skidmore t. - historia contemporÁnea de america latina cap 6.doc

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    HISTORIA CONTEMPORNEA DE AMERICA LATINATHOMAS SKIDMORE PETER SMITH

    VIPER: SOLDADOS, OLIGARCAS E INDIOS

    Para comprender el Per contemporneo, debe comenzarse examinado su geografa. Situado en la costapacfica de Suramrica y con un tamao de aproximadamente el doble de Texas, el pas tiene tres regionesgeogrficas: la costa, la sierra y la montaa o selva. La zona costera, rida y seca, ha sido dominada durantesiglos por la ciudad de Lima y su puerto El Callao, cuya poblacin en 1993 era de unos 4,2 millones dehabitantes (casi un quinto del total nacional de 23 millones). La sierra es la cordillera andina, un mundo depicos nevados y valles glidos que contiene ciudades de provincia tan antiguas como Cuzco y Ayacucho: y lamontaa, en la vertiente oriental de los Andes, es una regin selvtica cuyos bosques tropicales se extiendenhasta el trecho superior del Amazonas, donde la ciudad de Iquitos es el puerto ms importante. Debido a suinaccesibilidad, la montaa ha estado poco poblada hasta tiempos recientes, aunque la colonizacin actual laha convertido en una regin mas dinmica y en crecimiento. Estos rasgos geogrficos han ayudado a crear

    economas regionales desiguales. La costa ha dado origen a una agricultura comercial e industrias deproductos acabados. La sierra ha sido una zona de minera, ganadera y agricultura de subsistencia. A pesarde sus recursos naturales, la montaa no ha disfrutado de un crecimiento sustancial; hubo un auge del cauchoy, en aos recientes, cultivos de hojas de coca (para el mercado internacional de estupefacientes), pero no hahabido una prosperidad sostenida. Sin embargo, ms recientemente, el cultivo de caf, azcar y fruta (para elmercado limeo) ha dado energa a la economa regional. Las variaciones tnicas forman parte de estasdiferencias. En el centro del imperio inca, Per contina manteniendo una gran poblacin india. El censo de1940, el ltimo en usar categoras raciales, clasificaba aun 46 % de la poblacin como india. Probablemente,en trminos tnicos, se trata de un recuento a la baja, ya que la definicin de indio depende ms de laapariencia fsica que de la herencia tnica. La cifra actual es con toda probabilidad de alrededor de un 35 %.Se ha estimado que hay alrededor de tres millones de hablantes de quechua en Per, y tambin un nmeroconsiderable de hablantes de aymara. Los indios viven (y han vivido) principalmente en la sierra, a menudo

    en comunidades tradicionales muy cerradas, perpetuando costumbres que retrotraen a los das de los Incas.Per cuenta con una capa relativamente pequea de blancos, un estrato que se origin con los conquistadoresespaoles y que ahora alcanza cerca de una dcima parte de la poblacin nacional. Dejando a un lado anegros y asiticos, la mayor parte de la poblacin restante la componen los mestizos, quizs un tercio o msdel total. Como en otros pases de Amrica Latina, stos ocupan una posicin ambigua en la sociedad, alrepresentar a la vez el peso de un pasado opresivo y, de forma ocasional, las perspectivas de una culturaradicalmente diferente. Con frecuencia se los conoce como cholos, un trmino usado con carcter peyorativocuando se aplica a un indio que quiere pasar como mestizo. Como no es de sorprender, esta mezcla tnica hallevado a interpretaciones muy divergentes de la sociedad e historia peruanas. Algunos escritores handenunciado con violencia el legado espaol del pas. Alberto Hidalgo, por ejemplo, proclamaba a comienzosdel siglo XX, su odio a Espaa, porque nunca haba hecho nada bueno por la humanidad y porque losespaoles eran brutos por naturaleza. Pero Espaa tambin ha tenido apologistas. Bartolom Herrera,sacerdote del siglo XIX, slo tuvo alabanzas para la obra que realizaron los espaoles, que segn l, fue lams grande obra que el Todopoderoso haya realizado mediante las manos del hombre. La conquista de lanaturaleza, la adquisicin de una nueva parte del mundo para la civilizacin eran, para Bartolom Herrera;logros inigualados de los espaoles. Las implicaciones estaban claras. Per deba poner el poder y susesperanzas sobre sus ciudadanos de descendencia europea. Estos comentaristas tambin solan denunciar alos indios. Se los describa cmo indolentes, incapaces, adictos sin remedio a mascar hojas de coca. Notenan redencin y constituan un duro obstculo para el progreso nacional. Los problemas de Per podanrastrearse hasta la terca sobre vivencia de los herederos de los incas. Los mestizos tambin han recibidocrticas. Justo cuando Jos Vasconcelos propona sus ideas promestizas acerca de la raza csmica enMxico, Alejandro O. Destua ofreca en 1931 una crtica mordaz de Per, donde, segn l, el problema delmestizo era mucho ms grave que en otros pases. Producto del indio en su periodo de disolucin moral y del

    espaol en su era de decadencia, el mestizo haba heredado todos los defectos de cada uno sin ser capaz deconservar los restos de la vida caballerosa del conquistador. La mezcla, segn l, haba sido desastrosa parala cultura nacional. El mestizaje, pues, no era para Destua un signo de progreso social, sino un sntoma deretraso. Per estaba condenado por la composicin racial que haba heredado. Durante el siglo XX, lospensadores peruanos han intentado resolver el inquietante problema de la identidad nacional. Algunos han

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    hallado inspiracin en la herencia india. Un caso notable es el de Jos Mara Arguedas, el nico novelistacapaz de penetrar tanto en el mundo indgena como en el criollo de Per. Era un mestizo que haba vivido encomunidades indias de pequeo y era bilinge de espaol y quechua. En Canto Kechwa (1938) sostiene queel indgena no es inferior y confa en que algn da indios y mestizos sern considerados iguales y sevalorarn sus capacidades creativas. Pero Arguedas encontraba demasiado pesada de soportar la carga de supropia herencia tnica y se suicid en una desesperacin absoluta. Otros han investigado la fusin de loscomponentes espaoles e indios, como hizo Vctor Andrs Belande en un libro titulado Peruanidad (1957).

    Sin embargo, la cuestin bsica persiste: Puede Per convertirse en una nacin unificada?El periodo independentistaDurante la etapa colonial, Per era una importante fuente de ingresos para Espaa. Las minas de plata dePotos en el Alto Per (ahora Bolivia) producan grandes cantidades de riqueza, en particular durante lossiglos XVI y XVII, y despus se encontraron ricas venas en la sierra peruana. Pronto aparecieron los adornosde la civilizacin espaola. La Universidad de San Marcos fue fundada en 1551. La Inquisicin estableci sutribunal en 1569, cuando la Iglesia se convirti en una poderosa institucin. Lima, una impresionantemetrpoli para su lugar y su tiempo, era mereced ora de su nombre: la Ciudad de los Reyes. Per sufri unaprolongada crisis econmica durante finales del siglo XVIII. La produccin de plata se desplom, aunquehubo una breve recuperacin en la dcada de 1790. Las medidas borbnicas de libre comercio redujeron suparticipacin en el trfico con el Alto Per y Chile, ya que ahora los artculos llegaban por tierra desdeBuenos Aires. La creacin de un virreinato en la regin de Ro de la Plata disminuy la actividad eimportancia de la burocracia real de Lima. Tupa Amaru II (el mestizo Jos Gabriel Condorcanqui) encabezuna sangrienta revuelta india que fracas en 1780-1781. Aunque no tena relacin con los cambiosadministrativos de la corona, gran parte de la elite pens que el mensaje de la revuelta era claro: Per estabaen decadencia. Paradjicamente, la tendencia econmica no produjo un movimiento independentistaextendido. Los intelectuales limeos aprendieron de la Ilustracin y lanzaron un peridico liberal, elMercurio Peruano, en 1791. Pero no clamaban por la independencia de Espaa, sino que, ms bien, pedanconcesiones dentro del marco colonial, medidas que devolvieran los privilegios y prosperidad de la erapreborbnica. Hubo un breve movimiento separatista en la sierra encabezado por un mestizo (conocidosocialmente como indio) llamado Mateo Garca Pumacahua, pero en seguida se extingui. Mientras la causade la independencia barra el resto de la Amrica espaola, Per segua siendo una plaza fuerte leal a lacorona. La liberacin lleg del exterior. A finales de 1820, habiendo comandado sus tropas por los Andes,

    desde Argentina hasta Chile, Jos de San Martn alcanz la costa sur de Per.(Paracas) Varios mesesdespus los espaoles evacuaron Lima y el 28 de julio de 1821, San Martn proclam la independencia.Reconocido como el protector por el pueblo, comenz a hacer planes para establecer una monarquay encarg a un agente que buscara un prncipe europeo conveniente. Esto desencaden la oposicin delos liberales, que queran una forma de gobierno republicana,???? y tras la entrevista de Guayaquil deSan Martn con Bolvar a mediados de 1822 y su posterior estada en Chile, Argentina, Inglaterra, Blgica yFrancia donde muri el 17 de Agosto 1850. Una asamblea especial aprob una Constitucin en 1823 y Josde la Riva Agero se convirti en el jefe ejecutivo del pas, pero todava haba que ganar la independencia.Al ao siguiente, Bolvar obtuvo una resonante victoria militar sobre los espaoles en la batalla de Junn yAndrs Santa Cruz dio el golpe de gracia en Ayacucho(Sucre?). A todos los efectos prcticos, Per era libre,aunque Espaa se negaba a reconocer la independencia de su colonia. Entonces Bolvar propuso crear laconfederacin de Per con el Alto Per y la Gran Colombia (Ecuador, Colombia y Venezuela), bajo su

    mando, por supuesto, y se asegur la aceptacin de una tmida asamblea limea en 1826. La oposicin creciy Bolvar se desplaz al norte para reprimir las crticas despus de haber aprobado a regaadientes un planpara separar a Bolivia. El caudillismo y la geopoltica se hicieron fuertes en Per. Una serie de mandosmilitares combatieron por la presidencia, con golpes y contragolpes al orden del da entre 1828 y comienzosde la dcada de 1840. El general Agustn Gamarra, que se haba hecho con la presidencia en 1839, intentsometer y anexar a Bolivia, pero encontr la muerte en el campo de batalla en 1841. Los polticos peruanosde la etapa posindependentista presentaban una escena paradjica. Al haber vencido a Espaa con la ayudaexterior, a Per le resultaba difcil afirmar su autonoma de los estados fronterizos. Haba contenido elconflicto abierto hasta la dcada de 1820, pero cay bajo el dominio de los dictadores militares y una vez quese hubo desembarazado de las cargas del gobierno colonial, se encontr con que muchos afirmaban que susociedad estaba en firme decadencia. La economa era sumamente dbil. Las luchas a comienzos de ladcada de 1820 haban dejado a El Callao, el puerto principal (cercano a Lima), en un estado ruinoso. Sehaban asolado las tierras de la costa y la sierra. El comercio segua deprimido. Las minas se encontraban enmal estado. La tesorera nacional estaba casi vaca ya partir de la dcada de 1820 el gobierno comenz aacumular una serie de deudas externas (principalmente con acreedores ingleses) que ms tarde resultarancasi ruinosas. Tampoco haban mejorado las condiciones para los indios, que por entonces suponan cerca del

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    70 % de la poblacin total (entre un milln y milln y medio). El tributo tradicional, abolido formalmentecon la expulsin de Espaa, fue reemplazado por un impuesto de capitacin, la denominada contribucin deindgenas y bajo las doctrinas liberales de la poca, los indios se consideraron individuos, nocomunidades, as que ya no disfrutaron de la proteccin especial previa. Algunos buscaron refugio comopeones en las haciendas o como trabajadores en las minas. Otros trataron de pasar como mestizos y buscarempleo en las ciudades y pueblos.

