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Estudios interdisciplinarios y espacios históricos ISBN: 978-607-9348-75-5 137 Sentido y significado en la conservación de las celebraciones patronales de los barrios de la ciudad de Huajuapam de León, Oaxaca Teresa Patricia Camarillo Salvatori Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca Preparatoria No. 3, Huajuapam de León Los barrios han llegado a constituir piezas clave, no sólo para la demarcación y organización de los pueblos y ciudades mexicanas, sino también en la configuración de sus rasgos económicos y políticos así como de su identidad cultural al constituir ambientes únicos, ricos en historia y tradiciones; con peculiaridades étnicas y materiales que generan un sentido de pertenencia entre sus pobladores. Los barrios constituyen una especie de nodos básicos en la compleja red de comunidades que entretejen la identidad de los pueblos, al mantener rasgos históricos, económicos, arquitectónicos, gastronómicos, usos y costumbres, fiestas religiosas, entre otros, que la sustentan. Para la Ciudad de Huajuapam de León, sus barrios jugado un papel fundamental para su conformación. En este trabajo se darán a conocer los barrios más representativos de la caracterización sus celebraciones patronales y qué sentido y significado han tenido entre sus habitantes para hacer posible su conservación. INTRODUCCIÓN A partir de distintos criterios administrativos, urbanísticos, políticos o económicos, los pueblos y ciudades suelen estar subdivididos en ciertos sectores o áreas a veces derivadas de un cierto sentido común de pertenencia entre los habitantes, el cual se desprende de cierta proximidad histórica y/o cultural. En forma material, estas áreas son delimitaciones que forman parte de un plan urbanístico común organizándose en un grupo de calles o manzanas; más allá del espacio que comprenden, encierran además un sentido que trasciende el mero asentamiento de viviendas contiguas.

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Estudios interdisciplinarios y espacios históricos

ISBN: 978-607-9348-75-5

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Sentido y significado en la conservación de las celebraciones patronales de los barrios de la ciudad de Huajuapam de León, Oaxaca

Teresa Patricia Camarillo Salvatori

Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca

Preparatoria No. 3, Huajuapam de León

Los barrios han llegado a constituir piezas clave, no sólo para la demarcación y

organización de los pueblos y ciudades mexicanas, sino también en la

configuración de sus rasgos económicos y políticos así como de su identidad

cultural al constituir ambientes únicos, ricos en historia y tradiciones; con

peculiaridades étnicas y materiales que generan un sentido de pertenencia entre

sus pobladores.

Los barrios constituyen una especie de nodos básicos en la compleja red de

comunidades que entretejen la identidad de los pueblos, al mantener rasgos

históricos, económicos, arquitectónicos, gastronómicos, usos y costumbres, fiestas

religiosas, entre otros, que la sustentan.

Para la Ciudad de Huajuapam de León, sus barrios jugado un papel

fundamental para su conformación. En este trabajo se darán a conocer los barrios

más representativos de la caracterización sus celebraciones patronales y qué

sentido y significado han tenido entre sus habitantes para hacer posible su

conservación.

INTRODUCCIÓN

A partir de distintos criterios administrativos, urbanísticos, políticos o económicos,

los pueblos y ciudades suelen estar subdivididos en ciertos sectores o áreas a

veces derivadas de un cierto sentido común de pertenencia entre los habitantes, el

cual se desprende de cierta proximidad histórica y/o cultural. En forma material,

estas áreas son delimitaciones que forman parte de un plan urbanístico común

organizándose en un grupo de calles o manzanas; más allá del espacio que

comprenden, encierran además un sentido que trasciende el mero asentamiento

de viviendas contiguas.

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En su proceso de urbanización, una población requiere establecer

subdivisiones territoriales las más de las veces en forma artificial. Al interior de

estas subdivisiones se van formando escenarios de desarrollo de la vida cotidiana

donde la convivencia juega un papel esencial entre sus habitantes y en los cuales

se van venido gestando condiciones históricas comunes, desde las acciones y

miradas de quienes en esos espacios coexisten, que les van dotando de una

memoria y una identidad.

El presente trabajo parte de la reflexión y análisis en torno a las

celebraciones populares vinculadas con las festividades patronales en los barrios

de la Heroica Ciudad de Huajuapam de León, Oaxaca. Los elementos que en

dichas celebraciones intervienen son diversos y cada barrio tiene características

muy particulares. Sin embargo son considerados como parte representativa no

solo del barrio en cuestión sino como expresión de la compleja identidad popular

de la ciudad.

Un tanto en correspondencias con la afirmación de Edgar Morin cuando

expresa que “El tesoro de la humanidad está en su diversidad creadora, pero la

fuente de su creatividad está en su unidad generadora” y un tanto en forma

analógica a su concepción de re-enraizamiento en la formación de una identidad.

