temas de formación hdb 2011-2012

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Cuaderno con los temas de formación para los grupos de HDB de la Inspectoría de Sevilla

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Page 1: Temas de formación HDB 2011-2012
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oremosen octubre

“dad y se os dará

TEXTO BÍBLICO(Mt 25, 35-40)

Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme.”Entonces los justos le responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber?, ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos?, ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?”Y el Rey les dirá: “En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos herma-nos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis.”

Señor Tú eres: el hambre que debe ser saciada,la sed que debe ser apagada,el desnudo que debe ser vestido,el sin techo que debe ser hospedado,el enfermo que debe ser curado,el abandonado que debe ser amado,el no aceptado que debe ser recibido,el leproso que debe ser lavado,el insignificante que debe ser abrazado,el ciego que debe ser acompañado,el sin voz que necesita que alguien hable por él,el drogado al que debe ofrecerse amistad,el anciano que debe ser servido.

(Madre Teresa de Calcuta)

ORACIÓNDE

COMPROMISO

Este tiempo de crisis nos puede enseñar: que el mundo tiene riqueza suficiente para que todos podamos disfrutar de lo nece-sario. Señor, queremos comprometernos en la construcción de un mundo más justo.

Todos: ¡Nos comprometemos, Señor!

• Señor, queremos comprometernos a ser solidarios, mediante Cáritas u otra organización, con los que en estos tiempos lo están pasando mal.

• Señor, queremos comprometernos a no dejarnos llevar de nuestro egoísmo y de deseos de poder, que puedan hacer daño a nuestros semejantes.

• Señor, queremos comprometernos, con tu ayuda, a tener la cabeza despejada, a no dejarnos engañar y a hacer caso de lo que los buenos sentimientos y el sentido de justicia nos vayan diciendo.

• Señor, queremos comprometernos a luchar contra la intoleran-cia y el racismo para que los inmigrantes no sean vistos como enemigos que nos disputan los recursos

• Señor, queremos comprometernos, en este tiempo que puede ser de refundación y de audacia, a participar en todo lo que lleve a implicarnos en el camino de la justicia.

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La grave crisis que hoy estamos viviendo, aunque parece relativamente reciente, no es sino la consecuencia de las desviaciones que acabamos de enumerar, desviaciones que cristalizan en la existencia de un modelo de vida basado en el crecimiento sin respeto a escrupulosos principios de justicia social o a los límites de la Naturaleza, la desregulación de los mercados, el mantenimiento de ver-gonzosos paraísos fiscales...

LA CARA DE LA CRISISEn el mundo, más de novecientos millones

de personas pasan hambre, cuatro millones de niños mueren cada año antes de cumplir los cinco de edad, mil millones de personas viven con menos de un dólar al día... ¿Des-de cuándo estamos manejando estas cifras?, ¿recordamos los objetivos del milenio formu-lados por las naciones unidas en el año 2000?

Por lo que se refiere a nuestro país y a pesar de la protección social de que gozamos a di-ferencia del tercer mundo, la crisis hoy ofrece su imagen más dura en el rostro de los pobres y los desempleados: los parados ya han llega-do a ser más de cuatro millones y se estiman en más de ocho millones las personas que vi-ven por debajo del umbral de la pobreza.

Y la presente crisis hace pensar que el número aumentará gravemente, afectando, sobre todo, a quienes no han tenido ninguna responsabilidad en su origen.

ARMAS CONTRA LA CRISISEl reconocimiento de la complejidad del

origen de esta situación y la dificultad de su solución, no nos exime de la obligación de su afrontamiento, procurando hacer verdad las palabras de Pablo VI, citadas al inicio. Y esto será verdad si de esta situación aprendemos todos: gobernantes y ciudadanos.

OCTUBREFormaciónhumanaante la

crisislos Hogares Don Bosco ante la crisis moral y económica

«Porque el amor al dinero es la raíz de todos los males, …» (1Tim 6, 10)

RAÍCES DE LA CRISIS

Al reflexionar sobre la crisis, recordamos las palabras de Pablo VI en su encíclica Populorum Progressio: “El

desarrollo no se reduce al simple creci-miento económico. Para ser auténtico, debe ser integral, es decir, promover a todos los hombres y a todo el hombre”. Recordar estas palabras dichas hace más de cuarenta años y comprobar hoy que la pobreza en el mundo sigue siendo un desafío que alcanza a gran parte de la humanidad, nos mueve a considerar la verdadera dimensión de la crisis.

Hablamos de ella hasta la saciedad, ignorando la situación de pobreza que afecta a cientos de millones de perso-nas en nuestro planeta; todo ello, se-guramente, porque hoy sus efectos nos alcanzan a nosotros los privilegiados del primer mundo.

El estallido de la burbuja inmobiliaria a resultas de la puesta en circulación de las hipotecas basura y su impacto, sobre todo, en nuestro país en el desempleo, pone en evidencia nuestros excesos y la ausencia de un más adecuado orden en el uso y disfrute de los bienes de consu-mo.

Por ello, nos sorprende tanto análisis sobre sus causas, tanta economía, tanto hablar de globalización.

Lo que se nos quiere presentar como el resultado de un modelo de producción caduco, como una crisis financiera con repercusiones graves en la ocupación la-boral, hunde sus raíces en desviaciones de naturaleza humana: confundir ser y tener, vivir y consumir, convertir la exis-tencia en una estrategia para acumular sin límite...

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Para los gobernantes: Todos debemos extraer enseñanzas de esta situación, pero sobre todo, son los responsables de la go-bernanza quienes deben orientar las coor-denadas de su abordaje.

Hoy, con independencia de la adopción de medidas que impidan la repetición de las circunstancias que nos han llevado a la cri-sis actual (la especulación, la desregulación de los mercados, la creación de paraísos fiscales...) y la promoción de medidas enca-minadas a un desarrollo más equilibrado y compartido por todos, se impone acome-ter iniciativas que conduzcan de modo más operativo a la erradicación de la pobreza en sus términos más amplios y el acceso com-partido a los bienes.

Ya nos advertía, también Pablo VI, con referencia a la economía que “Dejada a sí misma, su mecanismo conduce al mundo hacia una agravación, y no una atenuación, de la disparidad de los niveles de vida; los pueblos ricos gozan de un rápido crecimien-to, mientras que los pobres se desarrollan lentamente. El desequilibrio crece...”

Como profundización de las medidas de protección existentes y en el interés de al-canzar una mayor generalización, podría-mos señalar como ejemplos el estableci-miento de la renta básica de ciudadanía, la tasa Tobin, la puesta en marcha de iniciati-vas como la campaña Robin Hood...

Estas medidas, además, comportan como valor añadido la movilización de la parti-cipación ciudadana en la vida pública y la reorientación de nuestro contexto comuni-tario hacia valores de solidaridad y coopera-ción entre grupos humanos.

Para los ciudadanos: abriendo la puerta a la última de nuestras reflexiones, nos plan-teamos lo que podríamos hacer, en el ám-bito individual, con la familia y en nuestro entorno más inmediato para contribuir a la superación de la crisis.

¿Qué mejor barrera ante la desviación de la naturaleza humana, apuntada más arriba, que el cultivo de valores como la solidaridad universal contra el ejercicio del egoísmo y la acumulación desordenada? El mismo Pablo VI nos recuerda que “la solidaridad universal es un hecho y un beneficio para todos, y es también un deber”.

¿Podríamos luchar contra la intolerancia y el racismo para que los inmigrantes no sean vistos como enemigos que nos disputan los recursos?

¿Qué decir de la austeridad? Una austeri-dad que habríamos de aprender en el ámbito de la familia contra el desarrollo de las prác-ticas consumistas que nos invaden y que han hecho que en nuestro país la deuda privada duplique a la del estado.

También sería bueno cambiar la pedagogía del “ganemos a costa de los que pierden” por el “ganemos todos”, enseñando a nuestros hi-jos en casa y a los alumnos en la escuela las ventajas de una filosofía que contra la com-petencia nos enseñe a compartir los esfuer-zos y los beneficios.

La Unión Europea prevé para los próximos años la destrucción de 12 millones de puestos de trabajo sin cualificación y la creación de 16 millones de nuevos empleos que requerirán de una titulación profesional o universitaria. ¿Cuánto mejor no será animar a nuestros hi-jos a seguir sus estudios en lugar de procurar su colocación a la primera oportunidad como tantos lo han hecho a lo largo de los últimos años movidos por la facilidad del empleo y la ganancia?

Todos hemos sido cómplices del sistema, drogados como estamos por el consumo. ¿Aprovecharemos la crisis para recuperar va-lores perdidos?

En esa obligación estamos, sin olvidar, que cualquier solución pasa por hacer que los afectados sean también los protagonistas de la recuperación de la crisis.

1. En el punto “para los ciudadanos” hay una serie de preguntas abiertas que sería conveniente tratarlas en el grupo. Se pueden ir enumerando y contes-tando.

2. Resalta alguna idea que te haya llamado la atención del tema y di por qué.3. Ante la crisis ¿cómo podemos ser solidarios?¿cómo encauzar nuestra solida-

ridad?4. ¿Qué compromisos podíamos adquirir como HDB para aliviar la crisis actual? 5. ¿En época de crisis vemos a los emigrantes como hermanos con derechos a

una vida justa?6. ¿Para lograr un desarrollo integral de la persona crees necesaria una renova-

ción ética de la vida social y económica? ¿Por qué?7. ¿Qué tipo de compromiso podemos tomar como cristianos, en la sociedad,

en la educación, en la vida pública etc., para conseguir un verdadero desarro-llo?

