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Testimonios de Líderes formados 2009

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Testimonios de Líderes formados 2009

Edelma Aragón González, 30 años Parroquia Santa Cruz Santo Domingo, Chontales

“Antes de iniciar mi formación en la Iglesia yo me sentía menos quelos demás, me sentía tímida y que no podía hacer nada, porque nohabía estudiado nada. A través de la formación fui adquiriendoconciencia del valor que yo tenía como persona; comprendí tambiénque tenía un valor especial como mujer y que, igual que los varones,podía ejercer actividades y compromisos en la Iglesia y la sociedad”.

Hace 9 años, cuando tuve mi primer encuentro conCristo, yo no sabía leer, pero en el año 2000 comencé air a seminarios de catequistas de la parroquia. Seguíese proceso hasta 2007 y fui entonces nombradacatequista y segunda responsable de mi comunidad.En 2008 comencé a asistir a los seminarios deTeyocoyani. Para entonces ya sabía yo leer y podíaentender mejor los temas. Cuando inicié la formacióncon el equipo sentí una gran alegría porque era unaoportunidad nueva para mí; lo sentí como unaoportunidad que Dios me daba. Y los primeros temasque abordamos tocaban precisamente a San Pablo ylas comunidades de Hechos de los Apóstoles, o sea,los ejemplos que yo más me proponía seguir.Además, me sentí muy bien acogida en el seminario;me sentí valorada y eso me dio ánimo. Estosseminarios me han ayudado mucho; en ellos headquirido bastantes conocimientos.

Ya no siento miedo de impartir temas que heestudiado con el equipo; cuando uno 2 no sabe,siente nervios. Hoy también predico con máscerteza por los conocimientos adquiridos. Yoparticipo en una pequeña comunidad de 18personas, donde comparto lo que voyaprendiendo de Teyocoyani. De ese grupo ya hansurgido tres personas que se animan a impartirtemas. Cuando hay misiones parroquiales,aprovecho también las vigilias nocturnas paraimpartir temas a los grupos que asisten. Y heaprendido a hacer preguntas concretas a la gentepara motivar su participación; mis preguntasahora no son vagas como antes y la gente opina ycomparte lo que piensa con los demás.

Cuando a mí me invitaron al primer cursointensivo nacional eso tuvo un gran impacto en mivida. Nunca antes ningún miembro de micomunidad había sido invitado –yo me sentí comosi el mismo Dios me dirigiera para venir.Experimenté una honda emoción y una granalegría al recibir la invitación. Mi familia entera sealegró conmigo. En realidad yo quiero aprovecharlo más que pueda estos seminarios. Antes deiniciar mi formación en la Iglesia yo me sentíamenos que los demás, me sentía tímida y que nopodía hacer nada, porque no había estudiadonada. A través de la formación fui adquiriendoconciencia del valor que yo tenía como persona;comprendí también que tenía un valor especialcomo mujer y que, igual que los varones, podíaejercer actividades y compromisos en la Iglesia yla sociedad. De forma que ahora yo misma animoa personas que se sienten menos que otros, comoyo me sentía antes. Varias de esas personas hanadquirido con mi apoyo conciencia de su valor yahora se sienten mejor consigo mismas. Mi maridose llama Jorge Martínez, tiene 44 años de edad ytenemos 3 hijos; durante cuatro años él participóen los seminarios de Teyocoyani. Desde siempre élera una persona buena, pero con la formación sevolvió todavía mejor. Él participó una vez en elseminario sobre La Mujer en la Biblia y se sintióimpactado. A partir de allí, él me apoyó Edelma ensu hogar junto con su familia 3 todavía más; antesme apoyaba quizás sin mucho entusiasmo, peroahora sí lo hace con entusiasmo.

Él llevaba a la casa los folletos sobre los temas queestudiaba con el equipo y luego los estudiábamosjuntos en familia. Él deseaba que yo viniera a estosseminarios, porque presentía que yo iba aaprovecharlos mucho. Así que me empujó a venir.Estas formaciones también han contagiado a nuestroshijos; ellos también han querido ser parte de ellas. Mihija Araceli (15 años) ya no se quiso conformar conque le contáramos de los seminarios; ella quiso venirpor sí misma y participar. Y se siente animada paraseguir asistiendo a la formación. Creo que estamoslogrando la meta con este proceso: llenarnos nosotrosmismos del ardor de Cristo y transmitirlo a nuestrasfamilias y comunidades.

