tesis doctoral roberto rodríguez lópez

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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS Y SOCIOLOGÍA Departamento de Sociología V (Teoría Sociológica) ¿PROFESIONALIZACIÓN PSICOSANITARIA O PSICOLOGIZACIÓN DE LA CULTURA? UN ANÁLISIS SOCIO-HISTÓRICO DE LAS REFORMAS PSICOLÓGICAS ESPAÑOLAS CONTEMPORÁNEAS MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR Roberto Rodríguez López Bajo la dirección del doctor Ángel Juan Gordo López Madrid, 2015

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tesis psicologización

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  • UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS Y SOCIOLOGA Departamento de Sociologa V (Teora Sociolgica)

    PROFESIONALIZACIN PSICOSANITARIA O PSICOLOGIZACIN DE LA CULTURA?

    UN ANLISIS SOCIO-HISTRICO DE LAS REFORMAS PSICOLGICAS ESPAOLAS

    CONTEMPORNEAS

    MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR

    Roberto Rodrguez Lpez

    Bajo la direccin del doctor ngel Juan Gordo Lpez

    Madrid, 2015

  • Universidad Complutense de Madrid

    Tesis Doctoral

    Director: ngel Juan Gordo Lpez

    Profesionalizacin psicosanitaria o psicologizacin de la cultura?

    Un anlisis socio-histrico de las reformas

    psicolgicas espaolas contemporneas

    Roberto Rodrguez Lpez Departamento de Sociologa V (Teora Sociolgica)

    Facultad de Ciencias Polticas y Sociologa

    Madrid, 2015

  • 5

    NDICE

    INTRODUCCIN 15

    CAPTULO 1. ESTRATEGIAS METODOLGICAS 23

    1.1. Construccin categorial del objeto de estudio 23

    1.2. Objetivos concretos y directrices de trabajo 30

    1.3. Fundamentacin epistmica y diseo metodolgico 31

    1.3.1. Fase productiva 36

    1.3.1.1. Rastreo bibliogrfico y documentacin oficial 36

    1.3.1.2. Fuentes cuantitativas complementarias 41

    1.3.1.3. Tcnicas cualitativas (entrevistas individuales semiestructuradas) 43

    1.3.2. Fase analtica 48

    1.3.2.1. Anlisis crtico de discurso 49

    1.3.2.2. Anlisis de contenido mixto 51

    1.3.2.3. Extraccin de datos cuantitativos 53

    1.3.2.4. Anlisis histrico-genealgico 53

    CAPTULO 2. ESPACIO HISTRICO: AUTONOMIZACIN E IMPLANTACIN

    DE LA PSICOLOGA EN ESPAA 59

    2.1. Conocimiento y prctica psi: 1870-1936 60

    2.1.1. La lucha por el conocimiento y la reforma de los institucionistas 60

    2.1.2. Liberalismo intervencionista, cultura sanitaria y krausopositivismo 68

    2.1.3. Desarrollos jurdico-polticos y aplicaciones prcticas: la psicotecnia

    triunfante 80

    2.2. La dictadura franquista 88

    2.2.1. El escenario post-blico: la poltica socio-sanitaria del franquismo y la

    remodelacin de la psicologa 88

    2.2.2. La institucionalizacin efectiva de la psicologa y el marco reindustrializador 99

    2.2.3. Final del franquismo: boom de la psicologa, hacia un sistema de bienestar? 106

  • 6

    CAPTULO 3. ESPACIO HISTRICO (II): LA TRANSICIN. ANLISIS DE CASO

    ACADMICO 115

    3.1. El desarrollo inicial de la profesionalizacin psicosanitaria en Espaa 115

    3.1.1 El nuevo modelo sanitario internacional y la constitucin de la cultura

    psicoteraputica 115

    3.1.2. El nuevo modelo en Espaa: regulacin psicoclnica y psicologa de la salud 122

    3.2. Las modificaciones histricas en los estudios de psicologa (1955-2009):

    microanlisis de caso 129

    3.2.1. Estructura organizativa 131

    3.2.1.1. Resultados 131

    3.2.1.2. Comentarios 131

    3.2.2. Contenidos curriculares (reas de conocimiento) 151

    3.2.2.1. Resultados 151

    3.2.2.2. Comentarios 152

    3.3. Eplogo histrico 158

    CAPTULO 4. ESPACIO PROFESIONAL: EL PROBLEMA CON LA LOPS.

    ANLISIS DE CASO JURDICO Y TERRENO DISCURSIVO DEL CONFLICTO 165

    4.1. El marco neoliberal: retraccin estatal y nueva gestin pblica 165

    4.2. El nuevo contexto neoliberal en el espacio sanitario: de la economa de la

    salud a la salud de la economa 174

    4.3. La segunda reforma sanitaria en Espaa: del Informe Abril a la LOPS 180

    4.4. Anlisis de las transformaciones jurdico-sanitarias reflejadas en la LOPS y las

    regulaciones coetneas: la precarizacin laboral y la precarizacin cognitiva 187

    4.4.1. La NGP sanitaria y la salarizacin y competicin profesional 187

    4.4.2. El nuevo paradigma sanitario: (re)biologizacin, pero no slo 193

    4.5. La LOPS y el problema con la psicologa 198

    4.6. Anlisis del espacio discursivo en el conflicto de la psicologa con la LOPS 201

    4.6.1. Discurso de oposicin a la LOPS 202

    4.6.2. Discurso en defensa de la LOPS 205

    4.6.3. La articulacin de los dos discursos en cuatro modalidades de enunciacin 208

  • 7

    4.7. La oposicin de la psicologa europea ante las nuevas configuraciones jurdicas 214

    4.7.1. Reino Unido 214

    4.7.2. Francia 219

    4.7.3. El debate silenciado en Espaa en torno a la anti-profesionalizacin y la

    sanitarizacin 222

    4.8. La psicologa espaola: campo paradjico de enfrentamientos pero, disciplina

    saludablemente esquizofrnica? 225

    CAPTULO 5. ESPACIO ACADMICO: LA ADAPTACIN DE LA UNIVERSIDAD

    A BOLONIA Y COMPARATIVA DE LOS NUEVOS GRADOS DE PSICOLOGA 229

    5.1. La importancia del terreno acadmico 229

    5.2. La creacin del Espacio Europeo de Educacin Superior 231

    5.3. El contexto socioeconmico de Bolonia: la Universidad como formacin de nuevos

    profesionales 235

    5.3.1. La (des)regulacin por calidad del sector educativo 236

    5.3.2. La formacin del profesional flexible y por competencias 238

    5.4. La adaptacin de la psicologa espaola a los nuevos grados: estudio de caso 245

    5.4.1. Las propuestas del Libro Blanco para el Ttulo de Grado en Psicologa y del

    Diploma Europsy 246

    5.4.2. Proceso de seleccin de los grados 252

    5.4.3. Resultados y anlisis 257

    5.4.3.1. Estructuras organizativas 257

    5.4.3.2. Contenidos curriculares (reas de conocimiento) 263

    5.5. Las transformaciones acadmicas de la psicologa espaola en perspectiva:

    insercin histrica y marco actual con Bolonia 270

    CAPTULO 6. ESPACIO CULTURAL: LA EXTENSIN PSICOTERAPUTICA Y

    SU ENGARCE SOCIOPOLTICO 281

    6.1. La dimensin cultural y la reconsideracin de la insercin poltica de la

    psicologa 281

    6.2. La explosin psi en los aos setenta del siglo XX 288

    6.3. La cultura psi y la reconsideracin del marco de comprensin neoliberal 294

  • 8

    6.4. Anlisis de caso: el discurso y tcnica de la autoayuda 300

    6.4.1. Seleccin de materiales y metodologa de anlisis 303

    6.4.2. Resultados obtenidos 308

    6.4.3. Anlisis de resultados 320

    6.5. Los mil tentculos de la psicologizacin y el proyecto cultural neoliberal 329

    REFLEXIN FINAL Y CONCLUSIONES 337

    BIBLIOGRAFA GENERAL 351

    ANEXOS 391

    ANEXO I. Metodolgico 393

    ANEXO II. Histrico 396

    ANEXO III. Profesional 429

    ANEXO IV. Cultural 431

    ANEXO DIGITAL: TRANSCRIPCIN DE ENTREVISTAS ORALES

    SUMMARY IN ENGLISH 441

  • 9

    NDICE DE ACRNIMOS

    AEN Asociacin Espaola de Neuropsiquiatra

    ANECA Agencia Nacional de Evaluacin de la Calidad y Acreditacin

    ANPIR Asociacin Nacional de Psiclogos Clnicos y Residentes

    AEPCP Asociacin Espaola de Psicologa Clnica y Psicopatologa

    APS (modelo de) Atencin Primaria en Salud

    BM Banco Mundial

    BOE Boletn Oficial del Estado

    CNEPC Comisin Nacional promotora de la Especialidad de Psicologa Clnica

    COP/CGCOP Colegio Oficial de Psiclogos / Consejo General de Colegios Oficiales de

    Psiclogos

    CRS Comisin de Reformas Sociales

    DPC Desarrollo Profesional Continuo

    EEES Espacio Europeo de Educacin Superior

    EFPA European Federation of Psychologists Associations

    FEAP Federacin Espaola de Asociaciones de Psicoterapeutas

    FMI Fondo Monetario Internacional

    HPC Health Professions Council (2001)

    ILE Institucin Libre de Enseanza

    INP Instituto Nacional de Psicotecnia

    IRS Instituto de Reformas Sociales

    LCC Ley de Cohesin y Calidad del Sistema Nacional de Salud (2003)

    LGS Ley General de Sanidad (1986)

    LOPS Ley de Ordenacin de Profesiones Sanitarias (2003)

    NGP Nueva Gestin Pblica

    OCDE Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmicos

    OMC Organizacin Mundial del Comercio

    OMS Organizacin Mundial de la Salud

    PIR Psiclogo Interno Residente

    SNS Sistema Nacional de Salud

    SOE Seguro Obligatorio de Enfermedad (1944)

    UCM Universidad Complutense de Madrid

    URJC Universidad Rey Juan Carlos

  • 10

    NDICE DE TABLAS

    Tabla 1. Principales materiales documental-normativos analizados 37

    Tabla 2. Ficha tcnica del cuestionario sobre la imagen de la psicologa como profesin sanitaria

    entre la poblacin general 44

    Tabla 3. Listado de entrevistas realizadas 47

    Tabla 4. Muestra de entrevistas por ocupaciones 48

    Tabla 5. Muestra de entrevistas (segunda fase) por modalidades discursivas 48

    Tabla 6. Planes de estudio de psicologa en la UCM 130

    Tabla 7. Comparativa histrica de planes de estudio de psicologa en la UCM 132

    Tabla 8. Momentos diferenciados en la configuracin acadmica de la psicologa (UCM) 134

    Tabla 9. Titulacin de ingreso de los matriculados en la Escuela de Psicologa y Psicotecnia de

    la Universidad de Madrid. Datos acumulados hasta 1974 136

    Tabla 10. Diplomados por especialidades en la primera promocin (1955) de la Escuela de

