sindicato boletín 02

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SINDICATO Boletín de los Arquitectxs Sindicadxs de Rosario El sábado 8 de noviembre se celebró en el Cen- tro Cultural La Toma una ronda de mesas de debates bajo el lema “Debatimos la Ciudad para Transformarla” convocada por el Foro Rosario Para Todos. En la mesa sobre “Boom inmobiliario, crisis habitacional y acceso a la tierra”, participaron Cristina Pradolini (Arqui- tecta, Consultora en Planificación Urbana y Territorial), Luis Baer (Investigador/ Docente, Conicet-UBA), Franco Carballo (Abogado, Es- pecialista en Política de Tierras) y Juan Manuel Rois (Arquitecto y profesor en la UNR) por Ar- quitectxs Sindicadxs. El siguiente texto viene a traer algunos de los temas que allí se trataron. Luis Baer, nos mostró, por medio de varias grá- ficas comparativas, cómo el mapa del valor del suelo de Capital Federal coincidía con el mapa de los permisos para edificar en altura (además del desarrollo de infraestructura urbana, nivel socieconómico, etc...), algo cuyas consecuen- cias no solían contemplarse: el precio de un terreno existe en relación a la cantidad de pisos que el código urbano habilita construir, algo que depende de cada instancia municipal o co- munal. Ha habido una estrategia de compra de terrenos baratos (donde no se podía construir en altura o faltaba desarrollar infraestructura urbana) para después presionar a las adminis- traciones para el desarrollo de normativas ge- nerales o específicas que habiliten la explo- tación inmobiliaria intensiva de esos te-rrenos. Algo semejante sucedió en Rosario. La propiedad inmobiliaria fue un mercado se- guro y manipulable de rentabilidad creciente para el capital excedente del campo (y de otras actividades) que sacó provecho de las políticas macro-económicas implementadas para im- pedir la fuga de capitales. La rentabilidad de este negocio aumentó en los últimos diez años casi diez veces más que otras, una inflación que incidió en la inflación en general. Mien- tras la política nacional tiende a redistribuir el excedente y detener su fuga al exterior, en los municipios se dieron políticas que lo concen- traban y acumulaban mediante la especulación inmobiliaria. La regulación del mercado inmo- biliario es competencia municipal, la matriz de precios de valores del suelo se ha configurado históricamente por medio de códigos urbanos y ordenanzas municipales. La Arquitecta Pradolini explicó que este pro- ceso por el cuál un barrio “humilde” es adqui- rido para la especulación para luego construir edificaciones para propietarios de mayor poder adquisitivo, desplazando a la población que estaba allí asentada, tiene por nombre “gen- trificación”: la consecuencia socio-espacial de la especulación inmobiliaria. Franco Carballo habló de la ambigüedad de la supuesta solu- ción para resolver la situación de un asen- tamiento irregular al otorgar la propiedad a los residentes sin contemplar que un capital puede luego adquirir las propiedades por su poten- cial especulativo produciendo “gentrificación”. Es necesario pensar cómo un barrio puede desarrollarse sin que se vayan sus habitantes por la presión del mercado inmobiliario, por ejemplo, entregando un derecho de usufructo y transferencia pero con la propiedad todavía en poder del estado, o determinar algún tipo de propiedad no monopolizable, alguna figura legal para esas propiedades que favorezca a sus usuarios, permita su desarrollo, pero evite la gentrificación; hasta que no se inventen esas figuras, tal vez sea recomendable que el Estado Rosario, viernes 17 de abril de 2015 . Año 2- Nro 2 Comité Editorial: Carla Berrini, Juan Manuel Rois, Santiago Vescovo. Colaboran en este número: Pablo Demián López, María Soledad Girardo y Sergio Oliveri BLOG: http://arqsindicadxs.wordpress.com FACEBOOK: arquitectxs sindicadxs! E-MAIL [email protected] “Acá vas a aprender un montón…”, ”vos sos un profesional independiente que va a trabajar para esta empresa….”, “son diez horas por día y el sábado inglés, no hay aguinaldo y vos te pagás el monotributo y todo eso .... ” y muchas otras frases de este tenor oímos los arquitectos jóvenes o recién recibidos cuando vamos a una entrevista de trabajo en una empresa construc- tora, estudio de arquitectura o una desarro- lladora inmobiliaria. Si bien en los últimos años las presiones sindicales y los controles es- tatales obligaron a las empresas constructoras a anotar a sus operarios, no ocurrió lo mismo con el personal técnico, es decir todo el uni- verso de arquitectos que trabajan, por ejemplo, como dibujantes, jefes de obra, sobreestantes, y demás tareas por un salario mensual. Según la encuesta realizada por Arquitectxs Sindicadxs, de los encuestados trabajando en relación de dependencia, sólo el 37% está en blanco; mien- tras que 32% facturan a su empleador como monotributistas y el 31% restante en negro. En este punto debemos hacer un mea culpa desde ambos lados del mostrador. Por un lado los empresarios -muchas veces arquitectos- o titulares de estudios, que para aumentar sus beneficios -o no resignar parte de ellos- evaden el “gasto” de anotar un empleado echando mano al recurso del monotributo; y por otro, el de los profesionales jóvenes