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ZECHARIA SITCHIN EL GÉNESIS REVISADO Por el autor de las Crónicas de la Tierra EDICIONES OBELISCO

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  • ZECHARIA SITCHIN

    EL GNESIS REVISADO

    Por el autor de las Crnicas de la Tierra

    EDICIONES OBELISCO

  • ZECHARIA SITCHIN

    Estar la ciencia modernaalcanzando los conocimientos

    de la antigedad?

    1EDICIONES OBELISCO

  • Si este libro le ha interesado y desea que le mantengamos informado de nuestras

    publicaciones, escrbanos indicndonos qu temas son de su inters (Astrologa,

    Autoayuda, Ciencias Ocultas, Artes Marciales, Naturismo, Espiritualidad, Tradicin...)

    y gustosamente le complaceremos.

    Puede consultar nuestro catlogo de libros en Internet: http//www.ediciones obelisco.com

    Coleccin Crnicas de la TierraEL GNESIS REVISADO

    Zecharia Sitchin

    Ttulo original: Gnesis Revisited

    Ia edicin: septiembre de 2005

    Traduccin: Antonio CutandaMaquetacin: Olga Llop

    Diseo de cubierta: Marta Rovira

    Sobre una ilustracin de: Rodrigo Lazcano

    (Reservados todos los derechos)

    1990 by Zecharia Sitchin(Reservados todos los derechos)

    2005 by Ediciones Obelisco, S.L.

    (Reservados todos los derechos para la presente edicin)

    Edita: Ediciones Obelisco S.L.Pere IV, 78 (Edif. Pedro IV) 3.a planta 5.a puerta

    08005 Barcelona - EspaaTel. (93) 309 85 25 - Fax (93) 309 85 23

    Castillo, 540, Tel. y Fax. 541-14-771 43 821414 Buenos Aires (Argentina) E-mail:

    [email protected]

    Depsito Legal: B-17.351-2005 ISBN: 84-9777-225-3

    Printed in Spain

    Impreso en Espaa en los talleres grficos de Romany/Valls S.A. de Capellades(Barcelona)

    Ninguna parte de esta publicacin, incluso el diseo de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada, transmitida o utilizada en manera alguna ni por ningn medio, ya sea electrnico,

    qumico, mecnico, ptico, de grabacin o electrogrfico, sin el previo consentimiento por escrito del editor.

  • La ciencia y el mito, pueden ser una y la misma cosa?

    Fue Adn el primer beb probeta? Y fue Eva la primera beneficiada de una operacin de transplante de rganos?

    Sodoma y Gomorra, fueron destruidas por la fisin nuclear?

    Existan impresoras de ordenador hace ya 5.000 aos?

    Cmo pudieron las gentes de la antigedad describir con tanta precisin detalles de nuestro Sistema Solar que slo ahora estn siendo revelados por las sondas espaciales?

    Las increbles respuestas a estas preguntas se encuentran aqu,plenamente documentadas con los ltimos hallazgos cientficos,

    en una importante y fascinante obra del autor de las

    CRNICAS DE LA TIERRA

  • PRLOGO

    En las ltimas dcadas del siglo xx, la humanidad ha presenciado un aumento considerable, casi abrumador, de sus conocimientos. Los avances en todos los campos de la ciencia y de la tecnologa ya no se miden en siglos, ni siquiera en dcadas, sino en aos e, incluso, en meses; y tenemos la sensacin de haber sobrepasado en conocimientos y posibilidades todo lo que el hombre haba conseguido en el pasado.

    Pero, es posible que la humanidad haya salido de las pocas Oscuras y de la Edad Media, que haya llegado a la Era de la Ilustracin y haya pasado por la Revolucin Industrial, que haya entrado en la era de la alta tecnologa, de la ingeniera gentica y de los vuelos espaciales, simplemente para ponerse a la altura, en cuanto a conocimientos, del hombre de la antigedad?

    A lo largo de generaciones y generaciones, la Biblia y sus enseanzas han servido de anclaje para una humanidad que buscaba, pero apareci la ciencia moderna y lo ech todo a rodar, especialmente en la confrontacin entre Evolucin y Creacionismo. En este volumen demostraremos que aquel conflicto no tena ningn fundamento, y que en el Libro del Gnesis y en sus fuentes se reflejan conocimientos cientficos del ms alto nivel.

    As pues, es posible que lo que nuestra civilizacin est descubriendo hoy en da acerca del planeta Tierra y acerca de nuestro rincn del universo, de los cielos, no sea ms que un drama que podra tener por ttulo El Gnesis revisado, simplemente, el redescubrimiento de algo que ya conoca una civilizacin mucho ms antigua, en la Tierra y en otro planeta?

    No se trata de una cuestin de mera curiosidad cientfica, pues apunta al ncleo de la existencia de la humanidad, a sus orgenes

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  • y a su destino. Involucra al futuro de la Tierra como planeta viable, y esto porque tiene que ver con acontecimientos del pasado de la Tierra; se introduce en el adonde vamos, porque revela de dnde venimos. Y, como veremos, las respuestas llevan a conclusiones inevitables, que unos consideran increbles de aceptar, mientras otros se aterran ante la idea de tener que afrontarlas.

  • 1LAS HUESTES DEL CIELO

    En el principioDios cre el Cielo y la Tierra.

    El concepto de un principio de todas las cosas es bsico en la astronoma y en la astrofsica modernas. La idea de que haba un vaco y un caos antes de que hubiera orden da forma a las ltimas teoras que sostienen que el caos, y no la estabilidad permanente, rige el universo. Y, por otra parte, tambin est la idea del rayo de luz que dio comienzo al proceso de creacin.

    No sera sta una referencia al Big Bang, la teora segn la cual el universo se cre a partir de una explosin primordial, un estallido de energa en forma de luz, que lanz en todas direcciones la materia de la cual estn formadas las estrellas, los planetas, las rocas y los seres humanos, creando las maravillas que vemos en los cielos y en la Tierra? Algunos cientficos, inspirados por los atisbos de nuestra ms inspirada fuente, as lo creen. Pero, entonces, cmo pudo conocer el hombre de la antigedad la teora del Big Bang? O tratara el relato bblico de materias ms cercanas a nosotros, de cmo se form nuestro pequeo planeta, y de cmo se cre la zona celeste llamada el firmamento, o brazalete repujado?

    Es ms, cmo pudo forjar cosmogona alguna el hombre de la antigedad? Qu saba en realidad, y cmo lo haba aprendido?

    Lo ms adecuado ser que comencemos la bsqueda de respuestas all donde los acontecimientos comenzaron a desplegarse: en los cielos; all donde, tambin desde tiempos inmemoriales, el hombre ha sentido que podra encontrar sus orgenes y sus valores ms altos (Dios, si lo prefiere usted as). Por estremecedores que resulten los descubrimientos que hemos llegado a hacer con el microscopio, lo que el telescopio nos ha permitido ver nos ha hecho percatarnos plenamente de la grandeza de la naturaleza y del universo. De todos los avances de los ltimos tiempos, los ms impresionantes han sido, sin ninguna duda, los descubrimientos hechos en los cielos que rodean

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  • Figura 1

    nuestro planeta. Unos descubrimientos ciertamente asombrosos! En unas pocas dcadas, nosotros, los terrestres, nos hemos remontado sobre la faz de nuestro planeta, hemos recorrido los cielos de la Tierra a centenares de kilmetros por encima de su superficie, hemos aterrizado en su solitario satlite, la Luna, y hemos enviado todo un ejrcito de naves espaciales no tripuladas para sondear a nuestros vecinos celestes, descubriendo mundos vibrantes y activos, deslumbrantes en colores, caractersticas, composicin, satlites, anillos... Quizs por vez primera, podemos entender plenamente y sentir el alcance de las palabras del salmista:

    Los cielos hablan de la gloria del Seor y la bveda del cielo revela Su obra.

    Toda una era de exploraciones planetarias lleg a su climax cuando, en agosto de 1989, una nave no tripulada, la Voyager 2, al pasar junto al lejano Neptuno, envi a la Tierra imgenes y datos. Con un peso de alrededor de una tonelada, pero ingeniosamente atestada de cmaras de televisin, equipos sensores y de medida, una fuente de energa nuclear, antenas de transmisin y diminutos ordenadores (Fig. 1), fue capaz de enviar a la Tierra sus dbiles pulsaciones que, incluso a la velocidad de la luz, tardaron ms de cuatro horas en llegar. En la Tierra, esas pulsaciones fueron capturadas por un ejrcito de radiotelescopios, los que conforman la Deep Space Network de la U. S. National Aeronautics and Space Administration (NASA);1 ms tarde,

    1. (N. del T.): Red del Espacio Profundo de la Administracin Nacional Aeronutica y Espacial de los Estados Unidos.

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  • mediante ingenios electrnicos, aquellas dbiles seales se tradujeron en fotografas, mapas y otros tipos de datos en las sofisticadas instalaciones del Jet Propulsin Laboratory (JPL)2 de Pasadena, California, que gestionaba el proyecto para la NASA.

