temes d'estudi «la humanidad de la ciencia del …

4
TEMES D'ESTUDI «LA HUMANIDAD DE LA CIENCIA DEL COMPORTAMIENTO» Unas notas de homenaje póstumo a B. Frederick 5kinner siderablemente s elaborada s que nin- guna de las que haya podido exponer W atson ».! Sin emb argo, a Skinner dejó de int ere sarle la lectur a de esa obra ha cia la mitad y, por tant o, «... me perdí el últi- mo tercio del libro , donde Ru ssell se lan za a refutar la t eorí a conductista ».' A pe sar de este último extremo, creemos que a la vista de estost exto s está ba stant e justifi- ca do que podamo s mencionar a Bertrand Ru ssell como el principal ante ced ente, o al menos inductor, filos ófico de Skinner. Antecedentes fisiológicos: La fi siolo gía de principio s de este si- glo , y s concretamente la obra del fi- siólogo ruso l. P. Pavlov, forman un sóli- do antecedente de los trabajo s de Sk inner desde que en 1928 fue admitid o como es- tudi ante de Psicología en la Universidad de Harvard y en lo sucesivo, ha sta que en 1936 introduce por vez primera la distin- ción entre condicionamient o clásico y condicionamiento operante . Jose Ignacio Felipe Marcet Psicologo «Como la humanidad de un riñón artificial, la humanidad de la inge- nierta de la conducta no estriba en sus origenes sino en su uso ,» B. F. SKINN ER A 10 largo de la historia de la humani- dad, la ciencia y la técnica han sido muy frecuentemente utilizadas con fine s poco éticos. Quizá por eso, entre otros muchos factores, quienes han defendido y defien- den la necesidad de una ciencia del com - portamiento humano topan con t anta fre- cuencia contra un muro de incomprensión d efendido por quiene s claman ante el su- puesto peligro de que una ciencia del com- portamiento ,y s aún un a «ingenieria de la conducta» como le gustaba decir a Skinner, convi erta al ser humano en poco más que un a máquina biológica. Sin emb ar go, nuestro prop ó sito es de- fend er, desde una simple lectura de la obra de Skinner, el hecho de que la cien - cia del comportamiento es una con struc- ción fundam entalmente humani sta. Hu - mani sta por su buen uso, por su corre cta aplicación en bien de la humanidad. B. Frederick Skinner, fallecido el pa- sado verano víctima de una leucemia, fue un iniciador, un pionero de la ciencia cornp ortamental, el cual, a tra vés de su ing ente producción invest igadora e inte- lectual, nos convenció de la necesidad que tiene la psicología de sustentarse en una base científico-natural, que no es en abso- luto incomp atible con una visió n del mun- do y un quehacer cotidi ano profunda- mente humanistas. ANTECEDENTES M ediante la am ena lectura de la aut o- biog rafía de Skinner , pod emos hallar fá- cilmente tres grandes tipos de ante cesores de su obra : filosóficos, fisiológicos y psi- cológicos. Antecedentes filosóficos: El propio Skinne r narra que fue «con- vertido» al condu ctismo por el filó sofo Bertrand Rusell, cu ya obra Filosofía «... comien za con una atenta declar a ción acerca de diversas cuestiones epistemoló- gicas , suscitadas p or el conducti sm o, co n- Antecedentes psicológicos: Skinner había leído a John B. Watson incluso ant es de comen zar sus estudios universitarios de Psicolo gía. Muy prob a- blemente la lectura de Bertrand Russell antes mencionada le llevó a leer al funda- dor del Conductismo y a cautivarse por aquella todavía nue va corriente. Pero junto a Wat son hay que cit ar en justicia a otro autor dema siadas veces olvidado: el introductor de la Ley del Efe cto , Edward L. Thorndike. Cuentan que durante una reunión anual de la A sociación America- na de Psi cología cierto psi cólogo repro- chó públicamente a Skinner el que su fa- mosa «C aja de Skinner » no era más que una copia de la no menos famosa «Caja- Problema de Thorndike ». Cuentan tam- bién que Skinner respondió diciendo que es tan evid ente que su Caj a es una adapta - ción de la de Thorndike qu e no le había parecido necesario afirmarlo expresamen- te . Sirva esta pequeña anécdota para su- brayar que no sólo Wat son sino también Thorndike están a la base de la psicología skinneriana y conductual. Pero volviendo a tomar el hilo de la cue stión, podemos resumir los anteceden- tes de Skinner con esta fra se suya grande - mente clarificadora: «... comencé a for - mar un a biblioteca, que inicié con la DICIEMBRE/1990

