periodo de permanencia regu-lar, siguen mantenindolo a su cargo.

    Es una ley excesivamente restric-tiva con el reagrupamiento familiar, msrestrictiva incluso de lo que marca lanormativa europea: la persona que quie-ra traer a sus padres no podr solicitar-lo hasta los 5 aos de residencia legal en

    Espaa (la normativa europea estable-ce un mximo de 2 aos) y, adems, s-lo se podrn reagrupar los ascendentesmenores de 65 aos por razones huma-nitarias.

    A los menores no acompaados seles trata ms como extranjeros que co-mo menores a los cuales haya que pro-teger.

    Tambin introduce la discrimina-cin en el acceso a la formacin: slolos menores tienen derecho a la educa-cin, estn o no en situacin regulariza-da en Espaa, mientras que los mayoresde edad slo tendrn derecho a la edu-cacin si se encuentran en situacin re-gular.

    Todo ello acenta una situacin queya por s misma es bastante difcil paratodas aquellas personas que lo han teni-do que dejar todo para intentar ganarsela vida con dignidad huyendo de unapobreza segura.

    4.8. Medidas organizativas

    Finalmente, unas medidas organizati-vas.

    16

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    18/33

    La primera propuesta es una mejorcoordinacin entre las Administracio-nes. Recordemos el ejemplo de la pare- ja antes citado y cmo iba de unaAdministracin a otra, de una poblacin

    a otra y de una comunidad autnoma aotra. Nuestra propuesta se centra en lacoordinacin entre Administracionespara mejorar la eficiencia de las polti-cas sociales (y optimizar as unos recur-sos que no son precisamente sobrantes).Y, lgicamente, tambin, buscar la co-ordinacin entre administraciones p- blicas y entidades sociales privadas:

    aprovechemos las sinergias. Adems, enlos servicios sociales de las Adminis-traciones se necesita la figura del refe-rente, que asegure la transversalidad enla atencin.

    Y la segunda propuesta, en la lneade la colaboracin entre entidades y ad-ministraciones, es la equiparacin dedeterminadas entidades con los centros

    especiales de trabajo que tienen unasciertas prerrogativas como estar exentosde la cuota empresarial a la Seguridad

    Social o recibir subvenciones por lugarde trabajo ocupado.

    Conclusin

    Hasta aqu hemos visto o descubiertouna realidad conmovedora que a pesarde estar en nuestro entorno ms inme-diato no siempre los medios de comuni-cacin se prestan a ensear. Pero es unarealidad que existe y que no podemospasar por alto. A esta situacin hemosllegado partiendo de un largo periodo decrecimiento econmico. Y a pesar de es-

    to, no hemos sido capaces de forjar unverdadero Estado del Bienestar, una so-ciedad integradora, donde todo el mun-do pueda situarse en un plano de igual-dad. El bienestar construido sobre los parmetros de la precariedad (laboral,econmica y social) se ha demostradodemasiado dbil. Hace falta reforzar loshilos de este tejido, y hace falta hacerlo

    empezando por cambiar nuestra mirada.A esto precisamente pretenden ayudar-nos las reflexiones que siguen.

    17

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    19/33

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    20/33

    1.1. Las personas que sufren

    Las estadsticas y los indicadores son ab-solutamente necesarios para afrontar losproblemas sociales. Sin embargo, nuncapodemos perder de vista que cada cifra,cada dato, responde a rostros humanos,a vidas de personas concretas.

    Nos referimos a todos aquellos quesufren en su cuerpo o en su espritu. Unalectura de los informes que no sea capazde situarse empticamente en relacincon las vidas humanas a las cuales ha-cen referencia acaba por fosilizar la re-alidad.

    19

    2. UNA MIRADA ESPIRITUAL, UNA INVITACINA DEJARSE AFECTAR

    Tras haber ledo atentamente la primera parte de este Cuaderno, ellector es invitado a pararse para reflexionar sobre el significado de lascifras, de las propuestas y del alma que mueve el ingente trabajo social

    de Critas y de otras muchas entidades. No nicamente proponemosuna relectura, sino, ms bien, dejarse impactar por lo que se encuen-tra bajo las letras y las cifras, bajo las propuestas y el clamor por unajusticia absolutamente urgente.