que, ávidos de insertarse en el mercado laboral, resignan derechos propios de cualquier trabajador en situación legal. Esta mentalidad viene por ar- rastre desde los tiempos en que al ingresar en la facultad nos recibían con un discurso pesi- mista que nos auguraba un futuro al volante de un taxi, o como telemarketer de alguna em- presa telefónica. A partir de la devaluación de 2002 y el resurgir de las exportaciones agríco- las, el mercado de la construcción se benefició con un gran impulso, el llamado boom de la construcción. Este impulso, a su vez, propició el resurgimiento de los sindicatos obreros que comenzaron a lograr el cumplimiento de sus derechos laborales (la implementación de las ART, el cumplimiento del decreto 911/96, reg- istro de las empresas constructoras en IERIC, etc). En el caso de los profesionales de la cons- trucción, en particular de los arquitectos, no existe entidad alguna que represente los inte- reses de los trabajadores contratados, quedan- do a merced de nuestra propia determinación el lograr mejores condiciones. Si bien existe un convenio colectivo de tra- bajo (CCT 660/2013 - EX 151/75) que incluye al personal técnico contratado por empresas constructoras, estudios de arquitectura o rela- cionados con la construcción, somos muy pocos los que estamos al tanto de la existen- cia de dichos acuerdos y menos los que cono- cemos quién defiende nuestros intereses en las negociaciones paritarias o de acuerdos de condiciones salariales. ¿Qué motivo, más que la codicia, es el que nos priva de gozar de los mismos derechos de los demás trabajadores de la construcción? No somos más que nosotros mismos, los arquitectos, los primeros en aten- tar contra nuestras posibilidades de contar con los beneficios en materia previsional y de salud. Reitero nuestra cuota de responsabilidad moti- vada por la mentalidad de pensar: “ya me voy a poder independizar, y AHÍ SÍ”… y la pregunta es: Y ahí sí qué?... Ahí le tocará a otro y no a mí estar en esa situación? Ahí sí qué?... Ni siquiera iniciamos reclamos legales pensando que eso es no tener “códigos”…. Pero, los “códigos” de quienes no anotan a un colega, dónde están? Desde este espacio en surgimiento, intentamos revalorizar la figura del arquitecto como tra- bajador del sector de la construcción, con los derechos que le corresponden; apelando a la conciencia de los muchos colegas empresarios, por una parte, y al apoyo de las entidades que nos agrupan, por otra, como plataforma desde donde el reclamo pueda tomar impulso. SERGIO OLIVERI EDITORIAL Los otros arquitectos preserve los derechos legales sobre esas tierras en favor de sus residentes actuales. La aparente paradoja que a pesar del crecimiento del mer- cado inmobiliario haya aumentado tanto el déficit habitacional , se explica porque esas construcciones nuevas se hicieron para com- prar y vender, para acumulación de excedente de capital (¿silodeptos?) y no para satisfacer las necesidades de vivienda de la población. Mu- chos países del llamado primer mundo se han prevenido, aunque sea parcialmente, de esta situación gravando con un impuesto especial la vivienda vacía y el terreno ocioso. La construcción de mega-emprendimientos inmobiliarios estuvo monopolizada por algu- nos pocos “desarrolladores”. Desde el punto de vista del trabajo para los arquitectos es evi- dente que un complejo de cien o mil viviendas diseñada por un sólo estudio no rinde como cien o mil viviendas diseñadas una por una. En ese sentido el plan nacional Procrear aparece a competir para captar mano de obra de la cons- trucción, y crear nueva, en el mercado de las pequeñas propiedades familiares. Pero ante la demanda que generó la ayuda para adquisición de terrenos, aumentaron los precios y esa ayu- da estatal fue absorbida por los especuladores. El arquitecto Rois afirmó que es necesario abordar las contradicciones derivadas de la aplicación del plan Procrear en un contexto de especulación inmobiliaria descontrolada: si por un lado genera trabajo, da acceso a la propiedad a familias que la tenían difícil, por otro lado se esté alimentando -por culpa de la desregulación del mercado del suelo- la cons- trucción en suburbios apartados de los centros urbanos, que no cuentan con la infraestructura de servicios necesaria (costos públicos a fu- turo) mientras la ciudad cuenta con terrenos ociosos y departamentos vacíos, con toda la infraestructura servida. Este proceso de suburbanización, según la ar- quitecta Pradolini, multiplicaría los problemas de tránsito y contaminación, aumentaría la desigualdad socio-especial al continuar frag- mentando la ciudad en guetos de riqueza y exclusion, e incrementaría el consumo de com- bustibles en desmedro del objetivo de auto- abastecimiento energético. Combinando el acceso al crédito y la propiedad con el acceso a la vivienda que ya está construi- da y al suelo urbano ocioso (racionalizando de este modo el uso del mismo) prevendríamos la gentrificación, suburbanización y ghetificación de la ciudad, que son en definitiva los procesos materiales y espaciales generadores de eso que en las estadísticas aparece en abstracto como “desigualdad social” y que no es más que la desigualdad en el “derecho a la ciudad”. RESEÑA Rosario Para Todos

