trasladados al reino del amado hijo

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TRASLADADOS AL REINO DEL AMADO HIJO —¿AHORA O DESPUÉS? Por Mario A Olcese Sentados en los lugares Celestiales con El Mesías Yeshúa EL Apóstol Pablo, al escribirles a los creyentes de la ciudad de Efeso, les dice claramente lo siguiente: “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con El Mesías (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con El Mesías Yeshúa . Si observamos bien, Pablo afirma que los creyentes ya están resucitados y sentados (reinando) con El Mesías en los lugares celestiales. Pero sus palabras resultan en cierto modo asombrosas porque todos sabemos que sólo en la parusía los creyentes serán resucitados de la muerte y serán glorificados como reyes al lado del Mesías y no ahora (Mateo 25:31,34; Apo. 20:4,5). La Glorificación En otra ocasión Pablo dice que los Discípulos ya estamos glorificados, cuando al escribirles a los creyentes de Roma, les dice: “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó (Rom. 8:30). Notemos que para Pablo, los creyentes ya han sido “glorificados” por Dios. El usa el mismo tiempo pasado para el verbo glorificar como lo hace para el verbo resucitar en Efesios 2:6 para enseñar que ya hemos resucitado y que ya hemos tomado nuestros sitios en los lugares celestiales con El Mesías Yeshúa . Es obvio que para Pablo, los creyentes ya han recibido las promesas hoy en algún sentido, aunque ciertamente no en su integridad. No creo que haya alguno que pueda decir que ya ha sido resucitado de la tumba, glorificado, y sentado con El Mesías en los lugares celestiales. Ahora bien, leamos lo que dice Pablo en el verso 17 de Romanos 8: “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con El Mesías , si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados ”. En este pasaje Pablo aporta más luz al tema de la glorificación diciendo que para que seamos juntamente glorificados con El Mesías (recuerde que en Efe. 2:6 Pablo usa una

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TRASLADADOS AL REINO DEL AMADO HIJO AHORA O DESPUS

TRASLADADOS AL REINO DEL AMADO HIJO AHORA O DESPUS?Por Mario A OlceseSentados en los lugares Celestiales con El Mesas YeshaEL Apstol Pablo, al escribirles a los creyentes de la ciudad de Efeso, les dice claramente lo siguiente: Y l os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al prncipe de la potestad del aire, el espritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales tambin todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y ramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los dems.Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos am,aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con El Mesas (por gracia sois salvos), y juntamente con l nos resucit, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con El Mesas Yesha .

Si observamos bien, Pablo afirma que los creyentes ya estn resucitados y sentados (reinando) con El Mesas en los lugares celestiales. Pero sus palabras resultan en cierto modo asombrosas porque todos sabemos que slo en la parusa los creyentes sern resucitados de la muerte y sern glorificados como reyes al lado del Mesas y no ahora (Mateo 25:31,34; Apo. 20:4,5).

La Glorificacin

En otra ocasin Pablo dice que los Discpulos ya estamos glorificados, cuando al escribirles a los creyentes de Roma, les dice: Porque a los que antes conoci, tambin los predestin para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que l sea el primognito entre muchos hermanos.Y a los que predestin, a stos tambin llam; y a los que llam, a stos tambin justific; y a los que justific, a stos tambin glorific (Rom. 8:30). Notemos que para Pablo, los creyentes ya han sido glorificados por Dios. El usa el mismo tiempo pasado para el verbo glorificar como lo hace para el verbo resucitar en Efesios 2:6 para ensear que ya hemos resucitado y que ya hemos tomado nuestros sitios en los lugares celestiales con El Mesas Yesha . Es obvio que para Pablo, los creyentes ya han recibido las promesas hoy en algn sentido, aunque ciertamente no en su integridad. No creo que haya alguno que pueda decir que ya ha sido resucitado de la tumba, glorificado, y sentado con El Mesas en los lugares celestiales. Ahora bien, leamos lo que dice Pablo en el verso 17 de Romanos 8: Y si hijos, tambin herederos; herederos de Dios y coherederos con El Mesas , si es que padecemos juntamente con l, para que juntamente con l seamos glorificados. En este pasaje Pablo aporta ms luz al tema de la glorificacin diciendo que para que seamos juntamente glorificados con El Mesas (recuerde que en Efe. 2:6 Pablo usa una similar expresin referida a la resurreccin: y juntamente con l (El Mesas ) nos resucit), debemos soportar los padecimientos. As que la glorificacin para Pablo no es algo que se obtiene automticamente fruto de la conversin, sino que requiere que el creyente pase la prueba de los padecimientos por El Mesas . Y si esto es verdad de la glorificacin, entonces tambin lo debe ser de nuestra resurreccin y de la toma de nuestras posiciones en los lugares celestiales con El Mesas Yesha . De modo que aunque Pablo puede hablar de la presente glorificacin, resurreccin, y entronizacin en los lugares celestiales de los creyentes, stas an tienen un carcter claramente escatolgico o futuro, o sea, para la parusa del Mesas a la tierra. Dice Pablo: Cuando El Mesas , vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros tambin seris manifestados con l en gloria. En Romanos 8:18 Pablo aadi: Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Acest claro que Pablo pasa a hablar de una glorificacin futura cuando en otros versculos l habla de una gloria ya obtenida o ganada. Cmo explicar esta aparente contradiccin? Una explicacin sera que Pablo en el Verso 30 habla de aquellos elegidos de Dios que en Su preconocimiento como personas predestinadas ya han ganado todo por su victoria ante las pruebas. El los ve (como Dios los ve) como triunfantes y galardonados por su vida consagrada al servicio de Dios y habiendo vencido al enemigo y a sus artimaas.

