suplemento mensual número octubre nuestrasresistencias · 2011-10-06 · indígena y la definitiva...

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Suplemento Mensual Número 174 Octubre 2011 22 AÑOS NUESTRAS RESISTENCIAS Ebrard y Padrés, ecocidas/ Mezcala no es sólo una isla/ Más tenazas sobre Virikuta/ Un neoporfirismo de minas y autopistas | LA AMAZONÍA EN ECUADOR LUIS MACAS/ JOSÉ GUALINGA/ LUCIANO USHIGUA ALFONSO TOAQUIZA/JORGE CARRERA ANDRADE HERMANN BELLINGHAUSEN/RAMÓN VERA HERRERA pintura: ALFONSO TOAQUIZA Río Bobonaza, Sarayaku

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Suplemento Mensual Número 174 Octubre 2011

22 AÑOS

NUESTRAS RESISTENCIAS

Ebrard y Padrés, ecocidas/ Mezcala no es sólouna isla/ Más tenazas sobre Virikuta/

Un neoporfirismo de minas y autopistas

| LLAA AAMMAAZZOONNÍÍAA EENN EECCUUAADDOORRLUIS MACAS/ JOSÉ GUALINGA/ LUCIANO USHIGUAAALLFFOONNSSOO TTOOAAQQUUIIZZAA//JJOORRGGEE CCAARRRREERRAA AANNDDRRAADDEE

HERMANN BELLINGHAUSEN/RAMÓN VERA HERRERA

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D URA YA 22 AÑOS el privilegio de acompañar a los pueblosindígenas y los movimientos populares de nuestro país, y en

la medida de nuestras limitaciones de comprensión y espacio, tam-

bién de las Américas. El compromiso de Ojarasca se mantiene, qui-

zá con algo de aprendizaje en el camino, por mérito de los pueblos

originarios de estas tierras, los cuales no dejan de organizarse para

resistir. Saben quienes son, de dónde vienen y cómo gobernarán su

futuro. Profesan por estas tierras un amor que los gobernantes han

olvidado por completo.

Hace dos décadas ya marchaban hacia las ciudades los pueblos

de las selvas de Chiapas y Ecuador, como hoy lo hacen nuevamente

los de Bolivia. La dictadura de Chile, y las dictablandas que la

siguieron, dejaron claro a los mapuche que sólo resistiendo vivirían

para recuperar sus territorios ancestrales. En México aún faltaban el

histórico clamor del Consejo Guerrerense 500 años de Resistencia

Indígena y la definitiva patada al tablero del poder del Ejército

Zapatista de Liberación Nacional con su ya basta de 1994.

A pesar de todo lo que los poderes político, judicial, mediático y

académico hacen por digerir y minimizarlos, los pueblos indios ya

dejaron de no existir en los transcursos de nuestras naciones. No

podemos olvidar el largo dolor de los mayas en Guatemala, que se

prolonga hasta el presente, ni los genocidios en Colombia y Perú,

pero qué diferentes serían hoy Ecuador y Bolivia sin el despertar de

sus pueblos indios, que no están derrotados, como sus gobiernos

“progresistas” lo siguen averiguando a regañadientes y con elevados

costos políticos. Que lo diga si no Evo Morales Ayma y su fallido

intento de detener por la fuerza la marcha de Beni a La Paz contra

la carretera amazónica.

Mientras, los mexicanos nos acostumbramos a considerarnos en

la picota. Con un gobierno federal ilegítimo, pendenciero, reaccio-

nario y criminal de guerra, y con gobernadores que no tienen madre,

como ese Guillermo Padrés de Sonora determinado a doblegar a los

yaquis en su territorio y su integridad de pueblo. Padrés desafía la

ley para imponer un acueducto ecocida a favor de sus distinguidos

socios de Ford Motor Company, Heineken-Modelo y otras almas

necesitadas de esa agua que los díscolos indígenas y campesinos no

les quieren obsequiar, ni siquiera a la mala. O el refinado Marcelo

Ebrard que se pasa por el arco de su triunfo los derechos de Milpa

Alta, de esos nahuas que no copelan con el progreso del señor pre-

candidato. Así que ¡cuello!, y que pasen el Arco del Sur y todos esos

dineros, pa que aprendan a respetar.

El desgobierno creciente, atizado por la omnipresencia del poder

criminal propiamente dicho, se extiende a otras soberanías federati-

vas como Veracruz, Estado de México, Jalisco o Michoacán, donde

propaganda más o menos, lo que menos se respeta es a los pueblos

nahuas, ñanhú, mixtecos, purépechas, yaquis y wirrárikas que las

pueblan.

Pero como ocurre en Chiapas y Oaxaca, son precisamente esos

pueblos “desechables” los que no han cedido a la claudicación ciu-

dadana en la que parecen hundidos los mexicanos, encañonados por

la realidad. El escándalo del oro no deja de crecer: ahora el consor-

cio canadiense West Timmins Mining amenaza con destruir El

Bernalejo, una de las locaciones más sagradas y peculiares del de

por sí extraordinario desierto de Virikuta en San Luis Potosí.

La paramilitarización aumenta su agresividad. Las bandas crimi-

nales atragantan a los pueblos y a los migrantes. El Ejército federal,

la Armada y las policías sitian, desalojan, humillan. En los territo-

rios indígenas no hay claudicación, sino respuestas. Pueblos que se

gobiernan con responsabilidad, atributo que los gobernantes profe-

sionales han perdido g

EL CAMINO DE LA SALDESDE 1989, YCONTANDO...

Los hermanos shuar y kichwade la Amazonía se hallaban yaen proceso de fortalecer susorganizaciones. En la regiónandina, décadas de lucha por latierra habían amasado organiza-ciones fuertes, con una nociónsólida de sí como campesinos.Del Sur veníamos con un reco-nocimiento de indígenas, car-gando una forma propia de per-cibir la organización, aún nues-tras comunas se sostenían en losmayorazgos y el sistema dece-nal. Ir encontrándonos en losaños 70, todos más jóvenes, fueuna experiencia intercultural oquizás intracultural e intercultu-ral. Desde la apariencia exteriorde nuestra vestimenta, la posibi-lidad de encontrar parecidos ydiferencias entre nuestros pue-blos, ir contándonos las múlti-ples luchas y batallas que diaria-mente librábamos contra lamentalidad colonial que no nosreconocía y no nos reconoce.De esta manera, se fue cami-

nando varios años. Sin duda, unaminga de conocer nuestras identi-dades e ir encontrando los senti-dos más profundos hacia la cons-titución de nuestra Conaie(Confederación de Nacionali -dades Indígenas del Ecuador).Un hecho que marcó fue la

constante presencia de la primeraorganización indígena, la “mamáFEI” como la llaman hasta hoy losmayores del norte de la serranía.Quisimos hacer justicia, partir delas luchas heroicas de nuestroslíderes, surgir a la sombra protec-tora de la mamá Dolores Cacua n -go, aliada en innumerables luchascon una izquierda ecuatorianaque se esforzaba por entender larealidad indígena.En los años 80 la conjunción

de esfuerzos y voces estaba porprender en una sola organiza-ción nacional. En 1984, nuestroprimer gran Congreso fue impe-dido con una violencia irracio-nal desde el ejército enviado porel gobierno. Sin embargo, la her-mandad de los shuar, en Sucúa,nos volvió a abrir las puertas, sintemores al sistema abusador. En1986, fueron varios días de con-vivir entre distintos a los que noshermanaba un desconocimientocolonial, entre pueblos quecomo única razón habíamoshallado la de la violencia a nues-tra propia identidad. Sin duda

como pueblos los más desposeí-dos, pues durante siglos nos hantratado, y aún tratan de descono-cernos en lo que somos.En ese Congreso se formalizó

la alianza que hoy en día es laConaie. Allí desde un espaciocomún de conducción integramosla Coordinadora de Nacionali -dades Indígenas del Ecuador(Conacnie).Desde el inicio la insurgencia

de un pensamiento se fue rebelan-do. Encuentro que las voces sobreuna identificación como naciona-lidades, la demanda de romper elEstado liberal, constituyendo engran minga la opción plurinacio-nal, fue parte del parto de la uni-dad de nuestras voces.

S omos pueblos con idioma,territorio, una espiritualidad

propia. Tenemos miles de añosy, por lo tanto, somos nacionali-dades. Nosotros pensamos,actuamos bajo el concepto de ladualidad. No es sólo lo material,sino también lo espiritual. Peronadie ha entendido la espirituali-dad de los indígenas; nos decíanpaganos, aunque decían queellos eran ateos. Hablaban encontra de la brujería. Esos mitoshay que ir rompiendo.Por todo esto, el concepto

que defendemos no es el de ciu-

dadanía. Pensar que no somosindígenas, sino ciudadanos, esindividualizar a las comunida-des, a los pueblos, pasando poralto los conceptos de reciproci-dad, solidaridad y complemen-tariedad, haciendo caso omiso alos derechos internos de cadapueblo. En nuestras comunida-des resolvemos cosas colectiva-mente y es lo que debemos con-tinuar haciendo. La ciudadaníaes la relación del Estado con elindividuo, pero no considera alas nacionalidades ni a los pue-blos, ni a las futuras generacio-nes. Esta relación viene profun-dizando el individualismo.

¿Cuál puede ser el punto deencuentro con la sociedad noindígena? Mal que bien tenemosnuestra organización, tenemospuntos de encuentro entre noso -tros pero, ¿dónde debe estar elencuentro con la sociedad nacio-nal?, ¿cómo nos entendemos?,¿qué puentes debemos utilizar?,¿quién debe tener esos puentes?No podemos tener un proyec-

to político sólo para los indios.Para cambiar el país se requieretener relación con la otra socie-dad, es necesario tener un meca-nismo de encuentro, una identi-dad política con la otra sociedad.Ese punto puede ser la intercultu-ralidad, pero es también la luchasocial, como decía la lucha declases, el reconocimiento entreexplotados de esa tierra, elreconstruir la solidaridad entrelos distintos, los pobres, losempobrecidos, los negados.Esa pobreza no es sólo un pro-

blema de los indígenas, aunquenos afecta mayoritariamente,podemos construir alianzas con-tra la pobreza. Estamos dentro deuna clase pobre, la lucha políticaexiste, nunca podríamos aliarnoscon la oligarquía. Es muy difícilque salgamos solos de estemarasmo. El país no puede libe-rarse si no establecemos este tipode alianzas. Recordemos queestas alianzas entre los pueblos,estos diálogos entre distintos,este recorrer hermanándonospara proseguir es parte, también,de una herencia milenaria.Cuando salimos a otro país,

Canadá o España, nos damos

cuenta de que allí no ven la dis-tinción. Todos somos igualespara ellos. Los mestizos soniguales, recién entonces muchosse ven en el espejo. Estamoscondenados a vivir juntos. No esque unos tienen que irse y otrosque quedarse. Aquí vivimos losindios, los mestizos, los negros.No podemos vivir todo el tiem-po torciendo los ojos sin llegar aun entendimiento.