Upload: others

Post on 26-Oct-2021

8 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: TEMES D'ESTUDI «LA HUMANIDAD DE LA CIENCIA DEL …

TEMES D'ESTUDI

«LA HUMANIDADDE LA CIENCIA DELCOMPORTAMIENTO»Unas notas de homenaje póstumoa B. Frederick 5kinner

side rablemente más elaboradas qu e nin­guna de las que haya podido exponerWatson».! Sin embargo, a Skinner dejóde int ere sarle la lectura de esa obra ha ciala mitad y, por tanto, «... me perdí el últi­mo tercio del libro , donde Ru ssell se lan zaa re futar la teoría conductista». ' A pesarde este último extremo, creemos que a lavista de estos textos está ba stante ju stifi­cado que podamos mencionar a BertrandRu ssell como el principal antecedente, oal menos inductor, filosófico de Skinner.

Antecedentes fisiológicos:

La fisiología de principios de este si­glo , y más co nc retamente la obra del fi­siólogo ru so l . P. Pavlov, forman un sóli­do antecedente de los trabajos de Sk innerdesde que en 1928 fue admitido co mo es­tudiante de P sicología en la Universidadde Harvard y en lo sucesivo , hasta que en1936 introduce por vez primera la distin­ción entre condicionamiento clásico ycondicionamiento operante .

Jose Ignacio Felipe MarcetPsicologo

«Como la humanidad de un riñónartificial, la humanidad de la inge­nierta de la conducta no estriba ensus origenes sino en su uso ,»

B. F. SKINNER

A 10 largo de la historia de la humani­dad, la ciencia y la técnica han sido muyfrecuentemente utilizadas con fine s pocoéticos. Quizá por eso, entre otros muchosfactores, quienes han defendido y defien­den la necesidad de una ciencia del com­portamiento humano topan con tanta fre­cuencia contra un muro de incomprensióndefendido por quienes claman ante el su­puesto peligro de que una ciencia del com­portamiento , y más aún un a «ingenieriade la conducta» como le gus ta ba decir aSkinner, convierta al ser humano en pocomás que un a máquina biológica.

Sin embargo, nuestro propósito es de­fender, desd e una sim ple lectura de laobra de Skinner, el hecho de que la cien ­cia del comportamiento es una construc­ción fundamentalmente humanista. Hu -

manista por su buen uso, por su correctaaplicación en bien de la humanidad.

B. Frederick Skinner, fallecido el pa ­sado verano víctima de una leucemia, fueun iniciador, un pionero de la cienciacornportamental, el cual, a través de suing ente producción invest igadora e inte­lectual, nos convenció de la necesidad quetien e la psicología de sus tentarse en un abase científico -natur a l, qu e no es en abso­luto incompatible co n una visió n del mun­do y un quehacer cotidiano profunda­mente humanistas.

ANTECEDENTES

Mediante la am ena lectura de la auto­biografía de Skinner, pod emos hallar fá­cilme nte tres grandes tipos de antecesoresde su obra : filosófi cos, fisiológicos y psi­co lógicos.

Antecedentes filosóficos:

El propio Skinner narra que fue «con­vertido» al conductismo por el filósofoBertrand Rusell, cuya obra Filosofía«... comienza con una atenta declaraciónace rca de diversas cuestio nes episte mo ló­gicas , suscitadas por el conductism o, co n-

Antecedentes psicológicos:

Skinner había leído a John B. Watsonincluso antes de comenzar sus estudiosuniversitarios de Psicología. Muy proba­blemente la lectura de Bertrand Russellantes mencionada le llevó a leer al funda­dor del Co nd uctismo y a ca utivarse poraquella todavía nueva co rr iente. Perojunto a Watson hay que citar en justicia aotro autor demasiadas veces olvidado: elintroductor de la Ley del Efecto , EdwardL. Thorndike. Cuentan que durante unareunión anual de la Asociación America­na de P sicología cierto psicólogo repro­chó públicamente a Skinner el que su fa­mosa «Caja de Skinner» no era más queuna copia de la no menos famosa «Caja­Problema de Thorndike». C uentan tam­bién que Skinner respondió diciendo quees tan evid ente que su Caj a es una adapta­ción de la de Thorndike qu e no le habíaparecido necesario afirmarlo expresamen­te . Sirva esta pequeña anécdota para su­brayar que no sólo Watson sino tambiénThorndike están a la base de la psicologíaskinneriana y conductual.

Pero volviendo a tomar el hilo de lacue stión, podemos resumir los anteceden­tes de Skinner con esta fra se suya grande­mente clarificadora: «.. . comencé a for ­mar un a biblioteca, que inicié co n la

DICIEMBRE/1990

Page 2: TEMES D'ESTUDI «LA HUMANIDAD DE LA CIENCIA DEL …

Filosofta de Bertrand Russell, el Conduc­tismo de John B. Watson y Reflejos Con­dicionados de 1. P. Pavlov: los libros queme habían preparado, pensaba yo, para lacarrera de Psicología ». I

DOS TIPOS DE COMPORTAMIENTO:OPERANTE y RESPONDIENTE

Como ya hemos men cionado anterior­mente, en la primavera de 1936 tuvo lugarpor vez primera la trascendental distin­ción entre dos tipos de condicionamiento:operante y respondiente . Skinner habíaentrado en la psicología de la mano del re­flejo, en el que llevaba trabajando algu­nos años, ya desde antes de doctorarse, yen abril de ese mismo año escribió unaca rta a su amigo y también psicólogo FredKeller en la que le comunicaba como pri­micia: «Tengo do s tipos de comporta­miento: operante y respondiente. Para elprimero no hay estímulo provocador(puede haber estímulos discriminativos) .El operante es un reflejo castrado, sin es­t ímulo ».?

Resulta como rrururno llamativo enesta cita textual el hecho de qu e Skinnerno hablaba de dos tipos de condicio­namiento sino de dos tipos de comporta­miento. Es evidente que para él, al menosen 1936, habría do s tipos de conducta cla­ramente diferenciables.

La conducta respondiente sería la quese ati ene al paradigma E-R, tan denosta­do en nue stros días . En este tipo de com­portamiento hay un estímulo que provocao elicita una respuesta, y su ejemplo clási­co sería el de los perros de Pavlov .

La conducta operante sería aquella enla cual no podemos localizar ningún estí­mulo específico que provoque la respues­ta, aunque sí actúan los llamados «estí­mulos discriminativos», que indican alorganismo la disponibilidad actual del re­fuerzo . El ejemplo paradigmático es el dela rata en la Caja de Skinner. Para la rata,la palanca que aprieta para obtener el re­fuerzo es un estímulo discriminativo, perola presencia de la palanca, o de una luz,o de cualquier otro estímulo , no provocala respuesta.

En este punto la pregunta, y la polé­mica, surgen inevitablemente: ¿es po siblemantener esta distinción en la actualidad?Skinner siempre fue un autor polémico.Así pues, y en memoria suya, dejemosesta cuestión abierta .

ANALISIS FUNCIONAL

Otro término introducido por Skinnery que ha tenido amplia repercusión en laposterior psicología clínica de ori entaciónconductual es el de «A nálisis Funcionalde la Conducta» (AFC) . El término comotal aparece publicado por vez primera enCiencia y Condu cta Humana (1953) aun­que puede apreciarse un cierto esbozo delconcepto en La Conducta de los Organis­mos (1938) . En esta última obra, Skinnerbasa todo su sistema en el supuesto de quetanto la conducta como el ambiente pue­den descomponerse en partes, de talmodo que, en un experimento, cada unade esas partes sufra cambios ordenadospero preserve su identidad. Lo s estímulosserían partes del ambiente, mientras que

las respuestas lo serían de la conducta.Esta idea, como apuntábamos más arri­ba, puede ver se como un cierto esbozo delconcepto que nos ocupa, pero el conceptomismo hay que buscarlo más adelante, aprincipios de la década de los cincuenta.

