torche y wormald (2004) chile, entre la adscripcion y el logro

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339 Capítulo VIII Chile, entre la adscripción y el logro FLORENCIA TORCHE Y GUILLERMO WORMALD A. Introducción Este estudio describe los cambios en la estratificación social chilena durante las últimas décadas del siglo XX y las oportunidades de acceso al bienestar y a la movilidad de los diferentes segmentos sociales. Para ello, se utilizaron los datos de una encuesta de movilidad social en Chile, apli- cada el año 2001 a una muestra probabilística, a nivel nacional, de jefes de hogar hombres de 24 a 69 años de edad, que fue realizada como parte de un proyecto de investigación financiado por el Fondo Nacional de Desa- rrollo Científico y Tecnológico (FONDECYT). 1 2 El estudio sigue la línea de los análisis empíricos sobre estratifica- ción y movilidad social en Chile, iniciada en las décadas de 1960 y 1970 con las investigaciones de Hamuy (1961) y Raczynski (1971, 1974) y que continuó Martínez y Tironi (1985), León y Martínez (1984, 2001) y, de ma- nera más reciente, Espinoza (2002). Aporta a ese acervo antecedentes conceptuales más generales y nuevos datos primarios de alcance nacional que permiten dimensionar los cambios sociales de estas últimas décadas. En Chile se ha registrado en los últimos 30 años un proceso de trans- formación socioeconómica, como resultado del paso de un modelo sustitutivo de importaciones, liderado por el Estado, a otro abierto, basado en la competencia en el mercado y liderado por los privados. Estos cambios afectaron la estructura social y las oportunidades de vida de las personas, 1 Proyecto de investigación Nº 1010474 aprobado en el concurso regular del año 2001. 2 El estudio utilizó un muestreo multietápico, estratificado y autoponderado, que selecciona probabilísticamente comunas, secciones, hogares. Se excluyeron los territorios de difícil acceso (regiones XI y XII). Se realizaron 3.544 entrevistas. Mayores detalles de la metodo- logía utilizada en la selección de la muestra pueden verse en “Estratificación y movilidad social en Chile: entre la adscripción y el logro” (2004).

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Capítulo VIIIChile, entre la adscripción y el logro

FLORENCIA TORCHE Y

GUILLERMO WORMALD

A. Introducción

Este estudio describe los cambios en la estratificación social chilenadurante las últimas décadas del siglo XX y las oportunidades de acceso albienestar y a la movilidad de los diferentes segmentos sociales. Para ello,se utilizaron los datos de una encuesta de movilidad social en Chile, apli-cada el año 2001 a una muestra probabilística, a nivel nacional, de jefes dehogar hombres de 24 a 69 años de edad, que fue realizada como parte deun proyecto de investigación financiado por el Fondo Nacional de Desa-rrollo Científico y Tecnológico (FONDECYT).1 2

El estudio sigue la línea de los análisis empíricos sobre estratifica-ción y movilidad social en Chile, iniciada en las décadas de 1960 y 1970con las investigaciones de Hamuy (1961) y Raczynski (1971, 1974) y quecontinuó Martínez y Tironi (1985), León y Martínez (1984, 2001) y, de ma-nera más reciente, Espinoza (2002). Aporta a ese acervo antecedentesconceptuales más generales y nuevos datos primarios de alcance nacionalque permiten dimensionar los cambios sociales de estas últimas décadas.

En Chile se ha registrado en los últimos 30 años un proceso de trans-formación socioeconómica, como resultado del paso de un modelosustitutivo de importaciones, liderado por el Estado, a otro abierto, basadoen la competencia en el mercado y liderado por los privados. Estos cambiosafectaron la estructura social y las oportunidades de vida de las personas,

1 Proyecto de investigación Nº 1010474 aprobado en el concurso regular del año 2001.2 El estudio utilizó un muestreo multietápico, estratificado y autoponderado, que selecciona

probabilísticamente comunas, secciones, hogares. Se excluyeron los territorios de difícilacceso (regiones XI y XII). Se realizaron 3.544 entrevistas. Mayores detalles de la metodo-logía utilizada en la selección de la muestra pueden verse en “Estratificación y movilidadsocial en Chile: entre la adscripción y el logro” (2004).

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provocando marcados contrastes en la sociedad. Por una parte, el creci-miento económico alto y sostenido desde mediados de los años ochentahasta fines de los noventa redujo la pobreza y mejoró las condiciones ge-nerales de vida (MIDEPLAN, 2001). Por otra, repercutió de modo desigualsobre los diferentes grupos sociales, lo que originó ganadores y perdedo-res (Klein y Tokman, 2000; CEPAL, 2000).

A la fecha, hay poco conocimiento acerca de cómo este proceso decrecimiento y transformación socioeconómica afectó la estructura socialdel país y las oportunidades de vida de los diferentes estratos sociales. Eneste sentido, interesa analizar las formas que asumen la estratificación y lamovilidad social intergeneracional de los individuos. Particularmente, nosinteresa explorar la importancia relativa que tienen los factores adscritos–herencia social– y los adquiridos –educación– en las trayectorias ocupa-cionales y en las formas de integración social o las distancias relativas queexisten entre segmentos. Todo ello permite acercarse al problema de lareproducción de la desigualdad social.

B. La estratificación social chilena hacia fines del siglo XX

En toda sociedad hay diferencias pronunciadas de riqueza material,poder y prestigio (Kerbo, 1998; Grusky, 1994), que se traducen en desigual-dades que dan origen al sistema de estratificación social –expresado enjerarquías entre grupos o estratos sociales– provocando una disparidadinstitucionalizada en el acceso a los recursos, los servicios y las posicionesque la sociedad valora. Tal sistema exhibe una desigualdad estructurada,al tiempo que determina quién recibe qué y los criterios que definen lasoportunidades sociales que tiene cada cual.

1. Estratificación, estatus ocupacional y clase social

Los cambios del sistema de estratificación social a través del tiem-po pueden analizarse desde dos perspectivas: la de estatus socioeco-nómico y la perspectiva de clases. Ambas se basan en la ocupación delas personas para construir sistemas de estratificación social. La razónpara usar la ocupación como dato básico es que el trabajo es el funda-mento de la vida social y el principal recurso que tienen y movilizan laspersonas y los hogares para acceder al bienestar material. Es decir, eltrabajo define las oportunidades de vida presentes y futuras para la

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mayoría de la población.3 Adicionalmente, para los adultos el trabajoes la actividad más importante fuera de la esfera doméstica, marcandola identidad individual, el estilo de vida y las orientaciones culturalesy políticas.

La perspectiva de adquisición de estatus ranquea las ocupacionesen una escala jerárquica conforme al promedio de educación e ingresospara cada una de ellas. La limitación de esta perspectiva es suunidimensionalidad que no permite analizar aspectos como el acceso a laautoridad, el poder y el control de los medios de producción, que definenlas oportunidades de integración y movilidad en la estructura social. Loscambios en el empleo y la organización del trabajo, producto de la compe-tencia global, cuestionan la validez de los análisis en una clasificaciónocupacional como la anotada.4 Por ello se recurre a clasificacionesmultidimensionales como son las de clase social (Portes y Hoffman, 2003;Goldthorpe, Llewellyn y Payne, 1987; Erikson y Goldthorpe, 1992).

En comparación con la perspectiva anterior, la perspectiva de clasesocial otorga una visión más completa de dos aspectos ocupacionales im-portantes: por una parte, en el dominio que ejercen determinados grupossociales sobre los recursos, como la propiedad de los medios de produc-ción, la autoridad sobre el trabajo de otros y el control sobre destrezasocupacionales escasas (por ejemplo, calificación profesional) y, por otra,las posibilidades de diferentes grupos de acceder a oportunidades socia-les (educación, trabajo, etc.), que pueden redefinir su inserción social.

La clasificación de clases más usada para análisis de estratificacióny movilidad social es la elaborada por Goldthorpe y asociados, conocidocomo esquema CASMIN (Erikson y Goldthorpe, 1992). Esta clasificaciónestablece categorías sociales a partir de las posiciones ocupacionales endiferentes unidades productivas que implican diversas relaciones de em-pleo y de propiedad. Siguiendo a Marx y Weber, el esquema de clasesCASMIN incluye una distinción básica entre empleadores, trabajadoresindependientes o cuentapropistas, y empleados. Los primeros tienen pro-piedad, compran trabajo ajeno y ejercen autoridad y control sobre él. Losindependientes o cuentapropistas tienen propiedad, pero no venden ni

3 En Chile el porcentaje de los ingresos totales derivados del trabajo es equivalente a un 82,2%,variando entre un 76,8% en el quintil más rico y un 82,2% en el quintil más pobre(MIDEPLAN, 2000).

4 Agradecemos los comentarios críticos de Arturo León y su énfasis en la necesidad de utilizaruna clasificación más rigurosa que capte las nuevas formas de diferenciación ocupacional yde estatus que introduce la globalización, los cambios en el mercado de trabajo y los nuevosmodos de terciarización del empleo.

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compran trabajo; los empleados no son propietarios, venden su trabajoy sus ingresos están determinados por una relación contractual formal oinformal. Luego, el esquema de clases CASMIN introduce dos distincio-nes sectoriales clave: la distinción entre trabajo urbano y rural, y ladistinción entre empleos manuales y no manuales que, según Goldthorpe,determinan no solo las condiciones de vida de las categorías sociales sinotambién algunos factores socioculturales que exceden su implicancia eco-nómica (patrones de sociabilidad, de matrimonio, orientaciones valóricas).

A diferencia de la perspectiva de estatus socioeconómico, la pers-pectiva de clases incluye entonces información no solo sobre la ocupaciónde las personas, sino también sobre el sector o rama de actividad económi-ca; la relación con los medios de producción y así las diferentes categoríasocupacionales (empleador, obrero, cuenta propia, etc.). Por último, quie-nes postulan una perspectiva de clase introducen especificaciones respectoa los empleos provistos por diversos tipos de organizaciones y la corres-pondiente diferenciación de las formas de relación entre empleado yempleador (por ejemplo, relaciones contractuales tradicionales, de servi-cios profesionales, entre otras).

Este análisis usará la perspectiva de clases para operacionalizar laestructura social desigual en Chile. Específicamente, utilizaremos el es-quema CASMIN, que diferencia 11 clases sociales, reagrupables según lospropósitos del análisis. Para Chile, se decidió usar una clasificación de ochocategorías considerando que ellas agrupan a segmentos sociales cuyasoportunidades de vida son diferentes. Adicionalmente, esta agrupaciónconsigna los criterios fundamentales de separación entre las clases y utili-za las mismas categorías de otros estudios internacionales, permitiendo lacomparabilidad de los resultados5 (véase el esquema VIII.1).

