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  • MELC S.A.

    Tema 32

    Educacin Secundaria

    GEOGRAFA e HISTORIA

    0. INTRODUCCIN

    1. LA CULTURA RENACENTISTA

    1.1. El debate historiogrfico sobre el Renacimiento. 1.2. Contexto histrico y caractersticas del renacimiento. 1.3. El pensamiento renacentista: El Humanismo. 1.4. El arte renacentista. 1.5. La nueva ciencia.

    2. LOS ENFRENTAMIENTOS POLTICO-RELIGIOSOS DEL SIGLO XVI 2.1. Introduccin. 2.2. Los enfrentamientos poltico-religiosos en la primera mitad del siglo XVI

    2.2.1. Los antecedentes de la Reforma. 2.2.2. Los inicios de la Reforma. El Imperio Romano-Germnico, los reinos

    escandinavos, Prusia Oriental, el Bltico, los cantones suizos e Inglaterra. 2.2.3. Carlos V contra el luteranismo.

    2.3. Los enfrentamientos poltico-religiosos en la segunda mitad del siglo XVI. 2.3.1. Contrarreforma versus calvinismo. 2.3.2. La ofensiva calvinista: Las guerras de religin en Francia. 2.3.3. La rebelin de los Pases Bajos. 2.3.4. Espaa contra Inglaterra: El desastre de la Armada Invencible. 2.3.5. El fracaso de la poltica contrarreformista de Felipe II.

    3. CONCLUSIN 4. BIBLIOGRAFIA.

    5. ESQUEMA DEL TEMA 6. CUESTIONES BSICAS. RESUMEN (Ejemplo para la Redaccin del tema en la Oposicin)

    magister

    LA CULTURA RENACENTISTA. LOS ENFRENTAMIENTOS POLTICO-RELIGIOSOS DEL SIGLO XVI.

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    0. INTRODUCCION.

    En este tema vamos a estudiar la Europa del siglo XVI tanto desde el punto de vista cultural como desde el poltico. En la primera parte del tema, analizaremos el debate historiogrfico que se ha producido para explicar el concepto del Renacimiento. A continuacin, explicaremos la cultura renacentista, centrndonos en cuatro aspectos claves, que son: el contexto histrico en el que surge, la contribucin del Renacimiento en el mbito del pensamiento, las principales caractersticas del arte renacentista, y por ltimo, la aparicin de un nuevo concepto de ciencia. En la segunda parte, analizaremos los conflictos poltico-religiosos que tuvieron lugar a lo largo del siglo XVI. Para una mejor comprensin de la misma, la dividiremos en dos puntos, precedidos de una introduccin donde se explicar la situacin poltica de Europa en 1500. El primer punto de esta parte, corresponder a la primera mitad del siglo XVI, y en la misma se estudiar las caractersticas de la Iglesia en esa misma fecha, el significado de la figura de Lucero y la extensin de su reforma por Europa, y por ltimo, el enfrentamiento de Carlos V con los luteranos. En el segundo punto, correspondiente a la segunda mitad del siglo XVI, nos centraremos en el enfrentamiento entre el catolicismo y el calvinismo, analizando la contrarreforma y la doctrina de Calvino, para luego explicar las guerras de religin en Francia y la revuelta de los Pases Bajos y su importancia en el contexto de las relaciones internacionales, especialmente en Inglaterra.

    1. LA CULTURA RENACENTISTA

    1.1. El debate historiogrfico sobre el Renacimiento.

    A la hora de abordar el tema de la cultura renacentista no podemos dejar de tener en cuenta la polmica que ha envuelto a este perodo de la Historia, polmica que se extiende hasta nuestros das; por lo que no es de extraar que el "problema del Renacimiento" haya llegado a ser uno de los temas ms controvertidos de la historiografa moderna. Originariamente el trmino Renacimiento se utiliz para designar el movimiento que en el siglo XV y comienzos del XVI intent resucitar en la cultura europea los valores formales y espirituales de la Antigedad. Al aparecer fue utilizado por primera vez por Balzac en su obra "Le Bal de Sceau" de 1829 (Elle raisonnait facilment sur la peinture italianne ou flamante, sur le moyen-ge ou la renaissance) hacindose eco de un trmino que estaba en uso en los crculos intelectuales de su poca, antes de que fuese aplicado con rigor cientfico por Michelet, primero y posteriormente por Burckhardt.

    Jules Michelet fue el primero, en su obra La Reinaissance (1855) en identificar el Renacimiento como un perodo de la Historia general de Europa, vindolo como una anttesis de la Edad Media. A partir de su obra, se configuraron tres aspectos claves que sealaron el camino a seguir en los estudios y en los anlisis sobre tal perodo: ubicacin italiana, resurreccin de la Antigedad, y quicio entre el Medioevo y la Modernidad. Este planteamiento fue difundido por C. Voigt y J. Burckhardt. Para este ltimo autor ("La cultura del Renacimiento en Italia" 1860), creador de una corriente de historia cultural que se opona a la historia poltica entonces vigente, el Renacimiento como fenmeno se caracterizaba por ser una civilizacin italiana asentada sobre ideas como la

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    consideracin del "Estado como obra de arte", "el desarrollo del individuo", "el descubrimiento del Mundo y del Hombre" o "la vuelta a la Antigedad".

    Sin embargo, esta concepcin se vio afectada por la crisis general de la conciencia y de la cultura europea entorno a 1900, y sobre todo por el fulgurante desarrollo de la historiografa en terrenos apenas tenidos en cuenta por Burckhardt como la historia econmica, el conocimiento pormenorizado del pensamiento filosfico y cientfico, una mayor precisin sobre la religiosidad, etc.

    Esta revisin vena, por un lado, de quienes vean los orgenes del Renacimiento con anterioridad a Petrarca y no aceptaban la lnea divisoria entre Edad Media y Renacimiento (E. Renan, H. Thode, E. Gebhardt). Por su parte K. Burdach, en 1924 difundi su tesis que defenda una lnea de continuidad entre el pensamiento medieval y el renacentista, no dudando en calificar a ste como espiritual y irracional.

    Pero la contestacin ms radical contra Burckhardt vendra por parte de los medievalistas dispuestos a reivindicar la Edad Media, a los que Panofsky denomina romnticos del Renacimiento a la inversa. Para este grupo, integrado por Nordstrm, Neumann, Worringer, Ritter, etc., el Renacimiento haba supuesto la intrusin de la Diesseitigkeit mediterrnea en el trascendentalismo nrdico o cristiano, provocando un cambio negativo en la evolucin de Europa.

    Posteriormente, el debate evolucion en un sentido distinto, surgiendo una tendencia creciente, ms que a revisar, a suprimir el mismo concepto de Renacimiento: a negar no slo su unicidad, sino hasta su existencia misma. Tesis defendida en nuestros das H. Haydan y E. Battisti, a cuyas obras hay que aadir con evidente talante revisionista las de A. Chastel, J. Delumeau, R. Mousnier y A. Maravall entre otros, y que queda perfectamente plasmada por Thorndike cuando escribe No existe ninguna lnea divisoria entre una cultura y otra .

    No obstante, a pesar de este rico debate segua sin concretarse una idea clara de lo que fue el Renacimiento. En 1957, el historiador alemn Edwin Panofsky haba de publicar una coleccin de artculos bajo el ttulo de Renacimiento y renacimientos en el arte occidental que constituye, sin duda, la sntesis ms acabada sobre el significado de este periodo histrico en el terreno de la historia del Arte. A grandes rasgos, lo que plantea Panofsy, frente a aquellos que defienden una continuidad entre Edad Media y Renacimiento, es que en este periodo histrico, y por primera vez en la historia de Europa, se comprendi que el mundo clsico haba desaparecido para siempre. Durante toda la Edad Media, los hombres que vivieron en nuestro continente creyeron estarlo haciendo en un mundo que era continuacin de Grecia y Roma, culturas admiradas y a la vez temidas por su carcter pagano. Por el contrario, los hombres del Renacimiento comprendieron que Pan haba muerto; de que el mundo de la Grecia y la Roma antigua (ahora, recordaremos, sacrosancta vetusta, ) era algo perdido como el Paraso de Milton y slo susceptible de ser recordado por el espritu. Por primera vez apareci el pasado clsico como

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    totalidad desligada del presente; y, por tanto, como ideal anhelado en lugar de realidad utilizada y al mismo tiempo temida (...) El Renacimiento llor sobre su tumba y trato de resucitar su alma: y en un momento fatalmente propicio lo logr (...). Las almas resucitadas son intangibles, pero tienen las ventajas de la inmortalidad y la ubicuidad. De ah que el papel de la Antigedad clsica despus del Renacimiento sea un tanto esquivo pero, por otra parte, omnipresente: y mutable slo a costa de una mutacin de nuestra civilizacin como tal

    A modo de conclusin, es preciso reconocer el hecho establecido durante dcadas de fructfera investigacin, de que, a pesar de que el Renacimiento se mantuvo unido a la Edad Media por mil lazos; de que la herencia de la Antigedad clsica, por muy tenues que fueran a veces los hilos de la tradicin, no lleg a perderse de manera irrecuperable y de que hubo algunos vigorosos movimientos renovadores de tono menor (la renovacin carolingia, el protohumanismo del siglo XII...), la "Gran Renovacin" que comenz a tejerse en el siglo XIV y culminara en la poca de los Mdicis en Florencia fue algo distinto y nico en la historia de la cultura europea.

    1.2. Contexto histrico y caractersticas del renacimiento.

    A partir de la segunda mitad del siglo XV se advierten en Europa signos de la recuperacin general, cesan las epidemias, comienza a aumentar la poblacin y la produccin agrcola, se amplan los intercambios comerciales, y con el resurgimiento econmico corre paralelo un renacido xodo rural que produce el crecimiento y prosperidad de las ciudades entorno a sus mercados.

    Estas transformaciones van operndose en toda Europa, desde las ciudades costeras de Alemania, pasando por Londres, Pars y las villas flamencas hasta Barcelona y las costas mediterrneas. Pero en ningn lugar como en Italia se observan de forma tan clara los signos caractersticos de los nuevos tiempos. En ningn lugar apareci la burguesa en estado tan puro como en aquel pas. La misma disgregacin poltica de la Pennsula Italiana favoreci la autonoma de ciudades como Venecia, Siena o Florencia. En ellas est el origen del Renacimiento de Europa, y ellas son la cuna autntica de la secularizacin de la mentalidad occidental, las fuentes del progreso cientfico y tcnico.

    Es por tanto el Renacimiento un producto de exportacin italiana? o Un producto exclusivo de este pas? Ms bien ambas cosas, pero acentundose el hecho de que son las nuevas circunstancias europeas (recuperacin econmica, etc) las que van a posibilitar la aparicin de ste movimiento, pero que sin el precedente italiano, donde la cultura clsica se haba mantenido latente durante toda la Edad Media, no hubiese sido posible.

