sociedad, estado, nación - pp 23-82 saborido jorge

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  • 8/2/2019 Sociedad, estado, nacin - pp 23-82 Saborido Jorge

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    El Estado y las diferentes corrientesdel pensamiento poltico

    Una vez discutidos los f u n d a m e n t o s de la l e g i t i m i d a ddel poder , abordaremos el tema relativo' a las e l a bo ta c ione stericas que se han desplegado en re lacin con las f u n c i o -nes de la inst i tucin Estado como tal .La problemtica del Estado ha sido objeto de cont r ibu -ciones por parte de diferentes corrientes de pensamiento. U naprimera e imp ortante distincin p uede realizarse en tre: 1) losque sostienen que el Estado es un c o m p o n e n t e fundamentalde la sociedad, y t iene como finalidad la bsqueda del bienc o m n de las personas que la c o n f o r m a n ; 2) quienes ven alEstado como un f enmeno secunda r io , suponiendo que sucarcter y fuerza resultan de la influencia que ejercen sobre llas fuerzas de la sociedad; 3) quienes insisten en que el mante -nimiento de l orden es un bien en cualquier sentido y que elEstado es el encargado de esa funcin. El pen sam iento cristia-no se f u n d a m e n t a en la pr imera pos icin; ent re quienes seencolumnan detrs de la segunda se encuent r an el l iberalismoy el marxismo; y el fascismo2 -entendiendo por fascismo el

    2 . De f in im os com o fascismo al conjunto de movim ien tos que surg ie ron enla E u r o p a de e n t r e gu e r r a s , c a r a c t e r i z a d o s por : 1 ) a n n m a r x i s m o ; 2 )ant i l ibera l i smo; 3) o m n i p o t e n c i a de l Estado; 4) valoracin positiva de laviolencia; 5 ) cul to al l der y 6 ) nac iona l i smo e x t r e m o-

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    conjunto de movim ientos anddemocr ticos que surgieron enEuropa en t r e la Pr imera y la Segunda Guerra Mundial- de -fiende la rercera. Pasaremos ligera revista a estas corrientes.

    a. El pensamiento cristianoEs sin duda tarea imposible abarcar las variadas corrientes

    de l pensamiento cristiano respecto de l Estado, su origen y fun -ciones. Para inte ntar hacerle justicia, dado que ha sido un fac-cor fundamental para en tender la evolucin de las ideas enOccidente, intentaremos realizar un sinttico bosquejo hist-rico qu e muestre la emergencia de algunas de esas variante s.Durante la Edad Media , momento his tr ico de domi-n io cristiano por excelencia, pred omi n la ya analizada "con-c epc i n des c en den te de l poder". sta se resuma as : elpoder res ide en Dios. No exis te en la B i b l i a pasaje msexpresivo que aquel correspondiente a l Evangel io segn SanJu a n en el que Jesucristo se dir ige a Pi latos co n estas pala-bras : "N o t en d r a s n in g n pode r s obr e m, si no te h u b i e r as ido dado desde lo alto". Tambin Sa n Pablo (? -67d.C.) enla Epstola a los Romanos lo afirmaba con claridad: "Todaalma se someta a las potes tades super iores , porque no haypotes tad s ino de Dios, y las que son de Dios, son ordena-das". En el siglo V San Agustn sostuvo que Dios daba susleyes a la humanidad por medio de los reyes . Es te pensa-m ie n to poda ilustrarse con una metafr ica pirmide en laqu e el pode r e s taba c on c en t r ado en e l v r t ic e : c ua lqu ie rf o r m a de ste que se diera "ms abajo" provena de "arriba".Esta concepcin es den om in ada t am bi n "teocrtica" y, comoes obvio, fueron lo s clrigos -monopolizadores de l pen s am ien toculto- quienes la desarrol laron y perfecc ionaron. E l pue-blo , lejos de gozar de cualquier poder autnomo, se hallaba

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    Sociedad, Estado, Nacin: una aproximacin conceptual

    de hec ho en c om en dado po r D ios al g o b i e r n o de su rey.Una de las claves qu e p e r m i t e e n t e n d e r la vigenc ia de estacorr iente de pen s am ien to es que antes de l siglo XIII no seconceb a a los re inos e im pe r ios ms que c om o por c i on esde un a unidad m s amplia , el c on j un to de todos lo s cristia-nos . s te era e l pun to de par t ida de la l lamada doc tr ina"hierocrtica", segn la cual el Papa, como sucesor de SanPedro -que haba recibido los poderes y las funciones deJesucristo, deba dir ig i r la comunidad de los creyentes; lal nea div isor ia en tre lo mater ia l y lo espir i tual carec a depoder operativo, y el Papa reivindicaba su supremaca res-pecto de reyes y emperadores . Lo s enf rentamientos entre elpapado y quienes ejercan la autor idad terrenal fueron un ode los componentes de la vida poltica durante varios siglos,pero se trataba de una polmica que no afectaba la cuestinde que el poder descenda de Dios; simplemente se discutasi era el Papa o el emperador quien reciba la autoridad.La aceptac in de la idea de que la humanidad es unc o n j u n t o d e h o m b r e s i n d i v i d u a l i z a d o s , au t os u f i c i en t e s ,a u t n o m o s y soberanos surgi d u r a n t e e l 1200 como con-secuencia de la inf luenc ia de l pen s am ien to ar is tot l ico. Latoma de contac to en Occ idente con la mayor par te de lasobras del pensador griego del siglo IV antes de Cristo, quese haban perdido en e l curso de la temprana Edad Media ,aport nuevas ideas al anlisis de las sociedades. En esemome nto his tr ico comienzan a ut i l izarse expresiones como"pol t ica" y "Estado" , para des ignar ac t iv ida des e ins t i tu-ciones que se vinculaban con la "concepcin ascendente delpoder" . La vis in de Aris t te les , como y a h e m o s visto, sesus tentaba en la idea de que la c iudad ("pol is") , def in idacomo la comunidad de los c iudadanos , era una real idadnatural, surgida de la actuacin de las leyes de la naturale-za, no como consecuencia de algn acuerdo o c on t r a to , n i

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    como resul tado de un acto especfico de la divinidad; suobjet ivo era el logro de la plenitud moral de sus integran-tes. En su anJisis, el hombre era por naturaleza un "ani-mal" pol t ico y social, lo que implicaba su part ic ipac in enla s ins t i tuc iones de gob ie rn o y en todas la s actividades vin-culadas con el logro de una mayor perfeccin.Fu e Santo Toms de Aquino quien llev a cabo la adap-

    t a c in de l pen s am ien to de Aris t te les a las concepc ionescristianas: si bien segua sosteniendo que e l poder provenade Dios, la dis t inc in entre e l ciudadano -hombre pol t i -co- y el hom bre , s u j e to a diferentes normas de t ipo moral ,religioso, etc., dio comienzo a la ciencia poltica como dis-cip l ina independiente , def in ida como el c on j un c o de c on o -cimientos relativos al gobierno del Estado.Se iba perfilando as la idea de que el poder resida en elpueblo; quien lo ejerca (rey, jefe, etc.) er a considerado re -presentante de la comunidad y por lo tanto responsable antesta, razn por la cual exista un "derecho" a la resistencia.Fueron aparec iendo los e lementos que permitieron q ue pos -te r iormente se consolidara la concepcin ascendente del po-der, tambin l lamada teora popular de gobierno. Al asumirsecomo vlido el postulado qu e considera al hom bre c om o se rna tu r a l m e n te inc l inado a la actividad social, ste es m iem -br o de la "ciudad temporal", una construccin coronada poruna autoridad, accesible al entendimiento humano gracias ala razn. s ta permite descubrir las normas de la c iudadj u s t a , or ien tada hac ia l a r ea l i zac i n de l " b ien c o m n " , 3

    3. Se define "b i en co m n " como el p r i nc i p i o que da f o r ma a l a sociedad y elfin al qu e sta debe tender. El Estado es el r e sponsable de esta func in , qu ese r e su m e en : preservar la paz i n t e r ior , p r o cu r a r la defensa de la c o m u n i d a dy p r o m o v e r el bienestar de los c i u d a d a no s .

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    Sociedad, Estado, Nacin: una aproximacin conce ptual

    que dispone de su propia frmula de legi t imidad: s i quienejerce la autor idad lo hace de conformidad con la razn,debe ser obedecido. Por lo tanto, la func in princ ipal delEstado es la de "procurar el bien comn"; toda su activi-dad, desde la poltica hasta la ec on m ic a , debe d i r i g i rse a.la creac in de una s i tuac in en la que los c iudadanos pue-da n desarrol lar su s cualidades personales y los in d iv iduos ,impotentes por s solos, persigan solidariamente ese fin co-m n . Se estaban sentando la s bases para el s u rg im ien to deun pen s am ien to po l t i c o in depen d ien te de los p r i n c i p i o sreligiosos, '1 y la concepc in descendente del poder perdip r o g r e s iva m e nte i m p o r t a n c i a .A lo largo de los s ig los s igu ien te s , el p e n s a m i e n t o ca -t l i c o m an tuv o un a pos tu ra de ac ep tac i n de l pode r cons-t i tuido mientras s te respetara los derechos de la Ig l es ia ;incluso con su accionar contribuy a avalar el poder de losreyes absolutos .El conflictivo perodo caracterizado por el s u r g i m i e n t ode la Reform a P ro te s tan te en el siglo XV I im p l ic c am biosde i m p o r t a n c i a en las c on c epc ion es r e s pec to del E s tado .Por una pa r te , tal c o m o lo p lan teaba J uan C a l v ino ( 1 5 0 9 -1 5 6 4 ) , uno de sus princ ipales representantes, se refuerza laidea de la obedienc ia a la autor idad, s i tuac in que no d e b emodificarse ni ante un gobernante urnico; ste era conside-rado como un instrumento divino para castigar los pecadoshumanos . Pero si en este aspecto no planteaba diferenc iasrespecto de las concepc io nes cat licas, la em ergen c ia de laR e f o r m a fu e f u n d a m e n t a l en c uan to a prov oc a r la r u p t u r a

    4. N i co ls M a q u i a ve l o (1 4 6 9 -1 5 2 7 ) va a ser q u i e n de co m i e nz o real a esteproceso de "desacralizacin" de la p o l t ica , s e n t a nd o la s bases para el su r g i -m i e n t o de la ciencia po l t ica .

