terapia de familia

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TEXTO DEL CURSO por ENRIQUE GUANG TAPIA, PH. D. UNIVERSIDAD EVANGÉLICA DE LAS AMERICAS PROGRAMA POSGRADUADO DE MAESTRÍA EN PSICOLOGÍA DE LA SALUD 2000

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TEXTO DEL CURSO

por ENRIQUE GUANG TAPIA, PH. D.

UNIVERSIDAD EVANGÉLICA DE LAS AMERICAS

PROGRAMA POSGRADUADO DE MAESTRÍA EN PSICOLOGÍA DE LA SALUD

2000

Todos los derechos son del autor, y queda prohibida la

reproducción parcial o total de este texto, sin la debida autorización.

Dr. Enrique Guang Tapia, Ph. D. Apartado 96-2070 Sabanilla de Montes de Oca San José, Costa Rica

Teléfono: (506) 224-4453 Telefax: (506) 283-7278 Emergencias: 382-1932

TABLA DE CONTENIDO

CAPITULO I: La pregunta en los procesos de intervención: 4

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CAPITULO II: Las prescripciones o tareas: 16

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CAPITULO III: La prescripción invariable: 22

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CAPITULO IV: La connotación positiva en los procesos terapéuticos: 25

CAPITULO V: Las dialécticas de la familia sana: 29

r

CAPITULO VI: Proposiciones teóricas acerca del por qué

se casan las personas: 33

CAPITULO VII: Principales problemas maritales: 42

CAPÍTULO VIII: Principios generales para la terapia sistémica del adolescente: 51

BIBLIOGRAFÍA: 55

CAPÍTULO I

LA PREGUNTA EN LOS PROCESOS DE INTERVENCIÓN

A. ¿QUÉ FUNCIÓN DESEMPEÑA LA PREGUNTA EN LOS PROCESOS DE INTERVENCIÓN?

En las sesiones de terapia se da un intercambio verbal y no-verbal entre el terapeuta y los pacientes, de cuya dinámica surge la información que se está buscando para formular y legitimar la hipótesis y diseñar las estrategias terapéuticas para el cambio de la familia. Al mismo tiempo, el terapeuta, por medio de las preguntas, particularmente con las preguntas circulares, transmite información dentro del sistema familiar. Es así como la familia logra descubrir sus dinámicas, entrampamientos, potenciales, recursos, confianza, explicación, lógi­ca, etc., que la habilita para el cambio. Con sólo que cada miembro familiar exprese su punto de vista respecto a una dificultad, se puede modificar la epistemología que cada uno tiene de sí mismo. Cada miembro contribuye en un metanivel (metacomunicación). La importancia de la pregunta en general es que se trata de uno de los medios de intervención más univer­sales que, sin éste, no se puede concebir la idea de intervención.

El objetivo del estudio de la pregunta es encontrar la forma verbal más eficaz de comunicarse para conseguir la información. La forma como los interlocutores se comuniquen en la sesión, esa será la forma que lo harán en la cotidianidad. De modo que si en la sesión terapéutica se producen cambios en los estilos comunicativos, éstos acompañarán a la familia en la vida diaria del hogar.

Para construir esta sección de la pregunta en general, nos hemos basado, originalmen­te, en los trabajos de G. Bateson (1982),2 cuyo interés está en la información que produce. En cambio para el estudio de la pregunta que contiene la naturaleza circular, que se explica en su respectivo lugar, por su función estratégica, nos hemos fundamentado en los autores de la Escuela de Milán. Para analizar la operatividad de las preguntas, en sus distintos tijjos, nos hemos fundamentado en J. Navarro Góngora (1996), 4 y en I. Ochoa de Alda, (1995).

1 "Metacomunicación" es un mensaje acerca del mensaje; es una explicación de cómo se debe entender el mensaje.

2 G. Bateson, 1982: 38-42; 103-112. La importancia de la pregunta para este autor está en la información que produce, porque sólo ésta es capaz de producir modificaciones.

3 Esta Escuela ha sido privilegiada con el aporte de connotados maestros de la circularidad, tales como Mará Selvini Palazzoli, Mateo Selvivi, Stéfano Cirilo, Ana María Sorrentino, G. Prata. Tengo especial gratitud para L. Cecchin, el maestro de quien aprendí el uso y valor de la pregunta circular.

4 J. Navarro Góngora, 1996: 79-83. 5 1 . Ochoa de Alda, 1995: 95-103

B. TIPOS DE PREGUNTAS:

1. La pregunta directa:

La construcción de la pregunta directa está diseñada para conseguir del interlocutor algunas respuestas concretas, definidas y de forma casi mecánica. Tal es el resultado que suele afirmarse que sólo produce datos, monosílabos, no generadores de mayor información. Ejemplos de preguntas directas son las siguientes: ¿Estás triste? ¿Tienes el presentimiento que no te quieren? ¿Cuántas veces en tu vida te has sentido realmente acompañado? Estas preguntas consiguen respuestas monosilábicas, tales como: "Si", "No", "4 veces", etc. Con estos datos es muy poco lo que se puede construir.

Por otra parte, se afirma que la familia interlocutora no es capaz de un modelo eficaz de comunicación, por lo cual no ha podido producir la información suficiente para lograr cambios significativos en sus interacciones. Por su naturaleza, la pregunta directa no busca respuestas desde el interlocutor, inquiriendo sus sentimientos y pensamientos, sino simples reacciones directas a preguntas directas.

2. La pregunta circular:

2.1. Definición:

Esta, contraria a la directa, debido a la estructura de su diseño, produce otro tipo de respuestas, por lo que se afirma que produce información. El interlocutor será capaz de resolver sus conflictos si puede juntar y relacionar la información. El problema de las personas y familias, al no lograr integrar la información adecuada, no tienen los elementos de juicio necesarios para la toma de decisiones.

La pregunta circular está diseñada para contestar desde los otros; inquiriere entrar en sus sentimientos y pensamientos para responder desde allí; pide respuestas desde la epistemología del otro; es la estrategia para ponerle al interlocutor en el lugar del otro y leer la realidad desde allí. En última instancia es aprender a vivir en un sistema relacional. Al insta­lar en la sesión terapéutica la pregunta circular, se reeduca la forma de pensar para la producción de información y lograr las opciones de solución.

Cuando se construye la pregunta circular se parte de la premisa que la vida total de la familia es interacción, interrelación, circularidad, por lo que las preguntas que se hagan tienen que estar referidas a esta naturaleza circular; de la misma forma, la información que se produce está referida al sistema familiar.6

2.2. Ejemplos de preguntas circulares:

Las preguntas circulares se relacionan con sentimientos y pensamientos, tanto del sujeto, como de la/s tercera/s persona/s involucrada/s, con todas la combinaciones posibles:

6 M. Selvint et al., Family Process N° 19, 1980: 3-12.

"¿Qué piensas Luis que Juana, tu esposa, está sintiendo acerca de tus desapariciones del hogar?"

"¿Qué piensas que sentirá tu familia cuando desapareces del hogar?"

"¿Qué crees que siente/piensa " X " cuando tardas en retornar al hogar?"

"¿Qué piensas que siente Mario, tu esposo, al ver que vos comienzas a actuar en serio frente al problema de las ausencias de él?"

"¿Cuándo tu esposo dice que eres 'extremista' con el horario de regreso de él (3:00 a.m.): qué piensas que él está pensando?"

2.3. Ejercicios de pregunta circular:

El siguiente caso servirá de base para la práctica de la pregunta circular:

Rodrigo es un joven pescador, aferrado a la vida del mar y su único esfuerzo intelectual - dice él - "es mantenerme informado, por lo que leo los diarios". Por su parte, Loreta, su esposa, una mujer joven y quien ha seguido cultivándose, al punto de haber alcanzado un Bachillerato en Educación, con miras a una Licen­ciatura. Ella se desenvuelve bien en su trabajo como profesora. En el último año han peleado mucho "por nada", pero el discurso de él denota celos, inseguridades, ira, deseo de controlar más la vida de Loreta, limitándola a una vida casera, con claros indicadores de que prefiriera que ella renunciara al trabajo y se quedara en casa. Dice que ella se ha vuelto muy independiente desde que está trabajando.

Para que X construya sus respuestas tiene que, necesariamente, leer el problema desde el otro (Z), "ponerse en sus zapatos". Este estilo de interacción comunicacional produce realmente la información suficiente para negociar, tomar decisiones, hacer los arreglos que fueran del caso. Cuando la familia aprende a producir información, resuelve sus conflictos.

El auditorio se organizará en parejas para la práctica de la pregunta circular en todas las modalidades del uso del creer y pensar, refiriéndose al tercero involucrado Z (Rodrigo, quien está ausente), porque sólo Loreta (X) asiste a terapia. Un miembro de la pareja actuará como el terapeuta y el otro como Loreta (X). Practiquen siguiendo el itinerario de este patrón:

El caso

Terapeuta: Paciente X

i

V tí Paciente Z

¿Qué piensas/crees X que Z estará sintiendo/ pensando acerca de tu lealtad/libertad...?

¿Cuál crees/piensas X que será el miedo que está experimentando Z?

3. Otros tipos de preguntas para la intervención:

3.1. Preguntas estratégicas:

Su objetivo es eminentemente correctivo y se elige este recurso cuando el sistema está atascado, p.e.: 7

• "¿Por qué no habla Ud. con él acerca de sus preocupaciones en vez de con los niños?"

• "¿Se da cuenta de que su retraimiento desilusiona y frustra a su mujer?" (Tomm, 1988).

3.2. Preguntas reflexivas orientadas al futuro:

Este tipo de preguntas está diseñado para capacitar a la familia para que genere por sí misma nuevas percepciones y conductas que faciliten la solución de sus problemas. El procedimiento consiste en activar intencionalmente las reflexiones para alterar las estructuras de los significados del sistema familiar.

Preguntas que desarrollan metas: Se puede preguntar a una adolescente que está teniendo dificultades de rendimiento en la escuela; y a sus padres:

• "¿Qué planes tienes respecto a estudiar una carrera en la univer­sidad?"

• "¿Qué otras cosas te has planteado como meta?" • "¿Qué tipo de experiencia sería útil para conseguir este trabajo?" • "¿Cómo harás para conseguirlo?" • "Uds. padres ¿qué logros tienen en mente para su hija?" • "¿Qué sería realizable para el próximo año?" • "¿Hay alguna meta en la que todos estén de acuerdo y en la que

se imaginen trabajando juntos?"

Preguntas que exploran el resultado esperado:

• "¿Cómo crees que progresarás realmente el próximo mes? ¿y en seis meses?"

• "¿Quién sería el más sorprendido si sobrepasaras ese objetivo?"

7 1 . Ochoa de Alda, 1995: 95-103. Toda esta sección está fundamentadas, básicamente, en los criterios de esta autora; mientras que la primera parte proviene de la tendencia italiana sobre Psicoterapia de Familia

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• "¿Quién se sentiría más decepcionado si no lo alcanzaras?" • "¿Cómo se manifestaría esa decepción?"

Preguntas que resaltan consecuencias posibles si los patrones conductuales persis­ten:

• "Si su marido continúa mostrando su decepción de la forma en que lo hacen ahora, ¿qué cree que ocurrirá con la relación entre él y su hija dentro de cinco años?"

Preguntas que exploran expectativas catastróficas para exponer temas ocultos: Se podría preguntar a unos padres sobreprotectores y a la hija sopreprotegida:

• "¿Qué temen que podría pasar cuando su hija sale hasta tan tarde?" • "¿Qué es lo peor que se les ocurre?" • "¿De qué te imaginas que tus padres tienen más miedo?" • "¿Qué cosas terribles creen que podrían pasar y les mantiene

despiertos toda la noche?"

Preguntas que exploran posibilidades hipotéticas: El terapeuta continua preguntando a la hija; luego pregunta a los padres:

• "¿Te imaginas que a tus padres les preocupa que caigas en las drogas o el alcohol?"

• "¿Temen que podrías quedar embarazada?" • "¿O están demasiado asustados como para mencionar este tema,

porque piensan que podrías ofenderte?" • "Si comentasen estas preocupaciones con ella ¿piensan que se

tomaría como una falta de confianza, como una intromisión en su intimidad, o como una indicación de su preocupación como pa­dres?"

Preguntas que suscitan esperanza y optimismo: Se pregunta a los padres: Cuando ella encuentre una forma de cuidarse adecuadamente:

• "¿Quién será el primero en darse cuenta?" • "¿De qué manera se manifestará en Uds. el alivio?" • "¿Cómo mejorará la relación entre Uds.?" • "¿Quién será el primero en sugerir que se celebre el cambio de

vuestra hija?"

3.3. Preguntas que convierten al interrogado en observador:

Se parte del supuesto de que cuando se observa un fenómeno, se comienza a actuar sobre él. La finalidad de estas preguntas es que los miembros de la familia distingan patrones de conducta, percepciones y eventos que no habían percibido antes y vean su importancia con respecto al mantenimiento del problema:

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Preguntas dirigidas a un individuo sobre su relación con otra persona de la familia-

• "¿Cómo interpretaste la situación que desencadenó esos sentimien­tos (del otro)?"

• "¿Qué otras cosas podrías haber hecho?" • "¿Qué imaginas que piensa él en esa situación?" • "Cuando él/ella piensa así ¿cómo se siente?" • "¿Qué piensa él que piensas tú que está pasando cuando amenaza

con suicidarse?"