    Hay que apelar a la valenta, a la lucidez, a la transparencia, a laspreguntas que surgen de la vida que aqu se nos recuerda. Dejemosque nos hagan dao, dejemos tambin que nos impresione lo queestn haciendo tantos voluntarios y profesionales. Son un estmulopara que sumemos nuestro esfuerzo personal y colectivo, las mejorescapacidades de nuestro corazn y la racionalidad de unos derechos enla prctica tan poco respetados.

    1. LAS PERSONAS: LAS QUE SUFREN, LAS QUE AYUDAN, LAS QUENO QUIEREN MIRAR

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    21/33

    Los datos de Critas nos indican queen nuestra sociedad hay muchos milesde mujeres y hombres, viejos y jvenes,nios y adolescentes, que sufren. Hayamplios sectores que viven sumergidos

    en estos sufrimientos desde hace mu-chos aos, o desde toda su vida. El ham- bre, la alimentacin insuficiente e in-adecuada, la falta de vivienda digna, laslimitaciones culturales, las enfermeda-des crnicas, la miseria fsica y moral...vienen de muy lejos. Posiblemente mu-chos no han disfrutado de las ventajasque ha llevado asociada la sociedad del

    bienestar, de los derechos humanos y delos seguros a todo riesgo. Han cado deltren en marcha y contemplan cmo es-tos convoyes del bienestar se alejan an-te ellos. Muchos viven encastados en losmrgenes, e incluso algunos en los mr-genes de los mrgenes.

    Una gran multitud de nuevos pobreses el resultado humano de la crisis fi-

    nanciera y econmica que estamos su-friendo. Muchos nunca imaginaban queles poda llegar esta situacin. En unapoca de su vida disfrutaban de las ven-tajas del trabajo estable, iban pagandolas hipotecas, avalados por el dinero queprevisiblemente ganaran, y abran cr-ditos para pagar vacaciones, celebracio-nes y dispendios adicionales. Todo se ha

    hundido de repente. Muchas empresashan cerrado, ha aumentado el paro y ungran nmero de familias han tenido quedejar sus casas, no pueden devolver loscrditos, deben dinero a terceros, per-manecen sin luz, agua o telfono...

    Todo ello, aparte de los cambiosobligados en las formas de vida, tienefuertes repercusiones en el mbito inte-

    rior y espiritual de las personas: la in-

    certidumbre, la angustia, las pesadillas,los complejos, las crticas, la descon-fianza, las evasiones, el mal humor, lasdudas, la continua ofensa que represen-ta la ostentacin del lujo y los gastos es-

    candalosos de una parte de la sociedad,los desengaos, las frustraciones...

    Tambin hay que constatar que enotros casos esta precariedad ha desvela-do las dimensiones ms valiosas del serhumano. Por todas partes se encuentragente que sin demasiados planteamien-tos ni complicados discernimientos,abre la puerta a los otros que estn peor

    que ellos mismos. Como aquella mujerque, al recoger en su casa unos niosque vivan solos y abandonados, dio ala asistenta social esta explicacin: nolos iba a dejar en la calle!.

    Tambin sucede lo contrario. La ne-cesidad puede crear una urgencia de talmagnitud que conduzca a la explota-cin. Cuando desde hace tiempo se vi-

    ve en el desconcierto interior o en el re-chazo permanente, en ocasiones el almahumana se puede exponer a una intensafrialdad que arrastra a explotar a aque-llos que se encuentran en situaciones l-mite, sin ni siquiera mirar las conse-cuencias. El miedo a caer en la mximamiseria puede favorecer un duro en-frentamiento. Lo decan los antiguos:homo homini lupus (El hombre es unlobo para el hombre). Sin duda son s-tas las situaciones que muestran conms claridad por qu la miseria tendraque ser absolutamente erradicada.

    Cada persona, sea quien sea, tieneque poder vivir en el mundo con aque-lla dignidad que le viene dada con la vi-da misma. Los Padres de la Iglesia de

    los primeros siglos insistan continua-20

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    22/33

    mente que los bienes eran patrimonio detodos, y que lo que sobraba a unos seconverta en propiedad de otros cuandocarecan de aquello que era imprescin-dible. Los Padres tenan plena cons-

    ciencia de que el mundo haba sido cre-ado para todos y no para una minora, yque el derecho de propiedad, tan funda-mental en el derecho romano, quedabasupeditado al derecho a sobrevivir.Nosotros nos hemos quedado slo conel derecho a la propiedad y no con el de-recho cristiano a sobrevivir.

