turismo y bien común-de la irresponsabilidad corporativa a la responsabilidad comunitaria

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  • 7/23/2019 Turismo y bien comn-De la irresponsabilidad corporativa a la responsabilidad comunitaria

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    OPINIONES EN DESARROLLOPrograma Turismo Responsable

    Artculo nm. 7 | Septiembre de 2010

    Turismo y bien comn:De la Irresponsabilidad Corporativa

    a la Responsabilidad Comunitariapor Joan Buades

    www.albasud.org|[email protected]

    El presente documento fue encargado a Joan Buades por ACSUD Las Segovias del Pas Valenci con el apoyo de laGeneralitat Valenciana, el Ayuntamiento de Castell y la Universitat Jaume I. Una primera versin fue publicada en:Gonzlez, E., Sez, K., Ramiro, P. y Buades, J. (2010): Reflexiones sobre la irresponsabilidad social corporativa, Valencia,ACSUD Las Segovias.

    Este documento est bajo una licencia Creative Commons.

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    Turismo y bien comn: de la IrresponsabilidadCorporativa a la Responsabilidad Comunitaria

    I. El mundo real y la idea de RSC

    En la segunda mitad del siglo XX y hasta hoy, la humanidad haexperimentado un cambio de vida radical e indito en la historia. Sitomamos tres variables clave (la poblacin, la economa y el ambiente), es

    difcil no darse cuenta de la gravedad de la situacin que afrontamos comoespecie. Por un lado, casi nos hemos triplicado en poco ms de medio siglo,pasando de 2.500 millones a superar los 6.800 entre 1950 y 2008. Segn lasprevisiones medias de Naciones Unidas, llegaremos a los 9.000 millones deseres humanos en 2050. Ms del 99% de este crecimiento (unos 2.200millones de personas) se dar en el Sur, que supera ya hoy el 80% de laHumanidad. Mientras tanto, el avance vertiginoso de la industrializacin yla apoteosis del turbocapitalismo neoliberal han hecho multiplicar por sieteel volumen de lo que llamamos economa desde 1950. Sus herramientasclave han sido la creacin de nuevas necesidades bsicas monetarizablesen forma de sociedad de consumo de masas, as como la desregulacin

    prcticamente total de la esfera financiera, que se ha convertido en unamega-autopista de negocio sin fronteras y absolutamente desligada de laproduccin de bienes y bienestar comunitario reales. Las grandesbeneficiarias han sido las 70.000 empresas transnacionales (+500% desde1970) que dominan el mundo, por encima de gobiernos, parlamentos yfronteras.

    Joan Buades (Mallorca, 1963) es investigador crtico en turismo, ambiente y globalizacin.Es colaborador de ALBA SUD y forma parte del Grupo de Investigacin en Sostenibilidady Territorio (GIST) de la Universidad de las Islas Baleares, adems de colaborar con otrasorganizaciones sociales. Entre 1999 y 2003 fue diputado en el Parlamento Balear y uno delos impulsores de la fiscalidad ecolgica sobre el turismo, la llamada ecotasa. Entre susltimas publicaciones destacan: On brilla el sol. Turisme a Balears abans del Boom, Res PblicaEdicions, Ibiza, 2004; Exportando parasos. La colonizacin turstica del planeta, La Lucerna,Palma de Mallorca, 2007; "El Imperio Turstico Balear: donde nunca se pone el sol.Entrevista a Joan Buades y Maci Blzquez", Alba Sud, artculo nm. 2, marzo de 2009; Donot disturb Barcel. Viaje a las entraas de un imperio turstico, Icaria Editorial, Barcelona, 2009;Copenhague y despus. El turismo y la justicia climtica global, Alba Sud, artculo 4,

    junio de 2009; El legado de Copenhagen: La emergencia de una nueva ciudadanaplanetaria, Alba Sud, artculo nm. 1, enero de 2010; Copenhagen and Beyond: Tourismand Global Climate Justice, en Disaster Prevention in Tourism. Perspectives on Climate Justice ,Ecumenical Coalition on Tourism y EED Tourism Watch, Chiang Mai, Tailandia, 2009;Alerta climtica, quimera turstica y placebo REDD en Centroamrica, Mxico y ElCaribe, Alba Sud, artculo nm. 2, junio de 2010.

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    Claro que tanta riqueza est cada vez ms desigualmente repartida.

    Mientras la clase consumidora la constituyen apenas unos 1.700 millonesde personas en el Norte y las capas privilegiadas de algunos pasesllamados emergentes (una cuarta parte de la humanidad), 2.800 millonessobrevive con menos de dos dlares al da. Como corolario, la huellaecolgica de la especie humana sobre el Planeta se ha vuelto angustiosapara nuestro futuro inmediato, ya que nuestro estilo de vida consume elequivalente a 1,3 planetas (una media de 2.85 hectreas por persona) paraproveerse de bienes y servicios y tratar nuestros residuos. Claro est queexisten niveles de responsabilidad muy desiguales: mientras los estadosindustriales del Norte llegan a cotas de 9,4 hectreas equivalentes (en losEUA; Alemania estara en 4,2 mientras que Espaa alcanzara las 5,7), en el

    Sur el consumo per capita es notoriamente menor (2.1 en China, 2.0 enNicaragua, 1.3 en Nigeria o 0.5 en Bangladesh).

    En esta encrucijada, a principios de los 70 algunos think tanks delcapitalismo empezaron a promover la necesidad de implantar estrategiasde Responsabilidad Social Corporativa (RSC). Es la poca dondeaparecen los primeros informes sobre la urgencia ambiental planetariacomo el del Club de Roma de 1972 y tambin cuando, el ao siguiente, lasociedad opulenta occidental sufre el shock de la primera crisis delpetrleo. Para estos creadores de opinin, los primeros actores de laeconoma internacional, las empresas transnacionales (ETN), deban pasar

    a la ofensiva ante las crecientes crticas ambientales y ciudadanas sobre suresponsabilidad en la crisis global. A pesar de la retrica del compromisocon los negocios ticos que ha dado lugar a la creacin de un enormeyacimiento de trabajo para profesionales del marketing a sueldo de lasETN, lo cierto es que lo ms relevante de la proliferacin de cdigos yestrategias de RSC es que se trata de actuaciones de carcter voluntario yno sometidas a ningn mecanismo de evaluacin participativo eindependiente. Es decir: desde su concepcin, son un instrumento decuidado de imagen de las propias ETN, las cuales financian y publicitanel producto sin interferencias ni controles regulativos. A medida que eldeterioro de la situacin socio-ambiental del Planeta se ha ido acelerando,

    gracias al impacto de un turbocapitalismo financiero controlado por lasETN, los programas y campaas de RSC se han multiplicado y sofisticado(cualquier transnacional avezada debe contar con una fundacin, un cdigotico y un programa de garantas sobre el carcter verde, solidario eincluso redistributivo hacia colectivos y sociedades empobrecidas).Desgraciadamente, existe una apabullante relacin de pruebasdocumentales sobre la falsedad de este modelo de RSC, el nico realmenteexistente, tanto a nivel global corporativo (www.corporatewatch.org;www.odg.cat; www.omal.info) como en la investigacin sobre susmltiples maneras de manifestarse ante la sociedad internacional de

    A principios de los 70algunos think tanks delcapitalismo empezaron apromover la necesidad deimplantar estrategias deResponsabilidad SocialCorporativa. Para estoscreadores de opinin, losprimeros actores de laeconoma internacional,las empresastransnacionales, debanpasar a la ofensiva ante

    las crecientes crticasambientales y ciudadanassobre su responsabilidaden la crisis global.

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    consumidores, a travs de las marcas (Klein, 2001; Werner & Weiss,

    2004).

    II. Qu tiene que ver el turismo con todo esto?

    Con un 2% de aumento en plena recesin mundial, 2008 marc un rcordhistrico en el trfico de turistas internacionales, con 924 millones devisitantes segn la Organizacin Mundial del Turismo (OMT). Este datorepresenta que el volumen de turistas se ha incrementado por 37 desde1950, es decir, que la velocidad de crecimiento de la economa tursticaquintuplica la de la economa global en su conjunto. Es un primer indiciode como la industrializacin turstica ha protagonizado un boom

    espectacular superando incluso la historia de xito del turbocapitalismo delos ltimos 30 aos.

    Eso no es todo. De acuerdo con el World Travel & Tourism Council (ellobby que agrupa las principales ETN del sector), el turismo representa el9.4% del Producto Interior Bruto mundial, el 10.9% de las exportacionestotales y un 7.6% del empleo, ya que habra generado unos 220 millones depuestos de trabajo en 2008 (www.wttc.org). El reflejo territorial de estegigante econmico resulta tambin muy desigual:

    Fuente: OMT, 2009, p. 3.

    Geogrficamente y desde el punto de vista de la recepcin, pues, el turismoes un sector ampliamente dominado por la hegemona de los estados delNorte (casi dos tercios visitan Europa, Estados Unidos, Canad, Australia oNueva Zelanda), mientras que frica, el continente ms empobrecido ynecesitado de oportunidades de bienestar, apenas recoge el 5% de turistas.Las dos regiones que sobresalen por la intensidad de uso turstico enrelacin a su poblacin y territorio y que se sitan fuera de las reascentrales del Norte son el Mediterrneo (en sus tres riberas continentales),

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    con unos 250 millones de turistas anuales, as como el Caribe-Mxico y

    resto de Amrica Central, donde se concentran unos 50 millones ms(OMT, 2009, p. 5).

    La oferta hotelera presenta dos caractersticas fundamentales: su enormecrecimiento y su tendencia a la concentracin. En 1989 eran 10.8 millonesde habitaciones disponibles, en 2005 alcanzaban los 16.3 millones. Encuanto al grado de concentracin, basta decir que si las 200 primerascadenas controlaban el 25% de la oferta mundial a finales de los 80, a mitadde esta dcada los 10 primeras ETN llegaban a dominar el 20% del mercadoglobal (Buades, 2006, p. 51).

