un e n s a y,o economlca - revista de la universidad de méxico · 2014-02-22 · mandó traer del...

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Por Horacio LABASTIDA E N S A Y,O -Quiero otro boleto. Voy' a ir como me gusta. Y no me mermen la ración. Los curiosos se codean, diverti- dos. Mi nana atraviesa entre ellos y, a rastras, me lleva mientras yo vuelvo los ojos hacia el lugar del que nos alejamos. No alcanzo a ver nada. Protesto. Ella sigue adelan- te, sin hacerme caso. De prisa, co- mo si la una jauría. Quiero preguntarle por qué. Pero la' interrogación se me quiebra cuando miro sus ojos arrasados en lágrimas. UNIVERSIDAD DE MEXICO comunes de cantidad o número. Esta etapa, sin embargo, está lejos todavía en un campo tan poco explorado como el de las ciencias sociales; y por ahora parece que el modo más satisfactorio de definir la Economía es hacerlo en tér- minos de la cuestión que se pregunta y cuya respuesta se busca, y definir, de manera semejante, las escuelas ideoló- gicas rivales en términos de las diversas cuestiones que se proponen a sí mismas, o de las diferencias de los tipos de la res- pnesta que ofrece." En síntesis, el autor a que nos hemos referido halla la dificultad de la defi- nician en la imposibilidad de reducir a un sólo concepto las ideas cualitativa- mente distintas que sostienen las escue- las económicas, dificultad insuperable cuando el método fundamental de una ciencia es el deductivo" y por ello pro- pone la solución del problema atendiendo a las diferentes preguntas y respuestas que las dichas escuelas 'han planteado al interrogarse sobre la materia de su cien- cia. En otras palabras, Maurice Dobb postula que es imposible definir la cco- nomía si se trata de buscar un concepto válido para todas las corrientes del pen- samiento económico, y que esa definición es posible si, al contrario, tratamos de arrancarla de la propia historia de la ciencia Económica. N osotros pensamos que no es exacta, de manera absoluta, la afirmación que ,hace el economista francés en el sentido de que la ciencia económica sea exclu- sivamente deductiva. En efecto, aun en el caso de la postulac'ión utilizada frecuen- temente por la matemática en los alardes más brillantes' de la deducciim,' ésa, la postulación y su esquema deductiv,o, de- ben sujetarse, para alcanzar real, al juicio de la Y de 'ah! que, como lo probamos en' nuestro ensayo sobre la Teoría'de la Deducción 2 es 'inadmísible considerar al ratiocin'io deductivo independientemente de la ex- / eCOnOmlCa UN -¿ Por qué pararon? pregunta. El hombre que maneja la máqui- na está furioso. / -¿ Cómo por qúé? Porque te caíste y te ibas a matar, indio bruto. El indio lo mira, rechinando los dientes, ofendido,. -N o es cierto. Yo destrabé el palo. l\fe gusta más ir de ese modo. U na explosión de hilaridad es el eco de estas palabras. -Mirá por donde sale. -j Qué amigo! El indio palpa a su alrededor el' desprecio y la burla. Sostiene su desafío. M A URICE Dobb 1 afirma que definir el problema de la eco- l' nomía es muchísimo más difí- cil de lo que la mayor parte de la gente cree, y después de hacer esta aseveración propone dos definiciones y la razón lógica que dificulta mente construir la dicha definición. Los dos conceptos de economía que propone Dobb' son los siguientes: "Economía es el estudio del hombre en los negocios ordinarios de la vida." "Economía es el estudio de aquellos motivos y acciones que pueden ser medidos en dinero." Una superficial meditación sobre estas defi- niciones, nos muestra que en realidad no proporcionan una idea rigurosa del objeto de esa ciencia, y sólo agregan, por otra parte, más confusión a quien busque un concepto preciso y claro. Es- tas mismas razones, seguramente,' son las que informan el pensamiento de Mauri- ce Dobb, por lo que no se ocupa de las tales definiciones y, en lugar de ello, pasa a exponer la dificultad lógica para conseguir el tan buscado concepto de la economía. Al efecto dice que: "la Eco- nomia es fundamentalmente una ciencia deductiva, que, como la geometría y la matemática. deduce una serie de con- 'clusiones de ciertas premisas o supues- tos; y en un estudio deductivo el desarro- llo de los conceptos mismos es el que da necesariamente los límites de dicho es- tudio. Si tal es el caso, y existen diver- sas escuelas de ideas que emplean con- ceptos cualitativamente distintos, es ape- nas posible una definición satisfactoria que los' incluya a todos. Cada concepto puede ser definido separadamente y lue- go la relación que guarda cada uno con los demás puede ser expresada en tér- minos de algo más amplio. Pero una res- puesta definitiva y satisfactoria sólo pue- :de'·en ' realidad' 'alcanzarse cuando las di- ferencias cualitativas se reducen a un término común; por ejemplo, diferencias 8 clinos, mientras la marimba toca una música espesa y soñolienta. Pero este año la Comisión Orga- nizadora de la Feria se ha lucido. Mandó traer del centro, de la mis- ma capital, lo nunca visto: la rue- da de la fortuna. Allí está, grande, resplandeciente con sus miles de focos. Mi nana y yo vamos a subir, pero la gente se ha aglomerado y tenemos que ponernos en fila. De- lante de nosotros va un indio. Al llegar a la taquilla pide su boleto. -Oílo vos, este indio alzado. Está hablando castilla. ¿ Quién le daría permiso? Porque hay reglas. El español es privilegio nuestro. Y 10 usamos ha- blando de usted a los superiores; de a los i'guales; de vos a los indios. -Indio embelequero, subí, subí. No se te vaya a reventar la hiel. El indio recibe su boleto sin con- testar. -Andá a beber trago y dejate de babosadas. Subimos y nos sentamos en una especie de cuna. El hombre que ma- neja la máquina asegura la barra que nos protege. Se retira y echa a andar el motor. Yo siento un va- cío en el estómago. Lentamente va- mos ascendiendo. Un instante nos detenemos allá arriba. j Comitán, todo entero, como una nidada de pájaros, está en nuestras manos! Las tejas oscuras, donde el verdín de la humedad prospera. Las pare- des encaladas. Las torres de piedra. y los llanos que no se acaban nun- ca. Y la ciénega. Y el viento. De pronto empezamos a adquirir velocidad. La rueda gira vertigino- samente. Los rostros se confunden , las imágenes se mezclan. Y enton- ces un grito de horror sale de los labios de la multitud que nos con- templa desde abajo. Al 'principi,o no sabenlos qué sucede. Luego ve- mos que la barra del lugar donde va el i.di.o. se I:a desprendido y él se preclplto haCIa adelante. Pero al- canzó a cogerse de la punta del palo y allí se sostiene mientras la rueda continúa girando una vuelta y otra y otra. .El' 170mbre que maneja la má- qU111a 111terrumpe la corriente eléc- pero la rueda sigue con el l1npulso adquirido, y cuando al fin para, el indio queda arriba, colga- do, sudando de fatiga y de miedo. ;. Poco.a poco, con una lentitud que a los oJos de nuestra angustia pa- rece eterna, el indio va bajando. Cuando está lo suficientemente cer- ca del suelo, salta. Su rostro es del color de la ceniza. Alguien le tiende .una botell.a' de comiteco pero él la rechaza S111 agradecerla.

