siglo xix, a partir de los cuales dis - unmsm
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siendo el eje sobre el que gira la
unidad cultural del continente. Estu
diar de forma pormenorizada su len
gua significa un aporte esencial a esa
unidad, que todos invocan pero pocos
como este I Congreso aportan tanto.
Miguel Angel Rodríguez Rea
Literatura
ESPINO RELUCÉ, Gonzalo. Imágenes de la inclusión andina -Literatu
ra peruana del siglo XIX. Lima,
Universidad Nacional Mayor de San
Marcos, Instituto de Investigaciones
Humanísticas, 1999.
Si bien en los años iniciales de
la república -afirma AntonioCornejo Polar' - ni se construye
una tradición literaria, por la
omisión del legado colonial y lafatuidad de la apelación incaica,ni se elabora un proyecto dedesarrollo de una literatura
específicamente nacional, lo queno obsta para que el costumbrismo encauce una cierta mane
ra literaria de larga descendencia, lo cierto es que entonces se
establece (o mejor, se reafirma)el espacio desde el cual se producirá la literatura que asume,
desplazando a otras, la represen
tación del Perú todo. Modificar
esta situación llevará casi un
siglo.
Estas ideas, planteadas a comien
zos de los años noventa, se renuevan
en la reciente publicación de GonzaloEspino Relucé, Imágenes de la inclusión andina -Literatura peruana del
siglo XIX. En su libro. Espino Relucérealiza una interesante exploraciónhermenéutica en una serie de textos
correspondientes al último tercio delsiglo XIX, a partir de los cuales discute las imágenes canónicas de la literatura peruana.
El libro, que corresponde a la segunda parte de su tesis de magíster enLiteratura Peruana y Latinoamericana, Adolfo Vtenrich: La tentativa dela otra literatura peruana (1996), estáorganizado en cuatro capítulos. En elprimero explora algunos textos deManuel González Prada y Abelardo
Gamarra. De ellos extrae la siguiente
tesis:
La reivindicación del indio, a di
ferencia de otros discursos, que
suponen la inclusión o la exclu
sión, no se resuelve en la me
lancolía histórica, en el retomo
al incario. Prada rechaza todo
intento o apetito restaurador deun pasado inca ya remoto: acambio, demanda la rebelión de
La formación de la tradición literaria del Perú. Lima, CEP, 1989, pp. 40-41.
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los indios. Discursos que van a
tener eco en la escritura poética
del momento, tanto Abelardo
Gamarra como Manuel Gon
zález Prada ofrecen una posibi
lidad de hacer legible la situa
ción de un segmento de nuestra
sociedad; en ambos casos se
inicia como una revuelta que
exige la inserción cultural del
indio, tópico compartido con la
ciudad letrada, para luego reve
lar la problemática como asun
to en estricto social y económi
co. Ésa es la lección que losmaestros proponen y cuyo im
pacto es posible rastrear en di
ferentes textos de la literatura
de la ciudad letrada de la época
(p. 33).
Esta tesis va a ser contrastada, en
el segundo capítulo, con la concepción de literatura de algunos escrito
res de la época, como Ricardo Palma.
Según Espino Relucé, "para el tradi-
cionalista, el castellano es el vehículo
de comunicación por excelencia. Se
pueden peruanizar las palabras que
provienen de las lenguas vernáculas,
pero para la expresión de las "bellas
letras" está el castellano; así, todos
los textos escritos y en castellano son
los que somete a su análisis no im
porta si existe o no una literatura de
indios o de incas" (p. 47).
El tercer capítulo se complementa
con el anterior. En él. Espino Relucé
plantea que los poetas y escritores de
esa época desarrollan un discurso
ambiguo con respecto a la literaturanacional. "Por un lado -argumenta
Espino Relucé- [los poetas] viven enlas márgenes de la soledad y enfren
tan el tiempo de modernización del
país, y, en medio de este drama, el
descubrimiento paulatino de la "nacional como lo indígena" en su poe
sía" (p. 50). En el cuarto capítulo,presenta un breve corpas de textos
que intentan construir "otra literatura
peruana". Los textos son diversos.
Explora Antigüedades peruanas de
Mariano Eduardo de Rivero y Ustariz
y Juan Diego de Tschudi, donde,
desde una perspectiva arqueológica,
se discute la ausencia de una literatu
ra nacional, tomando como base la
valoración de las lenguas vernáculas.
Seguidamente, trabaja La poesía enel Imperio de los Incas, de Acisclo
Viliarán; Gramática quechua, de
Dionisio Anchorena; y, finalmente, eldebate de Constantino Carrasco y
Eugenio Larrabure y Unanue en tor
no a la pieza dramática Ollantay. En
cada uno de estos textos Espino
Relucé reconoce "una preocupación
por las formas y prácticas vernáculas
y la valoración de obra-signos de la
literatura quechua", como el Ollantay.
Con estos elementos, se poslula la
construcción de la "otra" literatura,
de raigambre andina, que trata de
ganar su espacio al interior de los
discursos hegemónicos.
