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Una barrera a nuestro ambiente compartido El muro fronterizo entre México y Estados Unidos

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Ana Córdova y Carlos de la Parra(coordinadores)

Con la colaboración de Luis Fernando Abitia, Héctor Moya, José Luis Castro y Eduardo Peters

Una barrera a nuestro ambiente compartido

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Secretaría de Medio Ambiente y Recursos NaturalesInstituto Nacional de Ecología

El Colegio de la Frontera NorteConsorcio de Investigación y Política Ambiental

del Suroeste

Una barrera a nuestro ambiente compartido

El muro fronterizo entre México y Estados Unidos

Page 6: Una Barrera A

ISBN: 968-7947-62-4ISBN-13: 978-968-7947-62-4Impreso y hecho en México

Primera edición: octubre de 2007

El Colegio de la Frontera NorteCarretera Esc Tijuana-Ensenada km 18.5San Antonio del Mar C.P. 22709Ensenada, B.C. Méxicowww.colef.mx

Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat)Blvd. Adolfo Ruiz Cortines 4209 Col. Jardines de la Montaña 14210 Deleg. Tlalpan México, D.F. www.semarnat.gob.mx

Instituto Nacional de Ecología (INE-Semarnat)Periférico Sur 5000, col. Insurgentes Cuicuilco, C.P. 04530. México, D.F. www.ine.gob.mx

Consorcio de Investigación y Política Ambiental del Suroeste (SCERP)250 Campanile DriveSan Diego, CA, EE.UU.www.scerp.org

D.R. ©

Diseño de portada: Álvaro FigueroaFoto de portada: istockphoto.comTraductores: Trans-Lang, Inc., San Diego, California

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Índice

Presentación del Secretario de Medio Ambiente 11y Recursos Naturales

Juan Rafael Elvira Quesada Presentación de El Colegio de la Frontera Norte 13

Tonatiuh Guillén López

Presentación del Instituto Nacional de Ecología 15Adrián Fernández Bremauntz

Introducción 17 Carlos de la Parra y Ana Córdova

Primera parte. Un muro en la frontera México-Estados Unidos

La protección ambiental y la seguridad en la frontera 31México-Estados Unidos: el asunto del muro fronterizo analizado en contexto

Paul Ganster

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En la frontera hace falta cooperación, no muros 43 Mary Kelly

Afuera del muro... 49Exequiel Ezcurra

Los muros y sus impactos en un contexto histórico mundial 57 Lyndsay Carlisle

Segunda parte. Fauna

Posibles impactos de la construcción y operación del muro 65fronterizo sobre la fauna. Discusión de especialistas

Héctor Moya

Los impactos del muro fronterizo sobre los mamíferos silvestres 77Rurik List

Los osos negros frenados por la frontera 87Cora Varas

Tercera parte. Ecosistemas

Posibles impactos de la construcción y operación del muro 95fronterizo sobre la flora. Discusión de especialistas

Eduardo Peters

Riesgos ecológicos de la construcción del muro fronterizo 107Hugo Riemann

Las ecorregiones de la frontera norte de México 117 César Cantú, Patricia Koleff y Andrés Lira-Noriega

Prioridades para la conservación de la biodiversidad en la frontera norte de México 131

Patricia Koleff, Andrés Lira-Noriega, Tania Urquiza y Eduardo Morales

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Cuarta parte. Ambiente físico

Posibles impactos de la construcción y operación del muro 147fronterizo sobre el ambiente físico. Discusión de especialistas

Juan Manuel Rodríguez Esteves y José Luis Castro Ruiz

Impactos visibles de barreras físicas ya existentes en la frontera 169Oscar Romo

Quinta parte. Aspectos legales y diálogo de sectores

Marco legal. Discusión de especialistas 177José Luis Castro Ruiz

Opciones y herramientas legales para la seguridad y 183protección ambiental

Rick Van Schoik

El muro fronterizo y la violación de principios 187Carlos A. de la Parra y Ana Córdova

Ópticas y estrategias: el diálogo de los sectores 195Luis Fernando Abitia

Anexo metodológico. Actividades realizadas 199en las mesas de trabajoLuis Fernando Abitia y Héctor Moya

Perfiles de los autores 201

Directorio de participantes 209

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Presentación SEMARNAT

Presentación del secretario de Medio aMbiente y recursos naturales

La región fronteriza entre México y Estados Unidos abarca desiertos, cordille-ras, ríos, humedales, esteros y acuíferos compartidos, con variadas zonas climáticas y una notable biodiversidad, incluidas especies endémicas, así

como parques nacionales y áreas naturales protegidas. Podemos hallar, entre otras muchas especies, cactáceas de zonas secas, como el sahuaro, y animales únicos en el mundo, amenazados o en riesgo de extinción, como el berrendo, el borrego cimarrón, el lobo mexicano, el oso negro, el jaguar, el puma y el ocelote, entre otros.

Teniendo como trasfondo este patrimonio, la construcción de barreras físicas entre ambos países resulta un tema de preocupación, por sus impactos en el capital natural compartido. Y ante la falta de información científica respecto de las afectaciones ambientales del proyecto, y atendiendo también las preocupa-ciones planteadas por la sociedad civil, el 3 y 4 de mayo de 2007, por iniciativa de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) se llevó a cabo un taller técnico-científico sobre los impactos ambientales potenciales del muro fronterizo entre Estados Unidos y México. En las instalaciones de El Colegio de la Frontera Norte, se logró la participación de 55 reconocidos expertos de los sectores gubernamental, académico y no gubernamental de ambos países, quienes buscaron identificar y discutir los posibles resultados ambientales de la construcción del muro, con el fin de brindar elementos técnicos ambientales para la discusión bilateral y la toma de decisiones en esta materia.

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Con base en las deliberaciones de esta taller, Una barrera a nuestro ambiente compartido. El muro fronterizo entre México y Estados Unidos recopila análisis y alternativas a los potenciales impactos que podrían derivarse de la construcción del muro en la región sobre la flora, la fauna y el ambiente de esta importante franja de territorio binacional.

La calidad de los especialistas participantes en esta obra la convierten en una referencia sólida para un diálogo binacional informado, imbuido del espíritu de colaboración impulsado por el Convenio de La Paz y por otros instrumentos de cooperación para el desarrollo sustentable que han suscrito México y Estados Unidos.

Juan rafael elvira Quesada

Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAt),

México

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Presentación de El Colegio de la Frontera Norte

Presentación de el colegio de la frontera norte

La frontera entre México y Estados Unidos ha sido un espacio donde histórica-mente se expresa con énfasis la compleja interacción entre ambos países, oscilando entre cooperación y distancia; entre la interacción cotidiana y la

frialdad de las respectivas capitales; entre la esperanza y las víctimas de la aven-tura migratoria no documentada. Paradójicamente, conforme ambas naciones estrechan sus redes productivas, comerciales y financieras, construyendo una estructura económica en América del Norte, la línea divisoria se convierte en una severa barrera, lejana al entendimiento y ajena a una globalización que avanza en la dirección contraria.

Hasta hace pocos años, el trazo de los límites entre ambas naciones era casi simbólico, considerados en su forma material. En espacios extensos no existían marcas que separaran los territorios, incluso ni en las áreas urbanas de las principa-les poblaciones fronterizas; sin embargo, rompiendo con esa historia de vecindad y de recíproca confianza, el gobierno de Estados Unidos ha convertido la frontera en una barrera casi infranqueable, mediante muros dobles y hasta triples, y no sólo en las áreas urbanas colindantes sino también en aquellos espacios antes abiertos, preservados en su estado natural.

El nuevo muro fronterizo, más allá de sus implicaciones de política interna-cional y sobre las relaciones bilaterales, ha tenido elevados costos humanos y, crecientemente, impactos negativos sobre especies y ecosistemas que no saben de fronteras. Ambos países comparten las riquezas del medio ambiente,

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para lo cual se requiere de políticas sustentables que, en efecto, satisfagan los respectivos intereses nacionales. En este rubro hay un reto para la creatividad y la cooperación bilateral, en sustitución de alternativas unilaterales o de altos costos sociales y ambientales, como es el caso del muro fronterizo y las barreras que está levantando.

En este libro se presentan argumentos y datos que demuestran que el muro fronterizo afecta la reproducción de especies animales y vegetales, poniendo en riesgo su supervivencia. Para El Colegio de la Frontera Norte es motivo de gran satisfacción el haber colaborado con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, así como con el Instituto Nacional de Ecología en el desarrollo de los talleres de análisis que dieron origen a la publicación conjunta del presente libro. Ha sido una experiencia ejemplar de cooperación el que una institución académica e instituciones de gobierno, hayan dedicado sus esfuerzos a un tema central de la actual agenda bilateral entre México y Estados Unidos.

tonatiuh guillén lóPez

Presidente de El Colegio de la Frontera Norte

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Presentación de El Instituto Nacional de Ecología

Presentación del instituto nacional de ecología

En la frontera entre México y Estados Unidos se comparten extensas áreas silvestres, como son los desiertos Sonorense y el Chihuahuense, que han evolucionado durante milenios para dar lugar a la impresionante riqueza

biológica actual.El Instituto Nacional de Ecología realiza investigación aplicada para resolver

problemas ambientales en México, y la frontera norte nos llama la atención por su complejidad ecológica y su dinamismo socio-económico, situación que con frecuencia conlleva profundas afectaciones del entorno natural.

El muro que construye Estados Unidos como fórmula para intentar resolver problemas de seguridad y de migración ilegal en esa frontera traerá problemas ecológicos diversos, como la fragmentación de los hábitats y la alteración de los flujos superficiales de agua, lo que puede eventualmente llevar a la irreversible pérdida de especies

En la opinión de algunos expertos el muro no resolverá ni los problemas de inmigración ilegal ni los de seguridad que enfrenta nuestro vecino del norte. Se convertirá tan sólo en un costoso paliativo político que genere tem-poralmente, una falsa percepción de protección y de menor vulnerabilidad. El muro representa un anacronismo con evocaciones medievales, planteado como una solución que evade el diálogo y obstruye la posibilidad de que dos países diseñen y “edifiquen” conjuntamente otras medidas que cumplan con dos objetivos perfectamente compatibles: el deseo de Estados Unidos de

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proteger mejor sus fronteras y el anhelo de México por preservar sus valiosos ecosistemas compartidos.

Debido al rápido crecimiento poblacional y al consecuente aumento de las presiones sobre los recursos naturales en la frontera, se hace indispensable contar con un acuerdo binacional ágil, transparente y de carácter preventivo sobre los impactos ambientales transfronterizos asociados con actividades y obras proyec-tadas por los dos países. Hace más de veinte años que los gobiernos de México y Estados Unidos cooperan exitosamente para atender problemas ambientales fronterizos como la contaminación del aire, el manejo adecuado de residuos, la atención a emergencias (como derrames e incendios), y el establecimiento de áreas naturales protegidas contiguas.

La política del “buen vecino” no debiera aplicarse de forma selectiva o capri-chosa, ignorándola ocasionalmente con la toma de decisiones unilaterales que claramente afectan a la otra parte. La relación entre México y Estados Unidos ha vivido situaciones complejas a través de la historia; sin embargo, la mayoría de las diferencias se han resuelto a través del diálogo constructivo y respetuoso. En el Instituto Nacional de Ecología pensamos que el caso del muro fronterizo no debe ser la excepción. Demos oportunidad a que nuestros expertos e instituciones trabajen juntos para encontrar soluciones que nos hagan sentir orgullosos, que acerquen aún más a nuestros pueblos y que sirvan de ejemplo para otras fronteras en el mundo que enfrentan problemas semejantes.

adrián fernández breMauntz

Presidente del Instituto Nacional de Ecología

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Introducción

introducción

Carlos A. de la Parra y Ana Córdova

Cada día es menor la superficie de ecosistemas sin perturbaciones en el mundo. La expansión de la actividad humana transforma a los hábitats, fragmentándolos y degradándolos de diversas maneras.

Algunos procesos de fragmentación generan lo que se conoce como efecto de borde o frontera; otros, por su naturaleza abrupta, simplemente interrumpen los flujos de agua, energía, suelo y seres vivos con consecuencias que no son siempre del todo previsibles.

La iniciativa de construir una barrera física en la frontera entre México y Estados Unidos ha despertado la preocupación de ecólogos y especialistas por la perturbación que tendrá esa barrera sobre ecosistemas notables que se encuentran a lo largo de la línea internacional. En marzo de 2005, las organizaciones ambientalistas Defenders of Wildlife (Defensores de la Vida Silvestre) y Wildlands Project (Proyecto de Tierras Silvestres) realizaron un primer taller en Tucson, Arizona convocando a actores importantes de la re-gión como las universidades de Arizona y Estatal de Arizona, representantes de refugios de vida silvestre y parques nacionales potencialmente afectados, y personal de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (USCBP) para discutir los efectos del muro propuesto. Un segundo taller se celebró en octubre de 2006, teniendo como metas: (1) identificar los corredores de vida silvestre y las especies más sensibles en Arizona y Nuevo México, y (2) recomendar alternativas para la mitigación y protección de estos recursos.

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Como resultado de este encuentro se definieron cuatro corredores críticos en la región y especies indicadoras para cada uno de ellos, entre los que destacan el oso negro y el jaguar en la región del río San Pedro y otras más. Ambos talleres fueron los primeros esfuerzos por identificar y describir con detalle los impactos al ambiente de un probable muro fronterizo, aunque ambos se enfocaron exclusivamente a la región fronteriza de Arizona y Nuevo México. No obstante dicha preocupación, el Presidente Bush firmaría, días después del segundo taller, la Ley del Cerco Seguro o Secure Fence Act, iniciando así el proceso de construcción del muro.

Ante la inminencia de la construcción y la falta de información científica respecto a las afectaciones ambientales que ocasionaría el proyecto a lo largo de la frontera, aunado a la preocupación de la sociedad civil, el Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) planteó la necesidad de documentar, para uso del sector oficial mexicano, los impactos concretos que tendría un muro en los términos planteados por el gobierno estadounidense. Su iniciativa respondía así a una solicitud de acción por parte del Senado de la República, y a recomendaciones formuladas por el Consejo Consultivo para el Desarrollo Sustentable de la SEMARNAT. Como plan de acción para docu-mentar los efectos que tendría el muro, dicha secretaría acordó que el Instituto Nacional de Ecología (INE), conjuntamente con El Colegio de la Frontera Norte (COLEF), convocaran una reunión amplia de especialistas de ambos lados de la frontera para discutir el estado del arte del conocimiento científico sobre los impactos de una barrera colocada en la frontera México-Estados Unidos. Así se celebró el Primer Taller Técnico-Científico sobre los Posibles Impactos Ambientales del Muro Fronterizo, en Tijuana, Baja California el 3 y 4 de mayo de 2007. Los resultados de ese taller están contenidos en la presente obra.

Este libro representa, principalmente, un primer acercamiento binacional al conocimiento de los probables impactos ambientales que implicará el muro fronterizo propuesto por el gobierno estadounidense. En cierto sentido, esta obra constituye también un compendio de reflexiones sobre la vecindad entre México y Estados Unidos, y la clase de efectos perturbadores que tendrá una muralla física en esta yuxtaposición de dos países con dos culturas, dos eco-nomías, dos sistemas políticos, que se mantienen en un esfuerzo permanente por integrarse pero sin mezclarse, sin confundirse. La diferencia en los niveles de desarrollo entre México y Estados Unidos constituyen una frontera de enormes magnitudes y complejidades, cuya geometría y esencia se define día con día. A lo largo de la historia del desarrollo social y económico de América del Norte, esta frontera ha representado y sigue representando el mayor reto

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Introducción

para la integración comercial y económica de sus naciones, objetivo último establecido al firmarse el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre México, Estados Unidos y Canadá en 1992.

La creciente integración comercial de México y Estados Unidos la confir-man las cifras históricas de comercio entre ambos países,1 y su integración social avanza conforme se naturaliza la interacción entre ambos pueblos. Así vemos crecer la presencia de norteamericanos en México, como turistas o colonos en ciudades del interior o centros vacacionales, mientras la población transmigrante de origen mexicano se ha convertido en una de las minorías con mayor presencia al norte de la frontera. En las poblaciones inmediatas a la línea internacional, las comunidades fronterizas viven una dinámica compartida en el día a día de carácter eminentemente local o regional, cuya interacción en ambos lados de la frontera se intensifica con el paso del tiempo y el crecimiento natural de las ciudades.

Lejos de esta realidad ocurrieron los trágicos eventos del 11 de septiembre de 2001, que cambiarían de manera tan notable la convivencia fronteriza. La otredad, como atinadamente menciona Exequiel Ezcurra en esta obra, cobró una cara misteriosa y enigmática para la sociedad estadounidense, y la vecin-dad con México se volvió un fenómeno más complejo y más complicado aún. La Seguridad Nacional suplantó cualquier otro tema en la política exterior de Estados Unidos, y su gobierno federal procedió a su aplicación sin distingos para vecinos o amigos. La preocupación por la migración mexicana se fusionó con el miedo al ingreso de terroristas por sus fronteras, y la agenda de segu-ridad interna en Estados Unidos desplazó, entre otras, a la agenda ambiental en la frontera con México.

esfuerzos Por una buena vecindad

En el contexto de una creciente interdependencia entre ambos países, los gobiernos de México y Estados Unidos definieron como prioritario estimu-lar el desarrollo económico, y como vía para ello, facilitar el intercambio de bienes y servicios entre ambas economías. El TLCAN se propuso “eliminar obstáculos al comercio y facilitar la circulación transfronteriza de bienes y servicios entre los territorios”; “promover condiciones de competencia leal en la zona de libre comercio”; “aumentar sustancialmente las oportunidades

1 Véase, por ejemplo, las estadísticas de la Oficina del Censo de Estados Unidos, Foreign Trade Statistics, Country Data, U.S. Trade Balance with Mexico, U.S. Census Bureau, accesible en http://www.census.gov/foreign-trade/balance/c2010.html#top, Octubre 2007.

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de inversión”; “proteger y hacer valer, de manera efectiva, los derechos de propiedad intelectual”; y “establecer lineamientos para la ulterior cooperación trilateral regional y multilateral encaminada a ampliar y mejorar los beneficios de este Tratado”. (TLCAN, Artículo 102) En resumen, se trataba de eliminar las fronteras, las barreras y obstáculos que existieran en la infraestructura física (carreteras, instalaciones de comunicación, instalaciones en puertos de entrada, etc) o en los marcos legales respectivos.

En materia ambiental, los dos países se manifestaron “convencidos de la importancia de conservar, proteger y mejorar el medio ambiente y de que la cooperación en estos terrenos es un elemento esencial para alcanzar el desa-rrollo sustentable, en beneficio de las generaciones presentes y futuras”.2 Los acuerdos que dieron vida a la Comisión de Cooperación Ecológica Fronteriza (COCEF) y al Banco de Desarrollo de América del Norte (BDAN) se firmaron en noviembre de 1993, ratificando la convicción de los gobiernos de que “la cooperación es de beneficio mutuo al atender problemas ambientales simila-res en cada país”.3 El acuerdo reforzaba, a su vez, el Acuerdo de Cooperación Ambiental de América del Norte, que incluye a Canadá, firmado un año antes en eventos sucesivos en las ciudades capital de los tres países, y el Acuerdo de La Paz de 1983 en el que México y Estados Unidos sellaban su voluntad por “cooperar en el campo de la protección ambiental en la zona fronteriza sobre la base de igualdad, reciprocidad y beneficio mutuo”.4

No obstante las buenas intenciones manifestadas por Estados Unidos en los acuerdos ambientales de carácter trilateral con sus dos vecinos y un segundo bilateral con México, tres años después de ello le impondría fuertes cortapisas a su política ambiental. Presa de presiones políticas por la presencia de 3.5 millones de indocumentados, y motivado quizás por el tema de las elecciones presidenciales de 1996, el Congreso aprobó la Ley de Reforma a la Inmigra-ción Ilegal y Responsabilidad del Inmigrante (IIRIRA, 1996), facultando al Procurador General (Attorney General) para obviar cualquier ley ambiental con el fin de reforzar la seguridad en la frontera con México.5

2 Acuerdo entre el Gobierno de los Estados Unidos de América y el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos sobre el Establecimiento de la Comisión de Cooperación Ecológica Fronteriza y el Banco de Desarrollo de América del Norte. 3 Convenio entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América sobre Cooperación para la Protección y Mejoramiento del Medio Ambiente en la Zona Fronteriza (Convenio de La Paz), declaraciones.4 Ibíd., Artículo 1.5 La Sección 102(a) instruye al Procurador General adoptar medidas, como instalar barreras y caminos y remover obstáculos visuales, que “frenen cruces ilegales”, y la Sección 102(c) faculta obviar (waive)

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Introducción

Diez años después, y mediando el único ataque terrorista ocurrido en la historia en suelo norteamericano, la clase política de Estados Unidos se vol-có casi en forma unánime a favor de medidas que blindaran su frontera con México, temerosos de ser acusados por los electores o sus oponentes políticos de ser tibios en cuanto a medidas de seguridad o antimigratorias. Paul Ganster nos relata en este libro la sucesión de programas emprendidos para “sellar la frontera” y describe de manera amplia el razonamiento y contexto político mediante el cual cobraron fuerza en Estados Unidos los argumentos en favor de reforzar el muro. Su colaboración incluye una descripción y análisis del Décimo Reporte de la Junta Ambiental del Buen Vecino dedicado, justamente, al tema de ambiente y seguridad fronteriza.6

aMbiente o seguridad: falsa dicotoMía

La estrategia y acciones norteamericanas por alcanzar mayor seguridad de-muestran un abandono a los principios de colaboración y buena vecindad con México fomentados a lo largo de décadas, y un desdén por el análisis de fondo sobre los problemas de seguridad en la frontera. En el origen está la incongruencia de un gobierno que por décadas le apostó a la colaboración y al desarrollo, y que hoy supone que un muro que divide y deteriora el paisaje y su balance natural puede contribuir a la seguridad de todo un país. Sellar la frontera con México para evitar sus problemas es análogo a atacar los síntomas y no la causa, o el así llamado remedio al final del tubo.

Plantear esta falsa dicotomía y pretender conquistar la seguridad a través de la exclusión representa una enorme tragedia en materia de política exterior de Estados Unidos hacia México. Las bases sólidas de una política de segu-ridad pasan por una economía sana pero también por un estado ambiental sano. Agua limpia y abundante, bosques saludables, recursos pesqueros bien manejados, y fuentes energéticas suficientes son pilares fundamentales de una real seguridad nacional. El deterioro ambiental al interior de México, al igual que en el resto del mundo en desarrollo, es uno de los factores que motiva la migración y ha convertido a zonas en los estados de Oaxaca y Guerrero, entre

los “ordenamientos de la Ley de Especies Amenazadas (Endangered Species Act) de 1973 y la Ley de Política Ambiental (National Environmental Policy Act) de 1969”.6 La Junta Ambiental del Buen Vecino es un Comité independiente de asesoría al Presidente de Estados Unidos que funciona conforme al Acta del Comité Federal de Asesoría (FACA). Su misión consiste en asesorar al Presidente y al Congreso de Estados Unidos sobre las prácticas ambientales y de infraestructura de “buena vecindad” a lo largo de la frontera de Estados Unidos con México.

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otros, en zonas de expulsión. Según Myers y Kent (1995), la vulnerabilidad de pobladores en zonas degradas ocasionan la migración de 25 millones los ya llamados refugiados ambientales. Esta cifra es ya comparable con otros 27 millones de refugiados tradicionales por razones políticas, religiosas, o guerras intestinas de índole étnica, y seguirá creciendo al incrementarse la vulnerabilidad asociada al cambio climático. En México se estima la cifra de refugiados ambientales en un millón al año (Myers 2005), sin que exista un cálculo adecuado sobre la proporción de los mismos llegan a la frontera norte buscando cruzarla.

La expulsión de población del campo mexicano tiene estímulos adicio-nales. En su intervención en el taller técnico-científico, Ezcurra aporta la reflexión sobre cómo los subsidios con que cuenta la industria agrícola de Estados Unidos se convierten en causa componente de la migración mexi-cana al poner en competencia dos sistemas agrícola-financieros a través del mismo TLCAN. En esta lucha desigual, los agricultores de baja tecnificación en México no están en condiciones de competir y se convierten en agentes perdedores que se verán obligados a dejar su actividad y territorio, en gran medida para migrar al norte de la frontera, justamente para participar en la industria agrícola-financiera que los desplazó.

En ese sentido, el TLCAN, como instrumento armonizador de las econo-mías, tiene en su haber éxitos, como la generación de empleos a través de la industria maquiladora en ciudades, y fracasos, como la exacerbación de la pobreza en el campo mexicano. El éxodo de la fuerza laboral y la degradación de los recursos naturales en el campo mexicano son deficiencias que también tienen orígenes históricos internos, que le exigen al Estado mexicano una re-flexión autocrítica para replantear adaptativamente su estrategia de desarrollo y renovar su gestión. Así pues, la migración transfronteriza es un fenómeno extremadamente complejo, en el que juegan un papel asuntos diversos tanto nacionales como binacionales, y como tal requiere de reflexión profunda y de acciones conjuntas integrales. Acciones simplistas y unilaterales, como la construcción del muro, no son soluciones reales a este fenómeno.

Contrario a lo planteado en la estrategia de seguridad del gobierno nor-teamericano, la promoción a la protección ambiental y la conservación de los recursos naturales son parte consustancial de una estrategia en favor de la seguridad. No obstante, en el debate político, el gobierno estadounidense ha fomentado una falsa dicotomía entre ambiente y seguridad que producirá efectos graves no sólo para el ambiente, sino también para la seguridad y la vecindad en la frontera.

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Introducción

retrocesos en diPloMacia aMbiental

La segunda tragedia en la política elegida por Estados Unidos se observa en el sensible retraso en su diplomacia ambiental con México. Hace más de dos décadas que Estados Unidos y México coincidieron en las formas de armoni-zar su vecindad en materia ambiental mediante la firma del Convenio de La Paz. Lamentable es que hoy la gestión conjunta alcanzada entre dependen-cias homólogas a lo largo de 25 años sea desarticulada por un solo objetivo mal concebido. Los convenios comerciales y ambientales no sólo plasmaron la voluntad de los dirigentes de ambos países por lograr una frontera tersa y bien hilada, sino que dieron vida a varios de los programas ambientales fronterizos que hoy son ejemplo en la colaboración bilateral entre ambos países. Durante esas dos décadas, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (USEPA) se convirtió en el soporte principal de una sucesión de programas, como el Programa Integral Ambiental Fronterizo (PIAF), el Programa Frontera XXI, y Frontera 2012. Esta colaboración ambiental entre ambos países ha sido un factor en el desarrollo institucional no sólo de la ges-tión ambiental del gobierno federal mexicano, sino también de los gobiernos estatales fronterizos. Como productos adicionales de esta colaboración se cuentan los programas de áreas protegidas hermanadas; el Comité Trilateral de Vida Silvestre, que se comparte con Canadá; el esfuerzo conjunto por las aves migratorias de América del Norte; los proyectos para el rescate de humedales de América del Norte, financiados por la Ley de Conservación de Humedales (NAWCA), que sustenta las aves acuáticas migratorias; entre otros. Adicional a la estrecha relación entre autoridades ambientales del gobierno federal están las colaboraciones de alcance regional, estatal y local, entre las que se cuentan la Conferencia de Gobernadores de los Diez Estados Fronterizos, numerosas comisiones bilaterales (Comisión de las Californias, Sonora-Arizona, etc.), y coordinaciones de carácter municipal entre ciudades hermanas.

Acompañando al acercamiento oficial, y algunas veces rebasándolo, se generó el activismo ambiental fronterizo. Comunidades en ambos lados de la frontera asumieron el reto de ser agentes proactivos en la gestión ambiental, y organizaron foros y conferencias, como nos recuerda Mary Kelly, que le dieron vitalidad a la colaboración transfronteriza. Esta colaboración oficial y popular ha sido el activo que permitió avances significativos en el manejo compartido de información, planes y recursos, y la solución de problemas. La construcción del muro, amén de los impactos físicos que generará al ambiente, amenaza desarticular a ese activo. Pero su pérdida no solucionará las amena-

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zas de seguridad que se esgrimen como reales, sino más bien debilitarán una fuente importante de solidaridad por proteger un territorio concebido como compartido ecosistémica y culturalmente.

En el binomio seguridad y ambiente, la actual política oficial estadouni-dense mantiene una tensión que se empieza a revertir en contra de sus propios fines. Por un lado, las medidas de seguridad emprendidas amenazan seriamen-te joyas del ambiente de Norteamérica ubicadas a lo largo de la frontera; por el otro, engañosamente enfocan hacia la frontera los esfuerzos por remediar deficiencias en el desarrollo y las políticas que se ubican a miles de kilómetros tanto al norte como al sur. Dicho de otra forma, los problemas de seguridad que teme Estados Unidos son de mayor escala tanto en el tiempo como en el espacio, que una línea fronteriza.

contexto y contenido de esta obra

Una barrera a nuestro ambiente compartido. El muro fronterizo entre México y Estados Unidos surge con dos objetivos. Primero, recopilar estudios cientí-ficos disponibles en la materia y consolidar el trabajo iniciado en el Primer Taller Técnico-Científico sobre los Posibles Impactos Ambientales del Muro Fronterizo. Dicho taller reunió a 55 expertos, regionalmente reconocidos en una amplia gama de disciplinas ambientales y asociadas y provenientes de organismos gubernamentales, no gubernamentales, y académicos de ambos lados de la frontera.

Para establecer un marco común de referencia e iniciar las reflexiones, el taller arrancó con ponencias magistrales sobre aspectos generales del muro y sus implicaciones, seguidas de presentaciones temáticas sobre los impactos previsibles sobre flora, fauna y ambiente físico, así como consideraciones acerca del marco legal. Posteriormente, los especialistas se dividieron en mesas temáticas para discutir y complementar la información presentada anteriormente. A través de presentaciones en plenario de los resultados de cada mesa de trabajo, se continuó el enriquecimento del material generado. En una segunda etapa, se discutieron las conclusiones generales del taller y se realizó un ejercicio de propuestas de acciones prioritarias por sectores (academia, organizaciones no gubernamentales y sector gubernamental), a partir de los escenarios planteados durante las sesiones anteriores. Este libro recoge las presentaciones y discusiones de estos días e incluye además otras aportaciones solicitadas ex profeso para complementar lo generado en el taller.

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Introducción

El segundo objetivo de esta obra es contribuir a reorientar el debate sobre el muro fronterizo a un plano en el que prive la información y la ciencia, apor-tando además una perspectiva espacial y temporal amplia, que contraste con el enfoque altamente politizado e imediatista con el que, mayormente, se ha abordado el tema. A través de la documentación de los impactos ambientales del muro, es que la presente obra pretende promover este nivel de análisis, holístico y de largo plazo, entre tomadores de decisiones, actores y represen-tantes políticos, medios de comunicación y población en general. En última instancia, la información aquí presentada pretende servir, además, como un elemento que facilite el diálogo binacional entre los gobiernos de México y de Estados Unidos en el marco de un espíritu de colaboración que permita evitar los daños previsibles en los ecosistemas que compartimos ambos países.

En su primera parte, esta obra presenta cuatro contribuciones que abor-dan el concepto y la casuística de la construcción de muros realizada por un estado nación con la finalidad de evitar males que percibe controlables mediante una barrera. Paul Ganster, Presidente de la Junta Ambiental del Buen Vecino, nos ilustra acerca de los procesos, las presiones, y la respuesta legislativa que promovió la clase política de Estados Unidos para concretar la construcción del muro. Su ensayo muestra los retos y oportunidades de la coyuntura actual y lo que refleja el diálogo y la relación entre ambos países. Para Mary Kelly, el problema central en el caso del muro es la ruptura de la colaboración que percibe como necesaria para lograr armonizar en el mediano plazo los objetivos de conservación de ecosistemas únicos en la frontera con la seguridad que buscan las dependencias gubernamentales en Estados Unidos. Exequiel Ezcurra ahonda en las complejidades de la relación México-Estados Unidos, y en las dificultades de un modelo de desarrollo que no encuentra el camino para reducir la pobreza ramplona en lo que él le llama el “México profundo de Bonfil”. Lyndsay Carlisle aporta el caso de cercos construidos en otros lugares del mundo para limitar la actividad de una especie, y describe el proceso y los efectos que provocaron sobre los ecosistemas y las sociedades en aquellos lugares.

La segunda parte se enfoca en los impactos previsibles del muro sobre la fauna. Héctor Moya comienza la sección con una reseña del análisis que hi-cieron los expertos durante el taller, acompañada de un cuadro que sintetiza la discusión. Rurik List hace un recuento de los mamíferos silvestres cuyas poblaciones dependen de un tránsito libre a través de la frontera y de los pe-ligros que supone para ellos la obstaculización de estos movimientos. Cora Varas nos describe la situación crítica del oso negro en varias secciones de la

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zona fronteriza y el tipo de acciones que se deben tomar para salvaguardar la viabilidad de sus poblaciones .

En la tercera parte se analizan los impactos sobre los ecosistemas. Eduardo Peters nos presenta la esencia de la nutrida discusión en el taller sobre la flora fronteriza, base de la estructura ecosistémica regional, y los impactos a que se verá sujeta en caso de construcción del muro. Hugo Riemman escribe sobre los diversos riesgos inherentes a la fragmentación de los ecosistemas fron-terizos, caracterizados por una alta biodiversidad. En seguida, César Cantú, Patricia Koleff y Andrés Lira presentan un análisis de vacíos y omisiones de conservación a nivel ecorregional en la franja fronteriza de 100 km. Patricia Koleff, Andrés Lira, Tania Urquiza y Eduardo Morales concluyen este apartado con un análisis de sitios prioritarios para la conservación de la biodiversidad en la franja fronteriza. Todas las contribuciones de esta sección enfatizan la amenaza que representaría el muro para la viabilidad de especies y ecosistemas, patrimonio de la humanidad.

La cuarta parte de este libro es una revisión sobre los impactos al medio físico (el agua, el suelo, y el aire), y refleja las preocupaciones vertidas durante el taller, mismas que Juan Manuel Rodríguez y José Luis Castro nos relata. Ese apartado ofrece una serie de imágenes sobre el muro propuesto en varios sitios de la frontera entre California y Baja California.

En la quinta y última parte se analizan los preceptos legales que la inicia-tiva del muro trastoca, y explora en un ejercicio desarrollado en el taller las acciones que podrían tomar de manera diferenciada los sectores de la sociedad para abordar las amenazas ambientales que representa el muro. . La relatoría y conclusiones de la mesa de trabajo corrió por cuenta de José Luis Castro, mientras que Rick Van Schoik nos ofrece un perspectiva sobre los procedi-mientos utilizados por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para construir el muro. Los autores abordamos el recuento de principios de política ambiental trastocados por el muro fronterizo, y Luis Fernando Abitia nos relata las diferencias que afloraron en las visiones de cada uno de los sectores.

conclusiones y siguientes Pasos

Este esfuerzo conjunto de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Natu-rales y su titular, el Instituto Nacional de Ecología, y El Colegio de la Frontera Norte ha tenido como meta develar ante la sociedad y los gobiernos de ambos países realidades que son menos evidentes pero más significativas en el fragor de un debate político de corto plazo. La sociedad fronteriza que habita tanto en

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Introducción

México como en Estados Unidos reconoce los enormes retos que la economía globalizada le impone a esta frontera y los conflictos asociados a la demandas de sectores de alcance nacional que deben atender los gobiernos nacionales, mismos que se agolpan justo en la línea fronteriza. En su quehacer diario, la sociedad fronteriza procura elementos que contribuyan a equilibrar las necesidades de hoy con un futuro incluyente, integral, y de largo plazo, y sensibilizar a ambos poderes federales que del otro lado del cerco hay un amigo y no un rival.

Lo que está muy claro, al final del día, es que las medidas de efectividad aparente, excluyentes, unilaterales, y con visiones de corto plazo son batallas pírricas para una sociedad pujante como la que habita ambos lados de la fron-tera entre México y Estados Unidos. Las circunstancias aquí exigen capitalizar la diversidad, ser creativo y no simplista, construyendo soluciones a la altura real de los problemas.

Antes de ofrecer los siguientes pasos trazados por las instituciones que patrocinaron esta obra, hacemos un alto para agradecer a quienes con su visión, esfuerzo, y dedicación hicieron posible esta obra. Primeramente, a Enrique Lendo Fuentes, Emilio Cedrún Vázquez y Patricia Ramírez Zúñiga, de la Unidad Coordinadora de Asuntos Internacionales de SEMARNAT, por haber concebido que la reacción adecuada ante la iniciativa de un muro en la frontera era conocer la verdad hasta sus detalles. Nuestro reconocimiento a ellos, así como a Mateo Castillo y Bertha Helena de Buen, de la Unidad Coordinadora de Participación Social y Transparencia, y a Lucero Álvarez Padilla de El COLEF también por el empuje en la organización del taller técnico-científico celebrado en Tijuana.

Luis Fernando Abitia, Héctor Moya y Eduardo Peters, fueron columnas indispensables para la planeación y ejecución del taller y, posteriormente, con el apoyo de José Luis Castro, para la compilación y organización de los mate-riales resultantes y de aquéllos que se enconmendaron ex profeso. Queremos reconocer y agradecer su colaboración, dedicación y entusiasmo.

A Rick Van Schoik y al Consorcio SCERP agradecemos el participar como socio de esta publicación y el apoyo brindado para difundirla en amplios sectores de Estados Unidos.

Por la coordinación editorial, queremos dar un sincero y muy especial agradecimiento a Raúl Marcó del Pont por su enorme contribución a la edición de este libro y por su amable disposición en las horas difíciles de su formación. Igualmente, agradecemos a Érika Moreno de El COLEF y a su equipo de correctores por las contribuciones a secciones específicas de esta obra.

