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TRABAJANDO EL TERRITORIO EN EL BARRIO La experiencia de un taller de tierras interpelado por el territorio Autores: Arq.María Eugenia Durante, Arq. Andrea Di Croce Garay, Arq. María Guillermina Paggi, Est. Lucio Bejger Accionar y pensar hoy. Metodología del presente trabajo Este trabajo se propone relatar el estado de avance de un proceso de trabajo de campo e investigación que se encuentra actualmente en desarrollo, por lo que creemos que estos primeros artículos resultan mayormente exploratorios y sirven para construir las primeras herramientas de sistematización y conceptualización de las prácticas, para producir las primeras preguntas y aportes que sirvan al avance permanente de las mismas. Se relata el trabajo que se viene desarrollando desde la organización ArqCom La Plata (LP), la cual surge como un colectivo de estudiantes y graduados de arquitectura, que comenzó trabajando sobre las problemáticas de la vivienda desde herramientas proyectuales y constructivas, en diferentes barrios de la ciudad de La Plata. En el proceso de maduración y crecimiento del espacio, surgió la necesidad de comenzar a incorporar a otras disciplinas y sectores de la sociedad que permitan abordar las problemáticas de manera integral y compleja. A partir de entender que las problemáticas habitacionales y territoriales de los sectores populares no terminan ni comienzan sólo por el estado constructivo de sus viviendas, se propone construir procesos que apunten a tratar factores productivos, sociales, culturales, legales, etc. que hacen al habitar, para trabajar en torno a su posibilidad de transformación. Este trabajo es parte de un proceso en formación y construcción impulsado desde un equipo de integrantes de ArqCom La Plata, denominado Taller de Escritura, cuyo objetivo central es sistematizar y conceptualizar las prácticas que se desarrollan, para poder darlas a conocer, que sirvan para intercambiar con otras experiencias, que sumen preguntas y debates, y que puedan introducirse en las estructuras de la actual academia y el mundo de la investigación para discutir y aportar a la construcción de una mirada distinta. Consideramos importante que todo proceso que se proponga trabajar en pos de la transformación de factores concretos de la realidad y en conjunto con sectores de la población, asuma instancias de reflexión y vuelta a la acción. Se apunta a la sistematización de prácticas, como un método de trabajo, en el marco de un proceso de investigación acción participativa (IAP), un enfoque “que busca la plena participación de las personas de los sectores populares en el análisis de su propia realidad, con el objeto de promover la transformación social a favor de éstas personas” (JARA, 2012). La IAP es una perspectiva de la investigación que surge de los ámbitos de la educación, y que nos permite alejarnos de los métodos tradicionales que ponen a los investigadores como observadores externos. Estos procesos de investigación pretenden dar más herramientas a las prácticas, siendo, los que investigan, actores cotidianos de los procesos que se analizan, que resultan transformados y transformadores del proceso. La sistematización no sólo nos permite reconocer nuestras prácticas de manera organizada, sino que “las transforman y las convierten en procesos de empoderamiento de actores, organizaciones y grupos humanos, que se reconocen productores de saber desde y para la acción” (MEJIA, 2007). La mirada y reflexión sobre las prácticas es un proceso en re-construcción permanente que se realiza en diferentes instancias, y se pretende que todos los que intervienen se reconozcan como seres que construyen conocimiento, en nuestra interacción y diálogo constante. Pero es situando el foco en esas interacciones que se suceden en el proceso, como expresa Mejías: antes nos habíamos preguntado cómo

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Trabajo Congreso de Geografía Urbana 2015

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TRABAJANDO EL TERRITORIO EN EL BARRIO La experiencia de un taller de tierras interpelado por el territorio

Autores: Arq.María Eugenia Durante, Arq. Andrea Di Croce Garay, Arq. María Guillermina Paggi, Est. Lucio Bejger

Accionar y pensar hoy. Metodología del presente trabajo

Este trabajo se propone relatar el estado de avance de un proceso de trabajo de

campo e investigación que se encuentra actualmente en desarrollo, por lo que creemos que estos primeros artículos resultan mayormente exploratorios y sirven para construir las primeras herramientas de sistematización y conceptualización de las prácticas, para producir las primeras preguntas y aportes que sirvan al avance permanente de las mismas.

Se relata el trabajo que se viene desarrollando desde la organización ArqCom La Plata (LP), la cual surge como un colectivo de estudiantes y graduados de arquitectura, que comenzó trabajando sobre las problemáticas de la vivienda desde herramientas proyectuales y constructivas, en diferentes barrios de la ciudad de La Plata. En el proceso de maduración y crecimiento del espacio, surgió la necesidad de comenzar a incorporar a otras disciplinas y sectores de la sociedad que permitan abordar las problemáticas de manera integral y compleja. A partir de entender que las problemáticas habitacionales y territoriales de los sectores populares no terminan ni comienzan sólo por el estado constructivo de sus viviendas, se propone construir procesos que apunten a tratar factores productivos, sociales, culturales, legales, etc. que hacen al habitar, para trabajar en torno a su posibilidad de transformación.

Este trabajo es parte de un proceso en formación y construcción impulsado desde un equipo de integrantes de ArqCom La Plata, denominado Taller de Escritura, cuyo objetivo central es sistematizar y conceptualizar las prácticas que se desarrollan, para poder darlas a conocer, que sirvan para intercambiar con otras experiencias, que sumen preguntas y debates, y que puedan introducirse en las estructuras de la actual academia y el mundo de la investigación para discutir y aportar a la construcción de una mirada distinta.

Consideramos importante que todo proceso que se proponga trabajar en pos de la transformación de factores concretos de la realidad y en conjunto con sectores de la población, asuma instancias de reflexión y vuelta a la acción. Se apunta a la sistematización de prácticas, como un método de trabajo, en el marco de un proceso de investigación acción participativa (IAP), un enfoque “que busca la plena participación de las personas de los sectores populares en el análisis de su propia realidad, con el objeto de promover la transformación social a favor de éstas personas” (JARA, 2012).

La IAP es una perspectiva de la investigación que surge de los ámbitos de la educación, y que nos permite alejarnos de los métodos tradicionales que ponen a los investigadores como observadores externos. Estos procesos de investigación pretenden dar más herramientas a las prácticas, siendo, los que investigan, actores cotidianos de los procesos que se analizan, que resultan transformados y transformadores del proceso. La sistematización no sólo nos permite reconocer nuestras prácticas de manera organizada, sino que “las transforman y las convierten en procesos de empoderamiento de actores, organizaciones y grupos humanos, que se reconocen productores de saber desde y para la acción” (MEJIA, 2007).

La mirada y reflexión sobre las prácticas es un proceso en re-construcción permanente que se realiza en diferentes instancias, y se pretende que todos los que intervienen se reconozcan como seres que construyen conocimiento, en nuestra interacción y diálogo constante. Pero es situando el foco en esas interacciones que se suceden en el proceso, como expresa Mejías: “antes nos habíamos preguntado cómo

son las cosas, cómo es el conocimiento verdadero, ahora nos preguntamos cómo son los procesos que dan lugares a las cosas y esto significa asumir ese conflicto de la constitución de los procesos para pasar a un mundo en el cual reconociendo nuestra acción y reconociéndonos como seres que actuamos, reconocemos nuestra capacidad de producción de saber y en ese sentido, es la potencia del conflicto entre el trabajo manual y el trabajo intelectual el que nos vuelve a esta producción para recuperar los saberes que tienen potencia para convertirse en conocimiento y hacer el camino de la teoría.” (MEJIA, 2007).