Edelma en su hogar junto con su familia

Fidel Loásiga Luque, 43 años Parroquia de Mulukukú Región Atlántica Sur

Desde jovencito he recibido una grancantidad de talleres de todo tipo: parajóvenes, catequistas, los cursos deTeyocoyani, los de IPAC (Instituto dePastoral Campesina)…Yo insisto enque uno debe formarse en todo lugar,porque adonde quiera que vayamos,podemos aprender. Desde los 14 añosyo me he estado formando y ya llevo26 años de servicio a mi comunidad.Desde 1990 imparto yo temas: parafamilias, líderes comunitarios, etc.;entonces trabajaba yo con elacompañamiento de las HermanasAltagracianas en Río Blanco.

“Formándome me he sentido yo con capacidad para enfrentar lasdiversas situaciones que surgen en mi comunidad. El éxito no estásólo en el mucho esfuerzo, sino en las ideas y en la inteligenciapara hacer las cosas. En nuestra comunidad las decisiones lastomamos siempre entre todos. Y siempre buscamos el bien común,tratando de proteger a los más débiles”.

A través de estos procesos de formación uno se enriquece conexperiencias diferentes, pues conoce gente de otros lugares.Cuando uno se queda encerrado en su propia comunidad, unopiensa que la Iglesia es solamente la comunidad de uno; pero alsalir, descubrimos una gran variedad y riqueza de experiencias.Formándome me he sentido yo con capacidad para enfrentar lasdiversas situaciones que surgen en mi comunidad. La palabra deuno ayuda a solucionar problemas, porque la gente confía en uno.La formación también ha contribuido a mi vida familiar, porquellevo ya 19 años de matrimonio sin conflictos con mi esposa. La hevalorado mucho a ella y nos servimos mutuamente; organizamoslas cosas entre ambos. Cuando se prepara una comida grandepara una fiesta, yo incluso le ayudo a preparar la comida.Tenemos también una buena relación con nuestros hijos.

De nuestros 6 hijos, tenemos 3 niños que nacieron conretardo mental –y sin embargo les damos mucho amor yson una alegría en nuestro hogar. La comunidad es eneste punto muy solidaria con nuestra familia y le muestramucho afecto a estos niños nuestros.

Desde hace 13 años tenemos una finquita, que hoy tiene94 manzanas1 . La compré en puro rastrojo, no teníasiembros, ni casa, ni potreros, ni alambradas…Yo dividí elterreno por partes y sembré pasto mejorado en el área quedestiné para potrero; luego seleccioné un lugar parasembrar maíz y frijoles. Comencé a evitar las quemas y aproteger los árboles en crecimiento. Hoy la finca estáarborizada y tenemos bastantes árboles frutales: denaranjas, aguacates, cocos, mangos, mandarinas, anonas,tamarindos, castañas, guavas, limones dulces…Haytambién canela y pimienta. Junto a nuestra casa tenemosun jardincito con flores y plantas ornamentales quellaman mucho la atención a la gente que nos visita, puestenemos flores de muchos tipos y lindos colores quedespiden perfume.

Tenemos también ganado bovino y cerdos. Vivimos de loque produce el ganado y nuestro ingreso oscila entre loscinco mil y los diez mil córdobas mensuales2 . Los cerdosy los granos son para el consumo propio.

La gente de los alrededores se admira al vernos, pero nopasa de ahí. Las fincas vecinas únicamente tienenpotreros y ganado; no tienen huertas de maíz, ni frutales.Muchas de ellas están mal trabajadas y no dan utilidad deningún tipo. Pienso que la diferencia me viene de miformación. Mi deseo ha sido siempre construir el Reino deDios y vivirlo.

En nuestra comunidad las decisiones las tomamossiempre entre todos. Y siempre buscamos el biencomún, tratando de proteger a los más débiles.Cuando hay conflictos entre dos personas, hablamospor separado con cada una de ellas antes de procurarun acuerdo entre ambas. Así hemos solucionadomuchos conflictos de propiedades por las buenas, sinrecurrir a jueces.