    El periodo del guanoLa naturaleza vino al rescate de Per. Durante siglos, las fras aguas marinas del pas, debido a la corrientede Humboldt, haban atrado gran cantidad de peces. A su vez, stos atraan a los pjaros, que dejaban susexcrementos sobre las islas cercanas a la costa. La sequedad atmosfrica ayudaba a la conservacin ycalcinacin de estos depsitos, conocidos como guano, que tenan una alta concentracin de nitrgeno. Elguano, como haban sabido los incas, era un fertilizante de primera calidad. En 1841, el primer cargamentode guano peruano lleg al puerto de Liverpool.(Las tierras inglesasestaban agotadas) As comenz uncrecimiento orientado a la exportacin y un periodo de aparente prosperidad que dur medio siglo. Fue unabonanza especial para el tan presionado gobierno. Las islas que tenan depsitos de guano eran de propiedadpblica, no tierras privadas. Esto plante una cuestin ala vez prctica y terica para los responsablespolticos liberales: cmo poda un gobierno comprometido con los principios del laissez-faire aprovecharsede su monopolio virtual? La respuesta se hall en el sistema de consignacin, mediante el cual el gobierno

    arrendara (por lo usual en exclusiva) los derechos de explotacin a una casa o sociedad comercial. En virtudde tales contratos, el gobierno obtendra una cuota fija del valor total de las ventas, quizs dos tercios, enlugar de un impuesto sobre los beneficios. El comerciante, por lo habitual un extranjero, recibira elreembolso de los costes ms un porcentaje de la venta. La estrategia pareca bastante acertada, ya que hacaparticipar al Estado liberal en una sociedad junto con una empresa privada para beneficio de ambos. Pero elsistema de consignacin tuvo algunas ramificaciones importantes. Una fue colocar al Estado en conflictoconstante con las casas comerciales. Como tena el control completo del suministro, el gobierno queravender el guano al precio ms alto posible, lo que poda significar retener los cargamentos para mantener losprecios elevados. Sin embargo, debido a la comisin acordada, el comerciante estaba ms interesado en elvolumen total de las ventas que en el precio de un cargamento individual. Despus de todo, el comerciantetena un contrato por un periodo especfico, durante el cual lo importante era vender la mayor cantidad deguano posible. Los precios elevados servan de ayuda, por supuesto, pero era ms rentable desde la

    perspectiva del comerciante vender grandes cantidades de guano a precio moderado que vender cantidadesmuy pequeas a altos precios. Como resultado, el gobierno peruano y los arrendatarios discutieronconstantemente durante toda la etapa del guano: Un segundo factor se deriv del volumen de la inversinrequerida. Aunque el guano resultaba accesible, apilado en montculos al aire libre, su explotacin requerauna considerable inversin de capital: en barcos, almacenes, transporte y salarios. Adems, el gobiernodemandaba sin cesar adelantos en metlico de sus arrendatarios. Esto restringa los posibles candidatos aaquellos comerciantes que contaban con fuertes reservas de capital y dados los aprietos de la economa local,pocos peruanos podan aprovechar la oportunidad. Un tercer factor, relacionado con el segundo, se derivabade la deuda externa. Ya en 1822 el gobierno peruano negoci un prstamo de 1,8 millones de libras esterlinascon un establecimiento banquero britnico. Crditos posteriores e intereses acumulados llevaron a una deudaingente y Per empez a quedarse atrs en sus pagos. Los tenedores de bonos britnicos se impacientaron yde inmediato consideraron que la bonanza del guano era su salvacin. Estaban en lo cierto. El comercio delguano acab pasando en su mayor parte a manos inglesas. En 1849, mientras el legislativo peruano aprobabauna resolucin concediendo preferencia a los nacionales en los arrendamientos, el gobierno negociaba uncontrato con la firma londinense de Anthony Gibbs. El acuerdo autorizaba a Gibbs a comprar ttulos de ladeuda a sus propietarios ingleses al precio de mercado (un 40% menos del valor nominal) y luego autilizarlos con su valor nominal para pagar los cargamentos de guano. De este modo, el gobierno tena unaprdida considerable, mientras que Gibbs poda esperar obtener copiosos beneficios de la venta del guano enel mercado europeo. Per se volvi tan dependiente del guano que cre una economa de exportacin de unsolo producto. A comienzos de la dcada de 1860, el gobierno obtena cerca del 80 % de sus ingresos delguano, lo que testifica tanto la dependencia del Estado de sus arrendatarios como la relativa escasez de otrasexportaciones. Al mismo tiempo, aproximadamente la mitad de lo recibido por este concepto se destinaba alos tenedores de bonos ingleses. As pues, el auge del guano proporcion poco estmulo para un crecimiento

    econmico de largo alcance. Como Frederik Pike ha observado, cuanto mayores son las ganancias llovidasdel cielo, menos logra mantenerse la economa por sus propios recursos. En 1845, cuando el mercado delguano se hallaba en expansin, Per cay baj el poder del ms fuerte de sus dirigentes del siglo XIX:Ramn Castilla, de cuarenta y seis aos, gran inteligencia y ojos negros?, hijo de una madre mitad india yun padre hispano-italiano. Era un oficial del ejrcito que se haba distinguido en Junn y Ayacucho, y trat de

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    modernizar las fuerzas armadas peruanas. Una vez que alcanz el cargo, envi al Congreso un presupuestonacional, el primero de la historia del pas. Promovi las obras pblicas, que incluyeron la construccin delprimer ferrocarril latinoamericano (de Lima a El Callao). En poltica exterior, revivi el sueo de Bolvar deunir Amrica Latina, en parte porque tema el desplazamiento hacia el sur de Estados Unidos, que estabahaciendo arrodillarse a Mxico en 1846-1848. A Castilla le sucedi en 1851 Jos Rufino Echenique, cuyaprincipal contribucin consisti en la consolidacin de la deuda interna nacional. Bajo esta poltica, elgobierno de Echenique reconoci como vlidas todas las reclamaciones de los ciudadanos, casi todos

    conocidos de las clases altas, que testificaron prdidas sustanciosas durante las guerras de independencia ylos conflictos siguientes. La administracin de Echenique pag cerca de 19 millones de pesos por esosconceptos y, segn un clculo, al menos 12 millones de pesos se dedicaron a reclamaciones sin fundamento.No necesita explicarse la fuente de esos pagos: la cuota gubernamental de la venta del guano. A pesar de lacorrupcin, la reorganizacin financiera llev a algunas acumulaciones internas de capital importantes. En1854, Castilla, hastiado, derroc a Echenique y volvi a asumir el control. Pronto emiti dos decretos degran alcance: uno que abola la contribucin de indgenas y el otro que emancipaba a los esclavos negros. Elmercado del guano tambin facilit la legislacin social, ya que el gobierno poda permitirse ahora perder elimpuesto de capitacin sobre los indios e indemnizar a los plantadores por sus esclavos. Per comenzenseguida a aprovechar otra fuente de mano de obra, los culs chinos, unos 100.000 de los cuales llegaronsujetos a un contrato desde mediados de 1850 a mediados de 1870 para trabajar primordialmente en laeconoma costera (guano, azcar, algodn). Durante este segundo mandato, que dur hasta 1862, Castillacontinu apoyando la profesionalizacin del ejrcito y la educacin pblica. Presidi las asambleas queredactaron dos constituciones, un documento federalista en 1856 y una carta constitucional centralizadora en1860. y continu presionando para la unificacin continental. Segn explicaba su razonamiento: La relativadebilidad de las repblicas de Suramrica, divididas y aisladas entre ellas, es a juicio de este gobierno lacausa deplorable del hecho de que en muchas ocasiones hayamos sido tratadas con una falta grave derespeto, como si para las grandes potencias internacionales no existiera un derecho de naciones comn. Trasla salida de Castilla, aparecieron problemas con Espaa, que nunca haba reconocido de forma oficial laindependencia peruana. Espaa protest por el supuesto maltrato otorgado a los inmigrantes espaoles enPer y en represalia ocup algunas islas ricas en guano a unos 170 km al sur de El Callao. Su asentamientoprovisional en ellas excit protestas y una revuelta; lleg al poder Mariano Ignacio Prado y en 1866 declarla guerra a Espaa (quien bombardeo algunas ciudades costeras) El conflicto fue breve, pues en 1869

    Espaa extendi por fin un reconocimiento oficial de la independencia de Per. Los gobiernos continuaronhaciendo frente a una deuda que segua un curso espiral. El presidente Jos Balta (1868-1872) pas elproblema a Nicols de Pirola, un nio prodigio de treinta aos con algo de dandy?, que negoci un acuerdocon la firma parisiense de Adolph Dreyfus. Segn el plan, Dreyfus asumi toda la responsabilidad de ladeuda exterior del gobierno y adelant prstamos adicionales a cambio del monopolio sobre la compra y laventa del guano. Con el tiempo, el acuerdo se aclar, cuando Dreyfus puso sus propias acciones en elmercado pblico, pero a corto plazo proporcion cierta estabilidad a una situacin cambiante y catica.Pirola tambin estableci acuerdos con Henry Meiggs, empresario estadounidense aventurero y sinescrpulos, para extender el ferrocarril por todo el pas. Los contratos de Dreyfus y Meiggs fueron tachadosde inmediato por los crticos nacionalistas como saldo, pero de todos modos fueron aprobados. La deudaexterior segua creciendo. Manuel Pardo, candidato del primer partido poltico del pas, el Civilista, ocup elpoder de 1872 a 1876. Era un reflexivo hombre de Estado, aristcrata de nacimiento y millonario por su

    esfuerzo propio, que luch con la deuda, promovi la educacin pblica y nacionaliz los campos denitratos. Sin duda, fue uno de los lderes ms realistas y efectivos de su poca. Cuando iba a terminar sumandato, apoy aun general del ejrcito para la presidencia, con la esperanza de que fuera capaz de controlarlas continuas insurrecciones. En 1878, a la edad de cuarenta y cuatro aos, Pardo fue asesinado. Per perdia uno de sus mejores dirigentes. Las cosas fueron a peor. El ncleo de la economa de exportacin se cambial sur. Los nitratos comenzaron a producir beneficios en lo que ahora es el sur de Per y el norte de Chile,entonces parte de Bolivia, y los inversores chilenos se negaron apagar los nuevos impuestos sobre losnitratos reclamados por el presidente de Bolivia, Hilarin Daza. En revancha, ste orden apoderarse de laslabores de nitrato chilenas en Antofagasta. Chile envi tropas para ocupar la regin. Tras cierta vacilacin, elgobierno peruano de Mariano Ignacio Prado decidi respetar una alianza de 1873 con Bolivia. As comenzLa guerra del Pacfico (1879-1883), en la que enfrentaron Per y Bolivia a Chile. Fue un desastre total paraPer abandonado por Bolivia no pudo hacer frente a Chile ) Chile obtuvo una resonante victoria military ocup Lima. En el tratado de paz que sigui en 1883, Chile obtuvo el control completo de la provincia deTarapac, rica en nitratos, incluida la ciudad de Iquique; e iba a mantener el control de Tacna y Arica durantediez aos y despus su destino se decidira por plebiscito.(Recin en 1929, Tacna qued para Per)

