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______________________________ a==d!stancia Cuaderno de Cultura El último judío, un ejemplo de best-seller canónico JoSÉ CARLOS REDONDO OLMEDILLA Universidad de Almería Centro Asociado a la UNED de la Provincia de Jaén -~. on pocos los que en nuestro tiempo pueden ignorar el papel de los best-sellers como pro- ductos de consumo, pero si bien es cierta esta afirmación, no están tan claras otras valoraciones. Nos refe- rimos a consideraciones tales como ¿qué papel cultural y qué papel literario asignamos a los mismos? o ¿cómo los consideramos en dichos contextos? Esta y otras muchas cuestiones que, sin dudas, ofrecen y ofre- cerán respuestas de índole muy diversa. He aquí pues nuestro planteamiento a través de un ejemplo concreto. Comentaba Harold Bloom, con evidente sorna, en una entrevista concedida tras el éxito editorial de su obra El canon occidental (1995), que él se había iniciado en el tema del canon cuando dejó de interesarle la literatura lésbico-esquimal y comen- zó a atraerle la Literatura. Esta afir- mación, más que simple broma, demostraba su oposición al grado de demencia que estaban alcanzando los estudios academicistas sobre la lite- ratura de minorías. El libro de Blo- om y obras posteriores suyas como Presagios del milenio (1996) o Cómo leer y por qué (2000) tuvieron unas repercusiones culturales de enorme alcance. Hablar de bestseller canónico, pre- cisamente cuando toda la flora y moda canónica actual lo que inten- ta en buena medida es reafirmar y delimitar las fronteras de la Literatura con mayúsculas ante la avalancha de productos en letra impresa y cuando muchos autores de la moda canóni- ca -entre ellos Bloom- lo que rei- vindican es que la habilidad para experimentar un placer estético es enseñable y que los productos artís-

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______________________________ a==d!stanciaCuaderno de Cultura

El último judío,un ejemplo de

best-seller canónicoJoSÉ CARLOS REDONDO OLMEDILLA

Universidad de AlmeríaCentro Asociado a la UNED de la Provincia de Jaén

-~.

on pocos los que en nuestro tiempo puedenignorar el papel de los best-sellers como pro-ductos de consumo, pero si bien es cierta esta

afirmación, no están tan claras otras valoraciones. Nos refe-rimos a consideraciones tales como ¿qué papel cultural yqué papel literario asignamos a los mismos? o ¿cómolos consideramos en dichos contextos? Esta y otrasmuchas cuestiones que, sin dudas, ofrecen y ofre-cerán respuestas de índole muy diversa. He aquípues nuestro planteamiento a través de un ejemploconcreto.Comentaba Harold Bloom, con evidente sorna, en

una entrevista concedida tras el éxito editorial de su

obra El canon occidental (1995), queél se había iniciado en el tema delcanon cuando dejó de interesarle laliteratura lésbico-esquimal y comen-zó a atraerle la Literatura. Esta afir-mación, más que simple broma,demostraba su oposición al grado dedemencia que estaban alcanzando losestudios academicistas sobre la lite-ratura de minorías. El libro de Blo-om y obras posteriores suyas comoPresagios del milenio (1996) o Cómoleer y por qué (2000) tuvieron unasrepercusiones culturales de enormealcance.

Hablar de bestsellercanónico, pre-cisamente cuando toda la flora ymoda canónica actual lo que inten-ta en buena medida es reafirmar ydelimitar las fronteras de la Literaturacon mayúsculas ante la avalancha deproductos en letra impresa y cuandomuchos autores de la moda canóni-ca -entre ellos Bloom- lo que rei-vindican es que la habilidad paraexperimentar un placer estético esenseñable y que los productos artís-

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ticos futuros dependen de la ense-ñanza estética que reciba la gente ensu primera juventud, puede resultaruna tentativa complicada.

