sergio rojas - kant y el escepticismo

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    Kant y el escepticismo: la manifestacin sin golpe

    Sergio Rojas

    Y si el sentir no le conviniese al sujeto?Y si el sentir fuese inaccesible al yo?

    Mario Perniola: El sex Appeal de lo inorgnico .

    Como se advierte desde el ttulo, nuestro tema es aqu la sensibilidad ; ms

    precisamente, se trata de la cuestin por qu la sensibilidad? En la filosofa del sujeto

    el estatuto de la sensibilidad ha de ser comprendido a partir de su requerimiento en el

    discurso filosfico como el lmite a partir de la cual se genera la actividad cognoscitiva

    del sujeto. El conocimiento es aqu un evento interno a la subjetividad; no se determina

    por el objeto inmediatamente dado en su trascendencia, sino por el sentimiento de la

    certeza. El conocimiento implica entonces, necesariamente, un proceso de

    subjetivacin , en que el sujeto no slo es afectado por lo que existe, sino por la

    existencia misma.

    La pregunta por qu la sensibilidad?, se plantea a lo largo de toda la filosofa

    del sujeto, desde el Cogito cartesiano en adelante. Y si esta se inscribe en la cuestin de

    la posibilidad del conocimiento, es porque precisamente la posibilidad del conocimiento

    del ser de las cosas en su trascendencia ha sido puesta en cuestin al retrotraerse el

    pensamiento hacia su propia auto-comprensin. Queda as inaugurado el itinerario del

    escepticismo. Sin embargo, en Kant acontece una diferencia fundamental, la que puede

    examinarse en su propia relacin crtica con el empirismo de Hume. En sus

    Prolegmenos [1783] Kant escribe: la indicacin de David Hume fue sencillamente lo

    que muchos aos antes, interrumpi mi adormecimiento dogmtico y dio a mis

    investigaciones en el campo de la filosofa especulativa una direccin completamente

    distinta . Sin embargo, unos aos antes, en la Crtica de la Razn Pura [1781], el

    mismo Kant haba sealado su distancia para con el filsofo escocs: pensando [Hume]

    haber descubierto que lo que haba sido universalmente considerado como razn era slo

    un espejismo de nuestra facultad cognoscitiva [una necesidad subjetiva que surge de la

    experiencia por reiterada asociacin] , se entreg por entero al escep ticismo 1. En 1877

    1 I. Kant: Crtica de la Razn Pura (trad. De Pedro Ribas), Madrid, Alfaguara, B-128.

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    Friedrich Paulsen, en su Ensayo de una historia de la evolucin de la gnoseologa

    kantiana , sostiene que el pensamiento alemn, distancindose de la metafsica de Wolff,

    se acercaba a la filosofa de Hume, y es en parte en contraposicin al itinerario

    empirista trazado para la razn autorreflexiva- que surge la filosofa crtica de Kant.

    El permanente frente de combate de la filosof a kantiana [es] la salvacin del

    conocimiento razonable, de la filosofa como conocimiento a priori , contra el omnvoro

    escepticismo de Hume 2. En efecto, en Kant la sensibilidad subjetivada no es una

    frontera o un lmite en el que se vendran a encontrar el sujeto y lo trascendente (lo

    existente); supera as el momento del golpe en que la materia de lo existente se estrella

    materialmente contra la esfera perceptual del sujeto.

    La cuestin capital no es cmo se da un objeto en la sensacin, sino cmo es que

    la sensacin es el lugar del sujeto , cmo se hace lugar el sujeto en la tormenta de la

    sensibilidad (Schiller). La respuesta de Kant a esta cuestin es que no hay sensacin sin

    sensibilidad , esto es, sin la capacidad de sentir. La simple sensacin es, en Hume, un

    golpe, en cambio la sensibilidad en Kant es la trascendencia a priori del sujeto respecto

    a ese golpe 3.

    Abrimos la primera parte del Tratado de la Naturaleza Humana de Hume con la pregunta: por qu la sensacin? La respuesta es: porque la mente requiere de ese hecho

    originante, ese golpe ( strike ) sin el cual ella no habra comenzado. Descartes haba

    establecido que la existencia del sujeto consiste en ser para s mismo , en esto radica la

    vida de la subjetividad como pensamiento . Debido a esto, Hume necesita considerar

    luego ese hecho originante como siendo doble: impresin / idea; de lo contrario, el

    sujeto no podra referir(se) a aquella sensacin primera, y ser como si esta nunca

    hubiese sido.