    Lanzado en agosto de 1977, doce aos antes de que llevara a cabo su ltima misin, la visita a Neptuno, el Voyager 2 y su compaero, el Voyager 1, haban sido pensados en un principio para llegar y explorar Jpiter y Saturno nada ms, con el fin de acrecentar los datos de aquellos dos gigantes gaseosos obtenidos previamente con las naves no tripuladas Pioneer 10 y Pioneer 11. Pero con un ingenio y unas habilidades fuera de lo comn, los cientficos y los tcnicos del JPL se aprovecharon de un raro alineamiento de los planetas exteriores y, utilizando las fuerzas gravitacionales de estos planetas como lanzadoras, se las ingeniaron para propulsar al Voyager 2 primero desde Saturno a Urano y, luego, desde Urano a Neptuno (Fig. 2).

    Fuente: Jet Propulsin Laboratory

    Figura 2

    Y as fue como, durante varios das de finales de agosto de 1989, los titulares de las noticias relacionadas con otro mundo dejaron a un lado a los de los conflictos armados, las agitaciones polticas, los

    2. (N. del T.): Laboratorio de Propulsin a Chorro.

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  • resultados deportivos y los informes del mercado que constituyen la relacin cotidiana de la humanidad. Durante unos pocos das, el mundo al que llamamos Tierra se tom un respiro para observar a otro mundo; nosotros, los terrestres, nos pegamos a nuestros televisores, estremecindonos ante las imgenes cercanas de otro planeta, aquel al que llamamos Neptuno.

    Mientras en las pantallas de nuestros televisores aparecan las fascinantes imgenes de un globo de color aguamarina, los locutores insistan repetidamente en que sta era la primera vez que el hombre en la Tierra haba podido ver este planeta; un planeta que, incluso con el mejor de los telescopios situados en la Tierra, slo es visible como un punto de luz mortecino en medio de la oscuridad del espacio, a ms de 4.500 millones de kilmetros de nosotros. Los locutores recordaban a los telespectadores que Neptuno fue descubierto ya en 1846, despus de que las perturbaciones en la rbita del cercano Urano indicaran la existencia de otro cuerpo celeste ms all de l. Y nos recordaron que nadie antes de entonces, ni Isaac Newton, ni Johannes Kepler, que entre uno y otro descubrieron y establecieron las leyes de los movimientos celestes en los siglos XVII y XXIII; ni Coprnico, que en el siglo XVI determin que el Sol, y no la Tierra, estaba en el centro de nuestro sistema planetario; ni Galileo, que un siglo despus utiliz un telescopio para anunciar que Jpiter tena cuatro lunas; ni ningn gran astrnomo hasta mediados del siglo xix, y sin duda nadie antes de esos tiempos, haba sabido de la existencia de Neptuno. Y as, no slo el telespectador medio, sino tambin los astrnomos mismos, estaban a punto de ver lo que no se haba visto nunca antes; sera la primera vez que veramos los colores y la textura de Neptuno.

    Pero dos meses antes del encuentro de agosto, yo haba escrito un artculo para diversas revistas mensuales de Estados Unidos, Europa y Amrica del Sur, contradiciendo estas ideas largo tiempo sostenidas, diciendo que Neptuno ya era conocido en la antigedad, y que los descubrimientos que estaban a punto de realizarse no haran ms que confirmar los conocimientos de la antigedad. Predije que Neptuno sera de un color azul verdoso, que sera acuoso, y que tendra manchas de color de vegetacin cenagosa!

    Las seales elctricas del Voyager 2 confirmaron todo eso y ms. Mostraron un hermoso planeta azul verdoso, aguamarina, envuelto en una atmsfera de gases de helio, hidrgeno y metano, barrido por arremolinados vientos de alta velocidad que hacan que los huracanes

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  • de la Tierra pareciesen tmidos. Por debajo de su atmsfera, se vean unos gigantescos y misteriosos borrones de coloracin a veces de un azul ms oscuro, a veces de un amarillo verdoso, dependiendo quizs del ngulo de incidencia de la luz del Sol. Tal como se esperaba, las temperaturas de la atmsfera y de la superficie se hallaban por debajo del nivel de congelacin pero, insospechadamente, result que Neptuno emita calor desde su interior. En contra de lo que se haba pensado previamente, de que Neptuno sera un planeta gaseoso, el Voyager 2 determin que tena un ncleo de roca sobre el cual flotaba, segn las palabras de los cientficos del JPL, una mezcla pastosa de hielo acuoso. Esta capa acuosa, que circunda el ncleo rocoso a medida que el planeta gira en su da de diecisis horas, acta como una dinamo que genera un campo magntico notable.

    Este hermoso planeta (vase Neptuno, pgina siguiente) result estar circundado por varios anillos compuestos de peascos, rocas y polvo, y estar orbitado por al menos ocho satlites o lunas. De stos, el mayor, Tritn, result ser no menos espectacular que su seor planetario. El Voyager 2 confirm el movimiento retrgrado de este pequeo cuerpo celeste (casi del tamao de la Luna de la Tierra), que rbita a Neptuno en direccin opuesta a la de Neptuno y a la de todos los dems planetas conocidos de nuestro Sistema Solar: no en direccin contraria a las agujas del reloj, como lo hacen todos, sino en la direccin de las agujas del reloj. Adems de su mera existencia, de su tamao aproximado y de su movimiento retrgrado, los astrnomos no saban nada ms de Tritn. El Voyager 2 revel que se trataba de una luna azul, apariencia resultante del metano de su atmsfera. La superficie de Tritn, vista a travs de su fina atmsfera, mostraba una superficie gris rosada con rasgos accidentados y montaosos en un lado, y rasgos lisos, casi sin crteres, por el otro. Los primeros planos sugeran una actividad volcnica reciente, pero de un tipo ciertamente extrao: lo que el calor interno activo de este cuerpo celeste arrojaba al exterior no era lava fundida, sino chorros de hielo medio derretido. Las evaluaciones preliminares indicaban que Tritn haba tenido agua corriente en el pasado, incluso era bastante posible que hubiese tenido lagos hasta pocas relativamente recientes, en trminos geolgicos. Los astrnomos no disponan de una explicacin inmediata para las lneas rugosas dobles que discurren en lnea recta a lo largo de centenares de kilmetros y que, en uno o dos puntos, interseccionan en lo que parecen ser ngulos rectos, sugiriendo reas rectangulares (Fig. 3).

    17

  • Figura 3

    As, estos descubrimientos confirmaron plenamente mis predicciones: que Neptuno es azul verdoso; que est compuesto en gran parte de agua; y que tiene manchas cuya coloracin parece vegetacin cenagosa. Pero este inquietante aspecto puede estar habindonos de algo ms que de una cuestin de color si se toman en consideracin todas las implicaciones de los descubrimientos de Tritn: que las manchas oscuras con halos brillantes les sugieren a los cientficos de la NASA la existencia de profundas lagunas de lodo orgnico. Bob Davis inform desde Pasadena a The Wall Street Journal que Tritn, cuya atmsfera contiene tanto nitrgeno como la de la Tierra, quizs lanzara al exterior a travs de sus volcanes activos no slo gases y hielo acuoso, sino tambin material orgnico, compuestos basados en el carbono que, al parecer, cubren parte de Tritn.

    Esta gratificante y sobrecogedora corroboracin de mis predicciones no fue el resultado de una simple adivinanza afortunada. Se

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  • remonta a 1976, cuando se public El 12 Planeta, mi primer libro de la serie de las Crnicas de la Tierra.3 Basndome en las conclusiones a las que haba llegado a travs de los milenarios textos sumerios, yo me haba hecho una pregunta retrica: Si algn da exploramos Neptuno, descubriremos que su insistente asociacin con las aguas se debe a las cinagas que una vez se vieron all?

    Esto se public, y obviamente se escribi, un ao antes de que el Voyager 2 fuera lanzado, y lo reafirm en un artculo dos meses antes de su encuentro con Neptuno.

    Cmo poda estar tan seguro, en vsperas del encuentro del Voyager con Neptuno, de que mis predicciones de 1976 iban a ser corroboradas? Cmo tuve la osada de exponerme al descrdito que hubiera supuesto que mis predicciones hubieran sido desmentidas a las pocas semanas de publicarse el artculo? Mi certeza se basaba en lo sucedido en enero de 1986, cuando el Voyager 2 pas junto al planeta Urano.

    Urano, aunque algo ms cerca de nosotros (se encuentra a slo tres mil millones de kilmetros), est lo suficientemente lejos de Saturno como para que no podamos verlo desde la Tierra a simple vista. Lo descubri en 1781 Frederick Wilhelm Herschel, un msico aficionado a la astronoma amateur, despus de que el telescopio fuera perfeccionado. En la poca de su descubrimiento, al igual que en nuestros das, se ha catalogado a Urano como el primer planeta desconocido en la antigedad que se ha descubierto en tiempos modernos; pues, tal como se ha venido insistiendo, los pueblos de la antigedad conocan y veneraban al Sol, la Luna y slo cinco planetas (Mercurio, Venus, Marte, Jpiter y Saturno), que crean que se movan alrededor de la Tierra en la bveda celeste, y que nada poda ser visto ni conocido ms all de Saturno.

    Pero las evidencias reunidas por el Voyager 2 en Urano demostraron lo contrario: que hubo un tiempo en que determinado pueblo de la antigedad saba de Urano, y de Neptuno, e incluso del an ms lejano Plutn!

