selecciÓn lectura 2º bÁsco i semestre 2011

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  • 2 Bsico Semestre I

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    NDICE

    UNIDAD 1......................................................................................................................... 4

    LA RUTINA ................................................................................................................... 4

    EL PEQUEO HROE DE HOLANDA........................................................................ 5

    MAM Y PAP ............................................................................................................. 8

    RICITOS DE ORO Y LOS TRES OSOS...................................................................... 9

    TIKKI TIKKI TEMBO ................................................................................................... 11

    EL VIEJO Y LOS MANZANOS................................................................................... 14

    HANSEL Y GRETEL................................................................................................... 15

    NIA BONITA ............................................................................................................. 21

    CARTA DE RAL ...................................................................................................... 23

    CUL ES EL ANIMAL MS INTELIGENTE? .......................................................... 24

    UNIDAD 2....................................................................................................................... 25

    CHILE.......................................................................................................................... 25

    LAS GALLINAS GORDAS Y LAS FLACAS............................................................... 26

    LOS DEDALES DE ORO............................................................................................ 27

    MEDIOPOLLITO......................................................................................................... 29

    ASI NACI UN BOSQUE........................................................................................... 31

    POEMA PARA MIRAR EL MAPA .............................................................................. 32

    MI TO ALFREDO, EL CAPITN................................................................................ 33

    EL VIEJO PESCADOR............................................................................................... 34

    EL PEINE Y LA CARACOLA...................................................................................... 35

    TE PITO O TE HENUA............................................................................................... 38

    SIGAMOS LOS CONSEJOS DE FORESTN ............................................................ 39

    EL TERRITORIO ANTRTICO CHILENO................................................................. 40

    ORIGEN DE CONDORITO ........................................................................................ 42

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    UNIDAD 3....................................................................................................................... 43

    EL PEQUEO MELIIR............................................................................................. 43

    LA YERBA MATE ....................................................................................................... 45

    HISTORIA DE LA LUNA Y LAS TRES MARAS ....................................................... 48

    POEMAS A LOS ASTROS......................................................................................... 49

    DE CMO EL PAJARO SIETE COLORES OBTUVO SUS PLUMAS ...................... 50

    EL LENGUAJE MAPUCHE, EL MAPUDUNGN ...................................................... 51

    CABAUELAS Y EL ANUNCIO DEL TIEMPO.......................................................... 53

    UNIDAD 4....................................................................................................................... 55

    LA PALOMA Y LA HORMIGA .................................................................................... 55

    CMO EL PERRO Y EL HOMBRE SE HICIERON AMIGOS................................... 56

    EL PEZ ARCORIS ..................................................................................................... 57

    POR QU LLORAN LOS SAUCES? ....................................................................... 59

    LLEG LA VERDURA................................................................................................ 63

    LA REINA DE LAS ABEJAS....................................................................................... 64

    ANIMALES DE TODO EL MUNDO TIRITAN DE FRO............................................. 66

    QU ES UNA MASCOTA? ...................................................................................... 67

    LA UTILIDAD DE LAS PLANTAS .............................................................................. 68

    ZOOLGICO DE GAZA PINTA BURROS Y LOS TRANSFORMA EN CEBRA ...... 69

    UNA EXCURSIN AL ZOOLGICO ......................................................................... 70

    BIBLIOGRAFA.............................................................................................................. 71

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    UNIDAD 1

    LA RUTINA Sal Schkolnik

    Ricardo, se acabaron las vacaciones me dice mi madre desde la cocina; volvemos de nuevo a la rutina. Si es lo que ella opina, qu le puedo responder? Por supuesto le digo, hay que volver otra vez a la rutina. Sin embargo tengo una duda, y aunque es una duda muy chica prefiero pedirte ayuda: Dime, rutina, qu significa?

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    EL PEQUEO HROE DE HOLANDA

    He aqu la verdadera historia de un corazn valiente, de alguien dispuesto a mantenerse firme hasta cumplir su misin. Holanda es un pas muy particular porque sus tierras se encuentran bajo el nivel del mar. Esta caracterstica es muy peligrosa, porque el mar del Norte podra entrar y anegar toda la regin. Para mantener el pas seco y a salvo, sus habitantes construyeron unos muros llamado diques, que rodeaban todo el pas. Durante siglos los holandeses han trabajado para mantener los diques en perfecto estado, evitando que se hagan hoyitos por donde pueda pasar el agua. Incluso los nios saben que un agujero en el muro puede ser muy peligroso, y que los diques deben estar siempre vigilados. Hace muchos aos viva en Holanda un muchacho de ocho aos llamado Peter. l estaba muy familiarizado con los diques, porque su padre trabajaba controlando las esclusas, es decir, las compuertas de estos muros. Los barcos pasaban de los canales hacia el mar a travs de estas esclusas. El padre de Peter estaba encargado de abrir y cerrar las compuertas. Una tarde de otoo su madre le llam: Ven, Peter! le dijo.Lleva estos pasteles a tu amigo, el hombre ciego. Si te apresuras y no te entretienes jugando, estars de vuelta antes de que oscurezca. El chico parti alegre a cumplir con el recado, andando por el camino que bordeaba el dique. Al llegar all, se qued conversando con el pobre viejo, contndole sobre los barcos que navegan por el mar, hablando sobre el dique y el trabajo de su padre en las compuertas, y muchas otras cosas. Quera quedarse con su amigo, pero record que deba regresar antes del anochecer, as que se despidi y emprendi el regreso. Mientras caminaba, observ que las aguas del canal haban subido de nivel, y que golpeaban el lado del dique. Entonces se puso a pensar en las compuertas y en el trabajo de su padre. Pensaba en lo terrible que sera si las compuertas se abrieran. Qu sera de nosotros? se dijo a s mismo.Estos hermosos campos quedaran anegados. Pap siempre habla de las aguas furiosas. Supongo que cree que estn enfadadas con l por mantenerlas a raya tanto tiempo. Se distrajo de estos pensamientos recogiendo flores silvestres, escuchando el canto de los pjaros y el suave corretear de los conejos sobre la hierba. Y no poda evitar una sonrisa al pensar en su visita al pobre anciano que, ciego, tena tan pocas satisfacciones y que tanto se alegraba siempre que l iba a visitarle.

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    Peter decidi que deba apurarse porque el sol ya se estaba poniendo y

    la noche se acercaba. Mam me estar esperando, pens. Mientras recoga la ltima flor, sinti un ruido de goteo cerca de l. Mir alrededor para saber de dnde provena y descubri un agujero en el dique por donde entraba el agua.

    Como todo nio holands, Peter se dio cuenta en seguida del peligro. Si el agua continuaba entrando, el agujero en el dique se ensanchara ms y ms, y todo el pas se anegara. Dej caer el ramo de flores, se acerc al pequeo agujero e introdujo el dedo en l.