    Jean-Marie Schaeffer ha analizado este problema considerando la necesidad que

    Descartes concede [en su correspondencia con Antoine Arnauld (1612-1694)] a lo que

    denomina pensamientos directos, es decir: pensamientos originados por el contacto

    2 Citado por Klaus Christian Khnke en Surgimiento y auge del neokantismo [1986], Mxico, 2011., p.

    380.3 Sostener que toda nuestra sensibilidad no es ms que la confusa representacin de las cosas, una

    representacin que slo contendra lo que pertenece a las cosas mismas, pero que las contendra en una masade caractersticas y representaciones parciales que no distinguimos conscientemente, constituye unafalsificacin que inutiliza y vaca toda la teora relativa a los conceptos (B 60)

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    directo con la materialidad de lo existente. U n pensamiento directo sera un

    pensamiento inmediatamente pensado , cuyo fundamento no sera el yo pienso (yo

    pienso pensamientos, por ejemplo: pienso que siento), sino: yo pienso lo que siento.

    Schaeffer plantea la cuestin: Cmo conciliar la ndole autofu ndadora del cogito con esa

    hiptesis de la anterioridad de un pensamiento directo del cuerpo? Y sobre todo: qu ocurre con

    este pensamiento directo del cuerpo cuando yo accedo al estadio del cogito? De hecho, no se

    sabe lo que ocurre, porque segn Descartes los pensamientos directos son pensamientos

    sin huella4. Es decir, el carcter fctico de las sensaciones consiste en que no han sido

    fruto de la actividad reflexiva del sujeto, simplemente de pronto estuvieron all; el

    sujeto no reflexion a partir de sus huellas (las ideas simples en Hume, por ejemplo),

    sino por accin directa de las sensaciones mismas. El sujeto no puede comenzar a

    pensar si no es sobre un pensamiento previamente disponible (memoria), por eso es que

    su actividad es de ndole esencialmente reflexiva ; pero, a la vez, es necesario que ese

    pensamiento previo haya sido originalmente un pensamiento no pensado , que nace a la

    existencia en el sujeto provocado por un hecho no reflexivo, a saber, una sensacin. He

    aqu el problema fundamental. Porque ese pensamiento primero no pensado constituye

    un lmite, una frontera, no solo del pensamiento respecto a la esfera de las sensaciones

    (el cuerpo), sino una diferencia interna del pensamiento respecto a s mismo .

    El problema es, desde un principio, la imposibilidad de una reflexin original

    originante en el sujeto de la experiencia. Primero, es necesario que el sujeto elabore

    de alguna manera el objeto, que participe desde un principio en la presentacin de este,

    de lo contrario ser para siempre algo ajeno y distante, una cosa cuyo ser no habr

    llegado nunca a ingresar en la esfera de la subjetividad , permaneciendo del otro

    lado de la frontera de la manifestacin. Segundo, el sujeto no puede ser l mismo la

    causa material de la presentacin del objeto, pues ello implicara que el sujeto se ha

    afectado a s mismo , que se ha puesto l mismo en marcha, con lo cual queda la

    incgnita respecto de si hubo o no una cosa trascendente que se hubiese anunciado

    para poner al sujeto en movimiento (ponerlo a reflexionar-se).

    4 Jean-Marie Schaeffer: El fin de la excepcin humana `2007], Buenos Aires, Fondo de CulturaEconmica, 2009, p. 80. El pasaje sigue as: En efecto, la memorizacin de las impresiones implica que el

    espritu reconozca que no siempre estuv ieron en nosotros, sino que un da, recientemente, acaecieron. Y parapoder reconocer ese carcter fctico de las impresiones, el espritu durante la primera impresin tuvo queservirse de la inteleccin pura ().