    Los cientficos estn analizando todava las fotografas y los datos de Urano y de sus asombrosas lunas, buscando respuesta a sus interminables enigmas. Por qu descansa Urano sobre un costado, como si hubiera sido golpeado por otro gran objeto celeste en una colisin? Por qu sus vientos soplan en direccin retrgrada, al revs de lo

    3. (N. del T.)\ Publicado en castellano por Ediciones Obelisco, Barcelona, 2002

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  • Lmina A

    que es lo normal en el Sistema Solar? Por qu tiene la misma temperatura en el lado oculto al Sol que en el lado que da al Sol? Y qu pudo conformar las inusuales formaciones y accidentes de la superficie de alguna de las lunas de Urano? Especialmente intrigante es una de sus lunas llamada Miranda, uno de los objetos ms enigmticos del Sistema Solar, en palabras de los astrnomos de la NASA; all, hay una meseta elevada y llana que viene delineada por unas escarpas de ms de 150 kilmetros de largo que forman un ngulo recto (una formacin que los astrnomos han apodado el Galn), y donde, a ambos lados de esta meseta, se observan formaciones elpticas que parecen pistas de carreras aradas en surcos concntricos (Lmina A y Fig. 4).

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  • Figura 4

    Sin embargo, hay dos fenmenos que destacan como los descubrimientos ms importantes relativos a Urano, fenmenos que lo distinguen de los dems planetas. Uno de ellos es su color. Con la ayuda de los telescopios basados en la Tierra y de las naves no tripuladas, nos habamos familiarizado con el marrn grisceo de Mercurio, con la neblina de colores sulfurosos que envuelve a Venus, con el rojizo Marte, o con los mltiples tonos de rojo, marrn y amarillo de Jpiter y Saturno. Pero cuando, en 1986, comenzaron a aparecer en las pantallas de los televisores las impresionantes imgenes de Urano, su rasgo ms impactante fue su color verdoso azulado, un color totalmente diferente del de los dems planetas vistos anteriormente (vase Urano, pgina 18).

    El otro hallazgo inesperado que haca diferente a Urano era el de su composicin. Desafiando las suposiciones previas de los astrnomos, que sostenan que Urano era un planeta totalmente gaseoso, al igual que los gigantes Jpiter y Saturno, el Voyager 2 descubri que

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  • no estaba cubierto de gases, sino de agua, y no se trataba de una simple lmina de hielo congelado en su superficie, sino de un autntico ocano de agua.

    Se encontr una atmsfera gaseosa que envuelve al planeta, es cierto; pero bajo ella se agita una inmensa capa (de casi 10.000 kilmetros de grosor!) de agua supercaliente, a una temperatura de 4.400 grados, segn los analistas del JPL. Esta capa de agua caliente, lquida, envuelve a un ncleo de roca fundida en el cual los elementos radiactivos (u otros procesos desconocidos) generan el inmenso calor interno.

    Cuando las imgenes de Urano se agrandaron en las pantallas de los televisores, gracias a la aproximacin del Voyager 2 al planeta, el moderador del Laboratorio de Propulsin a Chorro llam la atencin sobre su extrao color verde azulado. No pude evitar decir a voz en grito: Oh, Dios mo, es exactamente como lo describieron los su merios!. Me precipit hacia mi despacho, agarr un ejemplar de El 12 Planeta y, con manos temblorosas, busqu la pgina 271 [en la edicin espaola de Ediciones Obelisco]. Le una y otra vez las lneas que citaban los textos antiguos. S, no haba duda: aunque no tenan telescopios, los sumerios haban descrito a Urano como MASH.SIG, un trmino que yo haba traducido como verdoso brillante.

    Pocos das despus, llegaron los resultados de los anlisis de los datos del Voyager 2, y las referencias sumerias al agua en Urano tambin se vieron corroboradas. De hecho, pareca haber agua por todas partes. Tal como se inform en un apasionante programa de la serie de televisin NOVA (El planeta que se volc sobre su costado), el Voyager 2 descubri que todas las lunas de Urano estn compuestas de roca y de hielo de agua ordinaria. Tal abundancia, o incluso la mera presencia, de agua en los supuestos planetas gaseosos y sus satlites en las fronteras del Sistema Solar era algo totalmente inesperado.

    Pero ah estaban las evidencias, presentadas en El 12 Planeta, de que los antiguos sumerios, en sus textos milenarios, no slo tenan conocimiento de la existencia de Urano, sino que lo haban descrito con total precisin, como un planeta acuoso y verde azulado!

    Qu poda significar todo esto? Significaba que en 1986 la ciencia moderna no haba descubierto algo que era desconocido; ms bien, haba redescubierto antiguos conocimientos y se haba puesto al da respecto a ellos. Y, por tanto, fue debido a la corroboracin en 1986 de lo que yo haba escrito en 1976, es decir, fue debido a la veracidad de los textos sumerios, que yo encontrara la confianza suficiente

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  • para predecir, en vsperas del encuentro del Voyager 2 con Neptuno, lo que se iba a descubrir all.

    El paso del Voyager 2 por Urano y Neptuno haba confirmado, as pues, no slo los conocimientos de la antigedad referentes a estos dos planetas exteriores, sino tambin detalles cruciales relativos a ellos. El paso de 1989 por Neptuno proporcion an ms corroboraciones de los textos antiguos. En ellos, se relacionaba a Neptuno antes de Urano, como sera de esperar de alguien que estuviera entrando en el Sistema Solar y viera, en primer lugar, a Plutn, luego a Neptuno y, despus, a Urano. En estos textos o listas planetarias, a Urano se le llamaba Kakkab shanamma, Planeta Que Es el Doble de Neptuno. Y los datos del Voyager 2 vienen a dar apoyo a esta antigua idea. Urano es, ciertamente, parecido a Neptuno en tamao, color y contenido de agua; ambos planetas estn circundados por anillos y estn orbitados por una multitud de satlites o lunas. Pero tambin se ha encontrado una similitud en lo referente a los campos magnticos de los dos planetas: ambos tienen una inclinacin inusualmente extrema en relacin con los ejes de rotacin de los dems planetas (58 en Urano, 50 en Neptuno). Neptuno parece ser casi un gemelo magntico de Urano, dijo John Noble Wilford en The New York Times. Los dos planetas son tambin similares en la longitud de sus das: ambos de diecisis o diecisiete horas de duracin.

    Los feroces vientos de Neptuno y la capa de agua helada pastosa de su superficie atestiguan el gran calor interno que genera el planeta, al igual que Urano. De hecho, los informes del JPL dicen que las lecturas iniciales de temperatura indicaban que las temperaturas de Neptuno son similares a las de Urano, que est ms de 1.500 millones de kilmetros ms cerca del Sol. De ah que los cientficos supusieran que Neptuno genera ms calor interno del que genera Urano, compensando as su mayor distancia al Sol para conseguir las mismas temperaturas que genera Urano, y aadiendo as un detalle ms al tamao y a otras caractersticas que hacen de Urano un gemelo cercano de Neptuno.

    Planeta que es el doble, decan los sumerios de Urano al compararlo con Neptuno. El tamao y otras caractersticas hacen de Urano un gemelo cercano de Neptuno, dijeron los cientficos de la NASA. No slo son similares las caractersticas descritas, sino tambin la terminologa: planeta que es el doble-un gemelo cercano de Neptuno. Pero una de estas declaraciones, la sumeria, se hizo hacia el 4000 a.C, y la otra, la de la NASA, en 1989 d.C, casi 6.000 aos despus...

    . 23

  • En el caso de estos dos lejanos planetas, parece que la ciencia moderna no ha hecho ms que ponerse al da con respecto a los conocimientos de la antigedad. Parece increble, pero los hechos hablan por s mismos. Adems, ste es slo el primero de una serie de descubrimientos cientficos que se han realizado en los ltimos aos, desde la publicacin de El 12Planeta, que vienen a corroborar de un modo u otro los hallazgos propuestos en esa obra.

    Aquellos que han ledo mis libros {La Escalera al Cielo, Las Guerras de los Dioses y los Hombres y Los Reinos Perdidos, que siguieron a El 12 Planeta)6, saben que se basan, en primer lugar y principalmente, en los conocimientos que nos dejaron los sumerios.

    Suya fue la primera civilizacin conocida. Apareci de repente, aparentemente de la nada, hace 6.000 aos, y se le atribuyen la prctica totalidad de primeros descubrimientos de una alta civilizacin: invenciones e innovaciones, conceptos y creencias que conforman los fundamentos de nuestra propia cultura occidental y de todas las civilizaciones y culturas de la Tierra. La rueda y los vehculos de traccin animal; embarcaciones fluviales y barcos marinos; el horno, el ladrillo y elevados edificios; la escritura, las escuelas y los escribas; leyes, jueces y jurados; la realeza y los consejos ciudadanos; la msica, la danza y el arte; la medicina y la qumica; el tejido y las telas; la religin, los sacerdocios y los templos; todo eso comenz all, en Sumer, una nacin que

    Figura 5 4. {N. del T.)\ Todos

    ellos publicados por Ediciones Obelisco.

    24

  • Lmina B

    se extendi por el sur de lo que hoy da conocemos como Iraq, en la antigua Mesopotamia. Pero, por encima de todo, tambin tuvo su inicio all el conocimiento de las matemticas y la astronoma.

