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TRABAJO DE GRADO
SISTEMATIZACIÓN DE EXPERIENCIA
MANOS A LA PAZ
ANGIE TATIANA GOYENECHE MONTENEGRO
UNIVERSIDAD SANTO TOMÁS
COMUNICACIÓN SOCIAL PARA LA PAZ
BOGOTÁ
2016
INTRODUCCIÓN
La experiencia que voy a sistematizar se desarrolló en el marco de un proyecto llamado “Manos a
la Paz”, que buscaba involucrar a jóvenes universitarios de últimos semestres en las dinámicas
municipales del país, teniendo como eje principal la paz.
Manos a la Paz, es un proyecto desarrollado en colaboración con la Alta Consejería para el
Posconflicto1 y el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo)2. Por un lado, la
Alta Consejería para el Posconflicto fue creada a finales del 2014 con el objetivo de implementar
una estrategia de acción inmediata en todo el territorio nacional que permitiera la consolidación
de la paz una vez finalizadas las negociaciones en La Habana.
Mientras el PNUD con presencia en 25 territorios, trabaja en alianza con el Gobierno a nivel
nacional y local en el sector privado y organizaciones sociales, con el fin de priorizar acciones que
permitan transformar las condiciones de vida de las poblaciones más vulnerables. En sus
intervenciones el PNUD incorpora los enfoques de desarrollo humano, género y derechos.
Desde estas dos entidades surge la idea de promover Manos a la Paz, que tomó como referente un
programa que en los años 90 se llamó “Opción Colombia”, tenía el mismo perfil que Manos a la
Paz, pero con la diferencia de que era una iniciativa desde los estudiantes en una época donde la
violencia en Colombia estaba en su más alto nivel y donde ellos como estudiantes de diferentes
disciplinas y universidades querían intervenir, era salir de la academia para interactuar con la
población, sus diferentes problemáticas y así contribuir en una transformación.
1 http://www.posconflicto.gov.co/Paginas/posconflicto.aspx 2 http://www.co.undp.org/
Es así, que Manos a la Paz nace como una respuesta rápida frente a las medidas que el Gobierno
debía tomar con el proceso de Paz, la idea del PNUD como intermediario entre Gobierno y
población fue crear esta iniciativa con el fin de que jóvenes universitarios de distintos lugares de
Colombia, salieran de sus territorios para aportar en otros donde no muy alejados de la realidad,
iban a aportar a una transformación, ya fuera en la inmersión al territorio o en sus actividades
profesionales o personales. Era dar cuenta de la otra parte de Colombia, que muchos en la academia
evidenciábamos, pero que no habíamos vivenciado y esa era la premisa de Manos a la Paz, la
interacción de los estudiantes en formación con las comunidades más olvidadas de Colombia.
Manos a la paz, introdujo a casi toda Colombia en este proyecto, no solo liderado por los entes
gubernamentales o la ONG, sino por los estudiantes, jóvenes, que son quienes abren puertas a una
trasformación desde sus diferentes dinámicas académicas, personales y en un futuro, profesionales.
Fuente: https://www.manosalapaz.com/static/files/undp-co-ManosalaPaz-2016.pdf
El programa tuvo su primera generación en el primer semestre del año 2016, de donde 7.854
postulaciones fueron elegidos 300 estudiantes, repartidos en los diferentes departamentos de
Colombia, lo que se tuvo en cuenta para esta convocatoria fueron los perfiles profesionales, la
disposición de salir de las ciudades de origen, ser de último semestre y que las pasantías fueran
parte del programa académico de las universidades. Para que así participaran en los proyectos que
hacen parte del PNUD, como: la superación de pobreza y desarrollo económico, el desarrollo
sostenible y medio ambiente, la gobernabilidad local y la convivencia y reconciliación.
A partir de esto, Manos a la paz en el Catatumbo ayudó a fortalecer los gobiernos municipales, no
solo para que fueran más transparentes y equitativos, sino, también para que emprendieran un plan
de Desarrollo Sostenible que tenía como punto fundamental la paz y la justicia, todo esto hacia un
cierre de brechas en el territorio.
Es así, que allí encontramos estudiantes que desde Cali, Cartagena, Medellín, Bogotá, Montería,
Sincelejo y Villavicencio, de diferentes disciplinas como abogados, comunicadores,
administradores, licenciados en educación y psicólogos, estuvieron dispuestos a salir de sus casas
para aportar al territorio, ellos fueron distribuidos en Norte de Santander, pero especialmente en
la zona del Catatumbo (Hacarí, San Calixto, El Tarra, El Carmen, Convención, Teorama,
Sardinata, Abrego, Ocaña, Cúcuta).
Esta experiencia duro cuatro meses, donde mi labor era trabajar en la jefatura de comunicaciones
de la alcaldía de Convención fortaleciendo los procesos de comunicación como: Gobierno en línea,
que consistió en dar a conocer vía web todos los procesos de la Alcaldía para que fuera más
transparente, por otro lado colaborar con la elaboración del Plan de Acción Municipal teniendo en
cuenta lo que se debía fortalecer a nivel comunitario y de comunicación, para buscar o proponer
otras alternativas desde está y así lograr un cierre de brechas.
Así mismo, mis compañeros tuvieron labores similares en los otros municipios, desde sus
diferentes disciplinas, como la legalización de predios y elaboración de proyectos con jóvenes,
con el fin de cerrar brechas en este territorio afectado por el conflicto armado y otros fenómenos
sociales, políticos, culturales y económicos.
En algunos territorios, por sus conflictividades, no se permitió a los estudiantes el trabajo directo
en las zonas rurales, como fue el caso de Norte de Santander, sin embargo, territorios como
Antioquía, Bolívar, Valle del Cauca, entre otros, permitieron a los pasantes hacer un trabajo con
esas zonas, donde la intervención fue directa con la comunidad rural.
Evidentemente, Manos a la Paz, aportó a los territorios, pero más allá de eso, me atrevo a decir,
que le aporto a los profesionales que se están formando y considero que esa fue la mayor apuesta
de este proyecto, salir de la academia, para que fueran los estudiantes quienes contaran esa otra
historia, quienes aportaran y vieran desde qué brechas se está construyendo el país; es sin duda
una de las mejores apuestas que tuvo este proyecto.
Seleccioné la sistematización de esta experiencia teniendo en cuenta las problemáticas halladas en
este territorio, adicional, cómo en un Proceso de Paz el programa Manos a la Paz iba a aportar
como respuesta rápida, no solo a los territorios, sino a los mismos estudiantes, puesto que con sus
actos de habla posicionan una concepción de lo que es la paz y cómo se está evidenciando en estas
zonas de conflicto, especialmente en el Catatumbo.
A partir de allí la pregunta que me realicé para esta sistematización, fue cómo desde las narrativas
de los jóvenes de Manos a la paz en el Catatumbo se concibe la paz, para esto fue primordial
analizar las prácticas de los jóvenes y cómo estas los posicionan en una concepción de paz desde
sus profesiones y roles en la comunidad, desde allí observe las dinámicas que se vivieron dentro
del territorio y entorno a las prácticas que emprendieron los pasantes, por otro lado, describí cómo
narran la paz antes y después del programa, para finalmente relatar cómo la paz se construye a
partir de los actos de habla de los pasantes.
Para esto, los momentos que encontraremos en esta sistematización serán: inicialmente, un
capítulo teórico donde se abordarán las nociones de paz, desde tres grandes categorías: las tres
etapas en las investigaciones para la paz (negativa, positiva e imperfecta), la teoría de los conflictos
abordada desde los postulados de Galtung y la violencia estructural, este capítulo nos permitirá
entender teórica e históricamente cómo se ha comprendido, narrado e identificado la paz a lo largo
de la historia y los conflictos.
En un segundo momento, estará la metodología, a partir de allí evidenciaremos los pasos que se
siguieron para la recopilación del material, donde se tomaron elementos de la observación
participante, la etnografía y la entrevista abierta, herramientas que a lo largo de la sistematización
me permitieron evidenciar cómo la paz se construye a partir de los actos de habla de los
entrevistados.