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Page 1: UN E N S A Y,O eCOnOmlCa - Revista de la Universidad de México · 2014-02-22 · Mandó traer del centro, de la mis ma capital, lo nunca visto: la rue da de la fortuna. Allí está,

Por Horacio LABASTIDA

E N S A Y,O

-Quiero otro boleto. Voy'a ircomo me gusta. Y no me mermenla ración.

Los curiosos se codean, diverti­dos. Mi nana atraviesa entre ellosy, a rastras, me lleva mientras yovuelvo los ojos hacia el lugar delque nos alejamos. No alcanzo a vernada. Protesto. Ella sigue adelan­te, sin hacerme caso. De prisa, co­mo si la persigu~era una jauría.Quiero preguntarle por qué. Perola' interrogación se me quiebracuando miro sus ojos arrasados enlágrimas.

UNIVERSIDAD DE MEXICO

comunes de cantidad o número. Estaetapa, sin embargo, está lejos todavíaen un campo tan poco explorado comoel de las ciencias sociales; y por ahoraparece que el modo más satisfactorio dedefinir la Economía es hacerlo en tér­minos de la cuestión que se pregunta ycuya respuesta se busca, y definir, demanera semejante, las escuelas ideoló­gicas rivales en términos de las diversascuestiones que se proponen a sí mismas,o de las diferencias de los tipos de la res­pnesta que ofrece."

En síntesis, el autor a que nos hemosreferido halla la dificultad de la defi­nician en la imposibilidad de reducir aun sólo concepto las ideas cualitativa­mente distintas que sostienen las escue­las económicas, dificultad insuperablecuando el método fundamental de unaciencia es el deductivo" y por ello pro­pone la solución del problema atendiendoa las di ferentes preguntas y respuestasque las dichas escuelas 'han planteado alinterrogarse sobre la materia de su cien­cia. En otras palabras, Maurice Dobbpostula que es imposible definir la cco­nomía si se trata de buscar un conceptoválido para todas las corrientes del pen­samiento económico, y que esa definiciónes posible si, al contrario, tratamos dearrancarla de la propia historia de laciencia Económica.

N osotros pensamos que no es exacta,de manera absoluta, la afirmación que

,hace el economista francés en el sentidode que la ciencia económica sea exclu­sivamente deductiva. En efecto, aun en elcaso de la postulac'ión utilizada frecuen­temente por la matemática en los alardesmás brillantes' de la deducciim,' ésa, lapostulación y su esquema deductiv,o, de­ben sujetarse, para alcanzar va~lidez real,al in~pelable juicio de la exp,et:i~:ncia, Yde 'ah! que, como lo probamos en' nuestroensayo sobre la Teoría'de la Deducción 2

es 'inadmísible considerar al ratiocin'iodeductivo independientemente de la ex-

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eCOnOmlCa

UN

-¿ Por qué pararon? pregunta.El hombre que maneja la máqui­

na está furioso. /-¿ Cómo por qúé? Porque te

caíste y te ibas a matar, indio bruto.El indio lo mira, rechinando los

dientes, ofendido,.-N o es cierto. Yo destrabé el

palo. l\fe gusta más ir de ese modo.U na explosión de hilaridad es el

eco de estas palabras.-Mirá por donde sale.-j Qué amigo!El indio palpa a su alrededor el'

desprecio y la burla. Sostiene sudesafío.

MA URICE Dobb 1 afirma que

definir el problema de la eco­l' nomía es muchísimo más difí­

cil de lo que la mayor partede la gente cree, y después de hacer estaaseveración propone dos definiciones yla razón lógica que dificulta científic~­

mente construir la dicha definición. Losdos conceptos de economía que proponeDobb' son los siguientes: "Economía esel estudio del hombre en los negociosordinarios de la vida." "Economía es elestudio de aquellos motivos y accionesque pueden ser medidos en dinero." Unasuperficial meditación sobre estas defi­niciones, nos muestra que en realidadno proporcionan una idea rigurosa delobjeto de esa ciencia, y sólo agregan,por otra parte, más confusión a quienbusque un concepto preciso y claro. Es­tas mismas razones, seguramente,' son lasque informan el pensamiento de Mauri­ce Dobb, por lo que no se ocupa de lastales definiciones y, en lugar de ello,pasa a exponer la dificultad lógica paraconseguir el tan buscado concepto de laeconomía. Al efecto dice que: "la Eco­nomia es fundamentalmente una cienciadeductiva, que, como la geometría y lamatemática. deduce una serie de con­

'clusiones de ciertas premisas o supues­tos; y en un estudio deductivo el desarro­llo de los conceptos mismos es el que danecesariamente los límites de dicho es­tudio. Si tal es el caso, y existen diver­sas escuelas de ideas que emplean con­ceptos cualitativamente distintos, es ape­nas posible una definición satisfactoriaque los' incluya a todos. Cada conceptopuede ser definido separadamente y lue­go la relación que guarda cada uno conlos demás puede ser expresada en tér­minos de algo más amplio. Pero una res­puesta definitiva y satisfactoria sólo pue­

:de' ·en ' realidad' 'alcanzarse cuando las di­ferencias cualitativas se reducen a untérmino común; por ejemplo, diferencias

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clinos, mientras la marimba toca unamúsica espesa y soñolienta.

