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El cruce del Atlántico

El cruce del Atlántico

Un libro de lectura de Reading A–Z, Nivel VNúmero de palabras: 2,562

Escrito por Troy Wolff • I lustrado por Marcy Ramsey

Libro original en inglés de nivel W

Libro de nivel • V

www.readinga-z.com

Escrito por Troy WolffIlustrado por Marcy Ramsey

El cruce del AtlánticoLibro de lectura Nivel VAtlantic CrossingLibro original en inglés, Nivel W© Learning A−ZEscrito por Troy WolffIlustrado por Marcy RamseyTraducido por Lorena F. Di Bello

Todos los derechos reservados.

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El cruce del Atlántico

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Tabla de contenido

La partida desde la bahía de Dublín . . . . . . . . . . . . . . 4

La promesa de una vida mejor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8

Mares tormentosos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

La llegada a América . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

Glosario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24

La partida desde la bahía de Dublín

Patrick Kelley observaba los barcos que flotaban en la bahía de Dublín . Debajo de él, veía a cientos de personas amontonadas en el puerto buscando lugar en alguno de los barcos que se dirigía a América . Era el año 1846 y muchos irlandeses, la mayoría de los cuales eran campesinos, se estaban muriendo de hambre . Durante los últimos dos años, la plantación de papas de Irlanda se había arruinado por una enfermedad, lo que resultó en una gran hambruna .

El cruce del Atlántico • Nivel V

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Patrick sabía que su familia estaba sufriendo y sabía que América podía llegar a ofrecer una vida mejor; sin embargo, Patrick no quería abandonar Dublín . Este era su hogar . No quería dejar a sus amigos, a pesar de la falta de comida, y no quería dejar la bahía de Dublín, su lugar preferido . Con frecuencia se sentaba en la orilla frente a la bahía durante una tormenta y sentía la bruma del mar en la cara, y solía escuchar las historias de los navegantes bronceados por el sol cuando volvían de sus viajes por el mundo .

Para no morir de hambre, algunas familias irlandesas como la de Patrick compraban pasajes en barcos de todos los tamaños para navegar hasta los Estados Unidos y Canadá . El viaje era peligroso, pero la promesa de una vida mejor en América, donde había más tierra para cultivar y no había enfermedades que destruyeran las plantaciones, atrajo a muchos al puerto . Patrick escuchó a su padre hablar de trabajos en grandes ciudades como New York y Boston . Su padre, quien era herrero, esperaba poder encontrar un trabajo en el que pudiera trabajar con su oficio en New York, donde había miles de caballos que tiraban de carruajes y de vagones por las calles . Por esa cantidad de trabajo, el padre de Patrick estaba dispuesto a dejar Irlanda .

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Patrick quería ser marinero en el cálido océano Pacífico sur; no quería ser uno de los muchos pasajeros a bordo de un barco de inmigrantes que cruza el frío Atlántico .

Por esto, Patrick se sentó solo en el muelle, enojado con su familia, especialmente con su padre, por obligarlo a partir . Se protegió los ojos del sol que se estaba poniendo en el horizonte y buscó el mástil alto del Donegal, el barco que llevaría a su familia a América la mañana siguiente . Divisó al Donegal un poco más lejos del muelle; era fácil de distinguir porque era más grande que la mayoría de los otros barcos . Pudo ver el nombre pintado con letras doradas en la popa del barco mientras se balanceaba en el agua . Patrick miró con furia al enorme barco y deseó que se hundiera hasta el fondo de la bahía de Dublín . Cerró los ojos y la imagen se esfumó .

La promesa de una vida mejor

Para cuando Patrick finalmente decidió volver a casa, había oscurecido . Patrick vivía en las afueras de Dublín, donde su casa se conectaba con el gran taller y con la tienda de herrería de su padre . Después de que abandonó la orilla del agua, que reflejaba las lámparas de aceite que estaban a lo largo de los muelles y la tenue luz de la luna que estaba en lo alto, las calles y los callejones que lo llevaban a su casa estaban tan oscuros que solo podía ver a unos pocos pasos . El tenue resplandor que venía de las ventanas de las casas apenas alumbraba su camino .

