sil1 t e a t r · necesidad de respuesta y solución a su conflicto, durante casi veinte años ya....

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UNIVERSIDAD DE MEXICO 27 Por José Luis 1 BAÑEZ Rencor al pasado- "reconocimiento mundial" RENCOR AL PASADO o R T Wlse no se ha atrevido a realizar la obra con el partí pris de un director de mayor per.s,onalidad. y sólo ha salvado abstenclOn con esta sensibilidad quie- tIsta y n?-comprometida que a la postre r,esulta SIl1 embargo lo meJ' Or de I _ hcula. a pe EL CANTO DE LOS GRILLOS Esta obra de Juan Garda Ponce esco- gida para inaugurar oficialmente Tea- tro Orientación, de la Unidad Artistica y Cultural del Bosque, fue escrita hace más de dos premiada poco después con el. PremIo. CIUdad de México por ha- ber SIdo conSiderada la mejor obra del convocado para la Feria del LIbro de 1956; y editada posteriormente. Su autor ofrece en ella una variación sobre el tema de provincia que Emilio Carballido y Luisa Josefina Hernández han presentado ya con éxito, y al que los dramaturgos mexicanos recurren con in- sistencia y especial predilección. Es un tema que se antoja fácil, accesible a pú- blico y autores, donde supuestamente todo pierde trascendencia y por tradición se vuelve música y color fugaz. Pero Juan Garda Pon ce, como los otros dos autores mencionados, ha percibido los más autén- ticos y menos reconocidos matices del tema y ha escrito la primera de sus obras impacto;. pero la. r.espue ta que autOr y protagonIsta 'se dmgen a buscar apasio- desde la primeras líneas de la pIeza,' n1l1guno de los dos parece encon- trarla. Para representarla en México Merce- d.es Cabrera Look Back i;·¿ Angel', sm darle al lenguaje, y opa- cando la. ?nllantez que O borne consigue en su dIalogo. Es una traducción defi- c!ente por que traiciona su propó- SIto de .se.r fIel con la actitud equivocada de palabras en español sujetas, gramatIcalmente, al orden propio del idio- ma inglés. Xavier Rojas le dio a su dirección un tono prematuro de violencia, y fracasó al querer la acción sin las pausas y las vanaCIOnes que el texto exige. Un error básico que cometió fue la elección del reparto. María Idalia no oc;.¡lta la pasión y entusiasmo que le despierta su personaje, pero ni físicamente le co- rresponde, ni ella consigue expresar su" rasgos con precisión. Carlos Nieto tam- bién hace un gran esfuerzo por transmitir su comprensión de este Jimmy que pudo haberlo consagrado como actor, pero sin darse. cuenta repite, durante toda la obra. los cmco tonos. y los cinco matices que da ya en los cinco minutos que marcan su pnnClpo. Marta Patricia se ve menos titubeante que. otras veces, aunque carece de la eleganCIa y el refinamiento que el texto le atribuye. La escenografía es excesiva, rigurosa v desagradablemente verista sin necesidad y. no puede el hecho de que SIdo construIda con pedazos recubiertos de las obras que precedieron a ésta en el Teatro del Granero. A E T nes límite y peligrosas repeticiones de Wise, por momentos, alcanza la emOCIOno Una emoción casi sobreenten- apenas señalada, y que el director deja flot:'lr. en algunas escenas (alarga- das al maxlmo) para que se nos vaya in- filtrando poco a poco. BACK. IN (título que pIerde su 1l1tenclOnada ambigüedad al traducirlo al español) ha llevado el nombre de J ohn Os borne a un recono- cimiento mundial. En Londres y en Broad- way ha sorprendido a la crítica por su "potencia literaria". En efecto, los ele- Osborne utiliza en este primer ex Ita contIenen la fuerza suficiente para una óbra apasionante y agre- slva; pero yendo de la intención a los re- sultados, Look Back ín Angel' se queda a la del camino, por ingenua. Jlmmy Porter, el protagonista, simbo- liza a la juventud estéril de la Inglaterra actual. Desde los diez años de edad ha tenido que rebelarse ante su desamparo, y así, en esa actitud de constante rebeldía e inconformidad ha gritado y exigido, por necesidad