DECLARACIÓN ANTE LA CRISIS MORAL Y ECONÓMICAde la Conferencia Episcopal Española

Estamos llamados a tomar decisiones y a aliviar la miseria

El espectáculo del hombre que sufre toca nuestro corazón de creyentes. Dios mismo nos empuja en nuestro interior a aliviar la miseria.Por ello, y puesto que hay problemas derivados de esta crisis que están exigiendo una respuesta inmediata, en la Declaración se propone impulsar “un nuevo dinamismo laboral que nos com-prometa a todos a favor de un trabajo decente que sea expresión de la digni-dad esencial de todo hombre o mujer” y, en particular, se pide “un trato humano y solidario con los emigrantes, pues la recién aprobada Ley de Extranjería res-tringe los derechos que afectan decisiva-mente a su dignidad como personas”.

Nuestro compromiso permanente como Iglesia

La Iglesia realiza el servicio al mundo y a su progreso como exigencia de la misión que ha recibido y, como concreciones de la Doctrina Social, el texto anima a comprometernos de forma más urgente a la hora de:Aspirar a un desarrollo integral, que requiere una renovación ética de la vida social y económica que tenga en cuenta el derecho a la vida, puesto que “la apertura a la vida está en el centro del verdadero desarrollo”.Renovar, como Iglesia, el compromiso con los pobres que en un mundo globali-zado sufren la peor parte de la crisis.Seguir luchando contra la pobreza, como exigencia de la caridad.

PARA EL DIÁLOGO

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oremosen noviembre

TEXTO BÍBLICO

▪ Salmo 41,1-3 Como busca la cierva corrientes de agua, así, Dios mío, te busca todo mi ser. Tengo sed del Dios vivo.

▪ Romanos 1, 19-20 Lo que puede conocerse de Dios lo tienen los hombres a la vista: Dios mismo se lo ha puesto delante... en las cosas creadas.

▪ Hechos 17, 26-28 Dios no se encuentra lejos de cada uno de nosotros; pues en Él vivimos, nos movemos y existimos.

ORACIÓN

Dios, Padre de bondad, Creador del cielo y de la tierra al que nadie ha visto jamás, te damos gracias porque a través de tu más fiel imagen visible, tu Hijo Jesucristo, te has dado a conocer; y por haber despertado en nosotros sed de Ti infundiendo en lo más pro-fundo de nuestro ser deseos de verdad y felicidad. Ayúdanos a darnos cuenta de que no estás lejos de nosotros, sino muy cer-ca, ya que en Ti vivimos, nos movemos y existimos.

Ilumina nuestra mente y abre nues-tro corazón para que, creyendo en Ti con toda el alma y fiándonos de Ti por encima del dolor y el sufri-miento, nos alegremos de tenerte cercano y sepamos descubrirte presente en nuestras vidas. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, por quien y para quien lo has creado todo. Amén

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El impulso vital humano es el mismo im-pulso vital que está en la base le la evolución desde la aparición de la vida hasta la apari-ción del ser humano, pero que ahora en este adquiere nuevas formas, que hacen de la per-sona humana el ser superior de la naturaleza. En el ser humano, a diferencia de los anima-les, el impulso vital reviste armas de ímpetu, de ansia, de afán y deseo que lo convierten en un ser social, en un ser civilizado, en un ser técnico y creador, en un ser esperanza-do. Gracias a este impulso el hombre camina hacia adelante en un esfuerzo constante de autosuperación.

El anhelo de felicidad plena El impulso vital se expresa como radical de-

seo de felicidad. Ya Aristóteles decía que «to-dos los hombres anhelan por naturaleza ser felices». Y es que la conciencia de indigencia no proviene tanto de la incapacidad del mun-do para satisfacer al ser humano cuanto del ansia de plenitud constitutiva de toda perso-na. Por eso todas las esperanzas humanas de liberación pretenden dar respuesta, primaria-mente, no a lo que el mundo tiene de finito e insuficiente sino a lo que el ser humano tiene de inagotable y sediento.

El ser humano es un buscador insaciable de la paz y de la felicidad. Ninguna adquisición de bienes materiales, ninguna situación vital, por satisfactoria que parezca, consigue dete-ner esa búsqueda. Somos peregrinos hacia un destino de plenitud que no encontramos nunca del todo en el mundo (“Dios es Amor”, 20).

Profunda era la mirada de Buda cuando de-cía que la vida era «sed»: una sed de infini-to, una sed de felicidad. Es esta sed la que ha llevado al ser humano a crear esperanzas de liberación que le orienten en su esfuerzo por mejorar las condiciones de vida del mundo. Y esta misma sed es la que hace que la hu-

NOVIEMBRE

Formacióncristiana

sed deinfinitoEl hombre es capaz de Dios.Un ser finitio con sed de infinito.

La persona, ser que busca liberación y felicidad

¿Qué clase de maravilla es el ser humano? ¡Qué existencia tan paradójica! Un ser finito que se supera infinitamente a sí mismo;

un ser que goza o padece su propio tras-cender todo lo que consigue o no consi-gue; un ser que afirma la vida y anhela ser feliz y, sin embargo, se siente desgraciado ante el dolor que sufre en este mundo, plagado también de violencia, sangre y lá-grimas. Un ser que se resiste a creer que todo acaba con la muerte.

No todo el dolor humano proviene de la misma fuente. Hay un dolor cuya fuente es la misma contextura de este mundo, la propia naturaleza biológica y psicológica del ser humano. Este dolor nunca se ago-tará del todo, aunque se puede disminuir por el avance científico. Pero hay una gran cantidad de dolor, la mayoría del que ha existido y existe, cuya fuente es la actua-ción histórica del ser humano. ¿Cómo su-perar tanto dolor?

El largo repertorio de creencias que la humanidad ha tenido y tiene versan siem-pre sobre la liberación en sus diversos sen-tidos: económica, social, política, cultural, religiosa, etc. Se han construido formas tan numerosas y tan diversas de esperan-zas liberadoras precisamente porque hay demanda de ellas, porque el ser humano las busca con afán, consciente de su indi-gencia.

El impulso vital humanoPara explicarnos este afán humano por

crear esperanzas liberadoras y aferrarse a aquellas que él piensa van a salvarle del mal que padece, debemos fijamos en lo que se llama «impulso vital humano».

PARA EL DIÁLOGO

• ¿Qué significa para ti esta frase: «Conocer a Dios es entrar en relación personal con Él?

• Indicar alguna de las causas por las que hay personas que niegan a Dios y ponen su corazón en cosas que, como el dinero, el poder, el placer, etc., no pueden dar la felicidad plena que toda persona anhela.

• Siendo Dios un misterio inabar-cable por la sola luz de la razón, ¿en qué sentido se puede decir: «Creer en Dios es razonable»?

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manidad renuncie a aquellas esperanzas que no lograron colmar sus ansias de liberación, para sustituirlas por aquellas otras que, en cada momento histórico, cree que van a darle respuesta plena.

El ser humano puede conocer a Dios

El ser humano puede conocer a Dios como origen y fin del universo, a partir del mundo y de sí mismo. San Pablo, refiriéndose a oyen-tes paganos dice en dos ocasiones:

«Lo que puede conocerse de Dios lo tienen los hombres a la vista: Dios mismo se lo ha puesto delante. Porque lo invisible de Dios, su poder y su divinidad, se hacen visibles en las cosas creadas para aquellos que, con la inteligencia, penetran en sus obras» (Rom 1, 19-20).

San Agustín abunda sobre la misma idea: «Interroga a la belleza de la tierra, interroga a la belleza del mar, interroga a la belleza del aire que se dilata y se difunde, interroga a la belleza del cielo [...] interroga a todas las cua-lidades. Todas te responden: Ve, nosotros so-mos bellas. Su propia belleza es su proclama-ción. Estas bellezas sujetas a cambios, ¿quién las ha hecho sino la Suma Belleza, no sujeta a cambio?»

La Creación entera habla del Creador. La in-mensidad del cielo y del mar, la belleza de las montañas y de los astros, el orden dinámico de la materia y de la vida... remiten al verda-dero Infinito, la Belleza suma, la Inteligencia creadora. La ordenación del mundo como cosmos y los «misterios» que suscitan nues-tro asombro, tanto en el orden de lo incalcu-lablemente pequeño como de lo incalculable-

mente grande, dirigen la mirada de quienes buscan con sencillez y apertura de espíritu hacia el misterio de Dios, que es origen y fun-damento de todo. Atendiendo a las huellas de Dios rastreadas con nuestra inteligencia en la búsqueda del sentido del mundo y de historia, podemos comprender mejor que es razonable creer.

Creer en Dios es razonable Con su apertura a la verdad y a la belleza,

con su sentido del bien moral, con su libertad y la voz de su conciencia, con su aspiración al infinito y a la dicha, el ser humano se interro-ga sobre la existencia de Dios. La persona hu-mana y el mundo no tienen en ellos mismos su principio ni su fin. De no haber intervenido Alguien que les diera el ser, el universo y el ser humano, por sí mismos, no podrían ser.

La mujer y el hombre pueden acceder al conocimiento de la existencia que es la causa primera y el fin último de todo y que, como dice santo Tomás, «todos llaman Dios». Dios, un Dios que es inteligencia y es Amor.

Podemos recordar las preguntas básicas que se hace todo ser humano y no sólo los grandes filósofos: ¿por qué existe algo más bien que nada?, ¿por qué este mundo?, ¿qué es la vida?, ¿cuál es su sentido?, ¿por qué la persona humana?, ¿por qué es mejor el amor que el odio, la verdad que la mentira, la hon-radez que la falsedad?

Ciertamente nuestra época está marca-da por dos posiciones enfrentadas sobre el origen de todas las cosas: la visión laicista o materialista y la visión religiosa. Los cristia-nos afirmamos que todo tiene su origen en la razón creadora. Creer significa abrazar la

segunda posición, porque sólo ella es «razo-nable», en el sentido más profundo de la pa-labra, y digna del ser humano. De este modo la fe pone de manifiesto con mayor claridad la racionalidad del universo y del ser. La fe en el misterio de la razón creadora no se alza contra la razón; al contrario, salva y defiende la racionalidad del ser y del hombre.