Pero este año la Comisión Orga­nizadora de la Feria se ha lucido.Mandó traer del centro, de la mis­ma capital, lo nunca visto: la rue­da de la fortuna. Allí está, grande,resplandeciente con sus miles defocos. Mi nana y yo vamos a subir,pero la gente se ha aglomerado ytenemos que ponernos en fila. De­lante de nosotros va un indio. Alllegar a la taquilla pide su boleto.

-Oílo vos, este indio alzado.Está hablando castilla. ¿Quién ledaría permiso?

Porque hay reglas. El español esprivilegio nuestro. Y 10 usamos ha­blando de usted a los superiores;de tú a los i'guales; de vos a losindios.

-Indio embelequero, subí, subí.No se te vaya a reventar la hiel.

El indio recibe su boleto sin con­testar.

-Andá a beber trago y dejatede babosadas.

Subimos y nos sentamos en unaespecie de cuna. El hombre que ma­neja la máquina asegura la barraque nos protege. Se retira y echaa andar el motor. Yo siento un va­cío en el estómago. Lentamente va­mos ascendiendo. Un instante nosdetenemos allá arriba. j Comitán,todo entero, como una nidada depájaros, está en nuestras manos!Las tejas oscuras, donde el verdínde la humedad prospera. Las pare­des encaladas. Las torres de piedra.y los llanos que no se acaban nun­ca. Y la ciénega. Y el viento.

De pronto empezamos a adquirirvelocidad. La rueda gira vertigino­samente. Los rostros se confunden,las imágenes se mezclan. Y enton­ces un grito de horror sale de loslabios de la multitud que nos con­templa desde abajo. Al 'principi,ono sabenlos qué sucede. Luego ve­mos que la barra del lugar dondeva el i.di.o. se I:a desprendido y élse preclplto haCIa adelante. Pero al­canzó a cogerse de la punta del paloy allí se sostiene mientras la ruedacontinúa girando una vuelta y otray otra.

.El' 170mbre que maneja la má­qU111a 111terrumpe la corriente eléc­~rica, pero la rueda sigue con ell1npulso adquirido, y cuando al finpara, el indio queda arriba, colga­do, sudando de fatiga y de miedo.;. Poco. a poco, con una lentitud quea los oJos de nuestra angustia pa­rece eterna, el indio va bajando.Cuando está lo suficientemente cer­ca del suelo, salta. Su rostro es delcolor de la ceniza. Alguien le tiende.una botell.a' de comiteco pero él larechaza S111 agradecerla.

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l'l')X'lon dialéctica, o sea una definiciónno reiiida con la perspectiva del cambiodialéctico del fenómeno económico.. Vamos a tratar de aplicar nuestrasIdeas a la busca. en la realidad de la his-toria. de la definición de la economíasiguiendo algunas ideas señaladas e¡~el citado libro de j\'Iaurice Dobb y en elAnti-Dühring dc Federico Engels. 3

1al1l'ice Dobb señala. con mucha ra­zón, que el concepto de una sociedad"conómica nacc con la aparición, a finesdd siglo xvrH, de una nueva s"cción dela clase burgue a: "ena clase de capita­listas indust¡-iales cuyos intereses estabanen contra elel sistellla vigente establecidopor los inte¡-eses agrarios y comerc'ialesde la aristocracia consen'adora del sigloXVIII ... Frente al antiguo orden auto­ritario, con sus impuestos, códigos y san­ciones, se levantaba cl concepto de un'ordell natural' cuva mano sólo se veíacuando el hombre,' rotos sus yugos, vol­vía a la libertad. y ele cuyas sancionesdisponía la voluntad popular. En opo­sición al autoritario 'derecho divino' selevantaba el 'derecho natural' del indi­viduo." Esk es e1 paisaje donde se desen­vuelve el concepto de sociedad económicay el primer esfuerzo importante por de­finir la Economía política a partir de laidea "de un orden económico regido poruna 'ley natural' que 'marcharía sola' sise la dejaba sola y que daría los menoresresultados si la 'ley natural' pudiera ope­rar libremente y sin estorbos". Natural­mente que esta "ley natural" postuladaP01- el ascenso de la nueva burguesíaindustrial, era el instrumento indispen­sable para fundar ideológicamente la ne­cesidad de ¡-amper todas las trabas lega­les y económicas que oponía la aristo­cracia terrateniente al desarrollo de lasactividades de esa clase capitalista; ypor esto el concepto de "ley natural" setransforma en la base misma del uni­verso y de la sociedad. Los hombres, ensus relaciones económicas, deben supri­mir todo obstáculo que impida el librejuego de la naturaleza, para alcanz~r:.elequilibrio indispensable a las condlclO­nes óptimas a que se puede llegar en ma­teria económica, es decir, en el juego dela producción y la distribución de la ri-"queza. Fueron los fisiócrataslos qtieconcibieron el orden económico C01110análogo a un organismo natural; "y la'analogía dominante que se ocurría era quela sociedad económica era un sistema decirculación de la riqueza. ¿ Cuál era lafisiología de este proceso? el sistemaeconómico era a la sociedad humana loque el cuerpo era a la personalidad hu­mana". Tal es la conclusión de los teórÍ-'cos del "orden natural", que, indepen­dientemente de otras apreciaciones. ha­cen un intento de Sociología económicaal afirmar que la base física, material,corporal de la sociedad humana. es la so­ciedad económi,ca, cuya salud hace po­sible la salud y bienestar de todos loshombres. Esta concepción de la "ley na­tural" como base de la organizacióneconómica, es la que lleva a una defini­ción de fa Economía política en el sentidode considerarla como la ciencia que tieneel propósito de "descubrir y enunciar esaley natural", y aconsejar al soberano"cómo dejar de reglamentar los negocioseconómicos a fin de fomentar la mayorriqueza de la nación". Tal es el sentidohistórico de la concepción de una cien­cia económica fundada en el "orden na­tural", y de aquella frase tan llevada y

