todos podemos hacerlo «libertad del … · tratar de darles algo que nunca hice: ca-riño y amor....

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1 46 TODOS PODEMOS HACERLO «LIBERTAD DEL ESPÍRITU» «CÓMO CONOCÍ ALCOHÓLICOS ANÓNI- MOS» «NUNCA ES TARDE PARA VOLVER A EMPEZAR» «…PARA SEGUIR CAMINANDO» «LIBRE PARA TRANSMITIR EL MENSAJE» «HE RECUPERADO MIS VALORES» «CON LA AYUDA DE DIOS» «LA LIBER- TAD EN ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS» «SERVIR DÍA CON DÍA» «UNA EXPERIENCIA ESPIRITUAL» «DES- CUBRIÉNDOME A MÍ MISMO Y RECUPERÁNDOME» «EL PROGRAMA, PARA MÍ, ES PARA SIEMPRE» «APREN- DO DE MIS COMPAÑEROS DÍA A DÍA» «TEN FE Y SERÁS VERDADERAMENTE FELIZ» «UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD DE VIDA» «MIS FRUTOS COMENZARON A MOSTRARSE» «A KILÓMETROS DE DISTAN- CIA…» «VALORAR MI VIDA DIARIA» «SI YO PUDIERA REGRESAR EL TIEMPO» «VOLUNTAD PARA SEGUIR…» «AHORA SOY MEJOR PADRE… » «16.ª SEMANA NACIONAL DE LA PERSONA ALCOHÓLICA PRIVADA DE SU LIBERTAD (SNPAPL)» Todos podemos hacerlo Hola, estimados amigos y compañeros. Vamos a comenzar una reunión de Alcohólicos Anónimos. Tomemos unos instantes de silencio, para meditar en nuestro problema común, que es la enfermedad del alcoholismo. A continuación, daremos lectura al enunciado de Alcohólicos Anónimos, que dice: «Alcohólicos Anónimos ® es una comunidad de hombres y mujeres que comparten su mutua experiencia, fortaleza y esperanza para resolver su problema común y ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo. »El único requisito para ser miembro de AA es el deseo de dejar la bebida. Para ser miembro de AA no se pagan honorarios ni cuotas; nos mantenemos con nuestras propias contribuciones. AA no está afiliada a ninguna secta, religión, partido político, organización o institución alguna; no desea intervenir en controversias, no respalda ni se opone a ninguna causa. »Nuestro objetivo primordial es mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohólicos a alcanzar el estado de sobriedad». (Impreso con el permiso de e AA Grapevine, Inc.) Boletín institucional 07-09|2018 «Libertad del espíritu» Nada justifica mi acción por la cual estoy privado de mi libertad; pero no de mi espíritu, porque la libertad física no hace al hombre o a la mujer tan feliz, como puede serlo con la libertad del es- píritu. Lo hecho, hecho está, asumo las consecuencias y lo estoy viviendo; insis- to, nada lo justifica y ni quiero convencer a nadie. Quiero decirles —desde lo más pro- fundo de mi corazón— que me arrepien- to rotundamente porque, por más vil que fuera, no soy nadie para quitarles el cariño que sienten y siguen sintiendo por ella, su madre. Perdónenme hijos, de co- razón, ya le pedí perdón también a Dios. Yo me quise ir, me regresaron a cum- plir con un propósito, el cual estoy cum- pliendo aun estando en la cárcel; por supuesto, no es agradable para nadie. ¡Ahórrense este sufrimiento! Porque aquí en la cárcel, los que se creen muy hombres, lloran como bebés ya que antes no valoramos la libertad, los alimentos, la variedad de cosas que no tomamos en cuenta estando libres; sobre todo a una esposa, los hijos, la familia y el trabajo con responsabilidad. Nos creíamos dueños del universo. Los que hoy andan libres siguen de desobe- dientes, de deshonestos, de desafiantes a las normas. Decimos: «A mí no me pa- sará nada, solo les sucede a los tontos». Y cuando formamos un círculo en aa, los observo, todos estamos con la cola entre las patas. Así que te pregunto, ¿cuál es tu op- ción? Anónimo, grupo institucional «Estrella de Oriente», área Oaxaca Centro

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46TODOS PODEMOS HACERLO «LIBERTAD DEL ESPÍRITU» «CÓMO CONOCÍ ALCOHÓLICOS ANÓNI-MOS» «NUNCA ES TARDE PARA VOLVER A EMPEZAR» «…PARA SEGUIR CAMINANDO» «LIBRE PARA TRANSMITIR EL MENSAJE» «HE RECUPERADO MIS VALORES» «CON LA AYUDA DE DIOS» «LA LIBER-TAD EN ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS» «SERVIR DÍA CON DÍA» «UNA EXPERIENCIA ESPIRITUAL» «DES-CUBRIÉNDOME A MÍ MISMO Y RECUPERÁNDOME» «EL PROGRAMA, PARA MÍ, ES PARA SIEMPRE» «APREN-DO DE MIS COMPAÑEROS DÍA A DÍA» «TEN FE Y SERÁS VERDADERAMENTE FELIZ» «UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD DE VIDA» «MIS FRUTOS COMENZARON A MOSTRARSE» «A KILÓMETROS DE DISTAN-CIA…» «VALORAR MI VIDA DIARIA» «SI YO PUDIERA REGRESAR EL TIEMPO» «VOLUNTAD PARA SEGUIR…» «AHORA SOY MEJOR PADRE… » «16.ª SEMANA NACIONAL DE LA PERSONA ALCOHÓLICA PRIVADA DE SU LIBERTAD (SNPAPL)»

Todos podemos hacerlo

Hola, estimados amigos y compañeros. Vamos a comenzar una reunión de Alcohólicos Anónimos. Tomemos unos instantes de silencio, para meditar en nuestro problema común, que es la enfermedad del alcoholismo.

A continuación, daremos lectura al enunciado de Alcohólicos Anónimos, que dice:

«Alcohólicos Anónimos ® es una comunidad de hombres y mujeres que comparten su mutua experiencia, fortaleza y esperanza para resolver su problema común y ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo.

»El único requisito para ser miembro de AA es el deseo de dejar la bebida. Para ser miembro de AA no se pagan honorarios ni cuotas; nos mantenemos con nuestras propias contribuciones. AA no está afiliada a ninguna secta, religión, partido político, organización o institución alguna; no desea intervenir en controversias, no respalda ni se opone a ninguna causa.

»Nuestro objetivo primordial es mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohólicos a alcanzar el estado de sobriedad».

(Impreso con el permiso de The AA Grapevine, Inc.)

Boletín institucional 07-09|2018

«Libertad del espíritu»

Nada justifica mi acción por la cual estoy privado de mi libertad; pero no de mi espíritu, porque la libertad física no hace al hombre o a la mujer tan feliz, como puede serlo con la libertad del es-píritu. Lo hecho, hecho está, asumo las consecuencias y lo estoy viviendo; insis-to, nada lo justifica y ni quiero convencer a nadie.