Por otro lado, el segundo capítulo, abordará la experiencia de Manos a la Paz y cómo los pasantes
de Norte de Santander la narran, allí encontraremos categorías como el inicio de la experiencia, el
recorrido hasta los territorios, las anécdotas a lo largo de la pasantía y mi experiencia directa como
implicada en el proyecto.
El tercer capítulo, tratará lo que ellos entienden por cultura de paz, basándome en los tres
paradigmas de la paz para entender los actos de habla de los pasantes en torno a ella, además, las
reflexiones que se encuentran a partir de los dos primeros capítulos y cómo desde esta experiencia
se narra la paz y se aporta al cierre de brechas de estos territorios, conceptos y circunstancias que
se vuelven más relevantes para los profesionales en formación.
CAPITULO I
TEORIAS DE PAZ
Inicialmente debemos entender que la paz, no puede ser proyectada desde una sola mirada, puesto
que esta puede ser pensada, percibida, sentida, desde diferentes visiones y espacios, la paz no es
inerte, por el contrario, esta se desenvuelve en todos los espacios y percepciones del ser humano.
Desde las guerras, se ha intentado entender la paz, pero para esto se ha tenido que dar una mirada
“violentologica”, es decir, para hablar de paz, se ha tenido que pasar por este enfoque y por el de
la guerra, pues han permanecido ligadas durante años, quizás antes no existía la preocupación de
entender la paz más allá de la ausencia de guerra o de cómo entendíamos la paz, pero las prácticas
sociales han condicionado la terminología, por lo tanto en los últimos tiempos se ha hecho
significativo hablar de lo que se está entendiendo por paz y desde dónde parte este concepto.
(Muñoz, 2001, p.2)
Como lo menciona la UNESCO en su informe
De una cultura de violencia a una cultura de paz, “En la ética o la moral, la palabra "paz" se
utiliza para caracterizar las relaciones humanas y las actitudes o para determinar el marco de un
individuo de la mente, a menudo calificado como "paz interior". Teniendo en cuenta sus diversas
aplicaciones, el término es polisemántico, por su propia naturaleza evitando una definición
unívoca” (UNESCO, 1996, p.14)
La paz, no es un solo termino, ni puede encerrarse en una sola definición, puesto que el significado
cambia en la medida que el sujeto este percibiéndola, sintiéndola y pensándola, hay para quienes
la paz es la ausencia de guerra, pero para otros la paz pasa por la violencia estructural, física y
psicológica.
Es así, que no se puede encerrar la paz en un solo elemento constitutivo de las realidades sociales,
como menciona Muñoz en su texto la paz imperfecta, puesto que la paz puede ser positiva o
negativa, es decir, la paz negativa como aquella que se ve reflejada solo en el pacifismo, la cultura
de paz y la no violencia, en otras palabras, es la ausencia de guerra, mientras que la paz positiva
es aquella que busca la justicia, la igualdad social, es capaz de integrar política y socialmente,
dando así un cierre de brechas. (Muñoz, 2001, p.2-6)
Según Muñoz, esta idea de paz surge para darle coherencia a las prácticas sociales y ha estado
siempre presente a partir de estos momentos, (Muñoz, 2001, p.3), es decir, la paz ha estado
condicionada por los acontecimientos sociales, en la medida que ellos van sucediendo se va dando
valor a los conceptos e incluso se hace relevante investigar sobre dichas prácticas, en este caso,
para hablar de la teoría de paz, se debe hablar de la teoría del conflicto y de estas miradas
fenomenológicas de la paz.
Fenomenología de la paz
Las características para reconocer los fenómenos de la paz deben estar presentes en todas las
predisposiciones, individuales, subjetivas, sociales y estructurales, que en nuestros actos de hablar,
pensar, sentir y actuar estén relacionados con la paz. (Muñoz, 2001, p.5)
De esta manera, para Muñoz los fenómenos de la paz son universales y no son estáticos, sus
estudios han pasado por el carácter sociogenético, filogenético y ontogénico, que se ven
relacionadas en los actos de aprendizaje y socialización, es así, que el concepto de paz por años,
se ha caracterizado con la parte cognitivo-emocional del ser humano, no puede decirse que la paz
es un concepto alejado de lo que por años nos han hecho identificar de él, como lo es la ausencia
de violencia, la bondad e incluso las conductas pacifistas, todo esto es paz, pero a partir de los
actos de habla y las acciones sociales la paz ha sido repensada y resignificada, en cuanto ha dejado
de ser todo eso para asociarse a otros conceptos que la hacen más comprensible y relevante para
el ser humano. (Muñoz, 2001, p.6). Es así, que la paz ha tenido una historicidad donde se ha ido
transformando, comprendiéndola desde otros postulados.
Durante el siglo XIX, cuando los conflictos bélicos parecen conformar la realidad social, el
concepto de paz comienza a emerger pero sin una articulación teórica. Es con la Primera y Segunda
Guerra Mundial cuando se comienza a elaborar una teoría de la paz. Fueron necesarios el progreso
de las ciencias sociales y humanas a lo largo de los siglos XIX y XX y el impacto de las dos guerras
mundiales para que se pensara el problema desde una reflexión teórica. Jiménez (como se citó en
López, 2011, p.87)
Es desde allí, que aparecen tres etapas o estudios en las investigaciones para la paz.
ETAPA CARACTERÍSTICAS
1930- 1959 Enfoque violentólogo
Estudio científico para la guerra
Concepto de paz como ausencia de violencia
directa, paz negativa
Surgimiento de la polemología
Estudio de la guerra (Guerra entre Estados)
1959-1990 Creación del Instituto para la Paz de Oslo
Surge el concepto de paz positiva
Énfasis en la justicia y el desarrollo
(satisfacción de necesidades de seguridad,
bienestar, libertad e identidad)
1990- Actualidad Se desarrolla el concepto de violencia cultural
Se introduce el concepto de cultura de paz
Énfasis en la educación y la comunicación para
la paz
La paz toma una posición central
Nuevas búsquedas epistémicas y
metodológicas
Paz imperfecta
Fuente: López (2011), Teorías para la paz y perspectivas ambientales del desarrollo como diálogos de imperfectos.
Revista luna azul. Manizales, Colombia
Paz negativa
La paz negativa, es la primer etapa de los estudios para la paz, “el concepto de paz se desarrolló
así como ausencia de guerra o como situación de no-guerra, era la paz negativa” (Muñoz, 2001,
p.4), desde ahí, que nuestra concepción de paz se diera desde un solo lugar. «Igual que en el
Imperio Romano, la paz contemporánea refleja los intereses de quienes se benefician de la
estructura internacional tal como es, es decir, los del centro y no los de la periferia». Una
concepción muy negativa y manipuladora de la paz, entendida como mera ausencia de guerra y de
desórdenes internos, es lo que llamamos la PAZ NEGATIVA. Lederach (como se citó en Sampere
y Thonon, 2005)
Paz positiva
Se debe entender que esta paz positiva desde los postulados de Francisco Muñoz, es una paz que
ha sido entendida en muchas ocasiones como una «utopía», que deseaba y buscaba mundos
mejores, así la paz positiva podría ser identificada con una pretendida paz «total» o «perfecta» en
donde no habría violencia, probablemente tampoco conflictos manifiestos. Este horizonte utópico,
también, podría ser por un lado poco realista y frustrante y, por otro, fuente de violencia justificada
para alcanzar el tan deseado y difícil objetivo. (Muñoz, 2001, p.5)
La paz positiva hace énfasis en la justicia y el desarrollo, en la satisfacción de necesidades de
seguridad, bienestar, libertad e identidad; por tanto, la paz deja de ser la ausencia de guerra para
convertirse en un proceso que compromete múltiples visiones y perspectivas teóricas y
metodológicas. (López, 2011, p.89)
Paz imperfecta
En definitiva, optamos por llamar paz imperfecta a la «categoría analítica» que define a los
contenidos anteriores. En primer lugar para hacer una ruptura con las concepciones anteriores en
las que la paz aparece como algo perfecto, infalible, utópico, terminado, lejano, no alcanzable en
lo inmediato. Alcanzable en el otro mundo, en la gloria, los cielos, con la mediación de los dioses,
lejos de los asuntos mundanos, fuera de alcance de los humanos por sí mismos. En segundo lugar,
tal como venimos afirmando, una paz imperfecta que ayuda a reconocer las prácticas pacíficas allá
donde ocurran, que nos descubre estos hitos como apoyos de una paz mayor, más amplia. Y en
tercer lugar una paz imperfecta que nos ayuda a planificar unos futuros conflictivos y siempre
incompletos. (Muñoz, 2001, p.10)
Pero para entender esas fenomenologías de la paz y sus tres etapas en las investigaciones para la
paz, se hace necesario también entender lo que se ha comprendido en la teoría de los conflictos y
como estas se relacionan.