Las alianzas deben ir en elsentido de ir construyendo jun-tos, con otros. No es una refle-xión sólo de los pueblos indíge-nas. Hay otros que tambiénpiensan como nosotros: los cam-pesinos, los obreros, las muje-res, los ecologistas. Tambiéndebemos tener en cuenta que nohay fronteras, que cuando habla-mos de pueblos indígenas nonos encerramos en fronterasgeográficas nacionales. Lanación Quechua va desdeColombia hasta el norte deArgentina. Los hermanos Surraestán en Perú, lo mismo losAgua están en el norte delEcuador y sur de Colombia.Somos una América de Indios.No vamos a poder sobrevivir

en el sistema si no nos ayuda-mos, colectivamente, indígenasy no indígenas, a romper con elsistema. Es entonces un pedidodesde la misma tierra que noscompone a todos, construir laplurinacionalidad, hacer de ladiferencia la suma de un inmen-so colectivo, dialogar respetan-do y reconociendo al otro y auno mismo g

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La Jor na daDi rec to ra Ge ne ral: Car men Li ra Saa dePu bli ci dad: Mar co Hi no jo sa.Arte y Diseño: Francisco García Noriega

Oja ras ca en La Jor na daDi rec ción: Her mann Be lling hau sen Coordinación editorial: Ra món Ve ra He rre ra Edi ción: Gloria Muñoz Ramírez Redacción: Marcela Salas Cassani Ca li gra fía: Ca ro li na de la Pe ña Diseño original: Francisco García NoriegaRetoque fotográfico:Alejandro Pavón HernándezAsesoría técnica: Francisco del Toro

[email protected]

Oja ras ca en La Jor na da, es una pu bli ca ción men sual edi ta dapor DE MOS, De sa rro llo de Me dios, SA de CV. Av. Cuauh té moc1236, Col. San ta Cruz Ato yac, de le ga ción Be ni to Juá rez, CP.03310, Mé xi co DF. Te lé fo no: 9183 0300 y 9183 0400. El con te -ni do de los tex tos fir ma dos es res pon sa bi li dad de los au to res, ylos que no, de los edi to res. Se au to ri za la re pro duc ción par cial oto tal de los ma te ria les in clui dos en Oja ras ca, siem pre y cuan dose ci te la fuen te y el au tor. ISSN: 0188-6592. Cer ti fi ca do de li ci -tud de tí tu lo: 6372, del 12 de agos to de 1992. Cer ti fi ca do de li ci -tud de con te ni do: 5052. Re ser va de tí tu lo de la Di rec ción Ge ne -ral del De re cho de Au tor: 515-93. Re gis tro pro vi sio nal de Se po -mex: 056-93. No se res pon de por ma te ria les no so li ci ta dos. Im pre so en: Im pren ta de Me dios, SA de CV. Av. Cuitl tá huac 3353,Col. Am plia ción Cos mo po li ta, Mé xi co, DF. fo

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A NTES, HACE UNOS 150 años todavía,los kichwa de Sarayaku en la Amazonía

ecuatoriana hacían el viaje en largas canoasmovidas con pértigas o “palancas” a laAmazonía peruana, a conseguir sal y plantasmedicinales, llevando en ocasiones caucho paraintercambiar. Iban, sabiendo que podían asaltar-los los mulatos que estaban en guerra con loskichwas y quéchuas, e incluso ser tomados comoesclavos y ser vendidos en las monterías. Allá,los pueblos que sabían dónde hallar la sal ibanpor ella haciendo ceremonias y rituales pues sino se le pagaba a la tierra sobrevendrían lluviaso enfermedades. Entre los obstáculos que debíanremontar había parajes difíciles, como el cerroconocido como Camino del Viento —que hayque cruzar con respeto y aguantar el embate delaire y los relámpagos. Al llegar, dicen los quéchua-lamas “perua-

nos”, todos los kichwa-quéchua veíamos lasrocas de sal como con forma humana, y habíaque podar esta sal, y cosecharla, de estatuasenormes que vuelven a crecer.En la antigua relación de ambos pueblos, el

viaje por río podía durar hasta seis meses. Loimportante no era la sal en sí misma —por másindispensable que fuera— sino el saber antiguode hacer viaje, el camino, el barrido del territo-rio, la relación entre las gentes.Por supuesto ambos gobiernos (el de Ecuador

y el de Perú) combatieron el uso de esa sal mine-ral alegando que propiciaba el crecimiento delbocio entre los pobladores y, claro, todo para evi-tar la competencia e impulsar la explotacióncomercial. Hoy los kichwa ecuatorianos nohacen el viaje pero los peruanos van redescu-briendo otras rutas para llegar a la sal, toda vezque el gobierno cerró y controló mediante pues-tos militares el antiguo camino a la sal (o de pla-no cortó los trayectos desviando los torrentes).Los retenes fronterizos entre Perú y Ecuador se

hicieron más y más estrictos hasta que la guerra deEl Chaco dejó la frontera totalmente cerrada g

RVH

Sarayacu, Ecuador 2011

| PPoorrttaaddaa: Ilustración de Alfonso Toaquiza, de Tigua

Chimbacuchu, provincia de Cotopaxi, una comunidad de

artistas y agricultores kichwas célebre por las pinturas

en cuero de oveja, en un estilo creado por Julio

Toaquiza, padre de Alfonso. Al correr de los años se ha

extendido hasta ser un arte característico de esa región

andina.

E N LA REALIDAD diversa del Ecuador, el reconocimiento entre nosotros fue un proceso, sin duda,complejo y sembrado de nuevos sentidos. Parecería incluso anecdótica la reconstrucción de tantos

momentos de encuentro entre kichwas de la Sierra con compañeros y compañeras de las nacionalida-des de la Costa, por ejemplo. Reconocer al otro desde nuestra propia alteridad, en el camino de estruc-turar una coordinación nacional de todos los indígenas, fue de las recompensas que encontramos.

No vamos a poder

sobrevivir en el sistema si

no nos ayudamos,

colectivamente, indígenas

y no indígenas, a romper

con el sistema.

Es entonces un pedido

desde la misma tierra que

nos compone a todos,

construir la

plurinacionalidad

AAmmiiggoo ddee llaass nnuubbeessJorge Carrera Andrade

Forastero perdido en el planetaentre piedras ilustres, entre máquinasreparto el sol del trópico en monedas.

Ciudadanos de niebla, hombres del vientoy del disfraz azul, de la alcancíay del dios de los números:Yo leo en vuestras máscaras floridas.

Manjar de espinas con sazón de hielome brindáis cada día. Nada os pidocínicos hospederos de este mundo,guardianes de un incierto paraíso.

Mercaderes de avispas:Soy hombre de los trópicos azules.Os espío por cuenta de la luna.Soy agente secreto de las nubes.

| Jorge Carrera Andrade, poeta mayor de Ecuador,

nació en Quito en 1903, y murió allí mismo en 1978.

Construyendo desde la historia

EL MOVIMIENTO INDÍGENA EN ECUADOR

� LUIS MACAS �

| Luis Macas, líder histórico del movimiento indígena en su país, ha sido presi-

dente de la Conaie, ministro de gobierno y candidato presidencial. Dirige el

Instituto Científico de Culturas Indígenas. Este texto forma parte del ensayo

que, con el mismo título, aparece en el volumen Plurinacionalidad. Democracia

en la diversidad, compilado por Alberto Acosta y Esperanza Martínez,

Ediciones Abya-Yala, Quito, 2009.

Otavalo, Ecuador

E L GOBIERNO DE Tayjasaruta, quesignifica “Pueblo Originario Kichwa

de Sarayaku”, está constituido en cincocomunidades: Shiwacocha, Cali Cali,Chontayaku, Sarayakillo y Centro. Cadacomunidad tiene una autoridad, los kura-cas, con su bastón de mando, y constitu-yen el consejo de gobierno. Somos unainstitución consolidada pero en creci-miento. Tenemos un equipo de apoyo yun consejo de ancianos que está integra-do dentro. También hay comisiones res-ponsables de salud, educación, jóvenes.El consejo de gobierno se reúne cadaviernes, y el congreso, la máxima autori-dad, se celebra cada dos años. La asam-blea, dependiendo las circunstancias, esconvocada, en casos de urgencia, de ame-nazas a nuestro territorio. Sarayaku consiste en varias conforma-

ciones de familias, de ayllus, entre el pen-samiento de los hijos del jaguar, delpuma, ligado a toda una vida con la selva.Están ahí los seres como la masanga, elsacharuna, y todo es parte de este pueblo. La defensa del territorio surge por la

dignidad. Sarayaku no acepta que suautoridad sea dominada, ni ser privada desu libertad. Es nuestra tierra, nuestroterritorio, y queremos aquí nuestra orga-nización, nuestro sistema de vida. Noaceptamos que los espacios tan vivientespuedan ser destruidos. Son conceptosmuy básicos, filosóficos, que mantene-mos. No aceptamos la intromisión deotros agentes que quieren dominar y des-truir la naturaleza y nuestra identidad.Nuestras formas de vivir son humanas ylógicas. Y si eso no está en ti, por quéaceptar que nos vengan a decir “tienenque vivir de esta forma”. Éste ha sidonuestro principio de resistencia. Son siglos. No el mismo nivel que

ahora estamos, las condiciones no eraniguales, pero nuestros ancestros siempreresistieron. Hace 90 años un cuartel mili-tar fue incendiado aquí por los kuracas.Estaban abusando de la sociedad, de lasmujeres. Intentaron prohibir las relacio-nes que se mantenían entonces con Perú,por la cuestión de las banderas. Cuandoun sarayaku llevaba un sombrero perua-no, los ecuatorianos no estaban de acuer-do y ése era el conflicto. Hace 30 años se organizó un sistema

nuevo, tipo sindicalista. El Centro ALAMASarayaku (CAS) llevó el proceso de defen-sa territorial, aunque como siempre endesiguales condiciones, porque jurídica-mente el Estado tenía todo sometido y lapersonería legal y jurídica no permitía losalcances que este pueblo demandaba.Tuvimos que usar nuestro derecho propioa la defensa, movilizaciones y presiones.En 1989 es primera vez que se expulsauna petrolera americana de este territorioy se firman los Acuerdos de Sarayaku.

El Estado debía titular, reconocer estosterritorios legalmente, pues había una leyde colonización y reforma agraria quedeclaraba las tierras baldías, no estabahabitada y tenía que ser colonizada. Losacuerdos abolían esa ley de colonización, yexigían los títulos como territorios, noreservas ni parques naturales. El acuerdofue firmado, y muy conocido. Después, elgobierno nunca lo aceptó, porque decíaque fue firmado a base de presión.