Luego de unas pocas calles, Patrick sintió unos pasos detrás de él . Las calles estaban generalmente desiertas después de que oscurecía, y Patrick se preguntaba quién estaría en la calle esa noche . Las pisadas se acercaban cada vez más y, a medida que las escuchaba, Patrick detectó un extraño ruido metálico junto a las pisadas . Asustado, Patrick mantuvo la cabeza hacia abajo y comenzó a caminar más rápido .

Una calle más adelante, las pisadas y el ruido metálico se acercaron todavía más . Desesperadamente, Patrick trató de recordar un callejón o una entrada en la que pudiera esconderse para poder escapar del extraño que lo seguía .

De repente, Patrick sintió un pequeño golpe en su hombro . Se le heló la sangre del terror .

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—¡Discúlpeme, joven! —escuchó detrás de él . Patrick se quedó quieto, temeroso de darse vuelta .

»¡Joven, dije! ¿Dónde se dirige? Vi que observaba al Donegal abajo en los muelles .

Aún con miedo, Patrick se dio vuelta lentamente . Parado a su lado lo observaba un hombre mayor que tenía una barba color plateada que resplandecía con la luz de lámpara y una espada militar en su mano derecha .

—¿Quién es usted? —preguntó Patrick al mismo tiempo que trataba de sonar seguro de sí mismo .

—Soy el primer oficial de cubierta Thomas O´Brien, oficial del Donegal, a su servicio —contestó con tono serio .

—¿El Donegal? —repitió Patrick— . Mi familia y yo vamos a navegar en el Donegal mañana .

—Ah, muy bien —contestó O´Brien— . Es un barco excelente y está en mejor estado para navegar que la mayoría de los otros barcos de estos días .

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—Pero escuché que la calidad de vida es mala en estos barcos —dijo Patrick .

—Bueno, frecuentemente lo son —contestó Thomas— . Algunos barcos son peores que otros . Desdichadamente, las condiciones usualmente dependen de cuánto dinero gasta en el pasaje una familia .

—Sí, ya sé —Patrick lo interrumpió— . Mi padre gastó la mayor parte de nuestros ahorros en este viaje .

—Tu familia viajará en un barco que se destaca por llevar a sus pasajeros a salvo a América, aunque el viaje sea de todas maneras difícil e incómodo —dijo O´Brien— . El Atlántico es un océano enorme y el clima puede ser peligroso en mar abierto .

Patrick pensó en esto un momento . —No recuerdo la última vez que me fui a la cama sin sentir hambre . No quiero vivir así mucho más .

—Exactamente —respondió Thomas— . Ante una emergencia, la gente debe tomar decisiones difíciles para mejorar su vida . Pero escúchame, jovencito . He visto América muchas veces y creo que una vida mejor te está esperando a ti y a tu familia . Tendrás que trabajar mucho, pero si lo haces, no debería haber límite en lo que llegues a lograr .

—Sí, señor . Eso es lo que mi padre me dice siempre . Tal vez él tenga razón —admitió Patrick .

—Por supuesto que tiene razón, hijo —respondió Thomas . Luego miró hacia el puerto— . Bien, jovencito, se hace tarde . Deberías ir a dormir . Después de todo, esta puede ser la última noche de sueño tranquilo que tengas en varias semanas —dijo guiñándole el ojo .

—Bien, señor . Gracias por el consejo . Tal vez lo vea en el barco —dijo Patrick y se dio vuelta para ir a su casa .

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Mares tormentosos

Una semana más tarde, Patrick y su familia estaban ya en camino hacia América a bordo del Donegal .

—¡Todos los hombres a cubierta! ¡Todos los hombres a cubierta! —escuchó Patrick que venía de arriba . En la oscuridad debajo de la cubierta, Patrick escuchó a su hermana gemir . Ella había estado enferma durante tres días, como muchas de las personas del barco . Luego de varios días de mares calmos desde que había partido de Dublín, el Donegal se había topado con una tormenta violenta .