Quiero decirles —desde lo más pro-fundo de mi corazón— que me arrepien-to rotundamente porque, por más vil que fuera, no soy nadie para quitarles el

cariño que sienten y siguen sintiendo por ella, su madre. Perdónenme hijos, de co-razón, ya le pedí perdón también a Dios.

Yo me quise ir, me regresaron a cum-plir con un propósito, el cual estoy cum-pliendo aun estando en la cárcel; por supuesto, no es agradable para nadie. ¡Ahórrense este sufrimiento! Porque aquí en la cárcel, los que se creen muy hombres, lloran como bebés ya que antes no valoramos la libertad, los alimentos, la variedad de cosas que no tomamos en cuenta estando libres; sobre todo a una esposa, los hijos, la familia y el trabajo con responsabilidad.

Nos creíamos dueños del universo. Los que hoy andan libres siguen de desobe-dientes, de deshonestos, de desafiantes a las normas. Decimos: «A mí no me pa-sará nada, solo les sucede a los tontos». Y cuando formamos un círculo en aa, los observo, todos estamos con la cola entre las patas.

Así que te pregunto, ¿cuál es tu op-ción?

Anónimo, grupo institucional

«Estrella de Oriente», área Oaxaca Centro

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Todos podemos hacerlo

Boletín institucional«Desde Adentro®»

Marca registrada anteel Instituto Mexicano

de la Propiedad IndustrialRegistro núm. 1150103

Órgano de intercambio de experienciasentre miembros

de Alcohólicos Anónimosprivados de su libertad,

elaborado trimestralmentepor el comité de Instituciones Correccionales

de la Junta de Servicios Generales.

Sitio web:http://www.aamexico.org.mx

Correo electrónico:cicosg@aaméxico.org.mx

Se distribuye gratuitamente a los gruposinstitucionales o compañeros,

de Alcohólicos Anónimos que se encuentranprivados de su libertad,

vía estructura, en la República Mexicana.

DIRECTORIO

Presidente:Dr. Roberto Karam Araujo

Vicepresidente:Dr. Everardo Domínguez Landa

Comité de Instituciones Correccionalesde la Junta de Servicios Generales

Integrantes:Dr. Everardo Domínguez Landa

(coordinador)lts. Orlando Ramírez TellezFederico Cervantes CabreraAlfredo Adolfo Coral y Baas

Jorge Luis Treviño GarcíaOscar Estrada Alcalá

José Luis Durán SantosMiembro de staff:Edith Ley Morales

Editor responsable:Lic. Erika Argueta Arellano

Corrector de estilo:mto. Carlos Alberto Ortiz Ortiz

Diseño gráfico:ldg. Adrián Olivier Silis

Núm. 46/06-08/2018

Central Mexicana de Servicios Generalesde Alcohólicos Anónimos, A. C.

Huatabampo núm. 18, colonia Roma Sur,C. P. 06760 Ciudad de México.

apartado postal 2970, C. P. 06000tels. 5264 25 88, 5264 24 0652 64 24 66, fax 52 64 21 66

«Cómo conocí Alcohólicos Anónimos»

Mi nombre es Carlos A., en la calle fui pandillero. El abuelo de mi primera es-posa me invitó a un grupo de aa, en ese tiempo tenía la edad de 19 años. En una ocasión fui al grupo —creo que fue la única vez— creí, pensé y lo dije muchas veces: «El viejo está loco, yo no soy un alcohólico», ¡qué equivocado estaba!, ya era un alcohólico porque bebía cada se-mana, nunca pude controlarme, me gus-taba el alcohol. Primero no sentía nada de cruda, despertaba muy bien; poco a poco fui tomando más y más, hasta que tuve que curármela con otra cerveza; esa fue mi perdición: comencé a beber cada vez más. Un día, en «una convivencia», pasó lo que pasó. Hoy estoy en la cárcel por culpa del alcohol, ingresé a los 26 años a la cárcel en Tlalnepantla, Barrien-tos. Ahí volví a conocer a Alcohólicos Anónimos; les presté mucha atención, asistía a las juntas; si llevaba mi carnet me daban mi sello, oía sus experiencias, sus vivencias y en algunos me reflejé. Me trasladaron de Barrientos a Jilotepec, aquí es donde me he aplicado más al grupo de aa. Los padrinos que nos visi-tan son buena gente, me gusta el grupo, siempre me dejan una buena experiencia. Gracias a mi Ser superior y a mi Todo-poderoso. Me dieron la oportunidad de servir: soy cafetero y lo hago de buen co-razón.

Carlos A., grupo «Primavera», área México Noroeste

«Nunca es tarde para volver a empezar»

Yo tenía mi familia, mi esposa y cua-tro hijos, pero empecé a tomar y lo perdí todo, sobre todo la confianza de mi fa-milia, por dejarme llevar por mis com-

pañeros. Un día caí en la cárcel por vivir en forma deshonesta, aquí me vine a dar cuenta que le hice mucho daño a mis seres queridos, causé mucho dolor a los míos. Ahora estoy solo en la cárcel. Me ha apoyado un tío, a quien en la calle yo solo saludaba por respeto; él me ha brin-dado su mano. Aquí es donde me doy cuenta que personas de las que nunca esperaba, aún confían en mí. Hablo por teléfono con mis hijos. A mi esposa ya la perdí, traté de solucionar las cosas con ella pero fue demasiado tarde: no creyó que iba yo a cambiar. En este lugar he aprendido a cuidarme, espero algún día salir y echarle ganas por mí y mis hijos, tratar de darles algo que nunca hice: ca-riño y amor.

Llevo diez años en la cárcel, no sé cuándo obtendré mi libertad. Hoy sé que el alcoholismo te hace perder todo. Hoy no pienso en tomar. Me alienta la idea de buscar a mis hijos, ahora ya son unos jovencitos, tengo cuatro hijos de 17, 13 y 11 años; una hija de 10 años, la más chica, a quien dejé de ver recién nacida; me perdí toda su niñez. Hoy trato de so-brevivir en la cárcel, pido a Dios la fuer-za y al grupo de aa, nunca recaer en la calle por alcoholismo. El alcohol te hace perder todo. Hoy sé que nunca es tarde para volver a empezar. Espero salir y vivir mi vida sin alcohol. Hoy sé que la vida es muy bonita, pero a veces te das cuenta muy tarde. Espero salir y ver a mis hijos, tratar de guiarlos por un buen camino.

David R., grupo «Fe y Voluntad»,

área México Noroeste

«…Para seguir caminando»

Hola, buenas tardes compañeros, mi nombre es Héctor Manuel V. C., y soy un alcohólico más que pertenece a este grupo de los Alcohólicos Anónimos.

Aprovecho este momento para darles las gracias a todos mis compañeros por la paciencia y el apoyo que me han brin-

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Todos podemos hacerlo

dado. Gracias a todos ustedes porque mi vida ha cambiado para bien y me ha ser-vido de mucho el estar aquí, escuchando nuestros errores que todos y cada uno de nosotros hemos cometido. Espero en Dios que toda esta experiencia que hemos pasado, se nos quede grabada en la mente y así no volver a tocar nunca ni una gota de alcohol, el cual me ha daña-do en mi salud y en mi economía; me ha llevado al fracaso. Pero gracias a Dios, y a mis compañeros, me vuelvo a levantar para seguir caminando en la vida.

