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SERIEUX ET CAPGRAS - DELIRIO DE LA REIVINDICACIÓN SÍNTOMAS FUNDAMENTALE S DESCRIPCIÓN DEFINICIÓN El delirio de reivindicación es una psicosis sistematizada, caracterizada por el predominio exclusivo de una idea fija, que se impone al espíritu en forma obsesiva, orientando sólo la actividad mórbida del sujeto en sentido manifiestamente patológico, y exaltándolo en la medida de los obstáculos encontrados. El reivindicador se nos presenta como un obsesivo y un maníaco. Hay en él una combinación íntima de estos dos estados, que conducen más a un delirio de los actos que a un delirio de las ideas. Sus tendencias interpretativas y su paralógica están menos marcadas que las de los interpretadores. CARACTERÍSTI CAS GENERALES Encontramos: espíritus exaltados, razonadores, exagerados, fanáticos que sacrifican todo al triunfo de una idea dominante, individuos son en su mayoría perseguidores y perseguidos repentinos: desde el comienzo eligen a una persona o a un grupo de personas que persiguen con odio o amor. Sin embargo, existen algunos que nunca llegan a ser perseguidores ni tampoco reivindicadores, su exaltación no se ejerce a expensas de otra persona, sino en búsquedas especulativas. Se trata de personas dotadas de una energía tenaz, o de tozudez invencible, cuyas razones serán siempre de una lógica exacta. SIGNOS ESENCIALES Su psicosis se caracteriza por dos signos constantes: la idea obsesiva prevalente y la exaltación maníaca. IDEA OBSESIVA Repentinamente el reivindicador descubre el hecho material o la idea abstracta que dirige desde ese momento su actividad pervertida; cualquier decepción, por mínima que sea, a partir del momento en que se le considera inmerecida, se convierte en una preocupación obsesiva y provoca la necesidad imperiosa de una revancha, como también la de infligir castigo a la persona culpable del daño. Esta idea conductora va tomando día a día, para el reivindicador, una importancia mayor, un valor desmesurado. Es propenso a agrandar los hechos más simples cuando su personalidad está en juego; aun así, no modifica su primer significado: la explicación que da no contraria el sentido común, no se opone abiertamente a la razón. La idea obsesiva no llega a ser el origen de un sistema de interpretaciones delirantes. Son incapaces de discutir: ningún argumento los convence por más poderoso que sea, si éste no armoniza con su estado afectivo. Tienen una concepción unilateral del derecho. Aparecen, en consecuencia, errores de juicio, interpretaciones falsas, pero que derivan de la pasión del delirio. La idea conductora que dirige los pensamientos y los actos del reivindicador refieren a una obsesión día a día más tiránica, y no a una reivindicación legitima de derechos injustamente dañados.

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SERIEUX ET CAPGRAS - DELIRIO DE LA REIVINDICACIÓNSÍNTOMAS

FUNDAMENTALES

DESCRIPCIÓN

DEFINICIÓN

El delirio de reivindicación es una psicosis sistematizada, caracterizada por el predominio exclusivo de una idea fija, que se impone al espíritu en forma obsesiva, orientando sólo la actividad mórbida del sujeto en sentido manifiestamente patológico, y exaltándolo en la medida de los obstáculos encontrados. El reivindicador se nos presenta como un obsesivo y un maníaco. Hay en él una combinación íntima de estos dos estados, que conducen más a un delirio de los actos que a un delirio de las ideas. Sus tendencias interpretativas y su paralógica están menos marcadas que las de los interpretadores.

CARACTERÍSTICAS GENERALES

Encontramos: espíritus exaltados, razonadores, exagerados, fanáticos que sacrifican todo al triunfo de una idea dominante, individuos son en su mayoría perseguidores y perseguidos repentinos: desde el comienzo eligen a una persona o a un grupo de personas que persiguen con odio o amor. Sin embargo, existen algunos que nunca llegan a ser perseguidores ni tampoco reivindicadores, su exaltación no se ejerce a expensas de otra persona, sino en búsquedas especulativas.Se trata de personas dotadas de una energía tenaz, o de tozudez invencible, cuyas razones serán siempre de una lógica exacta.