Formo parte de un equipo de 25 líderes y entre elloshay 12 que impartimos temas de formación a lascomunidades: sobre familia, matrimonio,Biblia…Asisten hasta 250 personas a un soloencuentro. La participación oscila entre 60 y 250personas. Hacemos asambleas con los líderes en losdiversos repartos3 , para preparar y evaluar. Cada dosmeses nos reunimos en un reparto e impartimostemas inspirados en los libros de Teyocoyani. A raízde esto las familias viven una fe más comprometida:las parejas se casan, los hijos viven los sacramentos, selleva una vida más ordenada y hay un ambiente decomunidad solidaria.

Y Dios ha bendecidomis esfuerzos. Eléxito no está sólo enel mucho esfuerzo,sino en las ideas y enla inteligencia parahacer las cosas.

1 Una manzana equivale a 0,70 hectárea. 2 Equivalentes a 250 0 500 dólares, ingreso muy alto para una familia campesina nicaragüense.3 Un reparto está formado por ocho o hasta doce comunidades

Concepción Sáenz Padilla, 40 años Delegada y Vice-coordinadora del equipo de formación Río Blanco, Matagalpa

“Cuando nosotras nos ponemos a denunciar la violencia contra la mujer, arriesgamos la vida. Y esto no deja de causarnos cierto temor, pero ponemos nuestra confianza en Dios”

Mi mamá murió cuando yo tenía 14 años; quedé a la derivay anduve ocho años con los evangélicos, pero no megustaban sus expresiones ofensivas contra la Madre de Jesúsy contra los católicos. Así que decidí retornar a la Iglesiacatólica. Participé en un retiro y conocí los fundamentos dela fe. Luego entré al proceso de formación con el equipoTeyocoyani, porque me atraía mucho profundizar en laEscritura. De manera que hice el proceso de formación detres años (y lo hice en dos).

Estando en ese proceso de formación, la coordinadora de laCasa de la Mujer, Adilia Vega, me invitó a participar enunos talleres sobre violencia intra-familiar, para conocer lasleyes que protegen a la mujer. Decidí convertirme enpromotora de derechos humanos para ayudar a las mujeresa superar el miedo. Hoy tenemos un programa de radio lossábados cada 15 días, que dura una hora; allí aproveché elestudio sobre Mujeres en la Biblia e impartí los temas porradio. Muchas mujeres nos han dicho que esos programasles ayudaron mucho y que ponían a sus hijos varones aescucharlos.

También hemos impartido estos temas en las 36comunidades que tiene la parroquia. A los varonesque son violentos, esto les ha provocado una fuertereacción. Algunas mujeres se han alegrado, otras seatemorizan aún más, porque dicen que el estudio deestos temas viene a causarles todavía másproblemas, ya que los hombres machistas sevuelven aún más amenazantes.

En Río Blanco tan sólo el mes pasado hubo cuatroasesinatos de mujeres. Eso significa que cuandonosotras nos ponemos a denunciar la violenciacontra la mujer, arriesgamos la vida. Y esto no dejade causarnos cierto temor, pero ponemos nuestraconfianza en Dios.

Fernando Rivas Martínez, 31 años Delegado de la Palabra en Suliván(San Isidro) Parroquia de Rosita, Región Atlántica Norte.

“Tengo una sed tan grande de la Palabra de Dios, que no logro saciarme nunca de ella. En 2003 comencé a trabajar en Suliván, una comunidad asolada, sin miembros y con apenas unos cuantos oyentes, que no pasaban de cinco a diez. Hoy contamos con muchos miembros organizados. Cada domingo participan entre 50 y 80 personas. Yo predico allí todos los domingos”.