Les pido de todo corazón que, si ne-cesitan ayuda, no duden en acercarse a estos grupos para que los ayuden como lo han hecho conmigo. Aquí pueden encontrar amigos que te respetan y es-cuchan; te hablan del peligro y las con-secuencias que puede traerte el alcohol y las drogas; échenle ganas compañeros y verán que sí se puede. Dios me los bendi-ga a todos ustedes.

Héctor Manuel V. C., Reclusorio Preventivo de Tecomán,

área Colima

«Libre para transmitir el mensaje»

Antes que nada, le pido a mi Poder su-perior por otro día más de vida y que nos dé salud, fortaleza y sabiduría para no ser una víctima más del alcohol. La primera vez que llegué a aa escuché las experien-cias de mis compañeros, me di cuenta que para ser alcohólico no es necesario tomar mucho alcohol, con dos o tres co-pas pasé a ser un alcohólico.

En aa, he encontrado la forma de ser libre con la motivación de mis compañe-ros, con la iluminación del Poder supe-rior. Estoy llevando el servicio y también paso el mensaje a los que van llegando al grupo. A veces sueño con el día en que pise de nuevo la calle para sacar a mis hi-jos adelante y no cometer errores; darle un mejor futuro a mi familia. Le pido a

Dios que me dé fortaleza espiritual para salir de este lugar. Tengo mi trabajo sa-grado, responsabilidad para ser mejor persona, respetar a las personas mayores de edad, etcétera.

Me veo incorporándome a un grupo cuando me liberen de la condena y seguir pasando el mensaje de aa a los que están sufriendo en las calles o lotes baldíos, porque creo que algunos no conocen el programa y otros tal vez hayan recaído. Le pido a mi Poder superior para no re-caer en el alcohol. El recaer en el alcohol nos lleva a muchos errores. Agradezco a Dios por incorporarme al grupo «Pri-mavera» y escuchar las experiencias de mis compañeros. Me siento muy conten-to, le estoy echando muchas ganas para salir de este lugar y estar con toda mi fa-milia de aa, por la gracias de Dios.

Luis M. E., grupo «Primavera»,

Jilotepec

«He recuperado mis valores»

Hoy, 14 de mayo de 2017, me doy cuenta de que aún hay mucho dolor y sufrimiento en mí, así como en mi seres queridos (familia), a los cuales he daña-do y causado un gran sufrimiento por la pérdida de mi hermano, quien hace dos años con dos meses perdió la vida a causa de mi alcoholismo y por la drogadicción de él. Esto ocasionó pleitos y reacciona-mos de una manera no adecuada. Hoy lo veo y me doy cuenta de qué tan grande era esa enfermedad, que no nos dejaba ver el valor y respeto que debimos sen-tir el uno por el otro, como hermanos. Sin embargo, el tiempo que él tiene de fallecido, yo lo tengo aquí en prisión en el ce reso «Puentecillo». No es nada grato decirlo porque me duele al ver que, a pesar de ese tiempo que ha pasado, aún me remueve el dolor causado a mi fami-lia y más porque año con año siempre lo

voy a recordar. Esto sucedió una semana después de nuestro cumpleaños. Ahora ya no tengo a mi «cuate» porque naci-mos el mismo día y año, solamente con cinco minutos de diferencia.

Lo que más me duele es que yo había estado en un grupo de autoayuda, ahí se me brindó la ayuda por mi forma de be-ber y mis defectos de carácter. Me brin-daron todas las herramientas para poder evadir cualquier obstáculo, cualquiera que encontrara en el camino. En pocas palabras, me brindaron y me compartie-ron sus «perlas» para que yo me evitara de diez a quince años de sufrimiento.

Corría el año de 2013, me di la opor-tunidad de acudir a un grupo, aquí en el estado de Guanajuato, Gto., tuve la di-cha de vivir una experiencia espiritual, todo fue tan bonito que me permitió ha-cer cosas que nunca imaginé, como pedir perdón a todos o a cuantas personas ha-bía causado daño. He recibido mucho de personas que como yo, han vivido en ese fondo de sufrimiento a causa de nuestra enfermedad por el alcohol, drogas, de-fectos de carácter y aprender a ser mejo-res personas y llevar una vida útil y feliz.

Por dos años todo marchaba bien, dejé de asistir a mi grupo y nuevamente caí una y otra vez en las garras del alcohol. Cada vez fue aumentando mi manera de beber, a veces los plazos que duraba eran de cinco o seis meses de abstinencia; yo creía que ya las podía, no fue así: cada vez que volvía a tomar se agravaba más mi enfermedad. Recuerdo cómo después de ocho días sin tomar, vinieron por prime-ra vez los delirios de persecución, entró en mí el miedo, la desesperación por no poder dormir porque escuchaba voces de que me querían matar o que si me dor-mía ya nunca despertaría, o que me aho-gara con mi propia saliva, etcétera.

También recuerdo madrugadas que me salía de mi casa por el miedo de ima-ginar que me querían matar o de hacerle daño a mi familia, así que le ponía la ca-dena al perro y me salía a andar vagando por la calle a esas horas de la madrugada. Recuerdo que una de esas veces fui a pe-

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Todos podemos hacerlo

dir ayuda a la policía en compañía de mi perrito, de nombre «Sam» y los policías me preguntaban quién quería hacerme daño y dónde se encontraban esas perso-nas, porque ellos no veían a nadie que me anduviera siguiendo y menos a esas horas de la mañana; cuál era la droga que me había metido o en qué problema andaba para poder ayudarme.

Viene a mi mente cuando me decían: «No es nadie, tranquilízate», hacién-dome varias preguntas: ¿dónde vivía? O que si días atrás había tomado; yo respondí que tenía como diez días sin tomar. La conclusión a la que llegaban era que yo había tomado en exceso, que me fuera a mi casa y tratara de descan-sar, y que no fuera a vender o regalar a mi perrito que me cuidaba. Me dijeron también que acudiera a un lugar donde ayudan a las personas por el alcoholis-mo, que eso era mi problema y dejara de pensar esas cosas, que eran imaginacio-nes mías; me retiré en compañía de mi perro hacia mi casa. Yo tenía una pareja, quien esa noche salió de su trabajo y se fue en busca de mi mamá a un rancho que se llama «La Trinidad», a pedirle que viniera a Guanajuato, donde yo me encontraba sufriendo por los delirios de

persecución. Necesitaba de su ayuda por-que ella tenía miedo y sentía una tristeza al verme así porque me quería mucho y no le gustaba verme de esa manera.