    De hecho, todos los elementos bsicos de las astronoma moderna tienen un origen sumerio: el concepto de una esfera celestial, de un horizonte y un cnit, de la divisin del crculo en 360 grados, de la banda celeste en la cual los planetas orbitan al Sol, de la agrupacin de estrellas en constelaciones y el dar nombres e imgenes a lo que llamamos el zodiaco, de la aplicacin del nmero 12 a este zodiaco y de las divisiones del tiempo, y del diseo de un calendario que constituye la base de los calendarios hasta nuestros das. Todo eso y mucho, mucho ms se origin en Sumer.

    Los smenos llevaban registros de sus transacciones comerciales y legales, y plasmaron por escrito sus relatos y sus historias sobre tablillas de arcilla (Fig. 5a); hacan ilustraciones sobre sellos cilindricos, en los cuales la imagen se tallaba invertida, como un negativo fotogrfico, para que apareciera en positivo cuando se hiciera rodar el sello sobre la arcilla hmeda (Fig. 5b). En las ruinas de las ciudades sumerias excavadas por los arquelogos del ltimo siglo y medio, centenares, si no miles, de los textos e ilustraciones encontrados tenan que ver con la astronoma. Entre ellos, hay listas de estrellas y constelaciones en sus ubicaciones celestes correctas, y manuales para observar la salida y el ocaso de estrellas y planetas. Hay textos que tratan concretamente del Sistema Solar. Hay textos entre las tabulas desenterradas que hacen una relacin de los planetas que orbitan al

    . 25

  • Figura 6

    Sol en su orden correcto; e incluso uno de estos textos da las distancias entre los planetas. Y hay ilustraciones sobre sellos cilindricos que representan el Sistema Solar, como el que aparece en la Lmina B, que tiene al menos 4.500 aos de antigedad y que se conserva en la Seccin de Oriente Prximo del Museo Estatal de Berln Oriental, catalogado con el nmero VA/243.

    Si hacemos un dibujo de la ilustracin que aparece en la esquina superior izquierda de la representacin sumeria (Fig. 6a), veremos un Sistema Solar completo en cuyo centro se halla el Sol (no la Tierra!), orbitado por todos los planetas que conocemos en la actualidad. Pero

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  • esto an queda ms claro cuando dibujamos los planetas conocidos alrededor del Sol en sus tamaos relativos y en su orden correcto (Fig. 6b). La similitud entre esta representacin de la antigedad y la actual es sorprendente; y no ofrece dudas acerca de los gemelos Urano-Neptuno en la antigedad.

    Sin embargo, esta representacin sumeria tambin muestra algunas diferencias. Y no es que el artista se equivocara o estuviera mal informado; al contrario, las diferencias (dos de ellas) son muy significativas.

    La primera diferencia tiene que ver con Plutn. Plutn tiene una rbita muy extraa, demasiado inclinada sobre el plano comn (llamado la Eclptica) en el cual orbitan al Sol los dems planetas; y, adems, tiene una rbita tan elptica que hay ocasiones en que Plutn (como en el presente y hasta 1999)5 no se encuentra ms lejos, sino ms cerca del Sol que Neptuno. De ah que los astrnomos hayan especulado, ya desde su descubrimiento en 1930, sobre la posibilidad de que Plutn fuera en sus orgenes un satlite de otro planeta; la suposicin habitual es la de que fue una luna de Neptuno que por algn motivo (a nadie se le ocurre cul) se solt de Neptuno y obtuvo una rbita independiente, aunque singular, alrededor del Sol.

    Y esto se ve confirmado en la antigua representacin, pero con una diferencia significativa. En la representacin sumeria, a Plutn no se le muestra junto a Neptuno, sino entre Saturno y Urano. Y los textos cosmolgicos sumerios, de los cuales trataremos en profundidad, dicen que Plutn fue un satlite de Saturno que se solt para, poco a poco, alcanzar su propio destino, su rbita independiente alrededor del Sol.

    La explicacin de la antigedad referente al origen de Plutn no slo revela unos conocimientos basados en hechos reales, sino que tambin muestra una elevada sofisticacin en materias celestes. Supone una elevada comprensin de las fuerzas complejas que dieron su forma al Sistema Solar, as como el desarrollo de unas teoras astrofsicas por las cuales una luna se pudiera convertir en un planeta o un planeta pudiera terminar siendo una luna. Segn la cosmogona sumeria, a Plutn le ocurri esto; y nuestra Luna, que estaba en proceso de convertirse en un planeta independiente, termin como satlite nuestro a causa de determinados acontecimientos celestes.

    5. (N. del T.)\ No hay que olvidar que el libro fue escrito con anterioridad a octubre de 1990.

    27

  • Pero los astrnomos modernos dejaron la especulacin para pasar a la conviccin de que tales procesos tuvieron lugar en nuestro Sistema Solar despus de que las observaciones de las naves espaciales Pioneer y Voyager determinaran en la ltima dcada que Titn, la luna ms grande de Saturno, fue un planeta que no lleg a culminar su despegue del gigante anillado. Y los descubrimientos en Neptuno reforzaron la especulacin opuesta en lo referente a Tritn, la luna de Neptuno, que es slo 650 kilmetros ms pequea en dimetro que nuestra Luna. Su peculiar rbita, su vulcanismo y otros detalles particulares han sugerido a los cientficos del JPL lo que el cientfico jefe del proyecto Voyager, Edward Stone, expres del siguiente modo: Tritn pudo ser un objeto que estuvo navegando por el Sistema Solar durante varios miles de millones de aos, hasta que se acerc demasiado a Neptuno, cay bajo su campo gravitatorio y comenz a orbitar al planeta.

    Acaso est muy lejos esta hiptesis de la idea sumeria de que las lunas planetarias se podan convertir en planetas, que podan cambiar posiciones celestes o que no llegaran a alcanzar una rbita independiente? Ciertamente, a medida que vayamos exponiendo la cosmogona sumeria, ir quedando claro que muchos de los descubrimientos modernos no slo son meros redescubrimientos de conocimientos de la antigedad, sino que, adems, estos conocimientos antiguos siguen ofreciendo explicaciones para muchos fenmenos que la ciencia moderna ni siquiera ha llegado a entender.

    Pero antes de todo esto, antes de que se presente el resto de las evidencias que sustentan esta afirmacin, es inevitable que se plantee una pregunta: cmo pudieron saber todo eso los sumerios hace tanto tiempo, en los albores de la civilizacin?

    La respuesta se halla en la segunda diferencia que existe entre la representacin sumeria del Sistema Solar (Fig. 6a) y lo que sabemos actualmente de ste (Fig. 6b). Y es la inclusin de un gran planeta en el espacio vaco entre Marte y Jpiter. Nosotros no tenemos constancia de que haya ningn planeta en ese lugar, pero los textos cosmolgicos, astronmicos e histricos de los sumerios insisten en que existe un planeta ms en nuestro Sistema Solar, su duodcimo miembro: el Sol, la Luna (que contaba como un cuerpo celeste por derecho propio, por razones expuestas en los textos) y diez, no nueve, planetas. El descubrimiento de este planeta en los textos sumerios, donde recibe el nombre de NIBIRU (Planeta del Cruce), un planeta que ni es Marte ni Jpiter, como algunos expertos han debatido, sino otro planeta que

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  • pasa entre ellos cada 3.600 aos, es lo que dio ttulo a mi primer libro, El 12 Planeta, ese duodcimo miembro del Sistema Solar (aunque tcnicamente, como planeta, sea el dcimo).

    Los textos sumerios repiten insistentemente que fue desde ese planeta de donde los ANUNNAKI vinieron a la Tierra. Este trmino significa literalmente Los Que del Cielo a la Tierra Vinieron. En la Biblia, se habla de ellos como de los Anakim, y en el captulo 6 del Gnesis se les llama tambin Nefilim, que en hebreo significa lo mismo: Los Que Han Bajado de los Cielos a la Tierra.

    Y, como anticipndose a nuestras preguntas, los sumerios nos dicen que fue de los Anunnaki de los que aprendieron todo lo que saban. As, los avanzados conocimientos que encontramos en los textos sumerios son, en efecto, conocimientos de los que estaban en posesin los Anunnaki que vinieron desde Nibiru; y la suya debi ser una civilizacin muy avanzada, puesto que, segn mis conjeturas sobre los textos sumerios, los Anunnaki llegaron a la Tierra hace unos 445.000 aos. Ya entonces podan viajar por el espacio. La enorme rbita elptica de su planeta hizo un lazo (sta es la traduccin exacta del trmino sumerio) en torno a los planetas exteriores, convirtindolo en un observatorio mvil desde el cual los Anunnaki podan investigar todos esos planetas. No es de extraar pues que lo que estamos conociendo ahora ya fuera conocido en tiempos de los sumerios.

    Pero, por qu alguien se iba a molestar en venir a esta motita de materia a la que llamamos Tierra, no por accidente, no por casualidad, no una vez, sino una y otra vez cada 3.600 aos? sa es una pregunta a la cual dan respuesta los textos sumerios. En su planeta, Nibiru, los Anunnaki/Nefilim se tuvieron que enfrentar a una situacin que nosotros, en la Tierra, puede que tengamos que afrontar en breve: el deterioro ecolgico estaba haciendo cada vez ms difcil la vida en el planeta. Era necesario proteger su cada vez ms dbil atmsfera, y la nica solucin pareca ser la de suspender partculas de oro en sus capas ms altas, a modo de escudo. (Las ventanillas de las naves espaciales norteamericanas, por ejemplo, estn cubiertas con una fina capa de oro para proteger a los astronautas de las radiaciones.) Los Anunnaki descubrieron este raro metal en lo que ellos llamaban el Sptimo Planeta (contando desde fuera hacia dentro), y lanzaron la Misin Tierra con el fin de obtenerlo. Al principio, intentaron conseguirlo sin esfuerzo en las aguas del Golfo Prsico; pero esta idea fracas y, entonces, se embarcaron en unas dursimas operaciones de minera en el sudeste de frica.

