tipos de párrafo (corregido)

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1 MÉTODO DEDUCTIVO Consiste en razonar de lo general a lo particular. Es decir, cuando al elaborar un párrafo se parte de una generalización proposición, regla general, principio, sustentada luego en una o más situaciones específicas, se dice que empleamos el procedimiento de razona-miento llamado deductivo. Así, la consideración de dos fenómenos en una sociedad, por ejemplo, origina el siguiente párrafo de este tipo: La estrecha relación entre sexualidad y violencia, herencia común de todas las religiones, se apoya en un conjunto de convergencias bastante impresionante. Con mucha frecuencia la sexualidad tiene que ver con la violencia, tanto en sus manifestaciones inmediatas —rapto, violación, desfloración, sadismo, etc.— como en sus consecuencias más lejanas. Ocasiona diferentes enfermedades, reales o imaginarias; lleva a los sangrientos dolores del parto, siempre susceptibles de provocar la muerte de la madre, del hijo o incluso de ambos a un tiempo. Hasta en el interior de un marco ritual, cuando se respetan todas las prescripciones matrimoniales y las demás interdicciones, la sexualidad va acompañada de violencia; tan pronto como escapa a este marco, en los amores ilegítimos, el adulterio, el incesto, etc., esta violencia y la impureza que resulta de ella se hacen extremas. La sexualidad provoca innumerables querellas, celos rencores y batallas; es una permanente ocasión de desorden, hasta en las comunidades más armoniosas. Girard, R. (2012). La violencia y lo sagrado. Barcelona: Editorial Anagrama, p. 42. MÉTODO INDUCTIVO Una generalización resultado de experiencias, de hechos específicosconduce a darle fuerza a lo que se dice y a inclinar al lector y oyente hacia lo que se afirma; la conclusión abarca más que las premisas. Es un procedimiento para aclarar y persuadir. Por ejemplo, la segunda mitad del siglo XX podría presentarse brevemente de este modo: El asesinato de John F. Kennedy, la coexistencia pacífica de Nikita Kruschev, las encíclicas del Papa Juan XXIII, la conquista de la luna, los nuevos

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Redacción y esquemas de argumento.

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MTODO DEDUCTIVO

Consiste en razonar de lo general a lo particular. Es decir, cuando al elaborar un prrafo se parte de una generalizacin proposicin, regla general, principio, sustentada luego en una o ms situaciones especficas, se dice que empleamos el procedimiento de razona-miento llamado deductivo. As, la consideracin de dos fenmenos en una sociedad, por ejemplo, origina el siguiente prrafo de este tipo:

La estrecha relacin entre sexualidad y violencia, herencia comn de todas las religiones, se apoya en un conjunto de convergencias bastante impresionante. Con mucha frecuencia la sexualidad tiene que ver con la violencia, tanto en sus manifestaciones inmediatas rapto, violacin, desfloracin, sadismo, etc. como en sus consecuencias ms lejanas. Ocasiona diferentes enfermedades, reales o imaginarias; lleva a los sangrientos dolores del parto, siempre susceptibles de provocar la muerte de la madre, del hijo o incluso de ambos a un tiempo. Hasta en el interior de un marco ritual, cuando se respetan todas las prescripciones matrimoniales y las dems interdicciones, la sexualidad va acompaada de violencia; tan pronto como escapa a este marco, en los amores ilegtimos, el adulterio, el incesto, etc., esta violencia y la impureza que resulta de ella se hacen extremas. La sexualidad provoca innumerables querellas, celos rencores y batallas; es una permanente ocasin de desorden, hasta en las comunidades ms armoniosas. Girard, R. (2012). La violencia y lo sagrado. Barcelona: Editorial Anagrama, p. 42.

MTODO INDUCTIVO

Una generalizacin resultado de experiencias, de hechos especficos conduce a darle fuerza a lo que se dice y a inclinar al lector y oyente hacia lo que se afirma; la conclusin abarca ms que las premisas. Es un procedimiento para aclarar y persuadir. Por ejemplo, la segunda mitad del siglo XX podra presentarse brevemente de este modo:El asesinato de John F. Kennedy, la coexistencia pacfica de Nikita Kruschev, las encclicas del Papa Juan XXIII, la conquista de la luna, los nuevos descubrimientos cientficos, y la rebelda de la juventud, representan, simblicamente, los ltimos cincuenta aos vividos recientemente: tensos, turbulentos, llenos de esperanza.