5 En esta clasificación se combinan cuatro criterios básicos: i) propietario/no propietario demedios de producción; ii) existencia de trabajadores asalariados y número de empleados; iii)manual/no manual; iv) agrícola/no agrícola; y v) dentro de los empleados, el tipo de relaciónlaboral de servicio versus de contrato, que es un buen proxy del nivel de capital humano,autoridad y autonomía presente en distintas ocupaciones que tienen los empleados.

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ESQUEMA VIII.1ESQUEMA DE CLASES SOCIALES ADAPTADO DE LA CLASIFICACIÓN

DE ERIKSON Y GOLDTHORPE

Esquema de 11 clases Esquema adaptado Categorías sociales(Erikson y Goldthorpe) de ocho clases en esquema de ocho clases

I Profesionales altos administrado- I Directivos, administradores, pro-res y propietarios de grandes Clase de servicio fesionales y propietarios de gran-empresas des y medianas empresas. Profe-

II Profesionales bajos, técnicos supe- sionales bajos, técnicos superiores,riores, administradores de empre- supervisores de trabajadores nosas pequeñas, supervisores de manuales y administradorestrabajadores no manuales de empresas pequeñas

III Trabajadores no manuales de II Trabajadores no manuales enrutina altos (administración y Clase de rutina administración, comercio, ventascomercio) no manual y servicios

IV Trabajadores no manuales derutina bajos (ventas y servicios)

V Pequeños propietarios con III Propietarios empresas chicasempleados Pequeña burguesía (menos de 10 trabajadores) no

VI Trabajadores independientes IV agrícolasTrabajadores Trabajadores urbanos por cuenta

independientes propia

VII Pequeños propietarios e indepen- V Técnicos bajos, supervisores dedientes agrícolas Trabajadores manuales trabajadores manuales y trabaja-

calificados dores manuales calificados

VIII Técnicos bajos, supervisores de VI Trabajadores manuales semi ytrabajadores manuales Trabajadores manuales no calificados

IX Trabajadores manuales calificados no calificados

X Trabajadores manuales semi y no VII Pequeños propietarios agrícolascalificados Pequeños propietarios

agrícolasXI Trabajadores agrícolas VIII Trabajadores y peones agrícolas

Trabajadores agrícolas

Fuente: R. Erikson y J.H. Goldthorpe, The Constant Flux: A Study of Class Mobilityin Industrial Societies, Oxford, Clarendon Press, pp. 38 y 39, 1992. Elaboración delos autores.

Dado el tamaño reducido de la muestra, las categorías selecciona-das permiten un adecuado análisis empírico al no fraccionar en demasíalos datos aminorando los problemas de representatividad.6

6 Los análisis de movilidad se ven estadísticamente afectados por el número de categorías. A ma-yor número, mayores son las tasas de movilidad. Adicionalmente, se originan problemas asocia-dos a la restricción de los grados de libertad. Por otra parte, es una muestra pequeña para losestándares internacionales, lo que no permite una desagregación demasiado amplia de los datos.

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2. La estructura social chilena hacia fines del siglo XX

Un primer acercamiento a la estratificación social se obtiene medianteel análisis de la estructura ocupacional y su cambio en el tiempo, métodoque ha sido el más utilizado en los estudios realizados en Chile (Martínezy Tironi, 1985; León y Martínez, 1984). Según estos análisis las tendenciasseculares de los últimos 30 años han sido la disminución de los segmentossociales agrícolas; la caída en la significación de la clase de trabajadoresmanuales; la terciarización de la fuerza de trabajo y la burocratización deltrabajo asalariado bajo organización privada. Estas directrices aparecengraficadas en el cuadro VIII.1, que incorpora datos de estos autores, másuna actualización del año 2000.7

CUADRO VIII.1EVOLUCIÓN DE LA ESTRATIFICACIÓN SOCIAL, SEGÚN CATEGORÍAS DE INSERCIÓN

OCUPACIONAL, 1971-2000(En porcentajes)

Categorías sociales 1971 1980 1990 1995 2000 Variaciónporcentual1971-2000

I. Agricultura, pesca y caza 18,3 14,4 18,8 15,0 13,9 - 4,4

II. Fuera de la agricultura 81,7 85,6 80,3 84,4 84,7 ---

1. Empresarios 1,3 1,4 3,0 2,7 2,4 + 1,1

2. Sectores medios 26,2 33,5 31,3 36,2 37,2 + 11,0a) Asalariados públicos 18,4 b/ 9,0 6,9 6,8 7,4 - 1,6 c/

b) Asalariados privados -- 15,0 18,4 21,3 21,6 + 6,3 c/

c) Independientes 7,8 9,0 6,3 8,1 8,2 + 0,4

3. Artesanado tradicional 6,2 5,2 5,2 5,4 5,5 - 0,7

4. Clase obrera 34,5 20,3 28,0 28,9 28,6 - 5,9a) Minería 1,3 1,3 1,0 0,9 0,0 - 0,8b) Industria y construcción 25,8 11,1 12,1 13,1 12,2 - 13,6c) Comercio y servicios 7,4 7,9 14,9 15,0 15,9 + 8,5

5. Grupos “marginales" 9,6 10,4 12,5 11,2 11,0 + 1,4a) Empleados domésticos 5,4 5,7 6,5 5,5 4,9 - 0,5b) Comerciantes marginales 2,0 3,0 3,3 3,2 3,4 + 1,4c) Trabajadores marginales de

servicios 2,2 1,8 2,8 2,5 2,7 + 0,5

III. Otros a/ 3,9 14,7 1,0 0,6 1,4 --

IV. Total 100 100 100 100 100 --

7 Esta tarea fue realizada a partir de datos y tabulaciones proporcionados por León.

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Fuente: Para los años 1971 hasta 1995 los datos provienen del cuadro 4 del estudiode A. León y J. Martínez, “La estratificación social chilena hacia fines del sigloXX”, serie Políticas Sociales, Nº 52 (LC/L.1584-P), Santiago de Chile, Comisión Eco-nómica para América Latina y el Caribe (CEPAL), agosto, 2001. Publicación de lasNaciones Unidas, Nº de venta: S.01.II.G.127. Para el año 2000, los datos fueronproporcionados por León a solicitud de los autores. La fuente original son datosde las encuestas nacionales de empleo del Instituto Nacional de Estadísticas deChile (INE), trimestre móvil octubre-diciembre de cada año. Para 1971, los datosprovienen de la Encuesta continua de mano de obra, julio-diciembre, INE.a/ La categoría “otros” comprende a los que buscan trabajo por primera vez y alas ocupaciones no bien clasificadas. Para el año 1980 esta categoría incluye a lostrabajadores ocupados en el Plan de Empleo Mínimo (PEM), que se inicia en 1975y finaliza en 1988.b/ Incluye asalariados públicos y privados.c/ Diferencia 1980 y 2000.

Adicionalmente estos datos señalan un aumento de los trabajadoresdependientes respecto de los que trabajan por cuenta propia. Sin embargo,este robustecimiento de las relaciones de clases estructuradas al interior deuna organización (i.e. organicidad) implica un cambio fundamental en la es-tructura del trabajo asalariado ya que, por una parte, el empleo en el sectorprivado gana creciente importancia y, por la otra, disminuye la del empleoindustrial. De tal manera, el trabajo asalariado se terciariza y desobreriza res-pecto de lo que sucedía a fines del período de sustitución de importaciones.8

Sin embargo, este fenómeno de organicidad presenta una homoge-neidad social aparente. Las actuales relaciones asalariadas implican unavariedad de vínculos de dependencia que definen situaciones de trabajomuy diversas. En la práctica, la relación asalariada tradicional, que suponíala existencia de un empleador, un vínculo de subordinación y dependenciarelativamente estable, claramente estipulado mediante un contrato formalde trabajo, está perdiendo significación (Palominos, 1998; Echeverría y otros,1998; Wormald y Ruiz Tagle, 1999). En su reemplazo, han surgido formasasalariadas más flexibles que producen formas de trabajo marcadas por unacreciente individuación. Por lo tanto, en las condiciones actuales, lasalarización no implica necesariamente el robustecimiento del interés o con-ciencia de clase. El aumento de la organicidad no quiere decir que haya una

8 El concepto de organicidad fue en un inicio desarrollado por Martínez y Tironi (1985), refi-riéndose a la reproducción de los vínculos asalariados en el conjunto de la fuerza de trabajo, enespecial en posiciones burocráticamente organizadas. Por su parte, el concepto de obrerizacióndenota la existencia de un sector obrero eminentemente industrial o, como León y Martínezseñalan, citando a Hobsbawm, de una clase o un proletariado muy clasista (2001, p. 15).

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rearticulación de un agente clasista con un proyecto y espíritu común.Por otra parte, esta mayor heterogeneidad social también se observa

entre los cuentapropistas, donde hay un fortalecimiento de los trabajadoresindependientes de clase media, una mantención del artesanado tradicionaly una disminución relativa de los grupos definidos como marginales.

En esta misma dirección la Organización Internacional del Trabajo(OIT, 2000) señala que las tendencias a la globalización de los mercados, laprivatización de las actividades productivas, la terciarización del empleo yla desregulación del mercado laboral, han originado nuevas segmentaciones,intrasectoriales e intersectoriales que afectan las actividades productivas yla estructura social. Por su parte, la Comisión Económica para América La-tina y el Caribe (CEPAL, 2000) ha destacado que los cambios en el mercadode trabajo de los años noventa alteraron la estratificación ocupacional deAmérica Latina reproduciendo una estructura fuertemente segmentada entérminos de ingreso que conspira en contra de la expansión de una sociedadde clase media. De hecho, los ocupados en los estratos intermedio y supe-rior no superan el 23% del total de los ocupados de la región.9

Cabe señalar, sin embargo, que al comparar la estructura social chi-lena con la de otros países latinoamericanos a fines de los años noventa seobservan algunas particularidades interesantes. En primer lugar, como sedesprende de los datos del cuadro anterior, en Chile se ha producido unaexpansión de los sectores medios y medio-altos. Chile es hoy más unasociedad de clase media que hace medio siglo. Y, dentro de estos segmen-tos, se aprecia un robustecimiento del estrato técnico-profesional junto conuna mayor importancia relativa de los pequeños empresarios.10 Tambiénse observa una mayor formalización o institucionalización de las relacio-nes de clase entre los trabajadores dependientes, manuales o no manuales,

9 La CEPAL (2000, p. 18) reúne antecedentes para ocho países (Brasil, Chile, Colombia, Cos-ta Rica, El Salvador, México, Panamá y República Bolivariana de Venezuela) que represen-tan alrededor del 75% del total de la población ocupada en el continente. Sobre la base de lasencuestas de hogares distingue tres estratos. El de más arriba agrupa a profesionales de nivelsuperior, directores, gerentes y altos funcionarios públicos y privados; el estrato intermedioagrupa a empleados de administración, profesionales de menor nivel educacional y técnicos;y el inferior reúne a trabajadores agrícolas, obreros, artesanos y conductores de medios detransporte, trabajadores del comercio y los servicios personales, asalariados de empresaspúblicas y privadas, trabajadores por cuenta propia y servicio doméstico.