Llegué de 15 años a la comunidad de San Isidro, en elpreciso instante en que el delegado de la comunidad decidíavender su finca y marcharse. Viendo a la comunidad en eseabandono, me invadió un dolor tan grande como yo nuncaantes había sentido. Decidí por eso trabajar allí mismo comodelegado, porque no había nadie que lo hiciera. Pero eso eramuy difícil, porque yo no tenía la preparación necesariapara asumir el cargo. Y fue en ese preciso momento que elequipo Teyocoyani llegó a la parroquia y nos ofreció laprimera formación, sobre liderazgo cristiano. Llevo ya 16años de estar en esta labor y he recibido incontablesformaciones de Teyocoyani. Mucho me he superado enmúltiples aspectos. Para mí esta formación ha sidoimportantísima. Yo sentía un gran anhelo de profundizar enla Biblia y ahora con cada estudio que pasamos, siento mimente cada vez más despejada, pero a la vez como quequiero más y más…Hay algo que yo aún no conozco y

ni siquiera sé si podré llegar a conocer. Tengo unased tan grande de la Palabra de Dios, que no logrosaciarme nunca de ella. Tengo una finca de 30manzanas: 15 de selva y 15 de rastrojo. En estaúltima parte siembro dos manzanas de maíz, una defrijoles, un cuarto de manzana de malanga y ½manzana de yuca. Una parte de la cosecha la vendopara cubrir las necesidades de mi hogar y el resto loconsumimos. Mantengo también dos cerdos y tresvacas. En 2003 comencé a trabajar en Suliván, unacomunidad asolada, sin miembros y con apenasunos cuantos oyentes, que no pasaban de cinco adiez. La gente se dedicaba a tomar licor y a jugarbeisbol (los jugadores acababan siempre tomando);durante las celebraciones, los borrachos venían aofender, había enemistades mortales y no existíaevangelización, ni ningún tipo de organización.

Las parejas no se casaban. Apenas había unguitarrón roto y bastó que yo hablara, para que alllegar la cosecha recolectáramos 7.000 córdobas4para comprar uno nuevo. Y de ahí en adelante lagente me ha ido respondiendo a medida que lelanzo propuestas. Ahora, en las celebracionessolemnes, la gente ya ni siquiera cabe en la capilla.Hoy contamos con cuatro delegados, cuatrocatequistas, una directiva de siete personas, uncoro con 16 miembros, cinco músicos, cincovisitadores de enfermos, una directiva juvenil consiete jóvenes, tres cocineras voluntarias para lasgrandes actividades festivas y una coordinación decuatro personas que hacen retiros. Cada domingoparticipan entre 50 y 80 personas. Yo predico allítodos los domingos. Mi predicación está basada ala realidad de la vida, en primer lugar a la realidadbíblica y luego a la realidad de la comunidad. Perosiempre dentro del marco de la Iglesia, respetandolos puntos de la fe de un católico. Esta predicaciónha despertado el anhelo de trabajar y vivir la feorganizadamente. En el terreno de la capilla hemosconstruido letrina, pozo y cocina; hemos puestoalambrado y un portón de hierro. De dos en dossalimos a visitar a los enfermos.

Ahora las parejas se casan (hace pococelebramos cinco matrimonios); las personasenemistadas se han reconciliado; hay muchaorganización. La gente ahora se mira contenta,dispuesta y animada; decidida al trabajocomunitario. De 1996 a 2007 fui coordinador dereparto, con 13 comunidades bajo miresponsabilidad. Para mí, todo este cambio enla vida de mi comunidad se debe al EspírituSanto de Dios, al esfuerzo que he realizado y ala formación recibida en mi diócesis, sobre todoa través del equipo Teyocoyani, que viene acádos veces al año. Personalmente leo la Bibliados veces por semana, unas cuatro horas entotal. Ahí preparo la predicación y leo tambiénotros libros. Los folletos del equipo han sidopara nosotros un gran tesoro. Yo ya tengo en micasa una biblioteca como de 60 libros teológicos.Estas publicaciones me orientan en mis estudiosbíblicos. Cada vez que regreso de un estudio,mis familiares me esperan deseosos que lescomparta; yo entonces les hago una síntesiscomo de tres horas. La verdad es que sientotanto ánimo como si estuviera iniciando mitrabajo. ¡Me parece que fue ayer que comencé!

4 Alrededor de US $ 350 dólares, una cantidad muy elevada para una pequeña comunidad rural.

La perspectiva de un párroco:Fray Orestes Téllez ofm, 49 años Párroco de Río Blanco Matagalpa

“Una de las cosas que más valoro en Teyocoyani no es tanto sutransmisión del saber, porque éste hoy está a mano con las nuevastecnologías, sino su hacer pedagógico –su práctica de compartir elconocimiento, no como un instrumento de dominación, sino dedignificación. Hoy en día es necesario democratizar el conocimiento;hacer que sirva para incluir a todos y no para excluir”.