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Boletín de los Arquitectxs Sindicadxs de Rosario

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Page 1: Sindicato Boletín 02

SINDICATOBoletín de los Arquitectxs Sindicadxs de Rosario

El sábado 8 de noviembre se celebró en el Cen-tro Cultural La Toma una ronda de mesas de debates bajo el lema “Debatimos la Ciudad para Transformarla” convocada por el Foro Rosario Para Todos. En la mesa sobre “Boom inmobiliario, crisis habitacional y acceso a la tierra”, participaron Cristina Pradolini (Arqui-tecta, Consultora en Planificación Urbana y Territorial), Luis Baer (Investigador/ Docente, Conicet-UBA), Franco Carballo (Abogado, Es-pecialista en Política de Tierras) y Juan Manuel Rois (Arquitecto y profesor en la UNR) por Ar-quitectxs Sindicadxs. El siguiente texto viene a traer algunos de los temas que allí se trataron. Luis Baer, nos mostró, por medio de varias grá-ficas comparativas, cómo el mapa del valor del suelo de Capital Federal coincidía con el mapa de los permisos para edificar en altura (además del desarrollo de infraestructura urbana, nivel socieconómico, etc...), algo cuyas consecuen-cias no solían contemplarse: el precio de un terreno existe en relación a la cantidad de pisos que el código urbano habilita construir, algo que depende de cada instancia municipal o co-munal. Ha habido una estrategia de compra de terrenos baratos (donde no se podía construir en altura o faltaba desarrollar infraestructura urbana) para después presionar a las adminis-traciones para el desarrollo de normativas ge-nerales o específicas que habiliten la explo-tación inmobiliaria intensiva de esos te-rrenos. Algo semejante sucedió en Rosario.