    29

  • Hace unos 300.000 aos, los Anunnaki asignados a las minas de frica se amotinaron. Fue entonces cuando el cientfico jefe y la oficial mdico jefe de los Anunnaki utilizaron la manipulacin gentica y las tcnicas de fertilizacin in-vitro para crear trabajadores primitivos, los primeros Homo sapiens, con el fin de que se encargaran del extenuante trabajo de las minas de oro.

    En El 12 Planeta, se trata extensamente de los textos sumerios donde se nos cuentan todos estos acontecimientos y de su versin condensada en el Libro del Gnesis. Pero los aspectos cientficos de estos avances y de las tcnicas que emplearon los Anunnaki constituyen el tema de este libro. Tal como se mostrar, la ciencia moderna est dejando un asombroso reguero de avances cientficos, pero el camino hacia el futuro est repleto de indicadores, de conocimientos y de avances del pasado. Los Anunnaki estaban ah desde mucho antes y, cuando las relaciones entre ellos y los seres que haban creado cambiaron, cuando decidieron darle la civilizacin a la humanidad, nos impartieron algunos de sus conocimientos y la capacidad para realizar nuestros propios avances cientficos.

    Entre los avances cientficos de los que hablaremos en los siguientes captulos, se hallarn las cada vez mayores evidencias sobre la existencia de Nibiru. Si no fuera por El 12 Planeta, el descubrimiento de Nibiru sera un gran acontecimiento astronmico, pero no ms importante en nuestra vida cotidiana que, pongamos, el descubrimiento de Plutn en 1930. Fue agradable saber que el Sistema Solar tena un planeta ms ah afuera, y sera igualmente gratificante confirmar que la cuenta planetaria no es de nueve, sino de diez planetas; esto sera especialmente confortante para los astrlogos, que necesitan doce cuerpos celestes, y no slo once, para sus doce casas del zodiaco.

    Pero tras la publicacin de El 12 Planeta y de las evidencias que se plantean en l (que no han sido refutadas desde su primera edicin, en 1976), y con las evidencias aportadas desde entonces por los avances cientficos, el descubrimiento de Nibiru ya no puede ser una cuestin que tenga que ver slo con los libros de texto de astronoma. Si lo que yo escrib en ese libro es as, es decir, si los sumerios estaban en lo cierto en lo que dejaron registrado, el descubrimiento de Nibiru no slo iba a significar que hay un planeta ms ah afuera, sino que hay vida ah afuera. Adems, confirmara que hay seres inteligentes ah afuera, personas tan avanzadas que, hace casi medio milln de aos, podan viajar por el espacio; personas que iban y venan entre su planeta y la Tierra cada 3.600 aos.

    30

  • Lo que puede provocar una sacudida en los rdenes poltico, religioso, social, econmico y militar existentes en la Tierra es quin est ah afuera, en Nibiru, y no slo su existencia. La cuestin no estriba en si tendr repercusiones el descubrimiento de Nibiru, sino en qu repercusiones tendr.

    Y sta es una pregunta que, se crea o no, ya est siendo ponderada.

    MINERA DE ORO... DESDE CUNDO?

    Existen evidencias de que haya habido minera en el sur de frica durante la Edad de Piedra? Los estudios arqueolgicos indican que s que la hubo.

    Al darse cuenta de que los emplazamientos de antiguas minas abandonadas podan indicar dnde encontrar oro, la principal empresa minera de Sudfrica, la Anglo-American Corporation, contrat arquelogos en la dcada de 1970 con el fin de localizar estas minas de la antigedad. Entre los informes publicados (en el boletn de la empresa, ptima), se detalla el descubrimiento en Suazilandia y en otros lugares de Sudfrica de extensas reas mineras con pozos de hasta 15 metros de profundidad. Los objetos de piedra y los restos de carbn permitieron datar a tres de aquellos lugares en los alrededores del 35000 a.C, 46000 a.C. y 60000 a.C. Los arquelogos, y los antroplogos que se les unieron en la datacin de los hallazgos, llegaron a la conclusin de que la tecnologa minera se utiliz en el sur de frica durante gran parte del perodo posterior al 100000 a.C.

    En septiembre de 1988, un equipo internacional de fsicos lleg a Sudfrica para verificar la edad de los hbitats humanos en Suazilandia y Zululandia. Las tcnicas ms modernas indicaron una edad de entre 80.000 y 115.000 aos.

    Respecto a las minas de oro ms antiguas de Monotapa, en el sur de Zimbabue, las leyendas zules sostienen que en ellas trabajaron esclavos de carne y sangre creados artificialmente por el Primer Pueblo. Estos esclavos, dicen las leyendas zules, entablaron combate con el Hombre-Simio cuando la gran estrella de la guerra apareci en el cielo (vase Indaba My Children, del hombre-medicina zul Credo Vusa-mazulu Mutwa).

    . 31

  • LLEG DEL ESPACIO EXTERIOR

    Fue el [proyecto] Voyager el que nos hizo prestar atencin a la importancia de las colisiones, reconoci Edward Stone, del California Institute of Technology (Caltech),6 cientfico jefe del programa Voyager. Los choques csmicos fueron potentes escultores del Sistema Solar.

    Y lo mismo dejaron claro los sumerios, 6.000 aos antes, pues como punto central de su cosmogona, de su visin del mundo y de su religin tuvieron un acontecimiento catastrfico al que dieron por nombre la Batalla Celestial. Es un acontecimiento del cual se encuentran referencias en diversos textos, himnos y proverbios sume-ros, al igual que en algunos libros de la Biblia, como los de los Salmos, Proverbios, Job y otros. Pero los sumerios describieron este acontecimiento con todo detalle, paso a paso, en un largo texto que precis de siete tablillas. Del original sumerio slo se han encontrado fragmentos y citas; el texto ms completo nos ha llegado en aca-dio, la lengua de los asirios y los babilonios, que sucedieron a los sumerios en Mesopotamia. Este texto trata de la formacin del Sistema Solar antes de la Batalla Celestial, as como de la naturaleza, las causas y las consecuencias de tan terrorfica colisin. Y, con una simple premisa cosmognica, explica enigmas que todava desconciertan a nuestros astrnomos y astrofsicos.

    Pero lo que an es ms importante: cada vez que estos cientficos modernos aparecen con una respuesta satisfactoria, da la casualidad de que encaja con la explicacin sumeria y la corrobora!

    Hasta los descubrimientos del Voyager, la visin cientfica imperante consideraba que el Sistema Solar haba tomado la forma en la

    6. (N. del T.): Instituo de Tecnologa de California.

    32

  • cual lo vemos hoy en da poco despus de su origen, conformado por las leyes inmutables de movimientos celestes y por la fuerza de la gravedad. Haba habido chiflados, con toda seguridad meteoritos, que haban llegado de algn otro lugar para colisionar con los miembros estables del Sistema Solar, marcndolos con crteres, y cometas que pasaban zumbando en rbitas muy alargadas, apareciendo de pronto y desapareciendo en la nada. Pero se supona que estos casos de escombros siderales se remontaban a los inicios del Sistema Solar, hace unos 4.500 millones de aos, y que eran trozos de materia planetaria que no haban conseguido adherirse a los planetas, a sus lunas o a sus anillos. Un poco ms desconcertante resultaba el cinturn de asteroides, una franja de rocas que forma una cadena orbital entre Marte y Jpiter. Segn la ley de Bode, una regla emprica que explica por qu los planetas se formaron donde se formaron, debi de haber un planeta entre Marte y Jpiter de al menos dos veces el tamao de la Tierra. Acaso los escombros del cinturn de asteroides son los desechos de tal planeta? Una respuesta afirmativa se vera incomodada por dos problemas: la cantidad total de materia que hay en el cinturn de asteroides no conseguira sumar la masa de tal planeta, y no existe una explicacin plausible sobre qu pudo provocar la ruptura del hipottico planeta; y si hubo una colisin celeste, cundo, con qu y por qu? Los cientficos no tienen respuestas.

    Tras el paso por Urano en 1986, se hizo inevitable aceptar que tuvo que haber una o ms colisiones importantes en el Sistema Solar que cambiaron su forma inicial, tal como admiti el doctor Stone. Ya sabamos que Urano estaba inclinado sobre su costado desde antes del encuentro del Voyager, gracias a los telescopios y a otros instrumentos. Pero, se conform as desde un principio, o hubo alguna fuerza exterior (un encuentro o una fuerte colisin con otro gran cuerpo celeste) que provocara tal inclinacin?

    La respuesta la proporcionara el Voyager 2, en un examen ms detenido de las lunas de Urano. El hecho de que estas lunas den vueltas alrededor del ecuador de Urano en su ladeada posicin, formando, todos juntos, una especie de diana frente al Sol (Fig. 7), hizo que los cientficos se preguntaran si esas lunas estaban ah en el momento del acontecimiento que lo lade todo, o si se formaron despus del acontecimiento, quizs a partir de la materia arrojada por la fuerza de la colisin que inclin a Urano.

