supremi apostulatus
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ENCÍCLICA: “SUPREMI APOSTOLATUS”
SOBRE LA DEVOCIÓN AL SANTÍSIMO ROSARIO
PAPA LEÓN XIII (01/09/1883)
Introducción:
El Santo Padre, ante los calamitosos momentos que le tocaba afrontar, juzga imperiosa la necesitad de implorar los socorros divinos; nada más eficaz para tal fin que la devoción a la Santísima Virgen, concretamente con la práctica del Rosario.
Desarrollo:
León XIII a lo largo de su encíclica considera varios temas. Los cuales podrían ser resumidos en los siguientes puntos generales:
1- María ampara a la Iglesia en los tiempos calamitosos: aquí el Papa trae a colación algunos ejemplos históricos, en los cuales se muestra patente la protección de la Virgen sobre la Iglesia: la herejía albigense (s.XII) combatida por el rosario de Santo Domingo, las victorias (en diversas batallas) contra los turcos (s.XVI), entre otros ejemplos.
2- Los Pontífices anteriores a León XIII han hablado del rosario: en este punto, el Papa recuerda a algunos de sus predecesores que fomentaron con especiales elogios el rezo del rosario.
3- León XIII y su tiempo: así como en otros tiempos se recurrió a Nuestra Señora para encontrar alivio y/o término a los males que asolaban a la Iglesia, de igual modo para los actuales.
4- Mes de octubre y festividad consagrada al Santo Rosario: el Santo Padre decreta que se consagre todo el mes de octubre a la festividad de la Reina del Rosario. Estimula a todos los cristianos al rezo público y privado del rosario al que se le debe añadir las Letanías Lauretanas.
5- Las Indulgencias concedidas: quien practique lo expuesto, el Papa concede siete años y siete cuarentenas de indulgencia para cada vez. También concede plenísima remisión de sus pecados a aquellos que, sea en el día de la fiesta del Santísimo Rosario, sea en los ocho días siguientes, purificada su alma por medio de la confesión se acercaren a la Sagrada Comunión y rogaren en algún templo, según la intención del Santo Padre, a Dios y a la Santísima Virgen, por las necesidades de la Iglesia.
Conclusión:
León XIII finaliza su documento con una paternal exhortación a poner en práctica todas sus indicaciones. Ultimando la carta con la acostumbrada Bendición Apostólica.