    La contemplacin de las cifras de

    Critas nos habla de necesidad de mise-ricordia, de bondad, de compasin, pe-ro en primer lugar de necesidad de jus-ticia. Prescindir de ella en el fondo esuna nueva burla a los pobres.

    1.2. Las personas que ayudan

    Podemos clasificar la gente que trabajao colabora con entidades sociales en tresgrandes grupos: los que hacen aporta-ciones, los voluntarios y los que traba-jan profesionalmente.

    1.2.1. Los que hacen aportaciones

    Desde que empez la crisis ha aumen-tado y sigue creciendo el nmero de per-

    sonas, de familias y de entidades que ha-cen aportaciones econmicasvoluntarias. ste es un hecho generalque parece que se da en todo el mundo,y que tiene un significado positivo. Eltejido social de la Iglesia, y tambin elde otros grupos y personas que no estnintegradas, disfruta de buena salud mo-ral en el momento que tanta gente par-

    ticipa con sus bienes a mitigar los efec-

    tos de la crisis. Mucha de esta gente ac-ta ms o menos conscientemente se-gn aquella parbola de Jess en la cualhabla de los tiempos finales y de la va-loracin que l har de la forma cmo

    se trata a aquellos que tienen hambre, seencuentran en la crcel... (Mt 25, 31-46). Son muchos los bautizados que en-tienden que en la caridad se encuentrael punto central de su fe. Posiblementeotras cosas las tengamos ms descuida-das, pero ayudar a quien lo necesita escentral.

    El aumento de las aportaciones eco-

    nmicas para ayudar a las personas queviven en precariedad contrasta notable-mente con la disminucin de otras ayu-das de entidades y administraciones.Tambin es un tema a reflexionar.Parece que dentro de la jerarqua de va-lores de las administraciones que ges-tionan el dinero de todos los ciudada-nos, hay otras prioridades ms

    importantes que la atencin a aquellosque viven en pobreza y que carecen delo ms indispensable. Habra muchoque hablar sobre esta cuestin. Comotambin sobre los recortes que las enti-dades financieras han hecho de las ayu-das sociales. Algunas de ellas, desde susinicios, tienen documentos y declara-ciones sobre el ahorro visto como un

    medio para capitalizar y poder hacerfrente a determinadas obras sociales. Ysi en tiempo de bonanza era natural quecon la abundancia de ganancias esto setuviera presente, por qu ahora, entiempo de carencias, es tan difcil acce-der a estas ayudas?

    Posiblemente se trate de un tema re-currente. El mismo Jess un da viendo

    cmo actuaban determinadas personas21

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    23/33

    en relacin a la limosna del templo reu-ni a sus discpulos y les hizo caer en lacuenta de que una viuda daba ms queaquellos que entregaban grandes canti-dades, porque stos daban de lo que les

    sobraba, mientras que aquella viuda da-ba todo lo que tena para vivir. Tambinhoy en da encontraramos muchas si-tuaciones parecidas. Como aquel seorque ya lleva aos en la crcel, y que aho-ra que ha iniciado la fase de talleres ocu-pacionales ha decidido hacer un donati-vo a Critas porque aunque este dinerome ira bien para cuando salga de aqu,

    en este momento hay personas que seencuentran en la calle y que tienen msnecesidad que yo.

    1.2.2. Los voluntarios

    Cuntos miles y miles de voluntarios seencuentran dispersos por todo elEstado! Hombres, mujeres, jvenes,

    viejos... de toda condicin y prepara-cin, que de forma absolutamente des-interesada dedican muchas horas a ayu-dar y a hacer realidad multitud deproyectos.

    La cifra habla por s sola de cmo elEspritu mueve a la relacin, a la dona-cin y a compartir nimos y tiempo.Cada voluntario tiene su historia. No na-

    ci voluntario. Vivi un proceso perso-nal que desemboc en una decisin.Posiblemente para muchos era una po-sibilidad que fue adquiriendo fuerza in-terior muy relacionada con la fe y el se-guimiento de Jess. Otros, a causa deuna noticia, una conversacin o un con-tacto, decidieron rpidamente optar porel compromiso. Unos de forma solitaria

    se dirigieron a los puntos de informa-cin y preguntaron: puedo ayudar?

    Puedo hacer alguna cosa til para losdems?. Tambin encontramos genteque, participando de la vida parroquial,quizs en un grupo de la JOC, de uni-versitarios o de catequesis de adultos, se

    fueron animando a dar una respuesta atantas urgencias como hoy en da se pre-sentan en todo el mundo. Mil caminos,mil procesos personales que han condu-cido a una misma conclusin: tengoque dedicar parte de mi tiempo y de mipersona en favor de los que ms lo ne-cesiten.

