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1 www.misereor.org/es Texto Base Campaña de Cuaresma 2016 CONTEXTO "Nuestra casa común - Nuestra responsabilidad" Las dos organizaciones responsables de la Campaña de Cuaresma 2016, CONIC y la Obra Episcopal MISEREOR, coincidieron muy rápidamente en este tema para la realización de una campaña conjunta. El mismo configura el camino común a seguir. Tanto en Brasil como en Alemania, ambas organizaciones disponen de una experiencia de más de 50 años en la preparación de este tiempo litúrgico. El "cuidado de la casa común", como se subtitula la encíclica ecológico-social "Laudato si", del Papa Francisco, incentiva a reflexionar sobre los grandes interrogantes del futuro y a buscar juntos una respuesta, en espíritu ecuménico. Esta es también la contribución que las Naciones Unidas esperan de las religiones. En el año 2015 se incluyeron aportes de las iglesias cristianas en la formulación de los Objetivos para un Desarrollo Sostenible (ODS) y de las metas para mitigar el cambio climático. La Campaña de Cuaresma 2016 constituye una buena oportunidad para sensibilizar sobre esta temática, presentar reclamos a la política, practicar nuevas formas de conducta y a través de donativosapoyar a aquellos, cuyos derechos vitales están en peligro. Mons. Pirmin Spiegel, Director General Director General de MISEREOR "Hoy día, las verdaderas fronteras no son las que existen entre países, sino entre ser o no ser libres, entre ser pobres o ricos, entre tener acceso a servicios básicos o no tenerlo. Es tarea de las Iglesias contribuir a que nadie se considere innecesario e inútil. La campaña de Cuaresma 2016 le otorga un rostro a esta misión. EL PUENTE "Que fluya el derecho como el agua"y la justicia como un arroyo inagotable" (Amós 5,24). Este lema común es el puente que nos une a nuestras contrapartes: el Centro de Derechos Humanos Gaspar García (CGG) en San Pablo, que junto con la población urbana lucha por el derecho a la vivienda y a la ciudad; la Pastoral de la Tierra (CPT), en el Obispado de Itaituba (Cuenca del Amazonas), que apoya a los pueblos indígenas y habitantes de las riberas en su lucha contra una represa, y el Consejo Nacional de Iglesias cristianas del Brasil (CONIC), que centra la campaña ecuménica de este año („Campanha da

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Texto Base

Campaña de Cuaresma 2016

CONTEXTO

"Nuestra casa común - Nuestra responsabilidad" Las dos organizaciones responsables de la Campaña de Cuaresma 2016, CONIC y la Obra Episcopal MISEREOR, coincidieron muy rápidamente en este tema para la realización de una campaña conjunta. El mismo configura el camino común a seguir. Tanto en Brasil como en Alemania, ambas organizaciones disponen de una experiencia de más de 50 años en la preparación de este tiempo litúrgico. El "cuidado de la casa común", como se subtitula la encíclica ecológico-social "Laudato si", del Papa Francisco, incentiva a reflexionar sobre los grandes interrogantes del futuro y a buscar juntos una respuesta, en espíritu ecuménico. Esta es también la contribución que las Naciones Unidas esperan de las religiones. En el año 2015 se incluyeron aportes de las iglesias cristianas en la formulación de los Objetivos para un Desarrollo Sostenible (ODS) y de las metas para mitigar el cambio climático. La Campaña de Cuaresma 2016 constituye una buena oportunidad para sensibilizar sobre esta temática, presentar reclamos a la política, practicar nuevas formas de conducta y ‒a través de donativos‒ apoyar a aquellos, cuyos derechos vitales están en peligro. Mons. Pirmin Spiegel, Director General Director General de MISEREOR "Hoy día, las verdaderas fronteras no son las que existen entre países, sino entre ser o no ser libres, entre ser pobres o ricos, entre tener acceso a servicios básicos o no tenerlo. Es tarea de las Iglesias contribuir a que nadie se considere innecesario e inútil. La campaña de Cuaresma 2016 le otorga un rostro a esta misión.

EL PUENTE

"Que fluya el derecho como el agua… "…y la justicia como un arroyo inagotable" (Amós 5,24). Este lema común es el puente que nos une a nuestras contrapartes: el Centro de Derechos Humanos Gaspar García (CGG) en San Pablo, que junto con la población urbana lucha por el derecho a la vivienda y a la ciudad; la Pastoral de la Tierra (CPT), en el Obispado de Itaituba (Cuenca del Amazonas), que apoya a los pueblos indígenas y habitantes de las riberas en su lucha contra una represa, y el Consejo Nacional de Iglesias cristianas del Brasil (CONIC), que centra la campaña ecuménica de este año („Campanha da

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Fraternidade Ecumênica“) en el "Derecho al agua y al saneamiento básico". En todos los casos el foco está puesto en los derechos (humanos) y en la justicia. La cooperación con un país emergente, como Brasil, debe apuntar a capacitar a la gente para reclamar y hacer valer sus derechos. "El CONIC debe fortalecer el carácter ecuménico del servicio y de la justicia. Esta campaña ecuménica internacional puede contribuir a tal fin". Mons. Flavio Irala Presidente de CONIC, Brasil

LA FUERZA IMPULSORA

"La misericordia es el corazón palpitante del Evangelio" Esta bella expresión extraída de Misericordia Vultus, escrito con el cual el Papa Francisco invita al "Año de la misericordia", le pone nombre al motor que impulsa nuestro compromiso por la casa común. A la justicia se le suma la misericordia, de forma tal que ambas "no son dos momentos contrastantes entre sí, sino dos dimensiones de una única realidad" (MV20). Dios no es indiferente a la injusticia y al sufrimiento de la gente. "La misericordia en la Sagrada Escritura es la palabra clave para indicar el actuar de Dios hacia nosotros"(MV9). Su actitud básicamente misericordiosa debe volverse nuestra actitud: "Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo"(Lc, 36). "Que la Cuaresma de este Año Jubilar sea vivida con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios" Papa Francisco (MV 17)

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VER - JUZGAR - ACTUAR - CELEBRAR -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Derechos amenazados y violados Mientras que en los últimos años el consumo privado ha aumentado considerablemente para estamentos más amplios de la población brasileña, la realización de sus derechos ciudadanos ha quedado rezagada. “Nos han transformado en consumidores, no en ciudadanos” dice Romi Bencke, la Secretaria General del CONIC (Consejo Nacional de Iglesias Cristianas de Brasil). Se refiere en especial a los derechos económicos, sociales y culturales, que fueron aprobados por las Naciones Unidas en el Pacto Internacional de 1966 y que entraron en vigencia en el derecho internacional público en 1976. Brasil y Alemania ratificaron este Pacto y están obligados a cumplirlo. En esta parte del documento base se describen las amenazas y violaciones a los derechos humanos en Brasil, recurriendo a ejemplos tomados del trabajo de las contrapartes de MISEREOR. El derecho a la vivienda en San Pablo y el Centro para los Derechos Humanos Gaspar García “El Centro Gaspar García (CGG) es un centro que defiende los derechos de personas sin derechos”, explica René Ivo Gonçalves, uno de los directores y cofundadores del mismo. Atiende a personas que duermen sobre cajas de cartón frente a los portones de hierro forjado de los bancos privados, en cuyos techos aterrizan los multimillonarios en helicópteros. En la megalópolis, los extremos son especialmente notorios. El monumento conmemorativo a la pobreza en el corazón del centro financiero sudamericano es causa de disgusto para muchas personas poderosas. Ya durante la época de la dictadura, los pobres fueron expulsados hacia los asentamientos marginales de la periferia. Hoy en día, los altos precios del alquiler y la compra de inmuebles hacen inasequibles las viviendas ubicadas en las cercanías del centro. La ciudad creció de 700 km2 y cinco millones de habitantes en el año 1965 a once millones y 1.500 km2 en la actualidad, y a lo ancho ya no puede extenderse más. Con una densidad demográfica promedio de 7.300 habitantes por km2, se trata de la aglomeración urbana más grande y más densamente poblada de Sudamérica (en comparación, Múnich cuenta con 4.531 habitantes por km2). La expansión de la ciudad se llevó a cabo en su mayor parte sin una planificación urbana y la infraestructura pública tampoco pudo seguir el paso del crecimiento. Especialmente en la periferia, los alojamientos y la infraestructura son precarios, mientras los costos del transporte y el grado de violencia son altos. A pesar del crecimiento económico, la cifra de personas sin hogar se duplicó en el correr de los últimos diez años y alcanzó un número aproximado de 15.000. Otros dos millones de personas viven en chozas precarias, generalmente instaladas en las riberas de los ríos y las pendientes de las