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    La respuesta de Hume a este doble problema es su teora de la sensacin (la

    impresin simple) y de los principios de asociacin que operan en la mente del sujeto de

    la experiencia. Pero en cierto modo el ncleo trascendente (material) de la sensacin se

    impone sobre la operacin de subjetivacin de los principios, pues al concebir Hume el

    acaecimiento primero de la sensacin como un golpe , ha inscrito a esta para siempre en

    el borde externo del sujeto en relacin a lo trascendente. Lo verdaderamente

    trascendente aqu es el golpe en el que consiste la sensacin , su intensidad; y la causa

    emprica del golpe es fruto de la actividad a posteriori del propio sujeto. Precisamente

    esta actividad secundaria de la mente en la construccin del objeto (el atomismo ) es

    fundamental en la crtica de Hume a las ideas de sustancia y causalidad en tanto objeto

    inmediato de la experiencia sensible. Pero, como sabemos, el desarrollo que hace de

    esta cuestin no resulta satisfactorio para el propio Hume cuando lo aplica a la idea de

    yo .

    Hume afirmaba que el proceso de constitucin de la subjetividad y el mundo

    comienza con un golpe en los sentidos (una impresin de sensacin). En ese golpe no

    existen an ni el sujeto ni el mundo. La n aturaleza viene despus, como una obra del

    propio sujeto acerca de lo que no es el mismo. Anteriormente, en su obra Leviathan ,

    Hobbes escriba a propsito de la sensibilidad: las sensaciones no son otra cosa que

    fantasa original, causada () por la presin, es decir, por los movimientos de las cosas

    externas sobre nuestros ojos, odos y otros rganos. All en donde Hume dir golpe ,

    Hobbes dice presin . El sujeto de conocimiento no es contemporneo de esa especie de

    agresin original, ya que el sujeto nunca estuvo en el origen, y cuando el filsofo

    reflexionando se dirige hacia el inicio de todo el proceso, esperando encontrar all un

    trozo autntico de la realidad del mundo, su especulacin topa con las sensaciones .

    El mismo Kant, al exponer la diferencia entre el conocimiento puro y emprico,

    comienza sealando: No hay duda alguna de que todo nuestro conocimiento comienza

    con la experiencia. Pues cmo podra ser despertada a actuar nuestra facultad de conocer

    sino mediante objetos que afectan nuestros sentidos y que ora producen por s mismos

    representaciones, ora ponen en movimiento la capacidad del entendimiento para comparar

    estas representaciones, para enlazarlas o separarlas y para elaborar de este modo la materia

    bruta de las impresiones sensibles con vistas a un conocimiento de los objetos denominado

    experiencia? (B 1). La necesidad de que la facultad de conocer sea despertada a

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    actuar apunta al mismo lugar en do nde Hobbes y Hume pusieron un golpe y una

    presin , respectivamente. En esto se anuncia ya la condicin finita del sujeto de

    conocimiento en tanto que ser sensible. De una parte se seala la sensibilidad como

    capacidad del sujeto, pero tambin y ante todo el hecho mismo de la sensacin que

    despierta a esa capacidad. Lo fundamental aqu es que la capacidad de conocer (las

    facultades) no se aplican sobre los objetos mismos , sino que son puestas a trabajar a

    partir de la sensacin como una alteracin en el sujeto. El conocimiento es siempre el

    resultado de un trabajo de subjetivacin , porque conocer es parecerle al sujeto

    (individual) que algo es de tal o cual modo.

    En el inicio del proceso de conocimiento en Hume se encuentra el doblez

    impresin/idea, pues la mente no puede hacer referencia a las sensaciones simples si no

    es desde la idea, sta es condicin de la referencialidad (refiere una anterioridad, que no

    es slo la anterioridad de la cosas existentes como trascendentes al sujeto, sino una

    anterioridad en el mismo sujeto , la donacin sensible de lo existente).

    La misma cuestin est presente en la necesidad de la diferencia que Kant

    reconoce en la procedencia de los elementos del conocimiento: aunque todo nuestro

    conocimiento empiece con la experiencia, no por eso procede todo de la experiencia (B 1, p. 42). Es la necesidad de considerar la actividad del propio sujeto sobre las sensaciones

    lo que sugiere la operacin de elementos a priori en el conocimiento. Es decir, lo a

    priori no consiste simplemente en la accin del pensamiento sobre aquello que proviene

    desde lo emprico, sino que lo a priori es requerido porque que el sujeto que conoce

    piensa . Recordemos el singular destino de la razn humana 5. La cuestin entonces es

    la siguiente: cmo puede conocer una criatura que piensa? Es decir, cmo puede

    encontrarse en un mundo? La respuesta es sintiendo! La sensibilidad es la condicinde posibilidad del mundo para el sujeto.