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    La guerra del Pacfico tuvo efectos de largo alcance sobre los tres pases. Para Chile abri paso al auge delnitrato mas el del cobre- y reforz la confianza nacional. Para Bolivia supuso perder el acceso al mar. ParaPer fue una derrota humillante que aument el descrdito de los polticos. Adems, acrecent la deuda einterrumpi el comercio. Fue un fracaso en todos los sentidos. Despus de la derrota lleg el general AndrsCceres, que fragu un golpe a finales de 1885 y gobern de 1886 a 1890. Intentando recomponer las piezasen el interior y aplacar a los iracundos tenedores de bonos del exterior, el nuevo presidente, como muchos

    antes que l, busc ayuda ms all de Per. Cceres inici conversaciones con los tenedores de bonoslondinenses. Segn su plan, que recibi el nombre de Michel Grace, el negociador britnico, Per satisfara asus acreedores cedindoles el control de sus ferrocarriles durante sesenta y seis aos, entregndoles todo elguano que no fuera necesario para el uso interno y efectuando treinta y tres pagos anuales de 8.000 librasesterlinas. Los tenedores de bonos, por su parte, adelantaron un nuevo prstamo de 6 millones de librasesterlinas y prometieron invertir una buena proporcin de las ganancias en los ferrocarriles. En medio dedesacuerdo y controversia, el Contrato Grace fue finalmente aprobado en 1889. Como en el caso de Dreyfus,ha seguido siendo para los nacionalistas un smbolo del excesivo celo de su gobierno por complacer a losinversores extranjeros. El Contrato Grace marc el final de la etapa del guano. Los depsitos estaban casiexhaustos a comienzos de la dcada de 1880 y desde 1889 hubo pocos excedentes que exportar. El ciclohaba terminado. El auge del guano dej una profunda impresin en la historia peruana. Proporcion un cebopara los inversores extranjeros; condujo a extravagancias y corrupcin al gobierno peruano, y alter las

    perspectivas sociales de la elite, en particular entre los latifundistas de la costa. Un escritor recordaba que laimaginacin popular dot de proporciones fantsticas a la improvisacin de fortunas. Fue la primera vez quelas antiguas formas de la vida social, ms o menos estticas incluso durante las revueltas polticas, sufrieronuna severa sacudida. Por vez primera, el dinero surgi como valor social exclusivo. Tentados por lasperspectivas, los latifundistas trataron de emular a los comerciantes, negociantes y financieros. Pero esto nosupuso la creacin de una clase media independiente o un estrato empresarial medio, sino la adopcin dealgunas cualidades empresariales por parte de la aristocracia costera peruana.(El guano fue lo que el oro delSiglo XVI-XVI)Visin general: crecimiento econmico y cambio socialDesde comienzos del siglo XIX, Per ha pasado por tres largos ciclos de crecimiento orientado a laexportacin. La figura 6.1, que muestra el volumen y el valor de las exportaciones, ilustra el patrn general.La primera fase, correspondiente al periodo del guano, se extendi de la dcada de 1830 a finales de la de

    1870. Tras un periodo de oscilacin, la economa se recobr en 1890 y comenz una fase de expansin quedur hasta la Gran Depresin de l929. La conclusin de la Segunda Guerra Mundial reabri los mercadosinternacionales y precipit otro ciclo de crecimiento que continu hasta mediados de los aos setenta, cuandolos precios mundiales para los productos agrcolas y otros empezaron a declinar. El modelo que presentanestas tendencias nos sirve para ilustrar varios hechos clave del desarrollo econmico peruano. En primerlugar, el pas ha seguido dependiendo de las exportaciones como un estmulo para el crecimiento. Losresponsables polticos casi siempre se han centrado en el mercado internacional y no en la demanda interna.En segundo lugar y como consecuencia de lo anterior, Per sigue siendo extremadamente vulnerable alasvariaciones de precios del mercado internacional, es decir, a fuerzas que no estn bajo su control. En tercerlugar, como veremos, cada uno de los tres ciclos ha reflejado la subida (y cada) de un producto o ms, hechoque ha llevado a ciclos de prosperidad repentina para diferentes regiones del pas. En cuarto lugar, el Perdel siglo XX ha creado una economa en la que los vnculos entre los sectores modernos que utilizancapital de forma intensiva dominan el proceso de exportacin-importacin, principalmente en la costa y lossectores tradicionales que utilizan mano de obra intensiva en especial de bajos ingresos y en las tierrasaltas no han conducido a un aumento sistemtico de los ingresos del ltimo sector. Y, por ltimo, en partecomo resultado del impacto interno de esta economa orientada a la exportacin, Per presentaba en 1986una pauta de distribucin de la renta notable por su desigualdad. El 20 % de la poblacin perteneciente alasclases altas reciba el 51 % de la renta, mientras que el 20 % de la poblacin de las clases inferiores recibaslo el 5 % de la misma. Tras el declive del guano, fue la minera, junto con el azcar y el algodn, dosproductos agrcolas cultivados en la costa, los que alimentaron la expansin de 1890-1930. Al igual que enCuba y otros lugares, el azcar requera por entonces gran inversin de capital. La maquinaria para lostrapiches modernos era cara y se necesitaban grandes extensiones de tierra para cultivar caa suficiente. A lolargo de la costa norte de Per, donde se centr la mayor parte de la produccin, constitua la actividad de

    todo un ao (en contraste con la mayora de las otras regiones, como Cuba, donde el ritmo de trabajo es detemporada). Como resultado, los plantadores, en general peruanos, desarrollaron una mano de obraestacionaria que se aproximaba a los 30.000 trabajadores a finales de los aos veinte. Algunos erandescendientes de esclavos africanos; otros, chinos y el resto, indios de la sierra que llegaban en condicionescoercitivas como enganchados, es decir atrapados por los adelantos de dinero. La produccin azucarera y las

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    exportaciones aumentaron de forma especialmente rpida a mediados de la dcada de 1890 y de nuevodurante la primera guerra mundial. En los aos veinte, la capacidad productiva alcanzaba las 320.000toneladas, casi el doble que antes de la guerra. Aunque el mercado se derrumb a finales de la dcada, lamayora de los plantadores pudieron sobrevivir. Sin embargo, como su mayor mercado de exportacin eraEstados Unidos, donde el proteccionismo daaba las importaciones, el sector azucarero peruano sufri unestancamiento durante los aos treinta. La otra fuente importante de crecimiento era el algodn, que podacultivarse a lo largo de la costa. Hasta finales del siglo XIX, el algodn de hebra larga peruano no poda

    competir con la variedad de hebra corta estadounidense, pero las innovaciones tcnicas de la dcada de 1880permitieron mezclar el producto peruano con lana. La demanda mundial aument y los latifundistasrespondieron. La produccin salt de unas 400 toneladas mtricas en 1890 a ms de 2.000 toneladas mtricasen 1910, ya casi 6.000 toneladas mtricas?? en 1930, y para entonces este artculo supona el 18 por 100 delas exportaciones peruanas. Su cultivo en Per es una actividad de temporada, en contraste con el azcar, loque cre dos tipos de mano de obra: el yanacn aje, con diferencia el modo ms importante; y la produccinindependiente, efectuada por campesinos a pequea escala. En parte por esta razn, sigui en manosperuanas, ya que los inversores extranjeros eran reacios a participar en relaciones de produccin neofeudales(es decir, no mercantiles). En los aos veinte, la mano de obra dedicada al algodn abarcaba a ms de 40.000personas. Los empresarios extranjeros no se distinguieron como latifundistas, sino como comerciantes, puesocuparon posiciones importantes en el desmote, financiacin y comercializacin del algodn. Hasta los aosveinte, tambin mantuvieron un monopolio virtual sobre el crdito, pues los plantadores solan necesitarprstamos a corto plazo de una temporada a otra. Pero la mayor parte de los beneficios fueron aparar a losproductores peruanos. Adems, este cultivo proporcion un estmulo para la inversin interna en textiles yproductos derivados (como jabn, velas y aceite de semillas de algodn), pero no gener una amplia escalade inversiones fuera del sector algodonero. La sierra tambin tom parte en la agricultura. Desde los pastosde los Andes llegaba una lana que supuso ms del 10 por 100 de las exportaciones en la dcada de 1890, en1903 y en 1918-1920. La variedad de mayor calidad procedente de la alpaca era producida en su mayor partepor campesinos tradicionales. La de oveja provena de las haciendas a gran escala y los conflictos por latierra llevaron a una ola de revueltas campesinas a comienzos de siglo. El derrumbamiento del mercado enlos aos veinte produjo una recesin, en particular para los criadores de ovejas, pero el gobierno central,orientado hacia la costa, no ofreci ningn auxilio. La montaa peruana, al igual que la Amazona brasilea,pas por un breve auge del caucho. Empresarios nacionales enrgicos como Julio C. Arana amasaron

    inmensas fortunas y al terminar el siglo la ciudad de Iquitos haba crecido hasta unos 20.000 habitantes. Peroesta prosperidad fue breve. Pronto, Per, como Brasil, se vio arrojado del mercado por las plantaciones decaucho ms eficientes del Lejano Oriente. A partir de la dcada de 1890, la minera, que haba dominado enotros tiempos la economa peruana, sufri un cambio importante. A finales del siglo XIX, los operadores apequea escala se concentraban en los metales preciosos, primero en la plata y luego en el oro. Pero lasminas peruanas, situadas por toda la sierra, son de una complejidad inusual ya menudo hay ms de un metalen una misma mina. El desarrollo industrial estadounidense gener la demanda de metales no preciososcomo el plomo, zinc, hierro y cobre. Este ltimo se convirti en el producto mineral ms importante hasta1930. Los avances tecnolgicos y la extensin del ferrocarril hicieron posible aprovechar las vetas peruanas.En 1901, lleg una inversin estadounidense a gran escala con la compra del complejo de Cerro de Pasco, yla produccin se aceler de inmediato. En 1930, casi la mitad del valor de toda la produccin mineralprovena del cobre, con el oro y la plata ahora como productos secundarios. Los serranos proporcionaron la