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    Jorge Sabodo

    de la unidad de la cr is t iandad; a part ir de la m is m a se hizoposible que el Estado moderno avanzara en su cons trucc in .El hecho de la existencia de diversas confesiones religiosas ylas guerras de rel ig in derivadas de esta realidad co nd u je r o na que e l E s tado b us c a ra e s tab lec e r e l f un dam en to de s uau to r idad y l e g i t i m i d a d m s all de las c on v ic c ion es r e l i -giosas de sus s ubd i tos . El poder ec les is t ico exis ten te - elP apa , r e s i d e n t e e n Roma- de j de e s ta r po r en c im a de lo rden t e r r en a l ; por el c o n t r a r i o , el pode r civil era el quedeba dominar en es tos asuntos .El gran desafo que signific el despliegue de las ideasliberales a lo largo de l siglo XVTI con su cuestionamiento alas jerarquas tradicionales y su reivindicacin de los dere-chos individuales, el estallido de la revolucin en Francia afines del siglo XVIII y e l surg imiento de la r ev o luc i n in -dus tr ia l afectaron de m an era pr o f un da al n c leo de l pensa-m i e n t o ca tl ico . Durante cas i todo el s iglo XIX la opos i -cin de la Iglesia a las ideas l iberales fue casi total y escasa lac o m p r e n s i n respec to de lo s problem as soc ia les de la po-ca , generados por la indus tr ia l izac in . Pontf ices c om o P oIX (1792-1878) se des tacaron por su defensa cerrada delo r d e n prerrevo luc iona r io; expres iones como "el l iberal ismoes pecado" resul taron de uso comn en los esc r i tos de laj e r a r q u a eclesistica. La insistencia de este Pont f ice en de-fender l a supremac a espi r i tual pe ro t am bi n e l pode r t em -poral del P apado lo enfren t con el nac iente Estado i taliano.La encclica Quanta cura (1864) c on den aba el nac ional ismoy el soc ial ismo, pero tambin "e l progreso, el l ibe r a l i s m o yla c iv i l izac in moderna" .En cuanto a l abordaje de la cuestin social y al papelde l Estado f rente a ella, la s upe rac i n de una m irada queslo pensaba en t r m ino s de car idad rec in se produjo ha-cia finales del siglo XIX. La Encclica Rerum Novarum ( 1 89 1 )

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    Sociedad, Estado, Nacin: una aproxi;nacin conceptual

    de l papa Len XIII daba cuenca de la grav edad de la "cues-tin obrera" , r ecordaba a los ricos su s debe re s de jus t ic ia yc a r idad , pe ro adem s pos tu l aba l a n ec es idad de un a ac -c in de l Estado des tinada a " p rom ov er y de fen de r el b iende l obrero en general" . En re lac in con la promocin delbienes ta r mater ia l de los t raba jadores y la fun c i n que lecorresponde a la autoridad, Len XIII (18 TO-1903) af i r -ma lo s iguiente:

    Buen o es que examinemos qu parte del remedio qu e se busca [resol-ver la cuestin obrera] se ha de exigir al Estado. Entendemoshab laraqu de l Estado, no como existe en este pueblo o e n el otro, sino talcual lo demanda la recta razn, conforme con la naturaleza y cualdemuestran que deben ser los documentos de la divina sabidura qu etrata sobre la constitucin cristiana de los Estados.Esto supuesto, los que go biernan un pueblo deben p r im ero ayu-dar en general co n codo el compl e jo de leyes e instituciones, esdecir , haciendo que de la misma conformacin y administra cinde la cosa pblica bro te espontneamente la prosperidad, as de lacomunidad como de los particulares. [...] Con el auxilio de e sto, ascomo pueden los que gobiernan aprovechar a todas las clases, aspueden t am b in aliviar muchsimo la suer te de los pr o le ta r iosyesto en uso de su mej or derecho y s in que pueda nadie tenerlos porentrometidos, porque debe el Estado, po r razn de su oficio, aten-der al bien comn. [...]Pero debe, adems, tenerse en cuenta otra cosa que va ms al fondode la cuestin y es sta: que en la sociedad civil es una e igual lacondicin civil de las clase altas y de las nf imas. Porque son losproletarios, con elmismo derecho que los ricos y por su naturalezaciudadanos, es decir, panes verdaderas y vivas de las que medianteks familias se compo ne el cuerpo social, por no aadir que en todaciudad es la suya sin com paracin ms numerosa. Pues como seaabsurdsimo cuidar de una parte de los ciudadanos y descuidar otra,

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    Jorge Silbando

    se sigue que debe la autoridad pblica tener cuidado del bienestary provecho de la clase proletaria; de lo contrario, violar la justiciaque manda dar a cada uno su derecho [...] De lo cual sesigue queenere los deberes no pocos ni ligeros de los prncipes, a quienes tocam i ra r por el b ien de l p u eb lo , el p r inc ip a l de todos es p ro tege rtodas las clases de ciudadanos por igual, es decir, guardandoi nv i o l ab l emen t e la justicia llamada distr ibutiva. [...]Exige, p u es , la equ id ad que la autoridad pblica tenga cuidadodel proletario haciendo que le toque algo de lo que aporta a laco m n u t i l id ad , que con casa en que morar, vestido con que cu-brirse y proteccin con que defenderse de quien atente a su b ien ,p u ed a co n menos dificultades soportar la vida. De donde se sigueque se ha de tener cuidado de fomen tar todas aquellas cosas que enalgo pued en aprove char a la clase obrera [...]Impo rta al b ienestar del pblico y al de los part iculares que hayapaz y orden; que todo el ser de la sociedad domestica se g obie rnepor los man dam ientos de Dios y los principios de la ley natur al ;q ue se gu a rd e y se f o m e n t e la re l i g in , que florezcan en la vidaprivada y en la vida pblic a costumbre s puras; que se manten gailesa la just icia y no se deje impu ne al que v iola el derecho deotro; que se form en robustos ciudadanos, capaces de ayu dar y, siel caso lo pidiere, defender la sociedad. Por esto, si acaeciese algu -na vez qu e am enazasen t ra s to rno s p o r am o t ina rse l o s o b re ro s opo r declararse en hu e lga ; que se rela jasen enrre lo s proletarios lo slazos naturales de la fami lia; q ue se hiciese vi o lenc i a a la re l i g inde los o b re ro s ; si en los talleres p e l ig ra se la i n t e g r i d a d de lascos t umbres por la mezcla de los dos sexos o por otros perniciososincentivos de pecar; u oprim en los amos a los obreros con cargasinjustas o condiciones i nco m p a t ib l e s con la persona y dignidadhum ana , s i se hiciera dao a la salud con un t rabajo desmedidoo no proporcion ado al sexo ni a la edad, en todos estos casos claroes que se d eb e ap l ica r , au nqu e d en t ro de ciertos l mites , la fuerzay au to r id ad de las leyes [...]

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    Sociedad, Esraco, Nacin: un a aproximacin conceptual

    Debe tratarse de co ntene r al puebl o dentro de su d eb e r, p o rq u e sibien es permitid o esforzarse, sin meng ua de la justicia, en mejo rarla suerte, sin embargo, quitar a otro lo que es suyo o en pro de unaabsurda igualdad apoderarse de la fortuna a j ena , l o p ro h ib e l ajusticia y l o rechaza la naturaleza de l b ien co m n. Es cierto que lamay or parte de los obrero s quiere mejorar de suerte a fuerza det rabajar ho nrad am ente y sin hacer a nadie injur ia ; p e ro t am b in esve rd ad que ha y y no pocos im b u id o s de torcidas o p i n i o n e s ydeseosos de novedades, que de todas maneras procuran trasto rnarlas cosas y arrastrar a los dems a la violencia, i n t e rvenga , p u es, laau to r idad del Estado y, poniendo un f reno a los agitadores, alejede los obreros los artificios corruptores de sus costumbres y de losqu e l eg t im am ente tienen el pel igro de ser robados.U na mayor duracin o una mayor dificultad de l trabajo y la idea deque el jornal es exiguo dan no pocas veces a los obreros m o nvo p a raalzarse en hu e lga y entregarse de su vo lu ntad al ocio. A este m ajfrecuente y grave debe poner remedio la autoridad pblica, porq uesemejante cesacin de l t rabajo no slo daa a los am o s y aun a losmismos obreros, sino qu e perjudica el comercio y los intereses de lEstado; y como suele no andar m uy lejos de la violencia y sedicin,pone muchas veces en peligro la tranquilida d pb lica. Y en esto lom s eficaz y ms provechoso es prevenir con la autoridad de las eyese impedir que pueda bro tar e l mal , apartando a t ie mp o las causasque han de producir un confl icto entre losamos y los obrer os. [... ]Se debe p r o cu r a r , pues, que el t rabajo de cada da no se ex t i end a am s ho ras de l a squ e p e rm i ten la s fuerzas [...]. F i n a l m e n t e , lo quepuede hacer y a lo que puede entregarse un h omb re de edad adultay bien robusto es inicuo exigirlo a un nio o a una mujer . [.,.](Len XIII, Rerum Novarum, Buen os Aires, Ediciones Pau l inas ,1999, pp . 33 a 42 . )La aceptacin de las t ransformac iones pol t icas verifica-das en el siglo XIX dio l ugar a una revisin de las posturas

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    Jorge SaborAo

    catlicas respecto del liberalismo y de la democracia. Si bienlas posiciones condenatorias del liberalismo poltico y econ-mico subsistieron -una parte importante del pensamientocontrarrevolucionario es de base ca t l i ca ,3 se desarroll unacorriente dispuesta a aceptar las nuevas realidades, en parti-cular contraponindolas a los totalitarismos surgidos entrela Primera y Segunda Guerra Mundial. El filsofo francsJacques Maritain (1882-1973) expresa en estos prrafos al-gunos de los rasgos de ese pensamiento:

    El segundo problema a estudiar es el del pueblo y elEstado, o delos medios merced a los cuales elpueblo pueda supervisar o fisca-lizar al Estado (...)Quisiera hacer algunas observacionesrelativas a los dos casos t p i -co s diferentes: el del estado democrtico, donde la libertad, la leyyla dignidad humana so n lo s dogmas f u n d a m e n t a l e s , jp; :laracionalizacin de la vida poli'rica se persigue dentro de la perspec-tiva de las normas y los valores morales, y el del estado totalitario,en donde slo se toman en consideracin el poder y una determi-nada tarea a cumplir por el todo (...)Consideremos el caso del estado democrtico. En l, la fiscaliza-cin del Estado por parte del pueblo, incluso a unque el Estadot r a c e de e lud i r l a , se ha l la inscrita en lo s p r i nc i p i o s y armaznconstitucional del cuerpo poltico. El p u e b l o dispone de mediosregulares, estat uidos por la ley, para e j e r ce r su vigilancia. Eligeperidicamente a sus representantes y, directa o indirectamente,a sus funcionar ios administrativos. N o solamenteel pueblo desti-tuir a stos de sus cargos en los comicios siguientes a su eleccin,sino que a travs de las asambleas de sus representantes fiscaliza,

    5. Surgido a partir de la obra de Edm und Burke (1729-1797) , el pensamientocontrarrevolucionario tuvo representantes importantes dentro del catolicismo,como Jos de Miistre (1763-1852) y el Vizconde de Bonald (1754-1840).32

    . > * , * > .