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Derivado de ese primer taller y la elaboración de esta obra se construye de manera más nítida una agenda de investigación que permitirá conocer aspectos identificados que requieren mayor esclarecimiento. Al cierre de esta edición, la SEMARNAT, el INE y EL COLEF nos preparábamos para realizar un segundo taller para discutir las dimensiones económicas del impacto am-biental que potencialmente provocará el muro fronterizo. El propósito de ese segundo taller es hacer el mejor uso de la ciencia y la técnica de valoración económica para hacer del conocimiento público el costo que representará para ambas sociedades la pérdida de la calidad ambiental regional en afectaciones a especies y deterioro de ecosistemas.

En el trabajo de organización de ese segundo taller hemos estrechado lazos de trabajo con las organizaciones promotoras de eventos similares, tales como Defenders of Wildlife y Wildlands Project. Hemos, a su vez, identificado in-vestigadores que realizan trabajo sobre la ecología de la región y economistas en valuación de recursos naturales en ambos países con quienes sumaremos esfuerzos, deseosos de seguir aportando al diálogo entre los dos países y a una toma decisiones que contribuya a una frontera más armónica y justa.

bibliografía

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Myers, N. y J. Kent. 1995. Environmental Exodus: An Emergent Crisis in the Global Arena. The Climate Institute, Washington DC.

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Un muro en la frontera México-Estados Unidos

Primera parte

MuroFoto: Jim Rorabaugh

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En esta sección se presentan reflexiones generales sobre los muros, sus ori-genes y sus consecuencias, desde el punto de vista ambiental como desde la perspectiva de sus implicaciones sobre las sociedades humanas y las relaciones entre vecinos. Tres de estos capítulos se basan en las conferencias magistrales ofrecidas durante el taller.

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Protección ambiental y seguridad

introducción

A continuación se presenta un resumen en esencia del contenido del Décimo reporte de la Junta Ambiental del Buen Vecino (GNEB, por sus siglas en inglés) Protección ambiental y seguridad fronteriza a lo

largo de la frontera México-Estados Unidos, que se relaciona directamente con la discusión sobre la construcción del muro a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos. Este ensayo comenta también el contexto de la discusión sobre el muro fronterizo y las implicaciones de los asuntos relacionados con la seguridad sobre la frontera y la cooperación entre ambas naciones; y aunque el trabajo presenta partes del mencionado reporte , el material adicional, la interpretación y las conclusiones son responsabilidad del autor y no reflejan las políticas de la GNEB.

La Junta Ambiental del Buen Vecino es un panel federal estadounidense que cada año envía al Presidente y al Congreso un reporte de carácter con-sultivo sobre asuntos ambientales fronterizos. El grupo está constituido por representantes de dependencias federales estadunidenses, de los estados y municipios fronterizos, de las tribus de la región fronteriza, académicos, miembros de la iniciativa privada y delegados de organizaciones no guber-namentales; la junta, a grandes rasgos, es representativa de la frontera y sus asuntos ambientales. El décimo reporte de la GNEB se publicó en marzo del

la Protección aMbiental y la seguridad en la frontera México-estados unidos: el asunto del Muro fronterizo analizado en contexto

Paul Ganster

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2007 (los reportes de la GNEB se pueden cnosultar en: www.epa.gov/ocem/gneb/gneb_president_reports.htm).

Para su Décimo reporte al Presidente y al Congreso, la Junta analizó cómo se entrecruzan las actividades de protección ambiental y de seguridad del territorio nacional estadunidense (homeland security) en la frontera México-Estados Unidos. Incluye una serie de recomendaciones sobre cómo el gobierno federal de Estados Unidos puede ayudar a mantener una fuerte protección am-biental en la zona fronteriza, fortaleciendo a la vez las actividades de seguridad en la frontera. Aun reconociendo que algunas personas cruzan ilegalmente en vehículos por las principales garitas, la Junta decidió enfocarse en los cruces indocumentados, los problemas de seguridad y los asuntos ambientales en las áreas rurales. El reporte también contempló el movimiento de materiales peligrosos a través de las garitas, pero este tema no se relaciona directamente con el asunto del muro fronterizo y por lo tanto no se tratará aquí.

Antes de hablar de los aspectos del Décimo reporte de la GNEB que se relacionan a la discusión sobre el muro fronterizo, se presentarán los ante-cedentes y las tendencias que hiceron que creciera la atención en materia de seguridad en la frontera y el muro fronterizo. Estos incluyen una compleja interacción de asuntos de seguridad, protección civil y asuntos ambientales en la región fronteriza en el transcurso de la última década y media.

antecedentes

El TlC y la migraCión

Parte de los debates sobre el tratado de Libre Comercio (TLC) giraron en torno al asunto de la migración. Quienes apoyaban el TLC argumentaron con éxito que el TLC daría lugar a la creación de empleos en México, y reduciría las presiones migratorias sobre Estados Unidos. Irónicamente, durante aproximadamente la primera década de la era del TLC se observó una migración indocumentada sin precedentes hacia Estados Unidos, lo que convirtió a este tema en un asunto nacional y no sólo un tema fronterizo de debate político.

EndurECimiEnTo dE la fronTEra

Las políticas recientes de Estados Unidos en relación con la migración indo-cumentada fueron impulsadas por el Congreso y enfatizan primordialmente

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Protección ambiental y seguridad

el reforzamiento de la vigilancia fronteriza con mayor número de personal asignado y la construcción de infraestructura a lo largo de la frontera. En el transcurso de cinco años, se agregaron diversos programas para diferentes sectores de la frontera: (1) Manteniendo la Línea (Hold the Line, El Paso, 1993); Operación Guardián (Gatekeeper, San Diego, 1994); Operación Salvaguarda (Safeguard, región central de Arizona, 1995) y Río Grande (región sureña de Texas, 1997). A medida que se anunciaban estos programas, el Congreso estadunidense aumentaba significativamente el presupuesto de la Patrulla Fronteriza para más personal e infraestructura que incluía muros, iluminación, tecnología de sensores, trazo de rutas de acceso, construcción de rampas para lanchas, despeje de vegetación, además de retenes en el interior a distancia de la línea internacional.

Estos programas tuvieron una serie de efectos. La Operación Guardián y Manteniendo la Línea, por ejemplo, se concentraron inicialmente en las zonas densamente urbanas de El Paso y San Diego y redujeron significativamente el flujo de cruces indocumentados en esas áreas clave. En el sector de San Diego, estas acciones reencauzaron el flujo de migrantes a las montañas hacia el este de las zonas urbanas, y a medida que se incrementó la vigilancia de las zonas rurales de San Diego, el flujo se redirigió nuevamente hacia las zonas desérticas de California y Arizona. Una consecuencia imprevista de estas políticas fue el incremento en los riesgos para los migrantes y las muertes por exposición a un terreno hostil y un clima extremoso, así como un alar-mante número de accidentes de tráfico de vehículos de contrabandistas que transportaban migrantes.

TráfiCo dE drogas y ConTrabando humano

Durante la década de 1990, el tráfico de drogas a través de la frontera Méxi-co-Estados Unidos aumentó en las ciudades mexicanas fronterizas al igual que la violencia ligada a las drogas, la cual en ocasiones se desbordaba hacia las comunidades fronterizas estadunidenses. El contrabando de migrantes a través de la frontera algunas veces involucraba el movimiento de drogas, lo cual incrementó la preocupación por la porosidad de la frontera. La mezcla del tráfico de drogas y el contrabando humano a través de la frontera terrestre inyectó un nivel de violencia en el trato entre agentes de la Patrulla Fronteriza y los migrantes indocumentados cuando anteriormente su interacción había sido en su mayor parte benigna.

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El 11 dE sEpTiEmbrE dEl 2001 y El dEparTamEnTo dE sEguridad dEl TErriTorio naCional

Los ataques terroristas en Nueva York y Washington. D.C. el 11 de septiem-bre del 2001 provocaron un escrutinio aún más severo de la frontera entre México-Estados Unidos. A pesar de que la mayoría quienes participaron en el ataque del 11 de septiembre tenían visas vencidas y ninguno de ellos había entrado ilegalmente por la frontera sur de Estados Unidos, la frontera mexica-na se perfiló como un elemento crítico en la defensa contra el terrorismo. La porosidad de esta región se convirtió en un punto focal de debates políticos sobre la seguridad norteamericana. El argumento central era que si miles de migrantes indocumentados podían fácilmente cruzar la frontera, también los terroristas podrían hacerlo.

Todos estos eventos y tendencias han hecho que los asuntos de seguridad del territorio nacional sean de primordial importancia para todas las agencias federales, así como para las agencias estatales y locales. Cuando los asuntos de seguridad entran en conflicto con políticas y prácticas existentes, la preocupación por la seguridad adquiere la prioridad dominante. Esto ha sido especialmente evidente en lo que se refiere a la seguridad fronteriza, donde el movimiento para endurecer la frontera por medio de la construcción de muros, barreras, caminos de acceso y demás elementos de infraestructura ha creado tensiones y conflictos con otras agencias, particularmente aquéllas que manejan tierras vulnerables, al igual que con ambientalistas y comunidades locales. Hasta cierto grado, la preocupación por la seguridad fronteriza va a contracorriente de la creciente participación local y pública y de la cooperación transfronteriza en asuntos de naturaleza ambiental y temas relacionados, que se ha desarrolaldo durante los treinta años posteriores a la firma del Acuerdo de La Paz en 1983.

la lEy dE TarjETas dE idEnTifiCaCión rEalEs dEl 2005 (ThE rEal id aCT of 2005)

La Ley sobre identificaciones reales del 2005 incrementó la autoridad federal sobre la frontera al facultar al Departamento de Seguridad Nacional (Depar-tment of Homeland Security, DHS por sus siglas en inglés) pasar por alto los requisitos legales relacionados con la revisión de los impactos sobre recursos ambientales y culturales al construir la infraestructura fronteriza. En el 2005, las partes restantes de la infraestructura del muro en el área de San Diego se construyeron gracias a las provisiones de esta ley. Bajo su amparo, la cons-

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Protección ambiental y seguridad

trucción pudo avanzar sin tomar en consideración la protección ambiental y otras provisiones de una larga lista de leyes federales. Éstas incluyen la Ley Nacional de Protección Ambiental (National Environmental Protection Act, NEPA), la Ley de Especies en Peligro de Extinción (Endangered Species Act), la Ley del Manejo de Zonas Costeras (Coastal Zone Management Act), la Ley de Agua Limpia (Clean Water Act), la Ley Nacional de Preservación Histórica (National Historic Preservation Act), la Ley del Tratado de Aves Migratorias (Migratory Bird Treaties Act), la Ley de Aire Limpio (Clean Air Act) y la Ley de Procedimientos Administrativos (Administrative Procedures Act). La Ley del Muro Seguro del 2006 (Secure Fence Act of 2006) y la Iniciativa de la Frontera Segura del 2006 (Secure Border Initiative of 2006) del Departamento de Segu-ridad del Territorio Nacional (DHS) agudizaron el enfoque de la aplicación de ley en esta zona e incrementaron la movilización de recursos.

El elevado nivel de vigilancia en la frontera que incluyó un incremento sig-nificativo en infraestructura y una ampliación en el número de dependencias y de personal, acarreó conflictos en varias áreas. Primeramente, las tensiones surgieron entre el mandato de seguridad del DHS y la autoridad para manejar y proteger tierras federales vulnerables por parte de varias agencias federales administradoras de tierras, incluyendo el Servicio Nacional Forestal (National Forest Service), el Servicio de Parques Nacionales (National Park Service), la Oficina de Manejo de Tierras (Bureau of Land Management) y la Comisión Internacional de Límites y Aguas, entre otras. En segundo lugar, los grupos comunitarios, los gobiernos locales y estatales y los académicos protestaron por los impactos, ambientales y de otros tipos, causados por incrementar la construcción del muro (véase, por ejemplo, Mumme 2005). Finalmente, estas preocupaciones empezaron a ser articuladas cada vez más por las partes afectadas en México.

el déciMo rePorte de la Junta aMbiental del buen vecino (gneb)

La discusión previa plantea los antecedentes y el contexto para el Décimo re-porte de la Junta Ambiental del Buen Vecino, así como la actual controversia en torno a la construcción del muro fronterizo. Como ha señalado la Junta en reportes anteriores al Presidente y al Congreso, continúan existiendo una variedad de problemas serios en torno al manejo y la protección ambiental.1

1 Los reportes anuales anteriores de la GNEB están disponibles en: http://www.epa.gov/ocem/gneb/gneb_president_reports.htm.

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Estos retos incluyen la dificultad para administrar los recursos hídricos en un contexto binacional; el conflicto que producen las demandas de agua que genera un rápido crecimiento económico y urbano, con reservas limitadas de agua en un clima árido; la complejidad de manejar especies amenazadas y en peligro de extinción en una región transfronteriza; y abordar la contaminación del aire dentro de las cuencas atmosféricas binacionales. Hoy en día, con la preocupación exacerbada por la seguridad, estas condiciones ambientales, de por sí frágiles, están siendo sujetas a presiones adicionales, tanto por el incremento en actividades de seguridad como por el flujo de migrantes in-documentados y contrabandistas.

La preocupación ambiental en relación con el muro fronterizo va más allá de lo referente a la construcción de la infraestructura. Por el contrario, el muro se comprende mejor si se contempla como parte de un complejo de actividades y estructuras físicas asociadas ael aumento de seguridad en la frontera. Esto incluye rutas de acceso, el incremento de agentes y vehículos, la construcción de muros y barreras para los vehículos, caminos de patrullaje, los reflectores tipo estadio y los sensores a distancia (sensores enterrados, cámaras de video, entre otros). El impacto del paso de indocumentados también es significativo. Los migrantes indocumentados han abierto veredas en algunas áreas de veg-etación previamente virgen dentro de áreas protegidas; estas veredas no sólo destruyeron un hábitat valioso, sino que crearon nuevos canales para el escur-rimiento pluvial, acelerando la erosión y la sedimentación. En las áreas donde los contrabandistas pudieron derribar cercos o donde no existían barreras contra vehículos, los transportes no autorizados abrieron nuevos caminos, que también perturbaron el hábitat y la fauna y provocaron la erosión acelerada en muchas zonas. El área total ocupada por veredas y caminos generados por actividades ilícitas es sorprendentemente elevada.

El impaCTo dE los migranTEs En los Tohono o’odham

Otras actividades relacionadas con el cruce de migrantes han contribuido a generar impactos ambientales a lo largo de la frontera. Los migrantes general-mente llevan consigo botellas de plástico con agua y mochilas con sus efectos personales, comida y cambios de ropa. La mayor parte de estos artículos los abandonan en el camino, a medida de que consumen el agua y dejan de necesitar las cobijas. Al aproximarse a los puntos donde se encuentran con los vehículos de los contrabandistas, abandonan sus mochilas y toda su ropa, excepto la que traen puesta, para poder pasar desapercibidos en los ambientes

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Protección ambiental y seguridad

urbanos a donde se dirigen. La cantidad total de residuos sólidos abandona-dos es significativa. Un estudio de la nación tonoho o’odham en la frontera entre Sonora y Arizona concluyó que los 1,500 migrantes indocumentados que transitan diariamente dejan en promedio cada uno cuatro kilogramos de basura, un total de 6,000 kg de residuos sólidos acumulados cada día. Además, hay muchas bicicletas y vehículos abandonados en las rutas de los migrantes (véase, por ejemplo, Wolf 2003). Las políticas de la tribu no van de acuerdo con la instalación de un muro a lo largo de su frontera con México, ya que sus tierras tradicionales se extienden unos 200 kilómetros hacia el interior de México y hay aproximadamente 1,500 tohono o’odham que viven en pueblos en México. Sin embargo, el flujo de migrantes, contrabandistas y patrulleros a través de sus tierras han impactado su medio ambiente y la calidad de vida de los miembros de la tribu, por lo que recientemente las autoridades de la tribu dieron su consentimiento para que la Patrulla Fronteriza extendiera la barrera contra vehículos en algunas secciones de sus 120 kilómetros de frontera con México.2

los impaCTos En bosquEs naCionalEs

Los migrantes también han causado otros impactos ambientales. En el Bosque Nacional Cleveland, y en otras áreas naturales protegidas en la fron-tera, el número de incendios forestales causados por fogatas de migrantes y cigarrillos tirados sin precaución ha sido un problema recurrente. Hubo un tiempo cuando fue necesario asignar personal de tiempo completo para que patrullara a caballo las rutas de migrantes, para apagar adecuadamente las fogatas que dejan abandonadas. Los agentes del Bosque Nacional Cleveland reportan que el incremento en la vigilancia fronteriza que provoca un descenso en el número de migrantes, también reduce el número de incendios forestales. Los agentes en el Bosque Nacional de Coronado, en el sur de Arizona, reportan una experiencia similar con los impactos de la migración.

El rETo dE la sEguridad En la fronTEra y la proTECCión ambiEnTal

Visto contra este telón de fondo, es evidente el conflicto de roles entre las dependencias encargadas de la protección ambiental y las responsables de la seguridad en la frontera. El reto global que la GNEB eligió abordar en su Déci-

2 Comunicación personal con el jefe de la tribu, Ned Norris, el 25 de julio de 2007.

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mo reporte fue: cómo equilibrar las actividades de seguridad en la frontera con la calidad ambiental. La GNEB contempló estos problemas en dos diferentes contextos geográficos: 1) las áreas rurales a lo largo de la frontera, donde se localiza la mayoría de las áreas naturales protegidas; y 2) los cruces urbanos en las garitas. Sin embargo, este trabajo se enfocará sólo a los aspectos rurales del muro fronterizo descritos en el reporte de la Junta.

El TráfiCo humano indoCumEnTado En los Tramos ruralEs

La GNEB señaló que, debido al gran impacto del paso de migrantes indo-cumentados en áreas rurales, el incremento en protección fronteriza, que incluye una combinación de barreras físicas, un despliegue de tecnología y un aumento de personal, en ocasiones surtía un efecto inmediato benéfico sobre el medio ambiente. Por ejemplo, la construcción de cercos de lámina de acero y la presencia de más agentes de la patrulla fronteriza en el sector de San Diego puso fin al tráfico peatonal a través de los sitios de reproducción de aves en peligro de extinción en la Reserva Nacional para Investigación del Estuario del Río Tijuana. O en Arizona, aumentar las barreras físicas y la vigilancia en el Refugio Nacional de Vida Silvestre de Cabeza Prieta permitió que el murciélago hocicudo regresara a sus nidos tradicionales en las cuevas cercanas a la instalación del muro fronterizo.

Los retos y Los siguientes pasos a tomar

La Junta identificó una serie de retos en la protección ambiental fronteriza en vista de los flujos de migrantes y contrabandistas, y de la infraestructura y actividades de aplicación de la ley por parte de las autoridades. Para cada uno de estos retos, se identificaron los pasos siguientes requeridos para abordarlos.

La lista de pasos a seguir para abordar los retos identificados tiene varios temas en común. Lo más importante es que las dependencias de seguridad estén concientes de los impactos ambientales potenciales y que actúen en forma proactiva, tanto en términos de sus propias prácticas y políticas como en lo que se refiere a trabajar con las partes afectadas en la frontera. Entre las partes afectadas clave en la frontera se encuentran las organizaciones para el manejo de tierras y las dependencias que trabajan para preservar recursos na-turales y culturales en la región fronteriza. También es importante desarrollar mejor comunicación con las comunidades locales. Otra serie de sugerencias

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Retos

1. Los caminos y las veredas destruyen los hábitats y causan erosión

2. Los migrantes indocumenta-dos y los contrabandistas dejan basura y desechos sólidos.

3. Un muro impenetrable puede causar problemas para la vida sil-vestre en las áreas vulnerables.

4. Oportunidades limitadas para la colaboración entre dependen-cias de seguridad y las de manejo de tierras.

Pasos a seguir • Combinar tecnología e infraestructura para minimizar la huella de la aplicación de ley.• El DHS necesita identificar y proteger las áreas vulne-rables. • Mejorar la comunicación entre dependencias. • Crear una dependencia federal competente para abordar impactos de seguridad sobre el medio ambiente.

• Proporcionar ayuda del gobierno federal para ayudar a las tribus, los terratenientes particulares, las comunidades rurales y las dependencias de manejo de tierras a mitigar el problema.

• Convocar a una convención nacional sobre tecnología de cercos/barreras. • Hacer uso extensivo de los peritos en el campo para revisar la construcción de la infraestructura fronteriza y evaluar su impacto potencial sobre el ambiente.

• Establecer un equipo de interdependencias para desa-rrollar estrategias.• Colocar personal federal de enlace en los estados fronte-rizos para fortalecer la cooperación entre dependencias.

por parte de la Junta se relaciona con el diseño de los muros y barreras a ser construidos a lo largo de la frontera. Es evidente, señala la Junta, que un mismo diseño estandarizado no puede funcionar en todos los tramos de la frontera. En algunas áreas que son corredores importantes para la migración de vida silvestre o que son hábitats transfronterizos conectados, será necesario desa-rrollar alternativas permeables. Esto requerirá una mezcla de infraestructura innovadora, tecnología de barreras y despliegue de personal.

EjEmplos dE CoopEraCión

El Décimo reporte de la GNEB también identificó una serie de ejemplos en los que la cooperación entre dependencias de seguridad y las de otro tipo hizo posible incrementar la protección, y a la vez cuidad o mejorar el medio ambiente. Un caso a señalar es el proyecto de remoción del cedro salino en el Río Colorado. Durante el 2006, el Equipo de Trabajo de Manejo de Tierras

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Fronterizas (Borderlands Management Task Force, BMTF) en Yuma, Arizona, lanzó este proyecto, que engloba dependencias locales estatales, federales y tribales: la Patrulla Fronteriza, el DHS, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos (U.S. Army Corps of Engineers), la Oficina de Manejo de Tierras (BLM), la Oficina de Recuperación (Bureau of Reclamation), la Nación cocopah, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos (USFWS), los Campos de Prueba de Yuma (Yuma Proving Grounds), el Departamento de Caza y Pesca de Arizona (Arizona Game and Fish), y la Oficina del Sheriff del Condado de Yuma. El trabajo consiste en la remoción y adelgazamiento del cedro salino para mejorar el acceso y la visibilidad y también restaurar la vegetación nativa de álamo, mesquite y sauce. Esto mejora la seguridad, aborda problemas culturales de la Nación cocopah y restaura la vegetación natural de la zona.

discusión

El Décimo reporte de la GNEB plantea una variedad de cuestionamientos con respecto al muro fronterizo y la reacción negativa que ha producido en las comunidades fronterizas en México y Estados Unidos. Con frecuencia, los efectos ambientales negativos se exageran o no están basados en un análisis científico suficiente. Al mismo tiempo, los efectos positivos de la construcción del muro y de las barreras normalmente no se mencionan. Contrariamente a la percepción generalizada, el DHS sí realiza revisiones ambientales regulares y estudios de impacto ambiental, pero no los abre a discusión en los foros co-munitarios convocados para obtener retroalimentación del público. Como a muchos investigadores, grupos ambientalistas, agentes locales y ambientalistas no se les mantiene informados, suponen que no se están considerando los impactos ambientales de los proyectos de seguridad en la frontera. La reacción negativa se debe en gran medida a la falta de un adecuado programa de rela-ciones públicas de parte del DHS. En la misma línea, la falla de las autoridades estadunidenses al no notificar a las autoridades mexicanas de la construcción del muro, originó un considerable resentimiento en los círculos oficiales, entre los ambientalistas y los miembros de la comunidad en México.

En mayo del 2007, aparecieron artículos en la prensa local y nacional sobre los planes del DHS de construir secciones del muro en la parte baja del Río Bravo (véase, por ejemplo, Brezosky 2007),lo que produjo una fuerte reacción negativa entre los residentes y los funcionarios electos de las comunidades del Valle de la Parte Baja del Río Bravo. Al estar separados por el río, por la zona de

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Protección ambiental y seguridad

inundación y por los diques en ambas márgenes del río, muchos funcionarios locales no veían la necesidad de construir un nuevo muro. Al mismo tiempo, estas comunidades tiene una relación estrecha con las comunidades al otro lado del río y no querían poner en riesgo los vínculos productivos, por lo que a sus ojos era una infraestructura innecesaria. Incluso miembros de la Patrulla Fronteriza entrevistados recientemente por el autor de este trabajo manifesta-ron que construir un muro no era necesario en las áreas en cuestión.

A pesar de los errores evidentes, desde que salió el Décimo Reporte de la GNEB en marzo del 2007, parece haber una conciencia creciente en la DHS de que el asunto del muro fronterizo requiere de enfoques diferentes en las distintas áreas de la frontera. El 7 de junio del 2007, en la Onceava Confer-encia de Asuntos Fronterizos Parlamentarios de México-Estados Unidos de la Cámara de Comercio de México-Estados Unidos en Washington, D.C., David V. Aguilar, Jefe de la Patrulla Fronteriza, reconoció con claridad que se requieren diferentes combinaciones de asignación de personal, tecnología e infraestructura, para las diversas secciones de la frontera, y así poder atender las preocupaciones ambientales. Pláticas informales del autor con agentes de la Patrulla Fronteriza en el campo tuvieron como resultado un análisis similar de la necesidad de ser sensible a las diversas condiciones a lo largo de la fron-tera, al momento de instalar el muro. La presión de ajustar un solo modelo para todos parece venir de parte de los jefes de dependencias y miembros del Congreso que no están familiarizados con la realidad de la frontera y que no comprenden las diferencias regionales en condiciones ambientales, sociales y políticas.

La controversia en torno a los planes para el muro fronterizo y la enérgica reacción en esta región y en México revela una falla estructural en las relaciones ambientales entre México y Estados Unidos para esta porción del territorio. Aunque el espíritu del Acuerdo de La Paz y otros convenios binacionales sugieren que se envíe notificación cuando algún proyecto de un lado de la frontera pueda causar impactos al otro país, no existe un procedimiento de rutina para que esta comunicación ocurra ni un mecanismo estructurado para analizar y mitigar impactos ambientales transfronterizos. Por ejemplo, no se consultó a México cuando se otorgaron permisos para una gran planta generadora de electricidad en San Diego, en Mesa de Otay, a varios kilómetros de la frontera. No se le informó a Estados Unidos cuando México permitió la instalación de dos grandes plantas generadoras de electricidad en Mexicali. Todas estas instalaciones aportan a las cuencas atmosféricas grandes canti-dades de contaminantes que afectan a la población en ambos países. No se

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tomaron en cuenta los impactos ambientales transfronterizos del revestimiento del Canal Todo Americano en Valle Imperial cuando se diseñó e implementó el proyecto. Finalmente, los efectos ambientales transfronterizos de la con-strucción del muro aparentemente no fueron valorados ni comunicados a las partes afectadas en México. En consecuencia, muchos residentes fronterizos y otras partes afectadas, así como el gobierno de México, han expresado su preocupación por la construcción del muro fronterizo.

A mitad de la década de 1990, la Comisión de Cooperación Ambiental (CCA), un organismo trilateral, comenzó a redactar un acuerdo transfron-terizo que proporcionaría un proceso transparente para abordar asuntos con probables impactos ambientales transfronterizos entre Estados Unidos y Canadá, y entre Estados Unidos y México.3 Los gobiernos de estas dos últi-mas naciones se enfrascaron en discusiones sobre dicho documento y nunca llegaron a un acuerdo. En consecuencia, ambas comparten la responsabilidad por las controversias actuales en torno a los impactos transfronterizos de los proyectos en la región, ya sea en relación al muro fronterizo, el revestimiento del Canal Todo Americano o el otorgamiento de permisos para ubicar infrae-structura energética en sitios cercanos a la frontera.

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3 El sitio web de la CCA contiene un análisis de antecedentes, una redacción del tratado y otros mate-riales relacionados con el Texto del Acuerdo de Norteamérica para la valoración de impactos ambienta-les transfronterizos: http://www.cec.org.

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En la frontera hace falta cooperación

* Trascripción de la plática impartida durante la reunión, revisada por la autora.

Muchos de los aquí presentes* recordamos numerosos seminarios excelentes sobre la frontera, que se llevaron a cabo a finales de los años noventa y a principios de esta década; seminarios que reunían

a trescientas o cuatrocientas personas de organizaciones no gubernamentales, gobierno y el medio académico. Aunque en teoría, estos seminarios trataban sobre contaminación y conservación, el tema central era la cooperación binacional. Necesitamos revitalizar ese espíritu de cooperación para hacer frente a los muchos peligros que actualmente amenazan la frontera a la que llamamos hogar y que es tan importante para nosotros.

La amenaza más reciente es la propuesta del muro fronterizo. este tipo de obras no son algo nuevo; los chinos se dedicaron durante 2,000 años a construir, reconstruir y mantener una muralla que detuviera a los invasores del norte. El Muro de Berlín fue diseñado para mantener a la gente dentro de Berlín, para evitar que emigraran a Alemania Occidental en busca de me-jores empleos. Estos diques no se erigían entre amigos sino entre enemigos. No podemos consentir algo semejante en la relación entre México y Estados Unidos, cuando muchos de nuestros gobernantes afirman, y así debe ser necesariamente, que nos une un vínculo de amistad.

Es importante que no permitamos que la lucha en relación con este muro determine nuestro curso. Es una realidad que gran parte de la población en

en la frontera hace falta cooPeración, no Muros

Mary Kelly

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Estados Unidos tiene la idea de que nuestras fronteras son inseguras y que esto, de alguna manera, hace que nuestro país sea vulnerable, por lo tanto, ya sea que esa percepción sea correcta o no, necesitamos buscar alternativas. Yo quisiera hablar sobre algunos de los asuntos relacionados con el muro en la parte oriental de la frontera y sobre algunas posibles alternativas a esta barrera física.

El río Bravo, pasando la presa Falcón, no es lo que se consideraría un río grande, pero hay muchos sitios especiales a lo largo de su curso. Ésta es una zona en la que se planea construir el muro fronterizo. Están considerando levantar el muro sobre tierra, no a lo largo del cauce medio del río, pero aún así, esto da lugar a muchos cuestionamientos.

El valle a ambos lados de la parte baja del río Bravo es un sitio con enorme riqueza biológica. Las comunidades de la zona han sabido aprovechar esta riqueza, no sólo para su propio disfrute, sino también para desarrollar en torno a ella una industria de enorme importancia. El ecoturismo en la parte baja del río Bravo genera millones de dólares, y su derrama beneficia a México. Cuando toda la población de personas jubiladas viajan desde el medio oeste de Estados Unidos para pasar sus inviernos en el valle, cruzan la frontera hacia México para ir de compras, en busca de medicinas o para tomar una buena margarita, y esto resulta de provecho para todo el Valle. Actualmente, el ecoturismo es la principal industria en el valle de la parte baja de este río.

El ocelote, que es una especie muy amenazada y muy vulnerable, cruza la frontera en este sitio. ¿Qué ha hecho Estados Unidos para proteger toda esta riqueza en el valle? Hemos invertido millones de dólares en la adquisición de tierras para áreas protegidas a nivel local, estatal, federal y a nivel de organiza-ciones no gubernamentales. Hemos pasado las últimas dos décadas gastando millones para proteger este hábitat ¿y ahora vamos a construir un muro que lo atraviese? Es insensato desde el punto de vista económico, independientemente de lo que haya que decir desde una perspectiva ambiental.

Muchas personas en Estados Unidos cuestionamos si todo esto que se dice sobre el muro fronterizo es sólo discurso o si es real. Como muchos de ustedes saben, y no es un secreto, ya que aparece en todos los diarios y en los programas de radio, la Ley del Muro Seguro (Secure Fence Act) de 2006 tenía claramente un objetivo político interno. Estaba diseñada para presionar a los demócratas ante la inminencia las elecciones. Muchos senadores, que de otra manera no hubieran votado por esta ley, lo hicieron. Nuestros senadores de Texas, ambos republicanos, manifestaron muchas dudas sobre esta ley. Intentaron modificarla para dar a las comunidades fronterizas locales mayor

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voz en las decisiones. Sin embargo, al final de cuentas, bajo una gran presión política, votaron a favor de ella. Intentaron conciliar con las autoridades loca-les asegurándoles que el Departamento de Seguridad del Territorio Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) colaboraría con ellos para definir qué tipo de barrera se levantaría en cada sitio. ¿Sería una barrera virtual, únicamente con tecnología, o habría una barrera física?

Pero los sucesos no se desarrollaron de acuerdo a las promesas. Hubo un artículo publicado por la AP sobre un memorándum interno del Departamen-to de Seguridad del Territorio Nacional que fue descubierto por autoridades locales del Valle del Río Bravo. En él se señalaban todas las ubicaciones del muro: mostraba dónde se levantaría, qué tipo de barrera sería, etc. Las auto-ridades locales estaban sumamente descontentas. El lenguaje que utilizaban en el artículo era fuerte, calificando el hecho como una “idiotez absoluta”, declarando que se mantendrán firmes en su oposición y que el muro provo-caría un “caos general.” Y ambos senadores texanos, Cornyn y Hutchinson, respondieron diciendo: “Esto no fue lo que contemplamos. Conseguiremos que el DHS colabore con ustedes. Sabemos que es necesario proteger el de-recho a la propiedad privada.” Muchas de las tierras donde se construirá el muro en Texas son propiedad privada, y el derecho a ella, a las armas y a un gobierno limitado son parte de la forma de vida en este estado. En términos de la realidad financiera, hay 1.2 mil millones de dólares aprobados bajo la Ley del Muro Seguro, los cuales pueden aplicarse en muchas cosas; no todo tiene que utilizarse para construir el muro. Una buena parte se está emplean-do para asegurar la frontera virtualmente, utilizando sensores a distancia y otros medios.

El muro en el área de Tijuana–San Diego ha costado aproximadamente 5 millones de dólares por milla. Si construimos 700 millas de una muralla como ésta, costaría 3.5 mil millones. Ciertamente esto no es una cantidad excesiva para Estados Unidos, pero tampoco es insignificante. Me atrevería a afirmar que el cálculo está bastante subestimado, ya que no considera todos los costos relacionados con la expropiación de terrenos o la tramitación de servidumbres sobre las tierras particulares y los años de litigio que esto puede requerir. Permitimos que el DHS no se sujetara a las leyes ambientales para levantar estos muros, pero eso no significa que obvie las protecciones constitu-cionales que defienden la propiedad privada. Las ciudades en Estados Unidos presentarán batalla en este punto. Considero entonces que mucho de esto es sólo discurso y seguirá siéndolo hasta las elecciones del 2008. No sabemos si en algún momento se convertirá en realidad; no podemos descartar esa

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posibilidad, pero quizás aún tenemos tiempo. Pero para hacer frente a esta situación necesitamos presentar alternativas, por lo que terminaré exponiendo una para la parte baja del río Colorado.

Tenemos el caso de la región conocida como la sección limítrofe o tramo internacional. Es el cauce principal del río Colorado, pasando la presa More-los y bajando hasta la frontera internacional en San Luis Río Colorado. Es un paraje extraordinario que básicamente ha sobrevivido gracias a filtraciones de agua inadvertidas de la presa Morelos y a las inundaciones, cada vez menos frecuentes, provenientes del río Colorado. No ha sido canalizado ni redirigido. Aún se observan plantaciones de álamo y sauce, y algunos de los mejores há-bitats ribereños con vegetación nativa que quedan en la parte baja de este río. Alberga muchas especies de aves, como lo podrá corroborar Osvel Hinojosa, Director de Agua y Humedales, Pronatura Noroeste; quien ha estado ahí, año tras año, y pudo localizarlas a todas. Es un hábitat remanente realmente importante. Si procedemos acertadamente, podemos protegerlo.

A pesar de los múltiples cambios en el canal del río, sigue siendo un río natural, serpenteante; y a pesar de ser la frontera, se mueve constantemente. Sigue habiendo, hoy en día, algunos sitios muy hermosos en la sección limí-trofe. El agua no es abundante, pero hay un poco. Sin embargo, también hay una invasión severa de tamarisco, de pino salado, lo que ocasiona no sólo los

Foto: Fred Phillips

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problemas ambientales que todos conocemos (consumo excesivo de agua, degradación del hábitat, disminución en el acceso de las comunidades locales al río), sino que también repercute en la seguridad fronteriza. Proporciona un escondite para las personas que victimizan a los migrantes que cruzan la zona limítrofe. Y en este sitio se da un nivel extremo de violencia contra los migrantes. Los arbustos de pino salado interfieren con lo que la Patrulla Fronteriza acostumbra llamar control operativo de este segmento, porque su visión del área está obstaculizada. De tal forma que se ha despejado un poco a manera de proyecto piloto, en tierras cocopah, donde se ha retirado el pino salado dejando únicamente la vegetación nativa. Esto es una muestra del po-tencial que existe por toda la zona limítrofe para abordar, no sólo la seguridad fronteriza y los asuntos de protección de los migrantes, sino también para lograr una restauración ambiental importante.