Qué aspectos interesa sistematizar, y cómo hacerlo, resultan las preguntas iniciales. Se apunta, en una primera instancia, a registrar toda la información posible, de diferentes formas (apuntes y escritos, fotos y videos, audios, dibujos, entre otros). Luego se busca organizar dicha información estableciendo determinados criterios (fechas, magnitud, escala, impacto, lugar, etc.); para luego poder realizarle preguntas a toda esa información para empezar a encontrar relaciones, cruzar datos, comparar, extraer conclusiones parciales.

Proponemos una discusión inicial que aclare qué conceptos y discusiones en torno a la noción de territorio fueron con los que fuimos problematizando e interpelando el proceso de acción. Un trabajo que es reflejo de un corte parcial de un proceso en construcción, que lejos está de ser un producto acabado con límites precisos, sino que es mayormente exploratorio y da puntapié a muchos otros análisis más.

Trabajar con/en/desde el territorio. Construyendo el enfoque La idea de territorio surge internamente en la organización Arqcom hace dos

años, en unas jornadas internas de discusión en torno al derecho a la ciudad, donde se confronta dicha consigna con la democratización del territorio. Discusión que nos permitió avanzar sobre la noción de territorio, apropiándonos de la misma como una herramienta que nos permitía construir nuevas preguntas sobre nuestras prácticas, y que establecía un horizonte multiplicador de las acciones, planteando la complejidad del entramado donde se interviene.

La incorporación de la noción de Territorio, se introduce en ArqCom LP en unas jornadas de formación interna sobre el “derecho a la ciudad”, al que se contrapuso, para sumar abrir el panorama, la idea de “democratización del territorio”. Esta discusión fue iniciada en parte por una entrevista a Boaventura Sousa dos Santos (2012), y encontró en otros muchos autores provocaciones para que detectemos en la noción de territorio, un concepto que provocaba nuestras prácticas y reflexiones, las ponía en crisis debido a la falta de una mirada compleja que entienda la totalidad conflictiva, multidimensional y multiescalar del territorio donde se trabajaba.

Hablar sobre territorio implica problematizar entorno a la relación entre espacio y sociedad, relación históricamente investigada y aborda desde muy diversos enfoques. Nos interesa rescatar ciertas certezas respecto al territorio, pero considerándolo como objeto de estudio inacabado, y en constante transformación. A su vez, como ya advertimos, se hace una conceptualización del mismo que parte de un proceso práctico, por lo que apuntamos a su “valor instrumental”.

Nos acercamos a las discusiones en torno al territorio con un alto grado de desconocimiento debido a no estar presente en las discusiones de la formación del campo de la arquitectura, al menos, no presente, desde una perspectiva compleja y trasndisciplinaria. El territorio sólo es definido, pero no modifica las prácticas, se constituye como una noción inabordable, porque se entiende que el territorio es el espacio socialmente apropiado, definición con la que coincidimos, pero sólo se le hace referencia para justificar que la intervención que hace la arquitectura en el espacio

modifica lo social. No se comprende bien qué es “lo social”, cuáles son las diferentes dimensiones, como el tiempo y el espacio se modifican y modifican a las demás variables, pero que son transformaciones trazadas por muchos procesos y dinámicas que no es explican desde la mera conformación física y material de los espacio.

Desde el campo de la geografía es donde provienen las discusiones más intensas e interesantes en torno al territorio, un campo de discusión que aun nos resulta lejano, pero que en una primera aproximación a alguno de sus autores nos resulta más que interesante mantener un intercambio.

Las discusiones conceptuales necesitan ser contextualizadas, la apropiación o no de determinados conceptos, encuentra sus fundamentos en los nexos entre conocimiento y poder. Como advierte Llanos-Hernándes, el territorio se ha convertido en “un concepto que existe porque culturalmente hay una representación de él, porque socialmente hay una espacialización y un entramado de relaciones que lo sustentan y porque política y económicamente constituye una de las herramientas conceptuales más fuertes en la demarcación del poder y del intercambio” (LLANOS-HERNANDEZ 2010).

Revisando producciones contemporáneas acerca del territorio, es interesante la definición a la que arriba Sosa Velásquez, en su libro, respecto de que el territorio es “un tejido complejo de espacios, lugares y tiempos específicos y circunscritos dinámicamente, que articula una matriz multidimensional de condiciones y circunstancias, de dinámicas y procesos, de sistemas abiertos y duraderos de configuración, representación, reproducción y apropiación de las potencias, energías y elementos objetivos y subjetivos en compleja relación, que funciona como una estructura estructurante de las percepciones, acciones y relaciones de los sujetos y sus actores en la corta y larga duración. El territorio constituye esa compleja red de contenidos y formas, de condicionamientos objetivos y subjetivos interrelacionados, que –consciente o inconscientemente en los diversos actores sociales– estructuran procesos, dinámicas y prácticas sociales” (SOSA VELASQUEZ 2012). Esta definición y la aproximación sistemática desde diferentes dimensiones1 que realiza este autor nos permite construir una matriz de aproximación y trabajo, dónde se potencia esta idea de desarmar nuestras prácticas -para volver a armarlas- desde diferentes aproximaciones que entrecrucen diferentes variables. Entendiendo que las nociones como “el espacio y el territorio son construcciones sociales, pero representan niveles distintos de abstracción de la relación que a lo largo de la historia han establecido los seres humanos con la naturaleza” (LLANOS-HERNANDEZ 2010).

Seguimos utilizando a Sosa Velasquez para repensar cómo interpelar nuestro campo de acción, y entendemos que los procesos que determina en la introducción de su libro, resultan interesantes para destramar cómo, desde las prácticas en los diferentes barrios, creemos que se configura el territorio para entender las escalas y el espacio de trabajo, entender cómo son las representaciones simbólicas del territorio que intermedian en los procesos, y cómo es el proceso de apropiación y construcción del territorio en campos de disputa de poder e identidades.

Buscamos preguntarnos en qué medida sirve la noción de territorio (en una

primer instancia, al menos algunas discusiones y nociones encontradas) para poder problematizar las prácticas, para luego re-construirlas y potenciarlas. Este trabajo

1 “Conocer y comprender su proceso y dinámica requiere un acercamiento a su multidimensionalidad, que articule

lo natural (transformado), lo social (como relaciones sociales que en su desarrollo definen y se relacionan con lo

natural), lo económico (ordenamiento y apropiación económica), lo político (configuración, organización,

representación, apropiación, reproducción y transformación a partir del ejercicio de poder) y lo cultural (donde la

representación que hacen los sujetos del espacio configura la apropiación simbólica y material en el proceso de la

acción social) desde donde el ser humano, la colectividad, construye el territorio.” (SOSA VELASQUEZ 2012)

reconstruye una de las prácticas de Arqcom LP (el Taller de Tierras), reconstruirla en una primera instancia, para poder problematizar con ella desde diferentes puntos que se incorporan al discutir entorno al territorio, ¿qué implica trabajar en, con y desde el territorio?

Encontramos, en una primer aproximación, al territorio como material posible por sus diversas dimensiones que se pueden trabajar en procesos de acción-reflexión: territorio como generador de herramientas, de nuevas estrategias prácticas (dimensión práctica); territorio como enfoque que desafía a abordar la complejidad, totalidad e integralidad de los procesos (dimensión reflexiva); territorio como ámbito de acción y transformación, como campo concreto de cambio (dimensión material); territorio como reconstrucción de procesos de representación, construcción y apropiación social (dimensión social-cultural); territorio como campo conflictivo, de superposición de intereses y lucha de clases (dimensión política). Diferentes dimensiones que se inter-relacionan y dialogan de manera constante, que apuntan a comprender las diversas variables que hacen a la construcción, reflexión y apropiación del territorio para hacer posible y potenciar el proceso de transformación del mismo.