    Psicologa y Psicotecnia de la Universidad de Madrid 137

    Tabla 11. Diplomados por especialidades en el conjunto de promociones de la Escuela de

    Psicologa y Psicotecnia de la Universidad de Madrid (1955-1973) 137

    Tabla 12. Carga lectiva (porcentajes) por reas de conocimiento en planes de estudio de

    Psicologa UCM 153

    Tabla 13. Perfil profesional de la psicologa espaola y sectores de ejercicio 200

    Tabla 14. Discursos (y colectivos asociados) en el conflicto psicologa-LOPS 203

    Tabla 15. Modalidades de enunciacin (y colectivos asociados) en el conflicto psicologa-LOPS

    209

    Tabla 16. Estndares de competencia para psicoterapeutas y counsellors del Health Professional

    Council 218

    Tabla 17. Propuestas en diferentes pases europeos sobre la duracin del grado de psicologa 248

    Tabla 18. Carga lectiva (porcentajes) por reas de conocimiento en la propuesta del Libro Blanco

    para el Ttulo de Grado en Psicologa 249

    Tabla 19. Requerimientos mnimos (en ECTS) para la acreditacin formativa conducente a la

    prctica profesional independiente del psiclogo en Europa 250

  • 11

    Tabla 20. Ranking de Universidades para la disciplina psicolgica (ao 2010) 254

    Tabla 21. Plazas ofertadas para estudios de psicologa en las Universidades espaolas 255

    Tabla 22. Estudios de psicologa segn Facultad de adscripcin 256

    Tabla 23. Comparativa de planes de estudio de grado de psicologa en Universidades espaolas258

    Tabla 24. Carga lectiva (porcentajes) por reas de conocimiento en grados de psicologa de

    Universidades espaolas 264

    Tabla 25. Estilos de discurso en Psychologies y relacin con las funciones del lenguaje y el grado

    de tecnicidad 311

    Tabla 26. Categoras principales en Psychologies y otras cuestiones relacionadas 317

    Tabla 27. Principales resultados de los anlisis sobre Psychologies 320

    NDICE DE GRFICOS

    Grfico 1. Diseo metodolgico de la tesis 56

    Grfico 2. Espacios principales de anlisis en la tesis 57

    Grfico 3. Alumnos matriculados (1 y 2 ciclo) en las Facultades de Psicologa para todo el

    territorio estatal y en la Facultad de Psicologa de la Universidad Complutense de Madrid (1977-

    2003) 139

    Grfico 4. Evolucin del alumnado matriculado para el total de estudios en las Universidades

    espaolas (1988-1999) 140

    Grfico 5 Evolucin del alumnado matriculado en Psicologa en las Universidades espaolas

    (1988-1999) 141

    Grfico 6. Carga lectiva (porcentajes) por reas de conocimiento en planes de estudio de

    Psicologa UCM 154

    Grfico 7. Carga lectiva (porcentajes) por reas de conocimiento en grados de psicologa de

    Universidades espaolas 265

    Grfico 8. Estilos de discurso (porcentajes) en revista Psychologies 309

    Grfico 9. Funciones del lenguaje en Psychologies (porcentajes) 309

  • 12

    Grfico 10. Grados de tecnicidad en Psychologies (porcentajes) 311

    Grfico 11. mbitos de pertenencia en Psychologies 312

    Grfico 12. Sujetos de enunciacin (profesiones) en Psychologies 314

    NDICE DE ILUSTRACIONES

    Ilustracin 1. Principales determinantes de salud en el planteamiento integral de Alma-Ata y

    Ottawa 121

    Ilustracin 2: Modelo arquitectnico de competencias de Robert Roe 244

    Ilustracin 3. Cubierta frontal de Psychologies 305

    Ilustracin 4. Objetivos destacados en Psychologies 316

  • 13

    AGRADECIMIENTOS

    Es habitual afirmar que la labor que implica realizar y finalizar una tesis doctoral es el

    resultado de un esfuerzo siempre compartido. Y es comn afirmarlo, sencillamente, porque

    es cierto.

    En primer lugar, debo agradecer a la Universidad Complutense de Madrid el

    haberme concedido en el ao 2007 la Beca-Contrato predoctoral para la Formacin de

    Personal Investigador (FPI), sin la cual todo esto hubiera sido difcilmente posible.

    El apoyo econmico de mi familia en determinados momentos a lo largo de todos

    estos aos ha sido tambin fundamental. Sin embargo, su contribucin va mucho ms all

    de una cuestin slo monetaria y lleva impreso el sustento incondicional de apoyar una

    tarea tan extraa a su mundo, infinita, suspendida ms all de la retribucin salarial directa,

    todo lo cual no les impidi en ningn momento confiar en m, por lo general incluso con

    ms fuerza que yo mismo. A Manuel, ahora parece que (quizs) van a empezar a pagarme

    por seguir haciendo lo mismo! A Marisol, luz constante. A Vctor, que empez y acaso

    acab su propia investigacin en tiempos parejos a los mos. Esta tesis doctoral, podis

    decirlo bien alto, es tambin muy vuestra.

    Agradecer por otro lado a ngel Gordo, director del trabajo que aqu se presenta.

    Cuando uno llega al final y vuelve a leer fragmentos que ha escrito apenas unos aos atrs,

    es consciente de la paciencia necesaria en la labor de direccin. Gracias por proponer e

    imponer, por transigir y aceptar, por revisar y revisar y revisar. Tambin por mostrarme las

    sutilezas de una mirada sociolgica o el carcter internacional de un campo de intereses

    compartidos y darme entrada en l. La elaboracin de esta tesis ha sido a su vez, en parte,

    recorrer el camino que lleva del conflicto a la comunicacin, descubriendo que en esta

    ltima siempre permanece algo del primero, haciendo quizs de ella la forma ms sutil de

    aquel. Muchas gracias, ngel.

    Agradecer tambin a Fernando lvarez-Ura por acoger mi Beca-Contrato FPI

    dentro de su grupo de investigacin sobre la psicologizacin del yo en la sociedad de los

    individuos. Recuerdo, hace aos ya, en aquel momento movido por las inquietudes

    antipsiquitricas, haber pensado tras la lectura de Miserables y locos que tambin era

    posible por estos lares escribir y ofrecer obras de obligada referencia. Es una alegra,

    tiempo despus, haber podido debatir con su autor sobre estos u otros muchos temas.

  • 14

    La posibilidad de disfrutar de una estancia en el extranjero me lleva tambin a tener

    que agradecer a la Universidad de Gent y al Centre for Critical Philosophy (Facultad de Artes y

    Filosofa) su aceptacin y siempre agradable acogida. Y en especial all a Jan de Vos, cuya

    mirada descubr tan prxima a la ma y con quien s que volver a coincidir en el futuro.

    A Mario Domnguez, director de mi tesina para la obtencin del DEA. Llegu a la

    UCM movido principalmente por la existencia de un curso dedicado por completo a la

    obra de Michel Foucault. Fuiste la primera persona que conoc aqu y creo que no tuve mal

    ojo. Un referente intelectual y poltico. Por un lado, para m, aprender es esto. Por otro,

    acaso algo seguir latiendo an en la larga noche de piedra universitaria.

    Agradecer finalmente tambin a todos aquellos amigos y compaeros con quienes

    he podido discutir, al menos en algn momento, ideas de la totalidad o de partes concretas

    de la tesis, recibiendo por lo general valiosos comentarios al respecto. En especial a

    Cristina. Tambin a lvaro, Alejandro, Germn, David, Yeray, Miguel o Carlos, as como a

    aquellos que adems sumaron su esfuerzo logstico como lvaro (Canario), Senra, Vctor

    Rey, Diego o Nikki. Acaso algunos podis reconocer vuestra mano en ciertos pasajes de lo

    que sigue. Por cierto, Canario, ahora s que he terminado de verdad, ya puedes empezar a

    leer.

  • 15

    Introduccin

    El apacible funcionamiento de la psicologa institucional, consolidada a lo largo del

    siglo XX, tendr un primer intento destacable de ruptura en los aos sesenta y

    setenta de dicho siglo. A partir de aquel momento, en un contexto sociopoltico

    global de transformaciones, se desarrollarn sobre todo en los mrgenes de la

    psicologa social una serie de posturas opuestas a las dinmicas ortodoxas de la

    disciplina. De forma sucinta, las nuevas perspectivas surgidas elaboran una crtica

    a la metodologa experimental y cuantitativa, ponen nfasis en los procesos de

    construccin social, historizan las categoras y realidades analizadas, ejercen

    trabajos de reflexividad disciplinar, se oponen al individualismo metodolgico o

    cifran en clave pragmtica o estratgica las construcciones cientficas de la

    psicologa. De entre todos los planteamientos que vemos aparecer, o en las nuevas

    ramas de estudio que en algunos casos se generan, una orientacin concreta

    recibir la categorizacin especfica de psicologa crtica, la cual acabar por

    asentarse de manera especialmente slida en suelo ingls. Esta ltima orientacin

    participa de las problematizaciones generales comentadas pero entiende adems

    que la psicologa por entero debe superar los mrgenes epistmico-metodolgicos

    de su autocrtica para plantearse a su vez, de forma destacada, sus imbricaciones

    en el terreno poltico-social.

    La labor de reconsideracin de profundo calado sobre la psicologa no se

    articular nicamente desde dentro de los mrgenes de la disciplina. Toda una

    serie de anlisis sociocrticos y genealgicos desarrollados en temporalidades

    parejas, con mayor profusin ahora sobre territorio francs, tendrn a su vez un

    papel fundamental de quiebra. En este caso la lnea de trabajo genealgico inicial,

    de destacada orientacin hacia el espacio psiquitrico, permitir el despliegue

    progresivo de una crtica psi ms especficamente psicolgica, a partir de la cual

    se delimitara la insercin sociopoltica de las disciplinas y prcticas que han hecho

    histricamente de lo psquico el objeto tanto de su estudio como de su prctica

    profesional. La psicologa se presenta aqu, en definitiva, como un saber cuyo

    discurso forma parte de una matriz productiva de conocimientos y tcnicas en

  • 16

    connivencia directa con la dinmica de las relaciones de poder. La psicologa

    adquiere en definitiva la forma de una entidad compleja, con condiciones y efectos

    polticos contrastables, y cuya relevancia depender en ltimo trmino de su

    capacidad para manejar e introducir en la sociedad criterios de gestin de la

    subjetividad socioculturalmente viables o funcionales para marcos polticos

    definidos. Las conclusiones a las que nos abocan toda esta serie de trabajos son

    demoledoras, la disciplina se hace sospechosa en su existencia misma.