    Es con la mente puesta en las ciudades italianas, como traza Von Martn en su libro sobre la "Sociologa del Renacimiento" lo que podemos decir que son los rasgos fundamentales de aquella poca:

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    A.- La transformacin de las capas sociales. Esto se debe tanto a la extensin del comercio como al nuevo sistema fabril de produccin, que rompe las antiguas barreras feudales que regulaban la circulacin y el consumo de bienes. Aparece la clase media, encuadrada en gremios, y una burguesa plutocrtica potente, que desafa a la nobleza rural y hereditaria.

    B.- La nueva mentalidad. Es la del individualismo, la del culto a la "virtu" subjetiva del empresario, del "Condotiere" o del artista. Esto tiene consecuencias varias: cambio en la concepcin del tiempo - que puede ahora explotarse, que se convierte en un bien precioso -, del dinero y de la poltica - como medio para obtener el xito preciado. La mentalidad religiosa, adems, ya no tiene fuerzas para penetrar en todos los niveles del mundo, y recrearlos interiormente. Comienza el lento proceso de secularizacin de la cultura europea moderna.

    C.- La aparicin del saber tcnico. La nueva tcnica se basa en la libertad de accin, por una parte, y en la eficiencia, por otra. Dios quizs gobierne el mundo, pero el hombre es poderoso y puede transformarlo. Los descubrimientos geogrficos de los castellanos y portugueses vendrn a afianzar esta creencia, ya arraigada en las ciudades de Italia. La nueva tcnica, tambin, supone la experiencia, y el estudio de los errores cometidos, y no por los dogmas establecidos. El saber tcnico significa una actitud adogmtica frente a la naturaleza y sus leyes.

    D.- "Humanitas" contra "Nobilitas". El Humanismo es una doctrina acerca del saber puramente humano, basado en una filosofa natural, y no en la teologa. Por eso se entroniza la Antigedad clsica, como fuente del saber secular. Con todo ello pretende oponerse el renacentista a la teocracia medieval, donde la excelencia humana se justificaba mediante la nobleza de sangre y sta, a su vez, segn un orden basado en la desigualdad impuesta por el pecado original.

    1.3. El pensamiento renacentista: El humanismo

    En la conciencia de los escritores renacentistas estaba la creencia de la peculiaridad de su poca, como renovadora del saber clsico, frente a unos siglos anteriores a los que consideran una larga y oscura noche.

    La filosofa renacentista abandonar las pretensiones de la medieval, y en vez de los grandes construcciones tericas de la Ontologa, Cosmologa, etc, se reduce a ser una Antropologa, cuya clave est en el planteamiento que va a hacer del trinomio mundo-hombre-Dios. Frente al teocentrismo medieval, el Renacimiento hace un planteamiento nuevo: sin olvidar a Dios, va a fijarse en el hombre como centro de sus preocupaciones e intereses (antropocentrismo). El resultado ser la aparicin del Humanismo. Alberto Tenenti y Ruggiero Romano definieron las dos principales caractersticas de esta corriente del pensamiento. Son:

    1. El humanismo pretendi sustituir el sistema mental jerrquico de la sociedad medieval con una perspectiva que, si bien es individualista, tiende a la unin fraterna y sin desigualdades sustanciales entre todos los hombres.

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    2. El humanismo es una cultura abierta, libre y dinmica, es decir, una cultura consciente de que es puramente humana y de que, como tal, no puede imponer al hombre opresiones o alienaciones fundamentales. Esto explica porque an manteniendo dentro de la Cristiandad, los humanistas no dudaron en buscar la autenticidad del cristianismo y de la Antigedad en las fuentes primarias, ya fuese la Biblia o los textos clsicos, renunciando as al peso de la tradicin cristiana y de la mentalidad escolstica y desarrollando los estudios de filologa. Este hecho ser fundamental en la aparicin de un pensamiento reformista cristiano, primero dentro de la propia Iglesia y luego fuera de ella; pues, los humanistas no dudaron en criticar a la jerarqua eclesistica a la que consideraban fuera del verdadero cristianismo.

    Este nuevo espritu o mentalidad fue incubado en las Academias o centros de estudios que surgieron en Italia al margen del saber oficial de las Universidades, controladas por la Iglesia. Se descubrieron nuevas formas de rigor intelectual, y el desarrollo del espritu crtico de los textos que estudiaban, a parte del respeto por la libertad de opiniones. Todo esto fue naciendo bajo la proteccin de algunos seores italianos, sobre todo de Lorenzo de Mdicis, en Florencia, patrocinador de la biblioteca y de la Academia Platnica (fue Florencia precisamente donde se redescubri el estudio de la lengua griega). All, Marsilio Ficino (1433-1499) y Pico de la Mirandola (1463-1494) intentan armonizar las tesis platnicas con las cristianas, aspiran a fundamentar una religin natural y universalista en la razn: el resultado ser el encubrimiento del hombre como un ser meramente por encima de toda la naturaleza, y la propuesta de unas bases que contemplan al hombre como un ser dotado de libertad real con todo lo que esto supondra para las doctrinas liberales de siglos posteriores.

    El otro foco importante ser Padua, donde el filsofo Pietro Pomponazzi (?-1525), parte de la filosofa de Aristteles y concluye que la moral cristiana no es vlida por cuanto no contempla la bondad o maldad intrnseca de los actos, sino normas impuestas desde fuera; por tanto reivindicar la exigencia de una moral autnoma basada en los actos del hombre.

    Pero el humanismo no fue un fenmeno exclusivamente italiano. De Italia se extendi por el resto del Continente, aunque con una diferencia que iba a ser fundamental. Si los italianos haban buscado en la Antigedad clsica, con la que estaban emparentados geogrfica y sentimentalmente, la base para desarrollar su pensamiento; en el resto de Europa, los humanistas buscaron esas mismas bases en las Sagradas Escrituras. Como dice Baron: Lo que existi al norte de los Alpes fue una concepcin cristiana y una adaptacin de los estudios humanistas, cuyas metas ltimas eran el avance del saber teolgico y bblico. Del estudio de estos textos surgirn los primeros reformadores cristianos. De entre ellos sobresale la figura de Erasmo de Rotterdam (aprox. 1469-1536). Este escritor rechaza los conocimientos, formulas y prcticas que ha recibido en las Universidades catlicas de entonces, critica la realidad que contempla: estado de degeneracin moral de la Iglesia, pensamiento marchito y formulista de los escolsticos, religiosidad superficial, etc. Estas crticas quedaron recogidas en libros como "Elogio de la locura", y trat de poner solucin a los males desde una ptica radicalmente cristiana: profundiz en el estudio del Nuevo Testamento y propuso una forma de vivir ms pura, simple y sincera, como la que haban practicado las primitivas comunidades cristianas. Erasmo se encontraba

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    inserto en aquella corriente mstica que desde el siglo XIV habindose desarrollado en algunos pases centroeuropeos y que en Alemania se denomin "Devotio Moderna".

    En los reinos hispnicos junto a personalidades tales como Antonio de Nebrija, Antonio de Herrera, Alfonso y Juan de Valds o Miguel Servet, destaca la figura de Luis Vives (1492-1540), hombre al parecer de origen judo, nacido en Valencia, y que pas la mayor parte de su vida en las Universidades de Inglaterra, Pases Bajos, as como Pars. Vives, critic la filosofa escolstica y propugn el mtodo inductivo de conocimiento en lugar del deductivo que hasta entonces empleara la ciencia y la filosofa medieval. Preocupado por los aspectos lacerantes que la expansin de "leyes de pobres", precedente de aquellos que pocos aos ms tarde pusieran en prctica en Inglaterra la reina Isabel I.

    En esta misma lnea de preocupacin social a partir de una visin crtica de la Iglesia Cristiana hay que citar a Toms Moro (1478-1535) autor de la "Utopa", ensayo sobre las causas de los males de la sociedad (la propiedad privada) y sus remedios: una especie de comunismo basado en normas morales y de convivencia cristiana.

    La obra de Moro estimul la mente de muchos escritores entre los que hay que destacar la Campanella (1568-1639) y su obra "Civitas Solis". As como a Francis Bacon, autor de la "Nova Atlantis", casi un siglo despus de la obra de Toms Moro.

    Por ltimo, cabe resear con respecto al Humanismo dos hechos fundamentales:

    1. Su difusin es inseparable del desarrollo de la imprenta. La reduccin de costes y el aceleramiento multiplicado de los ejemplares de una misma obra supondra en rapidez lo que el uso del latn significara en comunicabilidad como lengua culta internacional.

    2. La Reforma fue en cierto modo la culminacin y la ruina del humanismo, porque aunque los eruditos y los telogos continuaran despus de ella cultivando las humanidades, la antigedad clsica dejo de tener importancia como fuente de inspiracin. El fin de la unidad religiosa en la Europa Occidental constituy el final del humanismo.

    1.4. El arte renacentista.

    Nuestra concepcin del mundo, naturalista y cientfica, es en lo esencial, una creacin del Renacimiento; pero el impulso hacia la nueva orientacin en la que tiene su origen la concepcin que ahora surge lo dio el nominalismo de la Edad Media. El inters por la individualidad, la investigacin de las leyes naturales, el sentido de fidelidad a la naturaleza en el arte y en la literatura no comienza en modo alguno en el Renacimiento. El naturalismo del siglo XV no es ms que la continuacin del naturalismo del gtico. Pero, en el Renacimiento lo nuevo no era el naturalismo en s, sino los rasgos cientficos, metdicos e integrales del naturalismo; no eran la observacin y el anlisis de la realidad los que superaban los conceptos de la Edad Media, sino simplemente la conciencia y la coherencia con que los datos empricos eran registrados y

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    analizados. El artista no era el observador de la naturaleza, sino que la obra de arte se transform en "estudio de la naturaleza". Se descubre as la Perspectiva, que de acuerdo con Argan, puede definirse como la representacin racional del Espacio. Es, sin duda, el gran descubrimiento del Renacimiento. Fue sin duda el liberalismo del siglo XIX (Michelet, Burckhardt) el que extendi la idea de que el Renacimiento "descubri" la naturaleza. El Renacimiento no fue ni siquiera tan hostil a la autoridad como pretendieron la Ilustracin y el liberalismo. Se atacaba al clero, pero se respetaba a la Iglesia como institucin.

    El Renacimiento fue duro y prctico, objetivo y antirromntico, tampoco en este aspecto fue muy distinto a la Baja Edad Media. El rasgo ms caracterstico del arte del Quattrocento es la libertad y la ligereza de la tcnica expresiva, tan original respecto a la Edad Media como al Norte de Europa, y con ellas la gracia y la elegancia, el relieve estatuario y la lnea amplia e impetuosa. Todo en este arte es claro y sereno, rtmico y melodioso. El Quattrocento anticipa, a pesar de la existencia de durezas ocasionales y de una dispersin frecuentemente superada, los principios estilsticos del Renacimiento pleno.