Preguntas triplicas: Exploran patrones de conducta interpersonal entre dos personas distintas del observador:

• "Cuando tu padre empieza a discutir con tu hermana, ¿qué es lo que hace tu madre habitualmente, se implica o se queda al margen?"

• "Cuando se implica, ¿se suele poner de parte de él o de parte de ella?"

• "Cuando se pone de parte de tu hermana, ¿qué hace tu padre?" • "¿Se siente traicionado por ella o aprecia su implicación para

ayudarle a darse cuenta de que ha ido demasiado lejos?"

3.4. Preguntas de cambio inesperado de contexto:

Los integrantes de una familia ven siempre los eventos desde una única perspectiva y sus opiniones quedan consiguientemente limitadas. Al hacerles preguntas de este tipo, el terapeuta les libera de una única y restringida disposición cognitiva, permitiendo que consideren otras perspectivas. Por ejemplo, en un contexto de discusiones y peleas incesantes, se podría explorar un contexto opuesto, un significado opuesto o una necesidad de mantener el statu quo:

Preguntas desde un contexto opuesto: El terapeuta centra la atención en un contexto hipotético de malestar por la ausencia del problema preguntado:

• "¿Quién manifestaría mayor vacío si los problemas desaparecieran de repente?"

Preguntas desde un significado opuesto: La pregunta introduce una redefinición del problema cambiando las atribuciones con respecto al síntoma, de manera que las intenciones negativas se conviertan en positivas, p.e.:

• "¿Quién sería el primero en reconocer que papá se enfada porque se preocupa en exceso y no muy poco?"

PreRuntas por una necesidad de mantener el statu quo: El terapeuta intenta que la familia genere su propia connotación positiva de los patrones de conducta problemáticos, p.e.:

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Dejar implícita una redefinición:

• "Si en vez de pensar que él se muestra intencionadamente obstina­do, pensaras que simplemente está confuso, tan confuso que no entiende lo que quieres de él ¿cómo lo tratarías?"

Dejar implícita una acción alternativa:

• "Si en lugar de marcharte cuando tu mujer se siente mal, te sentaras a su lado y le rodearas con tu brazo ¿qué haría ella?"

• "Si persistieras unos pocos minutos de manera tranquila y amable, pese a su rechazo inicial ¿sería más probable que aceptase como auténtica tu iniciativa de preocuparte por ella?"

Dejar implícita la voluntad:

• Se puede preguntar a la familia de una anoréxica "¿en qué momen­to decidió perder su apetito?"

• "Cuando decidió dejar de comer, ¿por qué estaba en huelga de hambre?"

Dejar implícita una disculpa:

• "Si, en vez de no decir nada y evitar a tu mujer, admitieras que cometiste un error y te disculpas ¿qué crees que pasaría?"

Dejar implícito el perdón:

• "Cuando llegue el momento en que esté dispuesta a perdonarte, ¿lo hará de forma silenciosa, o será explícita al respecto?"

• "¿Hasta qué punto serías capaz de perdonarte a ti mismo?"

• "Asumamos que hubiera una razón importante para que continua­ran con ese patrón incómodo ¿cuál podría ser esa razón?"

• "¿Qué está pasando en su familia para que necesiten este tipo de conducta?"

• "¿Qué otros problemas más serios pueden estar resolviendo o evitando esta dificultad?"

3.5. Preguntas con una sugerencia implícita:

En cada pregunta el terapeuta incluye deliberadamente un contenido concreto que indica una dirección que él considera útil o beneficiosa para resolver el problema, p.e.:

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3.6. Preguntas de comparación normativa:

Los pacientes y familias con problemas tienden a catalogarse como personas "desvia­das", anhelando acercarse a la normalidad. El terapeuta puede aprovechar ese deseo y orien­tarles hacia patrones más normales y "sanos" pidiéndoles que hagan determinadas compa­raciones con otras personas o situaciones:

Preguntas que hagan contraste con una norma social: En una familia donde el proble­ma consiste en que siempre evitan el conflicto, se puede preguntar:

• "¿Creen Uds. que son más o menos abiertos en lo que refiere a sus desacuerdos que la mayoría de las familias?"

Preguntas que hagan un contraste con normas evolutivas:

• "En la mayoría de las familias que atraviesan esta etapa de la vida, los chicos están más unidos a sus padres, ¿qué es lo que mantiene a su hijo tan unido a la madre?"

Preguntas basadas en una normalización: Se recomienda usarlas cuando las creencias de los miembros de la familia son muy distintas de las familias "normales" y esto puede ge­nerar un aislamiento social progresivo. Se les puede redefinir como normales sugiriendo p.e.:

• 'Todas las familias tienen problemas para enfrentarse a la ira, ¿cuándo se dieron cuenta por primera vez de que tenían la misma dificultad?"

• "Si tu madre averiguase que la mayor parte de las madres lo pasan muy mal cuando el último hijo se va de la casa, ¿se sorprendería?"

3.7. Preguntas que clarifican falsas atribuciones causales:

Este tipo de preguntas clarifica determinadas atribuciones causales que mantienen las personas y que son inconscientes o poco claras. Funcionan eliminando los componentes de confusión y la vaguedad. Se puede preguntar a unos padres confusos y paralizados ante las reacciones de una de sus hijas:

• "Cuando la niña llora, ¿lo hace para salirse con la suya o porque se siente dolida por algo?"

• "¿Crees que tu madre, tu padre, tu hermano, etc. ve el hecho de robar como algo socialmente malo, como algo psicológicamente enfermo o como algo pecaminoso?"

3.8. Preguntas que interrumpen la secuencia sintomática en sesión:

Si una pareja conflictiva comienza a discutir en la sesión y ésta se hace improductiva y destructiva, el terapeuta se dirige a los hijos para interrumpir el enfrentamiento, preguntando:

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• "Cuando tus padres están en casa, ¿discuten tanto como aquí?" • "¿O es incluso más intenso?" • "¿Quién de vosotros es más probable que intente intervenir? • "¿Quién de vosotros intentaría aclarar la situación?"

3.9. Pregunta específica:

En ocasiones es necesario hacer una pregunta específica, si con ella se revela un secre­to que esté frenando el cambio, p.e:

• "¿Por qué cree Ud. que se deprime su esposa?"

3.10. Pregunta sobre conceptos míticos:

Por conceptos míticos queremos categorizar aquellos convencimientos de muchos res­pecto a lo que saben, dominan, manejan todo, pero realmente son falsos supuestos, cuyo desenmascaramiento ayuda al proceso de cambio, p.e.:

• "¿Quién se siente más afectado cuando mamá se siente culpable?" • "¿Quién es el que menos se comunica en esta familia?" • "¿Quién es el más preocupado por la falta de sexo?"

3.11. Preguntas para identificar el problema:

Estas preguntas son indispensables en el inicio de la primera sesión, en las sesiones posteriores a una interrupción prolongada, para apresurar la clarificación del objetivo de la asistencia a terapia, etc., p.e.:

• "¿Cuál es el problema?" • "¿Cuál es el problema ahora?" • "¿Qué es lo que quieren de mí?" • "¿Qué cambio desean Uds.?" • "¿Por qué están aquí?"

3.12. Preguntas para descubrir coaliciones:

Generalmente la familia no revela abiertamente las alianzas y coaliciones, entonces el terapeuta, quien sospecha, hace las siguientes preguntas para revelar el secreto:

• "¿Quién es el primero en notar la depresión de mamá?" • "¿Quién se siente más impotente por el problema de la droga de

Luis?" • "¿Quién es el que más se reciente si papá agrede a mamá?"

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3.13. Preguntas para revelar las secuencias de los hechos:

Las secuencias de los hechos revelan si una persona está manipulando a otra/s; si una persona es el PD del grupo, etc., p.e.:

• "¿Qué es lo que hace papá después que haces un berrinche?" "Trata de tranquilizarme hablando conmigo"

• "Cuando papá te tranquiliza ¿cómo respondes?" "Grito más"

• "Cuando gritas más ¿qué hace papá? "Se rinde", "Se va", "Se calla"

• "Entonces ¿tienes la sensación de haber triunfado?" "No lo sé"

3.15. Preguntas para tener un referente y comparar:

Una manera eficaz para hacer un buen diagnóstico es ubicar el evento en el tiempo; es hallar la causa e identificar el contexto del síntoma, p.e.:

• "¿Discuten papá y mamá más o menos desde que nació tu herma-nito?"

• "¿Es la relación de tus padres mejor o peor desde que murió tu abuelito?" "¿Desde que la abuelita vino a vivir en tu casa?" "¿Desde que tu mamá comenzó a trabajar fuera?

• "¿Quién de su familia fue el que más se alegró de que se casara con su marido? ¿Quién se opuso a su matrimonio?"

3.16. Preguntas para medir acuerdos y afinidades:

• "¿Quién está de acuerdo con lo que ha dicho papá?" • "Vos, Luis, ¿con quién te pones de acuerdo rápidamente?" • "¿Quiénes agotan más rápido a mamá, los mayores o los meno­

res?"

3.17. Preguntas potenciales para descubrir el problema encubierto por el "chivo expiatorio":

Donde exista la posibilidad de la existencia de un "chivo expiatorio", hábilmente negado y creado para tapar el o los verdaderos problemas, estas preguntas pueden ayudar a desenmascarar el juego psicológico y liberar al "chivo", p.e.:

• "Como que todos están de acuerdo que los problemas se deben a que mamá trabaja fuera de casa, entonces ¿todo se arreglaría si ella dejara de trabajar?"

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• "¿Ud. está diciendo con eso que si se diera X podría hacer Y?" • "¿Ud. nos está dando a entender que si estudiara, trabajara y se

relacionara social mente se sentiría mejor?"

Preguntas que inducen despenalización de otros o del sí mismo:

• "¿UD. me está comunicando que si su mamá le hubiese insistido, no se habría casado con Juan?"

• "¿Ud. me está dando a entender que si le hubiese hablado al abuelo, antes que se muriera, se sentiría bien?"

• "¿Ud. me ha dado a entender que no hubiese pasado X entonces sería Y?

Preguntas que inducen la anticipación de un éxito o un fracaso:

• "¿Ud. me está diciendo con eso que, cuando estudia suficiente, siempre le ha ido bien?"

• "¿Ud. me está dando a entender que 'quien con lobos se junta a aullar aprende'!"

3.19. Preguntas que revelan sus propios recursos de éxito:

• "¿Quisiera describirme cómo son los momentos sin angustia?" • "Respecto al problema que tiene, ¿qué fue lo que hizo en otros

momentos para sentirse bien?"

• "La presencia de la intrigante y comatosa abuela de 83 años de edad, viviendo con Uds., pareciera que echa a unos contra otros, entonces ¿todo se arreglaría si se la envía a un asilo?"

• "El pelo largo y los aretes de Luis han provocado un gran conflicto entre Uds. padres, entonces, ¿se resolvería fácilmente si Luis se corta el pelo y se quita los aretes?"

3.18. Preguntas inductivas con variada aplicación:

Preguntas que inducen la afirmación de un hecho:

• "¿Ud. dice que cuando está delante de su mamá, con quien no le gusta hablar, siente rebeldía?"

Preguntas que inducen la negación de un hecho:

• "¿Ud. no quisiera tener ese sentimiento de cólera contra su ma­dre?"

Preguntas que inducen una solución a un problema:

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3.20. Preguntas para descubrir el origen y función del síntoma:

• "¿Qué hay de diferencia ahora con respecto a otras circunstancias cuando aparecía este síntoma?"

• "¿Cómo conseguía no tener el síntoma?" • "¿Qué fue lo que hizo diferente el día que consiguió que las cosas

cambiaran?"

• "¿Quién más notó el cambio?" • "¿En qué sentido piensa Ud. que X persona lo notó?" • "¿Cómo consiguió que la jaqueca desapareciera?" • "¿Qué tendría que suceder para reproducir aquellas soluciones de

antes?" • "¿Cómo consiguió que la pelea finalizara?" • "¿Qué cosas son diferentes ahora que hace un mes, un año, etc.

cuando tenía jaquecas?"

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LAS PRESCRIPCIONES O TAREAS

A. ¿QUÉ ES UNA PRESCRIPCIÓN O TAREA?:

Se trata de que vean distinto y que actúen distinto. Las tareas son la parte medible del contrato terapéutico: P.e.: "Hablar sin gritar", "salir a pasear", "llegar puntual a,..", "ser asertivos...", etc. Tarea, por lo tanto, es la acción que prescribe el terapeuta para que se cumpla en la sesión o fuera de ella.

1. La directividad del terapeuta al dar prescripciones:

Ha de quedar claro que las prescripciones de una tarea son actos directivos por parte del terapeuta, lo cual es oficialmente aceptado por el paciente. Es probablemente en este punto donde el terapeuta mantendrá su cuota de poder, por cuanto está enfrentándose a las fuerzas más rígidas del sistema, lo cual le lleva, muchas veces, a una lucha de poder (Whitaker, 1973). En esta lucha de poder el sistema evaluará al terapeuta, juzgándole si es sólido para sostenerla en un proceso de cambio; si tiene continuidad en dictar las reglas de la relación, etc. La directividad del terapeuta queda evidenciada desde el inicio. Reúne a toda la familia, implicándola en una operación que requiere enfrentamiento; pide a los miembros del grupo un empeño activo en resolver un problema interno, a lo que se denomina tarea prescrita.