Trasladados al Reino del Amado Hijo

Otro de los pasajes paulinos que nos hablan de una promesa otorgada por anticipacin es aquella que nos dice que hemos sido ya trasladados al Reino del amado Hijo de Dios. A los creyentes de la ciudad de Colosas, Pablo les dice, entre otras cosas: el cual (Dios) nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, lo que para Pablo tambin significaba un traslado de las tinieblas a la luz, de Satans a Dios (Hechos 26:18). Como ya hemos visto, es tpico de Pablo hablar de cosas futuras como si ya fueran presentes, y an pasadas. En este caso l nos habla de nuestro eventual traslado al reino del amado Hijo por Su Padre. Sin embargo, el mismo apstol Pablo se referir al Reino del Hijo como algo que recibiremos cuando nuestros cuerpos sean transformados en inmortales. En 1 Corintios 15:50, 51 l escribi lo siguiente a los Corintios: Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupcin hereda la incorrupcin. He aqu, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados.Aqu Pablo habla de la herencia del Reino como algo que es imposible obtener ahora en nuestra naturaleza humana mortal. Por un lado l dice a los Colosenses que ya hemos sido trasladados al Reino del amado Hijo, pero a los Corintios les dice que el reino es una herencia que obtendrn slo los inmortales. Pero Pablo no se contradice! Lo que hay que entender es que as como hemos sido resucitados, glorificados, y entronizados POR LA FE, as tambin hemos sido trasladados por Dios al Reino de Su amado Hijo POR LA FE. Es decir, a la vista de Dios, los creyentes ya estn en el Reino de Su amado Hijo. Los elegidos, los justificados, los glorificados estn tambin entronizados en el reino del Hijo, sin estarlo an realmente o de hecho. Por ejemplo, en el libro de Apocalipsis leemos que los creyentes, los de la fe, ya estn escritos en el LIBRO DE LA VIDA. No obstante, el creyente deber de perseverar en la fe para que su entrada a la vida sea efectiva, de lo contrario correr el peligro de que se le borre su nombre del tomo (Apo. 3:4,5). Lo que Pablo nos dice es que el Padre nos ha trasladado al reino de Su Hijo en su santa voluntad. El nos ve como ya vencedores y victoriosos, como los elegidos y justificados que han recibido Sus promesas por adelantado. El nos ha dado el ttulo de propiedad, pero El an espera de que nos ganemos el derecho de recibirla con nuestra vida de obediencia y servicio. En otra ocasin leeremos que nosotros (a la vista de Dios) ya poseemos nuestras coronas de gloria, pero luego se nos pide perseverar para que nadie nos la arrebate (Ver Apo. 3:11). Sin duda, ni usted ni yo tenemos nuestras coronas en nuestra posesin, literalmente hablando. Decir que ya estamos trasladados en el Reino de manera total y real sin haber vencido es como afirmar que los difuntos discpulos ya han resucitado, y que ya estn en la gloria, y que ya reinan con El Mesas en los lugares celestiales. Nadie creera que esto fuera verdad! Pablo jams afirm que la resurreccin de los creyentes difuntos ya ocurri. El siempre lo vio como un hecho futuro (2 Cor. 4:14, 1 Tes. 4:14-16).

