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stas actividades son realizadas por personas de
ambos sexos teniendo en cuenta las características
de cada trabajo: el hombre se dedica más a pulir la
madera para hacer canoas, canaletes, labranza de potrillo,
susungas (cernidores), bateas, figuras espirituales para las
tumas (bastón de Jaipana), banquetas, elementos para el
hogar, construcción de casas y otros.
Cuando se usa para la construcción, la
madera se debe cortar en menguante ya
que si se corta en otra época (tiempo de
luna) se daña. La que se usa para leña se
puede cortar en cualquier época. Se
emplea el chachajo palialte, jiwa pava,
chachajillo, canelo o chaquiro.
Las mujeres se dedican especialmente a la fabricación de sombreros,
canastos, adornos, pintura y chaquiras entre otros; son para uso
personal y para comercializarlos en el mercado, por fuera de la
comunidad. Las ganancias sirven para cubrir algunas necesidades
del hogar.
MATERIALES UTILIZADOS POR LA MUJER EN LA
FABRICACIÓN DE CANASTOS:
♦ Chocolatillo (jiuru)
♦ Tetera (jooro). Es la única cultivable, el resto se consiguen en el monte.
♦ Llare (potre)
♦ Chalde (tidik´au)
Cada persona usa diferente técnica. Las tintas empleadas son las de mapuchi, cáscara de nato,
barro negro, o la anilina, que se compra en el mercado.
La cerámica o manejo del barro se ha ido perdiendo; ya no se enseña a las hijas, porque escasea la materia prima.
ara el pueblo Epera uno de los elementos que ha marcado pautas de supervivencia ha sido
su MEDICINA TRADICIONAL, al frente de la cual se han mantenido ciertas cabezas
médicas o especialistas, quienes son los encargados de resolver los problemas relacionados con el
proceso salud enfermedad en sus comunidades.
El Jaipana
El Pildecero (a)
El Hierbatero (a)
El Partero (a)
El Sobandero (a)
ersona honrada, responsable y respetada por la
comunidad, quien debe tener buena fe con la sociedad.
Es considerado como la principal cabeza médica dentro de la
medicina tradicional Epera. Posee conocimiento, sabiduría y
espiritualidad. Es el defensor del pueblo. Conserva una relación
armónica con la naturaleza. El Jaipana es la persona que tiene el
saber, el arte o «jai». Es el encargado de controlar, equilibrar el
territorio frente a la colonización. Al Jaipana que no tiene buena
fé se le llama Jaipana Kachía.
Para ser Jaipana no importa el sexo del aspirante (aunque generalmente son hombres); tampoco se
requiere una premonición o aviso como ocurre en otros pueblos indígenas. Basta con el deseo de
la persona por aprender, para lo cual se recomienda buscar un Jaipana experimentado. El Jaipana
mira a través de sus concentraciones y si es una persona buena le enseña a “poner mesa” y si es
una persona mala entonces no le da esta enseñanza. El aspirante a Jaipana puede tener tantos
maestros como quiera, pero no siempre se aprende con todos ya que debe tener recursos
económicos para comprar lo necesario para la mesa y otros gastos. También se puede ser Jaipana
por herencia de algún familiar.
Los Jaipanara trabajan con espíritus buenos o curativos (Jai piara) para resolver problemas de
salud en el paciente. Con espíritus malos (Jai K´achia). Con espíritus guerreros como la Tunda
(Pakhore), la madre agua (Toidara), la madre monte (Kíra Pawaramia), el trueno (pa), quienes
sirven de respaldo para enfrentarse a otros Jaipanara que
quieran hacer daño a una persona o a la comunidad. Los espíritus buenos se encargan de controlar
a los espíritus malos cuando el Jaipana está «poniendo mesa»: aconsejan, regañan a los espíritus
malos para que no hagan daño a la sociedad.
La principal práctica curativa de un Jaipana es la llamada «poner mesa». Una de sus más
importantes herramientas es el bastón y su banqueta o banco. Los bastones se hacen de madera
fina y pueden tener diferentes figuras, las cuales representan los espíritus que el Jaipana maneja:
muñeco, hombre, lanza, culebra, caimán, tulicio, barco, avión, helicóptero, etc.