    Sociedad, Estado, Nacin: un a aproximacin conceptual

    supervisa y presiona a su gobierno durante el tiempo que steejerce el poder (...)En segundo lugar, el pueblo cuenta con los medios -aun cuandono los utilice directamente po r s de expresar la opini n pblica atravs de la prensa, la radio y otros elementos, cuando so n libres ( . . . )En tercer lugar, est la presinde los grupos socialesy otros mediosno institucionales por cuyo conducto actan sobre los organismosgubernamentales algunos fragmentos del cuerpo poltico (...)Concluyamos, pues, en pri mer trmino, que segn el principiopluralista todo cuanto pudiera lograrse en el cuerpo poltico mer-ced a los rganos particulares o sociedades de grado inferioralEstado y nacidas de la libre iniciativa del pueblo, debera obtenersepor medio de dichas sociedades u rganos particulares; segundo,que la energa poltica debe surgir i n a g o t a b l e m e n t e del pueblo,dentro del cuerpo poltico. En otras palabras: el programade con-ducta del pueblo no debera brindarse desde arriba; al contrario:ha de ser elaborado por el pueblo.(Marirain,}., El Hombrey el Estafo, Buenos Aires, Club de Lecto-res, 1984, pp. 80 a 84.)Podemos concluir afirmando que el Concilio Vaticano

    II, convocado en 1962 por el papa Juan XXIII (1881-1963),marc el punto de mayor acercamiento de la jerarqua ecle-sistica a las realidades de la sociedad contempornea, dis-minuyendo su dimensin jerrquica para ponerse al servi-cio del "pueblo de Dios".

    b. Liberalismo

    El liberalismo postula que la razn del individuo cons-tituye el fundamento para organizar las relaciones entre loshombres, y entre ellos y el mercado. En poltica implica el

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    Jorge Sabcrido

    contractuaiismo o constitucionalismo incluyendo los prin -cipios de representacin de los ciudadanos y la separaciny l im i tac i n de los poderes- y en ec on om a el m erc adol ibre. En ambos casos la clave reside en el derecho de pro-piedad. ste es sagrado, es la razn de ser del Estado y ele l e m e nto que confiere autonoma real a cada individuo. Elliberalismo es, en definitiva, el sistema, y la ideologa que ga-rantizan la libertad en todas sus dimension es y hace del indivi-duo el centro de la sociedad.En todas la s variantes de l liberalismo existe un a con-cepc in def in ida de l h o m b r e y de la sociedad. Lo s e l em en -tos de la misma son: 1) es individualista, en tanto af irma lapr i m ac a de la persona frente a las exigencias de cualquiercolect ividad social; 2) es igualitaria, p o r q u e conf iere a to-dos los h o m b r e s el mismo status m o r a l , y n i e g a laaplicabilidad, dentro de un orden poltico o legal, de dife-rencias entre io s seres humanos; 3) es universalista, ya queaf i rma la unidad moral de la especie humana y concedeun a importanc ia secundaria a las asociaciones histricas espe-cf icas (por e jemplo, la n ac i n ) ; 4) es progresista, por sucreencia en la posibi l idad de mejoramiento de cualquieri n s t i t uc i n social y pol t ica .L a t radic in l iberal h a buscado jus t if icac in e n m u ydiversas filosofas. Las afirmaciones polticas y morales de ll iberal i smo se han fun dam en tado gen e ra lm en te en teorasde los derechos n a tu ra l e s6 del hombre y han buscado elapoyo ta nto de la ciencia como de la relig in.

    6. La co nce p c i n de "derecho n a r u r d" , desde la perspectiva libera], hace lareferencia a que a partir de la ut i l i zac in adecuada de la razn pod a soste-nerse la idea de un "orden n a t u r a l " . De la mi s ma m a n e r a que los seres vivosy las estrellas se movan sigu iendo "leyes natura les" , se e sp e r a b a p o d e re n u n c i a r la s "leyes naturales " seguidas por las co m u ni d a d e s h u m a n a s .

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    Sociedad, Estado, Nacin: una aproximacin conceptual

    Adems, al igual que cualquier otra corr ien te de opi-nin, e l l ibe r a l i s m o h a adqu i r ido m a t ic e s d i f e r e n t e s e ncada una de las culturas nacionales: el l iberal i smo f rancsdif iere n o t a b l e m e n t e de l ingls ; el l ibe r a l i s m o a l em n seh a en f r en tado s i em pre co n p r o b l e m a s s i n g u l a r e s , y el l i -beral ismo norteamericano, aunque en deuda con las fo r -mas de pensamiento y prcticas inglesas y francesas, muypronto tuvo rasgos propios .A pesar de la rica diversidad que el liberalismo ofrece ala investigacin histrica, es un error suponer que sus ml-tiples variedades no pueden ser en tendidas como var iantesde un reduc ido conjunto de temas . El l iberal ismo cons ti -tuye una tradicin nica, no un difuso sndrome de ideas.Es a t radic in t iene antiguas ra ces en O c c iden te , y enes te sentido e l mundo c ls ico aporta a l g u no s e l em en tos ,desde los sofistas griegos,7 quienes al establecer una distin-c in c lara en tre lo n a tu ra l y lo sobrena tura l t e n d i e r o n asos tener la igualdad natural del hombre, has ta los aportestmanos en el t em a de la igualdad ante la ley.S in em bargo , su f o r m u l a c i n m o d e r n a , a c o m p a a d ade una teora de l s u r g i m i e n t o de l Estado, se produc e en lac o n m o c i o n a d a I n g l a t e r r a d e l s i g l o XVII , s ac ud ida po re n f r e n t a m i e n t o s cas i continuos desde la dcada de 164 0 ,emergiendo de la obra de Thomas Hobbes, y sobre todo de lade John Locke. Las transformaciones polticas y econmicas

    7. Los sof i s t a s cons t i tuye ron un m o v i m i e n t o i n t e l e c t u a l qu e s u r g i enGrecia en el sig lo V a.C. Estos "maestros de l saber" d i f u n d i e r o n nuevasideas sobre el h o m b r e , la so c i e d a d y e l gobie rno . Prevaleci en ellos Ai n t e r s po r c o n v e n c e ry refu tar respecto de l deseo de l legar a la ve rdad . Sinembargo , co n ellos el f i lsofo se integra en la sociedad y, en ve z d e me d i t a ren so ledad , d iscu te y p r o b l e ma t i z a . Scrates y Pla tn c o m b a t i e r o n su me-todologa y posturas relativistas.

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    q ue e x p e r i m e n t a b a el m u n d o o c c i d e n t a l , a p a r t i r de lasguerras de religin y de la expansin econmica af i rmadaen el c o m e r c io i n t e r n a c i o n a l , c o n t r i b u y e r o n a socavar e lp o d e r de las monarqu as t rad iciona les .La s ideas centrales de Hobbes se manifiestan en el Le-viatn ( 1 6 5 1 ) y p u e d e n se r d e f in id a s co m o una f i losof ade l poder. El punco de partida de las mismas es lo que ldenomina estado de naturaleza, un a situacin hipottica enla que se e ncu e n t r a n lo s h o m b r e s , el t i p o de vida qu e lleva-ran lo s h o m b r e s "de no exis t i r un p o d e r comn que te -m e r " . En esta l nea, el estado de naturaleza es caracterizadocomo un estado de guerra y de anarqu a . Lo s h o m b r e s so nigua les ; de la i g u a l d a d p r o v ie ne la des c on f ian za , y de ladesconf ianza procede la guerra de todos contra todos. ParaHobbes , si n embargo , hay un derecho natural y unas leyesna tu r a l e s , a u nq u e la s m is m a s no t ienen para l la m is m as ign i f icac in que para lo s tericos de l derecho na tura l . Laley na tura l , es def inida como "un precepto o reg la generaldescubierto por la razn y que p r o h ib e , por un lado , hacera q u e l l o que pue da de s tru ir su vida u ob s tacul izar sus me-dios de preservacin, y, po r otro, dejar de hacer aquello quepueda preservar lo mejor posible su vida". Las dos primerasleyes na tura les cons is ten, desde la perspect iva de H o b b e s ,en buscar la paz y defenderse por todos los medios que set e n g a n al alcance. Ahora b ie n , para asegurar la paz y las eg ur i dad , lo s h o m b r e s d e c id e n e s t a b l e ce r un contrato en -tr e el los, t ransf i r i endo a l Estado los derechos que , de serconservados, obstaculizaran la paz de la humanidad. Esteco n t r a to es el que ante r iorm ente hemos def inido como "pac-to de s um i s i n " .8

    8. Ver aparrado "La sociedad: definicin y planteo sobre su s orgenes".36

    Sociedad, Esado, Nacin: una aproximacin conceptual

    D e este anlisis pueden inferirse a l g u no s e l e m e nto s :1) la sociedad no es un hecho na tura l , es e l "fru toa r t i f i c i a l de un p a c t o v o l u n t a r i o , de un c l cu l o

    interesado";2) el Estado se basa en un contrato, no el que estable-cen un m o na r ca y sus subditos, s ino el que p a c t a nindividuos que deciden darse un soberano; ese con-t r ato, lejos de imitar la soberana, la funda;3) el origen del con trato es la preocup acin por la paz;

    4) el Estado tiene la funcin de salvaguardar el dere-ch o na tu r a l de cada uno, y su poder e ncu e n t r a sulmite absolu to en ese derecho na tura l , no en nin-gn otro hecho moral;el Estado es quien fundamenta la propiedad, por lo) qu e todo ataque al Estado es un ataque a la propiedad.

    Para finalizar, si l lamamos l ibera l ismo a la doctr ina qu esostiene que los derechos , en opos icin a los deberes , cons -t i tuyen e l hecho pol t ico fundamenta l de l hombre , e iden-tifica la funcin de l Estado-con la pro teccin y sa lvaguardade dichos derechos, es correcto a f i rma r queThomas Hobbesfu e e l fundador de l l ibera l ismo.John Locke puede ser entendido m s adecuadamente si loubicamos en su escenario histrico, seg n la Ingla terra de laGloriosa. Revolucinde 1688. La misma acab de manera defi-nitiva con el absolutismo en ese pas , instaurando las insti tu-ciones de una monarqua constitucional. Su obra, entonces,constituye la fundamentacin terica de la rebe l in contra elpoder, partiendo de algunos de los conceptos ya introducidospor Hobbes, aunque dndoles una interpretacin diferente.El tex to t ranscr i to es un f ragmento de l Segundo Tra-tado sobre el gobierno civil (1690). Su l e c tu r a p e r m i t e

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    apr ec i a r la manera en que fundamenta a par t i r del estadode naturaleza, el surgimiento del Estado y los l mites de suautoridad. En su o b r a , aparecen def in idos tanto el "pactod e asociacin" decisin de i nd iv id u o s q ue q u ie r e n v i v i rjuntos- como el "pacto de s um i s i n " -transferencia de po-de r a una autoridad-. Asimismo, Locke destaca la im p o r -tancia de la propiedad , cuya garanta es justamente el objet i -vo de la c reac in del Estado. Justamente, cuando el p o d e rafecta lo s derechos naturales, en particular los de propiedad ,Locke concede a los gobernados el derecho a sublevarse.