El Taller de Tierras. Reconstrucción de la experiencia Se apunta a una primera reconstrucción y sistematización de diversas prácticas

llevadas adelante desde Arqcom LP. Proponemos centrarnos para este trabajo en una de las prácticas realizadas este año, el Taller de Tierras, que tuvo una primer instancia en 2013, pero que se re-inició nuevamente y que sigue en desarrollo.

La reconstrucción de esta actividad nos permite detectar cómo se fue complejizando la mirada en torno al trabajo en el territorio, cómo las prácticas incorporan nociones y estrategias críticas, lejos de una acción lineal que entienda el problema del acceso y regularización de la tierra como un problema legal. Se propone construir un proceso de trabajo que apunte a problematizar respecto a la función de la tierra, problematizando con las variables territoriales (producción de la ciudad, de la región, modelo productivo, marcos legales, políticas públicas, etc) que construyen la distribución, valoración y uso del suelo.

En este sentido, comprendemos la noción de función de la tierra desde la prevalencia del uso y no como herramienta de cambio. Si bien la tierra como tal no está reconocida como derecho, sí están reconocidos otros derechos que implican el uso de este elemento. Los derechos a la vivienda adecuada y a la vida digna requieren inexorablemente de un lugar donde desarrollarse. Este lugar no es “cualquier lugar”, sino aquel que se adecúa a las necesidades, costumbres y cultura de sus habitantes. La disputa de intereses surge ante la contraposición de derechos-intereses: el derecho a la propiedad privada también está reconocido en las herramientas legales. El conflicto surge ante la sobrevaloración de este último derecho, o, mejor dicho de su sobreprotección. ¿Pero por qué creemos que esto sucede? La propiedad privada es una herramienta de dominación de los sectores dominantes en este modelo de producción. Marx señala que “la propiedad privada es el comienzo de la acumulación de bienes por unos pocos, y que la inmensa mayoría en esta lógica queda fuera de poder acceder a la propiedad privada” (MARX 1965), o sea la mayoría queda privada de derecho.

En el caso de la propiedad de la tierra, la Ley reconoce como propietario a aquella persona que posee el título de propiedad, antes que a aquel que habitó, mejoró y construyó sobre esas tierras. Aunque el poseedor haya abandonado “sus” tierras durante años, aunque el Estado no haya mejorado ese sitio, aunque el mercado recuerde su existencia sólo ante su valorización, los habitantes no suelen ser considerados propietarios. En una reunión de trabajo, Germina (integrante de la

asamblea barrial de 70 y 140) señalaba “que ahora aparecieran los dueños, después de de tanto esfuerzo que uno ha hecho por el barrio, sería injusto”.

Rever la mirada unidireccionada de la forma de propiedad que conocemos, nos permitirá reformular las razones sobre quién tiene derecho de propiedad (pregunta que señala Rosa Congost, 2007) es más amplia que preguntarnos quién es el propietario. Y desde aquí, repensar cuál es la función de la tierra.

Se hace necesario discutir los procesos que construyen la ciudad, los intereses políticos en juego. Parece afirmarse que la conformación de la ciudad latinoamericana fue siempre igual, y que la tierra que la compone siempre fue objeto de consumo y para explotación del capital. Una ciudad donde “los „usos del suelo‟ urbano van transformándose de acuerdo a los movimientos de los diferentes capitalistas para ganar la partida de ajedrez de la apropiación de las rentas del suelo y de las ventajas relativas de localización generadas históricamente por el conjunto de la sociedad urbana”2.

Esta revisión constante se convierte en insumo de reflexiones en los talleres, que requieren centrar la mirada en las articulaciones y dinámicas, para que resulten procesos replicables que se expliquen desde su trama y no desde sus “hilos” por separado, cómo interactúan las partes que intervienen, cómo lo hacen, con qué herramientas.

Contexto de trabajo. ¿Qué pasa en La Plata? La ciudad de La Plata cuenta con una población de 654.324 habitantes según el

Censo de 2010, de los cuales 196.527 viven en el casco y 457.797 fuera de él (más de dos tercios de la población vive fuera del perímetro planificado inicialmente como residencial). De estos últimos, en la actualidad un promedio de 94.000 personas viven en 118 villas o asentamientos (D´Amico, 2015:5); de los cuales, según el Registro Público de Villas y Asentamientos Precarios3, el 48% tiene problemas ambientales

relacionados con las características físicas del emplazamiento. El Registro indica que entre 1990 y 1999 se produjeron prácticamente la misma cantidad de asentamientos (43) que en el periodo 2000-2009 (39)4. Este hecho nos permite visualizar que el

conflicto tomó la misma dimensión en gobiernos liberales y neodesarrollistas. Al margen de políticas puntuales que cada uno ha desarrollado, sus políticas sobre este fenómeno siguen regidas por las mismas lógicas que producen la expulsión de ciertos sectores de la ciudad formal.

Desde la aprobación de la Ley 8.912 en 1978, estos fenómenos urbanos comenzaron a reproducirse, condicionando las posibilidades de elección del lugar de habitación; fenómeno que se agrava ante la falta de regulación estatal de precios del suelo y alquileres, de control de suelo y viviendas ociosas, que concluyen en una ciudad determinada por los intereses del Mercado Inmobiliario. Así las clases históricamente segregadas se “acomodan” en la ciudad en relación a las posibilidades que la estructura de precios5 (Clichevsky, 1990) les permite ocupar. Estos intersticios

2 Continúa Pradilla: “Al tiempo que se construye la periferia, se reconstruyen las áreas centrales para expulsar de ellas

a los sectores populares que las ocuparon cuando el movimiento centrífugo de las clases dominantes en los años treinta y cuarenta las dejó libres para apropiarse de las ventajas relativas para la gestión, el comercio y la actividad del capital financiero y bancario; para que se beneficiaran de la gran concentración de infraestructura y servicios allí existente, y recuperaran las rentas del suelo acumuladas”.

3 Realizado por la Subsecretaría de Tierra, Urbanismo y Vivienda de la Pcia. de Buenos Aires, publicado por la revista

La Pulseada en Junio de 2015) 4 Dato relevante si tomamos en cuenta que entre 1960 y 1989 se produjeron 16 villas o asentamientos

5 Término usado por la autora para referirse a la estructura urbana que determinan los valores del suelo, regidos

generalmente por los valores del mercado inmobiliario.

suelen ser aquellos olvidados por sus poseedores, el sector inmobiliario y el Estado, lo que produce ciudad en sectores socio ambientalmente inhabitables.

Como suceso importante a mencionar, que permitió visibilizar la incapacidad de

las estructuras con que cuenta el Estado para responder a estos problemas, fue la inundación que se produjo el 2 de abril de 2013 en la ciudad de La Plata; siendo la peor inundación de la historia de la ciudad. Esta tragedia dejó 89 muertos oficiales y cerca de 300 más, no reconocidos. Afectó a 400 mil personas y destruyó total o parcialmente 58.582 edificaciones (casas, comercios, hospitales) (Ponce, 2013). Los que resultaron más afectados por esta inundación, fueron las familias que se asientan sobre los bañados y márgenes de los arroyos de las cuencas de El Gato y El Maldonado. Decimos que fueron los más afectados, porque ante una situación de precariedad, asentamiento en zonas inhabitables y degradadas, deficiencias materiales y constructivas en las que se encuentran sus viviendas, falta de empleo permanente y digno, una catástrofe termina con todo aquello que se había logrado construir en sentido amplio. Las condiciones graves se agravan aún más, y las posibilidades de reconstrucción se convierten en tantísimo más costosas y/o difíciles, debido a que dependen de créditos usureros, y/o de la voluntad de donación de diferentes entes.