Los Jaipanara también se encargan de controlar los espíritus de los animales (chimía) y regulan así
la cantidad de animales en la naturaleza. Los encierran por un tiempo y luego los sueltan para que
no desaparezcan por siempre. Los llama «poniendo mesa».
compaña al Jaipana en sus practicas médicas: Jaipana y Pildecero no pueden trabajar el
uno sin el otro. Es quien entra en contacto con los espíritus, los mira, los ve por medio
de la toma del pildé (bejuco alucinógeno, bastante amargo, que es cortado, machacado y tomado
en agua o aguardiente). Este proceso permite al Pildecero darse cuenta de si la persona tiene o no
remedio: si vivirá o morir; también dice si el jaipana lo puede curar o si es necesario llevarla
donde el médico occidental. Así mismo sabe si la causa de la enfermedad es un daño o un
maleficio.
Para ser Pildecero no importa si se es hombre o mujer. Sólo se tiene en cuenta el que la persona
quiera serlo, aunque también puede ser por herencia de algún familiar. Generalmente se forman
por experiencia: de tanto tomar pildé.
La gente antigua decía que se aprende a observar la sombra del paciente enfermo bañándose en
tiempo de luna (luna llena) con hierba morada o “borrachera”. Para ver la sombra se lava la cara
con hoja de pildé morada. Para ver bien la sombra
del paciente, antes de que el pildé sea tomado por
el pildecero, el Jaipana le canta al pildé.
s la persona que en la comunidad se encarga de curar las picaduras o mordeduras de
culebras. Su conocimiento es
adquirido por su permanente contacto con la
naturaleza, donde se aprende a hablar con
«chimía», o sea, el espíritu de las plantas
(jaure).
Para «curar» se emplea «la liga» o «curada», la
cual se toma por la mañana antes de ir a
trabajar al monte para resistir en caso de una picadura de culebra (verrugosa, coral, guascama). En
caso de picadura «la curada» se sopla en la cabeza, en la palma de la mano y en el pulso. Se toma
y se sopla.
Para las tomas se usa una preparación de hasta 16 plantas diferentes, entre las que se destacan la
zaragoza, el guaco, la cabeza de culebra, la liga, el canalón y el san Pablo. También se emplean
baños para todo el cuerpo o solo de la parte afectada para abajo, para lo cual se usan plantas tales
como: chupa chupa, doña Juana, caña agria, rastrojito, simindí, perreira, guaco, entre otras. El
yerbatero también hace
«sobijos» con «volvedera» o
«resucitadora» cuando el
paciente está desmayado o muy
grave y hoja de cáncer para
desinflamar la mordedura. Para
la curación primero
se le habla, se le conversa a la
planta.
Algunos yerbateros también curan «maltrago», «sacada de rastro», mal de ojo, espanto, picadura
de insecto, inflamaciones y dolencias. Las dos primeras afecciones tienen que ver con problemas
entre personas que se hacen «maleficios». El yerbatero no debe tener relaciones sexuales cuando
está curando o buscando las plantas, porque en tal caso no las encuentra. Los yerbateros más
avanzados preparan una botella con yerbas que sierven para la suerte, para conseguir pareja, para
ir de cacería o de pesca.
Aunque las mujeres también pueden ser yerbateras, generalmente es una especialidad
desempeñada por los hombres.
specialidad practicada tanto por hombres como por mujeres, cuya función es afrontar los
problemas relacionados con el embarazo y parto de la mujer Epera. Se aprende con otra
partera, «enseñando a tocar barriga».
Entre los 4 y 6 meses de embarazo practica un masaje a mano limpia en el vientre de la madre;
proceso conocido como «tocar barriga», por medio del cual se tantea la posición y la formación
del niño. Si «hay problema» (el niño atravesado), lo arregla, lo endereza. Esta actividad sólo
puede adelantarse a las 5 de la mañana, pues los Epera dicen que a esa hora la barriga está más
vacía y se puede tantear mejor.
Al momento del parto se emplea manteca de zorra o de gallina negra para sobar la barriga. Otros
elementos que emplea el partero en sus prácticas medicas son el calabazo y las hojas de cebolla
ahumadas y hoja de virgen, esto cuando la placenta demora en
caer. La mujer Epera tiene sus niños colgada de una huasca, semisentada, o recostada
en las paredes, nunca acostada.
Antiguamente el cordón se cortaba con machete y se quemaba con clavos, pero
actualmente se hace con tijeras y ácido bórico. A las parteras también se les conoce
con el nombre de comadronas.
ersona encargada de «sobar» en caso de golpes, fracturas o venas torcidas. Emplea
plantas como la suelda con suelda, malva, cucuba; también emplea la manteca de león y
de petacona (víbora). Cuando alguien quiere aprender, sea hombre o mujer, él le enseña.
Practican pegando o acomodando una “tusa” de maíz previamente partida en varias partes.