    Mientras la forma fundamental del arte gtico era la adiccin, y su principio predominante el de la expansin y no el de concentracin, el de coordinacin y no el de subordinacin, la secuencia abierta y no la forma geomtrica cerrada, el arte del Renacimiento no detiene al espectador ante ningn detalle, no le consiente separar del conjunto de la representacin ninguno de los elementos, sino que le obliga a abarcar simultneamente todas las partes.

    Los representantes ms conocidos de la teora de un desarrollo ininterrumpido de la Edad Media al Renacimiento otorgan una influencia decisiva al movimiento franciscano y relacionan la sensibilidad lrica, el sentimiento de la naturaleza y el individualismo de Dante y Giotto, sobre todo, pero tambin de los maestros ms tardos, con el subjetivismo y la intimidad del nuevo espritu religioso, poniendo as en tela de juicio que el "Descubrimiento" de la Antigedad haya originado en el siglo XV una ruptura en la evolucin que ya estaba en curso.

    Toda la evolucin de este arte se articula en el proceso general de la racionalizacin. Por "bello" se entiende la concordancia lgica entre las partes singulares de un todo, la armona de las relaciones expresadas en un nmero. Y as como la perspectiva central no es otra cosa que la reduccin del espacio a trminos matemticos, y la proporcionalidad es la sistematizacin de las formas particulares de una representacin de igual manera poco a poco todos los criterios del valor artstico se subordinan a motivos racionales y todas las leyes del arte se racionalizan.

    El arte florentino posterior a Giotto (+1337) es ms natural en el sentido moderno, porque es ms cientfico, pero ningn artista del Renacimiento se esforz ms honradamente que l en representar la naturaleza de la manera ms directa y verdadera posible. Todo el Trecento est bajo el signo del naturalismo de Giotto que experimenta su primer gran reelaboracin en Siena y desde all penetra al Norte y al Oeste, especialmente por Simone Martini y sus frescos en el Palacio de los Papas de Avignon.

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    En Florencia la evolucin marcha al principio no slo ms lentamente, sino tambin de manera menos unitaria que en Siena. A principios de Quattrocento la evolucin hacia lo cortesano apenas si se advierte. Los maestros de la primera generacin del siglo, Masaccio y Donatello, estn ms cerca del arte severo de Giotto, con su unidad espacial y el volumen estatuario de las figuras que del arte preciosista cortesano. Despus de las conmociones de las crisis financieras, de la peste y de la sublevacin de los ciompi, esta generacin tiene que comenzar completamente de nuevo. En Florencia predomina de nuevo un sentido de la vida antirromntico y un naturalismo nuevo se va imponiendo a la concepcin artstica cortesana aristocrtica a medida que la burguesa se va consolidando de nuevo.

    El arte adquiere un grandioso realismo, las figuras se hacen ms corpreas, ms macizas y ms quietas. Expresan fuerza, energa, dignidad y serenidad. Es el arte antigtico, es decir, ajeno a la metafsica, al simbolismo, a lo romntico y ceremonial. Esta es la nueva tendencia predominante en el arte, aunque no la nica. Junto al estilo "renacentista" y clsicamente estatuario de Masaccio y Donatello, encontramos la tradicin estilstica del espiritualismo gtico y el decorativismo medieval, en Fray Anglico, Lorenzo Mnaco, incluso en las obras de artistas tan progresistas como Andrea del Castagno y Paolo Ucello.

    A mediados de siglo, el gusto por lo individual, por lo caracterstico y lo curioso ocupa ahora, por primera vez, el primer plano. El arte se vuelve ms alambicado y preciosista. El pblico de Pollaiollo, Verrochio, Botticelli, o Ghirlandaio no tiene nada que ver con la burguesa puritana para la que trabajaron Masaccio y Donatello en su juventud. El Quattrocento Tardo ha sido definido como una cultura de una "segunda generacin", una generacin de ricos herederos e hijos malcriados; se habl de una "contrarrenacimiento" y de una intencionada "restauracin del gtico". En la segunda mitad del siglo el elemento conservador es el que impone el gusto en Florencia.

    Esta mezcla de naturalismo y convencionalismo, de racionalismo y romanticismo producen al mismo tiempo el comedimiento burgus de Ghirlandaio y el refinamiento aristocrtico de Desiderio, el robusto sentido realista de Verrochio y la mrbida melancola de Botticelli. A comienzos del XVI los Estados de la Iglesia haban atrado hacia si la direccin poltica de la dividida Italia. Desde el regreso de los Papas de Avignon, Roma se convierte en centro de la cultura occidental, diplomtico y econmico. Bajo Julio II (1503-1513) Bramante, Miguel Angel y Rafael se establecieron en Roma. Nos encontramos aqu con los comienzos de un nuevo arte eclesistico que pone su acento en la solemnidad, majestad, fuerza, seoro. No hay en toda la pintura italiana anterior a Leonardo ninguna figura humana, que comparada con las figuras de Rafael, Tiziano, Andrea de Sarto o Miguel Angel, no tenga todava algo de esquilmado y rgido; los afanes naturalistas del XV, solo se completarn en el XVI.

    Todo el formalismo artstico del Cinquecento corresponde en cierto aspecto solo al formalismo de los conceptos morales y de las reglas del decoro que ha sealado la aristocracia de la poca. La mesura es la consigna de la poca para todo. La imagen del sosiego y la estabilidad es lo que la clase dominante persigue en el arte. El Pleno Renacimiento desarrolla la composicin artstica en

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    forma de simetras y composiciones de las partes componentes, y reduce forzosamente la realidad al esquema de un tringulo o un crculo, expresin de un sentido esttico de la vida y el deseo de perpetuar la situacin que corresponde a tal sentido. Los artistas del pleno renacimiento ya no hallan ningn placer en los movimientos breves, en la belleza juvenil del siglo anterior; la madurez de la edad y de la belleza, describen el ser, no el devenir, trabajan para una sociedad de triunfadores y piensan como stos de manera conservadora.

    El Renacimiento pleno fue de corta duracin; no floreci ms de 20 aos. Despus de la muerte de Rafael apenas se puede hablar ya de un arte clsico colectivo.

    Desde el Renacimiento comprendemos bajo el nombre de obra pictrica o plstica, una imagen concentrada de la realidad, tomada desde el punto de vista nico y unitario, imagen formal que surge de la tensin entre el amplio mundo y el sujeto que se enfrenta a aquel como unidad. Es verdad que esta polaridad de arte y mundo se ha debilitado de cuando en cuando, pero nunca ha desaparecido del todo. En ella consiste la verdadera herencia del Renacimiento.

    1.5. La nueva ciencia.

    Aunque algunos autores tienden a ver la revolucin cientfica, que tuvo lugar desde principios del siglo XVI a finales del XVII, como un episodio mucho ms importante que el Renacimiento mismo, quizs sea mejor entenderla como un aspecto de la configuracin cultural renacentista. La gran transformacin y expansin del conocimiento cientfico que tuvo lugar entre las fechas sealadas fue, ante todo, una revolucin en la manera de entender la realidad, es decir, un cambio de actitudes mentales. Como tal no slo no puede separarse del humanismo renacentista, de la economa mercantil, y la racionalizacin de la poltica, sino que no se concibe sin ellos.

    Ya la mejor filosofa medieval encerraba la semilla de la especulacin cientfica. Santo Toms, al acogerse a Aristteles, al convertir su metafsica y su lgica en "ancilla theologine", haba recurrido a la tradicin racionalista. El redescubrimiento del derecho romano represent tambin una racionalizacin del mundo jurdico, y el auge del comercio, la creacin de unos hbitos mentales de medicin, recuento, y orden geomtrico. Todas estas cosas favorecieron el cambio de la visin del mundo que se produjo paulatinamente desde principios del Renacimiento y que culmin en la Ilustracin. Este cambio a veces tena que ir contra las mismas tradiciones clsicas, las cuales no eran todas, ni mucho menos, superiores a las medievales, Hubo que liberarse, por ejemplo, del sistema de Tolomeo, el astrnomo alejandrino del siglo II d.C., para quien las estrellas estaban fijas en el firmamento, y los planetas seguan complicados cursos circulares. "La revolucin de los cuerpos celestiales" es el tratado del sabio polaco Nicols Coprnico (1473-1543), que se public el ao de su muerte. Este escrito tard en salir a la luz, pues Coprnico saba que no slo constitua un reto al sistema tolomico, sino que no encajaba precisamente con la explicacin bblica en la naturaleza, segn su versin eclesistica. Pero el tratado copernicano tuvo que ir siendo aceptado, no slo por explicar las cosas de un modo ms plausible, sino tambin por razones humansticas y estticas.

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    Al principio, la actitud de las autoridades religiosas ante las afirmaciones de Coprnico no fue hostil en forma abierta, sino bastante confusa. Tampoco los cientficos se pusieron de acuerdo al principio. El cientfico holands Tycho Brahe, por ejemplo, nunca crey que fuera verdad la idea copernicana de que la tierra giraba sobre s misma, adems de entorno al sol. Sin embargo Kepler (1571-1630), alumno de ste ltimo, estableci el sistema de Coprnico en una forma fuera de dudas. Ms an, Kepler rompi con la idea griega de que el movimiento de los cuerpos celestiales es circular, demostrando que era elptico. Las leyes de Kepler sacudieron las imgenes ms arraigadas de la ciencia del momento.

    Pero los aspectos ms dramticos de la crisis surgieron con Galileo (1564-1642). Su confrontacin directa con el Papa Urbano VIII ha sido el tema favorito de una cierta demagogia antieclesistica, cuando las investigaciones del Galileo fueron llevadas a cabo, entre otras, gracias a sus protectores eclesisticos. La reforma del calendario, de acuerdo con principios ms cientficos fue, por ejemplo, promovida por la Iglesia. La reaccin vendra ms tarde. Lo cierto es que, hasta la creacin de la contrarreforma, no es posible hablar de una actitud deliberadamente anticientfica de la Iglesia. Sin embargo, hay que reconocer que el decreto del Santo Oficio (1616) que condena las doctrinas de Galileo sobre la rotacin de la tierra, marca un momento especialmente simblico en la vida intelectual europea. Galileo representa el espritu cientfico y racionalista, que se atiene slo a pruebas empricas y a las normas de la lgica frente a los principios de la afirmacin dogmtica. A un nivel ms concreto, la condena de sus teoras es un indicio del recrudecimiento de las actitudes dogmticas en Italia y el fin, en ste pas, de la gran libertad de ideas que haba hecho posible su soberbio Renacimiento. De todos modos, la ciencia moderna, la investigacin experimental, junto con los mtodos cualitativos-inductivos y cuantitativo-deductivos discutidos en las primeras dcadas del siglo XVII, encontraron poco a poco su lugar y aplicacin adecuados en todas las ciencias.

