tercer domingo de cuaresma

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III Domingo Tiempo Cuaresma .A.

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III Domingo Tiempo Cuaresma .A.

Ambientación:Jarra llena de agua y el lema: “Danos, Señor, el agua viva”

Cantos sugeridos: A las fuentes de agua viva; Un solo Señor

Oh Cristo, manantial de

vida nueva:

Tú ofreces a la

humanidad

consumida por la sed,

el agua que sacia y

mana de tu costado.

Oh Cristo, roca de salvación herida por nuestros pecados…

concédenos acercarnos a ti; concédenos conocer de qué

sed delira nuestra existencia; concédenos el don

abundante del espíritu generoso sobre los que caminan

hacia ti.

Y podremos también nosotros llegar a ser fuentes

de vida proclamando con nuestra entera

existencia en el mundo, la gloria de tu nombre.

Amén.

I. LECTIO ¿Qué dice el texto? – Juan 4, 5-42

Este texto es una

hermosa

catequesis sobre la

fe como

descubrimiento

de Cristo,

fuente de agua viva;

sobre el verdadero culto en espíritu y verdad; sobre el

proceso de conversión de una vida de pecado al testimonio

misionero del Mesías a quien ha encontrado. Escuchemos:

En aquel tiempo, 5Llegó Jesús a un pueblo de

Samaria llamado Sicar, cerca del campo que dio

Jacob a su hijo José. 6Allí estaba el pozo de

Jacob. Jesús, cansado del camino, estaba

sentado junto al pozo. Era alrededor del

mediodía.

Lectura del Evangelio según San Juan 4, 5-42

7Llega una mujer de

Samaria a sacar agua,

y Jesús le dice:

- “Dame de beber”.8Sus discípulos se

habían ido al pueblo a

comprar comida.

9 La samaritana le dice:

- “¿Cómo tú, siendo judío, me

pides de beber a mí, que soy

samaritana?”.

Porque los judíos, no tienen trato con los

samaritanos.

10Jesús le contestó:

-“Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide

de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva”.

11La mujer le dice: - “Señor, si ni siquiera tienes con qué

sacar esa agua, y el pozo es muy hondo, ¿de dónde vas a

sacar esa agua viva”?;

12¿eres tú más que nuestro padre Jacob que nos dio este

pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?

13Jesús le contestó: - “El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; 14pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed; el

agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un manantial del

que brota hasta la vida eterna”.

15La mujer le dice:

- “Señor, dame de esa agua; así no tendré más sed, ni tendré

que venir hasta aquí para sacarla”.

16Él le dice: -”Anda, llama a tu

marido y vuelve”.

17La mujer

le contesta:

-”No tengo

marido”.

Jesús le dice: -”Tienes razón, que no tienes marido. 18 Has

tenido ya cinco, y el que ahora tienes no es tu marido. En

eso has dicho la verdad”.

19La mujer le dice: -”Señor, veo que eres un profeta. 20Nuestros

padres dieron culto a Dios en este monte; pero ustedes los judíos

dicen que el lugar donde se debe dar culto está en Jerusalén”.

21Jesús le dice: - “Créeme, mujer, se acerca la hora, en que ni

en este monte ni en Jerusalén darán ustedes

culto al Padre..

22Ustedes dan culto a uno que no conocen; nosotros adoramos a

uno que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. 23Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar

culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y en verdad,

Porque el Padre desea que le den culto así, 24Dios es

espíritu,

y los que le dan

culto deben

hacerlo en espíritu

y en verdad”.

25La mujer le dice:

- “Sé que va a venir el Mesías,

el Cristo; cuando venga, él nos

lo dirá todo”.

26Jesús le dice:

- “Soy yo, el que habla contigo”.

27En esto llegaron sus discípulos y se extrañaban de que

estuviera hablando con una mujer; aunque ninguno le dijo:

“¿Qué le preguntas o de qué le hablas?”

28La mujer entonces dejó su cántaro, se fue al

pueblo y dijo a la gente: 29- “Vengan a ver un

hombre que me ha dicho todo lo que hice:

¿Será éste el Mesías?

30Salieron del pueblo y se pusieron en

camino adonde estaba él.

31 Mientras tanto sus discípulos le insistían: - “Maestro, come”. 32Él les

dijo: -”Yo tengo por comida un alimento que ustedes no conocen”.

33Los discípulos comentaban entre ellos: - “¿Le

habrá traído alguien de comer? 34Jesús les dice: -

”Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y

llevar a término su obra.