    Ahora bien, seala Kant que: Ms importancia [que todo lo anterior] [esto es: la

    necesidad de que la posibilidad de la experiencia no se reduzca a sus avatares

    5 Este territorio [el entendimiento] es una isla que ha sido encerrada por la misma naturaleza entre lmites

    invariables. Es el territorio de la verdad () y est rodeado por un ocano ancho y borrascoso, verdaderapatria de la ilusin, donde algunas nieblas y algunos hielos que se deshacen prontamente producen la

    apariencia de nuevas tierras y engaan una y otra vez con vanas esperanzas al navegante ansioso dedescubrimientos, llevndolo a aventuras que nunca es capaz de abandonar, pero tampoco puede concluirjams (B 294-295).

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    fenmeno (B 34), en este reconocemos una materia (lo que corresponde a la sensacin)

    y una forma (aquello que hace que lo diverso pueda ser ordenado en ciertas relaciones).

    Ahora bien, la materia es dada a posteriori , en cambio la forma debe estar

    completamente a priori dispuesta para el conjunto de las sensaciones en el psiquismo y

    debe, por ello mismo, ser susceptible de una consideracin independiente de toda

    sensacin (B 34). En el fenmeno algo es dado inmediatamente al sujeto sensible, lo

    que significa que el sujeto est en presencia de algo y no de nada, pero ello ha sido

    posible porque el sujeto se ha hecho una representacin inmediata (B 41) de lo dado en

    la sensibilidad. La sensibilidad sera entonces una capacidad de representacin

    inmediata de los objetos . Si a una consideracin pre-crtica de la experiencia, pareciera

    que el sujeto est en presencia de las cosas en s mismas, ello se debe a que las

    representaciones que se hace de stas son inmediatas . Se pregunta entonces por las

    condiciones de posibilidad de esa inmediatez . Estas son las formas puras de la

    sensibilidad: el espacio y el tiempo. Lo fundamental es que se trata de intuiciones puras .

    Esto debido a que, no tratndose de conceptos universales que se prediquen de las

    cosas, se trata en cada caso de un espacio y de un tiempo nico. En efecto, los objetos se

    presentan ocupando un lugar en el espacio y en un momento en el tiempo, pero no le

    pertenece a cada cosa el espacio y el tiempo en el que se presentan al sujeto como sifueran propiedades objetivas de aquella.

    El espacio no es ms que la forma de todos los fenmenos de los sentidos

    externos, es decir, la condicin subjetiva de la sensibilidad. Slo bajo esta condicin nos es

    posible la intuicin externa (B 42). La idealidad trascendental del espacio consiste en

    que no existe si prescindimos de la condicin de posibilidad de toda experiencia (B 44).

    En este punto Kant subraya que el espacio no es algo que subyace a las cosas en s

    mismas (es decir, el espacio mismo no es dado ), sin embargo esto no nos autoriza a

    considerarlo como innato en el sujeto, porque ello sera atribuirle innecesariamente

    un tipo de existencia que el problema mismo no requiere afirmar. As como el espacio

    no se puede pensar como una propiedad que subyace a las cosas en ellas mismas,

    tampoco debe ni requiere- pensarse como algo que existe en el sujeto en s mismo ,

    porque si lo hiciramos, estaramos por un momento pensando al sujeto de la

    experiencia con absoluta independencia de la misma experiencia. Cmo se da el sujeto

    de la experiencia a s mismo en la experiencia? Se da a s acaso tal como es en s

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    mismo? Si as fuera, entonces estaramos suprimiendo precisamente la instancia de la

    donacin, porque entonces ya estara presente a s mismo originariamente, desde

    siempre. La donacin misma se tornara a qu algo innecesario de considerar. Esto nos

    conduce hacia la cuestin del tiempo. El tiempo posee realidad emprica (validez

    objetiva en relacin con todos los objetos que puedan ofrecerse a nuestros sentidos B

    52); pero carece de realidad absoluta por cuanto no pertenece a las cosas mismas, no

    existe en s mismo. En esto consiste precisamente la idealidad trascendental del tiempo:

    no es nada prescindiendo de las condiciones subjetivas de la intuicin sensible (B 52).