Mi mamá, en compañía de mi pareja, vino al barrio para llevarme a que me atendieran en el hospital y revisarme para saber el porqué actuaba así. Mi ma-dre y mi pareja pensaron que había sido porque unos meses atrás había tenido problemas con mi hermano y que me había dado unos martillazos en la ca-beza, quedando inconsciente como una media hora o era causa de una secuela o fractura en mi cabeza. En el hospital me sacaron radiografías. Gracias a Dios no tenía nada, estaba así debido a que tenía inflamado el cerebro a causa del alcohol; con un suero inyectado se me pasaría esa inflamación. Tenían que internarme solo por un tiempo para ver cómo reac-cionaba; yo me rehusé. Lo que quería era irme a mi casa, ahí podía tomar el suero.

Tuve que firmar para que me dieran de alta bajo mi responsabilidad. Me reco-mendaron que ya no tomara en exceso, lo mejor era que dejara de hacerlo por un buen tiempo. Mi mamá se regresó para el rancho y le pidió a mi pareja que me cuidara y me llevara a su casa; su fami-

lia me recibió, me dieron consejos y me brindaron hospitalidad, techo y comida; así pasó como una semana en su casa has-ta que mejoré: el cerebro se me fue desin-flamando hasta que llegué a estar mejor emocionalmente. Ya había pasado ese fondo de sufrimiento a causa del alcohol, gracias a esas personas y sobre todo, a mi Ser superior que para mí es Dios. Recu-peré mi sano juicio, me lamenté no haber seguido asistiendo a mis juntas y creer que ya las podía solo, que podía dejar de beber cuando yo quisiera. Ahora me doy cuenta de que uno solo no puede, que ne-cesitamos más la ayuda de Dios y demás personas que han sufrido estas experien-cias, que debemos poner nuestras vidas a un cuidado de un Poder superior a noso-tros mismos, como cada quien lo conci-ba. Sobre todo, debemos aceptar nuestra enfermedad, cual sea, y pedir ayuda en un grupo de aa, pero sobre todo pedirle a Dios que nos libere de todos nuestros problemas o enfermedades: alcoholismo, drogadicción o defectos de carácter.

En el año 2015 fui recluido y privado de mi libertad, aquí conocí un nuevo grupo de aa donde me han ayudado; pero sobre todo, a aceptar mi alcoholis-mo y poder sobrellevar mi pena impues-ta. Aunque no es nada grato compar-tirlo, pero solo llegando a la aceptación podré evadir cualquier obstáculo que encuentre en mi camino y desprenderme de todo lo que no me deja ser feliz y tam-bién ser feliz con todas las personas que me rodean. Así que he decidido esforzar-me cada día más, hacer todo lo que este grupo de autoayuda me brinda.

Hoy les puedo decir que aunque no tenga mi libertad, este lugar me ha de-vuelto mis valores como ser humano; gracias a Dios y este bendito programa.

Hoy, el grupo «Esperanza y Fe» del distrito iv, y mi Poder superior, me han devuelto mis valores.

Martín C., grupo «Esperanza y Fe», cereso «Puentecillas»,

Guanajuato

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Todos podemos hacerlo

«Con la ayuda de Dios»

Mi nombre es Ricardo y soy alcohóli-co drogadicto, y quiero compartir parte de mis vivencias con ustedes. Cuando escuché del programa del Centro Inte-gral Contra las Adicciones (cica) pensé y dije: «Esta es la oportunidad que esta-ba esperando, ahora sí la voy aprovechar. No he podido dejar de drogarme y ahí voy a empezar a dejar de hacerlo», y un día antes de estar aquí lo hice. En el gru-po de aa de Central Mexicana de aa, que se encuentra al interior, me invitan a depender de un Poder superior.

En el área de psicología me enseñaron acerca de los Doce Pasos de aa: estable-ce que es un programa de recuperación y que se rige de principios. Al ir leyendo y estudiando paso por paso, he compren-dido que tengo una enfermedad mental y física. A partir de ahí, empecé a realizar una introspección a mi vida y a recordar experiencias. De esta manera me ha ser-vido para identificar mis errores y a des-pertar mi conciencia, la cual me corrige.

Comprendí que mi espíritu está enfer-mo por un virus de emociones torcidas y descoyuntadas. Pero la solución se en-centra en las herramientas que los pasos poseen y yo tengo que utilizarlas lo me-jor que pueda en mi persona.

Solo quiero decir que un Poder supe-rior me está ayudando a limpiar mi men-te y luchar contra la adicción y mis jui-cios insanos. Me resulta muy difícil, ya que los defectos de carácter se imponen al buen juicio. Sé que no me voy a curar, pero ahí la llevo.

Quiero adoptar la congruencia en el pensar, sentir y actuar; llevar a la prác-tica la teoría, aunque me cueste mucho trabajo porque existe rebeldía en mí y me dificulta frenar mis malos pensamientos y sentimientos y, por ende, mis acciones equivocadas. Sin embargo, Dios me ayu-da a continuar y levantarme en esos mo-mentos difíciles.

Los compañeros de Alcohólicos Anó-nimos con su programa me han enseña-do. He aprendido que haciendo un aná-

lisis de mi persona, aparte de ser adicto, hay un neurótico. Hoy sé que es una enfermedad mental y espiritual. Aquí me dicen que el ego es la causa de esta enfermedad y hago una compaginación breve con mi historial y encuentro que este defecto ha sido la causa de que mis relaciones con los demás hayan sido in-fructuosas y que siempre he pensado en satisfacer mis deseos personales.

Aquí en el cica lo he visto: en mi for-ma de ser impera el egoísmo, el orgullo y el miedo detrás de estas porque soy vulnerable y sensible; por lo tanto, me he puesto estas caretas para aparentar y hacerme el fuerte, cuando la solución está en respetarme y quererme. Me cues-ta trabajo encontrar el sentimiento de amarme; sé que cuando lo encuentre po-dré relacionarme de mejor manera con-migo mismo y con los demás.

Ricardo, integrante del programa cica

del Centro Penitenciario de Readaptación Social

«Dr. Sergio García Ramírez», área México Norte

«La libertad en Alcohólicos Anónimos»

A los catorce años bebí mis primeros tragos de tequila o alcohol; me gustó, poco a poco fui tomando más. Después fue una borrachera en la calle con los amigos; toda la noche al amanecer; la mañana siguiente y de ahí para el real empecé. Ya después eran borracheras cada ocho días. Empecé a trabajar y me fui alejando de mis padres y de mis her-manos. En el trabajo era irresponsable por andar bebiendo alcohol y poco a poco me fui haciendo una persona ingo-bernable, terco y necio.

De esta manera fui haciéndome un hombre transformado por el alcohol. Después de tomarme unas copas espera-ba ver todo diferente, a mi conveniencia. Había gente que me caía mal y me sentía un monstruo; era muy grosero, empeza-ba a golpearlos, a manotear y alterarme; así me transformó el alcohol.

Ahora estoy aquí en un cereso. A los tres años de haber perdido mi libertad, perdí a mi madre. Aquí en este encierro también perdí a mi mujer hace diez años.

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Todos podemos hacerlo

Mis hijos me visitan muy poco, mi padre y mis hermanos no me visitan, no tengo contacto con ellos ni me han visitado desde hace siete años. Tengo una tía que me quiere mucho y me ha valorado den-tro de este cereso y casi cada ocho días me visita, a ella no le importa el delito que cometí y tampoco me señala.