    El agua dej de fluir! Peter se dijo: Holanda no se inundar mientras yo est aqu. Mi dedo contiene las aguas furiosas y no las deja pasar. Debo quedarme aqu y salvar a Holanda! La tarea pareca muy sencilla, pero a medida que anocheca el fro era ms intenso y creca junto con la oscuridad. El muchacho gritaba, silbaba y llamaba:

    - Venid, venid aqu! pero nadie acuda ni le oa. El fro se haca an ms duro y el brazo le dola porque lo tena entumecido. Trat de silbar una vez ms, pero los dientes no dejaban de castaearle por el intenso fro. Su madre lo haba buscado ansiosamente por el camino del dique desde la puesta de sol. Finalmente pens que tal vez haba decidido quedarse en casa del ciego esa noche.

    Cmo se le ocurre quedarse sin avisar ni pedir permiso? pensaba la madre maana le dar una buena reprimenda.

    Mientras tanto Peter pensaba en sus hermanos, que estaran calentitos en casa, y en sus queridos pap y mam.

    -No puedo dejar que se ahoguen! pensaba No puedo irme hasta que llegue alguien, aunque tenga que quedarme toda la noche con el dedo metido en este agujero. Se acurruc al lado del dique, bajo la luna y las estrellas, que observaban atentas su herosmo. Pero no durmi en toda la noche. Cada cierto rato se frotaba la mano que detena al mar embravecido, para calentarla un poco. Se qued ah toda la noche, evitando que el mar entrara e inundara su pas. Gritaba de vez en cuando, por si alguien lo oa. A medida que avanzaba la noche el cansancio y el fro convirtieron su grito en un gemido. Por la maana, un hombre que pasaba por ah en direccin al trabajo vio al nio que gema acurrucado junto al dique. El hombre se acerc y le pregunt:

    -Qu ocurre? Te has hecho dao? Ver al hombre hizo que Peter recuperara la fuerza y la voz: -Estoy deteniendo el agua! chill- Avise a todos que vengan

    rpidamente! Hay que reparar el dique. La alarma no tard en extenderse, y todos acudieron con palas, y el

    agujero fue reparado prontamente.

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    Sus padres estaban felices de encontrarlo, y ms an cuando se enteraron de cmo, aquella noche, Peter les haba salvado la vida.

    La noticia se supo en todas partes. Desde aquel da, nadie ha olvidado al pequeo hroe de Holanda.

    Adaptacin Equipo Editorial Aptus

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    MAM Y PAP

    Efran de la Fuente

    Con letras de la sopa escrib pap y mam, y porque estaba jugando me queran castigar. Pero dijo mi abuelita que se debe perdonar a los nios que ya saben escribir pap y mam.

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    RICITOS DE ORO Y LOS TRES OSOS Annimo

    Haba una vez tres osos que vivan en su casita en medio de un bosque. Eran el Pap Oso, la Mam Osa y el Osito. Cada uno tena su propio plato para comer: un plato grande para el Pap Oso, un plato mediano para la Mam Osa y un plato pequeo para el Osito. Tenan tres cucharas: una cuchara grande para el Pap Oso, una cuchara mediana para la Mam Osa y una cuchara pequea para el Osito. Tenan tres sillas para sentarse: la silla grande para el Pap Oso, la silla mediana para la Mam Osa y la silla pequea para el Osito. Cada uno tena una cama para dormir: el Pap Oso tena una cama grande, la Mam Osa tena una cama mediana y el Osito tena una cama pequea. Un da prepararon una rica sopa. Como estaba muy caliente, la pusieron en los platos y se fueron a pasear por el bosque mientras la sopa se enfriaba, pues no queran quemarse la lengua. Mientras los osos estaban paseando, lleg al lugar una niita que se llamaba Ricitos de Oro. Ricitos de Oro vio la casita en medio del bosque y le gust mucho. Primero mir por la ventana; luego mir por el ojo de la llave. Cuando vio que no haba nadie, empuj la puerta, que estaba entreabierta, y entr. Mir la casita por dentro y tambin le gust mucho. Cuando vio los platos de sopa encima de la mesa se puso muy contenta, pues tena mucha hambre. Y decidi probar un poco. Primero prob la sopa del plato grande, que era la del Pap Oso. Pero la encontr muy caliente y dej caer la cuchara dentro del plato. Luego prob la sopa del plato mediano, la de Mam Osa. Pero estaba demasiado fra. Y por fin prob la del plato pequeo, la del Osito, que no estaba ni fra ni caliente, sino justo para su gusto. Qu rica sopa! exclam. Y la encontr tan buena que se la comi toda. Entonces Ricitos de Oro busc una silla para sentarse. Primero se sent en la silla del Pap Oso, pero era muy dura. Luego se sent en la silla de la Mam Osa, pero era demasiado blanda. Al fin se sent en la silla del Osito, y vio que no era ni muy dura ni muy blanda, sino justo para su gusto. Pero se sent con tanta fuerza que la silla se rompi y Ricitos de Oro cay al suelo. La nia se levant y quiso seguir conociendo la casita. Subi por la escalera al piso de arriba y encontr el dormitorio de los tres osos. Ricitos de Oro tena mucho sueo y decidi acostarse. Primero se acost en la cama del Pap Oso, pero la almohada era demasiado alta. Luego se acost en la cama mediana, pero la almohada era demasiado baja. Finalmente se acost en la cama pequea, que no era ni demasiado alta ni demasiado baja. Tan bien se encontraba en ella, que enseguida se durmi.

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    Mientras tanto regresaron a la casa los tres osos. Venan con mucho apetito despus del paseo. Alguien ha probado mi sopa! dijo el Pap Oso con su voz ronca, viendo la cuchara que Ricitos de Oro haba dejado dentro del plato. Alguien ha probado mi sopa! dijo Mam Osa con su voz suave. Alguien ha probado mi sopa... y se la comi toda! dijo el Osito con su voz chiquitita, y comenz a llorar. Entonces se dieron cuenta de que alguien haba entrado en su casa. Miraron a su alrededor y el Pap Oso vio que su silla estaba fuera de su sitio. Alguien se ha sentado en mi silla! dijo con su voz ronca. A1guien se ha sentado en mi silla! dijo tambin Mam Osa con su voz suave. Alguien se ha sentado en mi silla... y me la rompi! dijo el Osito con su voz chiquitita y nuevamente se puso a llorar. Entonces los tres osos subieron a su dormitorio. Al entrar, el Pap Oso vio la almohada en medio de la cama y dijo con su voz ronca: Alguien se ha acostado en mi cama! Alguien se ha acostado en mi cama! dijo tambin la Mam Osa, con su voz suave. El Osito se acerc corriendo a su cama. La almohada estaba en su lugar, pero encima de ella descansaba la linda cabecita de Ricitos de Oro. A1guien se ha acostado en mi cama... y todava est durmiendo aqu! grit el Osito, con su voz chiquitita. Ricitos de Oro haba odo entre sueos la voz ronca de Pap Oso, pero le parecieron truenos. Haba odo tambin la voz suave de Mam Osa, pero no se despert porque crea que era un sueo. Pero la voz chiquitita del Osito penetr en sus odos y la despert. Cuando vio a los tres osos a un lado de la cama, salt por el otro lado y sali por la ventana, que estaba abierta. Y corri y corri por el bosque lo ms rpido que pudo. Y los tres osos no la volvieron a ver nunca ms.