    Afirma Kant: nada de cuanto int uimos en el espacio constituye una cosa en s

    (), sino que los objetos en s nos son desconocidos y que lo que nosotros llamamosobjetor exteriores no son otra cosa que simples representaciones de nuestra sensibilidad,

    cuya forma es el espacio y cuyo verdadero correlato la cosa en s- no nos es, ni puede

    sernos, conocido por medo de tales representaciones . Y agrega Kant para cerrar este

    punto: Pero tampoco pregunta nadie en la experiencia , por ese correlato (B 45). Por

    qu? Es que acaso nadie se in teresa por conocer lo existente en s mismo cuando

    atiende a su experiencia? Ms bien cabe suponer que el afn de conocer las cosas en s

    mismas, cuando se trata de los objetos de la naturaleza, se satisface plenamente en la

    experiencia fenomnica. Cmo ocurre esto? Por qu el sujeto no se siente aqu como

    encerrado en un laberinto de espejismos? En su crtica a Hume, seala Kant que

    partiendo de la incapacidad de la tazn para hacer de este principio [de causalidad] un uso

    que rebase la experiencia, infiri la nulidad de todas las pretensiones en que la razn quiere

    ir ms all de lo emprico (B 788). Es as como Hume psicologiza la confianza del

    sujeto en la existencia de los objetos de sus representaciones denominndola creencia .

    Kant necesita des-psicologizar esta certeza y determinar su fundamento no en la mente

    del sujeto, sino en la relacin misma con el ser de lo dado.

    En el fenmeno, los objetos, e incluso las propiedades que les asignamos, son

    siempre considerados como algo realmente dado. Pero, en la medida en que, en la relacin

    del objeto dado con el sujeto, tales propiedades dependen nicamente del modo de

    intuicin del sujeto, establecemos una distincin entre dicho objeto en cuanto fenmeno y ese

    mismo objeto en cuanto objeto en s (B 69). Debido precisamente a que se trata de una

    diferencia en la experiencia del sujeto y no entre dos clases de objetos, la realidad

    trascendente no se disuelve en la actividad de la subjetividad. No se pregunta cmo se

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    da lo real en la experiencia del sujeto, sino cmo es que el sujeto tiene la certeza de que

    es lo real aquello que se da en la experiencia, pues dicha certeza es inherente a la

    experiencia de lo existente 6. No se explica cmo es que se construye el ser de la

    realidad en la percepcin (ser es ser percibido), sino cmo es que la existencia

    efectivamente se da al sujeto. Ya haba sealado Kant en el prlogo a la segunda

    edicin- que aunque no podemos conocer esos objetos [de la experiencia] como cosas

    en s mismas, s ha de ser posible, al menos, pensarlos. De lo contrario, se seguira la

    absurda proposicin de que habra fenmeno sin que nada se manifestara (B XXVI-B

    XXVII). Es, pues, en este caso, la misma experiencia la que requiere que sea posible

    pensar la cosa en s. Nadie pregunta por el correlato de la experiencia porque ste se da

    por cumplido en la experiencia misma. El sujeto de la experiencia piensa la Cosa en s

    en el experimentar mismo, sin haberse preguntado por sta , debido a lo inmediato de la

    representacin fenomnica de los objetos.

    Al cerrar esta apretada exposicin, acojo la pregunta que nos convoca en el

    presente Congreso: Kant y el criticismo. Pasado, presente futuro?. Escribe Kant en la

    primera Crtica: si suprimiramos nuestro sujeto o simplemente el carcter subjetivo de

    los sentidos en general, todo el carcter de los objetos, todas sus relaciones espaciales y

    temporales, incluso el espacio y el tiempo mismo, desapareceran (B 59). La pregunta por

    el futuro del criticismo kantiano plantea la cuestin del porvenir del sujeto y de la

    sensibilidad como finitud que lo constituye.

    6 Seala Kant: de dnde sacara la misma experiencia su certeza si todas las reglas conforme a las cuales

    avanza fueran empricas y, por tanto, contingentes? (B 5).