10 Esta tendencia forma parte de lo que Portes denomina emprendimiento forzado (forced

entrepreneurialism), que se debería a la reducción del empleo estatal y, en algunos casos, ala falta de dinamismo en la generación de empleo formal por parte del sector privado (Portesy Hoffman, 2003).

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especialmente cuando lo comparamos con los otros países de la regióndonde cerca de la mitad de los trabajadores están en situación informal.11

Estas tendencias se relacionan con dos fenómenos centrales: por unaparte, el sostenido proceso de crecimiento económico y la expansión deuna sociedad de mercado ocurrida desde mediados de la década de 1980 yque se tradujo en una expansión de la actividad privada y del empleo enlas medianas y grandes empresas formales;12 y, por otra, con la crecienteexpansión de la escolaridad de la población en general y de los sectoresmedios y altos en particular.13

Es importante anotar que esta expansión de los sectores medios se hadado en el marco de una creciente vulnerabilidad y desigualdad en el accesoal bienestar social en la medida que no todos los nuevos empleos que se hangenerado en el llamado sector formal han sido de buena calidad ni protegi-dos, lo que cuestiona la definición misma de formalidad.14 De hecho, en ladécada de 1990, se incrementaron los empleos en las pequeñas, medianas ygrandes empresas que no contaban con la protección de un contrato escrito(Wormald y Ruiz Tagle, 1999; Wormald y otros, 2002) Adicionalmente, unreciente estudio orientado a analizar la condición de vulnerabilidad a la po-breza de una muestra representativa de alrededor del 70% de los hogares delpaís, concluye que el riesgo a caer por debajo de línea de pobreza lo experi-mentan, en proporciones diferentes, alrededor de un 50% de los hogaresubicados entre los deciles de ingreso del tres al seis (Contreras y otros, 2004).

Esta descripción de los cambios ocurridos en la estructura social delpaís puede ser complementada a partir de los datos de nuestra encuesta.

11 Según datos de la OIT, para el año 2000, el proletariado informal representaba en Brasil alrede-dor del 48,1% del total de la fuerza de trabajo de 15 y más años; el 44,9%, en Colombia; el50,0%, en El Salvador; y el 45,7%, en México (Portes y Hoffman, 2000). Por contraposición, enChile, los trabajadores informales en el ámbito urbano disminuyeron su importancia relativa deun 39,2% en 1990 a un 35,6% en 2000 (Wormald y otros, 2000). Portes y Hoffman, sobre datosde la CEPAL (2000), señalan que alrededor de un quinto de la fuerza de trabajo vinculada alsector formal en la región se compone de trabajadores desprotegidos.

12 La proporción de trabajadores en las grandes empresas (200 o más trabajadores) de la Re-gión Metropolitana creció del 16,7% al 23,1% entre 1990 y 1998. En contraposición, elempleo en las microempresas (menos de cinco trabajadores) se redujo del 39,3% al 37,0%en el mismo período (Wormald y otros, 2000).

13 Según el último censo, el porcentaje de población de 5 y más años que había aprobado laeducación media aumentó de un 33,1% en 1992 a un 36,0% en 2002 y de un 9,0% a un16,0%, en la educación superior.

14 La OIT considera formal a la totalidad del empleo que generan las empresas de más de 10trabajadores. Sin embargo, Portes y Hoffman, sobre datos de la CEPAL (2000), señalan quealrededor de un quinto de la fuerza de trabajo vinculada al sector formal en la región lacomponen trabajadores desprotegidos o informales (2003, p. 14)

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Si se compara la clase de destino de los hijos (entrevistados) con el origende clase de sus padres, se observa una importante transformaciónintergeneracional expresada en la evolución hacia un sistema de claseeminentemente urbano.15 La mayoría de los entrevistados se ubican en ocu-paciones urbanas y, comparados con sus padres, existe una clara tendenciahacia una reducción de la importancia relativa de los pequeños propieta-rios rurales y los trabajadores agrícolas (véase el cuadro VIII.2).

CUADRO VIII.2CAMBIOS DE LA ESTRUCTURA SOCIAL EN CHILE, COMPARACIÓN PADRES E HIJOS

Categorías sociales 1. Padres a/ 2. Hijos Diferencia(ocupación actual porcentualdel entrevistado) 1 y 2

I. Clase profesional 10,8 19,2 8,4II. Pequeños empresarios 4,1 4,1 0,0

III. Clase de servicio o rutinano manual 4,8 5,7 0,9

IV. Trabajadores independientes 13,5 16,5 3,0V. Trabajadores manuales

calificados 16,5 18,3 1,8VI. Trabajadores manuales no

calificados 21,3 27,1 5,8VII. Pequeños propietarios

agrícolas 14,1 2,9 -11,2VIII. Trabajadores agrícolas 14,9 6,2 - 8,7

100% 100% Índice deTotal muestra 3.172 3.490 disimilitud

19,9% b/

Fuente: Instituto de Sociología de la Pontificia Universidad Católica (ISUC), En-cuesta de movilidad, 2001.a/ Se refiere a la ocupación del padre o de la persona que desarrollaba las laboresde jefe de hogar cuando el hijo (entrevistado) tenía 14 años.b/ Representa la movilidad estructural o el porcentaje mínimo de individuos quedebieran cambiar de ocupación si las distribuciones de padres e hijos tuvieran queigualarse. Su valor es igual a la mitad del valor absoluto de la suma de todas lasdiferencias porcentuales positivas o negativas.

15 De la comparación entre padres e hijos no se pueden extraer conclusiones acerca del cambio enla estructura de clase del país, porque la muestra de padres está sesgada a partir de la selecciónde los hijos, y tampoco se refiere a un período histórico determinado. Por tanto, solo puedenextraerse conclusiones acerca de la situación actual de los hijos en comparación con sus pa-dres. Permite conclusiones sobre movilidad más que sobre cambios en la estructura de clase.

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Este marcado decrecimiento de la clase de los pequeños propieta-rios agrícolas puede verse como un proxy de la pérdida de importanciarelativa del proceso de “campesinización” que, a juicio de Filgueira yGeneletti (1981), era un rasgo típico de la estructura social del país haciafines del período de sustitución de importaciones.16

En el caso de las clases urbanas, en la parte inferior de la escala seobserva un aumento de la importancia relativa del segmento de trabaja-dores manuales no calificados, probablemente debido a la emigraciónagrícola y al hecho de que el nuevo patrón de crecimiento reproduce lainformalidad urbana y un conjunto de ocupaciones dependientes de bajacalificación. Sin embargo este crecimiento estuvo acompañado de una ex-pansión de la clase de servicio. A ella se incorporaron los favorecidos porel crecimiento económico y la expansión de las oportunidades educacio-nales. En este sentido, se observa un fortalecimiento de los segmentosprofesionales y de los trabajadores independientes. Por último, los traba-jadores no manuales de rutina tienen una menor importancia, relativa enparte debido a la reducción del empleo estatal. Estas tendencias se tradu-cen en que la gran mayoría de nuestros entrevistados (78,4%) manifiestauna adhesión subjetiva de clase media o media baja.

A diferencia de lo ocurrido durante el período de la sustitución deimportaciones, este aumento de la importancia relativa de la clase de ser-vicio se sustenta en un proceso de transformación productiva que favoreció,no solo el crecimiento de servicios de baja productividad, sino también dedesarrollo de servicios financieros y a las empresas que producen mejoresniveles de remuneración media.17 En tal sentido, la terciarización no pue-de ser vista como un proceso necesariamente precarizador. Por el contrario,buena parte de quienes componen la clase alta y media chilena se insertanen actividades propias de este sector (véase el cuadro VIII.3).

16 Los datos de nuestra encuesta señalan que mientras el 29% de los padres trabajaba en elsector agrícola, solo el 8,6% de los entrevistados operaba en dicho sector.

17 Este sector aumentó su participación en la fuerza de trabajo de un 3,1% en 1980 a un 7,9%en 2002. Asimismo, la remuneración promedio de sus miembros casi dobla la media nacio-nal (INE, Compendio Estadístico, 2001).

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351

Sin embargo, como lo ha puesto de relieve Esping-Andersen (1999),el desarrollo de una economía de servicios alienta una mayor diferencia-ción productiva y de las condiciones de trabajo que una fundada en laactividad manufacturera. Esto incide en una mayor diversificación delos intereses sociales lo que, a su vez, tiende a debilitar el fundamento declase de la sociedad entendido como la existencia y adhesión a un pro-yecto común.

En suma, a diferencia de otros países latinoamericanos, en la estruc-tura ocupacional chilena se ha robustecido la clase de servicio y lossegmentos asalariados o dependientes en ocupaciones calificadas y no ca-lificadas. También se expandió la pequeña burguesía como resultado deldesarrollo de la economía de mercado. Este conjunto de segmentosmesocráticos se estructuran alrededor de ocupaciones terciarias que favo-recen su diferenciación y heterogeneidad interna, lo que lógicamente tiendea debilitar su componente clasista.

C. Estratificación y acceso a oportunidades sociales

El modelo de acumulación y desarrollo de las últimas décadas pro-vocó cambios importantes en la estructura de oportunidades y en las formasde acceso a ellas, especialmente en los hogares de menores recursos(Wormald y otros, 2002). Sin embargo, queda por analizar cómo estas trans-formaciones han afectado las oportunidades de integración social de otrossegmentos sociales. En lo que sigue nos concentraremos en el análisis deeste fenómeno.

1. Oportunidades de trabajo y estratificación social

El trabajo es una fuente privilegiada de acceso al ingreso, la protec-ción y el bienestar social, así como un pilar para la obtención dereconocimiento social. Ello explica que el 72,4% de los entrevistados –quese encontraba trabajando, al momento de la encuesta– declaró que segui-ría laborando aunque pudiera vivir sin hacerlo.

Como hemos señalado, la estructura de oportunidades de trabajoha sufrido importantes transformaciones en las últimas décadas. El traba-jo se ha terciarizado, el empleo estatal perdió significación relativa y elmercado laboral se flexibilizó. Por su parte, el crecimiento económicoincrementó el ingreso de la población a la fuerza de trabajo y redujo la

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352

pobreza, aun cuando se mantuvieron las brechas de ingresos. Cabe pre-guntarse, por tanto, ¿cómo se integran a esta transformación los diferentessegmentos sociales?, ¿quiénes se han beneficiado? y ¿hasta dónde la dis-paridad de ingresos refleja una situación estructural de desigualdad social?Los datos del cuadro VIII.4 nos permiten avanzar en la respuesta de estosinterrogantes.