    Cules son estas 10 primeras compaas hoteleras a escala mundial? Eldato crucial es que, a pesar de la globalizacin, 8 de ellas siguen teniendoen 2007 la sede en los EUA, al igual que 12 de las 20 primeras. El resto,excepto la ETN china Jin Jiang International Hotels (nmero 17), estndomiciliadas en la UE. Hasta la posicin 50, apenas encontramos y siempreen lugares discretos a cuatro ETN tursticas del Sur: otras tres chinas(Shangri-La Hotels & Resorts [35], Jin Ling Hotels & Resort Corp. [48] yGuandong International Hotels Management Holdings Ltd [50]) y el GrupoPosadas de Mxico [42].

    Ranking

    2007

    Compaa

    Sede corporativa

    Habitaciones

    2007

    Hoteles

    20071 IHG (InterContinental Hotels Group)Windsor, Reino Unido

    585.094 3.949

    2 Wyndham Hotel GroupParsippany, N.J., EUA

    550.576 6.544

    3 Marriott InternationalWashington, D.C., EUA

    537.249 2.999

    4 Hilton Hotels Corp.Beverly Hills, California, EUA

    502.116 3.000

    5 AccorPars, Francia

    461.698 3.871

    6 Choice Hotels InternationalSilver Spring, Maryland, EUA

    452.027 5.570

    7 Best Western InternationalPhoenix, Arizona, EUA

    308.636 4.035

    8 Starwood Hotels & Resorts WorldwideWhite Plains, Nueva York, EUA

    274.535 897

    9 Carlson Hotels WorldwideMinneapolis, Minnesota, EUA

    146.600 969

    10 Global Hyatt Corp.Chicago, Illionis, EUA

    135.001 721

    Fuente: Hotels, 2008.

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    An as, hay que destacar que la Inversin Directa de las ETN hoteleras enlos pases del Sur sigue siendo notoriamente baja, ya que slo tienelocalizadas all el 18% de su oferta de alojamiento, especialmente en elCaribe y Amrica Latina aunque empieza a notarse una creciente inversinen Asia Oriental (bsicamente China) (UNCTAD, 2007, p. 43).

    El escenario a medio plazo que prev la OMT (y que hasta ahora muestraun notable grado de ajuste a la realidad) provoca desasosiego por lacolosalidad del crecimiento an pendiente: nada menos que ms de 500millones de nuevos turistas en el Planeta para finales de la prxima dcada.Todo sin que haya cambios relevantes en cuanto a la geografa de los flujos

    tursticos, ya que el predominio nrdico seguira prcticamente inclume:

    rea Geogrfica 1995 2010 2020 Cuota (2020)

    Mundo 565 1066 1561 100

    Europa 336 527 717 45.9

    Asia Oriental y Pacfico 81 195 397 25.4

    Amricas 110 190 282 18.1

    frica 20 44 77 5.0

    Oriente Prximo 14 36 69 4.4

    Asia del sur 4 11 19 1.2

    Fuente: UNWTO (www.unwto.org/facts/eng/vision.htm).

    An as, si queremos hacernos una idea de por qu el turbocapitalismo hahecho del turismo unos de sus principales destinos de inversin hay queprestar atencin al hecho de que la economa turstica es mucho ms quehoteles y turistas.

    Fuente: BUADES, 2006, p. 43.

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    Como hemos visto, el boom de la hotelera mundial desde mitad de los 80

    es paralelo a la expansin sin precedentes del capitalismo financiero. Elpunto de contacto, la sinergia que lo ha hecho posible, ha sido laconstruccin de una enorme oferta turstica en forma de clster de negociodonde al hotel tradicional se le puede sumar una amplia gama deincentivos (desde condohoteles hasta campos de golf, pasando por casinoso marinas). Para los fondos de inversin especulativa que hancaracterizado el turbocapitalismo hasta la crisis de otoo de 2008, la buenaimagen social (la industria sin chimeneas, la del pasaporte aldesarrollo) de la inversin turstica especialmente en forma de resortspolivalentes con una amplia oferta residencial permite lavar el origenoscuro de buena parte de sus capitales a la par que hacer beneficios

    rpidos. Para las ETN hoteleras con menos escrpulos ticos, la asociacinen alianzas estratgicas con todo tipo de ingenios de inversin financierales proporcionaba una extraordinaria liquidez inversora que les serva paraacometer crecimientos de escala de negocio impensables pocos aos atrs(Buades, 2006, pp. 41-58). Estos beneficios mutuos (win-win strategy enla jerga neoliberal) se disparaban al vehicular buena parte del trfico decapitales y financiero a travs de la densa red de parasos fiscales (desde laCity de Londres a las islas Caimn pasando por la Bolsa de Nueva York)que funciona como caja B de las ETN que dominan el mundo por encimade gobiernos, leyes y fronteras. De hecho, no existe ETN hotelera (ni deningn otro sector econmico relevante) que no tenga domiciliadas

    mltiples sociedades fantasmas en estos agujeros negros de la economainternacional, ya que estn sustrados a todo control y transparenciapblicos (Chavagneux & Palan, 2007; Palan, Murphy & Chavagneux, 2010 ;www.lemonde.fr, 9 de julio de 2008).

    Estas prestaciones ocultas del sector se refuerzan con el no lugar queocupa el turismo en la politologa, su escaso peso acadmico en laeconoma y las ciencias sociales y, sobre todo, su extica falta deregulacin como actividad industrial a nivel internacional e incluso local.Todo ello incrementa su atractivo para los conservadores interesesindustrialistas, temerosos siempre de que la poltica lo invada todo. El

    turismo es visto por ellos como uno de los ltimos mbitos donde lalibertad puede ser disfrutada individualmente, entindase indistintamentepor personas y empresas (Mundt, 2004, p. 5).

    En definitiva, la industria turstica por su enorme peso directo e indirectoen la economa mundial y sus expectativas de crecimiento indefinido en elmarco de un Planeta en grave peligro ambiental, por la hegemona de lasETN y su sinergia con un capitalismo financiero ajeno a todo lo que no seael beneficio privado rpido, as como su falta de resultados en la mejora deldesarrollo humano de las sociedades ms afectadas, constituye un eslabn

    El boom de la hoteleramundial desde mitad delos 80 es paralelo a laexpansin sin precedentesdel capitalismofinanciero. El punto decontacto, la sinergia quelo ha hecho posible, hasido la construccin deuna enorme ofertaturstica en forma declster de negocio dondeal hotel tradicional se lepuede sumar una ampliagama de incentivos (desdecondohoteles hastacampos de golf, pasandopor casinos o marinas).

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    mayor en la tarea de avanzar hacia un mundo ecolgicamente con futuro,

    donde las comunidades cuenten y la democracia sea una realidadcotidiana.

    III. La superpotencia turstica espaola y su responsabilidad global

    El conocido milagro turstico espaol de los aos 50 a los 70 refleja elxito de la Espaa franquista a la hora de atraer a los tour-operadoresnrdicos. As, la progresin fue realmente meterica:

    Aos Millones

    de turistas

    1950 0.4

    1956 1.5

    1960 6.1

    1963 10.9

    1970 24.1

    1975 30.1

    1995 62.4

    2007 57.4

    Fuente: Bote Gmez, 1998, p. 39, y www.iet.tourspain.es.

    Dos factores influyeron sobremanera para poner Espaa de moda, decrucial importancia para entender el poder actual de las ETN hispanas en elmundo. Primero, el franquismo aprovech la coyuntura geopoltica (en estecaso, la Guerra Fra) para posicionarse como un destino seguro y soleadopara el turismo nrdico en un rea en disputa (el Mediterrneo). Despus,se puso a tiro de los intereses de los poderosos touroperadores nrdicos, afin de que pudieran operar en el pas sin molestias fiscales, legales oambientales (Buades, 2006, pp. 32-37). Estas dos fortalezas del modeloespaol de industrializacin turstica de msas, la ms radical operada enel Mediterrneo en la segunda mitad del siglo XX, entr en crisis con el finde la paz social garantizada por la Dictadura y la incertidumbre queacompa la reforma democrtica, la legalizacin de los sindicatos y laemergencia de movimientos ambientalistas contrarios a la urbanizacinsalvaje del litoral, la principal vctima territorial del producto estndar dela poca (sun, sea & sex).

    El impasse fue resuelto con determinacin a partir de mitad de los 80,cuando empresas tursticas emblemticas como Sol Meli o Barcelempezaron a apostar por deslocalizar su oferta en direccin al Sur. SolMeli pact con el dictador indonesio Suharto condiciones inmejorablespara su primer establecimiento exterior (en Bali, en 1985), mientras que

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    Barcel se estrenaba el mismo ao en la Repblica Dominicana, de la mano

    del todopoderoso socio local, Frank Ranieri, para empezar a construir sunuevo paraso bajo la marca Bvaro (Buades, 2006, pp. 66-87, y 2009).Mientras iban desprendindose de sus propiedades y de una parte de lagestin de sus cada vez menos rentables establecimientos en Espaa(especialmente en los dos archipilagos y la costa peninsularmediterrnea), algunas firmas hispanas que haban crecido a base de servirde cabeza de puente local de los Touroperadores nrdicos semetamorfosearon en potentes ETN. Aprovechando su know how previo a1975, supieron buscarse importantes aliados y padrinos pblicos yprivados para garantizarse mercados cautivos, sin riesgos democrticos,sociales o ambientales, donde fuera posible obtener niveles de rentabilidad

    gigantescos. El resultado est a la vista: Espaa, la playa de Occidente porantonomasia durante la Guerra Fra, es hoy una superpotencia tursticaplanetaria y cuenta con ocho ETN situadas entre las primeras 70 delmundo. Estas ocho grandes son:

    Ranking ETN Habitaciones Hoteles

    15 SOL MELI SAPalma de Mallorca

    75.022 301

    21 NH Hoteles SAMadrid

    49.677 341

    24 BARCEL Hotels & ResortsPalma de Mallorca

    42.173 162

    27 RIU Hotels & ResortsPalma de Mallorca 36.512 102

    31 IBEROSTAR Hotels & ResortsPalma de Mallorca

    31.000 97

    63 H10 HotelsBarcelona

    12.386 44

    65 HUSA Hotels GroupBarcelona

    12.174 152

    69 FIESTA Hotel GroupIbiza

    11.553 42

    Fuente: Hotels, 2008.