de respuesta y solución a su conflicto, durante casi veinte años ya. Jimmy es injusto, es cruel, es histérico, es egoísta, es débil, y desahoga su rencor hiriendo a los demás. Osborne quiere decirnos que Jimmy no tiene toda la culpa de lo que le pasa y lo somete a un estudio detallado de causas y efectos que resulta inútil, porque al final deja a Jimmy sin la respuesta y la solución que buscaba; solamente 10 engaña y adormece tempo- ralmente Con un acto de brusca acepta- ción que constituye el momento más in- genuo de la obra. Pues apenas ha llevado al personaje a la crisis de su problema, le ahorra el momento de revelación, y 10 hace decidirse sin permitirle percibir ésta con claridad y absoluta conciencia. Sub- siste el atractivo del personaje, la eficacia del diálogo, y ese arsenal dramático que no pudo acabar de explotar con todo su debajo de una crítica social a la pasada, pero certera y aguda. Hasta aquí todo va bien. Pero: a partir de aquí, en lugar de continuar la narración Donen se muerde la cola, vuelve a empezar de nuevo, en forma ya rígida y mecánica. Cuando es- perábamos el indispensable cambio de tono, la aguja del tocadiscos se empeña incansablemente en repetir un tema, un tema chillón, monocorde, y sin solución, y la película se desploma. Toda la segun- da mitad, digamos el último tercio, es francamente pobre. Cada tema busca su salida, cada situación su desenlace, co- mo si estuvieran encerrados en un gira- torio cuarto de feria y golpearan deses- peradamente las paredes. Cuando la pelí- cula termina todo lo bueno se ha olvida- do. Y es lástima, porque en un principio aquello era muy ágil, muy fresco, muy sorprendentemente nuevo. Es ,justo rendir un homenaje a Cary Grant que encuentra en este lenguaje fíI- mico sincopado y disparatado el papel ideal para su propio estilo. (Porque aho- ra, en su cuadro apropiado, nos damos cuenta: j qué moderna ha sido siempre su actuación!, i Cuántos años de adelan- to ha representado siempre sobre los de- más actores de comedia!) Si, su interpretación a lo largo de la película es perfecta, y logra un verdade- ro tour de force en la entrevista con el periodista en el cabaret. Susy Parker es una de las peores ac- trices que ... o mejor dicho, no es ac- triz. Pero incluso todo 10 que es defecto en ella (estatismo, voz helada ... ) po- dría, aprovechado por un director con más sentido del personaje (y pensamos en un Preminger, en un 'iVelles o en un Van Sternberg), volverse positivo para la creación de un nuevo tipo de figura. Es- peremos a verla utilizada por otros reali- zadores. Desde la magnífica película El lucha- dor (The set uP), Robert Wise no ha conseguido realizar ninguna obra de al- tura en Hollywod. Dando tumbos, ha liquidado Westerns, comedias o pelícu- las de guerra de indudable buena factu- ra, pero sin nada más. Ahora se ha lan- zado a un tipo de cinta muy diferente a lo que nos tenía acostumbrados: monta- je, acción, rapidez. En Tierra sin hom- bres aborda un tema sentimental, psico- lógico, lento, de ritmo interior y de ma- tices. El intento merece verse, aunque esencialmente la película defrauda, es- tando muy por abajo de 10 que se hubie- ra podido hacer. En efecto, "'lise, algo obsesionado por la tarea de hacer caber varios ar.os de espera en el término de dos horas, no penetra en 10 esencial: la interioridad de tres mujeres en soledad durante la última guerra. Una vez más tropieza el cine con los problemas de adapta"ción de la novela lar_ ga' múltiple y compleja. Por esta razón los caracteres V situaciones resultan exce- sivamente esqúemáticas y simples, y ape- nas el personaje interpretado por Paul N ewman roza y sugíere algún ínteresan- te fondo psicológico. Sin embargo queda algo positivo: cier- ta delicadeza en el tratamiento de esce-. nas que a veces colindan con lo sensible- ro, cierto pudor para resolver situacio- TIERRA SIN HOMBRES (Until thty Sail) de ROllERT WISE.