2. Objetivos de las tareas prescritas:

2.1. Producir un cambio. 2.2. Activar o crear nuevos modelos relaciónales. 2.3. Establecer un contexto terapéutico. 2.4. Establecer reglas familiares. 2.5. Distribuir los roles de la familia, liberándola de estereotipos. 2.6. Producir información sobre la estructura y reacciones de los miembros

de la familia frente a requerimientos.

3. Tareas para la sesión:

3.1. Actuar con naturalidad: "Bailen su baile aquí para mí". 3.2. Reubicarse espacialmente. 3.3. Acercarse/distanciarse respecto a alguien. 3.4. Tocar/no tocar a alguien. 3.5. Hablar/no hablar de X manera respecto a alguien o algo. 3.6. Mirar/no mirar a X cosa o persona.

CAPÍTULO II

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4. Tareas para la vida cotidiana:

Para que las tareas se cumplan, deben tener las siguientes características:

4.1. Deben ser realizables:

Muchas tareas pueden fracasar por no ser realizables en un momento dado, p.e.:

• Por problemas económicos no solubles. • Muy temprano en el proceso. • Por no contar con la anuencia del sujeto/grupo.

4.2. Deben ser aceptadas por el grupo familiar:

En algunos casos son parcialmente aceptables; en otros, son unilateralmente acepta­bles. Hay que verificar que sean aceptables, operativas, claras para todos.

4.3. Deben ser reestructurantes:

En otros términos, deben contribuir con el objetivo de reestructurar el sistema:

• Realización, distribución, etc. de tareas domésticas y otros roles. Modificaciones respecto a la recreación. Modificaciones referentes a la afectividad, romanticismo, sexuali­dad... Modificaciones respecto a hábitos. Modificaciones respecto a valoraciones, calificaciones, etc. Modificaciones respecto a la toma de decisiones. Modificaciones respecto a la disciplina de los hijos: quién, cómo, cuándo, por qué, dónde, etc.

B. CLASIFICACIÓN DE LAS TAREAS POR SU NATURALEZA:

1. Grupo de prescripciones reestructurantes:

1.1. Contrasistémicas:

Es cuando el terapeuta, ya sea por inexperiencia o por su costumbre de valorar los con­tenidos y no los procesos, tiende a preservar el statu quo. Significa que lo prescrito deja con­gelado al sistema en la homeostasis. Por ejemplo, se trata de: Consejos para solicitar cambios del PD, en lugar de leer su mensaje como necesidad del grupo por el cambio. Es cuando las prescripciones se dirigen a cambiar el contenido. Ejemplos: a). Decirle al PD: "Debes tratar de dormir", si lo que tiene es insomnio, b). "Deberías distraerte un poco más", si lo que tiene

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es depresión, c). 'Toma los medicamentos y te mejorarás", si es que está medicado por un síntoma.

1.2. Prescripciones de contexto:

Aquí se agrupan todas las modalidades actuadas en la sesión terapéutica, cuyo objetivo es promover la formación y el mantenimiento de un contexto o atmósfera terapéutica; para modificar una situación; o para estabilizar el cambio logrado. Ejemplos: 1) No interrumpir mientras otro está hablando; 2) No hablar por otros; 3) Pedir silencio a quien irrespete; 4) Comprometer en la acción al que intente ser periférico.

1.3. Prescripciones de desplazamiento:

Cuando se ha identificado un "chivo expiatorio", el desplazar el problema a los otros miembros de la familia se constituye en el inicio del proceso de cambio. Esta es una estrategia que requiere de una cuidadosa elaboración, que puede confundir al sistema creyendo que se ha cambiado un "chivo" por otro "chivo" y nada más. Se trata de una estrategia de tránsito de la anormalidad a la normalidad, pasando momentáneamente por un suplente, bien seguro que éste tiene la capacidad de no quedar atrapado como el "chivo expiatorio". El terapeuta puede utilizar una perturbación del sistema o bien puede crear un problema (ex novo). Al haberlo descentralizado o desplazado desde el PD: 1) Este queda libre de la responsabilidad de ser el salvador de la familia; 2) El "salvador temporal" se hace cargo y, junto con él, la familia comprende que cualquiera es capaz de hacerse cargo; 3) El mismo PD se da cuenta que "ha sido utilizado"; 4) Se desencadena el proceso de cambio sin que sean necesarios ni el PI ni el sustituto. Ejemplos:

M. Andolfi y el caso Luciano

Muchacho depresivo de 23 años; inactivo, fóbico, fracasado en los estudios, sin | motivación para trabajar o estudiar, vive a expensas de su padre. Es el PD de la familia.

La estrategia elegida para curar el sistema: Desplazar el problema desde Luciano a su padre. Se pidió al padre que tome 15 días de "vacaciones", que se quede en casa haciendo el papel de depresivo, sin que lo sepa Luciano. Este, al ver a su padre depresivo e inactivo, se desesperó, acusó al terapeuta de haber enfermado a su padre, se ofreció como sustituto de él con las siguientes palabras: "Si él está reducido a este estado, me corresponde a mí tomar las riendas de la casa". Así Luciano pasa a la vida productiva, se enmancipa; por otra parte, la pareja sin Luciano, enfrenta sus problemas conyugales adormecidos.

M. Andolfi y el muchacho asmático

Un hijo asmático (PD), con el "intento de unir a papá y mamá". Nace su hermano con anormalidad de cadera y necesita atenciones especiales.

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Desaparece el cuadro asmático cuando el papel de PD es desplazado a su hermano. Este es capaz, y por mucho tiempo, de "unir a papá y mamá". La "estrategia", en este caso, surgió en forma natural.

S. Minuchin y el caso ex novo: "La reina por 15 días"

La madre es el PD, esclava, maltratada por los hijos varones, exigida al servicio esmerado; ellos son inútiles, "castrados". Gran desarmonía de los padres refuerza la conducta de los hijos y la madre teme perder a la familia y se esmera por hacerles la vida agradable, y su función es "mantener a la familia unida", "salvarla".

Estrategia terapéutica: Desplazar el problema a los hijos y esposo. Le pide declararse enferma en cama por 15 días; el padre debe distribuir las tareas a los hijos (cocinar, lavar y planchar la ropa, limpiar la casa, llevar al hermano pequeño a la escuela, sacar la basura, hacer compras, etc.). Este desplazamiento logró: 1) Restauró el vértice de autoridad del padre; 2) Distribuyó roles a los "estériles"; 3) Estableció reglas familiares; 4) Alió al padre con la madre.

E. Guang y el niño asmático

Apareció el PD en la persona del hijo segundo, con un cuadro asmático, a quien la madre atiende a cualquier hora. El padre es frío, indiferente con todos. Hay claros indicadores de la necesidad del hijo asmático de relacionarse con el padre.

El terapeuta desplazó los roles de atención al hijo hacia el padre, con la consigna que cada vez que el hijo tuviese crisis, sería el padre quien le atendería a cualquier hora. El asma desapareció; se cambió la relación del padre con los hijos y la esposa, haciéndose él afectivo y cercano.

1.4. Prescripciones de reelaboración sistémica:

Se denomina así a toda prescripción que desafíe al sistema o subsistemas a encargarse de la reelaboración sistémica. Por ejemplo, dos miembros de la familia se comprometen a negociar algo que va a modificar al sistema: 1) Padre y madre deben, a lo largo de la semana, negociar los detalles de enmancipación de un hijo; 2) Padre y madre deben comprometerse a elaborar el presupuesto, asignación de roles, reglas familiares; 3) Los hijos se comprometen a diseñar un plan cómo ser más útiles en la familia; 4) Cuando se ha identificado el "chivo expiatorio", todos deben comprometerse a impedir que recaiga, diciéndole: "Deja, ese no es tu negocio"; "te recordamos que ese no es tu problema".

1.5. Prescripciones de refuerzo:

Se trata de alentar lo que el sistema ya está realizando, como un refuerzo. Ejemplos: "Si fueron capaces de jugar entre familia, mientras estuvieron en la playa, favor de continuar haciéndolo en casa"; "qué bien que lo hiciste al esforzarte por llegar temprano a casa, hazlo con más regularidad".

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2. Grupo de prescripciones paradojales:

La paradoja en psicoterapia se realiza mediante la prescripción paradoja!. Se define como paradoja! una situación en que una afirmación es verdadera si es falsa, y sólo si lo es. Esto es posible porque se emiten simultáneamente dos mensajes que son, prácticamente, incompatibles entre sí (Para más ampliación, véase la sección de paradojas) Aquí presenta­mos algunos ejemplos para ilustrar:

2.1. Ataque al síntoma:

El terapeuta pide que algún miembro de la familia dramatice un síntoma de otro miem­bro familiar. Con ese "ridículo", el síntoma es percibido por el PD de manera diferente; es desvalorizado por el grupo y remite. El ataque al síntoma es "utilización del síntoma". En otras oportunidades se pide al paciente que demuestre cómo es que hace cuando se siente "mal"; y se pide a la familia que actúe como lo hace cuando el PD está mal.

2.2. De alianza por sobre el síntoma:

Es cuando el terapeuta hace alianza con el PD mediando el síntoma, pero la aceptación de la persona, su valoración, está por encima del síntoma. No juzga ni prescribe relacionado con el síntoma. Cuando la alianza está formada, el paciente descubre que el síntoma no es ne­cesario, porque ha formado un pacto, no con el síntoma, sino por arriba del síntoma. Ejemplo: Un joven se corta con navajilla en el área debajo del reloj; muslos, cintura; generalmente lo hace cuando está solo, triste. El terapeuta percibe que son cortes recientes, que se los hizo instantes antes de venir a consulta. Sí habla de la sangre que sale, pero su atención está por sobre el síntoma, está en la persona y su función en la familia. Al darse esta alianza, el síntoma remitió al poco tiempo.

2.3. Prescripción del síntoma:

Aquí el pedido del paciente es: "Ayúdame a cambiar sin cambiar nada". Por lo tanto, la prescripción del síntoma es la respuesta absurda para lograr lo contrario. Ejemplo: Un paciente compra lociones, jabones, más de lo que necesita; dedica mucho tiempo para sus compras, al punto que descuida sus responsabilidades; otro patea los postes de luz cuando va por la calle. Prescripción para el primero: "Duplicar el número de lociones y jabones que deba comprar, aunque tenga problemas de almacenamiento". Para el segundo: "Patear todos los postes de la calle por donde esté caminando, sin perdonar ninguno, no importa quien le mire, ni la calle por donde camine". En los dos casos se espera que cambie la naturaleza del síntoma al perder la carga ansiógena. Otro ejemplo es cuando el terapeuta prescribe al paciente que reviva todos los síntomas que tenía antes del tratamiento, para lograr que los síntomas no vuelvan. En todos los casos, cuando el terapeuta le está diciendo, con una prescripción del síntoma: "Te receto tu propio dolor porque no puedes hacer otra cosa", el pa­ciente se esforzará por demostrar al terapeuta lo equivocado que estaba al prescribirle más enfermedad.

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3. Grupo de prescripciones metafóricas:

En la sección de metáforas se halla una amplia explicación de la naturaleza y uso de la metáfora en la terapia. Aquí se anotarán unos ejemplos de prescripciones metafóricas:

3.1. Para el miedo infundado:

La Sra. X tiene miedo descubrir que sea lesbiana, porque una lesbiana le "propuso". El terapeuta no halla indicios de lesbianismo en la paciente; diagnostica que un temor básico o biológico se había desencadenado.

El terapeuta le prescribe: "La Metro Golden usa como logo un león rugiente, al inicio de sus películas; en cambio Wald Disney, haciendo broma, usa un gatito maullando. Se le dice que cada vez que venga a su mente la idea de ser lesbiana, que en lugar de ver al león de la Metro, vea al gatito de Disney.

3JL Como modalidad comunicacionah

En el caso de los niños destructivos de muebles y juguetes que se presentó en la sección de metáfora el terapeuta observa que los padres son incapaces de dar instrucciones. Les pide comprar una casa de juego con muebles y muñequitos; deben enseñar a los niños cómo arreglar dicha casa, enseñar reglas, etc. por dos semanas y luego hará una prueba. En el consultorio los padres demuestran lo que han hecho; los niños están satisfechos; siguen reglas, arreglan la casa.

3.3. Como modalidad reestructurante del luego del "siempre pierde":

Una vida sexual fallida, que tiene de fondo a un hombre que siempre quiere ganar, y que ella "debe dejarle ganar". El terapeuta les prescribe, para la sesión y la casa, jugar a las cartas, con la orden rigurosa de que él debe ganar todas las partidas; que ella debe dejarle ganar: El "juego del siempre pierde". Esta rigidez de la regla irrita a ella; pero la única forma de infringir la regla es aleándose con el marido y revelándose contra el terapeuta, lo cual ocurre a los 4 días. Ella gana la partida y no con ayuda; él se alegra que lo hiciera. Sintieron deseos sexuales, pero no competitivos y fue exitoso; ya eran aliados.

3.4. Como modalidad reestructurante de la relación:

Usar el juego de "quién gana al pulso", entre padre e hijo, como análogo de la compe­tencia oculta y dañina, no sólo exteriorizó tal lucha sino, por vía analógico-física se tocaron, se acariciaron, hicieron contacto y se produjo una nueva relación de amigos.