Este estudio es el primer paso que deriva del diseño de una estrategia

didáctica interdisciplinaria basada en el método de proyectos que habrá de

aplicarse en la asignaturas de Historia de México, Taller de lectura y Redacción,

Cultura Regional y Lengua adicional al Español (Inglés y Francés) e Informática en

el Bachillerato en Ciencias y Humanidades de la Preparatoria No. 3 de la

Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca.

Constituye, por tanto, el punto de partida de un proyecto mayor que pretende

no solo la identificación de los barrios tradicionales de la Ciudad de Huajuapam

sino además investigar los antecedentes, tradición y veneración patronal, el

patrimonio tangible mueble e inmueble del barrio, así como también el patrimonio

intangible mediante la descripción de cada celebración, sus rituales y festejos,

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formas de organización, gastronomía; recuperar la visión, significado e impacto

entre los habitantes del propio barrio y su intervención en la formación de su

identidad colectiva y adentrarse en el impacto e importancia que tiene para la

ciudad y en la formación del patrimonio cultural de la misma.

Su avance constituye un estudio exploratorio, descriptivo, longitudinal. La

metodología de trabajo ha desarrollado una búsqueda documental que

lamentablemente ha resultado escasa y dispersa. Esta razón justifica la realización

de este proyecto en el cual se ha privilegiado, como fuente de información, la

recuperación oral mediante entrevistas con vecinos, párrocos y mayordomos de

los barrios estudiados.

DESARROLLO

La Heroica Ciudad de Huajuapam de León es la cabecera del municipio del mismo

nombre. Forma parte de la Región Mixteca Oaxaqueña conocida también como

“País de las Nubes” y para los lugareños, constituye el corazón de dicha región.

Es popularmente conocida como la “Tierra del Sol” al ser la cuna de la famosa

“Canción Mixteca”. Aunque su nombre actual Huajuapam proviene del náhuatl

Huaxuapam que significa “lugar de huajes junto al río” o “tierra de huajes”, es

común referirse a ella por su nombre mixteco Ñuu dee que significa Tierra de

valientes.

Huajuapam fue fundada hacia el año 400 antes de nuestra era por sus

primeros pobladores llamados Ñuu Yate o gente antigua, como una comunidad de

entre 500 y 1500 habitantes. Fue hacia 1561 en que por decreto virreinal se

estableció el asentamiento principalmente formado por españoles peninsulares, en

el sitio que ahora ocupa aproximadamente con 300 familias.

La siguiente imagen corresponde a la ciudad de Huajuapam precisamente

durante el siglo XVI y se conserva en el Museo Regional de Huajuapan.

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Fig. 1 Antiguo mapa de Huajuapam. Fuente: Archivo:HuajuapanCodex36RMH.JPG

Se localiza en la parte noroeste del Estado, en la región de la mixteca. en las coordenadas 97° 16´ longitud oeste, 17° 48´ latitud norte y a una altura de 1,600 metros sobre el nivel del mar. Limita al norte con el Estado de Puebla, San Pablo Tequixtepec, y Zapotitlán Palmas; al sur con Santos Reyes Yucuná, San Marcos Arteaga, y Santiago Cacaloxtepec; al oriente con Santiago Miltepec, Asunción Cuyotepeji, Santa María Camotlan, Santiago Huajolotitlán y San Andrés Dinicuiti; al poniente con Santiago Ajuquililla, San Miguel Amatitlán y San Jerónimo Silacayoapilla. Huajuapan de León se ubica al noroeste de la Ciudad de Oaxaca, a 171 kilómetros. […] El relieve de Huajuapan de León está marcado por la presencia de numerosas montañas que forman parte de la Sierra Mixteca. Algunos de los principales cerros del municipio son La Soledad, Yucunitzá, Mariposas, del Sol y Yucuyada. El municipio pertenece a la provincia geológica del Eje Neovolcánico, que atraviesa México de este a oeste a la altura del paralelo 19º N. 1

1 “La Historia Huajuapense” en Revista de la Ciudad, Expoferia 2007 disponible en

http://www.paginasprodigy.com.mx/9535320823/pagina65545.html recuperado 17 de marzo de 2013.

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Actualmente, su superficie de 361 km2 cuenta con una población de 69 839

habitantes, según datos de I.N.E.G.I. censales del 2010, mismos que se

distribuyen en 60 colonias para su administración municipal. Sin embargo también

existen sumamente arraigados los barrios tradicionales que, en ocasiones, se han

impregnado en el desarrollo y crecimiento de algunas colonias, las cuales, han ido

asimilando sus tradiciones y costumbres.