    Hasta aqu el proceso externo; pero

    si por unos momentos visemos los ca-minos interiores, quedaramos muy sor-prendidos de cmo el Espritu no estencadenado, sino que mueve, sugiere y,discretamente, se va haciendo or. Lavoz de los pobres y marginados resuenaen lo que es la Voz en lo ms profundode muchos corazones. Muchas veces deforma clara y consciente, y otras comoun susurro.

    Los voluntarios son personas comotodo el mundo. Si los ves en el metro,no llevan ningn distintivo. Viven en to-dos los barrios de nuestras ciudades, enfamilia, en comunidad, en soledad. Sinembargo su camino durante unas horasa la semana se encuentra con los cami-nos de otras personas que lo necesitan.Conectan, y resulta que muchos experi-mentan una realidad generalmente noprevista, y que despus pueden comen-tar en casa o en la comunidad: yo cre-a que iba a ayudar, y, sabes, son ellos oellas quienes me ayudan a m.Ayudando, eres ayudado. Es un descu-brimiento que pide un cierto tiempo. Yen el fondo es parte de lo que podramosdefinir como la experiencia de Jess.

    22

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    24/33

    Esto no significa que las dificultadesqueden superadas. Pueden ser duras.Sin embargo hay algo nuevo que no es-taba previsto, has entrado en un mar sinfondo, que es el de la fuerza y el gozo

    de amar.

    1.2.3. Los que trabajanprofesionalmente

    Para tirar adelante todo este alud de ser-vicios hay unos equipos de profesiona-les que cuidan de la estructura general decada entidad social, con sus departa-

    mentos y sus misiones concretas.Muchos de ellos y ellas seguramenteempezaron siendo voluntarios y, plante-ada la posibilidad de hacer un servicioprofesional de acuerdo con sus estudiosy preparacin, pidieron o aceptaron laposibilidad de una plena dedicacin la- boral al servicio de los pobres.Encontraris trabajadores sociales, edu-

    cadores, trabajadores familiares, sanita-rios, economistas, administrativos, pe-riodistas, abogados, psiclogos... Lainmensa mayora son laicos, pero tam-bin hay religiosas, religiosos, diconosy presbteros. Muchos te dicen que an-tes quizs se ganaban mejor la vida, yque al aceptar estos trabajos pueden ha-ber perdido poder adquisitivo, pero aho-

    ra son conscientes de que su trabajo tie-ne un sentido de plenitud al servicio delos necesitados. Otros entienden que eslo mejor que pueden hacer: han estudia-do precisamente para unir corazn ymente, tcnica y compasin, presente yun futuro mejor. Son personas de cali-dad, optimistas y siempre en permanen-te preparacin. Muchos llevan a cabo sucompromiso en los barrios, en la perife-ria de las ciudades, entre los recin lle-

    gados, la gente de edad avanzada, los ni-os, los sin techo o los enfermos. Otrostrabajan en la programacin, en estudiossobre la situacin, y ayudan a que la so-ciedad vaya adquiriendo consciencia de

    la realidad social.Cualquier persona que conozca m-

    nimamente el mundo de la empresa, co-noce la complejidad que representa untrabajo de mucha gente al servicio deunos objetivos claros. Y tambin cono-ce que para tener un funcionamiento po-sitivo y adecuado a la finalidad, lo msimportante es que haya una especie de

    alma colectiva. Esta alma tendra queser la estimacin, el amor y la compa-sin dirigidas y ayudadas por la razn,por los medios tcnicos y organizativos,por el reparto de funciones, y por el di-logo. Este motor de vida y de ayuda es-t impulsado por una fuerza personal ycolectiva que tambin tiene que ver, co-mo en el caso de los voluntarios, con la

    experiencia de Jess.

    1.3. Las personas que no quierenmirar

    En el marco de nuestra sociedad, enti-dades como Critas y otras, son bastan-te conocidas y generalmente bien valo-radas. En el caso de Critas, diramosque es una buena 'marca', de las mejo-res con que cuenta la Iglesia. Pero estono significa que todo el mundo est deacuerdo en lo que hace. Muchas vecesla gente que no la valora es por una es-pecie de desafeccin general con la re-ligin, y ms concretamente con laIglesia, por mltiples razones que lesconducen a ver con malos ojos todoaquello que forme parte de la Iglesia.