    fuerza laboral y la propiedad fue a parar casi por completo a manos extranjeras, especialmente a la Cerro dePasco Copper Corporation ya la Northern Per Mining, filial de la American Smelting and RefiningCompany. Tambin se extendieron en estos aos la exploracin y explotacin del petrleo, en especialdurante la primera guerra mundial. Los campos costeros contenan depsitos de una gran calidad, que eranmuy apreciados en el mercado internacional, y los capitalistas estadounidenses tomaron parte en susprimeros estadios. En 1913, la lnternational Petroleum Company (IPC, una filial canadiense de la StandardGil) logr el acceso a los importantes campos de Negritos y La Brea-Parias bajo unas condiciones quedespus se convertiran en una fuente de controversia continua. Cerca de un 10 % de la produccin se vendaen el pas (ya que Per no tena carbn); el resto iba al mercado de exportacin, donde proporcionabacopiosos beneficios a los dueos. En 1930 el petrleo supona el 30 % de las exportaciones peruanas totales.Ese mismo ao, un observador informado conjetur que el 50 % del precio al por mayor en el exteriorconstitua un claro beneficio para las compaas. En comparacin con estos productos de exportacin-azcar, algodn, lana, caucho, cobre, petrleo-, la actividad interna tuvo un papel menor en el ciclo decrecimiento de 1890-1930. La produccin textil se extendi a comienzos de siglo y despus se nivel.Algunos productos agrcolas se cultivaban para el consumo interno -carne, patatas, yuca, maz-, pero unabuena proporcin de la produccin y el intercambio se efectuaba dentro de economas de subsistencia y no

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    en la economa monetaria. La Gran Depresin y la Segunda Guerra Mundial alteraron despus el cuadrointernacional y propiciaron una modesta reorientacin de la economa peruana, pero en contraste con los deArgentina, Mxico y los responsables polticos ni siquiera trataron de embarcarse en esta sustancial deindustrializacin para sustituir a las importaciones.La mayora de los sectores econmicos se unieron al ciclode posguerra, aunque con algunos cambios importantes. La produccin azucarera se extendi en los aossesenta, cuando Per aprovech el aumento de su cuota de mercado estadounidense al retirarse Cuba, y los

    trabajadores peruanos de este sector comenzaron a organizar un movimiento sindical militante. Laproduccin algo don era se increment de 182.000 toneladas al ao en 1945-1949 a 381.000 en 1960-1964 yluego descendi, en parte debido a la saturacin del mercado mundial y en parte por la competencia de lostextiles sintticos. Al yanaconaje se le uni el trabajo asalariado y el arrendamiento del proceso deproduccin, y los aparceros trataron de mejorar su posicin negociadora. La lana de oveja casi desaparecide la lista de exportaciones, aunque el comercio de la alpaca de gran calidad continu a escala modesta. Laminera pas por su propia diversificacin. El cobre sigui manteniendo su preeminencia. Las vetas de hierrorecibieron atencin y fueron desarrolladas por la Marcona Mining Company, un conglomerado de empresascuyo participante principal era la Utah Construction Company. Aunque la minera se desplaz a otrosmetales, la inversin estadounidense sigui siendo predominante. Lo mismo puede aplicarse al petrleo,aunque su peso relativo entre las exportaciones descendi durante los aos sesenta. Un nuevo artculocontribuy de manera importante a la balanza comercial exterior: la harina de pescado, que pas a ser

    ampliamente utilizada por la industria de alimentacin animal estadounidense (en especial para aves ycerdos). Desde una posicin estable en los aos cincuenta, Di un salto adelante para convertirse en el primerpas del mundo en volumen de pesca en 1964, con un 18 % de las capturas mundiales y una produccin deharina de pescado cercana al 40 % del abastecimiento mundial. Los empresarios que se hallaban a la cabezano pertenecan a la elite ni eran extranjeros: al igual que Luis Ranchero Rossi, el legendario magnate de laanchoa, pertenecan a la clase media local. Entonces la naturaleza gast una broma cruel. Los cambiosocurridos en las corrientes ocenicas, primero en 1965 y de nuevo en 1972, junto con la sobre explotacin delos recursos, llevaron ala desaparicin de los bancos de pesca. Con la misma rapidez que haban encontradouna nueva fuente de riqueza, esta desapareci.(Pruebas atmicas francesas) La manufactura aadi otradimensin al cuadro econmico del pas. Hubo cierto crecimiento industrial en los aos cincuenta, perotendi a apoyar a la exportacin en lugar de sustituir a las importaciones: se centr en productos derivados delos bienes exportados, a menudo para el mercado exterior, en lugar de dedicarse a reemplazar artculos

    importados en el mercado peruano. Este modelo empez a cambiar en tomo a 1960, cuando la produccinindustrial comenz a incluir artculos como cemento, productos qumicos y bienes duraderos. Debido a lasdisposiciones legales de carcter liberal, fue el sector extranjero, no los inversores locales, el que aprovechesta oportunidad. Durante los aos sesenta, al menos 164 importantes corporaciones extranjeras, muchas deellas multinacionales, llegaron a Per. En 1968, la manufactura ya supona el 20 % del producto nacionalbruto (en comparacin con el 15 por 100 de la agricultura, el 14 % del comercio y el 6 % de la minera), y en1970 el sector industrial inclua e1 14, 5 % de la fuerza laboral. No obstante, las exportaciones continuaronsiendo las soberanas, como se muestra en el cuadro 6.1, y, de ellas, el cobre ya era la principal a mediados delos aos setenta. Los metales suponan el 44 % del total. La harina de pescado, que se haba recuperado algode la cada de comienzos de los aos setenta, representaba el 13 %. El azcar y el algodn juntos sumaban el13 % y el caf se una a la lista con un 9 %. Sin duda, el cuadro demuestra que Per ha contado con unadiversidad de productos para la exportacin desde la dcada de 1890. La importancia relativa de stos havariado -a veces de forma espectacular, como en el caso del caucho y el petrleo-, pero el pas no hadependido de una economa de exportacin basada en un solo producto desde el periodo del guano. En esteaspecto, ha sido afortunado. A mediados de los aos sesenta, los procesos de cambio econmico ya habanproducido modificaciones fundamentales en la estructura social del pas. En el vrtice se encontraba la elitetradicional, las denominadas cuarenta y cuatro familias, que no era de ningn modo monoltica. El segmentot costero de la aristocracia, desde la dcada de 1890, haba participado en la agricultura comercial y enoperaciones de importacin-exportacin. Era un grupo cosmopolita, inteligente y culto, que tena su centrode accin en la ciudad de Lima. Eran flexibles y pragmticos en su modo de abordar lo que se les presentabaya menudo colaboraban con los inversores extranjeros; tambin solan permitir que los nuevos ricos yoficiales militares que ascendan se unieran a sus crculos sociales. La elite serrana era en general mstradicional, tanto en sus actitudes como en su aislamiento. El patrn de provincia estaba atado a la tierra y

    mantena una relacin ntima (aunque jerrquica) con los peones que trabajaban para l. Al mismo tiempo,muchos de estos latifundistas haban llevado a cabo importantes innovaciones en la agricultura, que incluangranjas lecheras en el norte y cra de ganado en el centro y sur. Esto proporcion ala sierra un nuevo impulsoeconmico. En trminos de poder poltico, desde la dcada de 1890, la elite serrana haba dependido delapoyo de la costera para reforzar su posicin y ayudar a sofocar las rebeliones. En los aos sesenta, la

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    autoridad de la oligarqua serrana ya estaba muy erosionada, en primer lugar porque muchos peones habanabandonado las haciendas para buscar trabajo en las plantaciones de azcar o algodn de la costa o en loscampamentos mineros de las montaas; en segundo lugar, porque la gendarmera rural fue reemplazada porla Guardia Civil nacional y, adems, los indios y las comunidades indgenas adquirieron cada vez msproteccin legal durante el siglo XX. En los aos sesenta, como si admitieran su derrota, algunoslatifundistas frustrados decidieron no seguir tratando con los peones recalcitrantes y convirtieron sushaciendas en pastos. La clase baja probablemente el 80 por 100 de la poblacin, si no ms era heterognea.

    Inclua al proletariado rural de las plantaciones azucareras, arrendatarios de tierras y obreros contratados delos campos de algodn ya los campesinos y labradores de subsistencia de la sierra; a los pescadores a sueldode los barcos pesqueros, los mineros de las montaas y los obreros organizados de las ciudades; al serviciodomstico de Lima, los peones del campo y los residentes en los asentamientos ilegales de las afueras de lasciudades. Inclua a los hablantes de quechua y aymar de los mrgenes de la sociedad nacional, as como alos obreros que participaban en huelgas del centro. Era un estrato muy grande, dividido en tres dimensiones:obreros y campesinos; costa y sierra; y no indios e indios. No obstante, en la prctica, las redes y los lazosfamiliares hacan de puente sobre esas divisiones y la migracin ayudaba a reducir los importantes vacosgeogrficos. Por supuesto, tambin haba otra gente, sectores medios que an no constituan una clase media(en el sentido de clase social coherente y con conciencia de serlo, como la surgida en Europa Occidental enel siglo XIX), que en su mayora vivan en zonas urbanas. Resulta significativo que, segn una estimacin delos aos sesenta, cerca de la mitad de los asalariados de los sectores medios tuvieran cargos en el gobierno,incluido el ejrcito. Parece que la burocracia, as como el comercio, se haba convertido en la ocupacinfundamental del sector medio.Mediante estas transformaciones, la sociedad peruana se hizo ms urbana. La poblacin nacional aument de3 millones en 1900 a 17,7 millones en 1980, y la proporcin urbana ascendi en el mismo periodo de un 6 %aun 45 % (en 1975). Lima conserv su posicin dominante, con 4,5 millones de habitantes en el reametropolitana, pero otras ciudades tambin crecieron. Aunque no estaba tan urbanizado como Argentina oChile, Per presentaba el mismo grado que Brasil. Era una sociedad compleja y cambiante, que guardaba unpotencial de conflicto poltico. Regresemos ahora a la historia poltica peruana para ver cmo surgi.