Para este trabajo, el concepto de barrio se refiere a una subdivisión de la

ciudad o pueblo que se caracteriza por tener una identidad propia y porque sus

habitantes cuentan con un auténtico sentido de pertenencia.

Las condiciones en que un barrio nace pueden obedecer a distintos

factores: decisiones administrativas de las autoridades para facilitar la gestión

municipal en materia de prestación de servicios y de promoción de la participación

vecinal; surgimiento de desarrollos inmobiliarios; como producto del simple devenir

histórico. Este último factor imprime en el barrio y, por ende, en sus pobladores,

una orientación muy particular que va moldeando una especie de sentido de

pertenencia:

No es sino la idea parcialmente materializada, que se hacen aquellos que lo habitan de su relación con el territorio, con sus semejantes y con los otros.2

Dicho sentido de pertenencia y el reconocimiento de una identidad propia

de los habitantes del barrio puede llegar a ser tan fuerte, que incluso provoca

rivalidades o antagonismos con los habitantes de otros barrios.

Desde el punto de vista cultural, la pertenencia a un barrio representa una

fuerte condición ya que el barrio es considerado como un espacio de tradiciones y

prácticas tan arraigadas que parecieran fijas, inamovibles al punto que algunas de

ellas se mantienen inalterables ante los embates de la modernidad y la

globalización. Condición que para los vecinos del barrio representa un motivo de

orgullo que ratifica ese sentido de pertenencia más allá del tiempo, la distancia y

condición que se llegue a ostentar pues aun saliendo del barrio, dentro de la

2 Marc Augé. Los “no lugares” espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad.

Barcelona, España, 1992, Ed. Geisa. p. 61.

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propia ciudad o bien fuera de ella, el barrio de origen representa un afecto

inalterable y un factor permanente de reconocimiento para sus miembros.

Además de esta riqueza social que los barrios representan, encierran un

importante aporte cultural que favorece el desarrollo de una identidad propia:

[…] a partir del momento en que el dispositivo espacial es a la vez lo que expresa la identidad del grupo (los orígenes del grupo son a menudo diversos, pero es la identidad del lugar la que lo funda, lo reúne y lo une) y es lo que el grupo debe defender contra las amenazas externas e internas para que el lenguaje de la identidad conserve su sentido.3

Pueden enunciarse, entre los barrios tradicionales y representativos de la

ciudad de Huajuapam de León por su carácter general e histórico: el Centro, el

Calvario, Guadalupe, Santa Cruz.

Los festejos del Centro y del Calvario trascienden el espacio del barrio

puesto que tienen gran arraigo entre la población y un doble sentido: religioso e

histórico. El Centro celebra varias fiestas religiosas en los distintos templos que

forman parte del barrio. Destaca la fiesta del santo patrono de la Ciudad, San Juan

Bautista, cada 24 de junio. La imagen se venera en la Catedral. No obstante, no

es la principal fiesta religiosa de la ciudad y las celebraciones son relativamente

sencillas: novenario de misas, y una feria en el zócalo de la ciudad y el atrio que

incluye juegos mecánicos, antojitos, música.

También en el barrio del Centro, el 27 de junio se celebra con una fiesta

muy sencilla de tres días a la Virgen del Perpetuo Socorro en el templo erigido en

su honor. Celebración un poco mayor pero también reducida, es la del 16 de julio

en honor a la Virgen del Carmen que incluye un novenario y una pequeña

kermesse en el llamado “Templo Expiatorio”, el cual está dedicado a la Virgen del

Carmen.

El Sagrario Diocesano es escenario de la celebración, durante la

Cuaresma, en honor a la imagen que alberga: El Señor de los Corazones. A decir

del párroco del Sagrario Diocesano y responsable de los medios de comunicación

3 Ídem., p. 51.

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en la diócesis de Huajuapan en 2011, Porfirio Franco Ortiz Osorio, la historia de la

celebración del segundo viernes tiene una transcendencia bastante antigua; ha

referido que se sabe que en un inicio se celebraba en diciembre, por la época de

Navidad específicamente, pero que con el tiempo se ubicó en el segundo viernes

de Cuaresma, día en el que los hujuapeños expresan su amor y devoción al Cristo

Moreno. Los festejos del segundo viernes incluyen actos religiosos que culminan

con el descenso de la imagen del altar para ser puesto al alcance de la población

que realiza largas filas para acercarse y besarla. Fuera del templo, la celebración

incluye música, pirotécnia y alimentos.

La mayor fiesta de la ciudad de Huajuapam es también en honor del Señor

de los Corazones. Y aquí es donde aparece el otro sentido, el histórico.