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354

En comparación con los trabajadores agrícolas, la integración al trabajode los trabajadores urbanos no calificados tiende a ser de mejor calidad. Estose refleja en los mejores niveles de ingresos promedio de estos últimos, en lamayor proporción de los que trabajan con contrato formal y tienen previsión.

Sin embargo, entre las clases urbanas también se observan impor-tantes diferencias. En primer lugar, solo al interior de la clase de servicio yprofesional se concentra una proporción significativa de jefes de hogar quereciben altos ingresos por su trabajo (un 37,2% del total). En este sentido sepuede sostener que los beneficios del desarrollo tienden a concentrarse enlos segmentos con educación terciaria. Asimismo, debido a la prolongaciónde sus estudios, una proporción mayor de esta clase se integra tardíamenteal mundo laboral, pero lo hace en trabajos estables y protegidos. Es impor-tante destacar que esta concentración de las buenas oportunidades deempleo en esta clase social debe ser comprendida en el marco de un proce-so de movilidad estructural que ha tendido a expandir este segmento social.

En contraposición, los segmentos sociales dedicados a actividadesmanuales –calificadas o no– se integran tempranamente al trabajo, inclusoantes de cumplir los 18 años, por lo que se encuentran expuestos a unamayor inestabilidad ocupacional y acceden a trabajos más precarios ydesprotegidos. Estos segmentos concentran una alta proporción de traba-jadores que ganan bajos salarios, lo que es relevante por cuanto los datosrefieren a una muestra de jefes de hogar y de segmentos sociales que tie-nen gran peso en el sistema de estratificación.

En las clases medias se pueden diferenciar aquellos que acceden aposiciones burocratizadas y dependientes y los que laboran de un modoindependiente. Los primeros ingresan en mayor proporción a trabajos mejorremunerados, en tanto que los segundos se incorporan más tempranamenteal trabajo, tienen jornadas más prolongadas (y no necesariamente bienpagadas) y se encuentran más desprotegidos. Ello los sitúa en una posi-ción social más precaria y vulnerable.

Por su parte, la pequeña burguesía, caracterizada por la propiedadde medios de producción, se ubica en una situación laboral intermedia; sibien sus integrantes tienen ingresos más altos que los segmentos anterio-res, en términos previsionales y de edad de ingreso al mercado laboralestán en una posición relativa mejor que los independientes, pero inferiora los trabajadores manuales de rutina. Por último, un porcentaje significa-tivo de los jefes de hogar, especialmente en los segmentos empresariales eindependientes, trabajan jornadas de trabajo prolongadas, no obstante quecon retribuciones muy diferentes.

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355

A pesar de esta desigual calidad de las oportunidades de trabajo,existe entre los miembros de las diversas clases sociales una percepciónbastante generalizada sobre la mejoría de sus condiciones de vida. De he-cho, más del 60% de los entrevistados considera que sus condiciones devida son mejores o mucho mejores que las de sus padres. Solo entre lostrabajadores agrícolas, este porcentaje es menor. De esta manera, los nive-les de desigualdad social aparecen mitigados subjetivamente por lapercepción de progreso que experimentan los encuestados.

Finalmente, en términos del acceso a las oportunidades de ingreso yeducación, los datos señalan que el sistema de estratificación social chile-no se caracteriza por la gran diferencia de estatus socioeconómico entrequienes están en las posiciones extremas (superiores o inferiores) de laescala y el resto que comparte condiciones relativamente similares. Estoqueda reflejado en los datos del cuadro VIII.5.

CUADRO VIII.5PROMEDIO DE EDUCACIÓN E INGRESOS SEGÚN CLASE SOCIAL

Esquema de ocho clases a/ Educación Ingresos b/

Promedio D.S. Promedio D.S.

I. Profesional 14,55 3,52 8,98 2,76II. Pequeños empresarios 10,72 3,93 7,07 3,00III. Servicio o rutina no manual 10,50 3,42 5,79 2,73IV. Trabajadores independientes 8,55 3,68 5,30 2.48V. Clase manual calificada 8,70 3,56 5,06 2,47VI. Clase manual no calificada 8,11 3,59 5,00 2,27VII. Propietarios agrícolas 7,05 4,38 4,33 2,79VIII. Trabajadores agrícolas 5,64 3,22 3,37 1,62

Total 9,67 4,45 5,85 2,9761

Fuente: Instituto de Sociología de la Pontificia Universidad Católica (ISUC), En-cuesta de movilidad, 2001.a/ Se excluyen 55 casos correspondientes a miembros de las Fuerzas Armadasdebido a la gran heterogeneidad interna que habitualmente presenta esta catego-ría social.b/ Debido a las características de la escala de medición de ingresos las propieda-des de estas variables son solo ordinales.

Como se aprecia, no existen grandes diferencias de estatussocioeconómico entre los trabajadores no manuales de rutina, los traba-jadores independientes y los trabajadores manuales sean especializados

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356

o no.18 Esto se relaciona con el hecho de que la distribución del ingreso enChile tiende a ser bastante concentrada, especialmente en el decil más rico.Sin embargo, si se extrae del análisis ese decil, la distribución tiende a igua-larse significativamente. Por otra parte, el acceso a la educación básica ymedia ha tendido a expandirse para todos los estratos sociales.

2. Oportunidades de educación y estratificación social

La expansión de las oportunidades educacionales ocurrida durantelas últimas décadas en el país significó un importante aumento de los nive-les de escolaridad de la población respecto a la de sus padres, sobre todo enla cohorte de los más jóvenes (24 a 35 años) que acceden en una proporciónimportante al nivel postsecundario (veáse el cuadro VIII.6).

CUADRO VIII.6COMPARACIÓN NIVEL EDUCACIONAL DE PADRES E HIJOS

Madre Padre Hijo

Total Total Total Cohorte 56 Cohorte 36 Cohorte 24porcentaje porcentaje porcentaje y más años a 55 años a 35 años

Primaria o menos 69,2 65,9 38,0 58,8 33,6 24,6Secundaria incompleta 13,0 12,4 26,4 20,2 27,3 31,4Secundaria completa 14,6 15,1 16,9 11,6 18,4 19,4Postsecundaria 3,2 6,7 18,7 9,4 20,7 24,6

Fuente: Instituto de Sociología de la Pontificia Universidad Católica (ISUC), En-cuesta de movilidad, 2001.

Sin embargo, para analizar la igualdad de oportunidades en educa-ción entre personas cuyos padres tenían distinto nivel formativo, es necesarioestudiar el grado de apertura de los distintos niveles de destino para perso-nas con diferente origen educacional. Ello permite analizar si la movilidadeducativa reproduce o amplía el piso heredado por los padres que, en gene-ral, transfieren a sus hijos, a lo menos, su propio nivel de enseñanza en lamedida que constituye el piso mínimo de sus aspiraciones educacionales.

18 Similares conclusiones entrega el estudio de Espinoza cuando señala que “la actual genera-ción de trabajadores, al remontar en la escala de prestigio ocupacional, ha visto decrecer lasrecompensas sociales asociadas durante el período de sustitución de importaciones a esasposiciones” (2002, p. 9).

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357

Este tipo de movilidad se analiza determinando la proporción depersonas que tienen el mismo nivel educacional que sus padres y la pro-porción de quienes lo han superado o disminuido. Al respecto los datos dela encuesta señalan que el 41,7% de los entrevistados mantiene el piso he-redado, cerca del 50% lo aumenta y solo el 9% lo disminuye. La cohorte demás edad (56 o más años) tiende a mantener el mismo nivel que sus pa-dres, mientras en la generación más joven (entre 24 y 35 años) hay un 55,8%que tiene un nivel superior, lo que refleja la expansión de la oferta educa-tiva antes mencionada.

Entre los entrevistados con padres con educación primaria o infe-rior, el 45% mantiene el mismo nivel y la otra mitad avanza; no obstanteque en su mayor parte (27%) ellos solo llegan a secundaria incompleta. Enel otro extremo, el 65% de los entrevistados con padres con niveles educa-tivos más altos alcanza la educación postsecundaria. De los entrevistadoscuyos padres tenían educación secundaria incompleta, más del 50% avan-zó, completando la secundaria o alcanzando la postsecundaria. Entre losentrevistados con padres con secundaria completa, el 41,5% alcanza lapostsecundaria.

Si se analizan por separado las distintas cohortes de entrevistadosse puede controlar en alguna medida el efecto de la expansión generaliza-da de la estructura educacional (veáse el cuadro VIII.7).

CUADRO VIII.7NIVEL EDUCACIONAL DEL HIJO SEGÚN NIVEL EDUCACIONAL DEL PADRE

Cohorte 56 o más años

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Primario o menos 67,4 20,0 8,1 4,6 100Secundario incompleto 10,5 40,4 28,1 21,1 100Secundario completo 10,1 22,8 29,1 38,0 100Postsecundario 14,8 14,8 25,9 44,4 100

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a/ Muestra 56 o más años y que declara nivel educacional del padre (644 casos).

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358

Cohorte 36 a 55 años

Hijo Primario Secundario Secundario Postsecundario TotalPadre o menos incompleto completo

Primario o menos 39,9 28,4 17,8 13,9 100Secundario incompleto 12,6 26,4 25,3 35,7 100Secundario completo 6,7 24,9 27,6 40,9 100Postsecundario 5,8 13,6 11,7 68,9 100

Total 29,2 26,6 19,7 24,4 100 a/

a/ Muestra entre 36 y 55 años y que declara nivel educacional del padre (1.489casos).

Cohorte de 24 a 35 años

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Primario o menos 31,4 34,7 19,5 14,4 100Secundario incompleto 15,1 34,0 14,2 36,8 100Secundario completo 6,0 30,8 18,8 44,4 100Postsecundario 1,8 7,0 24,6 66,7 100

Total 21,8 31,5 19,0 27,7 100 a/

Fuente: Instituto de Sociología de la Pontificia Universidad Católica (ISUC), En-cuesta de Movilidad, 2001.a/ Muestra entre 24 y 35 años y que declara nivel educacional del padre (669 casos).

En la cohorte de 56 años o más, hay una fuerte estabilidad en loshijos de padres con educación primaria o menos, pues el 67,4% mantieneese nivel (en el total de la muestra, sin diferenciar cohortes, el porcentajees de un 45,2%). Entre los hijos de padres con educación secundaria com-pleta, el 67,1% lo mantiene o mejora (cifra muy similar a la del total de lamuestra, 70,5%).