“La Iglesia enseña que el Dios único y ver-dadero, nuestro creador y Señor, puede ser conocido con certeza por sus obras, gracias a la luz natural de la razón humana» (CCE 47).

Causas del olvido y rechazo de Dios

Se dan a veces condiciones culturales, eco-nómicas y políticas que obstaculizan seria-mente o hacen difícil que la persona preste la debida atención a esta dinámica profunda de su ser que le lleva hacia Dios.

La sociedad global del consumo y de la competitividad hace más difícil abrirse hacia Dios. Son los afanes del mundo y de las rique-zas de que habla Jesús: ahogan la palabra y queda sin fruto (Cf. Mt 13, 22).

Un mundo sin Dios es absurdo: «Sin Crea-dor la criatura [...] se diluye» (GS 36). Pero por otra parte un Dios creador del mundo, y de un mundo en el cual existe el dolor y el mal, es un misterio. Más aún, si vemos por la fe que es Dios mismo, en su Hijo Jesucris-to, quien más profundamente ha sentido los golpes del dolor, del pecado y de la maldad humanas. En la cruz de Cristo, Dios se revela al mismo tiempo como un misterio de Amor. El hombre ha de elegir entre el misterio y el absurdo.

Page 8: Temas de formación HDB 2011-2012

La preparación que os propongo está escalonada para

un camino de tres etapas que empiezan respectivamente

el 16 agosto de 2011, el 16 de agosto de 2012 y el 16

de agosto de 2013 y se cerrará cada una el 15 de agosto

del año siguiente. Cada etapa se propone expandir un as-

pecto del carisma de Don Bosco. El tema de cada una de

las tres etapas de preparación coincidirá con el tema del

Aguinaldo de ese año.

Primer año de preparación: Conocimiento de la histo-

ria de Don Bosc(16 de agosto de 2011 - 15 de agosto de

2012)

La primera etapa se centra en el conocimiento de la

historia de Don Bosco y de su entorno, de su figura, de su

experiencia de vida, de sus opciones. Hemos tenido es-

tos años nuevas publicaciones sobre ello, que requieren

una asimilación sistemática de los resultados adquiridos.

Durante este primer año de preparación debemos pro-

ponernos un camino sistemático de estudio y asimilación

de Don Bosco. Han desaparecido ya las generaciones de

los que habían conocido a Don Bosco o que estuvieron

en contacto con sus primeros testigos. Es necesario por

eso beber en las fuentes y en los estudios sobre Don Bos-

co, para profundizar ante todo en su figura. El estudio

de Don Bosco es la condición para poder comunicar su

carisma y proponer su actualidad. Sin conocimiento no

puede nacer amor, imitación e invocación; sólo el amor,

además, impulsa al conocimiento. Se trata, pues, de un

conocimiento que nace del amor y conduce al amor: un

conocimiento afectivo.

Segundo año de preparación: Pedagogía de Don Bosco

(16 de agosto de 2012 - 15 de agosto de 2013)

Ya hace algún año había indicado la importancia de

ahondar en la pedagogía de Don Bosco; pues bien esta

intuición debe traducirse en un programa que llevar a

efecto en este segundo año de preparación a la cele-

bración del bicentenario. Escribía así: «Hoy es necesario

profundizar en la pedagogía salesiana. Es decir, hay que

estudiar y realizar loa puesta al día del sistema preventivo

que deseaba Don Egidio Viganò … Se trata, por parte de

los agentes y de los estudiosos, de desplegar sus gran-

des virtualidades, de modernizar sus principios, sus con-

ceptos y sus orientaciones, de interpretar hoy sus ideas

fundamentales: la mayor gloria de Dios y la salvación de

las almas; la fe viva, la firme esperanza, la caridad pasto-

ral; el buen cristiano y el honrado ciudadano; el trinomio

“alegría, estudio y piedad”; las “tres S”: salud, sabiduría,

santidad; la piedad, moralidad, cultura; la evangelización

y la civilización. Dígase lo mismo de las grandes orienta-

ciones de método: hacerse amar antes que – más que

– hacerse temer; razón, religión, cariño; padre, hermano,

amigo; familiaridad sobre todo en el recreo; ganar el co-

razón; el educador consagrado al bien de sus alumnos;

amplia libertad de saltar, correr, gritar a placer» (ACG

394 pp. 11-12).

Tercer año de preparación: Espiritualidad de Don Bos-

co (16 de agosto de 2013 - 15 de agosto de 2014)

Urge, finalmente, conocer y vivir la espiritualidad de

Don Bosco. El conocimiento de su vida y acción y de su

método educativo no basta. Como fundamento de la fe-

cundidad de su acción y de actualidad, está su profunda

experiencia espiritual. «Llegar a una correcta identifica-

ción de la experiencia espiritual de Don Bosco no es una

empresa fácil. Éste es, tal vez, el ámbito de Don Bosco

menos profundizado. Don Bosco es un hombre total-

mente entregado al trabajo, no nos ofrece descripcio-

nes de sus evoluciones interiores, ni nos deja reflexio-

nes explícitas sobre su vida espiritual; no escribe diarios

espirituales; no da interpretaciones; prefiere transmitir

un espíritu, describiendo las etapas de su vida o a tra-

vés de las biografías de sus jóvenes. No basta con decir,

desde luego, que su espiritualidad es la de quien realiza

una pastoral activa, no contemplativa, una pastoral de

mediación entre espiritualidad docta y espiritualidad

popular» (ACG 394 p. 12).

Año de celebración: Misión de Don Bosco con los jó-

venes y para los jóvenes (16 agosto 2014 - 16 agosto

2015)

La celebración del Bicentenario del nacimiento de

Don Bosco tendrá lugar después del Capítulo General

XXVII: comenzará el 16 de agosto de 2014 y concluirá

el 16 de agosto de 2015. El camino y el tema del año

bicentenario, en desarrollo coherente con los años de

preparación, se referirán a: Misión de Don Bosco con los

jóvenes y para los jóvenes. La comunicación a otros del

mensaje del Bicentenario tendrá desde luego en cuenta

las adquisiciones maduradas durante los tres años de

preparación.

El calendario de la Congregación, además de las dos

celebraciones del 16 de agosto de 2014 y de 2015 en

el Colle Don Bosco, prevé dos hechos internacionales:

el Congreso internacional de Estudios salesianos sobre

el “Desarrollo del carisma de Don Bosco” en el ‘Sale-

sianum’ de Roma en el mes de noviembre de 2014 y el

‘CampoBosco’ del MJS con el tema “Jóvenes para jóve-

nes” en Turín en agosto de 2015.

Este año se deberá programar con tiempo en las Ins-

pectorías parar concentrarnos sobre el camino de reno-

vación espiritual y pastoral que queremos recorrer como

Congregación, Familia Salesiana y Movimiento salesia-

no, y favorecer lo esencial y lo actual de los mensajes

que queremos comunicar. Hay que evitar por todos los

medios dispersión, fragmentación y repetitividad, apun-

tando en cambio sobre la profundidad y eficacia. Todo

ello al servicio de los objetivos que hay que alcanzar.

CARTA DEL RECTOR MAYOR

Preparación al Bicentenario del nacimiento de Don Bosco

Page 9: Temas de formación HDB 2011-2012

DICIEMBRE

Formaciónsalesiana

DESARROLLO DE LA REUNIÓN- CANTO: “Salve Don Bosco Santo”

Salve don Bosco Santo, joven de corazón,mira todo el quebranto, de un mundo sin amor.(BIS)

1. Juventudes que caminan, sin saber adónde van,juventudes tan heridas, sin fe, sin paz, sin luz ni amor,Juan Bosco, oye nuestra voz.

2. Si supieras cuántas veces nos trataron de vencer,si supieras cómo duele el ver crueldad, rencor, pasión,Juan Bosco ven, ayúdanos.

3. Ven a ver cómo luchamos con esfuerzo y decisión,ven a ver cómo tratamos de hacer cambiar el mundo de hoyJuan Bosco, ven ayúdanos.

- LECTURA de la Carta personal o en grupo.

- PRESENTACIÓN del contenido por medio del Power Point(se encuentra en www.youtube.com/user/hdbsevilla)

- Tras un DIÁLOGO entre todos los miembros del grupo (se pueden dividir en grupitos si son muchos), concretar: • Iniciativas a nivel local de mi grupo • Iniciativas a nivel local de toda la casa • Iniciativas a nivel inspectorial

- PUESTA EN COMÚN DEL DIÁLOGO y enviar una lista con propues-tas concretas para enviar al EQUIPO DE LA CEP LOCAL (las de nivel de toda la casa) y a la DELEGACIÓN PARA LA FS (las iniciativas a nivel Inspectorial)

-- CONCLUIR con la Oración a SAN JUAN BOSCO.

Padre y Maestro de la juventud,San Juan Bosco,que, dócil a los dones del Espírituy abierto a las realidades de tu tiempofuiste para los jóvenes, sobre todo para los peque-ños y los pobres,signo del amor y de la predilección de Dios.

Se nuestro guía en el camino de amistad con el Señor Jesús,de modo que descubramos en Él y en su Evangelioel sentido de nuestra viday la fuente de la verdadera felicidad.

Ayúdanos a responder con generosidada la vocación que hemos recibido de Dios,para ser en la vida cotidianaconstructores de comunión,y colaborar con entusiasmo,en comunión con toda la Iglesia,en la edificación de la civilización del amor.