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Page 1: SIl1 T E A T R · necesidad de respuesta y solución a su conflicto, durante casi veinte años ya. Jimmy es injusto, es cruel, es histérico, ... (The set uP), Robert Wise no ha conseguido

UNIVERSIDAD DE MEXICO27

Por José Luis 1BAÑEZ

Rencor al pasado- "reconocimiento mundial"

RENCOR AL PASADO

oRT

Wlse no se ha atrevido a realizar laobra con el partí pris de un director demayor per.s,onalidad. y sólo ha salvados~ abstenclOn con esta sensibilidad quie­tIsta y n?-comprometida que a la postrer,esulta SIl1 embargo lo meJ' Or de I _hcula. a pe

EL CANTO DE LOS GRILLOS

Esta obra de Juan Garda Ponce esco­gida para inaugurar oficialmente eÍ Tea­tro Orientación, de la Unidad Artisticay Cultural del Bosque, fue escrita hacemás de dos ~ños.; premiada poco despuéscon el. PremIo. CIUdad de México por ha­ber SIdo conSiderada la mejor obra delc~ncurso convocado para la Feria delLIbro de 1956; y editada posteriormente.

Su autor ofrece en ella una variaciónsobre el tema de provincia que EmilioCarballido y Luisa Josefina Hernándezhan presentado ya con éxito, y al que losdramaturgos mexicanos recurren con in­sistencia y especial predilección. Es untema que se antoja fácil, accesible a pú­blico y autores, donde supuestamente todopierde trascendencia y por tradición sevuelve música y color fugaz. Pero JuanGarda Ponce, como los otros dos autoresmencionados, ha percibido los más autén­ticos y menos reconocidos matices deltema y ha escrito la primera de sus obras

impacto;. pero la. r.espue ta que autOr yprotagonIsta 'se dmgen a buscar apasio­n~dame~te desde la primeras líneas de lapIeza,' n1l1guno de los dos parece encon­trarla.

Para representarla en México Merce­d.es Cabrera t~a~~jo Look Back i;·¿ Angel',sm darle fI~xlblhdad al lenguaje, y opa­cando la. ?nllantez que O borne consigueen su dIalogo. Es una traducción defi­c!ente por lit~ral, que traiciona su propó­SIto de .se.r fIel con la actitud equivocadade esc~lblr palabras en español sujetas,gramatIcalmente, al orden propio del idio­ma inglés.

Xavier Rojas le dio a su dirección untono prematuro de violencia, y fracasó alquerer s~ste.ner la acción sin las pausasy las vanaCIOnes que el texto exige. Unerror básico que cometió fue la eleccióndel reparto. María Idalia no oc;.¡lta lapasión y e~ entusiasmo que le despiertasu personaje, pero ni físicamente le co­rresponde, ni ella consigue expresar su"rasgos con precisión. Carlos Nieto tam­bién hace un gran esfuerzo por transmitirsu comprensión de este Jimmy que pudohaberlo consagrado como actor, pero sindarse. cuenta repite, durante toda la obra.los cmco tonos. y los cinco matices queda ya en los pn~neros cinco minutos quemarcan su pnnClpo. Marta Patricia se vemenos titubeante que. otras veces, aunquecarece de la eleganCIa y el refinamientoque el texto le atribuye.

La escenografía es excesiva, rigurosa vdesagradablemente verista sin necesidady. no puede ~isfrazar el hecho de que h~SIdo construIda con pedazos recubiertosde las obras que precedieron a ésta en elTeatro del Granero.

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nes límite y peligrosas repeticiones dehech~~. Wise, por momentos, alcanza laemOCIOno Una emoción casi sobreenten­di~a, apenas señalada, y que el directordeja flot:'lr. en algunas escenas (alarga­das al maxlmo) para que se nos vaya in­filtrando poco a poco.

Loo~ BACK. IN ~NGER (título que

pIerde su 1l1tenclOnada ambigüedadal traducirlo al español) ha llevado

el nombre de J ohn Osborne a un recono­cimiento mundial. En Londres y en Broad­way ha sorprendido a la crítica por su"potencia literaria". En efecto, los ele­~~ntos qu~ Osborne utiliza en este primerexIta contIenen la fuerza suficiente parac~mstruir una óbra apasionante y agre­slva; pero yendo de la intención a los re­sultados, Look Back ín Angel' se queda ala ~itad del camino, por ingenua.