En la generación intermedia (36 a 55 años), la proporción de hijos depadres con primaria o menos que se mantiene en el mismo nivel es de un40% (67,4% en la generación anterior), mientras este porcentaje es solo deun 26,4% entre los que tienen padres con educación media incompleta(40,4% en la generación anterior). Por su parte, los hijos de padres conlogros educativos más altos muestran mayor movilidad ascendente que lageneración anterior, la que se hace más patente entre los hijos de padrescon más altos logros. El 68,5% de los hijos de padres con secundaria com-

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359

pleta iguala o supera ese nivel (67,1% en la generación anterior) y el 68,9%de los hijos de padres con educación postsecundaria mantiene ese nivel(44,4% en la generación anterior). Solo el 31,1% de este grupo no alcanza elnivel educativo paterno.

Por último, en la cohorte más joven, el grupo de hijos con padres demenor nivel educativo muestra más movilidad ascendente que las dos ge-neraciones previas. Sin embargo, en el nivel educacional de origen siguiente,la situación empeora levemente, pues el 34% de los hijos de padres consecundaria incompleta permanecen en ese nivel (26,4% en la generaciónprevia). Los hijos de padres con secundaria incompleta que tienen mayoreducación en esta generación constituyen un 50,9% (contra un 61% en lageneración anterior). Entre los hijos de padres con más educación, la situa-ción es similar, ya que la movilidad ascendente mejora en el nivel bajo deeste subgrupo y empeora levemente en el más elevado.

Estos datos indican que la generación de edad media es la que mues-tra mayores logros de movilidad ascendente de las tres generaciones, aunquehay una mejoría relativa entre la generación más joven y la más vieja.

En suma, la expansión de las oportunidades educacionales ha sidoaprovechada de modo diferente por los individuos con distintos orígeneseducacionales. Las personas con padres con educación postsecundaria tie-nen una mayor probabilidad de alcanzar ese nivel de escolaridad. Sinembargo, también existen oportunidades para aquellos con orígenes edu-cacionales más bajos, especialmente entre las generaciones más jóvenes.Todo indica, por lo tanto, que el acceso a estas oportunidades se haincrementado en hogares con diferente capital educativo de base. Quedala incógnita respecto a cómo este proceso se debilita por diferencias en lacalidad de la enseñanza recibida o por procesos de devaluación educativaque afectan las posibilidades concretas de mejorar las condiciones de inte-gración social.

D. Patrones de movilidad social en Chile

La movilidad social describe diacrónicamente el cambio de las posi-ciones de las personas en la estructura social, explorando sus determinantes.Dicho cambio tiene una dimensión intergeneracional (padres a hijos) y otraintrageneracional (a través de la vida de las personas).

Un paso previo del análisis de la movilidad es definir la estructurasocial en que ella tiene lugar, cuestión que hicimos en la sección anterior.Además, debe evaluarse la variación en las posiciones individuales a través

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360

del tiempo, mediante cuadros de movilidad que clasifican a los individuosde acuerdo a sus clases en dos puntos del tiempo (origen y destino). Eneste caso, el origen será la posición de clase de los padres y el destino serála posición de clase actual de los hijos adultos.

La clasificación de clase de los padres se obtuvo con la pregunta deocupación del jefe de hogar del entrevistado cuando tenía 14 años.19 Cabeprecisar que los padres no se agrupan en una generación determinada y,por tanto, no representan cohortes específicas, como ocurre en el caso delos entrevistados. Ello se debe a dos razones: i) la inclusión de padres estádeterminada por su fecundidad (quienes no tuvieron hijos quedanautomáticamente excluidos y las personas con muchos hijos tienen másposibilidades de ser incluidas); y ii) la pertenencia generacional de los pa-dres depende de su edad en el momento en que nació el entrevistado. Portanto, este análisis mide el movimiento desde la posición de origen hastala posición de destino, sin que ello posibilite extraer conclusiones respectoa la distribución de posiciones de origen. Dicho de otro modo, tanto ori-gen como destino (posición actual) son atributos de la generación presentey no permiten extraer conclusiones precisas sobre otras generaciones(Duncan, 1966; Blau y Duncan, 1967).

El análisis de movilidad en Chile se hizo con el esquema de ocho clasesanteriormente presentado. Para capturar movimientos intergeneracionalesascendentes y descendentes es preciso ordenar jerárquicamente las clases so-ciales, para lo que se usa el promedio de los valores estandarizados deeducación e ingresos de cada clase (véase el gráfico VIII.1).

El ordenamiento basado en el estatus socioeconómico presenta cla-ras distancias entre las clases no manuales, manuales y agrícolas. Por tanto,se formaron tres estratos jerárquicos: el superior –formado por la clase pro-fesional, los pequeños empresarios y la clase de servicios–, el medio–trabajadores independientes y clases manuales– y el bajo –propietarios ytrabajadores agrícolas. Esta división no solo clasifica sectores en términosdel criterio unidimensional de estatus socioeconómico, sino que tambiénrespeta las distinciones cualitativas que definen la estructura de estratifi-cación, manual-no manual y urbano-rural (Sorensen, 1992).

19 El entrevistado proporciona información sobre la persona que era jefe de hogar en el mo-mento en que él tenía 14 años. En el 74,2% de los casos el jefe de hogar era el padre, en el11,11%, la madre, y en el 14,7%, otra persona. Los estudios internacionales estiman que alos 14 años el joven está formando su bagaje de oportunidades en relación a sus condicionesde vida.

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361

GRÁFICO VIII.1CLASES POR NIVEL SOCIOECONÓMICO

Ordenadas las clases de acuerdo a su posición en la estructura jerár-quica, se puede analizar la movilidad intergeneracional a partir de ladistribución cruzada de clases de padres e hijos en el cuadro de movilidad(véase el cuadro VIII.8).

La diagonal principal del cuadro (en negrita) indica inmovilidad, esdecir, el hijo adulto hereda la posición de clase de su padre. El triánguloinferior izquierdo (debajo de la diagonal principal) señala movilidad as-cendente, que se produce cuando el hijo progresa en el estatussocioeconómico. El triángulo superior derecho identifica una movilidadintergeneracional descendente.

1. Tipos de movilidad

A partir de los datos anteriores puede describirse el patrón de mo-vilidad chileno, incluidas las movilidades total, estructural y relativa, yelaborar un modelo sintético para evaluar las oportunidades de movili-dad de las personas.

La movilidad total considera al conjunto de los flujos origen-destinoy puede descomponerse en movilidad estructural y movilidad relativa. La

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362

primera de ellas se refiere al cambio en las distribuciones de clases de origeny destino, derivadas de cambios en la estructura productiva del país. Ellapermite apreciar las modificaciones intergeneracionales del tamaño rela-tivo de las clases, es decir, cuánto y en qué dirección se ha transformadola estructura social en cierto período. Por ejemplo, la clase profesionalcreció del 10,8% al 19,2% entre generaciones. Eso exigió que personascon orígenes en otras clases ingresasen a la clase profesional para cubrirla diferencia del 8,4% (19,2%-10,8%). Asimismo, si la clase de propieta-rios agrícolas disminuyó del 14,9% al 6,2% fue necesario que esa diferencia(8,7%) de la población actual que son hijos de propietarios agrícolas sedesplazara hacia otras clases.

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364

A mayor cambio intergeneracional de la estructura de clases, ma-yor será la movilidad estructural originada únicamente en lasvariaciones de las distribuciones de origen y destino. Esto no implicaque las personas de diferentes orígenes tengan oportunidades másigualitarias de acceder a diferentes destinos, sino solo que el cambioestructural hace que, necesariamente, un porcentaje de ellas se muevahacia clases diferentes.

Para evaluar la igualdad de oportunidades se usa la movilidadrelativa, referida a las oportunidades relativas de acceder a ciertos desti-nos que tienen personas de orígenes diferentes, controlado por lamovilidad estructural. La movilidad relativa mide la igualdad de opor-tunidades o fluidez social más allá de transformaciones estructurales yresponde a la pregunta ¿cuáles son las oportunidades de una personacon orígenes, por ejemplo, en la clase agrícola de acceder a la clase profe-sional? Ello permite determinar dónde se encuentran las fuentes deinmovilidad y entre qué clases existen barreras que impiden la movili-dad (por ejemplo, entre clases manuales y no manuales, o entre la elite ylas demás, etc.).

Los distintos tipos de movilidad se relacionan con diferentes fe-nómenos. La movilidad total se refiere al tamaño relativo de las clases,su composición y nivel de homogeneidad, e indica las oportunidadesde movilidad potenciales que se crean o bloquean en una sociedad. Lamovilidad estructural tiene que ver con los cambios derivados de facto-res exógenos a la estructura de oportunidades, como los avancestecnológicos, cambios económicos y demográficos, estrategias de comer-cio internacional, entre otros. La movilidad relativa informa sobre el nivelde apertura que tienen distintas clases de destino para sujetos que pro-vienen de diversas clases de origen. Puede ocurrir que un contexto deexpansión de la clase profesional de servicio, que abre espacio para lamovilidad ascendente, favorezca solo a las clases no manuales; o, encontraste, que una expansión moderada de esta clase se abra homogénea-mente a todas las clases produciendo oportunidades similares parapersonas con distintos orígenes. Estos casos hipotéticos podrían tener lamisma movilidad total, pero el primero mostraría alta movilidad estruc-tural y baja movilidad relativa, mientras el segundo combinaría altamovilidad relativa con bajo cambio estructural. La diferencia entre am-bos quedaría oculta si no se distinguen los componentes de la movilidadtotal.

Page 27: Torche y Wormald (2004) Chile, Entre La Adscripcion y El Logro

365

2. Análisis de la movilidad total

La movilidad total se mide con la tasa de movilidad y el índice dedisimilitud. La primera es el porcentaje de personas que ocupan una posi-ción de clase distinta a la de sus padres. En Chile, esa tasa alcanza a un 73,9%.

Se ha destacado (Raczynski, 1971; Kerbo, 1998) que las diferenciasobservadas entre las distribuciones de clase de los padres y de los hijosfijan un límite inferior al volumen de movilidad social. Esta movilidadinducida por cambios en la estructura ocupacional representa el porcenta-je de individuos que deben cambiar de ocupación para que las dosdistribuciones se igualen. Esta movilidad, medida por el índice de disimi-litud, es de un 19,9%.20

Otra medida útil es la tasa de movilidad vertical, que calcula losmovimientos de ascenso y descenso en la jerarquía social en términos deniveles socioeconómicos. Para evaluar la movilidad vertical se usan lostres estratos jerárquicos en que se dividió la estructura de clases chilena(véase el gráfico VIII.1). Si un individuo ocupa una posición de clase en unestrato jerárquico diferente al de su padre, tendrá movilidad vertical (as-cendente o descendente). En cambio, si permanece en el mismo estratoque su padre (aunque no en la misma clase, que indica inmovilidad) sumovilidad es horizontal (véase el cuadro VIII.9).