Para el apstol Pablo, y el resto de sus colegas apstoles, el Reino de Dios segua siendo la meta por alcanzar de la asamblea. En 2 Pedro 1:5-11 el apstol Pedro encomia a los creyentes a que crezcan hacia la perfeccin o madurez espiritual, porque de esta manera (y no otra forma) os ser otorgada una amplia y generosa entrada al Reino eterno del Seor Yesha el Mesas . As que el verdadero traslado al reino del Hijo por el Padre se cumplir cuando los fieles hayan alcanzado la estatura del Mesas (Efe. 4:13)Y esto requiere tiempo y esfuerzo de nuestra parte! (2 Tim. 2:6; Apo. 2:3; 1 Tim. 4:10; Juan 6:27; 1 Tim 4:15; Fil. 2:12).

El Reino de Dios y la Era Venidera

El Seor El Mesas asoci la vida eterna con el ingreso al Reino de Dios en su dilogo con el joven rico cuando ste le pregunt sobre lo que deba hacer para ganar la vida eterna (Leer Mateo 19:16-25). Y este detalle ha sido pasado por alto por la mayora de discpulos! Adems, Seor Yesha afirm que la obtencin de la vida eterna (o lo que equivale a ser trasladado al Reino) se obtendr slo en el siglo o era veniderano en ste! Y l les dijo: De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios, que no haya de recibir mucho ms en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna(Lucas 18:30; Marcos 10:30). Afirmar que ya estamos totalmente en el Reino de Dios es afirmar que ya vimos en la Era venidera de justicia sin la presencia del diablo. Recordemos que Pablo asoci el presente siglo con el maligno. El lo llam el presente siglo malo (Gl. 1:4), regido por los gobernadores de las tinieblas de este siglo (Efe 6:12). Pero habr alguno que ose decirnos que ya no hay ninguna influencia del Diablo y sus demonios en este mundo? Yesha dijo que los asesinos y mentirosos, en particular, eran hijos del Diablo, porque stos HACEN la voluntad de este maligno (Juan 8:44). Hoy los asesinatos y las mentiras estn a la orden del da en todo el mundo, una seal clara e inequvoca de que el Diablo an hace de las suyas en este mundo. Por consiguiente es obvio que an no hemos pasado a la era venidera, la era de la vida eterna, o la era del Reino del Mesas . Recordemos Yesha dijo claramente que su reino no era de este mundo o siglo del maligno, sino de la era venidera, la era del Mesas y su reino milenario. Sin embargo, los exegetas amilenialistas y preteristas extremos sostienen que cuando Yesha dijo que su reino no era de este mundo (Juan 18:36), lo que dijo era que su reino era espiritual, no terrenal; del cielo, y en el cielo. Estos afirman que Yesha jams volver a la tierra para restaurar un reino material como lo fue el del rey David y sus sucesores. Esta es una afirmacin antojadiza, ya que lo que Yesha afirm era que su reino no era del presente AION (siglo) del maligno, sino del venidero que se inaugurar en la tierra cuando se restaure el reino de Dios a partir de Jerusaln y cuando el diablo y sus seguidores hayan sido depuestos y encarcelados.

Los Lugares celestiales en la Tierra

Bob Lazar, el fsico que supuestamente trabaj en el rea 51 y que dijo haber visto una nave espacial extraterrestre la describi como que era de otro mundo porque tanto su forma como sus dimensiones no parecan haber sido concebidas por humanos. As que todo parece indicar que el supuesto fsico Bob Lazar estuvo caminando en lugares o ambientes extra-terrestres sin moverse de la tierra. Pues bien, Pablo dijo que en el cielo hay un verdadero santuario y un verdadero tabernculo que Dios construy y no el hombre (2 Cor. 5:1,2). Tambin Pablo habla de una ciudad o patria celestial preparada para los salvos y que est POR VENIR a la tierra (Heb. 11:14,16; 13:14). Y si esta ciudad est por venir a la tierra, es lgico suponer que nosotros no vamos a necesitar volar al cielo para tomar nuestros lugares de honor. Este palacio tiene moradas o aposentos para los salvos, y Yesha ha ido al cielo para prepararnos lugares para que los ocupemos. De modo que en Juan 14:1-3 el Seor no nos promete que iremos con l al cielo para tomar nuestros lugares de honor. De hecho, en Juan 14:1-3 Yesha no menciona ni una vez el vocablo cielo, aunque s nos promete VOLVER para tomarnos para s a efectos de estar con l en el mismo lugar donde estar cuando regrese a la tierra. A los Tesalonicenses el apstol Pablo les dice que todos los creyentes se ENCONTRARN con el Seor en el aireNO EN EL CIELO! (1 Tes. 4:16,17