    Pese a todo, la radicalidad de las implicaciones derivadas de este conjunto

    amplio de crticas, desarrolladas y perfiladas en los aos y dcadas posteriores, no

    darn paso a una psicologa desestabilizada en sus espacios acadmicos o prcticos

    por el desvelamiento de su profunda naturaleza poltica. Es ms, la disciplina no

    slo ha superado (en parte integrando) buena parte de aquellos planteamientos,

    sino que sta extiende en verdad hoy sus redes hasta lugares insospechados

    apenas unas dcadas atrs. El caso espaol es aqu significativo. En menos de

    treinta aos, de ser apenas un apndice acadmico de la filosofa con escasas

    salidas profesionales distintivas y reconocidas pasar a ser una prctica y

    conocimiento demandado por espacios sociales y laborales de lo ms variado:

    centros educativos, empresas, clubes deportivos, ayuntamientos, juzgados,

    crceles u hospitales, entre otros. De la misma forma, a la vez que asistimos al

    crecimiento exponencial de su espacio institucional, podemos observar en los

    ltimos aos un autntico despliegue de la psicologa ms prxima al mbito

    cultural, en el que la circulacin de cdigos, categoras o taxonomas psicolgicas

    encuentra cada vez mayor incidencia. Si cuestiones como la personalidad, las

    habilidades o las actitudes parecen aqu ya ineludibles, otras nociones como el

    estrs, la autoestima o la inteligencia emocional han cobrado hoy un

    destacable protagonismo a la hora de dar cuenta de una amplia variedad de

    fenmenos sociales. En definitiva, toda una serie de problemticas se insertan cada

    vez en mayor medida bajo el canon de una racionalidad que atribuye o

    sobreinterpreta de forma psicolgica. Este fenmeno, considerado bajo la

    categora amplia de la psicologizacin, es objeto destacado del trabajo que aqu

    se presenta. Los anlisis sobre el mismo han tendido a concentrarse en contextos

    internacionales, siendo escasos los estudios realizados para el contexto espaol,

  • 17

    menos an si cabe en su realidad presente. Haremos as de este contexto y tiempo

    nuestro espacio particular de trabajo.

    Observar la realidad actual en Espaa en lo que respecta al campo amplio

    de la psicologa nos muestra sin embargo una situacin que parece discordante en

    primera instancia con los planteamientos que abordan la extensin psi

    contempornea. Y esto es as de forma destacada por la aparicin en el ao 2003

    de la llamada Ley de Ordenacin de Profesiones Sanitarias, la cual ha impactado de

    forma profunda en la disciplina.

    La Ley de Ordenacin de Profesiones Sanitarias (LOPS en adelante) entra en

    vigor para llevar a cabo la demarcacin y regulacin de los centros, trabajadores y

    prcticas de las profesiones de carcter sanitario en el conjunto del Estado.

    Presentada como respuesta a un vaco normativo en este mbito, dicha ley

    introducir por primera vez en el marco jurdico-sanitario espaol la delimitacin

    especfica tanto de las condiciones de la actividad y los mbitos funcionales de los

    profesionales sanitarios como de los procesos formativos (universitarios u otros)

    conducentes al reconocimiento de los mismos. La psicologa, a pesar de su entrada

    en el sistema pblico de salud unos aos antes a travs de la regulacin en formato

    de especialista de su rama clnica, no ver reconocido en la nueva ley el carcter

    sanitario de su formacin universitaria (licenciatura/grado). Tras una serie inicial

    de conatos e intentos parciales e infructuosos por paralizar la puesta en prctica de

    la nueva regulacin, determinados sectores de la disciplina (profesionales,

    profesores y alumnos) acabarn coordinando sus esfuerzos y movilizndose en

    oposicin a la misma, consiguiendo a su vez el apoyo destacable de ciertos agentes

    sociales y polticos as como de una parte significativa de la poblacin.

    La psicologa movilizada defiende que la nueva regulacin supone un

    agravio para el futuro profesional de miles de alumnos universitarios, poniendo

    aqu de relieve que la orientacin clnico-sanitaria es su rama ms cursada con

    diferencia, pero considerando a su vez que la nueva ley afectar tambin a la

    imagen sanitaria de su futura labor en espacios no necesariamente clnicos. Se

    demanda por otro lado que la LOPS crea un vaco jurdico para la prctica ya en

    curso de los psiclogos en los centros clnico-sanitarios pblicos y privados, para

    quienes se considera incluso el riesgo de verse expulsados de los mismos o

  • 18

    encontrarse imposibilitados para abrir otros nuevos por cuenta propia. Del mismo

    modo que para el terreno acadmico, el problema se incrementaba en este caso

    ante la evidencia de que el marco profesional relativo a la salud concentra de

    forma privilegiada tanto su prctica como la amplia demanda sobre su labor social.

    Ante todo ello los sectores movilizados defendern que la LOPS slo poda ser

    entendida como resultado de un desconocimiento profundo de la realidad

    profesional y acadmica de la psicologa, cuando no de una voluntad poltica o

    corporativa opuesta a la expansin de los psiclogos sobre el terreno clnico o

    sanitario en su conjunto. Del mismo modo, esta transformacin jurdica se

    planteaba como incongruente con los cambios que sobre la categorizacin de la

    salud se venan desarrollando desde los aos sesenta del siglo XX, en pos de una

    mayor comprensin de los aspectos psicolgicos y socio-comunitarios en la base

    de la misma. Asistimos as en definitiva, durante los aos que siguen a la entrada

    en vigor de la LOPS, a la movilizacin de una parte destacada de la psicologa, con

    el Colegio Oficial de Psiclogos a la cabeza, dando lugar a un conflicto social de

    dimensiones desconocidas hasta el momento en la historia de la psicologa

    espaola. La reclamacin principal es pues el reconocimiento de la psicologa como

    una profesin sanitaria as como el carcter sanitario parejo de su formacin

    universitaria.

    El conflicto con la LOPS afecta de forma directa a la prctica profesional

    sobre la salud de la psicologa pero incidir adems en modos diferenciados sobre

    el conjunto de la disciplina. No deja en este sentido de ser significativo que el

    espacio sanitario haya sido histricamente aquel en el que la psicologa ha

    concentrado buena parte de sus demandas, en especial porque ah se ha

    encontrado a su vez con las mayores trabas a la profesionalizacin de su prctica. Y

    ello a pesar de que hoy pueda parecer asumido entre la poblacin el carcter

    teraputico de dicha labor profesional as como las numerosas bondades de la

    misma. Este espacio de conflictos de profesionalizacin focalizar as el inters

    emprico concreto del trabajo presente. A partir de l delimitamos pues nuestro

    objetivo principal en la tesis, esto es, profundizar en los discursos y posiciones en

    torno a la LOPS, las condiciones de posibilidad que hicieron factible el

    levantamiento de sectores concretos de la academia y prctica profesional

  • 19

    psicolgica y el modo en que estos levantamientos y movilizaciones, tensiones

    entre el plano profesional/acadmico y el marco legal, permite indagar en la

    comprensin histrica del papel de cierta forma dominante de psicologa en el

    actual imaginario social espaol. Partiremos en todo ello de un argumento

    principal, segn el cual defendemos que la reconsideracin de las

    transformaciones actuales de la psicologa espaola en base a una analtica

    historizada y sensible a las dimensiones cultural y poltica, nos aportar claves

    explicativas no slo diferenciadas sino incluso opuestas a las derivadas de los

    planteamientos institucional-corporativos, los cuales han tendido a cooptar la

    comprensin de dicho conflicto, presentndolo como resultado directo del

    enfrentamiento entre grupos profesionales (mdicos y psiquiatras frente a

    psiclogos) por espacios limtrofes de prctica social. De este modo, considerar las

    dinmicas de psicologizacin presentes en el contexto amplio de insercin poltico-

    econmica del conflicto de la psicologa con la LOPS nos permitir superar ciertas

    limitaciones en las categoras habituales de estudio sobre los procesos de

    profesionalizacin as como nos ofrecer un panorama diferente al descalabro

    psi auspiciado por los sectores movilizados de la disciplina.

    Por ltimo, queremos destacar que pese al carcter actual de las

    transformaciones aqu analizadas hemos considerado irrenunciable el dotar de

    contenido a la dimensin temporal de las mismas, otorgando as al conjunto un

    trabajo sobre el plano histrico. Una mnima labor de contextualizacin histrica

    se hace de hecho obligada ante una disciplina que ha tendido a invisibilizar las

    huellas que identifican el despliegue de su insercin social as como las

    condiciones materiales de su implantacin y reproduccin en suelo espaol. Es

    esta una labor a su vez necesaria ante el preocupante presentismo que tiende a

    copar la investigacin sociolgica actual. Pese a todo debemos aclarar, desde el

    respeto hacia la complejidad de tamaa labor, que no desarrollaremos aqu un

    trabajo historiogrfico estricto sensu. Nuestro inters por el pasado se cie, pese a

    todo, a la construccin de mapas (no conceptos) con la forma de herramientas

    analticas para el presente. Ni presentismo ni fetichismo del pasado. Queremos

    abrir ms bien con todo ello el acceso a determinadas configuraciones

    sociopolticas que integran de maneras especficas formatos de conocimiento

  • 20

    acadmico, prcticas profesionales, imaginarios sociales, formas de gobierno

    poltico-econmico o regulaciones jurdicas, a las cuales dotar de validez analtica

    (por lo general mediante contrastes desnaturalizantes) en la comprensin de una

    determinada configuracin actual, la que engloba finalmente como decimos la

    comprensin de las luchas de cierta psicologa con las nuevas regulaciones

    sanitarias. Con la misma voluntad comparativa (desnaturalizacin) hemos

    incorporado a su vez un breve anlisis de las transformaciones jurdico-sanitarias

    que han tenido lugar en tiempos parejos en pases del entorno europeo, en

    concreto en Gran Bretaa y Francia. El desarrollo en estos pases de procesos de

    resistencia psi frente a las nuevas regulaciones nos ofrece de este modo un nuevo

    espacio de contrastes con gran inters. Tras lo dicho, pasamos a la presentacin de

    los distintos captulos que conforman nuestro trabajo.

    El Captulo Primero har explcito el marco metodolgico del conjunto de

    la tesis. Por un lado delimitaremos el espacio de construccin del objeto de estudio

    as como los objetivos concretos y las hiptesis de trabajo que manejamos,

    asociadas tanto con el marco general de inters como con fases especficas en el

    despliegue del mismo. A su vez, podremos comprobar tanto la fundamentacin

    epistmica del trabajo como el diseo metodolgico y la tecnologa especfica

    implementada.

    Los dos captulos siguientes se ocuparn del amplio espacio histrico de la

    tesis. Entre ambos distinguiremos tres momentos genricos que remiten a

    configuraciones sociopolticas distintivas para las dinmicas de aparicin,

    desarrollo y consolidacin de la psicologa espaola.

    En el Captulo Segundo nos ocuparemos de los dos primeros momentos

    comentados. En primer lugar nos detendremos sobre el contexto amplio de

    aparicin de la psicologa, enmarcndola en las dcadas que discurren entre la

    Restauracin Borbnica y la explosin de la Guerra Civil (1870-1936). Tenemos

    aqu el movimiento inicial de autonomizacin de un conocimiento planteado como

    distintivamente psicolgico, las primeras figuras (auto)consideradas como

    profesionales as como los primeros conatos de confluencia con una destacable

    cultura mdico-sanitaria, todo ello bajo el trasfondo de despliegue de una

    novedosa resolucin tcnica de las problemticas sociales en Espaa.