Jlmmy Porter, el protagonista, simbo­liza a la juventud estéril de la Inglaterraactual. Desde los diez años de edad hatenido que rebelarse ante su desamparo,y así, en esa actitud de constante rebeldíae inconformidad ha gritado y exigido, pornecesidad de respuesta y solución a suconflicto, durante casi veinte años ya.Jimmy es injusto, es cruel, es histérico,es egoísta, es débil, y desahoga su rencorhiriendo a los demás. Osborne quieredecirnos que Jimmy no tiene toda la culpade lo que le pasa y lo somete a un estudiodetallado de causas y efectos que resultainútil, porque al final deja a Jimmy sinla respuesta y la solución que buscaba;solamente 10 engaña y adormece tempo­ralmente Con un acto de brusca acepta­ción que constituye el momento más in­genuo de la obra. Pues apenas ha llevadoal personaje a la crisis de su problema,le ahorra el momento de revelación, y 10hace decidirse sin permitirle percibir éstacon claridad y absoluta conciencia. Sub­siste el atractivo del personaje, la eficaciadel diálogo, y ese arsenal dramático queno pudo acabar de explotar con todo su

debajo de una crítica social a la pasada,pero certera y aguda. Hasta aquí todo vabien. Pero: a partir de aquí, en lugar decontinuar la narración Donen se muerdela cola, vuelve a empezar de nuevo, enforma ya rígida y mecánica. Cuando es­perábamos el indispensable cambio detono, la aguja del tocadiscos se empeñaincansablemente en repetir un tema, untema chillón, monocorde, y sin solución,y la película se desploma. Toda la segun­da mitad, digamos el último tercio, esfrancamente pobre. Cada tema busca susalida, cada situación su desenlace, co­mo si estuvieran encerrados en un gira­torio cuarto de feria y golpearan deses­peradamente las paredes. Cuando la pelí­cula termina todo lo bueno se ha olvida­do. Y es lástima, porque en un principioaquello era muy ágil, muy fresco, muysorprendentemente nuevo.

Es ,justo rendir un homenaje a CaryGrant que encuentra en este lenguaje fíI­mico sincopado y disparatado el papelideal para su propio estilo. (Porque aho­ra, en su cuadro apropiado, nos damoscuenta: j qué moderna ha sido siempresu actuación!, i Cuántos años de adelan­to ha representado siempre sobre los de­más actores de comedia!)

Si, su interpretación a lo largo de lapelícula es perfecta, y logra un verdade­ro tour de force en la entrevista con elperiodista en el cabaret.

Susy Parker es una de las peores ac­trices que ... o mejor dicho, no es ac­triz. Pero incluso todo 10 que es defectoen ella (estatismo, voz helada ... ) po­dría, aprovechado por un director conmás sentido del personaje (y pensamosen un Preminger, en un 'iVelles o en unVan Sternberg), volverse positivo para lacreación de un nuevo tipo de figura. Es­peremos a verla utilizada por otros reali­zadores.

Desde la magnífica película El lucha­dor (The set uP), Robert Wise no haconseguido realizar ninguna obra de al­tura en Hollywod. Dando tumbos, haliquidado Westerns, comedias o pelícu­las de guerra de indudable buena factu­ra, pero sin nada más. Ahora se ha lan­zado a un tipo de cinta muy diferente alo que nos tenía acostumbrados: monta­je, acción, rapidez. En Tierra sin hom­bres aborda un tema sentimental, psico­lógico, lento, de ritmo interior y de ma­tices. El intento merece verse, aunqueesencialmente la película defrauda, es­tando muy por abajo de 10 que se hubie­ra podido hacer. En efecto, "'lise, algoobsesionado por la tarea de hacer cabervarios ar.os de espera en el término dedos horas, no penetra en 10 esencial: lainterioridad de tres mujeres en soledaddurante la última guerra.

Una vez más tropieza el cine con losproblemas de adapta"ción de la novela lar_ga' múltiple y compleja. Por esta razónlos caracteres V situaciones resultan exce­sivamente esqúemáticas y simples, y ape­nas el personaje interpretado por PaulN ewman roza y sugíere algún ínteresan­te fondo psicológico.

Sin embargo queda algo positivo: cier­ta delicadeza en el tratamiento de esce-.nas que a veces colindan con lo sensible­ro, cierto pudor para resolver situacio-

TIERRA SIN HOMBRES (Until thtySail) de ROllERT WISE.