    Cuadro 6. 1 Composicin de la exportaciones peruanas(1890- 1976)Porcentaje de la cuota de

    exportacin segn valor*Productos 1890 1930 1976Azcar 28 11 7Algodn 9 18 6Caf - 0,3 9Harina de pescado - - 13Plata 33 4 11Cobre 1 10 17Plomo - 7 4Zinc - 11Caucho 13 - -

    Petrleo - 30 -*Las columnas no suman 100 debido a la exclusin de algunos productos.Fuentes: Rosemary Thorp y Geoffrey Bertram, Peru 1890-1977: Gowth and Policy in an Open Economy,Nueva York, Columbia University Press, 1978, pp. 40, 153; James W. Wilkie y Peter Reich eds.,Statistical Abstract of Latin America, 19, Los Angeles, UCLA, Latin American Center, 1978, cuadro2.732

    Gobierno oligrquicoLos militares continuaban dominando la poltica peruana a comienzos de la dcada de 1890. El generalAndrs Cceres y el coronel Remigio Morales Bermdez se intercambiaron el poder entre 1885 y 1895,mientras que el Contrato Grace reciba la aprobacin del Congreso, pero la poltica cambi bajo la influenciade ideas nuevas. Cuando en Argentina surga la Generacin de 1880 y Mxico fomentaba a sus cientficos,Per produjo una clase similar de dirigentes civiles. De educacin elevada, neopositivistas por formacin y

    liberales por sus ideas, componan una especie curiosa: como no hay un trmino mejor, podran clasificarsecomo tecncratas aristocrticos. Su representante inicial fue Nicols de Pirola que, como joven e impetuosoministro de Hacienda de Jos Balta, haba negociado el cuestionable contrato Dreyfus de 1869. Ahora, conms experiencia y como catlico mstico y revolucionario cientfico, trataba de reconciliar idealismo ymaterialismo. Para mejorar su posicin y conseguir seguidores cre el Partido Demcrata -el segundo partido

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    poltico del pas, ya que el primero haba sido el Civilistay en 1895 se convirti en presidente. vido porpromover la expansin orientada a la exportacin que comenz en la dcada de 1890, Pirola pas afortalecer la clasificacin crediticia de Per. Ajust la legislacin impositiva y aument los impuestos sobreel comercio, lo que duplic los ingresos del gobierno durante su mandato de cuatro aos. La reanudacin delos pagos de la deuda exterior restaur la reputacin del pas ante los comerciantes y acreedores extranjeros.Tambin estableci un Ministerio de Fomento para asistir a los empresarios locales y contar con los medios

    para que el gobierno participara en el crecimiento econmico. En poltica, dio curso a una ley para elsufragio directo y fortaleci los gobiernos municipales. Quiz con la esperanza de desechar las perspectivasde intervencin militar, decidi profesionalizar las fuerzas armadas y en 1898, en el mismo momento en queChile y Argentina reciban misiones alemanas, invit a un equipo militar francs para que le asesorara en lamodernizacin de las fuerzas peruanas. Poltico clarividente, empeado en el gobierno civil y gil paraaprovechar las ventajas, Pirola se hizo acreedor de un sobrenombre ambiguo: el caudillo democrtico.Tras su salida del gobierno, la poltica peruana entr en una era de caudillismo conocida como gamonalismo.La competencia efectiva por el poder se restringi a la elite de la clase alta. Se celebraban elecciones, perolas papeletas no eran secretas y los latifundistas podan llevar a sus obreros y peones a las urnas y asegurarsede que votaban lo correcto. Los hacendados de la sierra se haban elegido para el Congreso nacional, dondeera tradicional que apoyaran al presidente, a cambio de poderes incontrolados en sus foros locales y la elitecostera, consolidando su control sobre la poltica econmica, segua el camino del crecimiento orientado a la

    exportacin. Las cuidadosas alianzas que Pirola haba establecido con los latifundistas funcionaban bien. Lamuerte imprevista del presidente Manuel Candamo en 1904 precipit una breve crisis sucesoria que seresolvi con la eleccin de Jos Pardo. Durante su presidencia, para apoyar la educacin, aument elporcentaje de gasto pblico que se le destinaba de un 9,6 aun 17,2 %, y present propuestas para unalegislacin social y laboral (que el Congreso recibi con escepticismo). Mediante su eficiente ministro deHacienda, Augusto B. Legua, estableci una serie de organismos pblicos para definir y fortalecer el papelestatal en el fomento del desarrollo econmico. El ms prominente de todos fue la Compaa Peruana deVapores. Como para ratificar esta poltica econmica, Legua asumi la presidencia tras unas eleccionesnada controvertidas, celebradas en 1908. Era un hombre de empresa de mucho xito, que tena intereses enlos seguros y la exportacin, y haba ocupado el cargo de presidente del Banco Nacional de Per. Una vez enla presidencia, estableci un organismo estatal para que se ocupara del guano, ahora canalizado por completoal consumo nacional. Enfrentado a una revuelta fortuita en 1909, encarcel a sus adversarios. De hecho, a lo

    largo de su carrera, Legua mostr mucha mayor preocupacin por la sustancia de las medidas que por losprocedimientos de consulta. Desdeando a los polticos y absorto en la administracin, proclam su demandade ley y orden. Resulta bastante irnico que le sucediera un populista errante, Guillermo Billinghurst, quegan las elecciones de 1912. El movimiento obrero haba hecho una tmida aparicin en Per en 1904, conhuelgas en las fbricas textiles y otras, y en 1911 se presenciaron algunas protestas serias contra la inflacin.Prspero hombre de empresa y periodista, nieto de un oficial naval ingls, Billinghurst hizo la campaasobre una plataforma que inclua la promesa de una barra de pan mayor por cinco centavos. De ah su apodo,Pan Grande Billinghurst. Su esperanza era reconciliar los intereses de obreros y empresarios bajo el mantodel capitalismo ilustrado. Tena un toque de demagogo y en cierto modo era comparable a Hiplito Yrigoyende Argentina. Propuso la vivienda pblica, proclam su apoyo a la jornada de ocho horas diarias yen 1913consigui el apoyo del Congreso para una legislacin laboral que garantizaba la negociacin colectiva.Estudi las condiciones del campesinado pero, sensible a sus lmites, no emprendi ninguna accin. Susseguidores estaban en las ciudades, no en el campo, y empez a fomentar manifestaciones callejeras enapoyo de sus medidas. Estupefacta ante tales acontecimientos, la elite cerr filas contra el presidente. En1914, Billinghurst cay vctima de un golpe militar. Al ao siguiente, el poder re cay en los tecncratasciviles, y Jos Prado, que ya haba sido presidente de 1904 a 1908, comenz otro mandato de cuatro aos. Apesar de su posicin como catlico practicante, supervis la promulgacin de una ley que estableca latolerancia religiosa. Como la Primera GuerraMmundial continuaba, acab cortando relaciones con Alemania,en parte con la esperanza de obtener el apoyo estadounidense contra Chile, que era neutral desde el punto devista tcnico, pero pro alemn. Pardo dio curso a alguna legislacin laboral, incluidas regulaciones paramujeres y nios. Billinghurst estaba en lo cierto al preocuparse por este sector, ya que fue en l donde Pardose enfrent al mayor desafo. En enero de 1919, mientras hacan erupcin protestas obreras en Buenos Aires,Santiago y Sao Paulo, los obreros de Lima y El Callao proclamaron una huelga general de tres das.

    Apoyados por los estudiantes desplazados desde la Universidad de San Marcos, demandaban alimentos aprecios ms bajos, una jornada de ocho horas y la promulgacin de otra legislacin. Pardo tuvo que acudir alejrcito para dispersar a los obreros ya raz de la violencia accedi en parte a sus demandas. Los choques de1919 tambin llevaron a la formacin de la organizacin obrera ms importante de Per, la FederacinObrera Regional Peruana t (FORP). Su liderazgo era moderado y pretenda, de forma infructuosa, como

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    despus se vio, la negociacin colectiva en toda la industria y que fuera de mbito nacional. A mediados de1919 tambin aparecieron un Partido Socialista y un Partido de los Obreros, de orientacin ms marxista,pero el movimiento obrero y el activismo estaban todava en sus primeros estadios.Legua: el OncenioEn medio de esta confusin, el antiguo presidente Augusto B. Legua regres del extranjero, reuni unamplio apoyo y gan las elecciones de 1919. Luego ejecut un programa maestro. Declarando que Pardo y elCongreso organizaban un complot para anular su victoria, obtuvo el apoyo militar para un golpe. El 4 de

    julio tom con sus camaradas el palacio nacional, envi a Pardo al exilio, disolvi la legislatura y se instalen el poder. As comenz su dictadura, acontecimiento recordado en el Per como el Oncenio. Tras un inicioacordado a la carrera, Legua defini los objetivos de su rgimen. He venido no slo a liquidar el antiguoEstado de las cosas - dijo-, sino tambin a detener el avance del comunismo que, debido a que es prematuroentre nosotros, producira unas consecuencias terribles. Reaccionando a la alarma roja de 1919, propusoreducir de forma gradual el descontento de la clase obrera levantando una coalicin entre capital ymovimiento obrero, una alianza que anunciara la fundacin de una nueva patria. Resulta irnico que Leguaintentara completar la tarea iniciada por Billinghurst, el jefe del ejecutivo al que haba enviado al exilio algntiempo antes. El primer paso fue ajustar el control del poder poltico. En 1920, una asamblea dcil redactuna nueva Constitucin, un documento que legitimizaba el gobierno de Legua y daba curso al papel delEstado en la economa. Se otorgaban al gobierno poderes explcitos para establecer precios, imponerimpuestos y supervisar las relaciones entre empresarios y trabajadores. Iba a asumir la responsabilidad de laeducacin y asimilacin de los indios e iba a formular sus medidas sin las enmaraadas relaciones ejecutivo-Congreso que haban desesperado a las administraciones anteriores: cada cinco aos iba a haber eleccionessimultneas para la presidencia y para las dos cmaras legislativas, con la que prcticamente se asegurabanmayoras efectivas para el jefe del ejecutivo. Legua pudo consolidar semejante poder en parte debido a ladebilidad y decadencia de los partidos polticos de lnea antigua: Civilista, Demcrata, Liberal yConstitucionalista. De hecho, nunca haban sido instituciones fuertes, sino vehculos personales, creacionesde caudillos individuales, organizaciones inestables que se auto perpetuaban. En 1920, eran incapaces deenfrentarse a los retos existentes, ya provinieran de las masas o de Legua, y se retiraron en silencio.Realmente, con una sola excepcin, descrita ms adelante, la poltica peruana ha padecido una ausenciarelativa de partidos fuertes y duraderos. Legua silenciaba sus crticas de forma agresiva. El ministro delInterior, Germn Legua y Martnez, sobrino suyo conocido como El Tigre, tena mano libre para forzar a