SIGNOS ESENCIALES

Su psicosis se caracteriza por dos signos constantes: la idea obsesiva prevalente y la exaltación maníaca.

IDEA OBSESIVA

Repentinamente el reivindicador descubre el hecho material o la idea abstracta que dirige desde ese momento su actividad pervertida; cualquier decepción, por mínima que sea, a partir del momento en que se le considera inmerecida, se convierte en una preocupación obsesiva y provoca la necesidad imperiosa de una revancha, como también la de infligir castigo a la persona culpable del daño. Esta idea conductora va tomando día a día, para el reivindicador, una importancia mayor, un valor desmesurado. Es propenso a agrandar los hechos más simples cuando su personalidad está en juego; aun así, no modifica su primer significado: la explicación que da no contraria el sentido común, no se opone abiertamente a la razón. La idea obsesiva no llega a ser el origen de un sistema de interpretaciones delirantes.Son incapaces de discutir: ningún argumento los convence por más poderoso que sea, si éste no armoniza con su estado afectivo. Tienen una concepción unilateral del derecho. Aparecen, en consecuencia, errores de juicio, interpretaciones falsas, pero que derivan de la pasión del delirio. La idea conductora que dirige los pensamientos y los actos del reivindicador refieren a una obsesión día a día más tiránica, y no a una reivindicación legitima de derechos injustamente dañados. Para satisfacer esa obsesión, el reivindicador descuida su profesión, sin preocuparse por el futuro ni por sus verdaderos intereses: no duda en sacrificar su fortuna, su libertad, su familia, y su vida misma, en sed de esa venganza. Busca satisfacer su obsesión. Los obstáculos que encuentra a veces le generan angustia. A veces, pueden ser asaltados por la idea de asesinato, por el imperio de una obsesión a la que no pueden resistirte. Características de la o bsesión : irresistibilidad, tortura moral provocada por cualquier tentativa de resistencia, el alivio luego de su satisfacción. En consecuencia, los periodos de remisión de los reivindicadores coinciden con un éxito parcial, o se presentan luego de una escena de escándalo.

EXALTACIÓN MANÍACA

El reivindicador es un maníaco razonador: sus pensamientos y sentimientos son impulsados por una fuerza maniaca. La necesidad de pelea es uno de los móviles de sus actos. Animado por una vanidad insensata, por un espíritu de contradicción sistemática, ávido de satisfacer su actividad mórbida, el reivindicador emprende mil actividades: escribe a los personajes de actualidad, consulta con abogados, pide audiencias, etc. La menor discusión lo irrita, se deja llevar por violentas cóleras; fracasos, condenas, exaltan su combatividad agresiva. Se trata de una hiperactividad. Es una de las expresiones esenciales de las psicosis. La excitación se pone al servicio de esas ideas obsesivas.

EVOLUCIÓN La evolución está ligada, por un lado a la irresistibilidad de la idea dominante, y por otro, a la persistencia de la exaltación mórbida. No hay ninguna fase determinada. El comienzo es súbito. Lo único que permite preverlo son signos de degeneramiento, la impetuosidad del carácter, el orgullo desmesurado, y la susceptibilidad mórbida. Desde el momento en que acontece una causa ocasional banal, que fija la fórmula de la idea obsesiva, la psicosis se manifiesta con todos sus síntomas.

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La marcha de la enfermedad es básicamente remitente. Durante esas intermitencias, el enfermo deja de estar obsesionado, su excitación maniaca se calma o solo se manifiesta por medio de una leve exuberancia. Pero apenas acontece cualquier incidente, su humor belicioso se despierta; llevado por una nueva obsesión, retoma sus fuerzas y se deja llevar por su agitación. La marcha progresiva del delirio se acelera a través de esas remisiones y estos paroxismos alternantes. El enfermo agranda el círculo de sus reivindicaciones: pasa de un proceso a otro, y a medida que se le niegan sus demandas, estas van tomando mayor importancia. Por regla general debe admitirse que es un estado crónico incurable, pero nunca se encamina hacia la demencia. Una psicosis es considerada, efectivamente, como un estado mórbido del carácter. Si se sigue la evolución de los síntomas, a la larga, la hiperestesis efectiva se atenúa, la excitación disminuye, y termina por desaparecer. En ese sentido, el delirio de reivindicación puede curarse.