A partir de la formación impartida por Teyocoyani en laparroquia durante los últimos seis años, he notado uncrecimiento de las personas, que se hacen conscientes de sudignidad como seres humanos y como hijos e hijas de Dios.Los campesinos de por sí son tímidos, pero albergan ungran potencial, que, orientado hacia lo negativo, generaviolencia, pero orientado hacia el Evangelio, en proceso (ycreo que ésta es la palabra clave), les lleva a ser personasmuy libres, muy sanas y entregadas con profundaconvicción a la causa de Dios. En la parroquia llevamos untotal de 60 o 70 personas, que en dos grupos han concluidosu proceso de iniciación de tres años con el equipo. Estaspersonas se hacen sentir a nivel de toda la pastoralparroquial por medio de su liderazgo, un liderazgo sano yparticipativo, que promueve al otro… Actualmente tenemosen la parroquia un equipo de formación bíblica de 30 o 40miembros, que en 2009 impartió 68 talleres con 890participantes!

Al principio había muchas resistencias debidas auna concepción educativa según la cual, quienenseña, supuestamente lo sabe todo, mientras quequien aprende, no sabe nada. Y la pregunta inicialpor eso era: ¿y qué pueden venir a enseñarnos éstosque tienen tan bajo nivel de escolaridad? Sinembargo, al implementar los capacitadores unapedagogía participativa, significativa, capaz derecoger el saber y las experiencias de todos, la gentebajó la guardia y se incorporó con entusiasmo alproceso de formación, aprendiendo mutuamente.La gente ha superado la timidez y el miedo y hacomenzado a atreverse. Una de las cosas que másvaloro en Teyocoyani no es tanto su transmisión delsaber, porque éste hoy está a mano con las nuevastecnologías, sino su hacer pedagógico –su prácticade compartir el conocimiento, no como uninstrumento de dominación, sino de dignificación.

Hoy en día es necesario democratizar el conocimiento;hacer que sirva para incluir a todos y no para excluir.Para mí es un logro fantástico no partir de la idea dellíder como caudillo, sino de la fuerza del equipo y delpotencial de la comunidad y la organización.Ciertamente, hay personas que mueven a las demás,pero se trata de hacerlo inclusivamente. Con esto se estárompiendo todo un esquema individualista y anti-democrático. Somos la comunidad –el grupoorganizado es el que lleva las decisiones. Para poner unejemplo: hace 6 años, eran el párroco o el mismodelegado de la Palabra quienes nombraban catequistas,coordinadores comunitarios, ministros extraordinariosde la Eucaristía, agentes de pastoral o de acciónsocial…Hoy en cambio la decisión final la lleva lamisma comunidad. Podemos decir que a partir de lostalleres de Teyocoyani en nuestra parroquia hemosasumido una espiritualidad más cristiana. Caminamoshacia un modelo de Iglesia más discipular y misionera,con mayor protagonismo laical. Estamos dejando atrásel viejo moralismo espiritualista. Y eso es precisamentelo que nos propone Aparecida, que ahora viene aconfirmarnos en la dirección hacia la que ya veníamosmarchando, animándonos y estimulándonos en muchascosas.

Hoy en Río Blanco los laicos tienenbastante poder, casi demasiadopoder. Otros frailes que llegan avisitarme desde otras realidadespastorales, se admiran de que sea elConsejo Parroquial el que tome lasdecisiones más fuertes. Lasasambleas parroquiales anuales sontambién soberanas y toman suspropias decisiones. Han decidido,por ejemplo, que las catequesis deconfirmación y de primeracomunión duren dos añosrespectivamente y que laconfirmación sea a los 15 años.Aparecida hoy nos exige dar unvuelco: pasar de una Iglesia demeras creencias religiosas a unaIglesia discipular y misionera. Ahíveo yo la grandeza de Aparecida, enque saca a la gente de la pasividad yles dice: ¡inclúyanse! La misión deJesús es la ustedes. Y en esteproceso, el factor de la formación deTeyocoyani ha sido determinante.