Entonces compañeros, échenle ganas y sí se puede salir adelante en esto de la palabra de Alcohólicos Anónimos.

Zenón S., grupo «Fe y Voluntad»

«Servir día con día»

Mi nombre es Emilio y soy un alco-hólico. Recuerdo que en un principio, cuando bebía, mi forma de pensar era: «Cuando me sienta mareado, ya estu-vo», pero con el paso del tiempo, comen-cé a beber en bares, en tables dance, me amanecía ahí.

En el año 2007 yo era militar, nunca faltaba a mi trabajo, pero siempre llega-ba ebrio. Cuando tenía que estar en un destacamento o patrullar por varios días, buscaba la forma de embriagarme. En un par de ocasiones, me libré del consejo de guerra por estar tomando en mi servicio. Mi forma de beber se volvía cada vez más obsesiva, en distintas ocasiones prometí no volver a tomar, pero fracasé.

Un día de marzo de 2010, salí «fran-co», es decir de día libre, en vez de ir a casa donde me esperaba una esposa y una niña de dos años, preferí buscar la forma de tomar, recurrí a mis amigos pero ellos no quisieron pues era muy temprano. Entonces fui a la casa de un compañero en donde tomamos hasta la tarde; luego ya ebrio, me fui con algunos compañeros a la botana. En la noche nos fuimos a un bar, es todo lo que recuerdo de ese día. Al día siguiente, desperté en una cama de hospital, estaba atado de pies y manos, con un tubo en mi boca, en eso se me acercó un policía ministe-rial y me preguntó: «¿Sabes lo que hicis-

te? Yo respondí que no, él me lo contó: «Te robaste un carro del bar en donde te encontrabas, en la huida chocaste, que-daste inconsciente, el conductor del otro carro murió. La familia de él está aquí: su esposa, su hija y su sobrina están muy mal heridas».

Con una resaca enorme y también he-rido, me sentí morir. Yo creí que merecía la muerte, esto me llevó a la cárcel donde decidí buscar ayuda de un Poder supe-rior; no solo eso, yo estaba decidido a no volver a tomar pero con los meses fui sen-tenciado, mi esposa me dejó, todo se me vino abajo dentro de la cárcel, comencé de nuevo a tomar desesperadamente y esta vez también a drogarme.

A dos años de reclusión, la droga y el alcohol no ayudaban en nada, solo me endeudaban y me dejaban una gran re-saca. El dolor y el sufrimiento que yo sentía eran huecos cada vez más grandes, entonces me recomendaron Alcohólicos Anónimos. Ansioso de una ayuda, acu-dí por primera vez a un grupo, en donde me recibieron de una forma como si me ignoraran. Recuerdo que el primer día llegué y le pregunté al coordinador que si ahí era Alcohólicos Anónimos; él res-pondió secamente: «Sí, búscate un lu-gar», eso fue todo lo que dijo.

Al comienzo, a veces iba al grupo; otras no, pero con el paso del tiempo me fui identificando con mis compañeros que hablaban en tribuna y aunque una parte de mí estaba renuente diciendo: «A mí estos viejos qué me van a enseñar, yo tengo 23 años, me falta mucho por disfrutar». Pero en realidad aa me ayu-dó a superar la partida de la mamá de mi hija, llenó el vacío y el dolor desapareció. Me aferré, comencé a servir día con día a este maravilloso programa que me re-galó nuevas oportunidades. Hoy, a pesar de seguir preso físicamente, mi espíritu está libre.

Ahora tengo una esposa que conocí aquí, en unos meses voy a ser padre nue-vamente de un varón. Mi sobriedad es solo una abstinencia de 24 horas. El pro-

grama de aa es para quien lo necesita y no para quien lo quiera; todo aquel que lo necesita se encuentra en un grupo y usa las herramientas que nos da este ma-ravilloso programa de aa.

Compañeros y compañeras, agradezco su tolerancia.

Emilio, grupo «Primera Promesa»,

Penal de Atlacholoaya, Morelos

«Una experiencia espiritual»

Vivir esta experiencia en el servicio es tan fortificante, que te hace reflexionar sobre la necesidad del apoyo que se les da a las personas privadas de su libertad en los grupos institucionales. Cada vez que los visitamos nos reciben con alegría, con ese amor desinteresado que el alcohólico siente desde su interior.

El miércoles 27 septiembre, se llevó a cabo el festejo del 42.º aniversario del grupo «Liberación». Después de días de motivar en los comités de Instituciones Correccionales de los distritos del área Sinaloa Tres y en el grupo institucional, se entregaron invitaciones a las autorida-des del penal para que asistieran.

Se motivaron varios compañeros de los diferentes distritos y estuvimos presen-tes para asistir al festejo ¡15 compañeros del exterior!, lo cual nos puso nerviosos porque nos podían restringir la entrada de algunos compañeros. Gracias a Dios entramos todos, junto con un gran pastel de aniversario.

Al llegar al grupo, el recibimiento fue maravilloso, con esa alegría, esos abrazos y ese cariño que nos ponía la piel chinita. El grupo ya estaba lleno de compañeros privados de su libertad (aproximada-mente 45). Se sentía esa buena vibra que sale de lo más profundo del alcohólico. Se sentía la espiritualidad y que Dios es-taba con nosotros en este festejo.

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Todos podemos hacerlo

Inició la fiesta espiritual. En la coordi-nación, el compañero Rubén O., el rsg, dio inicio con la participación de Efraín N., compañero del exterior, con el tema «Esto es aa»; después un profesional, médico, con el tema «La opinión del médico», y posteriormente se dio una ronda de felicitaciones al compañero Mario B., miembro del grupo, por sus dos años de sobriedad en aa. Luego se hizo una reseña de cómo se formó el gru-po «Liberación», por el compañero del exterior Francisco R. Posteriormente, se vivió un espacio de emoción intensa, cuando se entregó la placa testimonial al grupo que ha estado abierto durante 42 años, transmitiendo el mensaje a las personas privadas de su libertad de este penal. Fue un momento difícil de expli-car lo que se vivió en este aniversario, donde la conciencia disfrutó a lo máxi-mo la espiritualidad en un grupo insti-tucional de aa. Enseguida se repartió el pastel que los asistentes degustaron con esa alegría que los alcohólicos regalamos, sin ningún temor, y nos entregamos a ese momento espiritual que solamente se vive en una junta de aa.

Al salir del penal, los 15 compañeros hicimos una semblanza de lo vivido en el aniversario del grupo y coincidimos to-dos que fue una bonita experiencia, don-de se manifestó el Poder superior. Para algunos compañeros, fue la primera vez que vivieron esta experiencia que nunca olvidarán.

Agradezco a Dios, como yo lo concibo, me haya permitido vivir esta experiencia espiritual que estará siempre en mi cora-zón.

¡Los motivo al servicio en institucio-nales correccionales!