Pero es precisamente ahora queestamos inmersos en esta voráginecanónica1, donde multitud de auto-res se aventuran a mostrarnos sus pre-ferencias lectoras y sus propias opi-niones sobre el canon cuando quizásdebiéramos plantearnos el sentido decanon en la literatura actual y másaún ¿cuál es el sentido de la obra enletra impresa? ¿Estamos ante el viejoenfrentamiento entre las viejas varia-bles de calidad y cantidad redivivo?¿Se trata de la obra canónica frente alartículo fungible y perecedero? Oestamos ante unos nuevos tiemposdonde no tiene sentido el canon por-que los valores que lo propiciaron yaforman parte de un tiempo pretéri-to. Los planteamientos pueden ydeben continuar: ¿Se pueden intro-ducir obras de la nueva literatura eincluso de la nueva pseudoliteraturaen el canon o hay que obedecer aplanteamientos restrictivos de índo-le exclusivamente estética?

Son muchos los críticos que comoRob Hawthorne coinciden en laidea: «El incremento y crecimientode los libros en rústica han sido enbuena medida responsables a la horade desafiar las nociones establecidassobre el canon literario»2. Es cierto

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que también los estudios culturales,partiendo de su premisa básica de laobra literaria como elemento decomunicación, habían dado unimportante paso hacia delante yhabían aportado una nueva nociónde lo literario como «libros bien escri-tos y provenientes de una menteimaginativa o creativa»3 frente a losviejos postulados de literatura enten-dida como «polite learning» –saberrefinado– o «high culture» –culturacon mayúsculas– y que incluso unaparte fundamental de su campo deestudio es la literatura popular o loque para muchos era consideradocomo subliteratura. Así que nos plan-teamos: ¿Por qué no optar, pues, poruno de estos ejemplares e incluso porun superventas y ver qué tipo de ele-mentos literarios/extraliterariosdeben hacer replantearnos nuestranoción tradicional de canon?

NOAH GORDON Y LA ELECCIÓN DE EL ÚLTIMO JUDÍO

Este fue el punto de partida por elque decidimos elegir a Noah Gordonpara nuestra valoración. Este autornorteamericano quizá sea uno de losautores que mejor ejemplifica esepatrón y, además, es uno de los escri-tores actuales que con mayor rigor ha

realizado sus obras. Es cierto quealguien, en un rápido juicio a priori,lo pudiera clasificar como un simpleautor de bestsellers, discutible desdeluego, como más tarde analizaremos,pero, evidentemente, hay que valo-rar otros elementos como su calidadcreativa –y no sólo estética–, el sen-tido primigenio de la literatura comoherramienta del lenguaje y por lo tan-to comunicación, su registro comovehículo de elementos humanos y,por supuesto, su valor como ejemplogenuino de un tipo de producciónliteraria que es la más valiosa porquees la que más se lee en nuestro tiem-po: el bestseller. Para nosotros, Gordonaglutina y reúne de manera eficaztodos esos elementos que configuranla producción literaria y que DavidLodge recuerda en The Practice ofWriting:

«Escribir una novela es manipu-lar varios códigos diferentes a la vez–no sólo los códigos lingüísticos de lagramática–, el vocabulario, el sig-nificado y la connotación, sino loscódigos narrativos del suspense, elenigma, la ironía, la comedia y lacausalidad, sólo por nombrar algu-nos. Escribir una novela es conduciruna serie de personajes imaginariosa través de un tiempo y un espacioimaginarios de forma que seansimultáneamente interesantes, qui-