    En conjunto, las ocho grandes controlan unos 1.300 establecimientos

    hoteleros y unas 280.000 plazas en la primavera de 2009. El dominio balear-cataln es muy significativo. Si ponemos en relacin estas empresas con susalianzas empresariales globales, su relevancia es an mayor, dados loslazos de Sol Meli con Wyndham (la segunda ETN mundial) o el control deTUI (la 13a del planeta) por el consorcio Riu/Fiesta-Sirenis y la Caja deAhorros del Mediterrneo (CAM). Todas ellas extienden sus redes en lasregiones en que operan integrndose con compaas areas, agencias deviaje y, sobretodo, con sociedades inmobiliarias y entidades financieras.Como para las 10 ETN mayores, su principal fuente de negocio es laresidencializacin y la ingeniera financiera en parasos fiscales.

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    Un hecho clave es que ms de la mitad de esta oferta, tendencia creciente,

    se sita en el exterior. Los principales focos de negocio los constituyenMxico y el Caribe, los EUA, la hostelera de ciudad en la UE y losbalnearios mediterrneos (de Marruecos a Turqua, pasando por Italia,Croacia, Bulgaria o Chipre). En regiones tursticas del globo como laRepblica Dominicana, el Yucatn, Cuba o Canarias, las ETN hotelerasespaolas se han hecho las autnticas dueas de la economa (Caada,2009).

    Finalmente, la vocacin exportadoras de las ETN espaolas no hubiera sidoposible sin la colaboracin entusiasta del Estado espaol, no slo a travsde organismos pblicos de apoyo activo a la internacionalizacin como el

    ICEX (Instituto de Comercio Exterior, a travs de sus planes pas) o losnumerosos convenios de cooperacin turstica para poder facilitar lareexportacin de beneficios sin coste fiscal relevante para stas, sinotambin con el concurso clave de los gobiernos Gonzlez, Aznar yZapatero. Por encima de diferencias de partido, el empuje y las facilidadesdadas por los gobiernos democrticos espaoles para que las ETNtursticas se deslocalizaran ha sido firme y cada vez ms radical. Aparte dela firma del neoliberal Acuerdo General sobre Comercio y Servicios de laOrganizacin Mundial del Comercio (OMC), Espaa ha ido desmantelandotodo control real sobre los movimientos de capitales y el rgimen sobreinversines nacionales en el exterior (Buades, 2006, pp. 67-92).

    Naturalmente, algunas ETN han acompaado ese despliegue global concrecientes demostraciones de su compromiso con la sociedad y el medioambiente. Desgraciadamente, la mayora se mueven en el mbito de lasacciones puntuales e intermitentes, ya que seis de las ocho grandes nodisponen ni siquiera de un cdigo tico corporativo, es decir, una simpledeclaracin de intenciones sobre el carcter benfico y ambientalmentesostenible de la compaa.

    Slo dos ETN tienen un cdigo tico (NH y Barcel), una fundacinpropia (Barcel e Iberostar) o un programa ambiental formal (Sol Meli y

    NH). Tres disponen de programs de accin social (Sol Meli, NH yBarcel). Precisamente son las tres ms importantes las nicas que publicansus resultados antes de impuestos y tasas (EBITDA) as como la dedicacina RSC. En todos los casos, el montante a fondo perdido al margen de queno cuente con ninguna auditora independiente, se pudiesen cuestionar laidoneidad de muchas de sus acciones e incluso que se descontar la parteque se recupera con las subvenciones del sector pblico para sus propiosproyectos llama la atencin por su nimiedad. As, la correlacin con losresultados brutos es de apenas un 0.8% en el ms favorable de los casos(Barcel). En el caso de Riu, Iberostar, H10, Husa y Fiesta-Sirenis el

    La vocacin exportadorasde las ETN espaolas nohubiera sido posible sin lacolaboracin entusiastadel Estado espaol, noslo a travs deorganismos pblicos deapoyo activo a lainternacionalizacincomo el Instituto deComercio Exterior, atravs de sus planespas o los numerososconvenios decooperacin tursticapara poder facilitar lareexportacin debeneficios sin coste fiscalrelevante para stas, sinotambin con el concursoclave de los gobiernosGonzlez, Aznar yZapatero.

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    compromiso real es desconocido: en ningn caso publican las memorias

    anuales, tanto financieras como de responsabilidad social.

    Por lo tanto, si las ETN espaolas se sitan en la vanguardia del rankingdel sector turstico planetario, sorprendentemente su compromiso ni quesea formal con la llamada RSC es muy limitado e impropio de firmas quepretenden ser lderes globales.

    ETN Fundacinpropia

    Publicamemoria

    anual

    Cdigotico

    Programaambiental

    Programaaccinsocial

    Inversin sobreEBITDAdeclarada

    (en millones de )Sol Meli No No No S S 1.6 m. / 349.2 m.

    [0.4%]NH No S S S S 638.317/283 m.

    [0.2%]Barcel* S S S No S c. 1 m. /122

    [0.8%]Riu No No No No No ?

    Iberostar S No No No No ?

    H10 No No No No No ?

    Husa No No No No No ?

    FiestaSirenis

    No No No No No ?

    * No incluye los resultados, no publicados, de Barcel Crestline, domiciliada en los EUA, yque gestiona una tercera parte de los hoteles del Grupo Barcel. Por lo tanto, la inversin enRSC debe ser relativizada a la baja.

    Fuente: Webs corporativas (consultadas en abril de 2009).

    IV. RSC de la industria turstica: un sucio cuaderno de campo

    Las dos grandes plataformas globales del turismo internacional llevan aosintentando promover la idea de compromiso del sector con laresponsabilidad social corporativa, amn de con la sostenibilidadambiental, la eliminacin de la pobreza y un largo etctera de declaracionesde intenciones grandilocuentes y polticamente correctas. Desde el sectorpblico, la OMT consigui que las Naciones Unidas hicieran suyo unCdigo tico mundial para el turismo (Comunicado de la OMT, 27/09/2001, www.unwto.org/media/news/sp) y, recientemente, en septiembrede 2008, han lanzado el programa TOURPact.GC, orientado a movilizar elapoyo de las empresas tursticas hacia los Objetivos del Milenio y laDeclaracin de Davos sobre el cambio climtico y el turismo. Comoinfluyente lobby privado de la industria turstica global, el WTTC, ha idopublicando diferentes informes de orientacin estratgica, entre el quedestaca el llamado Corporate Social Leadership in Tourism & Travel(WTTC, 2002).

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    En el origen de estos esfuerzos est la necesidad de endulzar ante la

    opinin pblica la cruda realidad. Por un lado, el sector turstico presentaun notable atraso en la adopcin de compromisos voluntarios de reformaambiental y social respecto a otros sectores industriales cuando suresponsabilidad es mayor. Adems, a pesar del crecimiento en variedad ycantidad de objetivos (desde el respeto a la Naturaleza hasta el rechazo delturismo sexual pasando por el apadrinamiento de microcrditos paraproyectos de bienestar comunitario), la tendencia de fondo va en sentidocontrario, como reconoce elegantemente la propia WTTC: estosdesarrollos no estn ocurriendo al ritmo suficiente para crear una fuerzaefectiva para el cambio (WTTC, 2002, p. 3).

    Desde el punto de vista de su relevancia estratgica, existen tres grandesagujeros negros que fagocitan cualquier efecto positivo del sinnmero depequeas medidas que intentan implantar algunas ETN y gobiernos: eldescuido ambiental, la insensibilidad social y el acoso a la democracia tantolocal como global.

    V. El descuido ambiental

    Para estupefaccin de personas incautas, los compromisos ambientales delas ETN sortean tres problemas clave de la crisis global que padece elplaneta: el cambio climtico, la prdida de biodiversidad y el estrs hdrico.

    Normalmente, el nfasis suele ponerse en cmo el efecto invernaderopuede afectar la viabilidad del negocio turstico en las diversas regiones delglobo. Pero lo cierto es que cada vez resultan ms preocupantes los clculosoficiales sobre la contribucin del turismo al deterioro del clima. As, unreciente informe del Programa Ambiental de las Naciones Unidas llama laatencin sobre la infravaloracin del peso del sector en el cambio climtico.Ms all del tpico del 5% de responsabilidad, la ONU afirma que si seincluyeran no slo el CO sino el conjunto de gases invernadero, el sectorsera responsable de hasta el 14% de las emisiones. Es ms: reconoce queeste clculo es conservador porque no incluye el coste energtico de la

    construccin de hoteles, aeropuertos, autopistas y carreteras.

    Si nos centramos en la generacin de CO, el 5% de origen turstico vienecondicionado por la enorme repercusin del transporte (hasta un 90%). Eltipo de transporte no es ni mucho menos neutral: la aviacin explica entreel 54 y el 75% de las emisiones. Mientras que autobuses y trenes copan el34% de los viajes tursticos, slo generan el 13% de las emisiones. Encambio, aunque los viajes areos de larga distancias suponen apenas el2.7% del turismo internacional, representan el 17% de las emisiones de COde origen vacacional.

    El sector turstico presentaun notable atraso en laadopcin de compromisosvoluntarios de reformaambiental y social respectoa otros sectores industrialescuando su responsabilidades mayor. Existen tresgrandes agujeros negrosque fagocitan cualquierefecto positivo delsinnmero de pequeasmedidas que intentanimplantar algunas ETN ygobiernos: el descuidoambiental, la insensibilidadsocial y el acoso a lademocracia tanto localcomo global.

