svadeeshi - artesanía no violenta

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Título: Svadeeshi, artesanía no violenta = llaqta pi ruasqa. Autor: Gandhi, Mohandas Karamchand Responsabilidad: José Espinosa Ch. Número de clasificación: 680/G1956s Lugar de publicación: Quito Editorial: IADAP Fecha de publicación: 1990

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MüHANDAS KARAMCHAND GANHOI

ARTESA."l IA NO VIO LENTA

=SVADEESHI = Llaqta pi rllas'l;!

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INSTITUTO ANDINO DE ARTES POPULARES DEL CONVENIO ANDRES BELLO

SEGUNDA EDICION

Director Ejecutivo : Eugenio Cabrera Mcrchán Supervisión editorial : Víctor Manuel Guzmán Levantamiento de textos : Nclly j iménez V. Diseño y Cub ierta : Wilfrido Acosta P.

Impreso en : Departamento de Promoción y Difusión del IADAP INSTITUTO ANDINO DE ARTES POPULARES, 1990 Diego de Atienza y Av. América Quito - Ecuador

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RECITACION DIARIA DE GANm ¡

ABJUNA.- D im e ioh Krish na ! , tú q u c po se es la sa lu .lu r t .. _. •,:¡[ ,' , la ca ra c­

tcr ís t ica del sab io d e m e nt e f irm e que p crma ncce f ijo , 1\ " 1 m plació n? é Có rno se com po rt a ? ¿CÚIllO p ued e d ist ingu í rse lo d e I, Ii ...m b res?

I<RISHNA.- Sab e i o h p rín c ip e ! qu e cu a nd o un ho rnh r. I d " ,1:: 1.. , laz os

del d ese o y halla sat isfacció n en su interno Yo , :t k an, ' 1 , 'kn a consc ie nc ia

esp ir it u a l.

Sa b io e s qu ic n no se con tu rhu e n L! d e sg r :l c i ~ 1. n i ,, ' " '. ' 1<' e n la prospcri­

da d .

lIa d esc ch ado la c ólc ra , cl t em o r el te d i.. " '¡¡ ,,, .. d o s viej o s.

U n hom b re así nu se inmuta por \0 , <u c cso-. ,k " · ' .Il , I. L, ,, ..

bies o ad ve rso s. El a¡!: rad o y el d esag rad o 110 le a le a I1l a t " . , C lll' a p ";:o a

co sa alguna.

E l <¡lI C a lcunza e l vc rd.u lc ro co n ocrrn ic n to c sp in r u : "' r t u ­

ga qu e ret rae sus mi em b ro s ha jo la capara vón, 1'11es le .. , u s 1

fa cult ad es scn so n ns de lo s o bjc ro s d e se ns ac ió n, y a pa r! 1." , -ncs

d e l m undo o bje t ivo prot egid o po r la an u .rd ura <i d h"

Cie rt o es y u e a lo s eapa ees J c rl'1rl ll,H lo s ~<' J1 ' 111 . oI l1 ~

el de SI' (-' lI ,' scnsac ió n.

Pe ro q u ¡cn d esc ub re su Y o i utcru o no ' 11( ,... 'v n l ~ 1 . 1 l1" " ,. i 11 i k ,1 11 . . n

las tcn ta c io n cs, pues t en tac io u cs ~. J . ·l' <\S , ,, ,, I' ,¡rol (. \ COlll '.' mcl.}. ,j¡ ;" 1'.1l1a

p o r lo s cá lid os rayos d el so l.

El q ue se ahsric ne pu cd e, en ,l lgullilS (}Ca Si P IH" ; \ ( 'I' .~e .I , ..m ct r '. , p O I u n

t urn uh uoso d eseo q ue h au a fra casa r su reso luci ón pe1" Sdh e '1 " ;' el ve rd ad e ro

Ser es la n ir. ¡ rca llll ad; es du eño d c su s se ntid os y (it-,e (ls. 1.0 irreal no exi s te ú

p:lfa él.

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de la (BRAGAVAD) GITA

Quien permite que su mente se apegue a los objetos de sensación, queda de tal modo envuelto en ellos que termina por exclavizarlo.

Del apego surge el deseo, del deso la pasión, de la pasión la insensatez, de la insensatez la apetencia sin freno.

De la apetencia desbocada resulta el olvido, del olvido la falta de discer­

nimiento, y de ésta la pérdida de todo lo demás. Pero alcanza la paz quien , dueño de sí mismo, obra sin placer ni repug­

nanc ia, pensando solamente en el Yo. En esta paz, que trasciende toda comprensión, se libra de las tribulacio­

nes de la vida. No hay conocimiento posible para quien no logra esta paz, pues sin paz

no hay serenidad y cunda ésta falta, éc ómo puede haber sabiduría? Sin paz , los deseos sensuales ofuscan el entendimiento. En verdad ioh príncipe! sólo posee la sabiduría aquel que tiene los sen­

tidos abroquelados contra los objetos de sensación, por el protector conoci­miento del Espíritu.

Lo que para el vulgo es luz, es tiniebla para el sabio. y lo que al vulgo parece negro como la noche, es luz meridiana para el

sabio. Esto significa ioh príncipe! que para el sabio es ilusión lo que a la gene­

ralidad de las gentes les parece realidad. y que lo que a las rn últitudes les parece ilusorio es para el sabio la única

Realidad. ITanta es la diferencia de visión entre los hombres!

Logra la paz aquel cuyo corazón es como el océano en cuyo lecho desa­guan todos los ríos sin desbordarlos.

Siente el aguijón del deseo y la pasión, pero no logran conmoverlo. Quien cede a la voluptosidad no logra paz .

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INT RODUCCION :

LLAQT A PI RUASQA

En todo el mundo es con oci do y respetado Moh andas Karam­cha nd ("Mohan" para su fam ilia) Gandh i, el pe nsador y refo rma­dor hindú. En e l vasto ám bito del habla caste llana Gandhi es más respetado que conocido . Po r ello le sue len atribui r hechos y dichos jamás concebidos po r é l. Deb ido a d icho desconocimiento, esta selecc ión de "Sva desh i " descu bre una faceta previamente insospechada de su interés en las artesanías. Au n los espec ialista s en la materia pueden sorprenderse "z.Córno? ¿Es que Gandhi tamb ién tra tó sobre ar tesan ías?" .

En realidad la vida de Gand hi fue la de U ll artes ano, pues gran part e de su tiem po h ilaba en lo que él llamaba su "lírica rueca". Al hilar se reflexiona mejor y a la vez se frabrica lo que necesita­mos para vesti r.

Por eso ex isten intereses creados con el afán de desplazar la artesanía de la rueca como tecno logía t rad ic ional del Tercer Mun­do. Muchos en los países de habla hispana piensan que lo mejo r para progresar es impo rtar tecnologías foráneas, Estas eran prime­ro "duras, costosas, compl icadas y contaminantes" . Luego fueron "blandas y limpias" . Estas ú lt imas igualmente refuerzan la depon­dencia tecno lógica de Occidente a pesar de las buenas y acaso más amplias intenciones. En cambio, Gandhi propu gnaba la tecnoloqi: ind (qena. Aquella inventada, perfeccionada y exper imentada e n casa, en la propia India , cuando ésta era realmen te independ ient e y calificada como el " pájaro de oro del Oriente" . Se le llam ó as í, grac ias a su habilidad y desar rollo de sus propias arles , como ocu rrie ra en t odo el mu ndo, antes de que rer imp ortar las formas

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de hacer las cosas de Occidente . La esencia de este mensaje gandhiano reside posiblemente en esto": resucitar nuestros propios métodos y procedimientos indígenas. Pero esta antología no es solamente un mensaje. Proclama también una doctrina, una manera de hacer las cosas, un estilo relegado en América del Sur hasta hoy. Leamos al propio Mahatma en su texto o riginal, ev itan­do int erpr et ac iones. La palab ra de Yolanda Sala Báez de Solari ha sabido conservar la frescura y la belleza del inglés a veces bíbl ico que empleaba Gandhi en sus escritos.

En los textos mismos se encontrará el significado preciso del adjetivo y sustantivo "Svadeshi" del cual Gandhi fue el rer-descu­br idor. Traducir "Svadesh i" es difícil, pero el quechua puede bien reemplazar muchas veces al gr iego antiguo que le daba ra íces al castellano y a otras lenguas románicas. Como andinos confo r­mamos una palabra que responde a nuestro parecer a este con­cepto hinduísta de Svadeshi": "lIagta" (pueblo, villorrio, lugar de origen), "pi" (que indica posesión o "mi") y "ru asqa" (del verbo ruray • hacer, o sea hecho, fabricado). Resumiendo, Svadeshi correspondería a "fabricado en mi terruño", con aroma de mi pueblo, cua l los sabrosos e inolvidables dulces caseros de mi niñez. O como las abrigadoras, enormes y olorosas frazadas huarnanqui ­nas de lana de borrega chusca, que nunca se olvidan. Para nosotros, todo ello sería "Svadeshi"". Pero regresemos a las fuentes, veamos lo que el prop io Gandhi escribió sobre esta acepción, con la senci­llez rot unda propia de él.

Ya que éste es uno de los propóstios de esta publicación: que esos vientos de la India lleguen a soplar sobre nuestra casa and ina, en la cu al todos quieren hacer una mejora o hacer le un agregado. ZNo sería mejor volver a pone r las antiguas y hermosas tejas be rmejas fabricadas po r los alfa reros de m i prop io pueblo?

Los que hemos comenzado este trabajo cooperativo, y sin fon­dos, de hacer accesib le a los castellano-parlantes parte de la obra del " Bapu" = Gandhi , somos natu ralmente conocedores de parte de sus escritos y anhelamos segui r su "ejemplo imperat ivo". El objetivo principal de esta publicación es divulgar su epopeya. Además creemos que esta antología es un aporte valedero al plan­teamiento de la problemática artesanal y al mejoramiento endó­geno de nuestras sociedades "tercermundistas". Tanto los pobla­dores de la India (los "indos") como los amerindios, antes de ser conquistados, vivían en sociedades en las cuales la alimentac ión popular era suficiente y la práctica de técnicas artesanales insupe­rable.

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Esta selección la f ot ocopió José R. Sabogal Wiesse du rante una esta ncia Fulbr ight en la Universidad de Aus t in, T exas, EE.UU . Para ello revisó 25 t omos de las obras comp letas de Gandhi , t raba­jo monumental de 100 tomos pu blicado por el gob ierno de la India . Y a en el Perú , la t raducc ión la realizó la antropó loga Y olan­da Sala Báez de Solari , conservando el sabor especia l de los or igina­les. Todo esto f ue posible gracias a un aporte imp ort ante del Insti­tuto Indigenista In t erameri cano de Méj ico.

L a pr imera ed ici ón deb e mu cho al Pro fesor Boane rges Mideros, la segunda al nuevo di rect or del Inst it uto A nd in de A rtes Popu­lares ( IADAP) en Quito, Ecuador, del Convenio Cul tu ral " A ndrés Bello ' del Pacto Andi no.

Nuest ra obra surgió inesperadamente cuando sol amente había el propóst io de hacer con ocer alqo necesario para la América nues­tra, y es úti l en el rep lanteo de la problemát ica ar tesanal. A demás, lo que estam os pro pagando es bel lo, vigor oso Po indígena y, por lo ta nto, universal.

En Svadeshi (pronunc iado " svadeeeshi"}. en aquello que Gandh i dejó escrito sobre la tem át ica artesanal se aprec ian alquna, caracte r ísti cas especialment e valiosas para los pa íses and in os. Ese concepto p redi lecto de Gandh i sigue vi qento en su actuali dad y ut il idad hoy en Amér ica L atina.

En pr imer lugar, cabe reiterar su i rsistencia en el carácte r endógeno de desarro ll o que prop one. No es un irnp or tedor de tecno logía s, que es en lo que se ha converti do el T rcer Mund o , n i tampoco propugna aprender del Occidente. Más bien recuerda aquel los mejores tiempos tiRi a Ind ia V sugiere r<:!so::atar precisamen­te lo que antes se hací a, de acuerdo al modo de prod ucción de ento nces. Prefer ib le a la sit ua c i ón col onial en la cual se eIICOII ­t raba, y cuyo rum bo lo decidían los ext ranje ro s: la admi nistr a­ci ón co lon ial ing lesa , la cual le interesaba muy ' -rne r-te sacar pr ovecho del imper io a su órde les. El mé todo que propugna Gandhi es la mej or manera de defe nderse del col onial ismo, y de la sujeci ón tecno lógica consiquiente rle los pa íses )01ít icamente depen dientes.

En segundo lugar, el Énf aSIS qu e Gandh i pone en el cu l tivo de las propias tecnolog ías indígenas, or igin a una revaloración de la propi a cultura. En muchos de sus pár rafas m achaca y reitera, que las poblaciones coloni ales deben apreciar el valor de sus p rop ias realizaciones, y qu e el mu ndo en el cual viven y a lo domest icaron y adaptaron ell as m ismas. Es como con la qu inua (chenopodi um quinoa ) y la f ibra de alpaca de los Andes, ambos logros de civ i l iza­

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cienes milenarias. La Humanidad entera casi no ha descubierto un grano tan rico en proteínas y aminoác idos como el de la quinua, que además está domesticada, y se encuentra perfectamente adap­tada ai cultivo en lascondicicnes difíciles de : alt lptano. Tampoco existe una fibra de animal domesticado más fina que aquella que produce la alpaca, camél ido sudamerlcano, que vive a alturasque son inapropladas para especies animales importadas. Pero esta nsta en los Andas es tan larga y mayor que aquella que podría elaborar­se de las tecnologías ind ígenas da la Ind ia, dado que ambos lugares son "Centros de Cultura". como hubo muy pocos en todo el mundo.

No olvidemos, en tercer lugar, QU2 la práctica de "svadeshi" implica también costos bajos de producción; que no requiere una capacitación meticulosa, y menos aún importac ión de maquinaria o herramientas. Y que conlleva el recuerdo de una práctica de las propias artes y oficios, de \ terruño y de nuestros abuelos.

En todo este mensaje de Gandh i, existe un factor que no siem­pre se menciona, sobra todo entre políticos y entre tecnócratas . Aquello que él dice tiene belieza y cautiva. Eso lo reconoce quien lo lee. y se va apasionando pr oqresivarnente con su lectura. Todos terminan diciendo,como uno da sus grandes y más empecinados enemigos, un terrible virrey inglés de la India a cornlanzós de la década del 20: '" lave himl". Nos lo dijo también la traductora de "svadeshl", quien sólo sabía de su existencia de oídas. T~ lo advierten aquellos que temen encontrar en este mensaje algo dife­rente. los que recelan competencia poi ¡tica. En verdad, el carisma de Gandhi es irresistible, y en vida era realmente capaz de mover montañas, lo cual constituye un simple y llano hecho histórico.

Esta belleza, presentada en un lenguaje que le es extranjero {el suyo materno fue el gudjerati en el cual escribió su autobiografía y al cual tradujo el cuento "Iván el Loco" de TOLSTOY. aunque escribi6 casi todas sus comunicaciones en HINDUSTANI, idioma mestizo hoy en desuso que se encontró salpicado de térmi­nos persas y sáncristos). sin embargo, es innegable que en inglés se expresó con claridad. Yo creo que Gand hi era astuto como un abogado. Pab lo Neruda lo encont ró " un zorro viejo" cual nuestros líderes criollos". Su astu cia, nos atrevemos a atr ibuirla al hecho de que por su boca hablaba aquello que acer tadamente se denomina la vocecita interior, es dec ir la que proviene de l fondo de! alme misma. Y en s ilo coincide con la ad monición de otras filosofías Import an tes como la h lndu í a y la risti ana, que recomienda hablar con el co razón en la boca. Gand hi hablaba la verdad rotuno

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da aunque le perj udicara. Era la verdad inherente a su "maya". Es decir, a la realidad social que el supo vivir y afrontar. Su hones­t idad otorgó belleza y relevancia actual a su v ida y obra.

En la sit uación colon ial en que v iv ió, alguien dij o que " el len­guaje se inventó para esconder el pensamiento" , sit uación que se repi te en aquel los países sujetos a una sit uación de dependencia econ ómica. L os que en ellos v ivimos, sabemos que lo más imp or­tante en nuestra realidad es llegar a llamar a las cosas po r su nom­br e, a " deci rle al pan, pan y al vin o, vino ", como establece ese aforismo del castell ano vi ejo ; Esto expl ica a l' qué los así llama­dos "maest ros" universi tari os carecen de cl ien te la est ud iant i1, que se la l levan los poI íticos; tamb ién del éxi to del escrito r colom­biano Gabr iel García Márquez que no es un creador de ficc iones sino es alguien que describe sit uaciones reales. Gandhi , para los pol ít icos ingleses colon ial istas, encumbrados y victorianos a tras­mano, era un inventor de supercher ías, hasta que le escucharon o leyeron. Ent onces callaron y le bebieron más y más. Por eso lo t raducimos al castellano.

* * * * * * * * * * * *

El descon ocim iento generalizado que se t iene sobre Gandhi y su doctrina en el mundo de hab la castellana, nos llevó a preguntar­nos repetidamente: ¿Qué uti li dad tien e un trabaj o como éste? Creemos que mucha. Usted como lect or lo const atará de ser ciert o.

El pensamie nto y obra de Gandhi, tie ne una fuerte e innegable con no tación f i losóf ica, r conocid as y aplicadas en accio nes poste­riores en to do el p lanet a.

La insistencia del propi o Bapu ( ::: padrec ito) en el trans fondo rel igioso de su prédica se trasluce inc lusive en que denom inó a la "G ita" (en l ibr it o sacro de los hindúes) " m i gramát ica ét ica" y " m i madre ". Pero sobr e t odo insistía en una tolerancia y mutua acept ació n de t odas las religiones, al deci r que cada hombre "tiene su propia religi ón, y para vivir en paz t enemos que acept arnos así como somos. Es decir, que volvía siempre a un principio ant i-­colonial, ant i - expansivo y hasta me atre vería a deci r ant r- Occi ­dental del siglo X IX : Respet emos las ideas de los demás y que cada cual busque su reafi rm ación en sus propi as fuentes. En el curso de algunos capít ulos de " svadeshi " habremo s de ver repet ido este con cepto.

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La utilidad y, más aún, la necesidad de un mensaje gandhiano en el mundo andino actual, se refiere precisamente a su insistencia en lo' ind ¡gena, en una revalorización de lo propio, en un rescate de las técnicas y acciones del lugar, del terruño, de la región, nues­tras y apropiad ísimas.

**********

¿Es acaso I[rica la rueca?, se preguntan los que creen en el progreso a pie juntillas, importado, con maquinaria fabricada en el Primer Mundo, y con las promesas de un mundo de abundancia sensual , que nunca nos acaba de llegar. Al menos así es para nues­tra generación y, según los agoreros de las ciencias sociales, tam­poco lo verá la siguiente. Este Tercer Mundo está tremendamente empobrecido, y lo están empobreciendo más aun. Aquella India de Gandhi era realmente una madre pobre. según la calificara él alguna vez. Hoy en día, los Andes enteros se encuentran también en la pobreza, con grandes masas que están dejando fa rueca o "pushka" quechua, así como la práctica de sus artesan ías tradicio­nales. A todas estas masas se les ha encandilado con el bullicio de la radio, la televisión y otros medios de comunicación modernos para masas. Son multitudes de campesinos que se sumergen en los ruidos metálicos, mecánicos, agobiantes, de la civilización occiden­tal. La propia UNESCO publica estudios y opiniones sobre la contaminación de ese ruido industrial, estridente, enajenante y por encima costoso, que va invadiendo los A ndes y el Tercer Mundo Entero. Es por eso dable, en cualquier campi ña, encontrar la radio prendida, mientras que el campesino va arando o el alfarero labra el barro en su obrador.

y lo necesario es regresar precisamente a la rueca, a su canto, a su ritmo, a su compás ya su creatividad. Y a su productividad que no necesita buscar mercado, pues lo tiene desde ya . Por eso, la rueca, amén de ese lirismo necesario que recomendaba el Mahat­ma, es claramente utilitaria, para conservar lo más preciado de este planeta: el hombre en su propia etnicidad, con un "Maya" que sea producto de su "Dharrna".

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Lo que no fue: Toda la doctrina sobre "svadeshi" hace pensar en lo ocurri do

en el Valle del Jequetepeque en la costa norte del Perú, en lo que va del siglo XX. En donde precisamente se hizo lo contrario, donde se Ignoró lo que dijo Gandhi, y donde se sigue creyendo en cierto "progreso" espacioso e Ignaro, que j amás llega para las multitudes. La histor ia de las últimas dos generaciones puede resu­mirse en unas cuant as apreciaciones, que reiteran los propi os labrant fas y las aguas de regadío en manos de men os y menos empresas agrícolas. Dicha concentración de la propiedad fue favo­recida po r el maquinismo y el monocultivo del arroz, L o cual condujo a la dest rucción de la propiedad y de la economía campe­sina tradicional , para reemplazarla por agricultura del tipo de plan­tación . Pero esto no implica mayores rendimientos , pese a la exportación creciente de arroz, sino todo lo contrario. El vo lu­men de la cosecha ha decrecido, lo cual ha sido acompañado por un alimento de menor calidad que los frijo les, maíz y frutas qu e se producían antes de este proceso de modernización. Este fue acompañado por la emigración de los peque ños agricultores nat u­rales del valle, así como de la inmigración de asalariados agr íco las, con el deterioro consigu iente de la cultu ra milenar ia indígena del propio valle del Jequetepeque. Una de las manifestaciones más notorias en este campo es la supresión paulat ina de algunas artesa­nías tradic ionales, así como la extinción de otras . Esta verdadera "deculturación" está acompañada de desertificación progresiva, insatisfacción general y mayor pobreza. AII í ocurri Ó lo cont rario de lo que propugnaba Gandh i.

I<'ONRAD BORST JOSE R. SA BOGA L WIESSE

Lima, octubre 1981

PREFACIO DE LA SEGLJNDA EDICION

Durante la revisión de esta segunda edi ción no contamos con la versión original en inglés. Por ello esperamos i r perfecc ionando el

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texto progresivamente y con cada edición. Queremos ser útiles a nuestros lectores, para quienes José Sabogal cam inó infatigable­mente, recopilando, transcribiendo y escribiendo estos conoci­mientos vernáculos, en la tradición de su célebre padre, el pintor del mismo nombre a quien pusieron de mote "el indigenista". José Sabogal falleció en 1983 y Ziunia su compañera y esposa polaca en 1986. Los sobreviven sus tres hijas Isabel, Ana y Mar la. y sus nietos. Ellas continúan el legado de sus recordados padres en variadas formas, sea publicando y ordenando los esc ritos del padre (Isabel S. de Málaga, Alcanfores 340-101, Miraflores, Lima 18 actualmente becada en Polonia "Gontyna 10-1, 30-203 Krak ów") o dirigiendo el jardín infantil de la madre. Es bueno recordar finalmente que, consecuente con su obra, Pepe se hizo alfarero, aprendiendo el oficio de unos maestros piuranos, durante los últimos años de su vida.

2 de octubre de 1988

Konrad Borst y Profesor Azril Bacal KB, "Aaraustr. 26, D-741O Reutlingen, RFA" y

"clo CEPEI, Los Zorzales 250, Callao'-2, Perú"

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SOBRE GANDHI: Una breve presentación

GANDHI "El primer princip io de la acci ón no-v io lenta, es n o cooperar con nada que sea humill ant e", M.K. "M ahatma" Gandhi ("Mohan" , después " Bapu"

para sus fam iliares) nació el 2 de octubre de 1869 en Porbandar, un pueblo costero de la India , al norte de Bombay, En 1888 f ue a Gran Bretaña a estud iar derecho. Leyó a!l í por primera vez parte de la Biblia y quedó particularmente impresionado por el Serm ón de la Montaña con su mensaje de "no oponerse al mal" .

Retornó a la India en 1891 pero no destacó como abo gado deb ido a su t imidez, a pesar de que no se dejaba atropellar . Fue así com o en 1893 aceptó un puesto en Sudáfrica, repre sentand o los intereses de comerciantes de su pa ís. Al poco tiem po de su llega da, experimentó en carne propia el racismo de Sud áfr ica, cuando fue echado del compar ti ment o de pr ime ra cl ase en un t ren debido a que un blanco obj et ó su presenc ia, a pesar de que Gandh i tenía un pasaje de primera clase.

Gandhi se unió a sus compatriotas defendiend o sus derechos y fue en esta lucha que desarrolló las técnicas de la no-violencia que usaría después en la India. En 1897 se opuso a los injustos impuestos con que se gravaba a los trabajadores de la India y los sol iviantó para que se les reconociera el derecho al sufragio. En 1904 fundó la Granja Phoenix en las afueras de Johannesburg, una comunidad donde empezó a practicar la vida sencilla de comuni­dad, que continuó en una nueva comunidad, la Granja Tolstoy, cinco años después.

Hab ía intercambiado cuatro cartas con el anciano Tolstoy que, rebelde contra la Iglesia, en la lejana Rusia pre-revolucionaria, había redescubierto la no-violencia por su lectura independiente de los evangelios.

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En 1907 inició una campaña contra las leyes que obligaban a los indios de todas las religiones a inscribirse si deseaban vivir en Sudáfrica. 30.000 "hindúes" (musulmanes, parsis, etc.) Quema­ron públicamente sus tarjetas de inscripción. En 1913 tuvo lugar otra gran demostración contra la discrim inación racia l, en la cual Gandhilogró que un contingente de mujeres ind ias marchara ilegalmente por la frontera desde el Transvaal hasta los yacimien­tos carbonfferos de Natal y, una vez allí, persuadieron a los mine­ros a que entrasen en huelga. Para entonces Gandh i estaba ya convencido del poder que ten fa la desobediencia no-violenta para hacer Que la gente tomara conciencia de las injusticias.

Gandhi y muchos de los que participaron en la demostración fueron arrestados, pero esto provocó que los mineros que aun no hablan entrado en huelga, lo hicieran. El gobierno replicó casti­gando a Gandhi y a los mineros en forma salvaje, golpeándolos sin piedad. El clamor que siguió a esta respuesta obligó al primer ministro Smuts a negociar con Gandhí, y el resultado se plasmó en la Ley de Compensación a los Hindúes de 1914, mediante la cual se retiraron muchos de 105 gravámenes a los trabajadores indos (preferimos llamarlos "indos" pues así incluye a 105 musulmanes y a otras religiones indas).

Gandhi regresó a su país, convertido en un experimentado propagandista polftico. Fundó una nueva comunidad,un "ashram" en Ahmdabad . Quienes vivían en su "ash rarn" , tenfan Que ser partidarios de la no-violencia y honestos, debían trabajar en el campo e hilar para ganarse la vida y no tenían ni sirvientes, n i bienes personales. En el ashram las mujeres disfrutaban de completa libertad y de iguales derechos; había una tata! tolerancia religiosa y se ignoraba el sistema de castas. En el ashram había algunos matrimonios y muchísimos niños. Gandhi siempre se opuso al sistema degenerado de castas en su país, especialmente a la tradición que convertía en "intocables" a algunas tribus de basu­reros que recibían un trato inhumano.

Gandhi participó en las campañas sindicales de ayuda Ji los trabajadores de la India . La primera en que tomó parte fue para ayudar a los campesinos que trabajaban en las plantaciones de Champáran en Bihár. Estos trabajadores eran sumamente explota­dos por los dueños europeos de las plantaciones. Cuando Gandhi llegó a la región la policía le ordenó salir, pero como él se negara, fue conducido ante el magistrado. Gandhi estaba preparado para ir a la cárcel, pero el Gobernador de 8¡hár ordenó una inspección para determinar las condiciones realmente existentes en las planta­

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ciones de índigo, y los propietarios tuvieron que reintegrarles a los campesinos gran parte del dinero que les habían arrebatado a la fuerza.

Los eventos de Champáran eran típicos en las campañas de Gandhi. No sólo salvó a los campesinos de la exp lot ación, sino que también inició programas para mejorar la vida en los pueblos del área, organizando el ínicas y servicios sanitarios. La t a rea cons­tructiva de educar y de prestar atenc ion es médi cas senci llas fueron parte importante de las campañas de resistenc ia pasiva de Ga ndhi junto con las huelgas, ayunos y ma rchas .

La Marcha de la 5al: el SATY AGRH y la/el 5ATYAGRAHI

La Marcha de la Sal de 1930 constituye un buen ejemp lo de la poi ít ica de no-violen cia o satyág rah, como la llamaba . En pro­testa contra el impuesto a la sal que habia decret ado el Gobie rno de la India. Gandhi decidió llevar a cabo una mar cha de 350 k iló­met ros {242 millas aproxim adamente 350 Kms .. en 24 d ias} desde Ahmadabad hasta el pueblo costero de Dand i. La Ley no sólo atentaba contra la satisfacción de una nec esid ad huma na básica sino que les impedía producir su p ropia sal. Gan dhi esc ribió una carta a Lord Irwin, Virrey de la India, expli cando sus inte nc io­nes: "No tengo otra ambición qu e la de converti r al pueb lo britá­nico mediante la práctica de la no-violenc ia, hacién dole ver el da ño que le ha causado a la India", Gandhi no só lo prote sta ba co ntra el impu esto a la sal , sino que utiliza ba est a prot esta para de mos tr ar injusto que era esta r bajo el domin io br itánico .

Cam inaron 79 volunt ar ios; el men or tení a 16 y el mayor {G andhi mismo} tenía 61 años. Los volun tar ios provenían de todas las religiones y regiones de la India (1 cristian o, 2 musulma­nes, 2 parias).

Todos los 79 satyágrahis esc ribían un diario de marcha, se absten ían de comodidad es superfluas y tuvieron q ue prometer que no utilizarían la violencia y que estarían preparados pa ra soporta r el sufrimiento. Gandhi encabezó la marcha, deteniéndose en los pueblos por los que pasaba, a fin de explicar los motivos de la marcha . Cuando llegaron al mar, los manifestantes empezaron a fabricar sal con el agua del mar, violando así la ley. Este gesto pro­vocó que en muchos lugares de la Ind ia estallara la resistencia pasiva . 60.000 personas fueron arrestadas.

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La segunda etapa de la campaña de Gandh i consistía en tratar de tomar las salinas de Dhársana. El propio Gandhi fue arrestado antes de que pudieran participa en ella , sin embargo 25000 volun­tarios marcharon hac ia las salinas. La policía los golpeó con pesa­das varas, pero nuevos voluntarios los vinieron a reemplazar. Muchos de los manifestantes fueron heridos de gravedad. Un periodista norteamericano descr ibió así la escena: "Un gran núme­ro de poi ícias cayeron sobre los man ifestantes e hicieron llover golpes 'so bre sus cabezas con varas revestidas de acero. Ni uno solo de los manifestantes intentó siquiera defenderse de los golpes levantando un brazo para protegerse . . . en dos o tres minutos el suelo estaba regado de cuerpos. Grandes manchas de sangre cubrían sus blancas vest iduras. Los sobrevivientes, sin romper filas, avanzaban silenciosa y pet inazmente hasta que caían bajo los golpes" .

A pesar de que se produjeron miles de arrestos más, el Virrey consideró que se había producido un empate y sostuvo conversa­ciones con Gandh i a raíz de las cuales la Ley de la Sal fue interpre­tada más humanamente. Asimismo se acordó que Gandhi repre­sentara a su Partido el "Congreso" ante la Conferencia de Mesa Redonda que tendría lugar en Londres en 1931. En la Conferen­cia no se logró ningún resultado, pero la Marcha de la Sal imbuyó en los indos el respeto de sí m ismos y la confianza de que podrían obtener su inde pendenc ia . Un acto simbólico y aparentemente menor como éste había hecho que el pueblo de la India fuera cons­ciente de la injust ici a y estuviera preparado para ejercitar la resis­tencia pasiva hasta lograr su independenc ia . Mientras tanto Gandhi concentraba más sus esfuerzos en combatir la segregación de la casta de los intocables y en tratar de revivir las prácticas campe­sinas en la vida de la India.

Finalmente en 1947 la India Británica obtuvo su independen­cia, pero Gandhi no estaba de acuerdo con esta "vivisección" porque se había div idido a la India en dos estados India (laico) y Pakistán (teocrático). El primero habitado entre otros por creyen­tes hindúes y el segundo habitado por musulmanes. Gandhi se abocó a pacificar la violencia que surgía entre los practicantes de ambas relig iones, y logró algún éxito. Sin embargo, el 30 de Enero de 1948 fue asesinado de tres disparos por un compatriota suyo y archicorreligionar io quien consideraba que Gandhi estaba "entre­gando" la causa hindú, al trabajar por la reconciliación con los mah ometa nos.

El funeral de Gandh i fue una demostración de la poca com­

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prensión que t en ía el nue vo Gob ierno de la I ndia respect o a sus ideas. D ispus ier on qu e su fune ral tuv iera un gran desp lieg ue m il i­ta r y el rango corresp ond iente a una alta je rarq u ía est ata l (Gandh i siem p re se opuso al mi litari smo y la po mpa). A demás , su asesino fue aho rcado.

En lo s años que sigu ieron a la In dep endencia, el Gobierno co nd uc id o por Neh ru (su ex -d iscípu lo ) igno ró los programas que ten ían p or objeto revital iza r las aldeas cam pesinas. En vez de ello, se co ncent ró en la indust ri ali zaci ón , que deb i l i t ó a las alde as y sobrep obló las ciudades, convi rt iend o el existente desemp leo en una real ida d mucho má s insopor tab le .

Gandh i sab ía que la indust ri al iz ac ió n no era la so luci ón a los problema s de la Ind ia. Su país está densamente pobl ado y po r lo tant o abunda la mano de obra; la ind u st r ial ización sólo agrava el desempleo al reemplaza r la mano de obra por máquinas. Por eso Gandhi planteaba el fortalec imiento de las aldeas campesinas qu e suman más de 560.000. Las alde as deb ían ser pequeñas un idades autosuficientes donde todos los hab itantes pud ieran parti ci pa r en su conducción. Gandni dij o qu e ni siqu iera H itl er hubi era p od ido apla star a las 560.000 aldeas de la Ind ia.

Democracia Popular

Ga ndhi ab ogó por la au t arq u ía, la descent ral ización , la dem o­cr acia de base, la sencil lez y lo pequeño . Se an t ic ipó as! muchas décadas a las ideas que co nsideran que " lo peq ueño es bello" , cada d ía más populares. A l m ismo t iem po fue uno de los p ioneros en dema nd ar la igualdad pa ra l as muje res, al en fat izar el valor que t iene la combinac ión del trabajo manua l con el in telectual . E nseñ ó que la educación debe im puls ar la autodidax ia: "a l niño no se le debe enseñar nada a la fu erza " y " el hombre deb e ser su p ropi o maest ro " , apr endiendo p ronto a valer se de sí m ismo .

L as ideas de Gand hi -acerca de la edu cación p atr ió t ica y el desarrol lo integral son imp or t an tes. A un más lo es la f iloso í ta de la no-v io lencia, ll amada t am bién " saty ágrah" (véase el glos ario ) . La no-v iol encia de Ga ndh i no es sólo u na est rategia pa ra enfre ntar la injusticia sin u t i li zar la v iol encia; cons ti tu ye tam bién un prog ra­ma nacional com p leto p ara reconstruir la soci edad u t i l izando el amo r y la veracidad, pero utilizando las m anos y trabajando co n el ejem pl o.

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La palabra satyágrah combina el término satya que significa verdad y ágrha que significa fortaleza o resistencia. El practicante de la resistencia pasiva o satyágrahi, se enfrenta a su oponente sin utilizar la violencia y se vale de la fuerza de su convicción moral para mostrar a su oponente en qué consiste su verdad. El satyágrah de Gandhi es también un método que utiliza el amor para ir en busca de la verdad junto COn el oponente, mancomunadamente.

Gandhi halló los gérmenes de su doctrina en los escritos de hombres como Thoreau, Emerson y Tolstoy, así como en el Ser­món de la Montaña y en las ideas hindúes tradicionales del auto­gobierno, la continencia y el no dañar la ahimsa o no-violencia. Este principio censura el empleo de la violencia contra alguien con quien no se está de acuerdo. Si imponemos nuestro criterio mediante el uso de la violencia, el "perdedor" quedará resentido, acumulándose así un problema que estallará en el futuro. Si alguien tiene que sufrir, debe ser el propio satyágrahi; su disposi­ción para el sufrimiento es una prueba de que no sólo está tratan­do de "ganar" sino que busca la justicia y la verdad.

La Verdad y la veracidad eran muy importantes para Gandhi. Siempre dijo: "Para mi, la verdad es Dios y no hay otra manera de hallar la Verdad que mediante la no-violencia" . Para él, la libera­ción es imposible de alcanzar si se utiliza la violencia . Creía que la violencia separa a la gente y hace mucho más difícil que puedan reunirse para llegar a un acuerdo .

Ademas, como nadie tiene el monopol io de la verdad, no es justificable matar o dañar a alguien que tenga opiniones diferentes. Citando a H.J.J'.J. Horseburgh: "la búsqueda de la autorealización para Gandhi consistía en hallar un modo de vida que incorporara las verdades parciales a las que el hombre ya ha arribado, y prosi­guiera orientándose hasta alcanzar la Verdad Absoluta . Esta es una empresa colectiva . Debemos trabajar conjuntamente para buscar la verdad: no podemos llegar a ella odiándonos o luchando un os contr a otros" .

El justiciero = satyágrahi trata de que su oponente se una a él para buscar la verdad y para tratar de encontrar una manera de solucionar el conflicto. Quien cree en la no-violencia puede defen­der principios muy firmes, pero está dispuesto a ser flexible en todo lo demás y está dispuesto a sufrir por sus creencias. Al mismo tiempo que participa en varios métodos no-violentos para tratar de persuadir o enfrentar a su oponente, aplica métodos como huelgas de brazos caídos y hue lqas blandas, paros, huelgas de hambre, manifestaciones, boicots, piquetes y resistenciá ' pasiva

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(métodos todos utilizados po r Gandhi) . Asimismo debe trabajar manualmente en tareas constructivas a fin de mejorar la situación . Cada vez que Gandhi iniciaba una campaña cont ra alguna injus­ticia, empezaba también "p rogramas constru ct ivos" de salubridad, artesanía, educación de adultos y niños, emancipación femenina, cooperativas agrícolas, etc .

Idealista Práctico

Gandhi elaboró su filosofla de la no-viol enci a sigui endo el método de aciertos y errores y ensayos, com o lo hi zo con la mayor parte de sus ideas. Esto nos lo recuerda el título de su autobiogra­ha:"Relato de mis experiencias con la verdad". Gandh i se describe a sí mismo como un "idealista práctic o" , Su objetivo era el Sarv ó­daya, "el bienestar de todos". Esto signif ica just ic ia, igualdad , y autogobierno. No só lo quería liberar a su pue bl o del domin io británico, sino que quería que fuera con cretament e ind ependi ente . "Autogobierno significa efectuar un esfuerzo con tínuo por liberar­se del control gubernamental, ya sea extranjero o naciona l" .

Gandhi nunca ambicionó el poder. Y en la práctica , cuando la India obtuvo su independencia, rechazó todo puesto en el Gobierno. Para él, "la ind ividualidad yac e en la raiz de todo p ro­greso", y el poder estatal reprime la ind ividualidad. Señaló que el Gobierno debía ser "una institución de serv idores de la Nación dedicada al trabajo constructivo, especialm ente en las aldea s, a fin de lograr la libertad soc ial , moral y econ óm ica".