Taller de tierras: primer etapa 2013

En el 2013 surge la iniciativa de trabajar en torno a la regularización dominial

con las familias que hace varios años habitan en los barrios, habiendo ocupado sin conocimiento del dueño. Esta iniciativa comienza con unos relevamientos para detectar cuál era la situación general de los barrios, desde hace cuántos años vivían allí, qué papeles tenían para demostrarlo, en qué condiciones vivían, entre otras preguntas.

Con la información de los relevamientos se propuso comenzar una serie de talleres, que sólo se llevaron a cabo en uno de los barrios donde se trabajó con el relevamiento, en el barrio de 70 y 140, en donde se desarrollaron dos encuentros.

Para organizar estas tareas se convocó a la organización La Ciega, un colectivo de abogados populares con experiencia de trabajo en problemáticas de acceso al suelo, coordinado también con estudiantes de Trabajo Social que en ese momento estaban realizando sus prácticas pre-profesionales dentro de nuestra organización.

Interesa hacer foco en las críticas y balances que se hicieron de esta primera

etapa de los talleres, para avanzar sobre el relato de la segunda instancia, y en actual desarrollo. Si bien el desarrollo en cuanto a contenidos se desarrolló en los dos encuentros previstos, una de las principales críticas que se hicieron estuvo relacionada

a la falta de una acción concreta inmediata posterior al taller. Esta acción, al no ser incentivada por los talleristas, consideramos que generó una disminución en la concurrencia, quedando trunco el proceso de organización de los vecinos al finalizar el segundo encuentro. Este hecho se dio más allá de las instancias propositivas de los talleristas, quienes en ambos encuentros plantearon la importancia de la organización vecinal en la búsqueda de la regularización dominial, y propusieron junto a los integrantes del taller -como primera acción colectiva- pedir Informe de Dominio en el Registro de la Propiedad, para clarificar el estado de los terrenos. También como propuesta se pensó en realizar alguna actividad económica para solventar los gastos de este trámite. Sin embargo no logró generarse un espacio de trabajo en conjunto que alentara vínculos entre los participantes que allanaran un camino colectivo. A su vez, las practicantes de la Facultad de Trabajo Social señalaron en su informe que a su parecer “la disminución de la concurrencia respondió a que el primer taller no alcanzó las expectativas de los vecinos, al no describirse las líneas de acción concreta”. Estos hechos sumados a la época del año en que se realizó (entre noviembre y diciembre), dejaron este Taller sin salida práctica.

Barajar y dar de nuevo. Repensando la segunda etapa

A continuación se realiza un recuento de algunos de los ejes que trazaron la

discusión para la conformación de la nueva etapa de los talleres de tierras, cruzados transversalmente por la discusión en torno al necesario trabajo del territorio en su complejidad, desde una mirada abierta y que considere muchos aspectos prácticos y conceptuales que fueron los déficits centrales de la primer etapa.

Una mirada que dimensione la totalidad6 "(...) los elementos o niveles componentes de la totalidad, son teorizables sólo

en función de su relación posible con el "todo". El "todo" es el que da sentido a las partes en cuanto las incluye; las partes, a su vez, son el movimiento de esa inclusión. Sin embargo, el "todo" no alude a un "todo" real sino a una exigencia de totalizar lo fragmentario; no implica al movimiento como realidad sino como construcción que se aprehende en tanto constituyéndose y no como ya constituido...lo que se pretende es avanzar en un intento por trasladar la discusión filosófica acerca de la categoría de totalidad, al plano epistemológico, directamente relacionado con la construcción del conocimiento concreto" (Zemelman cit. Narvaez 2001)

Al trabajar en torno a la regularización de la propiedad de los terrenos, es necesario contextualizar la problemática sobre la que se está trabajando, cuestionar y posicionarse respecto a las salidas posibles, a los marcos y políticas vigentes, caracterizar el problema más general que hace al acceso a la tierra por los sectores populares un horizonte imposible.

Un reclamo concreto, como lo es la escritura de los lotes, debe ser el puntapié de un proceso de organización de las familias, una cuestión que ayuda a impulsar la movilización y trabajo en conjunto. La regularización del dominio, en varios casos,

6 “(…) en verdad totalidad no significa todos los hechos. Totalidad significa: realidad como un todo estructurado y

dialéctico, en el cual puede ser comprendido racionalmente cualquier hecho (clases de hechos, conjunto de hechos). Reunir todos los hechos no significa aún conocer la realidad, y todos los hechos (juntos) no constituyen aún la totalidad. Los hechos son conocimiento de la realidad si son comprendidos como hechos de un todo dialéctico, esto es, si no son átomos inmutables, indivisibles e inderivables, cuya conjunción constituye la realidad, sino que son concebidos como partes estructurales del todo. Lo concreto o sea la totalidad, no es, por tanto, todos los hechos, el conjunto de ellos, el agrupamiento de todos los aspectos, cosas y relaciones, ya que en este argumento falta aún lo esencial: la totalidad y la concreción. Sin la comprensión de que la realidad es totalidad concreta que se convierte en estructura significativa para cada hecho o conjunto de hechos, el conocimiento de la realidad concreta no pasa de ser algo místico, o la incognoscible cosa en sí” (Kosik cit por Masse)

puede ser iniciado de manera individual7, pero no es un proceso sencillo y muchas familias se encuentran con grandes limitaciones para arrancarlo (falta de papeles que acrediten ocupación, proximidad al arroyo, varias familias en un mismo lote, entre otros), por lo que se hace necesario un trabajo en conjunto para dar fuerza al reclamo. Reivindicaciones “individuales” (la escritura de la vivienda) deben encontrarse en procesos de lucha colectivos, donde discutir entorno al valor comunitario, social, de la ocupación y construcción del territorio.

Una nueva instancia del Taller debía trabajar entorno a los conceptos y discusiones sobre la propiedad privada, los derechos, el papel del Estado, para luego poder llegar a poner ejemplos concretos de la realidad, tangibles que permitieron visualizar que el problema de la tierra no es solo de un barrio, sino que ocurre en muchos barrios, y es parte del problema de la forma en que crece la ciudad.

Transdisciplinariamente8 “La interdisciplina nace, para ser exactos, de la incontrolable indisciplina de los

problemas que se nos presentan actualmente. De la dificultad de encasillarlos. Los problemas no se presentan como objetos, sino como demandas complejas y difusas que dan lugar a prácticas sociales inervadas de contradicciones e imbrincadas con cuerpos conceptuales diversos” (Stolkiner, A. 1994)

Consideramos necesaria la articulación con otros campos del saber, necesaria desde la construcción del conocimiento, pero también en la construcción de las prácticas cotidianas en los barrios. Es evidente que la limitación que se encuentra en los campos disciplinares se debe a que surgieron “ante una demanda social determinada y, quizás es inútil para otra” (Stolkiner, A. 1994), es necesario reconocer la disputa política y de poder (Bourdieu, P. 1999) que hay detrás de la construcción de los campos de conocimiento, caracterizar los contextos en que fueron creadas y para quiénes. Por estos motivos es necesaria la revisión de las mismas disciplinas, en un trabajo donde se construya conocimiento más allá de las miradas disciplinares, “

Se intentó evitar la construcción del taller desde la mirada única de los abogados, para evitar construir un espacio que solo se base en las cuestiones legales del acceso al suelo. Se creó un equipo de trabajo conformado por arquitectos, sociólogos, trabajadores sociales (algunas de ellas integrantes del colectivo La Hormiguera Trabajadores Sociales en Lucha), integrantes de la Unión del Pueblo (Partido político con que coordina el trabajo territorial) y algunos vecinos que venían participando activamente de las asambleas, y que ya habían estado en la etapa de talleres de 2013. Este equipo pretende ser un espacio abierto, e irse ampliando en el proceso, incorporando más vecinos, otras disciplinas, otros actores del territorio, en perspectiva de que el problema de acceso al suelo no solo es un problema en los cuatro barrios donde trabaja ArqCom LP, sino que es un problema generalizado en la ciudad de La Plata, y en muchas regiones de Argentina.

