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La Asociación Educativa Pascual Saco Oliveros organiza desde hace seis años, el trascendental evento del Inti Raymi celebrada en el Cusco e históricamente en el Tahuantinsuyo en el mes de junio. Esta era una gran fiesta, la más grande del imperio, donde se glorificaba al Dios Sol por las bondades de luz y calor. La Asociación Educativa Saco Oliveros, cumple con difundir nuestra cultura incaica, transmitiendo identidad nacional por medio de sus docentes y alumnos en general, valorando nuestro patrimonio cultural como “Machu Picchu” Maravilla del mundo que enorgullece a nuestra patria. Es la más solemne del antiguo Perú. Se efectuaba durante el solsticio de invierno, en homenaje al sol, “Sumo, solo y universal dios, que con su luz y virtud criaba y sustentaba todas las cosas de la tierra y padre de los fundadores del imperio” (Inca Garcilaso). En ella se daba cita a todos los dignatarios de todo el país, con la pompa que se les era posible y ataviado con máscaras o adornos. Durante los tres días anteriores se preparaban con un ayuno riguroso: sólo un puñado de maíz, agua y privación de todo trato con mujeres y no debía encenderse fuego en toda la cuidad. A su término, los sacerdotes preveían animales de diversas especies y colores para sacrificarlos y ofrecer de ellos a los asistentes; las Acllas preparaban zancu y chicha; y situados según su jerarquía, en las plazas de Aucaipata y Cusipata, esperaban todos la aparición del sol, descalzos y en cuclillas y en cuanto despuntaba prorrumpían en un jubiloso haylli y le adoraban, con los brazos abiertos y las palmas hacía el oriente, dando besos al aire. Progresivamente iban luego hacia el Coricancha, donde entraba el Inca para ofrecer esos vasos, en tanto que los curacas y príncipes representaban en la puerta los 4 suyos y llevaban pequeñas estatuillas que traían de sus provincias. Se sacrificaba entonces una llama negra para interpretar los agüeros en sus vísceras; degollaban los animales proveídos por los sacerdotes, y en aras del Sol quemaban tanto la sangre como los corazones, pero consideraban que la ofrenda no le había sido grata si el astro se hallaba nublado y no podría ascender el fuego mediante la reflexión de sus rayos; las acllas asaban en público la carne y la distribución a todos con trozos de zancu. Terminando este banquete, el Inca invitaba a beber a los curacas y principales, según el orden determinado por sus servicios o la estimación que le merecían, y aceptaba a su vez la bebida que estos le brindaban. Sucedían los bailes y cantos de cada provincia y se ejecutaban de acuerdo a sus usos.

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Page 1: TRIPTICO 2[1]

La Asociación Educativa Pascual

Saco Oliveros organiza desde hace seis

años, el trascendental evento del Inti

Raymi celebrada en el Cusco e

históricamente en el Tahuantinsuyo en el

mes de junio.

Esta era una gran fiesta, la más grande

del imperio, donde se glorificaba al Dios

Sol por las bondades de luz y calor.

La Asociación Educativa Saco Oliveros,

cumple con difundir nuestra cultura

incaica, transmitiendo identidad nacional

por medio de sus docentes y alumnos en

general, valorando nuestro patrimonio

cultural como “Machu Picchu” Maravilla

del mundo que enorgullece a nuestra

patria.

Invitamos a Ud., a disfrutar de esta bella

representación y ser parte de nuestro

prestigioso pasado que nos une en una

sola historia.

Plana de Historia del Perú

Es la más solemne del antiguo Perú. Se efectuaba durante el solsticio de invierno, en homenaje al sol, “Sumo, solo y universal dios, que con su luz y virtud criaba y sustentaba todas las cosas de la tierra y padre de los fundadores del imperio” (Inca Garcilaso). En ella se daba cita a todos los dignatarios de todo el país, con la pompa que se les era posible y ataviado con máscaras o adornos. Durante los tres días anteriores se preparaban con un ayuno riguroso: sólo un puñado de maíz, agua y privación de todo trato con mujeres y no debía encenderse fuego en toda la cuidad. A su término, los sacerdotes preveían animales de diversas especies y colores para sacrificarlos y ofrecer de ellos a los asistentes; las Acllas preparaban zancu y chicha; y situados según su jerarquía, en las plazas de Aucaipata y Cusipata, esperaban todos la aparición del sol, descalzos y en cuclillas y en cuanto despuntaba prorrumpían en un jubiloso haylli y le adoraban, con los brazos abiertos y las palmas hacía el oriente, dando besos al aire.

El Inca elevaba dos grandes vasos de oro (Aquilla) con chicha, y mientras invitaba al sol con el de la mano derecha, del otro vertía pequeñas cantidades en los vasos de sus parientes.

Progresivamente iban luego hacia el Coricancha, donde entraba el Inca para ofrecer esos vasos, en tanto que los curacas y príncipes representaban en la puerta los 4 suyos y llevaban pequeñas estatuillas que traían de sus provincias.

Se sacrificaba entonces una llama negra para interpretar los agüeros en sus vísceras; degollaban los animales proveídos por los sacerdotes, y en aras del Sol quemaban tanto la sangre como los corazones, pero consideraban que la ofrenda no le había sido grata si el astro se hallaba nublado y no podría ascender el fuego mediante la reflexión de sus rayos; las acllas asaban en público la carne y la distribución a todos con trozos de zancu.Terminando este banquete, el Inca invitaba a beber a los curacas y principales, según el orden determinado por sus servicios o la estimación que le merecían, y aceptaba a su vez la bebida que estos le brindaban. Sucedían los bailes y cantos de cada provincia y se ejecutaban de acuerdo a sus usos.

Y hasta el noveno día se efectuaba desfiles hacia el Huanacari y otras huacas, y en cada una se ofrecían sacrificios.

Organiza: Profesores De Historia Del Perú

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