, '

AUGUSTO COMTE

... la nUC1la ciencia.,

MALTHUS

.. . 1miversafti:::a el presente.

no a, puesto que la dicha ecuaclon noc~ntendría la tendenciá del objeto defi­mdo a transformarse dialécticamente deltérmino a al término no a, que puedeestar representado por b, por lo que, pa radar sentido dialéctico a la ecuación de ladefinición, tendremos que multiplicar lostérminos por la función tiempo, quedan­do entonces nuestro esquema de la defi­nición expresado en la siguiente forma:

D = (Gp + De) t. Y de esta maneraen el esquema lógico de la definición, quela temporaliza, queda incluída la pers­pectiva de los cambios dialécticos del ob­jeto definido.

¡ .

Más que las razones expuestas porDobb para buscar la definición de la eco­nomía en la historia de las corrientesdel pensamiento económico. precisandosus preguntas y respuestas, la razón ló­gica que antes expusimos en las medi­taciones sobre la definición es la que nosinclina a aceptar la posición historicistaante el problema de definir la cienciaeconómica, y, sobre todo, la que nos con­vence de que esa busca en la historia debellevarnos no sólo a una definición em­pírica, sino a una definición que partien­do de la realidad y de la experiencia nospermita, con este material', obtener la coo-

p.erie.n~ia en el caso de la investigaciónclentlf;ca. Sobre el particular, en nuestrocItado estudio escribimos que "para pre­cisar .la validez real del esquema lógicoobtenido por deducción, hemos conside­rado al postulado como lo que efectiva­mente es: un conjunto original, y a losdatos ofrecidos por la experiencia comoun universo derivado. por lo que la am­plitud del derivado nos informará sobrelas probabilidades de que los elementosno conocidos y sólo postulados se com­porten de la misma manera que los ele­mentos descubiertos por la experiencia",y esto naturalmente fundado en la si­guiente definición de lo que debemos en­tender por postulado: llamamos postula­do a la resultante de atribuir una deter­minación no derivada de la experienciaa un universo original que, por lo mis­1110, adquiere el rango de conjunto de­rivado. Precisamente este conjunto deri­vado, construído de la indicada manera,es el postulado que servirá para la crea­ción de los esquemas deductivos, queadqui ri rán la investidu ra de verdaderoshasta en el instante en que se les des­cubra como intérpretes fieles de la rea­lidad, y ese instante surge cuando un ex­perimento confirma las previsiones con­tenidas en el esquema. Las anterioresrazones prueban que considerar a la eco­nomía como una ciencia puramente de­ductiva tiene mucho de audacia y poco derigor, y por otra parte nos recuerdan laclara visión del sociólogo inglés HerbertSpencer cuando en su Autobiografía es­(Tibió que el secreto de su método con­sistía en comprobar deductivamente lasconclusiones obtenidas por inducción (ci­ta de Rumney en su estudio sobre Soen­cer). En estas palabras Spencer establecedaramente la íntima relación de la expe­riencia y el entendimiento, y de los pro­cesos fundamentales del pensar: la in­ducción y la deducción.

Mas aun cuando no es exacto que lasci encias económicas, desde un punto devista metodológico, sean exclusivamentedeductivas, como lo asegura Dobb, sí loes que la dificultad de reducir a un con­cepto común las distintas doctrinas eco­nómicas, impide una definición seme­jante a la que podría lograrse con la re­ducción a un término común de las di fe­rencias cualitativas, pues para ello seríaindispensable cuantificar dichas cualida­des, como lo pretenden, por ejemplo, lasestadísticas o las matemáticas aplicadasal estudio de! fenómeno económico. Deahí que la otra manera propuesta porMaurice Dobb para obtener la definiciónde economía nos parezca aceptable. auncuando queremos advertir que nuestraparticular manera de entender el proble­ma de la definición comprende la fun­ción tiempo, y por ello creemos que todadefinición es histórica.

Con' el propósito de aclarar esta últimaaseyeraciÓn. valgan estas digresiones: laescuela clásica consideraba que un con­cepto estaba definido cuando se había 10­g-rado precisar su género próximo y sudiferencia específica, de tal modo que e!esquema de la definición queda formu­lado en la siguiente ecuación:

D = Gp + De,

Ecuación válida a partir de la admi­sión del principio de identidad expresadoen la fórmula: A = A; pero totalmenteincomprensible si la consideramos a laluz del principio dialéctico de contradic­ción expresado en la fórmula A = a +

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traída por los economistas liberales:laissez-faire, laissez-aller.

