sobre adictos y operadores terapéuticos2

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Sobre Adictos y Operadores Terapéuticos Lic. Juan Carlos Mansilla- Programa Cambio - Córdoba Argentina El trabajo con adictos, grupos, y familias, desde el modelo socio teraputico tal como est! planteado en nuestro Programa, re"uiere de los #peradores $eraputicos algunas cualidades aptitudinal es "ue son la suma de lo obtenido en el trabajo de campo, disposición del car!cter , y empat%a filosófica &acia nuestra manera de entender el fenómeno de la conducta &umana. El 'Perfil Psicológico' puede ser aprendido por la $eor%a y E(perien cia. El 'Perfil )ilosófico', se caracteri*a por la +isión del +alor del encuentro interpersonal con los usuarios  Aspectos del Perfil del Operador Terapéutico A- Identidad de Operador. El contacto con los usuarios es constante, en ocasiones accidental en ocasiones planeado. e da en espacios teraputicos, como un consultorio o una sala de trabajo grupal y tambin en lugares mas domsticos como una cocina, el patio, una &uerta, o la +ereda. Los temas de con+ersación con los usuarios pueden ser profundos o tri+iales. Puede "ue a&ora estn trabajando teraputicamente la angustia sedimentada en +irtud de la prematura muerte de la madre en una sala preparada y con msica relajante, y al otro d%a se los +ea discutiendo en la cocina sobre cuestiones de ftbol, o gustos musicales. Esta realidad plantea algunos problemas propios de esta modalidad de relación teraputica, pues si bien puede apar ecer como deso rdenada, espo nt!nea, diste ndida, y sin obje ti+os definidos, sabemos "ue todo contacto con un usuario debe tener un objeti+o teraputico del "ue se debe dar cuenta a la &ora de refle(ionar sobre ella. Por tanto el #perador $eraputico debe ser consciente "ue es siempre y en toda relación con sus asistidos, un '#perador', alguien "ue inter+iene en un campo definido medio de acción/, sobre sujetos o interacciones definidas foco de inter+ención/ , mediante acciones dirigidas tcnicas de inter+ención/, en pos de metas establecidas de antemano objeti+o teraputico/.  A medida "ue un #pera dor +a logrando su id entidad, el ritmo de sus in ter+enciones , el estilo de relaciones "ue establece con los asistidos o familias en tratamiento, y la definición de su campo de trabajo, le +an permitiendo entenderse como un instrumento teraputico "ue mediante las di+ersas tcnicas propias de su trabajo, le &acen no depender de encuadres r%gidos ni de espacios definidos para funcionar como tal. El mo+ernos en un sistema de relaciones interpersonales debe colocarnos en una posición de alerta, pues despla*arse dentro de estas atmósferas, a estilos de acercamiento personal mas ligados a la complicidad "ue a una distancia operati+a con+eniente se con+ierte en un error en el "ue es f!cil caer si no se conser+a conciencia de identidad de #perador $eraputico. Los asistidos a +eces se +inculan con el #perador, de una manera e"ui+ocada fantaseando "ue ste es un 'posible amigo', alguien mas 'de mi edad', 'como un &ijo', 'alguien interesan te', o 'el mod elo "ue siempre me fal tó' etc. , concepto de la transferencia, y es un e(celente material para el trabajo teraputico del #perador.

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Lic. Juan Carlos Mansilla- Programa Cambio - Crdoba Argentina

El trabajo con adictos, grupos, y familias, desde el modelo socio teraputico tal como est planteado en nuestro Programa, requiere de los Operadores Teraputicos algunas cualidades aptitudinales que son la suma de lo obtenido en el trabajo de campo, disposicin del carcter, y empata filosfica hacia nuestra manera de entender el fenmeno de la conducta humana.

El "Perfil Psicolgico" puede ser aprendido por la Teora y Experiencia.

El "Perfil Filosfico", se caracteriza por la visin del valor del encuentro interpersonal con los usuarios

Aspectos del Perfil del Operador Teraputico

A- Identidad de Operador.

El contacto con los usuarios es constante, en ocasiones accidental en ocasiones planeado.

Se da en espacios teraputicos, como un consultorio o una sala de trabajo grupal

y tambin en lugares mas domsticos como una cocina, el patio, una huerta, o la vereda.

Los temas de conversacin con los usuarios pueden ser profundos o triviales.

Puede que ahora estn trabajando teraputicamente la angustia sedimentada en virtud de la prematura muerte de la madre en una sala preparada y con msica relajante, y al otro da se los vea discutiendo en la cocina sobre cuestiones de ftbol, o gustos musicales.