  • 21

    Un segundo momento histrico confluir aproximadamente con los aos de

    la dictadura franquista (1938-1970). Veremos aqu un giro importante en los

    mecanismos de profesionalizacin que se abran para la psicologa en los aos

    previos a la Guerra Civil. La disciplina sobrevivir sobre todo en los espacios

    amplios de la gestin tcnica (y progresivamente cientfica) de sus profesionales,

    insertndose a su vez de forma destacable en el amplio campo de la regulacin de

    la marginalidad o la disidencia.

    En el Captulo Tercero veremos el tercer momento histrico distinguido,

    que se corresponde con los aos finales de la dictadura y las dcadas de la

    Transicin democrtica en Espaa (1970-1991), las cuales demarcarn el proceso

    de institucionalizacin efectiva de la psicologa as como la profesionalizacin

    psicosanitaria inicial en el marco amplio de implantacin del incipiente Sistema

    Nacional de Salud.

    Finalmente, a modo de contrapunto, cerraremos este captulo histrico con

    un anlisis de caso sobre el proceso de transformaciones en el plano acadmico

    progresivamente independiente de la psicologa, permitiendo con ello un anlisis

    transversal sobre los tres momentos comentados y llegando as a su vez hasta el

    presente.

    En el Captulo Cuarto daremos paso ya a los anlisis sobre la situacin

    actual, en este caso centrados en el espacio profesional (sanitario) de la psicologa

    y en su conflicto con la LOPS. Para ello veremos en primera instancia el marco

    poltico-econmico (neoliberalismo) bajo el que cabe encuadrar las nuevas

    regulaciones del sector sanitario y los modos en que aquel ha afectado y

    reestructurado este ltimo, tanto en el plano internacional (nuevo paradigma

    sanitario) como en el caso concreto de Espaa. A continuacin analizamos las

    transformaciones jurdico-sanitarias, tanto en lo que respecta al articulado

    especfico de la LOPS como tambin al conjunto de regulaciones coetneas y

    previas que le dan sentido. Asimismo analizaremos el espacio discursivo

    construido por, y en torno a, el conflicto psicologa-LOPS, para concluir el captulo

    con un anlisis comparativo de ste con el que tuvo lugar en los pases del entorno

    europeo (Reino Unido y Francia).

  • 22

    En el Captulo Quinto pasamos a ocuparnos del terreno acadmico. Dicho

    terreno adquiere aqu especial relevancia a tenor de la centralidad que la LOPS

    otorga a los proceso formativos. En este sentido se desarrollaron ingentes debates

    en torno a los contenidos curriculares de la carrera psicolgica, los cuales

    coincidirn adems con los importantes movimientos de ajuste al Espacio Europeo

    de Educacin Superior, dando lugar en algunos casos a cambios de peso en la

    dimensin acadmica de la disciplina. Focalizaremos as nuestro inters aqu sobre

    las transformaciones en la psicologa acadmica en su paso al nuevo formato de

    grado.

    El espacio cultural de la psicologa ser el objeto de inters para nuestro

    Captulo Sexto. Recuperamos aqu los estudios que han trabajado la insercin de

    lo psi en los entramados culturales contemporneos as como su destacado

    despliegue actual en los mismos. El discurso (y tcnica) de la autoayuda ser

    objeto de nuestro anlisis de caso en este captulo, al ser ste actualmente una de

    las manifestaciones ms evidentes de la difusin de las categoras psicolgicas en

    el mbito cultural as como un referente necesario para dar cuenta de la insercin

    de la disciplina en el nuevo contexto poltico-econmico.

    Cerraremos el trabajo con un apartado para la Reflexin final y

    conclusiones, que nos servir para condensar la serie de resultados y anlisis

    realizados para el global del trabajo, recuperando y permitiendo confluir en una

    perspectiva integrada lo visto para los diferentes espacios profesional, acadmico y

    cultural.

  • 23

    Captulo 1

    Estrategias metodolgicas

    1.1. Construccin categorial del objeto de estudio

    Toda investigacin social se localiza en unas coordenadas analticas, esto es, se

    reconoce como heredera de un complejo de significados previamente constituidos.

    Este espacio de significados heredados, asumidos o enfrentados, delimita de este

    modo la mecnica de un proceso constructivo sobre el objeto de estudio en

    cuestin, si bien no lo agota.

    Nuestro inters primero se centra en el conflicto generado entre la

    psicologa y la nueva regulacin jurdico-sanitaria (LOPS). En el plano analtico, los

    estudios que han podido generarse en torno al mismo han tendido a ser copados

    por organismos oficiales de representacin o por voces interesadas dentro de

    aquel (Duro, 2004; Santolaya, 2004; Buela-Casal, G. et al., 2005; CAMS, 2005; CDP,

    2005). De este modo, las diferentes decisiones jurdicas o institucionales han sido

    por lo general presentadas bajo la presuposicin de un espacio competencial

    corporativo, esto es, como la reproduccin de una dinmica de enfrentamientos

    que se da aqu principalmente entre mdico-psiquiatras y psiclogos. Es cierto que

    dicha dinmica corporativa de lucha por espacios sociales de prctica profesional

    forma parte ineludible del nivel comprensivo del actual conflicto, pero

    consideramos a su vez que reducir los anlisis a dicho enfrentamiento corporativo

    generar trabas en niveles fundamentales de apropiacin y, lo que es peor, obviar

    dinmicas ms amplias que forman parte necesaria tambin del problema en

    cuestin. Quisimos as, para empezar, no asumir como dadas las categoras que lo

  • 24

    presuponan. De este modo, haba que problematizar el propio concepto y

    definicin de profesin que se presenta como elemento bsico del articulado y

    disposiciones de la LOPS. Si por un lado el no reconocimiento de la psicologa en

    dicha ley se har de forma destacada por el cuestionamiento de su dimensin

    sanitaria, una importante cantidad de supuestos relevantes surgen en este

    conflicto al amparo de los debates sobre el carcter profesional o no de ciertas

    ocupaciones as como de las posibilidades socio-laborales o culturales que dicho

    carcter otorga. El plano de comprensin terica del problema en cuestin pasaba

    de este modo en primer lugar por recoger las contribuciones de la sociologa de

    las profesiones, la cual nos permita identificar un conjunto de elementos

    habitualmente presentes en dichos espacios de conflicto profesional.

    La sociologa de las profesiones no es una especialidad con excesiva

    tradicin en el Estado espaol y han sido ms bien los pases anglosajones quienes

    han desarrollado el grueso de trabajos en este sentido. Sin embargo, ciertas

    reestructuraciones contemporneas en el marco profesional, estatal y acadmico

    de la Europa continental han acercado sus instituciones, en diversos sentidos, a las

    del mundo anglosajn (Lane, 2000). Unos cambios que renovarn en estos pases

    la aplicabilidad e inters de los estudios de la especialidad sociolgica de las

    profesiones, que de hecho han aumentado en ellos de forma importante en las

    ltimas dcadas, tambin en parte en el caso espaol.

    Aqu nos enriqueceremos por un lado de los debates en torno a las

    caracterizaciones especficas de la profesionalidad de la etapa inicial de estudios

    sociolgicos. Dicha etapa se dedic principalmente al anlisis de las caractersticas

    genricas que permitan delimitar una definicin comn para las profesiones. Es la

    etapa caracterizada como la de los modelos de rasgos o caractersticas esenciales

    (Collins, 1990; MacDonald, 1995; Evetts, 2003; Snchez et al., 2003; Rodrguez

    vila, 2008). Un marco de anlisis en el que acabar por destacarse la perspectiva

    funcionalista asociada a autores de reconocido prestigio como Talcott Parsons

    (1939, 1979). El socilogo estadounidense constituira a su vez la comprensin de

    los profesionales que ha sido principalmente heredada por la cultura general, que

    pervive incluso en cierta medida a da de hoy. Siguiendo a Parsons, el servicio

    altruista, el cdigo tico regulador, la competencia tcnica (fundamentada en la

  • 25

    ciencia y su progreso) y la autoridad y responsabilidad social (labor de cohesin de

    la moral social) se constituirn como los rasgos principales de aquellos grupos que

    asumen el carcter profesional de su ocupacin o rol social.

    Los aos sesenta y setenta conllevarn sin embargo la ruptura con esta

    visin idealizada de las profesiones caracterstica de las perspectivas

    funcionalistas iniciales. La explosin de nuevos enfoques (neoweberianos,

    neomarxistas, etnometodolgicos, fenomenolgicos o interaccionistas) aporta una

    mirada ms diferenciada que resulta en una gran cantidad de estudios originales

    sobre las profesiones. A partir de las nuevas perspectivas se llevar a cabo, entre

    otros, un cambio fundamental en la comprensin de las profesiones por medio del

    cual stas toman un marcado cariz dinmico y mvil. La cualidad profesional no

    sera as un espacio reservado necesariamente a una serie de ocupaciones cuyo

    papel funcional en la estructura social depare roles y estatus de mayor alcance,

    sino ms bien un horizonte, el resultado nunca definitivo de un complejo y labrado

    camino de luchas y conflictos, en el que los grupos profesionales estn sujetos a

    variables de carcter poltico, cultural, acadmico o econmico que no dependen

    de ellos en su totalidad. En este sentido stos no pueden ser nunca totalmente

    independientes o autorregulados, caracterstica distintiva profesional por

    excelencia. Dicho lo cual, se pas as a dar mayor alcance al anlisis de toda una

    serie de mecanismos que intervenan en procesos diferenciados e histricos de

    profesionalizacin. Dentro de estos estudios encontramos ya un espacio sanitario

    que se conforma como terreno privilegiado de anlisis, llegando al punto de

    considerar a la medicina como la profesin por excelencia1.

    Entre la disparidad de mecanismos de profesionalizacin que nos interesa

    tener presentes podemos destacar la posesin de un cuerpo sistemtico y

    formalizado de conocimientos y el dominio o exclusividad cognitiva sobre los

    procesos formativos legitimados para el mismo; los mecanismos de

    reconocimiento, credencial y proteccin profesional autorregulados o estatales; la

    1 En los aos setenta y principios de los ochenta, el desarrollo de los estudios sociolgicos en torno a la salud coincidi en buena medida con los propios de la sociologa de las profesiones, pues el anlisis de la medicina y los mdicos se convierten en objetivo privilegiado de ambos (Johnson, 1972; Freidson, 1978; Donati, 1994). En dicha confluencia de perspectivas, nos interesar en especial el trabajo sobre las estructuras y dinmicas del sector sanitario espaol llevado a cabo por dos autores, Josep Rodrguez y Jess De Miguel (De Miguel, 1983; Rodrguez, 1981, 1986, 1992; Rodrguez y De Miguel, 1987, 1990).