    2. LOS ENFRENTAMIENTOS POLTICO-RELIGIOSOS DEL SIGLO XVI

    2.1. Introduccin.

    El siglo XVI va a ser el periodo en que desaparezca el viejo orden medieval, tanto poltico como religioso, que se articulaba entorno al Imperio y el Papado. Desde el siglo XIII se haban ido gestando en nuestro continente estructuras polticas independientes que en el siglo XV darn lugar a los Estados Modernos. No obstante, esta evolucin se haba desarrollado en un ambiente de unidad religiosa, donde el sucesor de San Pablo ejerca el poder en el terreno espiritual. Pero, en el siglo XVI esta unidad tambin se romper, como consecuencia de la Reforma. Frente a esta situacin, se alzar la gran figura de Carlos V, el ltimo emperador medieval, que con el apoyo de sus inmensos recursos, intentar, durante la primera mitad del siglo, recuperar el viejo orden medieval. Su fracas marcar el inicio de la historia moderna de Europa.

    El fracaso de las ideas universalistas de Carlos V oblig a Felipe II, su sucesor en la corona de Espaa, a un cambio rotundo en la poltica internacional y en los mtodos para imponerla. Frente a las vacilaciones, condescendencias e intentos conciliadores en su predecesor, Felipe II convirti

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    la fe catlica en armazn ideolgica de su imperio, y en justificacin de la suprema lucha que estaba llevando a cabo. Consigui evitar una mayor difusin del protestantismo y mediatiz durante unas dcadas a los estados rivales y enemigos, pero al final de sus das sus ms caros designios quedaban por cumplir. La sumisin de Inglaterra se haba mostrado irrealizable despus del desastre de la Invencible. La insurreccin de los Pases Bajos no pudo ser sofocada y las Provincias del Norte conseguan de facto su independencia. Francia logr superar la terrible crisis de las guerras de religin y, con Enrique IV, escap de la rbita sealada por Espaa.

    2.2. Los enfrentamientos poltico-religiosos en la primera mitad del siglo XVI

    2.2.1. Los antecedentes de la Reforma

    Segn H. Lutz, existan una serie de caractersticas en la Iglesia Catlica, a comienzos del siglo XVI, que favorecieron la Reforma:

    1. La existencia de situaciones sociales dadas, que deformaban el servicio pastoral. Entre ellas, destacaba la preponderancia de la nobleza en los altos cargos eclesisticos, con mantenimiento de formas de vida profana. A ello se unan la distancia existente entre el alto y el bajo clero, tambin en un sentido econmico, las carencias de la formacin teolgica y el extendido absentismo, mediando incluso la existencia de remuneraciones ilcitas de la accin pastoral. El bajo clero, mal pagado, se adaptaba, sobre todo en el mundo rural, a las circunstancias y formas de vida de su entorno (concubinato, regencia de negocios y tabernas) y estaba obligado, por otro lado, a cobrar rigurosamente las tasas prescritas para los actos eclesisticos.

    2. Deformacin y cosificacin de la praxis eclesistica. Esto no solo afectaba a la denominada religiosidad popular en forma de supersticin, charlatanera, curanderismo, etc. El culto a las reliquias floreci tambin en el mundo cortesano, como muestra el ejemplo del Prncipe Elector Federico de Sajonia, seor territorial de Lutero. La cosificacin del entendimiento de los sacramentos condujo a degeneraciones grotesca, entre otros, en los mbitos de la penitencia y la eucarista. La elevacin de la hostia se convirti en una accin mgica. La consideracin puramente cuantitativa del del sacrificio eucarstico llev hasta una competicin de prestigio entre los prncipes (cuntas decenas de miles de misas haban sido celebradas tras la muerte de cada uno de ellos?). La cosificacin en el mbito del sacramento de la penitencia tuvo por consecuencia el comercio de bulas.

    3. Fiscalizacin y comercializacin de la administracin eclesial, especialmente en su central romana.

    Junto a la cuantificacin de las presentaciones y los cmputos de gracia y penitencia; junto a la institucin de la compra de dispensas o la venta de bulas para financiar obras arquitectnicas (la nueva baslica de San Pedro de Roma, entre otras), surgi un sistema fiscal global, que apareca fundamentalmente desde el punto de vista del derecho eclesistico, pero

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    que, sobre todo en aquellos territorios no protegidos concordatoriamente contra la intervencin de la curia, suscit reacciones fuertes e incluso extremas frente a Roma.

    4. La inseguridad teolgica y las degeneraciones en materia de doctrina (confusio opinionum). La pluralidad de las doctrinas tardoescolsticas es interpretada en la actualidad como paralelamente positiva, pero tuvo para los contemporneos, adems, el efecto secundario de una gran desorientacin. Cuestiones eclesiolgicas de importancia central, como la preeminencia del Papa o el Concilio, quedaron notoriamente indecisas desde los concilios de reforma (Constanza, Basilea). Con lo cual, para una porcin, quiz la mayor, de los estratos letrados europeos, la toma de posicin del Papado frente a Lutero no era sino un acto de parte, irrelevante desde el punto de vista dogmtico, en el contexto de una querella intraeclesial.

    La desorientacin teolgica actuaba tanto ms profundamente, cuando el abuso del instrumento teolgico compareca, por otra parte, al servicio de los intereses profanos de instancias eclesisticas (oportunidad poltica, medidas fiscales o de centralizacin administrativa por parte de Roma). La magnitud de la crisis de conciencia surgida de la confluencia de todos estos efectos, es deducible de muchos testimonios de la poca.

    5. La posicin del Papado, que haba superado la crisis conciliar del siglo XV sin llegar a emprender la reforma exigida en los concilios.

    6 Por un lado, la ideologa del fasto y el prestigio, propia de la cultura renacentista italiana, gan la mano en la corte papal. Por otro, la curia, poder entre poderes, se vio envuelta en las luchas por Italia y por la hegemona europea, luchas que se sucedieron desde 1494. La concurrencia de esta autoafirmacin poltica y de la nueva forma de autoexposicin cultural del Papado, con tendencias ms desarrolladas haca la centralizacin intraeclesial, implic para el Papado una situacin novedosa de graves consecuencias, que no puede ser suficientemente descrita a partir de categoras moralizadoras como la de . El entendimiento de que se trat mucho ms de parlisis funcionales de la central eclesial, estructuralmente condicionadas, no pretende hurtar a este factor nada de su peso en los iniciales procesos de decisin, y no pretende, en absoluto, descargo apologtico alguno. Pretende subrayar, frente a una concepcin puntualmente evaluatoria, nada rara en la Historia de la Iglesia, el carcter profundo y el desarrollo a largo plazo de las causas esenciales de la enfermedad de la Iglesia anterior a la Reforma.

    Todos estos factores crearon en Europa la sensacin de que era necesario llevar a cabo un proceso reformista en el seno de la Iglesia. Las ltimas investigaciones, tanto de autores protestantes como catlicos, insisten en este punto. En este proceso, participaron personalidades individuales, tanto laicas como eclesisticas; comunidades monsticas; agrupaciones de monasterios con movimientos laicos (la Congregacin de Windensheim, la Devotio moderna), y los mismos poderes seculares. Pero ninguna de estas acciones encontr sostn en Roma, sino desaliento y resistencia. Slo en la Monarqua Catlica (Espaa), la colaboracin de los Reyes Catlicos con el Cardenal Cisneros, un destacado humanista, permiti una mejora esencial de la situacin

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    general de la Iglesia, tanto en el aspecto organizativo como en el espiritual. Por el contrario, en Francia, tras el Concordato de 1916, qued en manos del monarca la provisin de los cargos eclesisticos ms importantes, pero, sin que se llevara a cabo ninguna reforma importante en los mismos. Ms grave era la situacin en el Imperio Romano Germnico, el Corp Germanie de Rousseau, donde la ausencia de un poder poltico fuerte y centralizado, permita la libre intervencin de Roma. Los Gravamina nationis Germanicae contra seden apostolicam, presentados una y otra vez contra por los Estados del Imperio, reunan quejas del ms diverso tipo. Mayores eran, an, los ataques contra el Papado procedentes de los humanistas. Esta situacin cre en ambos territorios un caldo de cultivo excelente para la Reforma.

    2.2.2. Los inicios de la Reforma. El Imperio Romano Germnico, los reinos escandinavos, Prusia Oriental, el Bltico, los cantones suizos e Inglaterra

    a) Imperio Romano Germnico

    La cuna de la Reforma est en este territorio europeo. Es cierto que, en el mismo, se daban las circunstancias necesarias para que este proceso histrico fraguase, pero no hay duda de que para que se iniciara, fue necesario, como dice Atkinson que aparecieran personalidades carismticas, capaces de canalizar los deseos de la sociedad del momento. Sin duda la ms importante y determinante de todas fue la de Martin Lutero (1483-1546). Este monje agustino alemn no era un humanista, sino un devoto de la tradicin paulista-agustiniana, sobre la que habra de construir su teora. Lutero, desde 1512, atraves una profunda crisis interior, obsesionado con la idea de si slo las buenas obras podran salvarlo. Tras realizar una relectura de la Epstola a los romanos, de San Pablo, llego a la conclusin de que solo la fe en Dios y la gracia divina podan salvar al hombre, porque para Lutero, Dios lo era todo, y el hombre no era nada (una posicin en las antpodas del humanismo reinante en Europa). Por consiguiente los sacramentos (Lutero redujo los sacramentos a tres : Bautismo, Eucarista y Penitencia. Posteriormente tambin rechaz este ltimo) como canales de distribucin de la gracia divina perdan su importancia: lo que contaba era la luz interior por la cual cada individuo reciba la seguridad de que no se tendra en cuenta su propia miseria moral. Un dilogo directo de este tipo entre el creyente y Dios no solo devaluaba los sacramentos, sino tambin el valor de las buenas obras como ttulos de gloria y la accin de los intermediarios entre el salvador y los fieles. Estos ltimos pasaban a ser iguales en dignidad, sacerdotes todos ellos, con pleno derecho a leer e incluso interpretar las escrituras, nica base y referencia infalible del cristiano.

    Esta posicin adoptada por el monje sajn no fue consecuencia de un cambio radical, ocurrido en un momento determinado, sino de un largo proceso de reflexin interior, como indica Lutz. Proceso cuya conclusin supona una ruptura radical con la posicin oficial de la Iglesia. No obstante, para que los postulados de Lutero llegaran a convertirse en dogma de un gran nmero de personas fue necesario que se concatenaran una serie de circunstancias imprevisibles, comenzando con el comercio de bulas de indulgencia, cuyo objeto era financiar la construccin de la baslica de San Pedro. Lutero vea a sus feligreses invertir su dinero en unos documentos que, tericamente, les proporcionaba el perdn por sus pecados, asegurndoles su salvacin

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    eterna. Es decir, una posicin totalmente contraria a la que l sostena. Esto le llev a polemizar, en 1517, con el dominico Johann Tetzel, encargado de la venta de bulas en Wittemberg, donde resida Lutero y en cuya Universidad ejerca como catedrtico de Antiguo Testamento, y con la jerarqua eclesistica. Lutero plasm su posicin en las clebres 95 Tesis que fueron clavadas en la puerta de la Iglesia de Wittemberg. Estas tesis se convirtieron en un documento de amplia difusin, gracias a la imprenta. Humanistas, telogos, magistrados, burgueses, etc. Vieron en ellas un ataque contra la injerencia de Roma en los asuntos alemanes, sin vislumbrar la autntica revolucin teolgica que suponan. As, la posicin de Lutero se confundi, inicialmente, con el odio a Roma, lo que le hizo ganar numerosos adeptos.