Jesús Pilar V., grupo institucional «Liberación»,

Centro Penitenciario «El Castillo» , Mazatlán, Sinaloa

«Descubriéndome a mí mismo y recuperándome»

Llegué a la cárcel el 5 de enero del 2011. Todo el tiempo escuchaba y veía que en el comedor de este lugar se reunía un grupo de personas; como soy una persona muy aislada, yo decía que para mí no había cabida en ese grupo, además desconocía el motivo de su reunión, decían que de Alcohólicos Anónimos. Dentro de mí, yo decía: «Yo no soy alcohólico y qué me pueden enseñar esos borrachos reprimi-dos». Un día decidí adquirir mi carnet de firmas y dije: «Un día, esto me va a servir para algo». Recuerdo que asistí un martes como a las 8.30 de la mañana y las personas que estaban enfrente me dieron la bienvenida y un aplauso, como si fuera un candidato importante.

Posteriormente, vi a un hombre de edad avanzada que decía: «El programa es para todos aquellos que están enfer-mos de alcoholismo, pero también te-nemos otro tipo de enfermedades». Ahí me cayó el veinte: yo estaba enfermo de odio, de rencor, de coraje hasta más no poder, de orgullo, de no tener paciencia, de egoísmo; les puedo decir que mi Po-der superior, que es Dios, y el programa de Alcohólicos Anonimos, me ha ayuda-do para limpiar toda esta enfermedad.

Hoy les puedo decir que amo a mi pró-jimo como a mí mismo y que no descan-saré de pregonar por todo el mundo —o al menos donde yo me encuentre— que encontré el beneficio más grande para cambiar mis juicios y actitudes. Cabe mencionar que no es rico aquel que tiene mucho, sino que es rico aquel que disfru-ta lo que tiene.

Les agradezco la oportunidad de per-tenecer al grupo de Alcohólicos Anoni-mos, pues es sabiduría de personas que vivieron experiencias propias y verídicas, y hoy comparten para la edificación del programa.

Su amigo, el Lobo T., quien fue sacado de un pozo de lodo. Gracias.

José Carlos T., grupo «Primavera»,

Jilotepec, Estado de México

«El programa, para mí, es para siempre»

Mi nombre es Gabriel Antonio S. En el año 2003 ingresé a la cárcel, cuando llegué iba con mucha ira, con ganas de matar a la parte acusadora, pero poco a poco fui asimilando que yo era el culpa-ble de todos mis errores. Fue como un despertar espiritual, poco a poco tuve un encuentro con un Ser superior al cual no conocía, porque yo era una persona al servicio del mal. Me negaba a aceptar que era una persona llena de defectos y emo-ciones encontradas, que yo era mi propio dios, que no necesitaba de un Dios tan grande, poderoso y amoroso.

Yo era un borracho mujeriego, engaña-ba a mi esposa para irme con otra mujer. No llegaba a mi casa y cuando llegaba, era para pelear con mi esposa. Ella poco a poco se fue llenando de ira hasta que me mandó a la cárcel por un delito que no cometí. Pero hoy reconozco que por mis errores estoy privado de mi libertad, he perdido a mi familia, a mi madre, todo por no saber vivir.

Hoy doy gracias a Dios por mi recupe-ración emocional y espiritual. Conozco de Dios; reconozco mis errores y que se-parado de Dios no puedo vivir; tampoco separado de Alcohólicos Anónimos, el programa para mí es para siempre.

Compañeros, gracias por escucharme, gracias a Alcohólicos Anónimos, a los compañeros que nos visitan. Hoy soy una persona sana mentalmente.

Gabriel Antonio S., grupo «Primavera»,

Jilotepec, Estado de México

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Todos podemos hacerlo

«Aprendo de mis compañeros día a día»

Recuerdo la última laguna mental que tuve, para mí fue una vergüenza: estaba en el centro de Jilotepec, yo no veía nada más que mis deseos personales, ahora comprendo que estaba muerto en vida. Llegué a prisión destrozado, sin espe-ranza alguna, creía que no había salida, me arrodillé ante mi Poder superior y de corazón me arrepentí y le hablé con sin-ceridad, en ese momento sentí una paz dentro de mí, la cual yo desconocía.

Comencé a asistir a un grupo de Alco-hólicos Anónimos aquí en prisión, se me hizo la invitación de conocer el progra-ma. Hoy estoy agradecido con Dios por haberme alcanzado.

Dice la Biblia 2.ª Timoteo 3:16 «Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corre-gir, para instruir en justicia». Y ahora que estoy en mi grupo de aa, aprendo de mis compañeros día a día, y el servir me ayuda a no caer en las drogas y el alcohol. Disfruto este día de todas las cosas que Dios me permite ver y sentir.

Les agradezco su atención, gracias y fe-lices 24 horas compañeros.

Hugo V., grupo «Primavera»

«Ten fe y serás verdaderamente feliz»

Mi nombre es Juan Carlos y soy un alcohólico drogadicto, quisiera compar-tirles mi experiencia. En este momento tengo nueve años y seis meses en reclu-sión, de los cuales llevo nueve de haber dejado las drogas y alcohol. Mi alcoholis-mo comenzó en la niñez. Soy de un lugar del estado de México, en este lugar solo hay rancherías, me mandaban a dejarle el pulque a mi abuelo y le tomaba un ja-rro por curiosidad; me empezó a gustar

y después le robaba el pulque al abuelo, después la cerveza, luego tequila. Ya en la adolescencia probé algunas drogas y las combiné con el alcohol, esto me llevó a tomar dinero ajeno y hacer cosas malas; ¡lo que hacemos cuando estamos hundi-dos en este mundo! Las drogas y el vino eran mi vida, me hacían sentir bien; claro, solo era el momentáneo, pasaba el efec-to y me sentía demasiado mal por todo lo que había hecho en mi borrachera.

Un día, conocí a mi esposa, tuve un hijo con ella pero le di la peor vida que puede tener una mujer. Nos dejamos mu-chas veces, pero cuando estaba en mi su-puesto juicio, la buscaba y regresaba con-migo; así estuvimos hasta que caí en pri-sión. Cuando toqué fondo me di cuenta de lo valioso que tengo en mi vida: a mi familia que aún está conmigo, mi esposa, hijos, padres y hermanos. Acepté mi im-potencia y mi enfermedad, me alojé en un Poder superior que me ha mantenido libre. Estoy en prisión pero soy más libre que en la calle porque soy dueño de mis actos y decisiones. Quiero romper con la cadena de alcohólicos en mi familia: mi bisabuelo, mi abuelo y mi padre, quien estuvo muy grave a consecuencia del al-cohol durante cuatro meses. Gracias a Dios se recuperó y lleva diez años sin beber una gota de alcohol. Yo no quiero que mi hijo siga con mi ejemplo. Quie-ro romper esa cadena y que mis hijos no pasen por este sufrimiento; hago todo lo posible por que conozcan otro modo de vida.

Si tú eres una persona como yo, tú pue-des cambiar tu mundo y el de tu familia, que siempre están ahí; ten valor, pídele a tu Poder superior de corazón y te darás cuenta que la libertad es algo muy dife-rente a lo que pensamos y hacemos, ten fe y serás verdaderamente libre.