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    TIKKI TIKKI TEMBO

    Arlene Mosel - Cuento de China Cmo te llamas? Todos los seres humanos tienen un nombre. En algunos lugares de la Tierra es usual que uno tenga un nombre de pila y un apellido. En otros casos, se llama a las personas por un solo nombre. Probablemente todos conozcamos a algn nio chino. Cmo se llama? Su nombre le causara problemas como al protagonista de este cuento?

    Hace mucho, mucho, mucho tiempo, exista en China la costumbre de que todos los padres y madres dieran a su primer hijo grandiosos y largos nombres, en seal de honor. Sin embargo, los segundos hijos apenas reciban nombre. En una aldea, en la montaa, viva una mujer que tena dos hijos pequeos. A su segundo hijo lo llam Chang, que significaba poco o nada. Pero a su venerable primer hijo lo llam Tikki tikki tembo-no sa rembo-chari bari ruchi-pip peri pembo, lo que significaba la cosa ms maravillosa de todo el ancho mundo!. Cada maana, la madre iba a lavar a un riachuelo que corra cerca de su casa. Los dos nios siempre iban a su lado parloteando. En la ribera haba un antiguo pozo. No se acerquen al pozo les adverta la madre o se van a caer, eso es casi seguro. Los nios no siempre hacan caso a su mam y un da estaban jugando al lado y encima del pozo cuando, Chang se cay adentro! Tikki tikki tembo-no sa rembo-chari bari ruchi-pip peri pembo corri lo ms rpido que le permitan sus pequeas piernecitas hasta donde estaba su madre y le dijo: Muy honorable madre, Chang se cay al pozo! El agua ruge, Pequeo capullo, no te oigo dijo la mam. Entonces Tikki tikki tembo-no sa rembo-chari bari ruchi-pip peri pembo alz la voz y grit: Ay, honorabilsima, Chang se cay al pozo! Qu nio fastidioso respondi la madre. Corre y trae al Anciano Con La Escalera para que lo saque. Entonces Tikki tikki tembo-no sa rembo-chari bari ruchi-pip peri pembo corri tan rpido como le permitieron sus piernecitas hasta donde estaba el Anciano Con La Escalera y le dijo: Anciano Con La Escalera, Chang se cay al pozo, podra venir y sacarlo?

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    As es que Chang se cay al pozo? dijo el Anciano Con La Escalera. Y corri tan rpido como le permitieron sus viejas piernas. Peldao a peldao baj al pozo, tom al pequeo Chang y, peldao a peldao, lo sac del mismo. Presionando con las manos, extrajo el agua del nio e insufl aire en su interior, y extrajo ms agua de l y le insufl ms aire, y pronto Chang estuvo tan bien como siempre! Entonces, durante varios meses, los nios no se acercaron al pozo. Sin embargo, despus del Festival de la Octava Luna, corrieron hasta all para comer sus pasteles de arroz. Comieron cerca del pozo, jugaron alrededor del pozo, pisaron encima del pozo, y Tikki tikki tembo-no sa rembo-chari bari ruchi-pip peri pembo se cay al pozo! Chang corri tan rpido como le permitieron sus piernecitas hasta donde estaba su madre y le dijo: _ Ay, muy honorable madre, Tikki tikki tembono sa rembo-chari bari ruchipip peri pembo se cay al pozo! _ El agua ruge, pequeo, no te oigo. Entonces, el pequeo Chang respir profundamente. Oh, muy honorable madre jade, Tikki tikki tembono sa rembo-chari bari ruchipip peri pembo se cay al pozo! Nio pesado, qu ests tratando de decir? dijo su madre. Honorable madre! acez. Chan bari rembo tikki tikki pip pip se cayo al pozo! Desafortunado hijo, seguro que los espritus malignos han embrujado tu lengua. Pronuncia el nombre de tu hermano con reverencia! El pobre pequeo Chang estaba absolutamente sin aliento por decir un nombre tan largo y no crea que pudiera decirlo otra vez. Pero entonces pens en su hermano adentro del viejo pozo. Chang inclino claramente su pequea cabeza hacia la arena, inspiro profundamente y lentamente, muy lentamente, dijo: Muy honorable madre, Tikki tikki tembo-no sa rembo-chari bari ruchi-pip peri pembo est en el fondo del pozo. Oh, no, mi venerable primognito, el heredero de todo lo que poseo! Corre rpido y dile al Anciano Con La Escalera que tu hermano se cay al pozo. Y as Chang corri tan rpido como le permitan sus piernecitas hasta donde estaba el Anciano Con La Escalera. Bajo un rbol se encontraba reclinado y en silencio el Anciano Con La Escalera. Anciano, Anciano grit Chang Venga inmediatamente! Tikki tikki tembo-no sa rembo chan bari ruchi-pip peri pembo se cay al pozo de piedra. Pero no hubo respuesta. Confundido, espero. Entonces, recurriendo a la ltima reserva de aire que tena, grit:

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    Anciano Con La Escalera, Tikki tikki tembo-no sa rembo-chari bari ruchi-pip peri pembo est en el fondo del pozo. Desdichado, nio, perturbas mi sueo. Estaba flotando en una bruma color prpura y encontraba nuevamente mi juventud. Haba portales rutilantes y preciosos capullos. Si cierro los ojos, quiz pueda volver nuevamente. El pobre pequeo Chang estaba asustado. Cmo podra decir ese nombre grande y largo de nuevo? Por favor, Anciano Con La Escalera, por favor ayude a mi hermano a salir del fro pozo. De modo dijo el Anciano Con La Escalera que la Preciosa Perla de tu madre se cay al pozo! El Anciano Con La Escalera se apresur tanto como se lo permitieron sus viejas piernas. Peldao tras peldao baj al pozo, y peldao tras peldao subi del pozo con el nio en sus brazos. Entonces presion con sus manos para extraerle el agua e insufl aire en su interior, y le extrajo el agua y le insufl aire. Pero el pequeo Tikki tikki tembo-no sa rembo-chari bari ruchi-pip peri pembo haba estado tanto tiempo en el agua, y todo a causa de su largo y grandioso nombre, que la luna sali varias veces antes de que volviera a ser el mismo. Y desde ese da hasta ahora, los chinos siempre han pensado que es sensato poner nombres cortos y no largos y grandiosos a todos sus nios.

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    EL VIEJO Y LOS MANZANOS

    Len Tolstoi Un viejo hombre se encontraba plantando manzanos, cuando alguien dijo: _ Por qu plantas manzanos? Pasar mucho tiempo antes de que coseches los frutos, y no alcanzars a vivir para comerte ni siquiera una manzana pequea. Y el viejo respondi: _Yo no las comer, pero otros s, y ellos me lo van a agradecer.