Los humedales al este de Yuma, donde la ciudad del mismo nombre tomó una sección del río Colorado que bordeaba tierras tribales, así como terrenos propiedad de la ciudad y tierras de cultivo privadas, padecía una invasión semejante de pino salado. Se había convertido en un basurero, donde había gente viviendo entre el tamarisco, acarreando muchos problemas de seguridad pública. Pero Yuma, a través del Yuma Crossings Natural Heritage Area, llevó a cabo un admirable proyecto de restauración. Esta zona, antes tan degradada, ahora se ha convertido en la joya de la corona para la ciudad de Yuma a ori-llas del río. Ha permitido a la comunidad reencontrarse con el río; se ve a la gente caminando con sus perros, celebrando pachangas, disfrutando la puesta del sol; y ha resuelto los problemas de seguridad pública. Esto ha tenido un alto costo financiero y tal vez haya maneras más económicas de lograrlo que como lo hizo el Proyecto de Humedales del Este de Yuma, pero éste es un modelo local que ha atraído el interés de sectores importantes en la región. Actualmente se está construyendo ahí un gran complejo hotelero que apoya su turismo invernal, el cual se basa en gran medida en la observación de aves, que han ido retornando al sitio. Y ahora Yuma comienza a voltear hacia la zona limítrofe y se pregunta: “¿Sería posible hacer lo mismo en esa zona y a la vez ayudar a resolver algunos de los problemas de seguridad fronteriza que se presentan en ese segmento del río?”. Lo último que desean las autoridades locales de Yuma, e incluso la Patrulla Fronteriza, es que se coloque un muro en ese tramo de la zona limítrofe, pero es necesario que cuenten con alternativas; y considero que en parte es nuestra responsabilidad como conservacionistas generar esas opciones o por lo menos buscarlas. Despejar el tamarisco y regenerar la vegetación nativa nos permitiría establecer un corredor que sea

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benéfico para la vida silvestre o las especies en peligro y a la vez proporcione un campo de visibilidad que favorezca la aplicación de ley en la frontera; y esto podría realizarse a lo largo de ambas márgenes del río.

Environmental Defense, en estrecha colaboración con Pronatura Noroeste, contrató a expertos en la materia para preparar un diseño preliminar de una estrategia de restauración que hemos presentado ante varias dependencias, tanto en Estados Unidos como en México. Este enfoque trae consigo múltiples beneficios. El área podría transformarse en una ventaja económica, como ocurre en el valle de la parte baja del río Bravo; ahí las áreas protegidas han generado millones para la economía local y se han convertido en un bien comunitario, proporcionando espacios recreativos para la gente, donde puedan reconectarse con el río, especialmente las comunidades del lado mexicano que solían disfrutar de esos espacios y ahora se han desligado del sitio. Esto podría ser una oportunidad para revitalizar para ellos este bene-ficio. El Yuma National Heritage Area ha propuesto un diseño conceptual para un proyecto piloto de restauración en el área de Hunters’ Hole, en la zona limítrofe, y Pronatura está explorando un proyecto piloto paralelo del lado mexicano del río.

Estos proyectos piloto, y la restauración de la zona limítrofe en general, pueden brindar un espacio de cooperación binacional para resolver estos problemas y evitar recurrir a soluciones dominadas o impulsadas únicamente por Estados Unidos. Podría servir de modelo para otras regiones de la frontera; y más aún, quizás podría simultáneamente generar empleos, ayudando a los agricultores locales a cultivar plantas nativas que se utilicen para la restau-ración, no sólo de la zona limítrofe, sino posiblemente a lo largo de todo el corredor ripario del Delta del Río Colorado, otras partes del Delta e incluso hacia el norte, en la porción estadunidense de la cuenca del Colorado. Y final-mente, esto puede servir como modelo para otras partes de la frontera, donde podemos cooperar para generar soluciones inteligentes, y no sólo levantar un muro entre amigo y enemigo.

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Afuera del muro...

afuera del Muro...

Exequiel Ezcurra

Muchísimas gracias al Secretario Juan Elvira,* a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), a El Colegio de la Frontera Norte (Colef), y al Instituto Nacional de Ecología

(INE-Semarnat) por invitarme a participar en esta reunión. Muchos de los que estamos aquí, amigos entrañables de muchos años, llevamos décadas en estas lides. Hemos visto las altas y las bajas de los problemas ambientales en la frontera, hemos forjado nuestro carácter y nos hemos endurecido en esas luchas; hemos adquirido temple en esos conflictos.

Yo vine al norte por primera vez en 1979 con un proyecto para iniciar áreas protegidas en la frontera. En aquella época para México proteger la frontera era prácticamente un tabú; había una consigna de muchos años en la Secretaría de Relaciones Exteriores seguida la pie de la letra de no crear áreas protegidas sobre la línea de la frontera; y para entonces no existía ninguna. Fue en ese contexto que hicimos, con varios colegas, el proyecto de la reserva del Pinacate, que por supuesto fracasó estrepitosamente. Se elaboró también, hace muchos años, un proyecto para proteger la Sierra de Maderas del Car-men, colindante con el Parque Nacional de Big Bend, en Texas, y la iniciativa naufragó también dentro del gobierno federal. Fue hasta que Luis Donaldo Colosio llegó a la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) que realmente se

* Transcripción de la plática impartida durante la reunión, revisada por el autor.

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pudo desempolvar el proyecto y trabajar de manera seria en la idea de crear áreas protegidas en la franja fronteriza, hermanadas con reservas en los Es-tados Unidos a través de corredores biológicos. Gracias al apoyo entusiasta y generoso de Luis Donaldo, en 1993 se pudo decretar la Reserva de la Biosfera de la Sierra de El Pinacate y el Gran Desierto de Altar, y dos años después el Cañón de Santa Elena y Maderas del Carmen. El tabú se había roto, y las áreas protegidas fronterizas eran una realidad.

Hay una lección muy importante en esta anécdota: un proyecto para hacer una reserva, pensado en el año 1979, se vio realizado en 1993. Hubo que esperar 15 años para que las cosas realmente fructificaran, para que el esfuerzo inicial finalmente diera resultados. El medio ambiente en la frontera es, en mi experiencia, un tema de mucha paciencia y que requiere de los que trabajamos en estas cuestiones que durante décadas no quitemos el dedo del renglón, para que eventualmente algunas de nuestras ideas lleguen a la Cui-dad de México, a las oficinas del gobierno federal, a Washington D.C., a las oficinas del gobierno federal americano, y entonces, eventualmente, algunas cosas empezarán a pasar.

Vengo del Museo de Historia Natural de San Diego, una institución que se enorgullece de ser binacional, y que desde hace 135 años promueve la co-operación científica a través de la frontera. Es realmente para mí un motivo de enaltecimiento ser parte de este museo que ha mantenido históricamente, por muchas décadas, una relación fructífera entre colegas de ambos lados de la línea divisoria. Por ejemplo, en la primera mitad del siglo XX, cuando en el Senado norteamericano se hablaba de la posibilidad de invadir Baja California y apropiársela para los Estados Unidos, el Museo de San Diego tuvo siempre la posición muy clara de respetar la autoridad de México y de trabajar cientí-ficamente en la región con respeto y consideración para la soberanía del país y para los investigadores y naturalistas mexicanos. Tenemos en los archivos de la institución largas correspondencias, por ejemplo, con Miguel Ángel de Quevedo por una cantidad de proyectos científicos que fueron ejecutados en colaboración regional y dieron resultados extremadamente importantes para la conservación.

Menciono esas experiencias porque realmente creo que es este tipo de esfuerzos lo que necesitamos en la frontera, reuniones como la de hoy, en la que podemos vernos la cara, platicar, y pensar cómo podemos hacer para lograr objetivos regionales juntos, independientemente de los esfuerzos que se hacen en Washington, D.C. o en la Ciudad de México, en los lugares donde se toman las grandes decisiones nacionales. Y menciono la capital mexicana

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porque durante varias décadas la renuencia hacia la cooperación ambiental fronteriza venía del D.F. y no de Washington. Ahora la situación ha cambia-do, y es desafortunado; pero básicamente lo que hay que tener en esto es una perspectiva de largo plazo.

También quiero mencionar, de una manera rápida, un proceso político que podríamos llamar “la tormenta perfecta”. El primer elemento se gestó en el año 1992, cuando empezaron las negociaciones del Tratado de Libre Comercio, (TLC) del cual ya hablaron Mary Kelly y Paul Ganster —dos personas que también llevan muchísimo tiempo trabajando en estos asuntos del medio ambiente fronterizo y que tienen una trayectoria realmente muy trascendente en la región—. Yo trabajaba en aquella época con el Lic. Colosio, y algunas voces —dentro de las cuales me quiero incluir— planteábamos una preocupación severa acerca de qué iba a pasar cuando la agricultura subsidiada empezara a entrar desde la Unión Americana y cuál iba a ser el impacto de los subsidios que se otorgan en el cinturón agrícola de los Estados Unidos sobre las regiones deprimidas del país. Desafortunadamente había tanto optimismo y tanta presión por la firma del TLC que el tema nunca se pudo discutir de una manera seria y pasó, por desgracia, lo que muchos temíamos: la entrada a México de la agricultura biotecnológica de los Estados Unidos con grandes subsidios. Un granjero norteamericano en el corn belt recibe por hectárea en subsidios mucho más de lo que obtiene legítimamente de ingreso por la venta de su producto un agricultor de maíz oaxaqueño. Con el TLC nos sumamos nosotros también a esos verdaderos absurdos de la producción moderna de alimentos, de la misma manera que una vaca en la Unión Europea recibe dos euros de subsidio al día, bastante más que el ingreso promedio de los habitantes de muchas regiones de África. Esto explica claramente porqué tantas personas quieren migrar; realmente el TLC dejó a un sector grande de la sociedad mexicana totalmente desprotegido, y áreas inmensas de Oaxaca, de Guerrero, de Michoacán, de Chiapas, particularmente aquellas regiones de agricultura tradicional que Guillermo Bonfil definía como el “México profundo”, quedaron inermes frente al aluvión de productos agrícolas con los cuales no podían competir.

En México, una de las repercusiones del libre comercio de productos agrícolas subsidiados fue el deterioro de los términos de intercambio para el México rural y eso nos generó no sólo un problema de migración acelerada hacia los Estados Unidos sino también una acentuación de las contradicciones entre los dos Méxicos: el del norte, relativamente rico en recursos económicos, y un México en el sur cada vez más desesperado y cada vez más deprimido.

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Los seres humanos, desde tiempos inmemoriales, migramos hacia donde percibimos mejores oportunidades de desarrollo personal, y hacia donde po-demos encontrar mejores recursos. Por ello, la llegada de productos agrícolas subsidiados necesariamente generó un movimiento migratorio acelerado e inesperado, con repercusiones muy grandes en las presiones migratorias sobre nuestras ciudades en México, y también hacia los Estados Unidos. El avance de la injusticia social y de la inequidad, y la expulsión acelerada de campesinos del campo mexicano en los estados más empobrecidos fueron realmente las consecuencias sociales más duras del TLC. Algunos lo temieron, algunos lo predijeron, la mayoría de nuestros dirigentes no lo pudo ver a tiempo, pero esa es la dolorosa realidad con la cual tenemos que vivir, y que tarde o temprano deberemos enfrentar como sociedad.

El otro elemento de la tormenta perfecta fue la tragedia del 11 de septiembre del 2001, que desató realmente un proceso cultural involutivo en los Estados Unidos: el miedo al otro, el temor a lo que Ortega y Gasset llamaba “la otre-dad”, el miedo a otras culturas, a lo foráneo, a lo ajeno, a lo extranjero, y el terror, en muchos casos irracional, a lo que algunos perciben como la invasión hispana, la invasión de personas que llegan del sur. En ese contexto —el de un México empobrecido y el de una sociedad en los Estados Unidos cada vez más paranoicamente temerosa de otras culturas y otras naciones— creo que es necesario entender el proyecto del muro fronterizo.

A lo largo de esta reunión hemos hablado del muro fronterizo, pero, como muy bien nos lo han mostrado Paul Ganster y Mary Kelly, en realidad no se trata de una única barda sino de una serie de esfuerzos, en algunos casos meramente efectistas, en otros más bien de corte electoral, y en otros casos francamente histéricos, por generar alguna distancia hacia a lo que se perci-be como una amenazadora masa de migrantes potenciales del sur. Quizás la víctima más importante de todo esto durante los últimos cinco años fue la caída de los ideales de cooperación ambiental en esta porción del territorio, y que afectó seriamente la labor de quienes hemos estado trabajando duran-te décadas en esta región. Los sueños que alimentamos por años, el trabajo colaborativo en áreas protegidas binacionales y corredores biológicos, los estudiantes que iban de una universidad mexicana a una norteamericana y viceversa, los investigadores jóvenes americanos con beca Fulbright que ve-nían a trabajar en conservación en México, el trabajo de campo compartido, todo ese espíritu de visiones de cooperación, están en este momento profun-damente deprimidos, por lo menos a nivel de las esferas gubernamentales, de la toma de decisiones de los gobiernos federales a ambos lados de la línea

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limítrofe. Y eso nos afecta a todos porque vivimos en esta región y, nos guste o no, tenemos que vivir juntos, y tenemos que colaborar y trabajar juntos si queremos progresar como región.

Quiero ahora pasar a analizar someramente algunos aspectos ambientales del muro, como preámbulo a las presentaciones de varios colegas y especialistas excelentes que van a hablar del tema en mucho mayor detalle y con mejor conocimiento que yo. De entrada, me resulta sorprendente que desde el punto de vista científico no sepamos gran cosa sobre las obras del muro. Los científi-cos ambientales hemos estado, con algunas excepciones, singularmente fuera del debate. Desafortunadamente, ignorar la zona fronteriza no es nuevo para los científicos ambientales. Si revisamos las colecciones biológicas, como los herbarios de la UNAM, del Museo de San Diego, de Berkeley, o de Arizona, o las colecciones de aves o de mamíferos de las mismas instituciones, se pueden encontrar muchísimos más ejemplares, por ejemplo, de la Sierra de la Gigan-ta en Baja California Sur que del Pico de Tecate en la región fronteriza. Al menos durante décadas, si no es que durante un siglo, los científicos hemos tenido algo así como una especie de “vergüenza fronteriza”. Los proyectos de investigación descansan más en zonas alejadas de la frontera y son pocos los proyectos que han generado información consistente sobre la propia zona fronteriza. Existen, afortunadamente, algunas excepciones que vale la pena mencionar, sobre todo por parte de investigadores del Colegio de la Frontera Norte como Lina Ojeda y Carlos de la Parra que llevan años trabajando en la región fronteriza y que han abierto brecha en la investigación ambiental regional, pero aún así son muy pocos en relación a una frontera del tamaño de la línea de casi tres mil kilómetros que une y separa a ambos países.

Por supuesto que podemos ya hacer algunas inferencias sobre la tragedia de algunas especies cuyas distribuciones biológicas cruzan la frontera; ya las han mencionado otros expositores y no voy a insistir en esto porque estoy seguro que vamos a seguir hablando de ellas a lo largo de esta reunión: el berrendo, el oso negro, el borrego cimarrón, el lobo mexicano, el jaguar, el ocelote, y muchas especies de animales más pequeños, posiblemente menos carismáticos pero de gran importancia ecológica, como muchos pequeños roedores que tienen poblaciones que se comunican a través de la frontera, o la codorniz del desierto, por citar sólo unos pocos. Y también hablaremos de impactos fuertes a nivel de subespecies que ni siquiera conocemos muy bien pero que son de importancia científica grande. Hay, por ejemplo, algunas po-blaciones melánicas tanto de insectos como de roedores en los negros basaltos de la Sierra de El Pinacate que muestran coloración clara en los sustratos de

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granito en los Estados Unidos, y se mantiene un cierto flujo genético entre las dos poblaciones disyuntas. Esa importante circulación reproductiva, necesaria para mantener la diversidad genética de las especies distribuidas a través de la frontera, va a desaparecer o se va a ver seriamente afectada con el impacto que ya están generando las actividades de vigilancia y construcción a lo largo de la línea.

Por otro lado, ya hay un deterioro significativo y muy importante, men-cionado por Mary Kelly, generado por las rutas y brechas de los polleros. Éste es un problema que como mexicanos tenemos que asumir críticamente: las brechas que abren los polleros a lo largo de toda la franja fronteriza y el impacto ambiental que tiene este infame tráfico humano y afecta severamente el ambiente fronterizo con su secuela de basura, aclareo y destrucción de la vegetación natural. Desafortunadamente, y como respuesta de parte de la Border Patrol, estas acciones generan inmediatamente más aclareos y más destrucción, en una espiral de acciones con consecuencias realmente nefastas para el ambiente.

Aunque no es el motivo central de esta reunión, el aspecto social del proyecto del muro fronterizo es también extremadamente importante y no puede ser soslayado, porque de varias maneras se relaciona también con lo ambiental. Varios grupos étnicos, como los cucapá, los kumiai, o los tohono o’odham, tienen sus poblaciones distribuidas a través de la línea fronteriza, y muchos de ellos la han cruzado libremente durante siglos y se consideran tanto mexicanos como norteamericanos. El impacto social de las nuevas res-tricciones al tráfico fronterizo sobre estas poblaciones indígenas y sobre sus interacciones tribales y familiares es muy severo.

Uno de mis músicos y poetas favoritos es Roger Waters, que estuvo hace poco dando un concierto en la ciudad de México. En su disco The Wall, he-cho cuando formaba parte del grupo de rock Pink Floyd, escribió un poema, “Afuera del muro”, que dice así: “Solos o en parejas / los que realmente te quieren / caminan hacia arriba y hacia abajo fuera del muro / Algunos van de la mano / y otros agrupados en bandas / Los corazones desangrados y los artistas / guardan vigilia / y cuando ya han entregado su totalidad / algunos se tambalean y caen / Después de todo no es fácil / estrellar tu corazón / contra el muro de un loco malévolo.”1 De manera singular, la letra de Waters simboliza

1 Outside the wall: All alone, or in twos / the ones who really love you / walk up and down outside the wall / Some hand in hand / and some gathered together in bands / The bleeding hearts and artists / make their stand / And when they’ve given you their all / some stagger and fall, after all it’s not easy / banging your heart against some mad bugger’s wall.

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lo que podría ser la conclusión fácil de esta reunión y de todo lo que hemos estado discutiendo: achacarle el problema del muro fronterizo a lo que muchos perciben como las acciones de un “loco malévolo,” una política desafortunada pero transitoria, que va a estar operando por dos años más y que después se va a ir. Desde una postura autocomplaciente, podríamos pensar que tenemos muy poco que ver con toda la decisión del muro, que la justicia histórica está de nuestro lado, y que las cosas van a cambiar por sí solas.

Pero el problema es mucho mas complicado, desafortunadamente, que la mera coyuntura política en los Estados Unidos. La tragedia del muro no es sólo un producto de una decisión unilateral en Washington —que sí existe y que sí es un problema—, no es sólo un resultado del chovinismo y del miedo a los extranjeros en los EE.UU. —que sí existen y que también son un gran pro-blema—. En mi opinión la situación es mucho más compleja: mientras exista tanta pobreza en el sur profundo de México el sueño de la integración cultural en América del Norte estará siempre aplastado por la realidad de la miseria y de la inequidad; mientras los granjeros americanos continúen recibiendo los subsidios que hoy obtienen y frente a ello, la expectativa de vida al nacer de un campesino de la Mixteca mexicana sea menor a los 40 años; mientras en México coexista la miseria que existe en ciertos estados con algunas de las fortunas más grandes del mundo, el problema de la frontera crecerá.

Es un problema de ambos países, no es, en mi opinión, un problema sólo de los Estados Unidos. Los muros, desafortunadamente, no los inventó un loco malévolo hace seis años; la idea de un muro para separar sociedades contrastantes es una cosa tan antigua como las civilizaciones humanas, una anti utopía que ha ocurrido, desafortunadamente, en muchas culturas a lo largo de la historia. La vergüenza de los muros no es privativa de la línea fronteriza. He visto muros igual de altos, igual de infranqueables en Santa Fe, en las Lomas de Chapultepec, y en muchísimos otros lugares en México; y es importante decirlo, y decirlo con valentía. Tenemos que entender esta dolorosa realidad, porque si no, no vamos a resolver este problema. Es un problema de todos, no es sólo un problema de un conflicto entre naciones; es un problema derivado de un nueva economía internacional que no deja lugar para los grupos más marginados, para aquellos que Franz Fannon llamaba los “condenados de la tierra.”

El interrogante final que quiero abordar es, aceptando que efectivamente la pobreza extrema y la inequidad en el contexto de una economía globalizada estén en la raíz del problema fronterizo: ¿qué hay con eso, qué podemos hacer para mitigar el impacto ambiental sobre la franja fronteriza? En mi opinión,

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México tiene que promover el diálogo para avanzar en la resolución de los problemas ambientales fronterizos, y si no se pueden dar pasos en este sentido, tenemos que promover el diálogo otra vez, y otra vez. Así logramos que se decretara la reserva del Pinacate, así conseguimos la reserva de Maderas del Carmen, así hicimos posible que el cóndor de California esté hoy volando nuevamente en Baja California. Fueron décadas de trabajo, de insistir, y de luchar contra burocracias centrales que muchas veces no entienden o que son sordas a las demandas locales. Esa es la experiencia más vital que tenemos los conservacionistas, la de la paciencia y el trabajo continuo y dedicado. Ahora estamos librando esta batalla en el campo del ambiente fronterizo, y también en el campo del cambio climático global, dos puntos sobre los cuales el go-bierno de México quiere, con toda justicia, avanzar. Pero las hemos librado en el pasado y en muchos casos con éxito. Y, por qué no, tenemos que dar estas nuevas luchas, tenemos que prepararnos para trabajar mucho tiempo en eso y finalmente, lo vuelvo a decir, tenemos que dialogar como lo estamos haciendo hoy. Y si fracasamos, no tenemos más opción que volver a dialogar, y si fracasamos nuevamente, hay que volver a dialogar y llevar el diálogo a las capitales de los dos países.

La justicia histórica se construye a partir del trabajo de la sociedad civil, y en este caso tenemos que construirla. Tenemos que ser pacientes, y podemos serlo porque la historia, creo yo, en este asunto está del lado de los conserva-cionistas, del lado de los que luchamos por la conservación de la diversidad de la naturaleza y de las culturas, de nuestro lado.

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Los muros y su impacto

los Muros y sus iMPactos en un contexto histórico Mundial

Lyndsay Carlisle

En casos de conflicto territorial, el viejo refrán de “los buenos cercos propician buenos vecinos” lleva siglos guiando las políticas. Desde la Gran Muralla China en el siglo V a.C. (BBC News 2007) al reciente

Muro Israelí en la Margen Occidental (Gaouette 2003), muros, cercos y otras barreras llevan miles de años dividiendo poblaciones. Estos proyectos han tenido grandes impactos sobre las sociedades y los ambientes naturales en que fueron construidos, y la documentación de sus consecuencias puede servir como una guía importante para quienes diseñan políticas al considerar una de las barreras más importantes de nuestros tiempos: la de la frontera entre México y Estados Unidos.

Con diseño de doble valla y proyectado para abarcar una extensión de 1,127 km, el muro, junto con los caminos, sensores, reflectores y cámaras que lo acompañan, ya está parcialmente aprobado. El Congreso de Estados Unidos ha destinado $1.2 mil millones de dólares para la construcción de 595 km de muro fronterizo para finales del 2008 (Ustinova 2007). Socialmente, el proyecto ya ha originado tensiones, no sólo en México sino también en Estados Unidos. Mientras que las autoridades mexicanas hablan sobre alternativas, el gobierno de norteamericano ha aprobado leyes que permiten pasar por alto muchas protecciones legales, incluyendo leyes ambientales como la Ley de especies en peligro de extinción (Endangered Species Act), que pudieran frenar el proceso de construcción (Kerasote 2007). Las comunidades locales adyacentes al muro

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lamentan su falta de inclusión en el proceso de planeación, pero muchos norteamericanos afirman que un gobierno más severo es el precio que hay que pagar por tener una frontera segura. El muro está diseñado para detener la migración ilegal de México hacia Estados Unidos (Ustinova 2007), pero al entorpecer el tránsito humano también se obstruye la circulación animal, la polinización y la dispersión de propágulos, y en última instancia, se provocan alteraciones en los delicados ecosistemas a lo largo de la frontera.

Este tipo de impactos de ninguna manera carece de precedentes. La Gran Muralla China es uno de los muros más famosos del mundo. Esta muralla, que supuestamente es visible desde el espacio exterior, ha impactado enormemente durante miles de años el desarrollo social y ecológico de China. Construida originalmente para defender sus fronteras durante el Periodo de los Reinos Combatientes, la muralla se modificó a través de los años para unir a China y a la vez, para mantener fuera a otros invasores posteriores, sobre todo a los mongoles y a los manchúes. Finalmente, estos últimos conquistaron China y establecieron la dinastía Ts’ing, pero la muralla permanece hasta hoy y se extiende unos 6,400 km (Zimmerman 1997).

Sin embargo, la Gran Muralla ha tenido efectos sobre el desarrollo de China que van mucho más allá de lo militar; ha creado diferencias sociales permanentes, enraizadas en las antiguas divisiones entre aquellos habitantes de la estepa pastoral vecina y los que vivían dentro de China, un país que se ha convertido en uno de los gigantes industriales de más rápido crecimiento en el mundo (Jagchid et al. 1991). Además, hay evidencias recientes de que la muralla ha causado una diferenciación genética significativa entre las especies vegetales que habitan a cada uno de sus lados (Su et al. 2003).

Hay estudios de grandes carreteras que muestran resultados similares en el caso de animales. Se estudió la carretera de Ventura, en California, y se demostró que al ser un límite artificial del territorio reproductivo, entorpeció la migración animal, lo que a su vez produjo diferenciación genética (Riley et al. 2006). Las barreras humanas, como la Gran Muralla China y la Carretera de Ventura entre otras, tienen el poder de influenciar no sólo la dinámica social de la fauna, sino también la dinámica genética de especies importantes de flora y fauna.

Hay otros límites que son menos famosos que la Gran Muralla, pero que también pueden constituir un poderoso ejemplo. En la década de 1950, el gobierno de Botswana construyó una serie de cercos para resolver el conflicto inherente entre la vida silvestre y el ganado. Resulta notable que los cercos construidos en el delta de Okavango para evitar la propagación de enfermeda-

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Los muros y su impacto

des del ganado, han contribuido enormemente a una disminución en la vida silvestre local. A ñúes azules, cebras, búfalos, antílopes y otras especies se les ha cortado su ruta migratoria, lo que ha provocado su muerte por deshidra-tación y por enredarse en los cercos intentando alcanzar las reservas de agua. Es importante señalar que otros estudios sugieren que estos efectos dañinos pueden revertirse al retirar algunos de los cercos (Mbaiwa 2006).

Se ha observado efectos similares en los alrededores de la frontera entre China y Mongolia, donde miles de gacelas han sido encontradas muriendo por inanición o ya muertas debido a que una valla de hierro impide su migración. Algunas de ellas han sido cazadas por zorras, que no son sus depredadores naturales, porque su estado de debilidad les impide alcanzar refugio. Algu-nas mueren intentando saltar la valla. Las comunidades locales de la región están trabajando con las autoridades nacionales para establecer una reserva internacional para las gacelas, con la esperanza de que eso ayude a aminorar el problema (China Taiwán 2004).

Es interesante, sin embargo, que las autoridades citan la degradación de los pastizales como la causa principal de que las gacelas mueran de inanición. Eso podría llevarnos a pensar entonces que para salvar a dicha especie es más importante restaurar el medio ambiente que quitar la valla o desarrollar una reserva. Sin embargo, un estudio realizado en Mongolia sostiene que los espa-cios cercados que el gobierno chino promueve para desarrollar pastizales en la Región Autónoma Interna de Mongolia en realidad han acelerado el proceso de degradación. Por lo tanto, aparentemente la valla no sólo constituye una barrera física que impide la migración de las gacelas, sino que es también la causa de la destrucción de sus reservas alimenticias. Estos dos ejemplos nos enseñan que debemos prestar atención y tener cuidado de preservar los hábitats de la vida silvestre, las reservas de alimento y de agua, así como los patrones migratorios (Williams 2003).

Los ejemplos finales mostrarán cómo en ocasiones las barreras divisorias pueden tener consecuencias imprevistas para comunidades locales humanas y de vida silvestre. El primer ejemplo es uno de los desastres de cercado más famosos en la historia. El Cerco del Dingo, de aproximadamente 5,320 km de longitud, fue construido para mantener a esta especie fuera del sureste de Australia, con el fin de proteger a las ovejas que ahí pastaban. El cerco fue construido por el gobierno durante los años cincuenta y contaba con el apoyo entusiasta de los rancheros ovejeros; pero produjo un problema mucho mayor del que podrían haber ocasionado los dingos. Dado que es un depredador de los canguros, retirarlo ocasionó que la población de estos últimos creciera, re-

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duciendo el número de ovejas que la tierra puede sostener (Kerasote 2007). Otro ejemplo es un muro que se encuentra en las cercanías de la frontera

entre India y Pakistán. En realidad es una pared de lodo con un laberinto de alambre de púas, construido en territorio disputado, en Cachemira, y está diseñado para mantener a la población india a salvo de los guerrilleros pa-kistaníes, en un área que ha sido el motivo de dos de las tres guerras que ha habido entre ambas naciones. El muro es parte de un proyecto de seguridad de 2,897 km de longitud, cuya construcción aparentemente está ocasionándole a los indios mayor sufrimiento. Por un lado, la barrera está erigida dentro de la línea fronteriza, limitando el acceso de agricultores a sus granjas que ahora quedan del otro lado del muro (Lakshmi 2003). Un segundo efecto, aún más sorprendente, es que el muro trastornó los patrones migratorios de osos y leopardos, ocasionando que los animales deambulen hacia las aldeas y ataquen a las personas, provocando muchas muertes. Se han realizado esfuerzos para evitar los incidentes repartiendo folletos que advierten a los aldeanos del peligro, pero aún no se ha encontrado una solución al problema (Pahalwan 2006).

No todas las desgracias provocadas por la construcción de barreras in-volucran animales y migración. El año pasado, una lluvia de siete días, que normalmente habría sido una bendición para los agricultores palestinos, se convirtió en una pesadilla cuando sus cosechas se inundaron, porque el Muro de la Margen Occidental, construido por Israel como una frontera de seguridad entre su país y Palestina, formó una represa. El agua fue retenida durante una semana y pronto se mezcló con todo tipo de contaminantes e incluso con aguas residuales y permaneció estancada durante tres días, por no estar dispuesto Israel a abrir las puertas hasta que se logró una coordina-ción en los niveles más altos. La inundación destruyó todas las cosechas, la única fuente de ingreso para la gente, y ocasionó NIS 1.5 millones en daños estimados (aproximadamente $330,000 dólares) (Saad 2005).

Los daños no son el único problema. La construcción del muro está afue-ra de la Línea Verde y algunos afirman que Israel lo está construyendo para anexarse permanentemente una gran parte de la Margen Occidental. El muro está ubicado en territorio disputado, donde muchos consideran que queda la nueva frontera efectiva, y ocasiona que la mayoría de las fuentes de agua pota-ble queden del lado israelí (Arsenault 2004). La mayoría de los palestinos lo ve como un intento de destruir su economía y quitarlos de la Margen Occidental de forma definitiva; por su parte, los israelíes lo consideran una medida de seguridad necesaria para acabar con la violencia transfronteriza y proteger a

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Los muros y su impacto

sus ciudadanos (Gaouette 2003). Junto a todos los desacuerdos, está el muro y su mal manejo que ha ocasionado que en el 2006, comunidades agrícolas sanas fueran transformadas, en cuestión de horas, en sentinas de contaminación, y que granjeros saludables se precipitaran hacia la ruina financiera.

Todos estos casos muestran que a lo largo de la historia hay temas recu-rrentes, en lo referente a la construcción de muros, que ilustran lecciones importantes para quienes definen las políticas hoy en día en relación al muro fronterizo entre México y Estados Unidos. Nos relatan historias de seguridad nacional, de desórdenes políticos, de fortaleza humana, del reino vegetal y animal, y de inundaciones y escasez de agua. Sin embargo, al final de cuentas todos relatan la misma historia, la que describe una huella ecológica masiva que afecta bancos genéticos, migración, supervivencia y sustento de los seres humanos. Muestran que los muros tienen el potencial no sólo de dividir, sino de destruir. El conocimiento que nos brindan estos proyectos y algunas de sus consecuencias demuestran que la naturaleza es compleja y que alterar su equilibrio puede causar incontables daños no sólo a los pastizales, las plantas y los animales, sino a los seres humanos también. Para proteger los recursos, la vida silvestre y las personas que habitan a lo largo de la frontera, es necesario no repetir los mismos errores.

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Un muro en la frontera México-Estados Unidos62

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Fauna

Segunda parte

Lobo mexicano (Canis lupus baileyii). Foto: Rurik List

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En esta sección se presenta una discusión sobre los posibles impactos que podría tener la construcción y operación del muro fronterizo sobre la fauna regional, basada en el análisis que realizaron expertos en el taller. Se incluyen, además, un capítulo que trata sobre los efectos que sufrirán los mamíferos silvestres y otro sobre el caso particular de los osos negros

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Posibles impactos del muro sobre la fauna

Posibles iMPactos de la construcción y oPeración del Muro fronterizo sobre la fauna

discusión de esPecialistas

Héctor Moya

introducción

Los principales efectos identificados sobre la fauna como resultado de la posible construcción y operación del muro fronterizo, se relacionan principalmente con el libre tránsito de los animales a través de la frontera

y con la destrucción de sus hábitats naturales. Los especialistas coincidieron en señalar que también se presentarían impactos negativos en los procesos de dispersión, migración e intercambio genético entre las poblaciones.

PrinciPales iMPactos sobre la fauna

Los expertos reunidos identificaron siete impactos previsibles sobre la fauna de la región fronteriza.

I. Efecto de borde por fragmentación En hábitats fragmentados el efecto de borde tiene impactos negativos sobre

la distribución y abundancia de los animales.

II. Contracción del área de actividad de individuos El establecimiento de una muralla fragmentaría territorios, disminuiría el

área de actividad y modificaría los ámbitos hogareños de muchas especies

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animales.III. Barrera a la dispersión y a movimientos migratorios El muro impediría el libre tránsito de la fauna entre ambos países y esto

afectaría los procesos naturales de dispersión y migración.

IV. Interrupción del intercambio genético Las barreras físicas, además de aislar a las poblaciones, evitan el intercambio

genético entre los individuos.

V. Proliferación de fauna nociva y/o exótica Las zonas sujetas a disturbios antropogénicos favorecen la proliferación

de fauna exótica y nociva, como ratas y algunas aves. Esta fauna podría impactar directa o indirectamente a las poblaciones silvestres.

VI. Contaminación por iluminación eléctrica La iluminación eléctrica en las zonas aledañas podría afectar a varias

especies de animales de hábitos nocturnos como algunos depredadores, dispersores y polinizadores. También afectaría el desplazamiento de aves migratorias nocturnas que transitan por las zonas fronterizas.

VII. Contaminación por ruido El efecto del ruido sobre la fauna puede ocasionar estrés y generar efectos

metabólicos, hormonales, y en la conducta.

EspECiEs animalEs quE sE vErán afECTadas por El EsTablECimiEnTo dEl muro fronTErizo

El grupo de trabajo convino que las afectaciones por la construcción y operación del muro tendrán mayor impacto principalmente sobre las especies que se encuen-tran bajo algún grado de riesgo (enlistadas en la NOM-059-SEMARNAT-2001) como son: el berrendo (Antilocapra americana), el bisonte americano (Bison bison), el borrego cimarrón (Ovis canadensis), el jaguar (Panthera onca), el lobo mexicano (Canis lupus baileyi), el ocelote (Leopardus pardialis), el oso negro (Ursus americanus), el perrito llanero de cola negra (Cynomys ludovicianus), el puerco espín norteño (Erethizon dorsatum), el tlalcoyote o tejón (Taxidea taxus), la zorra del desierto (Vulpes velox), la codorniz de Moctezuma (Cyrtonyx montezumae), el guajolote silvestre (Meleagris gallopavo), así como diversas especies de peces de ríos y arroyos fronterizos y otras especies medianas y pequeñas que se distribuyen

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Posibles impactos del muro sobre la fauna

en valles y otros sitios puntuales a lo largo de la frontera.inforMación disPonible

En la mesa de discusión se identificó la existencia de una amplia lista de información general sobre el tema, dentro de los que destacan: el efecto de borde en la fauna, los hábitos de especies de grandes mamíferos y el impedimento que el muro conlleva para su libre transito; el efecto de las barreras en la dispersión, evidencias visuales y registros de grandes mamíferos cruzando la zona fronteriza; los impactos de la iluminación eléctrica y del ruido.

vacíos de inforMación o investigación

Se identificaron las siguientes carencias en información necesaria para el análisis puntual de los impactos sobre la fauna.

No se tiene certeza sobre la ubicación las áreas en que se construirá el muro y sus características estructurales.

No se conoce en México una evaluación del impacto ambiental por el muro fronterizo.

Hay desconocimiento sobre el impacto ambiental del flujo migratorio humano sobre la fauna.

No existe un inventario o un listado de las especies que se verán afectadas.Se desconocen las áreas de actividad, de los territorios y ámbitos hogareños

de muchas especies animales fronterizas. No se conocen los movimientos de dispersión y migración de todas las especies

críticas que se verán impactadas. Se desconocen los sitios críticos de conectividad para la fauna. No se cuenta con una descripción de zonas que se verán fragmentadas. No hay modelos ni se conocen los efectos específicos del aislamiento genético

que ocasionaría el muro sobre las poblaciones animales de muchas de las especies.

Se desconoce qué especies pueden ser candidatas para aplicar la estrategia de translocación de individuos.

Se desconoce la magnitud del impacto de la iluminación sobre la fauna de hábitos nocturnos, así como todas las posibles rutas de migración de murciélagos; y

No se cuenta con información acerca de los efectos que tendrá el ruido sobre las especies animales fronterizas.

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soluciones a los vacíos de inforMación e investigación

En la mesa de trabajo se determinó que para solucionar los vacíos en información e investigación es necesario lo siguiente: difundir a todos niveles la información sobre los riesgos de la construcción del muro fronterizo e identificar aliados potenciales para trabajar de forma conjunta (a ambos lados de la frontera) para generar el conocimiento necesario para la adecuada toma de decisiones. También es necesario determinar los sitios prioritarios de conectividad para la fauna y proponer estrategias de conservación de los mismos; llevar a cabo investigación que permita conocer las características del establecimiento de territorios y los ámbitos hogareños de las especies animales que se verán afectadas; generar in-formación precisa sobre la distribución y los movimientos de la fauna afectada a ambos lados de la frontera; generar modelos y realizar investigación sobre los efectos de aislamiento en poblaciones animales fronterizas en la estructura genética de especies críticas; investigar, como última alternativa, las especies que pueden ser candidatas para aplicar la estrategia de translocación de individuos; realizar investigación científica sobre los efectos de la iluminación y el ruido en poblaciones e individuos animales.