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    Las Naciones Unidas aaden el dato revelador de que la responsabilidad es

    muy desigual, porque el turismo internacional, en trminos anuales, es unproducto disfrutado por apenas un 2% de la poblacin mundial (unos 140millones de personas) (Simpson, Gossling, Scott, Hall, & Gladin, 2008, pp.15-16 y 66-67).

    A medio plazo, las previsiones son muchos peores: hacia 2035 el turismocrecer un 179% y su contribucin al efecto invernadero lo har en un188%, bsicamente debido a la expansin del trfico areo. Todo ello en unescenario en que el International Pannel on Climate Change (IPCC) exigeuna reduccin del 50% de las emisiones invernadero actuales hacia el 2050(Simpson, Gossling, Scott, Hall, & Gladin, 2008, pp. 15-16). En este

    contexto, incluso medios tan poco sospechosos de radicalismo como elFinancial Times llegan a publicar que en el prximo futuro el turismointernacional como ser identificado como el enemigo ambiental nmero1 (Tomkins, 2006).

    Ante estas evidencias, cul ha sido la reaccin de las ETN?Fundamentalmente, actuar como lobby para impedir que el Protocolo deKyoto y su eventual sustituto a partir de 2012 incluya cualquier referencia aobjectivos concretos de limitacin del crecimiento del transporte areo yan menos la posibilidad de utilizar mecanismos de fiscalidad ambientalpara favorecer la reduccin de las emisiones. La apuesta tanto de la OMT

    como del WTTC pasa por entrar en el mercado de las emisiones decarbono y introducir el uso de biocombustibles (OMT, 2007; WTTC, 2009).Es decir, el acento se pone en mejorar la eficiencia, mitigar el impacto de lostrayectos individuales dejando de lado cualquier cambio real en latendencia de fondo: el crecimiento constante y meterico del transporteareo y del turismo internacional de larga distancia desde Norteamrica yEuropa hacia Asia oriental y el Pacfico as como hacia el Caribe y losEmiratos, los principales focos de atraccin turstica a medio plazo. En elcaso espaol, por ejemplo, ni una sola ETN ha revisado su poltica dedeslocalizacin hacia Mxico, el Caribe y Amrica Central de uncontingente cada vez mayor de sus clientes.

    Al margen del factor transporte, a da de hoy no existen ejemplos deningn tipo de plan de solarizacin general de los resorts y dems plantaalojativa de las ETN, hecho absolutamente increble cuando la inmensamayora de sus establecimientos se sitan en las reas de mayor radiacinsolar anual del Planeta (Mediterrneo, Caribe, Trpicos). Qu sentidotiene entonces presumir de un programa piloto de sustitucin de bombillasincandescentes por alumbrado eficiente si van a ser usadas en resorts conun diseo energtico absolutamente insostenible por lo que hace atipologas, materiales, aislamiento o refrigeracin?

    La apuesta tanto de laOMT como del WTTCpasa por entrar en elmercado de las emisionesde carbono y introducirel uso de biocombustibles.Es decir, el acento se poneen mejorar la eficiencia,mitigar el impacto de lostrayectos individualesdejando de lado cualquiercambio real en latendencia de fondo: elcrecimiento constante ymeterico del transporteareo y del turismointernacional de largadistancia.

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    Una segunda factura ambiental la constituye la contribucin del turismo

    internacional a la prdida de biodiversidad, identificada en la Cumbresobre la Tierra de Rio de Janeiro en 1992 como el otro gran reto ambientalglobal. La irresponsabilidad en este campo de las ETN se manifesta en tresmbitos decisivos :

    - La colonizacin y artificializacin turstica de zonas tropicales con unalto valor ecolgico por ser el bioma ms rico del Planeta. Es el caso delos numerosos proyectos turstico-inmobiliarios en Costa Rica o enIndonesia.

    - La devastacin generalizada del litoral, tanto en el Mediterrneo comoen Mxico y Amrica central. La residencializacin de la oferta y lalocalizacin msiva de infraestructuras aeroportuarias, autopistas ycarreteras sacrifica continuamente playas, ecosistems dunares,humedales, espacios protegidos. Si el ejemplo de la urbanizacinextrema del litoral espaol es de permanente actualidad, las costascroatas, turcas, tunecinas o marroques se parecen cada vez ms a estemodelo. El enorme complejo que construyen Barcel e Iberostar enSadia (Rif) a costa del humedal de la Mouluya (zona protegida porel estado marroqu) (vase la pgina de la ong rifea Humains etEnvironnement: www.hee.org).

    -

    La preferencia por la localizacin en espacios insulares, junto con lostropicales, los ms frgiles ecolgicamente del Planeta. Adems de lasBaleares y Canarias, las ETN espaolas son las autnticas dueas de laRepblica Dominicana, Cuba, Jamaica o Cabo Verde (Buades, 2006, pp.59-119).

    El corolario de esta colonizacin turstica de regiones tropicales, litorales einsulares, es la utilizacin del reclamo natural como gancho comercialremozado de viejos y nuevos destinos (desde Mallorca a Costa Ricapasando por Brasil). Los espacios protegidos se convierten as en la targetade presentacin para atraer nuevos desarrollos residenciales y tursticos,los cuales, cuando se terminan materializando, provocan la desaparicin odeterioro mayor de aqullos (sobre la situacin en la hiperturistizada Mallorca,vistese el portal: www.salvemmallorca.org). Segn el Programa Ambientalde las Naciones Unidas, el turismo hacia las zonas ms amenazadasambientalmente del Planeta se habra duplicado en la dcada de los 90(Christ, Hillel, Matus, & Sweeting, 2003).

    El estrs hdrico acompaa siempre a la industrializacin turstica. Por unlado, las necesidades de consumo de agua del sector son muy superioresque las que presenta la poblacin permanente. As, por ejemplo, un turista

    El corolario de estacolonizacin turstica deregiones tropicales,litorales e insulares, es lautilizacin del reclamonatural como ganchocomercial remozado deviejos y nuevosdestinos (desdeMallorca a Costa Ricapasando por Brasil). Losespacios protegidos seconvierten as en latargeta de presentacinpara atraer nuevosdesarrollos residenciales ytursticos, los cuales,cuando se terminanmaterializando, provocanla desaparicin o deterioromayor de aqullos.

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    consume 3,8 veces ms agua que un ciudadano/a de Lanzarote (en

    Canarias) mientras que en Barbados pueden llegar a ser hasta 10 veces ms(Buades, 2008). Numerosos usos suntuarios ligados a la oferta turstica(como los campos de golf, las piscinas, los parques acuticos o el propioparque residencial y de condohoteles) disparan al alza los consumos. Uncampo de golf exige tanta agua al ao como una comunidad de 8.000personas (GOB Mallorca, 2000).

    La mayor parte de las regiones tursticas ms explotadas o bien se sitan enzonas de escasez hdrica o bien acaban sindolo por el sobreconsumoderivado del turismo y la residencializacin. Mientras en el Mediterrneola presin turstica y residencial propugna generar artificialmente agua

    desalada para sostener el crecimiento a toda costa (trasladando el problemaal clima, ya que su produccin dispara al alza la generacin de CO), en elCaribe y Centroamrica la disputa por el agua se traduce en luchasciudadanas por la defensa de acuferos ante la amenaza su privatizacin yagotamiento a manos de ETN tursticas e inmobiliarias. El caso del roNimboyore en el Guanacaste costarricense contra proyectos hoteleros yresidenciales como los de Sol Meli en Playa Conchal y Reserva Conchal ode Riu y otras en El Coco y Ocotal, es paradigmtico (Ramrez Cover, 2008;para hacerse una idea de la colosalidad de la demanda hdrica exigida por este polode desarrollo turstico, consltese el sitio: www.reservaconchal.com.). O lalucha popular e incluso institucional contra las ETN Riu, Iberostar y Fiesta

    en Jamaica por los riesgos que para el agua como bien comn tienen susmegaproyectos en regiones como Negril (www.jamaica-gleaner.com, 25 deagosto y 17 de septiembre de 2006).

    VI. La insensibilidad social

    El mapa de localizacin de la oferta de las ETN en el mundo revela tambincomo la apuesta por la turistizacin, lejos de suponer automticamente unamejora del bienestar para las comunidades afectadas, crea nuevosproblemas.

    Un primer indicador lo constituye el grado de libertad sindical y de respetopor los derechos laborales. Si nos fijamos en las Baleares, una de lasregiones ms turistizadas del Planeta, los sindicatos hace tiempo quedejaron de ejercer como tales para convertirse en gestores de ayudaspblicas y garantes ante las ETN que el trabajo normal a que se puedeaspirar es el de temporada, en el mejor de los casos como fijo-discontinuo (sic) durante seis meses al ao (Buades, 2006, p. 26). En sudespliegue por Amrica Latina, las ETN baleares y espaolas hantrasladado este modelo de precarizacin, buscando siempre ladomesticacin de los sindicatos. Recientemente, la confederacin sindical

    La mayor parte de lasregiones tursticas ms

    explotadas o bien sesitan en zonas deescasez hdrica o bienacaban sindolo por elsobreconsumo derivadodel turismo y laresidencializacin.

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    latinoamericana REL-UITA denunci el comportamiento antisindical del

    conjunto de las ETN espaolas en Amrica Latina, destacando el caso deBarcel, que permite secciones sindicales en menos de la cuarta parte desus establecimientos (REL-UITA, 2008). En su caso extremo, el cubano, apesar de que la sindicacin es obligatoria, en realidad el acceso al puesto detrabajo en turismo depende del aval del rgimen comunista. Otra tctica espromover sindicatos amarillos, dciles, como en Mxico. El tipo deempleo y la remuneracin que genera el sector son bajos y requieren manode obra mayormente poco cualificada, mientras se reservan los puestosdirectivos a una elite de confianza (en el caso de las ETN espaolas,directivos llegados de sus regiones de origen). La estrategia de separar lapropiedad del etablecimiento de su gestin hotelera debilita an ms la

    capacidad de respuesta de la clase trabajadora. La falta de respeto de lasnorms de proteccin sanitaria y laboral ha llevado a situacionesdramticas incluso en pases como Costa Rica, que presume de ser la Suizalatinoamericana. As, por ejemplo, en noviembre de 2008 a la cadena RIUse le mora en el Guanacaste un trabajador de la construccin debido -segn las denuncias sindicales al hacinamiento y las condicionesinsalubres de las barracas que comparta con otras 1.500 personasempleadas en proyectos hoteleros e inmobiliarios de la zona (lase:www.turismo-responsable.org/denuncia/0903_riu_costarica.html.).