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    HANSEL Y GRETEL

    Hermanos Grimm Cerca de un gran bosque viva un pobre leador junto a su mujer y sus dos hijos; el nio se llamaba Hansel y la nia Gretel. Tenan poco para comer, y un buen da, como en el pas reinaba una terrible hambruna, el leador no pudo conseguir ni siquiera el pan diario. Lleg la noche y el hombre, pensando en esto, se daba vueltas en la cama, lleno de angustia. Suspirando le dijo a su mujer: -Qu ser de nosotros? No podremos siquiera: alimentar a nuestros pobres hijos... Y tampoco tenemos suficiente para nosotros mismos. Te dir una cosa, marido contest la mujer. Maana muy temprano llevaremos a los nios al bosque, all donde es ms espeso. Les encendemos un fuego all y le damos a cada uno un trozo de pan; luego nos vamos a trabajar y los dejamos solos. No encontrarn el camino de regreso a casa y as nos libraremos de ellos. No, mujer dijo el marido, yo no hago eso. Cmo voy a tener corazn para dejar a mis hijos solos en el bosque? Pronto apareceran los animales salvajes y los destrozaran. Oh, qu tonto eres gru ella. Tendremos entonces que morir todos de hambre. Ya puedes ir cepillando las tablas para los atades. Y no lo dej en paz hasta que l consinti. Pero la suerte de mis pobres nios me sigue doliendo, desde luego se lamentaba el leador. Los dos nios no haban podido dormirse tampoco esa noche, a causa del hambre, y haban odo lo que la madrastra le haba dicho al padre. Gretel llor amargamente y le dijo a Hansel: Ahora estamos perdidos. Tranquila Gretel dijo Hansel. No te aflijas, ya buscar yo el modo de ayudarnos. En cuanto los padres se durmieron, se levant, se puso su chaqueta, abri la hoja inferior de la puerta y se desliz hacia fuera. En ese momento luca la luna intensamente y los blancos guijarros que haba ante la casa brillaban como monedas. Hansel se agach y meti tantos como cupieron en el pequeo bolsillo de su chaqueta. Luego regres a la habitacin, y le habl as su hermana: No tengas miedo, querida hermanita, y durmete tranquila. Vers cmo el buen Dios no nos va a abandonar. Y se meti de nuevo en la cama. Cuando se hizo de da y antes de que el sol saliera, lleg la mujer y despert a los dos nios: Levntense, perezosos! vamos a ir al bosque a coger lea. Luego le dio a cada uno un trozo de pan.

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    Tomen les dijo, aqu tienen su almuerzo, pero no se lo coman antes de medioda, pues luego no habr nada ms. Gretel se meti el pan bajo el delantal, porque Hansel tena las piedras en el bolsillo. Luego todos junto emprendieron el camino hacia al bosque. Cuando haba andado un rato, el padre advirti que Hansel se detena una y otra vez, mirando hacia la casa Hansel le dijo, qu ests mirando y por qu te quedas atrs? Presta atencin y no te olvides de caminar. Ay, padre! dijo Hansel estoy mirando a mi gatito blanco, que est sentado en el tejado y me dice adis. La mujer habl: Tonto! Ese no es tu gatito, es el sol de la maana. Que brilla en la chimenea. Pero Hansel no miraba a su gatito, sino que sacaba cada vez un blanco guijarro de su bolsillo y lo arrojaba al camino. Cuando llegaron al interior del bosque, dijo el padre: Recojan lea, nios, que voy a hacer un fuego para que no pasen fro. Hansel y Gretel cogieron ramas secas e hicieron un pequeo montn con ellas. Prendieron las ramas secas y cuando las llamas estaban ya altas, dijo la mujer: Bueno, nios, pnganse aqu al lado del fuego y descansen; nosotros vamos al bosque a partir lea. Cuando hayamos terminado, volveremos a buscarlos. Hansel y Gretel permanecieron sentados junto al fuego, y cuando lleg el medioda cada uno se comi su trocito de pan. Y como oan los golpes del hacha, crean que su padre estaba cerca. Pero no era el hacha, sino una rama que l haba atado a un rbol seco y que el viento mova de un lado para otro. Y como llevaban ya mucho tiempo sentados, los ojos se les cerraron de cansancio y se durmieron. Cuando finalmente se despertaron, era ya noche cerrada. Gretel comenz a llorar y dijo: Cmo podremos salir del bosque? Hansel la consol: Espera un poco hasta que salga la luna, y entonces encontraremos el camino fcilmente. Y cuando la luna hubo salido del todo, Hansel tom a su hermana de la mano y sigui el rastro de los guijarros, que brillaban como monedas de plata recin fundidas y les mostraban el camino. Caminaron durante toda la noche, y cuando empezaba de nuevo a amanecer llegaron a la casa de su padre. Llamaron a la puerta, y cuando la mujer abri y vio que eran ellos, dijo: Nios malvados, cmo es que han dormido tanto tiempo en el bosque? Creamos que no queran regresar. El padre, sin embargo, se alegr, pues le haba destrozado el corazn tener que abandonarlos a su suerte.

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    No pas mucho tiempo antes de que nuevamente hubiera hambre y necesidad por todas partes, y una noche los nios oyeron cmo la madre le deca al padre en la cama: Ya nos hemos comido todo otra vez, apenas nos queda media hogaza de pan. Esto es el fin. Los nios tienen que irse los llevaremos mucho ms adentro del bosque para que esta vez no encuentren el camino de salida. No hay otra salvacin para nosotros. El hombre se entristeci mucho y pens para s: Mejor haras en repartir el ltimo bocado con tus hijos. Pero la mujer no atenda a razones, y no cesaba de insultarlo y hacerle reproches. El que ha cedido la primera vez, tiene que ceder la segunda, y as volvi a hacerlo el padre. Pero los nios estaban todava despiertos y haban odo la conversacin. Cuando los padres se durmieron, se levant de nuevo Hansel y quiso coger guijarros como la vez anterior, pero la mujer haba cerrado la puerta con llave y no pudo salir. Sin embargo, consol a su hermana y le dijo: No llores, Gretel, y durmete tranquila. El buen Dios nos ayudar. A la maana siguiente vino la mujer y sac a los nios de la cama. Les dio un mendrugo de pan todava ms pequeo que la vez anterior. En el camino hacia el bosque, Hansel lo desmigaj en su bolsillo y, parndose cada tanto, fue echando las migas al suelo. Hansel, por qu te paras y miras hacia atrs? dijo el padre. Sigue tu camino. Estoy mirando a mi palomita, que est sentada en el tejado y quiere decirme adis contest Hansel. Tonto! dijo la mujer. No es tu palomita, es el sol de la maana que brilla en la chimenea. Hansel, sin embargo, sigui arrojando una tras otra las migajas al camino. La mujer llev a los nios ms hacia el interior del bosque, hasta un lugar donde ellos no haban estado nunca en su vida. Hicieron de nuevo un gran fuego, la madre les dijo: Qudense aqu sentados, nios. Cuando se cansen, pueden dormir un poco. Nosotros vamos al otro lado del bosque a cortar lea; cuando hayamos terminado, vendremos a recogerlos. Lleg el medioda y Gretel reparti su pan con Hansel, que haba esparcido el suyo por el camino luego se durmieron y pas la tarde, pero nadie vino por los pobres nios. No se despertaron sino ya entrada la noche, y Hansel consol a su hermanita dicindole: Espera, Gretel, hasta que salga la luna. Entonces veremos las migajas que he esparcido y ellas nos mostrarn el camino a casa. Apenas sali la luna, se levantaron, pero no pudieron encontrar ni una sola miga, pues los muchos pjaros que vuelan por el bosque y los campos se las haban comido. Hansel le dijo a Gretel: Ya encontraremos el camino, no temas.