La propiedad inmobiliaria fue un mercado se-guro y manipulable de rentabilidad creciente para el capital excedente del campo (y de otras actividades) que sacó provecho de las políticas macro-económicas implementadas para im-pedir la fuga de capitales. La rentabilidad de este negocio aumentó en los últimos diez años casi diez veces más que otras, una inflación que incidió en la inflación en general. Mien-tras la política nacional tiende a redistribuir el excedente y detener su fuga al exterior, en los municipios se dieron políticas que lo concen-traban y acumulaban mediante la especulación inmobiliaria. La regulación del mercado inmo-biliario es competencia municipal, la matriz de precios de valores del suelo se ha configurado históricamente por medio de códigos urbanos y ordenanzas municipales.

La Arquitecta Pradolini explicó que este pro-ceso por el cuál un barrio “humilde” es adqui-rido para la especulación para luego construir edificaciones para propietarios de mayor poder adquisitivo, desplazando a la población que estaba allí asentada, tiene por nombre “gen-trificación”: la consecuencia socio-espacial de la especulación inmobiliaria. Franco Carballo habló de la ambigüedad de la supuesta solu-ción para resolver la situación de un asen-tamiento irregular al otorgar la propiedad a los residentes sin contemplar que un capital puede luego adquirir las propiedades por su poten-cial especulativo produciendo “gentrificación”. Es necesario pensar cómo un barrio puede desarrollarse sin que se vayan sus habitantes por la presión del mercado inmobiliario, por ejemplo, entregando un derecho de usufructo y transferencia pero con la propiedad todavía en poder del estado, o determinar algún tipo de propiedad no monopolizable, alguna figura legal para esas propiedades que favorezca a sus usuarios, permita su desarrollo, pero evite la gentrificación; hasta que no se inventen esas figuras, tal vez sea recomendable que el Estado

Rosario, viernes 17 de abril de 2015 . Año 2- Nro 2 Comité Editorial: Carla Berrini, Juan Manuel Rois, Santiago Vescovo. Colaboran en este número: Pablo Demián López, María Soledad Girardo y Sergio Oliveri BLOG: http://arqsindicadxs.wordpress.com FACEBOOK: arquitectxs sindicadxs! E-MAIL [email protected]

“Acá vas a aprender un montón…”, ”vos sos un profesional independiente que va a trabajar para esta empresa….”, “son diez horas por día y el sábado inglés, no hay aguinaldo y vos te pagás el monotributo y todo eso ....” y muchas otras frases de este tenor oímos los arquitectos jóvenes o recién recibidos cuando vamos a una entrevista de trabajo en una empresa construc-tora, estudio de arquitectura o una desarro- lladora inmobiliaria. Si bien en los últimos años las presiones sindicales y los controles es-tatales obligaron a las empresas constructoras a anotar a sus operarios, no ocurrió lo mismo con el personal técnico, es decir todo el uni-verso de arquitectos que trabajan, por ejemplo, como dibujantes, jefes de obra, sobreestantes, y demás tareas por un salario mensual. Según la encuesta realizada por Arquitectxs Sindicadxs, de los encuestados trabajando en relación de dependencia, sólo el 37% está en blanco; mien-tras que 32% facturan a su empleador como monotributistas y el 31% restante en negro.

En este punto debemos hacer un mea culpa desde ambos lados del mostrador. Por un lado los empresarios -muchas veces arquitectos- o titulares de estudios, que para aumentar sus beneficios -o no resignar parte de ellos- evaden el “gasto” de anotar un empleado echando mano al recurso del monotributo; y por otro, el de los profesionales jóvenes que, ávidos de insertarse en el mercado laboral, resignan derechos propios de cualquier trabajador en situación legal. Esta mentalidad viene por ar-rastre desde los tiempos en que al ingresar en la facultad nos recibían con un discurso pesi-mista que nos auguraba un futuro al volante de un taxi, o como telemarketer de alguna em-presa telefónica. A partir de la devaluación de 2002 y el resurgir de las exportaciones agríco-las, el mercado de la construcción se benefició con un gran impulso, el llamado boom de la construcción. Este impulso, a su vez, propició el resurgimiento de los sindicatos obreros que comenzaron a lograr el cumplimiento de sus

derechos laborales (la implementación de las ART, el cumplimiento del decreto 911/96, reg-istro de las empresas constructoras en IERIC, etc). En el caso de los profesionales de la cons-trucción, en particular de los arquitectos, no existe entidad alguna que represente los inte-reses de los trabajadores contratados, quedan-do a merced de nuestra propia determinación el lograr mejores condiciones.