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LA PRESCRIPCIÓN INVARIABLE

A. ¿QUÉ ES LA PRESCRIPCIÓN INVARIABLE?:

1. Antecedentes:

El hallazgo de errores en el uso invariable de las prescripciones paradojales y sus consecuentes revisiones del uso y eficacia de las misma, no permitió hallar elementos inva­riables en la relación síntoma-familia. En este punto los investigadores comenzaron a buscar otras avenidas de invariabilidad que permitieran inventar prescripciones invariables. No creo que fue la búsqueda de recetas, sino un hallazgo afortunado el que se identificaran elementos invariables en la relación síntoma-familia. Así nace la prescripción invariable.

2. La hipótesis central:

"La existencia de diferencias en las generaciones hace que surjan los intentos univer­sales por anular las características de cada generación. En efecto los padres quisieran que los hijos sean y se comporten como ellos; a su vez, los hijos quisieran que los padres sean y actúen como ellos". Hay un claro intento por anular las características generacionales y, por esta vía, se inmiscuye una generación en la otra; se consideran "obligados" a hacerse cargo de los asuntos de los otros.

B. ELEMENTOS INVARIABLES:

A la luz de la hipótesis, se identifican algunos elementos invariables en esta relación padres-hijos:

1. Mutuo intento de anular las características generacionales:

Tal como indica la hipótesis, este es un intento mutuo. Los padres buscan asegurar la continuidad homeostática; los hijos quieren acomodar a la generación parental a su modelo para asegurarse la estabilidad.

2. La intromisión de los hijos:

La intromisión de los hijos en la generación y vida de los padres, se manifiesta en el hecho de que se sienten "obligados" a hacerse cargo de los problemas de los padres.

3. El paciente designado (P.D.) como elemento invariable:

CAPÍTULO III

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La intromisión es para resolver el conflicto distancia, ruptura, incompatibilidad de los padres y esto es posible con la construcción del PD y así se constituye en un elemento cons­tante.

4. Hay vinculación del síntoma de los hijos con las dificultades de pareja de los padres.

5. Aunque la "Connotación Positiva" sugiera que ningún padre pediría al hijo que se sacrifique, esto ocurre.

C. LA FUNCIÓN DE LA PRESCRIPCIÓN INVARIABLE:

1. La prescripción invariable busca dar vida propia a las parejas, que vivan y hablen de "nosotros", que tengan sus secretos y que los hijos no sepan el qué de los mismos.

2. La prescripción invariable libera al paciente designado (PD.) de la "obligación" de hacerse cargo de los problemas de los padres.

3. Es una prescripción que, aplicada a múltiples familias, ha demostrado su eficacia terapéutica.

4. Cuando la pareja se hace cargo de su problema, habla de "nosotros", vive sus secretos, exterioriza que tiene vida propia, remiten los síntomas del PD.

D. ITINERARIO Y ESTRUCTURA DE UNA PRESCRIPCIÓN INVARIABLE:

1. Primera sesión:

Se cita a terapia a los familiares convivientes (familia nuclear) y a los familiares rela­cionados no-convivientes (abuelos, tíos).

En esta primera sesión se centrará en conseguir toda la información posible de los familiares no convivientes (abuelos, tíos). Al cierre de esta primera sesión, el terapeuta, muy cordialmente "despedirá para siempre" a éstos, agradeciendo su ayuda. Indicará que "de hoy adelante trabajará sólo con la familia nuclear", lo cual ocurre una o dos sesiones más antes de despedir al PD.

2. Segunda y tercera sesiones:

En estas sesiones se concentrará la atención en la relación de PD-síntoma-padres. Generalmente no hace falta más sesiones que una o dos. Cuando ha llegado el momento que se tenga la información completa, delante de los hijos se dirá lo siguiente: "A partir de hoy, excepto que fuere necesario, a las citas siguientes vendrán sólo papá y mamá".

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3. Prescripción del secreto:

Simultáneamente al "despido" del PD se da la prescripción del "secreto", críptica, sospechosa y delante de los hijos: "Lo que hablemos y ocurra en y con papá y mamá, será un asunto de adultos".

A los padres, por separado, se les instruye que: "Cuando hayan vuelto a casa, anoten toda reacción o preguntas de los hijos acerca de este cambio". Si preguntan sobre el conteni­do, qué hicieron, que dijo el terapeuta, respecto a las sesiones siguientes, Uds. contestarán: "El Dr. X ha prescrito que se debe mantener en secreto el contenido de la sesión entre él y nosotros".

En cada siguiente sesión se dedicará un rato para analizar lo que dijeron, hicieron, etc. los hijos, particularmente el PD. Para esto, cada padre tomará nota de estos detalles por separado. Se pedirá que cada uno relate lo que observó.

4. Prescripción de la fuga:

En las sesiones siguientes, siguiendo la propia dinámica del proceso, se les instruye a los padres que incluyan en el contrato el compromiso de hacer citas entre ellos, para cenar solos, con anticipación y planeación, las X veces que el terapeuta lo indique. Luego, progresivamente, se quedarán fuera de casa una noche; posteriormente podrá ser una semana; se podría considerar una vacación de un mes. Esto es de significado máximo de que los dos padres tienen vida propia, que no dan indicios de separación.

Bajo la prescripción de la fuga, los padres dejarán una nota que diga: "Esta noche no estaremos"; "regresaremos mañana"; "estaremos una semana fuera", "los arreglos de cuidado de Uds. son éstos...", etc. La nota dirá en plural "nosotros" o "su papá y yo", "su mamá y yo", sin firmar, escribirán la nota alternando entre los padres.

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CAPÍTULO IV

LA CONNOTACIÓN POSITIVA EN LOS PROCESOS TERAPÉUTICOS

A. UNA DEFINICIÓN:

Connotar significa dar una evaluación o significado a algo o a alguien. En este caso es valorar las conductas y personas y connotar positivamente. Connotar positivamente lo que to­dos ven negativo, incluyendo el mismo sujeto, sólo el terapeuta sistémico, que comprende este principio terapéutico y ha sido capacitado para el uso del mismo, puede hacerlo. Conno­tar positivamente es modificar el sistema de valores, su modelo, paradigma o mapa interior del mundo. Cuando el significado de una conducta cambia, los miembros de la familia reaccionan diferente. La connotación positiva también se llama "interpretación positiva" (Soper, 1977). En otras palabras, se trata de atribuir motivaciones positivas al hecho de haber actuado esto o aquello, siempre que esté enmarcado en una perspectiva sistémica. Ejemplo: Don Juan, como agresor de menores, tenía la motivación de "hacer una familia perfecta" (Stanton). Esto se aplica a la más destructiva de las conductas, por lo que suele llamarse: "atribuciones nobles". Siguiendo este principio, el terapeuta le dice al paciente agresor:

"Mi más profunda admiración por algo que Ud. tiene, Don Juan, que quiero decirle que no lo pierda nunca, esto es su deseo de perfeccionar a su familia. Claro, no me estoy refiriendo a las técnicas empleadas, sino a su deseo de que su familia sea la mejor del mundo".

El referente teórico de fondo es el principio sistémico de que el síntoma cumple una función estabilizadora, es un lenguaje y un instrumento de relación. Por lo cual, si los terapeu­tas tenemos esta epistemología, podremos connotar positivamente las conductas patológicas, sabiendo que son mensajes pidiendo ayuda. Este reconocimiento mediante la connotación positiva es el primer paso para disolver tales conductas. Don Juan respondió: "Ud me va a poder ayudar>\ A partir del uso de la connotación positiva todo el sistema familiar se movilizó, porque Don Juan se dijo para sí: "No estoy tan loco como yo creía". La familia se dijo: "Papá, pensándolo bien, no es el monstruo que creíamos". La esposa se habrá dicho. "Frente a mi inoperancia, él está activo en la crianza de los niños". Gracias al uso de la connotación positiva se rescató a Don Juan y a su familia; se instaló el sistema terapéutico (ST).

Por otra parte, connotar positivamente los resultados del proceso terapéutico, es elimi­nar la resistencia que el sujeto puede desarrollar contra los procesos terapéuticos.

Las escuelas terapéuticas conocidos como de Roma y Milán recomiendan que no sólo se debe connotar positivamente al PL sino a los demás miembros de la familia, por cuanto están innegablemente entrelazados. Por otra parte, si sólo se connota positivamente a una

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parte del sistema y no al todo, se perdería la neutralidad y se caería en la linealidad del para­digma clásico; se afirmaría la idea de la existencia de "buenos" y "malos" en una familia Ejemplo: Si connotamos positivamente al Pl por su vocación hacia el mantenimiento de la unidad del matrimonio de sus padres, sacrificando su salud por haber hecho un cuadro asmático, hemos de connotar positivamente a los padres por ser sensibles y leer el mensaje del hijo asmático y responder efectivamente buscando ayuda profesional.

B. EL USO DE LA CONNOTACIÓN POSITIVA EN DIFERENTES CIRCUNSTANCIAS Y NECESIDADES:

1. Concomitante con la intervención parado jal:

Hay circunstancias en las que se "prescribe el síntoma" (intervención paradojal), esto es: "La ventaja de una jaqueca, es que te puedes quedar en casa". El mensaje es: "Siga con sus jaquecas, parecen buenas para algo". Se ha prescrito el síntoma, dándole una connotación positiva, en tanto que la cultura connota negativamente a la jaqueca. Entonces es contradictorio y contraproducente "prescribir el síntoma" que previamente tiene una conno­tación negativo. Sólo el conocimiento sistémico del síntoma hace posible seguir con la estra­tegia de "prescribir el síntoma"; y sólo el uso de la connotación positiva facilita la prescripción de algo tan absurdo.

Otra forma de hacer la connotación positiva, es así:

"Tu organismo está dotado de unos mecanismos defensivos maravillosos cuando eres presionada/o más allá de tus fuerzas. Primero te presionan; luego aparece la jaqueca como señal de que estás vivo/a, que das guerra, que te defiendes, que eres fuerte".

Nótese que todo esto está en paradoja, donde lo malo se presenta como bueno para quitarle poder al síntoma.

2. Paciente designado (PD) y el nexo causal lineal:

Si el paciente y la cultura connotan negativamente el síntoma del paciente (según el paradigma lineal), resultaba inevitable connotar negativamente la conducta "inadecuada" de los padres por el nexo causal lineal que se atribuía. Surge indignación contra ellos debido a la culpabilidad causal que dicha postura epistemológica los inculpa. Otra vez, sólo la conno­tación positiva es la única que puede cambiar esta apreciación y relación con los padres. Un ejemplo del uso de la connotación positiva para la conducta destructiva de los padres (actuaciones violentas) hacia los hijos:

"Hacer pareja es algo titánico; unos lo logran más fácilmente que otros; tus padres de seguro lucharon, sufrieron, se sacrificaron e hicieron lo que pudieron. Es más, a saber qué patrones heredaron de sus antepasados".

Esta connotación positiva del sacrificio de sus padres les libra de culpa y el PI mitiga su odio hacia ellos por haberle hecho desgraciado.

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3. Ni buenos ni malos:

No se puede connotar positivamente el síntoma del PI y negativamente los compor­tamientos de los padres (en causalidad lineal), porque se dividiría el sistema entre "hijos buenos" y "padres malos" y se negaría la unidad sistémica de la familia. Mediante la CP se nivela a todos, indicándoles que han sido "esforzados", "sufridos" y "luchadores"; que todos lucharon por lo mejor.

4. Se hace alianza con el sistema familiar (SF) y se accesa al mismo:

Connotar positivamente es hacer una alianza sincera con la persona o grupo. El acceso al sistema familiar ocurrirá sólo si se connota positivamente al mismo y sus conductas, o al menos se valoran sus "esfuerzos".

5. La connotación positiva es contenedora:

El individuo o grupo llega al no-sentido de la vida, a la desmotivación y sólo la connotación positiva le devuelve el sentido y la razón para buscar soluciones. Ejemplo, don Juan: Considerado como desnaturalizado, "animal", "monstruo", etc. por usar castigos desme­didos para con los hijos, cuando el terapeuta le connotó positivamente, así: l cMi admiración por su vocación por querer tener una familia perfecta, aunque los métodos fueron inade­cuados", él respondió: 'TJd. me va a poder ayudar". La connotación positiva le devolvió el sentido de la vida, la esperanza y por qué curarse.

6. La connotación positiva cambia los significados:

La ilusión es una percepción distorsionada de la realidad, típica de los estados neuróticos significativos. Es cuando el paciente se asigna valoraciones inadecuadas y necesita que el terapeuta cambie el significado negativo y se le atribuya valores positivos. Ejemplo: La connotación positiva hecha a María, a quién la llamaban "María la seca" (mujer delgada) y, además, ella se atribuía un defecto como su "lado débil" (área erótica del cuello), cambió el significado negativo de su cuerpo y su autoestima subió. Ya no era ni "enferma" ni "menos" que otras mujeres, sino un ser privilegiado.

7. La connotación positiva rompe la homeostasis:

La connotación positiva es una técnica privilegiada, capaz de romper la homeostasis patológico congelada y liberar las fuerzas del cambio del sistema. Esto ocurre por cuanto la connotación positiva rescata los valores positivos escondidos o no vistos por el sujeto; da esperanza, confianza en sí y en los sistemas. Una organismo vivo, en este caso una persona o familia, sólo acepta movilizarse cuando hay garantías de algo mejor o, al menos, garantía de supervivencia. Ackermans y Andolfi (1990), conciben que una persona o grupo rompe el congelamiento homeostático cuando son provocados. Y no hay instrumento más atractivo que

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la connotación positiva para provocar el movimiento desde una perspectiva de gratificación reconocimiento y valorización.