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    Estuvieron andando toda la noche y todo el da siguiente, de la maana a la tarde, pero no lograron salir del bosque. Estaban realmente muy hambrientos pues no tenan para llevarse a la boca nada ms que las pocas bayas que haba en el suelo. Y como estaban muy cansados y ya no podan tenerse en pie, se tumbaron bajo un rbol y se durmieron. Haca ya tres das que haban abandonado la casa de su padre. Comenzaron de nuevo a andar, pero cada vez se adentraban ms en la espesura del bosque. Si no reciban pronto ayuda moriran. Hacia al medioda vieron a un hermoso pajarillo, blanco como la nieve, que estaba posado en una rama, cantando de forma tan hermosa que se detuvieron y le escucharon. Y cuando termin, bati sus alas y vol ante ellos; los nios le siguieron hasta que llegaron a una pequea casa, en cuyo tejado se pos el pajarillo. Cuando se acercaron a ella vieron que la casita estaba hecha de pan y cubierta de pastel, y las ventanas eran de azcar. Manos a la obra dijo Hansel. Un buen banquete nos vamos a dar. Yo voy a comerme un trozo de tejado. Gretel, t puedes comer de la ventana, que est muy dulce. Hansel alz la mano y cogi un poco de tejado para probar el sabor, y Gretel se apoy en la ventana y mordisque los cristales. Pero en ese momento sali una fina voz de la habitacin: Mastica, mastica, masca. A quin oigo mordisquear? Quin mi casita se quiere tragar? Los nios contestaron: Es el viento, slo el viento, es el nio del cielo. Y siguieron comiendo sin dejarse distraer. Hansel, al que le estaba gustando mucho el tejado, arranc un gran trozo. Gretel cogi un cristal redondo de la ventana, se sent y se puso a comerlo alegremente. De pronto se abri la puerta y del interior sali lentamente una mujer viejsima que se apoyaba en una muleta. Hansel y Gretel se asustaron tanto al verla que dejaron caer lo que tenan en las manos. La mujer mene la cabeza y dijo: Oh, queridos nios! Quin los ha trado aqu? Entren y qudense conmigo, no les pasar nada malo. Tom a ambos de la mano y los llev dentro de la casita. Les sirvi una buena comida, leche, panqueques con azcar, manzanas y nueces. Luego les prepar dos camitas con ropa blanca, y Hansel y Gretel se metieron en ellas pensando que estaban en el cielo. Pero la vieja tan slo simulaba ser bondadosa, pues era en verdad una bruja malvada que acechaba a los nios. Haba construido de pan su casa con el solo propsito de atraerlos. Cuando caa uno en sus manos, lo mataba, lo cocinaba y se lo coma, y eso era para ella un da de fiesta. Las brujas tienen los ojos sanguinolentos y no ven bien de lejos, pero poseen un olfato tan fino como el de los animales y notan cuando se aproximan seres humanos. Al

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    percibir que Hansel y Gretel se aproximaban, se haba redo malvolamente, murmurando: A stos ya los tengo, no se me pueden escapar. Muy temprano por la maana, antes de que despertaran los nios, se levant, y cuando vio a los dos dormir tan tranquilamente, con las mejillas rojas y rellenitas, dijo para s: Esto va a ser un buen banquete! Con su mano seca cogi a Hansel y lo llev a un pequeo establo, donde lo encerr tras una puerta enrejada. El nio grit todo lo que pudo, pero no le sirvi de nada. Luego fue la vieja adonde estaba Gretel, la sacudi hasta despertarla y le dijo: Levntate, holgazana, trae agua y cocina para tu hermano algo rico de comer! Est all en el establo y tiene que engordar. En cuanto est bien gordo, me lo comer. Gretel rompi a llorar amargamente, pero fue en vano, pues tuvo que hacer todo lo que exiga la bruja. Le prepar al pobre Hansel la mejor comida; ella misma, en cambio, no recibi ms que caparazones de cangrejos. Cada maana se deslizaba la vieja hasta el establo y deca: Hansel, saca tu dedo para ver si has engordado. Pero Hansel sacaba siempre un huesecillo que haba encontrado, y la vieja, que tena los ojos turbios, poda ver bien y pensaba que eran los dedos de Hansel y se asombraba de que no engordara absolutamente nada. Pasaron cuatro semanas y Hansel segua estando flaco. Entonces la bruja fue presa de la impaciencia y no quiso esperar ms tiempo. Gretel, ven aqu! llam a la muchacha. Ve de prisa y trae agua. Me da lo mismo que Hansel est flaco o gordo; maana lo cortar en trozos y me lo comer. Ay, ay! se lamentaba la hermanita acarreando el agua, y mientras rodaban las lgrimas por sus mejillas exclamaba: Dios mo, aydanos, por favor! Si nos hubieran comido las fieras en el bosque, al menos habramos muerto juntos! Ahrrate esos gimoteos grua la bruja, no te van a servir para nada. A la maana siguiente tuvo que salir Gretel temprano a colocar la marmita con agua y encender el fuego. Primero vamos a cocer pan dijo la vieja. Ya he encendido el horno y he preparado la masa. As es que empuj a la pobre Gretel hacia el horno, del que salan las llamas del fuego. Entra ah dentro dijo la bruja y mira si esta bien encendido, para que podamos meter el pan. Cuando Gretel estuviera dentro, la vieja pretenda cerrar el horno, de modo que la nia se asara all dentro y ella pudiera comrsela pero Gretel advirti lo que le rondaba por la cabeza y dijo: No s cmo hacerlo, no s cmo puedo entrar ah.