    La posicin de la Iglesia ante la nueva hereja estuvo marcada, en los primeros momentos, por intereses polticos. En 1518 se abri un proceso contra Lutero en Roma, congelado durante un ao y medio, mientras se dilucidaba la eleccin del nuevo emperador, para no indisponerse con el duque de Sajonia Federico el Sabio, seor territorial de Lutero y uno de los integrantes del colegio electoral del Imperio. Una vez resuelta esta en favor de Carlos V, la Iglesia reemprendi el proceso contra Lutero. El 15 de junio de 1520 Len X declar herticas 41 proposiciones contenidas en los escritos de Lutero y lo excomulg. Al ao siguiente en la Dieta de Worms, se neg a retractarse y la dieta public un edicto que lo expulsaba del Imperio; no obstante Federico de Sajonia lo tom bajo su proteccin. Lutero haba sabido apelar al sentimiento nacional de los alemanes, entre cuya poblacin hall en breve plazo de tiempo gran nmero de seguidores. Dicha solidaridad, tambin alcanz a muchos prncipes alemanes.

    Por su parte, Lutero, tras permanecer escondido, como consecuencia del Edicto emitido contra l en Worms por el emperador Carlos V, regres a Wittemberg, donde se encontr con que un grupo de sus seguidores, dirigidos por Andreas Karlstadt, era partidario de realizar reformas an ms radicales en el mbito eclesistico y social. Estos movimientos tendran una importancia decisiva en el proceso reformista. Lutero consigui atemperar los nimos, y extender su tesis de que las nuevas comunidades cristianas deberan nacer de la libre y espontnea adhesin de los hombres. Sin embargo, la crisis social y poltica que viva el Imperio, como consecuencia de la poltica de Carlos V, de las tendencias centrfugas de los Estados y de los cambios socioeconmico de la centuria anterior iban, por un lado, a favorecer las extensin de las doctrinas luteranas, y, por otro, a cambiar radicalmente la organizacin de las comunidades reformadas. Dos hechos marcaron este proceso: la Guerra de los Caballeros (1523-4), donde los Reichritter1, inspirados por las doctrinas de Lutero, se lanzaron contra los grandes principados eclesisticos del Rin, con objeto de secularizarlos, siendo derrotados por la Liga Suaba; y la Guerra de los Campesinos (1524-5), donde grupos de campesinos de todo el Imperio, inspirados por las doctrinas de Lutero Todos los hombres son iguales ante Dios- en sus posiciones ms radicales, pretendieron mejorar, mediante el uso de las armas, su posicin social y econmica, siendo destrozados por los ejrcitos de los prncipes alemanes. Ambos hechos, especialmente el segundo, provocaron que Lutero, ante el temor de que la reforma se viera comprometida por sus seguidores ms radicales, aceptara al

    1 Los caballeros imperiales eran pequeos propietarios territoriales, pero su poder en el seno del Imperio era cada

    vez menor, atrapados entre el poder de las ciudades libres aparecidas en el siglo XV- y los grandes principados territoriales.

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    prncipe secular como Obispo de emergencia, encargado de la gestin de la religin en su territorio, desapareciendo as la libertad y espontaneidad que Lutero haba querido para las nuevas comunidades cristianas. Nacan as las Iglesias Territoriales alemanas, donde el prncipe acumulaba el poder poltico y religioso. Este proceso favoreci la extensin de la Reforma, pues los prncipes alemanes que la aceptaron, no slo se convirtieron en Obispos de Emergencia en sus territorios, sino que, adems se apropiaron de los bienes eclesisticos sitos en los mismos.

    b) Escandinavia, Prusia Oriental y el Bltico

    Una reforma similar a la alemana, tuvo lugar en Escandinavia. Dinamarca, Suecia, Finlandia, Noruega e Islandia constituan un solo reino con el nombre de Unin de Calmar, bajo el control de Dinamarca. El rey Cristian II (1513-1523) favoreci la reforma con objeto de aumentar su control sobre la nobleza, pero fracas en Suecia. En ese territorio, la nobleza local eligi como rey a Gustavo Vasa, en 1523, rompindose la Unin de Calmar. El nuevo monarca, deseoso de aumentar su control sobre la Iglesia y su bienes, favoreci el proceso reformista, que culmin entre los aos 1527 y 1531. En la propia Dinamarca, tras la abdicacin de Cristian II en 1523, y la llegada al trono de su to Federico I (1523-1533), se favoreci al luteranismo. Sin embargo, no fue declarada religin del reino hasta 1536, reinando Cristian III. En Noruega, el Arzobispo de Trondheim intent defender la estructura tradicional de la Iglesia, pero tuvo que huir a los Pases Bajos en el ao 1537, introducindose entonces, de manera definitiva, el luteranismo. En Islandia, el obispo de Hlar, Jan Arason, y sus seis hijos, mantuvieron el poder del Papa hasta 1550, ao en que fue hecho prisionero y ejecutado, sellndose as el triunfo del luteranismo. En Finlandia, la figura de Michael Agrcola (1508-1557), discpulo de Lutero, y del Arzobispo de Turku, Martin Skytte, fueron decisivas para que la reforma luterana culminase en 1554. Por ltimo, en Prusia Oriental y el Bltico, el papel decisivo en el proceso reformista correspondi a la Orden Teutnica, cuyos integrantes se secularizaron y convirtieron sus territorios en principados laicos, teniendo especial importancia el caso del Gran Maestre de la citada Orden, Alberto de Hohenzollern, que se convirti en Duque de Prusia Oriental. En general, como indica Lutz, estos procesos tuvieron patrones comunes: por un lado, un especial inters en los bienes de la Iglesia, pues se trataba de territorios poco desarrollados, donde la Iglesia era fuente de acumulacin de riqueza, y por otro, el hecho de que se tratase de territorios muy alejados, donde no haba conciencia de diferencias religiosas entre el cristianismo tradicional y la reforma inspirada por Lutero, lo que permiti la existencia de formas religiosas mixtas. Por ltimo, no puede dejar de citarse el hecho de que muchos vieron la reforma luterana como continuacin de los intentos reformistas de los humanistas.

    c) Los cantones suizos

    La Reforma helvtica se desarroll exclusivamente bajo las doctrinas teolgicas de Ulrico Zwinglio (1484-1531) expuestas en sus "Comentarius de vera et falsa religione" publicado en 1525. A diferencia de Lutero, Zwinglio era ante todo un humanista (como capelln castrense de los mercenarios suizos haba viajado a Italia donde haba entrado en contacto con las corrientes humanistas que criticaba la Iglesia y sus costumbres) que buscaba una religin depurada de toda

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    la tradicin histrica, del culto de los santos, de las imgenes, de los sacramentos, del ritual y de las formas externas que, como adherencias, ocultaban la esencia del Cristianismo. Desde el punto de vista doctrinal, Zwinglio haca nfasis no en la justificacin por la fe -efusin mstica de Lutero- sino en la "invencible voluntad de Dios" que reservaba su gracia a quienes haba predestinado para la salvacin eterna. Por ltimo, para Zwinglio resultaran decisivos los escritos de Lutero para su definitiva inclinacin a la Reforma.

    El primer lugar donde impuso sus tesis fue en Zurich, entre los aos 1522-3. Es significativo, como indica Lutz que, a diferencia de Lutero, su mbito de actuacin sera la ciudad-estado, y no los principados territoriales como en el caso alemn. Como resultado de esta diferencia, la Reforma de Zwinglio no trajo como consecuencia una Iglesia territorial controlada desde el poder secular sino, conforme a las tradiciones de autogobierno urbano, una Iglesia de constitucin sinodial, una estructura que no impeda la dureza frente a la heterodoxia o el expansionismo polticamente mediado.

    Desde Zurich, la reforma de Zwinglio se extendi por el Sur de Alemania (Estrasburgo, Constanza, Ulm, Nremberg, Augsburgo), y, sobre todo, por Suiza. De los trece cantones que integraban la confederacin Helvtica, solo siete permanecieron catlicos. Para reducirlos Zwinglio organiz una alianza con los cantones reformados y la ciudad de Constanza, disponindose los cantones catlicos a resistir la presin militar de los reformados. La defeccin de Berna y Basilea de la alianza, como reaccin al creciente poder de Zwinglio tras su primera victoria (1529), fue seguida de la paz de Kappel (25-VI-1529). Poco despus, el margrave Felipe de Hesse, uno de los prncipes alemanes reformados ms activos, prepar un encuentro entre Zwinglio y Lutero con el objetivo de que acabaran con sus diferencias (coloquio de Marburgo), pero fracas. Dos aos despus, la lucha se reanud entre catlicos y reformados suizos; y en la batalla que lleva el nombre de la misma ciudad en que se haba firmado la paz, encontr la muerte Ulrico Zwinglio, que haba acompaado a su ejrcito. Su sucesor Heindrich Bullinger (1504-1575), sera el artfice de la relacin de la reforma de Zurich con la de Calvino en Ginebra, preparando el frente comn de ambas.

    d) Inglaterra

    Nadie en Inglaterra hubiese podido pensar en 1521, fecha en que Enrique VIII public su "Assertio Septem Sacramentorum", en viva reaccin contra las doctrinas luteranas, que el flamante campen de la ortodoxia doctrinal, unos aos despus sera el artfice de la ruptura con Roma y creador de una nueva iglesia. Este proceso, como demuestra Elton, slo se puede entender si se tiene en cuenta el prestigio y el poder que la dinasta Tudor haba alcanzado en Inglaterra, tras poner fin a la Guerra de las Dos Rosas y estabilizar el reino, as como, los intentos humanistas de reforma de la Iglesia, y el profundo anticlericalismo existente en Inglaterra.