CUADRO VIII.9TIPOS DE MOVILIDAD

Tipo de movilidad Tasa(respecto del total)

1. Tasa de movilidad total 73,9%2. Tasa de inmovilidad 26,1%

Individuos que experimentan movilidad:

3. Vertical (n=individuos móviles) 46,0%4. Horizontal (n=individuos móviles) 27,9%5. Vertical ascendente (n=individuos con movilidad vertical) 35,5%6. Vertical descendente (n=individuos con movilidad vertical) 10,5%

Fuente: Instituto de Sociología de la Pontificia Universidad Católica (ISUC), En-cuesta de movilidad, 2001.

20 Esta proporción es un poco más baja que la detectada por Raczynski (1971, p.15) para el

Gran Santiago a comienzos de los años sesenta (28,2%). El índice de disimilitud expresa la

proporción mínima de individuos móviles y es igual a la mitad de la suma de las diferencias(continúa en la página siguiente)

Page 28: Torche y Wormald (2004) Chile, Entre La Adscripcion y El Logro

366

El 73,9% de la población chilena experimentó algún tipo de movili-dad, mientras el resto permaneció en la misma clase de su padre. Lamovilidad total se descompone en un 46% de movilidad vertical y un 27,9%de movilidad horizontal, es decir, la que permanece en el mismo estrato.Aun cuando la movilidad total es significativa, casi un tercio de ella (27,9%)es de distancia corta y no implica un cambio radical de estatussocioeconómico (esto es, nivel de bienestar material) de los individuos.

Por último, la gran mayoría de la movilidad vertical total (35,5/46=77,2%) corresponde a movilidad ascendente, lo que indica la apertu-ra de oportunidades disponibles. Queda por resolver cuánto de estaapertura responde solamente a la movilidad estructural (es decir, trans-formaciones que expanden las clases en el sector alto de la estructurasocial) y cuánto a una efectiva expansión de oportunidades medida através de la movilidad relativa.

Sin embargo, antes de pasar a este análisis, hay que describir el ter-cer método de análisis de la movilidad absoluta: los porcentajes de salida(outflow) y de entrada (inflow). Los primeros indican la distribución de des-tinos para cada categoría de origen y los segundos, la distribución deorígenes para cada categoría de destino (véanse los cuadros VIII.10 yVIII.11). La primera distribución señala a qué clases alimenta cada clase deorigen; la segunda distribución indica de qué clase recluta cada clase dedestino. Así, estas distribuciones de entrada y salida describen los proce-sos de formación y composición de las clases.

El cuadro VIII.10 muestra que, en algunas clases, el porcentaje ma-yor de la distribución de salida está en la diagonal principal. Esto ocurrecon los profesionales (56,5%), los trabajadores manuales calificados (29%)y los manuales no calificados (32,8%). Ello indica que la mayor parte de laspersonas con origen en esas clases tiene como destino la misma clase, loque determina una alta estabilidad a través del tiempo. Cabe destacar quela clase profesional entrega más de la mitad de sus descendientes a la mis-ma clase. Esta alta tasa está influida por el gran crecimiento de dicho sectoren las últimas décadas (que duplica su representación en la estructura declases de un 10,8% a un 19,2% del total). Esto hace que esta clase demandeindividuos. Los más aptos serían aquellos con orígenes en la misma clase

absolutas entre las distribuciones de origen (padre) y de destino (entrevistado). Este índice

es moderado, semejante al promedio de los países de Europa occidental (Erikson y Goldthorpe,

1992), pero inferior al de países en desarrollo que recompusieron su estructura de clases,

como por ejemplo Corea, donde este índice alcanza al 46% (Park, 1999) y Brasil, con un

34% (Costa-Ribeiro, 2002).

Page 29: Torche y Wormald (2004) Chile, Entre La Adscripcion y El Logro

367

y que cuentan con los recursos necesarios para ingresar (capital humanoformal, credenciales, contactos, etc.).

En contraste, las clases de servicios y los propietarios agrícolas pre-sentan una muy baja herencia (7,3% y 8,4% respectivamente), lo que seexplica en el caso de los últimos por la drástica reducción de su tamañorelativo entre orígenes y destino (del 14,1% al 2,9%). En cuanto a los traba-jadores agrícolas, solo el 18,5% se mantiene en ella y casi un tercio deaquellos con orígenes en la clase de trabajadores agrícolas son trabajado-res manuales no calificados. Esto podría verse como una gran apertura deoportunidades para personas con origen rural y suponer una amplia per-meabilidad de una barrera dura de la movilidad, como la que existe entreocupaciones agrícolas y no agrícolas. Sin embargo, esa conclusión no to-maría en cuenta que la clase de trabajadores agrícolas se redujo del 14,9%al 6,2% entre generaciones, poniendo un límite máximo a la proporción dela clase de origen que continúa en ella y forzando a una proporción alta depersonas con orígenes agrícolas a buscar otras ocupaciones.

No pueden extraerse conclusiones sobre el cambio de oportunida-des relativas para miembros de distintas clases basándose en medidas demovilidad total, como flujos de entrada o salida, ya que ellos no controlanpor el cambio en tamaño relativo de las clases. Cualesquiera sean las cau-sas de los flujos de salida, reflejan que las clases de profesionales ytrabajadores manuales, a diferencia de las clases de servicios, tienen unaalta estabilidad temporal.

Por su parte, la distribución de entrada (véase el cuadro VIII.11) in-dica la proveniencia de los miembros de cada clase, es decir, la distribuciónde sus orígenes. Su análisis complementa el anterior, proporcionando in-formación sobre la homogeneidad en la composición de las clases comobase potencial de identidad colectiva. Clases de orígenes más homogé-neos cuentan con más recursos para organizarse como actores colectivos.La distribución de entrada tiene más altos porcentajes en la diagonal prin-cipal, indicando un alto autorreclutamiento de clases y es más concentradaque la distribución de salida.

En la distribución de entrada para todas las clases –exceptuando lade servicios y los independientes– el porcentaje en la diagonal principal esel más alto. Esto indica que la mayor parte de sus miembros provienen dela misma clase, lo que sugiere un alto grado de homogeneidad en la com-posición de las clases actuales. Los casos extremos son las clases agrícolas,donde casi la mitad de sus miembros actuales son autorreclutados. Es in-teresante destacar que en ambas clases agrícolas aproximadamente

Page 30: Torche y Wormald (2004) Chile, Entre La Adscripcion y El Logro

368

dos tercios tienen origen agrícola. De hecho, si se excluye la clase profesio-nal, al menos el 10% de todas las clases proceden de la clase de trabajadoresagrícolas y al menos el 20% del sector agrícola.

Al integrar las distribuciones de entrada y salida se distinguen cla-ses que tienen elevada herencia y alto autorreclutamiento y otras conreducida herencia y bajo autorreclutamiento. El primer tipo caracteriza ala clase profesional y a las dos clases manuales y las define como las máshomogéneas en la estructura social chilena, lo que podría tener efectos enla identidad colectiva de sus miembros. Estas tres clases son las más pode-rosas en términos de organización colectiva (sea en términos deorganizaciones empresariales y profesionales, o de sindicatos).21

21 No se cuenta con información empírica suficiente para probar estas hipótesis.

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370

El segundo tipo caracteriza a la clase de servicios, que cumple elpapel de distribuidora de posiciones, reteniendo un pequeño porcentajede sus miembros en ella y reclutando un alto porcentaje desde otras clases,en particular de las clases manuales e independientes. Es preciso señalarque esta clase se ubica inmediatamente sobre el límite manual-no manual,lo que probablemente la convierte en un destino aceptable para personasoriginarias de las clases no manuales altas que sufren movilidad descen-dente, así como para aquellos de las clases manuales que experimentanmovilidad ascendente.

Finalmente, el análisis de las distribuciones de entrada y salida per-mite poner a prueba dos hipótesis respecto de la estructura social chilena:

i) La hipótesis de clausura, según la cual el acceso a la elite estaríacerrado para miembros de otras clases. La comprobación o re-chazo de esta se logra con la distribución de entrada, que indicaque si bien la clase profesional recluta gran parte de sus miem-bros en su interior, aproximadamente el 40% de ellos provienede las clases manuales o agrícolas. Por tanto, corresponde recha-zar la hipótesis de clausura. La composición de la elite chilena esheterogénea.

ii) La hipótesis de zona de freno sugiere que sería difícil cruzar labarrera manual-no manual y experimentar movilidad larga, encualquier dirección. Comúnmente, quienes cruzan la barrera semueven desde la clase no manual más baja a la manual más alta,o viceversa. Empíricamente, esta hipótesis se traduciría en quelos individuos procedentes de la clase manual calificada tienenmayor probabilidad de acceder a las clases no manuales que losindividuos con origen en las clases manuales no calificadas. Sinembargo, podrían acceder casi solamente a las ocupaciones nomanuales más bajas y tendrían una probabilidad casi nula deacceder a posiciones altas. Asimismo, las personas provenientesde la clase de rutina no manual tienen más probabilidades quelas personas originarias de clases no manuales altas de descen-der a clases manuales y, si lo hacen, se ubicarán en la parte altade la jerarquía manual, sin descender distancias largas.

Para comprobar esta hipótesis se requiere analizar la distribuciónde salida. Descartando, por ahora, la clase de los trabajadores indepen-dientes (debido a que sus miembros pueden tener ocupaciones tantomanuales como no manuales), se observa que un porcentaje menor pero

Page 33: Torche y Wormald (2004) Chile, Entre La Adscripcion y El Logro

371

significativo de las clases no manuales tiene como destino clases ma-nuales (aproximadamente, el 17% en la clase profesional, el 34,9% entrela pequeña burguesía y el 35,8% en la clase de servicios baja). Si bien laclase profesional transita hacia la clase manual en menor proporción, nose aprecian grandes diferencias entre empresarios y la clase de rutina nomanual o de servicio baja. Además, quienes descienden a clases manua-les van en la mayoría de los casos a la clase no calificada, en vez dehacerlo a la calificada.

Estos antecedentes llevan a rechazar la hipótesis de “zona de freno”,lo mismo respecto a las personas con orígenes manuales que se muevenhacia el sector no manual. La clase manual no calificada y calificada tienenoportunidades de movilidad ascendente hacia posiciones de rutina nomanual, pequeña burguesía e incluso servicio alto. Debe concluirse que,debido a la significativa transformación de la estructura social, sobre todopor la expansión de la elite no manual y la reducción de las clases agríco-las, las oportunidades de movilidad han sido afectadas favorablemente.