1 Recordaba Andrew Sanders cómo en los últimos tiempos la sociedad es plenamente consciente de la necesidad canónica y mencionaba cómoen el Reino Unido, en 1997, algunas cadenas de librerías y algún canal independiente de televisión –en 1998 se incorporaría la BBC– se habíanlanzado a llevar a cabo toda una serie de encuestas con la única pretensión de elegir los cien mejores libros del siglo. Sin embargo, y así lo recono-ce el autor: «No particular criteria for how the word “best” might possibly be defined seem to have been used and, as a consequence, the final listlooked both singularly arbitrary and distressingly predictable» (651-652). Las conclusiones a las que se llegaron no fueron unánimes, pero dónde sihubo un acuerdo fue en el lamentable estado de la cultura y de la crítica en el Reino Unido. Quizá sea excesivo derivar las conclusiones al conjuntode la sociedad, pero, ciertamente, sabemos que hoy es harto evidente que necesitamos una regeneración cultural y un buen comienzo sería plantearun canon literario.

2 Hawthorne, pág. 3. Traducción del autor. La cita textual es la que sigue: «The rise and growth of paperback has been largely instrumentalin challenging the accepted notions of the Literary Canon».

3 Dekoven, pág. 131. Traducción del autor. La cita textual es la que sigue: «well-written books of an imaginative or creative kind».

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zás divertidos, sorprendentes y, sinembargo, convincentes, representa-tivos o significativos en algo más queun sentido privado o personal»4.

La elección de El último judío(1999) vino dada porque era unaobra que podía permitirnos un aná-lisis más certero: la obra se situabaen España en la edad moderna, en elreinado de los Reyes Católicos y ofre-cía un tema muy interesante por lasconnotaciones sociales y culturalesque podíamos extraer para nuestrotiempo: la expulsión de los judíos.No era el típico thriller superventasque hablaba de la clonación, de lasarmas químicas o los misiles inter-continentales. Era un bestseller quese alejaba de la temática del thrilleractual y nos acercaba a un momen-to interesante de la historia de Espa-ña a través de una novela de conte-nido histórico bastante atractivo.Había otros libros en la obra delescritor, pero el propio Gordon lohabía considerado como su mejorlibro: «Creo que mi nuevo libro, Elúltimo judío, puede que sea mi mejorlibro y su publicación me hace feliz»5.

No es nuestra intención en estetrabajo realizar un análisis de conte-nidos de la obra, sino la de pergeñaruna serie de líneas que demuestrenque la obra, como ejemplo extrapo-lable, debe hacernos varias preguntassobre nuestro concepto tradicional deliteratura. No se trata de plantearlo

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entre dos funciones extremas, comorecuerda Hawthorne: «Algunos sien-ten que sólo la narrativa culta es laúnica que merece llamarse Literatura,otros sienten que a cualquier cosaescrita o impresa –incluso algo tanmundano como un billete de auto-bús– se le puede llamar Literatura»6.

Se trata, a nuestro entender, dereconocer que el sentido de creaciónen el caso de El último judío y detantas otras obras actuales cabalgansobre nuevas monturas. Si realiza-mos un breve muestreo de la obraobservamos que el autor en esta obra:

—Usa o se vale de momentos his-tóricos, de instituciones hasta ciertopunto representativas y de tópicosde la cultura española: conquista deAmérica, expulsión de los judíos,inquisición…

—Realiza un valioso y exhausti-vo estudio que le lleva a una des-cripción detallada de la biologíahumana, capital para describir lasescenas relacionadas con el oficio demédico en los últimos capítulos dela obra.

—Lleva a cabo una labor dedocumentación que, si bien es par-cial en las fuentes y por lo tanto algoinclinadas hacia una determinadareceptividad basada en personajes yarchivos históricos del orbe culturalcatalán –fácilmente identificables nosólo en el contenido sino tambiénporque en los agradecimientos el pro-

pio autor muestra su gratitud haciaaquellas fuentes y personas que lehan ayudado en la documentación–,demuestra el grado de dedicación ydetalle del autor.

—Realiza una labor histórica dedocumentación en torno a persona-jes de la historia de la ciencia: Gale-no, Averroes, Avicena... a través desus descripciones de remedios médi-cos tradicionales.