    Del matrimonio entre Enrique y Catalina -hija de los RRCC y ta del emperador Carlos- nacieron cinco hijos, tres nios y dos nias, de los que nicamente sobrevivi Mara, nacida en 1516. El rey agobiado por la falta de descendencia masculina, y del amor que senta por una noble dama,

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    Ana Bolena, deseosa de ser la reina legtima de Inglaterra, fue animado por sus consejeros a pedir al Papa Clemente VII la anulacin de su matrimonio en 1527. Se basaba en el hecho de que Catalina haba estado prometida inicialmente a su hermano Arturo, heredero de la Corona, y al morir ste, se haba convertido en su esposa, lo que supona una evidente vulneracin de las leyes divinas. Para ganar tiempo el papa inici un proceso que pas a Inglaterra, suscitndose con lentitud en contra de la creciente impaciencia de Enrique VIII. Sin embargo, Clemente VII dilat las negociaciones, negndose a admitir los argumentos de los enviados ingleses. Un ulico del monarca, Thomas Crammer, propuso al rey que la cuestin pasase a estudio y dictamen de las universidades inglesas y algunas forneas. La idea, acompaada de slidos argumentos econmicos puestos en juego por la Corona a travs de sus consejeros, alcanz un resultado sospechosamente coincidente. Oxford y Cambridge, pero tambin algunas universidades francesas e italianas, declararon que el matrimonio del rey era nulo. Al mismo tiempo, el Parlamento fue inducido a una accin de intimidacin sobre el episcopado ingls y el papa. En el ao 1531, el monarca fue reconocido por el Parlamento y el Snodo como su nico y soberano seor y, hasta donde le permita la ley de Cristo, incluso su jefe supremo. Inicialmente, se consider que este ttulo solo afectaba a la esfera de lo temporal, y no de lo espiritual. Pero, el camino para una Iglesia independiente de Roma comenzaba a abrirse. Al ao siguiente, el monarca retuvo los impuestos pontificios, y un nuevo snodo declar que la Iglesia de Inglaterra se someta a la autoridad del Rey.

    Todos estos hechos constituyeron los preliminares de la ruptura entre el Papado e Inglaterra, que se precipit en el ao 1533. Ese mismo ao, el Parlamento neg el derecho de dispensa al Papa y convirti en juez supremo eclesistico de Inglaterra. Adems, declar que el primer matrimonio del rey era nulo y el segundo vlido. El Papa amenaz con la excomunin. Al ao siguiente, el Parlamento aprob el (derecho de sucesin para los prncipes herederos nacidos del segundo matrimonio) y el , que determinaba que el rey justo y recto es y debe ser el jefe supremo de la Iglesia de Inglaterra. Desde entonces no hubo ya Papa, se hablaba slo del obispo de Roma. El reconocimiento de la ruptura con Roma mediante juramento fue exigido e impuesto con uso de la violencia. Entre las vctimas se encontr el mayor humanista de Inglaterra: Toms Moro, antiguo canciller del Rey, el anciano obispo Fisher y gran nmero de franciscanos y cartujos.

    La separacin de la Iglesia de Inglaterra tom formas especficas (Anglicanismo), y aunque inicialmente no signific ninguna modificacin visible de la organizacin eclesistica ni de lo esencial en la liturgia y la teologa, no se pudo impedir la penetracin - moderada - de las influencias luteranas. Thomas Cromwell, que se preocupaba en sta como en otras cuestiones, sobre todo del problema poltico, procedi a la confiscacin de los bienes conventuales para robustecer el tesoro pblico del reino y ligar ms estrechamente al nuevo estado de cosas a la clase media, de reciente formacin y en fase de crecimiento econmico. Intent al mismo tiempo establecer relaciones con el protestantismo continental y durante las negociaciones con la Liga de Esmalcalda, se mostr dispuesto a aceptar grandes concesiones en el terreno teolgico. Su cada ajusticiado por alta traicin y hereja en 1540-, tampoco produjo la total extincin de las

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    tendencias favorables al movimiento reformista. Pero hasta la muerte de Enrique VIII, no se produjo una evolucin en el sentido del movimiento protestante.

    Desde el punto de vista de las relaciones internacionales, el cisma ingls constitua un grave problema para los catlicos de Europa y para la poltica de los monarcas de esta religin. Cuando en el invierno de 1536-7 estall en el norte de Inglaterra una revuelta de la poblacin campesina contra la supresin de los conventos y la poltica eclesistica del rey, el Papa Pablo III crey que poda inducir al emperador Carlos V y al rey de Francia Francisco I a una accin unitaria contra Enrique VIII. Estos planes volvieron a considerarse ms tarde. Las medidas previstas iban desde las gestiones diplomticas en comn de los monarcas catlicos hasta una invasin de Inglaterra. Sin embargo, jams pasaron de simples proyectos. Enrique VIII era un aliado demasiado codiciado, tanto por Carlos como por Francisco, para indisponerse con l. As, en este caso, la razn de Estado venci sobre los postulados de una comn responsabilidad religiosa catlico-europea, cuyo portavoz segua siendo el pontificado.

    2.2.3. Carlos V contra el luteranismo

    El emperador Carlos V (1500-1556), una al cetro imperial, los territorios patrimoniales de los Habsburgo las ricas tierras de Austria, Estiria, Carntia, Carniola, ms una serie de plazas fuertes en Alsacia-, herencia de su abuelo paterno el emperador Maximiliano I; la herencia borgoona de su abuela paterna Mara los Pases Bajos, Luxemburgo y el Franco Condado-, y las coronas espaolas de Castilla y Aragn, ms la reciente pujanza transocenica de la primera, herencia de los Reyes Catlicos. Segn nos explic Karl Brandi en su maravillosa biografa de este Emperador, soaba con restablecer el prestigio del Sacro Imperio Romano Germnico, y hacer de su cabeza el rbitro de los destinos continentales -aunque sobre su idea imperial existen mltiples interpretaciones-. Pero despus de perseguir dicho objetivo durante ms de tres dcadas, tuvo que acabar reconociendo su fracaso. Los enemigos a los que se enfrent Francia, el Imperio Otomano y los Prncipes Luteranos- eran demasiado poderosos para que el Emperador los pudiera derrotar, como veremos en el tema 33. En este punto slo trataremos su conflicto con el luteranismo.

    Aunque el Edicto de Worns (1521) supona una condena contra Lutero, el emperador no estaba dispuesto a que su posicin dentro del Imperio se socavara por el enfrentamiento entre un monje agustino con el Papa. De ah que, aceptara que los Estados mantuvieran relaciones con Lutero para llegar a un acuerdo, y tambin consideraba que un futuro concilio o un tribunal de telogos poda acabar con las diferencias existentes. Pero, muy pronto estall la guerra contra Francia, con lo que Carlos se vio obligado a desentenderse de los asuntos alemanes, y centrarse en el nuevo conflicto, donde requera el apoyo de sus sbditos alemanes. Su hermano Fernando, nacido en Espaa, se convirti en su lugarteniente en el seno del Imperio.

    En el Imperio, las consecuencias del Edicto de Worns fueron la divisin de los espritus en tres campos, como indica Lutz:

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    1. El formado por los seguidores de Lutero, que inclua a los humanistas ms jvenes. La adhesin al mismo de prncipes y ciudades tuvo lugar unos aos ms tarde.

    2. El formado por los enemigos declarados del Reformador sajn, y defensores de la autoridad del Papa. Este grupo estuvo liderado por Baviera, que desde 1522 inici una reforma importante en su Iglesia.

    3. El formado por todos aquellos que eran partidarios de una Iglesia limpia de corrupcin, pero al mismo tiempo mantenan una postura eclctica frente a Lutero.

    Pero, adems de esta divisin, la ausencia del emperador supuso un avance del luteranismo en el territorio imperial, y, a la vez, una actitud conciliadora de los legados de Carlos, para evitar conflictos con los prncipes que profesaban esta religin, en espera del esperado concilio que permitiese la soada concordia entre luteranos y seguidores del Papa. En la Dieta de Spira de 1526, se adopt una resolucin muy moderada en materia de Fe, hasta la celebracin del Concilio, a la vez que se permita una interpretacin muy abierta del Edicto de Worns. Este ltimo hecho supuso un respaldo a la creacin de Iglesia territoriales en los territorios evanglicos.

    Tres aos despus, volvi a celebrarse una dieta en la misma ciudad, pero ahora la situacin internacional haba variado tras la Paz de Cambrai (1529), con Francisco I, que supuso un triunfo para Carlos. El emperador, sin enemigos a la vista, pudo centrarse en el problema luterano, anulando las disposiciones tomadas tres aos antes y endureciendo las disposiciones del Edicto de Worns. La mayora catlica se pronunci a favor de estas medidas, pero un grupo de Estados evanglicos se opuso a ellas, planteando la cuestin de si pueden ser obligatorias en materia de fe ordenanzas jurdicas profanas y decisiones mayoritarias. Este grupo de protestantes de aqu deriva su nombre-, estaba formado por cinco prncipes de ellos slo uno perteneca al colegio electoral, el duque de Sajonia- y catorce ciudades, se mostr partidario de mantener el compromiso alcanzado tres aos antes, a la vez que comenzaban a desarrollar una teora en la que se conjugaba la lealtad al emperador y al Imperio con la independencia en los asuntos religiosos. A esta teora se adhiri Lutero, y fue el germen de las alianzas que se entablaron entre los estados evanglicos para hacer uso del derecho de resistencia que les asista contra cualquier imposicin religiosa.

    Tras esta toma de posicin por los estados protestantes, Carlos decidi adoptar una posicin de mediacin por encima de los partidos grupos confesionales- que se estaban formando. En 1530, en la dieta de Augsburgo, los protestantes, de la mano de Felipe Melanchthon presentaron una propuesta teolgica conciliadora, la Confesio Augustana, que fue rechazada por los catlicos. El emperador se vio obligado a ponerse al frente de la mayora catlica. La tesitura que se le presentaba era la guerra o el concilio. El emperador no era partidario de la primera, como tampoco lo eran los Estados catlicos, temerosos de que esta engrandeciera el poder de los Habsburgo. Y, en cuanto al concilio, el Papa Clemente VII se negaba a tomar en consideracin las splicas que el Emperador le haca para que lo convocase. A esta situacin sin salida posible,

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    se una el peligro turco, cada vez ms amenazante sobre los territorios Habsburgo orientales. Mientras tanto, los prncipes y las ciudades protestantes haban constituido una alianza poltico-militar de naturaleza defensiva, la Liga de Esmalcalda en 1531. Al ao siguiente, Francia y Baviera catlica, pero enemiga de los Habsburgo- cerraron un pacto en Scheyern con la citada Liga, constituyendo as un poderoso ncleo antiimperial. Con los turcos en las puertas de Viena, y una nueva guerra contra Francia en ciernes, Carlos se vio obligado a concertar una paz religiosa con los protestantes en Nremberg (1532). Se trataba de un acuerdo por un tiempo limitado, pero supona el reconocimiento jurdico de los protestantes como un estado dentro del estado.

    La tregua de Nremberg permiti a los protestantes avanzar en el Imperio. En 1534, el importante ducado de Wtemberg pasaba al bando reformado. Su vecino, Baviera, sinti miedo, y, ese mismo ao, se ali con el hermano del emperador, Fernando. La solidaridad religiosa empezaba a ganar en importancia conforme creca el protestantismo. Cuatro aos despus, en 1538, se creaba, bajo el impulso del emperador, la Liga de Nremberg, rplica catlica a la de Esmalcalda. Dos alianzas militares agrupaban as a los dos partidos confesionales existentes en el seno del Imperio.