    23

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    25/33

    Bajo esta manera de razonar en muchasocasiones hay desengaos, fracasos,historias de explotacin, carencias quevienen de lejos, hay pesimismos cimen-tados vete t a saber en qu argumentos

    o experiencias. Tambin puede ser quehaya una gran comodidad, aquella dequien no quiere complicarse la existen-cia.

    No es sencillo, pero hace falta des-pertar estas consciencias y desvelar los

    mejores sentimientos, aquellas zonasconstructivas de todo ser humano, ca-paces de reaccionar y de ponerse en ca-mino. Es como una gran siembra de se-millas activas, optimistas, creativas,

    aquellas semillas del impulso, de quevale la pena intentarlo de nuevo, de quea la tercera (o a la cuarta, o a la quinta...)va a la vencida, y de que si no hacemoslo que est en nuestras manos, todo iran peor.

    24

    2. LAS ESTRUCTURAS: LAS INJUSTAS Y DE PECADOY LAS LIBERADORAS

    2.1. Estructuras injustas y depecado

    Resulta muy complejo aproximarse alas causas de la pobreza y de la miseria.Cada persona que se encuentra en estasinhumanas situaciones ha vivido y viveuna historia concreta. Entran elementostanto de orden personal y familiar, co-mo tambin social. Y entre estos lti-mos, ya hace aos que la enseanza so-cial de la Iglesia habla de las

    estructuras de pecado, estructuras in-justas que destrozan personas y grupossociales.

    Estas estructuras pueden ser le-yes, normas sociales, constituciones yreglamentos, e incluso sistemas finan-cieros y econmicos que llevan en su in-terior elementos de perversidad. Parahacernos entender pongamos algunos

    ejemplos.

    Las leyes racistas de Sudfrica eranunas leyes de discriminacin que legal-

    mente provocaban muchas injusticias ymuertes. De manera anloga, los pro-teccionismos comerciales que impidenque muchos pases del Sur puedan com-petir con sus productos agrcolas, man-tienen en la indigencia y en el hambrepoblaciones enteras.

    La existencia de los llamados para-sos fiscales, donde puede ir a parar el

    dinero de las mafias y de todo tipo decorrupciones, son legales en aquellos te-rritorios pero estn en contra de dere-chos humanos y de libertades mundial-mente reconocidas. Tambin hayestructuras jurdicas, militares, econ-micas... tan injustas, de pecado, que pro-vocan la miseria, la marginacin y lamisma muerte como daos directos o

    colaterales.

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    26/33

    Como hemos visto en la primeraparte, durante el ao 2009 y principiosde este 2010, ha aumentado notable-mente la demanda de ayuda a causa deuna situacin que empez siendo una

    crisis econmica y financiera. A nadiese le escapa la gran complejidad del mo-mento actual, pero sera taparse los ojoscon una venda no querer saber que engran parte han sido las estafas desco-munales en el marco de las complicadasredes financieras globales, las que han provocado una infinidad de desastres,cierres de empresas, paro.... Y, como

    siempre, quien paga los platos rotos esel ms dbil, el que ya estaba en el um-bral de la puerta de la pobreza, el que vi-va gracias a un crdito asfixiante.

    Esta persona que llama a la puerta dela parroquia o a un centro de acogida deCritas, posiblemente no sabe demasia-do que es el ltimo escaln de unas es-tructuras injustas, que han puesto por

    encima de todo, y pisando a quien sea,ganancias indecentes, las ms elevadas,las ms rpidas, en el mnimo de tiem-po, y si es posible de forma legal y sal-tndose los derechos de muchos traba-jadores.

    2.2. Estructuras de liberacin

    Estos hechos han conducido a muchasentidades caritativas y altruistas de nues-tra Iglesia a no conformarse con la aten-cin a la persona necesitada, sino a es-tudiar, a trabajar y a dar a conocer lascausas reales de muchos desastres. Ladefensa de los derechos humanos socia-les y personales pide que, ms all deatender a las vctimas de sistemas ama-sados con actitudes inhumanas, se vaya

    en contra de estos sistemas empleandola denuncia, el estudio y las propuestasalternativas. Es lgico intentar descubrirlas causas para mirar de denunciarlas.Con notable lucidez, Benedicto XVI di-

    ce en su ltima encclicaLa Caridad enla Verdad, que en los temas sociales hayque actuar con el corazn y con la cabe-za, con amor y con verdad, atendiendo alas personas y estudiando medios de su-peracin de las estructuras injustas y loscaminos nuevos para un mundo ms jus-to y fraternal.