Conflictividad
No puede concebirse la paz, sin entender el conflicto, somos un universo en constante
conflictividad, “los seres vivos estamos en conflicto con el universo y tal tensión repercute en la
relación que establecemos con lo físico, con los recursos de la naturaleza, en nuestros
Conflicto Aparece Crece Declina Desaparece Reaparece
comportamientos biológicos, en las interacciones con los otros seres vivos, en la obtención de
recursos, y por supuesto en la cultura” (Muñoz, 2001, p.7)
Conflicto
Desde los postulados de Galtung, el conflicto es obvio en la sociedad, sin embargo la violencia y
la guerra es solo una manifestación, o como él lo llamaría, una conducta (García, 2000, p.128),
para esto Galtung habla de los tres niveles del conflicto:
Micro: Este nivel del conflicto se da dentro y entre las personas
Meso: En la sociedad, dentro de cada Estado o Nación
Macro: Conflicto entre Estados y Naciones
En este sentido para Galtung pasa lo siguiente con los conflictos:
Es así, que los conflictos conducen a la violencia, pero no son lo mismo, como mencionamos
anteriormente para Galtung la violencia es una conducta, mientras que los conflictos son un estado
de constante alteración en la vida humana, puesto que se ocasionan a partir de diversos
desacuerdos, somos una sociedad en conflicto. Para comprender esto Galtung dice que hay tres
tipos de violencia, la violencia directa la cual causa un daño material, como la guerra; la violencia
cultural que se da en la religión, la ideología, el arte; la violencia estructural, que es indirecta pues
es consecuencia de la estructura social, generando injusticias y desigualdad, es así que según
Galtung si se logrará establecer un ciclo del conflicto se lograría acabar con la violencia, es decir,
una transformación de los conflictos por medios pacíficos. (García, 2000, p.130).
Para Percy Calderón desde la teoría de los conflictos de Galtung no hay una sola historia, sino
historias, donde convergen la paz, la violencia y la humanidad, lo que nos lleva a pensar en un
cambio del paradigma donde la paz puede ser aprendida y enseñada, además de no solo reconocer
si los conflictos son buenos o malos, sino que se deben establecer mecanismos para entenderlos
lógicamente, criterios científicos para analizarlos, así como metodologías para transformarlos.
(Calderón, 2009, p. 67)
De esta manera, comprendemos, que la paz es una respuesta del conflicto y que la violencia en sus
diferentes formas es una conducta que se da dentro del conflicto ya sea micro, meso, macro, donde
la resolución de dichos conflictos debe darse de manera pacífica y que esto puede ser enseñado y
aprendido. Puesto que como sociedad siempre estaremos inmersos en diferentes conflictos, la
posible respuesta a cómo lograr la paz es entendiéndola y evitando que dichos conflictos lleguen
a los diferentes tipos de violencia.
Como lo menciona Galtung, “un sistema donde predomine la paz, requiere una cultura y estructura
de paz y así y solo así, se puede desterrar la violencia” (García, 2000, p.4), es así que la paz y la
violencia están ligados, como la salud y la enfermedad, el uno conduce a el otro, el uno es la
solución y el otro el problema.
Violencia estructural
Es entendida como un tipo de violencia directa presente en la injusticia social y otras circunstancias
que la apoyan, ha permitido hallar las formas ocultas y estáticas de la violencia de los sistemas
(miseria, dependencia, hambre, desigualdades de género, etc.). Con ello, además de incorporar los
valores paz y justicia. (Muñoz, 2001, p.4)
Por otro lado, debemos apreciar la idea de la paz, puesto que “se considera que no se podría hablar
de paz mientras haya relaciones caracterizadas por el dominio y la desigualdad. Ya no se trata
exclusivamente de la ausencia de manifestaciones o acciones de violencia directa -la paz como
ausencia de algo-, se trata también de avanzar hacia la comprensión de la paz como las condiciones
o circunstancias deseadas para su realización acercando de esta manera la paz a la justicia” (López,
2011, p.85).
METODOLOGÍA
La metodología propuesta para esta sistematización, por su condición tiene un enfoque histórico
hermenéutico, puesto que desde allí se puede entender y hacer una interpretación de los sucesos
que ocurren en torno a la sistematización de la experiencia del programa Manos a la Paz, este
ejercicio de investigación cualitativa permitió tomar elementos de varios métodos con el fin de
comprender y analizar las narrativas y el papel de la comunicación en un programa como este,
donde su eje central fueron los jóvenes y la paz.
A partir de esto se realizó un ejercicio etnográfico, por medio de la observación participante, de
diarios de campo, fotografías e informes mensuales, también se realizaron una serie de entrevistas
abiertas a dos integrantes de la alcaldía de Convención y a cuatro pasantes de diferentes
municipios, además, del uso de testimonios y narrativas que se dieron en los encuentros que se
realizaban con los demás pasantes de la región.
Para esto se procedieron con los siguientes elementos metodológicos.
Elementos de la IAP (Observación participante)
Se tomaron elementos de la Investigación Acción Participativa (IAP) propuesta por Orlado Fals
Borda, esta es una herramienta de investigación cualitativa que pretende que el objeto de estudio
pase a ser un sujeto protagonista de la misma, es decir, para esta sistematización, los pasantes de
Manos a la paz, no fueron un mero objeto de estudio, sino que se volvieron sujetos participativos
del proceso, la IAP desde los postulados de Fals Borda, permite que el investigador interactúe con
el objeto de estudio donde se desarrollen procesos de observación de la realidad para así generar
reflexión sobre la práctica.
Por otro lado, participar es entonces la posibilidad de actuar como iguales en un colectivo social
que busca respuestas críticas a su situación económica, política, ambiental, social y cultural, siendo
el educador-investigador uno más del colectivo social, que pone su saber al servicio de dicha
reflexión, aunque sin duda la potencia y la sistematiza, pero no por ello, intentar imponer sus
concepciones o generar relaciones verticales de imposición cultural: “Participación es, por lo tanto,
el rompimiento de la relación tradicional de dependencia, explotación, opresión o sumisión a todo
nivel, individual y colectivamente: de sujeto/objeto a una relación simétrica o de equivalencia”.
Borda (como se citó en Calderón y López, 2014)
Es desde allí que se tomaron elementos de esta metodología, para comprender lo que sucedía en
el municipio y en el programa Manos a la Paz, siendo yo un sujeto de observación para muchos,
me hice también participe de las dinámicas que ocurrían allí, no refleje a los pasantes, ni a los
integrantes de la alcaldía como meros objetos de estudio, sino que los hice participes del proceso,
dándoles voz a lo largo de los cuatro meses que estuve en el municipio.
Esta observación participante, me permitió ser uno más de las dinámicas que transcurrían en el
municipio y el programa, pero me dio la capacidad de analizar y comprender lo que pasaba en mi
entorno como un sujeto que llegó del exterior. Con esto pude evidenciar que el programa Manos a
la paz en municipios como Hacarí, El Carmen, Convención y Teorama aporto herramientas
significativas para el desarrollo de los municipios.