    Complementariamente, las expectativas de especulacin inmobiliaria que

    genera la implantacin de las ETN tursticas convierten el suelo en unescenario de disputa extremadamente encarnizado entre las comunidadeslocales y los agentes de la industria del ocio. Tomemos el ejemplomeridiano de la isla de Mallorca: en 2005, el suelo clasificado comourbanizado o urbanizable prevea un techo de poblacin de 3.3 millones dehabitantes, cuando la poblacin real era de 700.000 personas. Es decir, unaplanificacin territorial al servicio de las ETN tursticas e inmobiliariasprevea multiplicar por cuatro la poblacin a medio plazo. De hecho, ya sehaban construido en aquel momento 1.4 millones de plazas habitacionales.Paradjicamente, a pesar de la abundacia terica de habitacin disponible(dos plazas por habitante), la mayora de la poblacin no poda acceder a

    una vivienda digna porque el mercado inmobiliario era el ms caro deEspaa (GOB Mallorca, 2006, p. 4). Precisamente, el boom inmobiliarioresidencial para el mercado internacional mientras la poblacin local se veprivada de vivienda se ha convertido en la imagen de marca del litoralmediterrneo espaol en las ltimas dos dcadas (Diaz & Loures Loures,2006). En su expansin sin fronteras, las ETN han provocado frecuentesconflictos con las comunidades por el uso de la tierra (vase el dossier de laFundacin Prisma sobre turismo y desarrollo inmobiliario en Centroamrica:http://prisma2.org.sv/web/Inmobiliario/index.htm). A menudo, gobier-nos amigos han intentado facilitar la expoliacin pura y simple de tierras

    Las expectativas deespeculacin inmobiliariaque genera laimplantacin de las ETNtursticas convierten elsuelo en un escenario dedisputa extremadamenteencarnizado entre lascomunidades locales y losagentes de la industria delocio.

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    comunales de alto valor paisagstico y ambiental, como en el caso de la

    disputa por la conservacin de la Laguna de Apoyo en Nicaragua,destinada a ser convertida en escaparate de un complejo inmobiliario con elapoyo entusiasta del ultraliberal presidente Bolaos y finalmentepreservada por el estado bajo presidencia sandinista(www.laprensa.com.ni, 13 de noviembre de 2007). En casos extremos, hahecho su aparicin la violencia fsica. En la Repblica Dominicana, sonperidicos los asesinatos perpetrados por paramilitares a sueldo decompaas tursticas y urbanizadoras en la costa este vecina a Bvaro(www.listin.com.do, 9 de abril de 2009). En cualquier caso, sea en elYucatn o en Baleares, el resultado es la quiebra de las economascampesinas y locales sin que la riqueza econmica, los buenos empleos y el

    bienestar en materias como la educacin, la sanidad o los servicios sociales,hayan llegado a la mayora (Banos Ramirez & Castaneda Navarrete, 2007;Buades, 2006, pp. 29-40).

    Otro elemento relevante del impacto social de las ETN tiene que ver con elchoque intercultural que comporta su implantacin. De hecho, laindustrializacin turstica suele usar el paisaje y las comunidades comomero decorado en forma de valor aadido de un negocio que se quiererpido y sin complicaciones. El turismo pondra en contacto con el mundocosmopolita, moderno y monetarizado a unas sociedadesatrasadas, pintorescamente arcaicas y en vas de extincin (Santa

    Ana, 2004). La estandarizacin de productos y servicios inherente de laindustria turstica independientemente de su localizacin en el globo, llevaa la aculturacin y a la reduccin del capital social en las comunidadesafectadas. Un ejemplo extraordinario de resistencia lo ofrecen lascomunidades garfunas que se oponen a la construccin en la baha de Telaen el Caribe hondureo de un megaresort que les tena reservado el papelde mercanca folkorizada (vase: http://mimundo-jamesrodriguez-esp.blogspot.com/2008/07/resistencia-garfuna-en-la-baha-de-tela.html, ascomo: www.biodiversidadla.org/content/view/full/35459). Adems, elboom especulativo acta como imn para la emigracin msiva hacia estaszonas. Al no existir ninguna estrategia de cohesin social, el consiguiente

    boom migratorio acelera la despersonalizacin y fragmentacincomunitarias (Boissevain, 1996; Buades, 2007; Jimnez Martnez & SosaFerreira, 2007).

    VII. El acoso a la democracia local y global

    El ltimo agujero negro de las ETN tursticas tiene que ver con su alergia ala transparencia. En primer lugar, hay que llamar la atencin sobre suindiferencia al carcter democrtico o dictatorial a la hora de decidir suslocalizaciones. Al ser un sector extraordinariamente desregulado, su

    La industrializacinturstica suele usar elpaisaje y las comunidadescomo mero decorado enforma de valor aadidode un negocio que sequiere rpido y sincomplicaciones. Elturismo pondra encontacto con el mundocosmopolita,moderno ymonetarizado a unassociedades atrasadas,pintorescamentearcaicas y en vas deextincin.

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    preferencia se dirige hacia regmenes sin incertidumbre como la

    Repblica Dominicana, Mxico, Indonesia o Marruecos muy por delante desistemas democrticos tradicionales. Como hicieron en el banco de pruebasbalear y espaol entre 1955 y 1975, de lo que se trata es de garantizarse atravs de una poderosa red de amigos locales, un cuadro seguro defacilidades de inversin y de repatriacin de beneficios al exterior,incluyendo bajos salarios en empleos poco cualificados as como el apoyodel sector pblico para que le provea de cada vez mayores infraestructurasde transporte (fundamentalmente, aeropuertos, puertos y autopistas), deelectricidad, agua y residuos. El objetivo es crear clsters de negocio a granescala orientados al crecimiento cuantitativo constante. En este sentido, lassinergias entre Sol Meli y la dictadura de Suharto permitieron el primero

    salto internacional de la primera ETN espaola en 1985. Hoy en da, lapujanza de Barcel sera inexplicable sin este know how que le permitehacer Dominicana o Marruecos con seguridad, ya que va de la mano deprohombres locales como el padrino del turismo dominicano Frank Raineriy del fervoroso primer promotor turstico a la vez que frreo rey deMarruecos, Mohammed VI. Estas alianzas con las lites locales generancorrupcin y permiten el expolio fluido de la riqueza generada por elturismo hacia el exterior (Buades, 2009).

    Las ETN suspiran para que el estado acte como facilitador de susproyectos, poniendo el mximo dinero pblico posible en infraestructuras

    para soportar una expansin constante a nivel de plazas alojativas yresidenciales, sin olvidar su papel activo en la comercializacin delproducto de aquellas va campaas de promocin exteriormultimillonarias. Naturalmente, las asombrosas sumas de dinero pblicopuestas al servicio de los intereses de las ETN van en detrimento de lasinversiones en desarrollo humano de las sociedades tericamentebeneficiadas. All donde crecen los aeropuertos y autopistas, dondeaparecen potabilizadoras e incineradoras, donde se dilapidan cantidadesfabulosas en propaganda vacacional para negocios privados, suele decrecerla inversin en educacin bsica y universitaria, en sanidad y bienestarsocial o, simplemente, desaparece, como el caso de la vivienda social

    (Buades, 2006, pp. 67-119). En los momentos en que las inversiones parecenpeligrar por la protesta ciudadana, (como en el caso de la ltima crisisinstitucional en Mxico o la negativa del gobierno jamaicano a entregar loque queda del paisaje y los bienes y servicios del pas a inversoresextranjeros), las ocho grandes no han dudado a requerir los servicios demediacin y proteccin tanto del presidente del Gobierno espaol como delpropio Rey (www.eleconomista.es, 15 de julio de 2007 ywww.diariodeibiza.es, 21 de febrero de 2009).

    De todas maneras, la falta de transparencia fundamental tiene que ver con

    Las ETN suspiran paraque el estado acte comofacilitador de susproyectos, poniendo elmximo dinero pblicoposible eninfraestructuras parasoportar una expansinconstante a nivel deplazas alojativas yresidenciales, sin olvidarsu papel activo en lacomercializacin delproducto de aquellas vacampaas de promocinexterior multimillonarias.

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    la aceptacin del marco neoliberal del llamado Consenso de Washington

    y, sobre todo, con la ingeniera financiera va parasos fiscales. En enero de2000, 140 estados presentes en la Organizacin Mundial de Comercio, elinstrumento institucional crucial del turbocapitalismo, dieron a la luz alAcuerdo General sobre el Comercio de los Servicios (AGCS, GATS en sussiglas inglesas). El AGSC creaba un nuevo marco, absolutamente favorablepara las inversiones de las ETN de todo tipo en cualquier pas por encimade sus legislaciones y normativas econmicas, ambientales o sociales. Loms destacado es que no forma parte de su lxico nociones clave comosostenibilidad ambiental, reparto de beneficios, transparencia fiscal,conservacin o participacin de las comunidades locales. Su impacto en unsector tan internacionalizado como la economa turstica est siendo

    devastador, ya que convierte a las ETN en un competidor en igualdad dederechos que cualquier empresa o iniciativa local. Con ello y vista ladesigualdad de potencia y recursos entre unas y otras, se crean condicionesde mercado para multiplicar abruptamente los proyectos tursticos einmobiliarias en amplias regiones del mundo. Todas las grandes reas dedesarrollo turstico se ubican en estados que han ratificado el AGSC y losestados aspirantes a convertirse en nuevos y prometedores destinos seestn apresurando a ratificarlo. Normalmente, como en el caso espaol, loscrditos oficiales de ayuda al desarrollo (FAD) son usados, en realidad,por las propias ETN para abrir mercados en nuevos destinos tursticos,gozando del colaboracionismo entusiasta de los estados supuestamente

    solidarios (Castellano, 2009). De esta suerte, y para poder atraer laatencin de las ETN, las economas locales son sometidas a unacompeticin a la baja en materia de fiscalidad, derechos sociales y laboralesy proteccin ambiental. Entre sus primeras vctimas, hay el pequeo ymedio empresariado local, que se ve afectado de raz en su cuenta deresultados por su exclusin del clster de negocio todo incluidoque rodea alos resorts y que se nutre, casi exclusivamente, de materiales y serviciosimportados. Cuanto ms empobrecido est un pas, ms radical deviene eldesmantelamiento de toda normativa de planificacin y supervisindemocrticas sobre el territorio, la economa y el ambiente. Por no hablarde la privatizacin subsiguiente de bienes comunes como el agua o la tierra

    (Equations, 2007).