Obtennos la gracia de la perseveranciaal vivir una cota alta de vida cristiana,según el espíritu de las bienaventuranzas;y haz que, guiados por María Auxiliadora,podamos encontrarnos un día contigoen la gran familia del cielo. Amén

oremos

“Un gran acontecimiento que requiere un intenso y profundo camino de preparación

Page 10: Temas de formación HDB 2011-2012

oremosen febrero

“el amor no pasa nunca

TEXTO BÍBLICO(1Cor, 13, 1-8)

Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe.Aunque tuviera el don de profecía, y conociera todos los misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, nada soy.Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha.La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad.Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta.La caridad no acaba nunca.

ORACIÓN

Gracias, María, por tu libertad interior.Gracias por anticipar nuestro destino.Gracias por enseñarnos el rostro de una mujer que, aunque necesite preguntar, y encontrar respuestas, siempre está abierta a la Palabra.Gracias por tu total disponibilidad que permitió nacer a Dios.Actitud que propone el Nuevo Testamentocomo la más adecuada para recibir y vivir el Reino.Gracias por enseñarnos el valor de la libertad en nuestros actos. Por ser ejemplo de diálogo.Por aceptar el proyecto de Dios, en el que desde el principioha habido una MUJER. Gracias.

Page 11: Temas de formación HDB 2011-2012

exigencias físicas psico-afectivas y espiritua-les, Don Bosco con la religión pretendía “edu-car evangelizando y evangelizar educando”.

¿Qué les dice la religión a tantos jóvenes y adultos, preocupados sobre todo por el dine-ro, su salud física, el éxito y otros deseos in-confesables y sin límites, movidos y alentados por la TV y la publicidad?

El tiempo de D. Bosco fue un tiempo de grandes cambios (Restauración después de la Revolución francesa, el liberalismo, el na-cimiento de la industria, el nacionalismo, el socialismo...). Jamás se desalentó ante estas situaciones. Ante este panorama poco con-solador, él se propuso llevar a cabo una gran batalla: hacer que triunfara el bien sobre el mal. Y desde su condición de enviado a los jóvenes, supo hacer frente a todas las dificul-tades sociales y políticas de su tiempo.

Su método educativo surgió de la caridad educativa: una especificación concreta y acti-va de esta caridad que nos empuja y lleva al pensamiento de Jesús, muerto para la salva-ción de todos.

¿Qué tipo de educación religiosa?La religión salesiana se entronca profunda-

mente con la razón y el corazón.

Con la razón: Deberá ser una religión que encuentre las razones, el sentido de la vida, de la educación, de las cosas pequeñas y grandes que se hacen día tras día; deberá ser razonable, no ritualista, opresiva o deprimen-te.

Domingo Savio lo entendió todo muy pron-to y decía: “Aquí, hacemos consistir la santi-dad en estar siempre alegres”.

Y en la introducción al Sistema Preventivo, D. Bosco aseguraba a los jóvenes la alegría que se siente siguiendo el Evangelio, y les

FEBRERO

Formaciónsalesiana

lareligiónla religión en el Sistema Preventivo de Don bosco

LA RELIGIÓN

San Juan Bosco fue un educa-dor excepcional. Su inteligen-cia aguda, su sentido común y su profunda espiritualidad

le llevaron a crear un sistema de educa-ción capaz de desarrollar la persona en su totalidad – cuerpo, corazón, mente y espíritu

Valora en su justo punto el crecimien-to en la libertad mientras coloca al niño en el centro mismo de toda la empresa educativa.

A fin de distinguir su método del siste-ma educativo de represión vigente en Ita-lia en el siglo XIX, dio a su nuevo método el nombre de sistema “preventivo” – por-que busca la manera de prevenir la nece-sidad del castigo poniendo al niño en un entorno en el cual él/ella se ve capaz de ser lo mejor que uno puede ser. Es una manera agradable, amable e integral de abordar la educación.

LA RELIGIÓN principio y meta de todo su hacer educativo. Segunda convicción a destacar. Don Bosco insiste en que la re-ligión es la verdadera fuente de felicidad: “Voy a indicaros un plan de vida cristiana que os pueda mantener alegres y con-tentos para que podáis exclamar con el santo profeta David: Sirvamos al Señor con santa “alegría” Tal es el objetivo de este libro: mostraros cómo servir al Se-ñor manteniéndonos siempre alegres” (D.B.”Il Gione Provveduto”).

Para Don Bosco no se puede educar sino hay dimensión religiosa, si no se efectúa el encuentro personal con Cristo, la adhesión a su persona hecha de liber-tad de hijos y no de normas sino de una fe que se vive, que libera y que se cele-bra. El método preventivo prevé un servi-cio total al joven, actuando en todas sus

PARA EL DIÁLOGO

•Exponer las ideas que nos hayan llamado más la atención del tema.

• ¿Tiene importancia la religión en el Sistema Preventivo de D. Bosco?

• Valorar, desde el punto de vista educativo, la situación sociocul-tural del entorno en el que nos movemos y la práctica religiosa.

• Desde la vivencia, ¿hay buena armonía entre libertad y reli-gión?

• ¿Los adultos le damos razón de nuestra fe a los jóvenes?

• ¿Es necesaria la religión, según el Sistema Preventivo de D. Bos-co, para una educación integral? ¿por qué?

• ¿Cómo traducimos y llevamos a cabo, con los jóvenes de hoy, el objetivo educativo de Don Bosco: «Formar honrados ciuda-danos y buenos cristianos»?

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deseaba que fueran felices: una felicidad que sabe, siente y comprende que incluso en el dolor hay un trozo de paraíso.

La religión salesiana es una religión popu-lar, sencilla, que va a lo esencial (amor a Dios y al prójimo), sin muchas florituras (una litur-gia de oraciones largas, incomprensibles y sin significado para los jóvenes y la gente que no viven el Sistema Preventivo).

Por otra parte, D. Bosco era la unión con Dios, vivía lo cotidiano como si viera al Invi-sible.

Hoy, el Papa nos invita a unir fe y razón, las dos alas que nos permiten volar hacia Dios y darle un sentido a la vida. Pero la fe no es únicamente la de los teólogos: es también la de la tradición, la de la gente sencilla que practican la caridad y prestan servicios de vo-luntariado.

Y la razón tampoco es sólo la de los filóso-fos: es también la de la literatura, matemá-ticas, tecnología, ordenadores. Hay que ver estas formas de razón a la luz de la fe y no contra ella. Esto se enraíza en el Sistema Pre-ventivo.

La religión salesiana está también ligada al corazón. Focaliza el amor de Dios, su pater-nidad/ maternidad. Un Dios armado con una metralleta no sirve para el Sistema Preventi-vo.

¿Cuál es la religión del Siste-ma Preventivo?

La religión del Sistema Preventivo es la reli-gión de la Buena Nueva, del Evangelio, de las Bienaventuranzas, de Jesús que nos ha llama-do a ser sus amigos, a buscar el Reino de Dios y su justicia, que vive con nosotros y trabaja en nosotros cada día (no de vez en cuando) hasta el fin del mundo.

Más sencillamente, es la religión del hu-manismo fiel de san Francisco de Sales, que aprendió de Dios a ser afectuoso, bueno, pa-ciente y fácil en perdonar; y que comprendió -desde la Encarnación- que se puede lograr la santidad en todas las situaciones de la vida, en todas las edades, una especie de santidad permanente, paralela a la educación perma-nente de la que se habla en nuestros días.

Más profundamente, es la religión vivida en el Espíritu que llena la tierra, realiza la san-tificación y nos ayuda a discernir el signo de-los tiempos con su presencia y la voluntad de Dios. Es la fuente del optimismo salesiano y nos impide la caída en el pesimismo. Por eso el salesiano tiene siempre el rostro alegre y el corazón en la mano.

Por eso en la misa del día de D. Bosco recor-damos a san Pablo que nos dice: “Todo lo que es bueno, loable, meritorio, ponedlo en prác-tica y el Dios de la paz estará con vosotros”.

En un ambiente secularizado, de in-creencia, sin sentido y agnóstico provo-cado por la pérdida de toda fundamen-tación ¿Cómo educar en una fe madura, comprometida, gozosa, testimoniante y solidaria?. Hoy, es cierto, la evangeliza-ción no cuenta con un contexto social de religiosidad cristiana, aunque en al-gunos sectores se da un cierto retor-no a lo religioso, pero este retorno, en muchos casos, es más bien una fascina-ción por lo misterioso e irracional y un cierto toque neooriental (subjetividad). Sus consecuencias son un sincretismo y politeísmo, una especie de religión a la carta, superstición, aumento de sectas y de videntes. El destino y futuro de la sociedad y de los jóvenes dependen de la educación. La revolución que hay que hacer es un compromiso educativo y evangelizador profundo, intentando una serie de soluciones desde la base como lo hizo Don Bosco. La evangelización del hombre actual tiene como requisito fun-damental la inculturación en la fe en el mundo de hoy, siendo fieles al mensaje del que somos servidores y a las perso-nas a las que hemos de transmitirlo; por ello hemos de comenzar por conocer al hombre de hoy. El pluralismo religioso hace que los hombres entiendan hoy la fe más como opción personal que como incorporación a un mundo de creencias socialmente establecido y sabemos que la fe, y especialmente hoy, debe ser pro-puesta no impuesta. Es necesario por ello integrar fe y vida. La fe está hecha para vivir en el hombre, y el hombre está hecho para vivir la fe: la fe y la vida son el binomio del futuro. Una fe separada de la vida y de la cultura sería una fe que no sirve, o mejor, no sería fe. Educar en la fe significa educar evangelizando. Para influir en el sujeto, tenemos que lograr que se compenetren mutuamente la educación y la evangelización, haciendo que confluyan en la actividad pedagógi-co-pastoral dirigida a la unidad de la per-sona que crece. El ser testimonios y pro-fetas de la experiencia de Dios es mucho más decisivo que vender palabras, ideas, emociones y deseos. La educación a tra-vés de modelos de comportamiento es una transfusión de vida.