Posibles soluciones a los iMPactos Potenciales

Aunque el consenso general del grupo de trabajo fue que la mejor forma de evitar los impactos es evitando la construcción del muro, se identificaron algunas posibles soluciones de carácter general como: promover que se evite la fragmentación de los hábitats a través de diversas alternativas al muro fron-terizo; establecer sitios prioritarios de conectividad para la fauna y proponer estrategias de conservación de los mismos; consolidar e implementar el con-cepto de wilderness (grandes corredores verdes que unan a ambas naciones) y replicar casos exitosos de manejo de hábitat en región fronteriza. También se sugiere el uso de tecnología alternativa de visión nocturna, de bajo impac-to, que no transmita radiofrecuencias u ondas sonoras perceptibles por los animales y además el bajo tránsito de vehículos.

conclusiones

La mejor manera de evitar los impactos que la construcción y operación del muro tendrían sobre la fauna es evitando su construcción. Sin embargo, ante

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Posibles impactos del muro sobre la fauna

la posibilidad de que se concrete este proyecto es necesario crear alternativas al muro, al mismo tiempo que se generen esfuerzos binacionales para conser-var y proteger la fauna y los ecosistemas compartidos entre ambas naciones. Las alternativas al muro fronterizo deberán permitir la continuidad de todos los procesos biológicos y ecológicos que rigen a todas las especies animales y vegetales de la región fronteriza.

parTiCiparon En EsTa mEsa:

Adriana Nelly Correa Sandoval Carlos Manterola y Piña Evaristo Meza López Gabriel Solano Cuellar Laura López Hoffman Rurik List Sánchez Salvador Contreras Balderas Cora Varas-Nelson Osvel Hinojosa Jessica Pikielec Héctor Moya

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Impacto

Descripción

Información disponible

Vacíos de información o investigación

Soluciones a los vacíos de información e investigación

Posibles soluciones a los impactos potenciales

I. Efecto de borde por fragmentación

En hábitats fragmentados el efecto de borde tiene impactos negativos sobre la distribución y abundancia de los animales.

• Existe suficiente información publicada al respecto.

• No hay descripción de zonas de fragmentación que se generarán ni evaluación de impactos concretos sobre la fauna de esas zonas. • Se desconocen los sitios prioritarios de conectividad.

• Se desconocen cuales son las áreas en que se construirá el muro y las características del mismo.• México no cuenta con una evaluación de impacto ambiental del muro fronterizo• No existe un inventario o un listado completo de las especies que se verían afectadas.• Se desconoce el impacto ambiental del flujo migratorio humano sobre la fauna.

• Identificar sitios prioritarios de conectividad para la fauna y proponer estrategias de conservación de los mismos.• Difundir a todos niveles la información sobre los riesgos de la construcción del muro fronterizo• Realizar la identificación de aliados potenciales para trabajar de forma conjunta (en ambos lados de la frontera) para generar el conocimiento necesario para la adecuada toma de decisiones.

• Establecer sitios prioritarios de conectividad para la fauna y proponer estrategias de conservación de los mismos.• Consolidar e implementar el concepto de “wilderness” en áreas protegidas (grandes corredores verdes que unan a los países).• Replicar casos exitosos de manejo de hábitat en región fronteriza.• Evitar la fragmentación de los hábitats a través del desarrollo de alternativas al muro fronterizo.

Análisis de impactos potenciales del muro fronterizo sobre la fauna

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Posibles impactos del muro sobre la fauna

II. Contracción del área de actividad de individuos

El establecimiento de una barrera fragmentaría territorios, disminuiría el área de actividad y modificaría los ámbitos hogareños de muchas especies animales.

• Se conocen las hábitos de especies de grandes mamíferos y los impedimentos que tendrían para cruzar el muro.

• Hay desconocimiento sobre las áreas de actividad, los territorios y los ámbitos hogareños de muchas especies animales.

Misma información de la columna anterior

Misma información de la columna anterior

III. Barrera a la Dispersión y a movimientos migratorios

El muro representaría una barrera que impediría el libre tránsito de la fauna entre ambos países. Se afectarían los procesos naturales de dispersión y migración.

• Existe suficiente información teórica publicada al respecto. • Existe evidencia visual y registros de gran-des mamiferos cruzando la zona fronteriza.

• No se conocen los movimientos de dis-persión y migración de todas las especies críticas que se verán afectadas.

Misma información de la columna anterior

Misma información de la columna anterior

(Continúa)

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Impacto

Descripción

Información disponible

Vacíos de información o investigación

Análisis de impactos potenciales del muro fronterizo sobre la fauna (continúa)

IV. Interrupción del intercambio genético

Las barreras físicas, además de aislar a las poblaciones, evitan el intercambio genético entre los individuos. En el área del muro, el movimiento de los grandes mamíferos se vería interrumpido, especialmente las espe-cies encontradas en la NOM-059-SEMAR-NAT-2001 (Berrendo, Borrego Cimarrón, Jaguar, Oso Negro, Ocelote, Lobo Mexicano, Perrito Llanero, Codrorniz de Moctezuma, Pavo silvestre, entre otros) así como diver-sas especies de peces de ríos y arroyos de la frontera. También se verían afectadas especies medianas y pequeñas que se distribuyen en valles y otros sitios puntuales.

• Existe suficiente información teórica publi-cada al respecto.

• No se conocen los efectos específicos del aislamiento genético sobre las pobla-ciones animales que se verían afectadas. • Se desconoce qué especies pueden ser can-didatas para aplicar la estrategia de transloca-ción de individuos.• Se desconocen cuales son las áreas en que se construirá el muro y las características del mismo.• México no cuenta con una evaluación de impacto ambiental del muro fronterizo• No existe un inventario o un listado completo de las especies que se verían afectadas.

V. Proliferación de fauna nociva y/o exótica

Las zonas sujetas a dis-turbios antropogénicos favorecen la prolifera-ción de fauna exótica y nociva, como ratas y algunas aves. Esta fauna podría impactar directa o indirectamente a las poblaciones silvestres.

• Existe suficiente infor-mación teórica publicada al respecto.

• No se conocen con exactitud las zonas que serán sujetas a mayor disturbio.• Se desconocen cuales son las áreas en que se construirá el muro y las características del mismo.• México no cuenta con una evaluación de impacto ambiental del muro fronterizo• No existe un inventario o un listado completo de las especies que se verían afectadas.

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Posibles impactos del muro sobre la fauna

VI. Contaminación por iluminación eléctrica

La iluminación eléctrica en las zonas aledañas podría afectar a varias especies de animales de hábitos nocturnos como algunos depredadores, dispersores y polinizadores. Afectaría, además, al desplazamiento de aves migratorias noctur-nas que transitan por las zonas fronterizas.

• Existe información documentada sobre los impactos de la iluminación eléctrica sobre los animales.

• Se desconoce la magnitud del impacto de la iluminación sobre la fauna de hábitos noctur-nos de la región fronteriza. • No se conocen todas las posibles rutas de migración de murciélagos que pudieran verse afectadas.• Se desconocen cuáles son las especies que se afectarían.• Se desconocen cuales son las áreas en que se construirá el muro y las características del mismo.• México no cuenta con una evaluación de impacto ambiental del muro fronterizo• No existe un inventario o un listado completo de las especies que se verían afectadas.• Se desconoce el impacto ambiental del flujo migratorio humano sobre la fauna.

VII. Contaminación por ruido

El efecto del ruido sobre la fauna puede ocasionar estrés y generar efectos meta-bólicos, hormonales y en la conducta.

Manci, K.M., D.N. Gladwin, R. Villella, and M.G. Cavendish. 1988. Effects of air-craft noise and sonic booms on domestic animals and wildlife: a literature synthe-sis. U.S. Fish and Wildl. Serv. National Ecology Research Center, Ft. Collins, CO. NERC-88/29. 88 pp.

• Se desconocen cuales son las áreas en que se construirá el muro y las caracte-rísticas del mismo. • México no cuenta con una evaluación de impacto ambiental del muro fronte-rizo.• No existe un inventario o un listado completo de las especies que se verían afectadas. • Se desconoce el impacto ambiental del flujo migratorio humano sobre la fauna.

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Impacto

Vacíos de información o investigación

Soluciones a los vacíos de información e investigación

Posibles soluciones a los impactos potenciales

Análisis de impactos potenciales del muro fronterizo sobre la fauna (continúa)

IV. Interrupción del intercambio genético

• Se desconoce el impacto ambiental del flujo migratorio humano sobre la fauna.

• Investigar los efectos de aislamiento en poblaciones animales en ambos lados de la frontera sobre la estructura genética de especies críticas. • Investigar, como última alternativa, qué especies pueden ser candidatas para aplicar la estrategia de translocación de individuos a ambos lados de la frontera.• Difundir a todos niveles la información sobre los riesgos de la construcción del muro fronterizo. • Realizar la identificación de aliados potenciales para trabajar de forma conjunta (en ambos lados de la frontera) para generar el conocimiento necesario para la adecuada toma de decisiones.

• Establecer sitios prioritarios de conectividad para la fauna y proponer estrategias de conservación de los mismos.• Consolidar e implementar el concepto de “wilderness” en áreas protegidas (grandes corredores verdes que unan a los países).• Replicar casos exitosos de manejo de hábitat en región fronteriza.• Evitar la fragmentación de los hábitats a través del desarrollo de alternativas al muro fronterizo.

V. Proliferación de fauna nociva y/o exótica

• Averiguar o solicitar los detalles del proyecto de construcción del muro fronterizo.

• Difundir a todos niveles la información sobre los riesgos de la construcción del muro fronterizo. • Realizar la identificación de aliados potenciales para trabajar de forma conjunta (en ambos lados de la frontera) para generar el conocimiento necesario para la adecuada toma de decisiones.

• Establecer sitios prioritarios de conectividad para la fauna y proponer estrategias de conservación de los mismos.• Consolidar e implementar el concepto de “wilderness” en áreas protegidas (grandes corredores verdes que unan a los países).• Replicar casos exitosos de manejo de hábitat en región fronteriza.• Evitar la fragmentación de los hábitats a través del desarrollo de alternativas al muro fronterizo.

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Posibles impactos del muro sobre la fauna

VI. Contaminación por iluminación eléctrica

• Desarrollar investigación científica sobre los efectos de la iluminación en poblaciones e individuos animales.

• Difundir a todos niveles la información sobre los riesgos de la construcción del muro fronterizo. • Realizar la identificación de aliados potenciales para trabajar de forma conjunta (en ambos lados de la frontera) para generar el conocimiento necesario para la adecuada toma de decisiones.

• Uso de tecnología alternativa de visión nocturna, de bajo impacto y que no transmita radiofrecuencias u ondas sonoras perceptibles por los animales.

VII. Contaminación por ruido

• Desarollar investigación científica so-bre los efectos del ruido en poblaciones e individuos animales.

• Difundir a todos niveles la información sobre los riesgos de la construcción del muro fronterizo. • Realizar la identificación de aliados potenciales para trabajar de forma conjunta (en ambos lados de la frontera) para generar el conocimiento necesario para la adecuada toma de decisiones.

• Uso de tecnología alternativa. Bajo tránsito de vehículos y reducción en el uso de maquinaria.

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Los impactos del muro sobre los mamíferos silvestres

los iMPactos del Muro fronterizo sobre los MaMíferos silvestres

Rurik List

introducción

La composición de los ecosistemas de la porción fronteriza entre México y los Estados Unidos es el resultado de miles de años de movimientos de la flora y fauna hacia el norte o hacia el sur. Como ejemplo, tenemos que

a lo largo de las planicies costeras elementos neotropicales se han desplazado hacia la partes septentrionales, y con las glaciaciones, elementos neárticos se establecieron y aún permanecen en las Sierras Madre Oriental y Occidental. Esto fue posible debido a la ausencia de barreras que les impidieran el movi-miento en ambos sentidos durante periodos prolongados.

Desde la Muralla China no ha existido otro proyecto de construcción de una barrera física a la escala que se plantea el muro fronterizo entre México y los Estados Unidos. Un proyecto de tal envergadura, que incluye un muro sólido de metal, otro paralelo de malla, alambre de púas y caminos de servicio y vigilancia, inevitablemente tendrá efectos en la biodiversidad regional debido a la pérdida, degradación y fragmentación del hábitat, al incremento en la actividad humana, la perturbación de la estructura social de las poblaciones, la reducción del acceso a recursos y hábitat vitales, el aislamiento y fragmen-tación de las poblaciones y la aversión de ciertas especies a los caminos, entre otros aspectos (Jackson 2000).

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la iMPortancia del libre MoviMiento de las esPecies

La dispersión de los juveniles para abandonar el territorio natal y conquistar nuevos territorios, la búsqueda de pareja, el desplazamiento para obtener alimento y refugio, el huir de los depredadores o de perturbaciones, y los movimientos migratorios altitudinales o latitudinales, se pueden dar en la medida que existe libertad de movimiento para las especies. Estos flujos son necesarios para las poblaciones de mamíferos, y en particular para los grandes carnívoros, que por su talla, por mantener poblaciones numéricamente bajas, por contar tasas reproductivas bajas y por hallarse en los escalones superio-res de la cadena trófica, corren un mayor riesgo de extinción por presiones antropogénicas o por aislamiento genético (Purvis et al. 2000). Pero si en poblaciones pequeñas llegan ocasionalmente individuos llevando nuevos genes e incrementando el número de ejemplares, aumenta la viabilidad de esa población (Weaver et al. 1996, Hellgrena et al. 2005).

Individuos de muchas especies tienen su área de actividad en la zona fron-teriza. En estudios realizados 50 kilómetros al sur de la frontera hemos visto que, por ejemplo, para zorras del desierto (Vulpes macrotes) y para coyotes (Canis latrans), los alambres de púas, como los que actualmente dividen la frontera en diversas secciones, no son un impedimento para sus movimientos, y el área de actividad de esas dos especies se puede encontrar a los dos lados de uno o más de este tipo de cercos (List et al. 2003, List y Madconald 2003). De forma similar, los venados bura (Odocoileus hemionus) y cola blanca (O. virginianus) y los berrendos (Antilocapra americana) normalmente saltan los cercos ganaderos o pasan bajo el cable inferior cuando éste tiene una separa-ción del piso mayor a 30 cm (Feldhamer et al. 1986, Scott 1992, Harrington y Conover 2006). La configuración actual del cerco fronterizo, donde no hay muro, permite el movimiento de estos animales pero la nueva propuesta haría imposible el paso de los mamíferos no voladores.

los efectos del Muro fronterizo en la fauna a lo largo de la región

Ante el escenario de cambio climático se espera que cambie la distribución de muchas especies de flora y de fauna (Peterson et al. 2002), las cuales se desplazarán paulatinamente; pero si hay una muralla fronteriza durante un tiempo lo suficientemente largo, podría convertirse en el cerco de la extinción, al impedir que las especies modifiquen su distribución, desplazándose de los

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Los impactos del muro sobre los mamíferos silvestres

sitios cuyas condiciones se están alterando hacia aquellos con condiciones favorables (Brown et al. 1997, Gian-Reto et al. 2002).

El libre movimiento ha permitido, y debe seguirlo haciendo, la continuidad de los procesos ecológicos y evolutivos para todas las especies que habitan la región fronteriza. El mapa 1 muestra áreas aproximadas donde existe información del desplazamiento de algunas especies de un lado al otro de la frontera, pero obviamente también sucede con muchos otros mamíferos, además de aves, reptiles y anfibios, por lo que también pueden resultar afec-tados. Por ejemplo, las aves que vuelan poco, como los guajolotes silvestres (Meleagris gallopavo), se ven perjudicadas por los caminos (MacDougal et al. 1991), y las codornices ven limitadas sus posibilidades de ir de un lugar a otro por la pérdida de la cubierta vegetal del suelo (Stromberg 1990). Las poblaciones de roedores y muchas especies de aves en zonas con pastizales o matorrales pueden resultar afectadas por una mayor depredación por aves rapaces, gracias a la ventaja que representan las estructuras artificiales, como las del muro fronterizo, como sitios de percha y anidación (Burger et al., 1994, Suhonen 1994).

Entre las especies en riesgo de esta región se hallan el jaguar (Pantera onca), el ocelote (Leopardos pardalis), el lobo mexicano (Canis lupus baileyi), el oso negro (Urdus americanus), la zorra del desierto, el tejón (Taxidea taxus), y a

Mapa 1. Áreas aproximadas para las que existe información del movimiento de algunas especies de

un lado a otro de la frontera y que serían afectadas por la construcción de un muro fronterizo

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otros que no son carnívoros pero que también están en riesgo, como el perrito llanero de cola negra (Cynomys ludovicianus), el berrendo, el borrego cimarrón (Ovis canadensis) y el puercoespín (Erethizon dorsatum, Pacheco et al. 2000). Una de las especies que actualmente despierta más interés es el jaguar, debido a que desde que hace más de diez años se empezaron a registrar individuos en el sur de Arizona y de Nuevo México, de donde se consideraban extintos (Brown y López González 2000). Estos se están desplazando desde una po-blación reproductiva en el centro-norte de Sonora, a través de las sierras, y cruzan a los Estados Unidos (Friederici 2006), pero como utilizan áreas donde se proyecta el muro fronterizo, su construcción detendría su recuperación natural en aquella nación.

El borrego cimarrón tuvo una distribución muy amplia en el norte de Méxi-co y en el sureste de los Estados Unidos, pero desapareció por distintas causas y se ha reintroducido en varios lugares. Para mantener poblaciones viables se requiere que la especie se encuentre en ambos países, debido al reducido tamaño de las sierras donde vive. Existen al menos tres registros de borregos cimarrones que han cruzado de las poblaciones reintroducidas en Arizona y en Nuevo México a Chihuahua y a Sonora (Pelz Serrano et al. 2006). De volverse realidad esta nueva contención, la recuperación natural del borrego cimarrón en el norte de México y la viabilidad de sus poblaciones en la zona fronteriza sufriría las mismas consecuencias que los jaguares.

Por su parte, el berrendo en México tiene poblaciones muy pequeñas. Se estima que quedan alrededor de 1,500 individuos (Sánchez Cordero et al. 2007), y tanto la subespecie de Sonora como la de Baja California dependen de un cerco permeable. En la figura 1 se observa un grupo de berrendos en las estribaciones de la Sierra de San Luis, en la frontera, en uno de los sitios donde se planea construir el muro. De construirse dicha barrera en esta zona, la población de berrendos del lado mexicano se vería disminuida de manera importante.

Todos los años, en varios sitios del norte mexicano se matan y se capturan osos negros porque se acercan a centros poblacionales. Esto sucede con mayor frecuencia en la zona del occidente de Chihuahua y el norte de Sonora. Por ejemplo, en julio del 2006, se capturó un oso en la colonia menonita de Las Virginias, y gracias a que tenía una etiqueta del Departamento de Caza y Pesca de Arizona, fue posible saber que diez días antes lo habían atrapado en las montañas Peloncillos (E. Ponce Guevera, comunicación personal). Entre ambos puntos hay una distancia de 135 kilómetros, los cuales no recorrió en línea recta sino que tuvo que mo-

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Los impactos del muro sobre los mamíferos silvestres

Figura 1. Grupo de berrendos en las estribaciones de la Sierra de San Luis, justo en la frontera, en

uno de los sitios donde se planea construir el muro (Foto: Karla Pelz Serrano)

verse a lo largo de las montañas y cruzar en una zona donde se proyecta construir el muro (véase figura 2).

La circulación de los osos se da tanto al norte como al sur durante la dispersión, las sequías cuando vagan en busca de alimento, o cuando buscan pareja. El muro impediría este desplazamiento. Es necesario recordar que la población de oso negro en el Parque Nacional Big Bend existe gracias a los individuos que se movieron de México hacia el norte, cruzando el río Bravo (Hellgrena et al. 2005). Una vez más, la viabilidad de estas poblaciones puede verse disminuida por el muro.

El perrito llanero de cola negra es el único caso que mencionaremos de una especie pequeña y con poca movilidad; durante la dispersión sus desplazamien-tos llegan a ser de siete km, aunque normalmente no se mueven mas allá de 200 m de sus madrigueras. Alguna vez su distribución se extendía desde el sur de Canadá hasta el norte de México, y son muy relevantes porque se consideran especies clave, gracias a que son presa de muchos otros animales, a que sus madrigueras representan un refugio para otras especies, y a que modifican el paisaje haciendo un ecosistema característico, lo que permite que haya una gran diversidad en los pastizales que ellos ocupan (Miller et al. 2000).

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En México se encuentra la mayor colonia de perritos llaneros que queda en toda Norteamérica (Ceballos et al. 1993). A principios del siglo XX los perri-tos llaneros fueron exterminados por envenenamiento prácticamente de casi todo el territorio de Arizona y Nuevo México, pero desde hace cuatro años, han empezado a restablecerse en el suroeste de Nuevo México a partir de las poblaciones que habitan del lado mexicano de franja fronteriza (B. Brown, co-municación personal). En el norte de Sonora hay un par de pequeñas colonias de esta especie que, si se les permite, podrían poblar nuevamente el extremo sur de Arizona, de donde hoy están ausentes. El muro fronterizo detendría no sólo la posibilidad de restauración del perrito llanero sino del ecosistema característico que generan estos roedores y que hacen biológicamente ricos a los pastizales de Norteamérica.

Otro caso a destacar es el lobo mexicano, que desapareció del norte de México durante la primera mitad de los años 1980, pero ha sido reintrodu-

Figura 2. La población de oso negro del Big Bend en Texas se recuperó gracias al movimiento de

individuos desde Coahuila. La población del norte de la Sierra Madre Occidental quedaría separada

en al menos dos poblaciones por el muro fronterizo (Foto: Rurik List)

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cido desde 1998 en los Estados Unidos, en las montañas sur, centro y norte de Arizona. Sabemos de al menos dos lobos mexicanos que llegaron recien-temente a la frontera: uno fue capturado muy cerca de esa zona, en territorio estadounidense (M. Philips, comunicación personal), y al otro lo mataron en un rancho del lado mexicano. Al parecer, este último tenía un microimplante. La recuperación natural de esta especie, a través de la migración de los lobos en Estados Unidos a México, se vería interrumpida si se coloca un muro en el límite entre ambas naciones.

Hay muchas otras especies que pueden verse afectadas de manera negativa con la construcción del muro, como jaguaroundis (Herpailurus jaguarondi), puercoespines, pumas (Puma concolor), venados. Y también existen otras que, aunque sus poblaciones no desaparecerían y probablemente no se verían afectadas de manera significativa, verían interrumpido el flujo de genes entre las poblaciones al norte y sur del cerco propuesto. Vale destacar aquí que el impacto va más allá de la propia estructura de esta valla fronteriza; también es necesario considerar la influencia nociva, particularmente en los carní-voros nocturnos, de las potentes luces de vigilancia, tipo estadio, así como el efecto nocivo del patrullaje constante sobre dichas especies. Finalmente, otro aspecto a evaluar es que si el muro se construye por secciones, como se propone, la gente va a tratar de seguir cruzando, salvo que el movimiento y el impacto de este tráfico se trasladará hacia sitios sin cercado, hacia zonas más remotas pero muy importantes biológicamente, como la Sierra de San Luís o Maderas del Carmen.

conclusiones

Actualmente existen amenazas para la vida silvestre a ambos lados de la frontera. En abril de 2007, durante el desarrollo de una evaluación de la única población de bisontes (Bison bison) silvestres de México y del suroeste de los Estados Unidos (List et al. en prensa), se fotografió un desarrollo agrícola gigantesco (figura 3), que se empezó a desarrollar ilegalmente a principios del 2007, y que va a afectar los movimientos tanto de los bisontes como de los berrendos, que también viven en esa zona y se mueven al norte y al sur de la frontera.

Ante esto, debemos considerar el flujo de fauna como materia de otro tratado binacional, como los que existen para controlar el flujo del agua en los ríos Bravo y Colorado. Tanto en México como en los EE.UU. debemos asegurarnos que la fauna permanezca a ambos lados de la frontera. Y esto

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no se va a lograr con una muralla, sino construyendo acuerdos sobre cómo solucionar los grandes problemas que actualmente tenemos a ambos lados de esta frontera común.

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El oso negro frenado por la frontera

los osos negros frenados Por la frontera

Cora Varas

El oso negro (Ursus americanus) ha estado presente en Norteamérica desde hace por lo menos tres millones de años (Wooding y Ward 1997). Históricamente, el oso negro se ha dado en todos los hábitats boscosos

de América del Norte, desde la línea arbórea en Alaska y Canadá, hasta Florida y el norte de México (LeCount 1987). Actualmente se les puede encontrar en 32 entidades de Estados Unidos y en todas las provincias y territorios de Canadá, excepto en la Isla del Príncipe Eduardo, y existen registros históricos de osos negros en seis estados de México.

Las poblaciones contemporáneas de oso negro están desigualmente dis-tribuidas por Estados Unidos (Servheen et al. 1999) y México (Don-Crider 1995, Varas et al. 2006). En el siglo XX, el oso negro era considerado un impe-dimento para el desarrollo y para la seguridad de los humanos (Miller 1990). Esta actitud, combinada con la destrucción y la fragmentación de su hábitat y la caza indiscriminada en los siglos XIX y XX (Onorato y Hellgren 2001) han ocasionado que muchas poblaciones fueran eliminadas, sobre todo en el sur de Estados Unidos (Miller 1990). Actualmente, existen reglamentos im-plementados para manejar y proteger al oso negro; sin embargo, las amenazas por la alteración y fragmentación de su hábitat son especialmente agudas en el sur de Estados Unidos (LeCount 1990). Además, el tráfico ilegal en órganos de oso, sobre todo vesículas, ha originado preocupación por los efectos de la caza furtiva sobre algunas poblaciones de osos (McCracken et al. 1995).

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Este tráfico fue un motivo importante para incluirlo en el listado de CITES, Apéndice II, implementado en junio 1992 (McCracken et al. 1995).

La preocupación por la supervivencia a largo plazo de las poblaciones de oso negro en Arizona (LeCount y Yarchin1990) y México (Sierra Corona et al 2004) está creciendo. Un error en su manejo podría reducir inadvertidamente el tamaño de sus poblaciones; como resultado, podrían tardar muchos años en recuperarse (Miller 1990). Los osos tienen un ciclo de vida largo (>20 años), una madurez reproductiva tardía (la primera cría a los 3-7 años), una tasa reproductiva baja (2 cachorros/2 a 6 años) (LeCount 1982a, 1983), y una in-versión parental energéticamente costosa (Kolinosky 1990). En consecuencia, las poblaciones de osos negros se recuperan más lentamente de las bajas que la mayoría de los mamíferos de Norteamérica (Kolinosky 1990).

En México, esta especie se halla en peligro (Servheen et al. 1999, Semar-nat 2002). Se sabe poco sobre su distribución; no obstante, hay registros de osos negros en los estados de Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Zacatecas y Durango (Sierra-Corona et al. 2005). Su futuro es incierto. Su hábitat se ha reducido a un 30% de su extensión histórica (Pelton et al. 1994) y la información disponible sobre las características de su modo de vida está incompleta. La mayor parte de la información publicada en México sobre ellos viene de Coahuila (Don Crider 1995) y Sonora (Sierra-Corona et al. 2005). Se necesita información adicional sobre esta especie en riesgo para tomar decisiones administrativas coherentes para su protección.

El hábitat del oso negro en Arizona y México consiste principalmente en bosques templados de coníferas y deciduas. Estos hábitats se dan en las “islas de montaña” (parajes montañosos con una altura por encima de los 2,000 m) y se encuentran separados por un “mar” de hábitat de desierto y pastizales. Sin embargo, una sola isla de montaña es demasiado pequeña para sostener poblaciones viables de osos negros; estos se desplazan a través las tierras bajas desérticas que separan las islas (LeCount y Yarching 1990). Las tierras bajas con un marcado impacto humano o con barreras, pueden interferir con el movimiento de los osos negros; en consecuencia, estas poblaciones están propensas al aislamiento. Por ejemplo, la creación de un muro impenetrable podría fragmentar la población de osos de Arizona y la de Arizona-México.

Las islas de montaña en el suroeste de Estados Unidos forman el Archi-piélago Madrense. Esta región única incluye 27 serranías a lo largo de cuatro estados (Arizona y Nuevo México en Estados Unidos, y Sonora y Chihuahua en México). Las comunidades forestales en la región sonorense de las islas de montaña constituían un hábitat continuo hasta hace unos 8,000 o 10,000 años

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El oso negro frenado por la frontera

(Van Devender 1977). Desde entonces, los parajes boscosos en las montañas se han vuelto relativamente aislados unos de otros. En este hábitat fragmentado del suroeste, los biólogos necesitan saber si los osos negros se desplazan entre las islas de montaña y cómo lo hacen, para que puedan preservar los corredores migratorios que apoyarán la viabilidad de sus poblaciones a largo plazo.

Las poblaciones son difíciles de inventariar y monitorear porque los animales se dan en densidades relativamente bajas y son secretivos por na-turaleza. Hay una variedad de técnicas que se utilizan para obtener censos de población, estimaciones de movimiento y densidad. Se puede utilizar la observación directa para estimar el tamaño y las tendencias de poblaciones pequeñas, como se hace con los osos grizzlys en los Parques Nacionales de Glacier y Yellowstone (Hayward 1989). Otro procedimiento que se utiliza es el de captura-marcaje-recaptura (Kolenosky 1986) y radio telemetría (Vashon et al. 2003). Una opción recientemente desarrollada, económica y eficiente para obtener estimados poblacionales es el uso de marcadores moleculares.

Los marcadores de ADN mitocondrial (mtDNA) proporcionan informa-ción sobre el historial evolutivo en línea materna, flujo genético y diversidad genética. Los resultados de estudios de mtDNA pueden utilizarse para inferir la migración femenina y la separación histórica de ancestros maternos. El patrón del mtDNA es sensible a las reducciones en el tamaño de la población pero insensible al flujo genético mediado por machos (Avise et al. 2004). La región de control del mtDNA es polimórfica a nivel intraespecífico y es adecuada para estudios forenses, de variabilidad genética, filogeografía, y la asignación de unidades evolutivas y de manejo.

Estudiamos los movimientos de osos negros entre ciertas islas de montaña seleccionadas en México (por ejemplo, Sierra San Luis, al norte de la Sierra Madre Occidental) y en Arizona (Chiricahuas, Huachucas, Pinaleños, Rin-cons, Catalinas y la región de Four Peaks) usando marcadores moleculares. Los resultados preliminaries indican que el haplotipo más común aparece en las poblaciones de México, Arizona, Nuevo México y las Montañas Rocallo-sas centrales. Esto indica que los osos de las Montañas Rocallosas del norte, en Arizona y la región fronteriza entre México-Arizona vienen de la misma línea. La parte sur de las tierras fronterizas entre México y Arizona pudieran haber albergado un refugio después del último periodo glaciar, cuando los osos se desplazaron de México hacia las Montañas Rocallosas. Sin embargo, el sentido del movimiento no puede determinarse sólo con nuestra tabla de datos, se requiere de muestras y marcadores adicionales de ADN. Actual-mente estamos analizando otra región de ADN mitocondrial y un conjunto

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de 12 microsatélites de ADN nuclear para obtener mayor resolución. Es muy probable que exista una conexión entre las poblaciones de osos en México y las de Arizona. Esperamos que los análisis adicionales de genes mtDNA y microsatélites proporcionen una mejor resolución con relación a la dirección histórica del movimiento de los osos negros.

Un segundo hallazgo indica que los osos negros de las islas de montaña del desierto Sonorense, en la Sierra Madre Occidental no comparten ningún haplo-tipo con los osos negros de las islas de montaña del desierto Chihuahuense en la frontera entre México y Texas y en Texas. En consecuencia, es posible que las dos poblaciones mexicanas de oso negro sean históricamente independientes, y no parecen haber tenido intercambio genético significativo desde el último periodo glaciar. Esto significaría que hay por lo menos dos linajes diferentes de oso negro cruzando en la frontera entre México y Estados Unidos.

Un muro impenetrable frenaría la migración de osos de Estados Unidos hacia México, la cual podría ser la única fuente de migrantes para el oso negro de Sonora, México, que está en peligro de extinción. La conectividad de los hábitats en Estados Unidos y México ha permitido la dispersión de poblaciones fuente en Coahuila, México hacia sub-poblaciones en Texas (Don-Crider y Hellgren 1996, Onorato y Hellgren 2001, Onorato at al. 2004), haciendo posible la viabilidad a largo plazo de la metapoblación en el Parque Nacional de Big Bend. Las acciones de la actual administración estadounidense podrían acabar con este movimiento en ambos sentidos, que es vital para la supervivencia del oso negro.

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Ecosistemas

Tercera parte

Floración en la sierraFoto: Claudio Contreras Koob

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En esta sección se presenta una discusión sobre los posibles impactos que podría tener la construcción y operación del muro fronterizo sobre la flora, basada en el análisis que realizaron expertos en el taller. Asimismo, se incluyen tres capítulos sobre los efectos del muro sobre ecosistemas y la biodiversidad a nivel regional y ecorregional.

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Impactos potenciales a la flora

introducción

En la región fronteriza de México y Estados Unidos se comparten impor-tantes ecosistemas, destacando los desiertos Sonorense y Chihuahuense así como zonas templadas con importantes componentes montañosos

e islas de montaña. El conocimiento científico ha documentado ampliamente que los procesos ecológicos se ven afectados por el aislamiento, por ello se estima que la construcción de una barrera física, como es el muro, afectará a la flora y a las interacciones que ésta tiene con la fauna y el flujo de agua en ambos lados de la frontera. En esta mesa de trabajo se analizaron los impactos potenciales de la construcción del muro sobre la flora, así como sus posibles soluciones o alternativas.

PrinciPales iMPactos sobre la flora

I. Remoción, fragmentación y efecto de borde sobre las comunidades vegetales.

La remoción de especies vegetales causa fragmentación del hábitat y esto a su vez aumenta el efecto de borde que tiene impactos negativos sobre la composición de especies, la distribución y la abundancia de las plantas.

Posibles iMPactos de la construcción y oPeración del Muro fronterizo sobre la flora

discusión de esPecialistas

Eduardo Peters

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Ecosistemas96

II. Introducción y establecimiento de especies invasoras y exóticas. Las zonas sujetas a disturbios antropogénicos favorecen el establecimiento

de especies invasoras que podrían impactar directa o indirectamente a las poblaciones silvestres.

III. Pérdida del sustrato (erosión y compactación del suelo). La remoción de la cubierta vegetal, el uso de maquinaria, el tránsito ve-

hicular y de personas, la formación de senderos y caminos, y la remoción de suelo son factores altamente erosivos que generan daños ecológicos irreversibles, afectando a las especies de flora y los servicios ambientales que éstas promueven.

IV. Interrupción o alteración de los patrones de dispersión de propágulos, colo-nización y polinización.

El establecimiento del muro puede constituir una barrera física para el libre tránsito de los dispersores o de los propágulos mismos. Además, la iluminación, los radares y otras medidas pueden afectar la conducta y la distribución de polinizadores nocturnos como los murciélagos, los dispersores de propágulos e insectos, afectando el intercambio genético entre poblaciones.

V. Alteración de las comunidades vegetales por cambio de los flujos hídricos y remoción de suelo.

El agua juega un papel importante en la dispersión de semillas y propágulos vegetales. La modificación o interrupción de dichos flujos afectarán los patrones de dispersión existentes. La remoción de suelo genera un cambio en la estructura del mismo que puede a su vez afectar la composición y abundancia de la comunidad vegetal presente en el sitio afectado.

VI. Alteración del microclima. La remoción de la vegetación natural tiene un impacto sobre la proporción

de calor en el suelo, sobre la absorción y la evaporación de agua, generan-do alteraciones en el microclima (temperatura, humedad relativa, albedo, precipitación, corrientes de aire, etc).

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Impactos potenciales a la flora

inforMación disPonible

El grupo analizó la información disponible para cada impacto identificado. Se reconoció que existe amplia literatura sobre la flora de los desiertos de Chihuahua, Sonora y Baja California. Se recomendó que será útil, para aten-der y documentar la problemática, revisar los estudios de impacto ambiental de proyectos previos realizados en la región fronteriza, los reportes técnicos de trabajos realizados por instituciones de gobierno y académicas, los ban-cos de datos de desmonte y deforestación, así como los listados de flora y tipos de vegetación a lo largo de la frontera. Se señaló la necesidad de hacer búsquedas para identificar publicaciones científicas vinculadas con la flora de la región y sus posibles impactos, así como trabajos específicos como los que se están realizando en la cuenca del río Tijuana relativos a la pérdida de cubierta vegetal.

vacíos de inforMación o investigación

Se resaltaron importantes carencias de información entre los cuales destacan: la relación de la pérdida de la cubierta vegetal con la recarga de acuíferos en las zonas áridas y semiáridas; la relación de la pérdida de la cubierta vegetal con la erosión del suelo y desertificación; el escaso conocimiento sobre las especies invasoras potenciales y sus efectos en las comunidades naturales de ambos lados de la frontera; la caracterización de fragilidad por tipo de suelo y zona geográfica.

soluciones a los vacíos de inforMación e investigación

La mesa identificó una serie de acciones que pueden reducir las carencias de conocimiento respecto a los impactos potenciales sobre la vegetación a causa de la construcción y operación de muro; a continuación se mencionan los más destacados. Realizar estudios de investigación meticulosos de los impactos en zonas donde ya existe una barrera física en la frontera. Generar una base de datos proveniente de fuentes científicas confiables acerca de los efectos de la pérdida de cubierta vegetal. Orientar a fondos de financiamiento, como SEMARNAT-CONACYT y CONAFOR-CONACYT, para que establezcan áreas prioritarias de estudio en la zona y destinen recursos para el apoyo de estudios. Promover como temas prioritarios de estudio la identificación y caracterización de especies invasoras potenciales y sus efectos en las comu-

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Ecosistemas98

nidades naturales de ambos lados de la frontera. Por último, otro tema de investigación detectado como prioritario es la caracterización de fragilidad por tipo de suelo y zona geográfica.