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El canto de los grillos- "no se ¡raja de una comedia amabfe"

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con muy buenos y aplaudidos resultados.También él dirige los sucesos hacia elmomento en que se llega a la concienciay a la aceptación de la debilidad moral;pero a diferencia de Carballido, el autores cruel con los personajes que emplea,y por contraposición a Luisa JosefinaHernández, les niega la capacidad de ex­presar directamente el descubrimiento dela verdad.

En El canto de los grillos la anécdota,situada en la ciudad de Mérida, es inten­cionadamente sencilla. Una muchacha pro­vinciana desea tener novio y casarse parasentirse vivir, y lucha contra sus propiasinhibiciones y su educación; su jovenhermano tiene la voluntad, pero no el va­lor suficiente para salir de este medioagobiante y la esposa de éste lucha porayudarlo a vencer su indecisión; una ami­ga llega de la capital y mueve los acon­tecimientos obrando tan sólo por impulso;y los mayores tratan de justificar susvidas con el deseo de dirigir las accionesde los jóvenes y con la influencia cons­tante que ejercen sobre ellos.

Pero el contraste que se establece entrela insignificancia del problema que la solaanécdota aparenta envolver, y la absolutaconciencia de debilidad que va provocandoen los personajes el paso de una perso­nalidad ajena al ambiente, hace de Elcanto de los grillos una obra de muy difí­cil estructura. Más difícil lo es, si sepiensa que dentro de ese marco de sen­cillez, el autor se' proponía mezclar loselementos que impiden a una sociedaddeterminada romper su órbita estrecha, yque por ser estos conceptos de tipo morale intelectual (sexo y religión predomi­nan), la sencillez del tratamiento peligra­ba. No se trata, entonces, de una comediaamable, sino de una pieza que quieredenunciar el tedio y la cruel debilidad quela provincia mexicana ha disfrazado consu tradicional máscara de bonachonería.La intención fue la de penetrar en la fal··sedad de una sociedad que se engaña yque se hunde en su frustración; que pidey exige sin lucha; que se deja vencer;y que finalmente, se conforma.

El ambiente y los personajes que elautor ha elegido para expresar esa preo­cupación son muy eficaces, y la debilidade insensatez que él censura se manifiesta,con recursos de excelente función dra-

mática, especialmente en ~na (el per~o­naje más observado de la pIeza) y SylvIa.Ambas son las más débiles porque tam­bién son las más conscientes, y sucumben.Evenilde representa la otra cara de! mis­mo problema, la adaptación inconscienteal medio) y (junto con Miguela, que iró­nicamente tiene la fuerza pero no puedeusarla para ayudar a los demás) sirveademás para hacer que ritmo y tono va­ríen en el momento justo: éste ha sidouno de los recursos más hábiles en laestructura de la pieza, pues en todos lospersonajes el autor impone un tono menorde actuación que Evenilde y Miguela rom­pen brillantemente y con precisión. Aída,que prefiere no darse cuenta de nada,comunica las intenciones que le corres­ponden, pero su aire ausente, por haberloenfatizado con exceso, mantiene ocultosotros rasgos que pudieron haberla con­vertido en un personaje inolvidable delteatro mexicano. De este énfasis excesivoparticipan Georgina, Luis y Roberto. Ellamueve la acción y trae sobre la vida ago­biante de los demás, el peso del mundoexterior (presencia muy nesesaria para laobra) ; pero su caracterización es ingenuae incompleta, así como la de los perso­najes masculinos, que sólo fueron vistosen función de la acción. A pesar de esasdeficiencias, el autor ha acertado en suselección de medios, y el sentido dramá­tico, el buen gusto y la habilidad con quelos utiliza, permiten que la pieza nuncatraicione sus móviles, y que las fallas decaracterización no hagan tambalear subase.

A su firmeza de estructura y a su espí­ritu crítico, se oponen, sin embargo, dosdefectos fundamentales que impiden queEl canto de los grillos sea la obra defini­tiva que apunta siempre en su desarrollo.

Primero: Juan García Ponee es aúnun autor sin lenguaje propio, y no hapodido darle a la conversación familiar,al vocabulario doméstico, su más ampliaexpresión teatral. A veces, hay demasiadaspalabras en los parlamentos, y otras, haypocas; pero no sólo se tJ-ata de una faltade economía en el lenguaje, sino de laausencia de un vigor de las pIabras quedebiera ser común a todos los drama­turgos.