    La responsabilidad de luchar contra

    las estructuras que provocan miseria ymuerte es fundamentalmente de los go- biernos y en general de los polticos.stos no se pueden lavar las manos con-fiando en que el mismo sistema capita-lista, abandonado a la propia dinmica,acabar yendo por los caminos de losderechos humanos, de la libertad y dela fraternidad. Ya hace muchos aos

    que Len XIII denunci a los gobiernosque se desentendan de lo que en sutiempo se llamaba la cuestin obrera.Sin embargo parece que, de hecho, amuchos interesa por encima de todomantenerse en el poder y araar comosea el mayor nmero de votos, y no seatreven a hacer frente con los medioslegales a los abusos, sobre todo cuando

    estn estructurados en redes cada vezms difusas y vaporosas. Las entidades,como Critas y otras, que estn por laayuda eficaz a los menos favorecidos ya los explotados, tienen que denunciarla poltica que no cumple su misin.Esta denuncia, y tambin la recta cola-boracin, forman parte de sus ideales ymisin. En general, es la sociedad civil

    la que proporciona estructura a la so-25

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    27/33

    3.1. Lectura des de la cruz deJess

    Cuando por Semana Santa acompaa-mos aquella comitiva de dolor hacia elcalvario y contemplamos a Jess lle-vando su cruz, l nos est diciendo consu mirada: Por favor, ayudadme a lle-

    var esta cruz en mis hermanos.Injusta y mortal cruz, hecha ms demenosprecio que de madera, que es con-templada hoy en las calles, en las es-quinas, en muchos barrios y domicilios,en los hospitales, en crceles y en ba-rracas. Toda ella encarnada en personasque sufren, que tienen hambre, que nollegan a final del mes, que no tienen

    consuelo ni ayuda, viejos solitarios, mu- jeres marginadas, prostitutas explota-

    das, nios sin escuela, gente discrimi-nada, encarcelada. Y Jess nos va di-ciendo: Por favor, ayudadme a llevaresta cruz en mis hermanos.

    Hay quien, al ver tanto dolor en elmundo, le resulta insoportable. Piensa:Dios no est aqu, se ha ido, nos haabandonado para siempre. Cmo esposible que suceda todo esto? Pienses loque pienses y hagas el planteamientoque hagas, la imagen de Jess llevandosu cruz te va diciendo: Por favor, ayu-dadme a llevar esta cruz en mis herma-nos.

    Seguramente slo puede opinar so-bre las vctimas aqul o aqulla que tra-

    baja en su favor e intenta ser una ayudapara su suerte. Cuando con las manos, el26

    3. LA LECTURA ESPIRITUAL DE TODO Y LA PREGUNTA DE JESS

    ciedad y al sistema, y la que tiene quecontrolar que se avance en esta direc-cin. Y lo tiene que hacer de forma tanprofunda que, slo subsidiariamente losgobiernos tengan que suplir las caren-

    cias y limitaciones que se deriven de lagestin llevada a cabo por esta sociedadcivil. An estamos lejos de esta socie-dad responsable, solidaria y fundamen-tada en los derechos humanos, pero hayque avanzar en el camino de hacerla po-sible.

    As como hay estructuras de pecado,de injusticia y de muerte, hay tambin

    estructuras de derechos humanos, de vi-da y de progreso social. Una parte de

    ellas pertenecen a los mbitos de nues-tra Iglesia. Son entidades, movimientos,grupos, comunidades, empresas e insti-tuciones que trabajan de cara al bien co-mn de la sociedad y a la atencin a los

    marginados, empobrecidos y explota-dos. Representan un inmenso esfuerzo,gran cantidad de iniciativas, gratuidad,trabajo en equipo, calidad, investiga-cin y generosidad. Tendrn, como to-da obra humana, sus limitaciones y erro-res, pero aportan, suman, gestionan ycrean un valor incalculable al serviciode las causas justas y de las vctimas di-

    rectas o colaterales de las estructuras depecado.

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    28/33

    tiempo, con los mejores sentimientos, la preparacin, la eficacia generosa... tra-bajamos como voluntarios, como profe-sionales, como ciudadanos informadosque toman posicin, es cuando podemos

    hablar y opinar sobre los ms pobres.Entonces entendemos que la respuesta atanto dao se encuentra en las palabrasde Jess: Por favor, ayudadme a llevaresta cruz en mis hermanos.