Juan Carlos C., grupo «Primavera», Penal de Barrientos,

área México Noroeste

«Una segunda oportunidad de vida»

Yo soy un alcohólico, no por tomar mucho, sino por haber tomado algunas veces; pero la cruda mas fuerte que hoy tengo hasta hoy, es moral, nunca se me olvida que lo hice experimentando qué se sentía beber, sin tener ninguna nece-sidad, porque me di cuenta que para te-ner valor, para hacer fiestas, para quedar bien con los amigos, no necesito beber. Lo hice por quedar bien, eso pensé yo, cuando me di cuenta que no solo me hacía daño a mí mismo, sino a la gente que me rodea: a mis padres, hermanos y a mi pareja. Hoy que asisto al grupo de Alcohólicos Anónimos, es un grupo que el día de hoy me da una segunda oportu-nidad de vida, la cual quiero aprovechar. Quiero decir siempre en mi vida: «No al alcohol», quiero vivir y seguir sobrio por siempre. Como dicen en aa: «Un día a la vez, solo por hoy».

Quiero hoy, de corazón, servir a mi fa-milia, a mis amigos y ayudar al alcohóli-co que aún está sufriendo.

Gracias al grupo de Alcohólicos Anó-nimos.

Marcelino S., grupo «Fe y Voluntad»,

área México Noroeste

«Mis frutos comenzaron a mostrarse»

Mi nombre es Marco A., ingresé al cereso de Barrientos en septiembre del año 2004.

Conocí Alcohólicos Anónimos, por primera vez, cuando asistí a una reunión en la que un grupo de personas toma-ban parte en una intensa discusión. Fue ahí donde desprendí una parte de mí y me di cuenta de tantas cosas; dejé que se definiera mi lenguaje del corazón de una manera objetiva. Mis frutos comenzaron a mostrarse y me di cuenta que Alcohóli-

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Todos podemos hacerlo

cos Anónimos sí cambia nuestra manera de ser.

Los invito a tomar decisiones por sí so-los, cobijados en un grupo de aa y bajo el manto protector de nuestro Poder su-perior.

Marco A., grupo «Primavera», área México Noroeste

«A kilómetros de distancia…»

Mi nombre es Eligio H.B., soy origina-rio de Veracruz (norte de Veracruz); en los años noventa terminé la secundaria y como todos los padres de familia, mis padres querían que siguiera estudiando; y yo necio, después de terminar la secun-daria me fui a la Ciudad de México. Se-gún yo, quería conocer la ciudad.

Llegué a rentar a un costado del Re-clusorio Oriente, y un primo hermano me consiguió trabajo en Villa Coapa; era un trabajo fácil, sencillo: lisar molduras y cuadros de madera. Por primera vez conocí la pintura con solventes y aun sin querer las inhalaba y causaba en mí un efecto. Después del trabajo había com-pañeros que lo utilizaban para inhalar, ahí me juntaba con ellos a seguirles la co-rriente hasta quedarnos dormidos y nos olvidábamos de soñar. Yo tenía como 15 años de edad, ese fue el comienzo para conocer los diferentes tipos de drogas. Pero gracias a Dios, ninguna droga me gustó más que la cerveza, el alcohol. Años después caigo en la cárcel, ahí es donde pagué tantas cosas que hice; ni cómo decirle a mis padres que vengan a visitarme, ellos se encuentran a kilóme-tros de distancia.

Eligio H. B., grupo «Fe y voluntad»,

área México Noroeste

«Valorar mi vida diaria»

He estado muy triste últimamente porque no he superado completamente mi obsesión por el alcohol y la droga. Mi trabajo siempre lo tiro porque me gasto lo que me gano en minutos, pero sigo asistiendo al grupo de Alcohólicos Anó-nimos para que un Poder superior entre en mi vida. He cambiado, ya soy otra persona gracias a los alcohólicos.

En este momento me he puesto a pen-sar qué tengo que cambiar para valorar mi vida diaria. Yo sé que es muy duro de cambiar, pero tengo que cambiar mi estilo de vida, por eso asisto al grupo de Alcohólicos Anónimos. Gracias.

Juan Alberto R., grupo «En recuperación

por una vida nueva», cereso varonil Cieneguillas, Zacatecas

área Zacatecas Sur

«Si yo pudiera regresar el tiempo»

Soy un joven guatemalteco de 24 años. Recuerdo que mi madre se quitaba la vida para que yo dejara de beber, me decía que dejara esa vida, «destruyes tu vida». Me emborraché durante muchos años que para mí fueron cientos de años, hasta que caí en la cárcel. Ahí conocí a un joven que me pasó el mensaje, así co-nocí el grupo de Alcohólicos Anónimos. Desde ese entonces, es el programa que me ha fortalecido y me ha ayudado a dejar la bebida. Gracias a un Poder supe-rior hoy estoy bien con mi familia, con mi madre, a pesar de que estoy encerrado siento que hoy soy una persona diferen-te. Gracias a Dios, hoy mi familia espe-ra con ansias mi regreso a mi país. Pero hoy soy diferente: una nueva persona, un nuevo hijo lleno de luz, sabiduría. Hoy sé que valgo mucho para muchas personas que yo creía que no me querían. Gracias a Alcohólicos Anónimos, hoy soy libre

de la cárcel y del alcohol. Es mi pequeña experiencia en México.

Gracias Alcohólicos Anónimos.

Juan José D., grupo «En recuperación

por una vida nueva», cereso varonil Cieneguillas, Zacatecas

área Zacatecas Sur

«Voluntad para seguir…»

Comencé a tomar alcohol a los 19 años; poquito alcohol y luego más alco-hol y llegué a probar droga y hasta men-tir para conseguir dinero y seguir con mis vicios. Después, viendo que las cosas que hacía estaban mal, y gracias a Dios, fui dejando de tomar y de drogarme. La-mentablemente no dejé de tomar, hasta que caí en la cárcel; me acerqué al grupo de Alcohólicos Anónimos y me han ayu-dado mucho gracias a Dios.

Hoy no he probado droga o alcohol, y quiero tener voluntad para seguir así y gracias por estos grupos que son de mu-cha ayuda para toda la gente y familia. Gracias, Dios los bendiga y los cuide.

Juan Manuel P., grupo institucional

«En recuperación hacia una nueva vida»,

cereso varonil Cieneguillas, Zacatecas área Zacatecas Sur

«Ahora soy mejor padre…»

Primero que nada quiero dar gracias a Dios porque al día de hoy cuento con 5 años 6 meses sin probar gota de alcohol ni drogas. Provengo de un matrimonio de padres divorciados; crecí en un barrio bajo de Fresnillo, Zacatecas. Al día de hoy comprendo que no hay alcohólico si no existe la copa de alcohol; según yo, era un alcohólico sociable. A la edad de 20 años empezó todo: trabajaba para un grupo delincuencial, vivía bajo el efecto

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«16.ª Semana Nacional de la Persona Alcohólica Privada de su Libertad (snpapl)»

El 18 de junio se llevó a cabo el acto inaugural de la 16.ª Semana Nacional de la Persona Alcohólica Privada de su Libertad, tuvo lugar en el Centro de Reinserción Social (cereso) estatal núm. 1, Aquiles Serdán, Chihuahua. El área sede fue Chihuahua Centro.