LA RELIGIÓN HOY

«Mi sistema descansa por entero en la razón, en la religión y en el amor.» (Memorias biográficas XIII, 778)

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oremosen marzo

Y dijo Dios: “Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todas las sierpes que serpean por la tierra.Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó.Y bendíjolos Dios, y díjoles Dios: “Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra.”

ORACIÓNPOR

LOS HIJOS

Señor, ilumina la mente de nuestros hijos para que conozcan el camino que tú has querido para ellos, para que te puedan dar gloria y alcancen la salvación. Sostenlos con tu fuerza, para que alienten en su vida los ideales

de tu Reino. Ilumínanos también a nosotros, sus padres, para que les ayudemos a reconocer su vocación cristiana y a realizarla generosamente, colaborando con tus inspiraciones interiores. Amén

TEXTO BÍBLICO(Gn 1, 26-28)

Rezamos juntos el PADRENUESTRO

«Señor, que se haga tu voluntad»

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El matrimonio y la familia, un don y una tarea

Todo ser humano que viene a este mundo recibe su vida como un don. Ser persona, úni-ca e irrepetible, es un don; ser varón o mujer es un don; unirse en el amor matrimonial es para la pareja un don; procrear y dar vida a los hijos también es un inefable don. En cada ser humano se actualiza la maravillosa acción de Dios que, cuando crea, dona la vida. Si po-nemos nuestra mirada en la pareja humana y sus vínculos de amor, hablar del don es re-ferirnos a su naturaleza creada por Dios. Esta naturaleza está inscripta en lo más íntimo del varón y la mujer y se expresa en el de-seo existencial de unidad sin perder la propia identidad: siendo dos, llegar a ser una sola carne (cfr. Gén 2, 24). Se manifiesta a demás en el deseo de fecundidad: transcenderse en los hijos, multiplicando el don de la vida (cfr.Gén 1, 28). La naturaleza del matrimonio nos habla entonces del ansia de plenitud del va-rón orientada a la reciprocidad amorosa con la mujer y viceversa, y nos habla además del deseo de ser fecundos.

Por la fe en Cristo creemos que la natura-leza de este vínculo ha sido creada en el sa-cramento del matrimonio mediante el cual la unión amorosa de los esposos “se convierten en imagen y símbolo de la Alianza que une a Dios con su pueblo”, fuente de gracia para vivir lo que el deseo existencial anhela y la libertad no siempre logra poner en práctica.

Una tarea confiada al hombre y la mujer

Además de ser un don, la vida es una tarea. Por eso, en cuanto don confiado a la pareja humana, el matrimonio implica una tarea del varón y la mujer; una tarea que empeña la libertad y la responsabilidad, la creatividad y la fe. Cuando el ser humano cultiva en di-ferentes tiempos y lugares la naturaleza que

MARZO

Formaciónfamiliar

el don dela familiaEl matrimonio y la familia, don y tarea

El matrimonio y la familia en el contexto del cambio cultural

Somos conscientes que la actual realidad matrimonial y familiar presenta muchos y complejos desafíos que importa analizar,

y que no es homogénea, sino variada se-gún los distintos lugares y costumbres en los que se viva. Por otra parte, sabemos que estamos atravesando una situación de transición cultural, y los cambios vertigino-sos nos desafían a todos, a pastores, a con-sagrados y a laicos, a asumir una actitud de búsqueda y discernimiento, que sea a la vez realista y creyente. Necesitamos orar, pensar, discernir en comunidad las nuevas realidades a fin de llegar a propo-ner caminos pastorales que ayuden a las actuales generaciones de matrimonios a orientar sus anhelos de felicidad viviendo fielmente sus promesas.

Mirando esta realidad de las familias y respondiendo a la preocupación pastoral de Benedicto XVI, y su predecesor el beato Juan Pablo II, asumimos la tarea de prestar una atención especial a la Pastoral Fami-liar. Creemos en la vitalidad del Evangelio del amor que es Buena Noticia para las fa-milias de nuestro tiempo y como discípu-los de Cristo deseamos sacar de sus reser-vas “lo nuevo y lo viejo” (cfr. Mt 13,52), La perenne enseñanza del amor sigue siendo nueva en la medida que, asistidos por el Espíritu Santo, la escuchamos con oídos creyentes y corazón contemporáneo; así podremos proponerla a los hombres y mujeres de nuestro tiempo orientando sus búsquedas y acompañando sus necesida-des.

PARA EL DIÁLOGO

• ¿Somos conscientes que la actual realidad matrimonial y familiar presenta muchos y complejos de-safíos que es importante analizar? Enumerar algunos.

• ¿Creemos que la vitalidad del Evangelio del amor es Buena Noticia para las familias de nuestro tiempo?

• ¿Por qué el matrimonio y la familia es un don y una tarea?

• Comentad en el grupo la frase del Arzobispo de Corrientes - Argenti-na: “La familia, regalo de Dios, es una realidad que no se pertenece a sí misma, pertenece a Dios, es un don de él”

• Los padres ¿tienen el deber y el derecho de educar conjuntamente a los hijos, de manera que la edu-cación sea fruto de la conjunción de la tarea de ambos?

• El Concilio Vaticano II en la decla-ración sobre la educación Cristiana de la juventud nos recuerda “Es, pues, deber de los padres crear un ambiente de familia animado por el amor, por la piedad hacia Dios y hacia los hombres, que favorezca la educación integral, personal y social de los hijos”. ¿Creamos ese ambiente propicio en nuestra familia?

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dad de la persona– y la responsabilidad educadora. La fecundidad del amor conyu-gal no se reduce a la procreación, sino que se extiende en los frutos de la vida moral, espiritual y sobrenatural que los padres transmiten a sus hijos por medio de la educación. También en este sentido debe entenderse la afirmación de que la tarea fundamental del matrimonio y de la fami-lia es estar al servicio de la vida, ya que el ámbito privado para la acogida y el desa-rrollo de la vida humana es la comunidad conyugal y familiar.

La familia es el primer lugar en que la persona es reconocida y acogida como “otro yo”, que merece y reclama la más ex-celente manifestación del amor: el servicio de ayudarle en su proceso de perfecciona-miento como persona.

Sin duda, “la tarea de tener hijos es la más creadora de todas las tareas huma-nas, porque supone crear otros “yos”, y eso es un largo y amoroso trabajo de edu-cación, enseñanza y ayuda: todos los ac-tos del amor se cumplen en ella de modo eminente”. Se trata, por eso, de la más importante ocupación de los padres como cónyuges.

El Arzobispo de Corrientes - Argentina, monseñor Andrés Stanovnik, nos dice esta frase para la reflexión: “La familia, regalo de Dios, es una realidad que no se perte-nece a sí misma, pertenece a Dios, es un don de él”

le ha sido dada, la transforma en cultura. A lo largo de la historia la naturaleza del matrimonio y la familia es plasmada por el hombre adquiriendo diversas modalida-des culturales, conforme al lugar y la época en que es vivida. La naturaleza del vínculo es permanente; en cambio su modalidad cultural es, en cierta forma cambiante. De ahí que hablar del matrimonio y la familia como una tarea nos referimos a la moda-lidad que asume el vínculo como forma históricamente situada de relacionarse el hombre y la mujer, los padres y los hijos, la familia y la sociedad, según diferentes costumbres y patrones culturales en cada tiempo y lugar. Este carácter dinámico de los vínculos humanos permite hacer una historia del matrimonio (aún del sacra-mento del matrimonio) y de la familia, ya que fueron vividos de distinta manera en las diferentes épocas.

Desde el punto de vista pastoral es ne-cesario comprender entonces que las di-versas modalidades que va adquiriendo el vínculo matrimonial son expresión de la tarea transformadora propia de las per-sonas que son protagonistas de una cultu-ra y están influidas por ella. Es una tarea confiada por Dios mismo a la libertad del hombre y que, por eso, puede cumplirse con logros pero también con desaciertos. En efecto, asumiendo la tarea de vivir como esposos y construir una familia, el ser humano no siempre acierta en respe-

tar la naturaleza de estos vínculos conforme al plan de Dios.

La educación parte esencial del servicio a la vida

“La tarea educativa tiene sus raíces en la vocación primordial de los esposos a partici-par en la obra creadora de Dios; ellos, en-gendrando en el amor y por amor una nueva persona, que tiene en sí la vocación al creci-miento y al desarrollo, asumen por eso mis-mo la obligación de ayudarla eficazmente a vivir una vida plenamente humana”

En efecto, es evidente que no basta nacer sano y ser abandonado a los propios recur-sos para desarrollarse plenamente como persona, sino que la educación es parte esen-cial del perfeccionamiento del ser humano. Como hemos estudiado el hombre desde su nacimiento –del que resulta una criatura especialmente desvalida y dependiente, y durante mucho tiempo, en comparación con otros seres vivos–, es un ser en proceso de desarrollo: no solo físico, sino específicamen-te humano. Y la persona humana necesita de la comunicación con los otros para reconocer y asumir su humanidad, con todo lo que im-plica, como una tarea que debe desarrollar ejerciendo su libertad.

Existe, por tanto, una continuidad necesa-ria entre la procreación –es decir, la transmi-sión de la vida humana acorde con la digni-

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oremosen abril

• Marcos 1, 14-15: Marchó Jesús a Galilea, proclamando la Buena Noticia de Dios: “El plazo se ha cumplido. El reino de Dios está cerca, convertíos y creed en la Buena Nueva.”

• Hechos 13,32-33: Os anunciamos la Buena Nueva de que la promesa hecha a los padres Dios la ha cumplido en nosotros, los hijos, al resucitar a Jesús.

• Hechos 2, 24.32-33: Dios, sin embargo, lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte, pues era imposible que ésta lo retuviera en su poder […] y de ello somos testigos todos nosotros.