E n 1992, a través de la Organi -zación de los Pueblos Indígenas de

Pastaza, en ese tiempo muy reconocidapor su capacidad de organización, desdeaquí y otros pueblos se planea una mar-cha que en mayo logra llegar hasta Quitoy obtiene los títulos de propiedad colecti-va, no solamente para los pueblos kich-was, sino para varias nacionalidades ypueblos que estuvimos bajo esta ley decolonización y reforma agraria. No logra-mos el reconocimiento del subsuelo, por-que según el Estado es propiedad suya.En 1996 otorga nuevas concesionespetroleras a la compañía argentina CGC,inconsultamente. A finales de 2002 éstalogra ingresar. Tras una serie de conflic-tos, Sarayaku expulsa a la compañía, y en2004 se reforma el estatuto y se organizaun nuevo sistema de gobierno. Formamos un sistema mixto, entre el

occidental y el propio. El consejo degobierno, constituido por varios pueblos,es presidido por el Tayjasaruta, donde sellega a los acuerdos de manera consultivay participativa. Por debajo de su autori-

dad están la tenencia política (el repre-sentante del gobierno) y el sistema dejurisdicción de asuntos parroquiales. Perola autoridad es el Tayjasaruta. Hemosequilibrado un funcionamiento, tanto elEstado como Sarayaku. Conociendo lahistoria de otros pueblos, la dominaciónla imponen las autoridades de tenencia depolítica, que se sobreponen a la autoridadindígena. Aquí es distinto, somos noso -tros las autoridades, tomamos las decisio-nes y ellos tiene que acatarlas, así seanrepresentantes del gobierno.Nuestro territorio reconocido es de 240

mil hectáreas de territorio primario; casi el95 por ciento es selva. Usufructuamos unaparte para vivir, cazar, pescar. Al sur estáotro pueblo, el shuar. Ellos tienen igual.Hay un lindero simbólico, hasta dónde esnuestro, para cultivos, todo eso. De ahípara allá ellos tienen su usufructo de vida.Nosotros, está normado, no podemos pasarallá para cazar, ni ellos acá.En el conflicto sobre la extracción de

recursos como el petróleo siempre hemosmantenido nuestra oposición por losimpactos sociales, ambientales y econó-micos que ha causado a los pueblos indí-genas y nacionalidades. Con proyectossin consulta, han sometido a los pueblosviolando sus derechos, aprovechando sudesconocimiento de las normas jurídicas.El Estado nunca trata de dialogar. Aquíno aceptamos este sometimiento. Ofrecendinero a cambio de las tierras, a cambiode la vida. No aceptamos porque signifi-caría destruir nuestra historia, nuestravida y dignidad. CGC ingresó de manera

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� José Gualinga �

ta la justicia, más que todo sobre la con-sulta previa y el libre consentimiento. Sila Corte adopta una sentencia favorable,todas las concesiones ilegales del gobier-no y la ampliación del bloque 10 seríaninconstitucionales. Otros problema importante es el retiro

de los explosivos, a unos 20 kilómetrosde aquí, enterrados cada cien metros.Como minas. Servían para detectar la sís-mica y el petróleo. Esas detonacionesafectan el proceso de vida de laPachamama. Impiden las movilizacionesde las especies de fauna, y más que todola esencia de los seres como la masanga,que son los amos, los que cuidan esteequilibrio de la naturaleza. Exigimos enla Corte que se retiren los explosivos.Que ninguna empresa petrolera o minerapueda destruir el subsuelo y la tierra. Sise diera esta disposición, significaría otrotriunfo importante, las transnacionalesdeben tener cuidado. A pesar de que la CIDH dictó el retiro

de los explosivos, la policía especializadano ha logrado sacarlos. Están a 20 metrosde profundidad, humana y tecnológica-

mente es complicadísimo. Ellos han pro-puesto hacerlos explotar, o cimentar,poner químicos, sal. No hemos aceptado.Más bien propusimos la siembra de árbo-les que florecen. Hacer un cerco de árbo-les sagrados para que esa parte quedevisible y se sepa que está ahí, y al mismotiempo esos árboles permitirían la recu-peración en unos 30 años, para el regresode los seres que se fueron. En julio pasado acudimos a una

audiencia con la Comisión, en CostaRica. Para nosotros, 18 delegados, fueuna experiencia estar frente a los jueces yenfrentar un litigio con abogados delEstado. Ellos con mucha experiencia jurí-dica. Presentamos los testimonios de vio-lación de los derechos del pueblo deSarayaku, y el Estado presentó sus alega-tos siempre de manera minimizadora,como para decir “nosotros mandamosaquí y Sarayaku es una comunidad queno puede mandar a los 14 millones deecuatorianos; el desarrollo de los ecuato-rianos no puede ser afectado por un pue-blo pequeñito de ‘mil almas’”. En laaudiencia, el Estado otra vez quiso bur-

larse de nuestra dignidad como pueblo.Esperamos que los jueces adopten medi-das claras y positivas. Pero como presi-dente, como Tayjasaruta y Tayagapu, mehe dado cuenta de que en el siglo XXI elsistema colonizador y colonialista no hacambiado en absoluto. Hay un disfraz dedemocracia y derechos humanos. Siguen discutiendo si el indio tiene

alma o no, como pasó entre Bartolomé delas Casas y Juan Ginés de Sepúlveda.Después de la Conquista, Las Casas erael defensor de los pueblos indígenas, ySepúlveda tenía que probar que éramosanimales. El mismo sentimiento tuvimosen la Corte; el Estado trataba de probarque Sarayaku no tenía derecho; antropo-lógicamente querían ver a este pueblocomo que fuéramos animales. Con nues-tros abogados buscábamos probar quetenemos derechos. Es algo chocante dever que en la modernidad, cuando sesupone que hay democracia, la jurispru-dencia no entiende quiénes somos comopueblos y seres humanos, y ni piensan endiscutir este derecho. El debate era muyinteresante, pero seguíamos alegandosobre el posible derecho de un puebloindígena, como en la Colonia, si tienealma o no. Confiamos que la Corte adop-tará medidas, aunque no cien por cientofavorable. La batalla sigue.

C omo pueblo tenemos dos objetivos:la lucha nacional de tipo social, y la

que damos por los derechos propios de lospueblos. La Confederación de Nacio na -lidades Indígenas de Ecuador (Conaie), dela que siempre somos parte, ha tenido quellevar la bandera de los pueblos, y tambiénde los movimientos sociales. Ha sido muyimportante. Además, en los pueblos rei-vindicamos objetivos específicos, preci-sos. Si los movimientos sociales e indíge-nas luchan contra el TLC, el capitalismo, elliberalismo, directamente contra un siste-ma que quiere dominar, para nosotros, yaen el terreno, significa la expulsión de laspetroleras.Estas posiciones siempre han alimenta-

do a la Conaie y los movimientos sociales.Estamos atrincherados en nuestros territo-rios, luchando. El movimiento indígena hahecho grandes esfuerzos para cambiar elsistema actual. Hemos confiado en variosgobiernos, pero han traicionado una visiónmás larga de una integración social, políti-ca, plurinacional. La confrontación actuales porque salen nuevas élites que critican ala derecha, al capitalismo, pero aparecenen un nuevo sistema que no se diferenciadel otro, y para lograr sus objetivos tieneque saquear los recursos, vender territoriosindígenas. La Conaie propone el respeto a los

pueblos originarios, a los recursos natura-les, una nueva política económica.Sarayaku está también en el camino deuna nueva política económica desde laspropias economías sociales pequeñas quehacen vivir a la gente, y no las extracti-vistas que producen grandes capitales,pero aquí sólo nos dejan la destrucción dela naturaleza. El gobierno de RafaelCorrea ha mostrado buenas intenciones alinvertir en obras, mejorar la calidad devida, haciendo una “revolución urbana”para muchos sectores que viven este tipode economía, pero no armoniza con larealidad de los pueblos indígenas.Mientras más licitación petrolera o mine-ra hace, más choca con los derechos de

los pueblos y de la naturaleza. Y eso no loquiere entender el presidente. Sarayakuno está contra Rafael Correa, perodemanda condiciones iguales, un diálogopolítico y de respeto. Si quiere imponer,no estamos de acuerdo. A veces elgobierno se confunde y piensa que esta-mos contra él. Estamos contra el sistema,como ellos dicen estar, mientras a susalrededores se atenta contra los derechosde los pueblos que estamos aquí. Después de que la compañía petrolera

nos dejó divididos, tenemos una propues-ta de unidad con toda la cuenca del ríoBobonaza, desde Boberas a TeresaMama, Sarayaku, Pacayaku, Canelos. El16 de septiembre hubo cerca de Puyo unencuentro de hermandad y convivencia,para retomar nuestra paz, que fue que-brantada. Estamos proponiendo una decla-ratoria de las selvas vivientes, un proyec-to que todavía no está bien cogido, peroes una propuesta para que la selva seadeclarada territorio sagrado. ¿Qué es “selva viviente”? Kawsak

Sacha en kichwa. Un espacio de los seresdonde los pueblos elevamos nuestras emo-ciones físicas, psicológicas y psíquicas.Por ejemplo, en agosto la mayor parte dela gente está movilizada selva adentro, yano en una comunidad, sino en la selva, enuna casita lejos. Ahí los niños, las mujeres,todos, recrean, cogen su vida, se van a verla masanga, los misterios. Esto te fortalecey hace la hermandad, la unidad y el respe-to a la naturaleza. Ése es el territoriosagrado, no hay que destruirlo. La selvaviviente también es el espacio donde loschamanes y los mayores transmiten suconocimiento, la ciencia de la selva, cómoconocer los árboles, las plantas, los peces,los animales, orientarse, soñar, tener visio-nes. Ésa es nuestra ciencia, la relación coneste mundo. Un lenguaje de comunicacióncon los animales. La propuesta la estamos desarrollando

todas las nacionalidades del centro-sur dela Amazonía. La frontera es el territoriokichwa y va al territorio achuar y shuar.Son cinco millones de hectáreas el territo-rio indígena. El nororiente de la selva(Sucumbíos, Orellana) ya está afectado,pero acá sigue bien protegido. Y como elgobierno amplía los bloques petroleros,proponemos declarar a la selva vivienteterritorio sagrado de los seres, donde nues-tra vida se constituye. Proponemos planesde vida: administrar los recursos naturalesde acuerdo a nuestra visión con bases detierra fértil, aplicar el conocimiento de lopueblos, el Sumaj Kawsay, y el comporta-miento social que hacen el Sumaj Kawsay. Y dentro de eso vamos a usar los

recursos naturales con educación, salud yeconomía propias. La plataforma, el granhorizonte, es mantener el Sumaj Kawsay,donde la naturaleza no esté contaminadasino libre. Queremos convocar a una solapropuesta, que sería esta Declaración dela Selva Viviente g

| José Gualinga es el actual presidente del con-

sejo de gobierno en Sarayaku, y anteriormente

ha ocupado diversas responsabilidades en

representación de su pueblo.