35 ¿No dicen ustedes que faltan todavía cuatro meses para la

cosecha? Yo les digo esto: Levanten los ojos y contemplen los

campos, que están ya maduros para la cosecha; 36el que trabaja en la

cosecha ya está recibiendo su salario y almacenando fruto para la

vida eterna, de modo que el que siembra y el que cosecha se alegran.

37Con todo, tiene razón el proverbio: «Uno siembra y otro

cosecha». 38Yo los envié a cosechar lo que no les costó ningún

trabajo. Otros, fueron los que trabajaron y ustedes son los que se

han beneficiados del trabajo de ellos”.

39En aquel pueblo muchos

samaritanos creyeron en él

por el testimonio que había

dado la mujer: “ Me ha dicho

todo lo que hice”. 40Así,

cuando llegaron a verlo los

samaritanos, le rogaban que

se quedara con ellos. Y se

quedó allí dos días.

41Todavía creyeron mucho más por su predicación, 42 y decían a

la mujer: - “Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos

lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del

mundo”. PALABRA DE DIOS

. Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la

atención

Juan 4: 5-42 En aquel tiempo, Llegó Jesús a un pueblo de Samaria llamado Sicar,

cerca del campo que dio Jacob a su hijo José. Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús,

cansado del camino, estaba sentado junto al pozo. Era alrededor del mediodía. Llega

una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dice: - “Dame de beber”. Sus discípulos

se habían ido al pueblo a comprar comida. La samaritana le dice: - “¿Cómo tú, siendo

judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?”. Porque los judíos, no tienen trato

con los samaritanos. Jesús le contestó: -“Si conocieras el don de Dios y quién es el que

te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva”. La mujer le dice: - “Señor, si ni

siquiera tienes con qué sacar esa agua, y el pozo es muy hondo, ¿de dónde vas a sacar

esa agua viva”?; ¿eres tú más que nuestro padre Jacob que nos dio este pozo, y de él

bebieron él y sus hijos y sus ganados? Jesús le contestó: - “El que bebe de esta agua

vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed; el

agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un manantial del que brota hasta la

vida eterna”. La mujer le dice: - “Señor, dame de esa agua; así no tendré más sed, ni

tendré que venir hasta aquí para sacarla”. Él le dice: -”Anda, llama a tu marido y

vuelve”. La mujer le contesta: -”No tengo marido”. Jesús le dice: -”Tienes razón, que no

tienes marido. Has tenido ya cinco, y el que ahora tienes no es tu marido. En eso has

dicho la verdad”. La mujer le dice: -”Señor, veo que eres un profeta. Nuestros padres

dieron culto a Dios en este monte; pero ustedes los judíos dicen que el lugar donde se

debe dar culto está en Jerusalén”. Jesús le dice: - “Créeme, mujer, se acerca la hora,

en que ni en este monte ni en Jerusalén darán ustedes culto al Padre.. Ustedes dan

culto a uno que no conocen; nosotros adoramos a uno que conocemos, porque la

salvación viene de los judíos.

Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán

al Padre en espíritu y en verdad, Porque el Padre desea que le den culto así, Dios es

espíritu,

y los que le dan culto deben hacerlo en espíritu y en verdad”. La mujer le dice: - “Sé que va

a venir el Mesías, el Cristo; cuando venga, él nos lo dirá todo”. Jesús le dice: - “Soy yo, el que habla contigo”. En esto llegaron sus discípulos y se extrañaban de que estuviera hablando con una mujer; aunque ninguno le dijo: “¿Qué le preguntas o de qué le hablas?”

La mujer entonces dejó su cántaro, se fue al pueblo y dijo a la gente: - “Vengan a ver un hombre que me ha dicho todo lo que hice: ¿Será éste el Mesías? Salieron del pueblo y se pusieron en camino adonde estaba él. Mientras tanto sus discípulos le insistían: -

“Maestro, come”. Él les dijo: -”Yo tengo por comida un alimento que ustedes no conocen Los discípulos comentaban entre ellos: - “¿Le habrá traído alguien de comer? Jesús les dice: -”Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y llevar a término su obra. ¿No dicen ustedes que faltan todavía cuatro meses para la cosecha? Yo les digo esto: Levanten los ojos y contemplen los campos, que están ya maduros para la cosecha; el que trabaja en la cosecha ya está recibiendo su salario y almacenando fruto para la

vida eterna, de modo que el que siembra y el que cosecha se alegran. Con todo, tiene razón el proverbio: «Uno siembra y otro cosecha». Yo los envié a cosechar lo que no

les costó ningún trabajo. Otros, fueron los que trabajaron y ustedes son los que se han beneficiados del trabajo de ellos”. En aquel pueblo muchos samaritanos creyeron en él por el testimonio que había dado la mujer: “ Me ha dicho todo lo que hice”. Así, cuando llegaron a verlo los samaritanos, le rogaban que se quedara con ellos. Y se quedó allí

dos días. Todavía creyeron mucho más por su predicación, y decían a la mujer: - “Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de

verdad el Salvador del mundo”.