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laderas, u ocupan ilegalmente edificios altos en estado ruinoso (denominados cortiços).1 Tras la caída de la dictadura militar en el año 1988, cristianos y cristianas con espíritu de compromiso fundaron el Centro para los Derechos Humanos Gaspar García, honrando así el nombre del sacerdote asesinado durante la guerra civil en Nicaragua. El primer grupo destinatario estuvo constituido por los más pobres del país: personas sin hogar, mendigos y recolectores de basura. Luego se agregaron los ocupantes ilegales de viviendas, indígenas, vendedores ambulantes y habitantes de los barrios pobres. La labor social se inició con un centro de contacto en la parte céntrica de la ciudad, donde se brindaba la posibilidad de tomar una ducha y recibir una comida caliente. ************************************************************************************************** Brasil Capital: Brasilia Sistema de gobierno: República Federal Ciudades: San Pablo, Río de Janeiro, Belo Horizonte, Manaos, Salvador, Recife, Fortaleza Superficie: 8.516 millones de km² Habitantes: 204,5 millones a mediados de 2015 Población: Los brasileños se refieren a sí mismos como blancos (49,9%), mestizos (43,2%), negros (6,2%) e indígenas (0,7%) Idiomas: Portugués en su variante brasileña como idioma oficial del país (97% de la población), casi 190 idiomas sobre todo indígenas (por ejemplo, guaraní, munduruku, yanomami). Religión: 64,4% de cristianos católicos, 22,2% cristianos evangélicos, entre ellos un creciente porcentaje de miembros de la Iglesia Pentecostal, 2% adeptos del espiritismo, 0,3% adeptos de la religión afrobrasileña, 1.400.000 testigos de Jehová, 225.000 mormones, 245.000 budistas, 107.000 judíos, 35.000 musulmanes, 7% sin religión. Moneda: Real 1€ = 3,49 BRL; 100 BRL = 28,7 € Coeficiente de GINI: 52,6 (Alemania: 28,3 en 2012) (cuánto más bajo, más equilibrada la distribución de los ingresos). Índice de Desarrollo Humano: 0,744, puesto 79 (Alemania: 0,911, puesto 6 en 2014) Producto Interno Bruto: Con un PIB de 2.423 mil millones de USD, Brasil ocupa el séptimo lugar entre las economías mundiales. Per cápita: aproximadamente 11.500 USD (Alemania: 3.636 mil millones de USD (2013), el cuarto lugar entre las economías mundiales, per cápita: 44.999 USD). Índice de alfabetización: 2003: 88,4% Expectativa de vida: Hombres: 71 años, mujeres: 79 años Estructura de edad: 0-14: 24,08%, 15-64, 39%, más de 65: 7,53% (Alemania: 13,3%, 66,04%, 20,83%) Relaciones económicas brasileño-alemanas: Los principales productos de exportación de Brasil a Alemania son mineral de hierro, soya y café, aeronaves civiles, cobre y petróleo crudo. Las importaciones más

1 Viviendas colectivas, con servicios comunes, en algunos lugares denominados conventillos.

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importantes desde Alemania son los automóviles, partes y accesorios de automóviles, productos químicos y farmacéuticos, así como maquinaria. 1400 empresas alemanas mantienen actividades en Brasil. Actividades de Misereor: En 2014, MISEREOR fomentaba en Brasil 281 proyectos en curso durante un período de aproximadamente 3 años. El área de influencia de los proyectos se encuentra mayoritariamente en el ámbito rural. Fuentes: Informe de datos de 2014 de la Fundación Población Mundial, Wikipedia; Ministerio Federal de Relaciones Exteriores; Informe del Desarrollo Humano 2014; CIA Worldfactbook; datos nacionales

************************************************************************************************* Allí, los “moradores de rua” (pobladores de la calle), como se les llama en Brasil, podían también recibir su correspondencia. Así surgió lentamente un sentimiento de hogar y una relación de confianza con los trabajadores sociales. “Desde el principio no sólo fue importante ofrecer un servicio social, sino que las personas tomaran conciencia de sus derechos”, explica el Secretario General René Ivo Gonҫalves, uno de los miembros fundadores. Una de las ideas fundamentales del centro —basándose en la pedagogía de Paulo Freire— es que la pobreza siempre tiene una dimensión política. Por consiguiente, se solicitó a los afectados que crearan grupos y se organizaran con el fin de dar más peso a sus demandas. “El individuo es débil, pero el grupo es fuerte”, comenta Gonҫalves. El centro para los derechos humanos aplica esta filosofía también en sus relaciones públicas. Docenas de organizaciones de base en San Pablo forman una densa red de apoyo mutuo, que realiza acciones de cabildeo político tanto a nivel del gobierno municipal como a nivel estadual y nacional. La marginación y las violaciones a los derechos humanos tienen muchas facetas. Abarcan desde la violenta represión policial contra los vendedores callejeros, la violencia en el seno de la familia y el racismo, hasta desalojos y la falta de infraestructura estatal, como conexiones de agua potable y saneamiento, una vivienda digna, el servicio de recolección de basura o la conexión a la red de transporte público. El centro apoya a los afectados para que se atiendan sus reclamos y ofrece asesoría jurídica. El abanico comprende la asistencia psicosocial, la ayuda para obtener una pensión, la participación en los programas sociales y de construcción de viviendas, e incluso el apoyo para la búsqueda de empleo o la comercialización de artesanías. En cooperación con otros centros de derechos humanos, se publicó un folleto con instrucciones sobre cómo defenderse ante policías violentos. ʺEste folleto circula en todo Brasil e inclusive el gobierno nos solicitó más tarde los derechos de licencia”, recuerda Gonҫalves. ʺDebemos poner en marcha una doble estrategia. Llevamos a cabo un asesoramiento jurídico individual y ésa es una cara de la moneda, pero sin la otra cara, la auto-organización del pueblo que permita imponer los intereses por la vía política, no existe una solución. El derecho y el poder deben considerarse como una unidad”. Damasio, futuro abogado Socio del CGG

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Hoy en día existen folletos similares para mujeres, vendedores callejeros o la población indígena. El centro selecciona conflictos representativos, presenta una demanda y logra por esa vía sentar precedentes jurídicos, por ejemplo para procedimientos socialmente responsables de las autoridades en el caso de desalojos o reubicaciones. Decenas de miles se benefician con este tipo de leyes y sentencias que establecen un principio. Durante los últimos seis años se brindó respaldo jurídico a casi 14.000 casos y más de 5.000 familias de ocupantes ilegales obtuvieron asesoramiento legal; fue posible conseguir el pago de pensiones para 100 personas sin hogar y 20 familias lograron obtener una vivienda en una zona céntrica. Otros 3.000 afectados fueron incluidos en programas sociales de vivienda. Los colaboradores y colaboradoras del CGG viven lo que llaman la ʺperiferia en el centro”, es decir, las condiciones de los barrios marginales en el centro de la ciudad, y luchan junto con los pobladores de las favelas y los cortiços, con recolectores de basura, personas sin hogar y otros muchos por su derecho a una vivienda, su derecho al agua y también ‒en última instancia‒ por su derecho a la ciudad. Es una lucha desigual, en la que no faltan los reveses y las derrotas. Por tal motivo, Benedito (Dito) Barbosa, el “abogado de los pobres” según sus propias palabras, considera importante ʺmantener encendida la llama de la esperanza” y ‒como añade Luiz Kohara, el segundo director del centro‒ “no dejar que se apague su mecha aún encendida”. Y lo dice en un tono profético, que se propaga a través de la labor del CGG. Luiz Kohara Director del CGG, contraparte de MISEREOR ʺNo debemos evadir las contradicciones de la sociedad. Más bien, es precisamente en ellas que debemos sondear las posibilidades para encontrar las huellas de la esperanza.” ¿Y NOSOTROS? Las viviendas a precios asequibles son escasas también en las aglomeraciones urbanas alemanas. Por el contrario, las viviendas de lujo son fáciles de vender. El derecho a la permanencia en la ciudad está en peligro: el derecho a la vivienda, a lugares de fácil acceso, a zonas sin publicidad: ¿cuál es nuestra actitud? El derecho a la autodeterminación económica, social y cultural: una represa en el Tapajós y el trabajo de la pastoral rural CPT en Itaituba, Pará Nos encontramos a muchos miles de kilómetros al norte del país, pero es como otro mundo. A primera vista, San Pablo y el río Tapajós no se asemejan en nada. Pero también aquí se vive la lucha por los derechos humanos fundamentales: los derechos de las personas que viven desde hace generaciones a la orilla de este río, a quienes