Esta realidad plantea algunos problemas propios de esta modalidad de relacin teraputica, pues si bien puede aparecer como desordenada, espontnea, distendida, y sin objetivos definidos, sabemos que todo contacto con un usuario debe tener un objetivo teraputico del que se debe dar cuenta a la hora de reflexionar sobre ella.

Por tanto el Operador Teraputico debe ser consciente que es siempre y en toda relacin con sus asistidos, un "Operador", alguien que interviene en un campo definido (medio de accin), sobre sujetos o interacciones definidas (foco de intervencin) , mediante acciones dirigidas (tcnicas de intervencin), en pos de metas establecidas de antemano (objetivo teraputico).

A medida que un Operador va logrando su identidad, el ritmo de sus intervenciones, el estilo de relaciones que establece con los asistidos o familias en tratamiento, y la definicin de su campo de trabajo, le van permitiendo entenderse como un instrumento teraputico que mediante las diversas tcnicas propias de su trabajo, le hacen no depender de encuadres rgidos ni de espacios definidos para funcionar como tal.

El movernos en un sistema de relaciones interpersonales debe colocarnos en una posicin de alerta, pues desplazarse dentro de estas atmsferas, a estilos de acercamiento personal mas ligados a la complicidad que a una distancia operativa conveniente se convierte en un error en el que es fcil caer si no se conserva conciencia de identidad de Operador Teraputico.

Los asistidos a veces se vinculan con el Operador, de una manera equivocada fantaseando que ste es un "posible amigo", alguien mas "de mi edad", "como un hijo", "alguien interesante", o "el modelo que siempre me falt" etc., concepto de la transferencia, y es un excelente material para el trabajo teraputico del Operador.

Ahora bien, tampoco se trata que el Operador se "almidone" de tal manera que intente recordarle siempre a los asistidos presentes: "yo aqu solo estoy trabajando".

El concepto de Distancia Instrumental Operativa intenta construir una definicin acerca del "tipo" de relacin interpersonal que se da entre el Operador y los Asistido en un contexto de trabajo socioteraputico.

Esa relacin debe caracterizarse por dos aspectos: La precisin terico-prctica y la humanizacin y dignificacin del encuentro interpersonal.

Histricamente las Comunidades Teraputicas para Adictos echan su raz en experiencias humanas muy ricas y profundas, manifiestas en contextos de fuerte impronta religiosa, de autoayuda, o filantrpica.

Luego llega la "profesionalizacin" y aparecen en este campo modelos de abordaje, estrategias de trabajo, y tcnicas especficas que "aggiornaron" el quehacer de la tarea pasndolo poco a poco a un lenguaje mas tcnico y eficientista.

De all que uno de los importantes desafos de hoy para este trabajo sea el de conservar la espiritualidad y humanidad de la tarea a la vez que explotando al mximo la riqueza de recursos que nos da el avance terico prctico de las ciencias sociales, de la conducta, y de la educacin.

B.- Manejo de la Distancia Instrumental Operativa.

Entendemos como Distancia Instrumental Operativa al grado de cercana-lejana emocional que se guarda frente a un asistido de tal manera que permita instrumentalizar tcnicas de intervencin teraputica a fin de que el punto de encuentro interpersonal entre el Operador y el Asistido resulte en un campo de operacin psico o socioteraputica.

Analicemos la definicin propuesta a la luz de lo dicho anteriormente.

B.1.- Cercana-Lejana Emocional.

La metfora del "congelamiento", describe el efecto de la droga sobre las emociones o sentimientos.

Acompaar a un adicto en tratamiento en el proceso reconocerse como ser sufriente, "odiante", "amante", frustrante", "queriente", en sntesis: un ser que siente, no se hace sino a costa de mucho esfuerzo interno, pues se asiste a experiencias fuertes y desgarradoras, ya que esos sentimientos "congelados" suelen aparecer ligados a circunstancias tales como la muerte de seres queridos, la traicin, el fracaso, la mentira, etc. etc. Y esos sentimientos que estallan de repente, o en contextos teraputicos diseados, nos hacen ver que los adictos en tratamiento los llevan como bombas de tiempo.

Si comparamos los sentimientos "congelados" de un adicto a una "Bomba de Tiempo", podemos, siguiendo la analoga, representarnos el efecto de su manifestacin repentina al de una "Onda Expansiva". Es decir su impacto mas fuerte se ver en el mismo adicto, pero sus efectos siempre causarn algo en los que presencian la explosin.

