sermon - universidad de navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/fa.152.234_8.pdfdora de...

30

Upload: others

Post on 19-Jul-2020

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde
Page 2: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

J)

Page 3: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

S E R M O NQ U E E N L A F U N C IO N Y C U L T O S SO LE M N E S

T R I B U T A D O S

P O R L O S C O N G R E G A N T E S C A T A L A N E S

k N U E S T R A S E Ñ O R A

D E M O N T S E R R A T ,

EN SU CAPILLA

D E L R E A L HOSPITAL D E L A CORONA D E ARAGON

EXISTENTE EN ESTA CORTE,

DIXO EN EL DIA 10 DE SETIEMBRE BEL CORRIENTE AÍTO

HALLÁNDOSE PRESENTE

m u , K E Y N U E S T R O S E N O R ^

QUE DIOS GUARDE,

E l R . P . F r » S a l v a d o r D r S t a . M a r í a M AOj^ALzsAy Carmelita D escalzo E x ‘ L ecto r, Prior y ‘D ijinidor de su Provincia de Cataluña, Socio de la R ea l Academ ia de Buenas

Letras de Barcelona , y actual Procurador general de su Orden j)or España é Indias*

CON LICEN CIA E N M ADRID

EN LA IMPRENTA DE D . FRANCISCO DE LA PARTE.

1815,

Page 4: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

^■:y.'j.raOL y r . : y ; iu ‘î /fî a j/p

’ ■■■ ■ V i \ ÍI03.

.'1 n 0 ?i a g ;i > Í. VI,,^4 -

' i T A K J Í S ' è T H O M - ^ € E ' .a

4 T,îiq-v1* V.-' ■'Î-

:í wojÀii/* aa Aíí io Al*! ao“ .’ -/, ; <ï j/uï:i .ts-l

‘ ■ ' -’•ifÄ' a-nr ’ ÍIX.-I

. <é5A /• Ji"' JT* îîff *0'"'t' ' ' '. ' ' ' ■

If» * ,•■ . ' fc^W;ÂfOClliAJaL» , - - . '

\ V L Q '^ x ^ b • . i  ' f ' 2, ’S \ Î V l . ' - ‘^ - i 5S.' Æ a

t - - J ü t n Jiup

.v?'5..:-va«v.ÎR_‘ \ n i .y a-i'c l O , •:. • .7;V,':.-.i V . , . -.tii.C, tv." nnr;V

■»*- ; î . « . ' ' :-..v. i , -r". ; - lY ’.îA. '

• " / ■ , - ~ ^ w —

aiiT"A.M k'-r ' r ';r3DM ;rro•“ ^ . T r '■ ■.' x/’ ï'' ■ ; A j *y î

' . ’ *C►(-1 v i

Page 5: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

Salus nostra in manu tua est : respcé nos tantum , et lati serviemus Regi ( L ) ,

N uestra salud está eti vuestra m an o; com o nos m iréis con p ie d a d , contentos servi­rem os al R e y ..,.

LIB. DEL GENES. CAP. 4 7 , V . Sg,

» ^ X X X X X A X X X X J íJ i J íX X X X A J u X X X X á J u A J t J u X X A X X X X X X J ^

S E Ñ O R .

¡Que sé y o si al modo que J o sef, aquel valido íntimo de F a raó n , de quien formó Dios como un Padre de su R e y (a), y á quien la divina mano ele­v ó á la mas alta dignidad , y al mas distinguido é importante empleo de una vasta m o n arq u ía , pre­cisamente para que fuese el depositario de la con­fianza , y el dispensador de la salud de todos sus pueblos (b )! ¡que sé y o , rep ito . Señor , si al mo­do que aquel digno Ministro del M onarca de E gip­to mereció que los vasallos de su Soberano le di­rigiesen las lisongeras, bien que verídicas y sinceras palabras de mi te m a , así quizá también alguno de los validos ó Ministros de V . M . se lisonjeará de haber merecido que algunos ó todos vuestros vasallovs, por el órgano de mi lengua , le dirijan h o y dia la misma expresión: N uestra salud está en vuestra mano; como nos miréis con piedad , contento^ serviremos a l Rey\

Page 6: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

( 4) , . . .¡A h ! íO x a lá , Señ o r, que como los Egipcios, por lo relativo al gran Privado de su M onarca , así los Españoles por lo tocante á vuestros validos ó M inistros, podamos siempre contar con la canoni­zación y con el testimonio de la eterna verdad, para respetar en ellos unas hechuras de sola su m ano, c u y a obra h aya exclusivamente sido su ele­vación y su valimiento ( a ) , cu yo recto conducto lo sea de todos sus paSos y caminos ( b ) , y cuyos resplandores y puras luces los circunden siempre y los penetren (c)! ¡O xalá que semejantes al dé Faraón todos vuestros M inistros, por su exáctitud en la execucion de vuestras soberanas y benéficas disposiciones ; por su fidelidad en la dispensación de vuestras gracias ; por su escrupulosidad en la indagación y ponderación del verdadero mérito; por su sinceridad en la exposición de los males y de sus remedios ; en fin , por la accesibilidad , dulzu­ra y, bondad de su c a rá c te r , tengan siempre á vues­tros vasallos satisfactoriamente convencidos de que cada uno de ellos en el ramo y ministerio respec­t ivo , es un Dispensador de su salud , y un garante de su fidelidad y lealtad en vuestro servicio.