Segl~ndo: su preocupaClOn por la su­gerencIa, por conservar esa actitud de

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encubrimiento de la verdad en sus perso­najes, da un efecto contraproducente detimidez. A pesar de sostener siempre enprimer plano el elemento sexual el autornos oculta cuáles son sus c<lllcll;siones alres.pecto y nunca llega a enfrentarse alproblema directamente. Al lado de la me­lancolía, la tristeza, de la sensación detiempo que se desliza imperceptiblementede frustración inevitable, hace falta J~sacudida del momento en que la verdariqueda realmente desnuda e inconfundible.

El canto de los. grillos es una excelenteprimera obra (con todo y sus defectos)por equilibrada, por sugestiva, por veraz,y por su eficaz configuración. Para surepresentación, el texto encontró en Sal­vador N ovo el director fiel que requería,y Antonio López Mancera construyó unaescenografía tan práctica como agradable.

En cuanto a los actores, Emma TeresaArmendáriz, como Ana, hizo evidentessu cariño y comprensión del personaje,tanto, que logró borrar la impresión deque a veces retenía demasiado la comu­nicación de sus emociones. Pilar Souza ySocorr.o Avelar tuvieron a su favor losmomentos cómicos de la obra y supieronaprovecharlos muy bien. La primera deellas vistió a la tía Evenilde (que es lafigura más útil y lucida de la obra) contanto acierto como la actuó. La segunda,en el papel de Miguela, hizo una inteli­gente economía de sus recursos para nodistorsionar un personaje que fácilmentepuede desequilibrar e! conjunto si se sub­rayan sus actitudes. Felipe Santander yHéctor Gómez enriquecieron y reafirma­ron hábilmente a Luis y a Roberto. ElodiaHernández comunicó con exactitud la ter­nura de Aída. Aunque nunca desentonó,Virginia Gutiérrez tuvo en su contra unmal escogido vestuario y el par de añoscon que excede al 'personaje de Georgina.Graciela Doring mantuvo equivocadamen­te a Sylvia dentro de las entonaciones queda el resto del repartb, y en la única esce­na en que trató de mostrarse rebelde, suinexpresividad la traicionó. Desgraciada­mente, perjudicó al texto, porque impidióque se notara el momento en que el per­sonaje sufre la derrota moral definitiva.

UNA ESFINGE LLAMADACORDELIA

Federico S. Inclán es uno de los másprolí ficos autores mexicanos y además,entre ellos, probablemente el que con ma­yor regularidad ve sus obras en escena,lo que facilita la posibilidad de tomarcontacto con su personalidad de autor. Apesar de esto es casi imposible tratar desometerlo a una clasificación que lo sitúecomo tal. Inclán frecuenta todos los gé­neros y todos los estilos, de su plumanacen con sorprendente regularidad dra­mas rurales. piezas psicológicas, obras detesis, comedias históricas y vodeviles in­ocuos. Puede, con la misma vehemenci:J.con que apoyó una idea en su penúltimaobra, suscribir la opuesta en la última oaparentar CJue no le interesa ninguna ide:!y sólo pretende divertir. Indudablementeno es un pensador, ni tampoco un lite­rato, los momentos más débiles en todassus obras son aquellos en los que preten­de portarse como cualquiera de esas doscosas, y sin embargo, como una largalista de títulos -y de éxitos- 10 acre­ditan como autor es necesario llegar a laconclusión de que, si bien puede repro­chársele su carencia absoluta de propó­sitos determinados, es sin lugar a dudasun muy efectivo hacedor de "obras de

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soRtanda Puebla, Yanhuitlán, Oaxaca, Te­huantepec, Monte Albán, Salina Cruz,Tabasco, San Luis, etc., y de todos estoslugares dejó su testimonio, a veces, enunos cuantos versos, casi señales con quedetener el olvido, y otras, en poemasdesarrolados, definitivos.

Si hay poetas -Carlos Pellicer, ponga­mos por caso- para quienes e! paisajeconstituye la puerta de ingreso a un mun­cIo luminoso y óptimo, que se goza concomplacencia renacentista, para otros-digamos Antonio Machado- es el pri­mer paso en un proceso de introspección;si el uno llega a identificarse casi bio­lógicamente con la aturaleza, el otro latoma por espejo de sus propias emocio­nes. Para Giner de los Ríos, más cercade Machado que de PeIlicer, el paisaje,motivo de estos Poernas llIexicanos, ape­nas si se mani fiesta como tal en algúnromance que describe la plasticidad y po­licromía del Popocatépetl:

El Popo se desnudabaen lalnaiiana pri'mera.El vestido de las nubespor su cabeza descuelga,sobre el campo de maízya verde la verde tierra.