    No es que la cruz de Jess sea la pri-mera y el modelo de todas las cruces; alcontrario, es una ms, una de tantas. Nola inventaron especialmente para l, si-

    no que l la llev como tantos y tantasla llevaban y la llevan. Uno de tantos.Uno entre tantos. Uno como tantos.Dios ha bajado y en Jess experimentalos resultados de las estructuras de pe-cado, de un uso absolutamente egocn-trico de los medios econmicos y pol-ticos. Experimenta lo que significa serhumano. No es un Dios que lo mira to-

    do desde arriba, contemplando la pro-cesin. Entra en ella, se mete y desdeella nos dice: Por favor, ayudadme allevar esta cruz en mis hermanos.

    3.2. Lectura desde la resurreccinde Jess

    Aquellas mujeres de madrugada con elcorazn roto de dolor se dirigan haciael sepulcro donde haban enterrado elcuerpo de Jess. Y se decan entre ellas:Cmo podremos mover una piedra tanpesada?.

    sta es la misma pregunta que enocasiones los voluntarios y los profesio-nales de Critas y de muchas otras orga-nizaciones, comunidades, servicios ypersonas altruistas de buena voluntad, se

    hacen frente a la losa de piedra que tapala entrada de la vida: Cmo podremosmover una piedra tan pesada?.

    La piedra que impide una alimenta-cin adecuada para todo el mundo, las

    medicinas para todo el mundo, el hogar,el trabajo, la posibilidad de tirar adelan-te una familia. La piedra tan pesada quediscrimina, que separa, que ignora, quedesvirta, que estafa... y cmo podre-mos mover una piedra tan pesada?.

    Las dificultades nos superan. En oca-siones nos sentimos medio aplastadospor una losa tan colosal y tan perversa.

    Pero no por este motivo volvemos atrs,desertamos del buen propsito, detene-mos el camino hacia la Pascua. Sigamosadelante aunque nos parezca una utopay superemos en nuestro corazn la granpregunta: cmo podremos mover unapiedra tan pesada?.

    Es precisamente entonces cuandocontra toda esperanza vemos que la l-

    tima palabra no es de muerte, sino de vi-da. Lo vemos un da, quizs un da cual-quiera, junto a la cama del enfermo quevisitamos, en medio de la efervescenciade un campamento o unas colonias, es-cuchando las explicaciones que hemosodo mil veces, subiendo por aquella es-calera oscura, o trabajando en el orde-nador un texto inacabable o unas cifras

    que muestran los dficits. Y cmo po-dremos mover una piedra tan pesada?.Pues la hemos movido, no sabemosmuy bien cmo. Pero donde habamuerte, ahora hay vida.

    3.3. La pregunta de consciencia

    Ya estamos acabando nuestro itinerario.La mejor recomendacin es abrir nues-

    27

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    29/33

    tro corazn frente a todo lo que hemosledo, y dejar que nuestra conscienciapersonal nos cuestione.

    Para muchos, en el fondo de la cons-ciencia se encuentra l.

    Para muchos otros, no existe o du-dan.

    Sin embargo la pregunta la podemosor todos, porque va dirigida a todos y atodas:

    28

    Y t, qu has hecho por las vctimas?Qu haces ahora por las vctimas?

    Qu hars por las vctimas?

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    30/33

    1. VI Informe FOESSA sobre Exclusin yDesarrollo social en Espaa, 2008.

    2. Nicholas GEORGESCU-ROEGEN, The EntropyLaw and the Economic Process, Cambridge,

    Massachusetts, Harvard University Press,1971.

    3. Investigacin + Desarrollo + Innovacin tecno-lgica.

    29

    NOTAS

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    31/33

    CUESTIONES PARA LA REFLEXIN

    1. El Cuaderno seala algunos perfiles nuevos de pobreza, propios de unmomento de crisis y les pone rostro. Quiz estas situaciones seanparecidas a las de otras personas que conocemos. Aunque sea difcil,es necesario ponerse en su lugar y sentir esa desesperacin: sloqueremos trabajar.

    Si tienes hijos, alumnos, relacin con gente joven, habla con ellos: Pregntalesqu haran ellos en esa situacin y diles que haras t.

    2. El texto aade nuevos rostros que son cada vez ms visibles entre no-sotros. Es el caso de los inmigrantes, a los que la necesidad y la difi-cultad por regularizar su situacin puede acabar por dejarlos heridosen la cuneta.