8. £1 acto de connotar es una decisión con implicaciones:

8.1. Connotar negativamente a un subsistema y positivamente a otro, es dividir el sistema entre "buenos" y "malos".

8.2. No connotar positivamente, es no instalar el contexto terapéutico.

8.3. Connotar positivamente lo positivo y negativamente lo negativo, divide al sistema, por cuanto se da una alianza con los "buenos" y se excluye a los "malos".

C. EJERCICIOS DE CONNOTACIÓN POSITIVA:

1. El caso Luis:

1.1. Instrucciones: Los asistentes se organizarán en grupos pequeños para confeccionar connotaciones positivas para el caso.

1.2. Descripción del caso:

Luis, soltero de 31 años de edad, hijo de padres campesinos, salió de la finca anal­fabeto a los 15 años. Muy depresivo, intentos de suicidio, no ve sentido a la vida, bebedor fuerte (alcohólico), lamenta no tener en qué gastar el dinero. Luis terminó la primaria a los 17 años y duró estudiando un año; hizo Bachillerato por Madurez, lo cual lo hizo en dos años y terminó a los 25 años, por asuntos de leyes sobre la edad para este programa. Trabaja con plaza fija para el gobierno desde los 16 años. Ha sido becado para estudiar telegrafía en México. Construyó su casa propia y está ayudando con la educación de sus hermanos. Está estudiando el tercer año de carrera en la UNA.

2. Caso Don Juan:

2.1. Igual que en el caso anterior: 2.2. Descripción:

Casado, tres hijos (11, 9 y 6), bajo observación del Patronato Nacional de la Infancia por 30 días, por maltratar a los niños. La esposa le ha planteado separación para divorcio. El Patronato, los familiares y vecinos le consideraban un monstruo... De­presivo, solitario, indica que tiene que disciplinar a los hijos porque la madre no lo hace, sino que les consciente y él quiere que sean buenos. Asume su función frente a la inoperancia de la madre.

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C. Whitaker, 1992: 129.

CAPITULO V

1 LAS DIALÉCTICAS DE LA FAMILIA SANA ||

A. INTRODUCCIÓN:

Estamos acostumbrados a la lectura psicopatológica de la familia, de manera tal que, con la primera observación de tensiones maritales, suponemos la existencia de una disfunción de pareja o, lo que es peor, suponemos una patología de ella. Con este trabajo, basados en los análisis de C. Whitaker (1992), queremos demostrar lo contrario, esto es. la dimensión sana y los objetivos de la tensión dialéctica de una pareja.

"Tanto el proceso de la vida familiar, como el proceso de la vida social, crea estrés...", dice C. Whitaker (1992), y esta realidad incluye a la pareja. La resolución del estrés, visto de manera interpersonal, se asemeja a las tensiones de dos naciones vecinas, quienes viven la amenaza, poca comprensión y, al fin, terminan con un doble discurso, poca capacidad de manejo del poder y la autonomía de cada una. Y, al igual que una nación es un conjunto de familias, la pareja pertenece al menos a seis familias: La familia del esposo, la familia de la esposa, la familia de la madre de él, la familia del padre de él, la familia de la madre de ella, y la familia del padre de ella. Toda esta constelación de familias de la pareja tiene influencia sobre la misma. Todas ellas tienen pautas y métodos acumulados para resolver las diferencias y se transmiten de generación a generación a través de cada una de las seis familias, de la manera más multicolor que esto supone.

El fondo de la tensión dialéctica de una pareja sana es el proceso de crecimiento que exige un sentido de totalidad que integra esos territorios discrepantes. Entonces, lejos de verlo como una "disfunción de la pareja" ha de verse como la tensión dialéctica de una pareja sana; como su proceso de crecer. Estas luchas dialécticas, y no patológicas, explican mejor el estrés familiar; a su vez, configura mejor la condición de las relaciones de la pareja y la familia, permitiendo al terapeuta sistémico diseñar sus estrategias de cambio. A continuación veamos las principales dialécticas, su origen y algunas posibilidades de abordaje:

B. LAS PRINCIPALES DIALÉCTICAS DE UNA PAREJA SANA:

1. Pertenencia e individuación:

La individuación, llevada a su extremo máximo, favorece la madurez de la persona, pero genera una sensación de totalidad y aislamiento, con indicadores de negación de toda necesidad de pertenencia. En el otro extremo, está la amenaza de la pertenencia que puede resultar en el "atrapamiento en la red" (enmeshment), según los criterios de S. Mínuchin

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(1985). 9 El hijo que vive en el hogar de su familia hasta su vida adulta se ve esclavizado por esa pertenencia y está sacrificando su proceso de individuación. La superación de esta polaridad consiste en llevar la tensión al rango de una relación dialéctica, esto es: "Cuando más libre es una persona para individuarse, más libre es para recombinarse".10 Además, la pareja experimentará la unificación con un sentido de cooperación; al soltarse cada miembro de la red, avanza a la individuación; cada miembro adquiere una nueva fuerza como persona, lo cual significa que está más capacitado para formar parte de la pareja, sin perder su status, función y libertad individual de reunirse y separare a voluntad.

2. La cognición y el cerebro derecho:

Esta es otra situación que genera el mismo dilema de toda dialéctica, la oscilación pendular no resoluble, tal como nos presenta la relación cognición y la intuición (ligada al cerebro derecho). Si al cerebro derecho se le atribuye la función intuitiva, y a la totalidad del cerebro se le atribuye la función cognitiva, tenemos una tensión dialéctica irresoluble, que no queda otra alternativa que aceptarla. El concepto de dialéctica supone el crecimiento sano de la pareja por la vía de la tensión, lo cual no significa la resolución de dicha tensión; ni la negación de la existencia de la tensión; ni la negación de alguno de los dos com­ponentes; sino el aumento, tanto de la cognición, como de la intuición, ambas como capacidades y necesidades de la pareja. Si bien se reconoce que algunas personas son más intuitivas que otras o más cognitivas que otras, es preferible optar por al aumento de los dos elementos, que definir los dos componentes como entidades opuestas.

3. La relación de los roles con la personalidad:

Por una parte, está la tendencia a confundir la función y la personalidad, bajo la creencia que el primero anula a la segunda. Por otra parte, está la tendencia a divorciar la relación de la función con la personalidad, bajo la amenaza de tal anulación. Como afirma C. Whitaker (1992), "Nuestras vidas están llenas de roles: el rol laboral, los roles que tenemos asignados en nuestras familias como progenitor o hijo, madre o padre... Por consiguiente, la persona desempeña los roles más o menos adecuadamente, eligiendo algu­nos y modificando otros en la medida de lo posible. La personalidad está dialécticamente relacionada con el rol, al punto que yo puedo ser un rol pero, si estoy integrado también constituyo una persona, con una vida como tal. Resulta que los roles siempre están inci­diendo en nuestras vidas, sin anular nuestra existencia, sino sacando a la luz el problema por resolver: la lucha entre la personalidad y el rol.

4. El control y el impulso:

El control que ejerce la sociedad y la familia sobre la pareja, es algo que aceptamos en algún grado. Pero la aceptación radical e incondicional del control se puede constituir en una "muerte social" de la pareja. Es cuando el individuo y la pareja parecen un robot que opera al servicio social y carece de personalidad. El otro extremo de esta dialéctica es la

9 S.Minuchin, 1985: 92, 93. 10 C. Whitaker, 1992: 130. 11 Ibid, 130.

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Ibid, 131.

impulsividad a exigir el espacio propio, la libertad personal, el derecho de seguir sus propias inclinaciones. Llevado este elemento a un extremo, se convierte en el impulso de matar o dominar a la otra persona, la otra comunidad, la otra parte del sistema al cual uno pertenece. La resolución de este problema es imposible y tenemos que aprender a vivir dialécticamente, esto es: vivir en equilibrio entre control e impulso. Por lo tanto, esta dialéctica tiene el mismo proceso." Mientras más se controla uno, más puede satisfacer sus impulsos, y cuantos más impulsos tiene uno, más control necesita. "No hay ninguna resolución, sino sólo equilibrio y un proceso dialéctico", afirma C. Whitaker. 1

5. Las relaciones públicas y las relaciones personales:

Las relaciones públicas involucran una deliberada manipulación del rol, mediante el cual la persona se esfuerzan por modificar al grupo mediante la asignación cuidadosa de roles que cumpla un fin. En el otro extremo están las relaciones personales, la intimidad de la pareja, algo así como si uno trascendiera todos los roles asignados. El matrimonio ideal es un proceso en el que dos iguales están igualmente libres de un rol en sus relaciones recíprocas, algo así como que los dos están libres de la función asignada por la sociedad. Pero el diario vivir envuelve a la pareja en una dialéctica interminable entre las relaciones públicas y las relaciones personales, con una mezcla de ambas, que lejos negarlas o intentar abstraerse, hay que vivir dicha tensión dialéctica. Otra vez, la solución no es ni la negación del problema, ni la eliminación de uno de los dos elementos, sino el equilibrio dialéctico entre ambos.

6. El amor y el odio:

La tensión consiste en que uno está imposibilitado de resolver los caldeamientos del sistema mediante el odio o la muerte del contrario; o bien los caldeamientos del amor por medio de la devoción. La simbiosis de la pareja, palabra que denota una relación parásita bilateral, incluye el amor y el odio. No hay manera de resolver esta tensión, sino que se ha de aprender a vivir en equilibrio entre los dos. Se puede odiar y a la vez querer a la misma persona de la pareja, como una especie de locura bilateral. Deducimos de esto que la atracción e impulso hacia la unión no es soluble; que la solución es aprender, como en las otras dialécticas, a vivir dicha tensión; aprender a expresar ambos opuestos.

7. Locura y falsedad:

Equivale a decir un alto nivel de individuación y un alto nivel de adaptación. La locura es un proceso de expresión sin restricciones, sin frenos; la falsedad es una expre­sión de capacidad total de adaptación, en una especie de locura bipersonal: la relación del engañador con el engañado. El equilibrio entre ambos tiende a ser fijo, y cuando crece uno ayuda a crecer al otro. La relación dialéctica es el equilibrio de la manifestación de los dos elementos para que las personas mantengan la condición de sanas.

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8. La estabilidad y el cambio:

Es la tensión entre la entropía (disgregación gradual del todo) y la neguentropía (el componente de crecimiento dentro de la disgregación del todo). Equivale a decir la tensión entre Homeostasis y Transformación. El equilibrio entre entropía y neguentropía se ilustra en el crecimiento de las plantas, donde los fertilizantes y el agua se descomponen químicamente para proporcionar los elementos necesarios para el crecimiento. Otra vez, la solución no consiste en negar la tensión ni negar uno de sus elementos, sino en buscar el equilibrio entre estabilidad y cambio.

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PROPOSICIONES TEÓRICAS ACERCA DEL POR QUÉ SE CASAN LAS PERSONAS

A. INTRODUCCIÓN:

La ingenuidad de creer que el emparejamiento ocurre por casualidad quedó cuestio­nada por el acercamiento intrapsíquico de Freud, quien fue uno de los primeros en intentar darnos una teoría del por qué se casan las personas. Tenemos que admitir que hay muchas teorías y todas tienen sus méritos. El valor de conocer varias teorías del por qué se casa la gente, le provee al terapeuta de un referente teórico para la intervención en los matrimo­nios; ayuda a descubrir cuál fue la causa que guió a casarse a determinadas personas; contribuye al conocimiento del por qué aparecen los conflictos maritales.

En todas las teorías que revisaremos, se postula que la elección de pareja se realiza con profunda precisión, respondiendo a necesidades igualmente profundas, en forma bilate­ral y en confabulación; se casan por decisiones y elecciones reales, la mayoría de ellas en estado inconsciente. Es más, los participantes desempeñan funciones psíquicas y hacen tratos inconscientes: "Seré tu conciencia si tú traduces en acciones mis impulsos..."

B. EJEMPLOS DE LAS PROPOSICIONES TEÓRICAS:

1. Primera momento de la dinámica:

1.1. Instrucciones:

Organizar un grupo formado por una pareja de novios, más los respectivos padres de la novia.

1.2. Motivo de la reunión familiar:

"Averiguar el por qué quiere casarse nuestra hija". "Tenemos dudas sobre las motivaciones de ellos como para casarse".

El caso

La familia de la novia está preocupada porque su hija habla de matrimonio, pero deja dudas sobre cuanto está preparada para enfrentar las exigencias del mismo; no tiene claro qué le mueve a casarse. Los padres creen haber percibido algunas incongruencias que les hace sospechar que la hija no está lista para casarse. Preocupados por esto, han concertado la reunión, con el novio presente, para averi-guar cuáles son las motivaciones de casarse; y para "abrirles los ojos".

CAPÍTULO VI

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1.3. La dinámica:

Cada uno pregunta, critica, exige, aporta - según su teoría- Los novios hacen su defensa y presentan sus argumentos del por qué se van a casar.

2. Segunda dinámica:

Una vez ocurrida la indicada reunión familiar, esta vez se reúnen solamente los no­vios, evidentemente porque dicha reunión con los padres de ella "removió", "sensibilizó" y "abrió los ojos" sobre muchas cosas de las cuales nunca habían hablado seriamente. La dinámica se cierra dejando en claro que tienen acuerdos y desacuerdos, que están de acuerdo en que hay desacuerdos; ha de surgir la necesidad de seguir hablando sobre lo que no se han atrevido a hablar; dirán por qué no se han atrevido a hablar. A continuación, el facilitador trasladará al auditorio todo lo que ha surgido en las dos dinámicas para analizarlas en conjunto.