    La base terica para la respuesta la enunci, entre otros, el doctor Christian Veilet, del Centre d'tudes et des Recherches Geodyna-

    . 33

  • Fuente: Jet Propulsin

    Figura 7

    miques de Francia,7 antes del encuentro con Urano. Si las lunas se formaron al mismo tiempo que Urano, la materia prima celeste a partir de la cual se aglomeraron debi condensar los materiales ms pesados y ms cercanos al planeta; as, las lunas interiores deberan estar compuestas de materiales ms pesados y rocosos, y de finas capas de hielo, mientras que las lunas exteriores tendran una combinacin de materiales ms ligeros (ms agua y hielo, y menos rocas). Por el mismo principio de distribucin de material en el Sistema Solar (una mayor proporcin de materiales pesados ms cerca del Sol y ms materiales ligeros -en estado gaseoso- cuanto ms lejos), las lunas de Urano deberan ser proporcionalmente ms ligeras que las lunas de Saturno, por estar aqul ms lejos del Sol que ste.

    Pero los hallazgos revelaron todo lo contrario de lo que se esperaba. En el amplio resumen de informes sobre el encuentro con Urano, publicado por Science con fecha 4 de julio de 1986, un equipo de 40 cientficos lleg a la conclusin de que las densidades de las lunas de Urano (salvo Miranda) son significativamente ms pesadas que las de los glidos satlites de Saturno. Del mismo modo, los da-

    7. (N. del T.): Centro de Estudios y de Investigaciones Geodinmicas.

    34

  • tos del Voyager 2 demostraron (de nuevo, en contra de lo que debera haber sido) que las dos lunas interiores ms grandes de Urano, Ariel y Umbriel, tienen una composicin ms ligera (gruesas capas de hielo; pequeos ncleos de roca) que las lunas exteriores Titania y Oberon, compuestas en su mayor parte por pesado material rocoso y finas capas de hielo.

    Los hallazgos del Voyager 2 no fueron las nicas pistas que sugirieron que las lunas de Urano no se haban formado al mismo tiempo que el planeta en s, sino algn tiempo despus, en circunstancias inusuales. Otro descubrimiento que desconcert a los cientficos fue que los anillos de Urano eran negros como la boca del lobo, ms negros que el carbn, y que estaban compuestos presumiblemente por material rico en carbono, una especie de alquitrn primordial llegado del espacio exterior (el nfasis es mo). Estos oscuros anillos, combados, ladeados, y extraordinariamente elpticos, eran bastante diferentes de los simtricos brazaletes de partculas de hielo que circundan Saturno. Negras como la boca del lobo eran tambin las seis pequeas lunas descubiertas en Urano, algunas de las cuales hacan el papel de pastoras en los anillos. La conclusin obvia fue que los anillos y estas lunas se formaron con los cascotes de un violento acontecimiento del pasado de Urano. El cientfico adjunto del proyecto en el JPL, Ellis Miner, lo expres de forma muy sencilla: Es muy probable que llegara un intruso desde fuera del sistema de Urano y chocara con lo que debi de ser una luna grande, con la fuerza suficiente como para fracturarla.

    Pero la teora de una catastrfica colisin celeste, como el acontecimiento que podra explicar todos los fenmenos extraos de Urano, de sus lunas y de sus anillos, se vio potenciada con el descubrimiento de que los cascotes negros que forman los anillos de Urano circundan al planeta cada ocho horas, una velocidad que es dos veces la velocidad de revolucin del propio planeta sobre su eje. Y esto plantea la pregunta siguiente: cmo se les confiri tanta velocidad a los cascotes de los anillos?

    Basndose en todos los datos precedentes, emergi la probabilidad de una colisin sideral como la nica respuesta plausible. Existen grandes posibilidades de que las condiciones de formacin de los satlites se vieran afectadas por el acontecimiento que provoc la notable oblicuidad de Urano, declar el equipo de cuarenta cientficos. En palabras ms sencillas, estaban queriendo decir que era sumamente probable que las lunas en cuestin se crearan como con-

    . 35

  • secuencia de la colisin que volc a Urano sobre su costado. Pero los cientficos de la NASA fueron an ms audaces en sus conferencias de prensa. Eso pudo hacerlo una colisin con algo del tamao de la Tierra que viajara a alrededor de 65.000 kilmetros por hora, dijeron, especulando que probablemente tuvo lugar hace unos cuatro mil millones de aos.

    El astrnomo Garry Hunt, del Imperial College de Londres, lo resumi con nueve palabras: Urano se llev un golpe descomunal en sus principios. Pero ni en las ruedas de prensa ni en los largos informes escritos se hizo intento alguno por sugerir qu haba sido ese algo, de dnde haba venido y cmo fue que colision, o golpe, con Urano.

    Para estas respuestas, tendremos que volver a los sumerios...

    Antes de que volvamos desde los conocimientos obtenidos a finales de los setenta y a lo largo de los ochenta hasta lo que se saba 6.000 aos atrs, conviene que echemos un vistazo a un aspecto ms del rompecabezas: son las extraezas de Neptuno el resultado de colisiones, o choques, que nada tuvieron que ver con los de Urano, o fueron todos el resultado de un nico acontecimiento catastrfico que afect a todos los planetas exteriores?

    Antes de que el Voyager2 pasara junto a Neptuno, se crea que el planeta tena slo dos satlites: Nereo y Tritn. Se descubri que Nereo tena una rbita de lo ms peculiar: estaba extraamente inclinado con respecto al plano ecuatorial del planeta (hasta 28 grados) y era sumamente excntrico, pues no rbita al planeta con un recorrido casi circular, sino con un recorrido muy alargado, que lo aleja hasta casi diez millones de kilmetros de Neptuno y lo trae en su fase ms cercana hasta un milln y medio de kilmetros del planeta. Nereo, aunque de un tamao que, por las reglas de la formacin de los planetas, debera ser esfrico, tiene una extraa forma, como un buuelo torcido. Es brillante por un lado y negro como el carbn por el otro. Todas estas peculiaridades han llevado a Martha W. Schaefer y a Bradley E. Schaefer, en un importante estudio sobre el tema publicado en la revista Nature (2 de junio de 1987), a la conclusin de que Nereo se aglomer hasta convertirse en satlite alrededor de Neptuno o de otro planeta, y que tanto ste como Tritn fueron golpeados por algn gran cuerpo o planeta, con lo que adquirieron tan peculiares rbitas. Y Brad Schaefer aadi: Imaginen un tiempo en que Neptuno tuviera un sistema de satlites normal, como el de Jpiter o el de Saturno;

    36

  • y que, luego, entrara en el sistema un cuerpo enorme y lo trastocara todo.

    El material oscuro que aparece en una de las caras de Nereo se podra explicar de alguna de las dos maneras posibles, pero ambas requieren de una colisin en la situacin hipottica. O bien un impacto en uno de los lados del satlite barri la capa superficial ms oscura, dejando al descubierto materiales ms luminosos por debajo de la superficie, o bien la materia oscura perteneca al cuerpo que impact y se esparci en uno de los lados de Nereo. Esta ltima posibilidad es la ms plausible, a tenor de lo que sugiere el descubrimiento, anunciado por el equipo del JPL el 29 de agosto de 1989, de que todos los satlites recin descubiertos por el Voyager 2 en Neptuno (seis ms) son muy oscuros y todos tienen formas irregulares, incluso el satlite designado como 1989N1, cuyo tamao normalmente lo habra hecho esfrico.

    Las teoras referentes a Tritn y a su rbita alrededor de Neptuno, alargada y retrgrada (en direccin de las manecillas del reloj), tambin invocan una colisin.

    En vsperas del encuentro del Voyager 2 con Neptuno, un equipo de cientficos del Caltech (P. Goldberg, N Murray, P. Y. Longaretti y D. Banfield) postulaba en la prestigiosa revista Science: Tritn fue capturado desde una rbita heliocntrica, es decir, desde una rbita alrededor del Sol, como resultado de una colisin con lo que entonces era uno de los satlites originales de Neptuno. En esta situacin hipottica, el pequeo satlite de Neptuno debi ser devorado por Tritn, pero la fuerza de la colisin debi ser tal que disip la suficiente energa orbital de Tritn como para ralentizarlo y ser capturado por la gravedad de Neptuno. La otra teora, segn la cual Tritn fue desde sus orgenes un satlite de Neptuno, se demostr defectuosa en este estudio, e incapaz de soportar un anlisis crtico.

    Los datos recogidos por el Voyager 2 a su paso por Tritn dieron soporte a esta conclusin terica. Tambin mostraron estar de acuerdo con otros estudios (como el de David Stevenson, del Caltech) que indicaban que el calor interno de Tritn y sus caractersticas de superficie se podan explicar nicamente mediante una colisin en la cual Tritn hubiese sido capturado por la gravedad de Neptuno.

    Pero, de dnde vinieron los cuerpos que impactaron?, se preguntaba retricamente Gene Shoemaker, uno de los cientficos de la NASA, en el programa de televisin NOVA. Pero la pregunta qued sin respuesta. Y tampoco se dio respuesta a la pregunta de si los cata-

    37

  • clismos en Urano y en Neptuno fueron dos aspectos de un nico acontecimiento o fueron incidentes inconexos.