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El último capítulo constituye un
correlato de los anteriores. A través
del análisis de varios poemas de
Constantino Carrasco, Manuel Gon
zález Prada y Carlos Germán Améza-
ga, se intenta construir la imagen del
indio. En cada caso, el indio viene a
constituir una conciencia otra, como
se revela en la descripción del poema
En la puerta de su choza de Carrasco:
"La tradición del yaraví enhebra cada
verso, de modo que recurre a la ima
gen de la paloma para concluir. El
deslumbramiento del poeta, tópicoromántico, se expresa en amor dolidoe imposible: la tristeza cubre todo el
ser del poeta (convertido en el amante); promete no abandonarla, expresa
su deseo de "morir" por ella. Dicho
acercamiento finaliza en esa suerte de
fuga, donde el romance se realiza en
la voz del poeta que invita a la amadaa un posible himeneo, propio del tema
vernáculo:
Que aun el alba no asoma / Y la
pampa está desierta" (w. 23-24).El poeta reconoce a una mujer
diferente: "Que es tu raza la del
Sol", la amada imaginada por el
autor difiere en pensamiento y
palabra, sin embargo hay "sólo
dulzura". Opone a la belleza dela "raza del Sol" la involuntaria
declaración del dolor que en su
presencia siente: típica propuestade la forma yaraví. Es esto lo
que hace distintiva a la poesía de
Constantino Carrasco: al hacer
lo, la memoria poética contem
pla a los dioses, a su fauna y se
retiene en un tópico que coinci
de con el romanticismo desde la
forma vernácula e intenta descu
brir al otro, a la otra (p. 95).
De este modo. Espino Relucé tra
ta de demostrar las tres tesis que ar
ticulan cada uno de los capítulos de
Imágenes de la inclusión andina: a)se escribe la ciudad letrada del siglo
XIX; b) en dicho siglo existe un creciente interés por el quechua, pero nose le otorga el estatus de lengua literaria; y c) "la inclusión andina es unproceso social del Perú como paísandino. Esto lleva a cuestionar y re
plantear el modelo o imaginario literario en medio de sucesivas crisis (laparodia de democracia, la guerra inva-sora y la derrota del 79-82)" (p. 12).
En gran medida. Imágenes de lainclusión andina se inspira los estu
dios de Antonio Cornejo Polar, fundamentalmente en sus trabajos en
tomo a la literatura del siglo XIX y
su teoría de la heterogeneidad contra
dictoria. Teoría que, como sabemos,
constmye un sistema de representa
ción cultural peruano, teniendo como
eje la tesis de que la cultura andina esheterogénea. Pero eso no es más queel punto de partida de la exploraciónllevada a cabo por Espino Reluce.Centralmente, el libro pretende discutir el tema de la literatura "nacio
nal" en el Perú, hilvanando, a través
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de varios textos, un discurso literario
de raigambre andina altemo al hege-
mónico hispanista. En ese sentido,
Imágenes de la inclusión andina dis
cute un tema que desborda lo literario
y se instala en el ámbito de la cultura:
el problema de las identidades nacio
nales.
En este punto el libro deja notar
sus límites. Unos límites impuestos
por el objeto de estudio de la inves
tigación: los poemas y otros textos.
En efecto, estos textos impiden explorar otras prácticas culturales, como los
ritos y las fiestas patronales, donde
tal vez esa "otra conciencia" nacional
que se intenta rastrear a la largo del
libro sea más nítida. Ciertamente, esto
escapa al objetivo de la investigación,
referido a demostrar cómo en los dis
cursos hegemónicos se puede eviden
ciar rasgos de otros discursos, como
el andino. Objetivo que, en gran me
dida, se cumple. Aún así, considera
mos que las problemáticas planteadas
en Imágenes de la inclusión andina
desborda dicho objetivo, y, a la vez,
exige su discusión en un espacio de
reflexión mayor, como los estudios
culturales, tal como se revela en Co
munidades imaginadas, de Benedict
Anderson, que también comparte suinterés en reflexionar sobre las iden
tidades nacionales.
Carlos García Miranda
GARCÍA-BEDOYA, Carlos. La literatura peruana en el periodo de estabili
zación colonial (1580-1780). Lima:
Universidad Nacional Mayor de San
Marcos, Fondo Editorial, 2000. 300 p.
Este texto contribuye a llenar uno
de los más grandes vacíos de nuestros
estudios literarios, el de la historia
literaria. Con extremado rigor, hacien
do las precisiones teóricas necesarias
y consciente de las limitaciones que
la misma situación de los estudios le
impone, el autor inicia un recorrido
dinámico por este espacio complejo,
conflictivo y móvil.
En la breve introducción se expo
ne la necesidad, la extensión y los
límites del proyecto: la sistematiza
ción inicial, con un marco teórico
sólido, de una problemática comple
ja, en un esfuerzo que no se pretendeuna historia de la literatura peruana
en el periodo mencionado, sino que
intenta diseñar las líneas generales que
podrían servir a ese enorme proyecto.
El volumen se divide en cuatro
capítulos. El primero desarrolla algu
nas Consideraciones preliminares,
donde se precisan algunos conceptos
teóricos y se establece el marco
periodológico. García-Bedoya se vale
de algunas nociones como las de dis
curso y sistema literario para recupe
rar la complejidad y dinamismo delcampo estudiado, incorporando tex
tos que escapan a los géneros canóni-
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