No es difícil darnos cuenta de que estaconcepción "naturalista" de la economíapolítica se asienta, de lejos, en el prin­cipio de identidad. Los liberales exigenla nb intervención del poder en las acti­vidade económi,cas, a fin de que triunfela armonía natural yel equilibrio lan'adoen el concepto de "ley natural". Est:1"ley naturál", trasfondo de todo el pen­samiento liberal, es la qÜé permitirá laespontánea distribución "natural" de lariqueza, y por ello misn;o la más salu­dable condición de la sociedad humana.En consecuencia, en cuanto se logre esedesél;hogado equilibrio y esa triunfal ar­mOl1:ía prevista por el liberalismo. se haalcai1zado un orden óptimo que no debeser ,transformado y sí conset'vado parala eternidad. El liberalismo entonces vie­ne a ,postular que el "orden natural" de­be ser. siempre idéntico a sí mi 1110, y queen esa su identidad está la base de lafelicidad humana; así es como los fi­siócratas violentan la historia al saltarde la realidad a una metafísica de la eco­nomía, transformando del mismo modouna ciencia que tratan de postular como"natural" en una concepción ética delbienestar del hombre. Conocido es el re­proche general dirigido por el "siglo de lahistQria", escribe Bouglé,4 a la economíaclásica. Universaliza el presente. Las ca­tegorías .económicas que constituía y queparecía deducir, consciente o inconscien­temente,. de la realidad contemporánea,parecía considerarlas válidas en todos lostiempos. y en todos los lugares. No lasreconocía, empleando una frase de La­salle, como "categorías históricas". Estacita. del distinguido profesor de la Sor­bona viene a confirmar el punto de vistasostenido renglones arriba.

En ,contraste con la tendencia a la uni­versalización del "orden natural" y alestablecimiento de la ecuménica "ley na­tural", que inspira a los autores del libe­ralismo económico, las corrientes dialéc­ticas postulan un concepto histórico dela Economía: "Las condiciones en lascuales los hombres producen y cambianlo producido varían con cada país y,dentro de éste, con cada generación. Poreso la Economía polítíca no puede ser lamisma para todos los países ni para to­das las épocas históricas ... Lo habitan­tes de la Tierra del Fuego no conoc:en laproducción en grandes masas ni el co­mercio mundial, como tampoco conocenlas letras de cambio giradas al descubier­to, ni los craks bursátiles. Y quien seempeñase en reducir la Economía polí­tica -.ele la Tierra del Fuego a las mismasleyes por las que se rige hoy la Econo­mía de Inglaterra, no sacaría evidentc­mente nada en limpio, como no fuesenunos, cuantos lugares comunes de la másvulgar trivialidad. La Economía políticaes por tanto una ciencia substancialmen­te histórica." G

De esta manera, al afirmarse la histo­ricidad de la Economía política, se entrade lleno a su perspectiva dialéctica y ala posibilídad de una definición que opereen función del tiempo y del espacio, se­gún lo exigimos al hablar del conceptomismo de definición; pero no solamentese ha logrado esto, sino también vincu­lar con intimidad a la sociedad humanacon su circunstancia. El hombre no sehalla aislado de la naturaleza de una ma­nera radk::al; por el ~ontrario su condi­ción de necesitado, su insati;facción lovinc;ulan·a la rea,l¡da.q a, través'del trabajo

KARL MARX.. . nl1 concepto histó1'ico ..

y SUS frutos, a tal grado que su situacióncomo productor determina, en propor­ción decisiva, la pluralidad de sus rela­ciones materiales y espirituales; el tra­bajo aparece así como una actividad esen­cial al hombre, y no como incidente cau­sado por una falta ultraterrena. HansBarth 6 escribe que Marx determinó eltrabajo como la esencia del hombre, yal hacerlo creó una antropología q'Ue esnecesario considerar.

El trabajo es la actividad fisica y men­tal que invierte el ser humano para lasatisfacción de sus necesidades básicasy el aseguramiento de la conservaciónde la vida, y precisamente en esta in­versión de su propio ser, que supone eltrabajo, realiza la autoenajenación o des­prendimiento de sí mismo que se objetivaen el fruto, el fruto del trabajo, desti­nado al uso del propio hombre: así, enla destrucción del fruto cancela la ena­jenación original. La conservación dela vida humana resulta un ciclo que su­pone un proceso de de~garramiento oenajenación y una reintegración a la uni­dad quebrantada o cancelación. El tra­bajo y el uso, escribe Barth, forman una

ALFRED MARSHALL

... mantene1' el desgarramiento ...

UNIVERSIDAD DE MEX1CO

un idé\d ... De este modo, el hombre rea­liza una autoproducción que e renueyay repite constantemente, yeso en Ola for­ma s.iguiente: el hombre,. obligado por larelatIva escasez de medto de vida quela naturaleza pone a su dI posición, alenecesariamente de sí mismo' en el trabajoobjetivándose en un producto que lueg~consume y que le ayuda a conseguirotros medios de vida. Así cancela el hom­bre su autoenajenación. 7

Tal es, la concepci~n antropológica aque deseabamos refen mas, y tal la im­portancia humana del trabajo y su pro­ductos. En el trabajo entendido comoenajenación va el ser mismo del hombre.y por ello la producción y sus frutosadquieren un rango profundamente hu­mano. y decisivo para la consideracióndel significado a'uténtico de la Economíapoi ¡tica como ciencia de la' producción yel intercambio de la riqueza.

El hombre que se enajetia en el trabajoy cancela su desintegración por el con­sumo, conserva su originalidad unitariay su independencia; pero en el instanteen que esa cancelación no ocurre, por ladivisión del trabajo y el: nacimiento delas clases sociales, la armonía original yla independencia sufren un golpe deci­sivo puesto que, a partir de e e hecho na­tural, el hombre va a luchar contra lossectores sociales interesados en mantenerhistóricamente el desgarramiento. Des­pués del ciclo inicial, en el que el desga­rramiento y su cancelación son actos su­cesivos, que corresponde al esquema deuna economía natural:, la división de loshombres en esclavos y pat'ricios, en sier­vos y nobles, en patrones 'y obreros, su­pone la presencia real de una enajenaciónque no ha sido c1a'usur~da definitiva­mente durante las épocas en que hanpasado de la organización! tribal a la es­clavitud, la servidumbre 'y el capitalis­mo de nuestros días. En cada uno de es­tos grandes sistemas sociales ha existidoun diferente régimen de producción, in­tercambio y distribución, cuyas condicio­nes explican las diversas maneras de ,laenajenación humana. C.on r~1~cha razonse ha escrito que la enajenaCIOn de nues­tro tiempo se caracteriza, desde un puntode vista económico, en que la parte delcapital que se cambia por; la fuerza deltrabajo no es ya de suyo' más que unaparte del producto del trabajo ajenoapropiado sin equivalente. 8

No es difícil, después de las conside­raciones expuestas, llegar a pre.cisar unconcepto de la Economía politica, dicien­do que es la ciencia que estudia las c~n­

diciones bajo las cuales se produce, 111­

tercambia y distribuye la riqueza creadapor el hombre, ciencia que establece la,sleyes de estos fenómenos sociales en elmarco de su desarrollo histórico.