    El estado de na tu ra lezaCap. II . D e l es t ado de n a t u r a l e z aPara compren der correctamente el poder polt ico y conocer suorigen, debemos con siderar cmo viven los hombres en el estadode naturaleza.Es ste un estado de perfecta libertad ; cada uno puede ordenar susacciones y disponer de sus bienes y de su persona segn sus apti-tudes, dentro de los lmites determinados por la ley natural y sinnecesitar permiso ni depender de la voluntad de hombre a lguno .Es t a m b i n un estado de igualdad donde todo poder y jurisdic-cin es recproco, donde n adie tiene ms que nadie; es entonc esevidente qu e all codas la s criaturas, de la misma especie y rango,nacidas con las mismas cualidades naturales y con el goce de lasmismas facultades, deben ser iguales, sin subordinacin o sumi-sin; a menos que el dueo y seor de todas ellas coloque a un a porencima de las dems por cu alqu ier declaracin expresa de su vo-luntad y le confiera, por una evidente y clara designacin, unindiscutible derecho de dom inio y soberana. [...]Para qu e todos lo s hombres estn impedidos de invadir derechosa j e n o s y de hacerse dao un os a otros, y para que la ley natural, qu equiere la paz y preservacin de toda humanidad, sea observada, su

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    Sociedad, Estado, Nacin: una afmximacin conceptual

    ejecucin est puesta, en este estado, en la mano de todos lo shombres, por lo cual cada uno tiene derecho a castigar a lostransgresores de esa ley hasta el grado que lo permita la violacin. [...]Como el hom bre t iene derecho desde su nacimiento, como hasido demostrado, a una perfecta libertad y a un goce no fiscalizablede todas las facultades y privilegios de la ley natural , y como esigual a cualquier otro hom bre o mult i tud de hombres , ciee po rnaturaleza no so lamente el poder de preservar su p r o p i e d a d , esdecir, su vida, libertad y estado contra las injurias y atentados delos otros hombres, sino tambie'n de juzgar y castigar a lostransgresores de esta le y proporc iona lmente a l a gravedad de laofensa, y aun con la misma m uerte cuando l crea que la atrocidadde l hecho lo requiere. [...]Po r consiguiente cuando cualquier nmero de hombres est u n i -do en sociedad de tal man er a qu e cada tino de ellos abando ne elpoder ejecutivo que le perteneca por derecho natural y se lo entre-ga a la autoridad pblica, existe un a sociedad poltica o civil. (...)Cap. VIII . -Del comien zo d e la s sociedades polt icasSiendo lo s hom bres libres, iguales e indepen dientes po r naturale-za , como ya se ha dicho, ning uno puede se r sacado de su estado ysometido al poder polt ico de otro sin su propio consentimiento.Cuando lo s hombres salen de l estado de naturaleza y s e u n e n enun a comunidad, debe entenderse que desisten a favor de la mayo-r a de todo el poder qu e fuera necesario para con segu i r los finesque los llevaron a asociarse (a menos qu e determinen explci ta-mente a cualquier grupo m s numeroso que la simple mayora). Yesto se consigue cuando lo s hombres acuerdan unirse en una so-ciedad poltica, acuerdo qu e resume en s todo el proced imientocontractual que se sigue o necesi ta seguirse ent re los individuosqu e ent ran a formar un Estado. Y a s lo que origina y ac tualmenteconstituye toda sociedad poltica es el co nsent im ien to de un cier-to n m e r o de hombr es l i b r e s , capaces de ser rep resentados po r

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    Jorge Saborido 'Sociedad, Estado. Nacin: una aproximacin conctpfuil

    un a m ay o r a d esd e qu e se u n e n y f o r m a n un a sociedad. Y esteconsen t i mi en t o es l o n i c o qu e da o p u e d e da r co m ienzo a cual-quier g obier no legal del mundo.Todo lo que no pueda ser reconocido sino como una ventaja sobrelas antiguas medidas para la sociedad y para el pueblo en generaldebe se r justificado por s mismo; y siempre que el pueblo elija su srepresentantes segn un cri ter io p ro p o rc io na ly j u s t o , co nfo rm e ala co ns t i tu c in o r ig ina l de l Estado , no puede dudarse que se a lavo lu n tad y el acto de la misma sociedad que le permiti obrar as yfue la causa de tai acci n.

    El derecho de r e v o l u c i nCap . XVIII. D la tiranaA s co m o la usurpacin consis te en el e jercicio de un poder a queotra persona tiene derecho, la tirana consiste en el ejercicio abusi-vo de l poder, a lo que n ad ie t iene derecho. Esto ocurre cuando seusa el poder para el bien personal y exclusivo de l go b e rnante y nopara el bien de los subditos. Se debe, pues, considerar tirano a todogobernado r, o como quiera que se t itu le , que no t iene la ley comoregla sino su voluntad pr op ia y cuyos mandamientos y actos noestn dirigidos hacia la preservacin de las propiedades de su pue-bl o sino hacia la sat isfaccin de su propia ambic in, de sus ven-ganzas personales, de su codicia o de alguna ocra pasin semejante.Es u n e r r o r p ensa r qu e l a t i ran a e s p ro p ia d e l o s reg m enesmonrquicos. Tambin las otras fo rm as de gobierno estn ex-pues t as a su s d e fec to s ; porque al l donde el poder, colocado enm ano s d e te rm inad as p a ra el g o b i e r n o de l p u eb lo y la p rese rva -cin de sus p ro p ied ad es , es apl icado a otros fines y usado parae m p o b r e c e r y o p r i m i r a los su b d i to s m ed ian te un a au to r id adi r regu la r y arbitraria, existe una t i rana , que indistintamentep u ed e ser de uno o de varios. As vemos en la historia lo s t re in tat i rano s d e A t e n a s y el t i r a n o n i c o de Si racu sa ; en cu anto al

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    in to l e r a b le d o m i n i o de los Decem vi ro s en R o m a , no era m u c h om e j o r q ue una t i ran a .Pero si todos ven claramen te que los pretextos alegados por ungobernante son de naturaleza perfectamente opuesta a las accionesqu e realiza y que emplea todos los artificios posibles para eludir laautoridad de la ley, y que todos los beneficios de la prerrog ativa(poder o torgado al so b e rano a fin de que lo use a r b i t r a r i a m e n t epara conseguir un bien para el p u eb lo y no un mal) so n empleadosco nt ra r i am ente asu finalidad; si el pueblo advierte que la eleccinde los magistrados infer iores y de los oficiales subalt erno s se hacede acuerdo a finalidades contrarias al inters pblico y que son m aso menos favorecidos en proporcin al celo que pongan en la ob-tencin de taks objet ivos funestos; s i los ciudadanos experimen-tan los efectos nocivos del poder arbitrario; si notan que clandesti-nam ente se favorece un a rel igin contraria al espri tu p b l i co y setrata de introducirla en todas partes, aunque elgobierno pblica-mente se declara contra ella, cmo podra un hombre dejar depensar que un pe ligro amenaz a la suerte del Estado y hace necesa-ria una pronta salvacin?(Locke, ]., Segundo Tratado sobre el gobierno vil-\6yQ, en Fayt,C. S., ElEstado liberal moderno , Buenos Aires, Plus Ultra , 1973,pp. 153 a 188.)En el texto de Locke aparece o tro de los temas centra lesque caracte r izan al l iberalismo: la divis in de poderes. Elfrancs Montesquieu (Charles Louis de Secondat, barn dela Brde e t de la Montesquieu , 1689-1755) l a f u nd a m e n-t para evitar lo s abusos de poden "para formar un g o b ie r -n o moderado, hay que c o m b i n a r lo s poderes , regular los ,suavizarlos, hacerlos funcionar; dar, por as decirlo, un cier-

    to peso a uno para que pueda resistir a otro".La evolucin de l p e ns a m ie n to l i b e r a l se vio a f e c t a d apor las t r a n s f o r m a c i o n e s e c o n m i c a s y pol t icas que se41

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    i n i c i a r o n en el siglo XVIII y se prolongaron en el siglos i g u i e n t e , sobre todo tras el impacto producido por larevolucin industrial en el terreno econmico y por la re-v o l u c i n francesa en el mbito poltico.

    La obra del filsofo escocs Adam Smith (1723-1790)Investigacin acerca de la. Naturaleza, y Causa de la. Riquezade las Naciones, publicada en 1776, es considerada clavepara el desarrollo del pensamiento econmico liberal. Suidea de que un mercado sin interferencias es el ms eficien-te asignador de los recursos en la vida econmica pas a seruno de los pilares de los apologistas del capitalismo. Peroadems de los aspectos estrictamente econmicos, la obrade Smith aport una hiptesis del surgimiento histricodel Estado moderno.

    El fragmento que sigue resume las concepciones delpensador escocs sobre el tema:

    En u n pas en qu e no hay comercio extranjero , n i manufacturasdelicadas y finas, un hacend ad o rico consume todas su s rentas enuna rst ica hospital idad dentro de su p ro p io hogar, como q ueaunq ue quiera no t iene con qu cambiar la mayor pane de aquelp ro d u c to de sus tierras que resta despus de haber mantenidotodos sus trabajadores. Si este sobrante es suficiente para manten erciento o mil hombres, no puede hacer otro uso de l que m antene ren efecto este n m ero de g entes . sta es la razn del por qu, entodo t iem po, a un rico de esta especie se le ve rodeado de unamult i tud in men sa de ociosos dependientes , los cuales, com o queno t ienen otro modo de reco m p ensa r el beneficio qu e rec ib en , leo b ed ecen en todo c iegam ente . Ante s d e qu e s e ex t i nd ese enEuropa el comercio y el gusto de las manufacturas finas, esta espe-cie de hospitalidad, no ca ritativa sino ostentosa, de los ricos y de losgrandes, de los Soberanos hasta el nfim o barn , exceda en cuantoal presente podemos i mag i na r [...] Del gran Conde de Werwich se

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    Sociedad, Estado, Nacin: una aproximacin conceptual

    dice que man tena a sus expensas, en los diferentes dist r i tos de susseoros, mis de trein ta mil person as [. . . ]Los colonos de escs tierra s de seoro eran tan dependientes de lseor de el las como los que se manten an a expensas de ste. Aunlo s que no estaban en condicin servil eran colonos al arbitrio de lseor, porque pagaban un a p equ e a ren ta en modo a lgu no equ i -valente a lo que daban de s las t ierras [ .. .] U n colono a volu ntadde l dueo, qu e ocupa un a tierra capaz de mantener a una f a mi l i apor una renta que puede l lamarse casi nula, viene a depend er enlo s m ism o s t rm ino s que un siervo o que o t ro cu a lqu ie ra que semantenga a expensas del amo, y no puede men os de obedecerle entodo ciegamente, porque este seor mantiene del mismo modo aaquel los colonos en sus propios hogares , que a sus s iervos en sucasa.Todos ellos derivan su sustento de la b o nd ad de l seor, de -pendiendo de su l ibre voluntad el continuar manten indolos.N o estaba fundado sobre otro principio aquel poder de los ant i -guos Ba rones, o sea sobre la autorida d q ue los dueos de las tierrasejerc an so b re su s m ism o s co lo no s y so b re aquel los d e p e n d i e n t e squ e m anten an d e l modo expresado. Por necesidad, eran sus jue -ce s en la paz y sus caudillos en la guerr a. Podan m ant ene r el ord eny ejecutar la s leyes dentro de sus respectivos terr i tor ios, p o r q u e esera posible convertir las fuerzas de todos lo s d em s hab i t an te scontra la injusticia de cualquier particular, y para esto ningn otroque el seor mismo tena suficiente autoridad ni poder. A veces elmismo Soberano sol a no tener tanta potestad, porque un Prn ci-pe, en aquel los t iempos, vena a ser muy poco ms, en a l g u n a spanes, q ue un p r o p i e t a r i o en su respectivo seoro ( . . . ) . i n t e n t a run Rey, de propia autoridad, hacer efectivo el pago de una peq ue-a deuda d e n t r o de las t ierras de uno de aquel los seores , end o nd e todos sus habitantes se armaban y estaban acostum bradosa apoyarse unos a o tros , sol a costar a l Prncip e casi los mismosesfuerzos y d i l i genc ia sq ue una gu e rra civil . P or esta razn sol averse el Rey obligado a ab and o na r la ad m ini s t rac in de |usticia en