  • 26

    capacidad de gestin de los significantes culturales sobre la profesin; o la

    constitucin de un producto distintivo y el control monopolstico del mercado de

    produccin o venta del mismo (Larson, 1977; Freidson, 1978; Collins, 1990;

    Torstendhal y Burrage, 1990; Sez y Snchez, 2009). El engarce especfico de estas

    caractersticas, que hemos podido ir aislando en nuestras lecturas sobre la

    sociologa de las profesiones, tendr reflejo en uno u otro modo en la propia

    disposicin de nuestro trabajo en diferentes espacios y en sus anlisis asociados

    (anlisis jurdico-poltico, espacio y anlisis acadmicos, espacio y anlisis cultural,

    insercin sociopoltica o econmica) as como en la relevancia dada al carcter

    temporal (histrico) o dinmico (campos asimtricos de luchas) del objeto de

    estudio.

    De forma complementaria a los trabajos sobre la profesionalizacin se

    vinieron realizando estudios que destacaban a su vez los procesos de declive de las

    profesiones bajo las ideas amplias de la desprofesionalizacin o la

    proletarizacin (Oppenheimer, 1973; Casanova, 1975; Haug, 1975; Derber, 1982;

    Martn Serrano, 1982; Guilln, 1990). Segn dichas teoras, buena parte de las

    caractersticas destacadas en forma de privilegios para los grupos profesionales

    han sido progresivamente minadas y en muchos casos han desaparecido. En

    general, se atestigua una prdida de estatus y prestigio de las mismas as como una

    menor capacidad de autorregulacin o de monopolio sobre el propio conocimiento

    o producto, incidiendo as sobre elementos otrora fundamentales en la propia

    concepcin profesional. Por ejemplo, la entrada progresiva de su trabajo en el

    entramado de organizaciones complejas, como puede ser la propia estructura

    burocrtico-estatal, habra supuesto una merma en la capacidad e independencia

    en los procesos de toma de decisiones, en especial de aquellas que afectaban a la

    organizacin o la finalidad de su trabajo o en la propia definicin de los problemas

    especficos que ataen a su servicio. Finalmente, se atestiguaba tambin la prdida

    de beneficios laborales en la forma de peores salarios as como una menor

    capacidad de autoempleo o incluso un empobrecimiento en sus condiciones

    laborales. Los planteamientos sobre la desprofesionalizacin fueron especialmente

    utilizados a lo largo de las dcadas de los setenta y ochenta del siglo XX, sin

    embargo han vuelto a tener relevancia en los ltimos aos, a raz de ciertas

  • 27

    reestructuraciones de los marcos laborales de la prctica profesional (Irvine, 2004;

    DOrleans, 2008; Sez y Snchez, 2009; Irigoyen, 2011). En nuestro caso, dichos

    procesos han influido en formas diversas a los trabajadores de los servicios

    sanitarios, donde cabe incluir a los psiclogos si bien el colectivo principalmente

    afectado ser el de los mdicos. Consideramos as que el anlisis de la

    profesionalizacin psicosanitaria estara incompleto si no tenemos en cuenta

    dichas dinmicas desprofesionalizadoras, tanto las histricas como sobre todo las

    ms recientes, en el mbito de la salud. Estamos hablando ya aqu de forma

    destacada del amplio campo de modificaciones llevadas a cabo sobre el sector

    pblico y conceptualizadas bajo la idea genrica de la nueva gestin pblica (new

    public management) (Parrado, 1996; Lane, 2000; Olas de Lima, 2001; Lpez, 2003;

    Dent et al., 2004; Shamsul, 2005).

    Destacar finalmente nuestra voluntad de desarrollar aspectos a nuestro

    entender escasamente trabajados en la actualidad dentro del campo de estudios de

    la sociologa de las profesiones. Nos referimos en concreto a la importancia de la

    dimensin cultural para la comprensin de determinados procesos y estrategias de

    profesionalizacin o desprofesionalizacin. Consideramos aqu que la importancia

    de dicha dimensin fue debidamente implantada por trabajos clsicos en el campo,

    como el famoso estudio de Larson (1977) y la importancia que en l se daba al

    terreno socio-simblico, si bien dicha dimensin no nos parece suficientemente

    remarcada y analizada en los trabajos actuales de la disciplina. Nos referimos en

    este caso no tanto a cuestiones como la cultura profesional, que s focaliza

    abundante atencin, como ms bien a las aproximaciones sobre la profesin en la

    cultura, a partir de las cuales creemos que podr incluso reconsiderarse la base

    misma de las apuestas profesionalistas en las dimensiones ms formales e

    institucionales. Ser precisamente esta dimensin cultural la que comienza a su

    vez a ser relevante dentro del otro campo de conocimientos que rescatamos aqu

    para la construccin categorial del objeto de estudio: la psicologa crtica.

    La psicologa (social) crtica y la sociologa que se ha acercado crticamente

    a la psicologa son un referente fundamental en nuestro trabajo. La propia

    consideracin de la psicologa (objeto genrico) que aqu desarrollamos y a partir

    de la cual desplegamos el proceso de seleccin de intereses analticos y empricos

  • 28

    concretos se fundamenta en el modo en que estas perspectivas han venido

    reflexionndola y construyndola a lo largo de las ltimas dcadas.

    Habr que retrotraerse de nuevo a los aos setenta del siglo XX para

    observar en este caso un cambio radical en la propia conceptualizacin general de

    la psicologa. Como hemos podido avanzar en el apartado introductorio, dicha

    dcada asiste al desarrollo de toda una serie de perspectivas novedosas que tienen

    como elemento aglutinador su distanciamiento con los modelos ortodoxos de la

    disciplina. Habr que destacar as el desarrollo de nuevos planteamientos como la

    psicologa constructivista, la psicologa del discurso, la psicologa retrica o la

    psicologa de orientacin hermenutica o deconstructivista, entre otras (Billig,

    1987; Crespo, 1991; Potter y Wetherell, 1996; iguez y Antaki, 1998; Gergen,

    1999; Blanco, 2002). De entre ellos, nos interesa aqu especialmente la rama

    propiamente caracterizada como crtica (Parker y Shotter, 1990; Martn

    Cebollero, 1995; Gordo y Linaza, 1996; Ibez y iguez, 1997; Burman, 1998;

    Ovejero, 1999; Sloan, 2000; Ibez, 2005; Romero y lvaro, 2006; Fox et al., 2009)

    en tanto que sta pretende ya no slo organizarse como un instrumento de crtica

    discursiva sobre la sociedad contempornea, ni tan siquiera como una herramienta

    de produccin de conocimiento emancipador, sino directamente como un

    mecanismo de oposicin a las estructuras de dominio, empezando as por el papel

    que la propia disciplina tiene en las mismas. De entre las distintas lneas dentro de

    la psicologa crtica habr que remarcar el papel destacado de la desarrollada en

    los pases anglfonos, pues ha sido la que ha adquirido una mayor difusin global

    as como una introduccin ms clara en Espaa. Pese a ello, quisiramos tambin

    defender la importancia de rescatar el papel original de la psicologa crtica

    alemana (Holzkamp, 1972; Tolman y Mayers, 1991; Tolman, 1994) as como las

    races soviticas de la misma, sobre todo si queremos situar de manera adecuada a

    la propia (sub)disciplina dentro del entramado socio-poltico que le da sentido.

    Una psicologa crtica alemana que articul seguramente uno de los proyectos ms

    ambiciosos y de mayor recorrido en este campo, pero que ha visto reducida su

    capacidad de expansin e influencia sobre todo por las escasas traducciones del

    alemn hasta dcadas recientes as como por algunos excesos dogmticos en su

    planteamiento.

  • 29

    Por otro lado, nos es especialmente relevante aqu la confluencia de dichas

    perspectivas heterodoxas con los trabajos sociocrticos y genealgicos aplicados al

    entorno amplio de lo psi. Si los trabajos del filsofo Michel Foucault son aqu un

    referente irrenunciable (1994, 1997, 2000, 2001, 2005b), la confluencia de los

    mismos con la antipsiquiatra (Cooper, 1971; Basaglia, 1972, Garca, 1975; Szasz,

    1976; Laing, 1977) u otros autores como Erving Gofmann (1972), Ivan Illich

    (1975), Gilles Deleuze y Flix Guattari (1985), Norbert Elias (1988, 1990) o

    algunos trabajos asociados a la Escuela de Frankfurt (Adorno et al., 1965; Marcuse,

    1981; Fromm, 1994), abre un terreno prolfico y novedoso para reflexiones y

    denuncias de gran calado sobre la realidad social y poltica de las disciplinas psi o

    de los sistemas de (auto)control a ellas asociados. A partir de este terreno de

    trabajos iniciales, son sobre todo una serie de socilogos quienes posibilitarn el

    paso a una crtica psi ms especficamente psicolgica, no tan marcada ya por la

    dimensin psiquitrica. Entre stos, debemos destacar las obras de Robert Castel

    (1980a, 1980b), Jacques Donzelot (1979), Fernando lvarez-Ura (1983), Julia

    Varela (Varela y lvarez-Ura, 1986) o Nikolas Rose (1979, 1985, 1990, 1996b),

    cuyos anlisis disponen un complejo marco de implicaciones para la existencia y

    dispersin de racionalidades y tcnicas psi.

    Finalmente, todos estos trabajos de confluencia psico y sociocrtica han sido

    actualizados recientemente en los estudios sobre la psicologizacin o la cultura

    psicolgica, terreno especfico del campo en el que aqu nos situaremos (Varela,

    1997; lvarez-Ura, 2005; Parker, 2008; De Vos, 2010; Gordo y De Vos, 2011). De

    forma sucinta, todos ellos vienen a poner el foco en el extraordinario proceso de

    inundacin social de las categoras y prcticas psi en el contexto de las

    democracias avanzadas. Tanto la categora de psicologizacin como la de

    cultura psicolgica desplazan de este modo las perspectivas de estudio hacia un

    terreno cultural hasta ese momento relativamente poco estudiado, menos an en

    suelo espaol. Dicho desplazamiento facilita de entrada el engarce de la disciplina

    con las transformaciones sociopolticas que le son coetneas, entre las que

    podramos destacar aqu la mecnica de fragilizacin de las relaciones sociales o el

    nuevo individualismo (Beck y Beck-Gernsheim, 2003; Donzelot et al., 2007), los

    actuales modelos productivos (Parker, 2008) o el neoliberalismo (Rose, 1996a).

  • 30

    Dar continuidad aqu a dichas perspectivas nos permitir reconsiderar el encaje

    caracterstico de la psicologa en dichas transformaciones, pasando as de la

    utilizacin habitual de las mismas como meros marcos o contextos para el

    despliegue de la psicologa a situar sta ms bien conformando una parte

    destacable de la orientacin especfica y actual de aquellas. En este punto

    entroncaremos as en ltimo caso con obras propias de la sociologa cultural o

    laboral (Riesman, 1981; Lipovetsky, 1987; Castel, 1997; Lasch, 1999; Sennett,

    2000; Illouz, 2007, 2010; Crespo et al., 2009) as como con las lecturas

    anglofoucaultianas sobre el neoliberalismo (Burchell et al., 1991; Barry et al., 1996;

    Rose, 1996b, 1999; Dean, 1999).