Ese fue el objetivo de los 3 mov im ientos Sarvóday a, Bhud an y Gramdan (Dan =donación. Bhu » tie rra. Gram:= alde a). Est os movimientos con algunos logros y algunos fra casos, trataban de proseguir el trabaj o de Gandhi en l a 1ndia . T al ve: el di scípulo más efectivo de Gan dh i en la Indi a fue el "erud ito cami nante" VI NOBA Bhave, (1885 - 1982) quien reco r r ió a pie el oais (70.000 kilómetros en 17 años) para persuadi r a los terratenientes y los pobres de Que debían dar una sexta (6ta) part e de sus tierras a los sin t ie rra. Redi stribuyó un millón y medio de hectáreas de los cuatro millones recolectados, lo que no reso lvi ó el problema pero concientizó a todo el mundo,

Gandhi tenía y tiene todavía importantes colegas dentro y fuera de la India. L a m ay o r ía son totalmente desconocidos Martin Luther King en los Estados Unidos, Danilo Dolci en Sicilia, Albert

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Luthuli y el arzobispo Tutu en Sudáfrica, lanza del Vasto en Fran­cia, etc., han actualizado y desarrollado los experimentos de Gandhi acerca del cambio social sin violencia. El Dalai Lama quiere liberar a su país, el Tíbet -tan similar a los países andinos­del etnocidio inminente por medios pacíficos y gandhianos.

Albert Einstein dijo que la gran contribución de Gandhi a nuestra generac ión fue su determ inac ión de moralizar la poi ítica. Gandhi quien una vez dijo que "muy poco he aprend ido de la histor ia " , insistía en que se pueden aplicar los mismos valores morales en la p ol í t ica, los negoci os y la industria, tal como se puede en la vi da pr ivada. Los ideales de am or , verdad, no-violencia pueden aplicarse -según él- en cada aspecto de la vida, pr ivada y pú bl ica.

y no es preciso esperar que haya una "gran" revoluc ión para ponerl os en práctica. Podemos empezar hoy, en cuanto nos deci­damos a poner estos ideales en práct ica. "Es perfectamente posi­ble", como d ijo Gandhi, "que un individuo reforme su modo de vida sin que tenga que aguardar a que otros hagan lo mismo".

Si deseamos la paz, podemos empezar hoya vivir pacífica­mente. Como d ijera A.J. Muste: "No hay un camino para la paz; la paz es el camino". Y Antonio Machado: "Caminante, no hay camino, se hace camino al andar.. . "

Aunque no era cristiano, Gandhi amaba el himno "Conduce­nos, Luz de Amor", en especial por las sigu ientes palab ras: "1 do not ask to see the distant scene: one step enough for me" = "No pido ver el panorama lejano, un solo paso es suficiente para mí". y Gandhi d io un paso. Sus colegas americanos entre muchos desconocidos, los prem ios Nobel Martin Luther King, Adolfo Pérez Esquivel (SERPAJ = Servicio, Paz y Ju sti cia) y Oscar Arias Sán­chez y muc hos patriotas más que ni siquiera escucharon la palabra "no-vi ol encia" , han dado (cada uno a su manera) un paso más. ¿Pod rem os naso tras hacer otro tanto?

DEBEMOS ESTAR DISPUESTOS A LEVANTARNOS Y DEFEN­DER I\JUESTRAS CONVICCIONES. NO PARTICIPAR Y ABSTE­NERNOS EN MOMENTOS DE CONFLAGRACION, ESO NO TIENE PERDON.

(Hay que luchar)

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"Para mi ' es una verdad evidente que , si la libertad debe ser Igualmente compartida por todos, y aún los físicamente más débiles, los lisiados e inválidos, también ellos deben partic ipar equitativamente en su defensa, Pero ¿cómo podría ser ello posible si se confía en las armas? Esto es algo incomprensible para mi plebeyo entendimiento. Por lo tanto, juro que seguiré peleando para implementar la no-violencia , o sea el satyágrah o fu erza espiritual . Para practicarla, los defectos f1sicos no constituyen obstáculo alguno; aun una f rágil mu jer o una criatura pueden enfrentarse en iguales términ os a un gigante armado con el más poderoso armament o",

" A quell os a quienes at rae la no-viol enc ia deber i an , de acue rd o con sus capacidades y opor tun idades, uni rse a su intento "

A ctualiz ado, por T ony Auga rde, de una publicaci ón Th e Peace Pledge Un ían

6, Endsleigh St reet, L ondres WC 1

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FRllENDS OJF COMMONWEAL

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1. "Svadeshi"

"SVADESH 1" conlleva un significado grande y profundo . No sólo significa el uso de lo que es producido en el propio p ars. Ese significado está ciertamente en "svadeshi ". Pero hay otro sigo nificado, que es mucho mayor y mucho más importante. "Svadeshi" significa confianza en nuestras propias fuerzas, signifi­ca autonorrua, autarquía, autoabastec imiento. autodominio y autodidaxia. Debemos saber también qué queremos decir con "Confianza en nuestras propias fuerzas". "Nuestra propia fuerza" significa la fortaleza de nuestro cuerpo, de nuestra mente y de nuestro esp íritu. ¿De cuál de ellos tres debemos depender? La respuesta es breve. El alma es suprema y por lo tanto la fuerza del alma es el cimiento sobre el cual el hombre debe construir. La resistencia pasiva o satyágraha es una manera de luchar que depen­de de esta fuerza. Esa, entonces, es la única verdadera llave (del éxrto ). . ." Tomo IX página 118 Indian Opinion 2 de Mayo de 1909

No creemos que aquellos que no se sientan orgullosos de su propio idioma, que no sean expertos en él, puedan tener el verda­dero esp rritu del svadeshi.

l brdern . I ndian Opinion 30 de Enero de 1909

"En tanto no podamos obtener alfileres sin tener que apelar las máquinas, nos las pasaremos sin ellos . No tendremos nada que hacer con el esplendor de oropel de la cristalería; haremos pabilo como se hacía antiguamente con el algodón producido en casa y emplearemos candeleros de barro . Al hacerlo así , salvaremos nues­

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tra vista y nuestro dinero y apoyaremos el svadeshi para alcanzar as," la autonom ía". "Hind Swa r áj " en "lndian Opinion" Folleto 10 de Enero (Proh ibido) 24 de Marzo de 1910

2. 395. DISCURSO SOBRE SVADESHI EN REUNION FEMENINA, NADIAD

6 de Ju lio de 191 9

Hermanas,

Me cau sa alegr ía ve r a un núme ro tan grnade de mis he rmanas de Nád iad p resentes aqu í. Os estoy agradec ido por asisti r a esta reu nión . Habl aré lo más alt o pos ible; aún así, me temo que no podré continuar hablando si vosotras no mantenéis silencio . No he venido a haceros un d iscurso, sino a ex plicaros algunas cosas. Lo que tengo que deciros t iene una influencia especial en nuestro des­tino o vocac ión =dharma. Cont ien e un aspecto económ ico y tam­bién uno pol íti co. Hoy día, sin embargo, expondré ante vosotras la idea de svadeshi desde el punto de vista de la vocación o dhar­ma, est o es, que os exp licaré cómo segu ir vuestro dharma a través del svadeshi .

Se ría inút il qu e os di rija un discurso si no podéis entende r nada y es obvio qu e si vosotras no escuch áis no podréis entender­me, aunque hable en voz má alta.

Hub o una época en la India cuando, de acuerdo con nuestras creencias, no podr'amos tomar agua ofrecida en ningún lugar que no fuera un hogar hindú, o mejor dicho, por nad ie que no fuera de nuestra propia casta. En la feria de Hardwar, el agua era traída po r brahmanes y musulmanes. Los musulmanes sí aceptaban el agua traída po r la brahmanes, pero los hindúes no tocaban el agua traí­da por los musulmanes. Era una cuestión de dharma para ellos creer y actuar de esa mane ra, a pesar de todo el calor reinante en esos d ís. Y a pesar de ello no tomaban agua ofrec ida por un musulmán.

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He estado en el luga r donde nació Rámachandra y en aquel lugar (Bihár y sus alrededores) donde la m ít ica S it a creció y jugó . Ahi hay muchas personas que no comen cuando viajan en tre n , sino que guardan ayuno . Con toda seguridad, aquello qu e impide que un hombre co m a en un tren, para no hablar de ot ros lugares, es un sentimiento relig ioso muy valioso, pues, és ta es una m an ifes­tación de autocontrol, que impl ica renunc ia r, sus trae rse volunta­riamente del empleo de c ie rt as cosas. Ningun a pe rso na está bajo presión de nadie más en este asunto .

Este autocontrol cultiva la fortal eza del alma e átman, nos eleva. Hay manifestaciones de autocontrol en las reglas so bre comer y no comer, beber y no beber, Si t ratáramos a qui enes las observan, con desprec io, estar iamos comet iend o un pecado . Se trata de un dharma, creo yo, cuando rehusamos y no s ab stenemos no porque dudemos que nos agrade su sabor, sino po rq ue creemos que dicha comida es prohib ida.

Antiguamente, los hombres y mu jer es de la Indi a usaban ro pa hecha co n sus propias manos. Ent re los extrac tos de las escr it u­ras shastras que algunos sh astris (1) me han env iado , en cuen ­tro que e l novio acost um braba de ci r algo en este sent ido a la novi a al ofrecerle el traje nu pcial, "Te en t rego estas p re ndas he chas por la d iosa tutelar de mi famil ia ; seamos felices lleván do las puestas" , Hay versos ap oy ando este aspecto en las Escrituras, pero no las necesitam os citar por el momento.

Hay herm anas nue stras en la lejana pr ovinc ia de Pun jáb . Dam as qu e creen qu e las provincias d Nád iad y G újar at no son todo el país, sino que nu estro oa ís es la Ind ia en te ra y , aS I com o para no sotros Punjáb también es nu est ra, pa ra e llas Punja b tam ­bién es su tierra. AII í, ellas hilan y tej en con sus pr opias manos y usan la ropa qu e e llas m ism as h acen . Antiguamen te ésta e ra una p rácti ca en toda la India. Aun muje res en famili as de gran fo rtuna solían hilar, lo hada la gente de todas las castas. Nuestros pu ebl os en tiempos antiguos , descubrieron qu e , si ellos deblan vesti r a millones de gentes en este pa ís. debían ap render a hilar el algodón . No podemos pasarnos sin comida y por ello las muj e res de ben saber cocinar: esto es igua l en todas partes del mu ndo. No pode­mos pasarnos sin ropa y todos deberían saber có mo fab ric ar la . Fue así que se con st ruy ó la c ivilización de la India , Nuest ros ante­

(1) El Shastrl : hombre In st ruida en los snastr as o Escrituras antig uas. Teólogo.

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pasados no pensaban en importar ropa del extranjero y utilizarla aquí. ¡Un pais que actúa así va hacia la ruina!

Si no aspira a la autarqu la, un pa ís tendrá que luchar contra otro. El pueblo forzosamente cultiva amistad con las fábr icas tex­tiles de Ahmedabad (2) por el bien de su ropa. Si un pai's depende de otro pa ra sus necesidades, deben ser amigos; de otro modo deb erán prepa rarse para la guerra. La causa de las guerras en este mundo , es el come rcio. Nuestros antepasados tuvieron gran previ­sión y decid ie ron que la India debla tener dos cosas: Si la gente tiene comida y ropa, puede vivir feliz . Habla ambas cosas en la India. Sem braron algodón, inventaron máquinas simples para hilar y te jer y así obtuv iero n r opa sencilla para usar.

Hace c iento cincuen ta años, esto es, hace cinco generaciones, so l lamas usar el algodón nat ivo de este pals, hilar con nuestras propi as m anos y usar ropa tejida por los tejedores locales. Compa­rad a con la ropa que usáis hoy, la de épocas antiguas era de valor inaprec iable. Debéis desear llevar ropa burda como la mía. Estáis equ ivocadas si creéis que la vuestra, hecha en máqu inas modernas, es de mejor textura o de alguna manera más hermosa. Si me ofre­cié , :'!S vu estra s ropas, las arrojarla al fuego. Mi ropa es producto de " dharm a" , la vuestra lo es del "adharma".

Al US (¡I ropa ex t ranj era los últimos ciento cincuenta años, hemos violado el dharm a y nuestra moral y hemos perdido nues­tras industr ias. El dha rma consiste también en tener compasión. Túlsidas describe la com pasió n como la raíz del dharma. Si los hombres y mujeres de la Ind ia tuv ieran compasión de la India, no im por t arian ropa del extranje ro . Suponed que yo fuera vuestro vec in o y viv iera del tejido de ropa burda y suponed que os pidiera que compréis alguna . Tal vez me arrojarías con un insulto o, si fu érais edu cadas, me d i r íais que pre feris la ropa china. ¿Diríai s que est o es compasi ón o cru eldad? Podéis aconsejarme que aban­do ne el tej ido , pero yo sé que es lo ún ico que pu edo hacer. Al final y com o resultad o de ello, el tejedor que es vuestro vecino se

hab rá arruin ado y vu estras propias hermanas habrán perdido todo lo que pueden ganar a través del hilado . zCon qué alternativa pod I'an haber ganado? Antiguamente, sol íamos hilar con nuestras propias ma nos y ell o mismo const i t u ía una ganancia. Si dejamos qu e un extraño reali ce el hilado, le tenemos que pagar algo a él. Si lo hacemos nosotros mismos, tendremos hilo por el precio del

(2) Ahmdabad, capital textil de la I ndia moderna. En el est ad o norteño de Gujrat.

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algodón . Más aún , si nos otros m ismo s te jemos , te nd remos ropa po r el precio de l algodón. Hace ciento cincuen ta años , nuest ros an tepasados sigu ieron e l camino recto . A t ravés del svade sh i servi­mo s a nuestro inte rés económico y a nuestro d harrna, a la patr ia po rque nuest ra riqu eza per manece e n nuest r pals y al dha rma porqu e con ra tamos e l trabajo de nuest ro veci no par a ue su talen­to encue nt re apl ica i ón . No hay patriot ismo cuando rnen osp re­ciáis a vuest ro vec ino y encargáis vueslr t rebejo a alguien más . Vuestr o vecino perderá su vocación y vosou as perde réis la vuestra . Ab andon ar el svadeshi equ ivale a arranca r el dharma desde su ra .z. Vuest ra indus tr ia svaJesh i co nstituye la ocup aci ón de millone s. L s agriculto res y apa icer os e pa lt ida rs de Kheda pose e n granj as y cu ltivan m ieses. S i algu ien s d ije ra que han perd ido la cab eza y que, abandon ando su trabajo , han empezado a adqu irir granos del lejano Punjáb zqu é d trla is? "S us d ías están co ntados" .

¿Qué c lase de sabid ur la hay en t raspo rtar 9' anos el Punjáb cu ando te neis badjr a (mijo / sorgo) y o tro ' ce rea les y legum inosas c reciendo justamente fren te a vuest ras asas? Si hubie ran ve rdade­ros maes tros de rel igión , golpearían tan fue rte a la gente que ést no pod rla hacer ot ra cosa qu e darse po r enterada. ASI omo no estar i'a bien que el di str ito de Kheda abandon e la agricu ltura, de igual modo no está bien que t da la Ind ia abando ne el tej ido de su p rop ia r pa. Podemos hacerlo si no nos mo lesta andar desnu do s. Pe ro en la medida e n que deseemos cu brir nu st ra desn udez . e l dharm a nos exige qu e usem os ropa pr duc ida con nuestras prop ias manos y de nuest ro p ropio algo dón. A I como los padres no aba n­donan a sus hijos feos, aSI como un marido no aband on a a su fea esp osa , ya qu e Dios ha creado el amor hacia nuestros hijos y hacia nuestra esposa, de igual ma nera no pod emos ab an dona r nuest ra ocu pación ancest ral. Decirnos que es c ruel que un ágho ri (3 ) aban­done a su hijo . Por culpa de la ropa importada, el pueblo se empo­brece.

Todas vosot ras est áis bien vest idas. A l no viajar po r la India, no tené is idea del ham bre que prevalece . La miseria m isma m uest ra al país que est á yend o por el cam ino equ ivocad o. Aún las mejores casas de las alde as p róspe ras se está n arruinando. Las vigas de made ra de las ch oza s no son reem plazadas. Vi en el t ranscu rso de mi viaje a Khed a la últ ima vez, que la gente no guardaba gran os en

( 3 ) M end ica ntes de u na secta Que real iz an p rác ti ca s muy seve ras .

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sus grandes cántaros de barro. Esto anuncia cond iciones de ham­bruna. Cualquiera que viaje verá esto por SI' mismo. Si estas con­diciones se hubieran presentado hace ciento ciencuenta años, no se habr ían tolerado. En ropa perdemos, en promedio, dos rupias por cabeza anualmente. Esto hace 300 rupias en 150 años. lCuán terriblemente arruinados deben estar los hombres y mujeres que han perdido tanto de su riqueza!.

De este modo la nación ha sido gradualmente arruinada. Por carencia de ocupación adecuada, hombres y mujeres lo perdieron todo conforme pasaba el tiempo. Los granjeros y sus mujeres podrian, durante los tres meses que siguen al Fagan (4). hilar sufi­ciente hilo para satisfacer las necesidades familiares para todo el año. Si hiláis con vuestras propias manos, el hilo no os costará más que el precio del algodón .

Igualmente, si vosotras mismas tejéis, tendréis también la ropa sólo por el precio del algodón. La persona a quien paguéis será entonces más rica. Si en vez de ello , vosotras mismas tenéis el dinero, al tejer con vuestras propias manos, ganaréis más que el impuesto (que pagáis) . A lo que vamos es a lo siguiente: que podéis ganar el monto del impuesto de tres años en un solo año. Au n las niñas pequeñas pueden entender este simple cálculo.

Si deseáis un futuro próspero para vuestros hijos, deberéis dejarles como legado la idea que es anti-vocación ::: adharma cubrir nuestras necesidades mediante importaciones. Ellos deben querer usar ropa hecha en este país.

No escojáis vuestr os vestidos a imitación de los que usan británicos. Si vuestro marido os trae c ua lqu ie ra de esas prendas y os pide que andéis vestidas con modas que no os sientan, debéis decirle que no aceptaréis esta demostración de autoridad de parte de vuestro e.poso, que vuestra sari debe ser una fabricada en este pa.s. Ellos os preguntarán cómo sería posible obtener una sari d e fina textura hecha aquí. Sin embargo, si vosotras realmente deseáis saris de esa calidad, las tendréis . Una hermana vino una vez a bus­carme; ella deseaba dinero. Le pregunté de qué tela estaba hecha su falda. Ella dijo que era hecha con la cobija de su ropa de cama, tal era su ingenio.

Debéis usar ropa producida localmente en Nádiad. No creáis que la bayeta será demasiado pesada en el cuerpo . Si lo es, deberéis

(4) Nombre del mes del calendario Indio que corresponde gruesamente a marzo

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ocuparos de que la calidad mejo re y que ya no sea pesada . Si un niño se enferma, le dáis medicinas y no lo bandonáis. De manera simi lar, debéis aceptar una pieza del t rabajo y hacer que el médi co tejedor la mejore. Debé is usar sólo aquella ropa que es hecha por nuestros tejedo res , pero no debéis descartar las ropas que tenéis ahora. Usad/as hasta gast arlas . Sin embargo , las nuevas rop as que comp ráis, de ahora en adelante deben ser svadeshi . Usad y ale ntad el uso de ropa svadesh i. Haced que se hagan saris svadeshi . Pe rsua­did a vuest ros esposos y, ayudándoos el un o al otro , sed indepe n­d ientes. Si vosotras , señoras, entedéis est a idea b ien y actu áis de acuerdo a e lla, diréi s dentro de dos añ os qu e Gandh i ten ía raz ón .

Pasado ma ñana ser á la fiest a de Bhima ekadashi (5 ). El pue ­blo tomará el vot o de ayu no s de chatu rmas (6) ese d la. ¿Qu é vot o de béis tornar esos dl as de pen ite nc ias? ¡Qu e no usaré is ropa q ue no hay a Sido hech a en la India!, qu e usaréis hast a te rm inar la ropa que tenéis, pero no compraré is má s tela ext ranje ra. Debé is tornar e l vo to de ch atu rma co n una pr omesa a est e respec to . E l q ue hag áis la promesa de usar ropa hecha loca lmen te en Nád iad po r sí sol a no me sat is face ; tam bién d bé is persu ad ir a t ras a usar ropa de Nád iad . No puedo est imar e l aume nto de prospe ridad resu ltan­te si todos tomaran esa resolución . Debem os te ner este resu ltado en 11 más de un ari o o do s.

Todas vosotras debéis aprender a hilar. Es un tr abajo fácil. Lo sé porque yo mismo he hilado. Las herm anas Ga ngabeyhn a m i de rech a y Anasuyabeh n a m i izq i ierd a tie nen exper ienc ia n el t rabajo man ual.

Ha ed lo q ue hacen algunas dam s. Tené is dos o t res hora s en q ue no hac éi s nada. Las o as áis en los templos. Rezar e l rosario en e l te mp lo es trad ic io nalmente dh arm a, pe ro hoy e n d la el verda­de ro am o r a ios (bh akt i) con sis te en tr abajar hac iend o ropa. Cul­tivar la t ie rra por am or a otros y pone r los p rodu ct os al alcan ce del pue blo , hilar por e l bien de la Ind ia, sentadas en cas a, e inclusive hacerlo no p or dine ro : és ta es la vocación más alta. Si hacéis menos , h abréi s segu id o menos el dha rrna Aú n una pe rso na q ue h ila por d ine ro hab rá hech o d harm a. Las mujeres de famil ias

O nc eav o d ia de la m ed ia luna de Ash adh q ue correspond e grues am e nte a julio . ( 5)

Literalmente, u n p eriodo de c ua t ro m ese s ; el t érmino sig n if ica un voto d e ayu no Y sern ravuno durante los cu atro m eses d el monzón.

(6)

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ricas deben hilar dos o tres horas cada día y luego ir a este almacén de artesanías nacionales; obsequiad la producción a la arriesgada empresa que han asumido estas amigas. La ropa será entonces barata. Enseguida obsequiadla a la provincia de Kheda. Cuando Nádiad haya tenido suficiente, dádselo a algún otro lugar necesita­do. ASI como Dios os ha creado para que podáis vivir en Nádiad, el trabajo de la gente de aqu I debe ser para el bien de la India.

Tenéis la vocación de ver que Nádiad no se convierta en una carga para otras partes o que busque apoyo en un país extranjero.

Por lo tanto, mi pedido a las damas de familias acomodadas es que hilen y obsequien el hilo. Cualquiera que hile por dinero obtendrá tres annas por libra de hilo. Cada centavo ahorrado es útil. Con el dinero que ganéis así, podréis comprar lo que necesi­téis. Podéis comprar cosas como medicinas que podáis necesitar . Cuanto más ahorréis, más ganaréis. Este es un excelente medio de ahorrar. El esfuerzo .es pequeño, la "máquina" artesanal es simple: es el huso o la rueca que tiene un precio de dos rupias y ocho annas. Esto es barato. Si no podéis afrontar este precio, hay un plan para proporcionaros una rueca. Una deducción de cuatro annas al mes cubrirá el costo gradualmente y será justo para voso­tras .

El dharma svadeshi es muy importante. Sólo a través de él la India se volverá próspera. Cualqu ier otra cosa no es más que teor ía libresca . Solo esto es independencia, autonomía, autogo­bierno , autodidaxia o swaraj. La Gita enseña que donde el dharma prevalece, las demás cosas vienen por añadidura. El camino del svadeshi asegurará nuestro mejoram iento . No tenemos deseos de ser millonarios. Podemos serlo sólo cometiendo injusticias. Toda la población de 300 millones no puede ser millonar ia, pero todos pueden ser prósperos. Hoy estoy aqu í pa ra mostraros el camino.

Quiero manifestaros mi agradecimiento por escuchar atenta­mente. Si consideráis que esta idea vale la pena, asumidla. Deseo que aquellas que lo harán se adelanten. De las 24 horas del día, debéis pasar algunas junto a la rueca. Hablad sobre ello a vuestros vecinos y a vuestros esposos. Así como toda buena familia debe tener un molino de mano, igualmente deberá tener una rueca. Si esto resulta, Nád iad pod rá producir lo que necesita. No habrá más hambre. El svadeshi es el único camino cor recto de emplear vues­tro tiempo haciendo dharma. Utilizad el svadeshi . Producid svadeshi. Si usamos svadeshi, hab rá suficiente ropa para circular. Lo podemos lograr si nos dedicamos al tejido. Si todos los hom­bres y mujeres aceptan, podremos lograr que la ropa extranjera

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desapa rezca en. 11 dlas. Si sólo nos dec id im os a ello, el cam ino es senci llo . Tendr emos qu e pro duci r el 75 % de nuest ras necesida­des act ualme nte importadas desde el exterio r. Si todas las m uj eres sumen esta vocaci ón, p od éis estar segu ras de que nuest ra em anci ­pación esta rá al alcance de nuestr a m ano, en 15 d ias .

Rogaré para que asumáis este d harm a. Y ruego a D ios, igual­m en te, pa ra que El pued a d isponer os a t odas para hacerl o ef ic ien ­tem ente, y os im pu lse a t rab aja r por esta ju sta cause. (Del idi om a gudj arat i ) Estado de Gu j arat , 20 de Ju lio de 191 9.

3. DISCURSO SOBRE SV A DESH I EN LA CONFERENCIA MISION AL DE MADRAS . 14 d e febrero de 1916

N o ha sirio si n qran irn idez qu e he asum ido el corr.p romiso de d i ri qirm e a t od os voso t ras. Y me ha causado rnuc h ; dificu l tad I selecc ión efeI tem a. He esc ogido un terna muy del ir.ado y d i f i'c i l . D el icado po r m is pecu li ares op inio nes aC N a de l sv.ideshi . y d i fic il po rque no tengo el dom in io necesario del id iom a p 1a ex presar adecuadamente m is pensam ientos. Sé que puedo con tar con vues­t i a i ndul gencia por las m uchas m isiones que induda blem er te hall arai s en m i d iscurso; tan to m ás si 0 5 d igo que no hay nad a en cu an t voy a de i ros qu no me enc uen tre ya pr acti c nd o . o que no es t é p rep ar ándome p ara r eahzar lo rnej o: p sible . Me st irn da o bservar que el m es pasado habéis ded icado una sem ana a la 0 1a­ción en lugar de ded ic arl a a un d iscurs . He ora do encarec ida­men te para que lu qu e estoy por deci i os Iru c ti í iq le y sé que váis a bendeci r m is palabras co n u a ora ión sim i lar .

Después de mu ch refl ex i ' n he l legado a una de fi nic ión de svadesh i que tal vez i lu st ra lo m ás adecu adamen te po sib le el signif i ­cado qLJ'e yo le doy . Svaclesh i es el espí r i tu qu e es á en nosotros y que rest r ing nuest ro uso y nuest ro culto a lo qu e nos rodea u. ás uun ed iat arnen te y ex cluye aq uell o qu e est á m ás rem oto de n050­t IOS . Es aSI qu e, el11 0 que conc ier ne a la reli gió n, para poder curn ­p l i r C O I I lo s requ isi tos de esa def ini c ió n, debo restr ingi rme J m i religión ancestral . se es el 'rnp ieu de m i ambien te rel igioso m as inmed iato . Si h all o de f ic ien te mi rel igión , de bo rend i r el cu l to li rnp i ándolo de sus de fec tos . En el terreno de la po l ítica , debo ut i­l izar las inst i tu c iones naciona les, locales y nativ as y servi rles. co r u ­

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giendo sus defectos comprobados. En el campo de la economía, sólo debo utilizar cosas productivas producidas por mis vecinos inmediatos y usar esas industrias, volviéndolas más eficientes y completas en lo que tuvieran de deficientes. Se ha dicho que semejante svadeshi, si se reduce a la práctica, nos conducirá al milenio o Reino de Dios. ASI como no abandonamos nuestra bús­queda del milenio sólo porque no esperamos alcanzarlo dentro de nuestro tiempo, así tampoco podemos abandonar el svadeshi, aun cuando no será logrado totalmente en muchas generaciones por venir .

Examinemos brevemente las tres ramas del svadeshi que hemos reseñado. El hinduísmo se ha convertido en una religión con servadora y por lo tanto en una fuerza poderosa debido al espíritu svadeshi que la sustenta . Es la más tolerante debido a que no es proselitista y su capacidad de expansión hoyes igual a la que tuvo en el pasado . Ha logrado no arrojar al budismo -como creo que ha sido erróneamente sostenido- sino absorberlo. Es debido al espíritu svadeshi que un hindú rehusa cambiar su rel igión, no necesariamente porque la considere la mejor, sino po rque sabe que puede complementarla introduc iéndole reformas. Y lo que he dicho sobre el hindu ísmo es, creo, verdad para las demás grandes doctr inas del mundo, pero lo es especialmente en el caso del hin­du ísmo. Pero he aqu í el punto al que pretendo llegar. Si hay alguna sustancia en cuanto he dicho. Zno sería acaso mejor para servir al espíritu de la cristiandas que las instituciones misioneras -a quienes la India reconoce un a gran deuda de grati­tud- abandonaran su meta de proselitismo y continuaran sola­mente con su obra filantrópica? Espero que no consideren esto como una impertinencia de m i parte. Hago esa sugerencia con toda sinceridad y con la debida humildad. Mas aún, quiero pediros vuestra atención. Me he esforzado en leer la Biblia. La considero como parte de mis Escrituras. El espíritu del Sermón de la Monta­ña comp ite casi en iguales términos con la Bhagavad GITA en lo que respecta al dom inio que ejerce sobre mi corazón . La fortaleza de mi devoción no cede ante la de ningún cristiano al entonar "Lead Kindly Light"::. ("Gu íame amable luz") y varios otros himnos similares de esa inspirac ión. Reconozco la influencia que hay en mí, de parte de famosos misioneros cristianos que pertene­cen a diferentes denominaciones . Y hasta hoy disfruto el privile­gio de contar con la am istad de algunos de ellos . Por ello tal vez admitiréis que he ofrecido dicha sugerencia no como un hindú prejuiciado, sino como un humilde e imparcial estudiante de reli­

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qi on con grandes inc linaci o nes hacia el cr ist ian ismo. zNo será tal vez que e l me nsaj e de "I d a todos los paises del mundo" haya s ido a lgo es t rec ha men te int e rpretado y q ue su e sp ir it u se ha perdi do? No se pod rá ne ga r , y h abl o po r ex pe rienci a , que muchas de las co nve rsio nes lo son só lo d e nomb re . En al gu no s casos , no se ha apel ad o a l co razón sin o a l estó mago . Y e n todos los casos u n a co nve rsió n d eja trás de sí una he rid a que, me atrevo a de ir, se p u ede ev it ar. Cit ando nu ev amente a la ex pe rienc ia , e s perfecta­m en te p osib le , e n cada un a d e las gr andes d oc tr in as , q ue se dé u n nuevo na c im ie n to, un cam bio e n el co raz ó n. Sé qu e c am in o so b re h iel o q ue brad izo . Pe ro no me discu lpo, al cerrar es t a p a rte de m i tem a , po r dec iros q ue la espantosa a tr oc id ad de la guer ra q ue se v ie ne d an do en Eur o pa ta l vez m ues tra que e l mensaje d e J eSLJS de Naza re t h , e l H ijo de la Paz, n o h a sido b ien com pre nd id o en Eur o pa, y q ue t a l ve z e l O rien te te nga q ue a rro ja r a lgu na luz so br e él.

He buscado vue s t ra ayuda e n asu n tos re ligio so s, y os co rr e s­pon de d a rle un se n t id o e spec ial. Pe ro me at rev o a so lic itáros la aun e n asun t os p o i(ti ces. No creo que la religión sea independiente de la po lít ica. Est a últim a, d ivo rc iada de la rel igió n , es como un cuer ­po list o sólo p a ra se r e n te r rado . De hech o, den t ro de nuest ra pr o ­p ia m a ne ra si le nc io sa , vo so t ros in flu IS - y no p oco- e n la po i í­ti ca . Y c reo q u e , si el intento d e se pa ra r a la p o ht ica d e la re ligió n no se hubie ra he c ho co rno se ha ce aún h oy, no h ab r ran degene rado ambas tan to corno frec ue n tem en te p arece n h ace rlo . Nad ie consi­dera que la vida po lít ica de nuestro pa ís sea muy fe liz . S igu ie ndo e l e sp iri t u de svadesh i, observo las inst itu c io nes nativas y me a t raen los tradi cion ales co nsej os pánch ay at (de 5 conseja les ) de las aldeas indas . La Ind ia e s rea lm e n te un p a is re p u b lic ano y po rq ue lo e s, ha so br ev ivid o a t od os lo s c ho que s qu e ha su f rid o ha sta ah ora. L os pr mc ipe s y p o te ntad os, ya fue ran n ac ido s e n la In d ia o extranjeros, ape nas han tocad o a las m asas , y só lo lo han hech o pa ra c o b ra rle s lo s impu e st os. E st as a su vez p arece n habe r d ad o al Césa r lo que es de l Césa r y en lo demás ha n hech o lo q ue han q uer id o . La vas ta o rgani za c ió n de castas n o resp on d ía só lo a nece­sidades re ligi os as de la co m u n id ad , sino tam bié n a sus nece sid ad es p ol it ic as.

Los alde an os m a ne jab an su s asu n t os in te rn o s a tr avés del s is­tem a de castas , y a t rav és de é l t ratab an con c ualq u ie r o pr esió n del p od e r o p od ere s gobern antes. E s im posi b le nega rle su m ara vill oso pode r de orga niz ac ión a u na n ac ió n capa z de p roduc ir e l si st ema ca stas . Bastaba con asis tir el año pasado a la g ra n fe ria Ku m bh

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Mela en Hardwar para comprender la habilidad de esta organiza­ción que, sin ningún esfuerzo aparente, pudo abastecer a más de un millón de peregrinos. Sin embargo, se estila decir que carece­mos de capacidad de organización . En cierta medida esto es cierto, me temo, en aquellos que han sido educados en la nueva tradición. Hemos enfrentado una enorme desventaja debido a la casi fatal pérdida del espiritu svadeshi. Nosotros, las clases educadas, hemos recibido nuestra educac ión a través de una lengua extranjera. Por ello no hemos encontrado eco en las masas. Queremos represen­tar a las masas pero no podemos. No nos reconocen a nosotros má s de lo que reconocen a los funcionarios ingleses. Sus corazones no son libros abiertos para ellos ni lo son para nosotros. Sus aspi­rac iones no son las nuestras. Por lo tanto hay un rompimiento. Y lo que vosotros apreciáis no es en real idad falla en materia de orga­nización, sino que falta la correspondencia entre los representantes y los representados. Si durante los últ imos cincuenta años hubié­ramos sido educados a través de las lenguas vernaculares, nuestros mayores, nuestros si rvientes y nuestros vecinos hubieran compar­tido nuestro conocimiento ; los descubr im ientos de un "Boss" o de un Ray habrían sido tesoros familiares como lo son las epopeyas del Ramáyana y el Mahábhárata. Como están las cosas, en lo que co nc ie rne a las masas, aquellos grandes descubrimientos podrían también haber sido hechos por extranjeros . S i la instrucción en todas las ramas se hubieran hecho a través de las lenguas vernácu­las, me atrevo a decir que las masas se habrían enriquecido maravi­llosamente. El problema de la sanidad de una aldea, etc., se habr ía so lucio nado hace mucho. Los pánchayats de las aldeas serian hoy una fuerza viva de una manera especial , y la India esta­ria casi disfrutando de un autogobierno adecuado a sus requisitos y se habría ahorrado el espectáculo humillante del asesinato orga­nizado en su sagrado suelo. No es demasiado tarde para ponerle remedio. Y vosotros podéi s ayudar si lo deseáis, como ningún otro grupo o grupos pueden hacerlo.

y ahora en lo que respecta al último aspecto del svadeshi. Gran parte de la enorme pobreza de las masas se debe a la funesta pérdida del svadeshi tanto en la vida económica corno en la indus­trial. Si no se hubiera traído un solo articulo de comercio desde fuera de la India, ésta sería hoy un país donde abundarían la leche y la miel. Pero no podía se así.

Eramos codiciosos y también Jo era Inglater ra . La conexión entre la India e Inglaterra se basó claramente en un error. Pero ella (Inglaterra) no permanece en la India por error. Es su política

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m anif iest a que la Ind ia se m antenga baj o su admin ist ració n par a benefic io de l pu eb lo ingl és. Si esto es cie rto, Láncashi re debe m an te ne rse al m argen . Y si la doctrin a svadesh i es u na doctr in a só li da , L áncash i re pu ede quedar al m argen sin causar d año s, aún cuand o al comienzo p ueda p rovoca r u n choque . N o p ienso en el Svadoshi co mo un movi mi ento de boycot asum ido co mo medi o de venganz a. L o co nc ibo co m o un p r inc ip io re ligioso qu e t odos deb en seguir . No soy eco nomis ta, pero he lei do algunos t rata d os que muestran que In glater ra p odr i'a fácilmente co nver ti rse en u n p ai s au toso ste n id o si produjera todo lo que neces ita. Esta puede ser una p roposic ión r id icul a en verdad , y ta l vez l a me jor p ru eba de que no puede im p lem ent arse es qu e Inglaterra es uno le los pr inc ipa les paises im portad ores del mundo . Pero la Ind ia no p uede vi vi r par a L áncash i re ni para ni ngún o tro pais mientras no sea capaz de vivi r pa ra SI' mi sma . Y el la puede v ivir só l o pa.a SI'

mi sm a si prod uce y se le ay ud a a produci r t od o lo que requi ere dent ro de sus p ro pi as fron teras. N o debe ser empujada, no necesi­ta serlo, al t orb ell in o de la compe tenc ia loca y negat iv a que al im enta e l f ra tri ci di o, los ce los y m uchos o tro s ma les. Per o zqu i én va a im pedir a su s grandes m ill onarios a en t rar en la compe­ten ci a m un di al? Cie rtamente no será la legislaci ón . L a fuerza de la opin ión pú bl ica. de la educac ió n ap ropiada, sin em bargo , pue ­den hacer mu ch o en la d i recc ión desead a. L a md ust r ia del t elar m anu al hoy está en estado desfall ec ien t e. Tuve mu ch o cu idado duran te m is andanz as e l año pasado en ver la mayor can t idad de teje do res pos ib le , y m i corazón su f r ió al ver có mo se han perdido, cóm o fam ilias integras se han re tirado de ésta que algun a vez fue ra fl or ec iente y honorab le ocupación . Si seguim os la doc tr ina svade­sh i , sería obligación de vosotros y mía hal lar vecinos que pueda n satisfacer nuestras necesidades, y enseña r les cómo hacer l o cuánd o no sepan có mo, asum ien do qu e hay vecin os que necesitan un a ocup ación salu da ble. Entonces cad a aldea de la Ind ia será una uni­dad casi auto-su ficiente, auto-abastec ida que in tercam biar i a co n otras aldea s sólo aquel los arti culas no produci dos localm en te. Esta co n federac ión hor izontal puede parecer absu rd a. Pero la I nd ia es un pa is de absu rd os. Es absu rd o m or i rse de sed cuand o u n amable m aho m et ano nos o frece agua pura ra fa be ber. Y sin embargo m i les d e ind os rno r m'an de sed an tes de l om ar agua de un hogar ma hometa no . Estos indos absurd os tambi én pu eden --u na vez que estén con vencidos de que su re ligión se los plde- usar só lo vestidos f abr icados en la Indi a y co m er só lo co m ida p rod uc ida en la In di a. L o rd Cur zon imp lan tó la mod a de l om ar el té. Y aho ra

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esa droga nociva tiene la probabilidad de hundir al par ) Ya ha minado los aparatos digestivos de cientos de hombres y mujeres y constituye un impuesto adicional para sus magros bolsillos . Lord Hardinge tiene el poder de implantar la moda del svadeshi y casi toda la India desterrará para siempre articulas extranjeros. Hay un verso en la Bhagavad GITA, que, traducido libremente. significa que las masas siguen a las élites. Es fácil deshacer el mal SI la por­ción pensante de la comunidad tomara el voto del svadeshi aun cuando, por un tiempo, pudiera provocar considerables inconve­nientes. Odio interferir en ningún aspecto de la vida. Cuando más, se trata del mal menor. Pero yo toleraría, recibiría, y hasta aboga­da por la implantación de fuertes impuestos proteccionistas sobre artículos extranjeros. Natal, una colonia br itánica en Africa del Sur, proteg ió su azúcar poniendo impuestos al azúcar que venía de otra colonia británica, Mauricio. Inglaterra ha pecado contra la India al forzar el "comercio libre" en ella. Puede haber sido alimento para Inglaterra, pero ha sido veneno para la India. (7)

Con frecuencia se ha argumentado que la India no puede adptar el estilo svadeshi de ninguna manera en la vida económica. Lo que algunos sotienen esto no piensan en el svadeshi como en estilo de vida. Para ellos es un mero esfuerzo patriótico que no se debe realizar si es que implica alguna frugalidad o autoprivación, pero el svadeshi como lo he definido aqu í es una discipl ina religio­sa que debe ser padecida con total desprecio hacia la falta de comodidad que pueda ocasionarle a los indiv iduos. Bajo su influjo no tiene por qué causar terror la carencia de una aguja o un alfiler, renunciados y exluídos por el hecho de no ser fabricados en la India. Un practicante del svadeshi aprenderá a despabilarse pres­cindiendo de cientos de cosas que hoy considera necesarias. Más aún, aquellos que descartan de sus mentes la frugal idad svadeshi argumentando que les es imposi ble, se olvidan que el svadeshi es, después de todo, un ideal a ser alcanzado mediante un esfuerzo constante. Y nosotros estaríamos aproximándonos al rdealaun si confinamos el svadeshi a un grupo limitado de artículos, permi ­ti éndonos, como medida temporal, usar aquellas cosas extranjeras que no podemos procurarnos en el país.