Para señalar con mayor precisión ladiferencia entre la noci6n de Economíapolítica que hemos apuntado y la susten­tada por los teó¡'icos del XVIII, valgatranscribi l' las siguientes palabras de F e­derico Engels: "Aunque brotase a finesdel siglo XVII en unas cuantas cabezasgeniales, la Economía política en un en­ti do estricto, tal y como la formulan po­sitivamente los fisióCl'atas y AdamSmith. es substancialmente un fruto delsiglo XVIII, y figura entre las conquist:1sde los grandes raCionalistas franceses dela época, comprendiendo todas las venta­jas y todos los inconvienente de aquéltiempo ... La nueva ciencia no era paraellos expresión de las circunstancias ylas necesidades de la época en que vivían,

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UNIVERSIDAD DE MEXICO11

" '.r;"'':'"J,

Tosí-: MEDINA ECHAI'ARRÍA ... Cliál es el método apropiado ...

5~ ¿ Cómo se ha madi ficado el factoreconómico ante el reflujo de las otrasestructu ras sociales?

Nadi~ hasta ahora ha negado la im­portancIa de la Economía en la vida so­cial, y por ello plantear la posibilidad deuna sociología de la economía, sería ha­blar de un problema obvio. Aun quieneshan considerado pecaminoso el problemaeconómico, le conceden en sus estudios 12

amplios y detenidos capítulos; y no sóloesto: también han tratado de construirla definición misma de la sociología eco­n?l1lica; los sociólogos católicos, porejemplo, proponen la siguiente defini­ción: "la sociología económica estudialas relaciones que se establecen entre loshombres con motivo de su actividad eco·nómica". 13 .

,C.omo lo advertimos antes, la proble~matlca de la sociología podría reducirsea dos cuestiones: las referentes a la es­tructura y dinámica de las comunidadesprealfabetas y. a la de las comunidadesposteriores. Siendo esto así, la sociologíade la economía tendría también que resu­mir su estudio al establecimiento de lascorrelaciones del factor económico y losotros fenómenos sociales en el ámbito

del hombre primitivo y ele sus herederoshistóricos.

Carlos Marx H se ha ocupado de pre­cisar, desde un punto de vista filosófico.la íntima relación que existe entre él·hombre y los factores económicos, al ase­verar que "el ser de los hombres es suproceso real de la vida; la conciencia nodetermina la vida, sino ésta determina laconciencia". Lo que se encuentra en laconciencia, comenta Hans Barth. 1¡¡ sonlos órdenes y las condiciones bajo loscuales los hombres producen y reprodu­cen su vida. Por esto precisamente elcontenido de la conciencia, para Marx,"no puede ser otra cosa que el ser con­cienciado", es decir, la elevación a con­ciencia de las rdaciones de hecho en queestán los hombres cuando producen suexistencia mediante la producción .de bie­nes. 16

La tesis expuesta alcanza tai1 grandesdimensiones que, por necesiclacl ineludi­ble, la Economía tiende a ser Antropo-

han planteado, desde sus principios has­ta la fecha, las ciencias sociales, y quecorresponden a las siguientes preguntas:

1~ ¿ Cuál fué la condición primitivadel género humano y cómo se modificóesa condición?;

2~ ¿ Cuál ha sido la tendencia generalde todo el proceso del desarrollo social?;

3~ ¿ Mediante qué secuencias o etapashan llegado las diversas rama de la e ­pecie humana a sus estados actuales deorganización social?;

4~ ¿ Hay verdaderamente en los asun­tos sociales ciclos que, cuando sean des­cubiertos, hayan de demostrar la verdadde la máxima: "la historia e repi­te" ? 11

Una cuidadosa meditación nos mues­tra que falta, en el recuento de Barnesy Becker, la siguiente pregunta esencial:¿cuál es el método apropiado para la in­vestigación sociológica?, problema ésteque se han planteado siempre los mejoresesfuerzos del pensamiento social, desdelos clásicos -Comte, Spencer- hasta lasaportaciones contemporáneas de Max yAlfredo Weber, Jorge Simmel, etc., detal modo que esta cuestión debe coloca r­se, sin duda, entre los temas centrales delpensamiento sociológico, tanto más queen ella va el porvenir científico de lasociología.

Hecha la advertencia que antecede,agregaremos que la problemática señala­da puede reducirse a dos puntos: a) elestudio de la estructura y dinámica delas comunidades primitivas; b) el estu­dio de la estructura y dinámica de lascomunidades sociales posteriores, com­prendiendo el probl'ema dinámico no só­lo la tendencia general de su movimiento-acíclica o cíc1ica-, sino también susetapas y formas.