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    Jjrge Sabondo

    la mayor parte de sus dominios,dejndo l a en manos de quienesestaban en condiciones de a d m i n i s t r a r l a , y por la misma causaentregar el mando de la milicia a aquellos a quienes queran obe-decer las tropas.Es una equ i vo cac i n muy grande imaginarque estas jurisdiccio-nes territoriales tuviesen su or ig e n en las leyes feudales. No slo assupremas jurisdicciones, as civilescomo criminales, sino la potes-tad de l evant a r tropas, acuar moneda y establecer leyes munici-pales para el go b i e r no de los pueblos, fueron todos unos derechosposedos por los grandes seores muchos siglos antes de que fuesean conocido en Europa el nombre de Derecho feudal.Muy lejos de que la introduccin de la leyes feudales fuese causade que se extendiese la autoridad de los seoros, puede conside-rarse como una mxima dirigida a moderar aquel poder. Aquellasleyes establecieron una subordinacin regular, acompaada de unalarga serie de servicios y obligaciones al Rey y a la patria qu e debanprestar los seores desde el mayor al menor[...] Pero aunque estasdisposiciones miraban a engrandecer la autoridad de l Soberano,debilitando la de los seores particulares, todava no f u e r o nsu f i c i en t es para introducir el orden y buen gobierno entre lo sh ab i t an t es del campo, porque no alteraba suficientemente aquelestado de propiedad y se o r o , casi absoluto,que daba motivoi los desrdenes. En consecuencia,la autoridad del gobiernoc o n t i n u a b a siendo demas iado dbil en la cabeza y demasiadof ue r te en los miembros , siendo la excesivafuerza de stos causade debilid ad de aqulla [...]Pero lo que no puede hacer por s sola toda la violencia de las leyesfeudales, lo consigui en parte y gradualmente la insensible y lentaoperacin delcomercio y las manufacturas. Estos artculos ofrecancontinuamente a los Grandes cosas apetitosas con que cambiar elp roducto sobrante de sus rentas, y cosas que podan consumir ellosmismos sin que de ellas participasensuscolonos ydependientes. Todopara m ynada para losdems, parece haber sido, en todas lasedades

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    Sociedad, Eaado, Nacin: una aproximacin conceptual

    de l vano y corrompido mundo, la vil mxima de l soberbio poderoso.Luego que encuentran modo de consumir para sexclusivamentetodas sus rentas, se olvidan de partirlas gratuitamentecon otros. Porun par de hebillas de diamantes, o por otra bagatela de esta especie,cambian o dan frivolamente el mantenimiento, o e l precio,que es omismo, de mil hombres que podran subsistir con ello acaso un ao,ycon l ceden toda la autoridad que les hubiera dado sobre ellos elhaberles mantenido. Estas hebillas sern para l nicamente, sin queninguna otra persona pueda tener parte en ellas, siendo as que en elantiguo mtodo desusdispendios participaran desu precio mil per-sonas, por lo menos, desus mismos dependientes. Esta diferencia eraperfectamente decisiva para los que hubieran de determinar comojueces la preferencia, y de este modo, por el gusto de la msdespreciable de todas lasvanidades, fueron los seoresvendiendog r a d u a l m e n t e todo su poder y toda su autoridad [...]Cuando los dueos de grandes terr i tor ios invierten sus rentas enmantener de todo lo necesario a sus colonos, dependientes y cria-dos de su comitiva, cada uno sostiene a lossuyos y nada ms; perocuando las gastan en negociantes y artesanos, aunque ninguno destos dependa enteramente de cada uno de los seores en particu-lar, todos ellos juntos pueden sin duda mantener el mismo o mayornmero de gentes que antes. Cada uno, de por s o separadamente, nocontribuye ms que en una parte muy pequea delmantenimientototal de cualquiera de los individuos de este gran cuerpo, porquetodo artesano y todo tratante gana su sustento, no con elempleoque hace uno solo, sino ciento o mil de sus diferentes clientes, yas,aunque por cienos respectos se reconozcaobligado a todos ellos, nopuede decirse que depende absolutamente de cada uno.Al paso que iba creciendo el gasto de los magnates y hacendados,no pudo menos de irse extinguiendo o disminuirse t ambin elnmero de sus dependientes serviles, hasta haberse abolido ente-ramente aquel estado. Esta misma causa les iba obligando a des-prenderse de criados y sirvientes superiluos de toda especie.

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    Engrand ec iro nse las labranzas de las t ierras tomadas a r en ta , ylos co lon os , a pesar de los clamores qu e solan levantarse sobreun a p r e te n d ida despob laci n , quedar on reducidos a l n m e r onecesar io pa ra el cultivo del campo. C on haber apar tado de s mucha s bocas exceden tes , y con exigir de los colonos el valorentero de lo que mer ecan lo s arrendamientos, adquir ieron lo sdueos de las t ierras mayores sobrantes de su producto o de sup r e c i o , par a cuya in v er s i n les o f r ec an a cada paso medios yocas ion es lo s mer cader es y artesanos, dir igindose y a aque l losgastos, ms hacia la persona misma de sus dueos, que hacia losq ue anees par t ic ipaban de sus dispendios. Comenzaron a pen -sa r los dueos en elevar susrentas sobre lo que el actual estadode sus t ierras pod an soporta r . Sus colonos consentan en el lob a jo cond icin de que se les asegurase en la posesin por unestado de t iempo suf iciente para poder recobrar, con lasganan-cias regulares, lo que inv iniesen en sus mejoras y abono s a f ind e q u e p u d i e s e n p r o d u c i r m i s r e n t a , y l a vanidad, pr d iga ycostosa, de los d u e o s los l levaba a condescender gustosos, sien-do esto lo que en par te di o m o t i v o a los arrendamientos y forosp e r p e t u o s o a largo plazo (...)Hechos independien tes los colonos, y despedidos del lado de losmagn ates los siervos super f l uos , y a estos seores no se hallaroncapaces de trastornar la ejecucin regular de la Justicia, ni deperturbar la pblica tranqu il idad del pas. Habiendo vendido suder echo pa t r imon ia l y pr imo gcn i tu r a , n o por un as miser ab lesl egu m b res en t i empo de h a m b r ey de n eces idad , s in o po r u n a sbagatelas e n t e r a m e n t e pueri les, y m s para incauto s rapaces qu epara h o m b r e s de ideas prudentes y serias, l legaron a u n estado deta n poca significacin en la Repbl ica como el de cualquier otrop a r t i cu l a r de los dems c iudada n os . Es tab leci se un gob ier n oregular, tanto en los campos como en las ciudades, por que n in -g u n o t en a poder bas tan te par a tu r bar su s oper acion es en losun os , ni sus n egociacion es en las otras.

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    Sociedad, Estado, Nacin: una aproximacin conceptual

    (Smi th , A ., Investigacin acerca de la Naturaleza.y Causa de laRiqueza de las Naaenes-1776-, Buenos Aires, Orbis/Hyspamrica,1983, vol . II , pp. 145 a 153.)Smith es conocido tambin por su insistencia en que

    un cierto tipo de Estado, un Estado mnimo, proporciona-ba la mejor cobertura para el crecimiento econmico. Esta-ba convencido de que slo se necesitaba paz, impuestosbajos y una razonable administracin de justicia para l levara un Estado hasta la opulencia; la misma es producida porel orden natural de las cosas. tFrente a esta apreciacin, que con realismo sostena queera necesario controlar el poder, en tanto "paz y administra-cin" implicaba siempre una cierta presencia del Estado, du-rante el siglo XE K se potenci una visin extrema en la quepensadores como Herbert Spencer (1820-1903) afirmaban.que el Estado deba dejar de existir, los individuos l ibres seasociaran sin coercin extrema, lo que resultara ben ef ic iosopara su temple moral y til para el principio del mercado.

    La Inglaterra de la poca de la reina Victoria parece ha-ber sido la realidad ms prxima a los objetivos l iberales. Elprrafo siguiente resume las caractersticas de ese momento:

    Hasta agosto de 1 9 1 4 , cualquier caballero ingls sensato , respe-tuoso de las leyes, poda pasar por la vida y notar , apenas, la exis-tencia del Estado excepto por la oficina de correosy el polica de laesquina. Poda vivir don de quisiera y como quisiera. N o tena unn m er o o f ic ia l ni d o c u m e n t o de iden t id ad . Pod a via jar por elex t ran jero , o aban d on ar para s iempr e el pas sin un p a s a p o r t e ofo rma alguna de permiso oficial. Poda cambiar su dinero po r algu-na otra moneda sin restriccin o lmite. Poda comprar mercancasde cualquier par te de l m u n d o en los mismos t r min os en los q uecompr aba artculos en su pas. Por la misma razn, un extranjero

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    poda vivi r en este pas sin perm iso y sin inform ar a la polica. Adi f e r e nc ia de los dems pases de l c o n t i n e n t e e u r o p e o, el Est a -do no ex i g a a sus ciudadanos que c u m p l i e r a n con el serviciomilitar. U n inglpoda enr o la r se , si as lo deseaba, en e l ejrci -to r egu la r , en l as f u e r zas navales o t e r r i t o r i a le s . Pero t a m b i np o d a , d e p r e f e r i r l o , p a s a r po r a l e o lo s llamados a la d ef ensanac i o na l . [ . . . ] Hablando e n t r mi no s gener a les , e l Estado s loi n t e r v e n a p a r a a y u da r a quienes n o podan ayudarse. D e j a b aen paz a l c i u d a d a n o adulto.'El s ig lo XIX im pl ic la v igen c ia de l l ibe ra l i s m o en

    Occidente en todos los terrenos : en el campo pol t ico atravs de la c on fo rm ac i n de un Estado co n func iones q uese l i m i t a b a n a hac e r c um pl i r la s leyes, y en el terreno eco-n m i c o a pa r t i r de la v i g e n c i a de c on c epc ion es que po -n an l m i te s a la p a r t i c i p a c i n de l E s tado en esta esfera.S i n e m b a r g o , n o s e t r a t a b a d e u n d o m i n i o l i b r e d ec u e s t i o n a m i e n t o s : pen s adores como el f rancs Joseph deMais tre expresaban los temores de los defensores de lase s t ruc tu ra s de l An t iguo R g im en ,10 sos teniendo, por e jem-p lo , que la l iber tad de expres i n s upon a la des trucc inde la soc iedad y que "no puede haber gobierno a lguno s ila s masas gobernadas se consideran iguales a aquellos qu ela s g o b i e r n a n " . A n i m i s m o , el x i to ac ad m ic o de l l ibe r a -l i s m o e c o n m i c o no se t ras lad co n f r e c u e n c i a al m bi tode la po l t i c a ec on m ic a , en e l que las tendenc ias protec -c ionis tas muchas veces se impusieron a legando la defensa

    9. Taylor, A. J. P.: Historia de Inglaterra 1914-1945, Mxico, Fondo deC ul tur a Econmica, 1989, p. 17.10 . Se d e n o m i n a as a la organizacin social y a las instituciones anter ioresa o s c a mb io s promovidos por la Revolucin Francesa .