(/) Co rnp árese el pensamiento del econ omist a n ac touat ale má n Federic o t.rst , contem­porán eo d e Humbold t y Bol ivar , cuyo rec t o r av/do er a su maestro poi i tlco G o okhale.

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Ahora me queda por considerar otra objeción que se ha hech o al svadeshi. Qu ie nes la sostienen co nsideran al svadeshi com o la d oc t rina m ás ego íst a qu e hay , s in n ing ú n m an d am ie nt o e n e l código mora l de la civ ilizac ió n . Pa ra ellos , prac t ica r Svad esh i es re trocede r a la bar barie . No puedo en tra r a u n análisis detallad o de la propos ic ión. Pe ro pue d o a rgum e n ta r que e l Svadesh i es la u n ica doct rina consec ue nte con la ley de hu m ildad y amor. Es arrogante pensar en lanz ar m e a serv ir a tod a la India cua nd o ape­nas puedo servir a mi propia familia. Sería mejo r co nce ntrar mi es fuerzo en la familia y considerar que, a través de e lla , estoy sir­viendo a tod a la nación, y, si así lo quieren, a toda la humanid ad . Esto es humildad y amor. El móvil determinará la calidad del acto. Puedo servir a mi famil ia inde pend ie n t em en te de los sufr i­mientos que pueda causarles a otros, como -por ejemplo- si acep­to un empleo que me permite arrebatarle el dinero a la gente. Me enriquezco con ello y luego satisfago muchas exi ge nc ias ilegales de la familia. He aqu í q ue no s irvo ni a la famil ia ni al Estado . O puedo reconocer que D ios me ha dado manos y p ies sólo para tra­bajar c on ellos para mi mantenimiento y el de aqu ell os q ue depen­den de mí. Entonces simplifico ensegu ida mi vida y la de aqu ellos a q u ie nes al canzo directamente. En este caso, ha br ra servido a la fam ilia sin ha ber le causado daño a nad ie. Supon iendo que todos siguieran este modo de vida, tendríam os e nseguida un Estado ideal. N o todos llega rán a ese n ivel al m ism o t iem p o . Pero aque­llos que, co m pre nd ie nd o su verdad, la p o ne n en vigo r, an t ic ipa rán y ace le ra rán cla ramente el adven imi e nto d e ese d ía fel iz. Con est e pl a n de vi da , t ra t and o de servir só lo a la India y exc luy e nd o a cual­quie r ot ro pa ís, n o esto y d añando a otro país. iMi pa t riot ism o es a la vez inc lusivo y' exclusivo! Es exclus ivo po rque co n toda hurnil ­dad , lim it o m i a te nc ió n a la tierra que me vio nac e r, p e ro es in clu­sivo porq ue m i cultura no es de naturaleza compe titiva o antagó­nica. "Sic ute re tuo tu a lie rum n o n laedas" (8 ) no es una mera máxima legal, sino una gra n doct rina de vida . Es la c iave pa ra la p rác t ica correcta d e ah im sa o am o r. Os c orresp o nde a vosotros, c ust od ios de un a g ran fe , fijar la m od a y demost ra r med iante vues· tra p réd ica , san t ificad a med ian te la práct ica, que el p at r io t ism o

(8) Es t a m ~ x lma logal latin a si gn i f ica : " U sa tu pr o p i ed ad de modo ta l q u e no d a ñe l a de o t ro s" o Véase t am b ién la autoblogra fla del abogado Ga n d h l. Parte l. Cap. XXV .

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basado en el odio "mata" y que el patriotismo basado en el amor

"da vida".

The Hindu, 28. 2. 1916

4. "SIGNIFICADO DE SVADESHI"

"V cu ando hayam os cultivado su f ic ien tement e este esp ir itu de intrepidez, veremos que no hay salvac ión para nosotros sin verd adero svadeshi, no el svadeshi externo que podemos conve­nientemente dejar de lado. Para mí, svadeshi tiene un significado má s profundo. Qui siera aplicarlo a nuestra vida religiosa, pohtica y económica. N o est á, por lo tanto , solamente confinado a usar ocasio nalmente ropa svadesh i. Debemos hacerlo todo el t iemp o, an imados no p o r un espíritu de celos o venganza, sin o porque es un debe r que adeudamos a nuest ro amado pa ís. Ciertamente com etemos una violación al esp íritu svadeshi si usamos ropa hecha en el ext ranj ero, pero también lo hacernos si adoptamos el corte ex tranjero . Con toda seguridad, el estilo de nuestro vestido man­tiene alguna corre spondencia con nuestro medio . En lo que respecta a eleganc ia y buen gusto, el equivalente indo del poncho am erindio es inmensamente superior a los pantalones y el saco. Un ind o , usando una cam isa que flota sobre sus pijamas con un chalec o enc im a sin un a corbata y con sus faldon es colgándole detrás, no es un espec t ácu lo muy elegante. En la rel igión, el svade­sh i enseña a valoriz ar el glo rioso pasado y lo vuelve a restablecer en la generación actua l. El pandemonio que tiene lugar en Europa aho ra muestra q ue la c iv i l izac ión moderna rep resent a fuerzas del m al y de la oscu ridad, en tanto que la ant igua cu Itu ra represent a en su esenc ia la fu erza divina. La c iv i l ización moderna es princi­palmente mater ial ista, mientras que la nuestra es espiritual . La civil izaci ón mod erna se ocupa de la investigación de las leyes de la materia y utiliza el ingenio humano en investigar y descubrir m edios de producc ión y armas de dest rucción; la nuestra está principalm ente ocupada en explorar las leyes espirituales. Nues­tra s Escr ituras (shastras) postulan inequ (vocarnente que: adecuada observan cia de la verdad y la veracidad, castidad, respeto escrupu­loso por toda forma de vida , abstención de codiciar las posesiones de otros y el rechazo a acumular más de lo indispensable para una

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vida correcta: todo ello es imposible sin un conoci mie nt o de la dimensión d ivina. Nu estra civi l ización nos dice con at revida cer te­za que un cul t ivo aprop iado y perfecto de la calidad de "no daña r" o ahim sa, que en su fo rma act iva sign ifica el am or y p iedad más pu ros, pon e to do el mundo a nuest ros p ies. E l autor de este descu­br im ien to, un sabop p reh istór ico, hace con vincente su rica explica­ci ón en las Escr ituras.

Tom o XII I 20 de m arzo de 1916

5. 8 1. ¿5vadesh i CO NT RA LA M ECANIZ ACION? 14 de sep t iembre de 19 19

A l d ar con testació n a un corresponsa l, el Sr . Gandh i exp resa su opi nión acerca de la compa tibi l ida d o no de la mecanizac ión con svadeshi :

"He observado que hay much a gen te que ti ene dudas al respecto , y por consiguiente he dado m i respuesta. E l svadesh i no se opone de n inguna m aner a a la meca niz ación. E l mov imiento svadeshi se di rige sólo con t ra el uso de ropa extranje ra. N o hay ni nguna objec ión al tej ido indust r ial de ropa. Pero per sona lme n te no uso ropa hecha en fábr ica y en las exp lica cio nes del voto svade­shi cierta mente he suqerido que ser ía ide al si cada in do usara ro pa h i lada y tejida a mano. Si, afo rt unadamente para la Ind ia, decenas de mi ll ones de personas pueden tra duci r este ideal a la práctica, ta l vez las fábricas tendrán qu e sufri r algunas perdidas. Pero si toda la India adopta esa resolución en form a pura, estoy seguro que inc lu ­so nuest ros in dustriales recibirán on regocijo esa reso lució n, respet arán su pureza y ell os m ismos se asociarán a ella . Pero toma mu cho t iemp o supe rar hábitos inveterados. Por ello hay espacio en el país tan t o para la indus t ria text il como par a el tej ido en te la· res manuales. De mod o que debernos dejar que aum enten las fábricas text iles aSI como aume ntan las ruecas y los te lares. Y esto me ll eva a pen sar que éstas úl t imas son m áquin as, indudablemente. El telar manu al es un a fáb rica textil en miniatura. La rueca es una planta h i ladora en m in iatura . Desear ía ve tan her mosas pequeñas industr ias en cada hogar Pero el p aís necesita totalmente de la

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industria del hilado y el tejido manual. En ningún país los agricul­tores pueden vivir sin alguna industria que complemente a la agri­cultura. Yen la India, que depende enteramente de lluvias monzo­nes favorables, la rueca y el telar son como cornucopias o Káma­dhénus (9). Luego, este movimiento se orienta en interés de 105

210 millones de campesinos de la India (en 1919). Aun si tenemos suficientes fábricas en el país para producir suficiente ropa para todala población, estamos obl igados a proporcionar a nuestro cam­pesinado, que empobrece más día a día, alguna industria comple­mentaria, y lo que puede ser adecuado para decenas de millones de personas es el hilado y el tejido a mano. No se trata de oponerse a las fábricas o a la mecanización . Se trata de lo que mejor conviene a nuestro país . No me opongo al movimiento de rn áqu inas manu­factureras en el pa ís, ni a que se realicen mejoras en mecanización. Sólo me preocupa el objetivo que tienen estas máquinas. Puedo preguntar, con las palabras de Ruskin, si éstas máquinas son para convertir tierras yermas en tierras cultibables y fértiles. Y si la legislación estuviera en mis manos, sancionaría la fabricación de máquinas (que no destruyen empleos y que economizan trabajo) y protegería la industria que fabrica hermosos arados que pueden ser manejados por cualquier hombre.

Young India 17 de septiembre de 1919

6. DESAFIO DEL SVADESH I 104.

Al criticar mi artículo titulado "La Música de la Rueca", el otro d la el "Leader" me atribuyó ideas que nunca he sostenido. Y es necesario, con el fin de entender el verdadero valor de svadeshi, que corrija algunas de las actuales falacias . El "Leader" considera que estoy retrocediendo las manecillas del reloj del progreso al intentar reemplazar ropa hecha en fábricas e hilo hilado mecánica­

(9) Kámadhénu: vaca mítica que, cual la cornucopia, concede cuanto se le pide.

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mente po r hi lo y tejido hechos m anu almente. A ho ra bien, no estoy inten tando eso de n inguna manera. No tengo n ingún pleito con las fábr icas. M i enfoque es increíblemente simple . La India requiere casi 13 codos/ yardas= 11,88 metros de tela per c áp ita al año . Ella produce, creo, menos de la m itad de esos doce metros cuadrados, pero la India cultiva todo el algodón que necesit a. Export a varios millones de pacas de algodón al Japón y a Lán­cashir e y recibe gran parte de regreso en fo rma de percal manu­facturado, aun que ell a es capaz de producir to da la ropa y el hi lo necesarios para sat isfacer sus demandas mediante tej ido man u al e hi lado manu al. La India necesita comp lementar su ocu pac ión pr incipal , la agr icu ltu ra, con algún otro emp leo. El hi lado a mano es el único empleo de este t ipo para mi ll ones de personas. Fue el empleo naci onal hace un siglo . N o es verd ad cu ando se dice que la presión econ ómica y la maqu inaria m odern a han destru ído el hi la­do manu al y el tej ido m anua l. Esta gran indu st r ia fue destru i da o casi destruida por medios ext raordi nar ios e inmorales adoptado s por la East I nd ia Company. Esta industr ia nacional es capaz de ser reviv ida con esfuerzo y co n un cambio en el gust o nacional sin dañar la indust r ia m ecanizada. El aumento de fábr icas no es un remed io actual para suplir la def ic iencia. La deficie ncia se pu ede supl i r fácilmente sólo med iante hilado y tej id o a mano. Sí se rev i­vie ra este emp leo, evit ar ía qu e se saquen anual mente sesenta m i l lo ­nes de rup ias, y se podría d ist r ibuir esa cant idad ent re ci entos de m i les e lankhs de mujeres pobres en sus prop ias cabañas. Por lo tanto conside ro que svadeshi es una solución autom át ica, aunque parcial , del p roblema de la agobian te pob reza de la Ind ia. También cons tituye una poi ít ica de segu ro preparado para épocas de esca­sez de ll uvia.

Pero se requ ieren do s cosas para la necesaria resurrección: crear el gusto po r el tej id o hecho a m ano, (ll amado Khadi o Kha­ddar) y proporc ionar una organizaci ón para la dis t ribución de algodón car dado y para recoger h i lo con t ra pago.

En un año , med iante la silenc iosa labor de un os cuantos hom­bres, muchos m ile s de rupias han sido dist ribuidos en Gudjarat entre varios mile s de pobres mujeres qu ienes están muy contentas de poder ganar unos cuantos cen tavit os s pice al d la para comprar leche para sus hi jos, etc .

M i argume nto no se aplica a la indu stria azucarera como pre­tende el "Leader " . No crece sufiente caña en la India para abaste­cer las necesidades de la Ind ia. El azúcar no ha sido nunca un a industri a nacional y comp lementaria. El azúcar extranjero no ha

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suplantado el azúcar de la India. Las necesidades de azúcar han aumentado en la India y por lo tanto se debe importar más azúcar. Pero esta importación no instituye un drenaje en el sentido en que lo hace la ropa extranjera. La producción de más azúcar significa más agricultura cientlfica, se sostiene pues en una plataforma dife­rente. El svadeshi en azúcar es deseable, el svadeshi en ropa es una necesidad urgente.

Young India. 18 de agosto de 1920

7. "MENSAJE DE LA RUECA EN LA GITA"

En el último número dominical del "Návajivan", traté de res­ponder a los argumentos del Poeta Tagore (10) acerca del tema de la rueca . Dije en el curso de mi respuesta que personalmente leo el mensaje de la rueca incluso en la Gita . Apoyando mi argumento, cité algunos versos del capitulo 111 . Entiendo que el significado que encontré en ellos no se halla en ninguno de los comentarios del "canto celestial", interpretado literalmente. No obstante los comentarios, el significado que le doy a la Gita no es reciente; la he leido desde 1909. El verso dice que es un ladrón quien come sin realizar ofrenda e yajna . Si tuviéramos que entender el signifi­cado de yajna correctamente, no habría ninguna dificultad en aceptar la interpretación que le he dado . El significado directo de la línea, "Yajna trae la lluvia" (11) implica seguramente que, si el hombre trabaja, crecerán los árboles y si los árboles crecen, atrae­rán la lluvia. El trabajo t'isico para el bienestar del pueblo, es el único yajna verdadero. El yajna en el cual se ofrenda alguna criatura v iviente, aun cuando sólo fuere una fruta, no es un verda­dero yajna. La Agricultura es uno de esos yajna que redunda en el bienestar de todos. El granjero, el campesino consume sólo una

(lO) Ver glosarlo. Tagore "hermano" artístico del frugal Gandhl .

(11) Bhagavad Glta, 111. 14

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parte del fruto de su trabajo; qu íéralo o no, trabaja principalmen­te para el pueblo. Sin embargo, no todos pueden reemplazar al campesino y asumir sus faenas; se requiere de un cuerpo fuerte, endurecido por el trabajo y curtido en el frío y en el calor. Pero cualquiera sí puede operar una rueca. Incluso un científico como el Dr. Ray ha demostrado convincentemente cómo un hombre, aunque no pueda mantenerse exclusivamente de su trabajo con la rueca, puede, sin embargo, satisfacer las necesidades del pueblo. Mas aún, hoy que el país está al borde de la ruina, la rueca es el único medio de salvarlo. Por lo tanto, el hilar es una verdadera ofrenda a Dios. "Aquel que no se conforma con esta' rueda univer­sal, vive solamente para la gratificación de sus propios deseos, vive su vida, en otras palabras, sin ningún propósito" (Gita 111, 16) (12) En estos momentos, la Rueda Universal sólo puede ser para noso­tros la rueca. Es posible que, cuando el verso en cuestión fue escri­to, el gran poeta Vyasa, su autor vidente, pudiera no tener la rueca en mente, pero he aquí que los poetas escriben para todos los tiempos y es la perfección y belleza de un poema lo que permite sacar de él significados que el autor no tuvo nunca en mente. En tanto afirmaciones de principios, dichas líneas son eternas. Rinde frutos muy ricos. Es mi humilde opinión que tenemos derecho a arrancar cualquier cantidad de bellos frutos que puedan crecer en el árbol de tan inapreciable e imperecedera poesía. Tanto el poeta como el servidor. el patrón y el criado, la patrona y la doncella, todos deben trabajar para el bien común. El millonario puede no trabajar ni manejar la rueca para sí mismo, esto debe hacerlo por el bien del país y del pueblo, pues de otra manera, en las palabras de la Gita, vive su vida sin ningún propósito.

(De Gujarati) Navajivan, 23 - 10 - 1921.

(12) Bhallava d Glla, 111. 16

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8. DISCURSO SOBRE LOS "VOTOS DE LA VIDA COMUNITARIA EN LOS ASHRAMS" En la Asociación Cristiana de Jóvenes, Madrás (13)

16 de fe brero de 1916

Seño r Presidente y estimad os am igo s:

Con f recu encia he dicho qu e no me agrada oí r m i propia voz y les asequr o que est a mañana también mantengo la mi sm a p osi­ción .

Podé is cre erme cu ando os d igo qu e só lo m i gran aprecio por lo s est ud ian tes a qu ienes am o , respeto y a qu ienes considero como la espe ranza del futuro para la India, me han hecho acep ta r est a in vit ac ión p ara dir igi ros la palab ra est a m añana . N o sab ia qué t ema elegir, un am igo m e ha ped ido mediante una nota qu e instru­y a a lo s estud iante s acerc a del In c idente de Bena res. ("Hear ,hear") (14). Me tem o qu e ten dré que decepc io nar a este amigo y a aq ue­ll os entre vosot ros que os habé is reunido con esta intenció n . No creo que se deba en fatizar ese "incidente" . Se trata de ol as que siem pr e vi enen y van. Por ello esta mañana más bi en trataré de abr iros mi alm a en rel ación a algo qu e at esoro p or enci m a de cual­quier ot ra cosa. (15)

(1 3) Siendo p resid en t e de l M ad rás Chris tian Co llege el Rev. G eorge Plt t en d rl n qh , esto fu e pu bl i cad o en el Indi an Revlew con la si guien t e N ota d el E d itor: Hemos recib i­dO va n as p rogu nla s de n u estr o s lectores en rel ación a la nueva o rga niza ció n del señor Gand hi , la Sary ágrahash rarn . N os complace poder br i n dar e l sig u ie n te infor­me ac er c a d el As nrarn a parti r de un Informe especia l del di scurso q ue el señ o r Ga nd lll iu zo hace a lg ú n ti empo en M ad r ás. D esd e entonces el in fo rm e ha si d o rev i sado po r e l Sr. G andhi Y por ello se pu ede t omar co m o u na ex posic ió n au t or i­za da d e l os obre t ivo s de la s a tv áoranasnram del señ o r G and hl .

( 14) F o rma ex cl am ativa d e ap lauso utilizada en Ing lés pa ra at ra er la at en ción aprobado­ra a io qu e rJice el or ador . En Benares, en 1916. en un a re u n ió n nac iona l el jo ve n Gan dhi usó pa labras tan radical es contra l a opul encia princ ipesca q u e los ma r aj ás dejaron e l est rad o en p ro te st a y esc an d a li zados, per o la j u ventu d re vo l u c io nar ia ac lamó .

(15) E ste párrafo es de The Hlndu, 16 - 21 1916.

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A muchos de m is est ud ian tes qu e vinieron el año pasado a platicar conmigo, les d ije (en el Gookhale Club, Mad rás, el lOA. 1915) (16) que estaba a punto de est ab lecer una instituc ión labo­ral -un Ashram- en algún lugar de la India, y es acerca de ese lugar que 05 vaya hablar esta mañana . Pien so y as í lo he pensado a lo largo de toda mi v ida pública, que lo qu e necesitamos, lo que cualquier nación necesita, pero tal vez nosot ro s entre t od as las naciones necesitamos justamente ahora, es nada m ás y nada menos que la formación del carácter del temperamento. .. L a soluc ión no está en voluntariamente llena r las cá rcele s. Si la In d ia no vu elv e al svadesh i, el entusiasta y masivo encarcelami ento no la convert irá en autosuficiente n i al imentará a m ill one s de hamb rientos. Sólo podremos establecer Svarádj con las cuatro partes vit ales del pro­grama que están dirigidas a todas y todos no só lo a dete rminad as clases. El lector no debe molestarse pues me oirá repet i r las conti ­nuamente : 1) convivencia respetuosa de todos los indos: hindú es, mahometanos, sikhs, pa rsis, crist ianos, jud lO S , etc ., 2) e l svadeshi, esto es: fabricación y uso de Khadi tejido a mano , excluyendo toda ropa extranjera, 3) lo s hindúes ya no deben excomu lgar a los pa rias, o sea: el iminación de la intocabilidad por 105 hindú es; y 4) observación de la no-violenc ia por tod os. Estos son com o lo s cuatro pilares de una cama. Si qu itamos uno de ell os, no se podrá sostener.

zProh ibic i ón del bonete nac ional khadi?

Un amigo me ha enviad o documentac ión acerca de un pl eit o que viene sosteniendo un abogado local con un Sub-Juez de Devrukh en el D istrito de Rátn agiri en to rn o a su bo nete nac ion al de khadi . El Sr . J .V . Va idya, el abo gado local en cuest ió n , recibi ó la sigui ent e orden de parte del subju ez en contra suya:

"El Sr. V aidy a ha apar ecid o hoy en la Corte co n un bonete khadi, conoc ido comúnmente cornol a gorra o el "bonete Gandh i " De conformidad con el parecer de la Corte Surprem a, t al co mo fuera expresado en la rec iente carta del Jefe de Just ic ia d irig ida al Juez del D ist r i t o de Rát nagi r i , un extracto de la cual fue rem itida al co legio de abogados de Devrukh , he ma nifestado al Sr . Vaidya que considero su p resen tac ión del día de hoy u sando un bonete

(16) Ver " al o cu c ió n al Gó xnate C lub", Madrás, 10- 4- 1915.

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khadi como una muestra de desacato a la Corte y le he ordenado que abandone de inmediato la Corte y que no vuelva a aparecer ante la Corte usando el bonete "nacional", a menos que y antes de que el Juez del Distrito o la Corte Suprema indique otra cosa. Se remiti r á al Juez del Distrito una copia de la declaración del Sr. Vaidya y de esta orden a fin de que se actúe como se juzgue adecuado".

La siguiente es una copia del extracto de la carta del Jefe de Ju sticia que fuera comunicada al Colegio de Abogados:

"La Corte Superior está decididamente en contra de que los abogado s locales usen el bonete Candhi en la Corte y considera rá a cualquier abogado que us e el bonete Gandhi en la Corte como cul ­pable de desacato al Juez.

Confiamos en que el buen sentido de los abogados prevale­cerá una vez que sepan cuál es la opinión de la Corte Suprema.

No deberá aparecer anle la Corte ningún abogado que use un tocado, a menos que éste sea un turbante. Por favor informe a estos ab ogados que la Corte Sup rema desaprueba enérgicamente su conducta" .

A esto , el Sub-Juez añadió la siguiente exhortaci ón:

"El sus crito espera que los abogados acatarán la opiruon expresada aqu í por la Corte Suprema y que no habrá ocasión para que el suscrito la haga ejecutar en esta Corte".

Colateralmente a la discusión de asuntos urgentes, no dudo en ocupar el espacio de que dispongo para discutir una orden que sólo afecta a unos cuantos abogados. Pero el principio que yace en la base de est a guerra contra el bonete khadi es de la mayor impor­tancia. Demuestra cómo los adversarios intentan aniquilar movi­mientos inocent es pero morales y económicos. Con toda seguri­dad, el Jefe de Justicia, fuera de su posición oficial, no podria exceptuar u n loc ada que miles de hombres en la India que ocupan una posición elevada, aceptan con respeto . Tampoco se puede pretender qu e los abogados que adoptan el bonete nacional lo hagan por de sacato a la Corte, sino que lo hacen por respeto a sí mismos y a la nación a la que pertenecen. Lo hacen porque no desean ocultar su religión o su posición polltica, sea cual sea el enjuiciamiento que se hace a la adopción del bonete khadi . Un hombre que no se respete a sí mismo, se convierte en un lacayo. ZSon lacayos los abogados o son funcionarios de la Corte Supre­ma? Si se denominan los custodios de la libertad del pueblo

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é deben someterse a verse privados de su propia libertad? Compren ­do que el Sr. Vaidya haya decidido renunciar a su práctica legal, si no puede ejercerla con dignidad yautorrespeto. Por lo tanto, él ha sentado una protesta contra la orden y ha dejado de aparecer ante el Sub-Juez hasta que el asunto se decidió favorablemente para él. y me he enterado que los demás miemb ros del Colegio local de Abogados también están coordinando entre silos pasos a seguir para reivindicar su honor y libertad de acci ón en mate ria de vestido . Esperamos que si los abogados no pueden suspender su práctica, o si los estudiantes no se retiran de las escuelas y unive r­sidades del Gobierno, por lo menos ofrecerán una valiente pelea para sostener su propio honor personal tal como lo han hecho los estud iantes de medi cina de Vlzagapatam .

9. DISCURSO EN CHIKHADORA TOMO XIV LAS PRENDAS FINAS

El ejercicio del svadeshi puro,significaba sacrificar su gusto por las galas y ad ornos. Gandhi pidió a la naci ón que sacrifi­car a su gusto por las fina s prend as procedentes de Europa y el Japón y que se satisfaciera con las burdas pero bella s telas tejidas en sus ruecas ("khadi"), con el hilo hilado por millones de sus her­manas . Si la na ción habl a realmente despertado ante el peligro que se cern ia sob re sus religion es y su autorresp eto , habr ía perci ­bido sin duda la absoluta e inmediata necesidad de adop tar el svadeshi en su forma intensiva, y si el pueblo de India adoptaba el svadesh i con el celo religioso con que él les habla rogado que lo hic ieran, segu ram ente su adopción los armarla de un nuevo poder y producirla una inequlvoca impresión en todo el mund o.

Por lo tanto, él esperaba que los musulman es die ran el ejem ­plo abandonando todas las galas que tanto amaban y adoptaran las ropas simples que pod (an ser producidas con el trabajo manual de sus hermanas y hermanos en sus p ropias cabañas. Y él esperaba que 105 hindúes seguirlan este ejemplo . Se trataba de un sacrificio en el cual toda la nación, todo hombre, mujer y niño pod la tomar parte" .

Young India 4 de Agosto de 1920

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10. SVARAJ y SVADESHI, AUTOGOBIERNO y AUTARQUIA

", .• En mi opinión, la ropa hecha en fáb ricas de la India es setenticinco por ciento extranjera. La maquinaria en que se teje la tela es extranjera, y todo el beneficio que produce es para trabaja­dores extranjeros. Aquellos que usan ropa hecha en fábricas pue­den tener esta satisfacción: que el dinero que pagan por su manu­factura irá donde nuestros obreros de las fábricas. Pero casi nadie se det iene a considerar que estos obreros , al dejar su agricultura, abandonan una hermosa profesión y una vida sencilla para ingresar a las fábricas. Mi consejo es por lo tanto que vosotros, en estas aldeas circundantes donde imperan las órdenes de Dáyanand Sár as­wati, vistáis vuestra propia ropa y mantengáis así la regla de no­posesión y la de no-violenc ia, ya que ambas están inc lu i das en la ley del svadeshi. Este último contiene en su interior los principios básicos de los "satyágrahis" o sea los militantes no-violentos .

17 de abr il de 1918

11. 344. DISCURSO SOBRE SVADESHI, BOMBAY UN POCO DE HISTORIA

17de Junio de 1919

Las ideas que solía expresar gradualmente desde el año 1900 han sido confirmadas por mi experiencia aquí en la India. En tanto no logremos observa r escrupulosamente la regla del svadeshi, no tendremos éxito en lograr el svaraj. Aquellos que han leido algún l ibro sobre la h istoria de la India reco rdarán al instante que los holandeses, los franceses y los británicos vinieron a la India teniendo el comercio como único fin . No teníamos armada en ese entonces, aunque por supuesto teníamos una flota mercante. La preocupación que tiene nuestro pueblo por el dharma es suficiente evidencia de que la India dependía totalmente de sus hab ilidades para defender su comercio. La fina calidad de ropa qu e entonces producía la India no se pod ía hallar en ningún otro pa ís, y fue esto

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lo qu e at rajo a me rcaderes extra njer os hasta la In di a. El trabajo de f il igrana real izado an ter io rm ente en la Indi a era tan bue no y tan artísti co que no ten ía paragón en ni ngún ot ro lu gar del mundo. Co n el avance de la ci enci a,l os sabios europeos han atestigu ado que nu est ras c ienci as, y hast a nuestr os libro s sagrados, sal iero n al ex tr anj ero sigu iendo lo s m ismos pasos de nu estro co me rcio. Esto atrajo la m ira d a de mercaderes de los tres p ai ses (Portugal, F ranci a y Gran B ret aña) y ellos se ll evar on consigo car game nt os de ma ravi ­ll as desde la Ind ia. Eran tan maravillosas las cosas producidas en el p ars por aquel entonces que estos comerciantes consideraron muy rentable llevarse cargamentos con ellos. T ambién se ll evaron de aqu¡ especies y h ierbas. Esta m isma Indi a que ten ía reputación de ser un p ais pr óspero, un o de lo s primer os en m ateri a de comer ci o , ha ca rdo en la actua l sit uación de aprem io , v iénd ose obligada a Imp or tar lo que necesita desde el ex t ranje ro . En nin gún otro pafs hal laréis semeja n te traged ia.

En mi opi n ión , la pr inc ipal razó n de esta m iser able con dición es nuest ra pérdid a de interés en lo s obje to s svadesh i, y lo mi smo pensaréi s voso t ros si só lo os pon éi s a pensar en el lo , y a que no hall aréis ningún ot ro pais que hay a avanzado dándo le la espald a a sus propi os pr od uctos. No han pasado m uc hos siglos desde qu e se introd uj o el li bre co me rc io en Inglater ra, aún en t onces I ngl at er ra p ro te gió su comercio, nunca se permiti ó a si mi sma estar en las m ismas co nd ic iones en que nos hallam os (h oy en 1919).

L os pu ebl os de Au st rali a y Nueva Ze lan d ia y el de Sud Afr ic a, (d el cu al tengo ex pe rienc ias pe rsonales) u til iz an libremente pr o­duc tos de sus p ropios países y f ijan im pu est os a los bi enes impor­tado s co m o co nsideran m ás conveniente; y a qu e no depend en de esos bi enes. N osotros en la Ind ia hem os pe rd id o hasta nuestra 1I berta d porqu e abando namos el svadesh i. Aunqu e de algún m od o se cons ide ra ex t ranjeros a los em perado res M ógul es, baj o su gob ier­no la Indi a no se vi ó reduci da a la depl or abl e cond ic ión en qu e se hall a hoy, ya qu e en tonc es la In dia ten ía un co merci o y una indus­tri a flo reci ente. In clu so lo s luj os qu e rodeaban a los Emperado res eran pr oducto de la arte san la nat iva, de modo que la r iqueza del país perman ec ía en el pa ís. La v ista de nuestros ant iguos monu­mentos tale s com o el Taj Mahál, el Kutúb Minár, etc . no pueden m enos qu e rec o rd arn os la prospe ri dad de nuestros d las pasados .

Cuando segui m os escrupul osamente la ley del svadesh i , hasta el gobi ern o br itánico puede dejar de ser un gobierno extranjero y convertirse en gobierno svadeshi. Cuand o cesem os de importar bienes del exterior, nuestras relaciones con los pa íses extranjeros

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ya no se basarán en consideraciones de interés propio sino que se inspirarán en la preocupación por el bienestar general. Sólo cuando todas las naciones del mundo busquen su bienestar con un sentido de parentesco entre ellas como si se tratara de miembros de una misma familia, sólo entonces Inglaterra adoptará una nueva actitud hacia nosotros. Ni siquiera somos capaces de seguir nuestro dhar­ma, de usar el svadeshi, ¿cómo entonces, podemos compararnos a nosotros mismos con Inglaterra? Svadeshi es nuestro dharma prin­cipal; no seguirlo y aún así confiar en el progreso de la India es como esperar hallar una flor en el cielo .

Cuando se introdujo el svadeshi en Bengala, el pueblo no esta­ba aún preparado para él, tampoco lo estaban los comerciantes. Los dirigentes de entonces se embarcaron en la tarea de esparcir el svadeshi a lo largo y ancho de la nación, pero lo abandonaron y, en el intento de emprender un paso demasiado grande, lo perdie­ron todo. Deberíamos volver a adoptar lo que hemos abandonado en estos 200 años. Si pensamos utilizar todo en svadeshi a la vez, el resultado será que no lograremos utilizar nada. Estoy colocando ante el pueblo un programa gradual que puede asimilar y llevar a cabo. Si empezamos usando sólo ropa svadeshi, evitaremos la pér­dida de 600 millones de rupias que van a paises extranjeros por ese concepto. Como veis no se trata de una ganancia pequeña.

El voto svadeshi más puro consistirá en usar ropa hecha con el hilo hilado por nuestra esposa, hermanas e hijas en nuestros hogares.

Ni siquiera la ropa nacional hecha a máquina podrá ser trata­da como si fuera svadeshi puro, aunque el hilo nacional empleado en ella se produce aquí, pues termina en costosas máquinas en el extranjero con técnicas extranjeras. Eso significa que somos total­mente dependientes (en lo que respecta a ropa fabricada) de fuen­tes extranjeras.

El jueves verán en la tienda de Náranda un stock de bienes svadeshi que proveerán la ropa que se precisa para obsersar el voto de svadeshi no adulterara y sin mezcla. La principal razón de que estemos hasta ahora en semejante estado, es nuestro letargo y nuestra carencia de patriotismo. Hubo un tiempo en la India en que se trabajaba con máquinas perfectas que un carpintero en con­diciones normales podía hacer en un sólo dia.

Shri Narandas y Shri Vithaldas han asumido la administra­ción de una tienda de svadeshi puro y esparcen la idea a lo largo del país. Espero que aprovecharéis esta tienda de Svadeshi inte­gral, no adulterada .

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(Del idioma gujarati)

Gujarati, 22 de junio de 1919

12. DISCURSO EN LA ASOCIACION GUJARATI BANDHU SABHA, EN PUNA. 11

TRES FLAGELOS Y SU REMEDIO (8 de agosto de 1919)

En estos d ias el tema de mis conferencias es el svadesh i. Res­to tiempo a otras actividades pa ra dárselo todo al svadesh i. A t ra­vés del svadeshi obtendremos el swaráj . Cuando habl é ace rca de "Svadeshi y Svaráj" en Surat (18), se me ocu rrió que debe r ia expli car al pueblo cóm o el svade sh i podía cu bri r todo cuanto ten ia en el corazón. Actua lmente qu iero propagar esta ide a y espero que, en unos poco s d ias o tal vez algunos meses, todo el mundo en la Ind ia, desde e l Virrey hasta el barrendero, reali zará ese svadesh i que puede p rocurar svar ádj o autogobierno nacional y regional.

Co n este fin, es imperativo que e l ide al de svadeshi se manten­ga puro ; es algo tan grande que no debe ser degradado.

Actu almente la Ind ia sufre de tre s t ipo s de calamidades:

1. ENFERMEDAD: Nu nca en el pasado e l pu ebl o de la India ha sido afligido por tantas enfermedades com o lo es ahora . El núme­ro de gent e que padece enfermedades en este pais es mayo r que en ninguna otra parte del mundo. (1919)

2. HAMBRE. Un sim p le hecho confirmado por la expe rienci a durante los últimos años es que euna gran parte del pueblo de la India no t iene suficiente co mida. Si r Will iam Wilson Hunter dijo categóricamente hace cuarenta años que treinta millones de perso­nas en la Ind ia só lo hacían una comida al día, y que aun esa cons is­

(16) Ver Vol. XV, PP. 484-90

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tía nada más que de pan solo y sal. Lo que es más, ni siquiera tenían manteca, aceite o picantes. Esta era nuestra desgracia hace cuarenta años. Todos los funcionarios se han visto obligados a admitir en el Libro Azul (19) que la pobreza de la India aumenta día a día y la cuota de los agricultores especialmente es la peor, esto porque sólo ellos saben quiénes van a vivir a las aldeas. Si averiguáis acerca de la gente de Gujarat, sabréis las enormes difi­cultades que tienen que atravesar para poder obtener leche. Les es casi imposible, aun para dársela a un niño de seis meses. Doquiera que interrogaba a la gente de las aldeas alrededor de Ahmdabad, se me dijo que, sin contarlos a ellos, ni siquiera sus niños podían conseguir leche . Podréis ver a partir de ello que nuestra condición actual es mucho peor que la que teníamos hace cuarenta años.