    los oponentes a abandonar el pas. El rgimen exili a Antonio Mir Quesada, editor de El Comercio, y tomLa Prensa, convirtindolo en un peridico progubernamental. El dictador ech de sus ctedras de launiversidad a los profesores disidentes y tambin se volvi contra los estudiantes que en otros tiempos leaclamaron como su mentor. En 1924, Legua lleg a apropiarse de la religin, cuando consagr laRepblica de Per al Sagrado Corazn de Jess. Las manifestaciones en contra fueron reprimidas confacilidad y utiliz la ocasin para detener y deportar al menos a treinta estudiantes universitarios, entre losque se encontraba un joven lder en alza llamado Vctor Ral Haya de la Torre. Otras formas de descontentofueron despachadas con igual eficiencia. En cumplimiento de la Constitucin de 1920, Legua cre unaoficina de asuntos indios bajo la direccin activa de Hildebrando Castro Pozo. Sin embargo, cuandocomenz a investigar los ttulos de tierras y otras delicadas cuestiones, los gamonales reaccionaron y Leguaentr en accin. En 1923, envi al ejrcito para aplastar un levantamiento indio en la sierra. A pesar de laretrica pblica, los campesinos y los indios no tenan un lugar genuino en su coalicin.Para construir la

    nueva patria, emprendi un vigoroso programa de obras pblicas. Con los ingresos procedentes de laexportacin, invirti en transportes e infraestructura, mejorando carreteras y puentes y construyendo ms de1.000 nuevos kilmetros de ferrocarril. Parte de la mano de obra provino de la infame conscripcin vial, queobligaba a los varones pobres del campo a trabajar en la construccin de forma gratuita, y tambin fomentla inversin extranjera. En 1925, las propiedades de la Cerro de Pasco Copper Corporation llegaban a los 50millones de dlares y la IPC se estaba preparando para explotar los campos petrolferos de La Brea-Parias.La piedra angular de la poltica econmica de Legua era, por supuesto, el fomento del modelo decrecimiento orientado ala exportacin-importacin. El descenso de posguerra de los ingresos por comercioexterior aument la presin sobre el sistema, pero no hizo que se apoyara el desarrollo industrial. Ya antes dela primera guerra mundial Per haba comenzado a comprar la mayora de sus importaciones a EstadosUnidos y no a Europa, por la que la escasez de suministros durante la guerra no fue tan severa como paraotros pases latinoamericanos. El retraso comercial de posguerra redujo el capital disponible parainversiones, por supuesto, y los empresarios colocaron lo que tenan en operaciones que presentaran unaseguridad relativa, es decir, en los mbitos favorecidos por el programa de obras pblicas de Legua, talescomo la construccin o bienes races. En consecuencia, todos los principales socios de la elite capitalistaperuana comerciantes, banqueros e importadores expresaron su alarma cuando los trminos del comercio

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    comenzaron a apuntar hacia la depreciacin de la moneda nacional. (Aunque la devaluacin favorece lasexportaciones ya menudo es recomendada por los productores, la elite peruana en esta ocasin estaba msinteresada en retener su capacidad de importar artculos del exterior o de invertir en el mercadointernacional.) La administracin de Legua los escuch. En 1922, el Banco Central vendi una grancantidad de oro y reservas de divisas, ya mediados de la dcada se consigui un crdito importante con elpropsito expreso de mantener un tipo de cambio alto para el sol peruano. Legua sigui una activa poltica

    exterior con los pases vecinos. En 1927, su gobierno sald una antigua disputa fronteriza con Colombia. Dosaos despus, en 1929, lleg aun acuerdo con Chile: la provincia nortea de Tacna pasara a Per y Aricaseguira bajo control de Chile. Con ello, por fin se puso trmino ala guerra del Pacfico, tan ignominiosa paraPer. Dentro de este entorno poltico construido con tanto cuidado, no tuvo problemas para conseguir serreelegido en 1924 y 1929. Pareca invencible. Sus seguidores controlaban el Congreso, mientras que susadversarios estaban en el exilio o en la crcel. Durante los aos veinte fue considerado como la quintaesenciadel tecncrata aristocrtico: como los cientficos del Mxico prerrevolucionario, Legua y sus seguidoreshicieron una poltica econmica que cumpliera las prescripciones de la expansin capitalista orientada a laexportacin. Pero, como en el caso de Mxico, no pudo durar eternamente.La crtica reformista.Los altibajos ocurridos en la historia peruana desde la independencia inspiraron varios tipos de crticasinternas. Algunos culpaban a los indios y otros denunciaban a los espaoles. Algunos queran elevar al pas

    con nuevos ideales o nuevas incorporaciones de tradiciones espirituales, mientras que otros se centraban enla base material del progreso nacional. Entre estos intelectuales tres merecen una atencin especial: ManuelGonzlez Prada, Jos Carlos Maritegui y Vctor Ral Haya de la Torre. Gonzlez Prada, nacido en 1848, deascendencia aristocrtica y espaola, deseaba reavivar el espritu patritico tras la guerra del Pacfico.Pensaba que Per haba perdido su valor moral y la falsa prosperidad del periodo del guano le haba llevadoa la degeneracin. Segn l, los ricos sirvieron como un elemento de corrupcin, no de progreso material.Ningn medio de adquisicin pareca ilcito. La gente se habra arrojado a una alcantarilla si hubiera avistadoal fondo un sol de oro. Los esposos vendan a sus esposas, los padres a sus hijas, los hermanos a sushermanas. Influido por el socialismo europeo de la dcada de 1890, vituperaba el capitalismo y elcatolicismo. Per deba buscar su renovacin aunando fuerzas con sus indios para derribar, por la violencia sifuera necesario, el sistema prevaleciente. Era el momento de actuar. Los viejos a la tumba declar en unafamosa exclamacin de nimo, los jvenes a trabajar.Uno de los ms agudos crticos de Legua fue Jos

    Carlos Maritegui, escritor y periodista de orgenes humildes. Socialista en el fondo, se convirti en elrepresentante del indigenismo. El socialismo predica solidaridad y la redencin de las clases obreras,razonaba. Cuatro quintos de las clases obreras peruanas estn compuestos por indios andinos. As pues,socialismo significa la redencin de esos indios. De qu modo? La tierra era la respuesta. Segn l, lacuestin india tena sus races en el sistema de posesin de la tierra. Todo esfuerzo para resolverlo conmedidas administrativas o protectoras, con mtodos educativos o proyectos de carreteras, representaba unalabor superficial mientras existiera el feudalismo de los grandes latifundistas y para quienes se atormentabancon la supuesta decadencia racial de Per, tena una respuesta custica: la degeneracin del indio peruano esuna invencin barata de los parsitos de la mesa feudal. En suma, quera crear una sociedad utpicaadaptando el colectivismo del imperio inca y en particular la forma de organizacin comunal del ayllu. En1926 Maritegui lanz un influyente peridico, Amauta, dedicado al arte y la poltica. Su coleccin msfamosa de escritos apareci en forma de libro como Siete ensayos de interpretacin de la realidad peruana.En 1929 ayud a fundar un Partido Socialista que pronto se afili a la Internacional Comunista. En 1930, alaedad de treinta y cinco aos, muri de una enfermedad crnica. Per, y toda Amrica Latina, perdieron a unode sus pensadores polticos ms creativos.Compaero y rival suyo era Vctor Ral Haya de la Torre, que deestudiante haba sido exiliado por Legua en 1924. Ese mismo ao, en Ciudad de Mxico, Haya de la Torrehaba fundado lo que denomin Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA). Comparta algunasideas con Maritegui e intentaba crear un instrumento prctico para la accin. El APRA, un proyectobastante grandioso, proclam un programa de cinco puntos para la redencin de Indoamrica: resistenciaal imperialismo yanqui, unidad poltica de Amrica Latina (Indoamrica), nacionalizacin de la tierra y de laindustria, internacionalizacin del canal de Panam y, de modo ms general, solidaridad con los oprimidosdel mundo. Para Per, por fin, declaraba un programa ms especfico: control estatal de la economa,nacionalizacin a largo plazo de los sectores clave y proteccin de las libertades polticas y los derechos

    humanos. Haya de la Torre era un brillante organizador y un orador electrizante, que despus fund elPartido Aprista de Per. Bajo su retrica populista yaca una preocupacin por el bienestar de los sectoresmedios de la sociedad. Como una vez declar: Es este grupo medio al que el avance del imperialismoempuja a la ruina. Las grandes firmas extranjeras extraen nuestra riqueza y entonces la venden fuera denuestro pas. En consecuencia, no hay oportunidades para nuestra clase media. sta es entonces la clase

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    oprimida que dirigir la revolucin. Con revolucin o sin ella, debido a su base del sector medio o a pesar deella, el APRA iba a convertirse en el partido ms duradero de la historia de Per e iba a tener un impactoimportante en el curso de la poltica nacional, hasta su ignominiosa defuncin a finales de los aos ochenta.Coqueteo con las alternativasLa Gran Depresin supuso una prdida inmediata para la economa peruana. Los ingresos por exportacincayeron en picado (como muestra la figura 6.1), los ingresos disminuyeron y aument el descontento. Frentea la crisis, la incompetencia y la decadencia del gobierno de Legua suscitaron clera y desprecio. En agosto

    de 1930, un joven oficial del ejrcito, Luis M. Snchez Cerro, encabez un alzamiento en Arequipa, quetermin con el derrocamiento del presidente Augusto B. Legua (que ms tarde muri en la crcel). SnchezCerro se puso al frente de una junta militar y Per se embarc en una nueva era poltica. De orgenesmodestos, cholo sin lugar a dudas, dio un toque distinto al cargo ejecutivo. Mientras haca campaa por todoel pas para obtener la legitimidad de la junta y para adelantar sus ambiciones personales, consigui unafuerte adhesin popular. No ofreca una ideologa coherente, pero era evidente que intentaba forjar unacoalicin populista entre elementos escogidos de la aristocracia y las masas trabajadoras. En marzo de 1931,en un acceso de frustracin, renunci a su cargo y se embarc rumbo a Europa. Regres unos meses despus,esta vez como candidato presidencial de la Unin Revolucionaria. Su principal rival era Haya de la Torre y elPartido Aprista. La campaa de 1931 result ser uno de los acontecimientos ms fatdicos y controvertidosde la historia peruana. Snchez Cerro peda la reforma agraria, programas de extensin agraria y laasimilacin de los indios: Hasta que no consideremos a todo nuestro pueblo, indios y no indios, peruanos,con los mismos derechos y deberes, nunca surgir la unidad que es el elemento indispensable de la nacin.Haya de la Torre replicaba haciendo hincapi en la perversidad del imperialismo y la existencia dedesigualdades sociales. Fue una campaa intensa, marcada por la violencia y las acusaciones mutuas. Elaprismo (as se conoca al movimiento del APRA) revel fortaleza electoral en la regin costera del norte, enparticular en las zonas azucareras que rodeaban Trujillo, donde la modernizacin econmica haba llevado aldislocamiento social ya la frustracin popular acerca de la destruccin de la sociedad tradicional; el partidotambin recibi un amplio apoyo en Lima y otros lugares. Pero al final fue Snchez Cerro quien gan con unrecuento oficial de. 152.062 votos contra los 106.007 de Haya de la Torre. A continuacin vino lapolarizacin. El movimiento aprista, con sus premisas marxistas, ofreca una crtica de izquierdas sobre lasociedad peruana. Tambin haba un movimiento formidable de derechas. Como en Argentina, algunosconservadores simpatizaban a las claras con el lascismo. Jos de la Riva Agero era elocuente sobre el tema:

    Arriba el catolicismo -declaraba-, arriba el Estado corporativo y el fascismo, con orden, jerarqua yautoritarismo. Era tiempo de una accin decisiva: No puede haber trmino medio. O a la derecha o a laizquierda. Democracia, capitalismo, la tradicin liberal, todos representan un trmino medio que en realidadestn disfrazando el comunismo o el camino cierto hacia l... La nica solucin es regresar ala tradicinmedieval, catlica e hispnica encarnada ahora en el fascismo.No resulta sorprendente que el movimiento dederechas de Francisco Franco en Espaa tuviera numerosos simpatizantes en Per durante la Guerra CivilEspaola.(1936-1939) ? La tensin continu aumentando. A comienzos de 1932, un joven aprista trat deasesinar a Snchez Cerro. El presidente estaba ahora determinado a aplastar a los apristas, pero stos tenansus propios planes de insurreccin en la ciudad de Trujillo. Los rebeldes lograron tomar toda la ciudad,incluida la guarnicin militar. Una poderosa columna del ejrcito rode pronto a los apristas, que decidieronhuir. En el pnico que sigui, y quizs por rdenes superiores, los insurgentes ejecutaron a unos diezoficiales del ejrcito, a quince policas ya veinticinco civiles, todos rehenes. Cuando las tropas

    gubernamentales descubrieron esta atrocidad, ejecutaron sumariamente al menos a 1.000 (las estimacionesllegan hasta 6.000) residentes de la ciudad sospechosos de haber concedido apoyo armado a los apristas. Estedesagradable intercambio de asesinatos estableci el tono de las relaciones entre el APRA y el ejrcito apartir de entonces. Para los militares tom el carcter de una lucha encarnizada y convenci a muchosoficiales de que nunca deban dejar que el APRA llegara al poder. Mientras tanto, Snchez Cerro intentabaconsolidar su poder e impuls una nueva Constitucin. En abril de 1933, otro pistolero aprista lograsesinarlo. Acosado por una nueva crisis, el Congreso eligi al general scar R. Benavides para ocupar elcargo hasta que terminara el mandato. Cuando ste ocup la presidencia, Per entr en una fase de transicinPrado y Bustamante juntos promovieron la modesta reorientacin de la economa peruana. Aumentaron deforma considerable el gasto gubernamental (que Benavides haba intentado mantener controlado).Introdujeron un sistema de tipo de cambio fijo y establecieron controles a la importacin junto con elracionamiento de las divisas. Tambin lanzaron un plan para el control estatal del hierro y la planta de acero.En resumen, modificaron la senda del desarrollo econmico peruano al menos en dos aspectos cruciales:fortalecieron el papel del Estado y redujeron la dependencia de las importaciones y exportaciones. Todo ellosuscit la ira de los productores dedicados a la exportacin, en particular de los plantadores de azcar. Un ejecentral de la poltica de Prado y Bustamante era la diversificacin de la agricultura, lo que llev a una serie

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    de medidas que los magnates azucareros consideraron amenazadoras y con razn: aumento de los impuestosa la exportacin, racionamiento del guano, presin para cultivar productos alimenticios y, en 1941, lainsistencia de que los productores de azcar satisficieran las cuotas de los mercados internos antes deexportar a los exteriores. Aprovechando el alboroto ocasionado por el contrato Sechura, que levant unfuerte sentimiento nacionalista, la elite costera apoy un movimiento militar contra el gobierno deBustamante. En 1948 tom el poder el general Manuel A. Odra.

    Liberalismo econmico y vacilacin polticaEl golpe de Odra de 1948 constituye otra lnea divisoria del Per contemporneo. En economa, llev a larestauracin del modelo de crecimiento abierto, orientado a la exportacin. En poltica, inici una era deincertidumbre, de gobierno dictatorial y de confusin electoral. Las contradicciones del sistema acabaranapareciendo con una claridad meridiana. , Bajo la mirada vigilante de la elite, el rgimen de Odra adoptmedidas en favor de los plantadores. Se liber el tipo de cambio, se levantaron las restricciones a laimportacin, se foment la inversin extranjera en la minera y el petrleo y se busc el consejo de expertosestadounidenses acerca de la estabilizacin de la moneda. Sobre todo, como observan Rosemary Thorp yGeoffrey Bertram, el gobierno de Odra trat de llevar a cabo ese sueo de desarrollo ortodoxo de loseconomistas, algo que se persigui hasta 1968: un sistema orientado a la exportacin en el que lasdificultades cclicas de la balanza de pagos se solventaban con la restriccin de la demanda interna y ladevaluacin de la divisa, en el que la entrada de capital extranjero y la repatriacin de beneficios apenas

    tenan restricciones y en el que la intervencin y participacin del gobierno se mantenan al mnimo. Eneste ltimo aspecto en particular, Per pareca estar en desacuerdo con el resto de Amrica Latina. Otroeconomista, Shane Hunt, seala: En un continente que presenciaba una intervencin cada vez mayor delEstado en la vida econmica en un pas tras otro, Per...se dio la vuelta y empez a caminar en direccincontraria. Para fortalecer su autoridad, Odra se ocup de inmediato de sus adversarios, en especial de losapristas. Haya de la Torre consigui escapar de la crcel buscando refugio en la embajada de Colombia,donde permaneci durante ms de cinco aos, en espera de un salvoconducto militar. La disidencia sedispers y las libertades civiles se volvieron precarias. Odra consolid su posicin al ganar las elecciones de1950 no hubo oposicin y procedi a imponer su rgimen. De forma bastante consciente, comenz a emularel estilo y los modales de Juan Pern, de Argentina. Cortej a las masas obreras, ms en las ciudades costerasque en la sierra rural. Derroch fondos en obras pblicas ostentosas, de forma ms notable en Lima. Cre unsquito de seguidores personalista y, con la ayuda de su esposa, Mara Delgado de Odra, trat de movilizar a

    las mujeres en apoyo del rgimen, extendindoles el sufragio en 1955. Un descenso de los ingresos porexportacin tras el fin de la guerra de Corea en 1953 puso trmino al auge odrista. Aument el desempleo,subi la inflacin y los trabajadores fueron a la huelga. Los oligarcas civiles expresaron su aprensin sobre laforma caprichosa de gobernar que tena el presidente y, sometido a presin, no tuvo ms remedio quepermitir elecciones libres en 1956. Los principales contendientes ese ao fueron el antiguo presidenteManuel Prado, apoyado por los apristas, y alguien nuevo en poltica llamado Fernando Belande Terry,candidato del Frente Nacional de la Juventud Democrtica. Belande era un arquitecto formado en laUniversidad de Texas de una familia prominente, que comenz a articular las esperanzas y frustraciones delos sectores medios cultos del pas. Pero an no haba llegado su momento. El ganador fue Prado, con568.000 votos; Belande, con 458.000 qued en un respetable segundo puesto. Prado trajo un periodo deestabilizacin poltica, permiti la organizacin de sindicatos y la actuacin libre de comunistas y apristas. Afinales de su mandato, las organizaciones obreras pudieron declarar unos 330.000 miembros. Mediante suministro de Economa, el aristcrata Pedro Beltrn, continu la poltica de Odra, poniendo nfasis en lasexportaciones y la empresa extranjera. Se anunci un programa de Techo y tierra en favor de loscampesinos, pero se hizo poco con l. Las siguientes elecciones presidenciales, en 1962, ofrecieron uncuadro claro de las fuerzas polticas peruanas. Los candidatos presidenciales fueron Haya de la Torre, quepor fin poda presentarse por la plataforma aprista; Belande, que haba creado una nueva organizacinllamada Accin Popular; y el siempre esperanzado Odra, ala cabeza de la Unin Nacional Odrista. El nicopartido genuinamente institucional era el APRA; los otros eran vehculos personales de sus lderesrespectivos. En parte por esta razn, Haya obtuvo el mayor nmero de votos (557.000), pero su escasamayora del 33 por 100 signific que el resultado tuviera que ser decidido por el Congreso. Siempreoportunista, Haya procedi allegar aun acuerdo con Odra. Sin embargo, las fuerzas armadas, que nuncahaban perdonado el asesinato de sus compaeros en Trujillo el ao 1932, de inspiracin aprista, se negaron a

    aceptar la perspectiva de un presidente aprista y suspendieron el Congreso, anunciando que seranconvocadas nuevas elecciones. stas llegaron en 1963. Con el apoyo de los demcratas cristianos, Belandesali vencedor con un 39 por 100. El APRA le segua con el 34 %y los odristas consiguieron un 26 %. Alhaber sido derrotados los apristas, los militares aceptaron los resultados y dejaron que Belande ocupara lapresidencia. Belande se revel como un poltico atrayente, a veces hasta carismtico. Gozando del papel de

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    visionario, propuso construir una autopista trans amaznica que abrira al desarrollo la exuberante regin dela selva peruana. Invoc el recuerdo de los incas y alent a sus compatriotas a aspirar de nuevo a la grandeza.Viaj por todo el pas y habl con campesinos y trabajadores, as como con plantadores y empresarios,tratando sin descanso de generar el consenso nacional. A un nivel ms prctico, Belande reconoci lanecesidad de ajustes en el modelo econmico peruano. En particular, comenz a aumentar el papel delEstado ya extender los servicios sociales. Empez a conceder incentivos para la manufactura e insisti en lanecesidad de la reforma agraria. No obstante, sus esfuerzos fracasaron. Cuando su proyecto de ley para la

    reforma agraria sali del Congreso, haba sido desvirtuado casi por completo. Haca hincapi en la mejoratcnica y no en la distribucin de la tierra, con la esperanza aparente de que los hacendados aumentaran laproduccin y debido a las objeciones de apristas y odristas, exoneraba las posesiones azucareras de la costa,donde los apristas haban levantado slidos sindicatos y donde los odristas tenan su apoyo de derechas. Asque la reforma agraria fue ms una promesa que un hecho, y los campesinos de la sierra acabaronreaccionando con ira. Comenzaron a invadir las haciendas, apoderndose tanto de las tierras cultivadas comode los campos en barbecho, y el conflicto bram por todos los Andes. Coincidiendo con la protestacampesina, haba un movimiento de guerrilla al estilo cubano dispuesto a establecer un foco o ncleo rural.Che Guevara y el joven intelectual francs Rgis Debray haban sostenido que si un foco tena xito, podaser la chispa que prendiera una revolucin nacional. Al ao ms o menos, Belande decidi que debasuprimir las guerrillas campesinas y mand al ejrcito regular con esta misin. En 1966, el movimiento habasido aplastado. Segn una estimacin, la represin caus la muerte de 8.000 campesinos, dej sin hogar a19.000, encarcel a 3.500 y se destruyeron 14.000 hectreas de tierra por el fuego y el napalm. Fue unaexperiencia traumtica para los 300.000 campesinos que se haban alzado y para los soldados que tuvieronque reprimirlos. Otra de las promesas de Belande era resolver la antigua disputa con la IPC y aqu tambinafront una situacin sin ganadores. Tras cinco aos de prolijas negociaciones, durante las que EstadosUnidos revel una hostilidad continua hacia las inclinaciones nacionalistas de Per, el gobierno de Belandese rindi. La IPC renunci a reclamar los campos petrolferos de La Brea-Parias, que de todos modos yaestaban agotados, mientras que Per aceptaba no reclamar los impuestos atrasados; la IPC logr el acceso anuevos campos en el Amazonas; y el gobierno accedi a venderle crudo a un precio fijo para que se refinaraen el complejo que la compaa posea en Talara. En medio de un coro de denuncias, la administracin deBelande public todo el acuerdo, menos la pgina en la que apareca el precio del crudo producido por elEstado. El escndalo cre una conmocin, mientras los adversarios acusaban al gobierno de vender el crudo