El primer día de la tormenta, Patrick observaba con emoción desde la cubierta cómo gigantes muros de agua se elevaban y se acercaban al barco . A Patrick se le subía el estómago a la garganta cuando el Donegal se elevaba, se quedaba suspendido en el aire durante un espantoso segundo en la cresta de la ola, y luego caía a toda prisa en la otra punta de la ola .

Esto era emocionante, pero la tormenta se estaba tornando más fuerte, y el constante subir y bajar del barco estaba agitando el estómago de los pasajeros, muchos de los cuales, como la hermana de Patrick, se mareaban .

—¡Todos los hombres a cubierta! ¡Debemos bajar las velas, muchachos! —oyó Patrick estas órdenes otra vez que venían desde arriba . Sabía que “los hombres” eran solo los marineros, no todos los pasajeros, pero sentía que no podía soportar quedarse abajo en la oscuridad un momento más . Quería desesperadamente ver a los marineros manejar la tormenta . Así fue que, cuando nadie lo estaba mirando, Patrick abrió de un golpe la escotilla principal y se dirigió hacia el rugiente viento y la helada espuma .

Había una gran confusión en la cubierta del barco: marineros corriendo por todos lados, oficiales gritando órdenes, velas agitándose en el viento y la espuma blanca del océano golpeando por sobre las barandas del barco .

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—¡Capitán! ¡Una de las velas se ha enroscado alrededor del penol superior! —Patrick escuchó a uno de los marineros gritarle al capitán .

—Bueno, dígale a alguien que suba y la desenrede . ¡Necesitamos que esa vela esté baja antes de que el viento la rompa! —vociferó el capitán .

—No podemos, señor —gritó el marinero— . El penol ha sido dañado con el viento y no puede soportar el peso de un marinero . Necesitaríamos a alguien mucho más pequeño .

Los marineros no habían visto a Patrick todavía, pero cuando él escuchó esto, consideró lo que habían dicho solo un instante .

—¡Discúlpeme, señor! —dijo mientras tiraba de la chaqueta del capitán . El capitán se dio vuelta rápidamente y al ver a Patrick gritó: —¡Niño! ¿Qué estás haciendo en cubierta? Baja ahora mismo con los otros pasajeros .

—Pero, señor —protestó Patrick— . Yo puedo subir por el mástil y desenredar la vela .

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—¿Qué? ¿Tú? ¿Qué te hace pensar que puedes hacer esto? Aquí afuera está terrible . Este no es clima para un pasajero .

—Realmente no hay problema, señor . Me crie cerca de la costa toda mi vida . El viento no me molesta y tengo que trepar las vigas del taller de herrería de mi padre todos los días para colgar las herramientas —dijo Patrick fingiendo tanta seguridad como pudo, pero el viento furioso y el agua lo asustaban . No se atrevía realmente a mirar hacia el mástil .

Antes de que el capitán pudiera contestar, otro marinero los interrumpió .

—¡Señor, debemos hacer algo rápidamente, la vela está comenzando a romperse!

El capitán se asomó para ver el mar tormentoso, luego se agachó y tomó a Patrick de los hombros . —Está bien, muchacho . Ten cuidado, sube despacio y NO mires para abajo . Solo concéntrate en el mástil que tienes por delante . ¡Tú puedes hacerlo! Ahora, sube .

Subir por el mástil no le dio miedo a Patrick al principio, siempre y cuando mirara hacia arriba . Sin embargo, en la mitad del camino hacia la punta, Patrick no pudo resistir la tentación y, tomándose fuerte del mástil, miró hacia abajo .

A través de un enredo de sogas que silbaban en el viento, vio las puntas blancas de las olas que rodeaban el barco y las cabezas pequeñas de los marineros corriendo a toda prisa alrededor de la cubierta del barco . Por un instante pensó en su familia, que estaba debajo de cubierta sin poder verlo, y en cuán preocupada estaría su madre en este momento si lo viera allí arriba . Sin embargo, este pensamiento se esfumó rápidamente cuando Patrick sintió que un mareo se apoderaba de él . El balanceo del barco sobre las olas era el doble de fuerte en la parte superior del mástil, y el ver todas las olas a su alrededor hizo que le comenzara a dar vueltas la cabeza . Luchando contra este mareo, Patrick se volvió a concentrar en el mástil que tenía por delante . Rápidamente despejó su cabeza y subió lo que le quedaba de mástil .