Skinner parte de la base de que la con­ducta es función de variables externas alorganismo, negando la influencia de su­puestos factores intrapsiqui cos, llámenseinconsciente, ra sgos de personalidad,conciencia o cua lquier otra versión. Peroaquí hay que matizar. El argumento deSkinner, según nosotros lo entendemos,se apoya en el hecho de que d ichos facto­res intrapsíquicos no pueden ser nuncaobjeto de estudio científico . Nosotrospretendemos hacer ciencia y, consecuen­temente, no podemos admitir dentro denuestro objeto de estudio términos nocientíficos ni conceptos qu e escapan al al­cance de la ciencia natural. Así, por ejem­plo, de la conciencia se puede hacer filo­so fía , ética, moral, religión ... y muchasotras cosas . Pero no se puede hacer cien ­cia de la conciencia, ya que en la concien­cia no se puede definir operacionalmente(y mucho nos tememos que nadie sepaqué es la conciencia).

En base, pues, a esas variables exter­nas de las que la conducta es funci ón,Skinner propuso realizar un análisis cau­sa l o funcional en el que el objetivo últi ­mo es llegar a predeciry controlar la con­ducta de un or ganismo individual. Laconducta en cuestión se considera una va­riable dependiente en terminología experi ­mental, mientras que las variables inde­pendientes son las condiciones externas delas que la conducta es función, es decir losestímulos, tanto antecedentes como con­secuentes.

Todo ello dentro del marco de lasciencias naturales ya que, según Skinner,no tenemos motivos reales para suponerque la conducta tenga unas propiedadestan peculiares que nos obliguen a utilizarun tipo especial de conocimiento distintodel conocimiento científico.

En el AFC es fundamental que todaslas variables, tanto de la conducta comode la situación, estén descritas en térmi­nos físicos. Hay que ahorrarse el inge ntetrabajo de int entar averiguar lo que unasituación «significa» para un organismo,hay que evitar distinguir entre «lo físico »y «lo psíquico », no hay qu e confundir va­riables independientes (variables de la si­tuación) con variables dependientes (lasde la conducta), y, en de finitiva, para ha ­cer AFC ha y que poder describir los he-

Page 3: TEMES D'ESTUDI «LA HUMANIDAD DE LA CIENCIA DEL …

chos que le suceden a un organismo con ellenguaje de una ciencia natural y positiva.

Así, al trabajar con datos observables,no necesitamos referirnos a ningún estadointerno a la hora de explicar el comporta­miento. Nuestro material procederá bási­camente de la observación de la conducta(todas las modalidades de observación yauto-observación), estudios de laborato­rio de la conducta humana y estudios delaboratorio de la conducta de animales in­feriores. Además, también hay que teneren cuenta los efectos actuales de variablessituadas más o menos lejos en la historiapersonal del organismo.

EL CONTROL CONDUCTUAL

Ya hemos mencionado anteriormenteque desde un punto de vista skinneriano,el objetivo último del Análisis Funcionaly de la posterior intervención es poder lle­gar a controlar y predecir la conducta deun organismo individual. La cuestión delcontrol de la conducta es, por tanto, unaspecto básico, y muy polémico, del sis­tema.

Según Skinner, la conducta se contro­la siempre, independientemente de que sereconozca o no dicho control. De hecho,toda conducta es función de una serie devariables o, dicho de otro modo, esas va­riables controlan la conducta . Este con­trol puede utilizarse con fines terapéuticos(y ese sería, a nuestro juicio, el fundamen ­to último de la terapia de conducta), asícomo también puede ser usado con finespoco éticos . Ahora bien, el hecho de queel control conductual pueda ser utilizadocon una finalidad perversa no implica enabsoluto que dicho control sea en sí mis­mo perverso, ya que la bondad o la mal­dad del control de la conducta no es unapropiedad intrínseca del mismo, sino másbien del uso que de él se derive.