¡G ran Dios! L a experiencia de vuestras anti­guas y recientes misericordias á favor de vuestro Ungido ( I I .) , al paso que nos muestra en é l un D a ­v id de vuestra elección , y un M onarca el mas re­lig io so , el mas p ió ,e l mas benéfico, y el mas aman­te de sus vasallos; promete también á estos en esta parte el cumplimiento de sus ardientes votos y de tan satisfactoria convicción. ¡Que d igo! ¿Por ven­tura no la están y a logrando? ¡E h ! Si ñ o la lo­grasen, ¿á que fin fundaría y o mi discurso en unas palabras que la expresan ? S í , Señor : la lo g r a n : la

Page 7: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

( s )logran á lo ménos por un ministerio de superior or­den : la logran , si no es por el conducto de los M i­nistros ó validos de V . M . , á lo ménos por el de la Valida mas favorita de la Magostad eterna. E n general , todos vuestros vasallos disfrutamos la sa­tisfactoria convicción de que M aría , la gran M a ­dre de nuestro D io s , es la común dispensadora de nuestra sa lu d ; pero á los Catalanes se nos agre­ga la satisfacción particular de que el precioso gage de protección que se ha dignado dexarnos en su Imágen y,advocación de es juntamen­te y en especial el fiel garante de nuestra fidelidad y lealtad en vuestro servicio. A ella es pues á quien to d o s , penetrados de esta íntima convicción , di­rigimos esta protestación ingenua , sincera y agra­decida ; Salus nestra in mam tud est : respice nos tantu et Iceti serviemus R e g ii Nuestra salud está en vuestra m ano; y como nos miréis con piedad, contentos serviremos al R ey.

Despues de esta palabra ¿será menester que yo me fatigue en discurrir ó buscar otra idea mas análoga al objeto de la presente solemnidad , ó que llene mejor la expectación de quien para ella ha querido que el mas ineloqüente Catalan sea h o y dia el O rador ? No. Españoles p u e s , todos en gene­ral , pero en especial vo s o tro s , Paisanos mios, pro­testad altamente vuestra convicción. L a dispensa­ción de vuestra común salud está en excelentes m a n o s : el particular garante de vuestras glorias, de vuestros servicios y de vuestra lealtad al Sobe­rano es el mas poderoso y el mas fiel. La gran M adre de Jesucristo es para todos en general la dispensadora de nuestra salud ; su Imágen y ad­vocación de M o n t s e r r a t es en particular para los Catalanes un gage de especial p ro te cció n , y un fiel garante de nuestras g lo r ia s , servicios y leal­tad al .M onarca. ¿Para unos y otros es poco satis-

B

Page 8: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

( Ofactoría esta idea? N o : con su exposición y o no haré mas que expresar los agradecidos y leales sentimientos de vuestros corazones. Mientras lo ha­go no olvidéis que el que os habla es un Catalan habituado á su provincial lenguage , de quien por consiguiente no debeis prometeros ni la rigorosa propiedad del idiom a, ni la delicada finura del acen­to castellano. Baxo esta preven ció n , y para el acier­to en lo sustancial de mi em peño, imploremos ju n ­tos los auxilios de la divina gracia por medio é in­tercesión de esa nuestra Soberana M adre con la acostumbrada salutación del

A v e M a r í a ,

N o h a y que recelar : la protestación de que la gran Madre de Jesucristo es la universal dispensa­dora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde con ellas las de una pura , por mas que excelsa c r ia ­tura. De otra suerte ¿la E scritura , l o s Concilios y los Padres de nuestra fe autorizarían semejante ex­presión? ¿La Iglesia pondria de continuo en los la­bios de esta Señora aquella palabra de los Prover­bios : E l que me hallare hallará la vida y obten­drá la salud del Señor (a)? Los Gerónim os, los Agus* linos , los Damascenos , los D am ianos, los Ansel­mos , los Bernardos , los Padres y Doctores de to­dos los siglos ¿usarian un lenguage en esta parte tan sostenido siempre y tan uniforme? ¿Tributa­rían á esta augusta Virgen los títulos de M adre de gracia , fuente de misericordia , asilo de seguridad, lugar de re fu gio , causa de nuestra salud?

N o admite duda. La fe nos obliga á confesar que Jesucristo es el Dios-Hombre solo poderoso pa­ra obrar nuestra salud de por sí ( b ) , por via de

Page 9: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

condigno mérito y de justicia ? Sin e m b a rg o , ¿pue­den ser mas legítimas las ilaciones nacidas inme­diatamente de principios de la misma fe , que nos autorizan para reconocer en María la mas poderosa obrera de nuestra salud por via de congruidad, de impetración y de gracia ? Su dignidad inefable y su augusto título de M adre ¿no la hacen coope- ra tr iz del H i jo , y partícipe de su autoridad y poder en la causa de nuestra salud? L a caridad que en la tierra y en el cielo ha unido á esta M adre del bello amor (a)con Jesucristo nuestra c a b e z a , ¿quan­to la estrecha con sus miembros para interesarla en el negocio de su común salud?

Por un crédito p u e s , y por un valimiento el mas poderoso para obtenerla, y por una caridad y una ternura la mas interesada en conseguirla , resulta. V irgen Santa, que sois para todos en general la uni­versal dispensadora de nuestra salud ; y por ese gage de protección especial que á los Catalanes os dignasteis dexar en vuestra Imágen y a d vo ca­ción de M o n t s e r r a t , ¿no sois para nosotros en particular el garante de nuestras g lo r ia s , de nues­tros servicios y de nuestra lealtad al M onarca ? \ Eh! respondan sobre esto la historia y la experiencia de los nueve siglos (III.) discurridos desde el prodi­gioso descubrimiento de esta celestial prenda. Con que pues , por las mas legítimas ilaciones de una sana y sólida teología, y por los datos de una histo­ria y experiencia las mas incontestables, es por don­de y o he de hacer la exposición de mi argumento. En hora buena.

L a maternidad divina y la plenitud de gracia, prerogativas tan decidida y expresamente atribui­das á esa Señora en el E vangelio ( b ) , son las pre­misas de donde la teología cristiana infiere bien su

Page 10: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

c r é d ito , su valim ien to, su caridad y su ternura para interesarse por nuestra salud y conseguirla. M adre del H o m b re-D io s, á quien fué dado todo poder en el cielo y en la tierra (a), rodeada de ín­timas relaciones con el Hijo de las complacencias del. Padre (b ) , y favorita del soberano y eterno Dios (c) con preferencia á toda otra c r ia tu r a : la medida de su crédito y valimiento en la presencia del Señor ha de ser precisamente su eminente san­tidad , su elevación incom parable, y su dignidad quasi infitiita (IV.),

Santidad : despues de la de Jesucristo ¿ha podi­do darse alguna com parable á la de M aría? E l amor al Criador , la fidelidad á sus órdenes , la gra­titud á sus dones, la incesante aplicación á los in­tereses de su gloria , y el colmo de todas las g ra­cias , han heciio la vida de esta excelsa Virgen una jam as interrumpida serie de méritos y aumentos de santidad. Según pues que en esta ha llevado la ventaja á todos los Santos ( V .) , ¿no la ha de lle­v a r también en el consiguiente crédito y va li­miento ?