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    de los in tereses de la p r o d u c c i n n a c i o n a l f ren te a los p r o -b l em as de la c om pe ten c ia e x t r a n j e r a .Los debates respecto de la v igenc ia del Es tado l ibera lc o n t i n u a r o n t a m b i n en e l s ig lo XX, a f ec tados por loscuestionamientos crec ientes pr ov en i en t es desde la de rec hay desde la izquierda (ver la un idad s iguiente) . El l iberal is-mo se vio afectado por las t r an s fo rm ac ion es e x p e r im e n ta -das por la v ida econmica, tan to desde e l punto de vista dela inestabilidad manifestada por el c ap i t a l i sm o c om o por eldesafo planteado por el t r iunfo del socialismo. Todos su sdefensores coincidan respecto a que se requera la limit acindel accionar de l gob ie rn o po r m ed io de normas es tr ic tas .Ms all de las posiciones destinadas a defende r la existe n-cia de un Estado mnimo-, cuya existencia se l im i ta a las c o m -petenc ias es tr ic tas para ev itar el robo , el f raude o la v io -lenc ia , la mayor a de los autores l ibera l es r ec on oc en queel Estado puede t en e r v a r i a s fun c ion es de s e rv ic io , querebasan la protecc in y el s o s t e n i m i e n t o de la j u s t i c i a , yes po r esta razn que son part idar ios de un Estado limita-do , el que debe cump lir la condic i n de conte ner res tr ic -c iones cons ti tuc ionales sobre el e jerc ic io a r b i t r a r i o de laa u t o r i d a d g u b e r n a m e n t a l .En el mbito econmico, las posiciones liberales pasa-ron por diferentes n iveles de valorac in , coinc identes co nlos avatares por los que a traves e l mundo a lo largo delsiglo. Si has ta el estallido de la Primera Guerra Mundial en1914 el papel del Estado en la economa era cons ideradomarginal a u n q u e la s tendenc ias pro tecc ionis ta s s igu ieronvigentes sobre todo en per odos de crisis-, desde ese mo-mento la situacin se fue modificando, canto como conse -cuencia de las necesidades blicas como de las dificu ltade sque produjeron a partir de la crisis de los aos '30. El pe-rodo que arranca en 1945 fue el de mayor desarrollo de la

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    gestin estatal, hasta el punto de forjarse la expresin "eco-noma mixta", para designar una realidad en la que laactividad del Estado en mltiples terrenos tena un lugarsignificativo. Sin embargo, la ortodoxia econmica se man-tuvo con fuerza en los mbitos acadmicos, esgrimiendoargumentaciones en buena medida renovadas, pero que par-tan de las que ya haba elaborado Adam Smith a fines delsiglo XVIII. El retorno a primer plano del liberalismo eco-nmico se produjo como consecuencia de la crisis de ladcada de 1970, atribuida a los excesos provenientes dela intervencin estatal durante los aos de vigencia de la"economa mixta", y adopt la forma extrema delmonetarismo, una corriente del pensamiento econmico

    ..surgida en la Universidad de Chicago, cuyo principal ex-ponente fue Milton Friedman (n. 1912), premio Nobelde economa en el ao 1976. El xito de esta corriente seha concretado hacia fines del siglo XX con el triunfo delas concepciones neoliberales, que han tomado las bande-ra s del Estado mnimo aplicndolas a la nueva realidad dela globalizacin.

    El texto que se transcribe proviene de un libro de divulga-cin escrito por Friedman con su mujer Rose e ilustra adecua-damente respecto de sus posturas en relacin con el Estado:

    En una sociedad cuyos participantes deseen alcanzar el grado delibertad ms alto posible para elegir como individuos, comofamilias, como miembros de grupos voluntarios, como ciudadanosde un Estado organizado, qu papel se debe asignar al gobierno?No es fcil mejorar la respuesta que dio Adam Smith a esta pregun-ta hace doscientos aos:"[...] De acuerdo con e sistema de libertad natural, el soberano slotiene que atender a tres obligaciones, qu e son, sin duda., de grandsima

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    importancia, pero que se hallan al alcance y a la. comprensin deun a inteligenciacomente. Primera, la obligacin de proteger a la .sociedad de la violenciay de la invasin de otras sociedades indepen-dientes; segunda., la obligacin de proteger, hasta donde esto esposi-ble, a cada uno de los miembros de la sociedad, de la . injusticia y dtla opresin quepuedan recibir de otros miembros de la misma, e sdecir, la obligacin de establecer un a exacta administracin de lajusticia;y t ercera, la obligacin de realizar y conservar determina-da s obraspblicasy determinadas institucionespblicas, cuya reali-zacin y mantenimiento no pueden ser nunca de inters para unindividuo particular opara un pequeo nmero de individuos,porque el beneficio de las mismas no podr nunca reemplazar de sugasto a ningn pequeogrupo de individuos, aunque co n frecuenciareembolsan co n gran exceso a una gran sociedad. "Los dos primeros deberes so n daros y sencillos: la proteccin de losindividuos de una sociedad de laviolencia, tanto si vienedel exte-rior como siprocede de los dems ciudadanos. A menos que existaesta proteccin, no somos realmente libres de elegir . La frase delladrn armado "la bolsa o la vida" me ofrece una e le cc in , petonadie pensara que trata de una eleccin libre o que el intercambioque pr opone es voluntario [...].El segundo deber pblico propues to por Adarn Smith va ms allde una simple funcin policaca de proteger aJ pueblo frent e a lacoaccin fsica; implica "una exacta administ racin de justicia".Ningn intercambio voluntario de alguna co mp le j i d ad o que seextienda durante un perodo de tiempo de cierta consideracin,puede librarse de la ambigedad. No hay suf icientes palabras enel mundo para poder especif icar po r adelantado todas la s con-tingencias q u e pueden acontecer y poder e x p l i c a r d e f o r m adetallada las obligaciones de las diversas parte s en cada clase deintercambio. Debe haber algn modo de mediar en las d i s p u -tas. La misma mediacin puede se r v o l u n t a r i a y no necesitar la

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    i n t e rvenc in d e l go bierno [ . . . ] Pero la l t ima in s tan cia competeal s i s tema j ud ic ia l guber n am en ta l .Este papel de l Estado incluye igualmente el f o m e n t o de los inter -cambios voluntar ios median te la adopci n de reglas generales (lasreglas de j uego econ mico y social qu e s iguen lo s ciudadanos deun a sociedad libre). El e j emplo m s evidente es el significado que sele ha de dar a la propiedad privada. Poseo una casa. Est usted"allanando" mi propiedad privada si hace volar su avin privado tresmetros por encima de mi tejado? Trescientos metros? Diez m ilmetros? No hay nada "natural" en lo referente a dnde terminan misderechos de propiedad y dnde empiezan los suyos. En especial atravs del crecimiento histr ico de l derecho civil, la sociedad se hapuesto de acuerdo sobre las reglas de la propiedad, aunque la legis-lacin m s reciente ha desempeado un papel creciente.1 tercer deber de Adam Smith plantea las cuestiones m s complica-das. l mismo consideraba que tena una limitada aplicacin. Desdeentonces se ha utilizado para justificar un a gama extremadamenteextensa de actividades pblicas. En nuestra opinin , descr ibe undeber vlido de un g obiern o destinado a preservar y a reforzar unasociedad libre, pero se le puede considerar tambin como un a justi-ficacin de un desarrollo ilimi tado del poder del Estado.El e lemen to v l ido apar ece tam bin deb ido al coste de pr oduc-cin de algunos bienes y servicios por m edio de intercambios es-t r i c t am ente voluntar ios. Tomemos un sencil lo ejemplo sugeridopo r la misma descripcin qu e hace Adam Smith de l tercer deber:las calles de la ciudad y los accesos generales a las autopistas podrandepender del intercambio privado voluntario, sufragndose los cos-tes po r medio de la aplicacin de peajes. Pero los costes de recauda-cin de los peajes seran a menudo mu y grandes con respecto al costede construccin y de mantenimiento de calles o autopistas. Se tratade una "obra pblica" que no puede ser "nunca de inters para unindivid uo particular [...] realizar y mantener [...] aunque " con fre-cuencia reembolsan con gran exceso a una "gran sociedad".

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    Un e j emplo m s rebuscado com porta efectos sobre "terceras par -tes", gente que no es parte en este in tercam bio par ticular (el t picocaso de las "molestias de l humo") . Su horno deja escapar un h u m ol leno de ho l l n qu e ensucia el cuello de la camisa de una tercerapersona. Esta p erson a estara dispuesta a dejar ensuciarse el cuellode su camisa previo pago de un precio, pero a usted no le esfactible identificar a todas las personas a las que afecta, o a ellas noes es factible descubrir qui n ha ensuciado su s cuellos y exigirleque las indemnice individualme nte o se ponga de acuerdo concada una de ellas(...].Volviendo a util izar el vocabular io tcnico digamos que hay un"defecto de mercado" que se debe a efectos "externos" o de "vecin-dad" para los qu e no es factible (resultara demasiado caro) pagar ohacer pagar a las personas afectadas; a los terceros se les han im-puesto intercambios involuntar ios.Po r mnim os y lejanos que sean, casi todo cuanto hacemos t ieneefectos sobre terceros. Por lo tanto el tercer deber de Adam Smithpuede a pr imera vista parecer que justif ica casi todas las medidaspropuestas por el Estado. Pero aqu hay un error . Las medidasadministrativas tamb in afectan a terceros. A l igual qu e "defectosde mercado", tambin hay "defectos de Estado" que son conse-cuencia de efectos "externos" o de "vecindad". Y si estos efectos sonimportantes en una transaccin de mercado , pueden ser lo igual-mente en las medidas que toma el sector pblico para corregir el"defecto de mercado". La prime ra fuente de efectos significativos aterceros a consecuencia de acciones privadas reside en la dificultadpara identif icar los costos o beneficios externos. Cuando es fcilidentificar al que sale perdiendo o al que se beneficia, y se puedevalorar, es muy sencillo sustituir ei in tercambio involuntar io por elvoluntario o, por lo menos, exigir compensacin individual. Si suautomvil choca co n otro por culpa de usted, se le puede hacerpagar en concepto de daos y perjuicios aun que la co l i s i n hayasido involuntar ia [ . . . ] A las par tes pr ivadas les cuesta t r a b a j o

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    identificar quin le s impone costos o les causa beneficios, y otrotanto le ocurre al Estado. Como consecuencia de el lo, una Admi-nistracin que trate de rectif icar esta situacin puede acabar em-peorando las cosas, impon iendo costos a terceras partes inocentes obeneficiando a afortunados espectadores. Para financiar sus activi-dades debe recaudar impuestos, que por s solos afectan ya a los quehacen loscontr ibuyentes-esdecir, otro efecto sob re terceros-. Ade-ms, todo in cr emen to de poder pblico, para la cuestin que sea,aumenta el peligro de que el Estado, en vez de servir a la granmayor a de sus ciudadanos, pueda convertirse en un medio por elque alg unos de esos ciudadanos se aproveche n de otros [...]U n cuarto deber de l gob ier n o que Adam Smith n o men cion explcitamente, es el de proteger a los miembr os de la comun idadque no pued en considerar com o individ uos "responsables". Lomism o que el tercer deber , el cuar to puede tamb in dar lug ar agrandes abusos. Con codo, no se le pued e dejar de lado.La libertad slo es un objetivo defendible para los individuosresponsables. No creemos en la libertad total para locos o nios.De algn modo debemos trazar una lnea divisoria entre los indivi-duos responsables y los dems, y aun hacindolo as introducimos unelemento de ambigedad fundamental en nuestro proyecto final delibertad. No podemos rechazar categricamente el paternalismo paracon los que consideramos como irresponsables [...]Lo s tres deberes de A d a m S m i t h , o nuestros cuatro deberes de lEstado, t i en en r ea lmen te un a "gr an d s ima impor tan c ia" , per oestn mucho menos "ai alcance y a la comprensin de una inteligenciacorriente" de lo que l supona. Aunque no podemos pronunciarnossobre la conveniencia o l a inoportunidad de cualquier in tervencinpblica real o propuesta , refirindonos mecnicamente a uno o a otrode dichos deberes, constituyen un grupo de principios en los que nospodemos basar para hacer balance de los pro y los contras. Incluso enla interpretacin ms holgada, reglame ntan la mayor parte de las inter-venciones adm inistrativas todos aqu ellos "sistemas, lo mismo los que