Si bien existe un convenio colectivo de tra-bajo (CCT 660/2013 - EX 151/75) que incluye al personal técnico contratado por empresas constructoras, estudios de arquitectura o rela-cionados con la construcción, somos muy pocos los que estamos al tanto de la existen-cia de dichos acuerdos y menos los que cono-cemos quién defiende nuestros intereses en las negociaciones paritarias o de acuerdos de condiciones salariales. ¿Qué motivo, más que la codicia, es el que nos priva de gozar de los mismos derechos de los demás trabajadores de la construcción? No somos más que nosotros mismos, los arquitectos, los primeros en aten-tar contra nuestras posibilidades de contar con los beneficios en materia previsional y de salud. Reitero nuestra cuota de responsabilidad moti-vada por la mentalidad de pensar: “ya me voy a poder independizar, y AHÍ SÍ”… y la pregunta es: Y ahí sí qué?... Ahí le tocará a otro y no a mí estar en esa situación? Ahí sí qué?... Ni siquiera iniciamos reclamos legales pensando que eso es no tener “códigos”…. Pero, los “códigos” de quienes no anotan a un colega, dónde están?

Desde este espacio en surgimiento, intentamos revalorizar la figura del arquitecto como tra-bajador del sector de la construcción, con los derechos que le corresponden; apelando a la conciencia de los muchos colegas empresarios, por una parte, y al apoyo de las entidades que nos agrupan, por otra, como plataforma desde donde el reclamo pueda tomar impulso.

SERGIO OLIVERI

EDITORIAL

Los otros arquitectospreserve los derechos legales sobre esas tierras en favor de sus residentes actuales. La aparente paradoja que a pesar del crecimiento del mer-cado inmobiliario haya aumentado tanto el déficit habitacional , se explica porque esas construcciones nuevas se hicieron para com-prar y vender, para acumulación de excedente de capital (¿silodeptos?) y no para satisfacer las necesidades de vivienda de la población. Mu-chos países del llamado primer mundo se han prevenido, aunque sea parcialmente, de esta situación gravando con un impuesto especial la vivienda vacía y el terreno ocioso.

La construcción de mega-emprendimientos inmobiliarios estuvo monopolizada por algu-nos pocos “desarrolladores”. Desde el punto de vista del trabajo para los arquitectos es evi-dente que un complejo de cien o mil viviendas diseñada por un sólo estudio no rinde como cien o mil viviendas diseñadas una por una. En ese sentido el plan nacional Procrear aparece a competir para captar mano de obra de la cons-trucción, y crear nueva, en el mercado de las pequeñas propiedades familiares. Pero ante la demanda que generó la ayuda para adquisición de terrenos, aumentaron los precios y esa ayu-da estatal fue absorbida por los especuladores.El arquitecto Rois afirmó que es necesario abordar las contradicciones derivadas de la aplicación del plan Procrear en un contexto de especulación inmobiliaria descontrolada: si por un lado genera trabajo, da acceso a la propiedad a familias que la tenían difícil, por otro lado se esté alimentando -por culpa de la desregulación del mercado del suelo- la cons-trucción en suburbios apartados de los centros urbanos, que no cuentan con la infraestructura de servicios necesaria (costos públicos a fu-turo) mientras la ciudad cuenta con terrenos ociosos y departamentos vacíos, con toda la infraestructura servida.

Este proceso de suburbanización, según la ar-quitecta Pradolini, multiplicaría los problemas de tránsito y contaminación, aumentaría la desigualdad socio-especial al continuar frag-mentando la ciudad en guetos de riqueza y exclusion, e incrementaría el consumo de com-bustibles en desmedro del objetivo de auto-abastecimiento energético.

Combinando el acceso al crédito y la propiedad con el acceso a la vivienda que ya está construi-da y al suelo urbano ocioso (racionalizando de este modo el uso del mismo) prevendríamos la gentrificación, suburbanización y ghetificación de la ciudad, que son en definitiva los procesos materiales y espaciales generadores de eso que en las estadísticas aparece en abstracto como “desigualdad social” y que no es más que la desigualdad en el “derecho a la ciudad”.