    1.2. Objetivos concretos y directrices de trabajo

    Recordamos el objetivo general de nuestro trabajo, tal como se present en el

    apartado introductorio:

    Profundizar en los discursos y posiciones en torno a la LOPS, las condiciones

    de posibilidad que hicieron factible el levantamiento de sectores concretos de

    la academia y prctica profesional psicolgica y el modo que estos

    levantamientos y movilizaciones, tensiones entre el plano

    profesional/acadmico y el marco legal, permite indagar en la comprensin

    histrica del papel de cierta forma dominante de psicologa en el actual

    imaginario social espaol.

    A partir de dicho objetivo general, y en el proceso de delimitacin de los

    discursos y de sus condiciones de posibilidad, hemos considerado una serie de

    objetivos complementarios o secundarios a aquel:

    Analizar y derivar claves de comprensin especficas y relevantes a partir

    de dimensiones diferenciadas del conflicto (profesional, acadmica,

    cultural, histrica) as como articular stas para ofrecer conclusiones

    integradas en relacin al objetivo general.

  • 31

    Tener en consideracin procesos socioculturales de relativa amplitud en los

    cuales adquiere cada vez mayor relevancia un determinado discurso

    psicolgico distintivo as como situar geogrfica (Estado espaol) y

    sociolgicamente dicho discurso.

    Introducir perspectivas o puntos de vista novedosos sobre el conflicto

    analizado, encontrando espacios de invisibilizacin en las explicaciones

    (categoras, teoras, etc.) de la actual sociologa de las profesiones, sobre

    todo en lo que se refiere a variables de tipo cultural o histrico relevantes

    para determinados procesos de profesionalizacin.

    De forma complementaria a estos objetivos, y como derivacin de los

    mismos, sintetizamos dos hiptesis o directrices de trabajo principales, las cuales

    servirn a su vez para calibrar posteriormente nuestros anlisis:

    La especfica incardinacin cultural y poltica ostentada por la psicologa

    espaola actual (psicologizacin/cultura psicolgica) le brinda a la misma

    posibilidades de reproduccin y estrategias de profesionalizacin con

    capacidad para superar escenarios aparentemente adversos, como el

    deparado por la entrada en vigor de la LOPS.

    Revelar a su vez la incardinacin sociopoltica de la psicologa permitir

    quebrar la centralidad de elementos que articulan de forma destacada el

    espacio mismo de debate y anlisis generado tras la LOPS, en especial

    aquellos puntos que se refieren a los enfrentamientos en torno a los

    paradigmas de salud defendidos o al simple nivel corporativo del conflicto.

    1.3. Fundamentacin epistmica y diseo metodolgico

    Al igual que una investigacin social se construye de forma necesaria sobre el

    trasfondo de un marco categorial de referencia, aquella tambin participa y

    reproduce explcita o implcitamente un modelo determinado de acceso al

    conocimiento o produccin del mismo. En nuestro caso, no nos parece posible ni

    deseable a da de hoy renunciar al nuevo espacio postpositivista deparado por las

  • 32

    crticas dcadas atrs a la llamada concepcin heredada de la ciencia (Bachelard,

    1973, 1981; Kuhn, 1975; Barnes, 1986; Wittgenstein, 1988; Feyerabend, 2000;

    Bloor, 2003; Canguilhem, 2009). En el campo concreto de las ciencias sociales

    dicha ruptura con la tradicin epistmica positivista tiene reflejo sobre todo en el

    camino abierto para la serie de metodologas y tcnicas incluidas de forma

    genrica bajo la idea del cualitativismo (Ibez, 1986; Dvila, 1995; Delgado y

    Gutirrez, 1995; Alonso, 1998; Valls, 1999; Ruiz Olabunaga, 2003). Tendremos

    as en este nuevo marco de comprensin toda una multitud de tcnicas de

    recogida, produccin y anlisis de datos o informacin que surgen a su amparo. La

    amplitud y dispersin de dichas tcnicas llega sin embargo al punto de hacer difcil

    encontrar un denominador comn entre ellas. Pese a todo, parece posible

    distinguir en la propia consciencia del anclaje social de la investigacin acadmica

    un marco de partida compartido e irrenunciable. Entendemos entonces por ello

    que un planteamiento metodolgico (cualitativo) est incompleto si no se

    posiciona de entrada en el plano epistemolgico bajo el cual se desarrolla. La

    reflexin en torno a dicho posicionamiento permitir determinar ciertos criterios

    acerca de qu podemos conocer y, de este modo, perfilar las tcnicas adecuadas

    para hacerlo correctamente. Nos situamos, como decimos, dentro de la ruptura

    cualitativa, y la voluntad de explicitar y desbrozar mnimamente el camino

    epistmico que nos lleva a realizar tal afirmacin es as una evidencia inicial de

    dicha adherencia.

    En primer lugar, un elemento bsico de partida es la superacin de la

    ilusin de transparencia de la realidad y del acceso emprico ingenuo a la misma.

    La familiaridad con la realidad social es un obstculo epistemolgico

    especialmente persistente. En nuestro caso, la psicologa se nos presenta hoy de

    forma inmediata y evidente como una profesin y un saber aplicados a la atencin

    en salud. Ello nos genera una serie de problemas a la hora de abordar tanto la

    disciplina como el marco sanitario en el que acta. Queremos desarrollar as de

    entrada un mecanismo preliminar de distanciamiento con dicha apariencia

    inmediata, partiendo de la comprensin de los procesos constructivos propios de

    la investigacin, los cuales se ejercen tanto sobre el material estudiado como sobre

    el tratamiento mismo que le brindamos. En definitiva, debemos comenzar

  • 33

    problematizando la propia evidencia objetual de los fenmenos sociales

    analizados. El recorrido histrico-genealgico realizado trata de situarse as en

    estas coordenadas metodolgicas.

    Por otro lado, no podemos aceptar hoy los hechos sociolgicos ms que

    considerando su aparicin necesaria bajo condiciones que insertan en su misma

    evidencia fenomnica decisiones tcnicas, metodolgicas o tericas derivadas de

    caractersticas sociales, culturales o histricas del sujeto de conocimiento. Los

    productos del conocimiento cientfico no son simples descubrimientos de objetos

    preexistentes sino elaboraciones propias de un lenguaje legitimado y

    transformado por una colectividad cientfica inserta a su vez en un complejo social.

    El nivel lingstico-simblico adquiere aqu pues una importancia nuclear.

    De una forma u otra, el lenguaje ya era un elemento central e irrenunciable

    en los debates positivistas en torno a la ciencia o la epistemologa (Ayer, 1981;

    Kolakowski, 1988). Sin embargo, frente a aquellos, el lenguaje no interesa ahora en

    el plano de la delimitacin de los principios de las inferencias formalmente vlidas,

    ni el horizonte es ya el de la consecucin de un complejo lgico-formal que sea

    preservado de sus propios elementos connotativos distorsionadores o ambiguos.

    Ms bien, se pone en entredicho la posibilidad misma de un lenguaje desprendido

    de heursticos o infecciones socio-culturales. Interesa el lenguaje como praxis

    social, no como sistema abstracto, donde lo social mismo es ahora inseparable de

    lo simblico. Tenemos as un espacio estructurado por significaciones y smbolos

    cuyo tratamiento adecuado no puede darse tanto a travs de la mtrica

    matemtica como de los anlisis de lo lingstico, lo comunicacional o lo

    semiolgico.

    La metodologa cualitativa partir entonces de la necesidad de acercarse a

    lo simblico, otorgando a los sujetos no slo una posicin reactiva ante el mundo

    sino tambin un papel activo, con la capacidad de modificar aquel a travs del

    sentido(s) que le imprime con sus acciones. De este modo los datos elaborados no

    constituyen intuiciones del ser sino en muchos casos efectos de significado cuya

    elaboracin est condicionada a partir de y bajo los lmites de la carga simblico-

    lingstica planteada ya pues como inherente a lo social. Del mismo modo, este

  • 34

    espacio social est necesariamente incardinado en unas coordenadas histrico-

    polticas, de las que el propio investigador no puede considerarse ajeno.

    En definitiva, el camino abierto por las crticas al representacionismo y al

    cuantitativismo tradicional da va libre as a un terreno metodolgico inmenso, con

    mecanismos de produccin de conocimiento que permiten una nueva relacin

    integrada del pensamiento, lo lingstico o lo simblico con los fenmenos sociales.

    Con lo dicho hasta aqu, entendemos que la investigacin social se constituye como

    un proceso abierto, reflexivo, deseablemente adaptable y flexible. Un proceso que,

    sin perder el rigor analtico, debe ser necesariamente amoldable a las

    especificidades del objeto concreto que se busca y crea en la investigacin, tanto

    en el uso de las categoras como en el de los mtodos.

    La eleccin de las herramientas metodolgicas es de este modo un paso

    clave, en tanto que circunscribe lo observable, permitiendo a su vez la construccin

    del objeto mismo de estudio como una apuesta. Una apuesta que en muchos casos

    ser finalmente de carcter poltico, en tanto que las diferentes tcnicas tienen

    capacidad en grados diversos para actuar e incluso transformar la realidad sobre la

    que se focalizan. La seleccin metodolgico-tcnica nos posiciona necesariamente

    as en un terreno estratgico (Dvila y Domnguez, s/f; Gordo y Serrano, 2008).

    En nuestro caso, las decisiones propias del proceso de seleccin no fueron

    simplemente tomadas de forma previa al desarrollo de la investigacin. Ms que

    decidirnos a priori por unas herramientas, esperbamos que el propio proceso de

    investigacin y los objetivos especficos del mismo nos llevaran a disponer unas u

    otras en cada momento, una vez habamos profundizado previamente en el

    conocimiento terico del manejo de las mismas y de sus implicaciones. Dicho

    procedimiento, de elaboracin abierta y emergente, nos acerca per se a un tipo de

    investigacin cualitativa de forma mucho ms evidente que cualquier seleccin

    tcnica especfica. Sin embargo, paradjicamente, este proceso de ajuste a las

    necesidades del objeto (construido) nos ha posicionado a su vez de forma crtica

    en nuestra adherencia al modelo cualitativo, o cuanto menos respecto de

    determinadas derivas en los usos del mismo. Consideramos as que el sentido de

    las acciones no puede ser slo subjetivo sino que est situado en un espacio social,

    del mismo modo que las relaciones sociales no pueden reducirse a las

  • 35

    representaciones que de ellas se hacen los sujetos. No es posible descifrar el

    significado de los discursos si stos no se insertan en el discurrir de

    acontecimientos y relaciones especficas en las que toman consistencia. En este

    sentido, los discursos per se no son explicativos de los comportamientos sino que

    son un elemento ms a explicar.

    A tenor de lo dicho, definiremos el modelo metodolgico que aqu seguimos

    como un modelo mixto (cualitativo-cuantitativo), que pretende una aproximacin

    a los fenmenos de estudio en sus mltiples dimensiones de profundidad y

    complejidad, conjugadas en lo posible con las de frecuencia, amplitud o magnitud.