Observar fue el primer paso y la herramienta primordial para entender que lo que sucedía en el
municipio donde yo estaba y los municipios donde estaban mis compañeros “protegidos” por un
programa que le apostaba a la paz, no dejaba de lado las conflictividades existentes en los
territorios, sino que por el contrario nos involucraban para así aportar a ellas o entenderlas de una
manera distinta a como lo hacíamos desde nuestras ciudades de origen.
Es así, que desde lo propuesto por estos elementos metodológicos, se logró concebir el por qué y
para qué era importante analizar los actos de habla de los pasantes, primero, porque el observar y
el participar me permitió tomar una visión crítica frente a como estábamos viendo estos territorios
desde las ciudades, y segundo para analizar desde allí qué se está construyendo, puesto que el
participar en este programa, altero nuestras formas de narrar y entender la paz y las maneras como
se habitan estos territorios olvidados por el Estado.
Ejercicio etnográfico
El segundo paso, fue tomar lo que se había estado viviendo y sistematizarlo, lo hice por medio de
diarios de campo, fotografías e informes mensuales, allí consigne los eventos más importantes a
lo largo de los cuatro meses, a nivel personal y profesional de lo que iba pasando en el municipio,
en el proyecto y en la alcaldía, este ejercicio me sirvió para recopilar lo más relevante de los cuatro
meses y el cómo iba concibiendo el territorio y lo que allí sucedía en torno al programa Manos a
la paz.
Desde allí la etnografía según Rosana Guber se entiende como una concepción y práctica de
conocimiento que busca comprender los fenómenos sociales desde la perspectiva de sus miembros
(entendidos como “actores”, “agentes” o “sujetos sociales”) (Guber, 2001, p.1)
Estas herramientas me sirvieron para hacer un análisis de los actos de habla de mis entrevistados
respecto a la paz, además, los registros fotográficos y los diarios de campo, me permitieron
comprender las perspectivas que se tenían en torno al programa y a la construcción de paz, donde
no se narra solo con mi punto de vista, sino que se entrelaza la teoría con la práctica.
Los fundamentos y características de esta flexibilidad o "apertura" radican, precisamente, en que
son los actores y no el investigador, los privilegiados para expresar en palabras y en prácticas el
sentido de su vida, su cotidianeidad, sus hechos extraordinarios y su devenir. Este status de
privilegio replantea la centralidad del investigador como sujeto asertivo de un conocimiento
preexistente convirtiéndolo, más bien, en un sujeto cognoscente que deberá recorrer el arduo
camino del des-conocimiento al re-conocimiento. (Guber, 2001, p.7)
Es así, que como herramienta metodológica, los elementos de la etnografía me permitieron crear
un conocimiento frente a los paradigmas de la paz, desde los actos de habla de mis entrevistados,
así mismo sus prácticas en el territorio y su facilidad para desenvolverse los cuatro meses en él,
permitieron que ellos resignificarán la paz, los espacios y sus roles como profesionales y personas.
Entrevista abierta
Decidí escoger a varios de los pasantes, que fueran preferiblemente de diferentes municipios,
ciudades de origen y carreras universitarias, para que ellos relataran cómo fue la experiencia de
Manos a la paz, cómo era su vida antes del programa, lo que habían aportado a los territorios y
cómo el programa les había permitido percibir no solo otra Colombia, sino otras formas de narrar
la paz.
Estas herramientas permitieron tener una mirada reflexiva frente a las vivencias que se
desarrollaron durante los cuatro meses, adicional los criterios que se emplearon para la elección
de los entrevistados fue la siguiente:
Se hizo un barrido de los municipios más cercanos al que yo me encontraba, que era Convención,
con el fin de adquirir la información con más facilidad, además, que los pasantes fueran de
diferentes ciudades de origen y carreras, por otro lado, para las entrevistas de algunos de los
integrantes de la alcaldía de Convención, se escogió uno por área y que además hubiera tenido
relación o cercanía con el programa Manos a la Paz, adicional, en los encuentros que se hicieron
en Cúcuta se obtuvieron testimonios de los demás compañeros en torno a la experiencia que
vivieron en cada uno de los territorios, de esta manera los entrevistados son los que a continuación
nombraré.
Laura Durán: Es la encargada de la secretaria de desarrollo rural y comunitario de Convención,
ella por el rol que desempeña en la alcaldía tenía contacto directo con la comunidad tanto del sector
rural como comunitario, por lo tanto, su participación en las entrevistas fue fundamental, ya que
comprende las dinámicas del municipio más allá del casco urbano.
Obed Said Barbosa: Es ingeniero mecanizador agropecuario de la Universidad Santo Tomás de
Bogotá y coordinador del banco de proyectos de inversión municipal de Convención, su aporte en
las entrevistas fue primordial, ya que muchos de los integrantes de la alcaldía no tiene estudios,
pero Obed sí, además que vivió y estudio un tiempo en Cuba, haciéndolo una agente externo e
interno de los procesos del municipio.
Daniel Muñoz Cabanillas: Estudiante de derecho de la Universidad del Cauca, su ciudad de
origen es Cali y tiene 23 años, Daniel realizó su pasantía en el municipio de Convención e hizo un
aporte importante con la legalización de los predios, en especial los colegios del municipio,
además, su narrativa es diferente a la de muchos de los pasantes, porque a Daniel, a diferencia de
los otros pasantes, no le apasionaba lo que hacía, ni el estar lejos de su ciudad de origen.
Nancy Acosta Moreno: Estudiante de comunicación social de la Universidad Minuto de Dios, su
ciudad de origen es Soacha y tiene 22 años, Nancy realizó sus pasantías en el municipio de
Teorama, donde trabajo especialmente con jóvenes y donde su pasantía marco un antes y un
después en su vida profesional y personal.
Ximena Orjuela Molano: Estudiante de administración de empresas de la Universidad Minuto
de Dios, su ciudad de origen es Zipaquirá, tiene 21 años y realizó sus pasantías en el municipio de
Hacarí, fue la pasante más joven del programa en el Catatumbo y a diferencia de muchos, no le
apasionaba su carrera, pero con la experiencia de Manos a la paz, entendió que desde su rama si
se podía aportar mucho más que números.
Yarima Negrete: Estudiante de administración hotelera y turística de la Universidad Autónoma
del Caribe, su ciudad de origen es Córdoba, tiene 27 años y realizó sus pasantías en el municipio
de El Carmen, ella fue la única pasante que tuvo que estar en el territorio sola y así realizó todo un
plan de acción turístico para el municipio.
Es desde dichos elementos metodológicos que se permitió comprender y analizar la realidad del
programa Manos a la Paz, donde los jóvenes no solo convivieron y trataron de entender las
dinámicas de los territorios, sino que también los situó en sus campos académicos y los permitió
narrar la paz desde otra perspectiva o desde una visión holográfica de la sociedad, como la que
propone Edgard Morin, según la cual el punto menor – un individuo- contiene la casi totalidad de
la información del objeto representado –la sociedad- puede ser una línea explicativa de las
interacciones causales entre las actitudes y prácticas pacíficas desarrolladas en algunos espacios
particulares y las mantenidas por el conjunto del sistema social. Y también la viceversa ya que no
solamente la parte -individuo- está en el todo –sociedad-, sino que el todo está en la parte, es decir
las propuestas sociales de regulación pacífica de los conflictos tienen su correlato en los grupos y
los individuos. (Muñoz, 2001, p.10)
A partir de estos postulados uno de los primeros pasos para rescatar las realidades, «fenómenos»,
de la paz puede ser reconocer todas las acciones en las cuales ella está presente, todas las
predisposiciones -individuales, subjetivas, sociales y estructurales- que en nuestros actos de hablar,
pensar, sentir y actuar estén relacionados con la paz. Un proceso de búsqueda de la « idea» de paz
podría ser a través de los «significados» que adquiere en los distintos momentos y espacios
individuales, sociales y culturales. (Muñoz, 2001, p.5)
La entrevistas, como propuesta metodológica, dieron las bases para que desde el relato individual,
se pasará por un sistema social, es decir, desde los actos de habla de cada entrevistado configuró
un mundo de posibilidades frente a cómo se está entendiendo la paz, pero dicha concepción estaba
relacionada con lo que como sociedad hemos entendido por ella.