Posibles soluciones a los iMPactos Potenciales

El grupo de trabajo exploró y sugirió algunas medidas útiles para solventar y atender los impactos potenciales del muro con respecto a la flora. En primer lugar la mesa se manifestó, como primera medida, en la necesidad de buscar alternativas a la construcción del muro e incluso promover la creación de co-rredores florísticos transfronterizos. De no ser posible esa acción, si se quiere reducir el impacto sobre la flora será necesario: a) buscar un diseño lo menos agresivo que permita el paso de semillas y propágulos, b) reducir al mínimo la franja que utilizaría la construcción del muro, y c) utilizar sistemas de se-guridad que no interfieran con los polinizadores y animales dispersores.

Al terminar la construcción será necesario restaurar las áreas afectadas por al construcción con especies nativas y con técnicas de descompactación del suelo y control de erosión. Además, para reducir el daño se recomienda una estrategia de mitigación y compensación.

De manera más específica surgieron recomendaciones como minimizar las áreas expuestas al efecto de borde; establecer medidas de cuarentena y profilácticas; hacer un monitoreo permanente para evitar la introducción y establecimiento de especies invasoras y exóticas; minimizar el uso de ma-quinaria pesada; proponer que el diseño de la construcción permita la libre acción de los polinizadores, la dispersión de propágulos y la colonización de plantas nativas; establecer bancos de germoplasma en ambos lados del muro y propiciar el intercambio de propágulos entre poblaciones disyuntas; impedir la modificación de los patrones hídricos en las microcuencas y per-mitir drenes que respeten tales patrones; así como no modificar la topografía (geomorfología) del área.

gruPos Que actualMente trabaJen el teMa o Que Puedan trabaJarlo

El grupo de trabajo identificó las siguientes instituciones académicas y de gobierno que están trabajando algunos tópicos útiles para enfrentar la pro-blemática: Universidad Autónoma de Nuevo León (Recarga de acuíferos en función de la cubierta vegetal en zonas semiáridas), la Universidad Autónoma

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Impactos potenciales a la flora

de Baja California (División de ecosistemas en la zona de las Californias, Te-cate), CONAFOR, CEMEX-SUL ROSS UNIVERSITY(Vegetación en la zona del Río Bravo del Big Bend), SEMARNAT (Manifestaciones de Impacto Am-biental), GOBIERNOS ESTATALES (Manifestaciones de Impacto Ambiental) Universidad de Arizona, COLEF, UAT, Texas A&M, Instituto de Ecología de la UNAM, Instituto Nacional de Ecología (Delta del río Colorado, control de pino salado; Río Bravo).

conclusiones

Existe suficiente evidencia técnica y científica para señalar daños potenciales a la flora en ambos países por la construcción del muro. Dentro de los principales impactos se destacan destrucción y degradación de los hábitats; aislamiento; pérdida de la conectividad; e introducción de especies exóticas e invasoras. La solución más viable es que el gobierno de Estados Unidos reconsidere su propuesta y resguarde su frontera mediante algún mecanismo alternativo o, en su defecto, considere en el diseño del muro alternativas que minimicen el impacto sobre la flora, el ambiente físico y la fauna asociada. Además, de llevarse acabo la construcción, se recomiendan medidas de mitigación y compensación. Por último se tienen ubicados con buena claridad los grupos que actualmente están trabajando temas relacionados en la región.

parTiCiparon En EsTa mEsa:

Exequiel Ezcurra César Cantú Laura López Hoffman Eduardo Peters Pedro Arce Serrano

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Ecosistemas100

Análisis de impactos potenciales del muro fronterizo sobre flora

Impacto

Descripción

Información disponible

Vacíos de información o investigación

Soluciones a los vacíos de información e investigación

Posibles soluciones a los impactos potenciales

I. Remoción, fragmentación y efecto de borde sobre las comunidades vegetales

En hábitats fragmentados el efecto de borde tiene impactos negativos sobre la composición de especies, la distribución y abundancia de las plantas.

Literatura sobre los desiertos de Chihuahua, Sonora y BC.Estudios de impacto ambiental de proyectos previos.Reportes técnicos. Bancos de datos de desmonte y deforestación.Listados de flora y tipos de vegetación a lo largo de la frontera.Publicaciones científicas.Trabajos de cambio de uso de suelo.Efectos de la pérdida de cubierta vegetal en la cuenca del Río Tijuana (Lina Ojeda-COLEF).

Estudios de la relación de la pérdida de la cubierta vegetal con la recarga de acuíferos, en las zonas áridas y semiáridas.Estudios de la relación de la pérdida de la cubierta vegetal con la erosión del suelo y desertificación.

• Realizar estudios de investigación meticulosos de los impactos • Generar una base de datos proveniente de fuentes científicas confiables acerca de los efectos de la pérdida de cubierta vegetal.• CONACYT-CONAFOR establezca áreas prioritarias de estudio y destine recursos para el apoyo de estudios.

• Minimizar las áreas expuestas al efecto de borde. • Buscar alternativas a la construcción del muro. • Crear corredores florísticos transfronterizos.• Proponer que el diseño sea lo menos agresivo (reducir la franja que utilizaría la construcción del muro).• Restaurar, terminando la construcción, con especies nativas en áreas afectadas por la construcción, y con técnicas de descompactación del suelo y control de erosión.• Compensar el daño ocasionado.

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Impactos potenciales a la flora

II. Introducción y establecimiento de especies invasoras y exóticas

Las zonas sujetas a disturbios antropogénicos favorecen la proliferación de especies invasoras que podría impactar directa o indirectamente a las poblaciones silvestres.

Poco conocimiento sobre las especies invasoras potenciales y sus efectos en las comunidades naturales de ambos lados de la frontera.

• Establecer medidas de cuarentena y profilácticas.• Monitoreo permanente para evitar la introducción de establecimiento de especies invasorasy exóticas.• Buscar alternativas a la construcción del muro.• Crear corredores florísticos transfronterizos.

III. Pérdida del sustrato (erosión y compactación del suelo)

La remoción de vegetación, el uso de maquinaria, el tránsito vehicular y de personas, la formación de senderos y caminos y la remoción de suelo son factores altamente erosivos que generan daños ecológicos irreversibles.

Literatura sobre erosión y compactación del suelo.Reportes técnicos. Bases de datos de CONAGUA. Publicaciones científicas.Trabajos de cambio de uso de suelo.Estudios de impacto ambiental de proyectos previos.

Caracterización de fragilidad por tipo de suelo y zona geográfica.

• Realizar estudios de fragilidad por tipo de suelo y zona geográfica• Estudios de los procesos de recuperación y restauración del suelo según tipo de suelo y zona geográfica.

• Minimizar el uso de maquinaria pesada.• Restaurar, terminando la construcción, con especies nativas en áreas afectadas por la construcción, y con técnicas de descompactación del suelo y control de erosión.• Buscar alternativas a la construcción del muro. • Crear corredores florísticos transfronterizos.• Proponer que el diseño sea lo menos agresivo (reducir la franja que utilizaría la construcción del muro).

(Continúa)

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Ecosistemas102

Análisis de impactos potenciales del muro fronterizo sobre flora (continúa)

Impacto

Posibles soluciones a los impactos potenciales

Grupos que actualmente trabajen el tema o que puedan trabajarlo

I. Remoción, fragmentación y efecto de borde sobre las comunidades vegetales

UANL (Recarga de acuíferos en función de la cubierta vegetal en zonas semiáridas), UABC (División de ecosistemas en la zona de las Californias, Tecate), CONAFOR, CEMEX-SUL ROSS UNIVERSITY(Vegetación en la zona del Río Bravo del Big Bend), SEMARNAT (MIA’s), GOBIERNOS ESTATALES (MIA’s) Universidad de Arizona, COLEF, UAT, Texas A&M. Instituto de Ecología de la UNAM.

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Impactos potenciales a la flora

II. Introducción y establecimiento de especies invasoras y exóticas

• Proponer que el diseño sea lo menos agresivo (reducir la franja que utilizaría la construcción del muro).• Restaurar, terminando la construcción, con especies nativas en áreas afectadas por la construcción, y con técnicas de descompactación del suelo y control de erosión.• Compensar el daño ocasionado.

III. Pérdida del sustrato (erosión y compactación del suelo)

• Restaurar, terminando la construcción, con especies nativas en áreas afectadas por la construcción, y con técnicas de descompactación del suelo y control de erosión.• Compensar el daño ocasionado.

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Ecosistemas104

Análisis de impactos potenciales del muro fronterizo sobre flora (continúa)

IV. Interrupción o alteración de los patrones de dispersión de propágulos, colonización y polinización

El establecimiento del muro puede constituir una barrera física para el libre tránsito de los dispersores o de los propágulos mismos. Además, la iluminación, los radares y otras medidas pueden afectar la conducta y la distribución de polinizadores nocturnos como los murciélagos y de los dispersores de propágulos, afectando el intercambio genético entre poblaciones.

Existe suficiente información teórica publicada al respecto.

• Proponer que el diseño de la construcción permitan la libre acción de los polinizadores, la dispersión de propágulos y la colonización de plantas nativas.• Establecer bancos de germoplasma en ambos lados del muro y propi-ciar el intercambio de propágulo entre poblaciones disyuntas.• Buscar alternativas a la construcción del muro. • Crear corredores florísticos transfronterizos.• Proponer que el diseño sea lo menos agresivo (reducir la franja que utilizaría la construcción del muro).• Restaurar, terminando la construcción, con especies nativas en áreas afectadas por la construcción, y con técnicas de descompactación del suelo y control de erosión.• Compensar el daño ocasionado.

Impacto

Descripción

Información disponible

Vacíos de información o investigación

Soluciones a los vacíos de información e investigación

Posibles soluciones a los impactos potenciales

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Impactos potenciales a la flora

V. Alteración de las comunidades vegetales por cambio de los flujos hídricos y remoción

de suelo

El agua juega un papel importante en la dis-persión de semillas y propágulos vegetales. La modificación o interrupcón de dichos flujos afectarán los patrones de dispersión existentes. La remoción de suelo genera un cambio en la estructura del mismo que puede, a su vez, afec-tar la composición y abundancia de la comuni-dad vegetal presente en el sitio afectado.

• Impedir la modificación de los patrones hí-dricos en las microcuencas y permitir drenes que respeten tales patrones.• No modificar la topografía (geomorfología) del área.• Buscar alternativas a la construcción del muro. • Crear corredores florísticos transfronterizos.• Proponer que el diseño sea lo menos agresivo (reducir la franja que utilizaría la construcción del muro).• Restaurar, terminando la construcción, con especies nativas en áreas afectadas por la construcción, y con técnicas de descompactación del suelo y control de erosión.• Compensar el daño ocasionado.

VI. Alteración del microclima

La remoción de la vegetación natural tiene un impacto sobre la proporción de calor en el suelo, sobre la absorción y la evaporación de agua, generando alteraciones en el microcli-ma (temperatura, humedad relativa, albedo, precipitación, corrientes de aire, etc).

Existe suficiente información teórica publi-cada al respecto.

• Buscar alternativas a la construcción del muro. • Crear corredores florísticos transfronterizos.• Proponer que el diseño sea lo menos agresivo (reducir la franja que utilizaría la construcción del muro).• Restaurar, terminando la construcción, con especies nativas en áreas afectadas por la construcción, y con técnicas de descompactación del suelo y control de erosión.• Compensar el daño ocasionado.

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Riesgos ecológicos de la construcción del muro

riesgos ecológicos de la construcción del Muro fronterizo

Hugo Riemann

Durante la última década, los esfuerzos de conservación han llevado a identificar aquellas regiones de elevada riqueza biológica que por efecto de las actividades humanas presentan un alto riesgo de pérdida

de especies. Esas regiones, conocidas como Hotspots, se localizan en distintos ecosistemas del planeta (Myers et al. 2000). De las 34 que actualmente se tienen delimitadas, tres se distribuyen en México (Conservation International 2007). La Mesoamericana, la Provincia Florística Californiana y la Región Madreana. Las dos últimas cruzan la frontera norte de nuestro país. La Provincia Florística Californiana (PFC) se distribuye a lo largo de más 293,800 km² desde el sur del estado de Oregon y abarca gran parte del estado de California y la parte noroeste del estado de Baja California. Esta provincia florística se caracteriza por su diversidad de comunidades, entre los que se encuentran bosques de coníferas, pastizales, humedales, matorrales costeros y chaparrales, para men-cionar los más conspicuos. La riqueza vegetal se estima en aproximadamente 3,488 especies, de las cuales 61% tiene su distribución circunscrita a esta parte del planeta. Algunas de estas especies endémicas se presentan en más de un tipo de comunidad y son de distribución amplia dentro de la provincia florís-tica. Sin embargo, una importante proporción presenta áreas de distribución restringida a cientos, o inclusive decenas de kilómetros cuadrados, lo que las pone en riesgo de desaparición por efecto de los cambios en el uso del suelo. La región que abarca el suroeste del estado de California y noroeste de Baja

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Ecosistemas108

California presenta tipos de vegetación de dunas costeras, matorral costero y chaparral. Algunas de las especies que se localizan en estas comunidades a ambos lados de la frontera internacional, como las cactáceas Bergerocactus emoryi y las compuestas Hazardia orcuttii, Adenothamnus validus, están pro-puestas a integrarse como especies sujetas a protección especial dentro de la Norma Oficial Mexicana de especies en riesgo debido a la acelerada pérdida de su presencia en comunidades naturales.

La región Madreana se extiende principalmente a lo largo de las cordilleras de las Sierras Madre Oriental, Occidental y eje Neovolcánico, desde el estado de Chiapas en el sureste del país hasta el sur de los estados de Arizona, Nuevo México y Texas, donde se distribuye en más de 40 cumbres o “islas del cielo”. Una proporción importante de estas cumbres forman parte de la red de áreas protegidas del sur de los Estados Unidos. En la península de Baja California ocupa las partes más elevadas de las sierras que atraviesan esta unidad fisio-gráfica (figura 1). Con una extensión mayor a los 461,200 km², contiene una cuarta parte de la flora mexicana. Esta región representa un corredor natural para especies migratorias del norte de Estados Unidos o Canadá (aves, mur-ciélagos o mariposas) que se reproducen en México. En la región Madreana se localizan 40% de las especies de pinos y más del 30% de las especies de encinos del mundo y un número estimado de 525 especies de aves.

Si bien los ecosistemas de mayor riqueza de especies en México están localizados en su porción sureste , las comunidades de bosques templados o de zonas áridas son los que presentan el mayor porcentaje de especies endé-micas. Los matorrales de la región Tamaulipeca y de los desiertos Sonorense y Chihuahuense, y los bosques de coníferas y encinos forman parte de un complejo de regiones florísticas que penetran hacia los estados de California, Arizona, Nuevo México y Texas, en lo que se ha denominado desde el punto de vista florístico, mega México (Rzedowski 1991).

El enorme capital biológico mexicano, que se refleja tanto en la riqueza de especies como en la diversidad de comunidades biológicas, y que sitúa a esta nación entre el grupo de los megadiversos, ha sido uno de los motores que ha impulsado a la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodi-versidad (CONABIO) a delimitar regiones prioritarias para la conservación. En este sentido se han establecido regiones terrestres, marinas, hidrológicas y de importancia para la conservación de aves. A la fecha, con base en su ca-pital biológico, los servicios ambientales que prestan o su importancia como corredores biológicos y el bajo deterioro en el que se encuentran, se tienen delimitadas 152 Regiones Terrestres Prioritarias para la conservación (RTP).

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Riesgos ecológicos de la construcción del muro

De los 3,141 km de longitud de la frontera internacional, 27% tiene colindancia con 11 de estas regiones (mapa 1 y cuadro 1, páginas siguientes).

Uno de los primeros efectos de la modificación del entorno natural es la fragmentación del paisaje; sus consecuencias se manifiestan en los distintos niveles de complejidad de los sistemas biológicos (cuadro 2). La apertura de caminos y carreteras; las actividades agrícola, silvícola, ganadera y minera; así como los asentamientos humanos ocasionan que las comunidades biológicas que en condiciones naturales presentaban una distribución continua a lo largo de gradientes naturales, se fragmenten y presenten un grado de aislamiento parcial o total formando parches que ya no son muestras representativas de las comunidades originales y que han perdido gran parte de sus características distintivas.

El cúmulo de conocimientos que la ciencia ecológica engloba desde la perspectiva tanto teórica como práctica nos permite elaborar escenarios de las posibles consecuencias de la modificación del entorno fronterizo en el contexto de la construcción de un muro y sus repercusiones a largo plazo.

El número de especies que una comunidad contiene responde no sólo a la conjugación de factores históricos y ambientales; se relaciona también con el área que ésta ocupa. Los modelos de Olof Arrhenius (1921), posteriormente reelaborados por el ecólogo americano Frank W. Preston (1948, 1962), forman parte del sustento teórico que ha permitido explicar esta relación entre área y riqueza de especies. Con la fragmentación del paisaje natural las comuni-dades biológicas que éste contiene pierden unidad, formando un mosaico de parches de tamaño diverso y con un grado de aislamiento entre sí que puede ser parcial o total, y que dependerá de la capacidad de dispersión o desplazamiento de las especies que contienen. A medida que la fragmentación aumenta y los parches son más pequeños, disminuye el número de especies al interior de cada parche de vegetación, y además, la riqueza de especies de todos los parches será menor a la que contenía la comunidad original. Las primeras poblaciones en desaparecer son las de individuos que: a) requieren amplios territorios para alimentarse y mantener una población reproductiva como es el caso de los felinos y osos y b) aquéllas cuyas especies se catalogan como “raras”, por el reducido tamaño de sus poblaciones. La desaparición de depredadores promueve la proliferación de las poblaciones de roedores que inciden no sólo sobre la comunidad vegetal sino también afectan la economía agrícola regional y promueven el aumento de especies que se consideran noci-vas o peligrosas como coyotes y víboras cascabel, sus depredadores naturales. El aumento de las especies de roedores puede convertirse en un riesgo a la

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Ecosistemas110

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Ecosistemas114

salud humana, como en el caso de la enfermedad de Lyme, producida por la espiroqueta Borrelia burgdorferi y transmitida por garrapatas del género Ixodes, que parasita aves y mamíferos (Allan et al. 2003).

La fragmentación de las poblaciones en núcleos aislados repercute en sus características genéticas. El aislamiento de pequeños grupos reproductivos eleva la tasa de reproducción entre individuos emparentados permitiendo la aparición de caracteres no deseados, lo que es preocupante en especies de importancia biológica y económica.

La disminución en el tamaño de las poblaciones animales o su aisla-miento ocasionado por la fragmentación del paisaje, reduce la frecuencia de encuentros entre individuos reproductivos. Consecuencia de ello es que las poblaciones abaten su tasa de reproducción a niveles de los que no se pueden recuperar. Los individuos jóvenes prereproductivos y reproductivos disminuyen en número, las poblaciones se vuelven seniles, y aun cuando és-tas sigan persistiendo en los parches remanentes de hábitat natural, su baja o nula capacidad reproductiva las destina a desaparecer al no existir individuos jóvenes que mantengan la pirámide poblacional en equilibrio.

Con la fragmentación del paisaje surgen condiciones de borde previamen-te inexistentes. A lo largo de los linderos, el entorno natural sufre drásticas modificaciones, la remoción de la vegetación original, la compactación y la contaminación del suelo promueve la introducción de especies no repre-sentativas de la biota original. El área lindero forma una red interconectada de condiciones alteradas que son propicias para la dispersión de especies nocivas, agresivas y de difícil erradicación, que modifican las condiciones naturales e impactan la economía regional. La alteración del entorno natural a lo largo de los bordes forma un gradiente desde el lindero hacia el interior. A medida que el paisaje se fragmenta en parches más pequeños la condición de borde alcanza las zonas núcleo, modificando de manera permanente la comunidad original.

La transformación del paisaje por el efecto de obras de ingeniería altera el drenaje natural cambiando el curso de cauces y arroyos estacionales. También promueve la pérdida de suelo por erosión que se acumula en las partes bajas, azolvando vasos y represas, en las que se establecen comunidades estacionales de vegetación y que representan sitios de refugio, pernocta y anidación de aves migratorias.

Los efectos de la fragmentación del paisaje pueden no ser perceptibles de manera inmediata, sin embargo, estos son casi siempre irreversibles y conforman una concatenación de factores causales que se van sucediendo en

Page 115: Una Barrera A

115

Riesgos ecológicos de la construcción del muro

el tiempo y que tienen como consecuencia la pérdida de capital biológico y la disminución en la capacidad de los ecosistemas para suministrar bienes y servicios.

Aun cuando en el futuro se diese un proceso para eliminar el muro fronte-rizo, sus efectos permanecerían por largo tiempo, e inclusive algunos de ellos serían permanentes y quedarían como una cicatriz más que las decisiones políticas imprimen sobre nuestro planeta.

bibliografía

Allan, B., F. Keesing y R. Ostfeld. 2003. Effect of Forest Fragmentation on Lyme Disease Risk. Conservation Biology 17: 267-272.

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Para mayor información, consultar el sitio de Conservation Internacional, 2007, Biodiversity hotspots. Disponible en: http://www.biodiversityhotspots.org/xp/Hotspots.

Page 116: Una Barrera A
Page 117: Una Barrera A

117

Las ecoregiones de la frontera norte

las ecorregiones de la frontera

norte de México

César Cantú, Patricia Koleff y Andrés Lira-Noriega

introducción

México, Estados Unidos de América (EE.UU.) y Canadá, conforman el subcontinente América del Norte cuyo vasto territorio (21,315,221 km2) se extiende desde la zona intertropical hasta el ártico (15° a

los 85° de latitud Norte). En él hay un amplio gradiente latitudinal, con una compleja orografía y una gran diversidad de ambientes, formando un com-plejo mosaico ecológico. Muchos de sus ecosistemas se extienden entre estos países formando un continuum por lo que muchas especies de organismos son comunes a sus territorios.

En la zona de contacto entre México y EE.UU. convergen dos regiones biogeográficas, la Neártica, que avanza desde el norte, y la Neotropical, que avanza desde el sur. Ello, en buena medida, determina la presencia de una gran diversidad de organismos y ecosistemas (Rzedowski 1991), razón por la cual ambas naciones forman parte de los 17 países considerados megadiversos a nivel global (Mittermeier et al. 1999). En dicha zona de contacto convergen las serranías oriente y occidente, y se comparten dos de los grandes desiertos de Norteamérica, el Sonorense y el Chihuahuense, reconocidos por el elevado nivel de endemismos (Rzedowski 1991).

Las ecorregiones nos permiten contar unidades geográficas que comparten una gran mayoría de sus especies y dinámicas ecológicas, y reúnen condiciones

Page 118: Una Barrera A

Ecosistemas118

ambientales similares donde ocurren interacciones ecológicas de las cuales depende su persistencia a largo plazo (CCA 1997). Éstas pueden definirse a distintas escalas anidadas, que agrupan unidades similares desde biomas (como desiertos y bosques), hasta unidades definidas por características geomorfoló-gicas, tipos de vegetación y composición de especies. A escala del subcontiente, son 15 las ecorregiones de nivel 1 z escala 1:40-50 millones; 52 las de nivel 2, z escala 1:20-30 millones, y 200 las de nivel 3, estas últimas z escala 1: 2-4 millones (CCA 1997). México ha avanzado en definir el nivel 4 (N4), identificando 96 ecorregiones a escala 1:1 millón (INEGI-CONABIO-INE 2007).

Las unidades ecorregionales han sido utilizadas en los últimos años para definir las prioridades de conservación a escala global y regional. El objetivo es proteger la mayor cantidad de áreas representativas con elementos especiales, y asegurar la persistencia de poblaciones y procesos ecológicos (Dinerstein et al. 1995; Olson et al. 2001; Olson y Dinerstein 2002; Loucks et al. 2003; Hoekstra et al. 2005; Balmford et al. 2005; Burgess 2006). Por ejemplo, Olson y Dinerstein (2002) seleccionaron 200, de un total de 867, como ecorregio-nes terrestres prioritarias a nivel mundial. Entre éstas destacan 142 como sobresalientes a escala global, regional, biorregional o local, 72 de las cuales son consideradas críticas o amenazadas, 39 vulnerables, y 28 relativamente estables o intactas.

México sobresale entre los países de América con mayor superficie priorita-ria para la conservación. Destacan cinco de las seis ecorregiones consideradas como prioritarias: chaparral y bosques de California, desiertos de Sonora y Baja California, bosques de pino y encino de las Sierras Madre Oriental y Occidental, bosques secos mexicanos del sur, y los desiertos Chihuahuense y de Tehuacán (Olson y Dinerstein 2002). Estas cinco ecorregiones se loca-lizan principalmente en México, aunque se extienden más allá de la frontera geopolítica, hasta territorio estadounidense.

En seguimiento al Programa de Trabajo de áreas protegidas, acordado en 2004 en la séptima reunión de las partes del Convenio de Diversidad Biológica, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONA-BIO), en colaboración con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), ha coordinado los análisis de vacíos y omisiones de conservación de las ecorregiones N4 (veánse detalles en Koleff et al. en revisión).

Con base en los resultados del estudio a escala nacional, el presente tra-bajo tiene como objetivo determinar los niveles de representatividad de las 16 ecorregiones N4 que entran en contacto con la zona fronteriza de EE.UU. (cuadro 1, figura 1), en relación con las 13 áreas protegidas (AP) (diez de

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119

Las ecoregiones de la frontera norte

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jurisdicción federal y tres estatales) a lo largo de la frontera y a la cobertura de los tipos de vegetación natural primaria (cuadro 2, figura 2) que existe en estas ecorregiones fronterizas.

Métodos

Se siguió el método desarrollado en el programa de análisis de vacíos y omi-siones de conservación (GAP, por sus siglas en inglés; Scott et al. 1993), que consiste en determinar el nivel de representatividad en las AP de las ecorre-giones que entran en contacto con la frontera norte de México, trazando como límite máximo para el análisis el área comprendida hasta 100 km dentro en territorio nacional. En el análisis se incluyeron solamente aquellas AP mayores a 100 ha (Conanp-CONABIO sin publicar). Además, se evaluó el nivel de representatividad considerando la cobertura de vegetación, una variable de gran importancia tanto para evaluar los sesgos en la representatividad de los sistemas de AP como para identificar prioridades para la conservación. Para esto se usó la cobertura más reciente de uso del suelo y vegetación (Serie III, INEGI, 2005). Todas las coberturas digitales fueron combinadas y analizadas con el programa ArcViewTM versión 3.2.

Para los propósitos de este trabajo, se consideró como umbral de la meta de conservación la proporción actual del territorio nacional protegido (11.4%), para determinar cualquier cifra menor como omisión de conservación. Es decir, las ecorregiones o tipos de vegetación con valores menores a 11.4% de su superficie decretada como AP son omisiones mientras que aquéllas no cubiertas por ninguna AP se consideran vacíos.

resultados y discusión

Para la zona fronteriza de 100 km hay un total de 16 ecorregiones N4, de las 96 registradas para México, que están en contacto con los EE.UU. Estas eco-rregiones en toda su extensión suman 72,580,600 ha, que representa 32.3% de la extensión total del país. Las ecorregiones que destacan por su extensión son: 10.2.4.1, Planicies del centro del Desierto Chihuahuense con vegetación xerófila micrófilo-halófila; 13.2.1.1, Sierra con bosques de coníferas, encinos y mixtos; y 12.1.2.1, Piedemontes y Planicies con pastizal, matorral xerófilo y bosques de encinos y coníferas. Dichas ecorregiones se engloban en las Grandes Planicies y Desiertos de Norteamérica, California Mediterránea, y Elevaciones Semiáridas Meridionales, extendiéndose a lo largo de México y

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Ecosistemas126

EE.UU., por lo que comparten áreas de distribución de un gran número de especies, muchas de las cuales se encuentran en riesgo de extinción debido a las fuertes amenazas que enfrentan (US EPA-SEMARNAP 2001). Dos eco-rregiones son exclusivas de la región fronteriza: 11.1.1.2, Sierras y Lomeríos con bosques de coníferas, encinos y mixtos; y 10.2.4.3., Planicie aluvial de la cuenca del Río Bravo-La Cochina con vegetación xerófila, las cuales son, por tanto, endémicas a esta región (cuadro 1, figura 1).

Dos grandes regiones que cubren una gran extensión del territorio mexica-no en la frontera norte han sido identificadas a escala mundial como hotspots. Así se definen los lugares con mayor riqueza biológica y más amenazados en el mundo (Mittermier et al., 1999), con un nivel insuficiente de protección en relación con la biodiversidad que albergan. Tal es el caso de la Provincia Florística de California, que se extiende desde California, en los EE.UU., hasta la parte más norteña de la Península de Baja California y de los bosques de pino-encino del Madroterciario, que incluyen las sierras Madre Oriental y Occidental y sus extensiones dentro del territorio estadounidense.

En cuanto a la protección de la biodiversidad en México, actualmente existen 382 AP, (123 federales, 247 estatales y 12 municipales) que cubren 11.4% del país. De éstas, 13 (10 federales y 3 estatales) se encuentran dentro de las ecorregiones que se extienden hasta la zona fronteriza, cubriendo un total de 2,126,703 ha, es decir, 9% de la región de estudio, por debajo de la media nacional protegida (11.4%) (figura 1). Estos datos resaltan la impor-tancia de incrementar los esfuerzos de conservación, así como de fomentar o fortalecer los esfuerzos transfronterizos, ya que a pesar de que en la región existen AP relativamente grandes (e.g. Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado; y Cuenca del Río Álamo), hay tres ecorregiones que son vacíos de conservación: 10.2.4.3, Planicie aluvial de la cuenca del Río Bravo-La Cochina con vegetación xerófila; 11.1.1.2, Sierras y Lomeríos con bosques de coníferas, encinos y mixtos; y 12.1.2.1, Piedemontes y Planicies con pastizal, matorral xerófilo y bosques de encinos y coníferas. Dichas ecorregiones representan 5.2% de la superficie total de las 16 ecorregiones. Asimismo, ocho ecorregiones son omisiones de conservación, y su extensión equivale a 69% de la extensión total de las ecorregiones fronterizas (cuadro 1, figura 1).

La cubierta digital de Uso del Suelo y Vegetación de la Serie III (INEGI 2005) para la República Mexicana registra un total de 96,969,388 ha de ve-getación primaria, es decir, 48% de la extensión del país, de las cuales 17.6% se encuentran en las ecorregiones de la zona fronteriza norte (Fig. 2). Sin embargo, la cobertura de vegetación primaria abarca 73% de la superficie si

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Las ecoregiones de la frontera norte

se consideran las 23,427,654 ha que cubren las 16 ecorregiones de estudio. Esto significa que esta región del país tiene un mejor grado de conservación respecto al resto de México, ya que a nivel nacional la cobertura de vegetación primaria considerando el territorio completo del país, en AP, es 5.7%, mientras que en las ecorregiones de la frontera norte es 9.6% (cuadro 2, figura 2).

Por otra parte, dos de los tipos de vegetación primaria (matorral rosetófilo costero y palmar natural) no están incluidas en las AP de las ecorregiones de estudio. Estas comunidades vegetales suman 2,100 ha, menos de 0.1% de la extensión total de las ecorregiones fronterizas. Por otro lado, nueve de las comunidades vegetales son omisiones de conservación, cuya extensión total de 13,582,226 ha representa 79.4% del territorio que comprende las ecorregiones de la frontera norte (cuadro 2, figura 2).

conclusiones

La continuidad de los sistemas ecológicos entre México y los EE.UU. es una condición natural, ajena a los límites políticos artificiales establecidos. La fragmentación de las ecorregiones que se extienden entre ambos países, compartiendo ambientes y biota comunes, es una amenaza que pone en riesgo su estabilidad ecológica. De hecho, áreas protegidas como el parque nacional Big Bend, buscan la conservación más allá de las fronteras. En este sentido la identificación de esfuerzos de cooperación transfronterizos han cobrado im-portancia y señalan la necesidad de apoyar la conservación de la biodiversidad en la zona limítrofe entre ambos países (US EPA-SEMARNAP 2001).

Los procesos biológicos fundamentales (dispersión, migración, reproduc-ción, etc.) para muchas especies de distribución transfronteriza se verán altera-dos por la presencia del muro que se pretende construir. La interrupción de las ecorregiones que comparten espacios entre México y EE.UU. es un poderoso agente de disturbio sin posibilidades de mitigación que alterará la estabilidad ecológica de la región. Los impactos ecológicos de dicha obra ponen en riesgo la biodiversidad de la región y consecuentemente el patrimonio natural, no sólo de los mexicanos o estadounidenses, sino de la humanidad en su conjunto.

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Prioridades para la conservación de la biodiversidad

Prioridades Para la conservación de la biodiversidad en la frontera norte de México

Patricia Koleff, Andrés Lira-Noriega, tania Urquiza y Eduardo Morales

la biodiversidad en la frontera norte de México

Pese a la imagen tan difundida de desiertos inhóspitos y sin vida, la región más norteña de México, que tiene su frontera con los Estados Unidos de América (EE.UU.), corresponde a una zona con gran diversidad de espe-

cies y ecosistemas entre los que destacan los desiertos Sonorense y Chihuahuense, y los humedales como el Delta del Río Colorado y la Laguna Madre.

El Convenio de La Paz, firmado en 1983, estableció que la franja fronteriza del lado mexicano se extiende desde la frontera internacional Mexico-EE.UU. hasta una línea imaginaria ubicada a 100 kilómetros al sur de la misma EE.UU. (Chávez y Suárez 1998). En esta zona se tienen registradas hasta la fecha en el Sistema Nacional de Información sobre Biodiversidad (SNIB) 4,052 especies de plantas, de las cuales 3,874 son plantas vasculares, que representa alrededor de 18% de la flora vascular conocida para México (Villaseñor 2003). Además, se han registrado 44 especies de hongos, 454 especies de invertebrados, prin-cipalmente crustáceos, 260 especies de peces y 1,870 especies de vertebrados terrestres (44 anfibios, 184 reptiles, 1,467 aves y 175 mamíferos). Esta biodi-versidad es extremadamente alta aún cuando existen sesgos importantes en el conocimiento más detallado de la región (mapa 1).

Por la biodiversidad que alberga la zona, y en particular los altos niveles de endemismo de diversos grupos de organismos, se han decretado importantes

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Ecosistemas132

áreas protegidas (AP), como las del Alto Golfo de California, El Pinacate y Gran Desierto de Altar, Laguna Madre y Delta del Río Bravo, Maderas del Carmen, y Cañón de Santa Elena, entre otras. La biodiversidad documentada en las AP en la franja fronteriza reporta 85 especies de plantas y animales en peligro de extinción, así como 450 especies raras o endémicas, y otras 700 especies migratorias neotropicales; podemos citar como ejemplos al pez ca-chorrito del desierto (Cyprinodon macularis), el águila real (Aguila chrysaetos) y las culebras endémicas Natrix erythrogaster transversa y Coluber constrictor stnegerianus (Chávez Alzaga et al. 1998).

En el contexto de la biodiversidad de la frontera del norte (FN) de Méxi-co, el área se extiende a lo que Rzedowski (1991) denominó “Megaméxico 1”, que abarca todo el territorio nacional e incluye además las zonas áridas sonorense, chihuahuense y tamaulipeca que se extienden en los EE.UU., y que corresponde a un intento por describir de manera integrada la riqueza, los endemismos y los procesos biogeográficos en donde los procesos evolutivos han dado origen a una flora moderadamente rica y de formas biológicas es-pecializadas. Este concepto resulta útil para entender el fenómeno de combi-

Mapa 1. Registros georreferenciados de ejemplares en la frontera México - EE.UU. para diferentes

grupos taxonómicos en el SNIB (entre paréntesis se indica el número de registros): hongos (223);

plantas: algas (491), briofitas (20), pteridofitas (248), gimnospermas (328), angiospermas (15,874);

invertebrados: artrópodos (642), crustáceos (723), otros invertebrados (176); vertebrados: peces

(3,411), anfibios (1,554), reptiles (8,212), aves (8,340), mamíferos (3,678). Del número total de

especies registradas 68 son endémicas y 235 se encuentran enlistadas en alguna categoría de

riesgo en la NOM-059-SEMARNAT-2001

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133

Prioridades para la conservación de la biodiversidad

nación de efectos boreales y meridionales, tanto en la flora como en la fauna en términos de diversificación de especies y en la determinación de taxones de distribución restringida. Esto significa que se comparten muchas especies en la frontera de México-EE.UU. dado que la distribución de éstas no está asociada a divisiones políticas sino a las condiciones fisiográficas, climáticas y edáficas, entre otras.

los retos de la conservación transfronteriza

Las prácticas de conservación se deben realizar a nivel del ecosistema para poder proteger a la biodiversidad de una manera más eficiente, por lo que es necesario trascender los límites de las AP y las fronteras políticas (Zbicz 2003). Específicamente, en la frontera México-EE.UU. se pueden citar varios ejemplos en donde la cooperación binacional se vuelve imprescindible para la protección de especies raras y amenazadas (Hernández et al. 2006, Wolf et al. 2006) ya que se han registrado 31% de las especies enlistadas como amenazadas en los EE.UU. mientras que México reporta 85 especies en peligro de extinción en esta región; consecuentemente, la conservación en la FN representa un gran reto (van Schoik 2005). Entre las amenazas que enfrentan estas especies se encuentra el acelerado crecimiento industrial y urbano desde 1960 (Purcell et al. 2005), tanto en ciudades fronterizas de México (e.g. Mexicali, Tijuana, Ciudad Juárez) como en los Estados Unidos de América (e.g. San Diego, el Paso, Brownsville). Esta frontera representa una zona de gran actividad eco-nómica, la cual ha promovido un desarrollo muy importante para la región incrementado el flujo de habitantes entre ambos países; sin embargo, asociado a este fenómeno se han presentado impactos negativos sobre el ambiente como asentamientos humanos irregulares, la contaminación de los mantos freáticos y el consecuente impacto sobre los recursos naturales.