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En la punta, pudo ver la grieta en la madera del penol, pero no parecía muy grande, así que sabía que si tenía cuidado, estaría bien . Al mirar hacia fuera, pudo ver la parte superior de la vela agitándose en el viento y el sujetador que tenía que desenganchar para bajar la vela .

—Bien —se dijo a sí mismo— . Aquí voy .

Con cuidado Patrick se separó del mástil y estiró la mano hacia el sujetador . Cuando echó un vistazo hacia abajo por un momento, pudo ver las caras del capitán y de la tripulación mirándolo desde abajo . Se estiró un poquito más lejos y sintió que el mástil se tambaleaba peligrosamente debajo de él, tomó el sujetador . Jalaba con toda la fuerza que pudo encontrar en esa posición incómoda cuando sintió que el sujetador cedía y la vela cayó debajo de él . Se escuchó una ovación de los marineros que estaban abajo y con alegría el capitán le hacía señas para que bajara del mástil .

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La llegada a América

Tres semanas después, Patrick estaba parado en la cubierta del Donegal con su familia . Ante ellos aparecieron los edificios de la ciudad de New York . ¡Al fin habían llegado a América! En el puerto, Patrick podía ver la actividad mientras otros barcos descargaban luego de sus propios viajes por el océano . Patrick podía sentir la energía y el bullicio de esta nueva ciudad en crecimiento, tan diferente de la antigua calma de Dublín .

—¡Bien, Patrick, muchacho! —escuchó una voz conocida detrás de él . Era el primer oficial de cubierta Thomas O´Brien, a quien no había visto por muchos días . Thomas se acercó a Patrick y le puso la mano en el hombro .

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Mirando al padre de Patrick, Thomas dijo: —Usted sabe, Sr . Kelly, que ninguno de nosotros estaría aquí en New York ahora si no fuera por su hijo . —Miró a Patrick y lo sacudió amistosamente de los hombros— . Lo que hizo allí arriba en el mástil con la tormenta fue muy valiente . Muy notable .

—¡Gracias, señor! —dijo Patrick, un poquito avergonzado .

—Bien, todos estamos muy orgullosos de Patrick —dijo el Sr . Kelly, mirando a su hijo con amor— . Y también estamos muy agradecidos a usted y al resto de la tripulación del Donegal —continuó— . Gracias a ustedes, mi familia tiene ahora una oportunidad de una nueva vida, una vida mejor, aquí en América .

—Les deseo toda la suerte del mundo —contestó Thomas— . Y, Patrick, espero verte en el puerto siempre que el Donegal esté aquí . Tienes las condiciones de un buen marinero, y eres bienvenido a la cubierta del barco en cualquier momento .

Patrick sonrió entusiasmado ante esta invitación e imaginó su futuro, navegando los océanos del mundo, pero siempre regresando a su familia y a América, su nuevo hogar .

Glosario

bullicio (sust.) actividad ajetreada y ruidosa (pág . 21)

condiciones (sust.) cualidades necesarias para hacer algo (pág . 23)

cresta (sust.) punto más alto, o superior, de algo (pág . 14)

desesperadamente

(adv.)violentamente, con emoción (pág . 8)

escotilla (sust.) tapa de la apertura que conduce de la cubierta del barco hacia las áreas que están debajo (pág . 14)

hambruna (sust.) gran escasez de comida (pág . 4)

herrero (sust.) alguien que trabaja con acero, incluso los que hacen herraduras de caballos (pág . 5)

inmigrantes (sust.) personas que han venido a un nuevo país a vivir (pág . 7)

mástil (sust.) palo alto hecho de madera que está ubicado en la cubierta de un barco para sostener las velas (pág . 7)

penol (sust.) extremo externo de una viga horizontal que sostiene una vela cuadrada en un barco (pág . 15)

popa (sust.) extremo posterior de un barco (pág . 7)

vigas (sust.) tablas de madera que sostienen un techo (pág . 17)

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