Conmemora el rompimiento del Sitio de Huajuapam durante la Revolución de

Independencia de México; el sitio más largo, 111 días en que la plaza de

Huajuapam resistió el embate de las fuerzas realistas que, al mano del general

Régules con casi 1500 hombres y 14 piezas de artillería, atacó sin piedad la

ciudad. Refiere la tradición que el ataque inició el 5 de abril y encabezó la defensa

el general Valerio Trujano quien, falto de cañones, no pudo responder de

inmediato hasta que improvisó la artillería utilizando las campanas de la iglesia del

pueblo. Para el mes de mayo, las condiciones cada vez eran más apremiantes en

la ciudad sitiada. Por ello un astuto indio del pueblo del Santiago Nuyoo, José

Remigio Sarabia Rojas, burló el cerco realista y llegó hasta Chilapa, Guerrero,

para pedir la ayuda del General José María Morelos quien con un ejército dividido

en 4 columnas, logró formar 4 frentes de ataque que terminaron por fraccionar las

posiciones realistas que terminaron por huir dejando la plaza con 30 cañones, más

de mil fusiles, pertrechos de guerra, caballos y alrededor de 400 muertos.

El rompimiento del sitio realizado por Morelos coincidió con el final del rezo

de un novenario al Señor de los Corazones, el 23 de julio de1812. Por ello el

triunfo Insurgente en esta Plaza se considera un verdadero milagro atribuido al

Señor de los Corazones. Por esta razón, la fiesta “grande” de Huajuapam se

celebra en julio con festividades religiosas y profanas junto con una feria cultural y

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artesanal. Los festejos culminan el 24 de julio con una procesión cuyo recorrido

dura poco más de cinco horas y en la cual participan miles de feligreses. Las

calles de la ciudad se preparan desde la madrugada en que son tapizadas con

alfombras multicolores de aserrín. Al término, la imagen se regresa al Sagrario

donde largas filas de feligreses aguardan por horas para pasar a dar el tradicional

beso a la imagen y recibir ramos de manzanilla bendita.

Los festejos del barrio del Calvario tienen también un carácter religioso y

uno histórico. Este último se vincula a la festividad del Señor de los Corazones

puesto que fuera del atrio del templo se encuentra el monumento en honor al

“Indio de Nuyoó” quien hiciera de mensajero para informar a Morelos del Sitio de

Huajuapam. El 22 de julio las autoridades municipales, cuerpos de seguridad,

socorristas, bomberos y ciudadanos rinden homenaje pues representa para los

mixtecos, la dignificación de la raza de los pueblos originarios de México. La

celebración incluye una carrera a campo traviesa que consiste en ascender uno de

los cerros guardianes de la ciudad: el Yucunitzaá.

Los festejos religiosos que se celebran en la Parroquia de El Calvario son

varios. El 8 de febrero se realiza una procesión y una feria y la víspera una

carrera de antorchas. Igualmente se venera la Virgen de Juquila en cuyo honor se

realiza una calenda por las calles del barrio y una feria en la calle que lleva al

templo.

En la Cuaresma, el templo de El Calvario es escenario para la celebración

del quinto viernes. La fiesta dura 4 días de los cuales los dos primeros, jueves y

viernes, se dedican a la celebración religiosa que incluye, además de las misas, la

realización de un viacrucis. Los últimos dos días, sábado y domingo, se dedican a

celebraciones profanas: calenda, feria, juegos mecánicos, pirotécnia y bandas de

música en honor al Señor del Calvario. La organización de los festejos está a

cargo de una agrupación a la que se denomina “Hermandad del Señor del

Calvario”.

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La celebración tradicional, en nuestro país, del 3 de mayo como día de la

Santa Cruz, dedicado a los trabajadores de la construcción, tiene también su parte

en la ciudad de Huajuapam puesto que todas las obras en construcción durante

ese día aparecen engalanadas con papeles de colores, flores y con una cruz en la

parte superior y los patrones celebran a los trabajadores de la construcción con

una comida y, en algunos casos cuando la obra es grande, con música y

cohetones.

Además de esta celebración general, el barrio llamado de La Santa Cruz se

viste de fiesta del 1º. Al 5 de mayo. El día 2 de mayo se realiza una carrera de

antorchas hasta el Cerro de la Soledad; la carrera es abierta a toda la comunidad

y al finalizar, los corredores participan de una cena en la mayordomía.

La madrugada del “día grande”, el 3 de mayo, se cantan las mañanitas a la

Cruz. Los albañiles acostumbran hacer una cruz de madera decorada con flores

para llevarla a la capilla a bendecir. Ahí se celebra la misa durante la cual se

realizan rituales de primera comunión y confirmación.