Ideas complejas, palabras sencillas “No hay palabra verdadera que no sea una unión inquebrantable entre acción y

reflexión y, por ende, que no sea praxis. De ahí que decir la palabra verdadera sea transformar el mundo” (FREIRE 2002 PED. OP).

7 Trámite de regularización dominial por la Ley 24.374, en la Subsecretaría de Tierras, Urbanismo y Vivienda de la

Provincia de Buenos Aires. 8 Se adopta el término de la transdisciplinareidad, por sobre el de la interdisciplina, debido a que permite pensar más

allá de las mismas disciplinas, construyendo enlaces entre: “el diálogo entre diversos saberes en el campo (enlace entre disciplinas); el diálogo entre distintas lógicas de acción (particularmente con el actor público); en diálogo entre ciencia y sociedad (enlace con destinatarios de políticas, con beneficiarios, clientes e instrumentadores de los resultados de áreas diversas)” (ESPINA PRIETO 2007)

Muchas veces se piensa que las ideas complejas, que intenten entretejer diferentes variables, deben expresarse en términos complejos y palabras precisas, cuando lo importante en estos procesos es que los vecinos se lo apropien, por lo que los discursos académicos deben simplificar las palabras, pero sin dejar de comunicar el entramado propuesto.

“Ustedes usan esas palabras difíciles de la universidad, y el problema no solo es que ustedes aprendan a hablar más fácil, sino que nosotros nos animemos a decir cuando no los entendemos”, expresaba Romina, una vecina de Los Hornos. La comunicación es la forma en que los sujetos se encuentran con, intercambian y construyen. Es importante, pero complejo abordar la comunicación porque nos interpela, nos obliga a repensarnos nosotros mismos en la construcción del conjunto. Nos obliga a repreguntarnos por nuestras formas de accionar, de decir, de escuchar, de entender.

Es necesario incorporar el problema de la comunicación como un hecho cotidiano y que depende de la actitud individual y colectiva; tener la preocupación por que todos participen en las asambleas y reuniones, por preguntar “qué se entendió”, por observarnos y detectar los errores, por tener posturas abiertas al diálogo, por conocer al otro y fomentar los vínculos. Además implica pensar (y construir en cojunto) las herramientas que se utilicen para la comunicación en el barrio, volantes, afiches, y otras formas de propaganda, utilizando aquellas palabras que son comunes, que se entienden y que los vecinos se apropian en el proceso.

Construyendo activos más que participativos “(…) la concientización no es propiamente el punto de partida del compromiso.

La concientización es más bien un producto del compromiso. Yo no me concientizo para luchar. Luchando me concientizo” (FREIRE 2002)

La idea de participación como consulta, para hacer “partícipes” del proceso a los vecinos, siempre tiende a dar la idea de que son procesos construidos desde los equipos técnicos u organizaciones políticas, y los vecinos son invitados a participar. Cuando en realidad lo que sucede (o lo que sería mejor que suceda) es que los procesos sean iniciados, construidos y llevados adelante por los mismos vecinos, y de hecho son los equipos técnicos y políticos los que participan en ellos. Son los habitantes de los barrios quienes controlan las decisiones fundamentales, evolucionando hacia formas de organización social más complejas y efectivas (G. Romero y Mesias R., 2004) en la disputa y reclamo de sus derechos.

Reforzando esta iniciativa de la participación activa se busca motivar a los vecinos, con los que se trabaja hace más tiempo, en que sean ellos mismos los que convocan a las asambleas diariamente en los barrios, que sean ellos mismos los que las dirigen y arman los “temarios” de cada encuentro, que participen de los equipos que organizan cada una de las actividades especiales, junto a integrantes de las diferentes organizaciones involucradas, que sean ellos mismos quienes redacten los volantes, los petitorios, que sean ellos mismos los que contacten a las instituciones donde se realiza los diferentes reclamos, entre muchas otras acciones más.

Proyectando, qué se quiere, no sólo pensar en hoy “En la raíz de la palabra proyectar está el arrojar adelante. La evocación implica

desde dónde arrojamos. Pero el proyecto tiene como destino instalar en el mundo un nuevo sistema de equilibrios. Entonces cobran también pertinencia los significados pendientes, los sentidos a proponer y construir” (Fernández Castro, J. 2007).

La herramienta de proyecto apunta a transformar las condiciones socio-espaciales de un territorio, y es esta potencialidad (que no debe pensarse nunca como

autónoma y posible de transformar por ella misma las condiciones9) de proponer, de “arrojar adelante”, es la que pauta su importancia en estos procesos. Interesa explorar más sobre la capacidad del proyecto, quizás aportando horizontes para construir una “utopía concreta”, en términos de Bloch, definida por Masse Narváez como “la posibilidad de arribar a ese mundo „bueno‟ que estaría por darse con base en la práctica concreta, la que puede ser viable conociendo el vínculo entre lo que se está dando y lo que está dándose. Si los actores que aspiran a incidir en la realidad pueen rescatar ese vínculo entre lo producido –pasado- y lo que se está produciendo –presente-, pueden con ello incidir en lo que está por darse (futuro)” (Massé Narváez, C. 2006).

Con estas discusiones se intenta apuntar a no trabajar sólo las problemáticas actuales, sino intentar proyectar ese territorio, cómo quiere ser, cómo quiere crecer y relacionarse con sus “fronteras”. En el taller de tierras se intenta reforzar la idea de que no se luche solo por regularizar la tierra que se habita actualmente, debido a que hay muchos lotes donde viven familias hacinadas, sin espacio suficiente para reproducirse, y otras muchos vecinos en tierras inhabitables, al lado de arroyos, basurales, en terrenos bajos y con grandes grados de contaminación ambiental. Por esto es necesario pensar qué tierra necesita el barrio, reforzando la idea de la lucha por una vida digna (en todos los aspectos), y no sólo apuntar a garantizar la estabilidad en su terreno.

Coordinando ideas, sumando esfuerzos

“Porque la verdad no tiene marca registrada. Y el pueblo unido jamás será vencido. Unido en sus diversidades, como la naturaleza nos enseña que sólo es viable con la diversidad biológica, y la democracia participativa sólo es posible con la diversidad ideológica” (Fermin Estrella10)

Además de la construcción de una mirada más compleja, trasndisciplinaria e integral para entender las lógicas del territorio, es necesaria la articulación con los diferentes actores del territorio –y que tienen incidencia en el sector de ciudad que se trabaja-. La articulación, que resulta estratégica para que el trabajo tenga un impacto real, plantea un “trabajar con” que resulta un desafío. Se entiende discursivamente la importancia de la coordinación y trabajo complementario entre las partes, pero contadas veces se sabe el cómo. En todo el proceso de lucha es necesario el diálogo y coordinación con muchos actores, para cumplir con diferentes objetivos, la experiencia desarrollada demuestra que la pregunta, que siempre surge en los colectivos de trabajo, ¿Con quién coordinar?, se responde con la práctica misma y en la clara determinación de los objetivos comunes, o del “para qué”.