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aquí llaman “ribeirinhos”, y del pueblo indígena munduruku, cuyo hábitat y cuya cultura tradicionales se encuentran en peligro. ʺAquí ya hemos experimentado varios auges: primero el del caucho, luego el del oro, después el de las maderas finas y hoy lo son las represas”, resume el Padre João Carlos Portes (véase la fotografía de portada), de la pastoral rural CPT (Comissão Pastoral da Terra). En pocas palabras, ésta es la historia de la Amazonia. Es una historia de la explotación de los recursos, que se inició en el siglo XIX. En aquél entonces, igual que hoy en día, era posible ganar rápidamente mucho dinero. Y precisamente aquí, en el Tapajós, en la década de los 80 se dio un verdadero boom del oro. Anteriormente, muchos se hicieron ricos con el caucho y luego con las maderas finas. Sin embargo, estos nuevos ricos no desean vivir aquí en la región del Amazonas, calurosa y húmeda. Invierten sus ganancias de preferencia en inmuebles en San Pablo y cuentas bancarias en paraísos financieros. Y atrás quedan los ʺribeirinhos”, los habitantes de la ribera del río, sencillas familias de campesinos, pescadores y trabajadores ocasionales, que se adaptan a la frondosa naturaleza y la faltante infraestructura. Su vida transcurre a un ritmo totalmente diferente al de San Pablo o Berlín. La vida diaria consiste en actividades como la pesca y el trabajo en el campo, la búsqueda de oro, la captura de peces ornamentales o la recolección de palmitos en el bosque. Siempre hay tiempo para una conversación o una zambullida refrescante en el río, el cual sirve a la mayoría como sala de baño y lavadero de ropa y de vajilla. Todas las noches se juega un partido de fútbol en la pradera frente a la iglesia, y los niños trepan a los árboles en su tiempo libre, juegan en el río, tallan trompos de madera o juegan a las escondidas entre las casas. Son ya la cuarta generación en Pimental. Y ahora se cierne sobre ellos la amenaza de la represa. No sólo sobre ellos, sino también sobre el pueblo de los munduruku, que habita desde hace generaciones en esta área y no podrá quedarse cuando la represa planeada inunde sus tierras. ʺEl 80% de las familias asentadas aquí no poseen títulos de propiedad y casi no tienen educación. Esto los transforma en presa fácil para los especuladores de tierras”, nos dice el Padre João Carlos, párroco de la comunidad de Trinta y fundador de la CPT local. Junto con un equipo de solamente tres personas, el párroco atiende la zona de la Prelatura de Itaituba, de 177.000 km² (= la mitad de la superficie de la República Federal de Alemania) y alrededor de 250.000 habitantes. A ésta pertenece Pimental, con sus 850 habitantes, los cuales deberán ser reubicados para dar lugar a la represa. El proyecto São Luiz do Tapajós será sacado a licitación próximamente. Una vez listo, el muro de contención de la represa tendrá una altura de 53 metros y una longitud de 7.608 metros. El embalse se extenderá a lo largo de 123 kilómetros y cubrirá con agua 729 km² de superficie. Esta enorme planta generará 8.040 MW de energía eléctrica. Forma parte de un megaproyecto para el desarrollo de la selva tropical en el marco del programa gubernamental PAC (Programa de Aceleração do Crescimento o Programa de Aceleración del Crecimiento), dirigido a dar mayor impulso al crecimiento económico en Brasil. También forman parte de los planes otras represas y docenas de puertos, y se prevé construir esclusas para poder contar con una vía fluvial navegable todo el año desde el estado federado de Mato Grosso, a 1500 km de distancia, hasta

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Santarém y luego hasta la desembocadura del Amazonas en el Atlántico. Con ello se busca fomentar principalmente la exportación de soya. Un consorcio, en el que participan también empresas europeas como la compañía francesa de electricidad EDF y Endesa de España, ha finalizado ya los primeros estudios y se encuentra listo para dar inicio a las obras. Se trata de miles de millones y del rol de Brasil como futura potencia mundial. En consecuencia, un par de ʺribeirinhos” o algunas aldeas de los munduruku no tienen ningún peso en el cálculo, como tampoco los inevitables daños al medio ambiente. Las actuales controversias tratan del futuro de las personas que habitan aquí. Una gran parte de la población se ha decidido a emprender la resistencia: los munduruku luchan por obtener el título de propiedad sobre su territorio, con lo cual ‒de acuerdo a la Constitución brasileña‒ podrían impedir la edificación de la represa. Muchos habitantes de Pimentel han iniciado procesos contra la represa por la vía judicial, con el apoyo de la CPT. A través de esta lucha han logrado que se convoque a una nueva consulta pública. A esto se suman las protestas en las grandes ciudades de la región, Itaituba y Santarém, para atraer la atención de la opinión pública sobre esta situación. ʺMientras hay vida, hay esperanza.” Osileia, habitante de Pimental Sin embargo, a todas estas controversias subyace el tema más importante: el modelo de desarrollo para la Amazonía. ¿Se trata de buscar la explotación de los recursos naturales para así integrarse al mercado mundial, producir energía para los centros industriales y transportar velozmente los productos agrícolas como la soya a los puertos del mundo entero? ¿O se trata de promover un desarrollo orientado a las necesidades y la cultura de los habitantes de la región? La lucha es desigual, como la de David contra Goliat. No todos la apoyan. En la comunidad de la Iglesia Pentecostal local pueden escucharse comentarios como: ʺSi Dios quiere la represa, la represa se construirá”. Algunos apuestan por las promesas de indemnizaciones y reubicación en nuevas urbanizaciones. Como visitante alemán, es tentador buscar demasiado rápido una solución pragmática y socialmente compatible. CPT, la contraparte de MISEREOR, está decidida a defender la dignidad de estas personas y su derecho a la resistencia, a la vez que busca fortalecer su esperanza. ¿Y NOSOTROS? ¿Cómo nos beneficiamos con las materias primas provenientes de la región del Amazonas y con importaciones agrícolas baratas que nos llegan de allí? ¿Cuáles son nuestras ideas sobre un modelo de desarrollo para Alemania, para Brasil, para el mundo? ʺMi sueño es que el gobierno declare: ʹeste tierra les perteneceʹ, luego defina los límites y podamos vivir aquí.” Cacique Valter Dace y Cacique Juarez, etnia munduruku

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La tala de los bosques tropicales del Amazonas y la sequía en San Pablo Cada día se evaporan 20.000 millones de toneladas de agua (200.000 millones de hectolitros) sobre la selva amazónica. La masa de agua evaporada se traslada hacia el oeste, donde es bloqueada por los Andes, y en los meses de verano continúa hacia el sureste, hacia San Pablo y Río de Janeiro, donde cae como lluvia. Sin embargo, la capacidad de evaporación disminuye extraordinariamente en los pastizales y espacios deforestados, cada vez más extensos en la cuenca del Amazonas. El resultado es una extrema sequía, que afectó gravemente a los habitantes de San Pablo y Río de Janeiro en 2015. La tala de bosques para la agroindustria, los enormes embalses para la producción de energía, la explotación de minerales y la tala de maderas finas para la exportación perjudicaron no sólo a los habitantes de la Amazonia, sino también a los habitantes de las regiones industrializadas de Brasil, a miles de kilómetros hacia el sureste del país. Existen muchos motivos para suponer que las intervenciones en el ecosistema de la Amazonía traen también consecuencias para el resto del mundo. El derecho al agua y al saneamiento básico – la “Campaña de Fraternidad Ecuménica” del Consejo Nacional de Iglesias Cristianas en Brasil (CONIC - Conselho Nacional das Igrejas Cristãs) Brasil es uno de los países más ricos en recursos hídricos del mundo. Posee más del 10% de las reservas de agua dulce a nivel mundial. Y en realidad no debería tener problemas con el agua. El uso diario promedio por habitante es de 166,3 litros. Las Naciones Unidas consideran necesaria una cantidad de aproximadamente 120 litros diarios. Las experiencias con la escasez de agua sólo eran conocidas hasta ahora en la sabana seca del noreste brasileño, por lo que fueron una amarga sorpresa para San Pablo y Río de Janeiro. Hace ya 15 años que los científicos habían advertido sobre esta posibilidad. Pero nadie creyó que esto realmente sucediera. En el año 2013, el 85% de los hogares en Brasil estaba conectado al suministro de agua potable. En principio es un hecho que las diferencias regionales en Brasil son grandes. La selva amazónica en el norte, el noreste seco, el oeste agroindustrial, el sureste y el sur industrializados. Estas regiones son en parte significativamente distintas, en cuanto al tema del suministro de agua. Y las diferencias para el tratamiento de las aguas residuales son aún mayores, constituyendo uno de los más graves problemas de infraestructura en Brasil. Tomando como referencia su Producto Interno Bruto, Brasil es la séptima potencia económica mundial. Pero respecto de la eliminación de aguas residuales, se sitúa en el puesto 112 en una lista de 200 países del mundo. Durante la década de los 90, y por causa de su alto endeudamiento, Brasil debió someterse a programas de ahorro sumamente severos que le fueron impuestos por las entidades financieras internacionales. Estos programas de restricción del gasto fiscal impidieron también las inversiones públicas en saneamiento básico. Las consecuencias estructurales son visibles hasta el día de hoy. El 37% del agua se pierde en el subsuelo a causa de tuberías defectuosas. Algunas estadísticas mencionan hasta un 60% de pérdidas de agua potable, lo cual colocaría a Brasil en el grupo de los países más derrochadores de agua del mundo. Sólo alrededor de la mitad de las viviendas de la población brasileña está conectada al alcantarillado, y únicamente el 39% de las aguas residuales es sometido a depuración. Esto se