El análisis de entrada y salida provee información sobre el proceso deestratificación y en especial sobre la composición y cambio de las clases anivel agregado. Su limitación es que no ajusta por el cambio en el tamañorelativo de las clases sociales,22 con lo que impide analizar la igualdad deoportunidades neta. Cabe recordar que una alta tasa de movilidad resultatanto de la movilidad estructural, como de la asociación entre origen ydestino neta del cambio estructural (movilidad relativa). Por el contrario,una tasa de movilidad baja se presenta cuando las distribuciones de ori-gen y destino son similares y cuando, junto a ello, hay una alta asociaciónentre origen y destino (Hout, 1989). En lo que sigue, se separarán estosefectos, estimándose el nivel de movilidad estructural, para obtener asíuna medida de control que permita analizar la movilidad relativa que iden-tifica el cambio neto de oportunidades.

22 Por ejemplo, como indica el cuadro 1, solo el 1,2% de la clase de servicios alta tiene como

destino la clase de propietarios agrícolas, pero el 8,9% va a la clase de trabajadores manua-

les no calificados. Eso indicaría que las oportunidades de las personas con orígenes en la

clase de servicio alta de convertirse en trabajadores manuales son siete veces mayores (8,9/

1,2) que las de convertirse en propietarios agrícolas. Para saber si esto es correcto hay que

considerar que los trabajadores manuales no calificados representan hoy el 27,2% de la po-

blación total y los propietarios agrícolas solo un 2,8%. Esto es, la clase de servicio alta está

subrepresentada en un 67,2% (1-(8,9/27,2)) en la clase de trabajadores manuales no califica-

dos, en cuanto su sobrerrepresentación en la clase de propietarios agrícolas es solo de un

57% (1-(1,2/2,8)). En otras palabras, los porcentajes de salida no son comparables a través

de las distintas columnas.

Page 34: Torche y Wormald (2004) Chile, Entre La Adscripcion y El Logro

372

3. Análisis de la movilidad relativa

Para determinar la movilidad relativa, hay que evaluar la movili-dad usando como parámetro de comparación la hipótesis de no asociación(independencia estadística) entre origen y destino social, es decir, supo-niendo una movilidad perfecta, lo que indica, una vez controlado por elcambio en el tamaño de las clases de origen y destino (cambio estructural),que las posibilidades de acceder a cualquier clase de destino son indepen-dientes del origen, es decir, son iguales para todos los individuos,independientemente de su origen social.

Cuando la movilidad es perfecta no hay asociación entre origen ydestino, y las frecuencias de la tabla movilidad están determinadas solopor el tamaño de las clases en ambas generaciones. Para probar si el cua-dro empírico no se aparta significativamente de la movilidad perfecta seusan dos test estadísticos estándares: Chi-cuadrado (X

2) y el test de razónde verosimilitud (L2) (Powers y Xie, 2000). En el caso chileno, se obtuvo unX

2 = 788.8 y un L2 = 738.5, para 49 grados de libertad. En ambos test p<.001.Esos resultados indican que el patrón de movilidad chileno se apar-

ta de la hipótesis de movilidad perfecta, es decir, hay importantesasociaciones entre origen y destino, que es lo esperable. De hecho la hipó-tesis de movilidad perfecta se usa para comparar distintos modelos quedescriben la movilidad relativa, donde lo relevante es determinar la mejo-ría del modelo en relación con la movilidad perfecta.

El cuadro VIII.12 presenta las frecuencias esperadas en el cuadro demovilidad chilena, si hubiera movilidad perfecta y si lo único que deter-minara las posiciones de origen y destino fuera el tamaño relativo de lasclases en ambas generaciones.

Page 35: Torche y Wormald (2004) Chile, Entre La Adscripcion y El Logro

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374

El modelo de movilidad perfecta contiene una estrategia para me-dir la movilidad relativa, que consiste en el cálculo de la razón de movilidadpara cada celda del cuadro. Esta razón en la celda i,j es la que se estableceentre la frecuencia observada en ella (véase el cuadro VIII.8) y la frecuen-cia esperada en un esquema de movilidad perfecta (véase el cuadro VIII.12)y se presenta en el cuadro VIII.10. La base de esta estimación es que larazón entre movilidad observada y esperada, cuando no hay asociaciónen el cuadro, es una buena medida del nivel de asociación empírica.

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375

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376

Las razones de movilidad mayores que 1 indican frecuencias másaltas que las esperadas bajo la hipótesis de movilidad perfecta, mientraslas menores señalan frecuencias más bajas (las razones mayores que 1 es-tán indicadas con negrita en la diagonal principal o subrayadas).

Las razones de movilidad indican, por ejemplo, que el número depersonas que accede a la clase de servicio proveniente de esa misma clasees casi tres veces mayor que el número que accedería si hubiera movilidadperfecta, en tanto que quienes descienden de la clase de servicio a trabaja-dores agrícolas son solo 0,05, esto es, 20 veces menos de lo esperado.Asimismo, los que ascienden de trabajadores agrícolas a la clase de servi-cio son solo 0,2 (cinco veces menos).

Este cuadro sintetiza las características más evidentes de la estruc-tura de estratificación de los hombres jefes de hogar en Chile. Primero, laherencia de clases es mayor que lo presupuestado bajo movilidad perfec-ta, como muestran las altas razones de movilidad en la diagonal principal.Segundo, a pesar de la alta inclinación a la herencia de clases, hay movili-dad significativa (celdas subrayadas). La movilidad tiende a ser másascendente (triángulo bajo y a la izquierda de la diagonal principal) quedescendente (triángulo sobre y a la derecha de la diagonal principal). Ter-cero, la movilidad es, por lo general, de corta distancia, debido a que lamayor parte de las celdas subrayadas son aledañas a la diagonal principal.

En relación con el primero de estos puntos, todas las celdas de ladiagonal principal tienen razones mucho mayores que 1, lo que indica unpredominio de la herencia de clases, en especial, entre los pequeños em-presarios, trabajadores agrícolas, propietarios agrícolas y la claseprofesional, lo que se explica en términos de recursos y barreras. Con ex-cepción de los trabajadores agrícolas, todas estas clases poseen recursosespecíficos fácilmente transferibles entre generaciones: en el caso de lospropietarios agrícolas, la tierra; en los profesionales, el acceso a capitalhumano (básicamente bajo la forma de educación superior de calidad) yen la clase de pequeños propietarios, la propiedad. Los trabajadores agrí-colas enfrentan limitaciones para moverse tanto hacia la otra clase agrícola(debido a la carencia y dificultad de acceso a la propiedad), como hacia lasclases urbanas (carencia de capital humano), por lo que tienden a perma-necer en su clase de origen.

El segundo punto indica la existencia de movilidad, especialmen-te ascendente, entre los hombres jefes de hogar, en general sin traspasarla barrera manual-no manual (si usamos la convención de dividir en tresgrandes estratos jerárquicos, y consideramos a las clases de empresarios

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377

y de trabajadores independientes como no manuales). El único caso en quese traspasa dicha barrera es el de trabajadores manuales no calificados quese movilizan a la clase de servicios baja o de rutina no manual. Aquéllos conorígenes agrícolas tienen probabilidad de moverse hacia la clase manual(independientes y manual no calificada), sin hacer un “doble salto” hacialas clases no manuales.

Los movimientos descendentes son escasos. Hay solo cuatro casossimétricos respecto de las altas frecuencias de movilidad ascendente, porejemplo, la posibilidad de que algunos propietarios agrícolas se transfor-men en trabajadores del agro, debido a la pérdida o venta de tierra de bajaproductividad, o las instancias de movilidad descendente –de corta dis-tancia– hacia clases no manuales que experimenta la clase profesional o deservicio alta. El movimiento de “corta distancia” se puede entender por larelativa impermeabilidad de las barreras entre sectores no manual, ma-nual y agrícola.

Aunque el uso de razones de movilidad permite un diagnósticopreliminar de las oportunidades de movilidad, es un método que pre-senta limitaciones, porque depende de los totales de fila y columna delcuadro, por ende, dos cuadros con distintas frecuencias de marginalesno pueden tener las mismas razones de movilidad. Es decir, cuadros conidénticas asociaciones entre origen y destino, pero distribuciones margi-nales diferentes, necesariamente presentarán razones de movilidaddistintas. De este modo, las razones de movilidad varían entre 0 y unmáximo variable, dependiendo de los marginales asociados (Hauser, 1979;Tyree, 1973).23

Debido a estas limitaciones, el análisis de la movilidad relativa sebasa actualmente en las llamadas razones de probabilidades relativas (odds-ratios),24 cuya ventaja es que son completamente independientes de uncambio tanto de filas como de columnas y, por tanto, permiten medir lamovilidad relativa controlando por cambios en los tamaños de las clasesentre origen y destino (movilidad estructural). Las razones de probabili-dades relativas permiten explorar los niveles de asociación que existen enel cuadro y dónde se concentran las mayores y menores asociaciones.

23 Específicamente, el máximo posible que puede tomar la razón de movilidad es un valor

recíproco al marginal más grande asociado a esa celda.24 En un cuadro de 2x2 los cocientes de probabilidades relativas se construyen de la siguiente

forma: a = f11

f22

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f21

. La asociación origen y destino en un cuadro con R filas y R columnas

(R = número de clases) se puede expresar en términos de los (R-1)2 cocientes de probabilida-

des relativas obtenidos para cada uno de los subcuadros de 2x2 que la constituyen.

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De este modo describen las oportunidades de movilidad para personascon distintos orígenes.25

4. Descripción del régimen de movilidad relativa en Chile a travésde razones de probabilidades relativas

Con el método de log-lineal de independencia cuasi perfecta se puedeapreciar la inclinación a la inmovilidad que caracteriza a cada clase socialen Chile, al estimar un parámetro de herencia para cada clase y asumirindependencia en el resto del cuadro. A un nivel intuitivo, este modelopresume que el único factor que explica la movilidad es la herencia declase y, al tomarla en cuenta, no hay asociación entre origen y destino so-cial. El modelo no describe el cuadro adecuadamente. El valor del test derazón de verosimilitud (L2) es 253,7 para 41 grados de libertad, lo que pro-duce p<.001.

Este valor indica que el patrón de movilidad chileno contiene aso-ciaciones entre clases que van más allá de la herencia. Sin embargo, elmodelo de independencia casi perfecta es significativamente mejor que elmodelo de movilidad perfecta. La bondad de ajuste del modelo de movili-dad perfecta, medida a través del test L2 era 738.5. Usando la razón de lostest L2 para ambos modelos, puede concluirse que el modelo de movilidadcuasi perfecta explica 65,7% (1-[253.7/738.5]) de la asociación no explica-da bajo el modelo de independencia perfecta. En otras palabras, casi dostercio de la asociación entre clases de origen y clases de destino en el Chilede hoy se explica por la herencia de clases.