Entrevista: Ojarasca

LOS KICHWAS AMAZÓNICOSPROTEGEN SUS TERRITORIOSGOBERNÁNDOSE A SÍ MISMOS

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inconsulta y tuvimos que expulsarla. Elgobierno la indemnizó con 20 millones dedólares y el bloque petrolero 23 ya noexiste. En sentido contrario, el actual pre-sidente amplió el bloque 10, igual demanera inconsulta, a los pueblos deCanelos, Pacayacu y Sarayaku, y tambiénde los shuar. Todos, en Pastaza. Rafael Correa hace esta ampliación

con una nueva estrategia, y convoca a otraronda de licitación petrolera que afecta alos pueblos de nacionalidad sapara, shuary sarayaku. Esa ronda ha sido convocadade manera ilegal, sin consulta. Éstos sonterritorios indígenas. Pero resulta que hayun montón de créditos que el gobierno harecibido del gobierno chino, a cambio deexplotación de recursos naturales, y esoafecta nuestro territorio. A raíz del conflicto con CGC presenta-

mos una demanda ante la CorteInteramericana de Derechos Humanos(CIDH) por violación a los derechos deSarayaku. El proceso sigue. En la audien-cia final presentamos alegatos, testimo-nios. Ahora esperamos que la Corte adop-te su fallo, y dé una sentencia que permi-

“Los ancianos cuentanque el pueblo de Sarayakudesciende de los pumas yde los árboles. Nuestrosantepasados, que se

transformaban en pumas,eran los Tayak, sabios de la

selva, quienes desdeYakumaman (los grandesríos Amazonas y Marañón)surcaron por las vertientesde los ríos Pastaza, Napo yBobonaza, bautizando loslugares que recorrían. Unofue Sarayaku. Lo llamaronRío de Maíz, porque en susvisiones mediante el ritualde la Ayawaska, los Tayakvieron que río arriba en la

bocana del actualSarayakillu descendíanmazorcas de maíz”.

| El pueblo del medio día

ASOCIACIÓN ATAYAK

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José Gualinga derribando un árbolde awinsuna duranteuna minga enSarayaku

Pesca en el río Bobonaza

Pero sobre todo macerada por losdientes de las mujeres, que luegola escupen para colocarla en gran-des tinajas de barro, con frecuen-cia decoradas con grecas y bestias,y la dejan fermentar.La chicha, bebida un poco fer-

mentada que se obtiene del proce-so, es compartida a lo largo del díapor las familias, los cazadores enla selva, los guardianes, los agri-cultores y los visitantes, uno poruno, servida en varios pilches,

guajes que van de boca en bocallevados por mujeres que oficianun doméstico y cotidiano ritualque pone a todos de buen humor.Cada detalle de los días aquí es

para vivir bien. Las palmas poseenpor ejemplo una utilidad casi infini-ta en la confección de cestas, diade-mas, lazos, mochilas, tejidos de tra-bajo, techos tejidos con laboriosoprimor para durar décadas de tizne einclemencias que nunca faltan enestos trópicos de la mitad del mun-do. De algunas palmas se comen lamédula o sus aceitosos frutos. Loskichwas desarrollaron métodos deuso y conservación de los bosquessin depredar la madera. En susanchos y navegables ríos la pesca esregulada. Y más aún la caza. Vivende ellas. Establecen especies enveda, y otras protegidas.Rozan y tumban las plantacio-

nes, pero sólo queman la hojarasca.Los incendios son un problema casidesconocido para ellos. “Nuestroprincipal enemigo son las serpien-tes”, dice una mañana Edmundo,designado nuestro guía durante lavisita, mientras nos internamos enla selva varias horas hasta casiextraviarnos. En el recorrido ha idollamando a mujeres y hombres dis-persos en sus labores mediante unintrincado leguaje de silbidos y gri-tos, como un idioma de pájaros.Explica que han aprendido a

cultivar peces industriales como latilapia, pero sólo en estanques lejosde los ríos para no “contaminar” lasaguas vivas de su territorio.La centralidad política de los

sarayaku en la lucha indígenanacional de Ecuador ha llevado asus dirigentes y jóvenes a salir a lasciudades, estudiar en universidadesy viajar por el mundo. Serán silves-tres, pero sutiles y cosmopolitas.Cuentan con escuelas preescolar,primaria y bachillerato completo.Por un tiempo tuvieron universi-dad, pero resultó poco viable. En elTayak Wasi, “centro educativo delos ancestros”, los niños aprendenlos saberes del pueblo mismo.Hay una clínica médica modes-

ta pero bien equipada. También uncentro de atención para los pacien-

tes de los chamanes, Sasi Wasi,una casa de medicina ancestralcercana a la Pista que es, arquitec-tónicamente, la más hermosa edi-ficación de Sarayaku.Los chamanes de mayor respeto,

yachak, son Antonio Manya ySabino Gualinga Cuji. Don Antoniose fue con su familia a un ranchoselva adentro, como la mayor partede los pobladores que se dan verda-deras vacaciones en esta época delaño. Don Sabino, con más de 90años de edad, se mantiene activo yuna mañana de sábado se presenta atrabajar en la minga de construir lacasa de un vecino como sólo unomás, con su machete, para tumbararbustos y maleza. Don Sabino esun hombre célebre no sólo en la sel-va amazónica. Su fama ha cruzadoocéanos y hemisferios.Noches después, convertido por

necesidad en hombre de poder,instalado en una gran silla dondelo abrazan un águila y un jaguarlabrados, bebe ayahuasca y cantadurante horas antes de efectuaruna ceremonia de curación paragente que vino de los Andes.Edmundo lo asiste, también bebeayahuasca. A la mañana siguiente,el joven guía luce contento: “soñémuy bien” celebra. Sin embargo,sostiene que no guarda la menorintención de ser chamán. Para llegar a este monumental

recinto natural a salvo de las petro-leras, irónicamente uno sale de unpoblado llamado Shell, nombradoasí por la petrolera holandesa cer-ca de la ciudad de Puyo, capital dePastaza. En Shell, tres líneas aére-as comparten con el ejército ecua-toriano el amplio aeropuerto RíoAmazonas. Una de dichas empre-sas, Aerolíneas Kichwa, perteneceen colectivo a los pueblos indíge-nas de la región, tiene una flotillaen buen estado y pilotos profesio-nales, algunos nativos. La trasnacional Shell intentó

establecerse en Pastaza hacia1930, sin éxito, pero como recuer-do dejó esa población, a su modouna frontera, que en su plaza cen-tral exhibe un monumento a laavioneta: una nave amarilla tama-

ño casi natural sobre un pedestalde piedra. En esta localidad se ini-cia el vuelo sobre el verde océanoverde de la Amazonía que se pier-de en el horizonte, sobre el altogrito amarillo de los guayacanes yla serpenteante ruta del ríoBobonaza hacia el oriente. Así sellega por ejemplo a Sarayaku.Aquí como en la selva de

Bolivia y Perú, los gobiernosnacionales, se supone que progre-sistas, acusan a los pueblos y lasnacionalidades indígenas de “vivirbien” en territorios que son “parabeneficio de todos”, sobre todo sicontienen oro negro, oro azul uoro a secas. Ni siquiera por el ladodel turismo han logrado doblegar-los. A diferencia de selvas como laLacandona o el Petén, donde losgobiernos impulsan el turismopara las grandes hoteleras y elclientelismo político, en Sarayakuy otros territorios amazónicos, elmanejo racional del turismocorresponde a los propios pueblos,que lo regulan y aprovechan comoescudo contra las depredaciones“por interés nacional”.Patricia, hija de don Sabino,

dirigente de las mujeres kichwas,un verdadero cuadro político,señala que los kichwas de Pastazaque aceptaron el bloque petrolero10, “años después se arrepienten ybuscan nuestra alianza porque suvida ya no es la misma, estánenfermos, desintegrándose”. Re -cuerda las históricas marchas ama-

zónicas de 1990 y 1992, impulsa-das entre otros por Sarayaku, queatravesaron el país durante 20 díashasta Quito, y cambiaron las cosaspara siempre. Hoy sería difícilentender el movimiento indígenanacional sin los amazónicos, quedieron la cara a millones de ecua-torianos y desafiaron al gobiernocon lanzas y demandas claras yejemplares.

A quí también el día comien-za por el principio. A las 4 y

media de la mañana los adultos sereúnen en un solar techado a beberguayusa y platicar sobre los pro-blemas que se tienen, y si anochehubo desavenencias se ventilan yaligeran al calor de esa infusiónde hoja, servida en un guajeoblongo directamente del fuego.

Es la hora de los acuerdos y losrecuerdos. La hoja de guayusa,entera en el pilche, es un estimu-lante prístino y digestivo. Tambiénhablan de política, de sus expe-riencias pasadas, de los retosactuales. Ya después se despiertan los

jóvenes y los niños, siempre cercade un río, y poco a poco cada quiénsale a sus deberes. Los niños a laescuela, las mujeres a la chacra, loshombres al monte. Para entonces yadiscutieron cómo los proyectos de“reservas” impulsados por elgobierno abren la vía al despojo, ymencionaron el caso de Yasuní,donde Correa podría encontrar suWaterloo. Conversaciones chispe-antes, donde la voz de don Sabinoes al fin audible y puntual, aunqueel hilo lo lleven sus hijos, nietos yvecinos. Doña Corina Montalvo, sumujer, pese a la edad conserva unainteligencia punzante. Ha sido diri-gente destacada, confrontó a los tra-bajadores de la petrolera CGC en2002 y 2003, al ejército que intentóocupar el territorio de Sarayaku.Las mujeres del pueblo impidieronel paso a los soldados, los cualestarde o temprano se tuvieron quemarchar. Esto fue antes de Correa,en tiempos del coronel Lucio Gutié -rrez. Hasta acá tuvo que venir elpresidente a firmar la paz.La última mañana en Sarayaku

me alcanza en una vereda FrancoViteli, ex presidente de gobierno,que asesora a la actual Tayjasaruta.Aunque Gerardo me recomendórepetidamente hablar con él, nohabía tenido la oportunidad. Francova con cierta prisa al trabajo, expli-ca, pero desea exponer su preocupa-ción porque se formen nuevos diri-gentes y la transformación del papelde la mujer. Conoce “bien” losAcuerdos de San Andrés, y com-prende el papel de la comandantaRamona en la insurrección zapatis-ta, lo interesante de que los cuadrosdirigentes no sean protagónicos. Yse dice identificado con los princi-pios del zapatismo de Chiapas:representar y no suplantar, servir yno servirse. Y en sostener posturasfirmes ante el Estado. Horas más tarde, desde el avión

que parte distingo a Franco en unbanco del río. Suspende sus labo-res y agita la mano en un adiós quela altura y la selva van devorandohacia Shell. Ya cerca de Puyo, ladeforestación y las retroexcavado-ras anuncian la presencia del pro-greso. Allá al oriente, en lo que lla-man corazón de la selva, hay unpueblo entero que resiste, y asegu-ra que hará lo necesario para pro-teger sus lugares, sus ríos, sus flo-restas, su pajarerío, sus chacras, suatmósfera, sus intangibles memo-rias y el tangible, palpable, concre-to y gran tesoro de su territorio,Kawsak Sacha, la selva viviente.Como dijera una mujer aquí a