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    otorgan preferencias que los que impon en restricciones", contra losque luch Adam Smith, y que ms tarde fueron destruidos, pero qu edesde entonces ha n reaparecido en forma de los aranceles actuales, enforma de precios y salarios fijados por el Estado, de obstculos alingreso en varias ocupaciones, y de muchas otras desviaciones de su"sistema claro y sencillo de la libertad natural".(Fr iedman , M . y R- , Libertad de elegir, Bu eno s Ai re s, Orbis/Hyspamr ica , 1983, pp. 49 a 56.)

    c. Marxismo t ,La obra de Karl Marx se ha er ig ido en una aportacin

    central para las ciencias sociales. La dimensin de sus c o n -cepciones histricas, f i losf icas, sociolgicas, a n t r o p o l g i c a sy econmicas lo transforman en un pensador clsico, lo queimplica un reconocimiento de sus mritos y unaobjetivacin de la relatividad de stos. La obra de Marx esla de un pensador producto de la revolucin industrial ydel desarrollo del l iber a l i smo, y sus propuestas se in ser tanen ese marco econmico-social y en ese clima i d e o l g i c o .De all que es vlido sos ten er que , en el d e s p l i e g u e de susideas, su interlocutor es el l iber a l i smo, con quien se e n f r e n -ta en una arena comn, brindando soluciones a l te r n a t iv asa los mismos problemas.

    En el mbito especfico de la poltica en general y dela teora del Estado en particular, la versin ms d i f u n d i -da de su pensamiento parta de dos p r e m i s a s f u e r t e m e n t evinculadas e n t r e s: 1) la p o l t i c a es slo una r e p r e s e n t a -cin de una r e l a c i n de f u e r z a s entre agentes socia les quese consolida en el mundo de la produccin; 2) el Estado, alo largo de su ex is ten cia , ha sido y es un instrumento dedominacin de clase. Frente a concepciones que, implcita

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    o exp l c i t am en t e , de f i n en a l Es tado c o m o un p o d e r n e u -t ra l , s i t u ad o m s al l de las fuerzas sociales en c o n f l i c t o , lacr t ica de M a r x d e n u n c i a el carcte r i lusor io de esa h i p -tesis, p lan t eand o la subordinacin de lo pol t ico a l inte r -c a m b i o e n t r e c a p i t a l y fuerza de t r aba jo . Como i n s t r u -m e n t o d e d o m i n a c i n de clase, la f un c i n del Estado sep r o l o n g a hasta que la clase obrera l leve a cabo la r ev o l u -c i n ; una vez d esap arec i d a la ex p lo t ac i n , el Es t ad o p i e r -de su r a z n de ser .

    Por lo tanto, esta concepcin se fundamenta en la convic-cin de que el Estado no es el mb ito adecuado para alcanzarsu s objetivos e l t r iunfo del social i smo- , s ino s imp lem enteun puente para que e l proletariado como sujeto histrico pro-ceda a utilizarlo en el trnsito hacia la t o ma de l poder.N i ng n t ex t o de los pensadores marxistas expresa estasideas de manera m s ro t u nd a que Vlad i mi r Illich Ulianov,que pas a la his tor ia con el de n o m b r e de L e n i n (1870-19 24 ) . El l der de la revolucin rusa no slo fue un mil i -t a n t e c u yas d ec i s i o nes p o l t i c a s l l e v a ro n a l t r iunfo a losbo lc hev iques " en o c t u b re de 1917, s ino q ue t amb i n p ro -d u jo ap o r t ac i o nes de t rascendencia hasta e l p u n t o de di-fundir se la expresin "marxismo-leninismo" para referirseal c o n j u n t o de deas de l fundador, ampliadas por la incor-p o r a c in de sus "adaptaciones" a la realidad de l siglo XX .En el mi smo ao de la revolucin, Lenin dio a conocersu o b ra El Estado y la Revolucin, la const ruccin m s u t p i c ade l mu nd o p o s revo lu c io nar i o . E l texto sigu iente, una con-ferencia p ro nu nc i ad a en ju l io de 1 91 9 , r esu me su s posicio-ne s respecto del Estado:

    11 . Una de lis fr icciones en las que se dividi el Pirtido Sociil-Dem-crata ruso .

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    La ceora de l Estado si rve para jus tif icar ios p r iv i l e g io s socia les , laexistencia de la e x p l o t a c i n , la ex i s t enc i a de l ca p ica l i s m o, r a z npor la cual ser a el mayor de l os e r ro res esperar i mparc i a l i dad eneste problema, abordarlo en la creencia de que quienes pretendense r cient f icos pueden brindarles a ustedes una concepc i n pura -mente cient f ica del asunto. Cuando se hayan familiarizado con elprob l ema del Estado, con la doctrina de l Estado y con la teora delEstado, y lo h ayan profundizado suficientemente, descubr i rnsiempre la lucha entre clases diferentes, un a lucha que se refleja o seexpresa en un co nfl ic to ent re concepciones sobre el Estado, en laapreciaci n del papel y de la significacin del E stado.[...] hay que t ener p resen t e , an t e todo, que no s i em pre ex i s t i elEstado. Hubo un tiempo en que no h ab a Estado. ste aparece enel l ug ar y momento en que surg e la divisin de la sociedad enclases, cuando aparecen los explotadores y los explotados.La h istoria demuestra que el Estado, como aparato especial para acoercin de los hombres, surge solamente donde y cuando aparecela divisin de la sociedad en clases, o sea, la divisin en grupos depersonas, algunas de las cuales se aprop i an permanen t emen t e de lt rabajo a jeno , donde unos explotan a otros.Y esta divisin de la sociedad en clases, a travs de la histo ria, es loque debemos tener siempre presente con coda claridad, como unhecho fundamental. El desarrollo de todas lassociedades huma-nas a lo largo de miles de aos, en todos los pases sin excepc i n ,no s revela un a su jec i n g enera l a leyes, un a regularidad y conse-cuencia; de modo que t enemos, p r i mero , una sociedad sinclases,la sociedad orig ina ria, patriarcal, prim it iva, en la que no exist anaristcratas; luego una sociedad basada en la esclavi tud, una so-ciedad esclavista [...]Los dueos del capi tal , los dueos de la tierra y los dueos de lasfbricas constituan y siguen constituyendo, en todos los pasescapitalistas, una insignificante minora de lapoblacin, que gobier-na totalmente el t rabajo de todo el p u e b l o , y, por co ns i gu i en t e ,

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    gobierna, oprime y explota a toda la masa de trabajadores, la ma-yora de los cuales son proletarios, trabajadores asalariados, que seganan la vida en el proceso de produccin, slo vend iend o sum ano de obra, su fuerza de trabajo . Con el paso al capitalismo, loscampesinos, qu e haban sido divididos y oprimidos bajo el feuda-l i smo , se convirt ier on, en parte ( la mayora) en proletarios , y enpane (la m ino r a ) en campesinos ricos, quienes a su vez contrata-ron trabajadores o consti tuyeron la burguesa rural [...].Si ustedes consideran el Estado desde el punto de vista de estadivisin funda menta l, vern que antes de la divisin de la sociedaden clases, orno ya lo he dicho, no exista ningn Estado. Pero cuan-do surge y se afianza la divisin de la sociedad en clases, cuandosurge la sociedad de ciases, tambin surge y se afianza el Estado [...]Y slo exam inando estos fenme nos generales , preguntndonospor qu no exis ti ning n Estado cuando no haba clases, cuandono ha ba explotado res y explotados, y por qu apareci cuandoaparecieron las clases; slo as encontra remo s una respuesta defini-da a la p regu nta de cul es la esencia y la significacin de l Estado.El Estado es una mqu ina para manten er la dominacin de unaclase sobre otra. Cuando no existan clases en la sociedad, cuando,antes de la poca de la esclavitud, lo s ho m b res t rab a jaban en con-diciones primitivas de m ayo r i gu a ld ad , en co nd ic io nes en que laproduc t i v i dad de l t rabajo er a todava m uy baja y cu and o el h o m -br e p r im i t ivo ap enas p o d a co nsegu i r co n d i f i cu l t ad lo s m ed io si nd i sp ensab les para la existencia m s tosca y p r im i t iva , en to ncesno surgi, ni poda surgir, un grupo especial de hombres separa-dos especialmente para g obernar y d o m ina r al resto de la sociedad.Slo cuando apareci la primera forma de la divisin de la sociedad enclases, cuando apareci la esclavitud, cuando una clase determinadade h o m b r e s , al concentra rse en las fo rm as m s r u d i ment a r i a s de lt r a ba j o agr co la , p u d o p ro d u c i r c ie r to ex ced ente , y cu and o e s teexceden t e no result absolutam ente necesario para la ms mseraexistencia de l esclavo y pas a m a n o s de l p ro p ie ta r io de esclavos,

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    Sociedad, Eittuio, Nacin: una aproximacin conceptual

    cuando de este modo qued asegurada la existenciade la clase delos propietarios de esclavos, entonces, para que sra pudiera afian-zarse er a necesario qu e apareciera un Estado [...].Cuando aparecieron las clases, siempr e y e n todas partes, a medidaque la divisin creca y se consolidaba, apareca tambin una institu-cin especial: el Estado. Las formas de Estado eran en extremo vana-das. Y a d u ran te el perodo de la esclavitud e ncon tramo s diversasformas de Estado en los pases m s adelantados, m s cultos y civili-zados de la poca, po r e jem p lo en la antigua Grecia y en la an riguaRom a, que se basaban nteg ramente en la esclavitud. Ya haba surgi-do en aquel tiempo una diferencia entre anarqua y repblica, entrearistocracia y democracia . La monarqua es el p o d e r de una solapersona, la rep b l i ca es la ausencia de autoridades no elegidas; laaristocracia es el poder de una m ino r a relat ivamente p e q u e a , ademocracia el poder de l pueblo (democracia en griego, significal i teralmente poder del pueblo). Todas estas diferencias surgieron enla poca de la esclavitud. A pesar de estas diferencias, el Estado de lapoca esclavista era un Estado esclavista, ya se trata ra de una mo nar -qua o de una repblica, aristocrtica o democrtica (...]El Estado es una m quin a para que una clase repr ima a otra , unam q u i n a para el sometim iento a una clase de otras clases, subord i-nadas. Esta mq uina puede presen tar diversas formas [ .. .]Debemo s rechazar todos los vie jos prejuicios acerca de que el Esta-do significa la igualdad universal, pues esto es un f raude: m ient ra sexista explotacin no podr existir igualdad. El t e r r a t e n i e n t e nopuede se r igual al obrero , ni e l hombr e ham brien to igual a l sacia-do. La mquina, l lamada Estado, y a n t e la que los ho m b res seincl inaban con superst iciosa veneracin, porque crean en el vie jocu ento de que significa el Poder de todo el p u eb lo , el p ro l e t a r i ad ola rechaza y afirma: es una mentira burguesa. Nosotros hemosarrancado a los capitalistas eir m q u i n a y nos hemos apoderado deella. Util izaremos esa mquina, o garrote, para liquidar toda explota-c i n; y cuando toda posibi lidad de explotacin b aya desa parecido