Encarar un trabajo en el tiempo, la construcción de un proceso de transformación, requiere del trabajo con organizaciones, instituciones, personas, que sean conscientes de la necesidad de esa transformación; que a su vez tengan una postura clara entorno a las tareas de las diferentes partes dentro de dichos procesos. La generación de procesos de organización barrial es considerada como uno de estos procesos de transformación, en esta construcción, Arqcom LP, es consciente que es indispensable articular su trabajo con organizaciones políticas.

Para que la acción del grupo de profesionales no sea aislada de una realidad del territorio, para poder en un futuro lograr cambios que apunten a un modelo de ciudad

9 Con esto queremos decir que adherimos a la idea de que la modificación del espacio no es por si misma posible de

generar transformaciones en otras dimensiones, puede potenciarlas, pero no es condición única ni autónoma; a su vez, como afirma Catenazzi, “las transformaciones socioeconómicas más globales tardan en plasmarse en la instancia socio-espacial o incluso, que alguna de ellas no necesitan realizar modificaciones espaciales para hacerse efectiva” (CATENAZZI, A. 2004) 10

Estrella, F. (2014) "Carta abierta a los compañeros estudiantes".

socio-económico más justo, obliga a trabajar mancomunadamente con organizaciones políticas, apostar por sus proyecciones desde la confianza de saber que, en parte, representan la lucha de las familias con las que se trabaja. Por este motivo, desde hace más de tres años se coordina con diferentes organizaciones políticas, con algunas de ellas se ha podido mantener un proceso de construcción a largo plazo y con otras se han coordinado acciones puntuales.

Entenderse no como barrio, sino como parte de un territorio más amplio “Los ordenamientos simbólicos del espacio y el tiempo conforman un marco para

la experiencia por el cual aprendemos quiénes y qué somos en la sociedad. (...) La noción de sentido común según el cual „hay un lugar y un tiempo para todo‟ es trasladada a un conjunto de prescripciones que reproducen el orden social, al asignar significados sociales a espacios y tiempos” (Harvey, D. cit. por Sosa Velásquez, M. 2012)

Entenderse como parte del territorio implica poder superar la noción de „barrio‟,

que no por su capacidad de reforzar procesos identitarios y comunitarios, debe cerrar los procesos y volverlos autónomos e independientes del resto del territorio, que, espacialmente, no forma parte de ese barrio. Es un desafío no proyectarse y aislarse en la noción de barrio, autosuficiente, sino entender que las problemáticas entorno al habitar afecta a muchos otros sectores de la sociedad, en diversos lugares y con diferentes características pero que son problemáticas comunes de los mismos sectores desprotegidos y explotados, en disputa contra los sectores dominantes, dueños y constructores del territorio debido a la concentración de los recursos.

En esta perspectiva, hace un tiempo, se viene construyendo un espacio de trabajo interbarrial, donde participan representantes de los diferentes barrios donde se trabaja, elegidos por la asamblea o autoconvocados. Este espacio demostró en las primeras actividades impulsadas que es un camino posible con mucho potencial e incidencia en otras escalas que superan el barrio. Algunos ejemplos: los reclamos luego de la inundación para reconstruir las viviendas se impulsaron desde este espacio y pudieron encontrar más fuerza; las marchas en los aniversarios del trágico 2 de abril, toman cada vez más fuerza al confluir los distintos barrios, y suman muchos otros vecinos, al hacer visible un espacio de unión y lucha en conjunto por reivindicaciones legítimas. Este taller de tierras se desarrolla en paralelo en los cuatro barrios, con la idea de poder trabajar el reclamo de manera unificada desde el espacio interbarrial en diversas instancias, para luego poder llevar el reclamo a otros barrios con los mismos problemas.

Reforzar procesos identitarios. Tejer lo común “(…) los cambios sociales que los movimientos sociales pueden producir, al

menos en parte, se deben encontrar en las relaciones sociales cotidianas, en los entendimientos culturales transformados, las nuevas culturas políticas, etc.” (Burgwal, G. 1999)

Trabajar en torno a la dimensión socio-cultural del territorio potencia las prácticas, fortalecer las dinámicas cotidianas, muchas veces invisibles, y que son parte fundamental del entretejido de lo común entre los habitantes de los barrios. Apostamos a la idea de que “el territorio es el espacio que una sociedad reivindica como el lugar donde sus miembros han encontrado permanentemente las condiciones y los medios materiales de existencia y lo que reivindican al apropiarse de un territorio es el acceso, el control y el uso, tanto respecto a las realidades visibles como a las potencias invisibles que lo componen, entre las que parece estar repartido el dominio de las condiciones de su reproducción y de los recursos de que dependen” (Godelier, M. cit. Por Sosa Velasquez 2012). Trabajar para revalorizar las “formas simbólicas

elementalmente humanas” (González, J.A. XX) implica reconstruir pasados comunes, marcados, muchas de las veces, por la necesidad de sobrevivir y resistir a la dominación social que viven cotidianamente.

Desde el taller de tierras se busca construir instancias donde los vecinos se reconozcan, se pueda hacer visible la historia común, las „complicidades‟ entre ellos que permitieron avanzar y construir su lugar a cada uno, los lugares y referencias comunes, los procesos de lucha que los unen. Para esto se usan mapas, fotos, reconstrucción de historias de manera grupal y en charlas individuales, que luego se replican en las instancias colectivas, en los diferentes encuentros del taller en las fases iniciales; y a su vez registrando el proceso en desarrollo para que sirva en el futuro inmediato para recordar el camino transitado y reforzar los vínculos.

Taller de tierras 2015. Una primera reconstrucción En Mayo de 2015 se inicia el Taller de Tierras en paralelo en cuatro barrios de la

Ciudad de La Plata, con el objetivo central de impulsar un proceso de reclamo por el acceso y arraigo a la tierra. No se piensa, solamente, como un taller informativo para que las familias puedan realizar los trámites necesarios para la regularización dominial, sino que se construye como una instancia inicial de un proceso de reclamo y lucha, que reconoce la limitación de los elementos legales existentes para la regularización y consolidación del dominio por parte de las familias que habitan hace varios años las tierras.

A su vez partimos de repensar el concepto mismo de propietario y los objetivos que se persiguen al reclamar la propiedad. En términos legales, la propiedad es un concepto que creó el Estado para proteger a quien adquiere una cosa. Entonces ser dueño–propietario es poseer algo, y por sobre todo tener documentos que acrediten que aquello que se posee es propio. Por tanto la propiedad es el derecho al reconocimiento por parte del Estado de que un bien es propio, y por ello debe garantizar que nadie me lo quite, violente o despoje.

¿Pero para qué nos sirve ser propietarios? En diversas situaciones, aparece la idea de alcanzar el estatus de propietario, en principio como una necesidad de tener cierta seguridad para no ser privado de la vivienda y el hábitat que con esfuerzo se realizó y produjo. Pero tener la propiedad también implica acceder a los servicios de luz, agua, cloacas, infraestructura, etc. O como dicen muchos vecinos/s para “dejar algo” para nuestros hijos. Es decir, en general podríamos decir que el objetivo principal de constituirse como propietario no radica en una cuestión de incremento del patrimonio, sino más bien la llave para abrir las puertas de otros derechos-necesidades básicas que hacen a su vez a la vida digna. Sobre esto, Azucena (integrante de Asamblea 70 y 140 La Plata) señalaba en un taller que ante la consulta de cómo tener un medidor de luz para pagar su cuenta, siempre recibió la misma respuesta:

Cuando pido el medidor (de luz eléctrica) me dicen “para qué lo querés si el Estado te lo paga.” Y yo quiero pagar mi luz, eso me da dignidad. Y si la escritura sirve para eso, entonces la queremos.