Lucio Gutiérrez: “Ya no es tiempode colonia. Somos otros indios” g

Hermann BellinghausenPastaza, Ecuador

P OCOS LUGARES EN elmundo le hacen mejor propa-

ganda a la vida que este pueblo(como prefieren llamarlo en vez decomunidad) kichwa, en las riberasdel río Bobonaza, que mucho másabajo será el Amazonas. En el cora-zón de la selva ecuatoriana,Sarayaku es un símbolo de la resis-tencia invicta donde todo estáconectado y hace sentido todavía.Haber impedido el ingreso de lasempresas petroleras en su territoriouna y otra vez fortaleció al pueblocon una identidad moderna y unaexperiencia de gobierno y vidaautónoma que ya quisieran muchospaíses que se dicen democráticos.Eso explica lo que le ocurrió a

Gerardo, que andaba de viaje paratres meses en Suiza en representa-ción de su pueblo. “No aguanté niun mes” confiesa. “Y me regresé”.Su certidumbre por lo que hizo noquita que, durante una festiva chi-chada en casa de los Santi una tar-de de agosto, fuera objeto de carri-lla colectiva durante un buen rato,a carcajadas en kichwa. Hasta él se

reía. Luego tradujo: “Se están bur-lando porque me regresé antes deEuropa”. Con un poco de pena,pero sin la menor sombra de duda:“Aquí es donde me gusta estar”.Es un hombre serio, reflexivo,

orgulloso en el buen sentido, conposturas muy claras respecto alvalor de la educación y la importan-cia definitiva del territorio. Nos alo-ja en su casa, en la parte del Centrode Sarayaku llamada Pista; unbarrio grande en la ribera opuestadel Bobonaza, el cual rodea la pistade aterrizaje de las avionetas (unode los dos medios de transporte queunen al pueblo con el exterior, sien-do el otro el río Bobonaza, que entiempo de secas toma dos días omás de trayecto). No tienen carrete-ras, ni las necesitan. No hay carros.Y de animales domésticos, ni caba-llos, ni vacas ni cerdos. Pollos yperros sí. Los rodea una fauna por-tentosa con la cual han cohabitadodurante siglos.Son cazadores, campesinos, pes-

cadores, en un territorio dotado deagua y una vegetación llena de pro-piedades alimentarias y farmacoló-gicas cuyo aprovechamiento cono-cen a fondo y usan sin abusar, en lasantípodas de la depredación y lacontaminación. No huele mal, nohay basura ni desechos industriales.Ningún niño se ve desnutrido. Y dehecho, todos van a la escuela.

Cuidan y cultivan un arsenal dehierbas, cortezas, flores, hongos,raíces, semillas. Como no le quedasino reconocer al doctor Galo,enviado a la clínica por el gobier-no provincial de Pastaza, “lo nota-ble es que poseen el conocimien-to”. Aunque el médico llevamuchos años aquí, y entiende laresistencia de los sarayaku, nocomparte con ellos la visión de laspetroleras transnacionales como elenemigo. Él mismo trabajó parauna firma italiana que le quedó adeber un dinero que todavía pelea.Gerardo no es tan benévolo.

Estos días le toca ser guardián de la“frontera viviente” del pueblo, asíque sale desde temprano, armado,para caminar hasta el confín orien-tal y patrullarlo. Las petroleras, elgobierno, los gambusinos de lasmineras acechan, entran, listos parasaquear. Él, como otros en los dife-rentes extremos del territorio en losdemás poblados, patrulla a diario lafrontera más hermosa del mundo,consistente en árboles florecientesde diez y veinte metros de alturaque marcan el “camino de las flo-res”, dónde queda Sarayaku.Este confín es relativamente

tranquilo, no colinda con la selvacolonizada sino con los shuar, otropueblo amazónico que mantienecon ellos una relación de siglos enun común respeto de la selva y todo

lo viviente, lo cual incluye a losvecinos kichwas. En otras direccio-nes no ocurre lo mismo. Una maña-na llegan dos guardianes de Sara -yakillo, que patrullaban otro confínde Pastaza, a casa de José Gualinga,presidente del gobierno, quienregresa de una reunión del consejode gobierno y aún lo acompañantodos sus miembros. Los guardiastraen la noticia de que un grupo deinvasores ingresó al territorio paraderribar más de 60 árboles planta-dos y cultivados desde hace seisaños, en terrenos recuperados de ladepredación petrolera.El lugar talado es próximo a los

pozos petroleros en dirección aPuyo. “De por allá siempre vienenlos sabotajes” dice José con unacalma que no impide su indigna-ción: “Es un crimen. No vamos aaceptarlo. Son árboles sagrados.Provocan, provocan, para poderculparnos de violentos, de terroris-tas. Vamos a advertir al goberna-dor de Pastaza, a la subsecretaríade Tierra y al Ministerio de Jus -ticia que si los agresores vuelvenles aplicaremos nuestra propia jus-ticia, los vamos a detener”. Esto esrelevante, toda vez que sostienenuna relación tensa con el gobiernode Rafael Correa, al igual que elresto de pueblos organizados en laConfederación de NacionalidadesIndígenas de Ecuador (Conaie). El

gobierno insiste en abrir la explo-tación de hidrocarburos, y que-riendo “negociar” el presidente haintentado aterrizar en Sarayaku, demanera oficial o “de vacaciones”,pero no se lo han permitido.Gualinga explica que los atacan-

tes pertenecen a un pequeño grupode antiguos pobladores de Sara -yaku que optaron por respaldar alas petroleras, y fueron expulsadospor traición; ahora las empresasbuscan “abrirles un nuevo territo-rio”, para legitimar su ingreso“negociando” con al menos una“comunidad”. Lo que en términosmilitares se llama cabeza de playa.En el predio atacado a machetazos“hay un pozo que cerramos hace 20años; lo que quieren es violar nues-tra frontera de vida”.

E l buen vivir cuesta trabajo.Mucho. Las mujeres se encar-

gan de la chacra, el campo de cul-tivo en las distintas direcciones dela selva a cargo de la cada familia,todas con tierra. Allí se siembra,cultiva o cosecha yuca, el tubércu-lo base de la dieta kichwa. Todo elaño se trabaja la yuca, bajo solazoo aguacero. Pero la recompensa esfestiva. El ciclo entero de la chi-cha, bebida que se obtiene de layuca, corre a cargo de las mujeres.Asua en su lengua, la yuca se con-sume frita, cocida, en masa, asada.

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Aquí como en la selva de

Bolivia y Perú, los gobiernos

nacionales, se supone que

progresistas, acusan a los

pueblos y las nacionalidades

indígenas de “vivir bien” en

territorios que son “para

beneficio de todos”, sobre

todo si contienen oro negro,

oro azul u oro a secas

UUNNAA SSAAGGAA KKIICCHHWWAA

Los tres documentales de Heriberto Gualingasobre su pueblo y sus luchas, con el título gene-ral de La lucha pacífica de un pueblo por la vida,(Selvas Producciones-Sarayaku-Frontière de Vie,2010), ofrecen un compendio de las resistenciaspolíticas recientes, épicas y espectaculares,pero también ofrecen un gran fresco sobre lomucho que este pueblo tiene que perder en lomaterial y lo espiritual. La sabiduría antigua yla riqueza natural presente de los kichwasviven y son vitales. Un tesoro que la humani-dad entera no puede permitirse el estúpidolujo de perder. El DVD incluye Soy el defensorde la selva (2003), Los saberes del hombrede la selva (2006) y Sisa Ñampi, el GranCamino Viviente de las Flores (2010) g

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E N LA COMUNIDAD deLas Margaritas, municipio

de Catorce, Virikuta, la mineraGolondrina —con sede en Her -mosillo, Sonora y filial de laminera canadiense West Tim -mins Mining— planea realizarun proyecto de explotación deoro con el método de tajo a cie-lo abierto en una zona llamadaKauyumaritsie.Las vetas de oro que la minera

pretende aprovechar se encuentrandentro de dos lotes mineros: LaLira y El Bernalejo, que tienen unasuperficie de 77 y 37 hectáreasrespectivamente. Ambos lotes seencuentran en zonas de recolec-ción de peyote, particularmentecerca de Ta tei kie, San Andrés.Desde tiempos inmemoria-

les, el pueblo wixárika —prove-niente de los estados de Jalisco,Nayarit y Durango— acude en

peregrinación al lugar sagradode Virikuta, recreando la largaruta que recorrieron sus antepa-sados durante la formación delmundo hasta el lugar dondenació el sol, en el desierto deReal de Catorce, en San LuisPotosí. Ahí rezan para que suantigua cultura y la vida en elplaneta se mantengan. Diversos ordenamientos jurí-

dicos como la Ley de Minería yel Tratado de Libre Comerciocon América del Norte han pro-vocado que hoy, 6 mil 326 hec-táreas del lugar sagrado del pue-blo wixárika estén repartidas en22 concesiones otorgadas a laminera trasnacional canadienseFirst Majestic Silver.Las grandes cantidades de

agua utilizadas por la industriaminera, provocarían el deseca-miento de cuencas hídricas que,

de acuerdo con informes de laComisión Nacional del Agua, seencuentran ya sobreexplotadas ytienen muy poca capacidad derecuperación. Además, los manan-tiales sagrados donde el pueblowixárika recolecta sus aguasbenditas, corren riesgo de sercontaminados con cianuro. Por ello, las autoridades tra-

dicionales que conforman elConsejo Regional Wixárika porla Defensa de Virikuta y lasorganizaciones del Frente enDefensa de Virikuta “TamatsimaWahaa” exigen que se cancelenlas concesiones mineras y que sefije una moratoria indefinidapara que no sean expedidos nue-vos permisos de explotación oexploración de suelo en el des-ierto de Real de Catorce. En una carta dirigida a Felipe

Calderón, el Consejo Regional

Wixárika por la Defensa deVirikuta manifestó su preocupa-ción por la actuación de laComisión Nacional para elDesarrollo de los PueblosIndígenas (CDI), quien ignora alas autoridades tradicionales delas comunidades que conformanel Frente y el Consejo, y recono-ce como único interlocutor parala protección de Virikuta frente alas actividades mineras a organi-zaciones que dependen financie-ramente de la CDI.“La CDI”, apunta el Consejo