C. PROPOSICIONES TEÓRICAS:

A continuación exponemos las principales teorías acerca del por qué se casan las personas, con la confianza que guiará a los terapeutas y consejeros familiares a ser útiles para muchas parejas que sufren:

1. "El matrimonio por complementariedad"

Aquí complementariedad se usa en el sentido clásico (G. Bateson, 1935, 1972), en el cual una persona llena el vacío que tiene la otra persona. Una vez producida la relación complementaria, se observan las siguientes características:

1.1. No se pueden separar los componentes, sin que signifique amenaza y cambio.

1.2. No se puede reducir a la pareja a uno de los componentes, invisibili-zando al otro componente, como bien quisiera alguno de los compo­nentes de la pareja.

1.3. En la pareja complementaria los miembros de ella difieren entre sí, pero se ajustan recíprocamente en una adaptación pasiva (G. Bateson); a diferencia de la pareja simétrica, en la cual los dos son similares, pero cada uno tiene orientación diferente.

1.4. Los ejemplos principales de pareja complementaria, son:

• En relación jerárquica de dominancia y sumisión (G. Bateson):

- Profesor y alumno. -Médicoy paciente.

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- Madre e hijo.

- Esposo y esposa (según la cultura).

• En relación de posición (J. Haley):

- Uno arriba, quien está a cargo y tiene el control.

- Otro abajo, quien acepta ser cuidado y no tiene el control.

• En funcionamiento recíproco (M. Bowen):

- Afectivo: Super - adecuado, satisfactorio. -No-afectivo: Inadecuado, insatisfactorio.

• En complementariedad no-mutua (A. R Wynne):

- El cliente y el vendedor. - El explotado y el explotador. - Seudomutualidad.

Desde esta proposición teórica significa, por ejemplo, que una persona lógica elegi­rá un compañero(a) emotivo (Winch, 1958). De esta elección, puede resultar que:

• Si resulta que el compañero(a) emotivo buscaba un compañero lógico, entonces el vacío se llena mutua y recíprocamente.

• Pero, con frecuencia ocurre, que el segundo no buscaba un lógico, sino otra persona emotiva como sí mismo, entonces surge la crisis de la complementariedad no-mutua (A. R. Wynne).

• Por otra parte, las personas que hacen la elección de alguien lógico, para complementar su vacío, sacrifican la dimensión emo­cional, acto que a corto plazo se traduce en descontento.

Es así como la desarmonía puede aparecer desde muy temprano en la vida de la pareja, donde ha mediado una elección precisa.

2. "El matrimonio para el quid - pro - quo"

El quid-pro-quo significa una relación donde se da algo a cambio de algo (G. Bateson y D. D. Jackson) en una relación complementaria o simétrica. Si se trata de la relación "complementariedad recíproca" de M. Bowen, ya vista, el de arriba o protector acepta proteger al de abajo. Pero, a cambio, espera recibir algún servicio, en una confabu­lación benigna, no engañosa, orientada hacia una meta (D. D. Jackson). El viejo concepto quid-pro-quo, término legal de un contrato que obliga a las partes a recibir algo y dar algo, trasciende los estamentos del derecho formal y se remonta a la misma naturaleza del ser humano, quien aplica el espíritu de esta ley a la vida matrimonial.

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El concepto de quid-pro-quo, según D. D. Jackson, de las siguientes premisas:

2.1. El matrimonio es la única relación colaborativa a largo plazo que se conoce y que debe considerarse en todo análisis de los problemas matrimoniales.

2.2. El matrimonio es una relación voluntaria, aunque se desarrolle en una cultura que considere al matrimonio como algo obligatorio; y el dar y recibir {quid - pro - quó) también sean considerados obligatorios: Algo así como la obligación per se: "me tienes que dar sexo per se, esto es porque estamos casados".

2.3. Es una relación permanente, es decir se la supone un contrato vitalicio ("hasta que la muerte nos separe").

2.4. En occidente, el matrimonio es una relación exclusiva, donde las partes se consideran, virtualmente, suficientes el uno para el otro, con una exclusión neta de terceros y de relaciones externas (la autosufi­ciencia virtual de la diada de D. D. Jackson). Los compañeros de cuarto pueden comprometerse a una relación permanente, pero no es­tán obligados a frustrar las relaciones con terceros, como sí ocurre con el contrato matrimonial.

2.5. Es una relación orientada hacia el logro de metas, con muchas tareas vitales y mutuas que deben cumplirse a corto y largo plazo y con eta­pas marcadas por límites de tiempo, p.e.: la "crianza de los hijos", "el compañerismo", cada cual con sus problemas particulares.

2.6. Es una relación que requiere, para su comprensión, de un lenguaje relacional propio, porque todo otro lenguaje está orientado hacia la epistemología individualista. En nuestro sistema conceptual tradicio­nal el individuo está cautivo entre la piel del "tú "y el "yo" y no tiene la visión del sistema, del ecosistema, de la interacción, de la redun­dancia, ni de las reglas familiares, típicas de una comprensión de la familia como una entidad supraindividual. De allí que la teoría del quid-pro-quo resulte violenta para quien tenga una visión individual. No obstante, la teoría existe como un proceso natural en el ser huma­no, que le guía a esperar algo a cambio de algo en el matrimonio.

2.7. El quid-pro-quo, como lo propone D. D. Jackson, supone la relación de una pareja diferenciada, pero donde la diferencia es asimilada, mas no usada como excusa de los problemas.

El quid-pro-quo, visto desde este ángulo, nos toma a veces desacostumbrados; esta­mos conscientes que tampoco se cumple en todos los matrimonios; por otra parte, es una realidad que lleva o debe llevar a los contrayentes a pensar seriamente en las ventajas y desventajas del matrimonio.

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Pero, aunque la realidad del matrimonio indique que siempre habrá un quid-pro-quo aceptable, también se observa que existe un gran margen de problemas, según D. D. Jackson (1965), asunto que se resume a continuación:

2.1. Transacción injusta: En tanto el verdadero quid-pro-quo es transac-cional, recíproco, puede degenerar en una relación así: "Te daré atenciones solo si te alejas de tu familia". "Te daré dinero si me das sexo". La otra parte siente que es una transacción injusta, una confa­bulación maligna, seudo-mutualidad, hostilidad, y no aceptable.

2.2. Transacción coersiva: El quid-pro-quo en una relación complemen­taria debe ser en arreglo a la cultura, a la edad, a circunstancias espe­ciales, etc. El problema radica cuando no es un arreglo a..., sino una coersión {per sé)...

2.3. Transacción errada: Un quid-pro-quo errado es cuando un cónyu­ge da algo, pero lo que recibe a cambio está orientado al campo de las necesidades básicas (comida, techo, vestido, etc.), porque está casada con un compañero proveedor. Lo que realmente esperaba a cambio era algo que llene sus necesidades psicológicas y emocionales, por lo que el quid-pro-quo está errado.

2.4. Transacción patriarcal: El quid-pro-quo en la perspectiva sisté-mica es una interacción recíproca, en arreglo a... Pero, en las estruc­turas patriarcales, no se cumple la regla de algo a cambio de algo, sino que los miembros trabajan sin recibir algo: "La esposa y los hi­jos son empleados sin sueldo..." Desde esta perspectiva, el quid-pro-quo recíproco de D. D. Jackson resulta amenazante a las estructuras y exigencias del statu quo.

2.5. Transacción a plazos: Si el quid-pro-quo es un vínculo a plazos, no se cumple con los compromisos. Esto es cuando una pareja decide que uno trabaje y el otro estudie, y que las compensaciones llegarán a su debido tiempo, cuando se experimentará la reciprocidad. Pero, al llegar el momento de reciprocar, "se hace el ruso" - dijo una señora. "Cuando yo necesite dinero, tú me prestas" - dice la señora - así como yo lo estoy haciendo contigo" (pero él se "hace el ruso").

3. "El matrimonio como estrategia del inconsciente"

Esta proposición teórica, de claro arraigo psicoanalítico, dice que dos personas se casan aduciendo que el móvil de su matrimonio es el amor y la certeza de que son el uno para el otro, convencidos a nivel consciente. Luego descubren que, en la elección de un compañero, había mucha influencia de la familia de origen, quien intentaría "borrar viejos dolores y saldar una vieja cuenta". Posteriormente, en la evolución de la relación, descu­bren que hay discrepancias entre pedidos conscientes e inconscientes, causando problemas

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maritales, alejamiento de los cónyuges; descubren que se casaron por un dictamen del inconsciente para satisfacer necesidades más profundas, tales como hallar una madre o un padre.

4. "Una matrimonio basado en las relaciones objétales primarias"

En efecto se trataría de otra jugada del inconsciente. Los teóricos de esta propo­sición dicen que cada persona tiene aspectos perdidos de dicha relación objetal primaria, que ellos habían escindido. Entonces los cónyuges actúan en una complicidad sincronizada y reciprocidad bilateral o "complementariedad inconsciente"; se emparejan para buscar esos aspectos perdidos y reexperimentan por identificación proyectiva. Cada cónyuge aporta su cualidad para que la otra mitad encuentre sus aspectos perdidos: "Conmigo aprenderás linderos entre la masa y el self"; "...hallarás tu verdadera individuación..."; "...en mí y conmigo hallarás lo que no hallarás en nadie más..", le sentenciaba un novio a su amada. Fácilmente, entonces, una persona puede ser vista como aquella que va a facilitar el hallazgo de los aspectos perdidos; "...contigo aprenderé a ser yo, porque sabes tratar a una persona...".

5. "Para corregir viejos guiones"

Las familias de origen hicieron las definiciones de lo que es apropiado y "normal" y lo inapropiado o "anormal" en el matrimonio. Pero las mismas diferencias observadas al inicio de la relación (inapropiado y "anormal") fueron las que más motivaron a emparejar porque se constituyeron en un reto; en la posibilidad de hallar lo que no se tuvo; en corregir los viejos guiones familiares estigmatizados. Postulamos, por lo tanto, que las elecciones de pareja se realizan con profunda precisión y de una manera bilateral, que ambos se confabulan para establecer el matrimonio. Es más, los partícipes se confabulan y hacen tratos inconscientes: "Seré tu conciencia si tu traduces en acción mis impulsos". El problema aparece porque: La relación conyugal es presente, aquí y ahora; en cambio la tarea de corregir el pasado es un reto difícil de alcanzarlo. Por otra parte, en el tanto se está resolviendo algo en y del pasado, la construcción del presente se estanca e, inclusive, devolucionan. Los terapeutas de pareja tenemos que hacer, muchas veces, el siguiente encuadre:

"Uds. tienen una vieja guerra de poderes, de territorialidad, etc., que les ha tenido ocupados por 23 años (el tiempo de casados), que no se percataron que los hijos se hicieron grandes y no los disfrutaron; que han pasado 23 años y no han comenzado a disfrutar su matrimonio... "P

6. Igual nivel de diferenciación y pautas opuestas de organización defensiva:

Las parejas tienden a casarse con quienes están alineados simétricamente en el sentido que han alcanzado un nivel básico de diferenciación del yo; mas no se casarían con

13 E. Guang, 1992: 28-30.

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quienes no han diferenciado su yo respecto a la pertenencia a la familia de origen. Pero esta condición no es una garantía como para entenderse adecuadamente como pareja, pronto descubren que cada uno tiene pautas opuestas de organización defensivas respecto a su familia de origen, instalándose así los conflictos de pareja.

7. "La presunción de las obligaciones contractuales del m a t r i m o n i o "

Las personas casadas plantean requerimientos imposibles, que el matrimonio o par­ticularmente el otro cónyuge, no puede satisfacer. Un ejemplo de esto es la idea generaliza­da que de que es el otro quien tiene que hacerme feliz. Los suegros le dicen al yerno: "Só­lo te pedimos que hagas feliz a nuestra hija..." La presunción falsa es creer que el otro, exclusivamente, tienen los ingredientes para mi felicidad; que uno se casa para ser feliz a expensas del otro; que la realidad mujer/hombre es igual a casados/padres felices. El problema es:

7.1. Nadie puede hacer feliz a nadie; a lo más puede contribuir.

7.2. Y aunque fuera posible hacer feliz al otro, no se puede esperar pasar la vida sin sufrimiento ni soledad. Estas condiciones son inherentes al ser humano y ningún cónyuge podrá ni siquiera intentar evitarlo.

7.3. Nadie se casa con alguien real, sino con lo que piensa que es la otra persona; la gente se casa con ilusiones, con imágenes y configura­ciones. Y sólo éstas, imaginariamente, pueden hacer feliz al cónyuge, en tanto la persona real no puede garantizar la tal felicidad.

7.4. Lo exitante del matrimonio, no es lo que pienso que es, sino el descu­brir qué y cómo es.

7.5. La felicidad consiste del mayor número de transacciones recíprocas que ocurran en la pareja, pero debido a un sinnúmero de variables involuntarias, no se puede garantizar la felicidad. Los procesos terapéuticos contribuyen con la pareja para que ésta consiga el quid-pro-quo más recíproco.

8. "El matrimonio es un organismo, donde cada órgano tiene roles bien diferenciados"

Los representantes de esta proposición teórica indican que el problema radica en creer que el matrimonio es la suma de las partes, en condiciones no orgánicas, sin responsa­bilidades ni funciones. La verdad es que los miembros de la pareja deben responder a:

8.1. Las necesidades de co-laboración y no ayuda. 8.2. La responsabilidad mutua para criar a los hijos. 8.3. Quién responde a quién.