E levación : la de Bethsabé colocada sobre el solio y á la derecha de Salomon ha sido solamente un inexácto bosquejo de la de esa Soberana R eyna del cielo.. Con su M onarca é Hijo ¿que valimiento no logra aquella M adre en su e levación? E l pa- sage de la Escritura que lo dibuxa , no es para omitirse. Bethsabé no hace mas que presentarse á Salomon : este atento hijo la ve venir : desciende luego del trono : le sale al en cu en tro : le besa la m ano: la sienta á su derecha , y le dirige esta 1¡- songera p a la b ra : ** Pedid , M adre mia , y no temáis de vuestro hijo el sonroxo de una n e g a t iv a : ’*

(a) Matth. cap. 28, v . 18. (b) Id. cap. 1 7 , v . 5.\c) Luc. cap. I f V. 30.

Page 11: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

. ^9 )m a ter m ea , ñeque etiwì f a s e s t , ut avertam faciem tuam (a). ¡A h ! Jesucristo, en todo superior á Salo­m o n , ¿no realizará con mas exáctitud esta figura respectoá su M adre (VI.)? Esta M ad re, tanto mejor que aquella , ¿tendrá ménos valimiento con tal Hijo que Bethsabé con el su y o ? Sentada en el cielo á la derecha de este H ijo , ¿habrá perdido algo de la autoridad que tuvo sobre él en la tierra? No. V e te , M a ter mea : pedid , M adre mia , le dice el mas a te n to , respetuoso y munífico Salomon. Una negativa seria un so n ro xo , que no debeis temer del Hijo que os ha coronado por R eyn a de cielo y tierra : Ñeque enim fa s e s t , ut avertam faciem tuam. E l ademan de suplicante con que apareceis ante mi trono en nada debilita vuestro crédito y valimiento : subsiste , y eternamente subsistirá el derecho que sobre mi humanidad os ha adquirido vuestra dignidad incomparable.

Dignidad : ¡ oh que excelsa la de esta Soberana M adre! La nada establece una distancia infinita en­tre la criatura y el Criador : pero la dignidad de M aría enlaza estos dos e x trem o s, y hace á esta au­gusta Virgen partícipe de todos los derechos que solo el Eterno Padre'tiene sobre su único y que­rido Hijo. Con este Autor de todas las gracias ¿pue­de darse crédito ó valimiento igual al de una M a ­dre en quien tiene puesto su am or? No. E l de Moisés , aunque suspenda los rayos del cielo y a asestados contra el rebelde Israel (b) : el de A bigail, por mas que á favor de N abal consiga la mitiga­ción de la cólera y la indulgencia de D avid (c) : el de Ester , si bien poderoso para rasgar el fatal de­creto fulminado contra su pueblo, para calm ar la indignación de Asuero ( d ) , y para hacer la sa­

fa) Lib. III Reg. cap. 2, v. 19 et 20. (b) Exod. cap 32. Numer.cap. 14. (c) Lib.i.Reg.cap. aj. (d) Esih.cap.iy*

c

Page 12: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

( l o )lud de una multitud de infelices; todo es nada com ­parado con el crédito y valimiento de nuestra di­vina M adre para obtenernos de su Hijo Dios la salud.

¡A h ! Y el Ínteres que su caridad y ternura se toman para conseguirla, ¿seré y o capaz de expre­sarlo? M adre de un D io s , centro y origen de to­da caridad , .también es de M adre su tierno ín­teres por la salud de unos miserables que la cari­dad de Jesucristo hizo sus hermanos. S í , cariñosa M a d r e : vuestros sentimientos á nuestro favor no pueden ser otros que los de vuestro divino Hijo. Para dexar de interesaros por nuestra salud seria preciso o lvidar que solamente para restaurarla, quiso formarse un cuerpo de vuestra sangre , ser vuestro Hijo , y venir á la tierra el M édico del cielo. Aun mas ; para o lvidaros de nuestra salud seria menester olvidaros primero de Vos misma. ¿ T u v iera el hombre necesidad de un Salvador , si la pérdida de su salud no hubiese exigido para repararla el descenso de aquel , que propter nos-‘ tram salutem descendit de coelis ? Y si este no hu­biese venido , ^seriáis Vos su M a d r e , ó fuera tan augusta vuestra dignidad , y tan excelsa vuestra elevación ?

¡ A y ! Y o lo sé : la elevación de ordinario des­lumbra á los mortales; y en los que han salido de la infelicidad , ó que jamas la han probado , es m u y común la indiferencia por los que quedan en ella. ¿Quantos Coperos de Faraón repuestos en la cumbre de su prosperidad no se acuerdan mas de lo que deben á los Josefos intérpretes de sus sue­ños ( a ) , y compañeros de sus infortunios ? Pero lé- jos de V o s , Señora, semejante indiferencia y egoís­mo. Sobre el trono de vuestra g lo r ia , inundada

(a) G enes.cap. 4 , V. 23.