Es desde allí que la sistematización pretendió por medio de los elementos metodológicos
anteriormente nombrados, establecer una relación entre los paradigmas de la paz, los actos de habla
y la experiencia, es decir, una triangulación que nos permitiera entender cómo narran la paz los
jóvenes del programa en la región del Catatumbo, desde donde ellos a partir de los actos de habla
y las relaciones sociales han repensado y resignificado la paz, dándole otro valor epistemológico
a partir de las vivencias en el territorio y el rol que desempeñaron.
CAPITULO II
MANOS A LA PAZ
Inicialmente debo recordar que el objetivo de esta sistematización es analizar las prácticas de los
jóvenes y cómo estas los posicionan en una concepción de paz desde sus profesiones y roles en la
comunidad. Manos a la Paz en el Catatumbo fue una nueva experiencia para todos los pasantes,
no solo por lo que venían viviendo en el ámbito estudiantil, sino porque era un reto en sus vidas
profesionales, además del atractivo que tenía este proyecto al ser en otras ciudades, tenía un plus
y era la construcción de paz desde los jóvenes que iban a hacer parte de él.
El programa en Norte de Santander, buscaba que los pasantes participaran en un proyecto llamado
Gobernabilidad Territorial, para esto los 22 jóvenes fueron distribuidos en la región del Catatumbo
(Hacarí, San Calixto, El Tarra, El Carmen, Convención, Teorama, Sardinata, Abrego, Ocaña,
Cúcuta, Tibú), donde mediante este proyecto se brindó apoyo y asistencia técnica a entidades
territoriales con el objetivo de fortalecer las capacidades a los gobiernos locales, esto lo haríamos
de acuerdo a las necesidades técnicas, prácticas o teóricas de los municipios, en la mayoría las
herramientas que se utilizaron fueron matrices y asesorías para la legalización de predios, en otros
casos como Teorama y Hacarí, se crearon proyectos que aportaron especialmente a los jóvenes.
Pero principalmente debíamos aportar al cierre de brechas contribuyendo a la realización de los
planes de acción y el seguimiento de Gobierno en línea, herramienta creada por el Ministerio de
Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC), para hacer seguimiento a las
acciones emprendidas por los gobiernos municipales y así fortalecer su desarrollo político, social,
cultural y económico.
El inicio
Cuando llegamos a Cúcuta, Norte de Santander, hubo un reordenamiento de territorios, es decir,
nos iban a enviar a unos distintos a los que ya se habían establecido en las ciudades de origen, lo
que puso a flaquear a muchos, sin embargo, solo una persona se retiró, así, nos quedamos 22
divididos en parejas, exceptuando a uno.
Nos dividieron de acuerdo a las carreras y las necesidades de cada municipio quedando de la
siguiente manera:
Nombre Carrera Universidad Ciudad de
origen
Municipio de
pasantía
Laura Ruíz Derecho Universidad de Medellín Medellín San Calixto
Arley Jiménez Comunicación
Social
Universidad Minuto de
Dios
Bogotá San Calixto
Ana María
Valencia
Psicología Universidad San
Buenaventura
Cali Hacarí
Ximena Orjuela Administración de
empresas
Universidad Minuto de
Dios
Zipaquirá Hacarí
Ana Salcedo Derecho Universidad de
Cartagena
El Carmen de
Bolívar
Cúcuta
Daniela Campo Administración de
empresas
Sincelejo Cúcuta
Yarima Negrete Administración
hotelera y turística
Universidad Autónoma
del Caribe
Córdoba El Carmen
Camilo
Cerquera
Derecho Universidad Católica Bogotá El Tarra
María José de la
Ossa
Licenciatura en
ciencias sociales
Universidad de Córdoba Montería El Tarra
Nancy Acosta Comunicación social Universidad Minuto de
Dios
Soacha Teorama
Alejandra
Sandoval
Derecho Universidad Santo
Tomás
Villavicencio Teorama
Natalia
Rodríguez
Psicología Universidad San
Buenaventura
Cali Sardinata
Camila Suarez Trabajo social Universidad Minuto de
Dios
Bogotá Sardinata
Katherine
Marrugo
Trabajo social Corporación
Universitaria Rafael
Núñez
Cartagena Abrego
Omar Díaz Derecho Corporación
Universitaria Rafael
Núñez
Cartagena Abrego
Lizeth Salazar Comunicación social Universidad Minuto de
Dios
Villavicencio Ocaña
Elizabeth
Arango
Derecho Universidad Javeriana Cali Ocaña
Margarita
Hurtado
Derecho Corporación
Universitaria Rafael
Núñez
Cartagena Tibú
Isamar Peña Derecho Corporación
Universitaria Rafael
Núñez
Cartagena Tibú
Keinny López Derecho Corporación
Universitaria Rafael
Núñez
Cartagena Tibú
Daniel Muñoz Derecho Universidad del Cauca Cali Convención
Fuente: http://espanol.mapsofworld.com/continentes/sur-america/colombia/colombia-mapa.html
Elaborado por Angie Goyeneche
Con esto evidenciamos, que la diversidad
de carreras no era demasiada, pero si
veníamos de culturas distintas, lo que
hizo que nos diversificáramos y
aprendiéramos de todos un poco, ya que
tuvimos la oportunidad de convivir todos
por dos semanas en Cúcuta, mientras
recibíamos las capacitaciones y nos
presentaban con los alcaldes de cada
municipio, este inicio nos permitió
conocernos y formar una amistad que nos
mantuvo unidos durante toda la pasantía.
Pasantes de Manos a la paz en la oficina territorial de
Naciones Unidas (Norte de Santander)
El recorrido
Después de convivir casi dos semanas en Cúcuta, era hora de que cada uno de nosotros se fuera
para el territorio correspondiente, de Cúcuta a la segunda ciudad más importante, Ocaña, son siete
horas y de ahí entre una y tres horas a cada uno de los municipios, el viaje fue largo y todos
estábamos a la expectativa por lo que nos esperaba, además, que después de las indagaciones que
habíamos hecho en nuestras ciudades de origen, sobre a dónde íbamos, habían cambiado con el
reordenamiento de territorios, yo inicialmente iba para El Carmen, al llegar a Cúcuta me enviaron
para Convención; después del viaje cada uno llego a su territorio donde nos presentaron con el
alcalde y nos dejaron en el lugar donde nos íbamos a hospedar durante los cuatro meses.
Los mensajes por WhatsApp, que era nuestra herramienta de comunicación abundaron,
contándonos como era el municipio, la gente y el lugar donde íbamos a vivir, la mayoría
parecíamos emocionados y ansiosos por comenzar a aportar al territorio.
El tiempo no dio espera, al día siguiente de estar en los territorios comenzó la labor, nuestro trabajo
iba directamente ligado con las alcaldías, las Juntas de Acción Comunal (JAC), los colegios y
cualquier otra entidad que ligada con la alcaldía necesitara de nuestro conocimiento.
En abril, casi un mes después de estar en los territorios, nos sacaron para ir a un curso de seguridad
llamado SSAFE (Safe and Secure Approaches in Field Environments), un curso donde nos iban a
enseñar técnicas de supervivencia y cómo actuar en caso de un secuestro o peligro en el campo.
En este curso pusimos a prueba nuestras posibles reacciones frente al conflicto presente en esta
región, de allí surgieron nociones del actuar de la guerrilla, fue un ejercicio práctico donde las
simulaciones de secuestro, atentados y primeros auxilios pusieron a prueba nuestros miedos y
habilidades frente a una situación de peligro.