Los habitantes del barrio organizan un recorrido con carros alegóricos y

adornados, bandas de música, matachines, coheteros y paseando un toro al

frente de la calenda:

Todas las fiestas patronales en los Valles de Oaxaca, se inician con “La Calenda”. Es la manera en que se “anuncia y se invita” a todo el pueblo a la fiesta. Es un desfile de colores y formas en el que los amigos y vecinos participan en la fiesta.4

Terminado el recorrido la fiesta se desborda frente al templo: la comida es

esencial y se sirve pozole, mole, tamales, caldo de gallina, barbacoa, carnitas,

chileajo, frijoles, arroz sin faltar las tortillas calientitas del comal. Acompañado todo

con aguas frescas para los menores y cerveza, pulque o mezcal para los

4 Guillermo Marín “La Calenda Oaxaqueña” (27 septiembre 2006) en Aquí Oaxaca en

http://www.aquioaxaca.com/index.php?option=com_content&view=article&id=113:la-calenda-oaxaque&catid=37:articulos&Itemid=43 recuperado el 7 de junio de2013.

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“grandes”. Los festejos se amenizan con música, presentación de bailables típicos,

jaripeo, torneos de voleibol y basquetbol, y el baile con grupos musicales.

La segunda celebración general más importante de la ciudad de Huajuapam

está dedicada a la Virgen de Guadalupe. La festividad se realiza en el mes de

diciembre en la Colonia El Tepeyac, donde se localizan el templo y el barrio de

Guadalupe. La festividad inicia desde el 1º. de noviembre en que los devotos de la

Virgen comienzan a hacer circular entre diferentes hogares, imágenes de la Virgen

Guadalupana a lo largo de todo el mes hasta el día último en que las imágenes

son llevadas al templo. En este día también se realiza una enorme Calenda que

encabeza la Banda de Guerra de la Escuela Preparatoria No. 3, coheteros,

bandas y matachines.

El 1º de diciembre comienza el docenario en honor a la Virgen y con ello,

las peregrinaciones que cada día parten a las 5 de la mañana, desde la Catedral

hasta el templo de Guadalupe. En cada una de las peregrinaciones, participan

personas pertenecientes al menos a dos gremios diferentes: zapateros, taxistas,

carniceros, empleados de banco, personal de hospitales públicos y privados,

restauranteros, hoteleros, albañiles, fotógrafos, etc. Llegados a su destino

participan en la celebración de la misa.

Fuera del santuario, hay venta de tamales, pozole, café, atole, para poder

desayunar. A las 12 del día, hay peregrinaciones de las escuelas que en

ocasiones emplean carros adornados. Llegados al templo, participan en la

celebración de otra misa. A las 19 horas se celebra la última misa de ese día al

término de la cual se realizan, en el atrio y la explanada, programas culturales:

clubes de danza tanto independientes como integrantes de las escuelas de la

Ciudad; quema de castillos y toritos de luz; En forma paralela se desarrolla la feria

que incluye puestos de comida, bebidas, juegos mecánicos, y por lo menos 2

grupos musicales para amenizar el baile cada noche.

Parte de la tradición guadalupana en Huajuapam, incluye una marcha de

antorchas. Los participantes, hombres y mujeres de todas las edades, comienzan

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a reunirse en el cerro de la Soledad desde las 4 de la tarde del día 11 de

diciembre. Con mucha anticipación se organiza la marcha que incluye el registro

de los participantes, a quienes se entrega una camiseta blanca para identificarlos

en la oscuridad durante el descenso porque el camino es estrecho y riesgoso, se

reparte agua y se hace oración mientras llega la noche. Entonces una persona

seleccionada previamente, se encarga de transportar el “fuego guadalupano”

partiendo del cerro de la Soledad para llegar al templo de Guadalupe. El cerro se

ilumina con las antorchas que comienzan a descender del cerro creando un

espectáculo verdaderamente impresionante

Quienes guardan especial devoción a la Virgen, el 9 de diciembre parten

hacia la ciudad de México en peregrinación hacia la Basílica de Guadalupe y

regresan el 11 de diciembre para incorporarse a la marcha de antorchas.

A partir de las 11 de la noche y hasta el amanecer del día 12, llegan los

grupos musicales de la ciudad y los devotos a cantar las “mañanitas”. A las 7 de la

mañana el obispo realiza la celebración eucarística y hay un constante fluir de

visitantes al templo. A las 11:30 de la mañana, cientos de niñas y niños salen de la

Catedral vestidos de inditos y marchan hacia el templo de Guadalupe para llegar a

la misa de niños a las 12 horas. Después y en el transcurso del día, no dejan de

arribar al templo los devotos de la Virgen prolongándose la fiesta hasta el día 13,

cuando la feria termina, con otra celebración eucarística.