Algunos autores señalan la disputa histórica entre quienes pagan y quienes no

pagan los impuestos, a la hora de recibir infraestructura. Los sectores “formales” de la ciudad muchas veces ponen sobre la mesa la discusión en torno a dónde va el dinero que pagan con sus impuestos. “Si ellos no pagan, entonces no tendrían que recibir”. ¿Pero qué pasa si en realidad quienes no pagan no lo hacen porque no tienen posibilidad de pagar, aunque así lo quisieran?

Rever la noción de propiedad propone el ejercicio de desentrañar lo que hay detrás, y poder entenderlo como elemento de poder, de distinción de “lo que es mío”, para convertirla en una herramienta de disputa de otros derechos. Bajo esta mirada, la propiedad privada individual (que es prácticamente la única existente bajo este modelo productivo) se convierte en una herramienta colectiva con la cual pujar por derechos colectivos.

Las críticas y revisiones del Taller nos permitieron esbozar un primer esquema de desarrollo del Taller de Tierras, cuyas instancias de desarrollarán a continuación.

Instancias de trabajo inicial: Talleres informativos, activos y propositivos

Este segundo taller partió de una serie de encuentros donde se abordaron

diferentes aspectos necesarios para problematizar respecto el acceso al suelo y la regularización dominial.

Así como se mencionó en los ejes anteriores, el Taller comenzado en 2015 comenzó a planificarse con reuniones de trabajo en que participaron vecinas de las asambleas, integrantes de ArqCom, Unión del Pueblo y La Hormiguera. Estas reuniones abiertas permitieron ajustar y ampliar algunas ideas en torno a la comunicación y al contenido, fundamentalmente a partir de los relatos de las familias de los barrios, que permitían dimensionar la magnitud y posibilidades del Taller. En estos encuentros se acordó una estructura del Taller compuesta por 3 encuentros, y en cada uno de ellos tres instancias (que no necesariamente están literalmente fragmentadas): contenido teórico (reunión general), recopilación de datos (en grupos pequeños), y salida práctica (discutida entre todos). Así mismo se acordó la flexibilidad de trabajo: según los barrios y los casos, tener criterios generales, ideas marco.

Primer encuentro

En la primera instancia se planteó una exposición del equipo que construye el Taller de Tierras, intentando construir un diálogo con los vecinos que se acercaron para evitar un formato de monólogo. Para fortalecer la apropiación de los contenidos, para una discusión sincera, para hacer entender la relación de lo cotidiano y los temas trabajados, resultó más que necesario poder abrir la discusión con preguntas.

En el desarrollo del Taller se comenzó por una presentación de las organizaciones sociales, y todos los participantes, comentando las razones por las cuales participan del taller y por las que creen que es importante la propiedad de la tierra. Al respecto surgieron diversas respuestas, algunas de ellas presupuestas, que giraron en torno al miedo al desalojo, a la seguridad de la propiedad, a la necesidad de

la propiedad ante los reclamos por infraestructura, y hasta para anotar a los niños a las escuelas.

Tratar de conquistar el suelo que estamos pisando, que todavía no tenemos el derecho de decir “esto es mío” y que creo es una necesidad de todos. Estaría bueno sumarse todos juntos para sumarse a pelear por algo que necesitamos todos. Está bueno entender que es un compromiso que tenemos que tomar para mejorar el barrio y para mejorar la calidad de vida de todos nosotros. Yo creo que todos tenemos las mismas o distintas necesidades; pero muchas veces no podemos reclamar porque no podemos decir “esto es nuestro”. Estaría bueno que cada uno tome un poco de responsabilidad para luchar por algo que es de todos (…) Que el barrio realmente pertenezca a nosotros.” (Lucas, vecino de Asamblea 70 y 140)

Anticipando lo sucedido en el Taller de 2013, se hizo hincapié en los tiempos de

estos procesos, aclarando que son largos y que para llevarlos a cabo es fundamental la organización, la lucha colectiva y la necesidad de coordinar con el resto de los barrios. En el taller de uno de los barrios, una vecina mencionaba:

“Este trámite puede ser individual, pero hay que entender la IMPORTANCIA de que sea COLECTIVO. Y no por lo tiempos, sino porque puede servir para conseguir mejoramientos para todo el barrio”.

Los ejes planteados para este primer encuentro fueron: El Derecho y

Organización popular. Para ello se ejercitó sobre la noción de derechos y cómo podemos ejercerlos. Si bien el Estado dicta sus leyes, muchas veces esas leyes no contemplan las necesidades y particularidades de todas las personas, sino más bien de un sector o clase de la sociedad. Gracias a las luchas que emprendieron muchos grupos en nuestro país y el continente entero, el Estado tuvo que reconocer que el derecho no sólo nacía de la ley escrita, sino también de aquellos actores sociales que aún en situación de desigualdad y desventaja resultaron protagonistas del cambio social. Por tanto afirmamos que “Los derechos son el resultado de luchas sociales, el producto de conquistas de la sociedad. Se definen como el conjunto de procesos sociales, económicos, normativos, políticos y culturales que abren y consolidan espacios de lucha por una particular concepción de la dignidad humana”. (Herrera Flores, 2005). ¿Y quien debe garantizarlos? El Estado (municipal, provincial y nacional), el estado tiene la obligación de garantizarlos, de hacer que se cumplan efectivamente, y también respetarlos.

Para defender esos derechos, tenemos primero que saber que la protesta, que en sí misma es una herramienta de exigencia hacia el Estado cuando este nos atropella, es también un derecho en sí mismo. Para ello la organización colectiva es la clave, la herramienta, el punto de partida para lograr esos derechos que aún no podemos disfrutar, que nos vulneraron. No hay derecho sin organización. Como dijo una vecina de la asamblea de 70 y 140: “si no hay derecho para nosotros, nosotros los crearemos”

La segunda instancia, de recopilación de datos, permitió trabajar en grupos pequeños con mapeos colectivos para:

reconstruir la historia del barrio, guiándose con ciertas preguntas disparadoras - Composición histórica física y social - Relaciones entre vecinos, solidaridad, organización, ayuda - Identidades, pertenencia con el barrio, permanencia

Mapeo de reconocimiento de instituciones en el barrio y en la ciudad - Articulación con las instituciones - Trabajo, actividades

Mapeo “lote a lote” para reconocerse en el territorio

- Condición de las viviendas, cantidad de viviendas por lote, cantidad de habitantes

Estos ejercicios permitieron ver por un lado que los problemas que muchas veces se entienden como individuales, son en realidad colectivos. Y también las distancias que se deben recorrer para asistir a los trabajos, a los centros de salud, etc, para problematizar acerca de por qué se da de este modo. Por otro lado la reconstrucción de la historia de los barrios dejó entrever la voluntad o no de vivir en el lugar donde se vive, y los conflictos de aquellas viviendas asentadas en lugares inhabitables.

Finalmente cada familia se llevó una planilla para comenzar a recopilar datos de la situación dominial, familiar y habitacional de cada uno, con el fin de poder empezar a mapear y sistematizar a los participantes del Taller.