A propósito debemos repetir, abriendoun paréntesis, que la síntesis de los pro­blemas sociológicos nos confirma ennuestra opinión sobre la importancia dela definición de Economía política, yaque precisamente el análisis de las con­d¡'c~bne~ de producción y distri'buciónde la riqueza humana informará, de mo­do necesario, sobre la estructura y di­nimica del hombre primitivo, su ingresoa la historia y la validez de la doctrinahistórica del eterno retorno, informe quebrotará espontáneamente del estudiomismo de la vida material supuesta enlos procesos de enajenación y cancela­ción. Pero a fin de evitar una discusiónideológica que no vendría al caso, vamosa proyectar la problemática de una so­ciología de la economía, y al efecto di­remos que el fenómeno económico recibeun tratamiento sociológico degde d ins­tante en que se establecen sus correla­ciones con las demás estructuras socia­les, y determinaremos la influencia delprimero sobre las segundas y el reflujode éstas sobre aquél. Concebido así elcampo de la sociología de la Economía,las interrogaciones centrales serían:

1~ ¿ Cómo ha influído el factor econó­mico en la condición primitiva del: gé­nero .humano y en la modificación deesta condición?;

2~ ¿ Cuál ha sído la influencia del fac­tor económico en la tendencia general detodo el proceso del desarrollo social?;

3~ ¿ Cómo ha ínfluido el factor eco­nómico en las secuencias o etapas atra­vesadas por la especie humana para lle­gar a su estado actual? ;

4~ En el caso de que exista un retornohistórico ¿ Cuál ha sido en él la inter­vención del factor económico?;

-2-

MAX WEBER

... aportaciones contl'lIIporáneas.

sino reflejo de la razón eterna; en lasleyes de la producción y el intercambiopor ellos descubiertas, no veían las leyesde una forma históricamente condiciona­da que revestían esas actividades, sinoo.tras tantas leyes naturales eternas, de­rIvadas de la naturaleza humana." 9

Con el objeto de precisar las ideas delanterior parágrafo y también con el dlO'exponer nuéstra opinión sobre el signi­ficado y alcance de la sociología econó­mica, vamos a resumir los puntos másinterlO'santes: '. 19 La Economía no es una ciencía ex­clusivamente deductiva;

29 Vna definíción de la Economía de­be comprender el movimiento deL fenó­meno económico, para que así llene la8exigencias de un pensamiento dialéctico;

39 El liberalismo entiende a la econo­mía como una ciencia estática, al postu­lar "el orden natut:al"; su lejano funda­mento es una concepción de la identidad;

49 Entendemos por Economía Políticala ciencia que estudia las condiciones dela producción, el intercambio y la dis­tribución de la riqueza creada por el hom­bre, ciencia que establece las leyes de es-

tos fenómenos en el marco de su desarro­llo histórico.

Es fá,cil adivinar que el concepto dela economía señala muy claramente susentido sociológico, sobre todo si cansi­deramos que el estudio de las dichas con­diciones nos proporcionará una visión dela historia humana, de los procesos deenajenación del hombre, y del sígnifi­cado del desarrollo de la historia desdelas organizaciones preal fabetas hasta lascontemporáneas; y aún más: la perspec­tiva de una cancelación, en el porvenir,'de las clases sociales, como último ca­pítulo de la biografía de la enajenación

Creemos indispensable tratar con ma­yor detalle el problema de la sociologíaeconómica.

En la monumental obra del grupo desociólogos norteamericanos, dirigido porBarnes y Becker, 10 sobre la historia delpensami'ento social, se proporciona unbrillante resumen .de los problemas quecon mayor o menor claridad y precisión

Page 5: UN E N S A Y,O eCOnOmlCa - Revista de la Universidad de México · 2014-02-22 · Mandó traer del centro, de la mis ma capital, lo nunca visto: la rue da de la fortuna. Allí está,

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logía en el sentido más lato de la pa­labra, y de ahí que el tratamiento socio­lógico de las formas de producción ydistribución de la riqueza sea una inter­pretación del hombre y de su historia.

Teniendo en cuenta estas meditaóonesvamos a tratar de hacer una sistematiza­ción general de los distintos aspectos quecomprende la sociología de la Economía.

El primero de los problemas está se­ñalado en la pregunta por la influenciadel factor económico en la estructura ydinámica de las comunidades primitivas;esta relación nos permite definir algu­nas cuestiones considerando separada­mente los fenómenos de la producción yla distribución de la riqueza:

A. Correlaciones del factor econó­mico, desde el punto de vista de laproducción. en las comunidades preal­fabetas.

19 Estructura de las fuerzas deproducción y medios de producción;

29 Las relaciones de producción ylos sistemas de propiedad de los me­dios de producción;

39 Estructu ra de las fuerzas deproducción, los medios ck procluccióny la población;

'49 La división clasista de la pobla­ción;

59 Las clases sociales y su diná­mica (c1ialéct ica dt' la evolución so­cial) ; .

69 I~elaciones en tre la estructuraeconómica y las expresiones de la cul­tura (religión, arte, lOiencia, moral,derecho y política. Las ideologías).

B. Correlaciones del factor económi­co, desde el punto de vista de la dis­tribución, en las comunidades prealfa­betas.

19 El ing¡-eso y la población;29 El !ngreso y as clases sociales;39 El l11greso y las expresiones de

la cultura.

Esta problemática, planteada en es­quema general, nos señala una serie derespuestas suficientes para afrontar, conextrema claridad, una auténtica concep­ción de la estructura y dinámica de \;¡ssociedades primitivas, proporcionándo­nos la idea de su organización y desarro­llo.

Casi es innecesario advertir que lamisma problemática vale para las comu­nidades históricas, ya que el plantea­miento de su evolución nos vuelve a lapregunta sobre la influencia de la socie­dad económica en la total·idad de lasotras estructuras sociales, y del reflejo deéstas sobre la primera. El anál isis de lascondiciones de la producción y distribu­ción de la riqueza nos situará en el cam-

po mismo de la historia, evitándose deeste modo, en la sociología de la econo­mía, ,las meras e~peculaciones de la pura.< razon razonan te .