Esta ltima idea nos da pie para pensar modelos de intervencin para capitalizar en favor del Grupo Teraputico la expresin emocional de un individuo, pero no hablaremos de esto sino mas bien de que debe hacer una Operador frente a estas continuas exposiciones de "Ondas Expansivas": Ellas siempre producen algo en el Operador.

No es que el Operador deba transformarse en un ser inmune y transparente a las emociones ajenas, eso no lo va a lograr. Ms bien es que sepa guardar distancia del epicentro de la explosin. No solo por el cuidado personal que cada Operador debe tener consigo y con sus colegas, sino tambin por una cuestin estratgica, operativa, relativa a su funcin, pues mejor har su trabajo cuanto mas capacidad de maniobra teraputica pueda tener, cuanto mas alternativas de accin encuentre.

Lo peor que puede pasarle a un terapeuta es convertirse en alguien del cual se sabe la respuesta que va a dar, volverse predecible, esperable, incapaz de sorprender.

No hay objetivamente una distancia emocional nica e ideal que un Operador debe tener con sus asistidos. Cada cual sabr encontrar la suya. Lo que si podemos arriesgar son algunos puntos a tener en cuenta en la elaboracin de esa cercana-lejana emocional:

B.1.1.- Autoconocimiento.

El conocimiento del propio yo ayuda a encontrar puntos de equilibrio en este tema. El autoconocimiento advierte al operador sobre sus aspectos fuertes y dbiles, que no es sinnimo de aspectos positivos o negativos. Los aspectos dbiles pueden ser entendidos como aquellas partes de la personalidad que se presenta permeables a estmulos exteriores.

Reconocerse sensible afectivamente por ejemplo puede ayudar a discernir (aspecto cognitivo), estados emocionales del otro, para acoplarse (aspecto estratgico) a estos estados de manera emptica. Los aspectos fuertes pueden vincularse por ejemplo a la capacidad de sostener e instrumentalizar movilizaciones afectivas propias, o a poseer disposicin del carcter frente a conductas de asistidos a los que corresponde por ejemplo poner lmites precisos.

Sensibilidad emocional y firmeza de carcter son dos elementos importantes para ejercitar en la relacin interpersonal con los asistidos. El problema a veces es que un operador sin capacidad discriminativa de sus propios aspectos, puede confundir dureza emocional con carcter firme , o carcter dbil con sensibilidad emocional . Para hacer una rpida distincin de estos dos tipos de Operador, llamaremos al primero "Operador Duro", y al segundo "Operador Blando".

El operador duro por ejemplo, suele presentarse como alguien que hace alarde de su firmeza o rigidez en su estilo interaccional con los asistidos. Se reconoce como capaz de poner lmites, imponer medidas disciplinarias, mantener en orden las relaciones interpersonales con y entre los asistidos. Tiene siempre presente el aspecto jerrquico en la estructura del grupo que dirige, y se reafirma constantemente en su rol. Capta rpidamente cuando otro operador de su equipo aparece debilitado frente a los asistidos, y prevalece en l un tono imperativo a una actitud comprensiva.

No ve con claridad la dimensin afectiva-emocional que est presente en toda manifestacin conductual, pues su regla epistemolgica en cuanto a su construccin de conocimiento de la conducta del otro le hacen estar principalmente atento a lo comportamental de los asistidos y no a lo emocional que siempre est detrs de todo conducta. Decimos "no ve", porque puede que no se trate de una negacin (algo "visto" pero desplazado de la atencin), sino porque se trata de una dimensin con la que no puede entrar en empata, dada la actitud que sostiene.

El problema de este operador es que si bien puede sostener una estructura comportamental en su sistema de trabajo (CT, RS, Amb., CD, etc.) tiene limitaciones para llevar lo sucedido en esa estructura a lo que puede ocurrir en un coloquio individual, entrevista familiar, o grupo teraputico, y quizs tampoco pueda vincular lo comportamental del individuo con la historia de individuo. Al no tener l un dilogo interno entre sus aspectos emocionales y su aptitud de carcter, no tiene tampoco una visin vinculante entre la conducta y la emociones de sus asistidos.

Quizs este modelo de operador tienda a ver en sus asistidos "que la estn dibujando", "que la estn careteando", "que estn queriendo hacer un maneje", "que no quieren cambiar", y cosas como estas. Este modelo de conceptualizacin de la conducta si queda all, sin recoger la dimensin emocional, afectiva, psicolgica, que subyace tras todo fenmeno conductual, corre el peligro de regirse solo por el modelo ideal de "rehabilitado" que tenga este operador, y no por una atencin a la individualidad de toda persona asistida. En sntesis el "Operador Duro" trabaja mas en trminos propios del adiestramiento que en trminos socioteraputicos-educativos.