    Este marco ultraliberal tan favorable llega al paroxismo con la apuesta delas ETN tursticas por el trnsito financiero a travs de parasos fiscales(vase: http://taxjustice.blogspot.com). No existe ninguna transnacionalturstica espaola que no vehicule buena parte de su contabilidad por esasombra red de prestidigitacin de capitales ajeno a todo controlinternacional pblico. Sol Meli, por ejemplo, tiene domiciliadas unaveintena de sociedades en las Caimn, las Antillas holandesas, Panam,Luxemburgo o Jersey. NH prefiere Luxemburgo y los Pases Bajos. Barcel

    Las economas locales sonsometidas a unacompeticin a la baja enmateria de fiscalidad,derechos sociales ylaborales y proteccinambiental.

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    tiene debilidad por Suiza y Panam, mientras que Riu y Fiesta-Sirenis

    tienen presencia financiera en las Aruba, las Bahams, Panam, Chipre yCabo Verde. Iberostar, como mnimo, vehicula su ingeniera financiera atravs de las Antillas holandesas. Gracias a su perspicacia, las ETNconsiguen as sustraer sus verdaderas cuentas de beneficios y resultados dela supervisin de las comunidades donde operan como negocio hotelero einmobiliario (Buades, 2006, pp. 66-87). El dinero no declarado afecta muyespecialmente a los estados del Sur. Segn Oxfam, el fraude impositivoglobal de particulares que deberan pagar impuestos en el Sur sumara124.000 millones de dlares al ao. Si se sumara la parte proporcional delos ms de 200.000 millones adicionales que las ETN sustraen del control delas haciendas del Sur, los pases empobrecidos tendran a su disposicin al

    menos el doble del dinero que reciben en forma de ayuda al desarrollo(unos 103.000 millones de dlares anuales) (vase:www.oxfam.org/es/pressroom/pressrelease/2009-03-13/control-paraisos-fiscales-liberar-millones-dolares). Para atisbar qu puede haber detrs de lafachada contable transnacionales vacacionales, nada mejor que echar unaojeada a la maraa fiscal del Grupo Barcel (Anexo 1).

    Al estallar la actual crisis global de origen financiero, precisamente, lanecesidad de acabar o, como mnimo limitar, la capacidad de accin deestos parasos fiscales se ha convertido en prioridad oficial, desde el propiaG20 en su cumbre de Londres a la presidencia de los EE.UU (lase el

    comunicado de 2 de abril de 2009 de la OCDE con la lista oficial de parasosfiscales a eliminar o controlar mediante nuevos mecanismos de transparencia en:www.oecd.org). Obviamente, cualquier avance real en favor del fin o lalimitacin de estos centros offshore comportar notables transformacionesdel modelo de negocio de las ETN. Como en el resto de la economa, elpeso de la especulacin financiera debera disminuir drsticamente enfavor de las inversiones productivas.

    Finalmente, hay que destacar cmo la relacin entre las ETN y los pueblossusceptibles de acoger sus proyectos est basada, hasta hoy, en el chantaje.Las grandes transnacionales espaolas no han dudado en constituirse como

    lobby a travs de la plataforma Inverotel para poder conseguir degobiernos como el costarricense, el jamaicano, el dominicano y el mexicano,condiciones an ms ventajosas para proyectos de escala cada vez mayor(www.caribepreferente.com, 28 de abril de 2008). En Jamaica, por ejemplo,ante las primeras presiones populares y gubernamentales para quecumplieran con la legalidad, han decidido retirarse o congelar los nuevosdesarrollos como medida de presin antes que acatar las decisionesemanadas de las instituciones de la repblica (www.jamaica-gleaner.com,14 de mayo de 2008). Lo ms grave es la orientacin estratgica de lamisin de las ETN tursticas: su objetivo es hacer negocios en lugares

    La relacin entre las ETNy los pueblos susceptiblesde acoger sus proyectosest basada, hasta hoy, enel chantaje. Las grandestransnacionales espaolasno han dudado enconstituirse como lobby atravs de la plataformaInverotel para poderconseguir de gobiernoscomo el costarricense, eljamaicano, el dominicanoy el mexicano,condiciones an msventajosas para proyectosde escala cada vez mayor

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    seguros y, para ello, nada mejor que crear oportunidades de crisis que

    puedan ser aprovechadas para hacer tabula rasa con las comunidades quehan de servir a sus proyectos (Klein, 2007, pp. 385-405). La turistizacin,vista as, se manifiesta como una mutacin radical de las sociedadesafectadas, las cuales entran en la lgica del neoliberalismo, el consumismoy la modernizacin sin que, por el camino, hayan conseguido mejorarsensiblemente su bienestar y su desarrollo humano (Caada, 2009).

    VIII. Claves para la imprescindible responsabilidad turstica

    A la vista de la situacin en el mundo, nos encontramos en una encrucijadacomo civilizacin: la crisis del turbocapitalismo puede conducir a una

    mayor desigualdad, miseria y conflicto o puede constituir una oportunidadpara empezar a hacer las paces con el Planeta, dar posibilidades dedesarrollo humano a la mayora empobrecida de la humanidad y ampliarlos niveles de democracia real.

    Como sabemos por su peso en la economa mundial y su responsabilidaden el cambio climtico, la explotacin de los bienes comunes y lacolonizacin de las comunidades empobrecidas del Planeta, lo queacontezca con el turismo internacional ser decisivo en las prximostiempos. Desde la premisa que el menos malo de los sistems conocidos esel del mercado con democracia (tambin econmica), ha llegado el

    momento de cambiar el marco operativo del turismo global. A pesar de lasdiferencias interculturales entre las ETN, los gobiernos y las sociedadesafectadas, hay tres factores que invitan a la cooperacin:

    - El tiempo para actuar, salvando la calidad de vida general ygarantizando el negocio turistico, se acaba. Tenemos pocas dcadas pordelante para hacer frente inteligentemente al cambio climatico, al estrshidrico, la devastacion de los ultimos bioms esenciales. Si no hacemosnada, incluso buena parte de los destinos desaparecern (Simpson,Gossling, Scott, Hall, & Gladin, 2008).

    -

    La conciencia de buena parte de la clase ociosa internacional y demuchos propietarios y ejecutivos de las ETN est cambiando y no seaceptan un mero lavado de cara del producto. De hecho, presumende que les gustaria ofrecer calidad e innovacion al servicio tanto delnegocio como del cuidado de unos bienes comunes intocables (elclima, el paisaje, el agua, un minimo de condiciones de bienestar paralas comunidades afectadas por la industria,).

    - Determinados tipos de turismo, respetuosos con los equilibriosambientales y generadores de bienestar directo a las comunidades que

    El punto crucial es ir msalla de la multiplicacionde proyectos piloto ymicroacciones enactuaciones de fin detuberia. Las ETN y losgobiernos ya llevan aosimplantando accionesdemostrativas sobre cmoahorrar energia apagandolas luces al salir de lahabitacion o colocandodifusores de agua enalgunos dispositivos deagua. Por su naturaleza,a menudo supeditada alas necesidades de imagende marca o empresa, losresultados han sidoprcticamenteirrelevantes.

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    decidan democraticamente promoverlo, pueden ser decisivos para

    sostener sociedades amenazadas por la miseria y condenadas a laemigracion msiva.

    El punto crucial es ir ms alla de la multiplicacion de proyectos piloto ymicroacciones en actuaciones de fin de tuberia. Las ETN y los gobiernosya llevan aos implantando acciones demostrativas sobre cmo ahorrarenergia apagando las luces al salir de la habitacion o colocando difusoresde agua en algunos dispositivos de agua. Por su naturaleza, a menudosupeditada a las necesidades de imagen de marca o empresa, los resultadoshan sido prcticamente irrelevantes. Sin perjuicio de todo este despliegue(por otro parte, intermitente, voluntario y no sometido a ninguna

    supervision independiente de calidad), el reto urgente es incidir en trescampos generalistas para que la RSC pueda traducirse en una practica real:el ambiente, el bienestar social de las comunidades afectadas y latransparencia econmica y democratica a escala local y global.

    En primer lugar, la industria turstica internacional ha de plantearse unareforma verde de la oferta para poder afectar positivamente el balanceambiental. Las prioridades estratgicas deberian pasar por:

    - La ecologizacion de la planta y servicios existentes. Las ETN podranponer en marcha planes de solarizacin y eficiencia energticas en

    todas sus instalaciones, a fin de bajar su factura en CO y otros gasesinvernadero as como reducir la presion a favor de ms centrales fsileso nucleares. Paralelamente, deberan instalar generalizadamente planesde minimizacin y reutilizacin del agua y los residuos. Entre lasiniciativas deseables, se tendra que considerar la renuncia a los camposde golf y parques acuticos en las zonas bioclimticamente ms frgiles,como el Mediterrneo o el Caribe. En el caso de los desechos, laindustria podra implantar programas de residuo mnimo, reduciendodrsticamente el uso de plsticos y materiales no reciclables.