3. INSUFICIENTE VESTIDO PARA EL CUERPO: Actualmen­te la India también padece una carencia de ropa (1 yarda 1 codo = 0 ,914 metros) . Según los estimados de Sir Dinshaw Wacha (20), hace cuatro años la gente de la India obtenía 13 codos de tela percáplta, en tanto que ahora sólo obtiene '9 . Esto significa que'ha habido una reducción de cuatro codos por cabeza y que en esa medida ha aumentado nuestra pobreza.

Cuando me hallaba trabajando en Champáran hace dos años, tuve la experiencia personal con las mujeres que protestaban ante mí, sin ambages, diciendo que no tenían ropa para cambiar y, fuera de su única sari que no tenían ni un pedazo de tela con qué cubrir sus extremidades desnudas; é cómo entonces, me pregunta­ban, podrían bañarse y lavarse para mantenerse limpias? Mi cora­zón sangró al ver a nuestras hermanas de corazón puro en una situación tan lamentable.

Un país afligido por este triple mal pierde las virtudes de valor, fortaleza y veracidad . El pueblo de un país en esas condicio­nes no tiene dharma en sí y hasta emplearía la palabra "indigno de un ser humano" para describirlo . También aqu í en la India hemos estado empleando ese térm ino en estos dras.

(19) Libro Azul de los Informes Oficiales para la Corona Inglesa. (N. del T)

(20) Sir Dlnsllaw Edul)l Wacha (1844· 1936); prominente político Parsí: Presidente del Congreso Nacional de la India, 1901, ver Vol . i 1, P. 380. En 1980, ca d a Indo disponía de 11,B8 metros, en 1919 s610 se viste de 8,22 m al ano.

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Cuando, con esta idea en mente, interrogué a la gente, la respuesta que obtuve fue que el dharma debla ser restaurado . Es indudable que hemos perdido nuestro dharma o vocación nacional , pero, en las actuales circunstancias, restaurarlo será una tarea muy dificil, ya que es extraordinariamente dificil que un hombre sumi­do en la miseria cumpla con su ley , su deber, o sea, con el dharma . Sólo un esp Iritu especia l puede hacerlo . Llamo yogu is a esas per­sonas. Sin embargo, no todo el mundo puede converti rse en y ogu i . y as í, por la pureza del alma, o sea el atm an, la pureza del cuerpo también es esencial . "Una mente (atman) sana sólo puede habitar en un cuerpo sano" . Para revivir las virtudes del coraje y demás, debemos elim inar este triple mal (h ambre, enfermedad, falta de ropa) . Un hombre que puede segu i r el dharma en m edi o de tanto sufrim iento es lo que llam o un yogui.

Para curar la enfermedad, se preci sa de un esfu erzo audaz , que demanda con ocim ient o . Tendremos que sacrif icar nuestro tiempo para salvar a la gente afl igida con tales enfermedades. Debemos primero averiguar si la gen te padece hamb re debido a su letargo o por necesidad . Hay alimentos en abundancia en la India, pero los hambrientos deben tener acceso a ellos. Pero necesitan dinero con que comprarlos, y es por falta de ingresos que la India es pobre.

Se necesita del svadeshi para combatir est a situaci ón . Median­te le svadeshi protegemos nuestro algodón y nuestra seda. Esta es mi definición restr ingida del svadeshi en el contexto actual. El año pasado pagamos a pai ses extranjeros 560 millones de rupias por produc tos de algodón y 40 por bien es de seda. El reve renda Dadabhai Naoroj i sol la decir que se estaban vaciando los fondos de la India. Es cierto que una gran parte de este dinero se gasta en asuntos mil itares y en pagar pensiones; sin embargo, yo personal ­mente, dir ia que lo que más vac ía los fondos es la falta de svadeshi. El año pasado se pagaron 180 millone s por azúcar . Otros aspectos también vactan mu cho los fondos, pero no es importante mencionarl os ahora. Quiero atacar el meollo y una vez que lo logre, las demás fugas se detendrán por SI mismas. Nuestra primera obligación entonces, en las actuales circunstancias, es seguir el svadesh í en su significado restringido ; con este fin, deben observarse los tres votos que he dado . Primero lograd el control del comercio en hilo, y obtendréis el resto bastante fácilmente. Hoy somos incapaces de producir su ficiente ropa para satisfacer nuestras necesidades. Nuestras fábricas no pueden proporcionar­nos la que necesitamos. Debemos tomar medidas para .que .la 1 ndia

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pueda producir cosas que actualmente no fabrica; se nos plantea pues este problema. Ahora estoy discutiendo este problema con los ind ust riales y, en el curso de nuestras conversaciones, Sir Fázal­bhai Kárim bhai me dijo que tomaría cincuenta años antes de que las fábricas puedan abastecer de ropa en la cantidad requerida. ¿Debemos esperar entonces que pasen cincuenta años? Vemos, por el informe de la Comisión de Industrias, que en el país se puede producir un tercio de la cantidad de ropa a través del tejido manual y que, si esta industria casera se desarrolla , las cosas serán más fáciles para nosotros. Las fábricas necesitan máquinas y por ello somos dependientes de otros. Los países extranjeros no poseen tantas máquinas como para prescindir de ellas (y poder regalároslas). Algunos dicen que toma un año para que una fábrica obtenga una máquina, y su instalación presenta muchas dificulta­des . Considerando todos estos obstácu los, el tej ido a mano parece muy fácil, ya que no requiere todo este esfuerzo. Un hombre de mediana capacidad puede aprender el trabajo en un período de seis meses, y uno, con algo de inteligencia, puede manejar la rueca en tres meses. El método para hilar es sumamente s imp le. A mí solo me tomó 15 d ras aprenderlo.

Hace cientocincu enta años, nosotros mismos producíamos nuest ra ropa. Cada ma d re en la Ind ia hacía ese trabajo por amor a Dios. Todavía so n visibles los rast ros de este secular deseo en la mujer de la Ind ia. Cuando visité recientemente Vijapur y Kalol, est uve con casi 20.000 hombre~ y m ujeres. En las charlas que sos­tuv im os, las m ujeres me dijeron que éste era un buen ex periemen­to, y q ue e ra fáci l. S i se les p roporci na ba u na rueva , (d ijeron ) tam­bién e llas pod rl an t rabajar. Actua lmen te, cient ocincuent a mu jeres en Vijap u r h ilan me d io m aund (21 ) de a lgodó n d iar iamen te y , si se les propo rc iona el algod ó n , hay cuatro c ie ntas mu je res listas para tr abajar . Las muj e res de Kalo l dan la m ism a respuesta . Mi qu e rid o am igo e l seria r Chetti ar vino a ve rme desde Mad rás . Cuando vi que también su esp osa ha bía venido, le d ije al señ or Chett iar que la retend rí a u nos ocho días, ya que ser ía m uy provech os o que ella aprendiera a hilar antes de irse . Ella acep tó m i suge rencia inmedi a­tamente y partió só lo después de que ap re nd ió a hilar. E lla aceptó , no por su aprecio pe rsonal hac ia mi, s ino por ue am aba el trabajo. Esto mues tra que el hilado es he red it a rio ent re noso t ros. Aque­

(21) M au n d : m ed ida eq u lvaten r e a 100 lbs. tr o v

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llos que leen a Darwin comprenden la teoría de la herencia . Si rehusamos asumir este trabajo, perderemos nuestra herencia . Apelo a vosotros para que no perdáis la fe. Si sólo lo intentamos, se creará un ambiente fav orable y recuperaremos la herencia que hem os repudiado , El Director Páranjapye (22) dijo que perdería­mos en la competencia comercial con el resto del mundo. Pero Svadeshi no es una cuestión de riva lidad. Antes bien, ésta es una cuestión de libertad económica para los cam pesinos y para los pobres . El Agricultor es el padre del mundo . Tomad el ejemplo de América o de l Japón . Allá ayudan al que cultiva. También nuestro Gobernador está ansioso por saber cóm o pu ede ayudársele al que cultiva. El problema puede resolve rse de acuerdo con los principios de la Econorn ra.

Mi consejo. jóvenes, es que asumáis este trabajo manual. Es lo suficientemente fácil y no requiere un esfu erzo especial, ni tam­poco requiere mucha inteligencia. Lo único que es necesari o es algo de experiencia . Uno disfruta de m ayor libertad a travé s de este lr abajo. El hombre que hila gana tres annas al día, pero el hombre que teje gana ocho annas. Hablando a los tejedores de Mádanwadi en Bombay, llegué a saber que muchos de ellos gana­ban hasta una rupia , otros hasta dos rupias al día . Esta industria casera es útil pa 'a nosotros. Debe ser ampliamente popularizada. Aún la c lase educada debe apr ender algo de l o fic io , Así como todo niño en Inglaterra sabe algo acerca de! trabajo naval, igual­mente todo s deb er iam os aprender nuestra artesarua tradicional .

Si de esta manera, la India comprende esta mantra (23) y empieza a trabajar como si se tratara de una obligación religiosa, la condici ón económica del país mejorará y el hambre y la enferme­dad desaparecerán de nuestro medio . Como comprendéis la idea, oraré p orque la pongáis en práctica .

(Del Gujarati) "Indian Opinion", la de octubre de 1919

(22) R, P. Paranjapye, Director, Fergusson Coll ege , Poona,

(23) Fórmula mágica, pero en este contexto significa "mensaje".

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13. RAQUETA DE TENiS O RUECA?

"La tercera condición para el svar'adj es el svadeshi. Deberíais manejar la rueca en vez de jugar con la raqueta de

tenis. Todo el mundo deberla tener una rueca. Hubo una época en que la idea de boicotear la ropa extranjera se consideraba ridf­cula e impracticable. Hoy ese temor se ha desvanecido. El voto del svadeshi es un voto que todo el mundo puede implementar. Si no somos siqu iera capaces de hacer esto, debemos abandonar la esperanza de lograr el svaráj. Deberíamos andar en taparrabos antes de usar ropa extranjera. Nagpur tiene un gran número de tejedores. Ellos deben abandonar el tejido de hilo extranjero contaminado y decidirse a tejer el hilo puro hilado por sus propias madres y hermanas. No es el hilo hilado a mano el débil, sino nuestros corazones. Es por ello que nos resistimos a tejerlo".

(De Gudjarati) Navajivan,3/IV/l921 Vol. 19 1966

14. AUTOGOBIERNO

.. . Tengo la firme convicción de que si exhibimos fortaleza de carácter, facultad de reorganización y el poder de un autocon­trol ejemplar, todo lo cual es necesario para lograr totalmente el svadeshi, alcanzaremos la independencia nacional y el autogobier­no personal svarádj o sea sin nada m ás".

The Hindu, 23/1 X/1921 Vol. 21 1966

15. ECONO MIA INDA 232.

Un amigo ha colocado en mis manos un boletín acerca del Comercio de la India en géneros que se venden por piezas, prepa­rado por el señor A.C. Coubrough C. B. E. por encargo del Gobier­

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no británico colonia l de la India. Contiene la siguiente nota a

modo de p refac io : "El Go bierno d la I nd ia desea dej ar en cla ro que las afirma­

ciones hechas y las op in io nes exp resadas en este bo let ín son pro­pi as del autor" .

Si es así, Zp or qu é recarga el G o bierno col onial de la India al público que pa ga im pu esto s, con el gast o de d ic hos bo le t mes? El que est á ante mí es el número 16 de t oda una ser ie el" pu b li cac io­nes. ¿Publican acaso ambos lad os del problema ?

El bole t ín que exam ina m os pret en de ser un .i resp uesta él l

movimiento svad esh i. Es una dec la rac ión oficial que co nt iene numerosos cuadros don de ap arece la si t uac ió n de los gén eros imp ortad os y fab ri cad os en el p aís, inc luy end o los tej idos a rnan o . Pero no ayud a al lec tor a estudiar el m ov imie nt o. E l conc i nzud o autor no ha de stinado esfuerzos en efec tu ar un est ud io del m ov r­m ient o actual o de su alcance. El hecho de q ue el G obie rn o de la Ind ia trate al mov imiento m ás grandem en te const ruc t ivo y coo pe­rat ivo del p ais co n sup remo despreci o y que d esp i l ía rre el d inero del pueblo en una inútil refutación en vez de efectu ar un est ud io acerca de él y apli ca rl e un t ratam iento ben évo l ,es tal vez la m ej or co ndena que se pued a pronu nciar acer ca del sistem a qu e se vi ene apl icando .

E l argum ento del autor es: 1. Nuestro m ov im ien t o , si ti en e éx i to , c tua rá no corno u n

aranc el protecc io nista sin o p rohi bi t ivo .

2 . Esto sólo dará por resulta do el enr iquec im ien t o del cap i ta­li sta de la Indi a y casti gar-á al consum ido r.

3. L as imp ortaci on es no so n com pe titi vas. y a qu e el grueso del t ipo d e géneros im p or tad os n o se f abr ican n la Ind ia y no ti enen al ternat iva nac ion al.

4. El resu l tad o de bo ico tear d ichos géneros im po rtad os será un alza de p rec ios sin el e rr espond ien te ben efi c io .

5 . Como el bo ico t se alza con tra la ley de la o ferta y I dem anda, y con t ra el consu m id o r, debe f ina lmente fracasar .

6 . L a h istór ic a d estru cc i én d u rante el co loni aje de l h ilado a m ano, qu e Gand h: ha dep lo rad o , se debe a causas nat u ra les, tales

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como la invención de instrumentos y máquinas que ahorran tiem­po y, por lo tanto, era inevitable.

7. El agricultor de la India es responsable de su propia ruina ya que ha descuidado, negligentemente, el cultivo del algodón que fuera tan bueno antes.

8. El mejor servicio que puedo yo prestar es por lo tanto, el de inducir al agricultor a mejorar la calidad del algodón .

9. El autor concluyó así: Si en vez de llenar los hogares con inútiles ruecas y tornos de

hilar (charkahas), inciara Gandhi una propaganda para hacer más intensivo el cultivo del algodón y particularmente para la produc­ción de algodón de hebra larga, su influencia se sentiría no sólo hoy sino du rante muchas generaciones.

El lector podrá así apreciar que lo que yo considero como una suprema necesidad para la salvación económica de la Ind ia, es considerado por el autor como insen satez. Por lo tanto no hay co incidencias posibles . Y a pesar del prefacio del Gobierno colo­nial de la India qu e he reproducido, el autor SI representa la acti­tud del Gobierno británico. Los he desafiado a ellos ya los coope­radores con los británicos en forma definitiva, a cualquier precio.

No se preocupan por sus implicancias poi íticas porque no creen en ellas. Y con seguridad, no necesitan sentirse apenados si, contra sus expectativas, el aumento de ruecas provoca un aumento en el poder poi ítico del pueblo . En lugar de haberle hecho la guerra al khadi, hubieran podido popularizar su empleo y desarmar así la terrible sospecha que pende sobre ellos, la de que desean beneficiar al fabricante extranjero a expensas del agricultor de la India. Mi invitación permanece abierta siempre . Yo profetizo que cualqu iera que sea el destino de las demás partes del programa nacional, el svadeshi tal como es ahora, permanecerá para siempre y debe ser así si queremos desterrar la miseria de la India.

Aunque soy un lego, me atrevo a decir que las llamadas leyes que figuran en los libros de economía no son inmutables como las leyes de los Medas y los Persas, ni tampoco son leyes univers.Jes. La eConomía de Inglaterra es muy diferente a la de Alemania . Ale­mania se enriqueció a través de la favorecida azúcar de remolacha . Inglaterra se enriqueció explotando mercados extranjeros . Lo que fue posible pa ra un área compacta no lo es para un área de 1900 millas de largo y 1500 de ancho. La economia de una nación está

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determinada por sus condi ciones climáticas, geológicas y tempera­mentales. Las condiciones de la India son dife rentes de las de Inglaterra en todos estos aspectos esenciales . Lo que alimenta a Inglaterra, en muchos casos envenena a la India. El caldo en el clima inglés puede ser muy bueno, pero es veneno para el clima cálido de la religiosa India. El ardiente whi sky del norte de las islas británicas puede ser un a necesidad allí, pe ro vue lve a un hindú incapacitado para el trabajo o para la soc ied ad [ 11 Escocia los abrigos de piel son indispensables , pero ser ían una l qa intolera­ble en la India. El libre comercio puede ser econ ón . .nnen te sen­sato para un país que se ha industrializad o, cuya pob.acion puede vivir en ciudades y así lo hace, a cuyo pueblo no le p reo cupa rap i­ñar a otras naciones, y por ello mantiene la m arin a más poderosa para proteger su comercio ant inatural (aunque , como p odrá perci­bir el lector, cuestiono esta moralidad). El "libre co merc io " ha demostrado ser una maldición para la India pu es la ha mantenid o en servidum breo

y ahora, respecto a las propuestas del señ or Coubrough : 1. Nuestro movimiento tiene como o bjet ivo servi r a lo s fines

de un arancel voluntario y prohibitivo.

2 . Pero está conceb ido de tal manera que ni beneficie indebi ­damente al capitalista ni afecte al con sumidor. Durante la etapa muy breve de transición, los precios de los produc t os nacional es pueden, y así lo están haciendo, in f larse. Pero el aumento solo puede ser temporal ya que la vasta mayoría de c onsum idores deben co nvertirse en sus propios fabricantes. Esta fabric ación dom éstica de hilo y tela en chozas no puede ser tan cara , ni siqu ie­ra como lo es la cocina doméstica que no pu ede se: reemp lazada por la cocina de un hotel . Más de 250 milla res de entes har án su prop io hilado manual y al tener h ilo podrán tener t ej ido manufac­turado en localidades vecinas. Esta población está en raizad a a la tierra y tiene por lo menos cuatro meses al a!10 en que perm anece inactiva, desocupada . Si hilan durante esas ho ras oci osas y t ien en el hilo tejido y lo usan, ninguna ropa tejida en fábri cas puede com­petir con su khadi . La ropa fabricada as. será la má s barata posible para ellos. Si el resto de la población no tomara parte en el proce­so, podría ser fácilmente abastecido con el ex ceden te manufactu­rado por estos 250 millares .

3 . Es ciert o que las importaciones no competitivas son mayo­

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res que las que compiten con las mercaderías fabricadas en las industrias de la India. En el esquema propuesto por mí no surge esa cuest ión, porque la idea central no es tanto llevar a cabo una guerra comercial con t ra pa íses ext ranje ros, com o el usar Ias horas de desocupación de la nación y así, por med io de procesos natura­les, ayudar a l iberarla de su creciente pauperización .

4. Ya he demostrado que el resultado del boicot no puede ser al final una elevación en el precio de la ropa.

5. El boicot propuesto no va contra la ley de la oferta y la demanda, porque la suprime al fabricar suficiente para la demanda. El movimiento sí requiere un cambio en el gusto de parte de aque­llos que se han aco stumbrado a variedades de telas más finas y que auspician fantásticas combinaciones de colores y diseños.

6. He demostrado en estas páginas que la destrucción del hilado manual fue prevista y efectuada lo más inhumanamente posible por los agentes de la East India Company. Ninguna canti­dad de aparatos hubiera podido nunca desplazar este arte e indus­tria nacional, si no hubiera sido por su manera artificial y sistemá­ticamente cruel de llevar a cabo la destrucción.

7. l\Jo puedo responsabilizar al agricultor de la India por el deterioro del cultivo de algodón. Al destruir el hilado manual se quitó todo el incentivo necesario. Al Estado nunca le preocupó el agri cultor.

8. Me enorgullezco al pensar que mi actividad ya ha atrajdo la aten ción del agricultor hacia el mejoramiento del algodón. El sent ido artístico de la nación in sistirá en hilos finos para los cuales la hebra larga es una necesidad, El cultivo de algodón no puede por sí so lo solucionar el problema de la pobreza de la India. Ya qu e dejará siem p re intacta la cuestión de la desocupación forzosa.

9. Por lo tanto reclamo para la rueca (el charkha) el honor de ser capaz de sol uc ionar el problema de la angustia económ ica de una manera muy natural, sencilla, barata y empresarial . El ch ar­kh a, p or lo t anto, no sólo no es inútil como ignorantemente sugiere el auto r, sino que es un artículo útil e indispensable para cada hogar . Es el sím bo lo de la prosper idad de la nación y por lo tanto de la libertad . Es un sím bolo no de guerra com ercial sin o de

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paz comerc ial. N o l leva u n m en saje de m ala volun ta d hac ia las naciones de la ti erra , sino u no de buena vo lunta d y aut c ay ud a. N o necesitar á l a p rotecci ón de una ma r in a que am enace la p az del mun do y exp lote sus recu rsos, pero se necesita la det ermi naci ó n rel igi osa de m i llones para qu e h ilen su hilo en sus p ro p ios hoqares com o hoy cocinan su s al im entos en sus p rop i as casas. Puede que merezca la m ald ici ó n de la p ost er idad p or m uchos c. ror es d e orru ­si ón y co m isión , pero con f ío en ganar sus ben c! ir ,.' "p o su yC' r i l la resu r recc ió n del ch a rk ha. M e juego el t od o 1"" " I l j l' , ;/.1 que cada vuelt a de la rueca hila paz, bue na vo lu n t .xr ', "" 'y COI )

t od o e llo , así com o su pér d ida acarre ó la esc lav i tu. ,', ' ,1 I n ríi a . 1,1

vo lu n l ar ia resurrecci ón de la ru eca con t od as sus illlp l ll .JIl <..J a ~ debe siqru f icar la l i bert ad ej e la Indi a.

Y o ung Indi a, 8-] 2-19 2 1

16. UN TESTIMONIO DE L JOVEN N EH RU

" T o d a m i argu m en tac ión cons ist ía en que , hasta (~ I m o m e n to só lo e l svadeshi n o ha dem ostrado qu e p uede aY' Jd JI f os a ;:; 1 an z ar nu estr a li bert ad Lo intcn té co n la v io lc nc ra v la dejé d r ¡,l d o , L uego ensayé varios o tr-os camin os, E xp rcsé q ue lo il l l " l ' I ,~ 'c dosca­ba era liber ar a la I nd ia de la do rn inacr ón in cl1es,l , y t " ",1'01 Y el svadesh i eran aparen tem e nte los -uruc os me d ros p <il d : ' l () I c!l l u " ,

Pand it J áw aha rtal N eh ru " Y ou ng I ndia" , 8j XI/ /l 921 V ui . 2 1 (1966)

17. REVIVIR VOCACIONES OLVIDADAS 373. DI SCURSO SOBRE SVADESH 1 EN P..H ..~ O II,RA D (~4 )

29 d e i l : ; '1 de 1919

( 24) En:a reu n ión r ealiz ada b ajo l os au sp lc ios de l a aso cíactón S'. j : ' 1 5t l..•bna si en d o Ga n d h l p re sfde n t e. E l resum en de est e dJsc urso apa rcc . ó ~ ll " t ) ...,t 14 I n d ia. 2 , 7 191 9 .

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En la época de la partición de Bengala, durante el régimen de Lord Curzon, se inició un movimiento para impulsar al svadeshi en gran escala, pero, como lo he dicho en muchos lugares, dejó mucho que desear . Seguramente habrán deficiencias en cada nuevo movimiento. No deseo insistir en tales deficiencias, sólo consideramos cómo podemos evitarlas. Y si en el movimiento de esa época hubo fallas, también hubo mucho entusiasmo y otras vi rt ud es.

Aquellos que quieran hacer un trabajo bello y científicamen­te riguroso, o que quieran aprender bien, deben examinar las defi­ciencias que ha revelado la experiencia y, después de una adecuada investigación, deben tamizarlas y preparar un informe verídico.

Entonces, la falta que he notado en el movimiento anterior es ést a: que fue organizado en una escala demasiado grande. Está suficientemente claro que no podemos consegu ir en un solo esfuer­zo que todo sea svadeshi. Un voto sólo es un voto en tanto lo cum p lam os. Esto podrá entenderse fácilmente con la ayuda de una ilustración, la de un ángulo recto. No podemos tener en svad esh i todo lo que satisfaga todas nuestras necesidades al mismo tiempo y en igual medida y si hacemos un voto que requ iera esto, el resultado sólo puede ser imperfecto.

Pero si, no obstante, nos inspira el fervor moral necesario podemos hacer un voto de svadeshi integral y decidir que prescin­d iremos gradualmente de aquellas cosas que no podamos incluir en svadeshi, esa firmeza sí rendirá el resu lt ado deseado en el futuro.

Desde 1908 he considerado que podemos iniciar el experi­mento al respecto con la ropa . Hubo un tiempo en que la India iba a la cabeza de otros países. Si podemos formarnos una idea definida del tipo de disposici ones que lograron su prosperidad, h abremos abierto el camino para el éxito del experimento actual de reconstrucc ión.

La población de la India se dividía principalmente en dos clases: los unos eran agricultores y los otros tejedores. Iré más al lá y afirmaré que la gente que se dedicaba a la agricultura tam­bién se ocupaba del tejido en su tiempo libre. Me dirijo con este mensaje a las d amas, ya que es de ellas de qu ienes depende este arte . Tal vez vosot ros no ignoráis qu ién es el Dr . Harold Mann (25)

( / ~l) D el Pnon a A CJ I icut t u ra t c o ueoc. aut or d e " La nd ano L abour in a Oec ean Víll age".

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Realizó un estudio de las aldeas que se encuentran en las cerc a n ías de Puna y publicó dos libros. Ha demostrado, en base a sus obser­vaciones, que du rante los seis m eses qu e sigue n a l per lado de Ashadh y de Margashirsha (2 6 ), la clase campes ina no tiene e n qué ocupar su tiempo. Puede dedicarse al tej ido dura nte el perío­do en que no t iene tr abajo. Debid o a la ru ina de la oc up ac ió n de los tejed o res, e l 80 p o r c iento d e la p obl ació n qu eda sin em p leo y su deso cu p ac ió n aum en ta pe rman en temente . No es que la ge nt e misma pe rmanezca en le t a rgo . Lo q ue sucede es qu e n o t ien e o p o rtu n idad de asum ir otra ocupac ión tan produ ct iva como e l teji ­do . S i se d ice q ue la ca rga de t r ibu t ac ió n p a ra los agl iculto re s es m uc ho m ás pes ad a d e la que sa lia se r, co inc id iré co n e llo . Pe ro no es una justificación de que permanezcan ociosos,

• Durante lo s años 19 17 y '19 18 se im po rtó a la Indi a ' ropa por u n val or de 600 mi l rup ias . Esta es la cond ic ió n en que se ha lla u n p a ís que una vez s luvo en la ci m a de la prosp e ridad y exp o rt ó bi enes e n gran esc a la . La c ifra de 60 0 m il se re fiere al per iod o 19 17 - 18 . Ha brí a qu e te ne r en cue n la cu án to más gran de ha br ía

sid la ci fra si n o hu b ie ra habido gu e rra y las fac ilid ades para efec­tuar emba rqu es hub ie ran si d o n o rma les.

Hoy día , e l pu e blo an da s in sati s face r su s neces ida des rn ín i ­m as med iante u n a cami sa , un a c haqu et a , un tu rba nt e y una d ho t i o u na medi a sa ri, y se las arr eg la n con sól o un ar ticul o de ves t ir cua ndo nec esit an tres o c ua tro para poderse cambia r y lavar la ro pa . Una vez p regu nté a u n a de es tas camp es ina s por qué es taba su c ia . Corn o respu est a me p regun tó cómo p od r ia gasla r las c inc o o sie te rup ias qu e se ne cesit ar ían pa ra vest ir. A esta m ise ria nos h a reduc ido e l u so de ro pa ex t ran jer a.

La m e ta de nuestro m ov im ien to es rev ivir c ie rtas ocu pac iones que ha n d esaparec ido . A m a ne ra de ex per im e n to se ha em pezado co n un m ov im ie n l para produ c ir ro p a . Pod em os empezar só lo co n ro p a . Lu ego Sigu ió la ide a d e que la gente haga u n vo lo . El ar as de la c onven ien c ia, el voto se ha d ivid ido en t res ca tego r las : una rad ic al, otra de compr om iso y la te rcera qu e p or lo men o s la ropa que se compre en el futuro se a svadeshi, Idealmente , u na vez que se toma el voto, el uso d e ropa ex t ra nje ra de be ser considera­do totalmente renunciado . Pero Rámibai Ka m dar p ro m ov ió una

(26) M eses d e l c al en da r io de la India, Que co r respo auen gruesamente a Julio y dlcte m ­b re, res p ec t ivame n t e.

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discusión acerca del tema, señalando que significarla para ellos una fuerte pérdida si descartaban de golpe sus costosas saris y otras ropas; de ahí que sería mejor (dijo ella) insistir en que se compre exclusivamente ropa svadesh i sólo después de que hub ieran gasta­do la ropa de fábrica que aún tenían . Y así se introdujo la tercera cátegoría más blanda y gradual. Si somos incapaces de mantener un voto una vez que lo hayamos pronunc iado provocamos que ca iga sobre nosotros la m isma desgracia que sufrimos antes de tomar el voto.

Cuando el pueblo de la India llegue a la fir me decisión de que, en ausenc ia de la ro pa svadeshi, puede vestirse sin más que un tapa rrabo, la Ind ia habrá llegado realmente a un punto muy eleva­do. S in em bar go, n o espero tanto por el momento. De ah i' las tres categorías.

Sabiendo qu e ya hem os em pez ado , aqu ellos que están a favor de no sotros nos expresarán su simpat ía o no s fe lic itarán, y el único benefic io será que nos sen t iremos recompensados o felices . Si, no o bst ante , queréis saber algo acerca de lo qu e habéis come nzado , debéis vo lver os hacia vue stros crrt ic os y oir lo que tienen que decir. Ellos os señalarán vuestras def iciencias las cuales, luego, deberemos sup era r para que nuestro experi men to sea perfecto . En Bom bay vi al señ or Wadia y al seño r Fázalbhai I\á rimbhai. Este últi mo me amonestó preguntándome qué esperaba yo lograr al invi tar a la gente a to ma r el Voto y me dijo qu e no estaban aún en cond ic iones de p roduc ir suficiente ropa para sat isfac er las necesi ­dades del pueblo. Ello (d ijo él) reque riría de 50 años más. Shri Wad ia asu m ió una posici ón opu esta a la m ía. El dijo que su deber e ra p roporcionar la calidad de ropa que el co nsumi do r quer ía . El en fo que cor respond ía a su posic ión ex t rema . Por supuesto les rep liqu é que as í como no les pr eocup aba gasta r cientos de miles de rupias en ot ros med ios para promover sus negocios, de igual forma debe rían gas ta r dece nas de miles en satisfacer el gusto auténtico del públ ico y deb ían popularizar el svad esh i e n gran esca la , y que debran crear los medios necesa rios para dis eños hermosos . Su res­puesta no me satisfizo en lo más m ín im o . El país produce, aún hoy, var iedades finísimas tales corno muselina y atlas . También pued en produ cirs e ot ras variedades (27). pero ya no tenemos

(27) Una clase de seda.

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trabajadores calificados, ni gente para promover of icios. Hay ese a­sez de gente que los aliente (28) .

En Ahmdabad se ha establecido una sucursal de la asociación Svadeshi Sabhá, en la oficina del Sr. Chímanlal Chicai, en el Merca­do de Maskati . Los voluntarios pueden registras sus nombres ah I y obtendrán toda la información. Pueden ayudarse a sí mismos hilando o persuadiendo a otros a hilar, cultivando la opin ión públ i­ca, y de varias otras formas.

(Del idioa gújarati)

Gujarat, 13-]-1919

18. CAHTA A SU EXCELENCIA EL GOBERNADOR 42. UNA CARTA COMO POSDATA AL GOBERNADOR,

BO:'v1BAY Lábumun Road Gámdevi, Bombay

25 de Agosto de 1919

ESTIMADO SEÑOR COWIE,

Veo que no podré obtener una entrevista con Su Excelencia durante un buen tiempo. Sin embargo me encuentro impaciente por obtener algún pronunciamiento de S. E . acerca del svadeshi lo más pronto posible. Por lo tanto, me propongo presentar a consi ­deración de S.E. mi concepción acerca del svadeshi y algunos argumentos acerca de él. Espero en verdad que (el Gobernador) se dé tiempo para leerlo, y de ser posible, tenga la amabil idad de con ­ceder mi pedido hecho al final de la argumentación.

(28) Gandhl luego procedió a re spo nder a un argumento Que apareció en "The L ea· der". No se ha podido obtener esta parte del d íscurso.

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SVADESHI

El svadeshi, tal como yo lo concibo, consiste en producir suficiente ropa para satisfacer las necesidades de la India yen dis­tribuirla, y con el prop ósito de estimular la producción interna; con sist e en in duc ir al pu eblo a com p romete rse al uso exc lu sivo de svadesh i, co nservándose el derecho donde fue ra necesario , de con­tinu ar usando la ropa ex t ranjera que tiene actualmente en pos esión el dep osi tar io . El svadeshi se conc ibe sól o com o una necesidad reli giosa y econ ómica; y aunque está preñado de consecu encias po lític as de un t ipo elevad o y moral, para que todos puedan parti­c ipar en él la propa gand a de svadeshi se restr inge sólo a aspectos reli giosos y económ icos.

Los bi enes svadesh i pu eden p roduci rse, bien a través de talle­res de hilado y tejido in dust rial, o bien mediante hilado manual y tej ido manual. En el mom ento actual nos estamos conc retando en el hilado y tejido manual .

A RGUMENTACION

Lo hacemos porqu e lo que necesita el campesinado, esto es el 73 % de la poblaci ón, es una indust r ia complementaria a la agri­cu l tura . Esta poblaci ón ti ene casi cuatro me ses al año práctica­m ente oci osos en sus m anos. Hace c ien años, la mayoría de las mujeres de la In dia hil aban hilo y a sea pa ra su beneficio o para darse gusto, y miles y miles de tej edores profesionales tejían sufi­c ien te ropa pa ra el con sumo interno. No es nec esario indagar si eso mi smo pu ede hacers e hoy día. Es incuest ionable que si estos m illones de cam pesinos pueden ser inducid os a retomar el hilado y el t eji do , se d ism inuirá ma terialm ente el d renaj e económico y se les per mitirá com p lem en tar sus ingresos.

Mi prop ia ex per ienci a en va rios centros y entre cientos de mujeres me dice que están muy contentas de rev ivir la ocupación de hilado y de ganar unos cuantos cobres. Sé que fueron una ben­d ic ión pa ra muchas mujeres pobr es de Vijapur du rante la última hambruna . Una s 150 muj eres en esa sola aldea, hilan hoy cerca de medio maund (2 9) de hilo al d ía y obtienen un promedio de tres

(29) Una m ed id a d e peso, 2 1/2 t o las equivalen a una o nz a avolrdupols (ststerna de pesos cuya uni dad es la libra de 16 onzas).

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paisa cada una, suficiente para comprarl es leche a sus hijos . Consi­dero que el hilado a mano y el tejido a-mano son un seguro auto­mático cont ra el hambre . A pen as el v ie rnes pasado me sorprendi ó M iss Latham de Khandesh Oriental al decirme que las m ujeres de ese distrito anhelaban con seguir alguna ocupació n d omést ica que les permitie ra obtener algunos cob res h one stamente. Todo lo que se necesita es dotarlas de ruecas baratas y de algodón preparado . Ya se han hecho arreglos a escala li mitada para proporc ionarles ambas co sas . Tanto h omb res como mujeres están hac iendo ávida­mente suy a la idea, pero tod o pued e ir m ucho más rápi damente.

PEDIDO

Por lo tanto, solicito lo sigu ien te:

1. Que Su Excel enci a tenga la bondad de da rnos u na car ta para ser publ icada. apro bando el movimie n to svadesh i yespeci al­mente la introducción del hilado ma nu al y del t ej ido a m ano .

2. Que se autorice al Regist rado r de Sociedades Cooperat iv as para que alien te el hilad o y el t ej id o ma nual y p ara que asign e lo s medios para ello .

3 . Que se orie nte a los cobrado res de imp uesto s y o t ro s fun­cio nar io s par a que alien ten el m ov im ien to y especi almente pata que est im ulen a los agri cultores para que se ded iquen al hilado y al tejido a mano .

4 . Y si no fu era mucha p resunc ion , sol icita r ía respetu osa­mente a Su Excel encia qu e me asegu re el auspic io de L ady George L10yd para m is cl ases de tej ido ,

Va ria s damas de la nobleza, con el obj eto de alenta r la indus­tria entre las clases pobres, est án t oma nd o leccio nes de hilado. Consideraría un honor qu e se me perm ita obsequi ar una rue ca a la esposa de Su Exce lencia y env iar le una profesora , o darle lecciones

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personalmente. Puedo mencionar que el arte del hilado es increí­blemente simple de aprender.

Sinceramente suyo,

De una copia fotostática de la carta mecanografiada: S.N., 1926

19. UN TELAR EN CADA HOGAR 10. DISCURSO SOBRE SVADESHI, BOMBAY

(30)

7 de septiem bre de 1919

Hay gente que dice que el grito de svadeshi ha tenido eco en toda fa India, pero yo no lo creo. Recibo cartas de muchos lugares donde me dicen que si yo fuera allá a inaugurar almacenes, la gente empezaría a usar ropa svadeshi. Sin embargo, aunque voy, ello no ocurre. Esto sucederá solamente si la gente primero se lo propone firmemente. Un caballero propuso que deberíamos fabricar ropa más fina que la que se produce en Inglaterra o en el Japón y ven­derla más barata, pero esto no es posible. Si deseamos extender el movimiento a favor del voto de svadeshi, debemos soportar las penalidades e incomodidades que resulten de ello por el momento . El vestido de ninguna parte del mundo puede compararse con el que yo llevo. Por supuesto que la Bhágavad Gita no dice que debe­mos vestirnos con delicadas telas japonesas. Todas las Escrituras dicen que sólo nue stro prop io dharma (vocación) puede salvarnos, y nuestro dharma, en nuestro país, es usar ropa hecha por-nuestros trabajadores en sus :~hogares, cantando himnos mientrastrabaj8n ­

Debemos aceptar lo que nuestra madre nos da, aunque sea pan solo y nada más, y darle las gracias por ello. Este es nuestro pri- ,

(30) Discurso pronunciado con ocastón de la InlluguraclÓn del Almacén do 5wadeshl en GuIara!.

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m er deber. Es innegabl e qu e no tenern os su f icren te rop a pa ra to dos. Po r el lo debem os trab ajar para em pezar a enseñ ar c óm o h i lar en cad a casa, lu ego de bem o tener un tal ler en cada hoqar .

No necesita rern os di nero para ei lo , no necesi tam o s efectuar 9 s tos . Si to dos vo sot ros deseáis el p rog reso de la Ind ia, éste es e! mejo r cam ino . No c reo que hay a algui en que abando ne in rned iatern en te f i nas vest idu ras y se ponqa a usar kh ad i de go lpe. Si la gente j ove asum e este t rabajo ar tesana l, I q rarerrios gradu alm ente m ej o rar nu est ra con dic ión . Debem os pensar bien an tes de em barcarn os a hac er cua lqu ie r cosa. Pongo ante vo so tros esta id ea que se me ha ocurr id o, esperando que t odos vosotros la adop tar éis. Sin ern bar­go , el G obierno m e ha cor tad o las alas y me ha con f inado a la pro­vine .a "P reside nc ia de Bom bay " (3 ) . Au nq ue :;61 los h em b ree y m ujeres de esta Pre sidenc ia. el los so los, asuma n la tarea p odrem os sat isfacer la, neces rn ades de toda la Ind ia. Si el m ovi m ien to svade ­sh i est uv ier a [ Io rec .endo en la I r d ia com o deseam os que f10 I C¿C rl,

hoy mism o ten dríamos svar ádj. Pero , m is am i j os, no es así. QI.:eo¡) en deu d a con voso t ros po r haber escuc hado lu que terua qu e dec i­ro s. Para term inar , s610 ruego a Dios ClU C haga r.rosp erar la em p re­sa de st os am igo s art esanos .