El Operador Blando por su lado por estar tan atento a lo que una conducta significa, pierde de vista lo que una conducta es en el aqu y el ahora. Tiende a acercarse de manera peligrosamente personal a los asistidos. Sin entender que se encuentra trabajando en un contexto teraputico estructurado que lo enmarca y limita de una manera precisa. Encuentra dificultad en mantener las distancias porque se percibe mas como un ayudador que opera que como un operador que ayuda.

Puede que sea muy capaz para el trabajo teraputico en circunstancias mas ortodoxas (estilo consultorio) pero se pierde en el modelo de convivencia teraputica que nuestro modelo ejercita. Quiz la limitacin mas grande para un operador con estas caractersticas es que tienda a perder de vista que est trabajando con drogadependientes dentro de la estructura de un programa teraputico, y que por lo tanto no reaccione frente a los mecanismos conductuales negativos de los adictos con la rapidez necesaria ya sea porque se gua por lo que le marca el sentimiento, o porque no tiene en cuenta los porqu de la estructura en la cual una conducta es aceptada o cuestionada.

B.1.2- Puntos de Movilizacin.

Ciertas personas o sucesos en la vida de otro generan en nosotros fuertes movilizaciones internas. Es como si tuviesen poder para revivirnos vivencias no elaboradas del todo (dato identificable por el nivel de angustia-ansiedad que generan). Conviene identificar esas personas o sucesos para cuidarnos con mas atencin en esas situaciones de encuentro.

B.1.3.- Lmites a Expectativas.

El estar expuesto a situaciones de tensin emocional en el contexto de un Equipo de trabajo puede generar en el Operador una especie de Percepcin de Expectativa Exigente de los Otros. Dicho de otra manera. El Operador "A", supone que los Operadores "B" y "C", esperan que l reaccione frente a la crisis emocional de un asistido de manera controlada e inmune. Pero como esa crisis emocional del asistido, genera malestar en el Operador "A", ste, por una cuestin de Deber Ser, sostiene una imagen de autocontrol para satisfacer las expectativas que cree percibir de los Operadores "B" y "C". Qu hace entonces con su malestar ?: Entre otras cosas,

a- Lo niega en l: "Esto yo no lo siento".

b- Lo niega en el asistido "Est actuando, est careteando".

c- Lo aborda al precio de su propio malestar, lo cual garantizar una mal trabajo con no buenas consecuencias personales para el y para el otro.

B.1.4.- Atencin al Rol.

Un operador no puede olvidarse con quienes trabaja. Si nuestro oficio es asistir a adictos y sus familias, nuestro manejo de la cercana-lejana a mantener con ellos ser mas equilibrada mientras los definamos como tales. Sabemos que la conducta del adicto tiene marcados rasgos psicopticos que aparecen a la hora de la interaccin, que los modelos interaccionales de una familia que viene a nosotros con un sntoma crnico como queja (como generalmente sucede con la drogadiccin) son generalmente rgidos, y por lo tanto que "manejes", "manipulaciones", "trampas", etc. etc. son reglas del juego a las que el operador se expone. Esta exposicin entonces no debe tomar desprevenido al Operador, ya que en una charla aparentemente informal, o en un pedido a las apuradas y en voz baja por parte de los asistidos, puede encerrar esas trampas que sabremos evitar si conservamos en mente la idea de que "trabajamos con personas con problemas de drogas".

B.2.- ..."que se guarda frente a un asistido"...

En una relacin de a dos, si alguien tiene algo que el otro no tiene, y lo sabe hacer jugar a su favor, se encuentra claramente en ventaja. Por eso, hablamos de que la Distancia Operativa es algo que el Operador "guarda" frente a sus asistidos. Esto supone la idea de poder, de decisin personal, de "capital operativo". El Operador se reserva para s el derecho de plantear l el grado de cercana-lejana que cree necesario tener para que el vnculo teraputico funcione.

En otro tipo de relaciones personales sean de amistad, de pareja, laborales, familiares, etc. tendemos a pactar de manera tcita o manifiesta las pautas que definen la relacin como tal. Por ejemplo en un matrimonio es bueno saber qu espero yo del otro y que el otro sepa qu esperar de m. Entre amigos el mutuo conocimiento hace que ambos se sientan conocedores del terreno y que tengan expectativas bien definidas de lo que uno espera del otro y viceversa.

La traicin por ejemplo es justamente un quiebre sorpresivo de esa expectativa mutua. El otro me hace algo que no estaba dentro de lo pautado. En los ejemplos citados los participantes no "guardan" las pautas que enmarcan la relacin, sino que tcita o manifiestamente la conocen, y eso les da la tranquilidad para participar de ese tipo de sociedad con otro.