Page 13: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

( ' Ocon el torrente de las delicias de D io s : estas no os ocupan tanto que no percibáis nuestros clamores y no os enternezcan nuestras lágrimas. Los peligros que nos rodean ; los enemigos qUe nos atacan ; los precipicios que se abren baxo de nuestros p ies; sobre to d o , nuestra debilidad y nuestra flaqueza arran­can de vuestros ojos miradas co m p a siva s; empeñan vuestro va lim ien to, vuestra caridad y vuestra ter­nura á interesarse por nuestra s a lu d ; y sus faustos resultados son los que nos constituyen en la satis­factoria convicción de que para todos en general la teneis en vuestra benéfica m a n o : Sa¿us nostra in manu tuá est*

¿ Y en particular para vo so tro s , Paisanos mios? jO h qué satisfacción sobre esa general la de tener en la historia y experiencia de nueve siglos incon­testables datos para ap o yar vuestra íntima per­suasión de que la santa Imágen y advocación de M o n t s e r r a t , radicada en vuestro Principado por la preferente dignación de vuestra adorada M adre, es á un tiempo el gage de su especial protección ¿ vuestro f a v o r , y el garante de vuestras glorias, de vuestros servicios y de vuestra lealtad al So­berano! L ealtad , servicios y glorias de mis Paisa­nos baxo la protección de la gran M adre de M o n t ­s e r r a t » ¡E h ! Vuestra carrera empieza con los cán­ticos y resplandores celestiales que señalan el lu­gar , y conducen al descubrimiento de la Santa Imágen (VII.): sigue con la serie de nuestros gloriosí­simos C o n d e s : continúa con la de la Dinastía A ra ­gonesa; y no ha de tener fin hasta que con el mun­do llegue también al suyo la Monarquía de todas las Españas. Vuestros fundamentos han sido y han de ser siempre só lid os, como lo que son los del San­to M o n t s e r r a t sitio de la Sion y Santuario de .Ma­ría y cu yo s atrios prefiere á todos los tabernáculos

Page 14: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

de Jacob (a). ¡Monte santo! ¡M onte de las com pla­cencias del S e ñ o r, donde ha resuelto morar hasta el fin de los siglos (b)! Sí, ¿eres tá el que baticinó Isaías? "M o n te preparado para los postreros dias: »M on te de la casa del Señor: Monte colocado en >#la cum bre de los m o n tes; que te elevas sobre to- wdos los co llad os; que eres el punto de reunión « d e todas las gentes , y á cu yo ascenso se co n - wvidan é incitan mutuamente las diferentes nacio- «nes de la tierra con la palabra : V'enid : subamos 99 d i monte del Señor y á la casa del D ios de J a - ^icob donde nos enseñará sus caminos^ y aprende^ »remos á andar por sus sendas (c)/*

Pero ¿adonde me lleva mi entusiasmo conduci­do por unas palabras de la E scritura , que no pa­recen dictadas sino para el elogio de Montserrat y de sus habitadores , y para expresar los precio­sos frutos de protección que de las manos de su adorada R eyna perciben inmediatamente los C ata­lanes , y para gloria suya expenden en servicio de la hum anidad, de la Religión y del Soberano? E fe c ­tivam ente , C a ta la n e s , vuestras proezas y vues­tros servicios, así antiguos como m o d ern os, al pa­so que constantemente vinculados á la protección de la gran M adre de M o n t s e r r a t gloriosos para su n o m b re , y también para el v u e stro , han sido siempre de la m ayor importancia , y de ordinario han reunido los tres objetos: hum anidad, Religión y Soberano.

Sí, Por las luminarias y armonías del cielo lo­gráis felizmente descubrir el tesoro de la divina Imágen : proyectáis erigirle un Santuario fuera de M o n ts e rra t ; el cielo mismo os hace conocer que

(a) Psalm. 86 , V. i. (b) Ibid. 67,v. 17.(c) isai. cap. 2 ,v . 2 et 3.

Page 15: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

, , . ( * 3 )no ha de ser sino en este monte ! se lo consagráisqual las ocurrentes circunstancias lo permiten (VÍII.). |Ah! ¿Y vuestro z e lo l L u e g o , luego , para la se­guridad de tan preciosa jo y a , para refugio de la humanidad , y para baluartes de la patria : luego, d ig o , vuestro zelo semejante al de los Israelitas constructores de los muros de la santa C iu d a d , con el escoplo en una mano y la lanza en la otra (a), levanta al rededor'del santo monte tos castillos de O tg e r , de C ollbató , de la G uardia , del M arro y de M ontserrat (IX.). D e estos fuertes y de los demas que vuestros esfuerzos van sucesivamente ganando y construyendo por todo el P rin cip ad o , me pare­ce que y o os veo salir conducidos por los cristia­nos Barachs vuestros gloriosísimos C o n d es, asocia­dos de la Debbora de M o n t s e r r a t é invictos siem­pre baxo su protección (X.). Perojadonde? ¿á quan- tas expediciones , regiones , batallas , victorias, conquistas?

¡A h ! Yo os fatigaría demasiado si os las qui­siese hacer repasar aun con la sola imaginación. Por toda la Cataluña , Aragón , Valencia , M u r­cia , Islas B aleares, C ó r c e g a , Cerdeña , Sicilia, Francia , I ta l ia , N á p o le s , y hasta por la Asia , Si­ria y A fr ica apénas daríais paso que no lo vieseis m arcado con proezas y victorias de vuestros ma­yores baxo la protección de esta Madre de Israel (b). ¿Hallaríais guarismos suficientes para numerar los innumerables enemigos de la humanidad , del es­tado y de la Religión , principalmente Mahom eta­n o s , en todas partes víctim as de las religiosas y patrióticas lanzas de vuestros abuelos? ¿No ha sido á estas siempre alistadas baxo el estandarte de M ontserrat á quien Cataluña entre todas las Pro­vincias de la Península infestadas por la inunda-

Page 16: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

cion de los incircuncisos Sarracenos, ha debido la dicha y la gloria de ser la primera que quedó en­teramente limpia de las inmundicias del M ahom e­tismo?