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observa sobre todo en las grandes ciudades, y no sólo se puede ver sino también oler, especialmente en los meses calurosos del verano. Un triste ejemplo es el del río Tieté en San Pablo. Hasta 2033 el gobierno brasileño ha concertado un volumen de inversión de ni más ni menos que 302.000 millones de reales (aproximadamente 88.000 millones de euros). Ésta es realmente una tarea hercúlea, y no es sencillo llevarla a cabo en el sistema político clientelista brasileño. En los sitios donde el Estado ha empezado nuevamente a invertir después de largo tiempo, crece la presión de empresas nacionales e internacionales que desean comprar y privatizar estos servicios comunales. Un ejemplo de ello es el suministro de agua en San Pablo. La entidad responsable de este servicio es SABESP (empresa brasileña proveedora de agua con sede en San Pablo), la mitad de la cual es propiedad del Estado. El resto se comercializa como acciones en las bolsas de San Pablo y Nueva York. “El deseo de los accionistas de obtener ganancias a corto plazo ha incentivado un manejo irresponsable del agua”, critica Edson da Silva del Frente Nacional para el Saneamiento Ambiental. “Incluso en el año crítico 2014, cuando el agua ya estaba siendo racionada, SABESP pagó dividendos a los accionistas por una suma de 75 millones de euros.” La baja del consumo fue compensada con aumentos en los precios. “Los accionistas no pierden nunca”, dice da Silva. El Estado, que en su mayor parte había dejado la política del agua en manos de las fuerzas del mercado, reaccionó demasiado tarde. A pesar de que en 2010 el reservorio de agua de Cantareira, que suministra agua para esta metrópolis de millones de habitantes, ya había alcanzado el límite de su capacidad calculado al momento de su construcción hace 30 años, no se llevó a cabo ninguna acción para compensar el déficit. Por el contrario: la corrupción, la tala descontrolada y la sobreexplotación de los pastizales secaron los manantiales en los alrededores de Cantareira. Los políticos y los administradores de SABESP hicieron oídos sordos ante las advertencias de los científicos y de las personas comprometidas con la protección del medio ambiente. Por consiguiente, las organizaciones de base consideran que la actual política de agua potable y saneamiento no es sostenible y es completamente inaceptable. Abogan por el derecho al agua y al saneamiento básico, una vez más declarados expresamente como derecho humano por las Naciones Unidas en 2010. El CONIC también insiste en la aplicación de la legislación brasileña, que –al menos en el papel‒- garantiza el suministro de agua y la eliminación de aguas residuales para todos. El Foro Internacional del Agua, que tendrá lugar en 2018, prevé crear un contrapeso contra esta tendencia a la privatización del suministro de agua. Y nuevamente el lema será: “El agua es un derecho humano y no una mercadería.” ¿Y NOSOTROS? El tema del agua es diferente en Alemania: aquí no se trata tanto de la cantidad del consumo diario. Pero continúan siendo críticos la contaminación de las aguas superficiales y de la napa freática, así como también los continuos intentos de privatización de las centrales comunales de suministro de agua. A esto debe sumarse la así llamada “agua virtual”, que se encuentra en los productos del consumo diario, puesto que también se utiliza agua en su producción y su eliminación.

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Se trata de los derechos de los seres humanos, de derechos humanos, especialmente de aquellos que se han plasmado en los derechos económicos, sociales y culturales. Es necesario recordarlos siempre, defenderlos, luchar por ellos constantemente y asegurarlos para el futuro; todo ello dentro de una perspectiva global, justa y sostenible, la del bien común mundial. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

VER - JUZGAR - ACTUAR - CELEBRAR -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

"Que fluya el derecho como agua y la justicia como un arroyo inagotable" (Amós 5,24) Con estas palabras podrían reaccionar todos los que fueron descritos en el capítulo anterior: los pobladores de cortiços, en San Pablo, el pueblo indígena Munduruku, los habitantes de la ribera del Tapajós, los brasileños y brasileñas que, por falta de saneamiento básico, se ven privados de sus derechos humanos fundamentales. Las palabras provienen de Amós, profeta del siglo VIII antes de Cristo, durante el reinado de Jerobeam II (782-753 AC), un tiempo de gran desarrollo económico para el rey, la nobleza y los terratenientes. En aquel entonces en Israel y Judea los comerciantes negociaban con poderes extranjeros y la religión oficial, centrada en el culto a Yahweh en los templos de Bethel y Jerusalén, apoyaba esta política. Pero como toda política de expansión, caracterizada por la concentración de la riqueza, ella llevó a desigualdades sociales y a la degradación del medio ambiente natural. El gobierno central expropió las casas de las familias campesinas y a través de impuestos y contribuciones les quitó la base de subsistencia. Amós señala claramente los abusos de su tiempo: "Ay de los que convertís en ajenjo el juicio, y la justicia la echáis por tierra" (Am 5,7)…."Puesto que vejáis al pobre y recibís de él carga de trigo, edificasteis casas de piedra labrada, mas no las habitaréis, plantasteis hermosas viñas, mas no beberéis el vino de ellas. Porque yo sé de vuestras muchas rebeliones, y de vuestros grandes pecados; sé que afligís al justo, y recibís cohecho, y en los tribunales hacéis perder su causa a los pobres". (Am 5,11-12) Amós no quiere todo esto, en nombre de Yahweh: "sino que fluya el derecho como agua, y la justicia como arroyo inagotable" (Am 5,24). El Dios de Israel se apasiona por la justicia y espera que su pueblo la haga valer en la vida y en las reglas y leyes de la vida. Esto requiere ejercicio, para lo cual la práctica del ayuno y el tiempo de cuaresma se adecuan especialmente. Así lo expresa el Profeta Isaías:

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“¿Creen que el ayuno que me agrada consiste en afligirse, en agachar la cabeza como un junco y en acostarse con ásperas ropas sobre la ceniza? ¿Eso es lo que ustedes llaman “ayuno”, y “día agradable al Señor”? Pues no lo es. El ayuno que a mí me agrada consiste en esto: en que rompas las cadenas de la injusticia y desates los nudos que aprietan el yugo; en que dejes libres a los oprimidos y acabes, en fin, con toda tiranía; en que compartas tu pan con el hambriento y recibas en tu casa al pobre sin techo; en que vistas al que no tiene ropa y no dejes de socorrer a tus semejantes. Entonces brotará tu luz como el amanecer y tus heridas sanarán muy pronto. Tu rectitud irá delante de ti y mi gloria te seguirá” (Is 58, 5-8). Mejor no puede describirse el propósito socio-político y teológico de la Campaña de Cuaresma de MISEREOR. Garantizar a todos los derechos humanos fundamentales y asegurar el bienestar del planeta son partes esenciales de esa justicia, que los profetas anuncian como voluntad de Dios. En Oseas podemos leer: "Escuchad la palabra de Yahweh, hijos de Israel, que tiene pleito Yahweh con los habitantes de esta tierra: pues no hay ya fidelidad ni amor, ni conocimiento de Dios en esta tierra, sino perjurio y mentira, asesinato y robo, adulterio y violencia, sangre que sucede a sangre. Por eso, la tierra está en duelo, y se marchita cuanto en ella habita, con las bestias del campo y las aves del cielo; y hasta los peces del mar desaparecen" (Oseas 4,1-3). La justicia caracteriza de forma decisiva la relación de las personas entre sí y con su medio ambiente. Su ausencia tiene consecuencias fatales. La justicia tiene prioridad Jesús retoma la prioridad absoluta de la justicia y la confirma. En el sermón de la montaña según Mateo llama bienaventurados a los que "tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados" (Mt 5,6). Y al final de la prédica, sopesando entre las preocupaciones falsas o verdaderas, puntualiza: "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas". (Mt 6,33). El sermón de la montaña ‒una especie de catecismo de la iglesia primitiva‒ que ofrece principios, orientaciones y reglas para nuestra praxis del seguimiento de Jesús, fija por tanto estándares claros, por los cuales hasta el día de hoy las comunidades cristianas se tienen que medir. El horizonte y el sentido del obrar cristiano son el Reino de Dios y su justicia y no el individuo en sí, o la propia Iglesia. Si esta perspectiva está presente, todo lo demás se nos dará por añadidura. Justicia en el sentido bíblico es sobre todo un "concepto relacional" (Card. Peter Turkson), que apunta a nuestra relación con Dios, con nuestro prójimo y nuestro medio ambiente y también con nosotros mismos. Justo es en última instancia aquel que cuida estas relaciones y no descuida o excluye nada ni nadie. Por lo tanto la justicia apunta en primer lugar a la comunidad y a cómo la construimos. Es por eso que la palabra hebrea para justicia, “sedaqa”, se traduce como "fidelidad a la comunidad". En su acepción genérica, la justicia se define como conformidad con el orden del mundo, con el cosmos y con el sentido inherente a descubrir en el mundo. La justicia garantiza el bien común global, para usar una frase muy repetida en el debate actual.