Otra grave amenaza la constituyen las especies exóticas invasoras. Particu-larmente los ecosistemas áridos y semiáridos del norte han sufrido mayores invasiones de especies exóticas en el país, tales como el zacate buffel (Penni-setum ciliare), el cedro salado o tamarisco (Tamarix ramosissima) y diversas especies de peces que han desplazado a poblaciones de flora y fauna nativas (Chávez Alzaga et al. 1998, Glenn et al. 2005, Franklin et al. 2006).

Estas amenazas, aunadas a la propuesta norteamericana de construir un muro fronterizo, generarán mayor fragmentación de los ecosistemas y traerán consigo importantes deterioros en las comunidades de plantas y animales, impidiendo el libre movimiento de poblaciones silvestres entre México y los

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Ecosistemas134

EE.UU. (Cohn 2007) al eliminar corredores biológicos y ecosistemas, lo que pone en estado crítico su conservación a largo plazo. Las barreras físicas ,como los muros y los cercos, ponen en riesgo a muchas poblaciones de animales. Se ha documentado, por ejemplo, que los cercos veterinarios que cubren miles de kilómetros en Botswana han causado la elevada mortandad de animales silvestres con reducciones importantes en las poblaciones en los últimos 20 años (Mbaiwa et al. 2006). También se ha demostrado una alta mortalidad en aves a causa de los cercos (Baines et al. 2007), en particular para las no vola-doras o aquéllas que usan estratos bajos de la vegetación. Más aún, el muro en la frontera mexicana, además de fragmentar a las poblaciones bióticas, tiene el potencial de afectar el comportamiento y ritmo circadiano* de animales silvestres y la fisiología en plantas (Grigione et al. 2004, Rich et al. 2006) por el efecto del alumbrado nocturno.

Métodos de identificación de sitios Prioritarios Para la conservación en la frontera norte

Para identificar los sitios prioritarios en la FN se usó el programa marxan, versión 1.8,, el cual con base en métodos de optimización, selecciona sitios donde hay más especies y ecosistemas de interés para la conservación, consi-derando simultáneamente las principales amenazas que enfrentan, en el menor área posible (Ball et al. 2000). El análisis se llevó a cabo usando una rejilla de unidades muestreales de 256 km2 a escala nacional, garantizando que se cumplieran las metas asignadas para todas las especies y tipos de vegetación seleccionados. Aquí se presentan los resultados de las unidades (n =1,087) que intersectaron con la zona fronteriza de 100 km.

Para establecer las metas deseadas para la conservación in situ de cada es-pecie y tipo de vegetación que deben ser prioridades se consideraron diversos criterios que fueron discutidos en talleres con especialistas organizados por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) en los que se analizaron más de 2,546 coberturas y se seleccionaron 1,450 para llevar a cabo los análisis. Para eliminar sesgos en los datos de colecciones (como los descritos en la figura 1) se usaron coberturas de la distribución potencial para especies de vertebrados terrestres y de plantas en la nom-059-Semarnat-2001 (cuadro 1). Las metas de conservación se expresaron en proporción del

* Los ritmos circadianos son aquellos ritmos biológicos que tienen una frecuencia próxima a la diaria, es decir, entre 20 y 28 horas.

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Prioridades para la conservación de la biodiversidad

Cuadro 1. Ejemplos de especies de vertebrados terrestres en los sitios de alta y muy alta prioridad

para la conservación de la biodiversidad en la frontera norte de México

Grupo Nombre científico Nombre común

Anfibios Notophthalmus meridionalis salamdra Urosaurus nigricaudus lagartija arbolera Sauromalus ater iguana Heloderma suspectum monstruo de Gila Crotalus enyo víbora de cascabel Crotalus exsul víbora de cascabel Apalone spinifera tortuga de caparazón blando Lepidochelys kempii tortuga golfina Chelonia mydas tortuga verde Caretta caretta caguamaAves Crotophaga sulcirostris garrapatero pijuy Spizastur melanoleucus águila blanquinegra Thryomanes bewickii chivirín cola oscura Salpinctes obsoletus chivirín saltaroca Nucifraga columbiana cascanueces americano Laterallus jamaicensis polluela negra Euptilotis neoxenus trogón orejón Colinus virginianus codorniz coutí Colaptes auratus carpintero de pechera Melospiza melodia gorrión cantor Carpodacus mexicanus gorrión mexicano Caracara plancus caracara quebrantahuesos Cairina moschata pato real Rhynchopsitta pachyrhyncha cotorra serrana Amazona viridigenalis loro tamaulipeco Ara militaris guacamaya verde Ara macao guacamaya roja Gymnogyps californianus cóndor de CaliforniaMamíferos Panthera onca jaguar Leopardus wiedii tigrillo Leopardus pardalis ocelote Ursus americanus oso negro americano Ursus arctos oso plateado Antilocapra americana berrendo Canis lupus lobo gris americano Erethizon dorsatum puerco espín Tamiasciurus mearnsi ardilla de San Pedro Mártir

(Continúa)

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Ecosistemas136

Cuadro 1. Ejemplos de especies de vertebrados terrestres en los sitios de alta y muy alta prioridad

para la conservación de la biodiversidad en la frontera norte de México (continúa)

Grupo Nombre científico Nombre común

Sciurus arizonensis ardilla gris Leptonycteris nivalis murciélago Geomys personatus tuza Neotoma macrotis rata magueyera Microtus californicus ratón Scalopus aquaticus topo Scapanus latimanus topo ciego

área geográfica de distribución del taxón o tipo de vegetación, y se definieron criterios para establecer sus valores, tales como la endemicidad y tamaño del área de distribución, categorías de riesgo en listas de especies amenazadas de la nom-059-Semarnat-2001 o la UICN, o bien si son sujetas de protección por la Convención Internacional de Tráfico de Especies Silvestres (CITES). Las metas de conservación más altas fueron asignadas a los taxones y tipos de vegetación con áreas de distribución más restringida o aquéllas con mayores amenazas; por ejemplo, en la FN destacan el cóndor de California (Gymnogyps californianus), la nutria (Scalopus aquaticus) y el matorral crasicaule y el bosque de táscate primarios, que ocupan menos de 1% del territorio nacional (véanse detalles de la metodología descrita en Koleff et al. en revisión).

Una de las ventajas de este análisis es la factibilidad para seleccionar sitios viables para tratar de garantizar la permanencia de las especies y los ecosis-temas. La factibilidad se evalúa mediante la cuantificación de amenazas a la biodiversidad en cada unidad de muestreo y puede incluir la actual y futura modificación de los paisajes en variables como uso de suelo, tasas de defo-restación e infraestructura humana (Chan et al. 2006). Se seleccionaron 21 variables de amenazas a la biodiversidad que se jerarquizaron asignándoles valores de acuerdo a su impacto (véanse detalles en Koleff et al. en revisión), dando el mayor peso a los factores de cambio de cobertura, uso de suelo y fragmentación de la vegetación primaria, que se han reconocido como las mayores amenazas (Wiegand et al. 2005), alterando la diversidad y composi-ción biótica, así como importantes procesos ecológicos como el reciclaje de nutrientes y la polinización (Laurance et al. 2002).

Finalmente, se realizó un análisis de ordenación para comprender la re-lación entre sitios de muy alta prioridad para la conservación con respecto a la composición de especies, utilizando el programa pc-ord (McCune et al.

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Prioridades para la conservación de la biodiversidad

1999). Estos sitios fueron identificados por ecorregión N4 (INEGI-Conabio-INE 2007) como un criterio de unificación ecológico para tratar de identificar la existencia de asociaciones con dichas unidades.

análisis de las Prioridades de conservación en la frontera norte

Las AP en la franja fronteriza cubren 9.39% de su área; este porcentaje se encuentra por debajo de 12% referido como la superficie que un país míni-mamente debe tener en reservas ecológicas (Rodrigues et al. 2004).

El programa de optimización permitió identificar 208 sitios prioritarios, de los cuales 85 son de muy alta prioridad, ya que en ellos hay elementos únicos para poder alcanzar las metas de conservación y comprenden 7.82% del total de las unidades muestreales en la franja fronteriza. El siguiente con-junto corresponde a 123 sitios de alta prioridad que incrementan a 19.14% la superficie prioritaria (mapa 2). Sin embargo, sólo 8.65% del total los 208 sitios prioritarios (1.65% del área total en la franja fronteriza) están bajo la protección de AP federales, estatales y municipales.

Estos sitios se traslapan con las áreas de importancia para la conservación de las aves (AICA, 19.13%,), las regiones hidrológicas prioritarias (RHP,

Mapa 2. Sitios de muy alta y de alta prioridad para la conservación de la biodiversidad en la frontera

norte de México. Se muestran las zonas con mayor cambio de uso de suelo (zonas de uso agrícola,

pecuario y forestal), las principales carreteras y las localidades de las principales poblaciones en la

frontera norte

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Ecosistemas138

26.05%) y las regiones terrestres prioritarias (RTP, 43.46%) (mapa 3). La mayor coincidencia se dio con las RTP, que reflejan amplias zonas de importancia para la biodiversidad e integridad ecológica funcional. Por ejemplo, algunas son regiones con endemismo florístico muy alto (RTP 10, 83), otras presentan los últimos remanentes de tipos de vegetación restringida o amenazada (RTP 9,10, 12) o tienen la presencia de especies endémicas, en peligro de extinción o de alto valor cinegético como el venado bura (Odocoileus hemionus), los osos (Urus arctos y U. americanus eremicus), el castor (Castor canadensis) y el águila real, entre otras especies (RTP 14, 41, 49, 72, 73, 83; véase Arriaga Cabrera et al. 2000).

Por otro lado, los sitios de muy alta prioridad que no coincidieron con ninguna AP, RTP, RHP o AICA también destacan por tener tipos de vegetación primaria restringida o amenazada (e.g. chaparral, bosques de pino, encino y táscate) y se caracterizan por la alta riqueza de grupos taxonómicos (e.g. cactáceas, pinos, encinos y mamíferos endémicos) y la presencia de especies raras, endémicas o amenazadas que alcanzaron valores muy altos de metas de conservación, como el ciprés de Guadalupe y el cóndor de California.

En los sitios de alta y muy alta prioridad se identificaron 168 especies de vertebrados terrestres que destacan por su rareza y endemicidad, ya sea porque sus áreas de distribución son muy pequeñas en toda la extensión del

Mapa 3. Sitios de muy alta y de alta prioridad para la conservación de la biodiversidad en la

frontera norte de México y las áreas protegidas (AP), regiones terrestres prioritarias (RTP), áreas de

importancia para la conservación de las aves (AICA) y regiones hidrológicas prioritarias (RHP)

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Prioridades para la conservación de la biodiversidad

territorio mexicano, porque tienen distribuciones limítrofes y apenas abarcan una pequeña porción del territorio en el norte, o porque se encuentran en alguno de los listados de especies en la nom-059-Semarnat-2001, la UICN o CITES. Algunos ejemplos se muestran en el cuadro 2. Faltaría agregar varias especies migratorias cuyo estado de conservación puede verse amenazado fuertemente por los cambios en el paisaje en la zona fronteriza. Se ha señala-do la importancia de trabajos de cooperación transfronteriza para asegurar la conservación de muchas de ellas, como lo muestra el trabajo de Wolf et al. (2006) sobre aves marinas en la costa oeste del borde. Algunas de las especies críticas que aquí señalamos han sido reconocidas en otros trabajos por ser especies que han recibido poca atención en su conservación (Ceballos et al. 1998, EPA-Semarnat 2005, Zamora-Arrollo et al. 2005).

Dentro del conjunto de las plantas en los sitios prioritarios destacan espe-cies de diversas familias (cuadro 2) y varios tipos de vegetación como los bos-ques de ayarín, encino, pino, encino-pino y táscate; el chaparral; los matorrales crasicaule, espinoso tamaulipeco, rosetófilo costero, sarcocaule y submontano; el mezquital; los pastizales halófilo y natural, la selva baja espinosa caducifolia

Cuadro 2. Ejemplos de especies de plantas en los sitios de alta y muy alta prioridad para la

conservación de la biodiversidad en la frontera norte de México

Familia Nombre científico Nombre común

Pinaceae Pinus muricata pino obispo Pinus catarinae piñón de Catraina Pinus johannis piñón blanco Abies guatemalensis abeto u oyamelCupressaceae Calocedrus decurrens cedro de incienso Cupressus guadalupensis ciprés de GuadalupeZamiaceae Dioon edule palma de la virgenMagnoliaceae Magnolia schiedeana magnoliaLauraceae Litsea glaucescens laurel silvestreBixaceae Amoreuxia wrightii botón de oroCactaceae Echinocereus lindsayi órgano-pequeño de Jaraguay Stenocereus eruca pitayo chirinola Ferocactus viridescens biznaga-barril verdosa Ferocactus chrysacanthus biznaga-barril de Isla de Cedros Ferocactus johnstonianus biznaga-barril del Ángel de la GuardaPalmae Brahea edulis palma de GuadalupeAgavaceae Agave polianthiflora mescalito Manfreda brunnea amole de huaco

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y la vegetación de desiertos arenosos y halófila, que se encuentran en formas primarias y secundarias, las cuales pueden ser importantes a considerar en estrategias de conservación.

Por otra parte, se requiere información sobre el estado de las poblaciones de la mayoría de las especies que aquí se enlistan para evaluar qué consecuen-cias puede tener en el corto plazo la construcción del muro fronterizo sobre la genética y viabilidad de las poblaciones. Indiscutiblemente, el cambio de hábitat en la zona fronteriza representa una amenaza para la evolución de los ecosistemas naturales. Se desconoce cómo pueden afectar los cambios en los elementos del paisaje, por ejemplo, debido a la incorporación de especies leñosas cuando existe la transformación de pastizales naturales a matorral o por el impacto de especies introducidas que alteren la composición de insectos u otros recursos para la fauna que depende de ellos (Hernández et al. 2006).

De acuerdo con el análisis de ordenación de los sitios de muy alta prioridad, la composición de especies que albergan estos sitios prioritarios a lo largo de la FN es diferente conforme nos movemos de este a oeste, y guarda una

Figura 1 (página siguiente). Análisis de ordenación (DCA) de los sitios de muy alta prioridad. Este análisis

permite ubicar los sitios de muestreo a lo largo de ejes cuantitativos con base en su composición de

especies. Los sitios que se encuentran cercanos en el diagrama tienen una composición similar. En el

eje 1, se aprecia un gradiente que representa un cambio en la composición de especies a lo largo de

la franja fronteriza de oeste a este. La mayor diferencia a lo largo de este eje se observa entre los sitios

que se encuentran en ecorregiones N4 (INEGI-CONABIO-INE 2007) del oeste y las del este del país. A

lo largo del eje 2 se aprecia una separación de los sitios que coinciden con zonas de planicies costeras

y humedales en el este de la franja (9.5.1.2 y 9.5.1.1) con respecto a las demás ecorregiones. Diez de

las 16 ecorregiones N4 fronterizas traslapan con los sitios de alta y muy alta prioridad; en orden oeste-

este son: 11.1.1.3 Lomeríos y planicies con matorral xerófilo y chaparral; 11.1.3.1 Sierras y Lomeríos

con bosques de coníferas, encinos y mixtos (de Juárez); 10.2.2.6 Desiertos del Alto Golfo (Altar, El

Pinacate, corredor Mexicali-San Felipe, cuencas de Asunción, Sonoyta y San Ignacio-Aribaipa); 12.1.1.1

Lomeríos y Planicies con matorral xerófilo, pastizal y elevaciones aisladas con bosques de encinos y

coníferas; 10.2.4.1 Planicies del centro del Desierto Chihuahuense con vegetación xerófila micrófilo-

halófila; 10.2.4.2 Lomeríos y sierras bajas del Desierto Chihuahuense Norte con matorral xerófilo,

micrófilo-rosetófilo ; 10.2.4.4 Elevaciones mayores del Desierto Chihuahuense con vegetación xerófila,

bosques de coníferas, de encinos y mixtos; 9.6.1.2 Lomeríos y sierras con matorral xerófilo y bosques de

encino; 9.5.1.2 Planicie Costera Tamaulipeca con vegetación xerófila o sin vegetación aparente; 9.5.1.1

Humedales de la Laguna Madre. Este ejercicio nos permite concluir que es indispensable considerar

los sitios de muy alta prioridad de cada una de de las ecorregiones para asegurar la conservación de

un mayor número de especies y de ecosistemas

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Prioridades para la conservación de la biodiversidad

estrecha relación con las ecorregiones N4 (figura 1). Este resultado sugiere que el enfoque de conservación no debe hacerse exclusivamente a través de sitios puntuales, sino considerando regionalizaciones que consideren criterios ecológicos y evolutivos para asegurar la continuidad de los procesos que en dicha región se presentan. En este sentido, se enfatiza la necesidad de mantener los flujos entre ecosistemas y ecorregiones libres de barreras artificiales.

a Manera de conclusión

Enfrentamos grandes retos de conservación de la biodiversidad en México, los cuales pueden acentuarse en la FN por la construcción del muro. En este

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Ecosistemas142

trabajo hemos mostrado que hay una gran diversidad en el norte del país que requiere que se refuercen las acciones para su conservación; en particular para numerosas especies que son exclusivas de esta región, pero también de las ecorregiones que se extienden más allá del territorio nacional.

La cooperación internacional ha sido recurrente en muchos de los traba-jos que aquí hemos citado para favorecer a la conservación de muchas de las especies que se distribuyen en esta zona, algunas de las cuales han sufrido drásticas reducciones en sus poblaciones en alguno de los dos países, por lo que se enfrentan retos aún mayores para mantenerlas viables.

Este trabajo muestra que una parte importante de la biodiversidad de México habita en la zona más norteña y que se requiere fortalecer su conser-vación y manejo, para lo cual los ejercicios de planeación son de gran utili-dad. Sin embargo, el muro no parece la solución más viable al problema de migración ilegal a los EE.UU. y los problemas ambientales asociados (Cohn 2007), pero sí una amenaza más a las que ya enfrentan la flora y fauna de la zona fronteriza de México.

agradeciMientos

Agradecemos a Rocío Esquivel, Ignacio March, César Cantú, Jorge Soberón, Gerardo Ceballos, Adolfo Navarro, Óscar Flores, Leticia Ochoa, Víctor Sán-chez-Cordero, Marcia Tambutti, Melanie Kolb, Pedro Díaz Maeda, Jesús Alar-cón y a quienes han integrado la información básica que ha sido fundamental para el análisis, especialmente a Juan Manuel Martínez, Elizabeth Moreno, Cecilia Fernández, Susana Ocegueda, Diana Hernández, Rocío Villalón y Ariadna Marín. También agradecemos al personal del SSIG de la Conabio y el apoyo en todas las tareas logísticas para el desarrollo de los talleres de Nubia Morales, Gloria Espinosa y Magali Santillán.

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Ambiente físico

Cuarta parte

CardónFoto: Claudio Contreras

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En esta sección se presenta una discusión sobre los posibles impactos que po-dría tener la construcción y operación del muro fronterizo sobre el ambiente físico, en particular agua, aire y suelo. Asimismo se incluye una descripción de los tipos de barrera física que ya se observan en la zona fronteriza y sus impactos asociados.

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Impactos potenciales al ambiente físico

Posibles iMPactos de la construcción y oPeración del Muro fronterizo sobre el aMbiente físico

discusión de esPecialistas

Juan Manuel Rodríguez Esteves y José Luis Castro Ruiz

introducción

La frontera entre México y Estados Unidos posee una extensión aproxi-mada de 3,185 km. entre Tijuana Baja California y Matamoros, Tamau-lipas. La construcción de una barrera física en esta región modificaría

de manera significativa el ambiente físico, el cual es producto de millones de años de evolución. Los principales impactos ambientales se presentarán de manera diferente en los componentes agua, aire y suelo, y sus efectos se ma-nifestarán directamente en la calidad y salud de la flora, la fauna y la sociedad fronteriza. En este apartado se presentan los principales impactos potenciales sobre el ambiente físico originados por la construcción del muro fronterizo entre México y Estados Unidos, de acuerdo a la discusión sostenida por los especialistas durante el Taller Técnico-científico sostenido en Tijuana.

PrinciPales iMPactos identificados

ComponEnTE agua

a. Obstrucción y modificación de los flujos de alivio, desagües y arroyos Al obstruir los cauces de ríos y arroyos, y en áreas donde se ha modificado

la red de drenaje natural, es frecuente observar estancamiento de agua, avenidas repentinas de agua e inundaciones provocadas por el agua de

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Ambiente físico148

lluvia o deshielo, con lo que se afecta tanto a los ecosistemas como a los asentamientos humanos y aumenta el riesgo de inundación en zonas de menor altitud. Adicionalmente, la obstrucción y modificación de cauces provoca el desvío de la escorrentía hacia las partes bajas, que muchas veces corresponde a las zonas de riego agrícola o asentamientos humanos.

b. Reducción de la capacidad de recarga de los acuíferos La reducción de infiltración provoca un rápido abatimiento de los acuíferos

y, con ello, la disponibilidad de agua para las comunidades.

c. Riesgos de inundación En zonas donde se han presentado desvíos de cauces sin las debidas obras

complementarias aumenta el riesgo de inundaciones, riesgo que se exacerba con el registro de lluvias intensas aguas-arriba de la cuenca.

d. Problemas de salud pública Al poco tiempo de estancamiento del agua en un cauce, empieza el proceso

de incubación de algunas especies de mosquitos y moscas trasmisoras de enfermedades diversas. Esto genera un problema de salud pública, espe-cialmente cuando se combina con altas temperaturas y deficiencias en la alimentación de las comunidades.

ComponEnTE airE

a. Generación de partículas suspendidas El suelo desnudo por efecto de la remoción de cubierta vegetal es sujeto

a procesos erosivos que incluyen el tránsito vehicular y de personas. La construcción y operación del muro promueven este fenómeno y pueden ocasionar el ascenso de partículas a la atmósfera.

b. Emisión de contaminantes atmosféricos por fuentes fijas y móviles La maquinaria, los vehículos y los procesos de combustión por actividades

de construcción y operación del muro generan un importante número de gases y partículas contaminantes que se depositan en la atmósfera, espe-cialmente gases de efecto invernadero (GEI).

ComponEnTE suElo

a. Modificación del entorno físico y natural: La construcción de un muro con poco más de 1,120 km. de extensión

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149

Impactos potenciales al ambiente físico

provocará cambios en el paisaje físico y natural al incorporar elementos de origen antrópico que perturbarían los flujos de los elementos naturales de la región. Por otro lado, se presentarían cambios de uso del suelo y modi-ficación de las formas del relieve (topografía) al momento de transformar el entorno físico con la construcción del muro.

b. Compactación del suelo El tránsito de maquinaria pesada, de vehículos automotores de seguridad

fronteriza, y el paso de personas provocarían la compactación del suelo, y con ello dificultad para el desarrollo de las comunidades vegetales de la región.

c. Pérdida de la capacidad de infiltración La pérdida de la capacidad de infiltración del agua hacia los acuíferos

estaría de igual manera asociada a la compactación del suelo y al desvío de cauces debido a la barrera física y al tránsito de vehículos.

d. Contaminación por desechos sólidos y líquidos La introducción de vehículos y personas provocaría la producción de de-

sechos sólidos y líquidos en regiones donde el impacto ambiental asociado a la actividad humana aún no se presenta de manera intensa.

e. Procesos erosivos La modificación del balance entre los sistemas naturales de la frontera

(suelo-agua-organismos) aceleraría la erosión debido a la eliminación de la cubierta vegetal y la compactación del suelo.

f. Introducción de materiales y sustancias no nativas El paso de personas a lo largo y a través del muro fronterizo, traería como

consecuencia la introducción de materiales y sustancias externos al am-biente natural. Al momento de que estos materiales y sustancias cumplan con su ciclo de caducidad, posiblemente se convertirían en desechos sólidos (basura) y líquidos (descargas contaminantes).

inforMación disPonible

Los participantes de esta mesa coincidieron en que existe información muy im-portante, aunque dispersa, que permite diagnosticar la problemática. Entre estas fuentes se encuentran documentos y estudios de la Comisión Internacional de

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Ambiente físico150

Límites y Aguas (CILA); el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos; el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI); el Servicio Geológico de Estados Unidos; la Comisión Nacional del Agua (CNA) y la Comi-sión Nacional Forestal (incluyendo el Inventario Nacional Forestal) entre otros. También hay información valiosa en reportes de diversas ONG, y en demandas legales de grupos ambientalistas en ambos lados de la frontera. También existen fotografías aéreas e información de estaciones de monitoreo de calidad del aire en California y Arizona que pueden ser útiles en el análisis de los posibles impactos del muro sobre los diferentes componentes del ambiente físico.

vacíos de inforMación y de investigación

Aunque existe una gran variedad de información que se puede utilizar para conocer con mayor objetividad el impacto potencial del muro, se requiere generar investigación sobre:

a. la fragmentación de hábitats en la región fronteriza México-Estados Unidos b. la evaluación del impacto ambiental regional de las obras propuestas c. la predicción de los posibles impactos a diferentes escalas d. la contaminación del aire de ambos lados de la frontera

soluciones a los vacíos de inforMación e investigación

Entre las estrategias para abordar los vacíos de información propuestas por los participantes en la mesa de ambiente físico se distinguen las siguientes:

a. Identificar a las agencias proveedoras de información b. Proponer mecanismos de intercambio de información bilateral c. Crear un sitio WEB para concentrar la información de las diversas fuentes d. Crear modelos de simulación de los posibles impactos ambientales e. Promover proyectos de investigación y monitoreo binacional sobre los

efectos de la contaminación del aire en la región fronteriza f. Realizar mediciones periódicas de la calidad del aire

Posibles soluciones a los iMPactos

Las propuestas para mitigar y evitar los impactos potenciales del muro incluyen acciones a tomarse desde el diseño de la barrera física hasta la operación del muro.

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151

Impactos potenciales al ambiente físico

Algunas medidas: generar diseños alternativos a un muro sólido, usar métodos de construcción no permanentes, materiales permeables y cercos vivos, reducir la huella de la carretera paralela al muro y utilizar demarcadores, entre otros.

instituciones Que Podrían ParticiPar con inforMación o investigación

Algunas instituciones que, tentativamente, podrían coordinarse para im-plementar una estrategia para producir información y diseñar proyectos de investigación interdisciplinarios: CONACYT, grupos ambientalistas, Junta de Manejo del Agua de California, contratistas a cargo del diseño y construcción del muro, naciones indígenas, NOAA, CILA/IBCC, CONAGUA, INE-SE-MARNAT, organismos estatales y municipales operadores del agua.

conclusiones

Los antecedentes de construcción de obras civiles han arrojado resultados que nos permiten vislumbrar que en el corto plazo se presentarían problemas en los tres componentes analizados en esta sección. La construcción de un muro entre México y Estados Unidos generaría más problemas que beneficios. Los impactos potenciales aquí analizados no solamente afectarían al medio físico de la región, sino a la biota y al ambiente natural en general, inclusive a la población asentada y próxima a ella. El diseño del muro fronterizo debe replantearse de su propuesta inicial para hacerlo, desde su construcción y hasta la operación, más amigable con la dinámica física, natural y social de su región binacional.

parTiCiparon En EsTa mEsa

Francisco Bernal Oscar Romo Paul Ganster Carlos Angulo Guerrero Fernando Macías Cruz Gonzalo Bravo José Uriel Ordóñez Pérez Laura Silvan Mary Kelly Polióptro Martínez Austria

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Ambiente físico152

Análisis de impactos potenciales del muro fronterizo sobre el ambiente físico

Impacto

Descripción

Información disponible

Vacíos de información o investigación

Soluciones a los vacíos de información e investigación

Posibles soluciones a los impactos potenciales

I. Modificación de los flujos de alivio, desagües y arroyos

En áreas donde se ha modificado la red de drenaje natural es frecuente observar estancamiento de agua, avenidas repentinas de agua e inundaciones.

• Información de la CILA sobre la línea divisoria internacional• Fotografias aéreas• Demandas de los grupos ambientalistas• Información del cuerpo de ingenieros de los EUA• Informes de ONGs• Inventario Nacional Forestal• Cartografía INEGI, USGS, BLM, CONAGUA

• Información sobre fragmentación de los ecosistemas de la frontera norte• Inexistencia de una Manifestación de Impacto Ambiental regional• Se desconocen las predicciones de los posibles impactos

• Identificar a las agencias proveedoras de información• Proponer mecanismos de intercambio de información bilateral• Crear un sitio Web para concentrar la información • Crear modelos y simulaciones de los posibles impactos

• Diseño de alternativas al muro• Métodos de construcción no permanentes• Utilización de material filtrante• Cercos vivos

Agua

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Impactos potenciales al ambiente físico

III. Riesgos de inundación

En zonas donde se han presentado desvíos de cauces sin las debidas obras complementarias, aumenta el riesgo de inundaciones, riesgo que se exacerba con el registro de lluvias intensas aguas-arriba de la cuenca.

• Estudio de zonas vulnerables (COLEF)• Información de CONAGUA• Información CILA (boletines hidrométricos)

• La magnitud de la afectación

• Construcción de drenes alternos para alivio en base a diseño hidrológico

II. Reducción de la capacidad de infiltración para los acuíferos

La reducción de infiltración provoca un rápi-do abatimiento de los acuíferos.

• Información de la CILA sobre la línea divisoria internacional• Fotografias aéreas• Demandas de los grupos ambientalistas• Información del cuerpo de ingenieros de los EUA• Informes de ONGs• Inventario Nacional Forestal• Cartografía INEGI, USGS, BLM, CONAGUA

• Información sobre fragmentación de los ecosistemas de la frontera norte• Inexistencia de una Manifestación de Impacto Ambiental regional• Se desconocen las predicciones de los posibles impactos

• Identificar a las agencias proveedoras de información• Proponer mecanismos de intercambio de información bilateral• Crear un sitio Web para concentrar la información

(Continúa)

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Análisis de impactos potenciales del muro fronterizo sobre el ambiente físico (continúa)

Impacto

Grupos que actualmente trabajen el tema o que puedan trabajarlo

I. Modificación de los flujos de alivio, desagües y arroyos

• Grupos ambientalistas, Junta de Manejo del Agua de California, Contratistas a cargo de la construcción, las Naciones Indígenas, NOAA, CILA/IBWC, CONAGUA, INE, SEMARNAT, Organismos operadores de agua.

Agua

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Impactos potenciales al ambiente físico

III. Riesgos de inundación

• Grupos ambientalistas, Junta de Manejo del Agua de California, Contratistas a cargo de la construcción, las Naciones Indígenas, NOAA, CILA/IBWC, CONAGUA, INE, SEMARNAT, Organismos operadores de agua.

II. Reducción de la capacidad de infiltración para los acuíferos

• Grupos ambientalistas, Junta de Manejo del Agua de California, Contratistas a cargo de la construcción, las Naciones Indígenas, NOAA, CILA/IBWC, CONAGUA, INE, SEMARNAT, Organismos operadores de agua.

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Ambiente físico156

Análisis de impactos potenciales del muro fronterizo sobre el ambiente físico (continúa)

Agua

Impacto

Descripción

Información disponible

Vacíos de información o investigación

Soluciones a los vacíos de información e investigación

Posibles soluciones a los impactos potenciales

Grupos que actualmente trabajen el tema o que puedan trabajarlo

IV. Obstrucción de cauces

Al obstruir los cauces de ríos y arroyos, el agua de lluvia o deshielo se estanca en lugares específicos, con lo que aumenta el riesgo de inun-dación en zonas de menor altitud.

• Estudio de zonas vulnerables (COLEF)• Información de CONAGUA• Información CILA (boletines hidrométricos)

• La magnitud de la afectación

• Identificar a las agencias proveedoras de información• Proponer mecanismos de intercambio de información bilateral• Crear un sitio Web para concentrar la información • Crear modelos y simulaciones de los posibles impactos

• Grupos ambientalistas, Junta de Manejo del Agua de California, Contratistas a cargo de la construcción, las Naciones Indígenas, NOAA, CILA/IBWC, CONAGUA, INE, SEMARNAT, Organismos operadores de agua.

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Impactos potenciales al ambiente físico

V. Problemas en zonas de riego

La obstrucción y modificación de cauces provoca el desvío de la escorrentía hacia las partes bajas, que muchas veces corresponde a las áreas bajo riego agrícola.

• Estudio de zonas vulnerables (COLEF)• Información de CONAGUA• Información CILA (boletines hidrométricos)

• La magnitud de la afectación

• Identificar a las agencias proveedoras de información• Proponer mecanismos de intercambio de información bilateral• Crear un sitio Web para concentrar la información • Crear modelos y simulaciones de los posibles impactos

• Construcción de drenes alternos para alivio en base a diseño hidrológico

• Grupos ambientalistas, Junta de Manejo del Agua de California, Contratistas a cargo de la construcción, las Naciones Indígenas, NOAA, CILA/IBWC, CONAGUA, INE, SEMARNAT, Organismos operadores de agua.

VI. Problemas de salud publica por estanca-miento de agua

Al poco tiempo de estancamiento del agua en un cauce, empieza el proceso de incubación de algunas especies de mosquitos y moscas trasmisoras de enfermedades.

• Estudio de zonas vulnerables (COLEF)• Información de CONAGUA• Información CILA (boletines hidrométricos)

• La magnitud de la afectación

• Identificar a las agencias proveedoras de información• Proponer mecanismos de intercambio de información bilateral• Crear un sitio Web para concentrar la información • Crear modelos y simulaciones de los posibles impactos

• Construcción de drenes alternos para alivio en base a diseño hidrológico

• Grupos ambientalistas, Junta de Manejo del Agua de California, Contratistas a cargo de la construcción, las Naciones Indígenas, NOAA, CILA/IBWC, CONAGUA, INE, SEMARNAT, Organismos operadores de agua.

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Análisis de impactos potenciales del muro fronterizo sobre el ambiente físico (continúa)

Aire

Impacto

Descripción

Información disponible

Vacíos de información o investigación

Soluciones a los vacíos de información e investigación

Posibles soluciones a los impactos potenciales

I. Generación de partículas suspendidas

El suelo desnudo por efecto de la deforestación es sujeto a procesos erosivos que incluyen el tránsito vehicular y de personas. Este fenómeno puede ocasionar el levan-tamiento de partículas a la atmósfera.

• Estaciones de monitoreo fijas y móviles en Califor-nia y Arizona• Catálogos de las maquinarias a utilizar

• No existe un programa específico de monitoreo de contaminación de aire

• Promover proyectos de investigación y monitoreo sobre los efectos de la contaminación del aire en la zona fronteriza• Realizar mediciones periódicas de la calidad del aire

• Diseño alternativo de barreras físicas• Métodos de construcción no permanentes• Utilización de material filtrante• Cercos vivos

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Impactos potenciales al ambiente físico

II. Emisiones de contaminantes atmosféricos de fuentes fijas y móviles

La maquinaria, los vehículos y los procesos de combustión por actividades humanas gene-ran un importante número de gases y partículas contaminantes de la atmósfera, especial-mente gases de efecto invernadero.

• Estaciones de monitoreo fijas y móviles en California y Arizona• Catálogos de las maquinarias a utilizar

• No existe un programa específico de monitoreo de contaminación de aire

• Promover proyectos de investigación y monitoreo sobre los efectos de la contaminación del aire en la zona fronteriza• Realizar mediciones periódicas de la calidad del aire

• Diseño alternativo de barreras físicas• Métodos de construcción no permanentes• Utilización de material filtrante• Cercos vivos

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Análisis de impactos potenciales del muro fronterizo sobre el ambiente físico (continúa)

Suelo

Impacto

Descripción

Información disponible

Vacíos de información o investigación

Soluciones a los vacíos de información e investigación

I. Modificación del entorno físico y natural

La construcción del muro provocará cambios en el paisaje que perturbarían los flujos de los elementos naturales de la región. Por otro lado, se presentarían cambios de uso del suelo y modificación de las formas del relieve (topografía) al momento de transformar el entorno físico con la construcción del muro.

• Información de la CILA sobre la línea divisoria internacional• Fotografías aéreas• Demandas de los grupos ambientalistas• Información del cuerpo de ingenieros de los EUA• Informes de ONG• Inventario Nacional Forestal• Cartografía INEGI, USGS, BLM

• Información sobre fragmentación de los ecosistemas de la frontera norte• Inexistencia de una Manifestación de Impacto Ambiental regional• Se desconocen las predicciones de los posibles impactos

• Identificar a las agencias proveedoras de información• Proponer mecanismos de intercambio de información bilateral• Crear un sitio Web para concentrar la información • Crear modelos y simulaciones de los posibles impactos

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Impactos potenciales al ambiente físico

II. Compactación del suelo

El tránsito de maquinaria pesada, de vehículos automotores de seguridad fronteriza, y el paso de personas provocarían la compactación del suelo, y con ello dificultad para el desarrollo de las comunidades vegetales de la región.