Entablillan usando canastillas de
guadua o chonta.
star enfermo (Káyaa pakári) es sentirse mal de salud. Los Eperara manejan tres grandes
grupos de enfermedades para diferenciarlas: las que cura el Jaipana, las occidentales y las
que se controlan con vacunas.
Estas enfermedades básicamente están relacionadas con el ataque de espíritus malos (indios bravos, cocuragua, duende, tunda, visión o diablos)
a los integrantes de la comunidad. Son tratadas principalmente por el Jaipana y
Pildecero mediante prácticas médicas tradicionales.
Agarrada de espíritu malo (jaure thia). Cuando el espíritu malo vuela, lleva la
sombra de la persona y esta se enferma con ataques, dolores, maluquera del cuerpo
y sueños malos.
Sarna mía (herida). Cuando se tiene un problema con un Jaipana este lo puede
enfermar por medio de su espíritu. Esta enfermedad la puede curar otro Jaipana o
él mismo.
Por haber ofendido a un espíritu malo, le da a la persona dolor en el cuerpo, o
tumores.
Ataque del arco iris. Produce dolor de abdomen o de estómago.
Contaminación de alimentos por espíritus malos.
Persona «malera». Jaipana que por envidia hace daño a la comunidad.
Gemía. Espíritu de la serpiente que ataca la sombra de las personas y produce
agitación, ataques, manchas negras y picazón.
Se reportan otras enfermedades tales como: aguamala, pérdida de la sombra, clavo (p’ta),
tadía (espíritus que se tropiezan en el monte), euma mia (rayo de sol en las comidas).
También están la TBC (eteque), de la cual hay tres clases: por espíritu de Jaipana, de
hierba y la occidental. Otras enfermedades pueden ser: dolor de muela, de oído, falta de
apetito, debilidad, problemas en la vista, principalmente.
En este grupo también se referencian las enfermedades que tratan los otros especialistas
de la medicina tradicional Epera, principalmente mordeduras de culebras, picaduras de
arañas u hormigas como la conga, pejesapo, congón o candelillas.
ntre las que más se presentan en las comunidades Eperara están: paludismo, diarreas,
tuberculosis, gripas, dengue, guaral (especie de un paño con rasquiña), sapito y debilidad.
Generalmente son tratadas por los médicos facultativos, enfermeras y promotores de salud.
arampión (jaipisi), viruela (eterrejai), tétano, difteria, tosferina y TBC occidental.
ntre las principales practicas medicas o
curativas del pueblo Epera, también
llamadas «operaciones», están:
Poner mesa
Existen dos clases: Una es de aguardiente. Esta
mesa se pone en horas de la noche, generalmente a
partir de las 7 u 8 de la noche. Se usa para curar
enfermedades como la TBC. En esta los espíritus
malos se van a las 7 de la mañana. La otra mesa es
de chicha y aguardiente. Se hace de día y es para
curar o «hacer maqueo» (jikara bata). En esta los
espíritus no se van hasta que el Jaipana no les da la
orden.
Algunos de los elementos utilizados son: bastón, banqueta, hoja de chapil, aguardiente, perfume,
cerveza, vela, fósforos y cigarrillos. Los implementos utilizados dependen tanto del Jaipana como
de la enfermedad y del paciente.
Maqueo: ritual que se hace para que los espíritus malos no lo persigan y se pierda
totalmente de su cuerpo o sombra. Un familiar pinta el cuerpo con jagua (ki para).
Escondiendo la sombra: práctica que se hace fortaleciendo y transformando la sombra,
escondiéndola en objetos finos como piedras o árboles como chapil, hoja de corozo.
En altar: es como el inicio para sacar la sombra e ir escondiéndola (jaure mena daité).
Khapiathi: preparación que el Jaipana le hace al paciente por medio de la chicha mesa para
que en un futuro sea resistente a las enfermedades y espíritus malos.
También se da la práctica en niños y niñas recién nacidos, se colocan especialmente sobre
piedras, para hacerlos resistentes a las enfermedades de la vida.
Generalmente durante los tratamientos, el paciente no puede comer comida de sal, cosas dulces, amargas o pescados de escama. Tampoco puede tener relaciones sexuales con su pareja.
uando Dios quiso crear personas ensayó primero formarlos de la pantorrilla de un
hombre, de la cual nacieron mellizos, tras lo cual murió el padre. Dios ensayó
posteriormente en la mujer, puso el plasma en su vagina y esta sí pudo tener un hijo. De este modo
obtuvo el dominio.