Al finalizar el curso, se recogieron los aprendizajes, donde como pasantes evidenciamos que
además de estar en una zona roja, con un conflicto latente por parte de la guerrilla y el olvido del
Estado, nos hacían vulnerables, pero que más allá de eso, nos ponían en una condición de reflexión
frente a lo que íbamos a brindar a los territorios, teniendo en cuenta que la situación del Catatumbo
no era la mejor en esos momentos.
Algunos de los pasantes de Manos a la Paz en el SSAFE
Allí pudimos reunirnos todos de nuevo y dialogar frente a las vivencias en el territorio, a todos los
territorios les iba bien, en cuanto a su hospedaje, interacción con la comunidad y el trabajo que
estaban realizando con las diferentes entidades, excepto a los jóvenes de Tibú y El Tarra. En el
primer municipio eran tres niñas cartageneras, abogadas y su acogimiento en el municipio
inicialmente fue complicado, puesto que no hubo disposición de la alcaldía para ayudarlas con el
hospedaje y a los altos costos de este municipio debido al tráfico de petróleo, por otro lado, en El
Tarra, las condiciones de vivienda fueron complejas y por esos días el municipio se encontraba en
alerta roja por las diferentes tomas del ELN y un mes después por el secuestro de la periodista
Salud Hernández, lo que ocasiono la militarización del municipio y las constantes amenazas para
el territorio y los pasantes, por lo cual fueron reubicados en Ocaña.
Quizás estos dos municipios fueron los más afectados, ya que son los más cercanos a Venezuela,
como podemos observar en el siguiente mapa.
Fuente:http://www.eltarranortedesantander.gov.co/mapas_municipio.shtml?apc=bcMapas%20Pol%EDticos-1-
&x=2928970
También, nos encontramos con la superación a la estigmatización de los territorios, se sabe que es
un territorio complejo por la presencia del ELN y aun del EPL, lo cual atemorizaba a muchos
cuando partieron a los territorios, pero en la mayoría de los municipios hubo confrontación armada
y los pasantes aprendimos a lidiar con esto y a ir entendiendo las dinámicas de los municipios, el
recorrido fue complejo, pero al tiempo, estuvo lleno de aprendizaje, de riesgos que muchos
tomamos como un reto de crecimiento personal y profesional.
Anécdotas
Los pasantes del municipio de San Calixto, Laura y Arley tuvieron uno de los encuentros más
cercanos a la confrontación armada entre guerrilla y militares, ellos relatan como mientras se
encontraban en la plaza central del municipio, en horas de la tarde, haciendo un taller con niños,
muy cerca a la alcaldía, comenzaron a escuchar los disparos y a ver la gente que corriendo, su
reacción fue correr como lo hacían todos, así que cogieron a los niños y corrieron a la alcaldía,
donde cerraron las puertas y se tiraron al suelo; ellos cuentan como esta confrontación duro
aproximadamente dos horas, cuando escucharon todo en calma salieron, para dejar a los niños en
la Casa de la cultura donde los padres los recogían, pero en el trayecto volvió la confrontación de
fuego cruzado, como pudieron llegaron a la Casa de la cultura y se refugiaron de nuevo por al
menos tres horas más.
Para ellos, quienes supieron mantener la calma fue un evento tedioso, puesto que llevaban una
semana en el territorio y nunca habían vivido de cerca el conflicto armado, además, relatan que la
gente corre a sus casas a refugiarse, pero que no entran en desespero, es como si ya estuvieran
acostumbrados a vivir en esas condiciones, incluso los niños.
Otra anécdota es la de las pasantes de Hacarí, Ximena y Ana María, a quienes ya les habían hablado
de las confrontaciones, pero no imaginaban como eran, en la madrugada, mientras dormían.,
comenzaron a escuchar helicópteros pasar y estruendos, por las indicaciones que nos había dado
el PNUD y atemorizadas, ellas se despertaron alarmadas y se escondieron debajo de una cama,
seguido a esto, llamaron a un número de seguridad del PNUD, donde uno reportaba cualquier
condición de peligro hacia nosotros, la sugerencia del PNUD fue mantener la calma y esperar si
pasaba, pues son dinámicas constantes en los municipios, ellas en medio del susto, enviaron audios
al WhatsApp, donde realmente se escuchaban muy asustadas, al cabo de una hora, alguien de la
casa se asomó para saber ellas como estaban y al encontrarlas debajo de la cama se sorprendió,
indicándoles que no había nada que temer y que esa era una situación constante.
Pasantes de Manos a la paz y Aldo Morales, coordinador territorial del PNUD (Norte de Santander)
Mi experiencia
Llegar a Norte de Santander fue un reto, era la primera vez que salía de mi zona de confort, no
sabía lo que me iba a encontrar, todo era una constante expectativa, cuando llegamos a Cúcuta y
nos cambiaron de territorios y compañeros, dude, pero al final era más grande mi emoción que
cualquier otra cosa, para llegar a Convención, debía recorrer casi todos los municipios, la única
ventaja era estar a una hora de Ocaña, pues a Convención se le conoce como “la puerta de entrada
del Catatumbo”; cuando llegue al municipio tuve la sensación de estar en un lugar con el que ya
estaba familiarizada, nos presentaron en la alcaldía, nos llevaron hasta la casa donde nos íbamos a
hospedar y los del PNUD se marcharon.
La primera semana en el territorio fue compleja, pues éramos como dos “intrusos” con mi
compañero, pero sin embargo en la alcaldía y la casa donde nos hospedamos fueron muy cordiales
con nosotros, el primer mes nos acoplamos, comenzamos a relacionarnos con nuestros compañeros
de la alcaldía y las personas de la casa.
Integración día de los niños, con los integrantes de la alcaldía de Convención, Norte de Santander
Con el paso de los días, nos hacíamos más cercanos y ellos nos contaban cosas de su cotidianidad
e historias del municipio, en una oportunidad pude ir a una vereda, con las personas de la casa que
eran Doña Chela (la dueña de la casa), Martha (la hija de doña Chela) y Yesenia (la muchacha de
la cocina), esta experiencia fue interesante, puesto que era salir del casco urbano, aunque yo ya
había hecho recorridos por todo el territorio, esta vez era irme a quedar en una vereda e ir a los
trapiches, que es el lugar donde se da el proceso de la panela.
Molienda de caña y proceso de la panela
Las aventuras, no se dieron
solo a nivel personal o
académico, en esta
experiencia el aprendizaje era
sobre todo, estando en el
territorio y con la labor
encomendada en este
proyecto, se hacía importante
dar a conocer lo que se estaba
hablando en la Habana, dar
charlas de pedagogía de paz,
para esto implementamos una
estrategia llamada Pazometro, donde mediamos qué tanto sabían las personas del proceso de paz,
además, de unas charlas radiales, pero solo logramos hacer dos veces cada actividad, puesto que
por esos días el presidente comparo al Bronx con el Catatumbo y generó resentimiento en algunos
de los convencionistas, por lo cual nos sugirieron suspenderlas.
Charla sobre el proceso de paz con algunos integrantes de la alcaldía de Convención, Norte de Santander
En medio de las vivencias en el territorio, pudimos compartir con el lugar de los ancianos, donde
hacían un compartir mensual, así mismo asistimos a los partidos de fútbol, que se hacían en las
veredas cercanas. Tuve también la oportunidad de entrevistar al alcalde de Teorama y al senador
Alberto Castilla, en un evento sobre la crisis de los maestros en el territorio.