Mar, contigo otra vez, solo contigo,me vuelvo sobre llIí desde tu espuma,para dejarte sólo con la noche.y te encuentro aquí dentro,

entre mi sangre,can/ando tu herlllosura por mis venas,empujando en mi pecho tu. alegría,en soledad inmensa los dos solos.

(Mar en Salina Cruz)

poseer úna grán variedad de gestos y acti­tudes, aun cuando estos se vean demasiadore~orcidos en algunas ocasiones, y en elpm~ler acto hable con excesiva rapidez,rapIdez que no justifica el nerviosismoque la situación provoca en el personajeporque la dimensión de la realidad teatralno es la de la vida, y toda actuación debeestar su~editada más a la claridad quea la copla exacta de una realidad vital.J unto a ella, José Gálvez se desenvuelvediscreto. d.u:ante los dos primeros actos ycae defIl1ltIvqmente en la sobreactuaciónen el tercero. Claudia Brook olvida que laobligación de todo buen actor es colocarla intensidad de su voz dentro del ritmogen~ral de la obra y por esto resulta de­maSIado presente en el escenario que pa­rece quedarIe chico. Marina Camachocorrecta, a. pesar de su di ficultad par~entonar debIdamente algunos parlamentos.X Armando Velasco y Manuel Zozaya,dIscretos y acertados.

La dirección de Virgilio Mariel afirmólas ca,racterísticas del texto, consiguiendoademas un tono general de actuación bas­tante equilibrado, y moviendo a los ac­tores con habilidad y soltura.

La escenografía, correcta y funcional,aunque probablemente demasiado modes­ta, se debe a Antonio López Mancera.

Prefiere -generalmente- buscar en élla íntima resonancia, la correspondenciacon un estado de ánimo, la identifica­ción sentimental:

A. B. N.

B1

Francisco Giner de los Ríos, el poetaespañol de Jornada hecha, ha reunido eneste volumen - ...on los dibujos de Ricar­do Martínez- sus poemas escritos bajola sugestión del paisaje mexicano. Entrelos años de 1945 y 1953, Giner fue visi-

FRANCISCO GINER DE LOS Ríos, Poemas me­xicanos. Universidad Nacional Autónomade México. Dirección General de Publi­caciones. México, 1958. 123 pp.

LPEDRO DE ALBA, Ramón López Ve/arde.

Ediciones Filosofía y Letras, 21. ImprentaUniversitaria. México, 1958. 129 pp.

El autor conoció íntimamente al poeta.Fue compañero suyo de estudios, en laprimera juventud, y amigo de toda la vi­da. El lo admiró siempre; él presenciósus últimos momentos. Y estas circuns­tancias se mani fiestan en todo el libro,que del principio al fin es una evocaciónde la vida y de la calidad humana deRamón López Velarde. La afinidad es­piritual es el eje de la evocación.

El perímetro de su PQesía, dice el autor,abarca todos los linderos de la patria; elaspecto físico y la tradición heroica;el paisaje lugareño y las costumbres desus habitantes. y añade: "Por todos loscaminos de México se nos aparece LópezVelarde con señorío de artista e intuiciónde iluminado que descubre un mundonuevo para que surjan del caos las face­tas luminosas de la patria."

Es indudable que el pueblo de Méxicotiene motivos para encontrarse, en los ca­minos de la simpatía y la emoción, con elpríncipe de los poetas mexicanos. Y es­tos ocho ensayos, que al lector han deparecerle demasiado breves, ponen enclaro, también por medio de la emocióny la simpatía, que estos caminos no sontan misteriosos como podría creerse.

y seguro y se sostiene el interés conti­n~amente. El diálogo es ágil y bien me­dldo; pero no siempre correcto. El autorconfund.e el ~ignificado de las palabras ylas us~ ~ndebldamente (usa, por ejemplo,anacr0111CO por incongruente), además deque cuando intenta poner en boca de suspe~s?najes imágenes que pretenden serpoetIcas y muy elaboradas, resultan siem­pre singu.larm.ente vulgares y carentes detodo sentIdo lrterario.