Sobre el problema del análisis de corre­laciones sociales, tan íntimamente ligadocon el panorama que corresponde a la so­ciología dc la economía, se ha hablado fre­cuentemente de la aplicación de las cone­lacione. funcionales usadas por los inves­tigadores de la naturaleza. Sin tener encuenta lo' objetivos de Sorokl11 al hablarde esta técnica de la investigación, 17 ha­remos una referencia a ella siguiendo laexposición del citado autor: "cn la meto­doloaía de las ciencias contemporáneasde 1: naturaleza. la concepción de la rela­ción funcional (¡-elación entre una v~­

riable y su función, que puede ser lllll­

lateral o bilateral), ha sustituído a la re­lación causal· unilateral, y la idea de co­n-elación a la del determinismo unilateraly metafísico. En la actualidad se afin;naque los fenómenos aSOCIados tIenen solorelaciones funcionales o están rela·ciona­dos hasta un grado de probabilidad in­dicado por el coeficiente de conela­ción ... la referida concepción ofrece laposibilidad de con,;iderar a los fadore,;como variables y tratar ck encontrar losfenómenos conelacionados. Frecuente­mente es posible establecer entre ello:;una ecuación funcional, o sea consideraruna función como variable y tratal- deencontrarle sus correlativas funciones.Por ejemplo, podríamos considerar elfactor económico como variable y estu­diar en qué medida está correlacionadocon los fenómenos religiosos, y tambiénconsiderar a éstos en la calidad de va­riables y tratar de establecer sus funcio­nes, entre las cuales haHariamos las que:orresponden al campo de los fenómenoseconómicos". El propio Sorokin cita co­mo ejemplo de a pI icación del método dela relación funcional, el estudio de Max\Veber sobre sociología de la religión, enel que este fenómeno es considerado co­mo una variable y el económico como unafunción.

J.a consideración de los factores comovariables y funciones carece de novedad;las ciencias matemáticas han trabajadoampliamente en este sentido y, por lo de­más, el establecimiento de correlacionesen el campo de la sociología es útil comoun instrumento técnico de trabajo; perosiempre y cuando se tengan en cuenta,para el análisis de las conclusiones, losgrandes métodos de la interpretación so­cial. En el fondo de las cosas la concep­ción dialéctica supone siempre una co­n-elación entre los factores contradicto­rios del ser.

I.as consideraciones que hemos expuf'S-

UNIVERSIDAD DE MEXICO-

to sobre la sociología de la economía nospermiten establecer definiciones precisas,y que señalaremos en los siguientes pun­t.os:

19 La Economía poI ítica es la cien­cia que estudia las condiciones de laproducción. el inte¡-cambio y la distri­bución de la riqueza creada por elhombre. ciencia que establece las le­yes de estos fenómcnos en el marcoele su elesalTollo histórico;

29 La sociología de la economía esla ciencia que considera los fenóme­nos de la producción y distribución dela riqueza creada por el hombre en suscorrelaciones con las demás estructu­ras sociales. Las leyes que estableceson rigurosamente concebidas en elmarco histórico en que oculTen las di­chas correlaciones.

39 La problemática de la sociologíade la economía, en términos genera­les, plantea semejantes preguntascuando afronta las comunidades pre­alfabetas y las históricas.

49 La problemática de la sociologíade la economía puede reducirse a dosaspecto,; e,;encia1es: el significado delfactor e.conómico en la estructura vdinámica de las comunidades primiti­vas. y el significado del mismo factoren la estructura y dinámica de las co­munidades sociales posteriores, com­prendiendo el problema dinámico jlO,;ólo la tendencia general de su mo­vimiento, sino también sus etapas yformas;

59 Desde un punto de vista meto­dológico, la técnica de las correlacio­nes funcionales resulta un instrumentomuy útil para la investigación socio­lógica de la economía; pero esta téc­nica no debe excluir la aplicación delos grandes métodos de interpretaciónsocial.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Utla introducción a la Economía, por Mau­rice Dohb.

2 Teoría de la Deducción, por Horacio La-bastida.

3 Anti-Diihrin.g, por Federico Engels.4 Qué es la Sociología, por Bouglé.5 Anti-Diill1"ing, por Federico Engels.6 / 'erdad e Ideología, por Hans Barth.7 Oh. cit., Hans Barth.8 Ob. cit., Hans Barth.9 Oh. cit., Federico Engcls.

lO Historia del Pensallliento Social, por H.E. Barnes y H. Becker.

11 Ob. cit., Barnes y Becker.12 Sociología Católica.. Varios autores.13 Sociología Católica. Varios autores.14 Crítica a la Econo11lía Polítira, por Cados

Marx.15 Oh. (it., Hans Barth.16 Oh. cit., Hans Barth.17 Les Théories Sociolo.C¡:·{JuPs Contelllporai­

nes, por P. A. Sorokin.

L o s p R o B L E M A s D E L L 1 B o(Viene de la pá{J. 2)

planes editoriales de cada organizaclOno porque no alcance la categoría intelec­tual indispensable.

Habría que anotar distintas circunstan­cias en esta relación de autor .1 editor:creo que es bueno scñalar la dificultadque presenta para una edito¡-ial e1 inten­to de cumpli l' su tarea con base en planesfundados en colaboraciones encaro'adas :l

e critores o investigadores. Quiero decir:una editorial como la nuest¡-a ha tenidoy tiene un interés particula¡- en desarro­llar ciertos planes editoriales que sola­mente serían posibles contando con la

colaboración decidida de un número gran­de de intelectuales que se advinieran acumplir la tarea CJue esos planes implica­rían.

Aquí reside la gran dificultad de esatarea editorial y que no ven o no entien­den los supuestos líderes del nacionalis­mo cultural que afirman a voz en cuelloque las editoriales recurren a las apor­taciones cxtranj eras por el solo motivo dcque son l'xtranjerizante,;. Dicen que no ,;eproteje así la producción nacional y quepara hacerlo. nuestra ta rea deberia re­ducirse a publicar lo que originalmente seproduzca en cada uno de nucstros países.

MAS FRACASOS QUE EX ITas

No niego que esto sería posible para elcaso de una editorial que no se planteela necesidad de cumpl ir una función es­pecífica en el desarrollo cultural del paísy que además no se formulara previosplanes de trabajo para dar a su obra 'Unsentido, una orientación y una significa­ción particular. Nuestra expel-iencia nosva cliciendo que la colaboración constante,la relación permanente de los autores conla editorial para poder desarrollar esteti po de labor, es di fí ci 1. En térm inos ge­nerales, hemos tenido más fracasos que