• Información de la CILA sobre la línea divisoria internacional• Fotografías aéreas• Demandas de los grupos ambientalistas• Información del cuerpo de ingenieros de los EUA• Informes de ONG• Inventario Nacional Forestal• Cartografía INEGI, USGS, BLM

• Información sobre fragmentación de los ecosistemas de la frontera norte• Inexistencia de una Manifestación de Impacto Ambiental regional• Se desconocen las predicciones de los posibles impactos

• Identificar a las agencias proveedoras de información• Proponer mecanismos de intercambio de información bilateral• Crear un sitio Web para concentrar la información • Crear modelos y simulaciones de los posibles impactos

III. Pérdida de la capacidad de infiltración

La pérdida de la capacidad de infiltración del agua hacia los acuíferos estaría de igual manera asociada a la compactación del suelo y al desvío de cauces debido a la barrera física y al tránsito de vehículos.

• Información de la CILA sobre la línea divisoria internacional• Fotografías aéreas• Demandas de los grupos ambientalistas• Información del cuerpo de ingenieros de los EUA• Informes de ONG• Inventario Nacional Forestal• Cartografía INEGI, USGS, BLM

• Información sobre fragmentación de los ecosistemas de la frontera norte• Inexistencia de una Manifestación de Impacto Ambiental regional• Se desconocen las predicciones de los posibles impactos

• Identificar a las agencias proveedoras de información• Proponer mecanismos de intercambio de información bilateral• Crear un sitio Web para concentrar la información • Crear modelos y simulaciones de los posibles impactos

(Continúa)

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Ambiente físico162

Análisis de impactos potenciales del muro fronterizo sobre el ambiente físico (continúa)

Suelo

Impacto

Posibles soluciones a los impactos potenciales

Grupos que actualmente trabajen el tema o que puedan trabajarlo

I. Modificación del entorno físico y natural

• Diseño alternativo de barreras físicas• Reducción de la huella de la carretera• Métodos de construcción no permanentes• Utilización de material filtrante• Cercos vivos • Utilización de demarcadores

• Grupos ambientalistas, contratistas a cargo de la construcción, las Naciones Indígenas, los tres niveles de gobierno

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Impactos potenciales al ambiente físico

II. Compactación del suelo

• Diseño alternativo de barreras físicas• Reducción de la huella de la carretera• Métodos de construcción no permanentes• Utilización de material filtrante• Cercos vivos • Utilización de demarcadores• Grupos ambientalistas, contratistas a cargo de la construcción, las Naciones Indígenas, los tres niveles de gobierno

• Grupos ambientalistas, contratistas a cargo de la construcción, las Naciones Indígenas, los tres niveles de gobierno

III. Pérdida de la capacidad de infiltración

• Diseño alternativo de barreras físicas• Reducción de la huella de la carretera• Métodos de construcción no permanentes• Utilización de material filtrante• Cercos vivos • Utilización de demarcadores• Grupos ambientalistas, contratistas a cargo de la construcción, las Naciones Indígenas, los tres niveles de gobierno

• Grupos ambientalistas, contratistas a cargo de la construcción, las Naciones Indígenas, los tres niveles de gobierno

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Ambiente físico164

Análisis de impactos potenciales del muro fronterizo sobre el ambiente físico (continúa)

Suelo

Impacto

Descripción

Información disponible

Vacíos de información o investigación

Soluciones a los vacíos de información e inves-tigación

IV. Contaminación por desechos sólidos y líquidos

La introducción de vehículos y personas provocaría la producción de desechos sólidos y líquidos en regiones donde el impacto ambiental asociado a la actividad humana aún no se presenta de manera intensa.

• Información de la CILA sobre la línea divisoria internacional• Fotografías aéreas• Demandas de los grupos ambientalistas• Información del cuerpo de ingenieros de los EUA• Informes de ONG• Inventario Nacional Forestal• Cartografía INEGI, USGS, BLM

• Información sobre fragmentación de los ecosistemas de la frontera norte• Inexistencia de una Manifestación de Impacto Ambiental regional• Se desconocen las predicciones de los posibles impactos

• Identificar a las agencias proveedoras de información• Proponer mecanismos de intercambio de información bilateral• Crear un sitio Web para concentrar la información • Crear modelos y simulaciones de los posibles impactos

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Impactos potenciales al ambiente físico

IV. Contaminación por desechos sólidos y líquidos

La introducción de vehículos y personas provocaría la producción de desechos sóli-dos y líquidos en regiones donde el impacto ambiental asociado a la actividad humana aún no se presenta de manera intensa.

• Información de la CILA sobre la línea divisoria internacional• Fotografías aéreas• Demandas de los grupos ambientalistas• Información del cuerpo de ingenieros de los EUA• Informes de ONG• Inventario Nacional Forestal• Cartografía INEGI, USGS, BLM

• Información sobre fragmentación de los ecosistemas de la frontera norte• Inexistencia de una Manifestación de Impacto Ambiental regional• Se desconocen las predicciones de los posi-bles impactos

• Identificar a las agencias proveedoras de información• Proponer mecanismos de intercambio de información bilateral• Crear un sitio Web para con-centrar la información • Crear modelos y simulaciones de los posibles impactos

VI. Introducción de sustancias y materiales no nativos

El paso de personas a lo largo y a través del muro fronterizo, traería como consecuencia la introducción de materiales y sustancias externos al ambiente natural que después pueden convertirse en desechos sólidos y líquidos.

• Información de la CILA sobre la línea divisoria internacional• Fotografías aéreas• Demandas de los grupos ambientalistas• Información del cuerpo de ingenieros de los EUA• Informes de ONG• Inventario Nacional Forestal• Cartografía INEGI, USGS, BLM

• Información sobre fragmentación de los ecosistemas de la frontera norte• Inexistencia de una Manifestación de Impacto Ambiental regional• Se desconocen las predicciones de los posibles impactos

• Identificar a las agencias proveedoras de información• Proponer mecanismos de intercambio de información bilateral• Crear un sitio Web para concentrar la información • Crear modelos y simulaciones de los posibles impactos

(Continúa)

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Análisis de impactos potenciales del muro fronterizo sobre el ambiente físico (continúa)

Suelo

Impacto

Posibles soluciones a los impactos potenciales

Grupos que actualmente trabajen el tema o que puedan trabajarlo

IV. Contaminación por desechos sólidos y líquidos

• Diseño alternativo de barreras físicas• Reducción de la huella de la carretera• Métodos de construcción no permanentes• Utilización de material filtrante• Cercos vivos • Utilización de demarcadores

• Grupos ambientalistas, contratistas a cargo de la construcción, las Naciones Indígenas, los tres niveles de gobierno

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Impactos potenciales al ambiente físico

IV. Contaminación por desechos sólidos y líquidos

• Diseño alternativo de barreras físicas• Reducción de la huella de la carretera• Métodos de construcción no permanentes• Utilización de material filtrante• Cercos vivos • Utilización de demarcadores• Grupos ambientalistas, contratistas a cargo de la construcción, las Naciones Indígenas, los tres niveles de gobierno

• Grupos ambientalistas, contratistas a cargo de la construcción, las Naciones Indígenas, los tres niveles de gobierno

VI. Introducción de sustancias y materiales no nativos

• Diseño alternativo de barreras físicas• Reducción de la huella de la carretera• Métodos de construcción no permanentes• Utilización de material filtrante• Cercos vivos • Utilización de demarcadores• Grupos ambientalistas, contratistas a cargo de la construcción, las Naciones Indígenas, los tres niveles de gobierno

• Grupos ambientalistas, contratistas a cargo de la construcción, las Naciones Indígenas, los tres niveles de gobierno

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Las alteraciones al medio físico

iMPactos visibles de barreras físicas ya existentes en la frontera

Oscar Romo

El muro fronterizo es un objeto y como tal se construye. Toda edificación tiene un impacto ambiental, tanto al momento de erigirla como a lo largo de su existencia.

Se prevé que la construcción del muro fronterizo no cubrirá la totalidad de la frontera, sino sólo los sitios de mayor tránsito, donde se considera nece-sario demostrar fuerza frente a la presencia de migrantes. Algunos sitios en los que se contempla reforzar mayormente el muro son: Calexico, Columbus, Laredo, y San Diego. En el área de Tijuana-San Diego se estima que la huella de esta muralla podría cubrir 30 metros de ancho, un una franja paralela a la frontera, y que en algunos casos esta su impacto podría llega a ser hasta de 200 metros.

La huella a lo largo de la frontera puede afectar espacios valiosos que hay que salvar, como cañones y la Reserva para la Investigación del Estero del Río Tijuana, un sitio que proporciona servicios ambientales para los dos países.

A continuación se muestran una serie de imágenes de tramos en donde ya existen barreras en la zona de Tijuana-San Diego, con comentarios sobre su efectividad y sus impactos.

Figura 1 (página siguiente). Muro continuo ubicado en la zona de Tijua-na-San Diego. Obsérvese que forma una barrera de varios metros de alto impenetrable para flujos de agua, suelo, semillas y animales. Asimismo se ve que la franja que ocupa es de decenas de metros de ancho.

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Las alteraciones al medio físico

Figura 2 (página anterior abajo). Una opción que probó no ser efectiva en obstaculizar a migrantes se encuentra rodeando la planta internacional de tratamiento de aguas negras. En ésta existen columnas de concreto con una extensión de metal desplegado de entre 6 y 8 metros de altura, seguidas de una sección no pavimentada con sensores y luces. Colinda con la carretera y, le sigue otro camino seguido de un tercer cerco y un corredor de servicio. Aún así, existe tráfico de migrantes en este sitio.

Figura 3 (abajo). El muro a las costas del océano Pacifico no ha detenido a los migrantes, y tiene que ser remplazado constantemente por el efecto del agua salada que lo oxida y corroe.

Figura 4 (página siguiente). El muro que disecciona los cañones y las mesetas costeras de la reserva del río Tijuana. A la derecha (norte), Esta-dos Unidos y el estero del río; a la izquierda (sur), del lado mexicano, se encuentra el Cañón del Matadero, un dren natural de unos 12 kilómetros de largo que concluye en la reserva del río Tijuana en Estados Unidos. La imagen muestra las rampas de acceso construidas para las patrullas de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y la erosión causada por dicha obra.

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El uso de bancos de material para la creación de caminos es una práctica que conlleva un enorme impacto. En muchos casos se crean rutas de acceso sobre cañones recortando mesetas, reduciendo su altura en decenas de me-tros, y utilizando el material generado para rellenar cañones intermedios. En el Cañón del Matadero se estima que se afectó con estas prácticas un área de un km de ancho. Una vez realizado el daño se pretende remediarlo revistiendo con plantas nativas de la región. Pero esto puede ser extrema-damente costoso, además de que la efectividad puede no ser muy alta. Por ejemplo, la reserva del río Tijuana restauró un banco de materiales utilizando recursos científicos y económicos con un costo de 15 millones de dólares. Cinco años después, de las 160 especies que estaban presentes sobrevivieron solamente diez.

Figura 5 (página siguiente arriba). Los cambios en la topografía que se requieren para construir el muro y caminos crean una amplia huella, la cual se trata de compensar aplicando hidro-siembra. Sin embargo, el suelo ya esta erosionado y sin nutrientes, por lo que las plantas difícilmente sobrevivirán.

Figura 6 (página siguiente abajo). Esta imagen muestra nuevamente la amplitud de la franja de impacto directo del muro y los caminos asociados, a lo largo de todo el muro.

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Las alteraciones al medio físico

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En otras áreas, como el Cañón Zapata, se ha modificado de tal forma la topografía que el agua que escurría de México hacia Estados Unidos ahora lo hace en sentido inverso, creando acumulación del lado mexicano y una huella de 200 a 300 metros de ancho junto al muro. Esto trae consigo cambios en los movimiento del agua y suelo, y genera enfermedades a los habitantes de dicha zona. Éste es un ejemplo donde el impacto lateral directo del muro excede los 30 m planeados.

En zonas cercanas a Tecate, B.C. preocupa la ampliación de los caminos de vigilancia paralelos al muro, ya que esa zona tiene probablemente el ecosistema de la cuenca del río Tijuana mejor conservado.

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Aspectos legales y diálogo de sectores

Quinta parte

Biznaga con frutosFoto: Claudio Contreras

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En esta sección se analizan los preceptos legales y los principios que la ini-ciativa del muro trastoca. También explora, en la descripción de un ejercicio desarrollado en el taller, las acciones que podrían tomar de manera diferen-ciada los sectores de la sociedad para abordar las amenazas ambientales que representa.

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Aspectos legales y diálogo de sectores

introducción

Se estima que la construcción y posterior operación del muro fronterizo a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos es un evento que tendrá importantes implicaciones en los acuerdos y tratados vigentes entre

ambos países, así como en los marcos legales nacionales que regulan el manejo y protección de los recursos naturales. En la mesa de trabajo sobre el marco legal se analizó esta problemática, así como sus posibles vías de abordaje y solución.

PrinciPales iMPactos

El grupo comenzó identificando la ausencia de un marco legal que contem-ple el desarrollo e impactos de una obra como la construcción del muro. La discusión posterior se centró en términos generales en dos grandes temas: los impactos de la construcción del muro en el marco legal existente, y la cooperación binacional entre ambos países.

impaCTos al marCo lEgal vigEnTE

En la actualidad, el marco legal está conformado por los marcos legales en cada país, así como por acuerdos, tratados e instituciones binacionales,

Marco legal

discusión de esPecialistas

José Luis Castro Ruiz

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como son el IBWC en EE.UU. y el CILA en México, el Acuerdo de La Paz, y el TLCAN entre otros. En ausencia de un marco apropiado, se concluyó que las violaciones más fuertes y más contundentes al marco vigente se darán a nivel internacional en relación con algunos tratados internacionales como la Convención RAMSAR sobre humedales de importancia internacional, y el de la CAN, por el Acuerdo de Cooperación de América del Norte. También se identificó una violación al Acuerdo de la Paz en los artículos 1º, 6º, y 7º, así como de algunos convenios firmados por los Estados Unidos y México en materia de aguas. En relación a la legislación nacional norteamericana, se identificaron violaciones claras a El NEPA, el Clean Water Act y el Endangered Species Act, entre otros.

Un elemento contextual que exacerba los impactos legales de un proyecto como éste está dado por el estado de excepción con el que cuenta el departa-mento de Homeland Security en Estados Unidos para la instrumentación de programas y políticas que buscan prevenir situaciones de terrorismo. Bajo este esquema, ciertos lineamientos del marco legislativo norteamericano, como la presentación de evaluaciones de impacto ambiental, pueden exceptuarse, de modo que no es posible acreditar perfectamente una violación al marco jurídico nacional estadounidense.

CoopEraCión binaCional

En relación con la inexistencia de un marco legal que pudiera reglamentar una obra como la construcción del muro, el grupo discutió el estado de la colaboración entre ambos países, tanto institucional como de iniciativas loca-les y regionales, para abordar eventos o problemáticas que tienen lugar en su zona fronteriza y que puedan afectan a ambos. En este sentido se abordaron los siguientes aspectos:

No existe un marco legal supranacional: las decisiones que se toman en un país repercuten más allá de sus fronteras por lo que es necesario contar con un marco legal binacional que considere una visión integradora de los problemas ambientales y socioeconómicos fronterizos.

Mecanismos internacionales de cooperación: Es necesario generar informa-ción sobre los mecanismos internacionales de cooperación para la toma de decisiones binacionales, a fin de activarlos. Crear nuevos mecanismos de cooperación. En cuanto a instituciones binacionales se mencionó en numerosas ocasiones que es necesario trabajar con la Comisión de Coope-

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Aspectos legales y diálogo de sectores

ración de América del Norte ya que es un organismo idóneo para tratar este problema binacional.

Grupos binacionales de trabajo: el grupo identificó la necesidad de formar grupos binacionales de trabajo donde estén representados organizaciones civiles, agentes del gobierno, y la sociedad en su conjunto.

En relación con lo anterior, se destacó la necesidad de generar un marco legal que propicie la cooperación no gubernamental, la consulta pública y el cabildeo. También se planteó que se deben reforzar los mecanismos legales ya existentes para que funcionen adecuadamente y no se siga violando el espíritu de los acuerdos de cooperación y los tratados internacionales; en este aspecto se debe involucrar a la CCA y generar sitios RAMSAR.

Otra observación desarrollada aquí es la pertinencia de desarrollar marcos intergubernamentales entre los gobiernos municipales de ambos lados de la frontera para fomentar la cooperación y una planeación que dé solución a los problemas ambientales desde la perspectiva local. Un ejemplo de este tipo de cooperación son los acuerdos entre ciudades hermanas de México y Esta-dos Unidos, los que si bien no tienen el carácter de tratados internacionales formales, su instrumentación permite que los niveles locales involucrados generen una fuerza política cuya suma funja como presión tanto en México como en Washington.

En relación con la participación de la sociedad civil, se consideró la exis-tencia de varias organizaciones en Estados Unidos que pueden trabajar para oponerse al muro, entre ellas el Environmental Defense. Se mencionó que en México, si bien existen algunas organizaciones, estas son menos numerosas, sobre todo tratándose de derecho ambiental; sin embargo, hay grupos de la sociedad civil que estarían dispuestos a presentar una posición concreta.

Se habló de que es importante trabajar y crear los mecanismos legales para llegar a una evaluación de impacto ambiental transfronteriza basada en el Convenio de la Paz y el TLCAN para poder solucionar este tipo de problemas, y se coincidió en que el problema del muro representa una coyuntura que se puede aprovechar para generar mejores mecanismos de cooperación entre los dos países en materia ambiental.

inforMación disPonible

En la discusión desarrollada en esta mesa de trabajo, se identificó la viola-ción de algunas leyes y acuerdos tanto nacionales como internacionales por

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los impactos de la construcción del muro. Este ejercicio de verificación se puede extender a otras leyes y acuerdos para complementar la información anterior.

En relación con los mecanismos internacionales de cooperación y la creación de grupos de trabajo binacionales, existe un cúmulo de información generada por la academia, los organismos e instituciones binacionales exis-tentes que cubren la frontera entre México-Estados Unidos, así como por los diferentes grupos que han desarrollado iniciativas de cooperación binacional a nivel regional y local a lo largo de la misma.

vacíos de inforMación e investigación

Sobre la ausencia de un marco legal que norme la creación de proyectos como el muro en la frontera, se consideró la necesidad de desarrollar investigación y generar información desde perspectivas que complementen la que existe hoy, con el objetivo de conceptualizar y entender mejor los impactos potenciales que ese tipo de obras generan y que puedan quedar plasmadas en marcos legales más incluyentes y efectivos en torno a los problemas ambientales y socioeconómicos fronterizos.

Posibles vías de solución a los iMPactos Potenciales

Ante la inminencia de la construcción del muro, y la imposibilidad de contar con un marco legal nacional o binacional que prevea y sancione consecuen-temente los múltiples efectos de dicha obra, una vía de acción que se hace imprescindible es la generación y circulación de información en torno a dichos impactos y cómo afectan al marco legal existente. Esta actividad requerirá del apoyo de las instituciones académicas y de los grupos que promuevan activi-dades de colaboración binacional a lo largo de la franja fronteriza.

gruPos Que actualMente trabaJen el teMa o Que Puedan trabaJarlo

Existen diferentes instituciones y organizaciones a lo largo de la frontera cuyas agendas de trabajo e investigación pueden dar cabida directa o indirecta-mente al tema de la construcción del muro y sus implicaciones en el marco legal ambiental. Entre éstas se encuentran las instituciones académicas a ambos lados de la frontera, como las que forman parte del Southwest Center

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Aspectos legales y diálogo de sectores

for Environmental Research and Policy (Universidad Estatal de San Diego, Universidad Estatal de Arizona, Universidad Estatal de Nuevo México, Uni-versidad de Utah, Universidad de Texas El Paso) y sus contrapartes mexicanas (Universidad Autónoma de Baja California, El Colegio de la Frontera Norte, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Instituto Tecnológico de Ciudad Juárez y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey) entre otras. También están los diferentes grupos que han emprendido iniciativas de colaboración binacional y cuya composición incluye representantes del gobierno federal, estatal y local, instituciones académicas, ONG, así como a miembros de la comunidad. Entre estos se hallan el Consejo Consultivo de la Cuenca del Río Tijuana (BWAC), el Comité de Oportunidades Binacionales y Regionales (COBRO), la Paso del Norte Water Task Force, y la Coalición de la Cuenca del Rio Bravo, además de otros grupos de trabajo en diferentes cuencas binacionales. También están los grupos regionales de trabajo del programa Frontera 2012.

conclusiones

La construcción y operación del muro se dará bajo la ausencia de un marco legal tanto nacional como internacional que sea capaz de normar las carac-terísticas y efectos potenciales de una obra de ese tipo. Esta situación da pie indudablemente a la problemática que se ha discutido en esta mesa, pero por otro lado, representa una importante coyuntura que deberá ser aprovechada para explorar marcos reglamentarios más completos e internacionalmente acordados en torno a la conservación de los recursos naturales con que cuenta la frontera común entre México y Estados Unidos, y las formas de instrumen-tarlos. Este esfuerzo deberá ser colectivo, involucrando a los diferentes actores que se han mencionado aquí.

parTiCiparon En EsTa mEsa:

Mateo Castillo Ceja Rodrigo Sánchez Célis José Carmelo Zavala Pablo Uribe Flavio Olivieri

Laura López Hoffman

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Aspectos legales y diálogo de sectores182

Paul Ganster Rick Van Schoik Carlos F. Lascurain Fernández Vicente Sánchez Murguía Carlos Israel Vázquez José Luis Castro Ruiz

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Opciones y herramientas legales

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) sí cumplió la Ley Nacional de Política Ambiental (NEPA), con un par de exclusiones y exenciones. Dado que es una dependencia nueva, tiene una forma muy

diferente de conducir su evaluación ambiental. DHS realiza evaluaciones y valoraciones ambientales, que son muy diferentes de los estudios tradicionales que NEPA ha exigido en el pasado. Concluyen con una sumatoria al final muy similar al sistema de alerta de DHS en colores rojo, naranja, amaraillo y verde; al final terminan simplemente con un color verde, amarillo o rojo, para las acciones que DHS quiere emprender. Desafortunadamente, la mayoría de las veces obtienen luz verde y solo una cuantas amarillas.

Mucho del trabajo en la sección del muro en San Diego fue autorizado hace una década, y pienso que, irónicamente, el Departamento (DHS) pro-bablemente hubiera construido todo más barato, más rápido, y de una ma-nera más amable políticamente si hubieran cooperado con las dependencias ambientales; pero escogieron mejor luchar cuesta arriba en contra de dicha reglamentación y las inquietudes correspondientes.

Las fronteras representan el extremo de nuestra soberanía. Todos evocan la soberanía como un asunto sagrado, y hasta cierto punto sí lo es. Significa, por ejemplo, el límite de nuestra responsabilidad ambiental. Pero la Suprema

* Extractos de la transcripción de la presentación realizada en el taller, revisada por el autor.

oPciones y herraMientas legales Para la seguridad y Protección aMbiental*

Rick Van Schoik

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Corte de Estados Unidos ha confirmado muchas veces, para el caso de la Ley de Especies en Peligro y, recientemente, para el caso de los gases de efecto invernadero, la responsabilidad de Estados Unidos sobre las acciones de su gobierno.

La Ley de Identidad Real (Real ID Act) de 2005 autorizó exenciones a leyes ambientales que han sido utilizadas en tres ocasiones (octubre 2007). El año pasado, 850 millas de cerco fueron autorizados y el Congreso destinó suficientes fondos para concluir la sección de 14 millas en San Diego-Tijuana e iniciar otros tramos de cerco. Esta construcción es inminente.

MecanisMos legales internos y tiPos de cerco

El muro está construido en lo que se conoce como la Reserva Roosevelt cuan-do ocurre en terrenos federales. El gobierno federal, independientemente de quien sea el propietario, quien los mantenga o maneje esos terrenos, se los concede al DHS. Sobre terrenos privados, existe una combinación de compra tierras y expropiación para que DHS pueda construir sobre ellas. Concretan memoranda de entendimiento con dependencias estatales o locales que le permiten a dicha dependencia hacer lo que quiera.

Hay varios tipos de cercos y muros que se están proponiendo, la mayoría de carpacter permanente, pero algunos de carácter temporal. El triple cerco o muro fue diseñado por uno de nuestros laboratorios de investigación, el La-boratorio Nacional Sandia. No obstante, hay opciones a las barreras físicas. El titular de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) platica sobre el éxito que el espera que tengan estos muros virtuales. Son conocidos como el Cerco Virtual Boeing, el nombre del contratista, o SBI (Iniciativa Frontera Segura).

Pero quisiera describir mejor el inicio de una oportunidad: el inter-cambio de información en ambos sentidos sobre quién está cruzando, de dónde vienen, qué cosas podrían o no traer consigo. Asimismo, los implementos de seguridad pueden desplegarse en capas o por zonas, para que no todo esté manifiesto en la línea fronteriza o a cien metros a cada lado. Al compartir in-formación, se incrementa la seguridad por todo México al igual que en Estados Unidos. La influencia de Estados Unidos dentro de un territorio extranjero, en este caso México, por medio de algún tipo de intercambio de soberanía, puede promover la seguridad, la salud y la vitalidad en ambos lados.

El ejemplo de qué tan extensivo puede ser este cerco virtual lo constituyen los globos de radar atados, que han existido durante mucho tiempo y que se usan para detectar avionetas que llevan droga. Recientemente el DHS anunció

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Opciones y herramientas legales

que varias docenas de millas a la redonda de Sasabe, Arizona, va a levantar nueve torres, de treinta metros de alto, equipadas con radares, sensores, cámaras de infrarrojo y cámaras normales. La ventaja es que no son muros. Esta capa de tecnología requiere de mucho soporte y mucha gente no está de acuerdo con el aspecto visual, pero es mejor que una muralla que parta el hábitat por la mitad.

nuevos enfoQues en seguridad con resPonsabilidad aMbiental

Nuevamente, la ironía consiste en que podrían haber cooperado con los reglamentos ambientales y haber construido más, a menor costo y más rá-pido. Quisiera sugerir que podríamos imaginar una Ley de Responsabilidad Ambiental de Seguridad; el congresista Filner se ha ofrecido a proponerla. Es paralela a la Ley de Responsabilidad Ambiental Militar que él ha venido trabajando en el Congreso desde hace años. También quisiera sugerir que, así como pensamos en los Sistemas de Manejo Ambientales que tienen un apartado de seguridad, pudiera haber un Sistema de Manejo de la Seguridad con un apartado ambiental.

Considero que una gran oportunidad es la realización y notificación de Evaluaciones de Impacto Ambiental Transfronterizos (E.I.A.T.). Hay, en efecto, una capacidad crítica para hacerlo: ha existido durante más de una década, hay organizaciones nacionales e internacionales para guiarnos y hay formatos qué seguir. Simplemente no lo hemos hecho.

Canadá sí convocó a Estados Unidos a considerar algo además de cercos. Por ello me pregunto por qué México no puede por lo menos lograr que Estados Unidos considere las evaluaciones transfronterizas TEIA a través de estas evaluaciones estratégicas SEA que no serían tan ajenas al sistema de Estados Unidos.

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El muro fronterizo y el atropello a los principios

el Muro fronterizo y el atroPello a los PrinciPios

La oposición a la edificación del muro tiene dos vertientes, una ambiental y otra legal. En este apartado se presentan los aspectos sobresalientes del debate en torno al primer aspecto que envuelve la propuesta de

construcción de un muro fronterizo. Varios autores de esta obra han men-cionado algunos cuerpos de ley que facultan al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) a proceder con la edificación del muro sin contemplar la legislación ambiental vigente en Estados Unidos. Aquí hacemos un recuento de la evolución que sufrió el marco de ley hasta alcanzar esa condición de exención, que si bien libera al gobierno de un procedimiento, no proscribe los cuestionamientos y críticas.

control de la Migración

Para el gobierno norteamericano, la construcción del muro fronterizo tiene la finalidad de generar mayor confianza en que el Gobierno Federal ha cobrado control de sus fronteras (control our borders). El mensaje que el gobierno desea

* El presente trabajo fue realizado con información proporcionada por Gustavo Alanís y Pablo Uribe del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA)

el Muro fronterizo y el atroPello

a los PrinciPios*

Carlos A. de la Parra y Ana Córdova

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transmitir a su pueblo se aprecia hasta en los nombres con que ha bautizado sus programas: Hold the line (Detener la línea); Operation Gatekeeper (Ope-ración Guardián)¸ Safeguard (Salvaguarda).

En el origen de estas iniciativas aparece el fenómeno migratorio y no el terrorismo. De la Ley de Reforma Migratoria (Ilegal Immigration and Immigrant Responsaility Act, IIRIRA-1996) se desprenden las primeras exenciones a los ordenamientos contenidos en leyes ambientales que el Congreso norteamericano considera que entorpecerían el trabajo de sellar la frontera.

Al margen de los impactos ambientales que se conoce tendrá el muro, grupos civiles, académicos, y líderes de opinión en ambos países cuestionan un procedimiento que se percibe ajeno al marco de ley o al espíritu de una vecindad entre socios comerciales y amigos en la que priva la concordia. En ese sentido, queda claro que las exenciones o waivers dictadas por las legisla-turas en el Capitolio han podido legalizar las agresiones al ambiente, pero no legitimarlas. Pesa fuerte en el ánimo de una sociedad combativa, participativa, entre los que se cuentan varios alcaldes de poblados fronterizos en Estados Unidos,1 ver cómo un objetivo estrechamente concebido provoca el resque-brajamiento de un cuerpo de ley en materia ambiental construido a lo largo de 35 años ya de activismo ambiental.

Esa sociedad estadounidense avecinada en la frontera con México, que por también décadas exigió a su gobierno ser proactivo, intervenir y presionar para que México cumpliera con leyes ambientales en la frontera, hoy debe preguntarse si su propio país, Estados Unidos, es un país de leyes o no. La legislación de 1996 dice textualmente:

(c) Exención. – Los ordenamientos de la Ley de Especies en Peligro de 1973 (16 U.S.C. 1531 et seq.) y la Ley Nacional de Política Ambiental de 1969 (U.S.C. 4321 et seq.) quedan exentuadas en la medida en que el Procurador General l o determine como necesario para asegurar una expedita construcción de barreras y caminos bajo esta sessión.

En estos tiempos en que los incidentes del 11 de septiembre parecen expli-car la actitud de Estados Unidos en torno a sus fronteras, conviene recordar que la legislación de Reforma Migratoria de 1996 ya permitía el incumplimiento

2 Véase, por ejemplo Border mayors infuriated by DHS’s plans to build through Valley, J. Osborne, The Monitor, 2 de mayo de 2007, página 1A. Disponible en: www.monitor.com

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El muro fronterizo y el atropello a los principios

de legislación ambiental; la nueva H.R. 418 solo enmienda la redacción para especificar las atribuciones del Titular de DHS.

Al margen de cualquier ordenamiento de ley, el Secretario de Seguridad Territorial (Homeland Security, DHS) tendrá la autoridad de obviar y obviará toda legislación, a entera discreción de dicho Secretario, cuando así lo determine como necesario para garantizar la expedita construcción de barreras y caminos bajo esta sección” (Sección 102[c] de la Ley de Reforma Migratoria de 1996).

Entre las leyes que puede obviar el Titular de Homeland Security se incluye toda la legislación ambiental.

El segundo artículo de la enmienda señala que “ninguna corte tendrá jurisdicción (competencia) para (A) atender cualquier causa o reclamo sobre cualquier acción emprendida o cualquier decisión tomada por el Secretario de DHS; o (B) ordenar compensación de daños supuestamente causados por tales acciones o decisiones...”

Las agresiones al ambiente más tangibles hasta la fecha las desarrolla la Patrulla Fronteriza (Border Patrol) en sus recorridos a lo largo de la línea internacional, que se traduce en compactación y erosión de suelos por el tránsito intenso en medio de ecosistemas delicados, principalmente el desier-to de Sonora-Arizona. Los impactos aún no han sido precisados de manera específica, aunque se presume que territorialmente ocurren principalmente en EUA. Los impactos más sobresalientes se refieren a la vegetación desértica de la zona, y el tránsito de migrantes por la Reserva del Pinacate, obligados por las barreras establecidas y el patrullaje en otras zonas.

De manera adicional a los impactos a la flora o fauna de la zona, preocupa casos particulares como la construcción planeada de una porción del cerco, que aún no se construye, por un arroyo que fluye de Tijuana hacia el estero del Río y que se conoce como el Cañón del Matadero (Smuggler’s Gulch). De construirse, dicho cerco actuaría como tapón al flujo de agua natural y podría provocar deslaves e inundaciones al anegarse el agua en el arroyo por las colonias de Tijuana que bordean dicho cañón. El impacto a la infraestruc-tura y los daños económicos de lado mexicano, como los mismos impactos al ambiente, son efectos colaterales de rango menor, para los cuales el gobierno norteamericano no tiene respuesta, y cuyo recurso legal es prácticamente nulo para los afectados.

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legislación de estados unidos nulificada

Dado que el Congreso estadounidense ha exentado al DHS de acatar leyes ambientales, más que violaciones a leyes nacionales pudiéramos hablar de preceptos de ley nulificados por el Congreso para la construcción del muro. El listado de leyes que dejarán de atenderse son las siguientes:

• Ley de Aire Limpio, o Clean Air Act• Ley de Agua Limpia, o Clean Water Act• Ley Nacional de Política Ambiental, o National Environmental Policy Act• Ley de Manejo de la Zona Costera, o Coastal Zone Management Act• Ley Costera de California, o California Coastal Zone Act• Ley de Especies en Peligro, o Endangered Species Act• Ley de Calidad Ambiental de California, o California Environmental Quality

Act

De estas siete legislaciones identificadas, el caso de tres leyes que serán obviadas por el proyecto del muro fronterizo amerita mayor mención.

NatioNal ENviroNmENtal Policy act,of 1969, NEPa (lEy naCional dE políTiCa ambiEnTal)

Conforme lo establece la Sección 102 de NEPA, toda obra o actividad que emprende el Gobierno Federal requiere de una evaluación de impacto am-biental y una propuesta de las acciones de mitigación respectivas. En los ordenamientos de dicha Sección 102(C) y (D) existen bases para que el DHS, previo a implementar la construcción del muro debería reportar (1) el impacto ambiental y las acciones para mitigar que hubiese considerado, (2) exponer las alternativas al muro que consideró, y (3) reportar el impacto ambiental que no se podrá evitar, manifestando así mismo los alcances que tendrá este impacto en contraste con mantener en el largo plazo. Nada de esto conoce el público en general en el caso del muro fronterizo, dado que DHS no ha recorrido este camino y desconoce lo que provocará su acción.

clEaN WatEr act of 1972, cWa (lEy dE agua limpia)

Más que violar disposiciones en la Ley de Agua Limpia, la construcción del muro impedirá recomendaciones importantes en el manejo integrado de

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El muro fronterizo y el atropello a los principios

cuencas que son parte del objeto de dicha Ley. El muro fronterizo impondrá varias alteraciones al flujo natural del agua que impedirán un manejo integrado de la cuenca. Primero, interpondrá un obstáculo al flujo natural en cañones y arroyos, cambiando el transporte de sedimento, acumulando suelo arrastrado en algunos sitios, anegando aguas de arroyos en otros, con la sensible baja en calidad de agua. Segundo, cambiará la topografía y alterará la dirección de flujos y escorrentía a lo largo de la frontera, alterando así el flujo natural. La Sección 1329 (TITLE 33, § 1329) recomienda una manejo integrado de cuencas que se dificultará dado que existen varias cuencas hidrológicas en ambos países a lo largo de la frontera.

ENdaNgErEd SPEciES act of 1973, ESa (lEy dE EspECiEs En pEligro)

En la Sección 7 de la Ley de Especies en Peligro contiene ordenamientos claros para aquellas obras del Gobierno Federal de Estados Unidos que serán construidas en sitios donde se conoce la presencia de especies amenazadas. Varias de las especies que se documentan en esta obra se encuentran enlista-das en la legislación mexicana (NOM-059-ECOL-2001) y la norteamericana (Endangered Species List). Las violaciones al espíritu y la intención del ESA son claras tanto para los efectos en Estados Unidos como en México, pues esta legislación requiere que el gobierno federal sea solidario (Sección 8) con los esfuerzos en territorio internacional que haga un gobierno extranjero.

retroceso en la colaboración aMbiental bilateral y Multilateral

Buscando no perder el contexto general en el que ocurre la construcción del muro, en el fondo de la Reforma Migratoria de 1996, la Ley de Identidad (Real ID) 2005, y la Ley del Cerco Seguro de 2006 está el entredicho en el que queda el Convenio entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América sobre Cooperación para la Protección y Mejoramiento del Medio Ambiente en la Zona Fronteriza o Convenio de La Paz. Firmado en 1983 por los Presidentes Ronald Reagan y Miguel de la Madrid, el acuerdo diplomático ambiental marcó el inicio de soluciones conjuntas a problemas ambientales que realmente aquejaban a poblaciones fronterizas de ambos países.

El Convenio de La Paz representa el marco formal del que se desprenden los programas de cooperación ambiental fronterizo desarrollados por ambos países, tales como el Programa Integral Ambiental Fronterizo (PIAF), el Progra-

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ma Frontera XXI, y el actual Programa Frontera 2012. El Convenio constituye un parteaguas en el trabajo ambiental bilateral entre México y Estados Unidos, y representa la voluntad manifiesta de los dos países por atender asuntos am-bientales de manera coordinada y conjunta. Anterior a la firma del convenio no existía un mecanismo para darle cauce a diferencias en materia ambiental en la frontera, tales como el derramamiento de aguas residuales en la zona Tijuana-San Diego o Nogales-Nogales—entre otras, o la problemática del vertido de residuos peligrosos en suelo mexicano producto del alto grado de industrialización y controles ambientales en Estados Unidos y la creciente industrialización y un rezago en legislación y conciencia ambiental en México. Los artículos de mayor relevancia para la cooperación entre ambos países son:

Artículo 1º que se refiere a la cooperación para “la protección ambiental en la zona fronteriza sobre la base de igualdad, reciprocidad y beneficio mutuo”

Artículo 7º el cual señala que las partes evaluarán los “proyectos que puedan tener impactos significativos en el medio ambiente de la zona fronteriza, para que se puedan considerar medidas apropiadas para evitar o mitigar impactos ambientales”

La edificación del muro convierte en letra muerta al Convenio de La Paz, tanto en el principio de colaboración que se consolidó por su firma hace 25 años, como en la práctica en cualquier lugar que lo considere necesario el DHS.