    - El apoyo activo y no parasitario de la proteccin de la biodiversidad,especialmente los bosques tropicales y los sitios protegidos ylitorales. Ante el modelo escaparate (que convierte a los espaciosprotegidos en mero reclamo publicitario de desarrollos hoteleros einmobiliarios), las ETN podran contribuir econmicamente a sugestin conservacionista y comprometerse a no implantar nuevasinstalaciones y establecimientos en su interior. Este compromisollevara aparejado sine qua non el de la participacin en la planificaciny gestin de las comunidades y asociaciones ciudadanas locales a fin degarantizar que la proteccin ambiental incluyera tambin a lassociedades que han cuidado estos espacios a lo largo del tiempo.

    La industria tursticainternacional ha deplantearse una reformaverde de la oferta parapoder afectarpositivamente el balanceambiental. Lasprioridades estratgicasdeberian pasar por: laecologizacion de la plantay servicios existentes; elapoyo activo y noparasitario de laproteccin de labiodiversidad,especialmente los bosquestropicales y los sitiosprotegidos y litorales ydar prioridad altransporte regional porencima deltranscontinental.

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    -

    Dar prioridad al transporte regional por encima del transcontinental.Esto pasaria por fijar un limite global al transporte areo de largadistancia en el marco de los acuerdos de proteccin del clima quesustituirn al Protocolo de Kyoto (que ignoraba deliberadamente laenorme responsabilidad global del transporte areo). A pesar del fiascode la Conferencia de Copenhague (diciembre de 2009), la industriaturstica debera convertirse en parte activa comprometida con lapreservacin del clima. Naturalmente, se tratara de dar prioridad a laoferta vacacional intracontinental o regional, incrementando el recursoal transporte colectivo y de superficie (trenes, autobuses) o martimo,los cuales tienen una huella climtica mucho menor que el avin.

    Fuente: Tourism Watch y Evangelischer Entwicklungsdienst, 2009.

    - Minimizar el transporte de materiales y alimentos, adaptndose a laoferta local. Una parte muy importante de los servicios (la comida) eincluso instalaciones (materiales de obra, revestimientos, etc.) queofrece la industria turstica tiene un coste ecologico extremo porqueproviene del exterior, incluso de lugares lejanos. Todo lo que searecurrir a la oferta local o regional no har sino mejorar el balance

    ambiental global.

    Los resultados de esta nueva misin de las ETN tursticas deberanpermitir reducir de manera sensible su huella ecolgica en trminosbiofsicos. Para una comparacin relevante, en una sociedad tanradicalmente modelada por la economa del turismo como la de las islasBaleares, la huella ecolgica actual -equivalente a casi seis veces lacapacidad bioproductiva de la region- tiene que suavizarse y la propiaindustria tiene un amplio margen de responsabilidad para hacerlo posible(Murray, Rullan, & Blzquez, 2005).

    Ha llegado la hora devincular la rentabilidadempresarial legtima conla mejora real de lascondiciones de vida de lascomunidades localesafectadas por la industriaturstica internacional.

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    Paralelamente, ha llegado la hora de vincular la rentabilidad empresarial

    legtima con la mejora real de las condiciones de vida de las comunidadeslocales afectadas por la industria turstica internacional.

    Aparte de dar participacion a las empresas y cooperativas regionales entodo lo que afectaria a las iniciativas ambientales citadas, habra cuatrodirecciones esenciales de dignificacin de la RSC de las ETN, a saber:

    - Fomentar la libre sindicacion y favorecer la participacion de lostrabajadores y trabajadoras en la toma de decisiones estratgicas de lasempresas que afecten a su lugar de residencia.

    -

    El empleo y, en su caso, formacion profesional de cuadros directivoslocales para las filiales en los estados del Sur, evitando el colonialismoen la estructura del personal (extranjeros en los puestos directivos,locales slo en la parte baja).

    - Ofrecer un fondo social a la parte trabajadora que garantice ventajas enmateria de vivienda social, derechos sanitarios, apoyo a la formacinprofesional y escolarizacin.

    - La inclusion del uso de las lenguas locales en los servicios ofrecidos as

    como el respeto por las tradiciones culturales propias del lugar.- Ejercer un mecenazgo concertado con las asociaciones y lideres locales

    para favorecer la escolarizacin y la sanidad bsicas, los serviciossociales, las becas para la educacin universitaria y la implantacin denuevas tecnologas de usos colectivo, empezando por las redescomunitarias, centros de enseanza, culturales y de jvenes.

    Siendo importantes la cooperacin ambiental y social, sus progresos nopodrn durar si no se consigue garantizar la transparencia econmica delas ETN y sus proyectos tursticos. Eso exigir que las propias

    transnacionales, motu propio, o bien por exigencia de los gobiernos y lascomunidades, si quieren seguir viviendo del reclamo turistico, se abran aparticipar en procesos de creatividad democrtica inditos hasta ahora. Laidea de fondo es que las ETN slo tienen futuro si hacen real sutransparencia y tica fiscales y cumplen con sus deberes con las haciendas ylas comunidades afectadas. Adems, para que el Planeta seaambientalmente viable se necesita que firmas como Sol Meli, Barcel, NH,Riu, Iberostar, H10 o Fiesta, dejen de seguir operando a su aire, al margende toda regulacin democratica internacional y sin que ninguna instanciaindependiente y participada por asociaciones de prestigio de las

    La idea de fondo es quelas ETN slo tienenfuturo si hacen real sutransparencia y ticafiscales y cumplen consus deberes con lashaciendas y lascomunidades afectadas.

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    comunidades donde realizan sus negocios pueda supervisar si cumplen

    con su verdadera responsabilidad social como corporaciones.

    En concreto, es urgente que las ETN emitan seales claras de su voluntadde cambio a favor de las comunidades y el ambiente. Entre las msimportantes, el acento podran ponerlo en:

    - Hacer publica su contabilidad domiciliada en paraisos fiscales tantoante la opinion publica internacional y local como ante las haciendaspublicas de los estados donde estan implantadas. Ello permitiria que lascomunidades empobrecidas y explotadas tursticamente recuperaranlos ingresos que dejan de percibir por evasion fiscal y les permitiriafinanciar programs de desarrollo humano absolutamente urgentespara satisfacer, por ejemplo, los Objetivos del Milenio de las NacionesUnidas.

    - Comprometerse a reinvertir en las sociedades turistizadas parte de losbeneficios en programas conservacionistas y de bienestar comunitario,partiendo siempre de la base que debe existir una normativa legalmarco que garantice la participacin ciudadana local en la toma dedecisiones y en su seguimiento.

    - Participar activamente y de manera reglada en los procesos de Agenda21 global, regional y local en marcha junto con los dems sectores(institucionales, sociales y expertos/as).

    - Adoptar como sector una estrategia de RSC concertada que permitaganar volumen y capacidad de incidencia relevante en los mbitosclave citados, adems de incrementar la credibilidad del grado real,general, de sensibilidad tica ante la ciudadana mundial.

    - Ensayar formulas de supervisin independientes del propio sector a lahora de programar, evaluar y mejorar los compromisos de RSC.

    Obviamente, las ONG de reconocido prestigio internacional y localtendran que ser partcipes destacados de estos procesos.

    Lgicamente, por el camino, es bastante probable que la misin, los valoresy la marca de aquellas transnacionales audaces en su respeto por los bienescomunes se hubieran transformado tanto que su valor aadido brillara conluz propia a los ojos de la opinin pblica mundial.

    Aunque hay que reconocer que, hasta ahora hemos padecido la faseneoliberal de la RSC, aquella que dejaba a la voluntad de cada empresa

    Ms all de su crecienteretrica sobre RSC y sualtruismo, las ETNtursticas espaolasbsicamente se handedicado a amasarfortunas en medio mundosin ningunaconsideracin con elambiente, los derechossociales y la democracia.

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    decidir qu y cmo hacer las cosas al margen de cualquier regulacion

    publica y participacin social. El resultado hubiera encantado a MiltonFriedman, que hablaba del peligro del concepto de responsabilidadsocial corporativa porque constituira una doctrina subversiva en unasociedad libre. Para el idelogo ms radical del neoliberalismo, la nicaresponsabilidad social exigible a una transnacional sera la de hacer crecersus beneficios (www.nytimes.com, 13 de septiembre de 1970). Ms all desu creciente retrica sobre RSC y su altruismo, las ETN tursticas espaolasbsicamente se han dedicado a amasar fortunas en medio mundo sinninguna consideracin con el ambiente, los derechos sociales y lademocracia. En plena hecatombe financiera y social provocada por lasrecetas neoliberales, hoy sabemos que Friedman y sus adlteres no tenan

    en cuenta que la supervivencia del negocio turstico es cada vez msinseparable del cuidado del hbitat del que se nutre, de tener respeto por lagente y las comunidades donde se esta establecido y de ensear manoslimpias en un planeta donde la exigencia de conseguir una verdaderademocracia mundial tiene un eco cada vez mayor.

    En realidad, sin verdaderas democracias locales, sin governanzademocrtica mundial con capacidad de control de los flujos financieros yde la tica empresarial de las transnacionales tursticas, la idea de RSC nodejara de ser parte del departamento de marketing de cada ETN sinninguna trascendencia relevante en el balance ambiental y social global.

    Por ello, es urgente que las comunidades no dejen al albur de las propiastransnacionales las decisiones, ya que el riesgo de ser pisoteadas, ignoradasy explotadas se confunde con la historia real de las ETN tursticas. Muchoms importante que lo que decidan stas, para que exista RSC lofundamental es ganar democracia econmica, capacidad de regulacinpblica sobre sus tejemanejes y actuaciones as como la vertebracin decomunidades vivas y fuertes donde la prioridad no sea apoyar o oponersea proyectos turstico-inmobiliarios sino poder ejercer la facultad de decidirqu tipo de vida, qu tipo de economia y de bienestar colectivo queremos.