RESEÑA

Rosario Para Todos

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Boletín de los Arquitectxs Sindicadxs de Rosario Rosario, Primer Trimestre de 2015 . Año 2- Nro 2

producción de ciudad? Si bien es innegable que la nómina de conferencistas y expositores de la Bienal estaba conformada por un conjunto de profesionales que garantizaba su calidad arqui-tectónica, también es cierto que los temas pro-puestos no posibilitaban un marco para un de-bate a partir de las preguntas que nos enuncia-mos.

Movida Con nuestra MIAU intentamos crear un es-pacio de reflexión para fortalecer esta amada profesión, sabiendo que nuestro hacer convoca a la construcción de ciudad, de espacios públi-cos y privados, en un accionar que ya no puede leerse como elementos separados, sino como un todo indisoluble. Queremos pensar el resul-tado como una acción intencionada y no una simple consecuencia, y mediante esto poder reparar, o quizá transformar, la figura y el rol de esta profesión, que ha venido perdiendo suhistórica legitimidad en la sociedad. Intentan-do pensar más allá de los debates hegemónicos sobre arquitecturas, tan bellas como inalcan-zables, y asumiendo la necesidad de aportar desde otra posición, aparece la idea del En-chinchar Procrear. El plan Pro.Cre.Ar es una política crediticia de Estado a nivel masivo (se prevén 400.000 viviendas sorteadas en 4 años), que se nos presenta por un lado como un fenómeno que está transformando nuestras ciudades y nuestras formas de habitarlas a pa-sos desmesurados (algo poco debatido), y por otro lado como una oportunidad para muchos estudios pequeños de pensar y construir arqui-tectura.

Y las preguntas fueron cayendo como en efecto dominó: ¿Cómo se está pensando la arquitectu-ra de pequeña escala y pequeño presupuesto? ¿Se puede obtener calidad arquitectónica con presupuestos limitados? ¿Para quiénes se cons-truye con el plan procrear? ¿Cómo se trans-forma la ciudad a través de este plan masivo? ¿Qué huellas deja? ¿Se ha pensado desde el Es-tado en esto? ¿Qué consecuencias trae apare-jada la migración de familias jóvenes a los suburbios periféricos de las aglomeraciones urbanas? La convocatoria a participar de la muestra iba acompañada de una ficha técnica que intentaba reflejar estas y otras preguntas, a modo de gráfico comparativo, y así poder generar una reflexión acerca de este fenómeno que nos está permitiendo trabajar a muchos de nosotros. El resultado fue potencial: 90 paneles

El día 12 de diciembre del año que acaba de terminar asistimos, por primera vez, a una Asamblea de Matriculados del Colegio de Arquitectos. Como Arquitectxs Sindicadxs declaramos que es necesaria la participación en las instituciones para vehiculizar los cam-bios que consideramos necesarios. Gratamente aceptamos la invitación del Colegio y a través de las redes sociales difundimos el evento.Compartimos aquí un apunte de los temas tratados:

Destino del dinero excedente: La política de capitalización de los fondos excedentes de nuestro Colegio consiste en la compra de inmuebles. Dicha política suscitó un debate en torno a la conveniencia o no de este modo de capitalización y en qué medida esto beneficia a los colegiados. Se plantearon inte-rrogantes sobre los criterios de decisión para la compra de dichos inmuebles (beneficios de lainversión, agentes intervinientes en la ope-ración, precios de mercado, manutención, tipo de inmuebles en los que se invierte y destino de los mismos). En la Asamblea se aprobó la compra de un inmueble en Reconquista. Cree-mos que el debate sobre los fines que el Cole-gio debe otorgarle al dinero excedente está aún pendiente.