Compartir con los abuelos de Convención, Norte de Santander
Equipo de fútbol de la alcaldía de Convención, Norte de Santander
Entrevista al alcalde de Teorama, Norte de Santander, Jesús Leid Montagut
Estas experiencias, por nombrar solo algunas, me permitieron no solo interactuar con las personas
que integraban la alcaldía, sino con la comunidad, donde se observaban las brechas entre el casco
urbano y la zona rural, el acceso a la luz, agua, las vías hacían de las veredas del municipio lugares
complicados de habitar, además, de la presencia de ELN y de los cultivos de coca; la primera vez
que fui a un partido de fútbol, en una vereda a unos 30 minutos del casco urbano y tras caminar un
rato por el lugar, me dijo uno de los integrantes de la alcaldía, todo ese cultivo es coca, yo, que
nunca había visto uno, me sorprendí y quise tomar una foto, la expresión de él fue “hágale rápido
porque se enojan”, yo le pregunte por qué y si el Ejercito no molestaba, ya que los cultivos se
encontraban en pleno camino, él me dijo que no, que esas circunstancias ya eran propias del
territorio y que a los campesinos si les molestaba que un desconocido fuera a tomar fotos.
También presencié en los cuatro meses tres enfrentamientos, además de la militarización del
municipio, lo cual hacía sentir más tenso el lugar, anécdotas de cómo antes los paramilitares
llegaban a las casas de quienes habitan el municipio o de las entradas de la guerrilla o sus modos
de operar, de cómo el hablar con un policía o un militar era un riesgo. Pero también tuve la
oportunidad de escuchar el día a día de las personas aledañas al casco urbano, tomando tinto o
algún jugo natural.
Los encuentros esporádicos que tenía con mis compañeros del programa, me permitían saber cómo
las vivencias de cada uno, daban para reírnos o para preocuparnos por las condiciones de estos
territorios y el querer poder aportar cada vez más.
Algunos pasantes de Manos a la paz, Norte de Santander, en el cierre de las pasantías con el equipo del
PNUD
El día que partimos, no nos fuimos solos, no partimos como llegamos, crecimos profesional y
personalmente y entendimos que las dinámicas del país están enmarcadas no solo por el conflicto
armado, sino por el olvido del Estado.
CAPITULO III
NARRANDO LA PAZ
A partir de lo que hemos entendido a lo largo de la historia de lo que es la paz, lo situamos según
nuestras experiencias, en este caso desde la experiencia de los jóvenes de Manos a la paz. Quienes
desde sus narrativas cuentan para ellos qué es la paz y cómo se construye, estas definiciones van
sujetas desde las vivencias en los territorios.
Cultura de paz para los jóvenes
A partir de las entrevistas realizadas a los diferentes pasantes de Manos a la Paz, en Norte de
Santander, se puede dar cuenta de lo que se está entendiendo por una cultura de paz y cómo desde
la experiencia de estos jóvenes de diversas ciudades y carreras interpretan la paz más allá de la
ausencia de guerra.
Se evidencia que la construcción de paz no se forja sólo en los diálogos que se dieron en la Habana
o en la firma de la paz, puesto que para estos jóvenes la paz es un beneficio común, que conlleva
a la construcción de un mejor futuro para las próximas generaciones, que incluso, se construye
diariamente y acarrea cosas de la cotidianidad, de las más simples como tomar un bus hasta un
contexto sociopolítico como la educación, la salud, la participación, entre otros.
Es desde el análisis de las entrevistas que emergen maneras de cómo narrar la paz a partir de los
actos de habla de los entrevistados, situados en los tres paradigmas de la paz, es decir, la paz
negativa, la paz positiva y la paz imperfecta.
La paz es una utopía
Es importante recordar, que la paz negativa es el primer paradigma que surge en los estudios de la
paz, a pesar de su antigüedad histórica hay personas que siguen concibiendo la paz como la
ausencia de guerra, en esta caso, mi colaborador Obed Said Barbosa, quien trabaja en la alcaldía
de Convención, al preguntarle por lo qué entendía por paz, la definió como la paz negativa.
En este sentido, podemos analizar que para él el conflicto armado ha sido un constante de su vida
desde que era niño y por esto para él es importante construir la paz, porque la ha vivido por años
y no quiere seguirlo haciendo, sin embargo, su definición de paz a partir de sus actos de habla, se
condicionan por una paz como ausencia de guerra, es decir, paz negativa.
En otra parte, él menciona, primero que la paz se construye diariamente, pero al tiempo lo ve como
una utopía, algo lejano, lo cual constituye elementos de la paz positiva, se puede decir que para
Obed a partir de sus actos de habla la paz es tanto positiva como negativa, pero donde
evidentemente se centra en la idea del conflicto como la premisa para comenzar a construir dicha
paz.
Es importante construir la paz ya que desde niños siempre hemos vivido
el conflicto armado.
Obed Said Barbosa
Coordinador del banco de proyectos de inversión municipal
Alcaldía de Convención, Norte de Santander
Cambio de mentalidad
En este apartado evidenciamos que la paz no es un proceso estático, por tanto hablar de paz, exige
un cambio de mentalidad, hacer paz, narrar la paz, ver la paz, requiere que los paradigmas cambien,
“una paz imperfecta que nos ayuda a planificar unos futuros conflictivos y siempre incompletos”.
(Muñoz, 2001, p.10)
A partir de los actos de habla de Laura, quien es la encargada de la secretaria de desarrollo rural y
comunitario de la alcaldía de Convención, la paz es un proceso que requiere un cambio de
mentalidad, lo plantea como una actitud de paz, un lugar de anhelar, donde se evidencia la paz
como “utopía”, pero “este horizonte utópico, también, podría ser por un lado poco realista y
frustrante y, por otro, fuente de violencia justificada para alcanzar el tan deseado y difícil objetivo”.
(Muñoz, 2001, p.5)
Por otro lado se sigue evidenciando la paz negativa en frases como “lograr el cese a la violencia”,
este paradigma se sigue dando en los actos de habla de los entrevistados, donde no se deja de lado
el entender la paz como la ausencia de guerra.
La Paz es un proceso que se construye diariamente no solamente firmando un
acuerdo sino que después de un pos Conflicto se sigue construyendo la paz o sea la
paz es una utopía, cada día seguir construyendo.
Obed Said Barbosa
Coordinador del banco de proyectos de inversión municipal
Alcaldía de Convención, Norte de Santander
Menos es más
La paz positiva hace énfasis en la justicia y el desarrollo, en la satisfacción de necesidades de
seguridad, bienestar, libertad e identidad; por tanto, la paz deja de ser la ausencia de guerra para
convertirse en un proceso que compromete múltiples visiones y perspectivas teóricas y
metodológicas. (López, 2011, p.89)
La paz es un proceso complejo, no es tan sencillo, requiere además un cambio de
mentalidad, probablemente se necesita una actitud de paz para llegar al lugar donde
anhelamos para mí en la paz es un beneficio común para lograr el cese a la violencia
no solo en Colombia sino en todo el mundo.
Laura Liliana Durán Sánchez
Secretaria de desarrollo rural y comunitario
Alcaldía de Convención, Norte de Santander
La paz, implica menos muertes, menos robos, más igualdad, más respeto, más
tolerancia, en todas implica un mejor nivel de paz entonces para mí la paz es
avanzar lentamente, conjuntamente todos los colombianos en un mejor nivel.
Daniel Muñoz
Joven de 23 años en Convención, Norte de Santander
Estudiante de derecho- Universidad del Cauca (Cali)
Es así, que para Daniel Muñoz, quien llego desde Cali y paso sus cuatro meses en Convención,
Norte de Santander, la paz no implica solo la ausencia de la guerra, por el contrario él la define
como un conjunto de elementos que pasan por la cotidianidad y que se construyen entre todos los
colombianos, lo que nos lleva a pensar en una paz positiva, capaz de integrar en todos los sentidos
socio-políticos y culturales a un país. Es decir, para él la paz se mide en la disminución de dichos
elementos, para así avanzar, aún se ve la paz como algo inalcanzable, como algo por lo que toca
caminar.
En este sentido, los siguientes índices, nos estarían diciendo que estamos avanzando hacia la paz,
puesto que entre menos brechas entre dichos elementos sociales, culturales, políticos, económicos,
más paz.