Es co n sta n te , Paisanos mios. E l ámbito de la soberanía condal c a ta la n a , y aun todo el c írculo de la Corona de Aragón enramada con a q u e l la , y posteriormente ensanchada con la de todas las E s- pañas, hubiera sido un cam po y un teatro sobra­damente reducido para las proezas y glorias de vuestros ascendientes. ¡Inmortal Creixell (XI.)! T ú las llevas felizmente desde Cataluña á las N a v as de T o lo s a : con la chinita desprendida de M ont­serrat derribas y reduces á pavesas al soberbio coloso del N abuco y orgullo mahometano ( a ) : di­sipas, como el viento al hum o, la infinita chusma de los Agarenos empeñados en sostenerle : ganas la batalla : consigues la mas importante victoria: consuelas á la humanidad: glorificas á la Religión: salvas á la España , y aun á la Europa entera; y tú mismo quedas gloriosa v íctim a de tu triunfo, c u y o esplendor hasta el sepulcro sigue á tu c a ­dáver conducido en triunfo á la tumba sobre los hombros de tres Monarcas.

Todo esto sin em bargo no es bastante. C on la misma chinita (por esta palabra todos seguramente entendeis la Imágen y advocación de M o n t s e r r a t )

■con la misma c h in i ta , d ig o , otros Catalanes han debido l le v a r las glorias de su p a tr ia , vinculadas siempre con las de esa Señora y su protección , y siempre igualmente ventajosas para la humanidad, para la Religión y para la Monarquía , á los paí­ses extrangeros aun los mas re m o to s: á Cerdeña, á Sicilia , á F r a n c ia , á Italia , á N á p o le s , á Bohe­mia , á la Austria (X II.) , y hasta al nuevo Mundo.

(a) Dan. cap. 31 V. 34*

Page 17: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

( i s )En la Isla Isabela , h o y de Santo D om ingo, ¿quien ha erigido y consagrado á su adorada M o n t s e r r a t

el primer templo de las A m éricas? Los Catalanes. ¿Quienes han sido los primeros Propagandistas del E vangelio y Predicadores de la obediencia á nues­tros Soberanos en aquella Colonia? Los Catalanes, los Boíles y otros doce hijos de la casa y M adre de M ontserrat (XIII.). A estos gloriosos nombres ¿jun­taré y o ahora los N o la sco s , los de Mata y los L o - yo las ? Pero las proezas de estos tres S a n to s , co­mo las de otros innum erables, por una p a rte , es verdad , se concibieron ú organizaron en M ont­serrat; mas ellos no han sido Catalanes ; y por otra parte seguramente y a se espera de mí que co rte la relación de esos serv ic io s , glorias y proe­zas anejas , y produzca otras mas recientes de mis Paisanos, de igual importancia para los mismos ob­je to s , y también vinculadas con la misma especial protección de la gran M adre de M o n t s e r r a t ,

j-Que satisfacción seria para mí la de poder contentaros en esta parte! Pero es preciso que so* bre el particular se mortifiquen vuestros deseos y los mios. ¡E h ! L a sangre y los hechos son recien­t e s , y todavía humean. Aun se co n serva ; no se ha borrado su recuerdo ; por la prensa se trasmi­tirá una porcion á la posteridad. Es notorio: nues­tra gloriosa última lucha motivada de una perfidia igualmente atroz que la que en el siglo o c ta v o qui­tó el cetro al último de nuestros Monarcas Godos, h a repetido las escenas , tragedias y horrores de los dias del islamismo y de la invasión de los A fr i­canos. Basta poner su quadro á la v i s t a , y traer­los á la memoria. ¡Que alternativas de retiradas y a ta q u e s , de derrotas y v ic to r ia s , de sucesos ad­versos y prósperos! T ú las has visto constante y leal siempre , patria mia. ¡Que rivalidad de la ar­rogancia por un la d o , y por otro la noble firme-

Page 18: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

za : el orgullo de una p a r t e , y de otra el valor y el heroísmo! C a ta lu ñ a , tú lo has mostrado. ¡Q ue contraste entre la tíranía y el patriotismo ; entre la impiedad armada y la inerme Religión! ¡B ar­celona ! ¿Podrá darse mas chocante y hermoso lien­zo que el que ofrezca á la vista de la generación presente y de las venideras la patriótica imágen y religiosa pintura de tus M ártires (XIV.) y de su* verdugos? ¡N uevos Vándalos de la Francia batidos y abatidos por los modernos Catalanes ! sí : vues­tra multitud , ferocidad , barbarie , so b erb ia , per­fidia é irreligión ha sido igual ó m ayor que la de los antiguos Vándalos de la A frica , batidos y aba­tidos por nuestros predecesores. Hijos de su f e , de su valor y de su lealtad los Catalanes del dia , has­ta á los mismos satélites del usurpador y tirano de la Europa han obligado á hacerles justicia , y á reconocerles por naturales y legítimos herederos de sus abuelos en la antipatía contra el nombre y el orgullo fra n cés, y contra los enemigos del tro­no , de la patria y de la Religión (XV.).

iQ u e importa'^ ( ¡a h ! este interrogante nadie ig­nora quan repetid^ y usado ha sido de los C a ta ­lanes en esos años de lu c h a ) ¿que importa que los re v e se s , las pérdidas , las retiradas y la absoluta carestía de los recursos y arbitrios de primera necesidad dexen varias veces á Cataluña sin tropas y sin exércitos? Sus montañas al instante se trans­forman en caballos troyanos que vomitan guerreros y reproducen legiones (XVI.). Los nombres de los E ró le s , de los Roviras , de los Milans, de los M an­sos , y aun mas que estos, los de F e rn a n d o , de Religión y de Montserrat son chispas eléctricas que todo lo agitan , lo inflaman , lo reaniman. ¡Inmor­ta l Gerona! tú lo v iste : hasta las mugeres y los F r a y le s , esas personas de un sexo y de una pro­fesión tan heterogenea con la de las arm as, ¿que