Balance 2014: En la asamblea se encontraba presente el con-tador responsable de la confección del balance, quien se puso a disposición de los matricula-dos para ampliar la información que pudiera requerirse. Durante la Asamblea el balance no pudo ser discutido en su totalidad ya que lo tu-vimos a disposición sólo minutos antes, a pesar de haberlo requerido previamente mediantepresentación de nota, a pesar que según el artículo 63° del estatuto del Colegio se esta-blece que: “El Directorio Superior deberá confeccionar la Memoria y Balance anuales, el último día hábil del mes de Junio de cada año, fecha que también rige para el informe de la Comisión Revisora de Cuentas. Con-stituye falta grave su no cumplimiento, sujeta a juzgamiento por la Asamblea”. Teniendo en cuenta esta información, y para poder analizar con detenimiento el Balance, este año debemos estar atentos a que se cumpla con este artículo.

Matriculación: Uno de los momentos más acalorados de la conversación sucedió cuando se debatió sobre los montos de matriculación. No fueron los montos en sí los que provocaron el debate, sino la modalidad de matriculado “dependiente”, ya que resulta paradójico que para matricularse bajo dicha modalidad, el Colegio “exija” la do-cumentación que acredite la situación de em-pleo pero no tome ningún tipo de medidas para la defensa de dichos arquitectos. La postura de la dirigencia es que, como el Colegio no tiene entidad sindical, no puede participar ni luchar por mejoras de las condiciones de trabajo de los colegas contratados. Alguno de los pre-sentes argumentó inclusive que esto sería per-judicial para los mismos arquitectos, dado que los empleadores de estos arquitectos “dependi-entes” suelen ser también arquitectos. Fue ese el momento donde se desencadenó un intere-sante debate sobre aportes jubilatorios, empleo en negro de arquitectos jóvenes, la diferencia entre estudios de arquitectura pequeños o me-dianos y los grandes estudios y/o constructo-ras, la posibilidad o no de la participación de la única entidad que nos agrupa en cuestiones salariales y la regularización de situaciones de injusticia laboral de toda una masa de arqui-tectos que dependen de un salario mensual. Al respecto, resultó muy extraña la declaración que como medida para la inclusión de los ar-quitectos “dependientes” se haya fijado una tarifa sumamente accesible para atraerlos a matricularse a un Colegio que “los represen-ta” pero que no los defiende. Otro argumento para defender la inacción del mismo respecto

a este tema fue que, en algún momento de lahistoria, se invitó a los arquitectos que trabajan en reparticiones públicas a formar un frente de acción conjunta en los reclamos, invitación que fue desestimada al preferir ellos permanecer bajo la estructura estatal, independientes del Colegio, tanto desde el aspecto salarial como en cuestiones previsionales.

Elecciones en el Colegio:Más tarde, se debatió sobre la participación del Colegio en la administración de la Caja de Ing-eniería. Se enunciaron los beneficios en torno a la posibilidad de unificar los aportes jubilato-rios y lo positivo que resultaría el hecho de que La Caja sea dirigida por arquitectos. Respecto de la necesaria participación de los jóvenes dentro de la institución, finalmente surgió el tema de las elecciones de este año. En relación a este tema, nos llamó la atención a más de uno de los que asistimos, la convicción de las ac-tuales autoridades que el mejor camino es el consenso entre los sectores con intenciones de dirigir el Colegio para de esta manera evitar el oneroso gasto de “50 lucas” que representaría una elección democrática. Consideramos que dicho gasto es -hoy más que nunca- necesario para garantizar la igualdad de oportunidades para aquellos colegas que deseen participar de forma activa en la insititución, con propues-tas o ideas distintas; después de todo de eso se trata una elección… de elegir.

Al Cierre: Por último, como estábamos senta-dos en un mismo sector quienes compartimos el espacio de Arquitectxs Sindicadxs, el presi-dente José Saruá, nos hizo una invitación para conversar en el mes de Marzo y conformar una comisión sindical para tratar los temas que planteamos y abordarlos desde el Colegio con carácter institucional. Esperamos concre-tar la conversación próximamente. Finalmente se dio cierre a la asamblea y todos partieron presurosos, ya que ese mismo día se llevaba a cabo la tradicional Arquifiesta.