Tal y como decía Skinner, los científi­cos a lo largo de la historia no han sidocapaces de evitar que sus descubrimientosfueran aplicados de forma muy distintade sus propósitos originales . De los cientí­ficos conductuales depende el que estaciencia desarrolle los métodos adecuadospara vigilar el uso que se haga de ella. Di­fícil y necesaria tarea .

Una falsa «solución» a los problemaséticos planteados por el control conduc­tual consiste frecuentemente en negar queexista tal control. Ponernos una venda enlos ojos, en definitiva. Desde este puntode vista se afirma que el ser humano es li­bre y, por consiguiente, está fuera del al-

canee de las técnicas de control de la con­ducta. Esta doctrina es realmente muyatractiva, sobre todo porque habla de lavoluntad y el libre albedrío.

Desde luego, resulta mucho más agra­dable de leer que el neo-conductismo.Pero los datos tomados de la realidad nosdicen que todos controlamos la conductade quienes interactúan con nosotros y to­dos nuestros actos son susceptibles de serpuestos bajo control de personas y estí­mulos relevantes en nuestro medio am­biente inmediato.

Otra «solución» errónea consiste ennegarse a controlar. Es decir, admitimosque existe el control pero nos negamos aejercerlo. Sería el caso del «Laissez Fai­re». Sin embargo, negarse a controlar su­pone dejarlo todo al azar o, simplemente,poner el control en manos de otros.

En conclusión, el control de la con­ducta es algo que está ahí, puesto de ma­nifiesto por los científicos conductuales.Lo mejor que podemos hacer ante él esaprovechar nuestros conocimientos paraaplicar el control de una forma construc­tiva y no destructiva, de una manera hu­manista.

APLICACIONES

La labor investigadora de Skinner nose ha circunscrito exclusivamente al ámbi­to de la investigación básica de la conduc­ta, sino que también realizó notorias in­cursiones en el campo de las aplicacionesprácticas de la ciencia conductual que élcontribuyó a crear. En ese sentido, inter­vino en áreas como la educación y la in­dustria y creó, a tal efecto, sorprendentesartilugios.

A propósito de dichas aplicaciones einstrumentos, se han vertido en ocasio­nes, opiniones injustas y auténticas ca­lumnias (premeditadas o no) contra Skin­ner. No es nuestro propósito defender aquien siempre supo hacerlo. Sin embargo,no podernos resistir la tentación de ponerun solo ejemplo acerca de cómo parte dela obra del autor que nos ocupa ha podidoser tergiversada. El autor de estas notasrecuerda que cierto día, cierto profesorinformaba a sus alumnos de PsicologíaPolítica que Skinner construyó un apara­to de condicionamiento en el cual intro­dujo a su propia hija y hacía con ella ex­perimentos. Sin duda, dicho profesor serefería a que Skinner, cuando tuvo a susegunda hija, diseñó y construyó lo que élllamaba «el Cuidador del Bebé», que no

era más que una cuna dentro de un com­partimento cerrado por una mampara decristal y acondicionado con ciertas como­didades que permitían a la niña, entreotras cosas, estar todo el día seca y sinropa.

Pero el episodio del «Cuidador delBebé» convertido por algunos en maléficoinstrumento manipulador de niños es sóloun ejemplo, corno decíamos, de las mu­chas aplicaciones realizadas a partir de lapsicología skinneriana y de cómo estasson fácilmente manipuladas y malinter­pretadas a menudo. Aparte de las aplica­ciones realizadas, debemos también men­cionar las muchas posibilidades, presenteso futuras, de plasmar el skinnerianismoen la práctica. Muchas de ellas se resumenen la utopía «Walden Dos».

«Walden Dos» es una novela que na­rra la historia cotidiana de una comuni­dad experimental que decide planificar suvida de acuerdo con los conocimientosaportados por la ciencia del comporta­miento. Planificar científicamente la so­ciedad ¿para qué? Pues, por ejemplo,para vivir más tiempo y con mejor salud ,para distribuir mejor los recursos, paracrear el mejor sistema educativo, paraformar un ambiente idóneo en el que laspersonas puedan trabajar en condicionesóptimas ... y, en definitiva, para optimizarla calidad de vida, haciendo un gran alar­de de auténtico humanismo.