Para terminar es necesario señalar queel tel?n del tercer acto es una copia exactadel fmal de la película de Robert Aldrich,basada en una obra de Cliford Odets:The Big K nife,. pero su significado carecedel valor dramático que tenía la película,porque la protagonista de ésta Ita sidovíctima de una serie de acontecimientosque no podía dominar por sí misma, mien­tras que en la obra de Inclán ocurre exac­taI:nente 10 contrario, 10 que hace que losgrItos de auxilio que profiere devenganen simple telonazo que suple indebida­mente la presencia de una solución realal conflicto.

La obra lleva en el papel estelar a PinCrespo, que sostiene su continua presen­cia en el escenario con laudable efectivi­dad, usando debidamente de la riquezade tonalidades de su voz y demostrando

teatro", obras que el ve como un productoque debe acon;od~rse al gusto de t:~ c.on­sumidor: el pubhco. Este es ~u. pI1l1C1palcaracterística como autor, la Ul1\ca dentrode la cual pueden colocarse todas susobras.

Para permanecer dentro de esa cate­goría, Inclán no vacila en recurrir a todoslos resortes necesarios a un' autor de estetipo. Sus obras dram~ti.cas se caracteri­zan siempre por su deCIdIdo apoyo a todoslos recursos efectistas y sorpresivos; ensus comedias el humor es vulgar, cuandono francamente grosero. En los dos tiposde obras se advierte siempre la absolutaausencia de propósitos firmes para re­solver las situaciones; sus soluciones sonsiempre muy espectaculares pero jamáspermiten apreciar el verdadero sentidode la anécdota. En su diálogo abundan loslugares comunes en franca competenciacon frases rimbombantes.

Una esfinge llamada C01'delia, su úl­timo drama, estrenado en el Teatro delCaballito bajo la dirección de VirgilioMariel, no se aparta de la línea de estiloantes mencionada. Inclán escogió en estaocasión un tema que se prestaba para darcuerpo a una pieza excelente: la desor­bitada pasión amorosa dG una mujer, quela lleva a luchar contra todo para conser­var el objeto de su amor; pero prefirióencerrar este tema en una anécdota ex­cesivamente recargada de acontecimientosy revelaciones que en nada contribuyen aafirmar el carácter de la protagonista,base de la obra, sino que al contrariohacen que este se distorcione para per­mitir que los sucesos se desarrollen fá­cilmente. Con este sistema anuló toda po­sibilidad de caracterización, pues los per­sonajes nunca reaccionan ante los sucesoscomo la línea de carácter que ellos mismos~e habían adjudicado parece indicar, sinoque se limitan a dejarse llevar por la ne­cesidad de sostener el interés acumulandoreacciones notablemente contradictorias einesperadas y, por tanto, traicionándosecomo tales. El resultado de este sistemaes un tercer acto en el que el autor sóloparece preocupado por encontrar una so­lución para el formidable enredo que hacreado y a la necesidad de esta solució¡:sacrifica toda la caracterización. Vemosasí que la protagonista contradice con suforma de actuar todo 10 que de ella mismahabíamos conocido en el principio de laobra y que su rival, que primeramenteaparece como una mujer amoral y abso­lutamente vulgar, resulta a la postre elúnico personaje limpio, a pesar de queel autor intenta devolverla a su condiciónoriginal haciéndola proferir una amenaza,por otra parte totalmente justificada, an­tes del mutis final. Inclán olvida que enun drama los personajes tienen que de­mostrar con acciones las cualidades o de­fectos que se adjudican y que lo que digande sí mismos sólo se revalida cuando'reaccionan ante los acontecimientos deacuerdo con estas aseveraciones. Si estono ocurre el drama, falto de su principalsoporte, se desliza inevitablemente haciael melodrama, género en el que 10 queimporta son los sucesos, y los personajesestán al servicio de éstos, y dentro de!cual debe incluirse a Una esfinge llallladaCordelia, lo que obliga él decir que elautor ha fracasado en su intento y Su

obra es tan sólo un drama frustrado~Como melodrama, sin embargo, U n.o.

esfinge lla?1wda Cordel~~ tiene varias cua­lidades. La construcClOn es correcta "efectiva, se mantiene un ritmo uni forme