Personalmente, viví una experiencia suma-mente enriquecedora y totalmente nueva. Les aconsejo a aquellos colegas matriculados que participen activamente de nuestro colegio y que asistan a las asambleas a escuchar, pregun-tar, debatir; en fin, a enriquecer una institución que se alimenta de la participación de todos nosotros… Además, ese día las consumiciones son a cargo del Colegio y por lo que vimos en el balance, las partidas para ágapes son más que suficientes.

SERGIO OLIVERI

de 7 provincias de una arquitectura capricho-samente exquisita; un despliegue de lo creativo desde la premisa de la austeridad.

MesasLas mesas de debate se conformaron alrededor de tres consignas: Pensar la profesión, Pensar la Ciudad y Pensar la Arquitectura. Para la pri-mer mesa, nos encontramos con experiencias de colegas que empiezan a debatir su organi-zación sindical, tales como The Architecture Lobby (Estados Unidos) y el Sarq (España). Más allá de las diferencias que saltan a sim-ple vista en cuanto a los contextos de estas agrupaciones, hay demandas compartidas: precarización de la profesión, malas condi-ciones laborales, etc. Completando la mesa, La Cooperativa de Trabajo Teko de la ciudad de Santa Fe, nos contó cómo es trabajar coop-erativamente la construcción, de la mano de la arquitectura sostenible. Para la mesa Pensar La Ciudad, se situó el eje en el boom inmobil-iario; para la conversación fueron convocados Ezequiel Gatto y Juan Pablo Hudson del Club de Investigaciones Urbanas, los Arq. Mg. Víc-tor Franco López y Martin Scarpacci, María Celina Añaños y la Dra. Norma Lanciotti (Fac. de Economía), haciendo hincapié al aporte interdisciplinario. La tercera mesa, pensaba la arquitectura desde el prisma de las viviendas construidas con el Plan Pro.Cre.Ar; conversa-ción basada en la Muestra de Proyectos que funcionaba de recibimiento al evento. Aden-trándonos de lleno en la práctica de la ar-quitectura, nos acompañaron dos estudios de jóvenes arquitectos rosarinos: Sebastián Cekada de Cekada/Romanos (Rosario) y Fran-co Piccini del estudio Arzubialde (Rosario), además de contar con la efervescente presen-cia de los arquitectos ecuatorianos David Bar-ragán de AlBorde y Daniel Moreno Flores.

Después de la MIAU La Movida Independiente de Arquitectos y Urbanistas se desarrolló a sala llena (cerca de 300 personas), en un ambiente agradable entre amigos y colegas. La muestra superó por mu-cho nuestras expectativas, no sólo por la canti-dad de participantes sino por la concurrencia en el día de su inauguración, y por la posterior repercusión en los medios de comunicación y redes sociales. El resultado de la misma se plasmó en el Catálogo Enchinchar Procrear, editado y publicado en formato digital.

MARÍA SOLEDAD GIRARDO(Link a Catálogo: http://issuu.com/juanmanuelrois/docs/procrear-medio/1)

CRÓNICA

Crónicas FelinasLa idea de realizar alguna actividad paralela a la realización de la IX BIAU (Bienal Ibe-roameri-cana de Arquitectura y Urbanismo) en nuestra ciudad, nos pareció una posibilidad de dar voz, en forma de un fuerte maullido (implacable grito rosarino), a las cuestiones que veníamos tratando desde que formamos Arquitectxs Sindicadxs, a finales del año 2013. Esta forma, más allá de haber comenzado como protesta (el primer paso de muchas agrupaciones) se transformó en una intención mucho más fuerte. Frente a un escenario local donde se fomenta cada vez más la ciudad desigual, y en vísperas de una Bienal Internacional que ne-cesariamente involucraba Estado, Universidad y Colegio Profesional como gestores y anfitrio-nes, la posibilidad de conformar una posición ideológica diferente sobre los temas aborda-dos, directamente desde nuestro hacer, era única. ¿Cómo reflexionamos acerca del rol que cumple hoy nuestra profesión? ¿Cómo pensa-mos la arquitectura desde nuestra contempo-raneidad? ¿Cómo pensamos los arquitectos la

CRÓNICA

Asamblea del Colegio