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8.4. Qué función se requiere en determinado momento.

Esto es posible solamente cuando se concibe el matrimonio como un organismo, cosa que ha de estar claro a la hora de emparejar. El contrato matrimonial, concebido como una designación social, es contrario a esta proposición teórica. Por consiguiente, la pareja tendrá éxito, en su proceso de emparejar, sólo en la medida que se guíe por esta epistemo­logía. Por otra parte, el terapeuta de parejas podrá ayudar efectivamente si toma en cuenta este referencial teórico a la hora de plantearse las estrategias terapéuticas.

9. "Los impasses seriales"

Este concepto corresponde a C. Whitaker (1992), quien concibe que toda pareja pasa por diferente crisis y etapas, a lo que él denomina los impasses seriales. La expli­cación teórica de este fenómeno es la siguiente: Los primeros años del matrimonio se fundamentan sobre la base de transferencias bilaterales: "Soy feliz, porque me apoyo en ti como si fueras mi padre/madre...". Pero éstas transferencias se desmoronaron en la medi­da que pasa el tiempo. Entonces, cumplidos los impasses seriales, ocurriría lo siguiente:

9.1. Sólo desenamorándose pueden volver a tratarse amorosamente.

9.2. Si ya saben cómo herirse el uno a otro, en la terapia pueden aprender cómo amarse el uno al otro.

9.3. Los estímulos desiguales de crecimiento pueden hacerles sentirse como extraños después de unos años de matrimonio. Pero la terapia emparejará los estímulos y facilitará un crecimiento recíproco.

9.4. Los ideales de coherencia, honestidad, lealtad, no siempre son posi­bles. Como en el amor y la guerra todo es posibles, así en el matri­monio todo es posible, porque éste es amor y guerra.

10. "Lo afectable y no afectable del matrimonio"

Las políticas gubernamentales, filosofías individualistas, feministas, inflación, eventos mundiales, etc. afectan la parte afectable del matrimonio. Hay otra parte que no es afectable, que es el mundo privado de la pareja, que no está expuesta ni siquiera al terapeu­ta y, por lo subterránea que es, ni es consciente a la misma pareja. Esto lo llamaremos "el matrimonio de él", "el matrimonio de ella", "el matrimonio de los dos". O sea lo que para sí significa el matrimonio, lo cual no está expuesto a las variables externas. De este mundo privado y no afectable, se dice:

10.1. El matrimonio puede ser la máxima o la más humillante de las expe­riencias.

10.2. Puede ser una experiencia que lo desquicie de euforia; así como la himnosis que lo aletarga y altera la conciencia.

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14 E. Guang, 1992: 16.

10.3. Puede ser como un campo estéril, que nada se saca de él; o como la tierra más fértil que todo produce.

10.4. Puede ser como un árbol visto de lejos, de apariencia atractivo; pero de cerca, es frío y oscuro como para no ponerse debajo de él.

10.5. La definición de esa parte no afectable, sólo la misma persona puede construirla y definirla. Muchos han dicho que es la parte esencial del matrimonio, aún cuando adjetivalmente esté podrido. La metá­fora, en este caso, es una caja de manzanas: "La mayoría de manza­nas están en buen estado de conservación; pero hay unas pocas manzanas que se pudrieron. Adjetivalmente, algunas se dañaron, pero este problema no afecta a la naturaleza manzana, la cual sigue siendo buena para todos... ".u

10.6. Esa misma parte no afectable, redescubierta, es la base para las rela­ciones, que no van a ser afectadas fácilmente por variables externas. Así se puede entender la afirmación: "Pobrespero, felices".

11. "La paradoja de la elección"

Esta proposición teórica corresponde a A. Y. Napier (1978).: "La gente propende a casarse con su peor pesadilla". Las personas que temieron el rechazo o abandono en sus familias de origen, se casan con quienes se aferran a sus familias de origen o se sienten absorbidos por ellas y, en consecuencia, tendrán abandonados a sus cónyuges. Dicho en otros términos, el que temió al rechazo, busca una relación de mayor acercamiento a su cónyuge, quien se halla capturada por su familia. El otro cónyuge, en tanto está asfixiado por la captura de sus familiares, busca una relación no asfixiante o separada. La paradoja es que termina casándose con la peor pesadilla.

12. "Matrimonio por guión parental"

La máxima dote que un padre puede dar a sus hijos es una relación matrimonial viable. El fortalecimiento de los matrimonios es en sí la manera de ayudar a los hijos a en­contrar su libertad para construir su modelo. Los padres construyen la próxima generación mediante guiones. La declaración de esta proposición teórica en los procesos terapéuticos ayuda a los pacientes a tomar consciencia de la seriedad del problema.

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CAPÍTULO VII

LOS PRINCIPALES PROBLEMAS MARITALES

A. INTRODUCCIÓN:

Esta clasificación corresponde a la práctica clínica de terapeutas experimentados, tales como M. Andolfi, I. Zwerling y C. Whitaker, sumando a ellos mi propia experiencia profesional. Hay que tomar en cuenta que la clasificación de problemas familiares es más extensa o, al menos, ha sido más investigada. No obstante, el mismo paradigma relacional que sustenta a la práctica clínica de la terapia de familia, sustenta, también, a la práctica de la terapia de pareja, siendo ésta la expresión más pequeña de un sistema familiar.

B. LOS PRICIPALES PROBLEMAS MARITALES

1. El problema de la "comunicación incipiente":

1.1. Características:

• Muy frecuente en matrimonios jóvenes. • Problemas relativamente superficiales. • Se ubica en la categoría de malos entendidos, malas lecturas o

percepciones. • Generalmente son parejas con relaciones sanas. • Personas allegadas, que han tenido éxito en procesos terapéuticos,

les motivan que se sometan a terapia de pareja para ser felices. • Rehabilitado su matrimonio, después de pocas sesiones, se reti­

ran.

1.2. Resultados posibles del proceso terapéutico:

• Las sesiones sirven, generalmente, para aprender a oír y hablar al otro de verdad.

• Para abrir e inaugurar canales de comunicación que no existían debido a temores a las reacciones.

1.3. Errores que se deben evitar:

No trate de convertirlos en pacientes "inventando" patologías que no tienen ni disfunciones que no existen.

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1.4. Un ejemplo:

JEFFRY: Edad 23 años, casado con Sandra hace 3 años, no tiene hijos, proviene de una familia donde él es hijo único y, a su vez, sus padres son de familias poco numerosas. Actualmente estudia y trabaja; la esposa sólo estudia.

SANDRA: Edad 26 años, esposa de JEFREY, proviene de una familia de 8 hermanos y ella es la número 4.

JEFRREY tomó la iniciativa de buscar terapia porque intuye que su esposa no es feliz. El dice que percibe que su esposa quiere tener varios hijos porque ella: cuando mira a una señora embarazada, dice: "Que dichosa"; es muy afectiva con los niños; por la edad de ella; y porque proviene de familia numerosa. Indica que él no está listo para ser padre porque está estudiando todavía. Ella indica que es cierto lo que él dice, pero que no es oportuno tener hijos ahora porque él no es un profesional, todavía. Además índica que jamás tendría 8 hijos como su mamá. Aclararon los malos entendidos; abrieron canales de conversación sobre el tema hijos y se quitaron los temores. Se despidieron de la terapia.

2. El problema de los "obstáculos no descubiertos":

2.1. Características:

• Los dos están comprometidos con el matrimonio. • Cada uno está convencido que el otro le ama. • Una causa desconocida no les deja ser felices. • Tienen fobias a las peleas, riñas, disgusto y a enfrentar los con­

flictos. • No son expertos en resolución de conflictos.

2.2. Resultados esperado del proceso terapéutico:

• Aprender a saber qué hacer con el impacto del primer hijo. • Cómo mantener el control frente a los conflictos; aprender a

resolver conflictos. • De la misma forma que están comprometidos con el matrimonio,

se comprometen con la terapia. • Tendencia a prolongar las terapias.

2.3. Errores que se deben evitar:

• Producir dependencia. En su afán por aprender los "trucos" para sobrevivir el matrimonio, tienden a quedarse mucho tiempo en la terapia, consultan mucho por teléfono.

• Atemorizarlos ante la vida.

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3. El problema del "aniquilamiento de las respuestas recíprocas":

3.1. Características:

• No tienen exitación ni emociones en su relación. • Se quieren, pero no se aman. • Son un "matrimonio de hermanos"; son como familiares; jamás

buscarían a otra persona. • Por otra parte, son vulnerables y buscan otras relaciones para

enriquecer su relación. • El sexo, si todavía funciona, es rutina y detestablemente prede-

cible.

3.2. Resultados esperados del proceso terapéutico:

• Que les confirme que no hay salida para su matrimonio. • Que se les ayude a aceptar el statu quo. • Que se le ayude a encontrar la excitación romántica.

3.3. Errores que se deben evitar:

• Darles la seguridad que les renacerá la pasión, la "química", la excitación y las respuestas recíprocas. A juicio de algunos tera­peutas de pareja, no se ha hallado la técnica eficaz para restablecer este nivel de relación excitante y el índice de resultados positivos es muy bajo.

• Tomar la ausencia de respuestas recíprocas (contenido) como el problema. En realidad el problema es la pérdida del amor; es la presencia de resentimiento, hostilidad reprimida, depresión en­mascarada (proceso).

3.4. Estructurar una dinámica:

Como aporte del grupo, éste construirá una dinámica, incluyendo un terapeuta: "La asistencia a terapia de una pareja que perdió toda la relación afectiva, sexual, etc."

4. El problema "multicolor":

4.1. Características:

• Tienen una considerable variedad de conflictos, lo cual da la im­presión de irreversibilidad: Relación con las familias de origen, el dinero, el control, la crianza de los hijos, roles, la participación

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equitativa en los quehaceres domésticos, etc.

• Comunmente uno de ellos estará viviendo una aventura extrama-trimonial y, a su vez, la pareja estará luchando a ver si deja o no tal aventura.

• Comunmente la pareja tiene un problema sexual, que puede ser la pérdida de interés en el sexo de uno de los dos o ambos.

• Ocurre en este tipo de problema, que uno de los miembros de la pareja esté veladamente pidiendo tolerancia para la aventura extramatrimonial: "Si todos lo hacen ¿por qué te preocupa tanto a vos?".

• Aquí, el divorcio parece necesario, aunque a veces no es necesa­rio.

4.2. Lo que se espera del proceso terapéutico:

• Resultados definitorios: "O nos arreglamos o nos dejamos". • "Arreglar", a veces, no es superar los problemas, sino la toleran­

cia a determinadas libertades...

4.3. Errores que se deben evitar:

• No respetar la irreversibilidad, bajo la ilusión de un arreglo. • Pronosticar generalizadamente irreversibilidad.

4.4. Una dinámica:

Igual que en los problemas anteriores, en este caso se actuará la forma "multicolor" irrversibilidad" del problema.

5. El problema en que "uno de los dos tiene problemas":

5.1. Características:

• Uno de los miembros presenta los síntomas; mientras el otro dice no tener problemas.

• Uno de los dos ha sido abiertamente más dominante; en tanto el otro ha sido complementario.

• Uno de los dos pide constantemente más atenciones; en tanto el otro dice ser el que siempre da.

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• El cónyuge asintomático no quiere asistir a terapia; o lo hace sólo para ayudar al terapeuta a tratar al discapacitado sintomático.

5.2. Lo que se espera del proceso terapéutico:

• Que se "cure" al sintomático. • El terapeuta dirigirá la terapia a los procesos de la pareja, para

que vean el problema y lo encuadren.

5.3. Errores que se deben evitar:

Aliarse con el miembro "voluntario" y dirigir la terapia hacia el miembro disfun­cional.

5.4. Una dinámica:

Esta estará dirigida a dramatizar el problema centrado en uno de los dos miembros; en tanto el otro miembro es el "sano", el "bueno".

6. El problema "de la madurez incompleta":

6.1. Características:

• Los miembros nunca se fueron de su familia de origen.

• Su lealtad primaria es para con sus familias de origen. • Se quejan de la interferencia de los familiares políticos.

6.2. ¿Qué esperar del proceso terapéutico?:

• Incluir a los padres en el proceso terapéutico a fin de lograr que ellos perciban el error de su invasión en el matrimonio de sus hi­jos.

• Lograr que los hijos se desimbioticen, pierdan el temor de romper el cordón umbilical.

6.3. Errores que se deben evitar:

• Cambiar una dependencia por otra. • Tratar a los hijos independientes de sus padres, sin romper las es­

tructuras sobreinvolucradas.

6.4. Una dinámica:

El tema central será la dependencia hacia los familiares de origen.

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El problema del "síndrome de los profesionales de la salud mental"

7.1. Característica:

• Manoseados profundamente en diversos procesos psicoterapéu-ticos, análisis individual y grupal, pasados por los más sofisti­cados procesos de terapia; han peregrinado por los más conno­tados terapeutas del mundo, etc.

• Cada cónyuge es conocedor profundo de la dinámica del otro. • Cada cónyuge se esfuerza por cambiar al otro, y siente que nunca

funciona. • Estos cónyuges han hablado de sus problemas hasta el hartazgo. • Hablan de sus problemas en los términos más técnicos posibles;

sus interpretaciones confunden aún más la situación. • Cada uno de los cónyuges tienen temor de haber pasado los

límites de las posibilidades de la terapia.