Segundo encuentro

Se iniciaron los segundos encuentros con la misma modalidad del primero, construyendo un espacio de diálogo y discusión con todos los vecinos que se acercaron. Los ejes de este encuentro fueron la Propiedad y las Herramientas jurídicas existentes.

El objetivo fue problematizar acerca de la forma de propiedad privada individual (a sabiendas de que es la deseada), para lo que se desarrolló una explicación sobre lo que es e implica ser propietario bajo este modelo. Sobre esto los textos guía del taller describían que “Muchas veces la propiedad privada entraña cierta noción de individualidad, entendemos que algo es MIO, no NUESTRO, y que por lo tanto ante cualquier inconveniente debo luchar solo/a, porque me pertenece solo a mí. Si entendemos que el derecho a la vivienda es de TODOS, y que debemos conquistarlo colectivamente, rompemos con esa individualidad, y le damos a la propiedad OTRA NOCION (función social de la tierra)”. Sin embargo bajo nuestra mirada, podemos decir que ya son dueños de la tierra que construyeron, mejoraron, gracias a su fuerza de trabajo, no porque el Estado haya dado las posibilidades de acceder al suelo. ESE esfuerzo, ese plus que brindaron para construir la vivienda, el barrio, la ciudad debe ser reconocido por el Estado y debe otorgarles las herramientas legales que reconozcan el derecho sobre la vivienda y el barrio que generaron.

En este encuentro se mapearon las situaciones dominiales en un mapa loteado, usando un color según situación dominial de cada uno: con o sin boleto de compraventa, sin ningún papel, etc. También se saldaron dudas sobre las planillas antes entregadas, se ayudó a completarlas (se detectaron algunas complejidades en su desarrollo), y se recordaron aquellos papeles que comprueban los años de

habitación. Estas instancias de intercambio suelen generarse en grupos más pequeños, prácticamente con un vecino por vez, y permiten conocer más en profundidad la situación de cada persona, así como sus posibilidades, conocimientos y herramientas.11

Los dos primeros encuentros se han realizado en los cuatro barrios donde

trabajamos. El tercer encuentro está en proceso de planificación; se describen a continuación los planteamientos realizados hasta el momento.

Tercer encuentro

La participación en los primeros encuentros fue variando, por lo tanto para el tercer encuentro se prevé reforzar la difusión, alentando al compromiso de cada uno de los vecinos que ya habían participado a que difundan en su cuadra e inviten a quienes pueda interesarle. Para esta instancia se recopilarán los datos y comprobantes de habitación de cada familia, y se propone construir una estrategia de trabajo con un equipo de trabajo ampliado que lleve adelante el seguimiento del proceso, la coordinación inter-barrial, y la comunicación intra-barrial. En este encuentro se propone además trabajar la problemática de aquellas familias que debieran reubicarse dada la situación de peligro socio-ambiental del lugar que habitan, o por situación de hacinamiento. En este tema surgen distintas opiniones sobre quienes quieren y quienes no:

Quién no va a querer irse de acá, quién va a querer vivir al lado de un arroyo. A mí si me dan un lugar donde ir más vale que me voy (Vecina de bariro Los Hornos)

Yo hace años que estoy, ya hice mi casa y no quiero irme. Lo que hay que hacer es entubar el arroyo(Vecina de barrio San Carlos)

Tenemos presente que la temática de reubicación es harto compleja, que

requiere del análisis de múltiples factores, voluntades políticas y procesos de organización. Sin embargo, aunque sea planteado acotada mente, creemos necesario mencionarlo siendo que es uno de los conflictos más comunes en los barrios.

De las prácticas barriales a las prácticas territoriales. A modo de cierre.

El proceso relatado se encuentra abierto y en desarrollo, por lo que puede incorporar nuevos ejes de discusión de nuevas estrategias prácticas o de las ya desarrolladas. Sin embargo entendemos valioso poder comenzar con la sistematización y conceptualización de las prácticas para poder participar de ámbitos

11

El diálogo “mano a mano” nos permite acercar el vínculo con las familias, y a partir de ello pudimos encontrar amplias cantidades de personas adultas analfabetas o con conocimientos básicos de lectura y escritura; conflictos de violencias, etc.

de intercambio con otros profesionales y experiencias, donde poder no sólo compartir lo realizado, sino también encontrar aportes que sumen a estos Talleres. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Y BIBLIOGRAFIA Boaventura De Sousa Santos (2012) “Democratizar el territorio, democratizar el espacio”. Entrevista realizada el 27 de julio de 2012. Entrevistadora: Susana Caló. Bourdieu, P. (1999) "Intelectuales, política y poder". Editorial EUDEBA Burgwal, G. (1999) "Prácticas cotidianas de resistencia". En Kingman – Salman, Antigua modernidad y memoria del presente. FLACSO, Ecuador. Catenazzi, A. (2004) “Territorialidad y acción pública en la región metropolitana de Buenos Aires”. Cuadernos de investigación urbanística, num. 37, pp. 19-26. Clichevsky, Nora. 1990. Construcción y administración de la ciudad latinoamericana. BuenosAires: I.I.D.A.L. Congost Rosa (2007). “Tierras, leyes, historia. Estudio sobre la gran obra de la propiedad”. Barcelona, Ed. Crítica D Amico, 2015. Revista La Pulseada. Año 14, N‟130. Junio Espina Prieto, M. P. (2007) “Complejidad, transdisciplina y metodología de la investigación social”. Utopía y Praxis Latinoamericana, vol. 12, núm. 38, pp. 29-43 Universidad del Zulia Maracaibo, Venezuela. Fernandez Castro, J. (2011) “Posibilidades y límites del proyecto urbano como herramienta de inclusión socioespacial”. Artículo Revista “Voces en el Fenix” Nº5. Freire, Paulo (2002). “Pedagogia del oprimido”. Buenos Aires, Ed. Siglo XXII Herrera Flores Joaquín (2005). “Los derechos humanos como productos Culturales: Crítica del humanismo abstracto”. Ed.Los Libros de la Catarata Jara Holliday, O. (2012) “Sistematizacion de experiencias, investigacion y evaluacion: aproximaciones desde tres ángulos”. F(X)=(Educación Global) Research, num. 1, pp. 56-70. Llanos-Hernandez, L. (2010) “El concepto del territorio y la investigación en las ciencias sociales". Agricultura, Sociedad y Desarrollo, vol. 7, núm. 3, septiembre-diciembre, pp. 207-220 Colegio de Postgraduados Texcoco, Estado de México, México. Marx, Karl (1965; 1867): El Capital, Buenos Aires, Ed. Cartago Massé Narváez, C. (2006) "La complejidad en la totalidad dialéctica". En Revista Sociologías, Sección Dossiê, año 8, num. 15, pp. 56-87. Porto Alegre, Brasil. Mejía, M. R. (2007) “La sistematización como proceso investigativo. O la búsqueda de la episteme de las prácticas”. Revista Internacional Magisterio, v. 33, pp. 1-17. Bogota, Colombia. Sosa Velasquez, M. (2012) “¿Cómo entender el territorio?”. Editorial Cara Parens de la Universidad Rafael Landívar. Guatemala. Sosa Velasquez, M. (2012) “¿Cómo entender el territorio?”. Editorial Cara Parens de la Universidad Rafael Landívar. Guatemala. Stolkiner, A. (1994) “De interdisciplinas e indisciplinas”. En AA.VV., El niño y la escuela, Ed. Nueva Visión, Buenos Aires. Zemelman, H. (2001) "Pensar teórico y pensar epistémico. Los retos de las ciencias sociales latinoamericanas”. Material escrito de la Conferencia magistral dictada en la Universidad de la Ciudad de México.