—Es atractivamente tópico en laasignación de oficios: judío platero,comerciante o médico; cristiano sol-dado o agricultor, musulmán arte-sano o agricultor...

—Es también convenientemen-te tópico en la caracterización de lospersonajes: noble ocioso y taimado;cristiano aguerrido y bravucón; judíoreservado y cauteloso, catalán come-dido y trabajador; eclesiástico corrup-to y mundano.

—Usa la toponimia como ele-mento facilitador: Toledo, Granada,Gibraltar..., y se adecua a los patronesde conocimiento geográfico básicodestinado a un público anglosajón.

La muestra se podía extender,pero sólo nos interesa para demostrarque, en el caso de Noah Gordon y Elúltimo judío, estamos ante una cre-ación que conjuga valores clásicosdel sentido de literatura –principal-mente por su rigor y documentacióny nuevos valores prácticos– con suamenidad lectora y su sintonía con

4 Lodge, pág. 196. Traducción del autor. La cita textual es la que sigue: «To write a novel is to manipulate several different codes at once –notsimply the linguistic codes of grammar and lexis, denotation and connotation, but the narrative codes of suspense, enigma, irony, comedy andcausality, to name but a few. To write a novel is to conduct imaginary personages through imaginary space and time in a way that will be simul-taneously interesting, perhaps amusing, surprising yet convincing, representative or significant in a more tban merely personal, private sense».

5 Noah Gordon Website, pág. 12. Traducción del autor. La cita textual es la que sigue: «I think my new book The Last Jew, may be my bestwork, and its publication makes me happy».

6 Hawthorne, pág. 3. Traducción del autor. La cita textual es la que sigue: «Some feel that only highbrow fiction is only worthy of being refe-rred to as literature, others feel that anything written or printed – even something as seemingly mundane as a bus ticket– can be considered lite-rature».

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las preocupaciones del hombre denuestros días.

Si analizamos el proceso de ela-boración de Noah Gordon, obser-vamos como ciertamente éste es elfruto y el resultado de un intensotrabajo que él mismo describía y enel que distinguía una fase inicial deinvestigación a la que perfectamen-te dedica hasta cuatro años y dondesuele recabar todo tipo de informa-ciones útiles, desde libros de histo-ria, consultas con historiadores yespecialistas, hasta el consejo deexpertos en determinadas materias.Tras ésta, actuaría una fase de madu-ración y escritura. Preguntado sobreeste último aspecto y sobre si es unproceso que se inicia inmediatamentetras el anterior, responde:

«No. Alguna vez, pero no siem-pre. Escribo borradores de los per-sonajes más importantes; esto meayuda a aportarles complejidad enla escritura. Entonces escribo unbosquejo largo, normalmente cienpáginas e incluso más, y cuandocreo que estoy satisfecho empiezo aescribir el libro. Uso el bosquejocomo una especie de mapa pararecordarme donde voy a ir en elproducto final, pero nunca lo sigoa pies juntillas. Si el desarrollo deun personaje me dicta que debo iren una dirección distinta de la queplanifique en el bosquejo, cambioen esa bifurcación del camino»7.

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Tampoco han sido Gordon y sutrayectoria representativos del típicoautor de bestsellers norteamericano.Gordon representaba un bagaje pro-fesional realizado en distintos oficios,un itinerario que iba desde la prensaespecializada en medicina hasta elperiodismo. Para empezar, su éxito yreconocimiento no comenzó en losEstados Unidos donde su obra Elmédico –The Physician– apenas si lle-gó a los diez mil ejemplares. Fue uneditor alemán, Karl H. Blessing, elque, tras leer y apreciar el libro, dio elpistoletazo de salida a su obra DerMedicus (1986) en Alemania, dondellegó a constituir todo un impacto edi-torial que alcanzó los seis millones deejemplares. Esto mismo ocurriría enEspaña y el resto de Europa. Desdeentonces, y como reconoce el propioautor, «La pasión por El médico hatenido como consecuencia que cadauno de los siete libros que he escritosean bestsellers en muchos países»8.