    demasiado barato a la compaa extranjera. La economa fue rechinando hasta pararse. En agosto de 1967, elgobierno devalu el sol un 47 %. Los controles sobre la importacin y los impuestos a la exportacinmejoraron la balanza de pagos. Como descendi la inflacin, tambin lo hizo el crecimiento. La optimistavisin de Belande, el sueo de un Per prspero y unido, estaba resultando una ilusin. En octubre de 1968,los militares decidieron de nuevo mandar sus tanques al palacio presidencial. Sin embargo, esta vez noinstalaran un gobierno provisional.La revolucin militarEl golpe militar paviment el camino para uno de los gobiernos militares ms ambiciosos de Amrica Latina.Encabezada por el general Juan Velasco Alvarado, la junta declar de inmediato su intencin de efectuarcambios de largo alcance en la estructura de la sociedad peruana. Un comunicado emitido el da del golpeacusaba el injusto orden social y econmico que pone el usufructo de la riqueza nacional slo al alcance delos privilegiados, mientras la mayora sufre las consecuencias de una marginacin injuriosa de la dignidad

    humana. Los oficiales proclamaban que lo que Per necesitaba era un nuevo orden econmico, nicapitalista ni comunista, un sistema que aboliera las desigualdades prevalecientes y creara los fundamentosmateriales para la armona, la justicia y la dignidad. La combinacin de tres cualidades separ a este rgimende los gobiernos militares que haban existido antes en Per y en el resto de Amrica Latina. Una era laautonoma social y poltica. Esta vez las fuerzas armadas haban actuado solas y no en colusin con gruposde poder civiles; los militares de clase media no tenan obligaciones hacia nadie, lo que les dejaba las manosexcepcionalmente libres. La segunda era que los dirigentes del rgimen adoptaron de forma implcita lasperspectivas y premisas de la escuela de anlisis de la dependencia. As pues, uno de sus objetivosprincipales era terminar con lo que llamaban la subordinacin de la economa peruana a los centros dedecisin donde se originan las acciones que afectan fundamentalmente ala vida econmica de la nacin eimpide un proceso de desarrollo autnomo dirigido al logro de los objetivos nacionales y la tercera, en granparte resultado de su campaa contra la guerrilla en la sierra, era que los militares peruanos sentan unasimpata genuina hacia la situacin del campesinado oprimido durante tanto tiempo. El fruto fue un rgimenmilitar revolucionario. Las perspectivas parecan asombrosas, si no contradictorias; en frase de Fidel Castro,como si se hubiera iniciado un fuego en el hogar. Una clave del programa estatal era la reforma agraria. Amediados de 1969, el gobierno de Velasco anunci la promulgacin del programa de reforma agraria ms

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    vasto de Amrica Latina desde la Revolucin Cubana. Campesinos declar el general Velasco, loslatifundistas ya no comern ms de vuestra pobreza. Todos los grandes latifundios, sin tener en cuenta suproductividad, estaban sujetos a la expropiacin. El hacha se sinti primero en las plantaciones de azcar dela costa muy mecanizadas, que se colocaron bajo la administracin de cooperativas de trabajadores llamadasCAPS (Cooperativas Agrcolas de Produccin). Para la sierra la idea era crear granjas pequeas o medias,pero pronto el gobierno cedi a las demandas campesinas de formas de organizacin en cooperativas. La

    principal fue la SAIS (Sociedad Agrcola para el Inters Social), la unidad reconocida por el gobierno quepoda combinar peones de las haciendas con aldeanos de las comunidades circundantes. A mediados de losaos setenta, se estim que tres cuartas partes de la tierra productiva del pas estaban gestionadas pordistintas clases de cooperativas. Un observador informaba en 1974: La elite agraria prcticamente hadesaparecido como grupo de poder. En 19791a mitad de los 21 millones de hectreas de agricultura y pastode la costa y las tierras altas haban sido expropiadas a los terratenientes y entregadas a los campesinos. Noquedaba tierra en los inmensos latifundios que haban dominado el sector agrario peruano. El rgimen deVelasco dio firmes pasos para institucionalizar estos cambios fundamentales. La asociacin tradicional de laelite de plantadores, la Sociedad Nacional Agraria, fue abolida por decreto en 1972. En su lugar, apareci laConfederacin Nacional Agraria (CNA), una organizacin superior para los colectivos regionales. En 1971,el rgimen de Velasco cre una de sus instituciones ms caractersticas, el Sistema Nacional en Apoyo de laMovilizacin Social (SINAMOS). A veces escrita en dos palabras sin amosiba a servir como institucin

    integradora para grupos campesinos y de la clase obrera. De este modo, vinculara al rgimen con las masase identificara al gobierno con los grupos que lo constituan, y promovera un juego de relaciones armoniosasentre el dirigente y sus seguidores. Este deseo de organizar y movilizar a los campesinos se convirti en unode los sellos del nuevo gobierno militar. Reflejaba el grado hasta el que los nuevos gobernantes de Perpretendan reestructurar la distribucin del poder, no slo en los altos tramos de la autoridad, sino tambin enlas bases de la sociedad. Una segunda rea que atrajo la atencin de Velasco fueron las barriadas marginalesque se extendan alrededor de Lima y otras ciudades. A finales de los aos sesenta, se estimaba que slo enlos alrededores de Lima vivan 750.000 migrantes recin llegados. Los militares concluyeron que era unasituacin explosiva, as que determinaron reorganizar los asentamientos, que ahora se llamaron pueblosjvenes, y pidieron la ayuda de la Iglesia a sus esfuerzos. Parte de la solucin era bastante simple: otorgarttulos de propiedad a los ocupantes migrantes. La otra tctica fue poner a los pueblos jvenes bajo la sombraprotectora del SINAMOS. El objetivo era crear las condiciones para la estabilidad. Como declar un oficial:

    Queremos participacin, pero debe ser participacin organizada. Queremos hacer propietarios a la mayorcantidad de gente posible, luego ellos actuarn con responsabilidad haca su comunidad y tendrn inters enella. En 1974 la mayora de los ocupantes urbanos ilegales haban sido reorganizados desde arriba en pueblosjvenes estatales. Este modelo de organizacin y movilizacin de arriba abajo ilustra un rasgo crucial delrgimen de Velasco. No intentaba construir una sociedad socialista, como hicieron Allende en Chile o Castroen Cuba, ni pretenda excluir y reprimir los movimientos obreros ya organizados, como hicieron losgobiernos militares de Chile, Brasil y Argentina, sino integrar las masas urbanas y rurales marginadas en lasociedad nacional para establecer los cimientos de la industrializacin y el desarrollo autnomo. Laestrategia principal para ello era incorporar a tales grupos bajo la gua y el tutelaje del Estado, que a su vezregulara las disputas civiles. Esto permitira el logro de un importante objetivo, que ha aparecido confrecuencia en los decorados latinoamericanos: la reduccin del conflicto de clases. (Compra de materialblico a la URSS) En su esfuerzo por eliminar la lucha de clases y establecer la armona social, el rgimenperuano surgi como un Estado corporativo tpico. Por su nfasis en organizar e integrar los grupos de clasesinferiores, recordaba al gobierno de Lzaro Crdenas en Mxico (1934-1940) y la primera parte del dePern en Argentina (1946-1952). El mismo principio bsico se aplic al sector fabril, para el que el gobiernopromulg una ley de comunidad industrial. Segn este esquema, los empleados de cada empresa de seis oms trabajadores -miembros de la comunidad industrialiban a adquirir de forma gradual el 50 por 100 delas existencias de la compaa ya obtener representacin en la junta de direccin. Los trabajadores seconvertiran en copropietarios con los empresarios y, en principio al menos, el conflicto de clasesdesaparecera. Los patronos encontraron varios medios de esquivar esta legislacin, pero a finales de 1974 yahaba aproximadamente 3.500 comunidades industriales con 200.000 miembros que controlaban el 13 % detodas las acciones de sus empresas. Para acelerar este proceso, el gobierno cre el sector de la propiedadsocial, mediante el cual las empresas podan ser controladas y dirigidas slo por trabajadores, y los

    productos iban al sector en su conjunto. Parte de los ingresos se dedicaban a salarios, vivienda y servicios, yparte se reservaba para reinvertirlos en otras industrias de propiedad social. Al mismo tiempo que otorgaba alos trabajadores participacin en la industrializacin peruana, el rgimen militar emprendi una serie demedidas para reducir el papel del capital extranjero. En el momento de la toma de poder, en 1968, 242empresas con una inversin extranjera significativa eran responsables del 44 % de la produccin industrial

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    del pas. Esto resultaba inaceptable para el gobierno. Velasco Alvarado declar en 1970: Ha pasado ahora elmomento en que juzgbamos el proceso de industrializacin en abstracto como una panacea para todosnuestros problemas. Ahora es imperativo determinar el tipo de industrializacin. Para recortar el papel delcapital extranjero, el gobierno comenz a requerir la aprobacin de una nueva inversin por parte de unajunta de regulacin, a prohibir la compra de empresas viables locales ya excluir la participacin extranjera enreas delicadas. Per tambin asumi un papel notable en la promocin de la cooperacin econmicaregional mediante el Pacto Andino. Pero los pasos ms decisivos conllevaron la expropiacin. Poco despus

    del golpe, el rgimen anunci la nacionalizacin de la IPC, ante la delirante aprobacin del pblico, y elestablecimiento de PetroPer con el apoyo estatal. Con el tiempo, el gobierno se hizo con otras importantesempresas extranjeras: ITT (1969), Chase Manhattan Bank (1970), Cerro de Pasco (1974) y Marcona Mining(1975), las dos ltimas reemplazadas por MineroPer. Estos actos se encontraron con la hostilidad deEstados Unidos, pero en febrero de 1974 ambos gobiernos alcanzaron un acuerdo mediante el cual Perpagara 150 millones de dlares para cancelar totalmente las reclamaciones