    Cmo hacernos ms conscientes de nuestras obligaciones y no considerarlosslo como mano de obra barata, sino como personas que cargan sobre sus espal-das historias y situaciones que nuestra sociedad esconde?

    Venimos nosotros mismos de familia de inmigrantes? Si es as: Debera esoobligarnos ms?

    3. Los autores describen varias propuestas. Algunas las debe resolver unsistema legal ms justo, otras nos comprometen como ciudadanos yotras nos urgen como cristianos.

    Seala aquellas que ms te han afectado y en las que crees que deberamosdar, personal o colectivamente, algn paso concreto.

    30

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    32/33

    4. Hay que dejarse afectar, dice el Cuaderno. Dejarse afectar suponequitar muchas capas de justificaciones que nos protegen de la realidadtal y como se percibe, da a da, desde lugares como Critas u otrasentidades sociales.

    Puede ayudarnos, por actual y exigente, la descripcin de la crisis que hizo en elsiglo XVII Massillon, obispo de Clermont (tomado del libro Vicarios de Cristo: los

    pobres, de Jos I. Gonzlez Faus):

    Es cosa terrible que las crisis econmicas no se noten ni en el lujo de vues-tros equipajes, ni en la sensualidad de las comidas, ni en la suntuosidad delos edificios, en la pasin del juego o en la obstinacin en los placeres, sinoen vuestra falta de humanidad para con los pobres. Que siga al mismo ritmotodo lo exterior, los espectculos, las reuniones mundanas y las diversiones

    pblicas, mientras que slo la caridad se frena. () Son nuestros excesosy nuestra dureza los que multiplican el nmero de desgraciados. Os quejisde que los pobres os agobian, pero es de lo que podran quejarse un daellos mismos. No presentis vuestra insensibilidad como si fuera un crimende ellos.

    Podemos mirarnos al espejo de este texto tan vehemente, y leerlo en el marco denuestra sociedad satisfecha y preguntarnos:

    Has hecho, hemos hecho algo por los que ms sufren la crisis? Qu actitudes

    debe cambiar esta sociedad del bienestar? Por dnde empezamos?

    5. Hace casi 15 aos, Cristianisme i Justcia publicaba un cuaderno lla-mado 1996, Ao de la erradicacin de la pobreza (Cuaderno nmero 72.Consultable en nuestra pgina web: www.cristianismeijusticia.net).

    All se deca lo siguiente:

    Datos bsicos del mundo:

    Una cuarta parte de la humanidad vive en estado de pobreza absoluta, esdecir ms de 1.000 millones de personas no pueden adquirir el alimentonecesario para llevar una vida activa.

    35.000 nios mueren cada da por causas directamente relacionadas conla pobreza. 130 millones de nios no reciben educacin bsica (de estosel 70% son nias).

    1.300 millones de personas no tienen acceso al agua potable (el 80% delas enfermedades del mundo se deben a beber agua no potable).

    La distribucin de la riqueza en el mundo es terriblemente injusta: un 15%

    de la poblacin posee el 79% de la riqueza mundial y el 85%, el 21 % res-tante.

    31

  • 8/3/2019 Una Mirada a la Pobreza. Caritas Barcelona

    33/33

    La poblacin de los pases industrializados representa aproximadamenteun 20% de la poblacin mundial, pero consume 10 veces ms energacomercial que la de los pases en desarrollo, y produce un 70% de las emi-siones mundiales de monxido de carbono y el 68% de los residuos indus-triales del mundo.

    Un 70% de las personas que viven en pobreza extrema son mujeres.Los datos que all se leen (en el cuaderno de 1996) nos pueden servir para com-parar y ver cmo seguimos una pendiente que nos lleva hacia una mayor de-sigualdad. El ttulo, Erradicar la pobreza, suena a tiempos de esperanza: era un retovaliente, generoso, y en ello estaban comprometidos colectivos diversos, decididosa llevar a cabo este bello sueo. Somos su herencia valiosa, no podemos bajar ellistn:

    Podemos comparar ahora lo que decamos en 1996 con lo que hemos presen-

    tado en este Cuaderno. Recordar que 2010 ha sido proclamado tambinAo euro-peo de lucha contra la pobreza y la exclusin social:

    Qu cosas han cambiado en estos 15 aos?Qu se mantiene igual?Qu reflexin podemos concluir de esta comparacin?