(D el idi om a Guj ara t i)

G új arat M il ra y G új ara t D arpan , 14-9-19 19

20. EL HILA DO A MP.NO DOMEST ICO

" .. . La fo rm a m ás l imp ia y m ás p op u lar de svadesh i, p O I' lo tan to , es estim u lar el h i lad o a m ano y el tej ido m anu al y di sp oner un a p i ud en te di str i buc ión de l hilo y la ropa SI p roduc idos. Est o es fá cil con u n p oco d e tal ento y un p oco de d i l igenc ia. A sí co m o cad a hogar co cina su p ropia co mi da sin di ficul tad , así cad a ho gar

(31 ) Se dictó u na o rd en so b re G a nd h iji el 9 de abril, pro n i b ien d o Ie la en tra da al punl ab , v er Vo l . XV , p .207.

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puede hilar su propio hilo. Y así como, a pesar de que cada hogar tiene su propia cocina, los restau rantes siguen floreciendo, igual. mente las fábricas segu irán abasteciéndonos para satisfacer nues­tras necesidades adicionales. (32)

Pero, aSI com o deb ido a nuestras coci nas pri vadas no p adece­riamos ham bre si todos los rest au rante s se cerr aran por algún acci­den te, igua lmen te, graci as a la industria dom ést ic a del h i lado , no tendríam os que and ar desnudos si todas las f ábricas t uv ieran qu e dejar de tr abaj ar de bido a algú n b loqueo de Occidente . N o está t an lej ano el d ía en q ue conocíam os el secreto de nuestra in depen­denc ia econ óm ica , y p odem os volver a ganar esa indep endencia con un poco de esfuerzo , un poco de organ ización y un poco de sacri f ic io ".

"P or lo tan to , e l ve rdadero svadeshi consist e en rein t roducir la rueca en cada familia y en que cada fam il ia hi le su p ropio hil o . Muc has muj eres del Pu njáb lo hacen hoy . Y aunq ue no p odamos abast ecern os totalm en te de rop a, esta remos ah orrando decena s de m ile s de rupias anual m ente. E n cua lq u ier caso , no hay má s svadesh i que el de aum enta r la producc ión medi ante hilado y t ej i­do manua l. Ya sea qu e asum amos el hilar a m ano o el te jer a m ano o no , po r lo menos es necesar io que comp rend amos en qu é co nsis­te el verdadero svadeshi ".

" Y oun g In d ia"

8/I X/1920

UN SVADESHI

21. , . . PURO, INTEGRAL Y RADIC AL. 151

Cada d ía me co nve nzo má s de que svadeshi sól o pu ede sign i f i­car una co sa.

(3 2) Re cuérd ese Que el "gurú politl co" de G andh l , un p atri ota CO n el apell id o Gookha· le, ávi da m en te leía a Feder lc t.tst, econom ista naci onal alemán y autor del libro "E l Sis t ema Na t ura l de Eco nom i a Políti ca",

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He hecho di scurs os para a In augu raci ó n de alm acenes de svadeshi y he form ul ado vo tos de svadesh i ; esto p uede haber serv i­do a algú n p ropó si to y ha desar r l iado el e sp i ritu de svadesh i, pero no creo que la I nd ia hay ob ten ido b -ne fic ios económ icos de el lo . El m ov im ien to vadeshi ha sid o ben i f ic roso en la m ed ida en [u e se hay a teji do a m ano tela p roven ien te de i lo: hilad os a man o, y que esa (OP se h y a popu lau zado .

Las fab r icas no necesit an .nc ern ivos. uedc n ven der t od a su p rod uc c ión. penas SI pu den h i M las heb ras qu e nec esit an. E n est a <i tuació n . el tej ido ;l m ano d ropo co n hi los , :8 f ábr icas n o es bene fic ioso para ,= 1 ra is , - 1 CO I trar io, aumo.i ta la carga de l u ~

p ob re.. s. Una desventaja qu <~ t ien el hacer e, ' () PS que aumen ta el p reci o de l h il o v de la r' J , (J , y OH e; d::s\. ~" t a j ; 1 L!S q ue . si IIJ ~ po bre s ah or a se con t entan e ' n u sar ropa J! f(¡d lJu d a por II UE's L JS I ábr i-as . poco a p ca ernp ezar áu a uJa' r()pu ext ranjera . _stn em sl rd l ,i ser mu cho n ,á ; d arun o . y ? q ue u n.: vez que 105 po bres caiqan en " hábi to de u sar IOpJ e >~ lil l'je ra ssra d if ícil ho'lu:r lo·; vo lver al ' IS O .lo lil rop a svad est i. Es ~ or ol !o quo a con l i r uac .o n Ind ico d 'gll ll a· regla s y p ri ncip ios del rll 'J oI lm iún l ,¡ . vadesh i:

1. S ólo se d ebe u sa r h .lo h ilad o a m an o y ro pa te jida a ma lla .

2 . De u& hacerse u ' , e s fuer zo sup rem o pa a pro mover e l tul a­do y tej id o d e ese h ilo .

3 . De ber¡ hace rse todas las mejo ras pos ib les en la rueca y e n el te la r.

4. Jebemos ave rigu ar d ón de se hil a y teje manualmente.

5 . A c ual m en te ,a m ay or va :·ieu arj (je ro pa p i . du c irla de esto m e do es khadr . Debem os t rabajar pa ra popu la riza rla.

6. Deben to m arse medidas para pr omover e l am or por la sim p licidad en t re el pueblo ,

7. Deben abrirse t ie ndas para vender hil o h ilado a m ano y ro pa te jid a a man o con ese h ilo.

En el t ranscu rso de n i ~ v iajes, he esta do o bserv ando que el svadeshi de este t ipo se está p ropaqan do cal lad a pe ro con stan te­m ente en much os lug ares.

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En una aldea de la Provincia de Madrás, Shr i Há numant Rao, miembro de la Sociedad Los Servidores de la India, ha estado tra­bajando mucho con la ayuda de ami st ades. Una viuda lo está ayu­dando con dinero y tam bién con su trabajo. Además su propia esposa se ha unido a es te esfuerzo. Hay una escuel a téncica en Másulipattam dond e también se está desar rollando el trabajo arte sanal.

Vi ahí un hilo mu cho más fin o y de mejor textu ra qu e el que

obtenemos en Gujarat. Esta fina he bra fue h ilada po r m uje res adineradas por e l amor

a ello. Asimism o vi algunas dhotis, hechas con ese h ilo. El pueblo

tambiéii \h_a logrado con éx ito teñi r la ropa con material svadesh .. As(, en fu ga res aislad os, aún sin contar con c apital, la empresa proqresa. )

Para ab rir una tienda de svadeshi, apenas se necesitan quinien­tas rupias. Puede ser ad m in ist rad a po r una persona, siempre que ésta sea trabajadora. Puede tener una pequeña tienda, apenas lo su fic ie n te para contene r lo que pueda almacenar . Hasta que haya adquirido suficientes clientes para el khadi, debe pregonar sus mer­canc ía s. De esta man era , con un pequeño cap ital puede subsistir un qra n número de personas y se puede popularizar el svad esh i radical . Sin emba rgo, el p ropósito d e este art ícu !o . es aconsejar

taní c a aquellos que hacen el voto de usar ropa nacional inda pro­

ducid a en fábricas c o m o a aquellos que abren tiendas para esa ropa. Puede qu e no se a necesariocerrar todas las tiendas textiles

t radicional es qu e existen, pero sus propietarios deberán ir almace­n ando khadi gradualmente. Pueden, si así lo desean, invertir dine­ro en otros artículos svadeshi además de ropa, pero está claro que el país no obtendrá ningún beneficio del hecho de que almacenen

ropa hecha en fábricas, o ropa tej ida a mano con hilo industrial .

(Del idioma Gujarati)

(Navajivan, 19-9-1920)

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n

22. NU ESTRO P OPIO DEBER

"Hay c iertos logros que repercuten en tod as las dem ás cosas .

L a más poten te de el las es el svadeshi . Cada hogar debe tener una

rueca y cada aldea puede or gan izarse en menos de do s meses para

vo lverse autosufici en te en ma ter ia de ropa, autoabastec iéndose en

textiles. Só lo imagin aos lo que sign i fi ca esta si lenc iosa revo luc ión y no

ten dréis d i f icu l tad en compa rt i r mi conv icc ión de que svadesh i

sign ifica "svarajand svadharm a" = la in dependencia polí t ica m edian te la indepe ndenc ia f inanci era, c iert a au tarqu ía ec onóm ica

y un car áct er t em p lado e independ ien te " .

"Y oung Ind ia" 23 /11 / 192 1 Vol. 19 (1966)

23. 200. RECO MENDACIONES PARA LOS T EJEDO RES

ALGU NAS CON DICION ES

Si eres un tej edor que ama su pa ís, el Khilafat y tu provinci a

el Punj áb : (1) Debes te jer sólo hil o h ila do a m ano, y fijarl e un prec io

que te permit a vivir . Debes superar t odas las dificultades que im p l i­

ca adecua r el tam año de t u rueca y p repararl a para los req uer i­

m ien to s d el h ilo grue so.

(2) Si no p uedes realm ente usar el h i lo hi lado a man o en la

u rd im bre, debes u sar h i lo " fa hr ic adu " en la I ndia en su lug ar y usar el hi lo hi lado a mano en la trama.

(3) Cu ando n i siqu ier a la segunda altern at iv a es pos ib le,

debes usar hi lo de fábr ica, tan to en ia u rd im br e co rno en la t ram a.

Pero a pal t ir de en to nces debes dejar de u sar todo h i lo

ex t i anje ro , ya sea éste de sed a o de alqo d ón

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Si eres un funcionario o un trabajador del Partido del Congre­

so, debes tomar contacto con 105 tejedores que se hallan dentro -de tu jurisdicción y proponerles que acepten estas propuestas, ayu­dándolos al máximo.

Si eres un comprador, insiste en obtener ropa de prim.era clase, pero si no tienes la intención o el valor de hacerlo, recibe la de segunda o tercera clase, más de ninguna manera compres ropa extranjera ni ropa tejida en la India pero con hilo extranjero.

Si eres cabeza de una familia: (1) 'Debes tomar la firme determinación a partir de ahora, de

no comprar ropa extranjera ,

(2) Debes entrevistarte con el tejedor de tu vecindario y hacer que teja para ti suficiente khadi con el hilo hilado en tu c~sa

y si no pud iera, que teja con hilo de fábrica, pero que sea de: la India. '

(3) Debes enviar al Comité del Congreso toda tu ropa ext ran­jera para que sea destruida, o debes enviarla a Smyrna o a ~u·a l ·

quier otro lugar fuera de la India. ,~ .'

(4) Si no tienes el valor de deshacerte de tu ropa extranler.a, puedes usarla en casa para hacer la limpieza y otros trabajos ' ue ensucien la ropa, pero nunca salgas a la calle usando ropa exh a'n­jera.

(5) Si tienes algún tiempo libre, debes ded icarlo a aprender el arte de hilar hebras parejas y sin nudos torciéndolos apropiada­mente, por el bien de la nación.

Si eres un o una escolar debes considerar un pecado el recibir educac ión literaria antes de haber hilado, cardado o tejido para la nación, por lo menos durante cuatro horas diarias, para que se establ ezca el swaráj pronto.

Julio, 1921 Vol, 20 (19l?6)

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24. CARTA ABIERTA A LOS COMERCIANTES DE ROPA.160

160. CARTA ABIERTA A LOS COMERCIANTES DE

ROPA

7 de ju lio de 1921

Cab alle ros,

Aye r inv ité a 10 5 p rop ieta rios de fá br icas t extiles pa ra que ay uden al boi cot cont ra la ropa extranjera . T al vez acep ten , t a l vez no. Espe rar qu e lo hagan . Per o en vues tro caso es imp osib le ó

q ue no acep t é is p orqu e la may o r ía de voso t ros so is par t ida rios co nve nc idos de la resis tenc ia pas iva. Hab éis hech o pos ib le e l c um ­p lim ien to de lo p romesa Bezwada re la tiva a l Fo n do S, r~ j en Mern oria de l JHÓCCI T ilak Pe lo <ii rr is qu e en an to e l p ago e ra do í

poca irn p o rt anc¡a p a: a vosotros, vues tro cClITlC rCIO es 1.1 11 asunto de vida y m ue rt e . Per o es só lo es t a at ucui aci ón la que: nos mant iene a loja dos de l swar á i . S , vue s tro c rnc rc ro es u n asu n to de vida o muelle p ai a voso lr os, zcs acaso m en or q ue el lo e l h ien esl ar del p ais? Swará] siqni í ica qu e vosotros y y an tep on qamos e l in te rés del pa ís a l 111H? S [ IO La mvccac i ón le ljU f' os abs tenq áis de im p a r· tar rop a ex t ranje ra es, e u 01 l'd5 palcb ras, l na mvo car ion oar a qu a suhor d meis vues tra s gana ncia", ind ividu ales J la", del pais .

POI cada yal da corlo de te la q ue tmp orl ais el e Ingla le rra. e l J apu n o los Es tados Unidos, qu il áis dp. la boca de un compa tn ota vuestro pO I' 1(\ m enos tres auna s ü ce u luv l5 Sin d ar le nada a am ­bio . Dejad me e xp lica r0 5 10 . La Ind ia t iene m u cha m ano de o bra ociosa en sus aldeas. Ant iguam ente ésta e ra e mplead a en la fabr i­cación de h ilo y tela . Las im po rtacion es ext ran je ras la han vuelto obligadamente desocupada . Y durante es tos largos años la gran mayo ría no ha enco ntrado otra ocup ació n. De ah I qu e cada sequ ía produzca u n esc alo tr io en t od o corazón compas ivo de la India. Y no tiene po r qué se r as l. a scqu ía no es un fe nó men o po co Irecue n te en la Inelia. Sen tim os su s mo dales feclos p o rqu e est arno s viviendo e n los m a rqenes de la in anic ión . De bido a la -p ro ­lo ngada d esocu pación hem os pe rd ido e l po de r de su bsistenc ia. No os imag inéis q ue est os campes inos puede n m igrar m asivame nt e a

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nuestras doce ciudades donde el tr abajo es escaso y que allá

puedan enco ntrar un medio de vida. Están suj etos a la tierra y no

se atreven a abandonarla aunque lo quisieran. Y tam poco pueden todas las ciudades de la In dia recibir a est os m illon es de aldeanos. L o únic o que puede devo lver su realce él la I ndia es la restauración del hil ado a mano y del teji do a ma no. Y y o se ría fal so con voso­

tros y con la I nd ia si no os d ijera que los me rcaderes e intermedia­

rios más que los p ropieta rios de las fábr icas son los resp onsables de

la p ro fund a y desgraciada p obr eza de la Ind ia. Los indu st r iales la

agravan. indud abl eme nte . cua ndo fijan prec io s alt os. Pero voso­tros so is responsables en grado ta l que, si detuviera is la importa­ció n de ropa ex t ranjera pod r ía ls rev ivir el ant iguo y honorabl e

dharma (debe r) del h il ado a m ano y podr íais darle ímpetu a la

indust r ia de l hil ado a m ano. ¿Por qué después de t od o . el abandonar un comerc io que

daña a la India, no p uede ser un asunto de vi da o m ue rte para

m uch os de vosot ros? Con t oda seguri dad ten éis sufic ientes recu rsos como para

halla r otro negocio qu e os benefici e al mi smo t iempo que benefi­

cia a vuestro país. El detener las importaciones sign ifica un ahorro

de 600.000 al año . Pero sign ifica op erar con un capital much o

mayor. Signi f ica que todas las etapas del proceso de algodón se realizarán en la India.

Est o representa negoc io para vo sotros. Imp lica una sana

circulaci ón de d inero en tanto que hoyes un drenaje exh austivo y

p rog resivo de d inero de nuestro querido pai s. Os pido qu e desli ­guéis v uestro tal ento de un can al malsano y lo dirijá is a los canales saludabl es que se abren ante vosotros. Debéis organ iza r el hilado a

mano y e! tejido m anual. Entonces no os daréis por sat isfechos con el burdo khad i como lo hago y o. In sistiréis en que vue st ros hiladores hilen con el mayor cuidado y en que los t ejedo res t ejan la m un dialmente famosa muselina Dacca. Podréis invert i r fo rt unas en ello en tanto que y o sól o he p agado a nuest ras herm anas los po cos mi les q ue me habeís dado com o car idad . E n vue st ro caso, dej ar el no santo com erc io de ropa ex t ran jera co ll eva o rgan izar la pr oducción y distribuc ión de la ro pa hecha en casa. Es una emp re­sa d igna de vuestro patr iot ismo. Murmur áis a m i o rdo q ue semejan ­te o rgan ización pu ede to m ar unos cua ntos años. Vosot ros n o habéis levantado vuest ro s actuales neqoc ros en oca t iempo . Si n o os com p lace el saber que se t rata de un corn erC'Q q ue ha emp obre­

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cido y exciavizado a la Indi a, no os detend ré is a pensar en las con­secue nc ias de su destrucc ió n. Lo abandona réis a cua lq uier cos to .

¿y cuál es el cost o? No mu cho. Deb éis detener tod os los posteriores ped idos de ropa o hilo ext ranje ro. Eso no cuesta nada . Tené is una exist encia de ropa extra nje ra de la que os tenéis que lib rar. El merc ad o mundial está abierto a vuest ra d isposic ión . I{ay mu chos usos a los qu e se pu eden dest inar las especialidad es dcst i­nadas a la Ind ia, y pod r ían co loca rse, po r eje rup lo , ou 1<1 isla de Mau ricio, en Sud Africa o en Afr ica Oriental. Pe lo ~i~ qu e: 110 p i e­cisáis q ue os diqa cuál es e l mejor método para qu di sp l1 l1 giÍis del stock de ropa y de hilo ext ranjer o q ue te né is.

Algunos de vosot ros se ha n preocupado p or lo; req ue rim ie n­tos, ele la cliente la. El c liente se ada ptará a la escasez , no se sen tir á peor po r ella, y est a rá en mejor cap acidad pa ra ap reciar el ano en tr an te la abundancia de' be lla khad i que ve nga en toda las va i ie­da des de anc ho y consistencias.

Os p ido q ue no r cargué is inde bidamente al consum ido r. No es co rrecto q ue po ngáis ten tac iones en su cam ino bajo Id f()rma de fr r"vo los d ho tis japo neses o de pe rcales alm idonados. s insto mi¡s bien a q ue ed uq ué is al co nsum ido r en el gust o po r ver ar te e n Id kha d i. Producir uniform idad y sua vidad pa reja no es necesar ia­me nt e un arte . La rosa hac ha en sed a de la man e ra m ás nxq ursita no con tiene ar te, ya qu e no t iene vida. Pero la flor ver dade ra de l ja rd in que ha pe rdido la ma y o r" parte de sus pé ta los es in finit ame n­te superio r al p roclu to art ificia l acabado q ue se en cuentra en una ador nada ventana. La p rime ra está anim ada de vida.

Quisiera q ue los me rcade res de la India, deja ndo de er me rce­nar ios, est udia ran el a rte an t iguo y , convirt iéndo lo en su negoc io , lo revivie ran. Hay d inero en ello par a vosot ros y pa ra e l pai's. El may or arte a ser rev ivido es la au tarqu ia perso na l o sea e l svarádj. No hay svar ádj sin svadeshi . Y el svadesh i signif ic a para la Ind ia e l bo icot perm anente a la ro pa extra nje ra. Os invito a mosn ar el camino . Tené is la habili dad para el lo. Que Dios os co nceda la fortal eza y sabiduria para con ducirnos.

Quedo de voso tros, caballer os. vuestro amig o

M. K. Gan d hi.

The Bom bay Chr oni c le, 7- 7- 1921.

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25. COMO BOICOTEAR LOS PRODUCTOS EXTRANJEROS 152. (33)

Es necesari o dec i r, a estas alt u ras, qu e el bo icot no es u n pro ­ceso vengat ivo sin o que es algo tan necesari o para la ex ist enci a de la naci ón como lo es resp irar para la vida, Por ende, cu anto an tes se ll eve a cabo , ta n to mej o r será pa ra el p a ís. Sin el no se pod rá establece r el svarádj n i conservarlo después de su estable cim iento . Es de la m ayor im p ort anc ia saber cómo se lo grará, aún ant es del próx im o pr imero de agosto .

Para l legar p ron to al bo icot es necesario 1) que los ind ustri a­les regu laricen sus gananc ias y que f abr iquen p r inc ipa lmente para el me rcado in tern o de la Ind ia, 2) que los importador es dejen de com p rar p roductos ex tranj er os - ya esto ha sido in ic iado po r tres de los p ri ncipa les come rcian tes , 3) que los consum ido res rehu sen co m pr ar p rod uctos ex tr anj eros y qu e com pren khad i cada vez qu e puedan , 4 ) que los consum id o res só lo usen ropa kh ad i reserván­dose la ropa produc id a en las fábric as para los p obres qu ienes igno­ran la d ist inción ent re svad eshi y parde shi (34 ), 5) que los con su­m idores usen, hasta q ue se esta bl ezca el svar ádj y se aumente la m anufactu ra de kh adi , sólo la k had i sufic iente para cub irse el cuerpo, 6) que los co n sum idores dest ruy an la ropa pardesh i del rnrsm m odo n qu e dest ru i rian lo s licores al tom ar el voto de absti nenc ia, o qu e la vendan para ser usada en el ext ranjero , o qu e la usen hasta term inarl a para real izar t rabaj os de l imp ieza , o qu e la l leven puesta en sus horas de pr ivac idad .

Se esp fa que las pa rtes a qu ienes se hace menc ión en est as cláusu las responderán bien y simul tánea m ente. Pero f inalmen te el éxi to depende de la determ inac ión y persistenc ia del con sumi dor. Sim p lemen te tie ne que dec lina r el uso del emb lema de su exc lavi ­tud .

Th e Bo mbay Ch ron ic le, 4- 7- 192 1 V ol. 20 , 1966

(3 3) La n o ta q ue ta m bié n f u e p u bli cad a en Y oun g India, el 6- 7-} 9 2 1, p arece ha ber sido una no t a en vi ada a la p ren sa en gen era l .

(34) Fa br icado o p ert en ec iente a un p a ís extran j er o : Par desh l l o co n t ra r io de s vacesnt ,

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26. APUNTES: ADORABLE A5AM. 15

Escribo estas nota s en T ezp u r, a orillas del poderoso no Br ahma putra. Tezpur fu e conoc ida como Sh ónitapu r y t iene la reputaci ón de habe r sido la capi t al del dem on io Bánas j i , cuy a h ij a U sha se casó con A niruddh a (35) . L os devo tos ;'" ' ''1 i ll r1 irJ I el lugar donde pe learon H ar i (36) y Ha ra. Ass ám : , )' ,w]i éll l eJ e exuberan te veget ación. Par te de l paisaje !'ibe",': l 1 . ( , ; ' pnan­gón en el m un do en tero . H e visto el SI Jn tl 1 ," " nJI' j o del T ámesis, pero no puedo recordar nada tan m, U fl ,: (,' '! I !) le p i 0 ­

d igal idad co n que la natu ral eza ha deco rado 0 1 , J l l 1 10 cu C U Y il S

af i li as escr ibo est as not as, Só lo la part e al t a de A sá rn t iene un o p ol .l . , )11 , Ir' ; m i l lo­

nes. Cada m ujer de A ssam es una tejedora n.i ía ~.li ll gUf l J joven de A ssam qu e no sepa te jer puede espe rar co nvert i rse en esp osa, Y saben tej er cuentos de had as en te la. A lg lil as ':f l ~ los antiq uos m odelos que m e m ost ró mi an f it r ión , e l S (~ 11 0 I " h c.l;t' l l eran de incom parab le be ll eza. Y al ver estos modelos no pu de ev i tar ver ter una lágri m a por la pasada glo r ia de la Indi a y por Si l perd ido arte. ¿D ón de p od r ía ha l larse, en t re todas las ri cas y f i l ias sari s cx t ran­jeras q ue hay en la I nd ia, esa hermosa m ezcla de co lo res suaves, t an gratos a la vi sta? Los ti n tes vegetales de Ass ám casi se han ex t in gu ido .

Cuando Ass árn de vin o posesión de Gran Bret aña. su s muj eres dej aron de h i lar y se dedic aron pe c arn in o sarn onte a t ejer h il os ex t ranjeros, Y ahora , lo que las muj eres ele A S<1I 11 aho r ran al t ej er , lo p ierden al com p rar h i lo ext ranj ero , Y las saris que veo hoy d ra no ti enen pun to de com paraci ón con lo s an iquo- ruo deios que he í

vi st o, ta n to n bell eza com o en suav idad . Ass ám, si .. su s art esanos cu m plen con su deber pat ri óti co, puede ju qar una pa rt e muy import an te en el desarro ll o de l svadeshi. Sus m uj eres p ueden tejer m ucho má s de lo que necesit an pa ra el las. Ha y cu al ro mi ll ones de faneg as ded icad as hoy al cu lti vo de algodón , C O I) u n rendim ien to por fan ega::::: acre de 133 lbs . Pero ciert am ente A ssám pu ede p ro ­duc i r mucho más. Part e del algod ón que ví era m uy hermoso y de

(35) Niet o de Krl shn a.

(36) v tshn ú el Co nservador .

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fibra larga. Y todavía en casas aisladas (como las que hay en la provincia de Andhra) se conserva el hilado fino. Todos adm iten que los Assameses tienen mucho tiempo disponible. En algún otro lugar he reproducido un extracto de la observaci ón de un escritor i nglés que con f i rm a est a op in ión. Assám tiene abundante madera, só lida y durable, justo el tipo qu e se necesita pa ra fab r ica r ruecas. Esp eremos que A ssám alcance su verd adero sit ial en materia de svadeshi.

L os Ass ameses h an sido m alde cid os con el hábi t o del op io , pe ro el m ovim iento cont ra el vi cio se ha esp arc ido a todo lo largo y anc ho de la Ind ia. Se m e ha d ic ho que ya mucha gente ha aban­donado el háb ito y que cada d ¡'a es m ay or la abstinenc ia.

Enti en do que algunos func ion ar ios gu bernamentales han usado en mi co n t ra una falta qu e co me U en mi f olleto Hin d Svar ádj ( "Autogo biern o de la India", indica Home Rule, 1909), en el cual equipar é a lo s A sam eses co n los Pínda r is y otras tri bus salvajes inc iv i l izadas (3 7) . He of recid o am pl ias sat isfacc io nes al pueblo agraviado. Fue c ier t am ent e de m i p arte una grave inj ust ic ia p ara con el pueblo de Ass árn que es tan c iv ilizado como cualquie r ot ro de la Ind ia . T ien e una bell a literatu ra, pa rt e de la cu al se hall a escr i ta en la co rteza del árbo l ágaru , con i lustraciones herm o ­same n te co loreadas y a la que que se atribuy e gran antigüed ad. Y ci ert amen te me en am oré de las muj eres de A ssám enseguida qu e sup e que eran consum adas tej edo ras. A l ser t ejed oras, han logrado econ omía en su vesti do sin perj u ic io de su bel leza o ef ici enci a pa ra cub r i rl as. Y p ara m l' es un a señal de m uch a cu l t ura ver a las m uje ­res y j ovenci t as de A ssám llevar pocas o n inguna joya . Son com o las m uj eres de toda la Indi a, naturalmente tím ida s y mod estas con ro st . os ex t rem ad am ent e ref inados y franco s.

M i estu p idez respec to a los A ssameses su rgió cuando , al rede­do r de 1890 le l' un infor me de la expedic ión M áni pur, don de el difu n t o Si r John G orst defendía la conducta de los f unci ona rios p ara con el fin ado Sén apati , d iciendo qu e el gobierno siem p re bu s­caba p od ar las am apolas grand es. Sien do u n indiferente lect or de la histori a, retuve la impresión de que los Assameses eran selv íco las

(37) Ve r V ol. X, P. 25 , nota de pi e de p,igma número (;. El librito "HIn<1 SvaráJ" obrita Inicial e inpor tante del [oven Gandhl, fue t adu Id es ,., . s -~ ,Jos aACl$ 50 Y publicado por la -EdItorial. Sur, BulinGS Alrel; COl'H,d'¡ty~' "5117Clv llliacién y nuestra Independencia". - " . -_ . ­

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incivilizados y lo pu se por escr it o en 1908 (38) Sin embargo, mi fa lta br in dó consuelo a algunos funcionarios e lon iales, entreteni­miento a lo s lectores y a la audi enci a ante la cua l corregi mi erro r, y una esp lénd id a opo rt un idad para que y o rinda tributo hoya la sencilla y natural belleza de las he rma nas UC As sám, y para que las en ro le del lado de la Ind ia y del Svadeshi.

No debo omit i r menc ion ar el hech o eje qu e, sobre casi seten ­ti ocho abogado s de As sám, qui nce han suspe ndido la práctica legal, proba blem ente el porcent aje más elcv.i .lo en t oda la Ind ia, al pr oc lam arse un o de los bo icot s n ac ion ales c.m t ra el gob ierno co lo ­nial y sus in stituc iones.

F inalmen te, deb o fc l icil ill a las Co rrut á- Je l Pud ido del Con­greso por el exce len te orden man teni do en t odos los mít ines. T od a p risa y bu l la han sido ev itad as con m ara v.ilos a disciplina .

1 oct ubre , 1921 Vol. 21, 1966

27 . ENT REVISTA PARA EL PERIODIC O 52 . de "MADRAS MAIL" (40 )

(5 de septiembre de 1921)

Peri odista: zconsi de ra usted la p rop aqarida de boicot a la ropa extranjera com o el lado constructivo de la resistencia pasiva, a pesar de qu e éste implica la destrucc ión del stock existente de ropa extranjera ?

(38) Lapsus por 1909.

(40) Un representante de Madrás Mall visitó a Gandhl en su residencia fugaz de RamJee Kályan lee, en San Thome.

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Gandhi : Considero el svadesh i como el lad o constructivo de la resiste ncia pasiva, ya que espero que conduzca a la fabricación de toda la ropa que la nación necesita, mediante el hilado manual y tejido a mano.

(P) : ¿P iensa usted seño r Gandhi que es posi ble, teniendo en cuent a las co ndiciones ex istentes en e l p ars, que se p rodu zca lo suficiente como para satisfacer todas las necesidades del pueblo ?

(G) : Cie rtamente , al igual que nos es posib le cocinar nue stra dia­ria prov isió n de alimentos, si tuvi ér amos en nuestra s manos la fabricación de ropa, como era hace doscientos o tres cientos años atrás , hasta que vin ieron los ingleses .

(P) : ¿Pero acaso las condic iones no han sido alte radas mat eri al­mente co n la int roduc ción de maquina ria, apar te de otras ca usas?

(G ) : En real id ad la maqu inaria no ha provocado n inguna altera­ció n qu e no pueda se r cor regida. Lo que t iene que enme ndarse es el estado mental . En realidad no se tr at a de dist raer mano de obra y horas de trabaj o pa ra ded icarlas al hil ado y al tejido . La mano de o bra y el t iempo están ah,', sin ser uti lizados en nada .

(P): zPlan sa ust ed que la conce ntrac ión de pr od uctos que se da en el sistema fabril podrá se r llevada a cabo en fo rma igual y efect iva para pode r sat isface r las necesidades de la nació n medi ante el hila­do a mano en gran escala en los hogares y chozas de la gente?

(G): Ciertamente .

(P) : En otras palabras, zusted cr ee qu e es só lo cuestión de fabric a­ción extens iva a t ravés de agenci as de hil ad o y t ejido a man o en áreas ru rales en el país, antes que de ma nufac tura in tens iva dentro del sistema fabril?

(G) : Absolutam ente .

(P) : zCree ust ed que todos nuestros reque rim ientos mode rnos pod rán ser adecuada y efectivamente sa tisfec hos Sin el emp leo de maqu inaria?

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(G) : En lo que re spec t a a req uer im ien t os de ro pa, sí, lo pu eden ser; pero du ran te la etapa de t ran sic ión l a nac ión ten d rá qu e abas­tecerse en f o rm a l imi t ad a hasta qu e la herm o sa tel a pr op ia d e la I nd ia sea rev ivida.

(P) : Pero ¿cómo pued e ser nec esaria, seño r Gandh i , la destrucc ión del stock ex isten te eJe ropa ex t ranj er a en uso en nuest ro p a ís, p ara lograr este obje t ivo ?

(G ): Porq ue la nación de be co mpren der el cu rn e n que ha com e­tido al ab a nd o na r sus in dus t rias n ativas y en ad op tar la rop a ext ran je ra. Es un a p er i ten c i nec esari a para demos t ra r el cam b io en nu esu u s C U Tazo nes.

(P) : a pen i l enc ia, se ño r G and h i, p resup on e un a sincera incl in a­c i ó n de l pue bl o pa la el aban don o de la práctic a e ideas noc ivas.

(G) : C iertamen te.

(P) : C ree u st ed qu e e l pue b lo de este pa ís h a co labo rad o ac t iva­me n te en la destruc ci ón de in du st r ias nat ivas o zn o cre e u sted más b ien que en cua lqu ie r sis tem a de competenc ia entre trabaj o man ua l y m aq u inar ia las indu str ias n at ivas est án co nde nad as al paredón?

(G) : A ú n cu an do se ha ll aban bajo p resió n di abó lic a, no obs tan te el pueb lo n o sacri f icó vol untariamente sus pr opias ind u t r ias n ac ion a­les, y en tonces no se t rataba de una cu st ión ele co m pe te nc ia .

(P) : N o lo en tie ndo muy bi en señ o r Ga nd hi .

(G) : Es hi stó rica m en te c ie r to que cuan do ab andon am os nu estras in du str ias na t ivas n o hab ia c om pe te nc ia en t re la rueca y la m aq u i­n ari a.

(P) : Per o y o c re ía que la gen te n o h ab ía ab an donado voluntaria­m en te su s in du stri as, sino p o rq u e se v ie ro n imp osib i li t ad os de lidiar COIl la competen c ia de p rodu ct os hech os a má qu in a e im p or­tado s a este pais.

(G): Yo sostengo q ue de b id o a las ventaja s p o l ít icas que obtuvo la Compañia East Indi a, ésta se hall ó en posic ión de imponer a la gente los prod uctos hechos a máqu ina ,

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(P) : zPero aca so estos productos hech os a maqu ina n o eran a l mismo tiempo m ás barat os que fas produc tos nat ivo s?

(G ) : Nu nca. Una y ot ra vez se ater ro ri zó al pueblo par a que aban­donase su oc up aci ó n de fabrica r rop a. Y se h iz o m ed ian te, pO I

ej em p lo , el co rt e de sus d edo s pu lgares p o r los mism os tej ed o res cu an d o sus o b ras eran ex p rop iad as.

(P) : ¿Pero la presión d esde arr i ba pu d o Ik y..' il una esc ala ta l que l legar a a m ata r en f o rm a efec t iva las ind ust: i as na í ivas?

( ) : C iertam en te , la con t inu ació n d el p r0(' (> ' ( ' co lon ial d u ran te u n c iert o p er iodo de t iempo de b ía len r (; 5 C ,:dc:<.to a m en os qu e 1(\ gente tra tar a esas fabr icac ione s caseras eon o pY-le de su rel igi ó n .

(P) : zConsidc r u sted qu e las conchc ro nes po lr tic as son aho ra f avo rab les p ar a rev iv i r las in dust ri as na tivas. que u sted sostiene h an sido acabad as d el iber ad am en te p or la Corn p eru e E ast In d ia ?

(G) : Con side ro las c ond ic iones rl1 11 Y Liv o rah les porq ue la gente co m p rende que si no se l e ' ¡verl ah o ra el !"I d. :l t

" y el t eji do a m ano, sól o qu ed o pa ra el f u t u ru de l a nnc. ón u n hom br o m ay o r c ada d ía .

(P): ¿Es en tonces p ar te J~ su ¡J l lJYI i1 l l l d e l I (' fo l zar esta lec c i ón en las 11 as 7

(G): S l. Se v iene h , c ien rlo en t il l a eseala I Il U Y v.rsta.

(P) : A l m ismo t iem p o , si e l sistem a de ab iic a y de p rod ucto s í

hech o s a m áqui na co n t in úan in ¡j18s,11lk .1 l a l udi a. esp era u sted é

realm en te t en er u n gr an éx i t o c on este m ov im ien to, au n cu and o el pueb lo , pOI cou sidora c.oncs d I:< p a rio ti sm o y ec on omía , acu e rd e í

d ed icar su a tenc ión al h i lad o d ru ano?

(G) : Su pregun ta im p lic a la resp uesta. Si el p ueblo acude a m o t i­vos com o e l p a tr i o t ism o y la ec o norn l a, SI pue de l ograrse.

(P) : zPero lo s est udi os que h a elec t uad o so b re nu estr o pu eb l o en la con d ic ión ac tual le perm iten pensar que las c on sid erac iones p at riótic as p ued an ser u n fact o r lo su f ic ien tem er te p ode roso como para da rle un (rn pet u fu ert e a los p ro d uc tos na ti vo s on gran escala, si n ayuda del Es tad o ?

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(G): Sí, ciertamente. Es por ello que sostengo que el hilado a mano y el tejido a mano aceptados por el pueblo en una escala uni­versal tienen que conducir automáticamente al svarádj.

(P): Pero no está usted de acuerdo, señor Gandhi, en que 105

disturbios internos del tipo que tuvo lugar en Málabar, Zson un fuerte retroceso para el movimiento de resistencia pasiva?

(G): Mi respuesta es sí, desgraciadamente.

(P): ¿No admite también, señor Gandhi, que su movimiento tiene mucho que ver con este brote en Málabar?

(G): Toda la información que he reunido, y de la que no tengo razones para dudar, subraya el hecho de que la violencia estalló en los lugares donde ha habido menos actividades de resistencia pasiva, y mi información ha llegado a señalar que los integrantes de la resistencia pasiva fueron advertidos deliberadamente para que no participen en aquellas zonas donde se presentaron los distur­bios.

(P): A pesar de las protestas de respetables dirigentes que no se hallan en su campo, contra las nocivas consecuencias de la resisten­

écia pasiva en gran escala, plensa usted todavía que es el único medio, si no el pr inc ipal medio para que la gente, en la situación en que se halla la India, logre el svarádj?

(G): Es el único medio; de ninguna otra manera podr ía la India lograr el svarádj durante un siglo (41).

(41) Sólo hasta aqu i en los originales.

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28. COMO MATAR EL SVADEESHI

Est amos familiarizados con la p rohibic i ón oficial que se ha impuest o al bonete kh adi en vari as partes de la India. En Bihár , escuché que un magistrado llegó a envia r p regoneros para que vendan ropa ex t ranjera. La fama del Señor Paint er de Dharm war ha ll egado más lejos aún, y ha expedi do un a ci rcular of ici al en la que dice:

Se invoca a todos los func iona rios su bord inados al Recolec t or y al Magist rado del Distrito, a que tomen medidas a fin de que la gente comprenda que , en tanto la Ind ia produce menos de lo que su pobl ación requiere, un boicot contra la ropa ext ranjera y su destrucción o deportación , deben inevitab le­mente co nducir a un grave aumento de precios, lo que puede produci r un serio desor en y saqueo , y que estas consecuen­ci as serán resultado, no de alguna acción de parte de l Gobier­no, sino de la campaña del señor Gandhi.