VARIEDADESEl delirio de reivindicación reviste aspectos variados según la naturaleza de la idea prevalente; estableciéndose dos grandes divisiones: Delirio de reivindicación egocéntrico: en la base de la psicosis yace un hecho determinado, ya sea daño real o una interpretación sin fundamento; el enfermo apunta solo a la satisfacción de sus ideas egoístas, a la defensa de sus propios intereses.Delirio de reivindicación altruista: se basa en una idea abstracta y se traduce en teorías sobre la ciencia, filosofía, etc. Son a veces soñadores inofensivos, nocivos solo para ellos mismos y su familia, a la que dejan en la ruina; son fanáticos temibles.

SERIEUX ET CAPGRAS – DELIRIO DE REIVINDICACIÓNSÍNTOMAS NEGATIVOS

DESCRIPCIÓN(Son los mismos que en el delirio de Interpretación)

ESTADO MENTAL, FUNCIONES

CONSERVADAS

Si uno abandona el terreno del delirio, se encuentra con una gran inteligencia, lucidez y capacidad de razonamiento. La aparición del delirio no modifica en nada la inteligencia; no hay trastorno en la conciencia ni confusión en las ideas, ni alteración de las facultades silogísticas; el sujeto aprecia exactamente los hechos que no pone en relación con sus preocupaciones mórbidas. Su memoria permanece fiel, nunca olvida nada; se caracteriza por la precisión y la rapidez para recordar y repetir. Sus juicios son sensatos, sus apreciaciones son con frecuencia justas. Son capaces de adquirir nociones nuevas, mantener su capacidad profesional. Vivacidad para defender sus convicciones delirantes: todo se relaciona, se encadena en su historia, ningún detalle es superfluo; si se lo contradice, se sorprende; acumula prueba sobre prueba, tiene para cada objeción una respuesta, cita datos precisos, etc.

AFECTIVIDAD Los sentimientos afectivos no presentan ningún trastorno primitivo. Los enfermos conservan las mismas relaciones con sus padres, amigos, y todas las personas que engloban su delirio. El amor propio, el sentimiento de la dignidad, para nada se manifiesta alterado.

CONVERSACIÓN

Es muy variable, según la educación del sujeto; en general, es fácil, impregnada de cierto refinamiento, apuntando a la elegancia y a veces al énfasis. Algunos hablan con abundancia prolija, es un flujo de palabras inagotable; todo el tiempo tienen incidentes, sin que pierdan el hilo de la ideas. Todos saben sostener una charla sin relación con su delirio. No los vemos interrumpirse bruscamente en medio de una frase para interpelar un individuo imaginario o responderle, como lo hacen los alucinados. Nunca notamos “Verbigeración”, o la “ensalada de palabras” de los demente precoces.

ESCRITURAEs correcta, sin trastornos gráficos elementales, ni recargada, sin exageración de palabras subrayadas; no se adueñan de papeluchos para escribir. Su estilo, reflejo de su lenguaje y estado mental, no presenta nada anormal; varia solamente de acuerdo a la educación y la cultura. Algunos interpretadores son grafómanos que todos los días cargan con tinta decenas de páginas, envían cartas a todos lados, etc. En general, redactan, y llegan incluso a escribir memorias, confesiones.

ACTITUD El aspecto exterior, la actitud, no presentan nada anormal. No tienen esa locura de ostentación. No hay trastornos de la mímica involuntaria o emotiva. La mímica permanece perfectamente normal en tanto función, manteniéndose adecuada a las emociones que exterioriza.