    Pero, el emperador todava esperaba que un concilio resolviera las diferencias existentes. As, al ao siguiente, mediante la tregua de Francfort, renovaba los compromisos a los protestantes establecidos en Nremberg. Pareca posible, entonces, un acuerdo. De hecho, al ao siguiente, 1540, con el apoyo de los Electores del Palatinado y de Brandemburgo, convoc un concilio de telogos, en Hageneau, despus en Worns (1541), y luego en Ratisbona (1541), con objeto de salvar las diferencias doctrinales existentes. Su fracaso se debi a la intransigencia tanto de catlicos como de protestantes. A partir de ese momento, Carlos comenz a pensar seriamente en la guerra contra los estados evanglicos. El fin que persegua era, sin duda, la unidad religiosa del Imperio, pero, tambin, su unidad poltica, subvirtiendo su constitucin y convirtindolo en un estado centralizado y hereditario2. Porque, a partir de 1541, Carlos desarroll el ltimo gran intento para realizar su proyecto imperial.

    No obstante, antes de enfrentarse a los protestantes, el emperador necesitaba derrotar a su vieja enemiga: Francia. En 1544, en la Dieta de Spira ofreci grandes garantas a estos con objeto de que le apoyasen contra sta. Los protestantes lo hicieron, y Francisco I se vio obligado a firmar la Paz de Crepy (1544). El Rey de Francia se comprometa apoyar a Carlos contra los protestantes, y le garantizaba una tregua con los turcos, sus aliados. Al ao siguiente, era el Papa el que se aliaba con el emperador, asegurndole tropas y dinero para la futura guerra contra la Liga de Esmalcalda. Sin embargo, el emperador no cesaba en la bsqueda de aliados, atrayendo incluso a jvenes prncipes protestantes, a los que aseguraba territorios si se enfrentaban a sus

    2 El Sacro Imperio Romano Germnico, desde que en el siglo IX se convirtiera en depositario de la Corona

    Imperial de Carlomagno, haba evolucionado hasta convertirse en una monarqua descentralizada, donde el poder radicaba en los prncipes territoriales y donde la eleccin del emperador la figura del emperador era electiva desde la Edad Media- recaa, segn la Bula de Oro de 1356, en cuatro electores laicos el duque de Sajonia, el marqus de Brandemburgo, el conde del Palatinado y el rey de Bohemia- y tres eclesisticos los arzobispos de Maguncia, Colonia y Treveris-. Carlos era partidario de transformar esta estructura jurdica, reduciendo el poder de los prncipes y convirtiendo en hereditaria la monarqua imperial.

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    correligionarios. El ms importante de stos fue el duque Mauricio de Sajonia3, al que se le prometi la dignidad electoral de su primo.

    La guerra comenz en el verano de 1546. Desde el sur, los imperiales avanzaron, destruyendo todos los ncleos protestantes a su paso. En 1547, la resistencia se centraba en la Sajonia Electoral. Pero, el 24 de abril de ese ao, el Elector Juan Federico fue derrotado en la gran batalla de Mlhberg, por las tropas imperiales al mando del duque de Alba. Tras esta derrota, el protestantismo alemn dej de existir como fuerza poltico-militar organizada.

    Carlos estaba en el cenit de su poder. Pero, esta situacin, paradjicamente, iba a provocar el fracaso de sus planes. La reforma del Imperio planteada por el emperador converta a este en un territorio ms de los Habsburgo. Los estados catlicos, sus antiguos aliados, se opusieron a la misma. A estas dificultades se unieron una serie de desavenencias en la familia imperial que rompieron el slido ncleo Habsburgo4, y la actitud del Papa Pablo III, poco proclive a llegar a acuerdos con los protestantes. El sueo de Carlos V comenzaba a derrumbarse.

    Mientras tanto, sus enemigos no se mantenan inactivos. El nuevo rey de Francia, Enrique II se convirti en el polo de la oposicin al Emperador. Italianos, turcos y alemanes se unieron a l, con Mauricio de Sajonia como lder de los prncipes alemanes. La nueva guerra comenz en el otoo de 1551. Al ao siguiente, Fernando acord una tregua con Mauricio en Nassau, que significaba el fin del sistema que los Habsburgo haban querido imponer en el Imperio. Tres aos despus, en 1555, se firmaba en Augsburgo una autntica paz religiosa entre luteranos y catlicos. Fernando reconoca jurdicamente a sus antiguos enemigos, aunque lograba introducir una clausura en el tratado por la cual los principados religiosos no podan ser reformados. Con la misma, los Habsburgo, reyes de Bohemia desde 1526, se aseguraba la lealtad de los Arzobispo-Electores de Colonia, Maguncia y Treveris, y, en consecuencia, la Corona Imperial; pues, los otros tres Electores laicos Sajonia, Brandemburgo y el Palatinado- eran protestantes. Fue un triunfo importante, aunque inestable, que no aseguraba una paz perpetua, aunque si duradera.

    En 1618, protestantes y catlicos volveran a convertir el Imperio en el campo de batalla donde dirimir sus diferencias religiosas.

    2.3. Los enfrentamientos poltico-religiosos en la segunda mitad del siglo XVI.

    2.3.1. Contrarreforma versus calvinismo

    Tradicionalmente, se ha dado el nombre de Contrarreforma al conjunto de medidas eclesisticas y de iniciativas poltico-religiosas en gran parte promovidas por la Iglesia Romana, a fin de atajar la

    3 El duque Mauricio era miembro de la familia Wettin en su rama albertina, y primo del Elector de Sajonia, Juan

    Federico, perteneciente a la rama Ernestina de la misma familia, poseedora de la dignidad electoral. Ambas ramas se odiaban cordialmente porque los albertinos no podan soportar la primaca de sus primos. 4 Carlos quera mantener la unidad de los territorios Habsburgo. Para lograr este objetivo, era partidario de que le

    sucediese su hermano Fernando, y, a la muerte de ste, su hijo Felipe el futuro Felipe II. Sin embargo, el hijo de Fernando, el futuro emperador Maximiliano II contemporneo de Felipe-, se negaba a aceptar este trato, que le postergaba de hecho, de la Corona Imperial.

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    propagacin del protestantismo. Los estudios de Lutz o de Atkinson han puesto justamente de relieve que, ya antes de que surgiera el movimiento luterano, la Iglesia Catlica haba realizado reformas y se haba reorganizado, fundamentalmente en Espaa. Pero sera la aparicin de Lutero la que pondra en marcha la autntica Contrarreforma.

    La primera mencin a la necesidad de un cambio en el comportamiento de la Curia romana se debe a Adriano VI Adriano de Utrecht, antiguo preceptor de Carlos V-, en 1522. Pero, este pontfice holands el ltimo Papa no italiano hasta Juan Pablo II- muri al ao siguiente, sin poder cumplir su objetivo. El testigo sera recogido por Pablo III (1534-1549). Este pontfice, perteneciente a la familia Farnesio, sent las bases para la transformacin de la Iglesia Catlica, permitiendo as su supervivencia, y ms tarde, una gran expansin. Para ello cont con la ayuda de dos grandes Cardenales, el napolitano Gian Pietro Caraffa, y el veneciano Gasparo Contarini. Al segundo se le debe el informe Concilium de emendanda ecclesia, donde se ponen las bases de la reforma de la Iglesia, segn dos lneas de accin:

    1. Acabar con los abusos en el seno de la Iglesia, 2. La reunificacin con los protestantes.

    Aunque la segunda parte de su programa no se cumpli, la primera si fue posible gracias al empeo que Contarini puso en la reforma de las rdenes religiosas tan vilipendiadas por Lutero-, as como en la creacin de otras, como indica Lutz. De ellas, la ms importante fue, sin discusin, la fundada por San Ignacio de Loyola, la Compaa de Jess, en 1534. Gracias a su disciplina, a su centralizacin, pero tambin a sus inteligentes mtodos son los creadores de los Ejercicios Espirituales-, los jesuitas se convertiran en la orden misionera por excelencia en Amrica, frica y Asia, y en Europa, en el verdadero ejrcito del Papa, al que estaban unidos por un voto especial5

    A Pablo III tambin se le debe la convocatoria, en 1545, del Concilio con el que soaba Carlos V para acabar con las diferencias en el seno de la Cristiandad. Su sede se estableci en la nortea ciudad italiana de Trento perteneciente entonces al Imperio-, con objeto de que estuviera a igual distancia de catlicos y luteranos. Pero, el tiempo transcurrido haca que ya no hubiera esperanzas de reconciliacin, pues los evanglicos ya no confiaban en Roma, y el Papa tema el crecido poder de Carlos V. De hecho, tras la derrota de la Liga de Esmalcalda, se traslad a Bolonia, convirtindose en una asamblea que pretenda nica y exclusivamente la reforma de la Iglesia Catlica, geogrficamente disminuida, para hacer frente a los protestantes.

    El sucesor de Pablo III, Julio III (1550-1555) traslad de nuevo el Concilio a Trento en 1551, como gesto de apoyo a las pretensiones de reunificacin del emperador, y all se desarrollara, prolongndose los trabajos hasta el ao 1563, durante el papado de Pablo IV (1559-1565), el primer pontfice de la Contrarreforma. El conjunto de las posiciones doctrinales definidas o confirmadas fue realmente notable, y no lo fue menos la masa de disposiciones practicadas

    5 Todas las rdenes Monstica tienen tres votos comunes pobreza, obediencia y castidad- y uno particular, que la

    distingue de las dems. En los dominicos, por ejemplo, es el estudio, mientras que en los jesuitas, es la obediencia al Papa.

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    acordadas. Se revaloriz la funcin de la plegaria, concebida como un vnculo con Dios que no requera la intervencin del sacerdote. Naturalmente fue confirmada la eficacia de los sacramentos; se conserv el clero como un cuerpo contrapuesto al laicado, y la misa sigui teniendo el mismo carcter de ceremonia piadosa. La figura clave de la reforma catlica fue la del Obispo, quedando prohibida la acumulacin de cargos episcopales. Los seminarios se convirtieron en elemento fundamental de las renovadas instituciones eclesisticas. No se limitaron a stas las iniciativas del campo catlico. En 1568 fueron publicados un catecismo y un breviario, a los que sigui un misal en 1570.