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La justicia en el Antiguo Testamento En el Antiguo Testamento la justicia aparece principalmente como justicia social, que determina y regula ‒o que debe determinar y regular‒ la vida del pueblo de Israel. En este sentido, Gert Theissen designa este aspecto como "justicia utópica para el pueblo". En sentido literal la palabra utopía significa: 'ningún lugar', o mejor aún, ‘todavía ningún lugar’ para una sociedad realmente justa. A través de los 10 mandamientos el pueblo de Dios recibe reglas de conducta para su convivencia social, que deben llevar consigo en su camino a la tierra que Dios les prometió al establecer la Alianza con el pueblo de Israel. Ya durante el camino estas reglas se violan muchas veces. Tampoco la vida en la nueva tierra está libre de contradicciones e infracciones. El rey, que tiene una responsabilidad substancial por el respeto de la justicia, la quebranta tanto como el pueblo. Por eso siempre vuelven a aparecer nuevos profetas que recuerdan al pueblo y al rey la justicia superior de Dios, en la cual se fundamenta la Alianza. Muchos acaban por sufrir el "destino de los profetas": la expulsión y la amenaza. Como Amós, que debido a su actitud crítica fue expulsado del país. La justicia del antiguo Israel es pues en primera lugar la base de la "buena vida para todos". Si se la vive ella "engrandece la nación" (Pr 14,34). Se vuelve una calidad de vida que caracteriza y ennoblece nuestras relaciones con Dios, con nuestro prójimo, con la creación y con nosotros mismos. La base de esta "buena vida para todos en la justicia" es la Creación, a través de la cual todos recibimos los dones necesarios para vivir. De esto resulta el derecho, en principio igual para todos, a los bienes de la tierra. Pero por sobre todo nadie puede ser excluido. Esto conduce al segundo aspecto de la justicia social en los escritos del Antiguo Testamento. En el trato con los más débiles de la sociedad (por lo general se menciona a los pobres, las viudas, huérfanos y extranjeros) se revela si la justicia realmente se vive. La aspiración utópica de justicia para todos se transforma en opción por los pobres, por los excluidos y los otros. Ellos deben ocupar el primer lugar cuando se trata de distribuir los bienes. Su papel y su posición en la sociedad revelan si existe justicia y en qué medida. La justicia equiparadora y parcial que se les confiere no excluye una justicia universal sino que la hace justamente posible. La justicia en el Nuevo Testamento En los escritos del Nuevo Testamento la justicia aparece más bien en su significado personal para el individuo. En el Evangelio de San Mateo se habla de "la justicia superior de la acción" (Theissen). En especial el sermón de la montaña apela a un obrar justo y ensalza a "los que tienen hambre y sed de justicia" (Mt 5,6). La justicia es tan importante para la vida, que su falta nos puede hacer morir de hambre y de sed. Por eso los actos justos, con los que las personas en particular o pequeños grupos contribuyen a la sociedad, son vitales para el todo. De tal forma, la justicia social como exigencia y utopía y la justicia personal como actitud y obrar activo se acercan mutuamente. Esto se manifiesta en especial en la "regla de oro" que constituye la quintaesencia del sermón de la montaña y de toda la tradición judeo-cristiana: "Por

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tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos: porque esta es la Ley y los Profetas" (Mt 7, 12). Por cierto esta regla es válida más allá de la Biblia y constituye una buena base para el diálogo con todos los que no se apoyan en la tradición judeo-cristiana. Para los evangelistas Lucas y Mateo representa incluso la justicia "mayor", porque de ella surge la tendencia a hacer el bien por sí mismo. La regla encierra en sí una sobreabundancia de bondad, porque nace de la actitud de misericordia (ver Lc 6,36) y procura imitar la perfección del Padre Celestial. Este obrar justo es posible gracias a la "justicia regalada del Ser" (Theissen), tal como Pablo la entiende. "Habiendo, pues, recibido de la fe nuestra justificación, estamos en paz con Dios, por nuestro Señor Jesucristo"(Rm 5,1). A través de Cristo se restituye nuestra relación con Dios y se vuelve posible una relación justa con nuestro prójimo, con la Creación y con nosotros mismos. Estamos bajo la gracia, tenemos libertad para actuar. La justicia no es, por tanto, una exigencia para nuestra acción sino el fundamento de nuestra vida y de nuestras relaciones. Sólo en este sentido y en este orden de prioridad, la gracia que se nos regala, la "justicia del ser" se transforma en una obligación para con la "justicia del obrar". Y ésta a su vez contribuye a la justicia social, que regula las relaciones de una sociedad. La contribución bíblica distintiva y decisiva: la "Opción por los pobres" y la "Opción por la Creación" De las dimensiones bíblicas mencionadas es importante destacar una en especial: la justicia como "opción por los pobres". Ella es, en cierto modo, el indicador para percibir la justicia en la sociedad y en el obrar personal. ¿Cómo se trata a los pobres y a los “otros”, o ‒retomando las palabras de la Biblia‒ a las viudas, huérfanos y extranjeros en el propio país? Los más vulnerables, aquellos cuyos lazos sociales están destruidos, tienen derecho a recibir nuestra mayor atención. Se trata de una justicia compensatoria, que apunta a la inclusión. Nadie está perdido, nadie puede ser excluido. Todos están invitados. En el Antiguo Testamento, repetidamente se le recuerda al pueblo de Israel, que también él fue extranjero en Egipto. "Él hace justicia al huérfano y a la viuda, y ama al forastero, a quien da pan y vestido. Amad al forastero, porque forasteros fuisteis vosotros en el país de Egipto" (Dt 10, 18-19). A la convicción teológica de que los bienes de la Creación son dones que pertenecen a todos, se une el recuerdo de la Alianza que Dios pactó con su pueblo, justamente cuando éste vivía oprimido en el extranjero. Esta alianza compromete a Dios y a los hombres a una conducta fundamentalmente justa y válida para toda la sociedad, que precisamente por eso debe comenzar por los más débiles. En el sermón de la montaña se retoma y confirma esta primacía de la justicia, que comienza "sobre todo con los pobres y toda clase de afligidos" (Concilio Vaticano II Gaudium et Spes 1). A partir de este punto el "Reino de Dios y su justicia" (Mt 6,33) y la "Vida en abundancia" (Jn 10,10) pueden valer para todos. Desde la perspectiva bíblica y ante el trasfondo de los desafíos globales actuales, es necesario aplicar esta lógica, centrada en el ser humano, también a la creación. También la tierra sufre. La tierra es "el gran pobre" (Leonardo Boff). "Esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella"(LS 2), escribe Francisco en su Encíclica