    Entre las herramientas a utilizar, no cabe duda que las decisivas para

    garantizar una RSC digna de tal nombre tienen que ver con:- La promulgacin de normativa pblica a escala estatal, regional e

    incluso local sobre planificacin territorial integrada, es decir, que tengaen cuenta la capacidad de carga y el balance socioambiental de laregin y haga obligatoria la consulta y participacin de lascomunidades en los beneficios del turismo.

    - Establecer las prioridades de uso de los bienes comunes como el agua,el paisaje o el suelo, garantizando la discriminacin positiva de las

    Sin verdaderasdemocracias locales, singovernanza democrticamundial con capacidad decontrol de los flujosfinancieros y de la ticaempresarial de lastransnacionalestursticas, la idea de RSCno dejara de ser parte deldepartamento demarketing de cada ETNsin ningunatrascendencia relevanteen el balance ambiental ysocial global.

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    necesidades bsicas tanto de las comunidades como de las empresas

    que innoven en su vertiente ambiental o social.

    - Proteger el espacio litoral as como todo tipo de sitios de alto valorambiental, incluyendo la prohibicin de nuevos desarrollos hoteleros einmobiliarios que los despersonalizan.

    - Fijar legalmente la obligatoriedad de domiciliar fiscalmente en la reginafectada aquellas sociedades que pretendan explotarla turstica y/ourbansticamente, a fin de garantizar la transparencia y permitirrecuperar mediantes impuestos justos capacidad inversora en proyectosde desarrollo humano participados por las asociaciones locales(escolarizacin, sanidad, servicios sociales, cultura, educacin superior).

    - Crear agencias pblicas de evaluacin ambiental, que terminen con elnegocio de las consultoras ambientales a sueldo de las ETN y permita alos poderes pblicos una justa apreciacin de los costes ambientales ysociales de las inversiones propuestas.

    - Condicionar la aprobacin eventual de proyectos al empleo a niveldirectivo e intermedio de personal de la regin y a la inversin encapacitacin profesional de jvenes del rea.

    - Favorecer fiscal y administrativamente la generacin de proyectos deescala local y regional de turismo responsable, basadas en la iniciativade las empresas de la zona y en el uso de materiales y servicions de laregin. Especialmente, hay que fomentar con prioridad aquellosservicios que garanticen la participacin cooperativa de empresaslocales en toda la cadena de valor.

    - Otorgar el estatus de entidades de consulta obligatoria a lasasociaciones ciudadanas de reconocido prestigio de tal manera que segarantice que puedan poder opinar y llevar un seguimiento sin trabas

    de los derechos comunitarios ante todo tipo de planes, programas yproyectos relacionados con el turismo.

    - Dotar a las municipalidades y entes regionales de tcnicos/asambientalistas y de desarrollo comunitario que permita disponer a lassociedades afectadas de personal experto cualificado para valorar conindependencia y desde el inters general los proyectos, planes yprogramas.

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    Anexo 1:

    Referencias:

    Baos Ramrez, O., & Castaeda Navarrete, J. (2007) : Las tres economasde una region ganadora: la pennsula del Yucatn, 1970-2004. ComercioExterior, 357 (4 y 5), 314-322 y 392-404.

    Boissevain, J.(1996) : Coping with tourist. European Reactions to Mass Tourism.Oxford: Berghahn Books.

    Bote Gmez, V. (1998) : El desarrollo del turismo en Espaa: cambio derumbo y oportunidades cientficas, Revista Valenciana d'Estudis Autonmics(25), 29-43.

    Buades, J. (2006): Exportando parasos. La colonizacin turstica del planeta,Palma: La Lucerna.

    Buades, J. (2007): Migraciones: el imn de la especulacion turistica einmobiliaria, Ecologa poltica. Cuadernos de debate internacional(33), 65-66.

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    Buades, J. (2008): Dessalar la Mediterrnia? De quimera, negocis i bns

    comuns, Scripta Nova. Revista electronica de geografia y ciencias sociales, XII(270(30)). [www.ub.es/geocrit/sn/sn-270/sn-270-30.htm].

    Buades, J. (2009): Do not disturb, Barcel. Viaje a las entraas de un imperioturstico,Barcelona: Icaria.

    Caada, E. (2009): El Imperio Turistico Balear "donde nunca se pone el sol".Entrevista con Joan Buades y Maci Blzquez. Managua: Albasud.[www.albasud.org]

    Castellano, Alfonso (2009): Exportando conocimiento, Hosteltur, 179, 12.[www.hosteltur.com/mensuales/274-hosteltur-179-internacionalizacion-riesgos-oportunidades.html]

    Chavagneux, C., & Palan, R. (2007): Les paradis fiscaux,Paris: La Dcouverte.

    Christ, C., Hillel, O., Matus, S., & Sweeting, J. (2003): Tourism andBiodiversity. Mapping Tourism's Global Footprint, Washington: ConservationInternational y United Nations Environment Programme. [www.unep.org]

    Diaz, F., & Loures Loures, M. L. (2006): Housing, tourism and the real statesector: the Spanish mediterranean coast. "Housing in an expanding Europe:theory, policy, participation and implementation, Ljubljana: Urban PlanningInstitute of the Republic of Slovenia.[http://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/2775/1/W24_DiazLoures.pdf]

    Equations. (2007): Expansin del turismo internacional y liberalizacin delos servicios, en C. Tricontinental: Turismo de hoy: Ganadores y Perdedores.Alternativas meridionales(pp. 27-61), Madrid: Popular.

    GOB Mallorca. (2000). Camps de golf: "Lobos con piel de cordero". Palma:GOB Mallorca. [www.gobmallorca.com]

    GOB Mallorca. (2006). Salvem Mallorca. Palma: GOB Mallorca.[www.salvemmallorca.org]

    Hotels. (2008, 7 de Enero 7). Corporate 300 Ranking 2007.[www.hotelsmag.com/article/CA6575623.html]

    Jimnez Martnez, A. d., & Sosa Ferreira, A. P. (2007): Cocktail Cancn:reflexiones sobre los impactos sociales del turismo en la comunidad local. Cancn:Universidad del Caribe.

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    Klein, N. (2007): The Shock Doctrine. The Rise of Disaster Capitalism, NuevaYork: Metropolitan Books.

    Mundt, J. W. (2004). Tourismuspolitik, Munich: Oldenburg.

    Murray, I., Rullan, O., & Blzquez, M. (2005): Las huellas territoriales dedeterioro ecologico. El trasfondo oculto de la explotacin turstica deBaleares, Scripta Nova. Revista electrnica de geografa y ciencias sociales, IX(199). [ www.ub.es/geocrit/sn/sn-199.htm]

    OMT. (2009): Breve visin general de las tendencias clave. Barmetro OMT delturismo mundial, 7 (1), 3. [www.world-tourism.org]

    OMT. (2001): Codigo tico mundial para el turismo, Madrid: Naciones Unidasy Organizacin Mundial del Turismo. [www.world-tourism.org]

    OMT. (2007): De Davos a Bali: La contribucin del turismo al reto del cambioclimtico. Madrid: OMT. [http://www.unwto.org/climate/index.php]

    Palan, R., Murphy, R. & Chavagneux, C. (2010): Tax Havens. How

    Globalization Really Works, Nueva York : Cornell University Press.Ramrez Cover, A. (2008): Turismo como nuevas forma de acumulacin yconflictividad socio-ambiental relacionada a los recursos hdricos: perspectivas paraGuanacaste. San Jos: Instituto de Investigaciones Sociales (Universidad deCosta Rica). [www.iis.ucr.ac.cr/jornadas/12.php]

    REL-UITA. (2008): Las cadenas hoteleras espaolas en Amrica Latina y laslibertades sindicales, Buenos Aires: REL-UITA. [www.rel-uita.org]

    Santa Ana, M. d. (2004): Paisajes del placer, paisajes de la crisis, Teguise:

    Fundacin Csar Manrique.Simpson, M., Gossling, S., Scott, D., Hall, C., & Gladin, E. (2008): ClimateChange Adaptation and Mitigation in the Tourism Sector: Frameworks, Tools andPractices, Paris: UNEP, University of Oxford, UNWTO, WMO.[www.geog.ox.ac.uk/news/events/ccamts]

    Tomkins, R.(2006, 11 de Noviembre): Welcome to the age of less,Financial Times.

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    Tourism Watch y Evangelischer Entwicklungsdienst. (2009): ClimateChange, CSR and Tourism. Decision Makers Need to Act, Bonn: EED.[www.eed.de/fix/files/doc/Climate%20Change,%20CSR%20and%20Tourism.pdf]

    UNCTAD. (2007): FDI in Tourism: The Development Dimension, Nueva York:United Nations. [www.unctad.org/en/docs/iteiia20075_en.pdf]

    Werner, K., & Weiss, H. (2004): El libro negro de las marcas. El lado oscuro delas empresas globales, Barcelona: Debate.

    WTTC. (2002): Corporate Social Leadership in Tourism & Travel. Londres:WTTC.[www.wttc.org/eng/Tourism_Research/Tourism_Policy_Research/General_Publications]

    WTTC. (2009): Leading the challenge on climate change, Londres: WTTC.[www.wttc.org/bin/pdf/original_pdf_file/climate_change_final.pdf]

    La investigacin que da lugar al presente trabajo se financia con el proyecto deinvestigacin titulado "La funcionalizacin turstica de las Islas Baleares (1955-2000): adaptacin territorial y crisis ecolgica del archipilago" (SEJ2006-07256/GEOG) del Ministerio de Ciencia y Tecnologa de la Direccin General deInvestigacin del Ministerio de Educacin y Ciencia.

    ALBA SUDes una organizacin catalana especializada en investigacin ycomunicacin para el desarrollo. Su sede social se encuentra en Barcelona,pero tiene presencia permanente en Nicaragua, El Salvador y Mxico, y sumbito geogrfico de actuacin prioritario es el rea de Centroamrica yEl Caribe. Fundamentalmente lleva a cabo investigaciones y produccionesaudiovisuales en base a una serie de programas temticos: TurismoResponsable; Soberana Alimentaria; Recursos Naturales y CambioClimtico; Comunicacin y Educacin para el Desarrollo.