«Walden Dos» nació de la lectura dela utopía «Walden» de Thoreau y de loslargos paseos de su autor por el estanquede Walden. Sus principales personajes,Burris y Frazier, son dos reflejos del pro­pio Skinner. Burris es un profesor de Psi­cología tipo medio que visita la Comuni­dad y termina quedándose a vivir allí,convencido de sus ventajas. Frazier, per­sonaje mucho más interesante, es el crea­dor de la Comunidad. Un profesor queabandona la Psicología académica oficialpara dedicarse a la «Ingeniería Conduc­tual» con el sano propósito de crearunmundo donde fuera posible reducir elconsumo, reduciendo las necesidades ytrabajar menos para trabajar todos, obje­tivos éstos marcadamente humanistas.

B. F. SKINNER:UN PSICOLOGO HUMANISTA

Estas líneas no han pretendido ser unartículo al uso, sino más bien unas brevesnotas tomadas a vuelapluma a partir deuna lectura personal de la obra de Skin­ner, yen homenaje a quien fue un defini-

DICIEMBRE/1990

Page 4: TEMES D'ESTUDI «LA HUMANIDAD DE LA CIENCIA DEL …

tivo valedor de la idea de que la psicologíapuede, y ha sta deb e, ser una ciencia posi­tiva del comportamiento humano .

Desde los años 50 en que Skinn er da aconocer el grueso de su sistema teórico en«Ciencia y Conducta Humana » hasta hoyhan pasado mucha s cosas en la Psicolo gíacientífica . Demasiad as cosas como paraque hoy en día nadie cometa la impruden­cia de ser «skinneriano duro». Pero Skin­ner nos dio una lección de obj etividad, derigurosidad en el tr abajo, de tesón , de ini­cia tiva , de valor, de imaginación y de hu­mani smo que no deb ernos olvidar. Entreotras cosas, porque en el olvid o perder ía­mos nosotros.

Casi todo se ha escr ito ya sobre esehombre que dedi có no menos de 60 año sde su vida a la Psicología . Pero de todo

ello , lo que más no s ha interesad o subra­yar, y es la razón de ser de este pequeñohomenaje, es que Skinner fue , ante tod o ,un «psicólogo humanista». Y fue ese gra nhumanismo lo qu e le llevó a soñar conuna «Ingeniería del Compo rt amiento »que contribuyera a hacer a tod os los sereshumanos un poco má s ju stos, más libresy má s solidarios e iguales.

BIBLlOGRAFIA

SKI NNER, B. F. «Registro acum ulativo».Ed. Fontanella . Barcelona , 1975.

SKINNER, B. F. «Sobre el Conduc tismo».Ed . Fo nta ne lla. Bar celon a , 1977 .

SK INN ER. B . F. «La conducta de los organis­m os». Ed . Fo nta nella . Bar celona, 1979.

SK IN NER , B. F. «A utobiografi a 1: Detal/es demi vida». Ed . Fo nta nel la . Bar celon a , ]980.

SKINNER, B. F. «A utobiog rafia 2: Cómo sef orma un conductista», Ed . Fontanella .Bar celona , 1980 .

SKINNER, B. F.: «A utobiografi a 3: Cómo seforma un conductista», Ed . Fontan ella .Barcelona, 1980 .

SKINNER, B. F . « Walden Dos». Ed . Mart ínezRoca. Bar celon a, 1984 .

SKI NNER, B. F. «Más allá de la libertad y ladignidad». Ed . Martínez Roca. Barcelon a,]986 .

SKINNER, B. F. «Ciencia y Conducta Huma­na». Ed . M art ine z Roca . Barcelona , 1986.

NOTAS

Cita textu al de S KINNER, B. F. «A utobio­grafia 2. Cómo se f orma un conduc tista»,Ed . Fo nta ne lla . Bar celona, 1980 .

2 Cita textu al de SKINNER, B. F . «A utobio­grafia 3. Cómo se fo rma un conduc tista»,Ed . Fontan ella . Bar celo na , 1980.

DICIEMBRE/1990