Existen otras tcnicas que tambin se utilizan para organizar y desarrollar los prrafos; obviamente la eleccin de cualquiera de ellas depende en cada caso de la materia tratada y de la estrategia frente al lector.

COMPARACIN Y CONTRASTE

Muchas veces la lgica y la fuerza de un prrafo residen en la enunciacin precisa de similitudes o de diferencias entre dos o ms objetos.

Si bien es cierto que la lepra ha suscitado rituales de exclusin que dieron hasta cierto punto el modelo y como la forma general del gran Encierro, la peste ha suscitado esquemas disciplinarios. Ms que la divisin masiva y binaria entre los unos y los otros, apela a separaciones mltiples, a distribuciones individualizantes, a una organizacin en profundidad de las vigilancias y de los controles, a una intensificacin y a una ramificacin del poder. El leproso est prendido en una prctica del rechazo, del exilio-clausura; se le deja perderse all como en una masa que importa poco diferenciar; los apestados estn prendidos en un reticulado tctico meticuloso en el que las diferenciaciones individuales son los efectos coactivos de un poder que se multiplica, se articula y se subdivide. El gran encierro de una parte; el buen encauzamiento de la conducta de otra. La lepra y su divisin; la peste y su reticulado. La una est marcada; la otra, analizada y repartida. El exilio del leproso y la detencin de la peste no llevan consigo el mismo sueo poltico. El uno es el de una comunidad pura, el otro el de una sociedad disciplinada. Dos maneras de ejercer el poder sobre los hombres, de controlar sus relaciones, de desenlazar sus peligrosas complicidades (). Para hacer funcionar de acuerdo con la teora pura los derechos y las leyes, los juristas se imaginaban en el estado de naturaleza; para ver funcionar las disciplinas perfectas, los gobernantes soaban con el estado de peste. En el fondo de los esquemas disciplinarios la imagen de la peste vale por todas las confusiones y los desrdenes; del mismo modo que la imagen de la lepra, del contacto que cortar, se halla en el fondo de los esquemas de exclusin.

Foucault, M. (2003). Vigilar y Castigar. Nacimiento de la prisin. Madrid: Siglo XXI Editores, pp. 201 y s.ENUMERACIN

Al estudiar un objeto, idea, tema, etc., identificamos generalmente sus componentes, es decir, las diversas partes o aspectos internos de que consta. La exposicin correspondiente deber tener sucesivamente cada una de estas partes para presentar en forma completa y lgica el objeto o tema global. Toda sociedad se funda en la trinidad de sus creencias, instituciones y medios de produccin. Creencias en el sentido de un repertorio de valores metafsicos, religiosos y filosficos. Instituciones, en forma de leyes, tradicionales y organizaciones para dirigir sus relaciones sociales y personales. Medios de produccin, los cuales se presentan bajo el aspecto de una economa social basada en uno y otro tipo de produccin y subsistencia materiales, encaminado a producir el crecimiento, o al menos, a garantizar la supervivencia.

Atcon, Rudolph P. (1963) La Universidad Latinoamericana, Revista Eco, VII 1-3, Nos. 37-39 (Mayo-julio, 1963), p. 6.MTODO ESPACIAL (a)Se utiliza cuando se describen las relaciones espaciales entre las personas o las cosas.

El Panptico de Bentham es la figura arquitectnica de esta composicin [entre normal y anormal, sano y enfermo]. Conocido es su principio: en la periferia, una construccin en forma de anillo; en el centro, una torre, sta, con anchas ventanas que se abren en la cara interior del anillo. La construccin perifrica est dividida en celdas, cada una de las cuales atraviesa toda la anchura de la construccin. Tienen dos ventanas, una que da al interior, correspondiente a las ventanas de la torre, y la otra, que da al exterior, permite que la luz atraviese la celda de una parte a otra. Basta entonces situar un vigilante en la torre central y encerrar en cada celda a un loco, un enfermo, un condenado, un obrero o un escolar. Por el efecto de la contraluz, se pueden percibir desde la torre, recortndose perfectamente sobre la luz, las pequeas siluetas cautivas en las celdas de la periferia. Tantos pequeos teatros como celdas, en los que cada actor est solo, perfectamente individualizado y constantemente visible. El dispositivo panptico dispone unas unidades espaciales que permiten ver sin cesar y reconocer al punto. En suma, se invierte el principio del calabozo; o ms bien de sus tres funciones encerrar, privar de luz y ocultar; no se conserva ms que la primera y se suprimen las otras dos. La plena luz y la mirada de un vigilante captan mejor que la sombra, que en ltimo trmino protega. La visibilidad es una trampa.