En otros dos párraf os se ind ican los medios para co mbati r la pr opaganda svadeshi, esto es, realizando m ítines y a través de com erciantes que se oponen al bo icot y que asisten a la Ofic in a del Reco lect or a horas establecidas. E l Gobierno de Madrás ha expe­did o una circu lar aún m ás pedante . El sign if icado de estas circul a­res es obvio . Debe ejercerse p resión sobre comercia ntes y ot ras personas a f in de que no apoyan el boicot. Los funci onarios subo rd ina dos se t om arán libe rtades que los aut ores de las circu la­res n i siqu iera han contemp lado . Afo rt unadamente para el país , estas amenazas producen poca o ningu na im pres ión en el pú bl ico , y el movim iento svadeshi p roseguirá a pesar de la oposición of ic ial , ya sea ésta abierta o secret a, inescrupulosa u honora ble.

L os f unc ionarios son tan igno rantes y obst inados que no asu­m irán la ún ica con ducta efect iva para imped ir los tem idos " desor­denes y saqueos" , esto es, haciendo causa com ún co n el público y est imu lando la producción. En lugar de reconocer como deseable y necesaria la agitación contra la ropa ext ranjera, la consideran como un mal con el que hay que terminar. Y luego se quejan de que yo considere satánico un sistema que busca frustrar una salu­dable agitación pública. ¿Por qué tiene que haber escasez de ropa nativa? ¿No hay acaso sufic iente algodón en la India? ¿No hay suficientes hombres y mujeres que puedan hilar y tejer? é Acaso

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no es posible fabricar el número requerido de ruecas en unos cuan­tos días? ¿Por qué no puede cada hogar fabricar su propia ropa, así como cocina su propia comida? ¿Acaso no está bien que se dis­tribuya grano sin cocinar entre 105 hambrientos en época de ham­bruna? ¿Por qué no estaría entonces bien que se distribuya algo­dón en crudo entre aquellos que consumen la ropa?

¿Por qué, después de todo, el abandonar un comercio que daña a la India, puede ser un asunto de vida o muerte para muchos de vosotros? Con toda seguridad tenéis suficientes recursos como para hallar otro negocio que os benefice al mismo tiempo que beneficia a vuestro país. El detener las importaciones significa un ahorro de 600.000 al año. Pero significa opera r con un capital mucho mayor. Significa que todos los procesos de algodón se rea­lizarán en la India. Esto representa negocio para vosotros. Implica una sana circulación de dinero en tanto que hoyes un drenaje exhaustivo y progresivo de dinero de nuestro querido país. Os pido que desl iguéis vuestro talento de un canal malsano y lo diri­jáis a los canales saludables que se abren ante vosotros. Debéis organizar el hilad o a mano y el tejido manual. Entonces no os daréis por sati sfec h os c o n el burdo khadi como lo hago yo. Insis­tiréis en que vuestros hiladores hilen con el mayor cuidado y en

que los tej edores tejan la mundialmente famosa muselina Dacca. Podréis invertir fortunas en ello en tanto que yosólo he pagado a nuestras hermanas los pocos miles que me habíais dado como cari­dad. En vuestro caso, dejar el no santo comercio de ropa extran­jera conlleva organ izar la producción y distribución de la ropa hecha en casa. Es una empresa digna de vuestro patr iotismo. Murmuráis a mi oido que semejante organización puede tomar unos cuantos años. Vosotros no habéis levantado vuestros actuales negoci os en poco tiempo. Si no os comp lace el saber que se trata de un come rcio que ha empobrecido y esclavizado a la India, no os detendréis a pensar en las consecuencias de su destrucción. Lo abandonaréis a cualquier costo .

¿y cu ál es el costo? No mucho. Debéis detener todos los posteriores pedidos de ropa o hilo extranjero. Eso no cuesta nada. Tenéis una existencia de ropa extranjera de la que os tenéis que librar. El mercado mundial está abierto y a vuestra disposición. Hay muchos usos a los que se pueden destinar las telas de fábrica destinadas a la India, y podrían colocarse, por ejemplo, en la isla Mauricio, en Sud Africa o en Africa Oriental. Pero sé que no precisáis que os diga cuál es el mejor método para que os liberéis del stock de ropa y de hilo extranjero que tenéis.

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A lgu nos de vo so tros se han p reocup ad o por lo s requ erimien ­tos de la c lien tela. E l cl iente se adap tará a la escasez, no se sent irá pe r p or e ll a y estará en m ej o r capac idad para apreci ar el año ent rante la abu ndanc ia de bell o kh ad i que venga en to das las va r ie ­dades de ancho y consistencia.

Os pido que n o recargué is inde bi damente al consum ido r . No es co rr ec to que p ongá is te n taciones en su camino bajo la forma de fr ívo los dh olis japo neses o de perca tes alm id onados. Os insto más bien a que cult ivéis en el co nsum idor el gu slo por ver arte en la khadi . La un iform idad, la suav id ad pareja, no son necesar iamente un ar te. La rosa hech a en sed a de la m ane ra m ás exqu isit a no con t iene al te, ya qu e no ti ene Vida . Pero la flo r ve rdadera d I ja rd ín qu e ha perd ido la m ayor part e de sus pe tal os es in f initame n ­te sup er ior al p rodu c to art i f ic ial acabad o que se encuen t ra en una adorn ada ven tana . La fl or natural as ta an imada de vicia. Qu iSier a qu e l os m e rc ade res d e la Ind ia, dejando de ser me rcenari os, e s tu­.I iaran el arte antrquo y , con v irtié ndo lo en su negoc io, lo rev iv ie ­ran . Hay d inero en ello p ara vosot ros y para el pai s. E l mayor arte a ser- rev ivido es e l sva r ád j . No hay svar ádj sin svad esh i. E l svadesh i siqn i li ca p ala la ndia el boico t pe rm ane n te a la r op a í

extranjera. Os inv i to a m os l ra r el carn mo , Te né is la hab il idad para ello . iOu e D ios os conceda la for tale za y sabi duría p ara conduci r ! Qu edo de vo sot ros, caba l leros, vuestro am igo M. K. Gandh i

Th e Bornba y Chron icl e, 7- 7- 19 2 1.

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29. DIDIFULTADES DEL SVADEESHI.

La carta citada anteriormente (42) ha sido escrita por un comerciante, amigo mío. El ha llenado sus arcas con el dinám ico comercio de ropa extranjera, pero ahora ha llegado a comprender dónde reposa el bienestar del país y ha llegado a apreciar la impor­tan cia de la rueca, esto es, de la khadí. Debemos prestar atención a todos los peligros que él menciona.

Desgraciadamente alentamos innecesariamente el uso de ropa fabricada industrialmente, y también es un error correr a comprar­la. La ropa producida en fábricas de la India siempre tendrá demanda. Sí mediante nuestras acciones, tentamos a los industria­les, esto determinará sin remedio la calidad de su producto, y los comerciantes de dicha ropa, a quienes sólo preocupan sus ganan­cias, sufrirán la tentac ión de aumentar los precios. No podemos esperar que los comerciantes manejen sus negocios por el bien del país mientras el pueblo mismo no tenga ese bien en el corazón. ¿Qué sería más sencillo: soportar la incomodidad de usar khadi -sí fuera una incomod idad- y, si su precio es alto, pagar ese pre­cio?, lo que los propietarios de fábricas renuncien a sus ganancias que constituyen decenas de miles de rupias? Es absurdo esperar grandes sacrificios de los propietarios de fábricas. Serán los últi­mos y no los primeros en despertar, y debemos conducir nuestra lucha bajo ese supuesto: culpar a los "levantinos" en este terreno es culpar a la naturaleza humana (43). En su lugar ciertamente nos cornportan'amos exactamente de la misma manera. Sea como sea, aquellos de nosotros que hemos aceptado el svadeshi como una obligación religiosa no debemos usar ropa producida enfábricas.

Naturalmente, en las bayetas y cordeiletas caseras, o sea en la "khad i" no hay magia. La magia se encuentra en la motivación.

(42) No se adjunta en este articulo. La carta hizo notar el peligro que planteaba al movimiento 5vadeshl al creciente Interés del pueblo por la ropa fabricada Indus­trialmente, prefiriéndola a la khadl. Subrayado en el origInal. Por lo demás. Iodo el subrayado 85 de 105 edllores. (N. de la T.)

(43) Los márvarls tienen la lama de 105 le'/al1llnos.

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En ap ariencia la crud a ropa m anu al t am p oc o es siemp re atrac t iva. N os habríam os ded icado rápi dame nte a los productos de h i lo y tela f ab r icad os a m ano si, en vez de lucir como k had i, t uvi eran la suavidad y acabado de la m usel ina. Pero mem orizad en let ras de o ro que sólo a través del uso universal de ropa hilada y tejida a mano, la pobreza del paí s podrá ser abolida y que, sólo si esto se hace, será posi b le la independ enc ia po l ít ica. En suma, la k had i importad a del Japón o p roducida en nuest ras f ábricas no es kh ad i sino algo que sim p lemente luce com o el la, y debem os perm anecer alej ados de esta ap ar ienc ia.

U n hom bre de Nad iad no deber ía ten er qu e ir a buscar el khadd ar verdade ro en Ahmdabad o Bom bay . El m ismo deber ía poder producirlo en Nadiad, ya que la idea es ahorrar tod o el dine ro para el pueblo de Nad iad . °podr ía usar k hadi tejido en su propio distrito con hil o hila rlo t am bién en su distr ito. Esto, simple­m ente , no puede ser caro. Un pan hecho en casa es siemp re m ás barato que el que se ven de en el me rca do . Resu lta má s barato al largo pla zo si y o le d oy dos rupias al tejed or de mi vecind ad antes que un cen t avo a Manchest er , ya qu e de est as dos ru pias algo volverá a m i , en t anto que al dejarl o mo ri r de ham bre pa ra al imen ­t ar al tej ed or de Manchester o de Bornh ay , conve r ti ré a mi vecino en una carga para mí mi sm o . Te ndré que ab ri r un hosp ic i o p ara ayu dar a m i vecino . En este pa ís nos hem os estado engaña ndo a nos ot ros mi sm os cr y endo qu e al ab rir esas casas de caridad som os v i rt uos os. N o vem os, o m ás bi en , no querernos ver , qu e det rás d las cir cun stanc ias qu e obl igan a ini ciar los hosp ic ios y ace un er ro r m oral. ¿N os agradaría acaso que algu ien nos pr ive oe nues tr a p ro­pi edad y luego abra un hosp ic io para n so t ros? 0 , si po r una larga p ráct ica nos acos tum brá ram os a ped i r lirr osria, qu á imp re­é

sión causar i amo s a un ex tra njero ? Sin emhrago, al, abando nar nuestr as an t iguos ar tes de h i lado y tej ido nos hemos vuel l o rcal· men te men d igos y si no tenernos cu idado, será peo r a ún. FI nal­men te, sigui endo el p r rncip io eJe que quien come sin haber o f rec i­do un sac r if ic io es un ladrón , hab remos demos trado ser nosot ro s m ism os un os lad ron es.

E l f also o rgullo de los ben gal íes no me mo lesta. A un si sól o la pr ovinc ia de Guj arat ll evara a cabo el vot o de svadesh i, Bengala cie rtame nte la segui r l a. En verdad no p arece f ác il descon ocer a

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Madrás por su amor a las ropas atractivas, pero en un momento tan importante de despertar espiritual y patriótico, no nos debe sor­prender ver a aquellos que parecían estar a la vanguardia terminar en la retaguardia mientras que los que parecían rezagados avanzan a la cabeza . También se están haciendo esfuerzos en Bengala.

Sin conocer la verdad acerca de los piquetes. el corresponsal ha sido inj usto con los bengal íes. Los que hicie ro n los piquetes delante de las tiendas de los Marwari e ra la misma gente de Márwa­ri, m ás u nos voluntarios del Com ité Kh iiafat. Sin embargo, los bengal íes no tuvieron n ad a que ver e n el asunto. Los pi qu etes come nza ro n por e l m o t ivo más puro y han s ido llevados a cabo de manera d isc iplinada. Un caballero com o Sh eth Jamnalalji jugó un pape l destacado en su co nd ucc ió n.

Pero son las mujeres q uienes más me p reocupan. Hasta ahora las hemos mantenido totalmente ignorantes acerca de temas tan vitales y sólo ha sido recientemente que han empezado a tomar interés en ellos . Hasta que no se les ex orcise su am o r p or la rop a ext ranjera, no p rosp erará la causa del svad esh i. Afortunadamente, ha habido en un c o rto t iempo un despertar tan notable entre ellas que observo el surgimiento de profundos c ambios femeninos. Sin embargo , es muy necesa rio que los hombres reparen su ind ife re n­cia del pasado. Una vez que la ropa extra nje ra haya de saparecido por completo de su med io, las mujeres no tardarán en alcanza rlo s . Pero ni siqu iera los hombres han superado por completo su gusto por la ropa "fina". En dhotis, po r ej em p lo , siempre ex igen tener productos fabriles y el peso del crudo les resulta una inconvenien­cia. C órno podemos esperar algo de las muje res si los propiosé

hombres no han logrado liberarse de tal es cosas? Hayas, muchos obstáculos en nuestro camino al svadeshi. Cuando los hayamos superado todos estaremos seguros de ver el sol del svarádj salir en el horizonte .

(Del gujarat i) Navajivan 6- 10- 1921 Vol 21, 1966

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30. INQUIETUD DE LOS COMERCIANTES 30. Preambulo

V em os que actu almente la clase de los com erc iantes se siente aprensiva. L os merca deres tem en que la lucha qu e se vie ne l ib ran­do arru ine el co merc io. Esta no es una aprec iac ión cor rec t a. La luch a no se d i rige con tre el com erc io o los com erc iant es; es en benef ic io del com erc io . H oy día de cada c ien rup ias, los p rop ios come rc ian tes gan an só lo c in co y env ían el resto fue ra de l p a is. Si Ia lucha presen te se gana, reten drán Int egras las c ien rup ias o con­servarán c inco p ara sí y d ejarán q ue las nove n tarc inco restan tes ll eguen él las casas de los po bre s.

Los hombres de negocios sólo tienen que perder el temor, tener co nfianza y asumir un pequeño riesgo . No es que el G ob ier ­n o alien te el comerc io ; al ient a la esc lav itud y, al m áx imo , el cor re­t aje. Por cad a ci ud ad an o de la Ind ia al que pe rm ite ser m i ll o nari o , t amb ién ay uda a c ien to s de ot ros c iu d adanos de Eu rop a a ser lo. Espero que lo s comerc ian tes qu e com p ren dan este simp le r azona­mien to p art ic ipen sin pensarl o dos veces en esta lucha; si la c lase com rc ian te juega b ien su papel, esta luch a ll egará p ron to a su fin y los m ismos comercian tes, aS I com o e l resto del pals, p od rán llevar a cabo su t r abaj o en paz .

Los comerciantes de ropa debe rán mostrar más valor que otros . T endrán qu e abandona r e l comerc io de ropa ex tranjera y producid a ind ustr ial rnen te y só lo p od rán vender kh ad i pu ra. E l co merc io honesto de kh ad i tam bién pu ede ser p róspero ; p rop o r­ci on ará m erli os de sub sistenc ia a c ien to s de personas y así p romo­v rá el b ienestar del p ueb lo . N o t enem os que asumir que los comerci an tes n o p uede n dej ar de ser deshonest os. V erán el los por su prop ia exper iencia que , si pon en un lí m i te a sus gananc ias, nu nca t en d rán que recurr i r a la f alsedad .

(Del gujarat i ) N av aj ivan , 5- 3 - 192 2 V o l. 23 1967

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114. SVADESHl

La Semar.a Nacional terrn. n ó el Martes 13 . Fue, e n '~odo

sent ido, u na notable demos trac ió n de la u n idad Hindú - Musu lrna­na, la de terminaci ón de asequrar la de rogac ión de la ne fas t a ley "RowlaH Act" y ensayo de l esp íritu de satyág ra h a . Los d iscursos p ronunc iados fueron so brios y m ás direc tos q ue nu nc a . No h u bo desórd enes en ningur. o de jos m rt ines de lo s qu e hemos rec ib id o info rm es.

Pe ro, qué hay sobre e l svad eshi? zAc as o e: svadeshi no esé

ta m bié n p ro d uc to de l esp í ri tu y ac ti vid ad d e saryágra h? Sin duda lo es. Pe ro e l tra bajo svad eshi es e l más constructiv a de t od os. Se b rin da más a la acc ió n concre ta q u e a los dis c u rsos. No es pos ible aho rra r med io mi lló n de rup ias anualmente m ed ian te d isc ursos o m ov ilizacione s. Im plica m uch o más qu e a l agr ava mi e n t o d e este d re n aje a nual . Im p lica e l h onor de las m ujeres de la Ind ia. Todo aq ue l q ue t ie ne algu n a rel aci ó n con la in d u st ria fa b r il sabe que las m uje res q ue t rabajan en las fáb ricas es t án e x puestas a tenta c iones y rie sgos a los q ue n o ti e nen por qué ser victimas. Much a mu jeres, p o rq ue en sus h oga res se ne ce sitan ingre so s, iacep t a n e l t ra bajo de re p a rac ió n de c arrete ras! Y só lo aquéllos que saben en qué consi s­te est a faen a via l pesada com p ren den lo s riesgos q ue las mu je res co rre n . Dén les u na ru eca y n in gu n a m u jer tendr á nunca que bus­ca r otro e mpleo , sól o se se nta rán a t rabja r en la ru ec a . E l svad eshi s ignific a la ju st a dist r ibuc ión de la riqueza p o r u n a oc u p ac ió n que só lo sigue e n impor tancia a la ag ricultu ra . Co m p lementa la agric u l­tura y , por lo t an t o , ayuda au t o mátic amente a reso lver e l p roble­ma de nuestra creciente pobreza en forma mat e rial. A sf e l svadesh i es nuestra verdadera Kamadh enu (44), la cornucop ia que abastece todas nuestras demanda s y resue lve muchos de nu estro s problemas dih'c iles. Y es una ocupac ión que salva nuestro h onor y permite que nuestro medio de subsist encia se convierta e n un deber religio­so.

(44) Una vaca m (ti ca que daba todo lo que se le ped(a. la cornucopia de la abundancia. PronúncIese "Kaamadheenu".

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zC ómo puede lograrse la gran consumación? La respuesta es simple . Aquéllos que comprenden la im po rt anc ia del problema, deben ponerse a trabajar en cualquie ra de las siguientes d irec­ciones : 1. Aprender a hila r, ya seáis hombre o muje r . Cobrad por el trabajo si necesitáis dinero, u obsequ iad dia r iam ente a la nac ión por lo menos una hora de trabajo .

2. Aprended a teje r, ya sea por ent ret enim iento o para mante­neros.

3 . Mejo rad técni camente los tela res manu ales y ruecas qu e se usan actua lmente y, si so is ri cos, pagad a los que hacen inno vacio­nes en ell as.

4 . Tom ad el voto de svadesh i y fomentad el u so de la ropa qu e es hilada manualmente y tejida a mano .

5 . Introdu cid dicha ro pa ent re vue st ros am igo s y creed que hay má s arte y humanidad en el " crudo" cuyo hil o ha sido p repa rad o por vue stras pobres herman as.

6 . Si soi s madres daré is una cultura l imp ia, inte gral y nacional a vuestros h ijos, y los haré is usar ropas hechas con la bella khadi di sp onibl e a millones de gentes y qu e pueden ser produci das de la man era má s fácil.

El Svadeshi entonces significa la creac ión de la organizac ión má s perfecta en la cual cad a parte traba ja en pe rfecta armon ía con las o t ras. Si log rarnos poner en fun cion ami ento semej ant e o rgani­zación , so nólo esta rá asegu rado el éxit o del svadesh i, sin o que el autodomi nio político será para nosotros algo natu ral.

Youn g Ind ia, 2 1· 4- 1920 Tomo X V II 1920.

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32. TEJIDO A MANO

Podéis preguntar: "¿Por qué habr íamos de usar nuestras manos? El trabajo manual debe ser hecho por aquellos que son analfabetos. Yo sólo me puedo ocupar de leer ensayos políticos y literarios". Creo que hace falta comprender la dignidad del trabajo.

Si un peluquero o un zapatero asiste a la universidad, no debe abandonar la profesión de peluquero o de zapatero. Considero que la profesión de un peluquero es tan buena como la profesión de un médico".

The Indian Review, febrero 1916.

33. UTILlZACION DEL "CRUDO"· 118.

El movimiento del svadeshi viene ganando impulso lentamen­te aunque aún no progresa lo suficiente como para satisfacerme. En la Semana de Satyágrah se observó un despertar en el pueblo y el movimiento del svadeshi ha crecido en consecuencia . Ahora los mahometanos han empezado a tomar mayor interés en él. Hay una nueva actitud en ellos. Para ellos svadeshi es sinónimo de boicot. Yo he manifestado mi opinión en el sentido de que el boicot no servirá a nuestros fines; pero aún así, en la medida en que el boicot implica svadeshi, producirá algún provecho. Si algu­na persona, presa de cólera, empieza un ayuno, ciertamente disfru ­tará de los beneficios f1sicos del ayuno. De manera similar, la adopción del svadeshi en el espíritu del boicot, producirá benefi­cios en la gente.

Si dejamos de usar los bienes europeos, pero seguimos utili­zando los productos japoneses, saltaremos de la sartén al fuego.

¿Cómo podemos entonces asegurarnos de que se propague el svadeshi? Todo aquel que ame el savadeshi está en la obligación de plantearse esta pregunta. Si alguien cree que sirve al país aumen­tando el consumo de tela producida industrialmente, está en un error . Simplemente no producimos suficiente tela fabril en la India para satisfacer nuestras necesidades. Si, por lo tanto, nos sentimos satisfechos al usar tela producida industrialmente, nos habremos apropiado de una cantidad de tela que ahora está al alcance de los pobres y habremos así provocado el aumento de su

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precio . Ello seria un erro r . Pero lu ego , también es indudab le la necesidad de co n t ar co n u n alm acén de rn ercad er ra svadesh i en cada aldea y a q ue , según va n las cosa s, aq uel los qu e usan tel a sva­desh i n o pu eden satis facer sus dem and as en las t ien das comu nes, L a verdad de l asunto es que sólo puede realmente alent ar el svadeshi aquel que hila y teje, aunque só lo sea para prod ucir un codo de tela y nada m ás. Si se pu d iera crear nuev as fábric as texti ­les en un ab r ir y cerr ar de oj os, hoy m ismo p od r íarnos asegu rar de alguna m an er a el reinado del sv ade sh i. Pero to ma t iem p o estab le ­ce r fáb ri cas. Sin embargo, podemos aprender a h i lar a man o , d e i nme d iato sin duda. Si sól o la gente lo inten t ara, cu alqu ier horn ­bre o mujer pu ede aprender a hi lar en menos de un d ía.

Cientos de mu jeres han empezado a h i lar de esta manera, pero aún no conseguim os que suf icientes hombres y mu jeres u sen la te la p rod uc ida a m an o. Hace un año, no h ab ía suficiente cant i­dad de khad i . A h o ra, un año despu és, se me ofrece ta nto h il o hi la­do a mano que no p ued o recibirl o todo . Las ex istenci as de khadi son ah o ra tan grandes q ue las cantidad es co nsum idas no son suf i­c ien tes.

Entonces, el probl ema de vencer el prejuici o contra la kh adi h a adqu i rido la mi sma impor tanc ia que la de produci r má s te la . N o lograr emos produ ci r al pr imer intento f inas t elas co n los hil os hil ad os a m an o, para reemplazar la (burda ) khad i que se prod uc e ac tua lmen te. Los ciento s de m il es de m uj eres que hilan sequi r án p rod uc iendo hi lo dest inado sólo para la kh ad i.

E l m ov imiento svadesh i ha recibi do el mayor impulso de la señor a Sár ladevi Chówdhrani . Du rante la Sem ana N acional , ell a m anife st ó su deseo de u sar un a sar i y una b lu sa kh adi . Hasta ahora yo n o h abía log rado que mujer alguna usara un a sari hech a de k hadi, y por ello p ensé al p rincipio que Sárladev i est aba brom ean ­do . Pero ella era real men te si ncera en lo que decr'a y lo qu e es más , q uer ía un a kh ad i t an bu rda com o la q ue y o uso . H ice que le cos ie ­ran una sar i y un a b lusa y ella celebr ó la Sem ana N acion al u sánd o ­las. Cuan do su t i o m aterno, el "Poet a" (45). l a v io vestida aSI, o bservó : "S i t ú m isma no te sientes incóm oda , el vest id o no t iene nada de ma lo . Puedes usar lo para i r a cua lq uier pa r te". Hubo un a gran f iesta el dra 11 en la casa de la Sra. Peti t, en honor de l Poeta

(4 5 ) Rablndra nath Taq o r e, Quien se hall ab a en Bombay d u r ant e la Sem ana Naci o nal ; ( p re m i o N o oel d e liter atura en 191 1, pri m er p re mi o no eur ope o) .

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y el la tuvo que avisar si asist i ría usan do el " crudo " . Recordó en t onces la obs ervaci ón del Poeta y hon ró esa f iesta asist iendo con el m ismo t raj e k hadi . El la no rec ib ió por ell o men os respe t o qu e el que so l la rec ib ir cuando u saba sus cos tosas saris de seda . D espu és de t od o, asist ió a tod as las reuniones y funci ones usando khad i y, en todas aqu ellas en que parti cipé, pude ver qu e el respeto por ella hab ía aum entado deb ido a su vesti me nta . Y fue así co mo el tío y la sob r ina, qu ienes han adqu ir ido f am a en el pa ís por su sent ido art ísti co , nunca rechazar on la khadi desde ese punt o de vi sta. Po r el cont rari o, i nt rodujeron el kh addar co mo un tr aj e para muj eres, qu e pue de usarse en las reu n io nes de la gente r ica . Est a dam a, que estaba acost umbrada a usar saris y otras prend as de la más f ina textu ra, se sent ía orgul losa de usar una sar i de kha di y un a blusa khad i , sin sent irse avergonz ada por su peso . H ast a que esta act itud se refl eje en grande s gru pos de hom bres a m ujeres, o se adop te -a cualquier costo- du ran te est e pe ríodo de tran sici ón , no c reo qu e sea pos ib le co nve rti r el svadesh i en un movimien to a n ivel nacio ­nal, ya que, tal com o est án las cosas, si hay algun a tela que pueda p roduc i rse eco nóm icam ente en ci ent os de m i les de cod os, es sin du d a la k hadi .

Pero no com pad ezo a los que usan khad i. No cre o carecer de sentid o art Istico , y p ara m is oj os la kh ad i es bast ante artísti ca. Puedo dec i r por propia experienc ia y por la de otros , qu e -en vez de ser co m o el perca l que se pega a mi cuerpo debid o a la t ransp i­rac ión du rante el veran o- este " cru do " t iene la prop iedad de absorber la hu medad . La k had i es un a te la super ior y más ú t i l. Es m ás bell a q ue el perca l p orque t iene alm a. Podem os deci r que la khadi tiene una personalidad pr opia , si se le pue de atribuir pe rso­nalidad a una tela . Podemos saber, si lo deseamo s, quié nes part ici­paron en cuáles procesos de la man u factu ra de cuá l pieza de khadi. H ay artesan 13 en la fabricació n de khad i. Y p oderno s ver que no la

h <l Y ~!1 .., ! porcal . A si com o no hay dos hojas iguales en el árbo l, tarnpoc o pueden haber dos largos igua les de h i lo h i lados a m ano y de khad i tej ido a ma no . N ingún pin t or pu ede p int ar dos obras ex acta mente igu ales, de m anera sim i lar , n ingún tej edo r de k h adi pued e p roduc ir dos largos exactamen te iguales en cali da d . Para algunos, esto pu ede ser causa de pesar . Probab lem ente c reen qu e lo co rre ct o es p roducir mil es de co dos de tel a de idént ica cali dad cuyas piezas no se pueden d istin guir en tre si . Este tip o de produc­ción mecán ica tiene sus aplicaciones, pero nunca se reco nocerá co m o un art e. Si no pud iéramo s p roducir alfileres, o no pud i éra­m as obtener papel de id én tica calidad , nos sentir ramo s perdi dos .

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Pero aún en esta era de me canizaci ón , aún hoy d ia, la gente qu e aprecia el arte, prefiere el papel hecho a mano. 1 oda el mund o podrá ver la diferencia entre el pap el hech o a mano y el fabri c ado mecánicamente . El pap el hecho a mano es la expresión de una cie r ta calidad de individualidad, del arte de su fabricante . Tal vez ese papel manual por "exclusivo", no pueda esta r al alcanc e de muchos. Todo cuanto deseo demostr ar aq ui es que hay un ar te presente en la khad i , al i gual qu e en el papel manual, per o que está ausente en lo s p roductos fa br icad os ind u str ialmen te Si no hubi é­ram os desarrollado un preju ici o contra los prod uct s de la I ndia, habr rarn os ap reciado también el arte que está p resen te en el khaddar . En Escoc ia, el tw eed prepa rad o po r las muje res CO Il lana sigue siendo considerad o superio r a la var iedad p roduc ida a má qu i­na. Los nobles escoseses dem uest ran , al usarlo que la belle za y el ab rigo que se enc uentra en su burda calidad , n o se puede enc on t rar en la suavidad de la variedad pr oducida a máq u ina . E l tw ecd hech o a m ano se co nsidera artlstic o y elegante, y p or lo tanto cuest a m ás d in ero .

Desgraciada mente para la Ind ia, la kh ad i a m an o se con sid eró despect ivam ente co rno ropa pa ra las cl ases inferi o res; como si no hubiera art e en el la. Nadie le asigna va lor y el tej edor de kh adi apenas pued e ganar 8 annas al d ra. zC órno pod em o s espera r q ue un pa ís no mu era de ham bre ? Aqu í , e n este pa ís , no se aprec ia la artesanía. Los ricos fascinados por las merc ancías ref inadas y hechas a máqu ina que proceden d e Europa, las consideran art íst i­cas, y el resultad o es qu e en sus h oqara s y en sus ropas, nunca auspician la artesan ¡'a de la India, con el arte que conti ene : " com ­p árela co n los hoga res de sus amigos ri cos y luego d rqarne qu ién alient a mejo r el sv adeshi " . Lo que me d ij o era ci erto y me sent i d isminu ído . Estoy convenci do de que el d ¡' a en que la Ind i a se sien t a orgu l losa de usar khad i hilado a m ano y pague p OI" ella en virtud del arte qu e contiene, el hambre desapa rece rá del pai s y hallarem os qu e los pobres, a quien es les resulta difícil in clu so adquirir cer eales para comer, obtendrán fácilmente los medios para com er los,

Hoy día he trardo con mi go una gran cant id ad de khadi . Más aú n, estarnos frente a un a situación en la que pu ede ser necesario aband onar una activ id ad que proporcion a trabajo a algu nas muje­res y a gente pobre. Por lo tanto he tenido que usar lo mejor de mi capacidad pa ra demostrar algun as ve rdades eviden tes. Para mí , los sacos, las camisas de tipo hindú y ot ras prendas hechas de I<hadi son bastante bellas . Si , no obs tante , no puedo log rar que el lector

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me siga, qu isiera decir que la khadi tiene muchos otros usos. Puede usarse para confeccionar maletines escolares y hamacas para niños . Sillas, sofás y otros artículos de mobil iario se pueden formar con ella. Se puede fabricar grandes alfombras con khadi teñ ido. Puede servir para doseles o espaldares. Se puede hacer con ella pañuelos de l t amañ o que se desee. Tirantes; bolsas, fundas de almohadas, cubrecamas , y muchos otros artículos de ut ilidad pueden hacerse con ella. Invoco la ayu d a d e todos los lectores para popular izar la "crudo" , Un teñ idor Khat ri (4 6 ) ha llegado a teñir la tela svadesh i co n ti n te kh ad i. Con su ay ud a, estoy o b ten ien do kh ad i t eñ id o de rojo . La kh ad i rosada es m ejor p a ra cu brecam as , etc. Qu is ie ra que to do s los lec t o re s recu e rden q ue actu almente hay un gran número de muj er es emp lead as en e l h ilad o. Algunas de ellas llevaban vidas inm o ra les y otras no pod ían ni s iqu iera co nsegu ir leche para sus h ijos ; estas he rm an as están ahora ganando algo de dinero m ediante una oc u pación hone sta . Quiero que cada uno de los lectores parti­cipe activ amente en la p ro m oc ión de esta ar tesan ía que pu ede ter­minar c o n e l ha m bre en la India y p uede ayud ar a la gente a llevar vid as más p u ras. •

f Cual q uie ra que qu iera ha cer un pedid o d e khadi, debe escri­birle al A d ministrad o r de la Se cc ión khad i, y no a mí. Si me escri­bes, es p robabl e que t arde en obtene r respuesta. Los p rec ios de las vari edades de khadi que se han almacenado en el Ashram pueden o bte nerse escribiéndol e al Administrad or.

Saty ágrah-Ash ram. (Del Gujarat i) Návaj ivan, 25- 4- 1920

(46) Miembro de una comunidad de artesanos dedicados a los tintes.

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34. USO MAYOR DE LOS TELARES MANUALES - 44.

A l Editor de Y oun g I ndia,

Esti ma do Seña l' M , R, Gandhi : "Tod os lo s p at riot as de la In di a co inc iden en que nu est ro

pa ís deber te au to abastecerse de ropa y qu e no deberí a impor tarse ni h il o ni t elas ex tranj eras, E l p ro bl em a rad ica en esí able cr cuál es el mej or y m á rápi do de lo s med ios p ara loqrar este obje t ivo , Se ha p redi cad o qu e el medio es la rueca :::o el ch ark ha . Noso tr os. sin em bargo , creem os que h ay med ios más fác il es, y m ás ráp idos y en to do aspec to m ej o res para cump l ir' esta met a. é Cu áles son? Perm it idno s d c l arar ensegu ida cuá les son: l } aum enta r el número de telares m anu ales en la Ind ia. 2) pred ica r que es un deber im perati vo de cada indo sen t i rse sat isfech o en este m ome n to co n ropas camparatrvamen te bu rdas hech as co n h iIos producidos en la

Ind ia y dej ar de use: ropas im po rt adas y ropas hechas en la I ndi on hi lo im port ad o (espec ialmen te f in o). a pesar de lo confo r­

ta ble que p ueda ser usar estas ropas , Es necesarra u na breve

exp licac ión . Uno de los factores ardinales que se deb en recorda r en relaci ón a esto es que, si la actual produ cci ón de t ren zado y estambre - p roduci da sir usa: el ch ai kha - se co nvi rt iera en l apa, sena p rác t icame nte su f ic ien te pa ra vestir a la Ind ia con su pr op ro proci ucto , sup on iendo que el pa rs estuviera lis to para usar só lo ropas bu rdas. De hecho , se export an (47) de la Ind ia cacla ario unos 143 m i l lones de li br as de h il o y tr enzado hech os en nuestro pa ís. Conve rt id. esto es, tejed estos elem entos el1 ropa en la Ind ia y p rep arad a nuest ro p ueblo para que haga el pequeño sacr if ic io dPo con ten t arse en este m om en to con la bu rda ror a así p rod ucida , y el gran problem a de aut oa bastecer a la India con rop a se hab rá resuel­t o en un pl azo m uy corto , A qu í , la p i imera pregunta qu e n s asalt a es si los tel ares ma nuales y m o to rizados qu e ex ist en ac tua l­mente en la India po drán teje r la can t idad menc ionada de hil o y convert i r la en ropa , La respu est será negat iv a. ¿Qué debemos hacer entonces? L a respuest a es ob via: aumenta r el númer o de

(47) Su b ra y ado en e l o r igi n a l (N , d e la T ,)

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telares. Será difícil aumentar enseguida el núme ro de telares mecá­nicos. Se tendría que import ar una gran cantidad de maquinaria (de tej ido) desde paises extranjeros. Ello implica un retraso de dos o tres años, dejando de lado, por el momento, las d ificultades que surg en de una tasa desfavorable de cambio y el alto im puesto a la im por t ac ión p ara este t ipo de telares fab r iles, rec ientemente esta­blec id o . Por o tro lado , aumenta r el número de telares ma nu ales no es di f ícil . Pueden ser f abr icados en la In dia en un per lado muy co r to de ti em po y a un co sto muy baj o . A t ravés de un cálcu lo , basado en las estadist icas del año 1919 pu blicadas por la D irecc ión General d e Estad /stic as, - con las que no quiero mo rt i f icar a vues­t ros lecto res- se puede dem ost rar fáci lmente que para nuest ros prop ósi tos act uales seri'a p ráct icamen te su f ic ient e que d up licá ra­m os el n úmero ex istente de t elares m anuales. Y apelo a los lect ore s para q ue consideren el asunto con ex t remo cu idado por la impor­t anc ia que el asu n to d m anda, y para qu e pon gan sus po derosos hom bros en la rueca" .

Aten tamente,

S.B. Mitra

(Respuesta) Cálcuta 19 de Abril

E l correspo nsal parece ignorar el hech o de qu e la propaganda de hil ado man ual im p lica la de tejido a m ano. La India no puede au toabas tecerse de ropa si el hil o hil ado a m ano no puede ser teji­do a m ano. Pero la sola mul tiplicación de los telares manuales no puede resolver el p ro b lema. El art e de tej er a m ano no ha muerto . Hoy d ra hay en la In d ia m ás tela res m anuales en funcionamiento que tel ares me cán icos. Pero la mayo r la teje hilo extranjero. Apoyo de to do co razón la p ropuesta de que deberlamos usar sólo ropa burda e indu c i r a lo s tej edo res a que tejan sól o h ilo i ndio . El co rresp onsal t am bién deberla h aber reco me ndado a los "di rigen­tes" que apelen a los in dustriale s pa ra que no ex po rten hi lo. Sólo que es casi imp osibl e indu cir a los propi etari os de fáb ric as a que cedan las grandes ganancias que obtienen por exportar hilo. Si sólo los industriales y otros capitalistas se metieran esto en la cabe­za, ciertamente podrían lograr un boicot completo del hilado a

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mano. No es suficiente log rar sólo el boicot contra la ropa extran­jera. Es absolutamente necesario dar a millones de campesinos una industria complementaria. Deben utilizar como lo hicieron antes, sus horas libres en alguna ocupación complementaria a la agricul­tura. Los millones de hombres que viven en semi-hambruna por falta de ocupación, deben hallar una artesanía sencilla en sus hoga­res. y ésta es, nuevamente, el hilado a mano. Lo que el corres­ponsal nos insta a hace r ya está en marcha. El número de tela res manuales aumenta, el pueblo se ha decidido a usar ropa burda. Pero el hilado manual universal, por sí mismo, puede solucionar inmediatamente el problema de la creciente pobreza de las masas. Dejadme reforzar mi convicción. La India no puede autoabaste­cerse, estar contenta y vivir sin temor mientras prescinda del hila­do manual . Es por ello que el señor Krishna Rao de Másulipatam instintivamente reconocía el deber (dharma) de hilar a mano como un rito sac ram ental . Las masas con su clara imaginación c ierta­mente lo han reconocido como tal. Pido a todos los que piensan como el Dr. Mitra que no desv íen la opinión nacional del hecho central. El hilado a mano incluye todo lo que el corresponsal sugiere, pero incluye mucho más. Un océano necesariamente incluye todo lo que aporte un río .