• Mateo 16, 13-17: ¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre? Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? […] Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.

ORACIÓN

Padre Dios que rompiendo las ataduras de la muerte has glorificado a tu Hijo, Nuestro Salvador Jesucristo, resucitándolo de entre los muertos y haciéndolo Señor lleno de gracia y de verdad: ayúdanos a reconocerlo como Mesías Hijo del Dios vivo y a creer en la Buena Nueva que nos anunció cumpliendo la promesa que hiciste

a nuestros Padres. Que sepamos proclamarlo como Señor por Ti glorificado, acogerlo en nuestra vida, anunciarlo con nuestro testimonio de hijos de la Iglesia y alcanzar así la madurez cristiana, meta de nuestro peregrinar en la tierra. Amén.

TEXTO BÍBLICO

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fue el hombre a quien Dios acreditó ante vo-sotros con los milagros, prodigios y señales que realizó por medio de Él entre vosotros, como bien sabéis. Dios lo entregó conforme al plan que tenía previsto y determinado, y vosotros valiéndoos de los paganos lo cru-cificasteis y lo matasteis. Dios, sin embargo, lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte, pues era imposible que ésta lo retu-viera en su poder.

Así pues, que todos los israelitas tengan la certeza de que Dios ha constituido Señor y Mesías a este Jesús, a quien vosotros crucifi-casteis”» (Hch 2, 14.22-24.36)

El anuncio de Pedro a los israelitas se re-fiere al acontecimiento de la muerte y re-surrección de Jesús, a su misterio Pascual y al significado revelador y salvador que ese acontecimiento encierra. Este anuncio de Pedro no es el único. Para interpretarlo bien hay que enmarcarlo en el conjunto de los seis kerigmas que los Hechos de los Apóstoles na-rran, dirigidos al pueblo de Israel.

Pedro y los demás Apóstoles tienen el con-vencimiento de que en la muerte y resurrec-ción de Jesucristo y en su constitución como Señor ha llegado el cumplimiento de las pro-mesas de Dios, promesas que los profetas fueron anunciando al pueblo. Los apóstoles saben que Jesús es el Mesías prometido, el Hijo de Dios vivo, y que a partir de su resu-rrección Dios le ha constituido Señor y le ha encomendado la realización de su reinado.

Pedro sabía que este tipo de conducta de Jesús fue la que desencadenó su muerte. Así se lo hace ver a los israelitas: «lo matasteis, lo crucificasteis». Estaba convencido de que fue este talante de Jesús, signo de contradic-ción, el que desencadenó el odio y el rechazo de los dirigentes de Israel de su tiempo. Sin embargo, todo lo que había ocurrido entraba dentro de los planes de Dios, de su misterioso designio a favor de la salvación de los hom-bres.

ABRIL

Formacióncristiana

la buenanoticiaDios ha resucitado a Jesús y lo ha constituido SeñorEl anuncio de la Buena Noticia por parte de Jesús

«Después que Juan fue arres-tado, marchó Jesús a Galilea, proclamando la buena noticia de Dios. Decía: “El plazo se ha

cumplido. El reino de Dios está llegando. Convertíos y creed en el Evangelio.” » (Mc 1, 14-16).

Jesús de Nazaret lleva a cabo el plan de Dios. Después de haber recibido el Espí-ritu Santo en su bautismo recorre Galilea proclamando La Buena Nueva de Dios: «El tiempo se ha cumplido y el reino está cerca, convertíos y creed en la Buena Nueva» (Mc 1, 14-15). La proclamación del reinado de Dios es el objeto de su mi-sión: “Porque a esto he sido enviado”.

Pero hay algo más: Jesús en persona es la Buena Nueva, el Evangelio, como él mismo afirma al comienzo de su misión en la sinagoga de Nazaret, aplicándose las palabras de Isaías relativas al Ungido, enviado por el Espíritu del Señor.

Este anuncio de Jesús es narrado en el evangelio de Marcos en el contexto de los viajes por su tierra. Es un anuncio cen-trado en los pueblos de Israel; sin embar-go Jesús nos ofrece un elemento nuevo de capital importancia: la realidad esca-tológica no se aplaza hasta un fin remoto del mundo, sino que se hace próxima y comienza a cumplirse. «El reino de Dios está cerca».

El anuncio de la Buena Noticia por parte de Pedro en Jerusalén

«Pedro en pie con los once levantó la voz y proclamó solemnemente:

“Israelitas escuchad: Jesús de Nazaret

PARA EL DIÁLOGO

• Resalta algún aspecto de este tema que te haya impresionado o llamado particularmente la atención y di por qué.

• Concreta aquellos puntos del tema que, quizá, no te hayan quedado claros, o te hayan suscitado dudas, y de los cuales desearías una explicación.

• Formula algún compromiso concreto y realista, inspirado en el tema de hoy

• Escribe de tu puño y letra una oración que manifieste tus sen-timientos, actitudes y vivencias personales ante el hecho de que Dios ha resucitado a Jesús y lo ha constituido Señor

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El punto culminante de este anuncio está en la declaración de Pedro de que Dios ava-ló esa vida resucitándole de la muerte y en-comendándole su reino entre los hombres constituyéndole Señor. Este crecimiento del reino de Dios se va a realizar por medio del Espíritu Santo, que el Padre y el Hijo envían con esa misión. Entramos así en el tiempo de la Iglesia, bajo el impulso del Espíritu, hasta que el reino, lenta y progresivamente, se vaya realizando y Jesucristo el Señor pueda entre-garlo, consumado, al Padre. Esta entrega ocu-rrirá con la venida, gloriosa, de Cristo al final de los tiempos, tiempos de la «restauración universal» (Hch 3,21).

Acoger el anuncio de la Buena Nueva es encontrarse con Jesucristo

Nos confesamos cristianos, o al menos que-remos serlo, pero, ¿hemos acogido de verdad este anuncio? ¿Qué sabemos de Jesucristo? ¿Nos hemos encontrado con Él? ¿Hemos aco-gido su misterio personal? Son preguntas que no podemos eludir en este Itinerario. Más aún son las preguntas fundamentales para quienes queremos ser cristianos adultos. Necesitamos tener conciencia clara de la ori-ginalidad del anuncio que se nos hace y de nuestra actitud personal ante el mismo. De ello depende que lleguemos o no a ser cris-tianos de verdad.

Jesucristo no es un mito ni una idea abs-tracta. Es alguien concreto con el que puedo encontrarme. Es alguien concreto e inconfun-dible: Jesús de Nazaret, el Cristo, el Señor, el Hijo de Dios. Alguien identificable y accesible a nosotros, aunque las ideas que los hombres nos hacemos de Él sean muy distintas e inclu-so contradictorias. Alguien que ha sido ama-do por muchos y perseguido por otros.

El personaje central de ese conjunto de li-bros que llamamos Nuevo Testamento, que fueron escritos para suscitar la fe en Él. Al-guien concreto que nos interpela y nos invita a descubrir las dimensiones más profundas de la existencia y que nos ofrece la plena libe-ración y salvación y el logro de una felicidad mayor de la que podemos imaginar.

Jesucristo crucificado y resucitado es el mediador, la plenitud y la culminación de la revelación de Dios y, a la vez, plenitud sor-

prendente e insospechada de la búsqueda religiosa de los hombres. El Crucificado-Resu-citado, en su misterio Pascual, es «el fin de la historia humana, el punto en el que conver-gen los deseos de la historia y de civilización, centro del género humano, gozo de todos los> corazones y plenitud de sus aspiracio-nes» (Gaudium et Spes 45).

Sí, Jesucristo está vivo y presente entre no-sotros. Ser cristiano es encontrarse con Jesu-cristo, acogiendo el anuncio que nos hace la Iglesia, y entrar así en relación personal con Él. Más aún, ser cristiano es vivir de ese en-cuentro y para ese encuentro, convertir toda la vida en encuentro con Él. La adultez cris-tiana se mide por la profundidad de nuestro encuentro y comunión con Jesucristo. Es ne-cesario, por tanto, preguntamos: ¿qué es el encuentro personal?

Jesús proclama y es la Buena Nueva

Existe en Cristo plena identidad entre men-saje y mensajero, entre el decir el actuar y el ser. Su fuerza, el secreto de la eficacia de su acción, consiste en la identificación total con el mensaje que anuncia la Buena Nueva» no sólo con lo que dice o hace, sino también con lo que es. Jesús en persona es la Buena Noti-cia, el Evangelio que Dios ha comunicado al mundo.

El reino que inaugura Jesús es el reino de Dios. Este reino no es un espacio geográfico. Tiene un sentido activo y dinámico, el reinado de Dios, y significa que Dios está actuando en medio de los hombres con su soberanía para llevar a la humanidad a la ple¬nitud. El mismo Jesús nos revela quién es este Dios que rei-na: lo llama con el término familiar «Abba», Padre. Y nos describe cómo es su acción por medio de parábolas, signos y prodigios, acti-tudes con los pobres, etc.: es sensible a las necesidades, a los sufrimientos de todo hom-bre; es un Padre amoroso y lleno de compa-sión, que perdona y concede gratuitamente las gracias pedidas.

San Juan nos dice que “Dios es Amor” (1Jn 4,8). Todo hombre, por tanto, es invitado a “convertirse” y “creer” en el amor misericor-dioso de Dios por él; el reino crecerá en la me-dida en que cada hombre aprenda a dirigirse a Dios como un Padre en la intimidad de la oración, y se esfuerce en cumplir su voluntad.

«A este Cristo anunciamos nosotros […] a ver si conseguimos que todos alcancen plena ma-durez en su vida cristiana. Ya que habéis aco-gido a Cristo, el Señor, vivid como cristianos.”