¿Con qué dificultades

tropieza el diálogo entre

Jesús y la samaritana?

¿Se refieren los dos al

mismo tipo de agua? ,

¿por qué?

Mira a la mujer, la

manera como se

relaciona con el

Señor, su reacción

ante Él, lo que

dice, sus

actitudes, sus

mecanismos de

autodefensa, sus

evasivas, ¿qué indicaban con eso?

Buscando el agua viva, la samaritana

descubre algo más importante

¿Cómo

evoluciona

su visión

de Jesús?

¿Qué títulos de Jesús

van apareciendo a

lo largo del relato?

¿Qué importancia tiene?

II. MEDITATIO ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

La Iglesia ha leído este pasaje en clave bautismal.

Nosotros que hemos bebido en las fuentes del

Espíritu, debemos ser para otros dadores del agua

viva, testigos del Evangelio de Jesús.

Motivación:

Si conocieras el don de Dios…

¿Cómo te ayuda este pasaje a

conocer mejor a Jesús?

¿Te

identificas

con el

camino de fe

que hace la

samaritana?

Yo te daría agua viva…

¿Qué significa para ti que

Jesús pueda darte agua viva?

¿Cuál es esa sed que puede

saciar tu relación con él?

¿qué es

aquello que no

quiero ver en

mi vida o

aquello de lo

que estoy

huyendo?

¿Cuáles son mis evasivas para

encontrarme con el Señor?

¿qué puedo hacer para

encontrarme de corazón a

corazón con el Señor?

III. ORATIO ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Adorar “en

espíritu y en

verdad” significa

acercarnos a

Dios como hijos

movidos por su

Espíritu

Así, la relación con él no será un culto estéril, sino una fuente de

agua viva que apague nuestra sed.

para reconocer en su rostro de Padre la verdad de la que Jesús nos ha hablado.

Luego de un tiempo de oración personal, compartimos en

grupos nuestra oración (o todos juntos)

Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este domingo (Salmo 94).

Salmo 94

Vengan , aclamemos al Señor, demos

vítores a la Roca que nos salva; entremos a

su presencia dándole gracias, aclamándolo

con cantos.

Escucharemos tu voz, Señor

Entre, postrémonos por tierra, bendiciendo al

Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro

Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él

guía.

Escucharemos tu voz, Señor

Ojalá escuchen su voz: «No endurezcan el

corazón como en Meribá, como el día de

Masá, en el desierto; cuando sus padres me

pusieron a prueba y me tentaron, aunque

habían visto mis obras”

Escucharemos tu voz, Señor

IV. CONTEMPLATIO ¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: En una conferencia a las Hijas de la Caridad sobre el espíritu del mundo,

san Vicente resalta los compromisos que derivan

de nuestro bautismo:

“El primero, sumamente

urgente y que no tolera ninguna

objeción, es que son cristianas,

hermanas mías, y por consiguiente están obligadas a pelear contra el mundo por las

promesas que le han hecho a Dios en su bautismo.

No les gustaría renunciar al

sagrado carácter que recibieron en

este sacramento y a la gracia de la fe que entonces les confirieron. Por tanto, hay que mantener las

promesas que allí hicieron; si no,

serían ciertamente cristianas,

porque el carácter no se

puede quitar, pero no

lo serían más que de

nombre, porque no

realizan las obras.

Piensen un poco en

esto, hermanas mías,

por favor:

"Yo soy cristiana por una

gracia especialísima de

Dios. Otras muchas

serán condenadas por

no haberlo sido aunque

hubieran sido mejores que

yo si Dios les hubiese

concedido esta misericordia.

COMPROMISO:

Iniciar el camino

de conversión

hacia la fuente

que es Cristo

hacia la fuente

que es Cristo,

modificando en

ese caminar

nuestros falsos

valores,

egoísmos,

pecados y

temores.

Y no obstante no hallo la paz. Tengo sed... mucha sed, y tú me ofreces el agua que brota hasta la vida eterna.

Igual que la Samaritana tengo sed, Señor…mucha sed.

Pero estoy bebiendo en fuentes que no me la apagan.

Tengo sed de paz, sed de libertad, sed de felicidad,

Tengo sed de ser amado,

valorado, perdonado.

Tengo sed de Ti, Jesús,

fuente pura de agua viva...!!

Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.

Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org www.cm.peru.com.pe