    Nos decantamos as por una triangulacin de mltiples y diferentes mtodos de

    recopilacin, produccin y anlisis de datos, de tal manera que la misma permita a

    su vez generar un mecanismo de control sobre la propia validez interna o

    credibilidad de la investigacin llevada a cabo. Esto es, no simplemente mezclar

    tcnicas y mtodos sino permitir que stas entren en contrastes especficos y

    orientados.

    Los objetivos e hiptesis de trabajo que hemos comentado ms arriba y que

    condensan el conjunto de planteamientos bsicos de este trabajo deben ser

    necesariamente abordados as desde una perspectiva pluri-metodolgica, esto es,

    recurriendo a la aplicacin de distintas metodologas y tcnicas de investigacin en

    diferentes fases de investigacin, sucesivas en el tiempo y con objetivos de

    informacin sustancialmente diferenciados. Cada propuesta tcnica estar vinculada

    de este modo a la consecucin de informacin relevante acerca de un objetivo o un

    grupo de objetivos determinados.

    Exponemos brevemente a continuacin las diferentes tcnicas, fuentes y

    tipos de materiales seleccionados y producidos a lo largo del trabajo de campo

    (marzo 2007 - junio 2014). La imbricacin de las distintas tcnicas habr de

    reflejarse una vez avanzados los anlisis en la propia tesis2.

    2 Para facilitar la lectura de los apartados que siguen, la informacin de carcter ms procedimental ser ofrecida directamente en los captulos en los que se desarrollan los estudios empricos concretos.

  • 36

    1.3.1. Fase productiva

    La presente investigacin compagina en su fase productiva la lectura de

    bibliografa especializada, el recurso a documentacin oficial y fuentes estadsticas

    secundarias, con un trabajo de campo centrado en la produccin de materiales

    cualitativos. El uso que hacemos de los datos estadsticos est principalmente

    encaminado aqu a objetivar en plano sociolgico nuestro primer abordaje del

    objeto de estudio. Esta mirada ms centrada en hechos y datos sociales aporta

    sin embargo un referente ineludible para desplegar el anlisis discursivo del resto

    de materiales narrativos que constituyen el ncleo principal del estudio.

    1.3.1.1. Rastreo bibliogrfico y documentacin oficial

    El proceso de rastreo bibliogrfico tuvo lugar ya desde los momentos iniciales de la

    (pre)fase exploratoria de la investigacin que se presenta. La investigacin se

    nutre inicialmente de mis experiencias directas tanto con la institucin, como ex-

    alumno de psicologa, como tambin con el conflicto, en este caso por mi militancia

    en colectivos involucrados en las luchas anti-LOPS. Partamos as en un primer

    momento de dicha participacin directa (experiencia bruta sin sistematizacin

    procedimental) para los posteriores procesos organizados de seleccin de fuentes

    y materiales.

    Ya en fase productiva, se llev a cabo de forma inicial un seguimiento de los

    sucesos y acciones o reacciones que se fueron derivando de la progresiva

    aplicacin de la Ley de Ordenacin de las Profesiones Sanitarias y de la

    movilizacin y respuesta crtica de la psicologa. Se procedi as a la elaboracin de

    un cronograma del movimiento psi contra la LOPS en el que se recogan tanto los

    hitos ms destacados (manifestaciones, paros, formacin de colectivos ad hoc,

    cambios institucionales, enmiendas en las Cortes) como las producciones

    discursivas sucesivas de los colectivos y organizaciones involucrados, de forma

    que pudimos aglutinar una cantidad ingente de materiales en todo el desarrollo de

    esta primera fase. La recopilacin y el anlisis documental de todos estos

    materiales conformarn en definitiva el grueso de la investigacin. Adems del

    ingente recurso a fuentes bibliogrficas secundarias, se accedi y seleccion as

    una parte importante de la documentacin escrita recogida para el proceso de

  • 37

    anlisis. Organizamos la documentacin seleccionada en relacin a su carcter

    jurdico, poltico, acadmico, profesional o cultural (Tabla 1).

    Tabla 1. Principales materiales documental-normativos analizados

    DOCUMENTACIN JURDICA

    Regulacin sanitaria

    Ley 14/1986 General de Sanidad (BOE, 1986, 102: 15207-15224) Ley 15/1997 sobre habilitacin de nuevas formas de gestin del Sistema Nacional de Salud

    (BOE, 1997, 100: 13449-13450) Real Decreto 2490/1998 por el que se crea y regula el Ttulo Oficial de Psiclogo Especialista

    en Psicologa Clnica (BOE, 1998, 288: 39538-39542) Orden PRE/1107/2002 por las que se regulan las vas transitorias de acceso al Ttulo de

    Psiclogo Especialista en Psicologa Clnica (BOE, 2002, 119: 17897-17902) Ley 16/2003 de Cohesin y Calidad del Sistema Nacional de Salud (BOE, 2003, 128: 20567-

    20588) Real Decreto 1127/2003 por el que se establecen las bases generales sobre autorizacin de

    centros, servicios y establecimientos sanitarios (BOE, 2003, 254: 37893-37902) Ley 55/2003 del Estatuto Marco del Personal Estatutario de los Servicios de Salud (BOE,

    2003, 301: 44742-44763) Ley 44/2003 de Ordenacin de las Profesiones Sanitarias (BOE, 2003, 280: 41442-41458) Real Decreto 654/2005 por el que se modifican las disposiciones transitorias del RD

    2490/1998 y se abre un nuevo plazo para solicitar dicho Ttulo (BOE, 2005, 142: 20570-20571)

    Orden SCO/1741/2006 por la que se modifican los anexos del RD 1127/2003, por el que se establecen las bases generales sobre autorizacin de centros, servicios y establecimientos sanitarios (BOE, 2006, 134: 21240-21241)

    Health Professions Order (2001) Enmienda Accoyer Amendement 336, Code de la Sant Publique (2003)

    Regulacin acadmica

    RD 1428/1990 por el cual se establece el ttulo universitario oficial de Licenciado en Psicologa y las directrices generales propias de los planes de estudio conducentes a la obtencin de aquel (BOE, 1990, 278: 34360-34362)

    Ley Orgnica 6/2001 de Universidades (BOE, 2001, 307: 49400-49425) RD 55/2005 por el que se establece la estructura de las enseanzas universitarias y se regulan

    los estudios universitarios oficiales de Grado (BOE, 2005, 21: 2842-2846) RD 56/2005 por el que se regulan los estudios universitarios oficiales de postgrado (BOE,

    2005, 21: 2846-2851) Ley Orgnica 4/2007 por la que se modifica la Ley Orgnica 6/2001 de Universidades (BOE,

    2010, 89: 16241-16260) RD 1393/2007 por el que se establece la ordenacin de las enseanzas universitarias oficiales

    (BOE, 2007, 260: 44037-44048) RD 861/2010 por el que se modifica el RD 1393/2007 por el que se establece la ordenacin de

    las enseanzas universitarias oficiales (BOE, 2010, 161: 58454-58468)

  • 38

    DOCUMENTACIN POLTICA Informes del Consejo Asesor del Ministerio de Sanidad Informes de la Comisin Nacional Promotora de la Especialidad de Psicologa Clnica

    (CNEPC) Informes del Grupo de Trabajo de Psiclogos en la Comisin Tcnica de Formacin

    Especializada en Ciencias de la Salud Libro Blanco sobre Educacin de la Comisin Europea (1990) Declaracin del Consejo Europeo de Lisboa (Estrategia de Lisboa) (2000) Directiva 123/2006 del Parlamento Europeo y del Consejo relativa a los servicios en el

    mercado interior (Directiva Bolkenstein) (2006)

    DOCUMENTACIN ACADMICA Libro Blanco para el Ttulo de Grado en Psicologa (2005) Declaracin de la Conferencia de Decanos de Psicologa (Murcia, 2005) Documentos emitidos por el Colectivo de Estudiantes de Psicologa (CEP-PIE) Documentos emitidos por el Movimiento contra la LOPS Carta Magna de las Universidades Europeas (1988) Declaracin de la Sorbona (1998) Declaracin de Bolonia (1999) Informe Universidad 2000 (Informe Bricall) (2000) Proyecto Tuning: sintonizar las estructuras educativas de Europa (2000)

    DOCUMENTACIN PROFESIONAL (colectivos)

    Foro de la Psicologa de Espaa3 Colegio Oficial de Psiclogos (COP)/ Consejo General de Colegios Oficiales de Psiclogos

    (CGCOP) y Colegios Oficiales de Psicologa regionales [comunicados oficiales y editoriales en revistas Infocop, Papeles del psiclogo y Anuario de psicologa]

    Grupo por la Salud y la Psicologa (creado ad hoc tras la LOPS) Asociacin de Psiclogos Afectados/as por el Reconocimiento de la Especialidad en

    Psicologa Clnica (creado ad hoc tras la LOPS) Federacin Espaola de Asociaciones de Psicoterapeutas (FEAP) Asociacin Espaola de Neuropsiquiatra (AEN) Asociacin Espaola de Psicologa Clnica y Psicopatologa (AEPCP) Asociacin Nacional de Psiclogos Clnicos y Residentes (ANPIR) Mesa Galega de Psicoloxa Clnica (MGPC) Sociedad Espaola de Psiquiatra Consejo General del Colegio de Mdicos European Federation of Psychologists Associations (EFPA) European Federation of Professional Psychologists Associations (EFPPA)

    Fuente: Elaboracin propia.

    3 Organismo principal de la coordinacin de profesionales, docentes y estudiantes de la psicologa contra la LOPS, creado ad hoc a partir de dicha ley.

  • 39

    Documentacin jurdica

    Seleccionamos para anlisis una serie de documentos legislativos (leyes, reales

    decretos, rdenes ministeriales u otros). Por un lado se accedi a reglamentacin

    del espacio sanitario, tanto leyes genricas del sector como en especial las

    especficas para la regulacin laboral-profesional reciente. De entre ellas se realiz

    un anlisis de caso jurdico sobre el texto de la Ley de Ordenacin de las

    Profesiones Sanitarias (2003) as como de otras regulaciones coetneas o previas

    necesarias para su comprensin, destacando aqu la Ley de Cohesin y Calidad del

    Sistema Nacional de Salud (2003), el Estatuto Marco del Personal Estatutario de

    los Servicios de Salud (2003) y la Ley General de Sanidad (1986), sta ltima como

    ley genrica previa de mayor calado.

    Se accedi tambin a documentacin jurdica relativa al mbito educativo

    en el contexto de transformaciones asociadas al llamado Plan Bolonia. En este

    caso, la seleccin se centr de forma especial en aquella documentacin que

    afectaba directa o indirectamente a los cambios especficos en los estudios

    universitarios de la psicologa, dando con todo ello continuidad a la documentacin

    jurdico-universitaria ya trabajada para nuestro recorrido histrico.

    Por lo general la documentacin utilizada es del marco normativo espaol

    pero tambin se accedi a reglamentacin del entorno europeo, en especial de

    Reino Unido y Francia, para las cuestiones sanitarias.