(Gálatas 1,28;2,6)

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oremosen mayo

Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor; porque esto es justo.Honra a tu padre y a tu madre, tal es el primer mandamiento que lleva consigo una promesa:Para que seas feliz y se prolongue tu vida sobre la tierra. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, sino formadlos más bien mediante la instrucción y la corrección según el Señor.

LEERORANDO

Educar es lo mismoque poner un motor a una barca… hay que medir, pesar, equilibrar...… y poner todo en marcha.Para eso, uno tiene que llevar en el almaun poco de marino...un poco de pirata... un poco de poeta...y un kilo y medio de pacienciaconcentrada.

Pero es consolador soñarmientras uno trabaja,que ese barco, ese niño,irá muy lejos por el agua.Soñar que ese navíollevará nuestra carga de palabrashacia puertos distantes,hacia islas lejanas.

Soñar que cuando un díaesté durmiendo nuestra propia barca,en barcos nuevos seguiránuestra banderaenarbolada.

(Gabriel Celaya)

TEXTO BÍBLICO(Ef 6, 1-4)

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men, pues, el deber de educar. Son, en rea-lidad, los primeros y principales educadores de sus hijos.

Para Juan Pablo II (Familiaris consortio, n. 36) este derecho-deber educativo de los padres es esencial, primario e insustituible. Esencial a su misma vocación y misión; pri-mario, en relación con los derechos y deberes de los demás; insustituible, porque no pue-den renunciar a él, ni dejarlo en otras manos. Pero la característica primordial de este de-ber educativo es el amor. Precisamente en la educación pueden los padres expresar y vivir su gran amor a los hijos, manifestándolo «con los valores de dulzura, constancia, bondad, servicio, desinterés, espíritu de sacrificio». Todos ellos son fruto del amor. Por otra parte, esta obligación educativa surge también de la misma realidad sacramental del matrimonio que consagra a los padres a la educación cris-tiana de los hijos. «El deber educativo recibe del sacramento del matrimonio la dignidad y la llamada a ser un verdadero y propio minis-terio de la Iglesia al servicio de la edificación de sus miembros» (n. 38). Como diremos en seguida, se trata de una verdadera educación cristiana que busca la maduración de la fe y la construcción de la Iglesia.

Así pues, su vocación de padres y esposos unidos en el sacramento del matrimonio los comprometen a una misión educativa. La fa-milia tiene que ser, realmente, una escuela.

Educar en los valores esenciales

Si la educación tiende a la formación de la personalidad, tiene que tener en cuenta los valores que la fundamentan y desarrollan. Y si la familia, como hemos afirmado, es es-cuela educadora, debe formar en los valores esenciales de la vida.

¿Cuáles son estos valores esenciales? La ex-hortación apostólica alude a algunos. Hoy en

MAYO

Formaciónfamiliar

educar alos hijosLos abuelos y los padres en la educación de los hijos

Misión educativa de la familia

La reflexión sobre nuestra tarea educativa es, sin duda, uno de los aspectos más importantes de nuestra misión de padres. Y

hemos de realizarla frecuentemente. Re-flexionar y tomar conciencia de su gran-deza, de sus exigencias, de las dificultades que encontramos. Porque la educación es una tarea grande, exigente y difícil.

“Los padres son los primeros y princi-pales educadores de sus hijos, como co-laboradores activos y responsables en la obra creadora y redentora de Dios. En esa misión propia, cuentan con la gracia y la ayuda divina ...” (Directorio de Pastoral Fa-miliar. 176)

“… La educación es tarea de toda la fa-milia; para ello se ha de lograr que los hijos se incorporen activamente al proceso de su misma educación. Contribuirá sobre-manera a conseguirlo adoptar el diálogo como actitud y, observadas las situaciones particulares, hacer a los hijos, de forma progresiva, partícipes de las tareas y res-ponsabilidades de la familia.” (DPF. 179)

Comporta, principalmente, ayudar en la maduración de la propia personalidad. Es cada uno quien crece y madura. Es cada uno quien recorre el propio camino. Es cada uno quien tiene que llegar a conse-guir la propia identidad personal. Y esta tarea, que es la vida humana, los padres son quienes mejor pueden ayudar a reali-zarla.

El derecho-deber educativo de los padres

La tarea educativa de los padres tiene su raíz en su misma vocación de padres. Engendrando en el amor y por amor una nueva vida, asumen también la obligación de ayudarles a crecer y desarrollarse. Asu-

PARA EL DIÁLOGO

• ¿Cuál es la raíz y fundamento de la misión educativa de los padres?

¿Por qué es un deber esencial e insustituible?

¿Qué significa esto y qué conse-cuencias tiene para nosotros?

• ¿Cuáles serían para nosotros los valores esenciales de una educa-ción integral?

¿Qué dificultades encontramos en trasmitirlos?

¿Con qué medios contamos?

• ¿En qué consiste el deber de comprometerse y colaborar en las tareas educativas con las entidades y organismos que se dedican a ello? ¿Por qué hemos de hacerlo? ¿Cómo concretarlo?

• ¿Cómo veis la implicación de los abuelos en la educación de los nietos?

¿Es cierto que los padres educan y los abuelos “deseducan”?

¿Intentamos dialogar padres y abuelos sobre la educación de los niños?

• Compromiso particular de nues-tra reunión de hoy.

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nuestra sociedad, merece la pena destacar el amor. Educar al amor y para el amor su¬pone educar en la comprensión, la justicia, la par-ticipación, el diálogo, la paz. Todos ellos son valores que necesariamente tenemos que re-saltar, expresar y vivir. Educar al amor supone ayudar a discernir y superar el individualismo y egoísmo que continuamente nos tientan. Educar para el amor implica también una auténtica educación sexual, clara, gradual, delicada, que ayude a ver el sentido huma-no y cristiano de la sexualidad y que posibi-lite la maduración afectiva. En este contexto, el Papa alude a la necesidad de educar para la castidad, valor eminentemente humano y cristiano que posibilita el auténtico desarrollo de la persona.

Pero además, la familia cristiana educa en valores cristianos. Sobre todo, tiene que ayu-dar a vivir y crecer en la fe. En este sentido la familia cristiana es en sí misma, comunidad evangelizadora. La misión educativa convier-te a los padres en los primeros mensajeros del evangelio ante los hijos.

Apertura de la familia a las de-más comunidades educativas

Los padres, como hemos dicho, no pueden delegar su misión educativa. No pueden tras-pasarla al colegio o a cualquier otro grupo o entidad. Pero la familia no es la única comu-nidad educadora. La educación se prolonga más allá de la familia. Y por ello, la familia tiene que abrirse y colaborar con las distintas fuerzas educativas. En este sentido, cobran gran importancia todo tipo de asociaciones familiares que buscan y promueven dicha colaboración. Los padres cristianos han de sentir la obligación de participar en la vida es-colar y en todas las asociaciones educativas. Esto es necesario para una acción educativa eficaz. Porque la educación es siempre unita-ria. No puede ir cada uno por su lado. Y los padres no pueden quedar tranquilos tampo-co con una educación familiar. Su formación

educativa tienen que vivirla y ejercerla tam-bién fuera de la familia.

Los abuelos y la educación de los nietos

En los últimos años asistimos a un nuevo fenómeno social propiciado por la incor-poración de la mujer al mundo laboral: son muchos los abuelos y abuelas que atienden y se responsabilizan del cuidado de sus nie-tos, a quienes atienden en sustitución de los padres, si no todo el día, sí diariamente de modo habitual. Hoy en día los niños pasan más tiempo con los abuelos de lo que nunca antes habían pasado y contribuyen muy ac-tivamente en el cuidado y la socialización de los niños, de sus nietos.

Los abuelos de hoy eran los padres y ma-dres de hace 25, 30 ó 40 años. Ellos apren-dieron a cuidar a sus hijos como se hacía entonces, pero muchas de las pautas que co-nocieron e incluso de las normas que los pue-ricultores aconsejaban, han cambiado. Los abuelos, para cuidar a sus nietos del mejor modo posible, necesitan saber qué ha cam-biado y por qué.

Además, ejercer de abuelos no es igual que ejercer de padres. En una familia feliz, hace falta una comunicación clara y directa para caminar en el mismo sentido y que cada uno ejerza su rol.

La educación de los hijos es una competen-cia de los padres. Pero es evidente que con demasiada frecuencia los padres, y a me-nudo las madres, disponen de poco tiempo para sus hijos y las encuestas nos dicen que los niños que están solos son menos felices. Por desgracia para los padres y los hijos, ese tiempo que los padres no pueden dedicar a sus hijos pequeños, es un tiempo que no volverá. En estos casos, en las afortunadas familias que tienen abuelos a su disposición, estos, no tienen más remedio que hacer de abuelos pero también, en parte, de padres,

en un equilibrio que requiere de todo su sentido común.

Es normal que los abuelos mimen y con-sientan a los nietos, pero establecer nor-mas y límites en el comportamiento de los niños es sumamente beneficioso para su educación y, en ello, los abuelos deben ac-tuar de acuerdo con las directrices de los padres. Lo contrario origina desafío, con-fusión y desórdenes en la conducta.

En realidad, es cierto que los abuelos no sólo colaboran en el cuidado de los nietos, también educan, a veces casi sin darse cuenta, con su palabra y con su ejemplo (“apaga la luz, que se gasta sin necesidad”, “cierra bien el grifo que el agua es un bien escaso”, “vamos a echar la basura al con-tenedor”, “hay que lavarse los dientes”, “no debemos saltarnos el semáforo”, “no interrumpas”,…). Los abuelos además in-culcan valores, porque todo abuelo quie-re que su nieto sea buena gente, y pro-porcionan a los niños información de su propio pasado y eso les hace comprender que son diferentes eslabones de un misma cadena familiar.