“ha estado manipulando el esce-nario social y ha sembrado unadivisión artificial entre comuni-dades. Sin embargo, en lo refe-rente al tema de la minera, todoslos wixárika compartimos losobjetivos de defensa integral deVirikuta y haremos uso de todoslos recursos necesarios para

detener este devastador proyectominero, valiéndonos de recursosjurídicos nacionales e interna-cionales así como de las accio-nes de resistencia civil y pacífi-ca que sean necesarias” g

Ojarasca

L AS OBRAS DEL proyectoArco Sur, carretera que

conectaría al Distrito Federalcon el estado de Puebla no hansido detenidas como dio a cono-cer en días pasados el diputadoperredista Alejandro SánchezCamacho, denunciaron comune-ros nahuas de Villa Milpa Alta. Sánchez Camacho, vocero de

la bancada del PRD en la Asam -blea Legislativa del DistritoFederal, declaró que la Secretaríade Comunicaciones y Transportesresolvió no construir el proyectoArco Sur debido a la “inconfor-midad social y la incertidumbrejurídica”.Sin embargo, al recorrer los

territorios por donde pasaría lacarretera, “encontramos que ennuestros bosques están siendotalados miles de árboles, se estánconstruyendo represas y se coloca-ron geoposicionadores satelitales”,dijeron a Ojarasca representantesde los comuneros de Milpa Alta.“Vimos alrededor de 50 ca -

miones cargados con árboles demadera desfilar por el poblado deZoquiac”. A esto se suman losmás de 70 aserraderos que seencuentran ubicados en SanSalvador Cuauthenco y San PabloOztotepec, de donde diariamentese extraen de 30 a 50 camionetasllenas de madera viva.Los cambios en el entorno

natural que provocaría el proyec-to carretero impulsado por Mar -celo Ebrard ponen en riesgo deextinción a diversas especies, ypodrían afectar mantos acuíferosque abastecen al Distrito Federal. Ante la gravedad del asunto,

comuneros de los pueblos nahuasde Milpa Alta “manifestamos loque está pasando realmente ennuestros bosques y exigimos la

cancelación total y definitiva de laautopista Arco Sur”.

M ientras tanto, en Vícam,Sonora, a pesar de la repre-

sión y el intento del gobierno delestado por desprestigiar su lucha yacallar su voz, la tribu yaqui conti-núa las acciones de resistenciapacífica contra la construcción deacueducto Independencia que pre-tende llevar agua de la presa del ríoYaqui, El Novillo, a Hermosillo, loque provocaría daños ecológicosen la región.

Con total impunidad y a pesarde los amparos y medidas caute-lares, el gobierno panista deGuillermo Padrés sigue avanzan-do en la construcción del acue-ducto, ignorando las resolucionesdictadas por el poder judicial enlas que se ordena la inmediatadetención de las obras.“El Estado de derecho es piso-

teado por el gobierno, la ordenjudicial que impide el avance delas obras se sigue desacatando.Por ello, estamos integrando unexpediente para iniciar otras

acciones legales”, dijo a OjarascaMario Luna, autoridad tradicionalde la tribu yaqui. En contubernio con medios

de comunicación, el gobiernocriminaliza el movimiento deresistencia. “Se han gastadomillones de pesos en campañaspublicitarias que atacan a la tri-bu yaqui. Se transmiten spotsdifamatorios en radio y televi-sión, y han calumniado nuestralucha pagando inserciones enperiódicos con supuestos des -plegados de autoridades tradicio-

nales, con firmas falsificadas”,señaló Luna. Desde que inició la resistencia

del pueblo yaqui, fuerzas arma-das han mantenido sitiado el pue-blo de Vícam, dejando como sal-do heridos y detenidos, entre ellosmujeres y ancianos. En días pasados, una jueza

autorizó el uso de la fuerza públi-ca para detener las obras. “Estorepresenta una esperanza”, dijoMario Luna, quien aseguró queen el ejercicio de su autonomía, latribu yaqui llevará hasta las últi-mas consecuencias la defensa desus aguas g

Marcela Salas Cassani

E L RÉGIMEN PORFIRIANO im -pulsó en nuestro país un capitalismo

salvaje que prohijó permanentes campa-ñas de exterminio indígena, el despojo agran escala de los territorios comunales,la esclavitud masiva de seres humanos,principalmente pertenecientes a los pue-blos maya, yaqui y mayo, así como ladesaparición de un número indetermina-do de naciones originarias. En el Méxicode hoy no es una dictadura militar, sinouna partidocracia corrupta y funcional alos intereses del capitalismo neoliberal, laque promueve el exterminio acelerado delas naciones indígenas y las poblacionescampesinas.En el México de Díaz la red ferroviaria,

que entre 1880 y 1910 fue ampliada de mil74 kilómetros a 24 mil 681 kilómetros; laminería, que en ese mismo periodo tuvouna abrupta expansión apoyada en lasinversiones extranjeras así como lashaciendas y las compañías propietarias detierras (mismas que para 1910 se habíanapropiado de 167 millones 968 mil 814hectáreas del territorio nacional) fueron labase de la naciente economía capitalista.Esta pujante base económica apoyó su cre-cimiento, sobre todo, en el gigantesco des-pojo de tierras comunales que, a su vez,tuvo sustento en las leyes agrarias liberalesde la segundo mitad del siglo XIX y en lanaturaleza represiva de un régimen políticovertebrado en torno al Ejército federal, losrurales, los jefes políticos locales y laAcordada.En el México de Calderón las autopis-

tas y carreteras, junto con la mineríarapaz, las grandes plantaciones transnacio-nales y los proyectos turísticos, hidráuli-cos e inmobiliarios, son las nuevas víaspara el despojo de las tierras pertenecien-tes a los pueblos indígenas y a las comu-nidades campesinas. Ciertamente, a dife-rencia del antiguo régimen porfirista, ladupla militarización/narcotráfico es unarma represiva aún más sofisticada que larepresentada por federales y rurales. Lasviejas campañas de exterminio en contrade yaquis y mayas no tienen parangóncon el negocio que representa la llamadaguerra contra el narcotráfico.Esta nueva guerra capitalista de ocupa-

ción, saqueo y despojo inició formalmenteen 1992 con la reforma del artículo 27constitucional, la derogación de la LeyFederal de Reforma Agraria y la aproba-ción de nuevas leyes en materia agraria,forestal y de aguas nacionales. Dicha con-trarreforma se profundizó con la firma delTLC en 1994, la aprobación de la reformaconstitucional indigenista en 2001 y, des-pués de ello, la modificación y aprobaciónde leyes en materia de bosques, aguas,semillas, minería, bienes nacionales, cono-cimiento tradicional y biodiversidad. Como en su momento lo fueron los

ferrocarriles, hoy en día la construccióny modernización de la red carreteraconstituye una piedra angular del pro-yecto neoliberal; las estadísticas soncontundentes: entre los años 2000 y2006 se ampliaron o modernizaron 3 mil817 kilómetros de carreteras federales,mientras que para el año 2012 el ejecuti-vo federal pretende haber modernizadoo ampliado 21 mil kilómetros de la redcarretera nacional, incluyendo la termi-nación de 100 proyectos carreteros com-pletos en tan sólo 6 años.

M uchas de estas carreteras y auto-pistas están pasando, literalmen-

te, por encima de comunidades enterascon el fin de trasladar mercancías, extraerrecursos naturales localizados en dichascomunidades o incorporar las tierras delas mismas a la especulación inmobiliariacon fines de urbanización o turísticos; tales el caso de los corredores transversalesdel Altiplano y Acapulco-Veracruz o delos libramientos Naucalpan-Toluca, Toluca-Ixtapan de la Sal y Toluca-Cuernavacacorrespondientes al Circuito ExteriorMexiquense; igualmente pasa con la redcarretera para el Nayar, el proyectadoArco Sur en la zona rural del DistritoFederal, el ramal Manzanillo-LázaroCárdenas del corredor transversalManzanillo-Tampico y el corredor longi-tudinal Peninsular de Yucatán de granimpacto regional en Chiapas, Tabasco,Campeche y Quintana Roo.La expansión minera transnacional

desatada a partir de las reformas a la Ley

de Inversión Extranjera y a Ley Minerano cesa; en los últimos seis años el valora precios corrientes de la producción dela minería mexicana ampliada, en con-traste con el resto de la economía, no hadejado de crecer, habiendo alcanzado en2009 un monto total de 119 mil 600millones de pesos. De acuerdo a datoscontenidos en el quinto Informe del Pre -sidente sobre el sector minero, entre ene-ro y junio de 2011 la administración fede-ral expidió 463 nuevas concesionesmineras que amparan una superficie de 1millón 60 mil hectáreas en diversos esta-dos del país, cifra que se agrega a las másde 20 millones de hectáreas actualmenteconcesionadas para actividades extracti-vas minerales.En el caso de los territorios indígenas

es enorme la presión de empresas mine-ras, casi todas extranjeras, buscando oro,plata, hierro y un sinfín de mineralesmetálicos y no metálicos que se han vuel-to tan valiosos como escasos en un mun-do depredado por tantos siglos de capita-lismo. En diversas comunidades de laMontaña guerrerense y del sur del estadode Oaxaca empresas mineras canadien-ses, como Fortuna Silver Mine en SanJosé del Progreso, se han establecido obuscan establecerse para explotar lasricas minas de oro, plata y hierro de laregión. Lo mismo ocurre en la región dela Cañada oaxaqueña donde empresasigualmente canadienses como AlmadenMinerals LTD han obtenido numerosasconcesiones mineras encaminadas a laexplotación de aluminio, oro y uranio. EnChiapas diversas empresas extranjeras sehan dedicado en los últimos años a la

explotación de oro a cielo abierto utili-zando técnicas altamente peligrosas queestán prohibidas en los países de origende dichas compañías como es el caso dela canadiense Blackfire en Chicomuselo.En el occidente mexicano, específica-

mente en los enclaves nahuas de la Sierrade Manantlán, Jalisco, y de la costa-sierrade Michoacán, la presión de los principa-les monopolios del hierro y el acero anivel mundial —Ternium y Mittal Steel-así como el surgimiento de decenas decoyotes mineros y la presencia de algu-nas empresas chinas, ha provocado laproliferación de decenas de minas, gran-des, pequeñas y medianas, que, sin cubrirlos requisitos legales indispensables,están destruyendo impunemente las tie-rras de Ayotitlán (Jalisco), Pómaro yAquila (Michoacán). Finalmente, especial mención merece

el caso de Virikuta en Real de Catorce,San Luís Potosí, lugar sagrado del pueblowixárika donde la empresa canadienseMajestic Silver First ha obtenido 22 con-cesiones mineras que suman 6 mil 326hectáreas y que ponen en riesgo la exis-tencia misma de los wixáritari.Un último cuadro de horror: en

muchos de estos lugares donde el saqueoy la explotación capitalista alcanzanescalas grandiosas, como es el caso de losinvernaderos y plantaciones extensivasque inundan el centro y occidente delpaís, la presencia del narcotráfico es con-tundente, ya sea para invertir, ya para ate-morizar y reprimir g