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Laudato Si. No puede haber justicia para el hombre y para la sociedad si no hay justicia para con la creación, de quien el hombre forma parte. Esta es una de las afirmaciones centrales del Papa. La "Opción por los pobres, excluidos y otros" y la "Opción por la preservación de la Creación" están intrínsecamente ligadas. Al respecto, "el agua potable y limpia representa una cuestión de primera importancia, porque es indispensable para la vida humana y para sustentar los ecosistemas terrestres y acuáticos". (LS 28). Como bien común a libre disposición es sin embargo barato. Se utiliza en grandes cantidades en procesos agrícolas y económicos, sin determinarse adecuadamente su precio. Siguiendo el principio: "Lo que nada cuesta, nada vale" se la derrocha en numerosos lugares y se priva de su acceso a millones de personas. Al mismo tiempo, muchas regiones del mundo sufren de una extrema escasez de agua. El Papa Francisco lamenta asimismo "la tendencia (...) a privatizar este recurso escaso, convertido en mercancía que se regula por las leyes del mercado. En realidad, el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos. El mundo tiene una grave deuda social con los pobres que no tienen acceso al agua potable, porque eso es negarles el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable." (LS 30) La opción por los pobres y la opción por la tierra, el gran pobre, son las dos caras de una misma medalla. Sólo juntas logran que la casa común se vuelva valiosa para todos y juntas configuran la responsabilidad que tenemos que asumir. En las palabras del profeta el derecho y el agua confluyen. El derecho ‒que debe fluir como agua‒ representa el derecho al agua y a un saneamiento básico, tal como lo fijó la UNO en el año 2010. En el espíritu y en el marco de la opción preferencial por los pobres y por el "gran pobre", la tierra, este "derecho humano se transforma en una obligación cristiana" (Hans-Joachim Sander), en la obligación de los cristianos y de sus Iglesias de lograr la validez universal de los derechos humanos y exigir su respeto. "La tierra no nos necesita, le sería mejor que nos despidiéramos de ella. Pero la necesitamos. Por tanto debemos tratarla de forma perdurable"2 Sebastião Salgado, famoso fotógrafo brasileño "Misericordioso como el Padre" Junto al lema de la campaña de Cuaresma "Que el derecho fluya como el agua", en cooperación con la Conferencia Episcopal Alemana, MISEREOR propone además el

2 Traducción propia.

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lema del Año Santo de la Misericordia, convocado por el Papa Francisco: "Misericordioso como el Padre". De hecho está claro, que justicia y misericordia se corresponden mutuamente, forman un conjunto y no pueden emplearse una contra la otra. Según las palabras de Tomás de Aquino: "Justicia sin misericordia es crueldad. Y misericordia sin justicia genera disolución". El Papa Francisco especifica claramente: "No son dos momentos contrastantes entre sí, sino dos dimensiones de una única realidad" (Misericordiae Vultus, MV 20) Si la justicia es la aspiración de una sociedad guiada por el espíritu de Jesucristo y un criterio para seguirlo, la misericordia es entonces el motor de esta acción. Es el "corazón palpitante del Evangelio" (MV 12). Escuchemos una vez más las palabras de Amós. Tras una nueva y severa acusación contra las injusticias de su tiempo pregunta por el sentimiento de la "compasión". "¿No se estremecerá por ello la tierra, y hará duelo todo el que en ella habita, subirá toda entera como el Nilo, se encrespará y bajará como el Nilo de Egipto?" (Am 8.8). A la "globalización de la indiferencia" tan deplorada por el Papa Francisco, se contrapone la globalización de la compasión, del compartir el sufrimiento. La injusticia para con los pobres de este pequeño país, Israel, debe conmover al poderoso Egipto, la tierra entera debe estremecerse. Pues no es verdad que no tiene importancia cómo le va al otro. A Dios no le es igual y tampoco a los creyentes debería serles igual. Justamente esta experiencia de injusticia inicia la historia del pueblo de Israel con su Dios Yahweh: "Dijo Yahweh: bien vista tengo la aflicción de mi pueblo en Egipto, y he escuchado su clamor en presencia de sus opresores; pues ya conozco sus sufrimientos. He bajado para librarle de la mano de los egipcios y para subirle de esta tierra a una tierra buena y espaciosa; a una tierra que mana leche y miel" (Ex 3, 7 f). Dios comparte el sufrimiento. Y en ese sentido es misericordioso. “Es propio de Dios usar misericordia y especialmente en esto se manifiesta su omnipotencia” (Tomás de Aquino). Así pues, la misericordia de Dios no es una idea abstracta sino una realidad concreta. Se trata realmente de un amor "visceral". Otro salmo muestra aún más claramente los signos concretos de la Misericordia:"...hace justicia a los oprimidos, da el pan a los hambrientos. El Señor libera a los cautivos, abre los ojos de los ciegos y levanta al caído, el Señor protege a los extranjeros y sustenta al huérfano y a la viuda; el Señor ama a los justos y entorpece el camino de los malvados" (Sal 146, 7-9). En su libro "El principio de la misericordia" Jon Sobrino escribe: "Esta primigenia misericordia de Dios es la que aparece historizada en la práctica y en el mensaje de Jesús. El misereor super turbam no es sólo una actitud ‘regional’ de Jesús, sino lo que configura su vida y su misión y le acarrea su destino. Y es también lo que configura su visión de Dios y del ser humano”. Al respecto relata la parábola del buen samaritano, que interioriza en sus entrañas el sufrimiento ajeno y a quien lo único que lo mueve es la misericordia. En tal sentido, “desde la perspectiva de Jesús la misericordia es la que define en directo al ser humano y es también la realidad con la que en los evangelios se define a Jesús”, quien actúa porque siente compasión de la gente. Y con esa misericordia se describe también a Dios, en otra de las parábolas fundamentales, la parábola del hijo pródigo y del padre misericordioso. “Si con la misericordia se describe al ser humano, a Cristo y a Dios, estamos, sin duda, ante algo realmente fundamental. Es el amor, podrá decirse con toda la tradición cristiana, como si fuese lo ya sabido; pero hay que

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añadir que es una específica forma del amor: el amor práctico que surge ante el sufrimiento ajeno injustamente infligido para erradicarlo, por ninguna otra razón más que la existencia misma de ese sufrimiento y sin poder ofrecer ninguna excusa para no hacerlo”. Misericordia es pues algo más radical, es “una actitud fundamental ante el sufrimiento ajeno. Jesús cura en sábado, no por ser un ‘liberal’ sino por ser misericordioso”. (Mc 3.4f)" (Jon Sobrino, el principio Misericordia: Bajar de la cruz a los pueblos crucificados, 1992 Editora Sal Terrae, Santander S. 34f ) "Nada en Él es falto de compasión” (MV 8), dice el Papa Francisco. Jesús se acerca a los leprosos y se deja tocar por la mujer que padecía derrames de sangre. Y en su programático sermón de la montaña dice: "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” (Mt 5,7). Y en el versículo anterior: "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados" (Mt 5,6). Aquí vemos de nuevo que Justicia y Misericordia van de la mano. De esta postura fundamental nacen las obras de la misericordia. El principio de la misericordia evita el paternalismo, que es un simple sentimiento de compasión sin consecuencias, que sólo conduce a medidas de emergencia, sin una lucha contra las raíces estructurales de la injusticia y el sufrimiento. Desde esta perspectiva, en última instancia el sufrimiento ajeno no existe. Como congéneres y semejantes compartimos el sufrimiento de los otros. Y puesto que esta postura de fe de ninguna manera se puede considerar como sobreentendida, necesitamos también de tiempos especiales para ejercitarla. El tiempo de Cuaresma es un tiempo tal, donde diariamente se requiere lo que Mercedes Sosa expresa en su canción: ”Sólo le pido a Dios, que el dolor no me sea indiferente“. La misericordia se convierte así en la actitud fundamental de los cristianos y naturalmente también de sus Iglesias. "La Iglesia siente la urgencia de anunciar la misericordia de Dios. Su vida es auténtica y creíble cuando con convicción hace de la misericordia su anuncio" (MV 25). Y nuevamente con las palabras de Jon Sobrino: "La misericordia no es lo único que ejercita Jesús, pero sí es lo que está en su origen y lo que configura toda su vida, su misión y su destino. Así pues, el «principio-misericordia» da forma a todas las dimensiones del ser humano: la del conocimiento, la de la esperanza, la de la celebración y, por supuesto, la de la praxis. Para Jesús la misericordia está al comienzo de lo humano y de lo divino (ver Mt. 25). Allí se decide la vida". Por último, pero no menos importante: la misericordia es una alabanza. Es una Buena Nueva. Nos alienta a acercarnos a la fe, al amor y a la esperanza y con ello también a la justicia.