Entre un Operador Socioteraputico y un residente sin embargo la cosa no siempre esta tan claramente definida para el segundo. Un Operador segn nuestra modalidad no se compadece con el perfil de un profesional de la salud tpico. Por el contrario, el hecho de pertenecer a un modelo de Programa Teraputico donde los puntos de encuentro entre el Operador y los asistidos aparece muchas veces como informal, suelen producir en los segundos un olvido sobre la identidad de los operadores, y esto se revela cuando estos encaran una modalidad interaccional cercana al de "aliados negativamente al Operador".

Como un Operador puede trabajar con su residente la muerte de la madre, y al rato estar jugando con el al pin-pon, o tomando mate y hablando de ftbol, la identidad que el Operador proyecta sobre el asistido no es monovalente, pues aparece con muchas facetas. Esta situacin suele a veces ser aprovechada consciente o inconscientemente por el asistido para realizar pedidos, comentarios, o comportamientos, vinculados a los aspectos de su estilo de vida que est tratando de modificar.

Ah es entonces momento para que el Operador saque afuera aspectos de la relacin que el "Guarda" y que el residente olvido. Puede entonces desplazarse hacia un rol teraputico alejndose del de "compaero", o registrar esos mensajes verbales o no verbales obtenidos en una charla de vereda, partido de ftbol, o ronda de mate, para luego volcarlos al espacio teraputico-educativo que crea pertinente. Lo importante es que l sepa "Guardar" el poder para definir el tipo de relacin que cree necesario utilizar para tal o cual situacin. Para esto tendr que afinar sus reflejos y tener bien clara su identidad para que no sea el asistido quien maneje la relacin.

B.3.- ... de tal manera que permita instrumentalizar tcnicas de intervencin teraputica ...La "tcnica" es todo un captulo en este tipo de trabajo. Minuchn en su comentario sobre las tcnicas en terapia familiar, destaca el aspecto artesanal de stas. Dice este autor: "La tcnica sola no asegura eficacia. Si el terapeuta permanece apegado a la tcnica, si se limita ser un artesano, su contacto con los pacientes ser objetivo, desapegado, limpio, pero tambin superficial, manipulador, en beneficio del poder personal y, en definitiva, no muy eficaz"

Las tcnicas de intervencin teraputicas tienen que ver con el conjunto de reglas de sistematizacin, mejoramiento, facilitacin, y seguridad en el trabajo (Dorsch). Por lo que dijimos anteriormente, y se desprende de nuestra definicin, la posibilidad de implementar tcnicas de intervencin se hacen en un contexto emocional que el Operador se ha encargado, de crear. Necesitan de algo que las enmarque y las resignifique en su sentido teraputico. Hay mltiples trabajos sobre tcnicas, quizs tantas como autores existen. Podra desarrollarse una teora de la socioterapia que sin duda privilegiar unas tcnicas por sobre otras. Una caracterstica distintiva de la socioterapia es que en ella los asistidos realizan un proceso de aprendizaje de tcnicas de intervencin que luego aplican en la convivencia.

De esta manera el sistema teraputico se retroalimenta positivamente. La funcin del Operador en la convivencia, en el mejor de los casos, se limita a velar por el sistema teraputico para que en l los asistidos interaccionen con incorporacin de esas tcnicas (que para los asistidos se transforman en normas de convivencia). Cuando aparecen seales de retroalimentacin negativa, es decir cuando estas tcnicas-reglas se muestran como superadas o absorbidas por pautas de conducta ligadas a las de la cultura del adicto, el Operador toma una participacin mas intensa en las relaciones a efectos de reinstalar la pauta anterior. Mencionemos algunas tcnicas claves que se dan en nuestro trabajo con adictos, arriesgando una clasificacin:

B.3.1-. Tcnicas que el Operador genera entre los miembros del sistema socioteraputico (CT. CR. Amb. etc.), asistido-asistido, asistido-Operador.

B.3.1.1- Confronto: Tipo de interaccin donde quien confronta interroga con cierta insistencia sobre una conducta del confrontado que no est acorde con los Valores de Vida a los que el asistido debera tender. El objetivo de la confrontacin es el de que el confrontado revea su actitud a la luz de dichos valores y tome una decisin frente a sus futuras conductas.

B.3.1.2- Blanqueo (excomulgsis): El asistido devela un secreto guardado o una intencin no manifiesta frente a otro asistido.