    Esta nueva era del Papado y de la Iglesia, actuando a travs de rdenes, nuncios, obispos educados en Roma y en la cultura romana, y con el rey de Espaa, Felipe II como su ms firme baluarte poltico y militar, se encontr con posibilidades y dificultades muy diversas en cada uno de los pases de Europa y en los territorios de Ultramar. En todos los lugares, como indica Lutz, se impuso la necesidad de opciones y alianzas polticas. Los contrareformistas tuvieron que oponerse con todas sus fuerzas a los protestantes, lo que provoc efectos polticos apoyo de los tericos catlicos al absolutismo regio-, ticos confesionalismo frente a razn de Estado-, sociales mantenimiento de la vieja estructura estamental- y culturales divisin de Europa en un mbito catlico y otro protestante- en el proceso de formacin de la Europa moderna.

    Para hacer frente a esta reorganizacin del mundo catlico, que pronto se convertira en ofensiva, qu medidas tomaron los protestantes? Evidentemente, las confesiones reformadas era ms variadas, e indudablemente, menos compactas que la catlica. La doctrina luterana haba mantenido la bandera de la reforma durante toda la primera mitad del siglo XVI. Sin embargo, era una confesin demasiado alemana para enfrentarse a la ofensiva internacional que iba a lanzar la Iglesia Catlica. Los evanglicos necesitaban otro polo, de carcter ms internacional, y lo iban a encontrar en Ginebra, la ciudad donde Calvino fund la ms floreciente de las confesiones evanglicas6.

    Jean Cauvin naci en Noyon (Francia), en 1509. Como estudiante en Pars, Bourges y Orlens, Calvino profundiz en la cultura jurdica y humanstica de su poca y entr en contacto con los escritos de los reformadores alemanes. En 1534 renunci a una prebenda eclesistica; a causa de la creciente gravedad de la persecucin de los protestantes abandona Francia. En 1535 dedica, desde Basilea, la primera edicin de su Institutio religiones christianae a Francisco I, con el nimo de ganarlo para la causa de la Reforma. Entre 1536 a 1541, en Estrasburgo, junto a Capito, Bucero y otros representantes del protestantismo urbano del sur de Alemania. Durante su participacin en los coloquios religiosos de Works y Ratisbona en 1540-1541 Calvino se familiariz con los problemas del luteranismo alemn. En el otoo de 1541 acept la invitacin de regresar a Ginebra. La ciudad ya haba optado anteriormente por el protestantismo y se convertir ahora, hasta la muerte de Calvino en 1534, en el punto central de su accin reformadora.

    6 La religin calvinista, la ms extendida geogrficamente de las confesiones protestantes, recibe varios nombres

    en la actualidad: reformada, presbiteriana, puritana, calvinista, etc. Est presente en los cinco continentes, teniendo un gran peso histrico en los EE. UU.

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    Las Ordonnances ecclsiastiques del 20 de noviembre de 1541 muestran un ordenamiento de la comunidad ciudadana que no slo contemplaba la regulacin del culto sino, tambin y sobre todo, la estructura organizativa de la ciudad y la disciplina eclesistica. A diferencia de Lucero, Calvino vea en la doctrina teolgica pura, combinada con la ms rgida disciplina de la comunidad de fieles, el mejor camino para la imposicin del honor de Dios. Los rganos de la comunidad cristiana pastores, maestros, diconos y decanos7- eran elegidos para funciones exactamente determinadas. La identidad de objetivos completa cristianizacin de la comunidad, con control de los domicilios, tribunal de las buenas costumbres, prohibicin del baile y de los juegos de naipes- uni a Calvino con el zwinglianismo todava activo. Pero frente a las tendencias, visibles ltimamente en ste, hacia la opcin de la iglesia estatal, Calvino y sus seguidores subrayaban la autonoma de la organizacin eclesistica. Se trata as de una teocracia en el sentido de supraordenacin de la Iglesia respecto al Estado. Es la autoridad civil la que, conforme al ejemplo de la Antigua Alianza, debe atender a las indicaciones de los profetas de Dios.

    A la reorganizacin del orden interno correspondi el crecimiento de la influencia de Ginebra en todos los campos. Cuando ms difcil resultaba la situacin para los protestantes en Francia, en Italia, en Inglaterra y en los Pases Bajos, tanto ms intensa era la afluencia de prfugos religiosos hacia Ginebra. La propaganda calvinista comenz a actuar en toda Europa a travs de la obra de los telogos educados en Ginebra y luego reenviados a sus pases, y mediante la difusin sistemtica de obras teolgicas. La fundacin de una academia teolgica, bajo la direccin de Teodoro Beza, llev en 1559 esta evolucin a su mximo esplendor. La lite del protestantismo europeo se reuna en Ginebra y all adoptaba el espritu del servicio militante para la defensa de la palabra de Dios y la preparacin espiritual para el martirio. Cuando en 1564 muri Calvino, su obra se hallaba en pleno florecimiento.

    La nueva confesin creada por Calvino provoc cierta tensin entre los luteranos que, durante buena parte de la primera mitad del siglo XVI, haban dominado el mundo protestante. Inicialmente, se intent establecer un sincretismo luterano -calvinista que termin en un fracaso, tanto en el siglo XVI como en el XVII. La Confessio Helvnica de 1566 seal ya la ruptura entre la iglesia de Lutero y las fundadas por Zwinglio y Calvino. Las principales divergencias se centraban en la doctrina eucarstica8; y adems, los luteranos admitan que Jess haba muerto para redimir a todos los hombres, y que no aceptaban la inexorabilidad de la predestinacin.

    7 Los pastores o ministros, rgidamente seleccionados, tenan como funcin principal la de la predicacin y

    administracin de los dos sacramentos bautismo y eucarista-, como rplica al sacerdocio institucional catlico. Son la base de la Iglesia calvinista. Los ancianos son los encargados de velar por la disciplina y de decidir en los asuntos dogmticos. Los diconos se encargan de la asistencia a los pobres y a los enfermos. Por ltimo, los doctores son los encargados de la enseanza. 8 Para los luteranos, en la eucarista se produca la transformacin del pan y el vino en el cuerpo y la sangre de

    Cristo (Transustanciacin), lo que supona aceptar los principios de la Iglesia Catlica en este aspecto tan importante. Por el contrario, Calvino consideraba que en la eucarista haba una presencia de Cristo espiritual y no material. En consecuencia, el pan y el vino no son el cuerpo y la sangre del Hijo de Dios sino slo un medio para infundir la gracia en las almas redimidas.

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    La consecuencia de esta divergencia fue un alejamiento paulatino entre calvinistas y luteranos. Alejamiento que ya es patente durante la Tregua de Augsburgo (1555), donde los luteranos no consideraron a sus hermanos calvinistas dignos no slo de participar en la redaccin del tratado, sino de figurar en el mismo. De hecho, a partir de ese momento, y a pesar de los intentos posteriores de unificacin, entre los seguidores de Lucero se extendi la frase de Antes papistas que calvinistas que demostraba no slo el odio, sino tambin el temor, ante una doctrina que siendo tambin protestante, era ms vigorosa que la suya.

    Por ltimo, no podemos dejar de citar la relacin que se ha establecido entre el calvinismo y el capitalismo. Esta tesis fue establecida por el socilogo Max Weber en su obra La tica protestante y el espritu del capitalismo, y se basaba en que el estilo de vida derivado del calvinismo, especialmente en el mundo laboral el xito en la vida profesional era consecuencia de la gracia divina-, creo un tipo de empresario desligado de las cargas de conciencia que afectaban a los catlicos que se dedicaban a cualquier negocio, especialmente las finanzas. La consecuencia fue que progresivamente desaparecieron en los pases de fuerte presencia calvinista, las condiciones econmicas precapitalista siendo sustituidas por un nuevo sistema econmico donde el lucro personal constituye su base principal.

    Este planteamiento ha sido criticado desde entonces. Entre los autores que lo han hecho, destaca el historiador britnico R. H. Tawney, que demostr que en regiones catlicas, como el Norte de Italia, tuvo lugar una evolucin similar a la de las zonas calvinistas, afirmando que la reforma en su conjunto supuso un cambio en los modos de vida de Europa.

    Como conclusin, y tal como seala Lutz, el debate sobre la relacin entre calvinismo y capitalismo sigue abierto, constituyendo uno de los temas ms fascinantes de la temprana Edad Moderna.

    2.3.2. La ofensiva calvinista: Las guerras de religin en Francia.

    El enfrentamiento entre protestantes calvinistas fundamentalmente, pero tambin luteranos- y catlicos se desarrollo en toda Europa. Los catlicos vencieron a sus rivales en Polonia, donde el calvinismo fue exterminado; en Hungra, pas en que lograron detener su influencia, aunque no lograran extirparlo, y en Suecia donde iniciaron una labor de recatolizacin del pas que estuvo a punto de tener xito. Tambin en Austria y en el Imperio Romano Germnico, los contrarreformistas catlicos, liderados por los jesuitas, y apoyados financieramente por los Habsburgo, tanto espaoles como austriacos, y por el muy catlico ducado de Baviera, lograron imponerse en el Oeste del Imperio, asegurando la zona renana y los tres electorados catlicos, a pesar del intento luteranos de arrebatarles Colonia (1582-1583), y lograron poner coto al aumento del protestantismo en los territorios patrimoniales de los Habsburgo en el centro y este de Europa.

    Por su parte, los protestantes no observaron estos movimientos con los brazos cruzados, sino que, por el contrario, aseguraron sus posiciones e intentaron tambin aumentarlas, destacando en esta labor los calvinistas. En el seno del Imperio, la poltica ms agresiva correspondi al Palatinado,

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    convertido a esta religin, y claramente contrario a la entente que, a pesar de algn episodio aislado, exista entre luteranos y catlicos. Pero fue en la Europa Occidental, en Francia y los Pases Bajo, donde la ofensiva calvinista iba a tener una fuerza mayor.

    Tras la muerte de Enrique II (1559), Francia haba de convertirse en campo de experimentacin de las luchas confesionales europeas. Una prolongada crisis del Estado, como consecuencia de la debilidad del poder central; la polarizacin confesional en conexin con los ms diversos grupos e intereses polticos, sociales y regionales; graves enfrentamientos ideolgicos-teolgicos y la poderosa intervencin de fuerzas poltico religiosas del exterior (Espaa, Roma, Inglaterra, los Pases Bajos sublevados) constituyeron el marco de referencia de las guerras de religin en Francia. Slo en los aos 80 conseguir Enrique de Navarra aglutinar de nuevo en torno suyo las fuerzas polticas y sociales. La reestructuracin de la monarqua francesa surgida de la guerra civil mostrar, en ms de un sentido, un nuevo tipo de estatalidad.

    El protestantismo haba hecho grandes progresos en Francia antes de la muerte de Enrique II, gracias a la influencia de Ginebra y Calvino, cuyos seguidores seran conocidos en Francia con el nombre de hugonotes. El acceso al trono de Francisco II, un joven enfermizo de 15 aos, en 1559, dio alas a los protestantes, que se extendieron por el Sur Languedoc y Navarra-, el Oeste y el Centro del pas, tanto entre la alta nobleza como entre el patriciado urbano y los terratenientes. Esta expansin calvinista fue acompaada por la creacin de dos grupos de