Young India, 11- 5- 1921 Vol. 20,1966

35. TESTIMONIO DE UN INTELECTUAL

"Un conocido novelista de Bengala vino una vez a verme sólo para contarme su experiencia . Me d ijo que trabajaba en la rueca regularmente y que, en consecuencia, su arte había mejorado. No quiero profundizar mucho en esto. Sólo deseo mostrar que la inte­ligencia de los inteligentes se agudiza con el trabajo físico de cual­quier tipo y, si el trabajo es beneficioso para el pueblo, se santifica. El hilado, al ser un trabajo limpio, ligero y agradable es el mejor medio de semejante trabajo físico y es, en la actual condición del país, el árbol celestial que satisface nuestros deseos".

(Del Gujarati) en Návaj ivan Página 373 30/X/1921

Vol. 21 1966

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36. SVADESHI VERUS KHADI? 3

"Svadeeshi" es una palabra sumamente conocida. Es una palabra amplia. Una palabra así puede tener un efecto bueno y uno malo. El mar es vasto. Pero si no lo fuera no podríamos obte­ner oxígeno . Sin embargo el mar, como el fuego, lo devora todo. En él se lavan inmensas escor ias y sin embargo, se mantiene puro. En cuanto nos alejamos de la costa notamos que el agua es transpa­rente como el vidrio . Bajo los rayos del sol, su espuma brilla como perlas y diamantes; el resplandor de esas gemas no tiene compara­ción con el del mar. El mar permite que los barcos neveguen en sus aguas y, sin embargo. si alguien tomara su agua salobre, se en ferrn ar ia. Obtenemos agua potable y dulce de pozos, arroyos y pequeños riachuelos . El svadeshi entonces es un mar, un océano. Siguiéndolo, aunque sólo sea en parte, las naciones pueden prospe­rar. Cuando se expl ica su sign if icado , la palabra impresiona. Pero actualmente, si nos lanza m os de cabeza al mar del svadeshi, pode­mos ahogarnos. Ahora mismo, el svadeshi no es m ás que una aspi­ración que est á m ál all á de nuestra capacidad.

Algunos d icen que en nombre del svadesh i harán o comprarán can dad os svadeshi y no comprarán los candados Chu bb. Algunos pref er irian cuch ill os con poco fil o pero nacionales an tes que com­p rar los de marca Rogers, y comprarían uno que no pudiera ni co rtar vegetal es, mientras o t ros intentan fabr icar esos cuch illos nac ionales. Algunos p iden papel svadesh i, m ien t ras o t ros quieren ti n ta, portap lum as y agujas. Así, todo el mundo elige y pi de un producto svadeshi pa r sat isfacer su inclinación po r el svadeshi . Pero esto no pu ede ser benef ic ioso pa ra nuest ro pars. Só lo desp res­ti gia la pa labra svadeshi y se dañ a la causa.

El cons t ructo r de una casa no co loca balcones, pó rt icos, puer­t as y ventanas al com ienzo , y no d ispone los muebles al p ri nc ip io . En primer lu gar , pone los ci mien to s, luego levanta las paredes y c landa están l istas, emp iezan el en luc ido y las p in t a. L o mi smo sucede co n el ed if ic io del s adesh i .

A hora debem os habe r comp rendido el signi ficado del svade­sh i y habre m os conocido su s usos pr ácti cos lo suf ic iente como par a entender su verd adero sent ido y su im po rt anc ia. H asta aho ra no s hem os engañado a nosotros mismos en nombre del svadeshi y hem os efectuado unos po cos cambios . Adoptamos el svadesh i co mo la ropa producida en nuestro pats . Ese fue el primer paso. Luego comprendimos que el hilo extranjero tejido en la India no era svadeshi y sólo beneficiaría m mirnamente al pa ís. Así IIega­

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m os al segundo paso, cu and o nos per suadi mos de que S I ser ía svades hi la ropa tejida en las fábr icas de nu estros paí ses con hi lo h il ado po r ell as. Pero por ex per ienci a aprend imos que aún est o no servía a nuest ro propósi to . Uno de sus efectos pe rjud icia les fue qu e el p rec io de la rop a pr oduci d a en fábri cas subió co nside rab le­m ente y la escasez de rop a parecía inminen te .

El tercer paso se alcanz ó cuand o p refer imos "o pa tej ida a m ano aunq ue el hi lo fuera h il ado en fábr icas. N i siq u iera aq uí demostra mos haber asido el verd adero sign if icado de svadeshi .

Ah o ra, al ll egar al cu art o paso parece que hemo s ap rend ido qu e svadesh i signif ica kha di t eji do a m ano co n hi l o a m ano . Todo lo demás es fa lso e inúti l.

Kh adi signi fica la rueca. zCórn o podr " m os l cunr khad i sin el la? A l igua l que a la independenci a, al " crudo " t enemos derecho desde nuestro nacim ien to , y la obl igación de toda nuestra v ida es usar la K had i y sól o a el la. Cu alquie ra qu e no cum pla esa ub lig a­ción es un ignorante co mpleto de lo q ue es el svarádj.

El o bj et iv o del svadesh i o svará dj só lo pue de ser y es, qu e el hambr ien to pu ebl o de la Ind ia pueda ser aliment ado, qu e el ham ­br e sea deste r rado del pa ís. que la cast idad de las m ujeres de la de la I nd ia sea cust odiad a y que lo s niñ us de la In d ia puedan obte­ner un p oco de lech e.

Mient ras la rueca no se vuelva u niversal , como lo es la cocin a, creo que es im posible que la Ind ia vuelva a ser pr ósper a.

Sup oned que la Ind ia fu era li bre de act u ar como lo desea e imp ortara la ropa má s barata, y qu e, a pesar de la diferencia en las con dic ion es pa ra obtenerla en 1nglat er ra y aqu 1", se introduj era el " comercio lib re", (esto es, com erci o sin aranceles proteccion istas) , en tonces la situación de la I nd ia seria m ucho peor de lo qu e y a es.

A SI com o nuestro pu eblo no puede pasárselas sin cocin as en sus casas aun cuan do alguien les ofreci era coci nar su comida sin cobrarles nada, de igual manera no pueden p rescindir de la rueca .

.. i Oue pro ble m a es la coci na ! En cada ho gar una co ci na, un fu ego qu e tiene que ser encendi do en cada casa. i Ou é mo lestia! A l rom per el alb a cada am a de casa debe tr agar hurno . ¡Qu é op re­sión! "z Oué ocurrir ía si , desvi ados por argum ent os tan f alaces, elig iéramos tomar nu estros alime ntos en un c lub co m ún en cada aldea, al desh acernos de nu est ras cocinas ? ¿Puede algu ien dudar de q ue los n iños del país ser ia n de scuid ados ? La destrucc ión de la coci na fami liar no es econ om ía, es la c iencia de la fa t al i dad . N o merece el honor de ser l lamada una cien cia.

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Al abolir la rueca nos hemos invitado a sufrir hambre e inmo­ralidad. Si desterramos la cocina, invitamos a la muerte. Al reins­talar la rueca llevaremos luz a nuestros hogares que han quedado desolados.

De ahí que en las actuales circunstancias, nuestro deber espe­cial y mayor sea la tela manual. La khadi tendría tanta demanda como la manteca. El hilo hilado a mano sería considerado tan valioso como la leche. También la rueca es tan venerable como la vaca. Así como un hogar sin una vaca no es un hogar, asimismo un hogar sin una rueca no es un hogar. De igual manera qu e un hom­bre r ico o un pob re no co ns ide ran degradante el or deñar a una vaca, igualm en te el rico y el po bre -todos- deben considerar el h ilado no como algo degrad ante sino co m o algo que con t ri buye al sosté n de la famili a. Una vaca a veces patea y ex ige forraje. L a rueca es t an benevo le nte qu e no patea ni necesita ningún tipo de alime nto . Podé is obtene r de e lla hi lo, b lan co como la leche, a vuestro deseo . Un a vaca rinde leche de ac uerdo con su ca pac idad. La rue ca d a el h ilo de acuerdo con nuest ra capac idad . La p reser ­vac ió n de la rueca equ ivale a p rotege r a la vaca. Cua lq u iera que p reserve la rueca debe usa r só lo khadi que con tenga u rd iembre y trama h ilados a mano .

Me siento, y tod os d eberíamos sent irnos así, ave rgo nz ad o de que e l Com ité Provi nc ia l de l Co ngreso te nga q ue pregonar la khadi. E l hech o de q ue la ropa extran jera o prod uc ida indu st rialmente se siga vend iendo m ient ras que n o se vende el crudo , no es c ierta­me nte seña l de prospe rid ad para la India. Es corno c ome r afre cho en vez de cereal es.

a protecc ió n de la vaca se ha vu e lto cas i imposib le , excepto a tra vés de la re insti tuc ió n de la rueca. Com o los granjeros de la Ind ia no tiene n dinero, vende n su s reses o las ha cen padecer ham­b re. Así com o el pu eblo de la In d ia es débil, también Jo es su ganado, y a qu e e l país se ha lla e n bancarro ta. La India u sa sus rec ur so s d e capi tal para so brev ivir. El ca p ita l se agota d ía a d ía. La Ind ia no ob t iene su f ic ie n te oxígeno y se s ie nte so focad a . El pueblo de la Ind ia se ve obl igado a pe rm a nec e r ocioso cuatro meses al año. La gente que se ve así, forzada a es tar sin trabajo, no puede más que arruin arse . Para decenas de miles de personas, la rueca es la única ocupación que puede complementar su ingreso agrícola o, dicho más enfáticamente, no hay ninguna otra más.

(Del gujarati) Navaj ivan 5- 3- 1922 Vol. 23 1967

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Dedi cado a Flo ra Tr istán la pari a,

y al Inca Garc i laso el mest izo .

G LOSA RIO GANDHIANO

NOTA INTRODUCTOR IA :

1. A l igual qu e en los nombre propios ame rind ios (véase Huancayo == Wanc ayo), exis ten var ias graf ías para los n om bres pr p io s indos, cuyo or igi nal se expresa en cual qu iera de los ap ro­x imadament e doce al fabe tos de la India y cu ya lransc ripción al al fabeto lat ino pued e conducir a pronunciar los equi vocadamente (Ejem p lo : Svaraj se p ro nu nc ia co n el acen to tó nico al f inal y la

jo ta inglesa: Svaráadj ) .

2. Las lenguas in das co nocen vari os acen to s tón icos en una

sola palabra: además, la du rac i ón y n ivel de l t o no p roducen el

" acento " , No rm alm ent e la vocal p ro lo ngad a cae al p rinc ip io de la palabra, como en el alemá n, que es ot ra lengua indogerm án ic a.

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3. Este no es un glosario científico ni es Gandhi un camino al

hinduismo. Gandhi a veces impuso significados nuevos, diferen­

ciándose de un escriba hindú. (Un creyente lo asesinó por entre­

guista a la religión ajena y "enem iga").

4. Usamos el gentilic io "indo, inda", contrario de "amerin­

d io", pues la Ind ia no es un estado "hindú" teocrático, sino laico,

abarcando a casi igual número de musulmanes como Pakistán, entre otras relig iones.

5. El hindustani, idioma mestizo entre hind i' y urdu, prefe­rido por Gandhi, desapareció con la vivisección entre Pakistán e "Hindustán" (India). El hindi tiene sólo dos géneros, el m . y el f., como el español (En sánscrito hay, además, lo neutro). Hoy se fomenta un h indi sanscritizado, divisionista y antipático, en la India, mientras que Pakistán fomenta las ra íces árabes del úrdu.

"acre"; inglés para fanega. 1/4 hectárea (0,25 ha)

el adharma Sustantivo, adjetivo. V éase Dharma. Quien actúa en forma adhár­mica hace daño pues desconoce su propia ley y sigue un camino ajeno, alienado. Desor ientación .

el aghori Mendicante de una secta que real izan prácticas muy severas.

la AHIMSA: la ausencia de dañar (himsa). No-violencia, en el Bra­sil "firmeza permanente" ; mansedumbre, etc. ; en las Filipinas "agrappa".

Ahmedabad, pronúnc iese "ámdabad" Ciudad india, en partes barriada (barrio miseria, favela), centro industrial como Pittsburgh, Ch imbote. Sitio de la huelga de los obreros textiles en 1918 cuyo sindicato fue formado por Gandhi mismo.

Aniruddha

Nieto de Krishna. Krishna era venerado por Gandhi como "autor"

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de la G ita. como u n ser casi pe rfecto y sabio (Per fecta es sólo la Verdad ~ D ios = la No vio lenc ia, pero ningún Profeta) .

Anna, Annas "P en ique" , centavo, frac ción de la rupia. En la época de nuest ras ci tas, su diec iseisava parte. V éase Pice (p ronúnci ase "paisa " ) , ent o nces 1/64 parte de la rupi a.

A shadh: Mes que co rresponde aprox im adamen te al mes de ju l io.

el A 5H RAM (m asc.) Comuna labora l para fami l ias y solt eros / so lteras f rugales. Un ásh ram gandhiano es un lugar de en trena m iento práct ico para tareas pat r ió t icas, y de perfecc io nam iento esp ir itual por añad idura. En Sabárm al i/Ahm dabacJ ex ist ía, desde 1915, el Satyág rAshram . En 1936 se fundó Waruh a acerca de N agpu r Sévagram , la "aldea de serv ic io " Sévagram (seva :; servic io , gram == aldea; pronu nc iac ión: Sévagram) . L a Comu nidad del A rca fundada en Fr anc ia po r L anza del Vasto , ofrece o t ro m odelo de ash ram don de h ay m uch os niños y poco s adu l to s cél ibes.

Assám " A dor able Ass árn", estado in do cerca de la ordil lera de l H ima­lay a, p róxi ma a Nepal. Los nat ivos están emparen tados co n los tibet anos. Pronu ncia ci ón : A sám .

la Atmaj Atm an = A lma

Autarq u ía, A uto su f icienci a, A UTOA BA 5TE C IMI ENTO , self ­su ff iciency . Conc ep to clave de la pedagogía qansh ia n a y tamb ién de las com unidades pre- inc aicas.

el Baj ra ( "badj ra") : un m ijo / so rgo en la com ida veget ariana.

Bengala (Bangla Desh rn ás lo que hoy es la Béngal i nd ica, Est ado ind o qu e p rod ujo muchos pat rio tas. A l tamen te alfabeta, pat ria de l premio Nobel 19 13, Rabindrana th Tagore quien hizo po r el idio­m a de su prov incia lo q ue L utero hab ía hecho por el alemán y lo

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que aún no se ha hecho con el Quechu a: darl e vigenci a actual, es

decir, o frecer le un vocabulario moderno a una lengua avasallada.

la Bhakti (femen in o) Dev oción amoro sa a Di os, dife renciad a de la meditación y de la

erudici ón teológica. Un inculto analfabet o sería capaz de Bhakti,

amando a Dios co n toda su alma . Con sid erem os cómo la devoción

irracional al Seño r de los M ilagros (Lim a) gener a, a veces, amor al

prój im o.

la Bhágav ad G ít a, véase G ita

la i3hima Ekadesh i (f emen ino, la bhim aek adesh i) O nceavo día del mes que correspo nde ap rox . al m es d e jul io : Día

de ay u no .

Bi hár Est ado indo. A l l í nac ió Gáutama que devino el Perf ecto > Buddha

y que cam inó p or sus cam pos pol vor ientos co n sus di sc ípu los

du rante 40 años.

Bo icot Véase un d icc ionari o general. T ipo de huel ga: Boy cott.

Base, (pronúnci ese "boas") Sub has Chandra , gene ral, un br illante patriota, co m o los Li bed ador es latin oame ri canos. Resignado a la

violenci a, se al ió co n los japoneses y los alem anes en la Segunda Gu er ra Mundia l. En subm ar ino se fue a Al emani a, murió en un accidente aéreo.

Brahmaputra: río indo de 27 00 km de largo . iCon el Ganger

ti ene u n delta de 75 .000 Km2!

Brahmín: sacerdote, eru dito, am auta, muy po r "encima" del paria.

Casta más alta.

Casta: Or iginalmente, división social según la profesión, pero hoy:

estrato petrificado en la pirámide soc ial. En el Brasil nunca hubo

castas porque estas son contrarias a nuestro mestizaje afro-amerin­do-i bérico .

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el CHARKHA

Ru eca de h ilar. En el moment o de reint roduci r el charkh a (en 1918) , y a no se usaron ruecas en los hogares indos y Gandhi tuvo que buscar los ú lt imos modelos en p uebl os alej ados. Véa se Tak li> huso col gante, tal com o lo usan las m uj eres and inas.

Chaturmas E l per íodo de cuat ro meses de estació n de lluvi as.

el DHARMA (mascu l ino) Vocaci ón ancest ral y personal cuyo ejercicio co nl leva sat isfacci ó n persona l y el cump limiento con las obligaciones soc iales. Inap ro­p iadamente t raducido co mo "re l igión" , mej o r " ley " . Lo con t rario (véase) es ádharma , desorient ac ió n, l icenc ia, alie nac ió n.

Dharmwar Hay 2 c iudades ind as de ese nombre, una en A ndh ra, la ot ra en K arnát ak.

la Dhoti (f emenino) La dh o t i es una p ieza de te la de apr ox . 1 x 5 m . Idealm ente blan ca, es usada como p renda inferi or ex te rior po r los homb re. Al igual qu e la Sari ( la p renda fem en ina), no t iene co stu ras n i cie rres relámp agos, y ésta " sá bana" se mant iene en su siti o gracias alas p li egues.

EAST IN DI A COMPANY Ve rsió n br itánica de lo s Tre ce de la Isla del Gal lo. Conqu istó al subc on ti nente por m aña, come rci o, int rigas, autént icos y falsos apo rt es civ il izator ios, con viol encia mayo rmente sut il y farisa ica. "Los hu esos de 105 tej edo res baln queaban en 105 cam pos de la Ind ia" - no por una conquista etnoc ida sino por la falt a de poder econó m ico de los nativos frente a la Inglate rra prot agon ista de la primera revolución industr ial. Pero Gandh i nunca od ió a los ingle­ses, al contrari o.

Fagan Cor responde aprox imadam ente al mes de marzo .

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La GITA (Bhágavad GITA, fem eni no)

L a G ita co n sus escasas 700 est rofas dobl es es la per la incrustada

en el poema más largo de l mundo, el Mah-ab hárata de 100 .000

estrofas (véase M .), qu e tra ta de una batalla en la cual se en f ren t an

parien tes como en A y acuch o y que fu e in terp retada po r Gandhi

como "l a batal la en el alma de cad a un o". G andh i la llam ó su

" gram áti ca ét ica ", Vi noba la ll amó su "madre", y los patri ota s o

sabios h ind úes (T r'lak , Au ro b ind o) suelen escr ibir su p ropi o

comen t ari o de la Gi t a cuya en señanz a, act ivi st a, prescr ibe : "Actúa , pero renunci a a los f ru t os" .

A f i rma Gu i ll erm o de HU M BO L D T (el herm ano de A lejan­dro ) : "La Gita es el poema más herm oso y qui zá el únic o poema verdade ramente fi losófico q ue encon t ra 10 5 en tod as las l i ter af ur as co noc idas " . Segú n él, el aut o r de la G i tJ es "un sab io que hab la desde la p len itud y el en tu siasmo de su conocim iento y su senti­

m iento . N o es un filóso fo en t renado po r un a escu ela que estr uc­t ura su ma te ria l según un m ét od o de te rm inado y que ll ega a los pr inc ipios ú lt imos de su doctr ina sigu iendo el h ilo de u n en laza­m ien to ingenioso de las ideas " .

Gujrat (pronúnc iese "gúdjr il t"). a veces " G uja raí " , un a p rovinc ia como el Punj áb , Nádiad . Adje tivo y gen t i l ic i o : quj arati . L a pat r ia

ch ica, el t erruño de Gandh i. En el vern acu lar gud jeráti escr ibió su Auto biogra fía, un o de sus legados má s p rec iosos pues da valo r a un id io ma poco con ocid o; amena, veraz , es un a m ina de in fo rm aci o­nes. Ed ito r i al K raf ft , Cal le Reco nquista 319- 32 7, Bu en os Ai res, 1955, T radu cc ió n Manuel Gurrea.

Hardwar Un lugar de pe regr ina cio nes y feri as.

Hári 1. Correspond e al alem án "Herr" : E l señor , D io s. 2. Cuando se u sa co mo ep í te to de Vishnú, el Con servad or (uno de la trinidad hind ú. O tro es Siva el Dest ru ct o r. Fin almente Brahma q ue n i destruye ni co nserva sino "e s" y " está"). sign i fic a "el qu e el imina y se ll eva nuest ro sufrimiento ".

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H indu ismo Rel igió n antiquísi ma que no convierte sin o po r atr acc ión norma l. En cam b io , los cristi anos y los m u sul manes proset i l iza n com o sea.

H indú y j ud io se nace. Bud dha y Gandhi "refo rmaro n " al hindu ism o.

Hindustan T imes Decan o de los periódicos de la In d ia. El segundo de los cuat ro h ijos de Gandh i, a pesar de su educació n rad icalment e an t i-esco la­r izada, y más bien aut od idáctica, llegó a ser su d irecto r.

"1 ncidente de Benares" A pri nc ip ios del siglo, en un d iscurso m uy fuert e co ntra su pompa , G andh i escandali zó a los pr íncip es. Los maraj ás (Ma háradjas) deja­ron el estrado de ho nor en protesta , casi hubo tum ul to . La j uven­

tu d patri ó t ica violenta escuchó aten t amente. en t re ella Vinob a Bh ave.

" I nd ian Opinion", inic iado en A f r ica del Sur , má s tarde " H árijan", tí tu lo del periód ico de lucha de Gand hi.

Ka mad henu : la vaca que obsequia abundancia

(Pronúnc iese K aam adheenu) Cornucop ia. V aca m ít ica que co nce­

d ía todo cu an to se le ped ía. L a vaca es para Gandhi y lo s hindúes en gene ral el sím bo lo de la com pasió n: ella no hace daño a n in q ún

ser que respire pues como la hu m ilde hie rba , pero produce para su

ternero la leche qu e es un al imento comple to y apr opiado para el hom bre. E l símbolo de la vio lenc ia sería el "tigre" que t iene que

al imentarse de seres v iv ientes y no obsequ ia nada.

el KHADDAR I LA KHADI: tela nac ional y manu al. Ambos té rminos se usan ind ist in tame nte. Bayeta, cordell eta,

c rudo , lela hecha po r las p rop ias ma nos o por artesa nos vecinos .

Estéticamente superior (aunque a veces inferior en calidad y confort) a la tela hech a con los últimos adelantos de la técnica .

Gandhi recomendó a r icos y pobres el pr oducir y usar tel a elabo­

rada en la rueca ;::; el cha rkha o en el huso col gante ;::: t akl i , com o símbolo de su independenc ia eco nóm ica y com señal de su sol ida ­

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ridad con los pobres e impedidos. Término gandhiano clave como

lo es "autoabastecimiento".

Khilafa t : término relacionado con la autonom ía poi ítica de los c a lifas musulm anes en los años veinte, en la Turquía vencida des­

pu és de la Pri mera Guerra Mundial .

el Kum bh Mel a Feria religiosa en u n lugar significat ivo . Para su peregr inación a

Mach u Picchu, la "Gra n Fraternidad Un ive rsal" usó este térm ino.

La kh : 100.000 Cien mil . En cambio, erare: diez millones.

el Ma habhá rat : un libro muy ant iguo. Género: neutro. Lo Mahá­bhárat (Mahaa: "g rande", como en Mahatma. "Bhaarat" -;::. nom­b re de la Ind ia). Epopeya siete veces más ext ensa que la Iliada y la , O d isea j untas (l OO 000 versos}, "Canta las hazañas de los hom­bres y las guerras del leja no pasado, diez siglos antes de Cristo . Co mo los clásicos eu ropeos, descr ibe batallas en que los dioses se m ezc lan co n lo s seres h u m anos, al punto de que es impos ible saber cuál es la p arte histó r ica y cual la mitológica" (Fischer) . "Como po r una lámpara elevada es alumb rada por la al egó rica GITA (700 versos dobles), en medio de seis capí tulos antes y d oc e ca p ít u lo s despu és" (Vinoba), resum iendo las fábulas. disertaci ones f ilosófi­cas y d iscusio nes teológicas del Mahabhárata, en el momento histó­rico c uando los d os bandos se preparan para la batalla decisiva. La G it a se in icia cuand o el héroe Ardjuna se da cuenta que en las filas opuestas se en cu e nt ran parientes carnales (la situación angustiosa de la batalla decisiva de Ayacucho en la cual 5 m il peruanos lucha­ron a l lad o del virrey y 3 mil por !a independencia).

Máncheste r en el candad o de Láncash i re (G ran Bretaña): Ciudad inglesa protagonista de la primera revolución industrial al instalarse all í los telares mecánicos cuyos productos, introducidos a la fuerza en las colonias preindustriales, desplazaron del trabajo a millones de tejedores manuales, causando hambruna. Véase East India Company.

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Mánipur: un estad o indo; Má Icata, Málabar : regiones indas; Madrás (acento tónico al final), Puna ("Poona"), Nagpu r: ciuda­

des indas.

Margashírsha: mes que corresponde aproximad amente al mes de

marzo.

Los Marváris Los poblad ores de la región de Marva r. Tienen fa ma de co me r ­ci an tes, co m p arable en eso a los levantinos, y presentes en t odas part es, co m o lo s gitanos. Hasta en Panamá hay de sus " casas hin ­dúes". Algunos marva ris son usureros, t odos son luchadores.

Maund :::= 30 ki los. Un idad de peso de varios valores que osc il an desde menos de 25 hasta má s de 80 libra s avoidupois, utilizado en Orie nte y en Espa­ña ; en Bengala equ ival ía a 100 l ibras troy. 30 k il os.

Mogul Empe rors, emperado res mongole s: La Indi a, m ucho de spués de Alejandro Magn o, fu e invadid a por lo s mongol es qu e, convert ido s al islam, se qued aron y, al igu al qu e en España, produjeron una c ivi l izació n adm i rab le, m esti za, t ol erant e. Los pr ó xim os co nqui stadores fu eron los ingleses.

Muselina Tela clara y transp arent e hecha co n hi los de algodó n muy fin os y retorc idos, y cu y a textura es de t afetán . "Musel in a de lana, de seda", et c. La m usel ina es un tej ido de hilos lax os qu e, a pesar d e su suavi dad y transparen ci a, es muy só lido. Sus hil os de t rama sue­len ser diez veces más fin os qu e los de urdimbre. Es teji do m uy usado en la co n fecc ió n de cort in as. El o rgandl es una vari ed ad de mu selin a. (Larousse de Ciencias y Técnicas).

Nádiad, Champáran, Gújrat, Punjáb: Regiones de la In dia

Návajivan Publish ing House, Ahmedabad 14. La editorial fundada por Gandhi ("Nueva V ida" ::: Nava Jiv an) para difundir su l iteratura a pre cios eco nó m icos. Sus libritos ba ra­tos y de calidad eran accesibles al pobre.

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La Pancháyat, fem.: gobierno comunal. La Pancháyat =- consejo de 5 notables en la aldea. Paanch :::. c inco

Pardeshi: no nacional, no solidario, económicamente alienante. (Pardeeshi es un adjetivo como svadeshi, pero su contrario. Par ajeno; deesh = país) . Los productos pardeshi pueden ser más per­feccionados y más duraderos, m ás confortables que los productos svadesh i. Sin em bargo, el patriota prefie re la hermosa olla de barro, manual, a la de alum inio, fabri cada en serie, por ejemplo, aunque el plástico par ezca "resistente". Pardeeshi es no confiar en las fuerzas propias, es falta de soli d ar idad co n los pobres.

el Pártidar, masc.: po r heren cia, el ca-p ro p ietario de algún te rr eno

Percal T ela de algodó n y de l igamento de tafetán qu e se usa para cam i­sería y ropa interi or y que no es sino un ca l icó f ino de textura apre t ad a. (Larousse)

Pice : pen iq ue Pronúnci ese "país" : pequ eña moneda de cobre cuyo val or era in feri o r a un cent avo . (Véase Anna, Rupia).

Punjáb ;::. Panjáb (con el acento t ónico al final). Región fért il, atravezada po r cinco :::: panch rí os, com parti da con el Pak istá n. La parte inda es la patria de los Sikhs, yen el la bulle el mismo aut on omismo qu e en el país vasco (Eu skadi equiva ld ría a Kh al istan ). Estado indo y regi ón pak istan í.

el Ramáyana (ma sc.) : un l ib ro sagrado muy qu erido por el hindú Ga ndh i.

Rupia, mase.: el rup ia. Signo monetario del Pakistán y de la India. Fracciones: Anna, Pice. Valor: un qu into del marco alemán, qu izás un décimo de dólar. El sueldo de hambre so l idar io que cobrábamos los volunta­r ios en la escuela gandhiana era de 35 rupias mensuales, de los cual es 9 iban a la coc ina comunal.

Sánscrito Antigua lengua sistemática como el latín (algo sintética como el esperanto), originada unos 400 años antes de Cristo. Sus cuatro

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docenas de signos so n ta n fon ét icos que perm it en reprod ucir e l españo l. En 1958 hab ían 292 pu blicac iones o rig inales en sá nscri t o.

la Sari (fe me nino) Pre nd a fe meni na de 9m de larg o, véase dh o t i.

e l Shastra (s), (m asc.) sagra da s escr ituras, e l shastri (s) (m asc .) escr iba. Los shas tr as son las sagradas escr ituras hi ndúes. que so n m uch as, y q ue se co nt radi cen com o cu alq u ie r Escrit ur a. y que co n t iene n algu na s p ágin as in human as. Los shast ris son su s in té rpre tes p ro fe­sio nales. Gandhi n o acept ó to dos los co nsejo s de estos escri bas . Af irm ó q ue si algu ien le pod ía probar que el pec ado de la llamad a intoc abi lida d de los pa rias en su actua l fo rma era parte fu nda men ­t a l del hi ndu ism o. ten ía q ue sepa rarse de su religión hindú que para é l era tan q ue rid a co mo su espo sa. Crel a q ue la into cabi lidad era un ma len ten d ido de las Escri t uras.

e l SATYAGRA H "Satyaag ra " (gra fí a usual pero no fon é ti ca : Satyagra ha ) Lucha no violen ta (m ascul in o, el satyágrah a).

T raduc ido a l co n te xto br asi leñ o. sat yá graha ::: " fi rmeza pe rm a­nente" , al fi lipi no : " Agrap pa" . El té rm ino no exist ió antes de Gandh r aun que sus co m po ne nte s sean tom ados de l sánsc ri to . e l "la tín " de la Ind ia . Saty a = ve rac i­dad , la Ve rda d ; ágraha :=: afer rar se a u na cos a o u na idea : la co m­bin ació n: ad hesión a la Verd ad .=:: Satyág raha.

El satyág rah fue desarrol lado por los res iste ntes c iviles como ar ma co ntra la disc rim in ación racia l e n e l Af rica de l Sur. allí por e l año 1900. Lu cha ron co n respeto. pero f irme me nt e , co i t ra ley es cr is­tianas q ue . po r ejem pl o. co nvirt ie ro n a sus es po sas casad as po r ri tos p agan os en co nc ub in as. Gandh i tuvo éxit o d ura nte sus 2 1 año s en Sudáf rica ; uno y o t ro e nemigo se convir tieron en opos i­tares y ha st a en am iqos

E n parteno gé nesis surge n gue rras de liberació n realme nte sant as a lo largo de la h ist ori a que a veces se lib ra n sin m ay o r violencia . Un ejemp lo recie n te: los bo ico ts de Mart In Luth e r Kin g en EE . UU.

E l saty ágra ha t iene en su arsen al la hu elg a de to do ti po : No co ope­rar con lo m alo, con lo hum illan te. Ins ist e e n la gran pu reza del

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combatiente que a veces se expone a peligros mortales y vergüen­zas. Fracasa y es ineficaz de antemano cuando mi adversario no tiene motivo para quererme. Presupone amor unilateral al princi­pio de parte del satyágrahi . Cristo inclusive amó s in ser amado.

El justiciero no violento e s un " saty ágr a h i" (acento: antepenúl­tima sí laba).

Un satyágrahi, sin embargo, no es melodramát ico, sino sabe vivir con su s flaquezas y se ríe de sí mismo. Sabe como Sócrates que no sabe. Sabe como Lute ro que las buenas o b ras no le salvan. Ce rca de Gandhi s ie m p re había grupos que se reían a ca rcaj ad as. Lo contrario sería Duráag raha, la lucha heróica por u na gran causa (¿ju sta ?). pe ro s in am o r al op o sit o r, humilland o a ambos contrin­can tes al est ilo d el patri ot a ir landés Bobby S and qu e ay u nó hasta la mu erte, o de lo s m á rt ires p alestin enses - t an to á ra bes como judíos- qu e, por m o t ivos pen o sos d e en te nder, n o ven la luz d e la no vi ol enc ia .

El SVADHARMA;: m i deber irrenun c iable (m ascul in o, el svad h ar ­mal Crecimiento esp ir it ua l cumpl iend o con la vocac ión y e l e stad o q ue so n mi d es t ino . Mi deber persona l no es el tuyo, tú puedes ser un e fic az car nicero , yo un traductor menos ilus t re - p elig roso se r ía troc ar, pu es yo se r ía un mal carnicero, y tú un mal traductor. Svadharma p resupone un co ncep t o d e or d en ben ef ic ioso . N o cor rer a lo s co n f ines del planeta para se rvir , co m o parece e n se ñ ar la d oct rina cr ist ina , mientras ha y tanto que mejorar en mi prop ia co nd uct a. Cad a cua l nac e co n su pan bajo e l b razo y su o po rt u n i­dad de servir , que se ampliará a su debid o tiempo.

SVADHARMA lleva al aut o-gobierno personal y nacional. El svadharma de Francisco Pizarra, en Españ a e ra -de c u id a r a sus chanchos, construirles un establo má s bonito, asociarse a una cooperativa de chanchero s, aprender a leer y escribir, merecer la co n f ianza de los dueños cuyos animal es ap ace n t ab a, e tc.

Los inc as, a diez m il k ilómetros de distan c ia, en el mundo mal llam ado "nuevo", tenían una idea muy clara d el svadharma pues cad a súbdito nacía con su tarea definida y su programa de vida y, a u n q ue la autocrac ia inca no era democráti ca, nadie pasaba ham­bre y los an cianos pod ían jubilarse. Nun ca me re cieron e l ca t ac lis­

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mo que comenzó cu ando Pizarra, im i t ando a la con qu ista de Canaán en la preh istor ia y siguiendo el llamad o de Jesús y del oro , los conqu istó y mató a millones, descompon iendo a las cu lt u ras de Indoam ér ica. Svadharm a es serv ir, per o la car id ad co m ienza po r casa.

TAGORE, Rabindranath llamado "The Poet". Poeta máx imo y nacional, premio Nobel de 191 3. Co lega y var ias veces compl emento críti co d e Gandhi . Mú sico , pi n to r, f il ósofo, pat riota, trotamundos, educado r, dramatu rgo, etc. Fu ndó l a u n i­ver sidad de Sántiniketan cerca de Cal cutta.

L a Takli ::: huso colg ante (véase el CHARKHA ::: la rueca) . A veces las cam pesinas and in as y los gandh ianos cam in an hilando .

T(lak - patri ota y prócer d e la in dep end enci a ind a. Como G6 khale (p ronúnciese Góokle), T ilak es u n p rócer de la Independenc ia y autor de un come nt ari o d e la G i ta. Til ak era h indú. Ambo s era n venerado s po r Gandh i com o sus 'gu ru s po l í t i­cos '. Compárese como Lanza de l V asto y H ildegard Goss-M ayr eran fuentes ind isp ensabl es d e in fo rmaci ón y eje mp lo ex istenci al para Adolfo Pérez Esqu ivel , coo rd inado r d e Servic io Paz y Just icia par a América Latina y premio Nobel de la Paz 198 2 (A r ias Sán­chez 1987) . En cambi o, el Oalai L ama (Nobel 89) vener a a G andhi como a su guía po l í t ico " (sin habe rl o v ist o jam ás).

El Tola: peso eq u ivalen te de 2 1/2 on zas; el peso legal de un antiguo rupia ; el peso d e 180 gran os.

Túlsidas: un poeta, santo y alfarero med ieval.

Tweed Paño de lana cardada, co n ligamento de tela o de sarga, hech o generalmen t e con hilos de dos col ores que form an cuadritos u otros dibujos pequeños, y se emplea para trajes sport. (Larousse)

Y arda: medida inglesa: 0,914 metros, "codo" .

El Vajna: penitenc ia posit iva, ofrenda (p ronúnc iese "y adjnya" ) .

Una forma de servir a dios, ofreciendo sacrificio. Cuando un dis­

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cípulo de Gandhi hizo elexperimento de la 'reforma agraria volun­taria por consenso', la llamó "BhuDan (bhu =: tierra, da := don)­Yajnya", pues los sesenta mil kilómetros y más que caminó a pie de aldea en aldea durante 17 años eran para Vinoba una ofrenda religiosa más que un esfuerzo económico - poi ítico. También espe­ramos que la muy lenta preparación de este librito sea humilde ofrenda a la Verdad.

El Yoga!yogui. También un "Yugo" espiritual-corporal que se impone una mujer o un hombre para disciplinarse.

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EPILOGO Y COINCIDENCIA ANDINA: Gan ar el pan de cada d I'a " con el sudor de la f rent e"

APRECIACIONES DEL MOVIMIENTO ARTESANAL por Harris Davis

El sigu iente es el t exto de una po nenc ia p resent ada por Harr i D avi s ante la A sociación de A rt esanos Alfareros d urante su pl ena­ri o llevad o a cab o en Da rtingt on Hall , en Septiem bre de 1980,

En los inic ios de l mov im iento artes anal , sus impul so res tenían una m ot ivació n esenci alment e co lect iva. Hoy en d la, a menudo, esta pre ocupa ción se sacrific a en aras de un est il o de vida ind iv i­dua l. Ha rri s Davis di scute en este artí cul o las impl icanci as de dicho fenómeno y cómo nuestras v idas se ven afectadas por las cre ciente s demandas de una soc iedad de co nsumo altamente tecn o­lógiz ada.

Puede deci rse que en el hemisferio norte el Movim iento A rte­sanal Rest aurad or fue iniciado por William M orrjs. El fue uno de los muchos intelectuales que a fines del siglo XIX, comprendi eron con horror las consecuencias espiritua lmente devastadoras de la revo lució n industrial en el ind iv iduo com ú n y co rr iente. La cond e­nó como un caso de correlación ent re las ganacias materiales y las pé rd idas espirituales. W illiam Morr is tuvo también una profunda

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inquietud social. Se convirtió en un activo colaborador de los pro­gramas de educación para adultos y fundó un famoso taller artesa­nal basado en esta preocupación para las víctimas del "progreso".