MTODO ESPACIAL (b)

La descripcin tambin pude hacerse de un mundo por completo mtico: e.g., el lugar en el que se distribuyen y residen las diferentes divinidades en el universo, de acuerdo con la cultura mesopotmica.

El emplazamiento de los dioses estaba situado, necesariamente, dentro del universo, pues se crea que ste constitua un espacio cerrado, concebido como una inmensa esfera hueca, cuya mitad superior, el Cielo, el mundo de lo alto (al que en sumerio se denominaba an, el mismo nombre que llevaba el dios que lo presida) se encontraba en perfecta simetra con el mundo de lo bajo o, si se quiere, con el anti-Cielo, el infierno, al que tambin se denominaba Tierra (ki en sumerio, idntica designacin a la de una antigua divinidad de rango muy elevado, pero que desapareci en una poca bastante temprana, si bien en ocasiones vuelve a reaparecer). El plano diametral de esta esfera era la tierra ocupada por los hombres, que flotaba sobre una capa invisible de agua dulce, el Aps, y estaba delimitado por las amargas aguas del mar y por las montaas del horizonte. No es cierto, al menos para poca muy antigua, que siempre se haya considerado que cada uno de los sectores del mundo a cargo del dios que se le haba atribuido para explicarlo, dar cuenta de l y regir su funcionamiento, fuesen totalmente independientes entre s; en otras palabras, a An se le dej libertad para que abandonase el Cielo, que le perteneca, durante un tiempo, igual que le suceda a Enk con su Aps o a Utu con su solitario disco...

Bottero, J. y Kramer, S. N. [Eds.] (2004). Cuando los dioses hacan de hombres. Mitologa mesopotmica. Madrid: Ediciones Akal., pp. 82 y s.MTODO CRONOLGICO

Se emplea cuando se describen los hechos y procesos en la sucesin de tiempo en que ocurren o en que son observados.

La violencia ha existido siempre, pero nunca en forma tan generalizada como hoy. La antigedad tiene el smbolo inicial de Can y Abel. Los dioses griegos, esencialmente pasionales, solan reaccionar violentamente cuando se sentan ofendidos. Castigaban a los humanos culpables o declaraban la guerra al dios ofensor. La terrible inquisicin se distingui por su crueldad en un periodo histrico en que hacer la guerra era un honor. En la segunda mitad del siglo XIX, se levanta con mpetu salvaje un filsofo apstol de la violencia, Federico Nietzsche (1844-1900), hombre de vida atormentada por los sufrimientos fsicos, que muri loco. Sus ideas influyeron nefastamente en Hitler.Annimo. (1969). La violencia, combustible de la dcada. Hechos Mundiales. Ao 3, N 26 (21 de octubre), p. 20.

DEFINICIN

En ciertas situaciones es indispensable basar el desarrollo del prrafo en la definicin explcita de un trmino. Esta tcnica de definicin debe utilizarse con preferencia cuando se emplean conceptos que presumiblemente no le son familiares al lector.

La percepcin selectiva es la tendencia de los individuos a interpretar una idea nueva en trminos de sus experiencias pasadas y de sus opiniones actuales. Por ejemplo: un nuevo abono puede ser considerado, por un agricultor progresista, como un medio para obtener mayores cosechas, pero el mismo abono puede ser juzgado como un peligroso explosivo qumico por otro agricultor que tiene diferentes actitudes, valores y conocimientos. Naturalmente, lo importante es que las decisiones son tomadas por el individuo sobre la base de sus percepciones, as sean ellas exactas o errneas.