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OCTUBRE DE 2011

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MAS TENAZAS SOBRE VIRIKUTA

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: MO

FIN

I

“El problema de la minería

se agrava cuando

los propietarios son

comunidades indígenas,

por la relación especial

que mantienen con la tierra

y en general

con la naturaleza;

tan especial

que muchas veces de ella

depende su sobrevivencia”

| Francisco López Bárcenas y Mayra

Monserrat Eslava, 2001

MILPA ALTA Y VÍCAM: EL ACOSO CONTINÚA

MINAS Y AUTOPISTAS NEOPORFIRISMO DEVASTADOR

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Puente sobre el río Bobonaza, Ecuador

Mercado de Otavalo, Ecuador

� Carlos González García �

Esta nueva guerra capitalista de

ocupación, saqueo y despojo inició

formalmente en 1992 con la

reforma del artículo 27 constitu-

cional, la derogación de la Ley

Federal de Reforma Agraria y la

aprobación de nuevas leyes en

materia agraria, forestal y de

aguas nacionales

V AN MÁS DE 50 mil ase-sinatos en la guerra sucia

del gobierno en del sexenio,incluidas todas las mujeres ase-sinadas sin miramientos ni casti-go alguno. Son más de 20 millos desaparecidos. Hay más de12 millones de migrantes mexi-canos en Estados Unidos. Esdes comunal la de vastación am -bien tal por envenenamiento, ba -sura, represas, privatización deagua, deforestación, crecimientourbano, monocultivos, agrotóxi-cos, criaderos industriales y mi -nería. Los trans génicos avanzany el acaparamiento de tierrasaumenta. El territorio nacional está

fragmentado y el miedo cunde,la desconfianza crece. Hay

expulsiones masivas de gente enel campo y cambio de uso desuelo a punta de pistola. Según datos de Francisco

López Bárcenas y Mayra Mon -serrat Eslava las mineras cuen-tan con 25 mil concesiones,poco más de 51 millones de hec-táreas, un 26 por ciento del terri-torio continental mexicano.Son meros indicios de una

situación insostenible que tieneque cambiar antes de que nosdesbarranquemos en el abismode violencia y sinsentido quepropone “el imperio de la ley”.

E n la guerra perpetua contralos pueblos que formamos

México, el mismo Estado pro-mueve impunidad para algunos,

es decir condiciones para evadirlas consecuencias de quebrantarla ley. Menosprecia, tras unimpermeable de “responsabili-dad superior”, las exigencias dequienes sufren las violacionesfrecuentes a sus más elementa-les derechos. Desmantela elaparato jurídico que antes prote-gía los bienes o ámbitos comu-nes. Frena los derechos colecti-vos —el fundamento más vastode una democracia real— depueblos indios, de género, decampesinos, laborales, educati-vos y otros muchos posibles.Teje una espesura legal tanintrincada que, de facto, lasociedad queda impedida deejercer la vía procesal. Promulgao enmienda la Constitución, lasleyes y reglamentos, obstaculi-zando directamente la justicia.Criminaliza a las personas,comunidades y grupos que seopongan a políticas, programaso megaproyectos. Se somete amás y más reglas paralelas quedejan de lado el sistema jurídicomexicano en aras de matricesdiferentes que engloban prácti-cas de gobierno —estatutos,reglamentos, criterios, normasestándares— derivadas de los delos tratados de libre comercio.México es el país con más trata-dos firmados en el mundo.Desde 1996 la Corte Inter -

americana de Derechos Huma -nos califica este actuar del Es -tado mexicano como “desvío depoder”.

E l próximo 21 de octubrecomienza a sesionar en

México el Tribunal Permanentede los Pueblos (continuación delTribunal Russell que intervinoante los crímenes de lesa huma-nidad de Estados Unidos en laguerra de Vietnam). El TPP fue elque hizo visible la brutal repre-sión masiva de las dictadurassudamericanas y la represiónfrancesa en Argelia en los añossetenta. El TPP es independiente de

toda institución, partido, o nacio-nalidad en el mundo. Es una ins-tancia autogestionaria integradapor personas de reconocida cali-dad moral, que adquiere legiti-midad del proceso social que lesolicita su intervención. Se tratade un proceso colectivo queintenta poner la responsabilidaden el centro de cualquier convi-vencia humana. En ese sentido es un tribunal

de conciencia, un espacio de éti-ca, un modo de repensar el pac-to social y, como su nombre loindica, ser tribunal lo hace serun cuerpo de opinión, pero tam-bién una tribuna para que losagraviados expresen desde múl-tiples rincones del país sus que-rellas y sus propias visiones defuturo. También provoca vincu-lación entre los agraviados,entre las diferentes luchas dereivindicación. Tras años de pláticas entre

varios grupos mexicanos y elTribunal, éste accedió a inaugu-rar un proceso de dos o tres añosen México ante la contundentecarga de evidencias que le pre-sentaron.

E l proceso del TPP es unaoportunidad para repensar

el derecho en nuestro país (algoque sólo ha ocurrido en laConvención de 1914-1915 y enlos Diálogos de San Andrés).Nadie invoca derechos cuandola relación fluye. Los derechosse reclaman cuando algo estároto. Esto significa cuestionarque el Estado se arrogue la pri-macía del derecho, emita leyes asu beneficio, lesione con toda laviolencia incontrolada de unaguerra engañosa los derechos delos pueblos, promueva el aisla-miento individual de la pobla-ción soslayando los derechoscolectivos que impulsan a lospueblos a buscar su propio pro-ceso de redefinición y su propiodestino.Al no poder apelar a la ley

para que los proteja o los impul-se, los pueblos invocan la auto-nomía en los hechos. La autono-mía viene de dejar de confiar enun sistema jurídico que niega ysojuzga sistemáticamente a lamayoría. México es uno de lospocos países del mundo dondeni siquiera están reconocidos losderechos de los pueblos indíge-nas. El ramplón artículo 2 cons-titucional que con cinismo losreconoce únicamente como“sujetos de interés público” que-dará para la historia como lamanera engañosa de negar elmínimo derecho de ser “sujetosde derecho público” en aras deescamotearles la existencia ysometerlos a su clientelismodescarado.

R epensar el derecho de -sem boca en Henry David

Thoreau (y en Howard Zinn quetanto lo estudió). Con ellosinsistimos en que cuando “losgrupos de poderosos utilizan alos gobiernos para sus mezqui-nos intereses, hacer la guerra ysojuzgar al pueblo”, la gente conconciencia “debe dejar de con-fiar en un gobierno así con susleyes y debe ejercer su propiojuicio moral, dejando de respal-dar al gobierno y resistiendo susexigencias”.Para Howard Zinn, “la gran

intuición de Thoreau es queexiste un vacío moral en elgobierno mientras no lo lle-nen las acciones de los ciuda-danos en pos de la justicia”.El Tri bunal Permanente de losPue blos es una oportunidadpara apelar al fondo del dere-cho —que es responder a losagraviados. Si el derecho no res-ponde a los agraviados no sirve. Dice Thoreau: “La ley nunca

hará a los hombres libres; es lagente quien tendría que liberarla ley” g

Ramón Vera Herrera

L a historia se remonta a1999, cuando el empresario

Guillermo Moreno Ibarra inva-dió nueve hectáreas de una zonaboscosa de tierras comunales. Apartir de esa fecha la comunidadinició un proceso jurídico por larestitución de las tierras invadi-das, mismo que entró en su últi-ma etapa y ya sólo se espera unasentencia favorable para lacomunidad, pues ni siquiera elperitaje del invasor pudo acredi-tar que las tierras que ocupaestán fuera del área comunal.En este contexto, explica la

comunera, Moreno Ibarra inicióuna serie de actividades dentrode la comunidad para tratar dedebilitar el proceso jurídico yorganizativo. En marzo pasadolevantó una nueva construcciónfuera de las nueve hectáreas yainvadidas, con la que práctica-mente desvía los cauces de agua,afectando el ganado y las parce-las. El empresario hizo unarepresa e instaló una estructurametálica con un panel solar, conla intención de subir el agua a sufinca. Con esto, advierte RocíoMoreno, “muestra que no leinteresa el juicio ni las medidascautelares, que no necesita per-miso para realizar estos trabajosy que las autoridades lo apoyan.En ese momento la asambleatomó un acuerdo y envió a unacomisión de 50 comuneros adesmantelar el panel y entregar-lo al Ministerio Público”.La estrategia posterior del

invasor consistió en “empezar acomprar autoridades para poderconstruir un expediente que tu -viera los mínimos elementos parapoder girar órdenes de aprehen-sión bajo el cargo de robo califi-cado. No se la aceptaron y se que-dó “como daños a las cosas”.Pero fuera de la comunidad, co -mo él sabía que habría eleccionesinternas, comenzó a “cepillear” atodos los comuneros que vivenfuera de Mezcala y logró juntar a20 que tenían años de no vivir enla comunidad. Así ataca el juicioque estamos llevando contra él”.La lucha actual contra

Moreno Ibarra es muy significa-tiva para Mezcala, pues, explicaRocío: “si entra él, entran todoslos intereses políticos y econó-

micos que quieren invadir lacomunidad; si lo sacamos a él,sacamos a todos esos intereses.Él es la ventana de las invasio-nes de una serie de autoridades yempresarios que quieren entrar ala comunidad”.

Rocío Moreno sale de la pri-sión por falta de pruebas, pero anueve comuneros se les dictaauto de formal prisión, en unproceso repleto de irregularida-des, por lo que el caso se turnóal Supremo Tribunal de Justiciaen Guadalajara: “Ahora se tratade volver a entregar las pruebasy esperar que los tres magistra-dos que estudiarán el caso veanrealmente todos los anteceden-tes y el contexto de las cosas,pues lo que está detrás no es unpanel solar, sino un conflictoagrario. Los magistrados ten-drán que decidir entre criminali-zar la lucha social de toda unacomunidad o liberarlos de todoslos cargos que tienen, pues cinco

de ellos únicamente fueron arealizar un trabajo comisionadospor la asamblea de comuneros”.