 Otros convenios de orden multilateral signados por Estados Unidos es-tán en juego también. La Declaración de Estocolmo (1972), que establece el compromiso de las Partes con el ambiente humano y la conservación de los recursos naturales, manifiesta en el Principio 2 la convicción a salvaguardar “para el beneficio de generaciones presente y futuras” la flora, la fauna, el agua y los ecosistemas naturales, recursos que se encuentran notablemente distribuidos a lo largo de la frontera.

El Convenio Ramsar (1971) sobre humedales establece en su Artículo 3 que “las partes contratantes deberán elaborar y aplicar su planificación de forma que favorezca la conservación de los humedales”. Las edificación del muro cruzará arroyos que desembocan en el estero del Río Tijuana, una reserva de investigación que forma parte de la lista de Sitios Ramsar de Importancia Internacional. El muro se convertiría en un obstáculo, y el aporte natural de sedimento y nutrientes se vería obstruido. Las obligaciones adquiridas por el gobierno de Estados Unidos ante la Convención Ramsar podrían verse comprometidas su aplicación en la frontera.

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El muro fronterizo y el atropello a los principios

conclusiones

Las determinaciones de carácter legal en su política interior en Estados Uni-dos, en el caso del muro, tendrán repercusiones en varios frentes. Su primer frente, el interno, presenta reacciones encontradas de carácter político al existir un amplio sector de la sociedad, especialmente en la región fronteriza, que se opone a la construcción del muro, a pesar de que el Congreso, por la vía legislativa, haya sancionado los excesos en contra del ambiente. El segundo frente es en el terreno de la relación bilateral con México, al violar acuerdos explícitos plasmados en el Convenio de La Paz y contrariar varias acciones emprendidas en otros esfuerzos de colaboración. El tercer frente se refiere a cómo Estados Unidos incumple acuerdos multilaterales firmados hace déca-das, como es el caso de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Ambiente Humano (Declaración de Estocolmo).

El planteamiento que hacemos de que Estados Unidos transgrede princi-pios, aunque no viole sus leyes, es una evocación a los principios que originaron esas leyes a las que ahora se encuentra inmune el DHS. Los fines de protección a especies amenazadas, a un ambiente humano sano, al fomento de manejo integrado de cuencas, y el conocimiento y manifestación del impacto ambiental de una acción son principios que deben ser sustentados y no evadidos por un marco legal. Por lo menos así lo consideraron varias legislaturas de Estados Unidos hace unas décadas en el pasado.

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Ópticas y estrategias: el diálogo de los sectores

óPticas y estrategias: el diálogo de los sectores

Después de la identificación y discusión de los impactos ambientales potenciales por la construcción y operación del muro fronterizo, y sus posibles soluciones, los expertos que acudieron al taller y participaron

en las cuatro mesas temáticas de trabajo (impacto en flora, impacto en fauna, impacto en el medio físico y marco legal), se reunieron en tres distintas mesas de acuerdo a su sector de origen. Los tres sectores representados en el taller fueron: académicos, organizaciones no-gubernamentales y gobierno.

A partir de las soluciones previamente identificadas en las mesas temáticas cada sector planteó posibles acciones a tomar para enfrentar los problemas ambientales causados por el muro fronterizo. Este ejercicio permitió simular el diálogo e interacción que se desarrolla cuando estos sectores encaran un mismo problema, así como las distintas funciones, intereses, forma de operar de éstas, y las dificultades que enfrentan al interactuar entre ellas.

Como primer parte del ejercicio cada sector representado en el taller for-muló una serie de acciones a tomar. En una segunda parte, cada uno de los grupos representados intercambió opiniones y observaciones con los otros dos sectores. Finalmente, eligieron cada uno de los grupos tres acciones prioritarias con posibilidad de desarrollar, tomado en cuenta el consenso y/o aprobación previa de los otros dos sectores. Como era de esperarse el diálogo

óPticas y estrategias: el diálogo de los sectores

Luis Fernando Abitia

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intersectorial provocó algunos puntos de divergencia y dificultades en la negociación.

Las principales dificultades que enfrentaron los sectores al entablar el diálogo se relacionan con el tiempo, los recursos económicos y seguimiento a las acciones propuestas. Mientras que los académicos y ONG se inclinaron por acciones lineales a largo plazo para garantizar una solución definitiva a los problemas identificados, el sector gubernamental optó por acciones inmediatas que quizás no tengan el impacto esperado a largo plazo pero que sí proyecte notoriedad inmediata. Tanto los miembros de ONG como el sector académico realizaron una petición de recursos económicos al gobierno para la realización de más estudios (académicos) y la implemen-tación de programas (ONG). También se le pidió al gobierno que respalde los mecanismos necesarios para estructurar los objetivos y seguimiento a las acciones.

Las acciones prioritarias que identificaron respectivamente el sector académico, la ONG y el sector gubernamental se engloban en generación de información y estudios; la difusión de los problemas ambientales gene-rados por el muro entre los distintos actores que puedan tomar medidas de acción; y la cooperación binacional entre los gobiernos de México y Estados Unidos. Un punto de acuerdo relevante surgido en la discusión final del diálogo intersectorial fue la propuesta de crear un órgano que reúna y de seguimiento a todas las propuestas. Las tres acciones prioritarias para cada sector fueron:

aCadEmia

• Diagnóstico, recopilación y sistematización de información.• Búsqueda de financiamiento para la investigación en temas de ecología

fronteriza.• Divulgación socialización y retroalimentación de la información en todos

los niveles

ong

• Identificación de un líder que trasmita, defienda y estimule el diálogo (llevar la agenda al Congreso).

• Campaña de comunicación e información: medios, tomadores de decisio-nes y activismo.

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Ópticas y estrategias: el diálogo de los sectores

• Identificación de sitios prioritarios y su conservación a través de distintos mecanismos: áreas naturales protegidas (ANP) y regiones prioritarias de conservación (RPC).

gobiErno

• Construir el diálogo de consenso binacional, a través del Acuerdo de La Paz, entre los gobiernos de México y EE. UU. para tratar los temas de los impactos ambientales potenciales del muro fronterizo.

• Fortalecer el hermanamiento y promover ANP y sitios prioritarios trans-fronterizos con responsabilidad compartida como alternativas al muro.

• Entregar a los tomadores de decisiones de los gobiernos de México y EE. UU. los resultados de este taller y de futuros esfuerzos.

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Las ecoregiones de la frontera norte

anexo Metodológico. actividades realizadas en las Mesas de trabaJo

Luis Fernando Abitia y Héctor Moya

Para cumplir con el objetivo del foro de identificar y documentar los posibles impactos ambientales que podrían ocasionar la construcción y el estableci-miento del muro fronterizo, los participantes del foro se reunieron en cuatro mesas temáticas:

1) Flora2) Fauna3) Ambiente físico4) Marco legal

En cada mesa de trabajo se identificaron: (1) los impactos potenciales por la construcción del muro, (2) la información científica disponible, (3) la infor-mación que no existe, (4) soluciones a los vacíos de información, (5) Posibles soluciones a los impactos potenciales (6) los grupos que estén trabajando en el tema, y (7) los posibles apoyos logísticos y/o financieros para llevar a cabo las soluciones identificadas (ver cuadro en la página siguiente).

La actividad de las mesas temáticas de trabajo se realizó de a siguiente manera:

1. Cada uno de los miembros de la mesa temática identificaron de manera indi-vidual los impactos ambientales por la construcción y operación del muro.

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Aspectos legales y diálogo de sectores200

2. De los impactos identificados de manera individual los participantes de cada mesa temática consensuaron y eligieron los impactos que conside-raron más trascendentes y los anotaron en la Tabla de Trabajo.

3. Una vez registrado el impacto en la tabla trabajo, los participantes de cada mesa discutieron y llenaron el resto de los rubros de la tabla.

4. En sesión plenaria un representante de cada mesa presentó los resultados obtenidos.

5. Por último, en la misma sesión plenaria se discutieron los resultados pre-sentados por cada mesa.

Tabla de Trabajo 1

Mesa temática: (Construcción u operación)Impacto:

Impacto(Mencionar el o los aspectos en los que tendrá influencia el desarrollo de esta afectación)

Información disponible Los trabajos o datos con que se cuenta respecto a la problemática mencionada)

Vacíos en investigación e información(Identificar cuales son los principales vacíos en la información e investigación referentes al impacto)

Soluciones a los vacíos de información e investigación(Los materiales documentales o laborales que sea necesario desarrollar, impulsar, investigar o apoyar para la resolución de la afectación)

Posibles soluciones a los impactos potenciales(Mencionar las distintas soluciones reales que pueden darse afectación identificada

Grupos que actualmente trabajen el tema o que puedan trabajarlo (Se mencionan los grupos de trabajo que ya presentan un avance respecto a la problemática mencionada)

Apoyos logísticosPosibles instituciones nacionales o interna-cionales que apoyen académica, financiera y logísticamente el proyecto)

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Perfiles de los autores

Perfiles de los autores

Luis Fernando Abitia. Asistente de Investigación y Asistente Académico del Secretario General Académico en El Colegio de la Frontera Norte. Su tema de investigación es el manejo y la gestión del recurso hidráulico en la franja fronteriza de EE.UU.-México, y el análisis de políticas públicas ambientales. Es Maestro en Administración Integral del Ambiente de El Colegio de la Frontera Norte y ha impartido cátedra en la Maestría en Desarrollo Sostenible del Centro de Enseñanza Técnica y Superior (CETyS) en Baja California.

Cesar Cantú Ayala. Profesor-Investigador de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel 1, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). Cuenta con un doctorado rer nat con especialidad en Zoología de la Facultad de Ciencias Formales y Naturales de la Universidad de Viena, Austria, y realizó una estancia sabática con el Dr. Michael Scott, Profesor de la Universidad de Idaho en EE. UU. Desde el año 2007 se desempeña como Presidente del Comité de Áreas Naturales Protegidas del Consejo Estatal Forestal del Estado de Nuevo León y desde 1994 es Presidente de la Comisión de Áreas Naturales Protegidas del Consejo Consultivo de Flora y Fauna Silvestre del mismo estado. Fue direc-tor de la Facultad de Ciencias Forestales de la UANL en el periodo 1993-1996 y asesor de los gobiernos de los estados de Nuevo Léon, Tamaulipas, Durango y Coahuila en materia de áreas naturales protegidas del 2000 al 2007. Sus trabajos de investigación incluyen estudios para determinar los criterios para establecer

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áreas protegidas y estudios de vacíos y omisiones de conservación en México a diferentes escalas.

Lyndsay Carlisle. Candidata en su tercer año para una Licenciatura en Estudios Urbanos y Planeación en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).Escribió este ensayo de impacto cuando realizaba un internado en el Instituto Nacional de Ecología (INE) durante el verano del 2007, en México, D.F. Actu-almente trabaja entre MIT y Lawrence, Massachusetts con el Programa MIT@Lawrence como parte de una clase práctica que enfatiza el aprendizaje en el campo y el trabajo conjunto comunidad-institución. Trabaja con la Ciudad de Lawrence, una organización comunitaria y otros estudiantes y profesores de MIT para gen-erar investigación para el Plan de Estratégico de la Ciudad para la Revitalización de las Colonias por Áreas, que a su vez formará parte de una solicitud para una Subvención Conjunta para el Desarrollo Comunitario ante el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de Estados Unidos.

José Luis Castro Ruiz. Profesor-investigador adscrito a la Dirección General Re-gional del Noreste de El Colegio de la Frontera Norte en Monterrey, Nuevo León. Tiene el grado de Doctor en Planeación Urbana y Regional por la Universidad del Sur de California en Los Angeles, California, EUA., y es miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Sus áreas e intereses de investigación comprenden el desarrollo urbano de la frontera México-Estados Unidos, los servicios públicos urbanos y el manejo de agua urbano en dicha región, así como el manejo transfron-terizo de ese recurso. Cuenta con diferentes publicaciones en inglés y español en las temáticas referidas. En el plano profesional ha sido Director del Departamento de Estudios Urbanos y Medio Ambiente, Director General de Asuntos Académicos y Director General de Vinculación Institucional en la misma institución. Asimismo ha desarrollado trabajo de consultoría en áreas relacionadas a su especialidad para distintos niveles gubernamentales en México y Estados Unidos.

Ana Córdova. Directora General de Investigación de Ordenamiento Ecológico y Conservación de Ecosistemas en el Instituto Nacional de Ecología, el órgano de investigación de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México. Antes de este cargo se desempeñó, como consultora de la Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte y The Nature Conservancy; como Directora del Centro de Calidad Ambiental del Tecnológico de Monterrey, campus Chihuahua; y como analista técnico en la Dirección General de Desarrollo Rural del Gobierno del Estado de Chihuahua, México, entre otras posiciones. Tiene una licenciatura en biología de la Universidad de Harvard y maestría y doctorado en política y manejo de recursos naturales de la Universidad de Cornell. Sus intere-ses profesionales y de investigación incluyen la planeación territorial, el manejo

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Perfiles de los autores

colaborativo de recursos naturales, el manejo de conflictos, la sustentabilidad urbana, el manejo de residuos sólidos y tecnologías alternativas.

Carlos A. de la Parra Rentería. Profesor-Investigador de El Colegio de la Fron-tera Norte (El COLEF) desde 1986, actualmente Secretario General Académico de dicha institución. Doctor en Planificación Ambiental por la Universidad de Michigan, con 18 años de experiencia en el campo del desarrollo sustentable, manejo de recursos hidráulicos y la gestión de políticas públicas relativa al manejo ambiental en la Frontera México-EE.UU. Director original del Proyecto de Sistema Descentralizado de Tratamiento y Reúso de Aguas Negras en Zonas Urbanas (SIDETRAN), hoy conocido como Ecoparque dentro de El Colef de 1986 a 1994. Durante cuatro años y medio (2002-2006) ha ocupado cargos en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, primero como Delegado Federal en Baja California y luego como Representante de dicha Secretaría en Estados Unidos con rango de Ministro de la Embajada de México en Washington, DC.

Exequiel Ezcurra. Doctor en Ciencias, investigador y ecólogo de profesión y maestro por vocación. Exequiel ha dedicado su vida a la conservación en es-pecial de los desiertos de México y el Golfo de California. Ha contribuido al conocimiento y a la conservación de la naturaleza mediante la investigación, los cargos públicos, la divulgación, la museografía y la cinematografía científica. Recientemente fue Presidente del Instituto Nacional de Ecología y actualmente es el director del Centro de Investigación de la Biodiversidad de las Californias y el decano del Museo de Historia Natural de San Diego. Durante su carrera ha escrito y editado más de 100 publicaciones y ha recibido muchas distinciones a su trabajo destacando el Conservation Biology Award de la Society for Conservation Biology en 1994 y el Pew Fellowship en 2006 (el mayor reconocimiento mundial a la conservación marina).

Paul Ganster. Catedrático de Historia del Instituto de Estudios Regionales de las Californias y Director Asociado de la Oficina de Programas Internacionales en la Universidad Estatal de San Diego. Es autor de más de cincuenta artículos, capítulos de libros y trabajos editados sobre cuestiones de política referentes a la región fronteriza México – E.E.U.U., asuntos ambientales fronterizos, historia social lati-noamericana y estudios fronterizos comparativos. Es coautor con David Loret de U.S.-Mexican Border into the Twenty-First Century (Rowman & Littlefield, 2008). Ha sido Conferencista Fulbright en Costa Rica y consultor para el desarrollo de programas para la Agencia de Información de Estados Unidos en universidades de México, Bolivia, Costa Rica y Ecuador. El Dr. Ganster también ha sido profesor invitado en la Escuela de Economía de la Universidad Autónoma de Baja California en Tijuana. Realizó sus estudios de Licenciatura en la Universidad de Yale y obtuvo

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su Doctorado en UCLA. Es director de la Junta Ambiental del Buen Vecino, un panel federal que asesora al presidente y al congreso estadunidense sobre asuntos ambientales fronterizos y el Comité de Oportunidades Regionales Binacionales (COBRO) de la Asociación de Gobiernos de San Diego. El Dr. Ganster también dirige el Comité Gerencial para el Consorcio de Investigación y Política Ambiental del Suroeste (SCERP) y es miembro del Comité de Salud y Medio Ambiente de la Alianza Fronteriza para el Comercio.

Mary Kelly. Abogada Principal y Co-Directora de Programa de Tierra, Agua y Vida Silvestre en Environmental Defense. Environmental Defense es una organización nacional en Estados Unidos que combina el derecho, la ciencia y la economía para buscar soluciones, duraderas y eficientes en costo, a los problemas ambientales más graves. La oficina de Environmental Defense en Texas, ubicada en Austin, fue establecida en 1990. La Lic. Kelly tiene casi 20 años de experiencia como abogada ambiental en Texas, habiendo trabajado en su práctica profesional privada así como en el sector no-lucrativo. Dirige proyectos de Environmental Defense para proteger y restaurar hábitat, ríos, deltas costeros por todo Estados Unidos. La Lic. Kelly ingresó a Environmental Defense en octubre del 2002, tras 11 años como Directora Ejecutiva del Centro de Estudios sobre Políticas en Texas. Anteriormente, fue socia en el despa-cho Henry, Kelly & Lowerre y antes de eso en varios despachos más, representando a ciudadanos y gobiernos locales en diversos asuntos ambientales. Con frecuencia es conferencista en convenciones legales a niveles estatal y nacional.

Patricia Koleff. Ingresó a la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) en 1994. Desde septiembre de 2003 es Directora de Análisis y Prioridades de CONABIO, entre los programas que tiene a cargo están la coordinación del Segundo Estudio de País, los análisis de vacíos y omis-iones en conservación, las especies exóticas invasoras, la repatriación de datos de colecciones del extranjero, así como, brindar información y asesoría a diversos sectores con el Sistema Nacional de Información sobre Biodiversidad. También se ha desempeñado en la CONABIO como Subdirectora de Inventarios Bióticos (1996 a 1999) y Coordinadora de Análisis y Servicios Externos (2002-2003). Realizó estudios de licenciatura en Biología y de maestría en la UNAM, en donde tam-bién fue profesora en la carrera de Biología en la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza y en el Diplomado de Biología Comparada de la Facultad de Ciencias. Ha impartido varios cursos de uso y manejo de información de biodiversidad en México y otros países de América Latina. Cuenta con estudios de doctorado sobre patrones de diversidad beta en la Universidad de Sheffield en el Reino Unido. Ha participado en más de 40 congresos nacionales e internacionales y cuenta con más de 25 publicaciones de artículos científicos, de difusión y capítulos de libros. Es

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miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel I desde 2003. Su investig-ación está enfocada al manejo de información sobre biodiversidad y al estudio de los procesos y patrones espaciales de la diversidad biológica desde la perspectiva de la macroecología, sus determinantes e implicaciones para la conservación.

Andrés Lira-Noriega. Biólogo de la Facultad de Ciencias y Maestro en Ciencias Biológicas de la Universidad Autónoma de México (UNAM). Durante este trayecto se ha especializado en la descripción y el análisis de los patrones de diversidad de especies a distintas escalas espaciales. Se ha interesado por entender los factores que determinan la riqueza de especies a nivel local y regional y la diversidad beta (su interpretación y medición), relacionado con aspectos teóricos de nicho ecológico. Ha participado en diversos congresos nacionales e internacionales y cuenta con más de cinco publicaciones en artículos científicos y de difusión. Actualmente trabaja en la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) en los análisis de vacíos y omisiones en conservación y como Analista del Segundo Estudio de País, una evaluación sobre el estado del conocimiento de la diversidad biológica de México, su conservación y pérdida, su uso sustentable, y su relación con el bienestar humano.

Rurik List. Investigador Asociado del Instituto de Ecología de la Universidad Na-cional Autónoma de México. Es Doctor en Filosofía (Ecología) de la Universidad de Oxford, Inglaterra. En 1989 comenzó a trabajar en conservación de carnívoros de los pastizales de Norteamérica, con el hurón de patas negras, y desde 1994 trabaja en el estudio y conservación de los pastizales del noroeste de Chihuahua, particularmente en el ecosistema de los perros llaneros y con los carnívoros y otras especies en riesgo características de este ecosistema.

Eduardo Morales. Coordinador de Información y Servicios Externos de la Comis-ión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO). Obtuvo su título de Biólogo y Doctor en Ciencias en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y es miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Sus áreas de interés son la ecología de poblaciones y la conservación de la biodiversidad. Ha trabajado como profesor asociado en el Instituto de Ecología de la UNAM y en el Instituto Politécnico Nacional. En CONABIO está a cargo de integrar la información en el Sistema Nacional de Información sobre Biodiversidad y brin-dar datos e información técnica a diversos usuarios como gobierno, academia y organizaciones civiles que trabajan en temas relacionados con la biodiversidad.

Héctor Moya Moreno. Jefe del Departamento de Ecología de Comunidades del Instituto Nacional de Ecología. Anteriormente se desempeñó como enlace de Evaluación Técnica en la Dirección de Vida Silvestre de la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (2006) y como profesor/investigador en la Univer-

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sidad del Mar en Puerto Escondido, Oaxaca, en el periodo 2002-2003. Es Maestro en Ciencias por la Universidad Nacional Autónoma de México. Sus intereses de estudio se centran en los efectos de la estructura del hábitat, la disponibilidad de alimento sobre ensamble y estructura de comunidades de aves, y la evaluación de bosques templados de la Cordillera Volcánica Transmexicana.

Eduardo Peters. Biólogo y candidato a doctor en ecología por la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha trabajado en diversos proyectos de ecología, conservación, manejo sustentable y restauración de los recursos naturales con énfasis en las zonas áridas de México. Además tiene especial interés en la docencia y la difusión de la ciencia, por lo que imparte cátedras en distintas universidades y realiza publicaciones de diversa índole sobre biodiversidad y conservación am-biental. Desde 2001 trabaja en el Instituto Nacional de Ecología y actualmente se desempeña como Director de Conservación de los Ecosistemas.

Hugo Riemann. Doctor en Ecología por el Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México. Adscrito al Departamento de Estudios Urbanos y del Medio Ambiente de El Colegio de la Frontera Norte donde se desempeña con el cargo de Profesor – Investigador titular B desde 1992. Es miembro del sistema nacional de investigadores. Sus principales líneas de investigación están relacio-nadas con la conservación, ecología y biogeografía de zonas áridas. Ha trabajado sobre la distribución y el estatus de protección de la flora endémica de la península de Baja California y en la creación de nuevas propuesta de conservación a partir de la integración de recursos bióticos y culturales. Imparte en posgrado las materias de Biología de la Conservación y Estadística Multivariada.

Juan Manuel Rodríguez Esteves. Director del Departamento de Estudios Ur-banos y del Medio Ambiente de El Colegio de la Frontera Norte, posee el grado de doctor en Ciencias Sociales con especialidad en Antropología Social, título otorgado por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS Unidad Occidente). En los últimos años se ha dedicado al estudio de la problemática ambiental fronteriza y más recientemente a la antropología de los desastres, con especial énfasis a la región fronteriza México-Estados Unidos.

Oscar Romo. Es Director del Programa de Entrenamiento Costero para la Admin-istración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos con sede, en la Reserva Nacional de Investigación del Estero del Rió Tijuana en Imperial Beach, California; desde el año 2000 es Catedrático de la Universidad de California en San Diego, en la división de Estudios Urbanos y Planeación, donde Imparte los cursos de Desarrollo Sustentable y Sistemas Urbanos Globales. Cuenta con más de 30 años de experiencia docente en Universidades de México, España y los Estados Unidos, países donde realizó estudios de postgrado. Es Maestro en Ciencias de la

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Computación y realiza estudios de Doctorado en Ciencias Ambientales. En 1995 fue electo como miembro del Consejo Consultivo Nacional para el Desarrollo Sustentable de la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México, posición que conserva hasta la fecha. Participó como miembro del Consejo Asesor de la Comisión de Cooperación Ecológica Fronteriza desde su fundación en 1995 hasta el año 2004. Funge como delegado ante la Comisión de Desarrollo Sustentable de la Organización de la Naciones Unidas; en el 2003 la Comisión Internacional de Límites y Aguas, Sección Estados Unidos le designo miembro de su Consejo Ciudadano. El pasado mes de Abril, fue reconocido como “Ambientalista del Año” por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos.

Tania Urquiza-Haas. Asistente en la Coordinación del Análisis de vacíos y omis-iones en conservación y del Segundo Estudio de País de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO). Realizó estudios de licenciatura en Biología en la Facultad de Ciencias de la UNAM, y estudios de Doctorado en Ecología en la Universidad de East Anglia en el Reino Unido. Su investigación ha estado enfocada a evaluar los efectos que las perturbaciones humanas tienen sobre la composición y estructura de las comunidades bióticas en selvas tropicales. Ha participado en diversos congresos nacionales e internacionales y cuenta con más de tres publicaciones en artículos científicos y de difusión.

D. Rick van Schoik. Director del Consorcio de Investigación y Política Ambiental del Suroeste (CIPAS/SCERP). Desde 1998 ha sido el primer y único Director Ejecutivo del CIPAS/SCERP, y Catedrático en Medio Ambiente y seguridad en-ergética, Programa en Ciencia, Políticas, Seguridad Internacional y Resolución de Conflictos (ISCOR), Facultad de Artes y Letras, Universidad Estatal de California, San Diego (San Diego State University). Ha demostrado su capacidad para desar-rollar y manejar propuestas de financiamiento para la investigación multidiscipli-naria, binacional, ambiental en materia ecológica, hídrica, energética, y asociada a salud pública, entre las que cuenta un contrato multianual, multimillonario de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (USEPA). Obtuvo su grado de Maestro en Ciencias de San Diego State Univesrsity, con licenciatura en oceanografía e ingeniería de la Academia Naval de Estados Unidos. Es miembro del Consejo Directivo de varios organizaciones educativas en materia ambiental, de transporte y energía. Ha encabezado, editado, escrito varios capítulos en la serie de monografías SCERP, y publica en revistas científicas, profesionales, y para el público en general.

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Directorio de participantes

directorio de ParticiPantes

Luis Fernando Abitia. El Colegio de la Frontera Norte (COLEF). The College [for Studies] of the Northern Border. Asistente de Investigación. Research Assistant. [email protected]

Lucero Alvarez. El Colegio de la Frontera Norte (COLEF). The College [for Studies] of the Northern Border. Asistente de la Secretaría General Académica. Assistant, Office of the Provost. [email protected]

Marielos Alvarez. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Baja California (SEMARNAT-BC) . Secretariat of Environment and Natural Resources, Baja California. Subdelegada de Planeación. Planning Director. [email protected]

Carlos Angulo. California Environmental Protection Agency (CALEPA) . Secre-taría de Protección al Ambiente. California. Coordinator of Border Environmental Infrastructure. Coordinador de infraestructura ambiental fronteriza. [email protected]

Pedro Arce Serrano. Gobierno del Estado de B.C. Baja California State Govern-ment. Director de Impacto Ambiental. Environmental Impact Director. [email protected]

Francisco Bernal Rodríguez. Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA). International Boundary and Water Commission (IBWC). Representante en Mexicali. Representative in Mexicali. [email protected]

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Gonzalo Bravo. Comisión de Cooperación Ecológica Fronteriza (COCEF) . Border Environment Cooperation Commission (BECC). Gerente de Comunicaciones y Relaciones Comunitarias. Communications and Community Relations Manager. [email protected]

José R. Campoy. Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) / Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). National Commission of Natural Protected Areas / Secretariat of Environment and Natural Resources. Director de Reserva de la Biosfera Alto Golfo de California y Delta del Rio Colorado. Director of the Upper Gulf of California and Colorado River Delta Biosphere Reserve. [email protected]

César M. Cantú Ayala. Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) - Fac-ultad de Ciencias Forestales. Autonomous University of Nuevo León - School of Forestry. Profesor / Investigador. Presidente del Comité de ANP-NL. Professor / Researcher. President of the NPA-NL Committee. [email protected], [email protected]

Mateo Castillo. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMAR-NAT) / Unidad Coordinadora de Participación Social y Transparencia (UCPAST). Secretariat of Environment and Natural Resources / Social Participation and Trans-parency Coordinating Unit. Titular. Department Head. [email protected]

José Luis Castro Ruiz. El Colegio de la Frontera Norte (COLEF). The College [for Studies] of the Northern Border. Investigador. Researcher. [email protected]

Emilio Cedrún Vázquez. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) / Unidad Coordinadora de Asuntos Internacionales (UCAI). Secre-tariat of Environment and Natural Resources / International Affairs Coordination Unit. Director General Adjunto de Asuntos Fronterizos . Deputy Director General of Border Affairs [email protected], [email protected]

Salvador Contreras Balderas. Bioconservación A.C. Bioconservation. Presi-dente y Coordinador. President and Coordinator. [email protected], [email protected]

Ana Córdova. Instituto Nacional de Ecología (INE) / Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). National Institute of Ecology / Secretariat of Environment and Natural Resources. Directora General de Investigación de Ordenamiento Ecológico y Conservación de Ecosistemas. Director General for Research on Ecological Landuse Planning and Ecosystem Conservation. [email protected]

Adriana Nelly Correa Sandoval. Instituto Tecnológico y de Estudios Supe-riores de Monterrey (ITESM). Monterrey Institute of Technology and Advanced

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Directorio de participantes

Studies. Coordinadora de la Comisión Técnica de Política Económica, Ambiental y Social para el Desarrollo Sustentable. Coordinator of the Technical Commission on Economic, Environmental and Social Policy for Sustainable Development. [email protected]

Carlos de la Parra. El Colegio de la Frontera Norte (COLEF). The College [for Studies] of the Northern Border. Secretario General Académico. Provost. [email protected]

Margarita Diaz. Proyecto Fronterizo de Educación Ambiental. Border Environ-mental Education Project. Directora. Director. [email protected]

Exequiel Ezcurra. San Diego Natural History Museum. Museo de Historia Natural de San Diego. Museum Provost. Decano del Museo. [email protected]

Paul Ganster. San Diego State University. Universidad Estatal de San Diego. Director Institute for Regional Studies of the Californias. Director del Instituto de Estudios Regionales de las [email protected], [email protected]

Isabel Granillo. The Nature Conservancy (TNC) –Ensenada. The Nature Con-servancy (TNC) -Ensenada. Nature Conservancy Program – Mexico. Programa Nature Conservancy - México. [email protected]

Ana Luisa Guzmán. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Bio-diversidad (CONABIO). National Commission for the Knowledge and Use of Biodiversity. Secretaria Ejecutiva. Executive Secretary. [email protected], [email protected]

Osvel Hinojosa. PRONATURA Noroeste. PRONATURA Noroeste. Director de Conservación. Director of Conservation. [email protected]

Laura López Hoffman. University of Arizona. Universidad de Arizona. Student. Estudiante. [email protected]

Mary Kelly. Environmental Defense. Environmental Defense. Co-Director Land, Water and Wildlife Program. Co-Directora del Programa de Tierra, Agua y Vida Silvestre. [email protected]

Carlos F. Lascurain Fernández. El Colegio de Veracruz. The College [for Stu-dies] of Veracruz. Subdirector Académico. Academic Assistant Director. [email protected], [email protected]

Enrique Lendo Fuentes. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) / Unidad Coordinadora de Asuntos Internacionales (UCAI). Se-cretariat of Environment and Natural Resources / International Affairs Coordination Unit. Titular. Department Head. [email protected]

Rurik List Sánchez. Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) / Ins-tituto de Ecología / Laboratorio de Ecología y Conservación de Fauna Silvestre.

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National Autonomous University of Mexico /Institute of Ecology /Ecology and Wildlife Conservation Lab. Investigador. Researcher. [email protected]

Roberto Karlo López Páez. Senado de la República. Mexican Senate. Consultor- Apoyo al Senador Jaime Díaz Ochoa. Consultant working with Senator Jaime Díaz Ochoa. [email protected]

Fernando Macías Cruz. Gobierno del Estado de B.C. Baja California State Gover-nment . Subsecretario de Protección al Ambiente. Undersecretary for Environmental Protection. [email protected]

Carlos Manterola y Piña. Unidos Para la Conservación A.C. United for Con-servation. Director General. General Director. [email protected]

Polioptro Martínez Austria. Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA). Mexican Institute of Water Technology. Director General. General Director. [email protected]

Evaristo Meza López. Gobierno del Estado de B.C. Baja California State Govern-ment. Coordinador de Vida Silvestre. Wildlife Coordinator. [email protected]

Gabriela Moeller. Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA). Mexican Institute of Water Technology. Coordinadora de Tratamiento y Calidad del Agua. Water Quality and Treatment Coordinator. [email protected]

Héctor Moya Moreno. Instituto Nacional de Ecología (INE) / Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). National Institute of Eco-logy / Secretariat of Environment and Natural Resources. Jefe del Departamento de Ecología de Comunidades. Head of the Department of Community Ecology. [email protected]

Flavio Olivieri. Consejo Consultivo de Desarrollo Sustentable (CCDS) Región Noroeste. Sustainable Development Advisory Board, Northwest Region. Consejero. [email protected], [email protected]

José Uriel Ordóñez Pérez. Consejo Consultivo de Desarrollo Sustentable (CCDS) Región Noroeste. Sustainable Development Advisory Board, Northwest Region. Consejero. Consultant. [email protected]

Eduardo Peters Recagno. Instituto Nacional de Ecología (INE) / Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). National Institute of Ecology / Secretariat of Environment and Natural Resources. Director de Conservación de Ecosistemas. Director of Ecosystem Conservation. [email protected]

Jessica Piekielec. University of Arizona. Universidad de Arizona. Student. [email protected], [email protected]

Patricia María Ramírez Zúñiga. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) / Unidad Coordinadora de Asuntos Internacionales

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Directorio de participantes

(UCAI). Secretariat of Environment and Natural Resources / International Affairs Coordination Unit. Jefa de Departamento de Frontera Norte. Head of the Depart-ment for the Northern Border. [email protected]

David Rangel Corona. Senado de la República. Mexican Senate. Titular de enlace en B.C. del Senador Jaime Díaz Ochoa. Head of Baja California liaison for Senator Jaime Díaz Ochoa. [email protected]

Juan Manuel Rodríguez Esteves. El Colegio de la Frontera Norte (COLEF) / Departamento de Estudios Urbanos y del Medio Ambiente. The College [for Studies] of the Northern Border /Department of Urban and Environmental Studies. Director de Departamento. Department Director. [email protected]

Oscar Romo. Consejo Consultivo de Desarrollo Sustentable (CCDS) Región No-roeste. Sustainable Development Advisory Board, Northwest Region. Consejero. Consultant. [email protected], [email protected]

Rodrigo Sanchez Celis. Gobierno del Estado de B.C. Baja California State Gover-nment. Coordinador Jurídico. Legal Coordinator. [email protected]

Vicente Sánchez Munguia. El Colegio de la Frontera Norte (COLEF) / Depar-tamento de Administración Pública. The College [for Studies] of the Northern Border /Public Administration Department. Investigador. Researcher. [email protected]

Laurie Silvan. Proyecto Fronterizo de Educación Ambiental. Border Environmental Education Project. Directora. Director. [email protected]

Gabriel Solano Cuéllar. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) / Dirección General de Vida Silvestre. Secretariat of Environment and Natural Resources / General Office of Wildlife. Jefe del Departamento de Planes de Manejo. Head of the Department of Management Plans. [email protected]

María Fernanda Suárez. Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). Secretariat of Foreign Relations. Jefe del Departamento de Mecanismos Bilaterales. Head of the Department of Bilateral Mechanisms. [email protected]

Pablo Uribe Malagamba. Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA). Mexican Center of Environmental Law. Representante en el Noroeste. Representative in the Northwest. [email protected]

Rick Van Schoik. Southwest Consortium for Environmental Research and Policy (SCERP). Consorcio de Investigación y Política Ambiental del Suroeste. Director. Director. [email protected]

Cora Varas-Nelson. University of Arizona. Universidad de Arizona. Estudiante, Coordinadora del Programa de Minorías. Student, Minority Program Coordinator. [email protected], [email protected]

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Carlos Israel Vázquez León. El Colegio de la Frontera Norte (COLEF). The College [for Studies] of the Northern Border. Investigador. Researcher. [email protected]

Kathryn C. Viatella. The Nature Conservancy. The Nature Conservancy. Project Director. Directora de Proyecto. [email protected]

Cristina Villeda Facio. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Baja California (SEMARNAT-BC). Secretariat of Environment and Natural Resources, Baja California. Jefe de la Unidad de Planeación. Head of the Planning Department. [email protected]

Enrique Villegas Ibarra. Gobierno del Estado de B.C. Baja California State Government. Secretario de Protección al Ambiente. Secretary of Environmental Protection. [email protected]

José Carmelo Zavala Álvarez. Centro Industrial de Gestión Ambiental (CIGA). Industrial Center for Environmental Management. Director. Director. [email protected]

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Una barrera a nuestro ambiente compartido El muro fronterizo entre México y Estados Unidos, coordinado por Ana Córdova y Carlos A. de la Parra se terminó de imprimir y encuadernar en los talleres de la empresa Comunicación Objetiva, Loma 30, San Ángel, México, D.F., durante el mes de noviembre de 2007

La formación y el cuidado de la producción estuvieron a cargo de Raúl Marcó del Pont Lalli

Se tiraron 2,000 ejemplares

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