Page 19: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

(l?)prodigios de valor , de intrepidez y de heroísmo no hicieron ver en tu defensa? ¡Batallas y v icto­rias de la B isb a i, de M o yá , de Roda ,-de Ordal !..; Pero ¿para que nombrar otras q ú e 'la s del Bruch? En estas ¿quienes han sido los combatientes?, ¿q'ua-’ les sus armas? ¿quien el G en era l? ¿ y quales los resultados? Los primeros un puñado de tropa que capitanea el intrépido B a je t , y sostiene á los iner­mes paisanos ó criados de Montserrat. Las segun­das , piedras , palos , unas escopetas 6 fusiles casi inútiles, y qué se yo que otros instrumentos (XVIL). E l tercero , la Gedeona de Montserrat. ¿ Y los úl­tim os? Los mismos qué los de la batalla ganada contra Madian por el hijo menor de la ínfima fa­milia de Manasé (a)

¡Abominables satélites del Tirano! vosotros fuis­teis al Bruch por la n a , y dos veces regresasteis trasquilados. N o : ni en la te r c e r a , ni en la quar- ta llevarais mejor recaudo , ó consiguierais trepar al santo M o n te , si la licencia de la g u e rra , so­brado propensa al abuso de sus fu ero s, no hubie­se de antemano transformado en un quartel pro­fano y militar la pacífica Sion de Montserrat. En- tónces lo conseguisteis ; pero jamas apoderaros de su preciosa Joya. El cielo la ha preservado de vues-» tras manos inmundas , y ha querido dexarla en las de sus predilectos Catalanes , para que á mas de la general dispensación de salud en el valimiento, crédito , caridad y ternura de esa soberana M a ­dre , hasta el fin de los siglos hallemos en su ad­vocación é Imágen de M o n t s e r r a t el gage de su especial protección á nuestro favor , y el garante de nuestras glorias, de nuestros servicios y de nues­tra lealtad al M o n a rc a : R tsp k e nos tantum^ et Iceti serviemus Regi,

(a) Judie, cap. 7 et 8.

Page 20: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

¡M onarca amabilísimo! ¡M onarca el mas reli­gioso , el mas p i ó , y el mas amante de vuestros v a ­sallos! ¡ah ! ¡el nombre de V . M . en las Dípticas de esta renaciente Congregación (X V III .) , para gloria de esa Señora, para aumento de su c u l t o , y para consuelo de la doliente y desvalida humanidad, m ezclado con los de vuestros leales Catalanes! Es­ta soberana dignación ( ¡o h ! el cielo lo quiera , y o lo espero) esta soberana dignación ha de atraer sobre V . M . , sobre los Serenísimos Infantes vues­tro Hermano y T i o , y sobre todos vuestros R e y - nos y vasallos las mas protectoras miradas de la gran M adre de M o n t s e r r a t , y tras de ellas el reynado de la paz , de la p rosp erid ad , de la Re­ligion y de la gracia de Dios en vuestros dias, y en los de la eternidad el de la gloria. Amen.

Page 21: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

NOTAS SEÑALADAS EN EL SERMON.

(I.) A lguna variación material de este texto respecto á co­mo está en la B ib lia , no inmuta ni aun su literal sentido. L a Iglesia la practica en el oficio del Patrocinio de San J o - sef y en otros.

(11.) A favor de nuestro amado Soberano Fernando v i i se ha visto una continuada serie ó eslabonada cadena de miseri­cordias de nuestro gran Dios. Sobrevive á las tramas , intri­g a s , calum nias, prisión y demas tropelías del Escorial en 1807; un eslabón. Por las mas auténticas y legítimas pruebas de he­cho y de derecho «e patentiza , contra viento y marea , su justificación y su inocencia : segundo eslabón. Entre las gar­ras del Tirano , en un cautiverio de seis años , su salud y su vida se sostiene: tercer eslabón. Precisamente quando es mas temible que la ambiciosa F uria que nos habia arrebatado al augusto C a u tiv o , le haga víctima de su despecho, en vista de los descalabros é inminente ruina , que esa última y la mas pérfida de sus usurpaciones le acarrea 5 entonces es quando Fernando recobra su libertad , y quando (sin habérsenos to­davía mostrado las manos que le han soltado y le conducen) le vemos venir seguro é ileso por el centro de la Francia , pe­netrar por una Provincia limítrofe , á la sazón la iinica de España que aun pisan los satélites del T iran o; pasar sin susto por entre las filas del sanguinario Suchet ; internarse en la Península , y imponerse en el goce de los derechos que le pertenecen : quarto eslabón.

Llega al F lu via: desfa la escolta francesa en la orilla orien­tal de este r io ; en la opuesta le espera un concurso inmenso y un exército españ ol, por muchos títulos merecedor de lla­marse e l primero : este y aquel abrasan en Fernando mas bien á su P ad re, á su A n g e l , á su Idolo y á su Im án, que no á R ey y á su Soberano. ¡Q u e escena! Su vista arranca tiernas lágrimas de lodos los espectadores. Pero ¡a y ! la pe'rs-* pectiv* que desde este-punto de vista ofrece la España á su adorado Monarca no es satisfactoria. Opiniones opuestas y so­bradamente ya exaltadas dividen á los Españoles , y hacea temible una explosion violenta, un cisma p o lítico , y aun el ilegitim o uso de la fuerza para disputarse, y conseguir cada

Page 22: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

(a o )una el tciunfo y la supetiocidad contra su rival. 1.a situación es crítica y peligrosa. Pero Dios proveerá. ¡ Jóven M onarca! por el pronto os es indispensable el uso del agrado , disimulo, moderación y prudencia de que el cielo os ha dotado: adelan­te por Gerona , C a le lla , M ataré , V illafranca y Reus ; de aquí rodear por Valls , Montblanch , Lérida , Fraga y Zara­goza para V alencia: de paso sondear los espíritus ; ganar mas los ánimos: rendir con la amabilidad todos los corazones; es­trechar mas los vínculos del amor de vuestros pueblos, y quan­ta sea posible calmar la efervescencia de esas rivalizantes opi­niones. Por este medio corresponde el efecto á los deseos. L% rivalidad desaparece; las opiniones se sosiegan; todo se alla­na. Con tranquilidad, con el mejor orden , sin oposicion, sin fu erza , sin mas estrépito que el del simple arresto de un cor­tísimo número de personas, i las que ni se impone otra pe­na , ni se trata con el mas mínimo rigor , Fernando entra triunfante en Madrid ; ocupa su trono ; exerce los fueros de su soberanía,; y los Españoles, sumisos y satisfechos, reciben

