“No decía palabras”

“Abrazarse en la oscuridad”

No decía palabras,

Si escuchaba silencio,

acercaba tan sólo un cuerpo interrogante,

Tenía tantos deseos suplicantes

porque ignoraba que el deseo es una pregunta

Como odiaba la idea de una respuesta

cuya respuesta no existe,

cuyo nombre he olvidado

tres hijos cuya madre no acuna

un mundo cuyo cielo no existe.

la angustia se abre paso entre los huesos,

La esperanza entre tus besos

remonta por las venas

Llega hasta el corazón

hasta abrirse en la piel,

Para abrazarse en la oscuridad.

surtidores de sueño

Recolectores de llanto

hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.

Reducidos a pedazos, al punto, regresa a las

olas

Un roce al paso,

Un suspiro al viento

una mirada fugaz entre las sombras,

Un murmullo incesante hacia los

pensamientos

bastan para que el cuerpo se abra en dos,

Suficiente para alcanzar la luna

Ávido para recibir en sí mismo

Desesperado por conocer tu inteligencia

otro cuerpo que sueñe;

Otra mente que vuele

mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,

Miedo y miedo, tiemblo y tiemblo, piel y piel

iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.

Distintos en ideas, distintos en sueños, distintos en anhelos

Aunque sea una esperanza

No obstante sea una realidad

porque el deseo es pregunta cuya respuesta nadie sabe.

Porque el dolor es una interrogación sin respuesta.