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VER - JUZGAR - ACTUAR - CELEBRAR -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

"Buscad primero su Reino y su justicia". (Mt 6,33) Según la afirmación de Jesús en el Sermón de la Montaña, la preocupación por la justicia ocupa el primer lugar en el obrar cristiano. Tiene prioridad en todo lo que hacemos, a nivel personal, político y eclesial. El que cree actúa (hace) y el que hace se vuelve creyente. Desde el cautiverio en Berlín-Tegel en 1944 Dietrich Bonhoeffer escribe: "... Nuestro ser cristiano no puede tener hoy sino dos aspectos: la plegaria y la acción por los seres humanos según la justicia". Todo el pensar, hablar y organizar los asuntos del cristianismo debe nacer de nuevo, a partir de esta oración y de esta práctica. (Dietrich Bonhoeffer, Widerstand und Ergebung - Resistencia y sumisión, 12). La reflexión de Bonhoeffer continúa siendo válida hasta el día de hoy. La oración vuelve consciente la relación con Dios y la cuida. Justamente la oración de los salmos mantiene vivas las grandes preguntas y nutre la sed de justicia. De esta oración resulta el "actuar según la justicia", con la mirada en el prójimo cercano, en el prójimo distante y en los futuros prójimos, con un “amor sostenible”, como lo llaman nuestras contrapartes brasileñas. 1. Derecho y justicia en la acción de nuestras contrapartes En el centro de la Ciudad de San Pablo este "actuar con justicia entre los hombres" adquiere una forma concreta. El Centro de derechos humanos Gaspar García asesora a personas particulares que no tienen vivienda o sólo una muy precaria, ayuda a formar grupos solidarios de afectados, acompaña las controversias relacionadas a la vivienda, al agua y la infraestructura y está siempre a disposición en los repetidos altibajos de los largos procesos judiciales. El derecho es entendido como derecho y no como un favor. Se incentiva a las personas, cuyos derechos son violados, a asumir los mismos y transformarse en protagonistas activos. Con la cabeza erguida toman su vida y la de sus familias en sus propias manos. "Queremos capacitar a las personas amenazadas por la represa para que tomen en sus manos la lucha por la supervivencia en esta región. Ellos son los protagonistas, deben comprometerse por sus derechos y su territorio." Padre João Carlos, CPT Itaituba En un contexto completamente distinto, a orillas del RíoTapajós, en la Amazonia, se observa la misma tendencia. La Comisión de la Pastoral de la Tierra (CPT), no quiere distribuir tierras, semillas y máquinas sino apoyar a la gente en su lucha por la tierra. Desde hace cuarenta años la CPT se orienta en la idea directriz de que la tierra le pertenece a quienes la trabajan. Está convencida de que las familias campesinas, las comunidades tradicionales, los habitantes de las riberas y los pueblos indígenas tienen derecho a sus propias tierras y a su autodeterminación económica, social y cultural. Es por eso que acompaña a los pobladores del Tapajós, que viven allí desde hace mucho tiempo y que ven amenazado su derecho a permanecer en estas tierras.

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Sobre todo se procura capacitar a las personas para que defiendan lo que les corresponde. Con frecuencia necesitan apoyo logístico para participar en asesorías y asambleas públicas, así como asesoría jurídica o apoyo en procesos judiciales. También se procura despertar interés en la opinión pública respecto al trabajo y las metas de los afectados. Pero por sobre todo se trata siempre de infundir ánimo. Esto y mucho más ofrece la CPT en Itaituba: su solidaridad no depende del éxito o fracaso en esta disputa. "La lucha contra la represa no terminará con su construcción. Posteriormente se seguirá con la lucha por los derechos humanos. Esto constituirá una nueva etapa. No desapareceremos simplemente porque la represa llegue. Por el contrario, en este momento estamos aquí, seguiremos estando mientras la represa se construya y estaremos aún aquí, después de que se construya y sea la hora de reparar los daños hechos a la población". (P. João Carlos, CPT Itaituba) Para apoyar a la gente en Tapajós CONIC y MISEREOR prevén realizar una campaña de recolección de firmas. Para más informaciones y la posibilidad de participar consulte: www.misereor.de/kein-staudamm-am-tapajos También el Consejo Nacional de Iglesias Cristianas de Brasil (CONIC) entiende su compromiso en el ámbito de abastecimiento de agua y saneamiento básico como el ejercicio de un derecho, proveniente al fin de cuentas de los derechos humanos y que está arraigado en la legislación brasileña. El texto base de la campaña de Cuaresma brasileña, la Campaña de fraternidad ecuménica, ofrece diferentes opciones, para que tanto individuos como comunidades puedan participar en el proceso. Estas van desde "reconocer la realidad en el propio barrio o pueblo", "cambiar el comportamiento personal respecto al agua, la basura y las aguas residuales" hasta "incentivar la creación de comités locales", todas propuestas que requieren políticas públicas de infraestructura sostenibles y válidas a largo plazo. A esto se añaden guías para diferentes celebraciones litúrgicas, canciones, oraciones, trabajos bíblicos y catequesis, así como una colecta de dinero que a través del Fondo de solidaridad eclesial se distribuye a iniciativas dedicadas a problemas de suministro de agua. La donación de dinero se entiende sobre todo como un gesto concreto de solidaridad, que da sentido al lema "Que el derecho fluya como el agua (Am 5,24). La justicia requiere acción. La verdad de la fe es práctica y se muestra en cada paso que contribuya a lograr una "vida en abundancia para todos". Un millón de cisternas – Suministro de agua y justicia. Un ejemplo positivo Según el documento base de la Campaña de Cuaresma 2016 en Brasil: “El tema del suministro de agua en el campo o en las aglomeraciones urbanas es diferente. En las zonas rurales es habitual acarrear el agua desde un manantial o sacarla directamente de un pozo. Según el lugar, también existe un camión cisterna que recorre los poblados y suministra agua. Debido a que los residuos sólidos o líquidos reciben un tratamiento inadecuado o se vierten finalmente en lugares indebidos, en muchas

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comunidades rurales solamente se dispone de agua contaminada. La ganadería extensiva, las minas, las plantas industriales, las fábricas de caña de azúcar, las represas, las empresas madereras y el manejo no sostenible del suelo contaminan los manantiales, los aguaderos y los pozos.” Un ejemplo positivo es la construcción de cisternas, las cuales recogen agua de lluvia en el noreste desértico de Brasil. No se encuentran conectadas a una red de agua corriente, sino que recogen la copiosa agua de lluvia que cae de los techos. Se trata de una tecnología adaptada al entorno, que ha solucionado el problema del acceso al agua para miles de familias. MISEREOR apoya desde hace muchos años a la organización no gubernamental IRPAA (“Instituto Regional de la Pequeña Agropecuaria Apropiada”), que fomenta la construcción de cisternas en el nordeste de Brasil. Además de un acceso directo al agua, las cisternas cumplen otra función igualmente importante. A través de camiones cisterna, las élites del noreste suministran agua a la población pobre, con lo cual agravan su dependencia. Las cisternas, en cambio, independizan a las personas con respecto a este sistema de distribución, y por tanto las liberan frente a los poderosos de la localidad. Por este medio, el acceso al agua se convierte en la base para una autodeterminación económica, social y cultural. Allí donde corre el agua, también el derecho puede fluir como un torrente. 2. Derecho y justicia en nuestra propia acción Un gesto concreto de solidaridad en el tiempo de Cuaresma. El texto base de CFE dice: "Tenemos una propuesta emocionante: cuidar de la casa común que Dios nos dio y hacer de ella un lugar saludable, en el cual la fraternidad y la justicia corran como ríos de agua viva. ¡Que Dios nos ayude a vivir con alegría y responsabilidad esa hermosa misión! Como señal de compromiso, proponemos que durante la campaña de Cuaresma nos esforcemos por evitar el consumo y el derroche de alimentos. Que hagamos un día de ayuno y donemos a los más pobres lo que no consumimos ese día y lo que ahorramos durante toda la Cuaresma." En Brasil, el dinero recolectado se destina al Fondo de solidaridad eclesial, en Alemania a MISEREOR. En los ejemplos de proyectos se ha visto que los donativos que MISEREOR recibe no van simplemente a personas pobres, sino a personas pobres que se han movilizado para asumir sus vidas y reclamar o defender sus derechos. Una donación de dinero es por lo tanto mucho más que una "limosna" generosa, la entregamos a partir de una actitud de misericordia, de solidaridad y de fraternidad. Está en juego el futuro de la tierra El trabajo de las contrapartes de MISEREOR en Brasil nos enseña que allí la gente no necesita en primera línea de donaciones materiales, como es habitual en situaciones de emergencia y catástrofes. Brasil es considerado un país rico, por lo cual la pobreza de buena parte de su población es un grave escándalo. Según el CIA Worldfactbook del 2009, ella afecta a un porcentaje del 21,4%. La pobreza surge de una distribución extremadamente desigual e injusta de los bienes, de las tierras y de las riquezas. Por