ley del Monarca , cuyo es el derecho ( e imponérsela. Ksta ha sido. Dios mio, vuestra o b ra , y un prodigio de que nues­tros ojos son los testigos : quinto eslabón. N o es el último: la serie y cadena de las divinas misericordias continúa con es­labones ulteriores : los expuestos bastan para que los buenos vasallos del mejor Monarca nps penetremos de ios bondado­sos sentimientos de su coraron : con ellos conformemos los nuestros ; echemos un eterno velo sobre las diferencias pasa­das , y todos nos hermanemos en el zelo por el decoro de la R e­ligion , por el servicio del R ey y por el bien de la Patria , se­guros de que las misericordias del Señor continuadas nos trae­rán mas serenos dias que los presentes ;i disiparán los nubar­rones de eso^ peligros que tanto se cacarean y abultan ; y sacando de apuros los erarios de un R ey tan pio, que (según su dicho) por lograrlo , quedarla gustoso con.sol^ media camisa, remediarán to.dos nuestros males.

(III.) Y a son mas que cumplidos los nueve siglos, aun en la poco fundada opinion de .los que pretenden haber sido este descubrimiento posterioj: al año,88p.

(IV.) Los Teólogos ^in dificultad reconocen esta dignidad por infinita , no sul^jectìvè {pues no cabe tal «n criatura), pero sí terminativi vel relativi.

(V .) A todos los Santos, no spio en particular ó disjunti- vamente , sino también colectivamente en globo y de por ju n - tp (según el paiecqr de excelentes Teólogos) excede la Virgen en santidad.

Page 23: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

( 2 l ) ,(V i.) N o siendo menester que la figura y lo figurado se pa­

rezcan en todo , pudo muy bien Bethsabé colocada á la de­recha y en el solio de Salomon su hijo,figurar á María en el cielo elevada y sentada á la derecha de su Hijo Jesucristo. La expresión de Salomon á su Madre no fué una lisonja ó mera cortesía : fué un ofrecimiento filial , aterito é intentivamente ingenuo y sincero: de veras quetia otorgar á Bethsabé la gra­cia que le pidiese. Pero no preveia que empeñada de su her­mano A d on ías, tuviese ella la ignorancia , é incurriese en la imprudencia de mediar á favor de este por una solicitud in­solente é inconcebible, qual era la de que se le diese por es­posa la Sunamitida A b isa g , (que según muchos Expositores) lo habia sido de su padre D a v id , aunque solamente coa m a-’ trimonio rato, incomodó sobremanera á Salomon semejante so­licitud de su Hermano , y la tuvo por tari atrevida , insolente y fuera del ó rd en , que á pesar del filial y sincero ofrecimien­to hecho á su M ad re, y de haber disimulado á su Hermano las tentativas para usurparle-el trono', á aquella sonroxó con la negativa de la pretensión V y por la misma impuso á este la pena de m uerte, que sufrió inmediatamente. Jesucristo no obra de esta suerte con su M adre: realiza la figura y los ofrecimientos con mas exáctitud : pero también es cierto que ni en este Señor cabe imprevisión para ofrecerse, ni en su M a­dre imprudencia para mediar por pretensiones insolentes ó atrevidas.

(V il.) Los Escritores que tratan de este descubrimiento es- tan contestes en afirmar, que unos resplandores y cánticos que en las noches de los Sábados se veian y oian , fuéron el público mostrador de la cueva , y la guia para en ella hallar (como se verificó) la Santa Imágen. N i nada crédulos, ni pocos en nú­mero son dichos Escritores.

(VIH.) También en todas estas circunstancias están contes­tes ios insinuados Escritores. En el dia posterior inmediato al del hallazgo de la Santa Im ágen, el Obispo , Clero y pueblo que habían visto y oido las luces y cánticos celestiales, fuéron en procesión á la cueva para llevar la Imágen á la Iglesia de un lugar vecino al monte. La llevaba el Obispo : mas no hubo fuerza ni medio de pasar adelante al llegar al parage donde inmediatamente se erigió su primera Capilla.

(IX.) N o afirmo que fuese simultanea la construcción de todos estos castillos, de que existen todavía algunas ruinas. H ay quien juzga la de alguno de ellos anterior al descubri­miento de la Santa Imágen. N o decido de la fuerza ó debi­lidad de las piuebas.

Page 24: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

(X .) Habiendo sido innumerables las expediciones de los Condes de Barcelona son muchos en número y crédito los Autores en quienes se le e , que á todas llevaban consigo la Imágen de nuestra Señora de Montserrat,

(XI.) Don Balm acio C r e ix e ll , noble Catalan , ampurda- n e s , ei mas diestro y esforzado General de su siglo. Este Ca> ballerò , sin duda por asuntos del Real servicio , habia que­dado en Cataluña quando el R e y D on Pedro 11 de Aragón con toda su escogida tropa catalana, y poca aragonesa (pues parte de esta se excusó) marchó á la expedición santa de 1 21 2 como aliado con los Reyes D on Sancho de N avarra y Don Alonso v i n . de Castilla , y como Monarca muy católico é in­teresado en la común causa de la N ación y de la R e lig io a contra el soberbio y formidable Mahomad Énnácer llam ada el Verde , supremo gefe de todos los R eyezuelos moros de España. Reunidos en parage oportuno los tres Monarcas es­pañoles , confirieron sobre la disposición y órden de la ac­ción y batalla decisiva en que iban á empeñarse , y acordaron» que para disponerlo todo bien convenia lla m a rá Balm aclo Creis;ell, y esperarle. L e mandan postas : viene con ellas: llega á tiempo : da las disposiciones y órdenes como G en e- la lis im o , los mismos Soberanos se someten á executarlas : mas de noventa Catalanes Señores de vasallos se hallan con sus gentes en la acción : es completa la victoria ; pero en la ba­talla muere el mismo C re ixe ll, y los tres R eyes llevan al se­pulcro el cadáver sobre sus hombros. La relación de esta ba* talla y victoria baxo el mando de C reixell se lee en M ariana, Hist. de Esp. lib. 1 0 , cap. 20. E n B eu ter, Cronic. de Esp. lib. 2 , cap. 10. En MarciUo , Crisis de Cata!, part. i , cap. 4, § 2. En F eliú , Anal, de Catal. lib. 11 , cap. 5. En Postius, Histor. de Moniserr. part, i , cap. 28, § 9. Los tres últimos citan otros once Escritores , seis de ellos no catalanes. L a Imágen de Montserrat no dudo que estuvo en la acción ; pres* cindo si era ó no la que traian pintada los Reales estan­dartes.