Cuando crecieron los dos hijos que nacieron de la pantorrilla empezaron a preguntar de qué enfermedad había muerto su padre. Algunos dijeron que a su padre lo había matado la culebra. Al oír esto, los dos jóvenes fueron al monte a matar toda clase de culebras y sólo dejaron las preñadas o las que se escaparon; por esto todavía existen serpientes. Cuando regresaron a la casa preguntaron nuevamente qué otra clase de animal había matado al papá. Le decían que lo
había matado alguna fiera como el tigre; cuando oyeron esto, se fueron nuevamente al monte a
matar todos los tigres que encontraron; sólo dejaron los animales preñados o los que escapaban.
Así lo hicieron con todas las clases de animales que existen en el mundo.
Por último les contestaron sus compañeros que lo había matado un
dragón que vivía en la ribera del río Saija, que se llama actualmente
Calle Sierpe Camarón. Al momento se fueron y cortaron cuatro pedazos de un árbol llamado balso
y se fueron a buscar al dragón, el cual tenía un pájaro guardián, el guacamayo, quien era el
encargado de avisarle; era el despertador. Cuando fueron llegando donde estaba el dragón iban
cantando con una flauta hecha de siru y entonces el pájaro guacamayo pasó gritando: «ah, ah, ah»,
y vino un viento fuerte que los absorbió.
Cuando estuvieron dentro del dragón colocaron dos palos en la boca y dos en el ano para que no
se cerrara. Allí dentro encontraron un poco de huesos de algunos animales. También encontraron a
un hombre pálido que se había tragado el dragón, a quien los dos jóvenes cogieron de la mano y
sacaron hacia fuera. Allí duraron una semana y cuando sintieron hambre empezaron a comerse el
hígado del dragón. Cuando quisieron salir consiguieron hojas y palos secos y prendieron fuego. El
hermano mayor le dijo al menor que saliera por el ano, que él saldría por la boca. El que salió por
la boca se salvó y el que iba a salir por el ano se murió. El dragón también murió y el lago se secó.
Cuando volvió el otro B++r+ Photho se puso a preguntar otra vez quién había matado a su padre,
sus compañeros respondieron que la luna.
Entonces empezó a recoger toda clase de plumas de aves y «werre» para ponerse una chaqueta y
luego cortó unos palos de yarumo que iba añadiendo para alcanzar a la luna.
Cuando ya estaba cerca, Dios mandó al pájaro carpintero para que tronchara con tres picotazos al palo. Cayó en una playa que se llama infierno. Una tarde apareció Tachi Akhore en esa playa y le preguntó a B++r+ Photho: «¿qué está haciendo aquí?». «Me convino llegar a este lugar» , le contestó. Tachi Akhore le dijo a B++r+ Photho que se fuera a agarrar
una guayaba bien madura. Luego se fue al borde de un charco a darle la guayaba a los peces
bravos y así pasaba a la tierra de los tapanos. Después, en otro viaje Tachi Akhore se llevó a
B++r+ Photho con él.
En esta tierra B++r+ Photho comía normalmente, no oliendo como lo hacían los tapanos.
Asimismo defecaba en el monte donde era visto por los hijos de los tapanos. Ellos le dijeron que
querían ser como él, para así poder comer y defecar. B++r+ Photho entonces les empezó a abrir
un orificio con un chuzo, pero lo único que logró fue que murieran. A Dios le tocó resucitarlos
con agua bendita.
Dios lo dejó tres días en este lugar. En uno de los cuales defendió a los tapanos de la guerra contra
los cangrejos azules que al apretar el pie de los tapanos los mataba, mientras que para B++r+
Photho eran comida.
Luego Tachi Akhore lo llevó a la tierra y allí lo dejó. En una quebradita encontró a una mujer que
llevaba una lorita en la mano. «Vámonos para la casa», le dijo B++r+ Photho. La mujer le
contestó que no podía porque la habían llorado. B++r+ Photho al llegar a la casa encontró muerta
a la señora que había en el camino. Allí se quedó. Dormía no en la sala sino en la cocina.
Un día una viejita le dijo que le iba echar agua caliente para que se muriera, ya que le gustaba
mucho «gatear» a las mujeres especialmente cuando tenían la menstruación. La viejita puso una
olla de barro grande en el fogón y cuando estaba hirviendo la echó encima a B++r+ Photho, el
cual se volvió una piedra grande. Al verlo así buscó una piedra de moler para martillarlo. Cada
golpe que daba botaba una chispa que luego se convertía en insectos voladores como zancudos,
tábanos, etc., chupadores de sangre como el murciélago.