EL USO INSTRUMENTAL DE LAS ARTES Y ELPRAGMATISMO LITERARIONORTEAMERICANO

William James en su ciclo de con-ferencias Pragmatism9 manifestabaque el valor de las artes literarias resi-de en su uso instrumental, de estemodo se accede a la correcta inter-pretación de la experiencia y la rea-

lidad. Así, todo texto literario quese precie como tal es útil si ayuda areelaborar y reinterpretar. En estesentido, la obra El último judío esparadigmática, pues enriquece laexperiencia y por ello nos amplía lapropia perspectiva. Por poner algúnejemplo, tras hablar con distintoslectores españoles de esta obra, granparte coincidía en que nunca anteshabían acertado a observar e inter-pretar la dimensión del mundo delas reliquias que aportaba Gordon. Elescritor les había ofrecido una nue-va dimensión y una reinterpretaciónde la historia que no habían tenidohasta entonces.

Queda claro que el valor inter-pretativo y la riqueza de experienciasde esta obra están lejos de toda duda,bástenos para ello recordar igual-mente algunas menciones como laFloyd Skloot en el San_FranciscoChronicle o los innumerables reco-nocimientos y premios literarios delautor. Además, la obra El último judíode Noah Gordon no es el caso delbestseller exento de valía estética. Nohace falta oficiar de exegetas paraencontrar rápidamente en ella ele-mentos de lo que tradicionalmentese ha considerado obra literaria.

Una vez realizadas estas valoracio-nes, quizás tendríamos que extrapo-lar y sacar nuestras propias conclu-siones y determinar así si podemoshablar en nuestro tiempo de bestse-ller canónico o si realmente este tipo

7 Noah Gordon Website, pág. 5. Traducción del autor. La cita textual es la que sigue: «No. Sometimes, but not always, I write sketches ofthe principal characters; this helps me to give them complexity in the writing. And then I write a long outline, usually a hundred pages or evenlonger, and when it is done to my satisfaction I begin to write the book. I use the outline as a kind of map to remind me of where I’m going inthe finished writing. But I never follow it slavishly. If the development of a character dictates that my writing should travel a different road thanI took in the outline, I turn into that fork in the road».

8 Noah Gordon Website, pág. 10. Traducción del autor. La cita textual es la que sigue: «Love for The Physician has resulted in bestsellerdomin many countries for every of the seven books I have written».

9 Barba, pág. 4.

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de producciones está relegado a unasubliteratura o pseudoliteratura. Locierto es que distinguimos que ni loscánones tradicionales, ni la globali-zación de los nuevos cánones políti-camente correctos, ni los nuevos plan-teamientos comerciales, puedenocultar la existencia de una selectaminoría de escogidos que se mantie-nen en el exclusivo Olimpo del éxito.Todos estos autores, como Ken Follet,Stephen King, Tom Clancy, MichaelChricton..., comparten varias carac-terísticas, si bien hay una fundamen-tal para entender la supremacía edi-torial norteamericana y su vasallajeeuropeo. En su creación hay un sen-tido de consumo, de actualidad y deanticonvencionalismo. Gordon par-ticipa de ellas, pero, además, añadeuna clara aportación de calidad a tra-vés de su rigor documental y de loselementos literarios. El último judío esuna obra que, como afirma FloydSkoot, posee «alma, corazón e intri-ga policial» («Heart, Soul and Thri-llerlike Intrigue»).

El último judío demuestra que, sibien para muchos son los nuevospatrones feministas, posmodernis-tas y poscoloniales los que están inci-diendo directamente en el cambiodel canon literario, los críticos y espe-

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cialistas no deberían olvidar que es elpragmatismo literario norteameri-cano el elemento que hace ya algúntiempo les ganó la partida.

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