B.3.1.3- Presin individual: Un asistido insiste con mensajes o conductas dirigidas a otro asistidos a los fines de que este ltimo Blanquee una situacin o cambie alguna actitud definida.

B.3.1.4- Presin de Grupo: dem anterior pero desde un grupo de asistidos hacia un asistido o grupo.

B.3.1.5- Pull Up: Modalidad especfica de presin de Grupo sobre un asistido cuando el canal del confronto no alcanz. Si bien el Pull Up puede aparecer como un pedido individual sobre actitudes de otros asistidos, el hecho de que se d en Grupo favorece el logro de mayor intensidad.

B.3.1.6- Pedido de Ayuda: El asistido solicita ayuda sobre puntos especficos a otro u otros asistidos.

B.3.1.7- Reconocimiento: Verbalizacin de agradecimiento o reconocimiento de alguna conducta o virtud de un asistido a otro.

B.3.1.8- Denuncia: Delacin o sealamiento de un asistido a otro acerca de una conducta negativa para el sistema socioteraputico.

B.3.1.9- Apartamiento: Alejamiento de una situacin que un asistido identifica como peligrosa por lo que puede llegar a generar en l.

B.3.1.10- Expresin de Sentimiento: Manifestacin de emociones activadas por actitudes de otro asistido pero vinculadas a la historia vital del asistido.

B.3.1.11- Reclamo: Exigencia de un asistido a otro/otros de conductas positivas.

B.3.2- Tcnicas que el Operador genera entre l y el asistido.

B.3.2.1- Confronto: Tipo de interaccin donde quien confronta interroga con cierta insistencia sobre una conducta del confrontado que no est acorde con los Valores de Vida a los que el asistido debera tender. El objetivo de la confrontacin es el de que el confrontado revea su actitud a la luz de dichos valores y tome una decisin frente a sus futuras conductas.

B.3.2.2- Sealamiento: Se advierte al asistido sobre una conducta determinada, generalmente un acting a fin de pueda registrarlo a nivel consciente.

B.3.2.3- Incomunicacin: Se pone al residente en una situacin paradjica en la cul le est prohibida la comunicacin fsica o verbal con el resto de los asistidos. A su vez se le pide que reflexione en esa situacin sobre un tema en particular.

B.3.2.4- Puesta en Evidencia: El resto de los asistidos y Operadores se dirigen al asistido, que debe permanecer en silencio al inicio, marcndole actitudes negativas sobre las que no manifiesta intenciones de cambio. Al final de estos sealamientos y reclamos, el asistido debe comprometerse a cambios de actitud que puedan ser observables para el resto.

B.3.2.5- Suspensin: Se aparta por un tiempo al asistido de la estructura grupal a la que pertenece a los fines de que si quiere volver a ingresar lo haga luego de haber experimentado la prdida del tratamiento, y evaluado las actitudes que promovieron su suspensin.

B.3.2.6- Expulsin: El residente quiebra alguna norma bsica para la convivencia por lo cual se lo expulsa del tratamiento.

B.3.2.7- Presin: El Operador intensifica su intervencin sobre uno o varios asistidos.

B.3.2.8- Coloquio: Espacio teraputico individual otorgado a un asistido que necesita trabajar teraputicamente algn punto especfico de su vida o situacin, y que por alguna razn no lo hace en los grupos.

B.3.2.9- Directiva: Orden impartida del Operador a el/los residentes.

B.3.2.10- Peticiones: Pedidos por va reglada de los asistidos al Operador

Otra posible clasificacin podra ser segn el recorte de campo que decidamos hacer. Por ejemplo:

B.3.3- Tcnicas con adictos asistidos en Comunidad Teraputica, Casa de Da, Ambulatorio, Casa de Reinsercin Social, etc.

B.3.3.1- Tcnicas para Grupos

B.3.3.2- Tcnicas para entrevistas familiares.

B.3.3.3- Tcnicas para entrevistas de pareja

B.3.3.4- Tcnicas para entrevistas individuales.

Conviene que en todo Operador se conjuguen la Tcnica y la Creatividad, para que as su trabajo tenga rigurosidad cientfica y aporte vivencial.

Por otra parte, en el trabajo con adictos es comn que se generen situaciones donde el Operador aparezca entrampado por peticiones de sus asistidos por ejemplo, peticiones hechas en un contexto de urgencia, o que se ubican en el filo entre lo permitido y lo no permitido por el Programa.

Los intentos de manipuleo de los asistidos hacia el Operador u otros compaeros de tratamiento no siempre aparecen en forma obvia, por el contrarios, generalmente juegan en el lmite de las reglas de convivencia o teraputicas establecidas.