El presídium estuvo conformado por el presbítero Carlos Barrio Reza, director del Seminario de Chihuahua; Mtro.  Alejandro Díaz Becerra, jefe del Departamento de Reinserción Social de Fiscalía General del estado; Lic. Juan Martín González Aguirre, director del cereso; Lic. Paola He-rrera Burciaga, asesora de la Secretaría General del Gobierno del estado; Dra. María Dolores García Eslava, directo-ra general de Instituciones Abiertas, Prevención y Readaptación Social, y el cpc Everardo Domínguez Landa, coordinador del comité de Institucio-nes Correccionales y vicepresidente de la Junta de Servicios Generales de la Central Mexicana de Servicios Ge-nerales de Alcohólicos Anónimos, ac. La conducción de la ceremonia estuvo a cargo del compañero Miguel A.

Las palabras de bienvenida estuvie-ron a cargo del Lic. Juan Martín Gon-zález, director de la institución sede, quien afirmó: «Nuestra prioridad en este centro, es atender de la mejor manera posible a todos aquellos que padecen de la enfermedad del alco-holismo, sacarlas adelante, haciendo nosotros el trabajo apropiado; dando una muy cordial bienvenida a las per-sonalidades y asistentes en general».

El presbítero Carlos Barrio Reza, compartió el tema: «La opinión de la religión sobre aa», quien confirmó que ha visto y ha constatado la efica-cia del programa de Alcohólicos Anó-nimos que da solución a un problema

muy grave. Se enfocó principalmente a los jóvenes (mujeres y hombres) para que se detengan a tiempo, acudiendo a Alcohólicos Anónimos.

El compañero Ángel P., del grupo «Aceptación» del ce reso núm. 1, compartió el tema: «Admisión de que mi vida se había vuelto ingober-nable por mi alcoholismo», quien co-mentó: «Estoy privado de mi libertad a causa de haber cometido una falta en estado de ebriedad. Es una ben-dición estar dentro del grupo: ahora tengo ilusiones, fortaleza y esperanza para realizar en la vida, logrando una vida útil y feliz, aún dentro del penal. Mi gratitud porque en este penal hay grupos de aa, mi gratitud a las auto-ridades, especialmente al Sr. director, a trabajo social, así como a todas las personas que asistieron a este evento».

El cpc Everardo Domínguez Lan-da, dio un mensaje por parte de la Central Mexicana de Servicios Gene-rales de Alcohólicos Anónimos, con el tema: «En aa existe una solución», quien dijo: «Estamos creando un te-rritorio para aquellos que lo perdie-ron, trabajando con nuestros aliados los profesionales, contamos con 600 grupos institucionales en penales a nivel nacional. Es importante recor-dar y darle vida a la frase: “Ellos no pueden salir, pero nosotros sí pode-mos entrar”».

El Mtro. Alejandro Díaz Becerra, habló del tema: «Alcoholismo y sus repercusiones con la justicia». Ex-ternó que el propósito de la fiscalía es ser un referente a nivel nacional en atención al problema del alcoho-lismo y atenuar sus consecuencias.

La Dra. Ma. Dolores García Esla-va, directora general de Instituciones Abiertas, Prevención y Readaptación Social, agradeció la oportunidad de ser parte de esta 16.ª snpapl, en re-presentación del secretario de Go-bierno, Dr. Alfonso Navarrete Prida; del Lic. Renato Sales Heredia, comi-sionado nacional de seguridad y del

del alcohol, vivía sin sentido, hacía co-sas a las que solo bajo el efecto de dicha sustancia, se puede ignorar cualquier tipo de consecuencias en ese mundo vil y bajo; me importaba solo yo, ahora me doy cuenta que de esa misma manera salí de las garras del alcohol: pensando solo en mí. Doy gracias a Dios porque fue aquí en la prisión donde conocí un grupo de Alcohólicos Anónimos, ahí fue donde —con base en las experien-cias de otros compañeros— he aprendi-do a salir adelante, día a día, sin el efecto del alcohol o alguna sustancia. Ahora soy mejor padre, hijo, hermano y com-pañero.

Que Dios siga bendiciendo la vida de aquellas personas que sin ningún lucro hacen posible este tipo de grupos.

Julio Cesar L., grupo «En recuperación

por una nueva vida», cereso varonil Cieneguillas, Zacatecas

área Zacatecas Sur

Todos podemos hacerlo

Dr. Rogelio Miguel Figueroa Velázquez, comisionado del Órgano Administrati-vo Desconcentrado de Prevención y Rea-daptación Social.

La Dra. Eslava compartió el tema: «El beneficio de la reinserción del indivi-duo a la sociedad». Afirmó que no es lo que hicimos, sino lo que vamos a hacer a partir de ahora lo que cuenta. Afir-mó que: «Hay que vincular a la perso-na, evitando el aislamiento y el rechazo. El hombre es más valioso cada vez que se levanta. Que el pasado sea parte de una historia, algo que concluyó; el pre-sente otro y el futuro una nueva situa-ción, una mejor historia en la cual Al-cohólicos Anónimos entra al rescate».

La Lic. Paola Herrera B., hizo men-ción del tema y el lema de la 16.ª snpa-pl y comentó lo siguiente: «Lo fuerte de las palabras nos hace reafirmar la importancia de que el gobierno y las instituciones civiles apoyen a lograr el bien común: física, mental y espi-ritualmente». Declaró formalmente inaugurada la 16.ª snpapl siendo las 12.00 horas, del día 18 de junio de 2018.

El cpc Everardo Domínguez Lan-da, hizo entrega de reconocimientos a profesionales de la institución sede que colaboran con aa, así como a los miembros y expositores del presídium.

El marco final fue una calurosa despe-dida de las personalidades del presídium y la toma de fotografía en grupo: presí-dium, autoridades y compañeros de aa. El evento se concluyó con un convivio donde se ofrecieron bocadillos prepara-dos por los compañeros privados de su libertad, prevaleciendo muestras de ale-gría y gratitud.

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Todos podemos hacerlo

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¿Te gustaría compartir experiencia, fortaleza y esperanza con otros alcohó-

licos? Aquí tienes una oportunidad para ello. Por tu experiencia única como

enfermo de alcoholismo en recuperación, tú puedes ayudar a otros alcohólicos,

que ya están en un grupo institucional correccional, a fortalecer su sobriedad,

o incluso puedes ser conducto para que alguien más, al leerte, decida dejar de

beber.

Todos estamos bajo el cuidado de Dios, como cada quien lo concibe, y Él sabrá

utilizar tu experiencia para alcanzar a otros que también, como tú, quieren

una nueva vida.

Entrega tu experiencia de recuperación del alcoholismo en Alcohólicos Anó-

nimos a tu rsg, para que la haga llegar vía estructura a la Oficina de Servicios

Generales y se incluya en un boletín Desde adentro.

Invitación