7.2. ¿Qué esperar del proceso terapéutico?:

• Detener la mala "terapia" que se están administrando. • Ayudarles a enfocarse a cada uno en su propia realidad:

• Que reconozcan cuál o cuáles han sido sus propias cuotas hacia la/las disfunciones vividas.

• Que acepten su cuota en la disfunción, pero sin una dimensión auto-culpabilizante (Deben verse como personas de construc­ción social, genéricamente diferentes, "obligados" a hacer pareja con una formación dispareja).

7.3. Errores que se deben evitar:

• Caer en su esquema "terapéutico" (No hable a "su altura"). • Seguir la agenda y estrategias propuestas por ellos (Se ha de mos­

trarles quién es el terapeuta). • Esforzarse por ser lo más predecible posible, tal como ellos quie­

ren escuchar

7.4. Una dinámica:

• Organizar una terapia de pareja formada por dos psicólogos tera­peutas.

• Los pacientes se esforzarán por llevarle al terapeuta al terreno técnico, magistral.

• Los pacientes de esforzarán por entregarle al terapeuta un "pa-

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quete" diagnosticado, pronosticado, prescrito, pero del cónyuge, no de sí mismos.

• Los pacientes se esforzarán por demostrar que ellos sí saben, o que su enfoque es el mejor.

• Análisis de la terapia:

8. Problemas relacionados con "segundas nupcias"

8.1. Características:

• Son familias reales, pero contaminados de fantasmas de las fami­lias anteriores.

• La recomposición inadecuada de lealtades. • Las secuelas del divorcio son más complejas que aquellas de la

muerte de un cónyuge. • La esposa actual reciente las lealtades y responsabilidades (dine­

ro) del esposo hacia su primer familia. • Otros referentes de problemas: Derechos y costumbres de los

suegros ("exsuegros") hacia la familia recompuesta. • Problemas de lealtades de los hijos hacia sus padres biológicos.

8.2. Lo que se espera de la terapia:

• Trabajar/mejorar las lealtades. • Mejor manejo de la familia recompuesta. • Considere un posible proceso terapéutico juntando a las familias

(anterior y actual).

8.3 Errores que se deben de evitar:

• Querer "construir" una familia como si fuera de primera nupcia. • Querer construir una familia negando la realidad pasada.

8.4. Una dinámica:

Esta dinámica debe tener una variada participación de todas las nupcias; lo más inmanejable y enredada posible por muchos problemas y confusiones de roles.

9. Terapia con el "nido vacío"

9.1. Características:

• Llegan demasiado tarde a la terapia: Son personas mayores y sus problemas están calsificados.

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• Vienen cuando el último hijo de fue: "Descubrieron" que no tie­nen vida propia; que los hijos sirvieron de vínculo o razón para estar junto. Ahora se preguntan si habrá una razón de peso para estar juntos el resto de la vida.

• Sus opciones están limitadas. • Lo difícil para la madre: Su último hijo - apoyo se va; lo difícil

para el padre: Su carrera va al ocaso; la esposa se afianza social-mente.

9.2. Lo que se espera de la terapia:

• Hacer más cálida la relación (mejora de la calidad). • Buscar tenerlos juntos mediante trabajos externos a su relación

matrimonial (una prótesis externa: que ayuden a la comunidad). • Un acercamiento paradojal: Crear un conflicto para objetivizar

las virtudes o beneficios de estar juntos.

9.3. Errores que se deben evitar:

• Prescribir separación es lo más inoportuno. • Negar la cronicidad del problema.

9.4. Una dinámica de ocaso:

No con la finalidad de deprimirlos, sino con el fin de mostrar lo que es posible hacer con la pobre calidad relacional: Que actúen como si tuvieran 80 años, juntos, recíprocos...

10. El problema "in extremis":

10.1 Características:

• Generalmente uno de los dos tiene una relación extramatrimonial, admitida o no admitida.

• Es la terapia del "último recurso", antes de ir al abogado con la conciencia "tranquila".

• El/la cónyuge que da por terminado el matrimonio quiere irse y dejar al otro a cargo del terapeuta.

10.2. Lo que se espera de la terapia:

• Terapia del duelo por divorcio. • Un trato justo en el divorcio. • Una relación racional después del divorcio.

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10.3. Errores que se deben evitar:

• Un pronóstico de "ilusión" que niegue el duelo. • Una distancia inapropiada de los cónyuges que sea amenazante a

su debilitada pertenencia.

10.4. Una dinámica:

La dinámica, igual que la anterior, no es para deseperanzar, sino para contener en su condición de "extremis"

11. El problema de "entre la agonía y el éxtasis":

11.1. Características:

• Los cónyuges se hallan crónicamente desdichados.

• No pueden vivir "con el otro" ni "sin el otro". Intentaron divor­ciarse pero no pudieron. Están atrapados entre dos ataduras, dos vínculos: La mala vida que viven y el temor al vacío si se sepa­ran.

• Generalmente han tenido muchas "terapias maritales" sin éxito. • Hacen la fantasía que el otro muera: Un accidente, una enferme­

dad, un secuestro, etc. que los libere.

11.2. Lo que se espera del proceso terapéutico:

• Adaptarse a lo que tienen. • Se recomienda un grupo terapéutico contenedor. • Terapia del grupo familiar que incluya a los hijos adultos.

11.3. Errores que se deben evitar:

• Crear la ilusión con un "buen pronóstico". • Producir un rompimiento cuando ellos han evitado hacerlo.

La densidad de este capítulo ha de ser moderada con las dinámicas, pero sin sacrificar el análisis de lo que contiene porque es el centro de toda la comprensión de casi todas las disfunciones maritales.

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CAPITULO VIII

PRINCIPIOS GENERALES PARA LA TERAPIA SISTÉMICA DEL ADOLESCENTE

A. HACIA UN DIAGNÓSTICO DEL ADOLESCENTE:

1. Identificación del mantenedor homeostático ( M i l ) :

Este es un de los instrumentos más útiles para evaluar la situación de un adoles­cente, por cuanto muestra su capacidad de transformación o su congelamiento. La homeostasis es un concepto que significa el mismo estado, estabilidad, el no movimiento ni transformación. Por lo tanto, el Mantenedor Homeostático representa a individuos o fuerzas sociales que están manteniendo un problema dado y que, por lo tanto, deben ser tomados en cuenta a en los procesos de cambio. Ejemplos:

1.1. La agresividad de un adolescente se mantiene si utiliza como Mante­nedor Homeostático a otro miembro familiar aliado (el adolescente agresivo contra la madre, usa al padre como el MH, por ser su aliado, indolente, que no defiende a su esposa).

1.2. Para un adolescente descolocado, el factor contradictorio de los padres es el MH.

1.3. Ch. Fishman (1989) relata que la madre de un joven delincuente de 19 años fue su MH, porque ella, de principio a fin, tuvo una conciencia de delincuente, y transmitió al hijo dicha conciencia. Ante el juez que sentenció al hijo a cadena perpetua por asesinatos múltiples probados, ella dijo: "Cómo se atreve a castigar a mi niño, es injusto, él no hizo nada...". En sus encarcelamientos previos y sus múltiples terapias en las prisiones, el joven sólo se recriminaba por no haber sido lo suficientemente listo para no dejarse atrapar por la ley. 1 5

2. Identificación de los patrones claves de transacción:

2.1. Evitación del conflicto:

El ejemplo clásico es aquel que los padres prefieren dejar que su hija adolescente de 15 años se vaya de la casa antes de enfrentar el problema y hacer valer sus reglas. El

Ch. Fishman, 1989: 35

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conflicto, en este caso era la disfunción de los padres: Parecían dos polos magnéticos repe­liéndose el uno al otro, en lugar de aceptar el reto de resolver sus diferencias y rescatar a su hija.

2.2. La cismogénesis complementaría o simétrica:

Cismogénesis significa secuencias de interacción en escalada que conducen a un cisma o ruptura. La primera es la cismogénesis complementaria: En ésta, las conductas aparecen como recíprocamente ajustadas a una secuencia. Frente a una esposa iracunda, se puede hallar a un esposo con dolor de estómago; cuando la esposa de pone más iracunda, el esposo hace una úlcera sangrante de estómago y ella baja la fuerza de su emoción. En cambio, en la cismogénesis simétrica los dos actúan concertadamente así: Se produce una discusión acalorada en la que ninguna de las dos partes pueden dar marcha atrás y se llega a la violencia.

2.3. Patrón intrincado (enredado, confuso):

Cuando esto ocurre, en el fondo del problema podría estar una familia con pocos recursos intelectuales y racionales para ver y resolver los problemas. Ejemplo: Familias con claras incapacidades de respetar linderos, espacios, no asimilan los nuevos estadios de desarrollo de los hijos y, como consecuencia, se invaden, inmiscuyen, no se ajustan a las realidades presentes, no intuyen el aquí y ahora. Lo más concreto posible es la norma, por ejemplo valorar al adolescente por lo que hace y no por lo que vale en sí

2.4. El patrón de rigidez:

El adolescente evoluciona muy rápido comparado con sus padres. En cuyo caso éstos limitan la acción, el crecimiento, el espacio al adolescente, mientras que éste busca un grado mayor de autonomía. Para hallar un lenguaje que controle esta situación, recurren a la metáfora del cuerpo, donde colocan las enfermedades psicosomáticas. Son familias que no saben comunicarse verbalmente y utilizan el lenguaje de la metáfora corporal.

2.5. La sobreprotección:

Otro patrón clave de transacción es la exagerada preocupación de uno por el otro, lo cual impide al adolescente lograr su maduración y el grado de autonomía suficiente.

B, PRINCIPIOS GENERALES DE LA TERAPIA DEL ADOLESCENTE:

1. Examinar las premisas del sí-mismo:

Si el adolescente a concretado una premisa del sí-mismo, el proceso de cambio tiene que modificarla. La premisa del sí-mismo es la autodefinición. Es la carta de presentación de una persona porque, en realidad, así es como se califica. Los comportamientos se corre­lacionan con lo que creemos que somos. Ofrecemos aquí algunos ejemplos de las premi­sas del sí-mismo:

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1.1. No sirvo. 1.2. El mundo me debe todo. 1.3. A mi nadie me manda. 1.4. No necesito estudiar.

2. Transformar las premisas que respaldan la conducta:

Si el adolescente ha configurado un sí-mismo delincuente, la meta es cambiar las premisas que alimentan ese sí-mismo delictivo. La ingratísima premisa que prevaleció por siglos de la inferioridad de determinadas razas hizo que se llegara a creer que un negro era inferior a un blanco. La historia se ha encargado en demostrar la igualdad genética de la especie humana; los hechos han demostrado los atributos de un negro y, de esta manera, se transforma dicha premisa. Otro ejemplo magistral lo hallamos en el cuento del Pato feo. Una premisa falsa: Que era de la especie de patos; un prejuicio de especies contra los patos y a favor de los cisnes. Cuando el Patito feo abandona la premisa de que era un pato y asumió su naturaleza de cisne, regresó a casa.

3. Evitar que los padres sean derrotados:

En muchas sesiones de familia con hijos pequeños se observa la incapacidad de algunos padres para controlar la disciplina de los hijos, cuanto más con hijos adolescentes. Ante la conducta violenta de un adolescente, el papá miraba al terapeuta, como diciendo: "Ayúdeme, por favor". Y es que uno de los principios de la terapia sistémica indica que el subsistema parental es el de mayor autoridad en la familia. Desde esta base, la terapia sistémica ha de reorganizar la estructura familiar hasta que devuelva el lugar correcto a los padres y, con ello, retomen el poder y autoridad perdidos.

Cuando las relaciones del adolescente están tejidas con las de sus "pares", la autori­dad de los padres podría verse disminuida, debilitada y su influencia ha de verse reducida. Es en estas circunstancias cuando el terapeuta se halla ante un doble desafío: Tratar de recrear una jerarquía parental intacta para contrarrestar el influjo de los "pares"; y, al mismo tiempo, tratar de utilizar el contexto para fortalecer al sí-mismo bueno del adolescente y reintroducir este sí-mismo competente en la familia.

4. Actuar rápidamente para interrumpir la delincuencia:

Los patrones delictivos pueden enquistarse después de un tiempo, por lo que el terapeuta o consejero han de erradicar dichas dinámicas o procesos y evitar la delincuencia. Las gestiones de corrección tienen que darse drástica, completa y lo más rápido posible, cuando todavía no se han formado las redes delictivas, ni los Mantenedores Homeopáticos, ni haya sido muy fuerte la influencia de los "pares". Otra forma de comprender este concepto es como una actuación fuertemente saturada de diligencia, urgencia y drasticidad.

5. Confirmar las esferas de competencia:

La clave para derrotar a la delincuencia radica en ayudar al adolescente a localizar

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un contexto en el que pueda surgir un sí-mismo bueno y más competente, de manera que cuando se enfrente con la delincuencia, no se vea totalmente atrapado y perciba la alter­nativa de "ser bueno". Así se habrá, al menos, establecido la premisa de la buena conducta; se habrá creado la premisa del sí-mismo bueno. No se trata de solamente refrenar la conducta delictiva, sino de erradicarla, de caso contrario, al tiempo adolescente vuelve a delinquir. Por lo tanto, es un deber del terapeuta encontrar situaciones productivas que mantengan el sí-mismo bueno. Un ejemplo de esto es ocupar al adolescente en trabajos de ayuda a otros; encontrar contextos sanos: igualmente relaciones sanas, de modo que éste se sienta que tiene capacidades, competencia y utilidad.

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