    Resulta gratificante, por no calificarlo de irnico, encontrar las respuestas a todos estos enigmas en los antiguos textos sumerios, y que todos los datos descubiertos o confirmados por el proyecto Voyager sostengan y corroboren las informaciones sumerias, as como la presentacin y la interpretacin que yo hiciera de ellas en El 12 Planeta.

    Los textos sumerios hablan de un nico acontecimiento, pero amplio. Estos textos explican ms de lo que los astrnomos modernos han estado intentando explicar en lo referente a los planetas exteriores. Pero los textos antiguos tambin explican materias ms cercanas, como las del origen de la Tierra, la Luna, el cinturn de asteroides y los cometas. Luego, los textos pasan a contar un relato que combina el credo de los creacionistas con la teora de la evolucin, un relato que ofrece una explicacin ms adecuada que las que ofrece cualquier teora moderna sobre lo que sucedi en la Tierra y sobre el modo en que vinieron a ser el hombre y la civilizacin.

    Todo comenz, segn los textos sumerios, cuando el Sistema Solar an era joven. El Sol (APSU en los textos sumerios, que significa El Que Existe desde el Principio), su pequeo acompaante MUM. MU (El Que Naci, nuestro Mercurio) y, un poco ms all, TI. AMAT (Doncella de la Vida) fueron los primeros miembros del Sistema Solar; ste se expandi gradualmente con el nacimiento de tres parejas planetarias: los planetas que llamamos Venus y Marte, entre Mummu y Tiamat; la pareja gigante Jpiter y Saturno (por utilizar sus nombres modernos), ms all de Tiamat; y Urano y Neptuno, an ms lejos (Fig. 8).

    En este Sistema Solar original, todava inestable poco despus de su formacin (estimo que pudo ser hace cuatro mil millones de aos), apareci un Invasor. Los sumerios le llamaron NIBIRU; los babilonios lo rebautizaron como Marduk, en honor a su dios nacional. Apareci desde el espacio exterior, desde lo Profundo, tal como lo dice en los textos antiguos. Pero, con su aproximacin a los planetas exteriores del Sistema Solar, comenz a verse atrado hacia su interior. El primer planeta exterior en atraer a Nibiru con su campo gravitatorio fue Neptuno, E.A en sumerio (Aquel Cuya Casa Es el Agua). El que lo suscit fue Ea, dice el texto antiguo.

    Ciertamente, Nibiru/Marduk era digno de contemplar; atractivo,

    38

  • brillante, noble o seorial son algunos de los adjetivos que utilizaron para describirlo. Chispas y relmpagos salan de l hacia Neptuno y Urano a medida que pasaba junto a ellos. Pudo llegar con sus propios satlites orbitndole, o pudo quitrselos a los planetas exteriores como consecuencia de su atraccin gravitatoria. El texto antiguo habla de sus miembros perfectos... difciles de percibir : cuatro eran sus ojos, cuatro sus odos.

    . Al Principio: Sol, Mercurio, Tiamat

    O

    ISOL (Apsui MERCURIO (Mummu)

    O

    I** i. Aparecen los Planetas Interiores -los diosesen medio

    TIAMAT MARTE (Lahmu)

    VENUS (Lahamu)

    OMARTE (Lahmu)

    VENUS (Lahamu)

    MERCURIO (Mummu)

    IV. Los dos ltimos planetas se aaden -iguales entre s

    NEPTUNO (Ea)

    TIAMAT /"""* JPITER (Kishar)

    O

    L MERCURIO (Mummu)

    . Se crean los SHAR -los planetas gigantes-, junto JSOL (Apsujf -con su emisario

    SATURNO (Anshar) Q

    PLUTN (Gaga)

    MERCURIO (Mummu)

    JPITER (Kishar)

    TE (Lahmu)

    VENUS (Lahamu)

  • \JSATURNO (Anshar) 0 URANO (Anu)

    PLUTN (Gaga)

    Figura 8

    39

  • Cuando pas por las cercanas de Ea/Neptuno, a Nibiru/Marduk le sali una protuberancia en el costado, como si tuviera una segunda cabeza. Se separara esa protuberancia, convirtindose en Tritn, la luna de Neptuno? Un detalle que nos lleva a sospecharlo seriamente es el hecho de que Nibiru/Marduk entrara en el Sistema Solar con una rbita retrgrada (en el sentido de las agujas del reloj), al revs que todos los dems planetas (Fig. 9). Slo este detalle sume-rio, segn el cual el planeta invasor se mova en contra del movimiento orbital de todos los dems planetas, puede explicar el movimiento retrgrado de Tritn, las rbitas extremadamente elpticas de otros satlites y cometas, y el resto de acontecimientos importantes que todava tenemos que abordar.

    Cuando Nibiru/Marduk pas junto a Anu /Urano, se crearon ms satlites. Al describir este trnsito por Urano, el texto dice que Anu sac y engendr a los cuatro vientos, una referencia tan clara como sera posible esperar a las cuatro lunas principales de Urano que, segn sabemos ahora, se formaron durante la colisin que lade a Urano. Al mismo tiempo, nos enteramos en un pasaje posterior del mismo texto que Nibiru/Marduk obtuvo tres satlites como consecuencia de este encuentro.

    Aunque, tras su captura en rbita solar, los textos sumerios nos dicen que Nibiru/Marduk volvi a visitar los planetas exteriores conformndolos poco a poco hasta el sistema que conocemos hoy en da, aquel primer encuentro nos da la explicacin de los enigmas a los que se enfrentaba y todava se enfrenta la astronoma moderna respecto a Neptuno, Urano, sus lunas y sus anillos.

    Tras pasar junto a Neptuno y Urano, Nibiru/Marduk sigui introducindose en mitad del sistema planetario, al ser atrado por los inmensos campos gravitatorios de Saturno (AN.SHAR, Primero de los Cielos) y Jpiter (KI.SHAR, Primero de las Tierras Firmes). Cuando Nibiru/ Marduk se aproxim y se puso como en combate cerca de Anshar/Saturno, los dos planetas se besaron los labios. Fue entonces cuando el destino, el recorrido orbital, de Nibiru/ Marduk cambi para siempre. Fue tambin entonces cuando el principal satlite de Saturno, GA.GA (con el tiempo, Plutn), se alej en direccin a Marte y Venus, una direccin posible nicamente merced a la fuerza retrgrada de Nibiru/Marduk. Haciendo una enorme rbita elptica, Gaga volvera con el tiempo a los suburbios del Sistema Solar. All, se dirigi a Neptuno y Urano al pasar sus rbitas en el vaivn. Fue el comienzo del proceso por el cual Gaga se convertira en

    40

  • Figura 9

    Plutn, con su peculiar rbita inclinada que, en ocasiones, lo introduce entre Neptuno y Urano.

    El nuevo destino, o recorrido orbital, de Nibiru/Marduk le llevaba ahora irrevocablemente hacia el antiguo planeta Tiamat. En aquellos tiempos, relativamente tempranos en la formacin del Sistema Solar, ste estaba marcado por la inestabilidad, en especial (segn nos dice el texto) en la regin de Tiamat. Mientras los planetas ms cercanos estaban todava bambolendose en sus rbitas, Tiamat era atrada en muchas direcciones, por parte de los dos gigantes que haba ms all de ella, y por parte de los dos pequeos planetas que haba entre ella y el Sol. Una consecuencia de ello haba sido la expulsin de s, o la reunin a su alrededor, de una hueste de satlites furiosos y colricos, en el lenguaje potico del texto (al cual los expertos llaman La Epopeya de la Creacin). Estos satlites, monstruos rugientes, estaban revestidos de terror y coronados de aureolas, dando vueltas

  • furiosos y trazando sus rbitas como si fueran dioses celestiales (planetas).

    Pero el ms peligroso para la estabilidad o la seguridad del resto de planetas era el lder de la hueste de Tiamat, un gran satlite que haba crecido hasta alcanzar casi el tamao de un planeta, y que estaba a punto de obtener un destino independiente (su propia rbita alrededor del Sol). Tiamat le lanz un conjuro, para que se sentara

    . 41

  • entre los dioses celestiales, lo exalt. En sumerio, recibi el nombre de KIN.GU, Gran Emisario.

    Despus, el texto levanta el teln del inminente drama; lo he narrado, paso por paso, en El 12 Planeta. Al igual que en una tragedia griega, la subsiguiente batalla celestial fue inevitable, pues las fuerzas gravitacionales y magnticas entraron en juego inexorablemente, llevando a la colisin entre el recin llegado Nibiru/Marduk, con sus siete satlites (vientos en el texto antiguo), y Tiamat y su hueste de once satlites, encabezados por Kingu.

    Aunque llevaban rumbo de colisin, Tiamat orbitando en direccin contraria a las agujas del reloj y Nibiru/Marduk en la direccin de las manecillas del reloj, los planetas no llegaron a chocar, algo que constituye un hecho de importancia cardinal en lo astronmico. Fueron los satlites, o vientos (significado literal sumerio: Los que estn al lado) de Nibiru/Marduk los que se estrellaron contra Tiamat y chocaron con sus satlites.

    En el primero de estos encuentros (Fig. 10), la primera fase de la Batalla Celestial:

    Los cuatro vientos apostpara que nada de ella pudiera escapar:

    el Viento Sur, el Viento Norte,

    el Viento Este, el Viento Oeste.