Fuente: https://www.minjusticia.gov.co/Portals/0/Ministerio/Sistema-indicadores/Sistema-indicadores/indicadores-
criminalidad.html
Así, a partir de lo que Daniel desde sus actos de pensar, sentir y narrar la paz, del 2004 al 2015 las
tasas de homicidio han disminuido, lo que él llama “menos muertes”, por tanto estamos avanzando
hacia la paz, además, de los tópicos “menos robos, más igualdad, más respeto, más tolerancia”, lo
que nos lleva a pensar que Daniel posiciona sus actos de habla en la paz positiva y propone la paz
como algo que se da por niveles, donde cada uno de esos tópicos hacen que nos acerquemos y así
llegar a esa paz anhelada que Daniel percibe a partir de los hechos reales en el día a día de nuestro
país. Es decir, “en donde no habría violencia, probablemente tampoco conflictos manifiestos”
(Muñoz, 2001, p.5)
Pilares estructurales
Para Nancy, esto se ve reflejado en la educación y la salud, dos componentes indispensables en
cualquier país, pero vulnerado en Colombia, ella pudo dar cuenta de esto, ya que trabajo
directamente con jóvenes de colegio, es desde esas experiencias en cada uno de los territorios, que
los jóvenes del proyecto Manos a la Paz tienen una posición frente a lo que se entiende por una
cultura de paz, para Nancy radica en una construcción desde el sistema, es decir, desde las mejores
posibilidades de vida que se dan a partir de las garantías que ofrece el Estado.
Paz para mí acá en Colombia es que también exista la buena educación que también
exista la buena salud, que todo esté en sana convivencia, no es simplemente que dejen
de existir los enfrentamientos entre el gobierno y la guerrilla, no es simplemente que
se acabe ese conflicto armado sino que hayan mejores posibilidades de vida para los
colombianos.
Nancy Acosta
Joven de 22 años en Teorama, Norte de Santander
Estudiante de Comunicación Social- Universidad Minuto de Dios (Soacha)
Inicialmente Nancy enfoca lo que es la paz para ella en Colombia y lo hace a partir de pilares
estructurales como la salud o la educación, es decir, para ella la paz es que no haya violencia
estructural, entendiéndola como “formas ocultas y estáticas de la violencia de los sistemas”
(Muñoz, 2001, p.4)
Siguiente a esto hace una aclaración, enfatizando en que la paz también es que “dejen de existir
enfrentamientos entre el gobierno y la guerrilla”, se sigue viendo la paz negativa, no se deja de
lado que la paz también va hacia ese camino, pero que no es el único, pues menciona que además
de esto la paz son “mejores posibilidades de vida”, de nuevo la paz positiva, esa búsqueda de la
igualdad por medio del sistema y los elementos que la conforman.
La paz como valores
Por otro lado, estos pilares estructurales se evidencian también en los actos de habla de Ximena
Orjuela, pero adicional a esto ella relaciona la paz con los valores como la tolerancia, como un
camino que nos hará crecer como personas y como sociedad, como un desarrollo, se sigue viendo
la paz como algo que está en construcción; ella a diferencia de los otros entrevistados, no menciona
nada respecto a la paz negativa, por el contrario, la evidencia como una paz positiva, que se debe
alcanzar.
Además, menciona algo primordial y es como para construir dicha paz se necesita de una
educación, es decir, la paz puede ser aprendida y enseñada y esto nos lleva a creer en un nuevo
paradigma, el de la paz imperfecta esa que “nos ayuda a planificar unos futuros conflictivos y
siempre incompletos”. (Muñoz, 2001, p.10). Lo que en su momento Galtung estableció como un
cambio del paradigma donde la paz puede ser aprendida y enseñada, además de no solo reconocer
si los conflictos son buenos o malos, sino que se deben establecer mecanismos para entenderlos
lógicamente, criterios científicos para analizarlos, así como metodologías para transformarlos.
(Calderón, 2009, p. 67). Esto es lo que propone Ximena, enseñar la paz y para ella la educación es
el camino para construir esta.
Oportunidad para todos
Acá evidenciamos que para Yarima la paz no es la ausencia de conflicto, ya no vemos la paz
negativa, por el contrario sí es entendida como paz positiva “hace énfasis en la justicia y el
desarrollo, en la satisfacción de necesidades de seguridad, bienestar, libertad e identidad”. (López,
2011, p.89), lo que Yarima llama “un estado de alteración” donde para alcanzar la paz deben
consolidarse todos los elementos anteriormente nombrados.
La paz para mí es un crecimiento, la gente tiene que aprender a convivir, ser
tolerante y de esa forma crecer como persona y como sociedad en este momento,
la paz es crecimiento, y un posible desarrollo, pero yo creo que para construir
directamente la paz se necesitaba una educación muy fuerte.
Ximena Orjuela
Joven de 21 años en Hacarí, Norte de Santander
Estudiante de Administración de empresas- Universidad Minuto de Dios
(Soacha)
Pienso que la paz es participación, es educación, es legitimidad, la paz no es la
ausencia del conflicto pero si la ausencia de las vías de hecho, creo que la paz es
oportunidad para todos, es equidad para todos, es trabajo en conjunto, es bienestar
para las comunidades, es un estado de alteración.
Yarima Negrete
Joven de 27 años en El Carmen, Norte de Santander
Estudiante de Administración hotelera y turística- Universidad Autónoma
del Caribe
Es así, que la paz a partir de los actos de habla de ella, la paz se vuelve imperfecta “una paz
imperfecta que ayuda a reconocer las prácticas pacíficas allá donde ocurran, que nos descubre estos
hitos como apoyos de una paz mayor, más amplia. Y en tercer lugar una paz imperfecta que nos
ayuda a planificar unos futuros conflictivos y siempre incompletos” (Muñoz, 2001, p.10), puesto
que ella más adelante menciona que dicha paz “no la construyen un par de guerrilleros, un
presidente y un gabinete, no, se construye desde abajo, la construimos nosotros”. Por tanto, dicha
paz no es inalcanzable o utópica, sino por el contrario es algo que se debe planificar a partir de
ciertas estructuras y así proponer nuevas metodologías que nos ayuden a ponerla en práctica.
Nombre Paradigma Acto de habla
Obed Said Paz negativa Conflicto armado
Hostilidades
Proceso de paz
Utopía
Laura Durán Paz negativa/Paz positiva Cambio de mentalidad
Actitud de paz
Beneficio común
Cese de la violencia
Daniel Muñoz Paz positiva Estado infinito
Menos robos
Más igualdad
Más tolerancia
Más respeto
Leyes equitativas
Nancy Acosta Paz negativa/Paz positiva Conflicto armado
Buena educación
Enfrentamientos
Mejores posibilidades de vida
Ximena Orjuela Paz positiva/ Paz imperfecta Crecimiento
Convivir
Ser tolerante
Educación
Yarima Negrete Paz positiva/ Paz imperfecta Participación
Educación
Legitimidad
No es ausencia del conflicto
Trabajo en conjunto
Equidad
Bienestar
Estado de alteración
Conclusiones
Los actos de habla de los entrevistados permitieron evidenciar como menciona Muños “las
características para reconocer los fenómenos de la paz deben estar presentes en todas las
predisposiciones, individuales, subjetivas, sociales y estructurales, que en nuestros actos de hablar,
pensar, sentir y actuar estén relacionados con la paz”. (Muñoz, 2001, p.5)
Es así que a partir de las experiencias, el conocimiento, las formas de ver, pensar y sentir los
entrevistados posicionan su concepto de paz en las tres etapas de las investigaciones para la paz,
donde ninguna es estática, por ejemplo para Obed y Laura que han vivido en Convención siguen
narrando la paz como negativa, no es la única forma de entender la paz, pero si un elemento
importante en su territorio, quizás por cómo han percibido el territorio y las vivencias que han
ocurrido allí.
Por otro lado, para los pasantes de Manos a la paz, es un cambio de paradigma, narrado desde la
paz positiva, pero sin dejar de lado, que se debe comenzar a construir de otra manera el país y las
condicione sociales, políticas, culturales y económicas, para así ir caminando hacia la paz.
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