(X ll.) A las 'Capitales y otros Pueblos de todos estos E s­tados han llevado los Catalanes la Imágen y e l culto de nues­tra Señora de M ontserrat., junio con alguna gloria particu­lar , especial hazaña , ó importante servicio , de que ha re- suhadtí la erección de las Capillas , Templos , Monasterios y Hospitales que en C a lle r , Palermo , Paris , Roma , N ápoles, Fraga , Viena y en otras Ciudades subalternas existen (s i en esos años de turbaciones no han perecido) baxo la protección, titulo y nombre de Montserrat. .

Page 25: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

(XIII.) F r. Bernardo B oíl y otros doceM onges de Mont­serrat , en compañía del Almirante Cristóbal Colon , despues de implorar y tomar la bendición de nuestra Señora en. su Tem plo , se embarcaron con otros Catalanes en Barcelona para la América occidental. Llegados á la Isla Isabela , pok órden de Colon se levantó allí un fuerte , donde con cincuen­ta y seis hombres de guarnición quedó por primer Goberna­dor de la colonia el catalan Don Pedro M argarít. También con sus doce compañeros , quedó allí Boíl por Apóstol d aquellas g e n te s, autorizado con la dignidad y título de N un­cio y Legado i L a tn e del Papa, V ic a r io A postólico, y pri­mer Patriarca de las Indias. Los frutos de su Apostolado fué- ron la conversión de infinitos bárbaros , el destrozo de innu­merables ídolos , la erección de muchísimas Diócesis é Igle­sias , la construcción de varios Monasterios , y la sujeción de aquellos isleños á nuestros Monarcas.

(X IV .) Los Presbíteros G a llifa , Pou con sus com pañeros,y otros, lo han sido sin duda de la patria. A mas sagrado Juez pertenece decidir si también lo han sido de la Religión. Uno de los dos primeros con una sola mentira le v e , á que se le in stigab a, pudo librarse del suplicio: prefirió este á una falta de verdad. En'ám bos ¡que espectáculo vió Barcelona en la víspera é ida a l suplicio , y sobre el mismo cadahalso! E l de los mas animosos Mártires de los primeros siglos de la fe. En vez de flaqueza , desaliento ó desmayo , vió intrepidez , ale­g r ía , heroísmo. El Te Deutn , la Magníficat , los himnos al Señor y á la Virgen fuéron la ocupacion de sus lenguas , la admiración de los espectadores, el asombro de los tiranos, y «1 terror de los verdugos hasta el golpe fatal.

(XV.) N o he sido yo so lo : otros muchos lo han oído de boca de los mas entusiasmados Oficiales franceses en la época de nuestra mayor opresion, prepotencia suya , y quando due­ños de casi todas las plazas del Principado , habían levantado nuevos fuertes , y los ocupaban en Lugares que ántes no los tenían. Sin embargo , en las pocas ocasiones en que con­versaban y hablaban de buena fe , á despecho suyo confesa­ban , que el corazon y patriotismo de los Catalanes eran para ellos inconquistables: que á diferencia de otras Provincias, poc la nuestra no podían sin riesgo de segura muerte viajar un quarto de legua sino en numerosas y bien unidas columnas: que Cataluña era una tierra que los arrojaba de s í , y donde jamas podrían contar por sometido mas terreno que el ocupado momentáneamente por sus pies , en el que no pocas veces se les abiia un precipicio y perecían.

Page 26: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

(X VI.) Y o mismo-vi la dispersión y desaliento del corto residuo de nuestro exército despues de ia derrota de Cardedeu, y de la pérdida de Tarragona. Igual fué el resultado de los malogrados ataques de V a lls , M argalef y otros. R e d in g , Lascy, Eróles , Robira & c . en estos apuros explayaron toda su acti­vidad y zelo por la reorganización del exército: pero en los mismos y siempre se excedió á sí mismo el patriotismo y la constancia de los Catalanes.

(XVII.) F ué patrafta la especie que tanto corrió de habeí los paisanos empleado en la acción ó acciones del Bruch unos cañones de madera fabricados en Manresa. En lo detnas fue­ron raras y casi milagrosas aquellas dos jornadas. L o he oido áM ilitares de carácter y probidad que intervinieron, bien que en muy corto número. N o se ha visto semejante humillación del orgullo francés en sus retiradas, que fueron á todo esca­pe y désórdén.

(XVIII.) S..M . se ha dignado alistarse en la Congregación de ios Catalanes , reorganizadá en el Hospital é Iglesia de Mont­serrat de esta Corte. H ay en el Hospital seis camas pata po­bres y enfermos Catalanes. Cada Congregante con una limos­na mensual contribuye al culto de la Señora, adorno de su C a p illa , y socorro de los Catalanes enfermos.

Page 27: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

\ 1 ^

c

Page 28: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

•CiHi

•s

Page 29: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde

i . >

■ÍV-, ■ í ' í .

íJ#'

Page 30: SERMON - Universidad de Navarradadun.unav.edu/bitstream/10171/31676/1/FA.152.234_8.pdfdora de nuestra salud , en nada deroga á las pre- rogativas de este Hombre-Dios , ni confunde