un lugar de esperanzatema 2
TRANSCRIPT
Allí, el pecador traía al animal inocente, confesaba su pecado, y finalmente lo sacrificaba para
recibir el perdón.
Con este rito, el pecador recibía el perdón y el sacerdote asumía la responsabilidad por el pecado
que era perdonado.
Lecciones del Altar1. Las cosas equivocadas que hacemos y los pecados que cometemos tienen consecuencias extremadamente graves.
2. El sacrificio en el Altar, además de mostrar que el pecado es algo muy serio, enseñaba que el precio del perdón es la muerte de un inocente.
Ese sistema de ceremonias y sacrificios tenía el propósito de señalar a Cristo y la obra que el Salvador del mundo realizaría en la cruz del Calvario y en el Cielo a favor de cada uno de nosotros.
Cada animal sacrificado en el altar del santuario era una representación de Cristo, que un día moriría en nuestro lugar para darnos el perdón.
Al mismo tiempo, Cristo es también el sacerdote que hoy intercede por nosotros
delante de Dios en el Templo Celestial.
Cuando Juan el Bautista vio a Jesús aproximándose, exclamó: “He aquí el Cordero de Dios que
quita el pecado del mundo”
Juan 1:29.
“Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a
nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros”.
1 Juan 1:8.
El primer paso es admitir que somos pecadores. La Biblia enseña que somos pecadores y necesitamos de
perdón.
Veamos algunos pasajes:
“¿Quién podrá decir: ‘Yo he limpiado mi corazón, limpio estoy de mi pecado?”
Proverbios 20:9
Eclesiastés 7:20; Isaías 53:6; Romanos 3:23.
1. La Biblia es clara. El pecado es una realidad que no puede ser negada. Sus consecuencias, tristezas, sufrimiento y muerte, afectan a toda la raza humana.
Es por eso que todos necesitamos del perdón que Cristo nos ofrece.
2.“Así que arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la
presencia del Señor tiempos de refrigerio”.
Hechos 3:19- 20
Sin arrepentimiento no hay perdón.
3. La Biblia nos dice que: “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y purificarnos de toda injusticia”.
1 Juan 1:9.
Por lo tanto el tercer paso, para experimentar el perdón es la confesión. Es este acto que marca un nuevo comienzo en nuestra vida.
La confesión trae perdón mediante la aceptación y el reconocimiento de que Jesús ya pegó en la cruz.
En el Calvario, Jesús garantizó un nuevo comienzo para nuestra vida.
Él pagó la penalidad de la muerte para purificar nuestra vida.
Confesión es la oportunidad para expresar el reconocimiento de que necesitamos de perdón.
¿Qué tipo de beneficio recibe Dios con nuestra confesión?
Ninguna. La confesión es para que veamos y reconozcamos nuestra dependencia de Él.