Evertt M. Rogers (1966). Elementos del cambio social en Amrica Latina. Bogot: Ediciones Tercer Mundo y Facultad de Sociologa de la Universidad Nacional de Col., p. 239.LOS CONCEPTOS

Es sabido que existen mltiples sentidos a la hora de referirnos a las cosas en el lenguaje corriente. Desde una perspectiva cientfica, el concepto es un contenido mental que, en virtud del poder simblico del lenguaje, designa unvocamente (o bajo una sola precisin de sentido) un objeto extralingstico, entendiendo por ste un proceso o algn fenmeno natural (en las Ciencias exactas) o de orden social (en las Ciencias humanas). Una definicin es la indicacin del contenido atribuido al concepto, o sea, la enumeracin descriptiva de dicho contenido mental. La pregunta clave aqu es: qu aspectos entran en tal o cual definicin?PARTES DEL CONCEPTO

En su construccin, los estudiosos distinguen tres partes mediante las cuales se debe operar ya sea para formular ya sea para comprender conceptos.

La primera componente lo constituye el trmino que caracteriza a ese contenido mental, el cual se designa bajo la expresin latina definiendum, que significa: lo que va a ser definido.

La segunda componente es el conjunto de elementos puestos en juego en la propia definicin y se identifica por medio de la voz latina definiens, que quiere decir: lo que define.

La tercera componente est integrada por los elementos mismos de la definicin que requieren haber sido previamente definidos. Esto ltimo remite a la elaboracin de cadenas definicionales, o en su defecto, apunta a su reconstruccin.

La teora ms cercana y probable que podemos formular en este estadio de nuestro saber es la siguiente: Lo inconciente es una fase regular e inevitable en los procesos que fundan nuestra actividad psquica; todo acto psquico comienza como inconciente, y puede permanecer tal o bien avanzar desarrollndose hasta la conciencia, segn que tropiece o no con una resistencia. El distingo entre actividad preconciente e inconciente no es primario, sino que slo se establece despus que ha entrado en juego la defensa. Slo entonces cobra valor tanto terico como prctico el distingo entre unos pensamientos preconcientes que aparecen en la conciencia y pueden regresar a ella en cualquier momento, y unos pensamientos inconcientes que lo tienen prohibido. Una analoga grosera, pero bastante adecuada, de esta relacin que suponemos entre la actividad conciente y la inconciente la brinda el campo de la fotografa ordinaria. El primer estadio de la fotografa es el negativo; toda imagen fotogrfica tiene que pasar por el proceso negativo, y algunos de estos negativos que han podido superar el examen sern admitidos en el proceso positivo que culmina en la imagen.

Freud, S. (1912). Nota sobre el concepto de lo inconciente en psicoanlisis. En: OC, Vol. xii, pp. 275 y ss.DATOS ESTADSTICOS

El uso de las cifras y material estadstico sirve para suministrar una informacin concreta que respalde y explique enunciados y conclusiones generales. Estos datos adquieren ms eficacia cuando son exactos, estn al da y provienen de autoridades en la materia de que se trata.

Teniendo en cuenta el papel de Internet a la hora de extender y coordinar la revuelta, es importante sealar que Tnez tiene una de las tasas ms altas de penetracin de Internet y de la telefona mvil en el mundo rabe. En noviembre de 2010 un 67% de la poblacin urbana tena un telfono mvil, y un 37% estaba conectado a Internet. A principios de 2011 un 20% de los usuarios de Internet estaba en Facebook, un porcentaje dos veces mayor que el de Marruecos, tres veces mayor que el de Egipto, cinco veces el de Argelia o Libia y veinte veces el de Yemen. Adems, la proporcin de usuarios de Internet entre la poblacin urbana y especialmente entre los jvenes era mucho mayor. Como hay una relacin directa entre la edad, la educacin superior y el uso de Internet, los jvenes licenciados en paro que fueron los protagonistas clave de la revolucin eran adems usuarios habituales de Internet, y algunos de ellos, usuarios avanzados que utilizaron el potencial comunicador de Internet para crear y expandir su movimiento. La autonoma comunicativa que ofrece Internet posibilit la difusin viral de videos, mensajes y canciones que indignacin y alentaban la esperanza. Castells, M. (2012). Redes de indignacin y esperanza. Los movimientos sociales en la era de Internet. Madrid: Alianza Editorial., pp. 44 y s.EMPLEO DE PREGUNTAS