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    Estpida! dijo la vieja la abertura es suficientemente grande, no ves que hasta yo misma cabra ah? y a gatas meti la cabeza en el horno. Entonces Gretel le dio un empujn que la hizo resbalar hacia el interior del horno. Enseguida, cerr velozmente la puerta de hierro y ech el cerrojo. La vieja comenz a aullar espantosamente, pero Gretel se march de ah, y la horrible bruja ardi de forma miserable. Sin perder tiempo, Gretel corri a donde Hansel, abri la reja que lo encerraba y exclam: Hansel, estamos salvados! La vieja bruja est muerta! Hansel salt como sale un pjaro de la jaula cuando se le abre la puerta. Hay que ver lo que se alegraron ambos! Cmo saltaban de alegra, abrazndose y besndose sin parar! Y como ya no haba por qu tener miedo, entraron en la casa de la bruja y descubrieron que en todos los rincones haba cajones llenos de perlas y piedras preciosas. Estas son mucho mejor que los guijarros! dijo Hansel, y se meti en los bolsillos todo lo que le caba. Voy a llevarme a casa tambin algo dijo Gretel, y llen su delantal. Pero ahora vmonos dijo Hansel. Hay que salir del bosque de la bruja. Haban caminado ya algunas horas cuando llegaron a orillas de un ro. No podemos cruzarlo dijo Hansel, no hay ningn puente. Tampoco pasa bote alguno contest Gretel, pero por all viene nadando un pato blanco; si se lo pido amablemente, l nos ayudar a cruzar. Entonces dijo: Patito, patito querido, Hansel y Gretel estn aqu si no hay sendero ni puente, podrs cruzarnos as? El patito se acerc. Hansel se mont en l y le pidi su hermana que lo hiciera a su lado. No dijo Gretel, sera muy pesado para el patito. Primero cruzar a uno y luego al otro. As lo hizo el noble pato, y cuando estuvieron ya a salvo en la otra orilla y hubieron andado un rato, el bosque les result cada vez ms conocido y finalmente divisaron de lejos la casa de su padre. Comenzaron a correr, entraron precipitadamente en la habitacin y viendo a su padre se le echaron al cuello. El pobre hombre no haba tenido ningn momento de alegra desde que dejara a sus hijos en el bosque. La madrastra, por su parte, se haba muerto. Gretel sacudi su delantal de manera que las piedras preciosas y las perlas cayeron rodando por la habitacin. Hansel sac un puado tras otro de los bolsillos. Las preocupaciones de los tres se acabaron entonces y vivieron juntos y felices para siempre.

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    NIA BONITA

    Ana Mara Machado

    Haba una vez una nia bonita, bien bonita. Tena los ojos como dos aceitunas negras, lisas y muy brillantes. Su cabello era rizado y negro, muy negro, como hecho de finas hierbas de la noche. Su piel era oscura y lustrosa, ms suave que la piel de la pantera cuando juega en la lluvia.

    A su mam le encantaba peinarla y a veces le hacia unas trencitas todas adornadas con cintas de colores. Y la nia bonita terminaba pareciendo una princesa de las tierras de frica o un hada del reino de la luna.

    Al lado de la casa de lo nia bonita viva un conejo blanco, de orejas color de rosa, ojos muy rojos y hocico tembloroso. El conejo pensaba que la nia bonita era la persona ms linda que haba visto en toda su vida. Y deca:

    - Cuando yo me case, quiero tener una hija negrita y bonita, tan linda como ella...

    Por eso, un da fue adonde la nia y le pregunt. - Nia bonita, nia bonita, cul es tu secreto para ser tan negrita? La nia no saba, pero invent: -Ah, debe ser que de chiquita me cay encima un frasco de tinta negra. El conejo fue a buscar un frasco de tinta negra. Se lo ech encima y se

    puso negro y muy contento. Pero cay un aguacero que le lav toda la negrura y el conejo qued blanco otra vez. Entonces regres adonde la nia y le pregunt:

    -Nia bonita, nia bonita cul es tu secreto para ser tan negrita? La nia no saba pero invent: - Ah, debe ser que de chiquita tom mucho caf negro. El conejo fue a su casa tom tanto caf que perdi el sueo y pas toda

    la noche haciendo pipi. Pero no se puso nada negro. Regres entonces adonde la nia y le pregunt otra vez:

    - Nia bonita, nia bonita, cul es tu secreto para ser tan negrita? La nia no saba, pero invent: - Ah, debe ser que de chiquita com mucha uva negra. El conejo fue a buscar una cesta de uvas negras comi, y comi hasta

    quedar atiborrado de uvas, tanto, que casi no poda moverse. Le dola la barriga y pas toda la noche haciendo pup. Pero no se puso nada negro.

    Cuando se mejor, regres adonde la nia y le pregunt una vez ms: -Nia bonita, nia bonita, cul es tu secreto para ser tan negrita?

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    La nia no saba y ya iba a ponerse a inventar algo de unos frijoles negros, cuando su madre, que era una mulata linda y risuea, dijo:

    - Ningn secreto. Encantos de una abuela negra que ella tena. Ah el conejo, que era bobito pero no tanto, se dio cuenta de que la

    madre deba estar diciendo la verdad, porque la gente se parece siempre a sus padres, a sus abuelos, a sus tos y hasta a los parientes lejanos. Y si l quera tener una hija negrita y linda como la nia bonita, tena que buscar una coneja negra para casarse.

    No tuvo que buscar mucho. Muy pronto, encontr una coneja oscura como la noche que hallaba a ese conejo blanco muy simptico. Se enamoraron, se casaron y tuvieron un montn de hijos, porque cundo los conejos se ponen a tener hijos, no paran ms.

    Tuvieron conejitos para todos gustos: blancos, bien blancos; blancos medio grises; blancos manchados de negro; negros manchados de blanco; y hasta una conejita negra, bien negrita.

    Y la nia bonita fue la madrina de la conejita negra. Cuando la conejita sala a pasear siempre haba alguien que le preguntaba:

    -Coneja negrita, cul es tu secreto para ser tan bonita? Y ella responda: -Ningn secreto. Encantos de mi madre que ahora son mos.

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    CARTA DE RAL

    Equipo Editorial Aptus Chile

    Curic, 15 de septiembre de 2010

    Queridos pap y mam:

    Les escribo desde la casa de la abuela Lola en el campo. Lo he pasado muy bien con los abuelos y con mis primos Luis y Roco.

    En las maanas salimos con el abuelo a darle de comer a los animales. Lo que ms me gusta es alimentar a los caballos, les cambio el agua, les pongo heno y paja y aprovecho para hacerles cario. La yegua Ruca est a punto de tener a su potrillo Ojal que alcancemos a ver su nacimiento!

    En las tardes jugamos a las cartas, domin, ayudamos a la abuela y salimos a aprovechar el aire puro.

    Los quiere mucho,

    Ral

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    CUL ES EL ANIMAL MS INTELIGENTE?

    El animal ms inteligente es el hombre, luego vienen el delfn y el chimpanc.

    El delfn puede comunicarse por medio de un lenguaje de sonidos. Con gestos y a travs de un ruido, como un silbido, logran darse a entender.