    Organismos polticos

    Seleccionamos aqu documentacin oficial de las Administraciones Sanitarias y

    Educativas o de organismos de asesora a stas en la elaboracin y progresiva

    modificacin de la regulacin jurdica. Recogemos asimismo enmiendas

    presentadas por los Grupos Parlamentarios del Congreso de los Diputados, escritos

    del Defensor del Pueblo y otros documentos significativos en las dinmicas de

    transformacin recientes del sector educativo superior. De nuevo destacar aqu la

    pertenencia mayoritaria de dicha documentacin al contexto espaol as como una

    parte menor producida por el Consejo, la Comisin o el Parlamento europeos.

  • 40

    Organismos acadmicos

    Tenemos en este caso documentos emitidos por instancias acadmico-

    universitarias, principalmente planes de estudio, currculos y guas de asignaturas

    recogidos tanto para anlisis sobre las transformaciones histricas de los

    sucesivos planes de estudio de psicologa de la Universidad Complutense de

    Madrid as como para un anlisis comparativo de los planes de estudio de los

    nuevos grados en psicologa en el conjunto del Estado (43), con especial atencin

    sobre seis universidades espaolas previamente seleccionadas segn criterios que

    detallaremos en el captulo correspondiente (UCM, Barcelona UB, Valencia,

    Zaragoza, Jan y Rey Juan Carlos de Madrid).

    Asimismo se recogieron otra serie de documentos de organismos de

    representacin del terreno educativo psicolgico, principalmente la Conferencia de

    Decanos de Psicologa de las Universidades Espaolas, el Colectivo de Estudiantes

    de Psicologa (CEP-PIE) y el colectivo estudiantil Movimiento contra la LOPS, as

    como algunos otros pertenecientes o relativos tambin al campo amplio del sector

    educativo espaol (Agencia Nacional de Evaluacin de la Calidad y Acreditacin o

    Conferencia de Rectores de las Universidades Espaolas, de forma destacada).

    Organismos y asociaciones profesionales

    Se recogieron y analizaron aqu documentos emitidos por los principales

    colectivos profesionales participantes en el conflicto de la psicologa con la LOPS,

    ya sea en la forma de comunicados, escritos de denuncia, editoriales en sus revistas

    de referencia u otros. Partimos en un primer momento de los organismos

    principales de representacin del terreno profesional psicolgico (especialmente

    el Consejo General de Colegios Oficiales de Psiclogos y algunos Colegios Oficiales

    de Psiclogos regionales) y se fueron aadiendo para el anlisis algunos otros que

    se iban revelando como importantes en el proceso de aplicacin y/o denuncia

    sobre la LOPS. Para una mayor comprensin de las dinmicas del conflicto se

    accedi tambin a comunicados de algunos organismos o asociaciones no

    psicolgicas involucradas en los debates en torno a la nueva ley, ya sea en la

    redaccin o modificaciones posteriores a la misma, o bien porque en los textos

    analizados de la psicologa sta entraba en dilogo o confrontacin con ellos.

  • 41

    Tomamos en este ltimo caso principalmente asociaciones y organismos mdico-

    psiquitricos.

    A nivel europeo se analizaron tambin documentos de la European

    Federation of Psychologist Associations y de su predecesora, la European

    Federation of Professional Psychologists Associations.

    Industria cultural

    Por un lado, como complemento de los anlisis en torno al conflicto con la LOPS, se

    recogieron algunos artculos de opinin o entrevistas en medios de comunicacin

    firmados por personas o colectivos involucrados en el mismo.

    Por otro lado, para los anlisis sobre la dimensin cultural psi, se llev a

    cabo un trabajo sobre el espacio editorial de la autoayuda, en concreto sobre sus

    formatos impresos en publicaciones peridicas (revista o magacn). En este caso,

    se recogern para anlisis un conjunto de textos pertenecientes a la revista

    Psychologies. Para los datos especficos sobre dicho proceso de seleccin y anlisis

    emplazamos al Captulo Sexto.

    1.3.1.2. Fuentes cuantitativas complementarias

    Reforzamos el trabajo de campo principalmente cualitativo con el anlisis de

    diversos datos cuantitativos, que nos permitirn en este caso acentuar o incidir

    sobre aspectos institucionales o sociodemogrficos especficos en torno a los

    objetivos de relevancia.

    Por lo general recurrimos aqu a diferentes organismos u oficinas oficiales

    encargados de la previsin de datos estadsticos, en especial al Instituto Nacional

    de Estadstica, al Centro de Investigaciones Sociolgicas, a Eurostat y a los

    servicios de diferentes Ministerios espaoles (sobre todo los encargados de

    Sanidad, Educacin y Trabajo, bajo sus distintos nombres histricos). Asimismo

    recogemos datos cuantitativos a partir de fuentes secundarias acadmico-

    cientficas (investigaciones publicadas en revistas o libros) convenientemente

    citadas en la bibliografa final as como en la informacin de fuentes en los grficos

    y tablas derivados del recurso a dichos datos.

  • 42

    Entre los recursos cuantitativos ms relevantes para nuestros intereses

    habr que nombrar los datos relativos a matriculaciones en las facultades de

    Psicologa de distintas universidades espaolas, los porcentajes asociados a los

    distintos sectores profesionales de la psicologa, numerosa informacin asociada al

    campo sanitario en Espaa (evolucin en presupuestos del Estado y distribucin

    de los mismos, colegiaciones en profesiones sanitarias u otros en los Barmetros

    sanitarios del Ministerio) as como datos relativos al espacio cultural de la

    psicologa, en especial al mundo editorial de las revistas de autoayuda (facturacin

    en ventas por sectores de mercado editorial, datos totales y evolucin en ventas de

    ciertas revistas o perfil sociodemogrfico del lector, entre otros).

    En relacin a este ltimo espacio cultural queremos aqu destacar el trabajo

    de anlisis sobre los datos de la serie de encuestas realizadas por el equipo de

    Gualberto Buela-Casal (Buela-Casal et al., 2005a, 2005b, 2005c; Sierra et al., 2005)

    en relacin a la imagen de la psicologa como profesin sanitaria tanto entre

    profesores de psicologa y medicina, entre psiclogos espaoles, entre estudiantes

    de psicologa y entre la poblacin en general, respectivamente. sta ltima nos

    interesaba especialmente, en conjuncin adems aqu con la revisin que dicho

    equipo hace de los trabajos previos en Espaa sobre la imagen de la psicologa

    entre la poblacin general, destacando en este caso a su vez los estudios de

    Seisdedos (1983) y Berenguer y Quintanilla (1994).

    Entre las aportaciones ms relevantes del anlisis de los datos extrados de

    todo este conjunto de encuestas tenemos, por un lado, cierta progresin histrica

    en la modificacin de dicha imagen poblacional de la psicologa en Espaa. Desde

    los primeros anlisis poblacionales (aos ochenta) se constata ya la consideracin

    general positiva de la utilidad de la psicologa, sobre todo aqu entre encuestados

    de mayor edad, con menor nivel profesional y cultural y entre mujeres. A destacar

    ah tambin la tendencia a asociar a la psicologa de forma relevante con las

    ciencias ocultas.

    Posteriormente (aos noventa), la imagen sigue siendo muy positiva entre

    la poblacin. Aqu tenemos sin embargo tambin una confusin relevante de la

    disciplina con la sociologa (835%) y la pedagoga (743%), en porcentajes mucho

    ms elevados, por ejemplo, que la confusin con la psiquiatra (37%). La asociacin

  • 43

    con tareas parapsicolgicas, como la realizacin de cartas astrales o lectura de

    manos, es ya mucho menor, aunque cabe destacar la creencia de que se poda

    ejercer la profesin sin cursar una carrera universitaria (168%). Por otro lado, el

    perfil del psiclogo profesional se encuentra en estos momentos ya ms cercano al

    espacio clnico, si bien en los contrastes sobre el reconocimiento social de la

    profesin su posicionamiento se encuentra a medio camino entre la medicina y la

    asistencia social, en un perfil por otro lado cercano ya al del psiquiatra.

    Finalmente, en los anlisis sobre la imagen sanitaria de la psicologa actual

    (Buela-Casal et al., 2005a, 2005b, 2005c; Sierra et al., 2005), podemos destacar la

    postura general notablemente favorable a considerar entre la poblacin a la

    psicologa como una profesin con carcter sanitario (porcentajes en torno al

    85%). En este caso, si bien todos los estratos analizados parecen favorables, las

    mayores puntuaciones se dan entre amas de casa, jvenes (18-37 aos) y con

    puntuaciones muy similares ya entre mujeres y hombres. Es destacable asimismo

    en los datos la mayor afluencia personal al psiclogo que al psiquiatra en el amplio

    espectro de encuestados as como tambin una mayor satisfaccin con los

    primeros. Se echan en falta, por otro lado, en los estudios del equipo de Buela-Casal

    preguntas referentes a espacios limtrofes con otras disciplinas as como con

    aspectos propios de la dimensin ms espiritual o parapsicolgica asociados a

    la psicologa. Del mismo modo, la estratificacin socio-profesional tampoco es aqu

    especialmente rigurosa y nos hubiera gustado disponer tambin, por ejemplo, de

    datos para la relacin entre zonas urbanas y rurales.

    1.3.1.3. Tcnicas cualitativas (entrevistas individuales semiestructuradas)

    Se llevaron a cabo un total de 14 entrevistas cualitativas semi-estructuradas con

    informantes cualificados seleccionados por su conocimiento del campo psicolgico

    o sanitario o por su participacin en organismos oficiales y colectivos directamente

    involucrados en los debates y negociaciones en torno a la aplicacin y posteriores

    modificaciones de la LOPS (Tabla 3).

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    Tabla 2. Ficha tcnica del cuestionario sobre la imagen de la psicologa como profesin sanitaria entre la poblacin general

    mbito Totalidad del territorio espaol

    Universo Poblacin espaola total a da 1 de enero de 2003

    Tamao de la muestra 1.562 personas

    Muestreo Aleatorio (por provincias)

    Perfil

    sociodemogrfico de la muestra

    Sexo: 70% mujeres; 30% hombres Edad: 18 a 94 aos (Media de edad: 47,13; Desviacin tpica: 17,31) Regin: todas las provincias espaolas (exceptuando Lrida por problemas con los recursos telefnicos) Profesin: 5 grupos (amas de casa, jubilados/pensionistas, en paro, profesionales y estudiantes)

    Consistencia interna = 0,65

    Recogida de datos Mayo a junio de 2005 Instrumento y

    procedimiento

    Cuestionario de opinin acerca de las competencias del

    psiclogo mediante encuesta telefnica

    Fuente: Buela-Casal et al., 2005d.

    El tiempo medio de las entrevistas fue de una hora y quince minutos, siendo

    el tiempo mnimo de cuarenta y cinco minutos y el mximo de dos horas. La

    realizacin de las entrevistas fue por lo general en los propios despachos o lugares

    de trabajo de los entrevistados, pues su mayora eran psiclogos y sanitarios

    profesionales o profesores universitarios. En el caso