Otros barrios también realizan festejos de gran valor tradicional pero que,

además, contienen rasgos que han venido marcando su identidad en relación a los

oficios que tradicionalmente practicaban los habitantes del barrio: los “chirundos”

es decir, desnudos o “encuerados”, del barrio de San José, quienes son

nombrados así porque tradicionalmente los habitantes del barrio se dedicaban a la

curtiduría de pieles y para realizar su trabajo, los varones solían estar con el torso

desnudo. Los “coheteros” del barrio de Esquipulas; los “atoleros” de La Merced y

San Antonio.

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En relación a sus festejos especialmente apreciados en la ciudad están: los

“matachines” del barrio de San José; el paseo de los monos de calenda de San

Isidro Labrador, nombrado también Oriente por su ubicación en la zona oriente de

la ciudad; el “paseo del toro” de Esquipulas; los “diablos” de la Providencia.

Las ferias de los barrios son celebraciones que la población de la Ciudad

espera con gran entusiasmo. De una riqueza muy particular, brindan a un gran

número de personas de distintas procedencias y profesiones, la oportunidad de

encontrarse e intercambiar productos y cultura.

Se caracterizan fundamentalmente por centralizar un grupo de mercaderes

ambulantes quienes se asientan en una plaza o en algunas calles cerradas para

tal efecto, donde se venden productos alimenticios y artesanales, hay juegos

mecánicos y se acostumbra ofrecer espectáculos de música y baile.

Del latín feria, una feria es un evento económico, social o cultural que puede estar establecido o ser temporal, y que puede tener lugar en sede fija o desarrollarse de forma ambulante. Las ferias suelen estar dedicadas a un tema específico o tener un propósito común. Una feria puede ser un mercado que se monta en un espacio público en ciertos días señalados. Su origen se remonta a la Edad Media, cuando los mercaderes se reunían a las puertas de las murallas de una ciudad para comerciar sus productos durante varios días. Estas ferias se organizaban en coincidencia con la fiesta local, bajo la advocación de un santo patrón.5

Los festejos del barrio de “los chirundos” son de lo más esperado por la

población. Aunque la “fiesta grande” es el 19 de marzo, desde el 17 comienzan a

instalarse los puestos y juegos en los alrededores del templo vistiendo de fiesta

todo el barrio. El templo del barrio está dedicado al Sr. San José. Su imagen fue

traída de España, llegó a Veracruz, cruzó por Puebla y finalmente llegó a

Huajuapam traído por los mayordomos en “silla de manos”. De acuerdo con datos

de algunos habitantes del barrio, este año se cumplió el primer centenario de la

celebración con su elemento más representativo y arraigado en la identidad

huajuapense: los “matachines”.

5 Definición de feria” en http://definicion.de/feria/#ixzz2eqJ91nWT recuperado el 25 de junio de

2013.

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No hay una fecha exacta del inicio de esta práctica del baile y paseo de

“matachines”. Algunos señalan que comenzó en 1919, otros n 1924 y los vecinos

la remontan a 1913 en que comenzó la celebración, con 6 muñecos donados por

varios vecinos a iniciativa de un carnicero de nombre Francisco Ortiz, quien dio

inicio a la tradicional feria aportando él, al “Diablo Mayor”. Se sumaron a las

donaciones otros vecinos: Gregorio Pérez al “Viejito”; Trinidad Cisneros la “Viejita”;

Ramón Bello el “Muchacho”; Miguel Mora, la “Muchacha”; Francisco Castillo, la

“Negra”. Las cabezas de los monos fueron traídas de la cercana población de

Tezoatlán de Segura y Luna. Aquí se elaboraron los armazones y los vestidos. A

partir de 1916 se fueron incorporando más monos al paseo.

El diseño actual de sus armazones se debe al ingenio de un carpintero del

lugar, Juan Herrera Castillo. La estructura permite manipularlos con gran libertad

de movimiento a pesar de su gran peso ya que los matachines se elaboran de la

madera del árbol de “pipi”. Sin embargo su danza, totalmente libre y al gusto de

quien le da vida en la Calenda, tiene un ritmo y una gracia sin igual.

El 19 de marzo se realiza un paseo por las principales calles de la ciudad

con una Calenda que se caracteriza por el baile de los matachines; éste carece de

coreografía pues se basa en la improvisación para cargarlos ya que para

“bailarlos”, no se requiere siquiera saber bailar pues lo hacen como cada quien la

siente. Los participantes en el recorrido en forma espontánea caminan con las

armazones a cuestas y se detienen en las esquinas para bailar con la gente de las

calles al son de la música de las bandas que acompañan el cortejo. La magia del

baile radica en el juego que establece, público y bailarines pues éstos arremeten

contra los asistentes, principalmente contra los niños y las mujeres, inclinando el

armazón para simular una embestida para hacerlos correr.