En algunas ocasiones el autor puede utilizar las llamadas preguntas retricas, las cuales sirven para comunicarse cierto dramatismo a la exposicin creando una especie de prembulo de suspenso antes de entrar a tratar determinados temas. Estas preguntas se llaman retricas porque no se espera respuesta de ellas. No se cae en la cuenta de lo sorprendente que es el que el hombre se esfuerce precisamente en ahorrarse esfuerzo? Se dir que la tcnica es un esfuerzo menor con que evitamos un esfuerzo mayor y, por lo tanto, una cosa perfectamente clara y razonable. Muy bien: pero eso no es lo enigmtico sino esto otro: A dnde va a parar ese esfuerzo ahorrado que queda vacante? La cosa resalta ms si empleamos otros vocablos y decimos: si con el quehacer tcnico el hombre queda exento de los quehaceres impuestos por la naturaleza, qu es lo que va a hacer, qu quehaceres van a ocupar su vida? Porque, no hacer nada es vaciar la vida, es no vivir; es incompatible con el hombre. La cuestin, lejos de ser fantstica, tiene hoy ya un comienzo de realidad.( ... ) Dentro de poco si no hay retroceso, se entiende, la tcnica permitir que el hombre no tenga que trabajar ms que una o dos horas al da. Pues bien: Qu va a hacer el resto de las veinticuatro horas? De hecho, en no escasa medida esa situacin es ya la de hoy: el obrero trabaja hoy ocho horas en algunos pases y solo cinco das y segn parece este ser el provenir inmediato general: trabajar solo cuatro das semanales; Qu hace ese obrero del resto enorme de su tiempo, del mbito hueco que queda en su vida?

Ortega y Gasset, J. (1963). Meditaciones acerca de la Tcnica. Madrid: Revista de Occidente, p.31.

EJEMPLOS ESPECIFICOS y DETALLES CONCRETOS

Muchas veces una idea general o abstracta no es captada fcilmente por el lector si no va seguida por un caso particular que la ilustre y por lo tanto, la aclare. Por eso es conveniente pasar al plano de lo concreto, de modo que se ilustren los planteamientos generales recurriendo a ejemplos especficos, es decir, haciendo referencia a personas, cosas, lugares, fechas, experiencias; esta referencia ser tanto ms efectiva cuanto ms especficos sean los casos citados. Igual utilidad tiene el empleo de detalles concretos, los cuales le otorgan vida y precisin al tratamiento del tema.

De todos los privilegios y bienes de la vida no habra pedido yo a Dios ni excelencias intelectuales, ni atributos fsicos sobresalientes. Una cosa le habra pedido: una bella dentadura. Unos dientes sanos, brillantes, ligersimamente marfileos, engastados en unas engastados en unas encas firmes y rojas, apenas perceptibles, no hay elemento del cuerpo humano que pueda dar ms fe en la propia actividad, ms dominio de si mismo, ms poder de influencia que los dems, mayor sensacin ntima de alegra, de salud y de fuerza. Ni la frente alta y abultada, ni la nariz aquilina, ni la cabeza patricia, ni los ojos penetrantes, ni esbeltos del cuerpo. El hombre que tiene bellos dientes, y, que desde luego, sabe que posee un talismn tan precioso, mira de frente, habla con arrogancia, re con franqueza, esparce en tomo suyo una onda de afirmacin, de optimismo, de cordialidad. En tanto que quien tiene una dentadura defectuosa tiende, por natural coquetera, a ocultar lacra tan difcilmente ocultable. Mira hacia abajo, habla entre dientes, sonre con la boca apretada, cobra un aire de torbidez, de pusilanimidad, de hipocresa, de cinismo. Y todos estos hbitos el de abocar por ostentacin las cosas de frente o el de enfocarlas por timidez en actitud deprimida, labran en el espritu, se hacen una segunda naturaleza, franca y alegre, o matrera y melanclico. Una bella dentadura embellece una vida rutinaria y obscura. Dicen que el alma se revela en los ojos, y ello puede ser cierto. En cambio la dentadura se revela en el alma, y ello es ms interesante para el dueo del alma.

Lozano y Lozano, J (1956). Obras Selectas. Medelln: Horizontes, p. 573.