R ocío relata que a raíz delos acontecimientos la

comunidad entró a un procesode reflexión muy importante.Por un lado, advierten que “yano podemos estar esperando losgolpes. Tenemos que ir más alláde eso para poder ganar estaguerra que nos están haciendo, ypara eso tenemos que impulsarlos proyectos que construimosdentro de la comunidad, talescomo la educación, los mediosde comunicación, un comedorcomunitario, etcétera”. Estosproyectos, insiste, “son muy

importantes porque los invaso-res y el gobierno traen la bande-ra del progreso, sin decir queestán encima de las tierras y dela cultura la comunidad, por esonosotros tenemos que mostrarque hay formas de vivir al mar-gen del capital y de las institu-ciones que nos joden. La defen-sa del territorio, no hay más, esla autonomía, en concreto estosmodestos proyectos. Y el forta-lecimiento de nuestra autorida-des, de nuestras comisiones detrabajo, como los talleres de his-toria comunitaria, las comisio-nes de ecología, de vigilantesdel territorio, de linderos, de losjueces de barrio que organizantrabajaos colectivos, entreotras”.A toda esta organización,

señala la participante activa delCongreso Nacional Indígena(CNI) “es a lo que le tienen miedo,pues cada vez se compone unaautoridad mayor, y ya no puedensobornar sólo al presidente debienes comunales, pues ya haymuchas comisiones”.La otra reflexión a la que los

llevó el actual hostigamiento es“qué tipo de política se estáhaciendo en la comunidad, puesnos parece increíble cómo selograron manipular las eleccio-nes adentro, con una acciónviciosa desde arriba. Eso siem-pre lo hemos criticado en lospartidos políticos pero no había-mos sentido lo que significa laimposición interna. Estamosreflexionando que se tiene queromper con los vicios de las vie-jas formas de hacer y producirpolítica, que a nivel nacionalnos han jodido y a nivel internonos tocó ahora. No lo lograron,pero sí nos descontrolaron. Poreso se tiene que reforzar elgobierno tradicional, donde sellegue al consenso y no a laimposición. Tenemos que traba-jar mucho en la verdadera polí-tica de abajo”.Los días que se vivieron en

septiembre trajeron rabia, corajey también miedo. “Al ver a laspatrullas en las calles, los com-pañeros bajo procesos de crimi-nalización se asustaron, perodespués de eso hay ánimos reno-vados, y coraje más que nada; ladecisión de no dejar que ganenlos intereses de una personasobre una comunidad, y quedatambién el orgullo de la partici-pación de las mujeres, que sonlas que salieron los primerosdías. Son ellas las que han levan-tado los ánimos en la comuni-dad. Y el trabajo de los jóvenes,que también está siendo muyimportante para informar aden-tro de todo lo que está pasando,para discutir y reflexionar” g

SEPTIEMBRE DE 2011

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SEPTIEMBRE DE 2011

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EN SU DEFENSA TERRITORIALMEZCALA

NO ES SÓLO UNA ISLA

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“EL IMPERIO DE LA LEY CONTRA EL IMPERIO DE

LA JUSTICIA”¿Quién puede estar sereno en un país

donde los gobernantes carecen de principios?Henry David Thoreau

Sí. No debemos dejar de decir NO.John Berger

Cuando es más corrupto el Estado hay más leyes.Alfredo Osuna,

vocero del consejo de ancianos de la tribu mayo-yoreme de Cohuirimpo, Sonora.

Cuando hay veinte relojes en una pared, y uno los mira de repente,

cada uno de los péndulos tendrá una posición diferente; todos son simultáneos y a la vez no lo son,

y el tiempo real discurre en algún lugar entre todos ellosRobert Musil

Gloria Muñoz Ramírez

E L PASADO 6 de septiembre Rocío Moreno, comunera coca deMezcala, activista e historiadora, fue aprehendida acusada de

“daños a las cosas”. El proceso no se sostuvo, en primer lugar por-que Rocío es inocente de cualquier cargo, y en segundo lugar porqueel fondo del asunto es la defensa del territorio que Rocío y la mayorparte de los comuneros de Mezcala llevan a cabo desde hace 11 años.Entrevistada por Ojarasca en la ciudad de México, en el marco de

III Jornadas Andino-Mesoamericanas Movimiento Indígena, Rocíose refiere al trasfondo que la llevó a ella y otros nueve comuneros aenfrentar un proceso de criminalización.

Isla Taquile, lago Titicaca, Perú

En Ampay, Perú

OCTUBRE DE 2011

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N UESTROS ABUELOS DICEN que anti-guamente los sapara eran monos cotos; un día

un mono se dirigió al río Conambo a beber agua y seconvirtió en hombre, y otro mono hizo lo mismo yse convirtió en mujer; así cuentan nuestros abuelos.

De la unión de esta pareja nació Tsitsanu.El niño creció junto a su familia y, cuando ya era

un joven, buscó a su pareja; pidió la mano de la hijade Tayak, quien era un poderoso shímanu.

Cuando Tsitsanu tomó por esposa a la hija deTayak, hizo una gran fiesta y todos estuvieron muyalegres.

Un día, Tsitsanu cogió la bodoquera de su suegrosin su permiso; su mujer le advirtió que tenía quepedir permiso a su papá, pero Tsitsanu no le hizocaso y se fue al monte.

Cuando Tsitsanu regresó del monte, el suegroTayak muy enojado lo maldijo y lo echó de la casa.

Tsitsanu salió de su casa maldito por su suegro,y se dirigió nuevamente al monte. Entonces, se cum-plió la maldición y se perdió en la selva.

Tsitsanu andaba perdido en la selva y gritó: –Huuu, huuu. Después de un rato le contestó

una abuela, llamada Saw Saw.La abuela Saw Saw le dijo que se acercara a

tomar guayusa. Titsanu llegó a la casa de Saw Saw ytomó la guayusa, él le pidió posada y se quedó a dor-mir la noche. Fue aquí donde se le puso el nombrede Tsitsanu.

Titsanu se levantó muy por la mañana y le pre-guntó por dónde era el camino; la abuela le indicó yél continuó su viaje.

Tsitsanu siguió por un camino largo y llegó a la casade una anciana, quien le dijo:

–Quédate aquí para que duermas. Ella era laabuela zancudo. Cuando Tsitsanu estaba durmiendo,la abuela zancudo pensaba chuparse toda su sangre.

Tsitsanu escuchó un sonido “jiii, jii, jiii”; aturdido ypara ahuyentar el sonido, golpeó con la mano y se des-pertó. Entonces, vio a la anciana tirada en el piso, y sedio cuenta de que ella quería chuparle toda la sangrehasta matarlo.

Muy por la mañana, Tsitsanu tomó el camino y sealejó de ese lugar; pues por la maldición de su suegro,si no lo hacía, moriría.

Tsitsanu siguió caminando y se encontró con lagente que no tenía ano; ellos tenían suficiente comi-da, pero no comían; cocinaban la carne pero sola-mente absorbían el vapor que salía de la olla. Estacarne era buena para Tsitsanu.

Cuando Tsitsanu comió la carne, la gente se asus-tó. Entonces, Tsitsanu les enseñó cómo se come la car-ne. Luego llamó a toda la gente, observó que tenían elano tapado con una membrana en forma de caracol;agarró una astilla de caña guadúa y les cortó esa mem-brana. Les dijo que cocinaran y comieran la carne; asímismo les enseño a defecar.

La gente estaba muy agradecida por la ayudaque les dio Tsitsanu y, como agradecimiento, leentregaron a una mujer. Tsitsanu durmió toda lanoche con ella.

Muy por la mañana Tsitsanu se levantó y preguntópor dónde era el camino; se dirigió por donde le indi-caron y se fue muy lejos.

Seguía su largo camino y llegó a un lugar donde lasmujeres no sabían dar a luz, ellas se cortaban el vientrepara sacar a sus hijos.

Tsitsanu reunió a todos los esposos y les ense-ñó cómo se debía realizar el parto; entonces, ellosquedaron muy contentos.

Esa noche Tsitsanu se quedó a dormir con ellosy así mismo, en agradecimiento, le dieron una mujer.

Tsitsanu se levantó muy por la mañana y siguiósu camino.

Tsitsanu llegó donde vivían los tigres y se encon-tró con una tigresa anciana que tenía a su hijo muyenfermo. Ella le pidió que curara a su hijo.

Tsitsanu no sabía curar nada, pero hizo lo posiblepara sanar al niño: le sacó las espinas, porque el niño sehabía comido un puerco espín. Después de un rato lle-garon los otros tigres y querían comerse a Tsitsanu;pero la tigresa les dijo que no se lo comieran, porqueél curó a su hijo; entonces los tigres lo dejaron libre.

Todos los tigres se reunieron para agradecer porla ayuda que les brindó Tsitsanu. Entre ellos, acordaronentregarle su lanza, en la que estaba el espíritu del tigre,y le dijeron que solamente Tsitsanu debía tenerla.

Tsitsanu se quedó solo nuevamente y se fue muylejos por el camino.

Cuando de costumbre, Tsitsanu siguió caminan-do; de pronto se encontró con otra gente y le pidióal cabeza mate que le indicara el camino. Titsanu leadvirtió que no se subiera al árbol de caimito queestaba en medio camino, pero el cabeza mate no hizocaso, se subió en el árbol y se cayó. Al ocurrir esto,Tsitsanu rió mucho y el cabeza mate regresó muy

enojado por su camino.Entonces, Titsanu emprendió el regreso a su

casa; pidiendo a una tórtola que lo guiara. La tórtolale dijo a Tsitsanu:

–A mí me decías que me ibas a coger para hacerun maito para comer, estoy cansada de escuchar eso;de hoy en adelante no quiero que me digas así —advirtió. Entonces, la tórtola lo llevó al camino don-de Tsitsanu se perdió al comienzo y ella se alejóvolando.

El suegro de Tsitsanu, como era un hombre muypoderoso, sabía que Tsitsanu iba a regresar; enton-ces, ordenó a su hija que preparara chicha para espe-rarlo. Tsitsanu llegó justo el día señalado y disfruta-ron de la fiesta.

Tsitsanu llevó su lanza y explicó que nadie teníaque cogerla sin su permiso.

Un día un hombre loco llegó a la casa de Tsitsanuy se llevó la lanza, mientras Tsitsanu estaba con suesposa en la chacra.

Ese hombre loco se llevó la lanza al monte. Paróa defecar, y la lanza se convirtió en tigre y se comióal hombre.

La lanza, con un gran viento y truenos, regresó asus dueños originales; pero su poder se quedó conTsitsanu.

TSITSANU(UN CUENTO DEL PUEBLO SAPARA)

� Luciano Ushigua �

| Luciano Juan Ushigua Santi (Saparano es su nombre sapara), nació en 1977 en Morete Cocha, parroquia de

Sarayaku. Actualmente vive en la ciudad de Puyo, provincia de Pastaza.

Esta versión de la historia de Tsitsanu fue contada por Juan Cruz Grefa, Ana María Santi, Cesáreo Santi y María

Luisa Santi. Ilustrada por Alfonso Toaquiza, fue editada por Steven Rudnick (Kuri Ashpa. Quito, Ecuador, 2006).

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