Inevitablemente, este movimiento de restauración brotó de intelectuales que no tenían experiencia práctica con las artesanías. No fue resultado de la protesta de obreros industriales ante la pér­dida de oportunidades creativas, pues ellos ignoraban lo que habían perdido. En consecuencia. el movimiento fue dominado por el romant icismo y muchos perdieron de vista el hecho de que la creativ idad artíst ica era sólo una parte de la actividad artesanal y que, de hecho, imp lic aba rnuch ísimas faenas y duro trabajo manual.

L as magn íficas cerámicas de lo s pueblos primit ivos pre­industr iales f ueron el resultado de un enfoque donde lo creativo no era más qu e un incident e inc onscie nte de una larga cadena de ta reas físicas ext enu ant es. Los restau racioni sta s desarrollaron el con cepto de que un artista pod ía y debía escapar de todo esto, y fue as! que un irrea lismo rom ánt ico infiltró el movimiento. Elori­gen social de los fundadores de este movimiento los llevó a odiar las máquinas. Su erud ic ió n clásica no lo s auto rizaba a lidiar con lo aparatos m ecáni cos. Como d ijo con fran quez a Arnold Toynbee, el erudito h istoriado r un iversal, en sus "Memorias" . No se t rataba de subord inarlas a las necesidad es del homb re. Eran simplemente algo que deb ía evitarse.

En cont raste co n est a po sición , lo s alfareros prim itivos asu­mían un enfoque holíst ico, autodidáctico y de autoconfianz a que les perm itía dom inar todos lo s aspectos de su ofic io, desde la ex t racci ón de la arc i ll a hasta la term inación de la vasija. La reco­lección de combustibl e y de mater iales de esmerilado ent re do s p ied ras era tamb ién part e d el trabajo. Eran, y algunos todav ía siguen siendo, gentes que mu cho confiaban en su juic io e improv i­sación.

Cuando el Movimiento Artesanal empezó a florecer al comen­zar el siglo, ya hab ía p roveedores que abastecían de materi as pri­mas a la industri a alfare ra. Este es un ejemplo de la especializa­ción y divi sión de labores que se desarrolla en forma natural, acomp añando el avance social y tecnológico. Hasta ci ert o punto, el lo fue positivo ya que racionalizó la economía y hasta enriqueció la vida comun itaria. Pero hace mucho qu e hem os "superado" ese c ierto punto . Viv imos en una sociedad que desapru eba el auto­abstecimiento y la autoconfianza y se esfuerza del iberadament e por alcanzar grados muy altos de dependenc ia; y la gente, incluso

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los artesanos, obedientemente creen en su su bo rd inac ión a limita­ciones impuestas por la div isión de labores .

El hecho de que un sistema de aba stecimiento industr ial ex is­tiera a fines del siglo XIX - cuando se ini cia el m ovimient o art e­sanal-, creó una situación en la cual los nuevos arte sanos iriq resan a la actividad cuando ya la mitad del pro ceso ind ustri aliz ad o r se había llevado a cabo. Esto es, con una profu nda Ignoran ci a acer ca de las materias primas, donde pod ian encontrar se, qu é aspec to tenían, y cómo se podían co nver t i r en algo útil.

En otras palabras, la historia de los orígene s geo lógico s d e las m aterias p rimas que un alfa rero util iza, era un lihro acab ad o y, aunque p arezca sor pr end en t e, aún lo es. Con esta co m bi n ac i ón d e igno ran cia y r om an t ic ism o, su m ad o s a un profun do desagl ado an te las máquinas, lo s rest auracionistas d e las art esanias n o ten ían la m en o r inclinación po r en f ren t arse co n un en fo que hol íst rco ni d e rev iv i r la autodidaxia y autoconfianza del artes ano p re-i ndu st rral. Sin embargo. a pe sar de su renuncia a usar máquin as, su d epend en­c ia respecto al comerciante que lo s abastecía, en realidad sign i f ica ­ba que las odiadas m áquinas eran utilizadas par a e l los - pe ro por una tercera persona, en algún lugar "suficientem ente" distante. Todo esto además representaba una raz ón d e más pa ra dep o sitar co n f ianz a excesiva en un m erc ado abu ndante.

Debemos reconocer que si la experiencia del cont ac to directo co n las sustancia s primarias con stituye p art e de un of ici o in tegra­do, y si es, además, algo que necesitamos tanto en término s prác ­tic os como sicol ógico s, debem o s entonces acerc arn os a ellas racio­

nalm ente como parte importante de nu estra heren cia tecuoló qic a. No pod emos aspirar a que la ar t esarua desempeñe un papel soci al p ráctic o en la sociedad de hoy sin acep t ar igual ment e la necesida d de tener un mayor domini o d e su tecnol og ia - al me n os en aque­llo, hoy olvidad o, que fu era útil para el hombre hasta el pr imer cu art o del presente sig lo. Tampoco podem o s dem o st rar qu e somos capaces de presentar una contr ibuc ión válid a de proyect os para una sociedad alternativa , mientras no lo hagamos. Si acepta­mos la frase de Henry Ford de que "la historia es pura palabren a" e ignoramos el hecho de que por cada nueva pieza de tecnol oqr r adoptada, una m ás antigua es olvidada, lo estamos haciendo bajo

nuestro propio r iesgo y nos volvemos cada día más dependientes e inválidos.

Algunos de nosotros hemos avanzado más all á del concepto romántico de la actividad artesanal. Hoy tenemos la opción d e usar tecnología olvidada y menospreciada para preservar nuestra

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cordura; esta es una forma de protegernos contra la loca carrera en pos del "progreso" por razones ajenas a la humanidad. El Dr. Schumacher, autor del libro "Lo Pequeño es Bello", le dió a uno de sus subtítulos un profundo significado. Lo denominó "La Eco­nom ía vista como si el factor humano tuviera importancia". El Dr, Schumacher fue un economista de profesión y por lo tanto realmente conocía y comprend ía el problema: todos estamos entrampados dentro de un sistema económico que sigue su propia dinámica cerrada y es claramente indiferencia ante las necesidades reales del hom breo

Si tomamos la distancia necesar ia de la óptica predominante en el mundo indust rial y comercial apreciamos con toda claridad que muy poco de lo que se hace en este mundo toma realmente en cuenta a la gente. Yen ningún lugar se aprecia mejor lo dicho que entre 105 de spojados y pobres del Tercer Mundo . Después de vivir siete años en el Perú, constaté por partida doble que ni la tecnolo­gía moderna, ni el modelo en que se basa el me rcado internacional, van aparejados con los intereses de la población despose rda de privil egios, tanto del Primer Mundo como del Tercer Mundo.

Se busca el desar rollo tecnológico al servicio de la industria

para log rar ventajas comerciales y no para beneficio de la pobla­ción a pesar de lo que digan los industriales. Cada innovación tecnológ ica viene acompañada del rechazo hacia la precedente. Si ret rocedemos en el tiempo, hasta alcanzar las tres últimas innova­ciones, veremos que su recuerdo se ha esfumado - se ha olv idado. Los industriales y los hombres de negocios parecen tener sólo dos ideales en mente: la automatización de los procesos y la elimina­ción de la mano de obra. Cada vez mayor producción es realizada por menos gente.

Por ello considero que los economistas contemporáneos opi­nan que una economía es saludable sólo si es una economía en

expansión. Están obsesionados con el crecim iento y necesitan estarlo. Es obvio que la velocidad de redundancia creada por la automatización no la debemos tolerar, a menos que se inventen nuevos productos que empleen la fuerza de trabajo excedente. Cabe señalar, sin embargo, que la automatización no es un fenó ­meno que haya aparecido súbitamente con el advenimiento de los aparatos elect rónicos. Es una situación hacia la cual la fabricación de herramientas -aquella inclinación especialmente humana- ha

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estado orientándose a lo larg o de m uchos años. Cada herramienta, debido al creciente control que brinda sobr e los materiales, consti­tu ye un paso hacia la automat ización . L o que hoy día vemos, no

es más que una terrible aceleraci ón de d icho proceso. Podríamos decir que se trata de una et apa final en la cu al la her ramienta se ha impuesto, y ha dejad a los fabri cantes de her ramientas oci osos y con fundid os. Ya no les queda sino sen tarse com o id iotas y obe de­

cer los d ietados de este utensi l io compl ejo , con sum iend o lo que

éste p rod uce. No obst ant e, la fue rza de t rabajo excedente debe ser utilizada en to nces haci a la com pensació n y el estím u lo del ávid o deseo de L UJO de la soc iedad de con su mo . Hay un pr oc eso co no­

c ido po r los econ om ist as co rno el " prin c ip io de la raquet a de t eni s" que t rab aja im placabl em ente p ara crear la il usió n de q ue los lu j os son en real idad necesidades. En ot ras p alabras: para c rear un

estado de dependenc ia. Este es el p roceso que do m ina nuestr o

est i lo de vida y ex p l ica el por qu é los países de sar ro l la los d isp one n de una fra cción tan af ren to sa despr opo rc ion adamente grande de los recursos m und iales.

Ev identemen te, la c reac ión de un estad o de de pendenc ia es una co nsecu enci a inev i table de la co m p lej id ad crec ient e de la tecno log ía avanzada. Es ind ud abl e que la aut ocon fi anza , aut on o­

m ía, aut odi dax ia y aut oabastec im iento de la c lientela no fo rman part e d e los p lanes ind ust ri al izado res.

O tra cara cterí st ica de un sistem a q ue se basa en la alta tecno­logí a y la au to ma t iz aci ón, es su necesidad de contar con técn icos al tamente cal i f icados. Hay po ca dem anda de t rabajo pa ra los

me nos talent osos y menos cal i f ados, y n i guna p ar-a aquel los que t engan t alen tos muy de fic ientes y ca rezca n de d ip lom as. E l hecho

de que cada d ía se necesi te un gru po m ás reduc id o de gente q ue a

su vez t enga un a m ayo r especi al ización, sign if ica asim ismo un número cada vez m ay o r- de ot ra gen te inc apaz de enco ntrar un

em pleo en un a soc ied ad donde sólo t alen tos y hab il idades pueda n ser ut i l izados. Imp lic a daño a la autoest im a y sign if ica para u na

cant idad de gen te ex asperación, m argi nali zación , desesperación,

dr ogas y vandali smo . Est a co m b inac ión de al ta tecno logía, autom at izac ión y ca l i f i­

cación técni ca ha p ro vocado un c rec im ien to enorm e en la d imen­sión de las emp resas ind ustr iales, y ésto t iene a su vez un im p act o en el t ercer mu ndo y - lo que es má s- en el desarro llo mundi al.

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Tanto las herramientas como las maquinarias comparativamente simples de hace cincuenta años han desaparecido del mercado, y por ende se ha vuelto muy difícil y muy costoso montar una empresa en pequeña escala, esto es, a escala humana. Este fenó­meno es particularmente desastroso en áreas distantes y remotas. Facilita a la vez las actividades de las corporaciones transnacionales que operan en gran escala.

Estamos así frente a una situación donde el individuo común y corriente se vuelve cada vez más indefenso -más dependiente­y cada vez más urbano. En el tercer mundo ésto constituye una situación trágica que se traduce en el estancamiento de las pobla­ciones remotas y en un mayor estimulo al crecimiento de las ciudades que ya están sobrepobladas. Las ciudades están sobrcpo­bladas por doquier e, irónicamente, cada vez más se vuelven luga­res donde la vida es insoportable en tanto que para distracción y pasatiempos gratuitos mejoran sus facilidades y zonas.

La obsesión por el confort físico y el consumo va de la mano con el aislamiento . Tanto los ocupantes de conjuntos residenciales como los habitantes de las casas situadas en barrios periféricos, se hallan increíblemente aislados entre sí . La televisi ón, tal como es utili zada sin límites, bloquea incluso la comunicación entre los miembros de la misma familia. Lo que es peor, ahora se sabe que quita a los menores la posibilidad de art icular sus ideas, de expre­sarse y de desarrollar la lectura .

Fuerzas siniestras han sido liberadas y entran en acción: cada año se diseñan nuevas medidas para imped ir o para evadir la violen­cia. Ya nadie en su sano juicio camina sólo de noche en una ciu­dad . Salir de vacaciones sin dejar la casa ocupada es invitar al robo. Y ¿cuál es la causa? Podríamos preguntarnos. ¿Es que nadie ve acaso lo que es tan obvio? ¿O tal vez sucede que lo ven, pero se sienten incapaces de enfrentar a estas fuerzas que escapan de su control?

En los países desarrollados, tenemos rápidamente una cre­ciente cantidad de jóvenes resueltos a liberarse de la ciudad, huyendo de ella y buscando un modo más simple de vida. Para ello tienen que escapar de su dependencia de las sofisticadas máquinas industriales. La restauración de las artesan ías es parte conspicua de este movimiento. Pero en este caso, las artesanías descienden directamente de la producción aldeana y pre-industrial

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ni d e la industr ia campesina, sino de la resu r recc ió n a rt ific ial de dicha época, por románt icos que odian las máquinas. La mayor parte de las veces, estos jóvenes se encuentran mal equipados para salir adelante, debido a sus antecedentes urba no s que los encas i­llan en la estrecha especialización y debido a una total ignoranc ia acerca de la im po rt a n te pero olv idada tecnologla de ayer y anteaye r.

Com o ex plicamos anteriormente, el movimiento de restaura­c ió n d e las artesanías, desd e la época d e Will iam Mo rris, ha sid o

p ros eguido por una industri a de abast ec imiento y bricolaje qu e se expande rápid amente . Iró n ic am ente, ést a última ha creci d o

much o más rá p id o que el p ropio m ovim ie n to d e restauraci ó n a rte­sa na l. La raz ó n de e llo se ex p lic a po r e l hec ho de q ue , e l m o vi­

m ien to res t aurac ion ista generó más inte rés en t re las ins t it u c io ne s edu cat ivas y la gente q ue pr ac t ica p asa tie mp os qu e en t re lo s ar te­

sano s se rios q ue act úan so bre una base eco nó mi c a rea l, o se a, t ra­t and o d e gana rse la v id a y d e se r hu m an o s al m ismo ti em po . E n

gen e ral pued e d ec irse q ue las ins ti t uci ones ed u at ívas di spo ne n amp liamente d e rec u rso s p ú b lico s fin an ie ro s y qu e la gente q ue se

ent ret ien e co n p asat iempo s a rtesan ales son p e rso nas co m p ara tiva­m e nte adine rad as que t ienen ot ras fu e n tes de ingreso o p ro p ieda­des. N ingu no de e llos se e nc ue nt ra baj o la ob ligac ió n de se r re al en té rmi n os p ráct ico s y de l pa n d ia rio . La ind ust ria d e l abast ec im ien­

to h a torn ad o es to en co nsid e rac ió n y la consec ue nc ia es el su m i­ni str o de un a abu nda nc ia d e cos tosos apa ra tos y mat e riales, y m u y po co s ce ram is tas pa recen enterarse q ue h ay alte rn at ivas de meno r

co sto . La mayo r p arte d e l eq u ipo q ue se o fert a ti ne un d ise ñ o m uy po bre y se acerc a m ás a un juguete que a una pieza d esti nad a al t ra bajo . Lo q u e es peor, p rovocan u na se nsac ión de d esampa­rada depende nc ia qu e f re na e l im pu lso de acabar o n este absurd o

consum ismo u rbano y m in a lo s esfue rzos de aq ue llos que lo in te n­

t an . En el co n tex to de l Terce r Mundo , d eja a lo s c am pes in o s y sus a n tig uas c ul tu ras d esp rovist o s de un va lo r práclico de su pe rvive n­c ia, dejándo les co m o ún ica a lte rn at iva e l tu rism o y son aco sad o s

por una ava la nc ha de rép licas ind u st ria les. E l ind ividu o se vue lve

u na vícti m a ind e fe nsa de las fue rzas eco nó m icas, le janas y más allá de su con t ro l, su aut oes t im a e instinto autodidácti co qu eda n des­

tro zados- tan destrozad o s co m o la de los jóve nes ur ban os de

nu e st ra próspera socied ad cu and o co m p re nden q ue las dr ogas

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representan una tentadora vía de escape y el vandali smo se vuelve

la expresión de la exasperación.

Personalmente considero qu e se viene llevando a cabo

muchos intentos y experimentos con formas alternativas de vida y

de trabajo, y que éstas son parte de un renacimiento espontáneo

de la aldea. Ev identemente tamb ién con st ituye una re ac ción del

joven urbano ante la ex aspe rac ió n que desc ribí anteriormente, y es

lamentable que e nc ue n tre una fuerte oposición del sist ema prácti­

camente en toda s p artes. Durante mucho s años tuve int er és e n explora r 105 acercam ien­

tos alternativos a la tecnol oqra, pero sólo e l d es af ro de la impot en­ci a q ue observé e n los Andes m e es t im u ló a lleva r a cabo un est u­di o ace rca d e la t ecn ologí a olvidada en el terreno de la in ge n ie r la m ecánica, la c ua l, si se asume en su integridad, cub re aspectos muy

pr ó ximos a los de tod os los recursos existentes en los talleres

m ecánicos. Lo hace a un cos t o dram áticament e menor y rep res en­ta por lo t anto u n paso importan te ha cia la inde pe n d e nc ia de los pueblos de spojad os de p rivil egi os del Terce r Mund o. aSI co m o para aquellos que buscan u n a sa lid a de la m ar aña consumista e n el

P rim er Mundo . Los resultad os de do s c ur sos su cesi vos dictados e n el " 8 a n ff Center fo r Continuing Educati o n" de Canadá - re acci o ­nes a l en t usiasmo y p ro d uc t iv id ad en los est ud iantes- evide nci an

q u e este recurs o re pr esent a , tal vez por p rimera vez, la po sib ilidad de q ue u n m ovimi ento al tesan a l pu eda cu m pl ir su mi sión , t a l co m o la concibi e ra William Morr is : la de ex p res ar en términos prácticos la preo cup aci ón soci al qu e él m an ifestara tan enfá ti ca­mente.

Fuen te: Ce ram ic Review No. 76 - E E UU 1981

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TESTI MON IO PERSO N AL 1955 - 1957

Konrad Bo rst ha vi v ido durante c inco est aciones (seca, fría, húm eda, seca, fr ía), o sea mucho m ás de un año en Sévagram co mo edu cand o y ayuda nte en la escuela de artes y ofi cios instala­da por Gandh i. Refie re ento nces:

"Así , al lle gar a la alde a-com una co m p ré m is p rimeros pl át a­nos a un vendedo r que se ap el l idaba Gandhi. Medi o mu ndo se llama G andh i, Castañeda, Chang, Schm id . .. "

"Tuve dos con t acto s con el penúlt imo de 105 cu at ro hi j os de Gandhi . E l p rim ero había m uert o en desacue rdo con su pad re, ad icto al alcoho l y convert ido a mu sulm án, a o t ra reli gió n ; el cuarto era el editor de un per iód ic o grande de la Ind ia; el segundo murió en la careél en Sudáf r ica; el cuart o , Rámd as, vivía tod av ía y ha b ía f racasado en su enc omende rí a, al act uar co m o o bjet o r de conc ienc ia contra el f au. ic ant e de un prod uct o de necesid ad gene ­ral -l a l interna k erosene- que el fabric an te q uer ía vender con una pu b l icidad n oc iva al anal fabet o no in fo rmado " .

1. "El luga r de esa escuela en Sévagram es un a pam pa don de hay mucho polvo . En algun a oport un idad me di el gust o de escup ir en la cal le. Me vio un hombre muy delgad o , de vestimenta pulc ra y senci lla . Me resond ró am abl e y f i rm emente sin conocerme: "Los camp esin os siempre escupen y no saben que así ex po nen a otros al pel igro del co n t agio de la tuberculosi s. U sted debe tapa r co n t ierra su saliv a", m e dijo Rámdas, " m ás o menos como hace el gato con sus excr eme nt os" .

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2. "Rárndas Gandhi en otra oportunidad mencionó cómo su padre, el manso Gandhi, se había exasperado con él y lo había resondrado, salvándolo . sólo su madre. {La esposa de Gandhi murió después de 62 ~ños de casada con él, analfabeta a pesar de los esfuerzos de su esposo, que, sobre todo en los años pasados juntos en la cárcel -con ella y sin ella en total 2338 dras = seis años, se había esforzado en enseña rle a leer y escribir)".

3. "Un día abr í mi correo en la baranda de aquella histórica choza donde los patriotas habían tomado la resoluc ión famosa de "Quit India" : isalqan de la India!, dirigida contra la entonces todopoderosa Inglaterra. En el sobre se encontró un folleto de turismo de la embajada alemana, mostrando un hermoso castillo con sus torres y baluartes. Rámdas Gandh i comentó sin ser pregun­tado, en un modo que no me hirió, pero que era bien claro : "A nosotros no nos interesan los príncipes, sus guerras y sus posesio­nes" . Indudablemente, en una guerra campesina, Gandhi hubiese tomado el lado "de los de abajo" pues, como rnedij o el hijo de su secretario Desai : "Bapu fue el abogado de todo el mundo".

4. "A propósito, este hijo de Mah-adac Desai me criticó cuando vio que, después de med io año de permanencia en la comuna labo­ral, mi hilaza todavía sal ía con nudos e impurezas mientras que otros practicantes ya hilaban con cierta perfección . A propósito , este señor, nacido en 1924, cuando muchacho, habla pasado a máquina lacart a que Gandhi dirigió a Hitler, durante la Guerra Mundial" ,

5. "Estuve de camarero de un anciano alemán (por cierto, bien renegón) que había colaborado con el abogado Gandhi durante los 21 años de aquel en Sudáfrica. El señor Cardes fue el último edi­tal' de "India Op inion" y presenció el nacimiento del "Satyágra­ha", El resum ió su impresión sobre el joven Gandhi variando una fórmula del Antiguo Testamento : "He was his brother's keeper" : Gandhi era el cuidado r de cualquiera como si fuera su propio her­mano.

6. "A veces surg i a en mí la duda de si Gandhi no era un farsan­te, pues nadie podía ser tan bueno. Todos los dras escuché la ple­garia con oraciones musulmanas, cristianas, hindúes, etc. Me dije­ron que Gandhi había sido asesinado por un escritor muy creyen­te y defensor de la pureza de la religión hindú, quien acusaba a

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G andhi de ent regu ista a la re l igión enemi ga. Un d ía descub r í un libro que el asesino h ab ía escr ito, con el titulo "La consp irac ión de Gandhi con lo s musulmanes". Desde entonces cr eo que Gandh i murió por la tole ranc ia y el am o r, aun al adve rsario " .

7. "Para Améri ca Latina ti ene rel evan cia el vincu lo d ialéct ico que G andhi establ ec ió entre la pol ít ica y l a vida pr ivad a. Los gen e­rales Bol ívar y San M art ín fu eron héroes, y f uer on elocue nte s so bre los con cepto s d el hon or y la libertad . Pero Ga nd h i l im p ió ca l lad a y eje m p l arm ente las let r inas el e l a gente po bre" .

Q u izás se le pued describ i r C0 ll10 un a com binac ió n de San M ar t ín F ray E sco ba per ua no , con el San M art ín Gen eral ibe r ta­da r " . " E l agregó un a di mensión in t eresan te al hero rsm o : no l ener mied o , c l ro está, pero n o in fu nd ir m ied o a n adie , eso es nuevo , dando a ot ros la opo r t un idad de deven i r hér oes" ,

8. Los gand h ianos a t iempo comp leto hacen " on ce vo t os" los cu ales " p ro m et en ob servar co n hu m i ld ad " (pues hasta hay hu rn i l­dad orgu ll osa): 1) la n o v io lenc ia 2) la bú sq ueda de l a Ve rda d (po r ej . m ed ian te la p ráct ic a de la verac id ad co n tab le) 3) " no roba r" , en el sent ido de l an arqu ista Pro udh on : " la proprié té cest le vo l " . 4) u na sex u al idad al ser v ic io d e la fam i l ia, de l p ró j im o y de d io s, (" cast i­iad " ) 5 ) F rugal id ad, au todepend enci a: no tener nada , pero nada

de supérf lu o 6) labo ra l man ua lmen te cad a o ía p ara so l id arizarse con las mayo r i as, e tc. 7) Co me r (co m o si f uera un a med ic ina ) sólo pa ra v iv i r 8) No tem er a nad ie, no ser tem id o p or n ad ie 9) Res­pet ar po r igual a to d a cr eenc ia. sect a, co nv icc ió n , ate ismo 10) Pre fer i r I p ropi o , lo casero , lo del vec ino y del terr u ño a lo al ie­nante y lo anó n imo : Svad sh i, en quech ua: L L A Q T A PI R U ASQA 11) N o excl ui r a nad ie, no ex comu lgar a nadie, abo l ir la in tocab i l i· dad .

ASHAD EVI , Ejemplo Imperativo

9. A shaD evi, alumn a de Rabi nd ra T aqo re, jun to con su esposo A ryan áy ak an, en 1936 se p uso bajo las ó rd enes d el l ib ert ado r G andh i, d iri giend o su co m u na-escuela labo ral, modelo pa ra la reforma de la ed uc ació n , La prime ra mit ad de su v id a la d ed icó a

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las Bellas Artes, la segunda, durante 30 años, en uno y otro ejem­plar villorio entre las 560 000 aldeas de la India, dió ejemplo y pre­dicó la higiene y pediatría a los campesinos. Su símbolo podría ser la escoba: cada uno debe encargarse de la limpieza de su pro­pio retrete, nada de servidumbre. Simultáneamente aprendió patriotismo de los explotados, creadores de la plusval ía.

El traductor la vió recorr iendo estepa y selva, delcalza, bajo un sol abrasador o mojada por la lluv ia, y viajó con ella en tren, de tercera clase. Ya era tuerta, soportando con el pueblo las conse­cuencias de la falta de médicos en el campo .

Una terapista de los "intocables" que a pesar de que merece toda nuestra simpatía, lo que no significa que no tenga defectos, rehabilita su dignidad creando motivación: en teatro, artesanía o salubridad popular. Mad re por vocación, ingeniaba empleo para los ociosos y recetaba alegría a los viciosos...

Como toda buena gandhiana, com ía poco, hilaba antes del am anecer en silencio , y, pulcra, vestía solo las telas que el pueblo teje todavía a mano, crudas y bellas. Su conducta aspiraba a la con t inenc ia de los sent idos. La hermosura de esta anciana inspiró frases d e admiración y gracia a un embajador norteamericano en su informe dipl omático . Murió a los 70 años; la sobrevive una hija casada que no comparte su afanes.

Nacida en la casta de lo s sacerdo tes, AshaDevi, en perfecto sánsk ri t o (idioma ya no hablado, como el latín) recitaba la G ita, aquella escr itura hindu que se desarrolla cual d iálogo entre un chofer, realmente Dios, y su pasajero, el héroe en aquella batalla histór ica y sangrien t a donde se confrontaron p ari entes en filas opuestas - com o en Ayacucho . La contienda decisiva, pretexto para el canto celestial, fue interpretada por Gandh i com o una pará­bola por la luch a en el alma.

Con otros sold ado s por la Independencia, A shaDevi se entre­gó mansamente al juez po r infracciones a las leyes coloniales, pur­gando dos años en la cárcel, años que paralizaron su colegio labo­ral .

La conquista del miedo permite someter la doctrina de No Violencia::: Dios -=- la Verdad a una serie de experimentos vivencia­les que arrojan errores y aciertos, avanzando paso a paso, "cada día con su afán" y no más, con la atención anclada en la pureza de los medios, esperanzado que el fin bueno llegará por añadidura.

Algo concreto, como la veracidad en la contabilidad, importa más que algo grandioso. Por vias profanas, científicas encamina el

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serv ic io al prójimo hacia la Plenitud. AshaDev i lamentaba las sup erst iciones de la rel igión hindu

(que provocan un an t i-c ler icali sm o) y era partidar ia de las refor­mas . Una de estas revoluc iones rel ig iosas la pu so en marcha el "perfecto" Buddha, antes de la era cr isti ana.

A d iferenc ia de MaoTseTung, no le fue dado cu lm inar su obra educativa. Ni el "pad re de la pat r ia" , Gandh i, lo gró reformar la sociedad h indu . Tan solo " aramos el ma r" de l os p roble mas, co mu nes al Tercer Mundo. D esanimados qu izás por t antas f laquezas hum anas, reco rdemos que nuestra esperanza es el viv ir sin daña r a o tros seres, aq uí lla m a­do "noV iol encia", ó no-co op erar con lo mal o, y no es preci samen · te el éxito a cualqu ier costo . Los medi os buenos pueden ju st ifi car l os f ines, q ue vend rán po r añad id ura.

El hambre fís ica y esp ir it ual se sati sfac ra cu ando sus alu m n os, en medio de tanta apatí a, celeb rábamos las f iestas folklóricas. En su ex presió n d e paz y bell eza, equ il ib rio de l alma, el art e milen ari o con ti ene la sup erac ió n de l margin ado, y reconcili a a gr ingos con asiát icos, sabios con ignorante s, incapaces con c apac es.

L os adobes de Puru chu cho recuerdan al t rad uc tor el escena­rio de la vid a de A shaDev i, col ega de Gandh i. As ha significa Esperanza. . . . Canta Rabind ra Tagore :

D ormí y soñé j slep t and d ream t Que la vi da era gozo. th at l ife w as joyo Desperté y v í I awoke and saw Qu e la v ida era deb er. that l ifewas d uty . T rab ajé y comprend í , aeted anda beh old: Que el de ber es gozo . Du ty is Joy

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10. COMO VIVEN LOS N IÑOS CAMPESINOS DE LA INDIA. Konrad Borst

Nosotros viaj amos por ti a a uno de estos pueblecitos al ot ro lado del mundo que es lejos, pero tan lej os, que allá la gente esta ­ría co n la s piernas h ac ia ar riba po rque la tierra, como ya sabes , e s red o nd a com o una naranja, de m an era qu e las pi ernas en tod o luga r de la tierra s ie m p re apuntan hacia el ce nt ro d e est e pl an eta . Esos pu eblos són tan tos qu e na d ie los pu ede co n t a r, so n como las es t re llas e n e l c ie lo; exa ctamente 560 mil .

E n su s casas de adobe (que se co ns t ruye n ag reg an d o es t iérco l de vac a pa ra hacerlas más co nsis te n tes ) viven la gen te qu e allá se llam a "i ndo " y aqu í " ind io " .

De noche, igual qu e aquí en la Si err a, no hay lu z sin o linter­nas a kerosene ; cada casa ti ene su perrito y, com o lo s padres no tienen leche de vaca, casi sie m p re toman de cab ra ; comen plátanos, m ango , maní y chancaca. Cuando hay una fiest a d e m atr imonio se s irve arroz con leche. Sus vicios son el c iga rro y algo como la co ca que malogra los di entes y ha ce que la bo ca siempre esté roja . A su s vacas, no las comen, y hay un día en el año q ue se hace u n a f ies ta al ganado: las vacas y los bueyes (cebú) son maqu illa dos alegremente y adornados con cintas y adornos reluci entes.

En cad a casa encuent ras unos cinco n iños que se pelean, que se ayudan igu alito que aquí en el Perú . Sus nombres pueden ser Rachu, Várrumal, Udu, Ravel. Ellos tratan de estud iar en la ci u ­dad para supera rse, para ga n ar mucho d inero, pe ro el día que tienen una bonita casa en la cap ital ya no regresan a las cobachas de sus pad res.

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y como nadie regresa, las aldeas de la sierra siguen tristes. ¿Cómo podría cambiarse, mejorarse la vida del campesino?

-El único camino es que los que saben enseñen a los que no saben, que los campesinos enseñen a la gente de !a capital, que los hijos estudiados regresen con sus conocimientos a las barriadas y lim­pien las calles, cult iven el campo, ordeñen las vacas, etc.

En la India moderna el gran Gandhi ha inventado una escuela que enseña los oficios que tos niños y lo s padres deben saber para vivir m ás felices. Nosotros hemos conocido a esta escuela nueva ; en ella uno se admira porque los niños trabajan 3 horas al día, sólo po cos m omentos se sientan en la carpeta. El profesor con ellos.

Los acompaña t rab aj and o, es artesano o campesino con un gran co razón y m ano s háb i les. En esta escuela nueva no hay servi­dumbre; los niños se rep art en t odos los t rabaj os. Con la ayuda de los grandes lavan, coc in an, plantan, co sech an, reparan, limpian y estud ian len guaje, art e, geograf ía, m at em át ic as, escriben un diari o q ue el profesor revisa cada día. Su p rop io parl am ento el igen res­ponsables para cada t rab aj o y un presidente. Aprenden a no ex p lo­tar el t rabajo de o l ros y rezan po r la paz en el mundo.

Los maest ros desobedec en hasta c ierto pun to las leyes, ya que in cu lcan a lo s n iñ os a no cumplir con el servic io militar obl i­gatorio.

L A PRE N SA, 1 de m arzo de 1975

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AL LECTOR

M e agr ad ar la dec i r le al so líci to lector de m is escri t os - y a todo s lo s que estén interesados en el los- que no me preocupa en absol u to m ost rar una superf ic ie de coheren cia. En m i búsqueda de la Verdad he desca rta do mu cha s id eas y aprend ido m uc has cos as nuevas. A pesar de m i edad avanzad a, n o tengo la sensaci ón de haber dejado de cr ecer interiormente, ni tam poco de qu e m i cr eci­miento se detendrá con la dis oluci ón de la carne. Lo que me p reo­cupa en todo moment o es mi di spo sición para obe decer al ll amad o de la V erd ad, que es m i D ios; po r lo tan t o, cu ando algu ien encuen­tre alguna con t rad icció n en dos escrit os m i os sobre el mismo tema, si aún t iene fe en mi sensatez, had a bien en elegir , ent re ambos. el últim o .

M. K. GANDHI

Har ij an, 29- 4- 1933, f).2.

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BI BLlOG RAFIA

1. L anza del V asto , en fra ncés : Ed . Denoel .

2. Louis Fisc her LA V ID A del MAHATMA GANDH 1, [ d. Peuser, Buenos A ires 1956.

3 . M . K . Gand h i A UTOB IOG RA F IA o M IS E XP ER IMENTOS CO N LA VERDAD, Col ecci ón Cúpu la, Edi tori al Gu il le rrno K raft Ltda., Buenos A ires 1955 .

4 . T ODOS LO S HOMB RES SON HE RMAI\J OS, Ant oloqr a qan­dhiana de la UN ESCO , Edi to rial Atenas, M adrid , 1981.

5. Er ik Er ik son L A V ERDAD D E GAND HI , en los años 70.

6 . Friedrich List, (El gur ú económ ico de G ookha le) pco nom ista nac ion al y oposi to r co ntemp oráneo de Ad am Smi th, ob :as pr inc ipa les en Fondo de la Cultura Eco n ónu ca, México , 19457 .

7. Rabind ranath T agore (No bel 1913) R ECUE RDOS, Plaza y Janes 1983 (bol sill o) .

8. V ar ias obras ("M i D ios", " Mi Soc iali smo ", "Base moral dpl vegeta r ianism o") t radu cidas (insp i rados por L anz a del Vast o) del francés o de los orig in ales en ing lés en Buenos A ires: 1. Ed i tor ial Dédal o ; 2. Ed ito r ial L a Pléyad e ; 3. Edi tori al Sur .

9. L os or igina les en inlgés en Návajivan Publi shing H ouse, Ahm edabad 14, Ind ia.

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INDICE

- RECITACION DIARIA DE GANDHI 7 - INTRODUCCION - JoséSabogal Wiesse y Kon rad Borst 9 - PR EFACIO A LA SEGUNDA EDICION - Konrad Borsty Azril Bacal 15 - SO BRE GANDHI ' Una breve presentación 17

La March ade laSal elSATYAG RHy la/e l SATYAGRAHI 19 DemocraciaPopul ar 21 Ideal ista Prá ctico 23

lOS TEXTOS GANDHIANOS

1. SVADESHI 10 deene ro 1910 27 2. DISCURS OSOBR E SVADESHI EN

REUNION FEMENIN A DE NADI AD 6 de iulio 191 9 28 3. DISCU RSO SOBRE SVADESH I EN LA

CONFERE NCIA MISI ONAL DE MADRAS 14 de febrero 191 6 35 4 SIGNIFICADO DE SVADESHI 20 de marzo 1916 42 5. ¿SVADESH I CONTR A LA MECAN IZA­

CION? 14de septiemb.1919 43 6. DESAFIO DEL SVADESHI 18 de agosto 1920 44 7. "MENSAJE DE LA RUE CA EN LA GITA" 23 de octubre 1921 46 8. DISCUR SO SOBRE LOS "V OTOS DE

ASHRAM" 16 de febrero 1916 48 9. DISCUR SO EN CHIKHADORA 4 deagosto 1920 51 10. SVARAJ y SVADESHI 17 de abril 1918 52 11 . DISCUR SO SOBRE SVADESHI, BOMBA Y 17 de junio 1919 52 12. DISCUR SO EN LENGUA GUJARATI,

BANDHU SABHA, POO NA 8 de agosto 1919 55 13. ¿RAQUETA DETENI S O RU ECA? 3 deabril 1921 60

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14. AUTOGOBIERNO 15. ECONOMIA INDIA 16. DEL PANDI JAWAHARLAL NEHRU 17. DISCURSO SOBRE SVADESHI,

AHMDABAD 18. UNA CARTA COMO POSTDATA AL

GOBERNADOR,BOMBAY 19. DISCURSO SOBRE SVADESHI,BOMBAY 20. HILADO A MANO DOMESTICO 21 . SVADESHI PURO 22. NUESTRO PROPIO DEBER 23. NOTAS: ALGUNAS CONDICIONES 24. CARTA ABIERTA A LOS COMERCIANTES

DE ROPA 25. COMO BOICOTEAR

A LOS PRODUCTOS EXTRANJEROS 26. NOTAS ADORABLE ASSAM 27. ENTREVISTA PARA "MADRAS MAlLo 28. COMO MATAR EL SVADESHI 29. DIFICULTADESDELSVADESHI 30. PREAMBULO : INQUIETUD DE LOS

COMERCIANTES 31. SVADESH I 32. TEJIDO A MANO 33. UTILlZACION DEL KHADI 34. USO MAYOR DE LOS TELARES

MANUALES 35. TESTIMONIO PERSONAL

SOBRE LA LIRIC.L\ RUECA 36. ESVADESHI VERSUS KHADI

- GLOSARIO

23 de septiemb .1921 60 8dediciembre 1921 60 8 de diciembre 1921 65

8 de diciembre 1921 65

25deagosto 1919 69 7deseptiernbre 1919 72 8 de septiembre 1920 73 19 de septiemb 1920 74 23 de febrero 1921 77 julio 1921 77

7 de julio 1921 79

4dejulio 1921 82 10 de octubre 1921 83 15 de septiemb.1921 85 6 de octubre 1921 91 6 de octubre 1921 94

5 de marzo 1922 97 21 de abril 1920 98 febrero 1916 100 25 de abril 1920 100

11 de mayo 1921 105

30de octub re 1921 107 5 de rn arzo 1922 108

113 - EVALUACION DEL MOVIM lENTO ARTESANAL 127 - TESTIMON 10 OE 1955 - 1957 135 - COMO VIVEN LOS NIÑOS CAMPESINOS DE LA INDIA - BIBLlOGRAFIA

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IMPRESO EN LOS TALLERES G RAFICOS� DEL INSTITUTO ANDINO DE ARTES POPULARES�

DEL CONVENIO ANDRES BELLO�

noviembre 1990� QUITO· ECUADOR