Las tcnicas aparecen en este contexto de posible confusin como un importante recurso para lo orientacin, pues no hay mejor clima para que una manipulacin resulte exitosa que el afectivo. Si el Operador en estas situaciones se gua solo por lo que "siente" es muy probable que caiga en una trampa y complemente el crculo psicoptico que el asistido comenz a dibujar. En cambio si se gua por la tcnica, es decir por la aplicacin de normas, lmites, y respeto a las pautas de la estructura teraputica, tendr mucho mas xito de no caer en esa trampa y responder con coherencia a esa situacin.

Se dice que quien gua un avin supersnico y decide guiarse por los sentidos, est mas que perdido, pues a esa velocidad la percepcin engaa. Por el contrario, ese aviador debe entrenarse en guiar la nave atendiendo las indicaciones del instrumental, aunque a sus sentidos eso le indique que se va a estrellar. Lo ejemplificado sirve como comparacin con lo que sucede en el Operador cuando intenta ser "manipulado" por un asistido.

La experiencia indica que ese manipuleo se realiza en un espacio de tiempo muy breve, obtener un permiso o un privilegio, "zafar" de una responsabilidad porque de repente apareci una situacin "importante", y otros muchos son ejemplo de estas situaciones. A veces es tan breve el lapso de tiempo, que el Operador no percibe que est frente a una trampa, sino que "siente" al pedido, o reclamo, o conducta transgresora como algo un poco anormal. Ah es que conviene que l reaccione conforme a la tcnica instrumentalizando tcnicas de intervencin teraputica.

B.4.- ... a fin de que el punto de encuentro interpersonal entre el Operador y el Asistido ....

Mdico-Paciente ; Sano-Enfermo ; Posibilitado-Imposibilitado ; Psiclogo-Alienado ; Psiquiatra-Cliente ; etc. etc. Son muchas los ttulos de las duplas que enmarcan la relacin de dos personas en un encuentro vinculado con la salud. Nosotros preferimos hablar de Operadores-Asistidos por varias razones. Reconocemos que la eleccin tiene mucho de arbitrario, podran ser otros los ttulos del Operador, como por ejemplo Terapeuta, Profesional, Coordinador, Staff, etc. U otra la forma de nombrar a los Asistidos, como Usuarios, Clientes, Residentes, Pacientes, etc. Pero Operadores-Asistidos es una eleccin que nos permite reflexionar sobre el rol, y la interaccin que estos generan entre s.

Operador tiene que ver con alguien que Opera, Interviene, Acta, Genera, Cambia. Presenta la imagen de una funcin gil y dinmica, que no se queda en lo contemplativo ni en lo interpretativo. El Operador se involucra, "pone el cuerpo" se convierte en estmulo para el cambio del otro, y se reconoce no como un observador independiente de lo observado, sino como alguien que se mete en la escena teraputica para desde all generar nuevas alternativas contextuales que le permitan al asistido descubrir nuevas opciones de vida. Es como lo que sucede en la pelcula "La Rosa Prpura del Cairo", donde ficcin y realidad quedan desdibujadas a partir de que los personajes de esa pelcula comienzan a interaccionar con los espectadores y viceversa.

Los conceptos tericos desarrollados a partir de la llamada Ciberntica de Segundo Orden, nos ubican frente al hecho terico de que un Operador es alguien que se encuentra incluido dentro del contexto sobre el cual intenta intervenir, no como un observador no participante sino como alguien que debe tener conciencia de las implicancias de su presencia en el sistema teraputico.

De esta manera el Operador tiene su resguardo en el Equipo Teraputico, pues ste encuentra all la mirada que le falta, ya que su misma presencia es algo que funciona como estmulo activador de cambios. La atencin que el Operador le debe a su funcin, se relaciona tambin con cuestiones ticas, pues el modelo relacional que estamos presentando impone indefectiblemente (como lo hace todo encuentro personal) una especie de transmisin de Valores de Vida.

Mas an si observamos que la cuestin de los valores tiene, en muchos modelos asistenciales de trabajo con adictos, una estructuracin, especificidad y explicitacin, precisa. Sin embargo, por mas que se trabaje con la tcnica de confrontacin de valores, el "espritu de la relacin interpersonal" conviene que est impregnado por parte del Operador de reconocimiento afectivo, valoracin del otro, respeto mutuo, y confianza en la capacidad ajena, cosas que mas que estar relacionadas con asuntos netamente tcnicos tienen que ver con una visin del mundo emparentada con una filosofa humanista y existencial. Por eso hablamos de "encuentro interpersonal" donde, siguiendo a Martn Buber, la relacin "yo-t" aparece trascendiendo y superando la relacin "sujeto-objeto", en la que fcilmente se puede caer a la hora de elevar demasiado el solo accionar estratgico y tcnico.