    Estrech la red junto a l,

    el regalo de su abuelo Anu, que haba sacado

    el Viento del Mal, el Torbellino y el Huracn...

    Envi los vientos que haba creado,

    los siete; para turbar a Tiamat

    se elevaron tras l.

    Estos vientos, o satlites, de Nibiru/Marduk, los siete, fueron las principales armas con las que fue atacada Tiamat en la primera fase de la Batalla Celestial (Fig. 10). Pero el planeta invasor tena adems otras armas:

    Delante de l puso el rayo,con una llama abrasadora colm su cuerpo;

    despus, hizo una red para envolver a Tiamat...

    se rode la cabeza con un terrorfico halo,

    se emboz en el manto de un impresionante terror.

    42

  • Figura 10

    Cuando los dos planetas y sus ejrcitos de satlites estuvieron lo suficientemente cerca para que Nibiru/Marduk pudiera explorar el interior de Tiamat y percibir los planes de Kingu, Nibiru/Marduk atac a Tiamat con su red (campo magntico?) para envolverla, disparndole gigantescos rayos al viejo planeta (rayos divinos). Tiamat se colm de resplandor, ralentizndose, calentndose, se dilat. Amplias brechas se abrieron en su corteza, quizs emitiendo vapor y materias volcnicas. Luego, en una amplia fisura, Nibiru/ Marduk lanz a uno de sus grandes satlites, el llamado Viento del Mal. ste le abri el vientre a Tiamat, le atraves las entraas y le parti el corazn.

    Adems de resquebrajar a Tiamat y extinguirle la vida, el primer encuentro sell el destino de las lunas que la orbitaban, todas salvo el planetario Kingu. Cautivos en la red (la atraccin magntica y gravitatoria) de Nibiru/Marduk, los miembros de la banda de Tiamat, hechos aicos, despedazados, fueron arrojados de sus anteriores rumbos y forzados a seguir nuevas rbitas en direccin opuesta: Temblando de miedo, volvieron sus espaldas.

    TIAMAT

    ( \ O Kingu

  • 43

  • As se crearon los cometas. As, nos dice este texto con 6.000 aos de antigedad, alcanzaron sus rbitas los cometas, rbitas enormemente elpticas y retrgradas. En cuanto a Kingu, el principal satlite de Tiamat, el texto nos dice que, en la primera fase de la colisin, a Kingu se le priv de su casi independiente rbita. Nibiru/Marduk le arrebat su destino. Nibiru/Marduk convirti a Kingu en DUG. GA.E, una masa de arcilla sin vida, desprovista de atmsfera, de aguas y de material radiactivo, y disminuy de tamao; y lo encaden con grilletes, para que permaneciera en rbita de la malograda Tiamat.

    Despus de vencer a Tiamat, Nibiru/Marduk zarp con su nuevo destino. El texto sumerio no deja lugar a dudas de que el antiguo invasor qued en rbita alrededor del Sol:

    Cruz los cielos e inspeccion las regiones,y midi la vecindad de Apsu;

    el Seor las dimensiones del Apsu midi.

    Despus de circundar al Sol (Apsu), Nibiru/Marduk se alej en el espacio. Pero, ahora, cautivo para siempre en la rbita solar, tena que volver. A su regreso, Ea/Neptuno estuvo all para recibirle y Anshar/Saturno aclam su victoria. Despus, su nueva rbita le llev de nuevo a la escena de la Batalla Celestial, volvi hasta Tiamat, a la que haba herido.

    El Seor se detuvo para ver su cuerpo sin vida. Dividir al monstruo astutamente plane. Despus, como un mejilln, la parti en dos.

    Y, con esta accin, la creacin del cielo alcanz su etapa final, con el inicio de la creacin de la Tierra y la Luna. En primer lugar, los nuevos impactos partieron a Tiamat en dos mitades. El satlite de Nibiru/Marduk llamado Viento Norte impact sobre la parte superior de Tiamat, sobre su crneo; el golpe la llev, y con ella a Kingu, hasta lugares que haban sido desconocidos, es decir, a una nueva rbita donde no haba existido ningn planeta antes. As se crearon la Tierra y la Luna! (Fig. 11).

    La otra mitad de Tiamat fue hecha pedazos por los impactos. Esta mitad, la inferior, su cola, fue repujada hasta convertirla en un brazalete en los cielos:

    44

  • Ensamblando las piezas,

    como guardianes los posicion...

    Curv la cola de Tiamat hasta formar la Gran Banda

    como un brazalete.

    As se cre la Gran Banda, el cinturn de asteroides.Despus de quitarse de en medio a Tiamat y a Kingu, Nibiru/

    Marduk volvi a cruzar los cielos e inspeccionar las regiones. Esta vez, centr su atencin en la Morada de Ea (Neptuno), dndole a aquel planeta y a su gemelo, Urano, su constitucin final. Segn este antiguo texto, Nibiru/ Marduk tambin le dio a Gaga/Plutn su destino final, asignndole un lugar oculto, es decir, una parte de los cielos hasta entonces desconocida. Estaba ms all de donde se hallaba Neptuno; se nos dice que estaba en lo Profundo, en el espacio

    DESPUS*

    DE LA COLISIN

    Figura 11

    45

    (piGINAL

  • exterior. Pero, como corresponda a su nueva posicin como planeta ms alejado del Sol, se le concedi un nuevo nombre: US.MI, El Que Muestra el Camino, el primer planeta con el que uno se encontrara al entrar en el Sistema Solar, es decir, yendo desde el espacio exterior hacia el Sol.

    As se cre Plutn, y se lo puso en la rbita que ahora mantiene.

    As, habiendo construido las estaciones de los planetas, Nibiru/ Marduk hizo dos domicilios para s mismo. Uno de ellos estaba en el Firmamento, como se le llamaba tambin al cinturn de asteroides en los textos antiguos; el otro, mucho ms lejos, en lo Profundo, y se le llam Domicilio Grande/Distante, alias E.SHARRA (Domicilio/Hogar del Gobernante/Prncipe). Los astrnomos modernos llaman a estas dos posiciones planetarias el perigeo (punto orbital ms cercano al Sol) y el apogeo (el ms lejano) (Fig. 12). Es una rbita que, tal como conclu por las evidencias acumuladas en El 12 Planeta, precisa de 3.600 aos terrestres para su recorrido.

    Y as, el Invasor que lleg del espacio exterior se convirti en el duodcimo miembro del Sistema Solar, un sistema constituido por el Sol en su centro, con su compaero de siempre, Mercurio, tres parejas antiguas (Venus y Marte, Jpiter y Saturno, Urano y Neptuno); la Tierra y la Luna, los restos de la gran Tiamat, aunque en una posicin nueva; Plutn, recientemente independizado; y el planeta que le dio a todo su forma final, Nibiru/Marduk (Fig. 13).

    La astronoma moderna y los ms recientes descubrimientos sostienen y corroboran este relato milenario.

    Figura 12

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  • PLUTN

    (Gaga)

    Fi

    SOL (Apsu

    DUODCIMO PLANETA (Marduk)

    SATURNO (Anshar)

    URANO (Anu)

    NEPTUNO (Ea)

  • CUANDO LA TIERRA AN NO SE HABA FORMADO

    En 1766, J. D. Titius propuso (y en 1772, Johann Elert Bode populariz) lo que se llegara a conocer como ley de Bode, que dice que las distancias planetarias siguen, ms o menos, la progresin 0, 2, 4, 8,16, etc., si se manipula esta frmula multiplicando cada elemento por 3, sumndole 4 y dividindolo por 10. Utilizando como medida la unidad astronmica (UA), que es la distancia media entre la Tierra y el Sol, la frmula indica que debi haber un planeta entre Marte y Jpiter (all se encuentran ahora los asteroides) y un planeta ms all de Saturno (se descubri Urano). La frmula muestra derivaciones tolerables hasta que se llega a Urano, pero falla a partir de Neptuno.

    Planeta Distancia Ley de Bode(UA) Distancia Desviacin

    Mercurio 0,387 0,400 3,4%Venus 0,723 0,700 3,2%Tierra 1,000 1,000Marte 1,524 1,600 5,0%Asteroides 2,794 2,800Jpiter 5,203 5,200Saturno 9,539 10,000 4,8%Urano 19,182 19,600 2,1%Neptuno 30,058 38,800 36,3%Plutn 39,400 77,200 95,9%

    La ley de Bode, a la que se lleg empricamente, utiliza de este modo la Tierra como punto de inicio aritmtico. Pero, segn la cosmogona sumeria, al principio estaba Tiamat entre Marte y Jpiter, mientras que la Tierra an no se haba formado.

    El doctor Amnon Sitchin ha sealado que, si a la ley de Bode se le quitan sus mecanismos aritmticos y se le deja slo la progresin geomtrica, la frmula funciona a la perfeccin si se omite a la Tierra, confirmando as la cosmogona sumeria:

    Planeta Distancia del Sol (millas)

    Proporcin de Incremento

    Mercurio 36.250.000 ___Venus 67.200.000 1,85Marte 141.700.000 2,10Asteroides (T Amat) 260.400.000 1,84Jpiter 484.000.000 1,86Saturno 887.100.000 1,83Urano 1.783.900.000 2,01

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