Lo religioso y lo profano se combinan y hacen de la feria de San José una

enorme celebración popular: junto a la devoción por el padre del Niño Jesús los

jaripeos, quemas de fuegos artificiales, presentaciones de grupos de danza

locales, bailes populares, bandas de viento y, por supuesto, los matachines que

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junto con los Diablos de la Providencia, la Mojigangas y la Maroma completan el

cuadro típico de la celebración popular, parte significativa del patrimonio intangible

de la ciudad de Huajuapam.

Desde hace casi medio siglo, el barrio de la Providencia es escenario de

una celebración popular los días 31 de diciembre y 1º. de enero en honor a la

Divina Providencia que se venera en el templo del lugar. Antiguamente, según

refieren vecinos, existía una mayordomía que se encargaba de la celebración. Hoy

en día, se han organizado dos comités: uno para la celebración religiosa y el otro

para las fiestas profanas.

La celebración religiosa inicia con un novenario y en ese transcurso, el atrio

del templo es escenario de eventos culturales principalmente presentación de

grupos artísticos locales de danza y música, principalmente. Las fiestas profanas

incluyen la tradicional Calenda compuesta de carros alegóricos, danzas con los

matachines y mojigangas, jaripeos, kermes y, en los últimos años, la participación

de la Danza de los Diablos que, traída desde la región de Juxtlahuaca y promovida

por el párroco José González (DEP), se ha llegado a convertir en el grupo

representativo del barrio y sumamente solicitado en otras ferias y en distintos

eventos artísticos, cívicos e incluso políticos.

Para los habitantes del barrio, la fiesta tiene una gran importancia porque es

una muestra de gratitud y confianza a la Divina Providencia, por el año que

termina y el que está por iniciar. También lo perciben como una oportunidad de

reunión y convivencia entre los vecinos y como un medio para recaudar fondos

para los proyectos del mismo barrio.

El fervor religioso encuentra también expresión en los festejos del barrio de

Esquipulas, el tercer viernes de Cuaresma. El nombre del barrio corresponde al

nombre del Cristo que se venera en el templo ubicado en ese lugar. Inicialmente

fue una pequeña capilla construida aproximadamente en 1937 por un hombre

llamado Apolonio Chávez como retribución a un milagro recibido en Guatemala, el

cual, le permitió salvarse de morir ahorcado. Poco a poco, los milagros y favores

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recibidos del Señor de Esquipulas fueron aumentando y los fieles también, hasta

formar un grupo considerable denominado “Hermandad del Señor de Esquipulas”

que comenzó a construir el templo. Luego se formó una mayordomía que, por un

tiempo, se hizo cargo de la celebración en honor a la milagrosa imagen. Hoy en

día, la fiesta la organiza un pequeño grupo de reflexión integrado por 9 personas

a quienes cariñosamente les llaman los vecinos “los papás”.

Anteriormente se celebraba la fiesta con una representación dramática en la

cual se escenificaban las luchas entre moros y cristianos. Actualmente se celebra

desde la víspera, el jueves, con un paseo por las calles de la ciudad. El paseo es

encabezado por un toro acompañado de los vecinos, bandas de música, mariachi,

matachines, maroma, comparsas y cuetones. Al amanecer del viernes, se cantan

las mañanitas al Señor de Esquipulas con una banda y a las 6 de la tarde se

acostumbra la celebración de una misa por el Obispo. Al finalizar, sacan en

hombros al Cristo en una procesión que recorre las calles aledañas acompañado

de una banda y el coro del templo, mientras el sacerdote del templo dirige los

rezos. De regreso al templo, se coloca en el atrio mientras la gente forma una valla

para que los fieles pasen a besar la imagen y reciban un ramo de manzanilla

bendita. Los festejos terminan el domingo e incluyen: la feria, juegos mecánicos,

toros y jaripeo, presentaciones de grupos artísticos locales de danza y música y la

quema de castillos y toritos.

Desde hace décadas, el mes de mayo es escenario de la celebración del

patrono de los campesinos: San Isidro Labrador. El barrio que lo celebra en

Huajuapam se llama San Isidro Oriente para distinguirlo de otro San Isidro,

apodado “el catrín” cuyo templo se ubica en la zona poniente de la Ciudad. La

preparación de los festejos inicia el primero de mayo aunque la celebración

religiosa se realiza del 13 al 15, al que se le llama “el día grande” porque se festeja

al santo y la misa es celebrada por el obispo, pero las fiestas profanas inician

desde una semana antes.

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Antiguamente existía una mayordomía compuesta de 3 mayordomos y una

hermandad de 50 o 60 personas para hacerse cargo de organizar los festejos:

preparar alimentos, comprar la flor, cohetes y pagar la misa principal. Para costear

los gastos acostumbraban sembrar frijol para beneficio del templo llegando a

juntar entre 35 y 40 yuntas y más de 70 personas para trabajar.