25 Para referencias técnicas, ver Hout (1983), Powers y Xie (1998).

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379

CUADRO VIII.14PARÁMETROS DE HERENCIA PARA CADA CLASE a/

Clase Nivel de la herencia

1. Profesional 1,91 b/

2. Pequeños empresarios 1,84 b/

3. Servicios o rutina no manual 0,114. Independientes 0,34 b/

5. Manual calificados 0,59 b/

6. Manual no calificados 0,127. Propietarios agrícolas 1,38 b/

8. Trabajadores agrícolas 1,54 b/

a/ Parámetros obtenidos sobre la base del modelo log-lineal de independenciacasi perfecta.b/ Significativo al nivel 05.

El modelo de movilidad cuasi perfecta produce parámetros quemiden la propensión a la herencia (inmovilidad) de cada clase, presenta-dos en el cuadro VIII.13. Las clases con mayor nivel de herencia se ubicanen ambos extremos de la jerarquía de estatus socio-económico: la elite for-mada por la clase profesional y los pequeños empresarios, y el sectoragrícola. Es interesante notar que el nivel de herencia de los propietariosagrícolas, si bien es alto, es más bajo que el de trabajadores agrícolas y dela elite. Este patrón difiere claramente de otros países (Erikson yGoldthorpe, 1992), lo que se explica probablemente por el drástico cambiodel sistema de propiedad de la tierra (reforma agraria) y la posterior crea-ción de un mercado agrícola orientado a la exportación, modificando elsistema de transferencia de la tierra entre generaciones.

En los trabajadores independientes se consigna un bajo nivel de he-rencia en relación con las otras clases independientes (pequeños empresariosy propietarios agrícolas). Esto se diferencia de los países industrializadosprobablemente debido a las características del trabajo independiente enChile, asociado a empresas de alta inestabilidad e informalidad. Las perso-nas acceden a él cuando pierden su empleo en el sector formal o al noencontrar uno satisfactorio (el fenómeno de “emprendimiento forzado”),por lo que muchas de estas empresas no permiten el desarrollo de un capi-tal que sea traspasable entre generaciones. Así, su nivel de herencia es muyinferior al de las otras clases independientes.

Este análisis confirma que las clases con menor herencia son las deservicios y los trabajadores manuales no calificados, ya que comparten elrasgo de ubicarse inmediatamente sobre la barrera que separa los sectores

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no manual, manual y agrícola. La clase de servicio baja está encima de lavalla no manual-manual y la clase manual no calificada, del sector agríco-la, convirtiéndolas en clases fluidas que cumplen el papel de distribuidorasde población, porque los miembros más exitosos migran hacia niveles másaltos de su sector (no manual y manual, respectivamente) y porque reci-ben miembros que descienden desde otras clases no manuales, en el casode la clase de servicios baja, y movilidad ascendente desde el sector agrí-cola, en el caso de la clase manual no calificada.

Por último, para analizar sistemáticamente las oportunidades demovilidad entre las distintas clases, se presentan las razones de probabili-dades relativas:

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Para interpretar estos resultados, tómese por ejemplo las razones deprobabilidades relativas entre la clase profesional y la clase manual califi-cada. Estos comparan, de forma no muy parsimoniosa pero correcta, laprobabilidad de que alguien con origen en la clase profesional tenga comodestino la misma clase en vez de la manual calificada, contrapuesta a laprobabilidad de que alguien con origen en la clase manual calificada ten-ga como destino la clase profesional, en vez de su clase de procedencia. Sino hubiera asociación entre clases y si los individuos de cualquier origentuvieran la misma probabilidad de pertenecer a cualquiera (controlado porlos tamaños relativos de las clases) esta razón sería equivalente a 1.

El sentido común indica que la probabilidad de que alguien prove-niente de la elite profesional tenga como destino la clase profesional envez de la clase manual calificada, es más alta que la probabilidad que loshijos de trabajadores manuales cualificados tienen de llegar a la clase pro-fesional versus la clase trabajadora manual. Concretamente, el cuadro indicaque la probabilidad es 13,7 veces más alta. Si bien las oportunidades demovilidad entre estos dos grupos son desiguales, son más igualitarias quesi se comparan las oportunidades de movilidad entre esta misma claseprofesional y la clase de los trabajadores agrícolas. En este caso, las opor-tunidades de que alguien cuya procedencia es la clase profesional o deservicios alta pertenezca a la misma clase respecto de alguien cuyo origenestá en la clase de trabajadores agrícolas son 879 veces más altas, lo queseñala que la movilidad de “distancia larga” entre clases agrícolas y laelite es prácticamente imposible.

Por otra parte, las razones de probabilidades relativas indican queexiste una enorme barrera entre las clases no manuales y las agrícolas.Entre estas y las clases no manuales y manuales se observan vallas impor-tantes para la elite no manual, pero mucho menores para la clase de rutinano manual. Finalmente, las barreras entre clases manuales y propietariasagrícolas son mayores que entre aquellas y los trabajadores agrícolas, aun-que ambas son significativas.

El cuadro muestra alta fluidez entre las clases intermedias (rutina nomanual, independientes y clases manuales) con razones de probabilidadesrelativas cercanas a 1, aunque ello no implique grandes cambios en el nivelde bienestar material y las oportunidades de educación e ingreso (comomuestra el gráfico VIII.1). Se denotan, por otro lado, las grandes barrerasrespecto a las clases extremas, especialmente la elite profesional y las cla-ses agrícolas. Es interesante consignar la elevada igualdad de oportunidadesde movilidad entre las clases profesional y de servicio, lo que sí implica

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383

un cambio significativo en el nivel de vida. Este hallazgo señala posibili-dades de movilidad ascendente desde orígenes en el trabajo de oficina yadministrativo hacia ocupaciones profesionales. Este fenómeno se asociaprobablemente a la inversión en capital humano, mediante la educaciónsuperior de los hijos.

E. Conclusiones

Este estudio muestra que el sistema de estratificación experimentóimportantes cambios en los extremos de la estructura de clase. A diferen-cia de lo ocurrido en otros países, la estructura ocupacional chilena hatendido a reproducir relaciones de servicios y contractuales en ocupacio-nes definidas como formales, traduciéndose en el fortalecimiento de la clasede servicio y de los segmentos asalariados o dependientes en ocupacionescalificadas y no calificadas. Asimismo, se ha expandido la clase de los pe-queños empresarios acorde con la reducción de las ocupaciones en elaparato estatal y el crecimiento del mercado. Estos segmentos sociales seestructuran alrededor de ocupaciones terciarias, donde existe amplia dife-renciación y heterogeneidad. En este sentido, en la nueva estructura declase se ha debilitado el componente clasista.

Los niveles de desigualdad social en las formas de inserción laboraly retribución son mitigados por la percepción y el efectivo proceso de mo-vilidad social experimentado por los jefes de hogar varones en las últimasdécadas. Es posible afirmar, entonces, que el crecimiento económico y laexpansión del mercado aumentan, por una parte, las oportunidades de tra-bajo e ingreso para quienes ocupan las posiciones más altas de la jerarquíasocial, acrecentando los niveles de desigualdad social y, por la otra, tam-bién aumentan –aunque en menor grado– las oportunidades de movilidadpara aquellos que ocupan posiciones subordinadas en la sociedad chilena.

Desde la óptica del acceso a la estructura de oportunidades de vida, seobserva que la expansión de las oportunidades educacionales ha sido apro-vechada de un modo diferencial. Los más beneficiados son los que acceden ala educación postsecundaria, que les permite mantenerse o ingresar a la par-te alta de la jerarquía social. En una proporción significativa, este logroeducacional es la herencia educativa de sus padres, que constituye una delas razones tras la desigualdad en los niveles de escolaridad de los miembrosde las diversas clases sociales, en especial, de la importante diferencia en elnivel promedio que alcanzan los integrantes de la clase profesional o de ser-vicio alta en comparación con el resto de los miembros de la estructura social.

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384

Sin embargo, debe señalarse que la expansión de la oferta educati-va, junto con la alta valoración y esfuerzo en esta materia que desplieganlos hogares, se traduce en que los hijos de personas con bajo nivel de esco-laridad también tienen oportunidades de acceder a niveles superiores deeducación. Alrededor de un tercio de las personas entre 24 y 35 años queingresan a estudios postsecundarios provienen de padres que solo cursa-ron la primaria.

Respecto de patrones de movilidad social, los datos permiten con-cluir que el 46% de la movilidad de los jefes de hogar varones es vertical,es decir, cruza al menos un estrato jerárquico, siendo un 35,5% ascendentey un 10,5%, descendente. Hay un 27,9% que es de tipo horizontal. De he-cho, existe un importante flujo hacia la elite, permitido principalmente porla expansión de esta clase y la necesidad de reclutar personas “fuera” deella. Sin embargo, los datos también indican que en las clases alta de servi-cio, trabajadores independientes y trabajadores manuales calificados hayuna proporción importante de personas que tienen su origen en la mismaclase, manteniéndose, entonces, cierta herencia de clase. La más clara ex-cepción a este patrón se da en la clase de rutina no manual o de serviciobaja, que cumple un rol de distribuidora de posiciones, reteniendo un muybajo porcentaje de individuos con orígenes en ella y reclutando un altoporcentaje de personas de otras clases que se mueven tanto hacia arriba yabajo. Un papel similar parece cumplir la clase manual no calificada.

Por otra parte, si bien la movilidad total es significativa, una propor-ción importante de esta es de corta distancia y no implica un cambio sustancialen el estatus socioeconómico de las personas, exceptuando la movilidad alinterior del estrato alto, específicamente entre la clase de servicio alta, lospequeños empresarios y la clase de rutina no manual, debido a la gran dis-tancia de estatus socioeconómico que existe entre la primera y las dos restantes.

En cuanto a la movilidad relativa, es decir a las oportunidadespara personas con distintos orígenes sociales más allá del cambio estruc-tural de una generación a otra, se observa una significativa herencia declases. Aproximadamente dos tercios de la asociación en la tabla se ex-plica porque las personas permanecen en su clase de origen. El análisisde las “razones de odds” indica que existen oportunidades de movili-dad “de distancia corta”, es decir, entre clases adyacentes en la escala deestatus socioeconómico. En contraste, movilidad larga, particularmenteentre la clase profesional, y el sector agrícola y manual no cualificado, esaltamente improbable. Futuros estudios deben explorar las principalesbarreras estructurales que producen el patrón de asociación intergeneracionaldescrito en este artículo.

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