ACTIVIDAD MOTRIZ

No está alterada: ni trastorno de la voluntad susceptible de influenciar la manera de actuar, ni abulia, ni impulsiones; tampoco se observan estereotipias de actitud o gesto (trastornos de catatonia o manierismos frecuentes en los demente precoces)

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DIAGNÓSTICO DIFERENCIALDELIRIO DE INTERPRETACIÓN DELIRIO DE REIVINDICACIÓN

Este enfermo aparece como un espíritu falso, dirigido por sus tendencias patológicas.

Signos físicos y mentales de degeneración mucho más marcados; lo mismo sucede con los trastornos de afectividad. Este enfermo aparece como un espíritu exaltado, imperiosamente dominado por su pasión,

El delirio es una novela largamente preparada que se va agrandando a causa de la progresiva de la concepción predominante y la proliferación de las interpretaciones delirantes

No se descubre un tema delirante en desarrollo progresivo, sino una serie de periodos de excitación que sobrevienen cuando los hechos reales emocionan profundamente al sujeto.

Delirio: sólo llega secundariamente a la idea fija, luego de una lenta incubación. Múltiples interpretaciones, sistematizadas, progresivas, sin ningún punto de partida, ningún estimulante real, sino una serie de inferencias y deducciones basadas en hechos disfrazados.

Delirio: tiene como punto de partida una idea fija, con un punto de partida.

No se contenta con vivir su sueño delirante sin pasar a la acción: busca satisfacer sus convicciones, su idea. Es por una causa fútil que el reivindicador se desgasta en esfuerzos múltiples, sacrificando su honor, su libertad, su vida.

La excitación del interpretador es siempre transitoria, a veces muy pasajera.

La excitación en el reivindicador esta siempre en primer plano, forma parte intrínseca de su anomalía.

Cuando recupera la calma, el interpretador no abandona sus quimeras y fuera de los paroxismos intercurrentes, establece la sistematización de su delirio.

El reivindicador reencuentra el sentido común desde el momento en que su pasión declina: con la mente fría ya no le divierte más elaborar nuevas ficciones, ni reflexionar sobre los hechos pasados para encontrarles explicaciones fantásticas.

El interpretador se pierde cada vez más en el campo de las concepciones/interpretaciones manifiestamente delirantes.

Comete errores de juicio, pero esas interpretaciones falsas no sobrepasan un cierto grado límite: permanecen estrictamente circunscriptas al objetivo de sus afanes. Se mantiene siempre en el terreno de las realidades.

El interpretador realiza múltiples interpretaciones a propósito de las más insignificantes impresiones sensoriales, sensitivas, o cenestésicas, actuales o pasadas.

El reivindicador, aun desnaturalizando los actos de sus adversarios, como sucede con todos los actos pasionales, conserva la noción exacta del medio que lo rodea, no se deja llevar por ilusiones de falso reconocimiento, ni se desvía nunca hacia el delirio metabólico o palignóstico. No se lo ve tergiversar un incidente cualquiera ni interpretar erróneamente las conversaciones de la gente ni los juegos o cantos de los niños. Ignora las persecuciones físicas.

Ideas de grandeza: muy alta estima de sí. No tiene ideas de grandeza, no se atribuye grandes riquezas, no reniega de su familia, no se disfraza con títulos imaginarios.

Lectura de un diario: el interpretador no se preocupa en absoluto por la significación real de sus lecturas, porque para él es un juego el cambiarlas. Puede ser un hecho, o una frase o palabra, que llama su atención, y las reúne, en tanto enigmáticas para cualquiera que no sea el, y halla su sentido oculto. Podría llegar a decir que un diario fue impreso sólo para él, o que es imposible de conseguir para otra persona.

Lectura de un diario: el reivindicador se conforma con subrayar, leer noticas que se relacionan mucho o poco con su problema, y sin deformarlos, los toma como otros tantos argumentos a su favor. Sin duda, los entiende mal a veces; no busca crearse un código personal.