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    de l mundo, cuando ya n o h a y a p r o p i e t a r i o s de t ierras ni p ro -pi e t ar i os de fbricas, y cu and o no . exis ta ya una s i t u a c i n en laq ue u no s e s t n s ac iad o s m ien t ra s o t ro s p ad ecen ham b re , s locu and o haya d esap a rec id o p o r co m p le to l a p o sib i l id ad d e e s to ,re l ega rem o s e s ta m q u ina a l a b asu ra . Ento nces no exist i r E s-tado ni ex p lo tac in .( L enin , "Co nfe renc ia p ro nu n c iad a en la Universidad Sverdlov",en Po r tan t i e ro , J. C. y E. de Ipola, Estado y Sociedad en el pen-samiento clsico, Bu eno s Ai re s , Cntaro, 1987, pp . 314 a 335.)P es e a que e s ta v i s i n de l pen s am ien to m arx i s t a enr e l ac i n con el E s tado es la ms d i f u n d i d a , c o r r e s p o n d el l a m a r la a t e n c i n s o b r e u n a i n t e r p r e t a c i n a l t e r n a t i v a ,q ue no corresponde a Marx sino a Federico Engels (1820-1 8 9 5 ) . E n u n a o b r a p u b l i c a d a c o n p o s t e r i o r i d a d a l am u e r t e d e Marx, l a In t roduc c i n a La lucha de clases enFrancia, Engels dej sentadas a lgunas ideas qu e im p l ic a -

    ban un cambio en la estrategia revolucionaria: en l u g a rde l c am in o r ev o luc ion a r io se de fen d i la u t i l i z ac i n de lav a l e g a l , d e l a s i ns t i t u c io ne s p a r l a m e n t a r i a s . V e a m os laim p o r t a nc i a d e es te prrafo : "[ los obrero s] ha n uti l izado elsufragio universal de modo tal que ha multiplicado mil ve-ces sus beneficios[. . .], el sufragio un iv e r s a l se ha t r ansfor -m ado de m edio de engao, como er a has ta ahora , en mediode emanc ipac in" .En esos aos, se produjo un intenso debate en las filasde los parados soc ial is tas , que giraba en pr inc ipio a lrede-do r de las t r an s f o r m ac i on es econmicas exper imentadas por

    el capita l ismo, lo que dio l uga r a un m ej o ram ien to de lascondiciones de v ida de la clase traba jadora , s i tuac i n quecontradec a la s previs iones de Marx respecto de su a g o t a -m ien to . P e ro , ad em s , se plante la discus in a lrededorde la importanc ia de la democrac ia pol t ica y e l papel de l60

    Socitdad, Estada, Nacin: una aproximacin conceptual

    Estado, rechazando el concepto de "dic tadura del proleta-riado". E l p r in c ipa l im pu l s o r de estas ideas "revisionistas"fue el alemn Eduard Berns tein (1850-1932) , quien criti-c desde pos ic iones de izquierda lo s t res supues tos funda-mentales de la teora marxista: ni el Estado es un puro instru-mento coactivo de la clase dominante, ni es necesaria la des-truccin violenta de l aparato de Estado, ni es vlido el mito dela extincin de l Estado.

    Cul es la influencia de las teoras en la accin de los ho m b res?Respecto a la cuest in de las relaciones entre teora y prctica sechoca repetidamente co n pticas sumame nte pesimistas. A m e n u -do se escucha que la conducta poltica es dete r min ada po r intere-ses, pasiones y condiciones, y que la influencia de la teora sobre laprctica pol t ica, como en ge neral en la vida social , es mnim a.Estimo que esaopinin eserrnea. Ciertamente hay muchos casosdonde la teora influye poco o nada sobre la accin, donde enrealidad la palabra final la ricnen los intereses, los prejuicios, laspasiones, etc.; ad em s es muy grande el nmero de personas qu eno t iene absolutamente ning una idea acerca de teora. Si n embar-go, no por o puede negarse po r co m p le to su inf luencia. Es mu-cho ms vigorosa de lo que estima la mayora y e n particular fuerteprecisamente en las clases en ascenso. La concepcin terica quetengan f ren te a a l gn p ro b lem a , aunque no siem pre se las hayapredicado como teora, sino slo como doctrina o como tesis, ciee,en ciertas condiciones, un a gran influencia so b re su conducta.Basta co n recordar lo siguiente: cuando un a pane de nuestra ju -ventud ob rera, en una edad en la cual e l ideal ismo desempea unim p o r tan te p ap e l , se deja arrastrar co n pasin hacia act ividadesviolentas, a propsito de las cuales una reflexin le hubiera indica-do su inutilidad para conducirla a u n objet ivo, y cuando es just i -f icado suponer que la mayora de ellos no ha actuado po r p u r oodio o ciega furia destructora, un examen ms detallado mostrar

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    que ciertas nociones tericas transformadas en prejuicios han in-fluido detcrminantemente su conducta. Pinsese slo en las reper-cusiones que t iene sobre el comportamiento de muchos trabajado-res la nocin de la explotacin de l obrero por el empresario y de lainterpretacin, unida a ella, de que este ltimo es slo un parsito,econmicamente innecesario y que, de hecho, vive prcticamentedel robo al obre ro y a su fuerza de trabajo. Aquellos entre los cualesesta concepc in se ha difundido con fuerza dogmtica, aquellosque la han intern al izado como axioma, estarn dispuestos a mu-chas acciones que en otro caso le s pareceran absurdas, cuando noinmorales . Y, asimismo, la concepcin terica de la significacinde l Estado y de la s i tuacin de la clase obrera en ste ha e jercidoun a fundamental inf luencia en la conducta poltica de las masas.La significacin poltica de la nocin del Estado sobre el papel queste cumple; cul es la significacin inherente a l: la significacinde esta apreciacin siempre enraizada en teoras-aun cuando notodos estn conscien tes de e l lo , no es de ningn modo p equ e apara la vid a poltica. En vi r tu d de una determinada concepcinde l Estado, se adopta un a actitud hostil hacia l, que en d e te rm i -nadas circunstancias - ya que el Estado no p u ed e su p r im i rse ta nrpidamente- conduce a medidas muyerradas o a descuidar asuntosnecesarios, como, por o tra pane, la concepci n contraria, un exce-sivo culto del Estado, pue de ind uci r a cierta gente a hacer causacomn con part idos que realmente no slo estn en principioopuestos a sus aspiraciones, sino que, una vez llegados al poder, escolocaran mu cho m s obstculos que cualquier otro parado. Ah orabien, en el mov imie nto socialis ta chocamos co n concepciones de lEstado di amet ra l men t e opuestas: una, amistosa qu e llega hasta elcu l t o al Estado; otra hostil, crtica, que l leva a u n an tago ni sm odirecto con l. Esas conc epcion es contr arias, en sus diversos mati-ces, aparecen a travs de la historia de las ideas de l socialismo.El Estado no es slo un rgan o de la represin y un p rocurador denegocios para los propietarios. Hacerlo aparecer nicame nte como

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    Sociedad, Eita0, Nacin: un a aproxTnan conceptual

    tai es el recurso de codos los anarquistas plamficadores de sistemas.Proudhon, Bakun in , Stirner, Kropockin, todos ellos han presenta-do el Estado slo como rgano de represin y explotacin , lo quepor cieno ha sido durante un tiempo ms quesuficiente, pero querealmente no tiene por qu continuar siendo as. El Estado es unafo rma de la convivencia y u n rgano de gobierno, cuyo contenidosocial hace variar su carcter poltico-social. Quien, a la m anera deun nominal ismo abstracto , vincula irrevocablemente su conceptocon el de las condiciones de dom inacin bajo las cuales surg i enotros tiempos, ignora las posibilidades de desarrollo y las meta mor -fosis reales que con l han tenido lugar en la his toria .En la prctica, bajo la i n f lu enci a de las luchas de l m o v i m i e n t oobrero , ha aparecido otra valoracin del Estado en los part idossocialdemcratas. Ah , ha ganado terreno realmente la idea de unEstado popular, que no sea he rram ienta de la s clases altas, sinocuyo carcter est dado por la gran mayora popular, en virtud de lsufragio g enera l e iguali tar io . En ese s en t id o Lasalle -a pesar dealgunas exageraciones- acaba teniendo razn en sus frases fren te ala historia [...] "Pero, entonces, qu es el Estado?" Y despus deexhibir cifras estadsticas sobre la distribucin de l i ng re so de a q u e -lla poca contina: "A ustedes, las clases sufridas, y no a nosotros,las clases altas, pertene ce el Estado, porqu e l est consti tu id o po rustedes, la g ran asociacin de las clases pobres: ;se es el Estado!".Un apotegm a que nen e m ucha semejanza con la frase de un socia-lista francs, de qu ien se escribi en su poca qu e Lasal le la h a b acop iado , lo cual no era cierto . Este es Louis Blanc, el a u t o r de lartculo sobre la organizacin del trabajo. En un artculo qu e esta-ba dirigido contra Prou dhon , escribi:"En un s i s t em a de go b ie rno d em o cr t i co el Estado es el poder detodo el p u eb lo , rep re sen tad o po r su s p a r l am enta r io s ; es el i m p e -rio de la l ibertad. El Estado n o es o tra cosa que la prop ia socie-dad, qu e acta como sociedad para impe dir la opresin y conser-var la l i b e r t ad " .

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    El l lamado final es, de hecho, casi el mismo que profiri Lasalle. Y seargumenta en forma semejante: el Estado surge del pueblo, en conse-cuencia el pueb lo es el Estado. En ese sentido, cier tamente se puedeargum entar de mane ra menos simplista. Con la afirmacin acerca delos hombr es queconstituyen lapoblacin delEstado, an no se haexplicado a este ltimo. Oigamos sobre esto a 00:0 socialista: el inglsJames RamseyMacdonald, quien public un interesante artculo so-br e socialismo y gobierno en 1909. En l argumenta: "El Estado no esel gobierno ni es la sociedad, es la personalidad poltica organizada deun pue blo independiente, la organizacin de una com unidad parahacer valer su volunta d com n a travs de medios polticos. Es unerror suponer que el Estado es slo lo que los individuos han hecho del. Tambin el pasado lo ha hecho [...] De ah que el Estado deba serobservado como un todo orgnico".sta es, creo, una de f inicin del concepto "Estado" capaz de sub-sistir ante el juicio histr ico imparcial . No se trata de un pode rmstico, sobrenatura l , sino muy s im p lem ente de la par ticipacinde la h i s t o r i a , de l pasado, en su cr eaci n y no p u ram ente d e l aeventual votacin de una cierta cantidad de personas. El Estado esun pr oducto de l desar r o l lo , en cuya e v e n t u a l co nf i gu r ac i n e lpasado ha d e s e m p e a d o un pape l . Despr en der se de l Estado esi mposi b l e . Slo se puede cambiar . Y as, el p r o b l e m a de l Estadolleva a los sociali