    Hay investigaciones que demuestran que las madres delfines, al nacer sus hijos, les silban varias veces para que sus bebs reconozcan su voz y logren que cada delfn cree un silbido personal que es nico, como la huella digital de las personas.

    El chimpanc es un animal mamfero que puede utilizar algunas herramientas para imitar al hombre.

    Se comunican a travs de gestos: chillidos, gritos, gruidos y cambian su posicin segn como se sienten: tristes, enojados, cansados.

    Pueden fabricar y utilizar utensilios que usan en su vida diaria. Por ejemplo, un palo para atrapar termitas y hormigas. Son capaces de fabricar una esponja masticando hojas, con esta logran absorber agua. En peleas y frente al enemigo, defienden su espacio tirando piedras, ramas o golpeando con un palo.

    Para descansar construyen un nido con hojas y ramas en las copas de los rboles de la selva y se ponen cmodos para dormir.

    Equipo Editorial Aptus Chile

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    UNIDAD 2

    CHILE

    Oscar Jara Azcar

    Chile es la cumbre de la montaa: violeta oscura, corona blanca.

    Chile es el campo de las espigas: Sur de copihues, Norte de minas.

    Chile es el valle, canto sencillo, que por el trbol se lleva el ro.

    Chile es el aire de tierra libre. Chile es mi casa. Mi Patria es Chile!

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    LAS GALLINAS GORDAS Y LAS FLACAS

    Annimo Vivan en un corral varias gallinas: unas gordas, gordas, y otras, flacas, flacas. Las gallinas gordas, gordas, orgullosas de su buena facha, se burlaban de las gallinas flacas, flacas, llamndolas esqueletos, muertas de hambre, atado de huesos, etc. Un da el cocinero lleg al corral a buscar gallinas para hacer un banquete. Mir y mir y eligi las gallinas gordas, gordas. Mientras el cocinero llevaba las gallinas gordas, gordas, de las patas para matarlas, stas miraban con envidia a las gallinas flacas, flacas, que se haban librado de la muerte.

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    LOS DEDALES DE ORO

    Violeta Diguez Cuando Dios termin la Creacin del mundo, descans, y a la vuelta de los das y los aos vio que los hombres haban construido hermosas ciudades con calles y avenidas estrechas y anchas, cortas y largas, en las que crecan verdes alamedas. Vio tambin grandes plazas con fuentes de agua, estatuas de piedra, rboles y muchas flores. Las casas, grandes y pequeas, con sus balcones floridos y sus tejados rojos, animaban las calles en el da, y en las noches los faroles encendidos guiaban a los caminantes nocturnos. Todo pareca estar bien. Pero su mirada sali de las ciudades. Ms all de ellas se encontr con algunos caminos y cerros secos y pedregosos en los que no haba color y pareca no haber vida. l haba esparcido semillas a los cuatro vientos para pintar de alegra todos los rincones de la tierra. Pero en aquellos lugares ninguna flor haba germinado. El paisaje era triste. Qu ser de los nios que juegan por all? se dijo Dios. Qu ser de los pjaros y de los animales, de las mariposas y las abejas sin la compaa de las flores? Pues bien agreg pensativo, haremos una flor para estas tierras secas, una flor que slo en ellas pueda brotar y florecer. Tom entonces muchos rayos de sol y los encerr en sus manos. Luego los solt poco a poco y les orden: Vayan por las tierras ms abandonadas, ms pobres, ms pedregosas. Aquellas que slo reciben las lluvias del invierno, y que estn resecas por el calor del verano; busquen los caminos por donde corren los nios y cbranlos de flores; lleguen hasta las carreteras por donde transitan los viajeros y las lneas por donde pasa el tren. Que todo quede lleno de flores y as sabrn mis hijos cunto los amo. Han comprendido bien lo que deben hacer? concluy Dios. S, s, s contestaron a coro los miles de rayos de sol, mientras se convertan en millones y millones de semillas. Entonces, como si fueran un inmenso ejrcito, todas juntas cabalgaron sobre el viento traspasando montes, ros, mares y valles. ste no es el lugar; todava no advertan obedientes. Debemos cruzar el bosque ms all del ro. El viento las fue guiando a sus destinos: un grupo se qued junto a las lneas del tren; otras se instalaron a las orillas de los caminos; algunas

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    prefirieron un lugar debajo de los puentes, y otras muchas se repartieron en los patios resecos de las casas y se esparcieron por montes y quebradas. Al poco tiempo, un manto intensamente amarillo asombr a los nios Son flores de oro! Qu hermosas! exclamaban, cogindolas llenos de regocijo. Es un regalo del buen Diosasegur un anciano, mirando los cuatro ptalos amarillos y suaves. Parece un dedal dijo una joven costurera; un dedal de oro. Y as fue como los dedales de oro llegaron al mundo. Si vas al campo en primavera o paseas por las afueras de la ciudad, te encontrars con millares de flores doradas abiertas bajo el sol.

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    MEDIOPOLLITO Cuento Folclrico, annimo

    Una vez, una gallina se ech en su nido a empollar. Al cabo de veintin

    das, los pollitos comenzaron a salir del cascarn. Nacieron nueve hermosos pollitos. Pero el ltimo en romper el cascarn era muy extrao. Slo tena un ojo, un ala y una patita.

    La mam, al verlo, lo llam Mediopollito. Mediopollito brincaba por todo el corral detrs de sus hermanos, tip tap, tip

    tap, con su nica patita, y haca siempre lo que le daba la gana. Cuando la mam llamaba a los pollitos, cl cl, cl cl, para que vinieran al nido, Mediopollito se escapaba. Cuando la mam les enseaba a escarbar y a picotear el suelo, Mediopollito se acostaba a dormir.

    Un da, Mediopollito le dijo a su mam: Estoy fastidiado de este corral. Me voy al palacio a ver al rey. El palacio queda muy lejos -le dijo la mam- y t eres muy pequeito

    para viajar solo. No vayas ahora. Algn da, yo te llevar. Pero Mediopollito no quera esperar as que mene su media cabecita y

    dijo: Me ir hoy mismo. Y as fue. Tip tap, tip tap, se alej del corral brincando con su nica patita. Pronto, Mediopollito se encontr con un arroyo que estaba lleno de

    malezas. Mediopollito -le dijo el arroyo-, aydame. Quita estas malezas con tu

    medio piquito porque me estn ahogando y no dejan a mi agua seguir su curso. Pero Mediopollito le contest:

    Voy al palacio a ver al rey; no tengo tiempo que perder. Y tip tap, tip tap, sigui muy de prisa su camino. A poco andar, Mediopollito se encontr con un fuego que estaba a punto de apagarse.

    Mediopollito -le dijo el fuego-, aydame. Busca unas ramas secas con tu medio piquito y me las traes, para que no me muera.