Las diferencias de opinión entre los vecinos pusieron fin a esta organización

y se formó entonces un comité de mujeres y finalmente, se nombran “padrinos”

que se apoyan con un comité.

Los primeros días de mayo, la gente del barrio, con ayuda de habitantes de

otros barrios y colonias, arreglan matachines y construyen un enorme toro alusivo

a la celebración. Con él se encabeza la calenda el día 13 de mayo a las 12 del día,

recorriendo las principales calles de la ciudad acompañados de coheteros,

bandas, delegaciones de danza, carros alegóricos y la figura del santo patrono

hecha en tamaño grande. Con ello se anuncia que hay fiesta en San Isidro y se

invita al jaripeo que comienza a las 5 p.m. y termina a las 9 p.m.

El 14 de mayo se conoce como “la víspera” y en él se ofrece una misa al

santo patrón en la cual se celebran las primeras comuniones de niñas y niños del

barrio. Todos los días se celebra una misa de festejo a las seis de la tarde en el

templo. En el barrio se instala la feria: juegos mecánicos, puestos de comida y

antojitos mexicanos, eventos culturales, presentaciones de danza y representación

de la Guelaguetza, concursos de graffiti y la presencia de bandas y mariachis

hasta bien entrada la noche y la celebración de un baile popular. Acostumbran

también celebrar las “octavas”, es decir, a los ocho días se realizan eventos

similares con los que concluye la veneración a San isidro Labrador.

CONCLUSIÓN

La celebración de las fiestas patronales de los barrios de Huajuapam de León se

mantiene a lo largo de su historia. Muchas de esas celebraciones se han

modificado al paso del tiempo incorporando nuevos elementos, desechando otros,

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modificando otros más de acuerdo con las condiciones económicas, sociales,

culturales tecnológicas e incluso políticas que van apareciendo.

En muchas ocasiones las diferencias personales o grupales las han puesto

en riesgo de desaparecer, sin embargo, la tradición, el espíritu solidario y la

conservación de la fe, han permitido preservarlas. El valor y significado que tienen

para los habitantes de los barrios en forma particular y para la población de la

ciudad de Huajuapam en general, ha sido un factor decisivo en su conservación.

Como afirma Guillermo Marín:

En los más de siete milenios en que se desarrolló la civilización “propia-nuestra” del Anáhuac, las fiestas fueron el instrumento social que permitía el potenciar y expandir la energía espiritual que generan los grupos humanos en este tipo de actividades.6

Las fiestas de los barrios huajuapenses van permeando el pensar y el sentir

de los todos los habitantes, originarios o no de la Ciudad, puesto que poco a poco,

los van integrando y apropiando en su ser, en su sentir y en su vivir. Su

intervención en la formación de una identidad cultural característica para

Huajuapam es evidente no solo por los elementos que se repiten en una y otra

celebración, sino porque cada vez más, se incorporan a la cultura popular con un

carácter más general que trasciende sus barrios y se impregna, cohesiona y

sensibiliza a la población.

6 Guillermo Marín op cit.

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FUENTES DOCUMENTALES

BIBLIOGRÁFICAS:

AUGÉ, MARC. (1992) Los “no lugares” espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad. Trad. Margarita Mizraji Ed- Geisa, Barcelona

ROCA I GIRONA, J. <(2000) “El género de la memoria: familia y mujer”. En

Memoria y Creatividad. I Jornadas de Estudios Barojianos.

SIGNORELLI, A. (1999) Antropología Urbana. Ed. Anthropos, Barcelona. VILLARO, L. “Sobre la identidad de los pueblos” en Olive, L. et Salmeron, F. (ed.),

1994: La identidad personal y colectiva. Pp. 85-100. Ed. U. Nacional Autónoma de México, México.

DIGITOGRÁFICAS:

Archivo: HuajuapanCodex36RMH.JPG

Guillermo Marín “La Calenda Oaxaqueña” (27 septiembre 2006) en Aquí Oaxaca

disponible en:

http://www.aquioaxaca.com/index.php?option=com_content&view=articl

e&id=113:la-calenda-oaxaque&catid=37:articulos&Itemid=43

recuperado 7 de junio de2013.

“La Historia Huajuapense” en Revista de la Ciudad, Expoferia 2007 disponible en:

http://www.paginasprodigy.com.mx/9535320823/pagina65545.html

recuperado 17 de marzo de 2013.

S.A. “Definición de feria” en http://definicion.de/feria/#ixzz2eqJ91nWT recuperado

7 de junio de 2013.