Este tema es imposible desarrollarlo sino desde su faz de desafo: Que el Operador logre un tipo de relacin con el asistido donde el trato humano no impida el accionar tcnico, y donde el accionar tcnico no desnaturalice el encuentro humano. Sobre el Asistido digamos en este punto que no es quien va a intentar humanizar la relaciones ni cargarla de valores positivos. Por el contrario la experiencia indica que las pautas de relaciones interpersonales que el adicto practicaba en el entorno social con los dems adictos con los que se relacionaba, son pautas que intentar repetir en la relacin con el Operador. De esta forma se dar una especie de "pulseada" entre la nueva pauta que el Operador intentar incorporar en la relacin, y la pauta interaccional que el Asistido intentar repetir por cuestiones de hbito, aprendizaje, y conveniencia.

5.... resulte en un campo de operacin psico o socioteraputica.

El objetivo de la Relacin interpersonal Operador y Asistido, no es otro que este: el de la construccin de un campo de operaciones que le permita al adicto trabajar sobre sus aspectos psicolgicos individuales y sobre las pautas de su conducta social. La valoracin que el asistido haga de un lugar fsico por ejemplo (Casa de Da, Comunidad Teraputica, Reins. Social, Lugares de Tratamiento) ser proporcional a la valoracin de la calidad de las relaciones interpersonales que se crearon en ese lugar.

Una satisfactoria Distancia Instrumental-Operativa entonces, posibilitar que el asistido tenga la oportunidad de "crecer" psicolgicamente. Y ponemos la palabra "crecer" entre comillas, porque sabemos que este proceso hacia la salud puede recibir tantos nombres como escuelas psicolgicas hay. "Crecer", "Darse Cuenta", "Hacer consciente lo inconsciente", "Hacer Insight", "Tomar Contacto con S Mismo", etc. etc.

Son a fin de cuentas todas metforas que hacen referencia a ese misterioso proceso de acomodacin psicolgica y social que hacen que una persona pase de ser lo que no quiere ser, a algo a lo que puede a lo menos empezar a conformarse. Por ltimo tambin decimos que esta distancia posibilita la creacin de un campo socioteraputico ya que es en el terreno de las responsabilidades, de las normas, de la experiencia de un otro, y de los deberes y derechos, donde el tratamiento de la drogadiccin adquiere un perfil integral.

Conclusin

Toms de Aquino deca: El hombre no es una inteligencia que piensa, sino un ser que conoce a otros seres en cuanto verdaderos, los goza en cuanto bellos, y los ama en cuanto buenos. Parafrasendolo podemos decir que un adicto no es solo alguien que se drogaba, sino que tambin es una persona a dignificar, un ser humano a respetar, alguien que en cuanto humano, se me parece.

Los avances de las ciencias de la conducta o bien pueden hacernos correr el riesgo de caer en una deshumanizacin del encuentro interpersonal, cosificndolo, o bien pueden brindarnos herramientas valiossimas que aadidas al buen espritu de las relaciones personales sumarn eficiencia y eficacia a un trabajo ligado a lo educativo-teraputico. Quin es mas valioso: el Operador que sabe de adictos, o el Operador que los quiere?. En el trabajo moderno socio-educativo-teraputico con adictos es esta una alternativa perversa, pues el afecto y conocimiento deben animarse, encontrarse, y ligarse de una manera casi artesanal.

Sera triste perder el espritu de solidaridad y buena voluntad que animaron la creacin y sostn de las primeras Comunidades Teraputicas contemporneas. Igualmente seran un despropsito no incorporar a un trabajo que entre otras cosas apunta a modificar la conducta, el inters por la investigacin, la inquisitoria de las modernas teoras, y la meticulosidad de las tcnicas y las estrategias modernas de abordaje comportamental.

Entre el Operador y el Asistido entonces hay un punto crtico, y es el del encuentro personal. Y decimos que es crtico porque en l aparece de manera casi instantnea todo lo que hay de humano y todo lo que hay de conocimiento especializado en el Operador. Por ello, la Identidad del Operador Socioteraputico, y el concepto de Distancia Instrumental Operativo, temas desarrollados en esta ponencia, son cuestiones que creemos tiles debatir en los equipos de trabajo de las instituciones especializadas en drogadependencia, puesto que probablemente echarn un poco mas de luz a la prctica y actitud de nuestro trabajo.

Autor:

Lic. Juan Carlos Mansilla

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Programa Cambio

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