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eso la ayuda que podemos prestar con nuestros donativos pretende hacer valer la justicia y apoyar una sociedad de la que nadie sea excluido y en la que los bienes se repartan de forma justa. Para eso hay que considerar las otras dimensiones de la justicia: la justicia de género, la justicia generacional y la justicia climática. Procurar la prometida "vida en abundancia para todos" (Jn 10,10) no es de ninguna manera exagerado. Y considerando todos los aspectos en conjunto rápidamente se ve muy claro, que lo que está en cuestión es nuestro actual estilo de vida, un estilo que agota nuestro planeta, un estilo que necesita reorientarse. Así lo afirma también el Papa Francisco en Laudato Si: "simplemente se trata de redefinir el progreso" (LS 194). Justamente con miras a esta tarea debemos redefinir nuestra vida y nuestra cooperación con Brasil. Es necesario pasar progresivamente del clásico trabajo de cooperación al desarrollo a un trabajo conjunto por la casa común, bajo una responsabilidad también conjunta pero diferenciada. Esto vale tanto para el trabajo de cooperación gubernamental como para el trabajo de las iglesias. Un país solo, una Iglesia sola, no puede enfrentarse a los grandes desafíos del futuro. La campaña conjunta de las Iglesias de Brasil y Alemania pretende que tomemos conciencia de nuestra responsabilidad común por la Tierra y por la construcción de un solo mundo y que la asumamos a través de pequeños pasos. Donar significa: - ponerse al lado de los pobres - apoyar a las personas para que puedan ayudarse a sí mismas - invertir en derecho y justicia - participar en la "Colecta de la solidaridad" - dar ejemplo de generosidad y fraternidad - cambiar el rumbo de nuestro camino de vida www.fastenaktion.de Mirémonos en el espejo brasileño Como si fueran las dos caras de una misma moneda, la búsqueda de justicia en el Brasil nos lleva a cuestionarnos sobre el derecho y la justicia también en Alemania y en Europa. ¿Podemos decir que existe justicia en nuestro país? ¿Es verdad que Alemania ‒con su política externa, su política económica, su estrategia de exportación y su comportamiento de inversión en muchos países del mundo‒ juega siempre un papel que conduce a mayor justicia? Una mirada sobre Brasil nos permite reconocer situaciones problemáticas, que tampoco nos son desconocidas aquí. La especulación inmobiliaria en San Pablo y el desplazamiento de la población pobre nos recuerda directamente el vertiginoso aumento de los alquileres en muchas de nuestras grandes ciudades y las enormes dificultades que esto representa para personas de pocos ingresos. Tanto aquí como allá, muchos grandes proyectos industriales y de infraestructura no prestan atención a los intereses de la población local. En ambos países es difícil encontrar una gestión empresarial basada en circuitos económicos regionales y

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adaptada a las condiciones locales y en ambos las emisiones de CO2 son superiores a lo que soporta nuestro planeta. Es urgente iniciar medidas conjuntas y buscar soluciones compartidas. En el tema del agua, los dos países comparten el problema de la contaminación y el riesgo de la privatización del agua y de las plantas municipales de abastecimiento. Brasil es “campeón mundial” en el uso de fertilizantes, mientras que en muchos lugares de Alemania es alarmante la contaminación de las aguas subterráneas por los nitratos, debido a los actuales métodos de producción agrícola. El tema del agua como bien común da lugar a múltiples discusiones y fuertes controversias. Pues si se trata de un bien común, el agua se convierte en propiedad de todos, y ‒por consiguiente‒ su disponibilidad es un acto de aseguramiento de la subsistencia. El agua no es una mercadería y el acceso a un agua de buena calidad debe ser libre. Ésta tiene que ser nuestra posición en todo el mundo. La idea de la campaña: alzar la bandera por la justicia Los cristianos y sus Iglesias no pueden permanecer indiferentes a la continua violación de los derechos y la falta de justicia. Siguiendo la tradición de Amós y de todos los profetas y principalmente la tradición de Jesús de Nazaret enarbolemos la bandera de la justicia, tomemos partido por ella. Para eso proponemos diseñar banderas especiales, durante el tiempo de Cuaresma, con las cuales mostremos claramente qué es lo que defendemos, tanto en nuestro país como en el Brasil y en todo el mundo. Demos por tanto un signo al respecto en nuestras parroquias y asociaciones, en nuestras familias y escuelas, pintando banderas con mensajes personales, grandes o pequeñas, de papel o de cartón, en sábanas o manteles. Y colguémoslas durante la Cuaresma en lugares bien visibles, en la Iglesia, en la ventana de la casa, en la casa parroquial o en el hall de la escuela. Y para que ella forme parte de una galería digital en internet, enviemos una foto a MISEREOR vía correo electrónico o Facebook. No pongamos límites a nuestra imaginación. Lo importante es mostrar compromiso, dejar clara nuestra posición y no esconderla. Junto con MISEREOR alcemos nuestras banderas por las personas cuyos derechos son negados, despreciados o violados y contra todas las injusticias que enfrentamos día a día y nos preocupan. Para mayor información, consultar: www.fastenaktion.de Obras de la Misericordia De San Francisco nos fue transmitida la siguiente frase: "Anunciad el Evangelio todo el tiempo y si fuera necesario también con palabras". Y Martín Lutero halló consuelo en la idea de "introducir a Cristo en nuestra carne", encarnarlo en nosotros mismos, volverlo concreto, palpable. La misericordia como posición fundamental, que tal como se explicó en la parte anterior, no se opone a la justicia y constituye incluso la justicia mayor, necesita de las obras de la misericordia, que la vuelven perceptible. Al respecto debemos tener claro que hoy día el buen samaritano (Lc 10, 25-37) no sólo debe ayudar al que cayó en manos de los ladrones, sino también eliminar las "estructuras del robo" (Mons. Kamphaus), para que nadie más sufra esta situación o cada vez menos. El análisis de las causas del sufrimiento, la ayuda concreta y la búsqueda de cambios estructurales van de la mano.

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Desde esta perspectiva podemos recordar las siete obras de la misericordia3 que Fulbert Steffensky denominó "Canon para una buena vida”. Con excepción de la obra: "Enterrar a los muertos", las Obras de la misericordia tienen su base en la Biblia, en la narración del Juicio Final según el Evangelio de San Mateo. Ellas constituyen ejemplos obligatorios para el obrar de los cristianos y sus Iglesias. El tiempo de Cuaresma puede ser un momento favorable para recordar y practicar estas obras. No son tanto una apelación moral sino una indicación sobre dónde podemos encontrar a Cristo y servirlo, sobre cómo celebrar la Eucaristía en medio de la vida misma: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis! (Mt 25,40). También tiene validez lo opuesto (véase Mt 25, 45-46). En el pobre, en el "sacramento del hermano" (Hans-Urs von Balthasar) y "de la hermana" es que encontramos a Cristo. Según las palabras de Paulo Suess: La misericordia abre nuestros ojos a la realidad, en la cual se roba al pobre y se desprecia al “otro”. La misericordia como justicia mayor y amor mayor, nos hace luchar por la redistribución de los bienes y por el reconocimiento de ese otro. Y en esta lucha encontramos a nuestro Señor crucificado y resucitado. Él nos recuerda que en la historia, la vida de los crucificados puede cambiarse a través del Evangelio. No se trata de una 'doctrina estructurada' sino de compasión, solidaridad y compromiso". Tal vez entonces sintamos lo que los cuáqueros describen como la vida cristiana: "completamente felices, absolutamente intrépidos y siempre en dificultades". -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

VER - JUZGAR - ACTUAR - CELEBRAR ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Al triángulo "VER - JUZGAR - ACTUAR" se une también el celebrar. Al método desarrollado por Joseph Cardijn, fundador de la Juventud trabajadora alemana (CAJ por sus siglas en alemán), que hasta el día de hoy está vivo en las comunidades eclesiales de base latinoamericanas y constituye la estructura de este documento, se le ha añadido el elemento CELEBRAR. Lo mismo que el Ver, Juzgar y Actuar, el Celebrar es también parte de la Fe. Ernesto Cardenal escribió al respecto: "Aún no hemos llegado al salón de fiestas pero estamos invitados, ya vemos las luces y escuchamos la música". La invitación sigue vigente hasta ahora. Por eso cerramos este documento base con la invitación a celebrar una misa ecuménica, para agradecer por la justicia y la misericordia y animar a los que celebran a practicarlas, en fraternidad ecuménica y en la preocupación conjunta por la casa común. Redacción: Thomas Schmidt, MiSEREOR © Misereor 2016

3 (visitar a los enfermos, dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, dar posada al peregrino,

vestir al desnudo, visitar a los encarcelados, enterrar a los muertos).

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“Acoger a MISEREOR como hermana en el camino de la IV Campaña de Fraternidad Ecuménica (CFE) significa asumir que la cooperación para el desarrollo va más allá de una ayuda puntual para un grupo específico. Desde una perspectiva de fe, significa también asumir la responsabilidad común por el futuro de la tierra. (…) El concepto que orienta esa cooperación solidaria es que los grandes desafíos del futuro, en especial aquellos relacionados a los derechos humanos y a la justicia climática, no pueden ser enfrentados y mucho menos resueltos por un país solo. Es necesarios que esa responsabilidad sea asumida ecuménicamente, más allá de las fronteras geográficas y confesionales”. (De la Introducción del texto base de la campaña brasileña)