Los abuelos serán a menudo mediado-res en los desacuerdos de padres e hijos y, aunque nunca deben interferir en la educación de los padres, sí pueden, sutil-mente, dar un punto de vista que induzca a sus nietos a la reflexión. En ocasiones se plantean conflictos entre padres y abuelos por la educación de los niños pero hablar entre ellos, sin hacer críticas en presencia de los pequeños, permitirá una educación más formativa y profunda.

No existen recetas únicas pero es cierto que hay algunos elementos que facilita-rán la relación y la labor educativa de los abuelos hacia sus nietos: comunicación clara, cercana y fluida, diálogo, amor, dar valor, incrementar la autoestima, poner normas y límites, valorar el esfuerzo, mo-tivar, educar en libertad.

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oremosen junio

“Señor, aumenta mi fe

TEXTO BÍBLICO(Col 3, 12-17)

Revestíos, pues, como elegidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de bondad, humildad, mansedumbre, paciencia, soportán-doos unos a otros y perdonándoos mutuamente, si alguno tiene queja contra otro. Como el Señor os perdonó, perdonaos también vosotros.Y por encima de todo esto, revestíos del amor, que es el vínculo de la perfección.Y que la paz de Cristo presida vuestros corazones, pues a ella habéis sido llamados formando un solo Cuerpo. Y sed agradecidos.La palabra de Cristo habite en vosotros con toda su riqueza; instruíos y amonestaos con toda sabiduría, cantad agradecidos, himnos y cánticos inspirados,y todo cuanto hagáis, de palabra y de boca, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por su medio a Dios Padre.

ORACIÓN

“Los creó hombre y mujer” (Gen 1, 27)

Dice Dios,Seréis dichosos:Si os amáis como yo os he amado.Si os amáis sin esperar recompensas,sin exigir nada a cambio.Si os amáis dejando al otro en libertad, permitiendo que discurra como fluye el agua a borbotonesde una fuente inagotable.Si no confundís la emoción con el amor.

Seréis dichosos:Si os recibís mutuamente como un don,como una gracia, y por eso, inmerecida y gratuita.Si os hacéis presentes, transparentes el uno al otro.Si siempre tenéis cara de novios.Si más que mirar algo juntos, os miráis sin cesar el uno al otro.Si no vivís colgados de recuerdos y fantasías.Si os dedicáis el uno al otro en cada hora.

Seréis dichosos:Si creéis que las flores de la primavera, la brisa del verano,la luna del otoño y la nieve del invierno es vuestra mejor estación,la fiesta del amor.Si no os reprocháis vuestros límites.Si no sofocáis vuestra apertura a mi ser infinito.Si admitís que yo me haga cargo de vosotros.Si sólo halláis la paz en mí y os guiáis por la luz que he puesto en

vuestro corazón.Si creéis que el amor, mi amor, es lo único que se eterniza, lo que

nunca pasa.

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matrimonial se basa en la fe y compromiso que un cónyuge profesa por el otro. Muchos problemas de comunicación, de intimidad, y de convivencia se evitan si ese voto de con-fianza y la decisión de amar al otro, pronun-ciado el día del matrimonio, se sigue usando y fortaleciendo cada día, y ante cada situa-ción. Por eso vale la pena explorar el sentido y el valor práctico de este elemento tan im-portante para su matrimonio.

2. Valores en comúnUno de los elementos que más contribuyen

a la armonía y estabilidad de una pareja son las valores que tienen en común. Ellos son como el tesoro del cual se nutren las decisio-nes diarias, tanto para la vida de pareja como para el manejo del dinero, la crianza de los hi-jos, las relaciones con las familias respectivas, etc. En fin, el poder de este tesoro es enorme y es algo que puede aprenderse a usar y a en-riquecer.

3. La comunicaciónAprendemos a hablar en los primeros años

de nuestra vida, pero aprendemos a comuni-carnos a lo largo de ella y en la medida que descubrimos que no todas las personas en-tienden las cosas de la forma que cada cual lo hace, ni se expresan a través de los mismos medios. Unos son más espontáneos, otros reservados. Unos usan palabras, otros ges-tos o acciones para dar a conocer sus senti-mientos. Muchas dificultades que hacen que las parejas se disgusten o digan “es que no me entiende”, etc., probablemente tienen su origen en estas diferencias de comunicación. Descubrir la forma de comunicación de su pareja y la mejor forma para expresarle los sentimientos les será por eso de gran ayuda.

4. Herramientas para la solución de conflictos

Discrepar en opiniones o puntos de vista es normal. Pero para que estas diferencias no sean la ocasión de un conflicto y mucho menos de una crisis matrimonial, se requie-re aprender las técnicas de comunicación y solución de conflictos. Este aprendizaje es

JUNIOFormaciónfamiliarfamilia

felizElementos para un matrimonio feliz

« Al verdadero amor se le conoce no por lo que exige, sino por lo que ofrece » ( J. Benavente)

Podemos decir que entre muchos factores, hay algu-nos que definitivamente pueden ser claves para un matrimonio feliz

500 parejas, felizmente casadas, fue-ron entrevistadas recientemente acerca de lo que más les ha ayudado a sostener su matrimonio, y sus respuestas, en or-den de importancia fueron las siguientes: la confianza mutua (52%); la fe y la espiri-tualidad (27%); una buena comunicación (18%). Y muy cerca de estos porcentajes, ellos destacaron el aporte de: El compro-miso, amar y luchar por los hijos, traba-jar juntos en la solución de conflictos, la paciencia y el perdón, así como pasar tiempo juntos. (CARA, Marriage in the Catholic Church: A Survey of U.S. Catho-lics, 2007, p. 90)

Por su parte, al interrogar a un gran número de personas separadas o divor-ciadas las encuestas revelaron que para la gran mayoría de ellos (el 58%), lo que más afectó su relación fueron problemas en la comunicación, seguido por la falta de compromiso o confianza (51%). Y es-pecialmente entre los hispanos, los pro-blemas económicos (48%), problemas por la crianza de los hijos (47%) y la rela-ción con la familia del cónyuge (38%). Le seguían en dificultad, el no poder pasar tiempo juntos y dificultades en la vida ín-tima o sexual (CARA, ... p. 100-101)

Si tratamos de resumir, podemos decir que entre muchos factores, hay algunos que definitivamente pueden ser claves para un matrimonio feliz. Por eso, tenien-do en cuenta estos datos y otros prove-nientes de especialistas en la relación de pareja, abordamos los siguientes puntos:

1. El compromisoComo lo muestran las encuestas y lo

repite la doctrina de la Iglesia, el amor

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conveniente para todos pues, aunque a veces tendemos a imaginar que el problema es del otro, es claro que comunicarse es un arte con técnicas muy variadas, y cada persona es un mundo que vale la pena aprender a descifrar y conquistar desde su particularidad.

5. Espiritualidad y FeHablando de recursos para un matrimonio

feliz debemos considerar de manera muy es-pecial lo que Dios aporta a nuestros matrimo-nios y relaciones afectivas. El es el Amor y su fuente. Por eso, aprender a amar no es otra cosa que aprender a escuchar la voluntad de Dios y seguirla, en nuestra vida personal y de pareja. Y cuando este camino de bús-queda del amor verdadero o espiritualidad es un empeño que los dos cónyuges quieren experimentar juntos, grandes bendiciones se hacen presente en la vida de pareja. Por eso, ya sea que estén pasando por un momento difícil de su relación, o que deseen conservar la felicidad que ahora experimentan, apren-der a desarrollar la espiritualidad fortalecerá sin duda su amor.

REGLAS PARA UN MATRIMONIO FELIZ 1. No estén los dos enfadados al mismo tiempo

2. Nunca se griten el uno al otro, a menos que la casa esté en llamas

3. Si uno de los dos quiere ganar una discusión, deja que sea tu pareja

4. Si tienes que criticar, hazlo con amor

5. Nunca se recuerden errores del pasado

6. Estén siempre disponibles el uno hacia el otro

7. Nunca se retiren a dormir con un desacuerdo sin resolver

8. Por lo menos una vez cada día trata de decirle algo bondadoso o un cum-plido agradable a tu pareja

9. Cuando hayas hecho algo equivocado estate preparado para admitirlo y para pedir perdón

10. Se necesitan dos para formar una disputa, y el que está equivocado es el

que más habla

PARA EL DIÁLOGO • De los elementos o puntos expuestos para “un matrimonio feliz” ¿cuál des-

tacaríais? ¿por qué?

• ¿Veis conveniente desarrollar algunos de los puntos, haciéndolos temas para tratarlos en el grupo? ¿cuál de ellos?

• Exponer alguna idea que os haya llamado la atención de lo expuesto.

• De las “Reglas para un matrimonio feliz” cada componente del grupo desa-rrolle una.

• En nuestro Ideario de HDB ¿se habla de la comunicación entre los esposos?

• Eugenio ALBURQUERQUE FRUTOS, Familia Cristiana. Vocación y Misión: Comentarios a la “Familiaris consor-tio”, Hogares Don Bosco, Madrid 1982.

• Conferencia Episcopal Española, Directorio de la pasto-ral familiar de la Iglesia en España.

• Conferencia Episcopal Española, Itinerario de formación cristiana para adultos»: La Palabra de Dios. Revelación y Kerigma, vol. I, Apostolado Seglar (CEAS), EDICE, Madrid 2009.

• Conferencia Episcopal Española, Nota final de la XCIV Asamblea Plenaria.

• Sacramento PINAZO - Joaquín YBARRA HUESA, “Mis abuelos me cuidan”, Grupo Editorial ICM, Madrid 2008.

• Jorge MIRAS – Juan Ignacio BAÑARES, Matrimonio y fami-lia. Iniciación teológica, Ediciones RIALP, Madrid 2006.

• Delegación Diocesana de Orientación Social de la Archi-diócesis de Sevilla, Hoja de Opinión.

• Página católica: http://www.portumatrimonio.org

FUENTES DE LOS TEMAS