    Pero Mediopollito le contest: Voy al palacio a ver al rey; no tengo tiempo que perder. Y tip tap, tip tap, sigui muy de prisa su camino. Ms adelante, Mediopollito se encontr con el viento enredado en unas

    matas. Mediopollito -le dijo el viento-, aydame, aparta estas matas con tu

    medio piquito para que yo pueda seguir soplando. Pero Mediopollito le contest: Voy al palacio a ver al rey; no tengo tiempo que perder. Y tip tap, tip tap, sigui muy de prisa su camino. Por fin, Mediopollito lleg al palacio. Ahora podr ver al rey -dijo muy contento.

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    Pero en ese mismo momento, el cocinero de palacio lo vio, lo cogi del pescuezo y se lo llev a la cocina.

    Justo lo que necesitaba. Al rey le apetece consom de pollo para la cena -dijo el cocinero y meti a Mediopollito en una cacerola de agua. Agua! Agua! -chill Mediopollito-. Aydame que me estoy ahogando!

    Pero el agua le contest: Yo era el arroyo, las malezas me estaban ahogando y t no quisiste

    ayudarme entonces. No te ayudar yo ahora. El cocinero encendi el fuego. Fuego! Fuego! -chill Mediopollito-. Aydame que me estoy quemando! Pero el fuego le contest: Yo me estaba muriendo y t no quisiste ayudarme entonces. Pues no te

    ayudar yo ahora. Mediopollito ya se estaba quemando, cuando pas el viento. Se meti en la

    olla como un remolino, levant en el aire a Mediopollito y lo sac de la cocina. Gracias, viento -dijo Mediopollito-. Ya puedes dejarme en tierra. Pero el viento le contest: Yo estaba enredado en unas matas y t no quisiste ayudarme. Entonces

    no te ayudar yo ahora. Y el viento sopl con mucha fuerza y elev a Mediopollito hasta la punta

    del campanario. All lo dej.

    Y hasta el da de hoy ah se le puede ver, en la veleta, con su nica patica y su nica alita, espiando con su nico ojito a ver de qu lado viene el viento.

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    ASI NACI UN BOSQUE Teresa Clerc M. (chilena)

    Cierta vez, una semilla de encina comenz a volar de un lugar a otro, llevada por el viento, hasta que cay en un campo recin arado. De repente comenz a llover y sinti fro. Entonces se acurruc y se meti en una hojita ms adentro de la tierra para abrigarse y as estuvo muchos das durmiendo. Una maana despert. La tierra estaba hmeda, pero en el cielo brillaba el sol. Cmo calentaba! Qu suave estaba el aire! La semilla sinti latir de felicidad su corazn. Not que le haban crecido unos brazos y los levant para gozar de la tibieza del da. Al asomar su tallo sobre la superficie de la tierra, los insectos, curiosos, vinieron zumbando a saludarla como a una reina. _ Arriba, arriba, hace aos que esperbamos tu venida, encinita! _ Cuando crezcas, hermana encina, sers la reina de los rboles. Pas el tiempo y la semilla creci tanto que lleg a ser una hermosa encina fuerte y alta. Su tronco se fue poniendo duro y resistente. Se convirti en madre de muchas otras encinitas y todas sus hijas heredaron su frescura y belleza. Con el correr de los aos, se llen el campo de rboles gigantes. Entonces vinieron muchos hombres, que trajeron otras semillas de robles, avellanos, coiges, canelos, lingues y maos. Poco a poco los rboles fueron formando una gran familia. Y as naci el bosque.

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    POEMA PARA MIRAR EL MAPA

    Miguel Moreno Monroy, chileno En Chile hay una Pascua que no es la Navidad, a ver quin adivina, quin sabe qu ser. Lejana y misteriosa, rodeada de agua est, su eterno villancico lo est cantando el mar. Esta Pascua chilena con nieve nunca est, y es Pascua verdadera, leyenda y realidad. En Chile hay una Pascua que no es la Navidad: di Te Pito Te Hena, y, as, la nombrars.

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    MI TO ALFREDO, EL CAPITN Felipe Alliende

    Mi to Alfredo es capitn de un barco pesquero. El trabaja all, en el Norte, en un puerto que se llama Iquique. Su barco est lleno de redes y bodegas. Cuando sale de Iquique, las redes estn enrolladas y las bodegas estn vacas. Cuando est en medio del mar, lanza sus redes al agua y espera tranquilamente. Cuando las redes estn pesadas, las saca del agua; vienen llenas de peces. Cuando vuelve a Iquique, las bodegas estn repletas de pescados y mi to Alfredo canta alegremente con todos sus tripulantes.

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    EL VIEJO PESCADOR Clementina Maldonado

    Una hermosa maana de primavera, un joven, parado sobre un puente, miraba a los pescadores. Estos regresaban del ro con sus canastos llenos de pescados.

    El joven pregunt a uno de los pescadores: Cuntos pescados lleva? Cuarenta y cinco contest el pescador. Si fueran mos sera feliz! exclam el joven, los vendera en el mercado. Un viejo pescador oy las palabras del muchacho y lo llam: Yo te dar cuarenta y cinco pescados y tal vez ms si me haces un favor. Cul? pregunt el muchacho. Sujetarme esta caa dentro del agua mientras voy a buscar un canasto dijo el viejo pescador. El joven acept. Se sent a la orilla del ro y sujet la caa de pescar. Pas un largo rato cuando sinti que los peces picaban. Llen dos canastos con pescados. El viejo pescador regres y qued asombrado. Cuntos pescados tienes! exclam. Mira, ahora vers cmo cumplo mi promesa. Llvate los dos canastos de pescados y vndelos. Adis! Qu te vaya bien en el mercado! Recuerda que en vez de lamentarte por lo que no tienes, es mejor hacer un esfuerzo para obtenerlo.

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    EL PEINE Y LA CARACOLA

    Ronne Randall Cada verano, Luca y su familia pasaban las vacaciones en una casita junto al mar. A Luca le encantaba la playa y todos los das, cuando bajaba la marea, buscaba tesoros en la arena. Un da Luca encontr una concha blanca y brillante con motitas rosa y perladas; otro da encontr una piedra ovalada y lisa que tena los colores de una puesta sol; y otro da encontr una moneda antigua que tena grabada la cara de un rey. Luca llev todos sus tesoros a la casita y los guard en una caja de zapatos que escondi bajo la cama. Muchas tardes, los paps de Luca y su hermano Jos iban a nadar al mar. Luca les acompaaba pero slo se mojaba los pies. Est demasiado fra deca. O bien: Puede que maana. Hoy slo mirar. Y no es que no supiera nadar. A Luca le encantaba nadar en la piscina de la escuela, pero el mar era profundo y oscuro, y estaba lleno de terribles secretos. Una maana, mientras Luca paseaba por la orilla, vio algo que brillaba en la arena y se agach para ver qu era. -Un peine! Era un peine plateado y brillante con una hilera de gemas verdes y prpura situadas en la parte superior. Luca le dio vueltas y ms vueltas en la mano, admirando aquel objeto tan bonito. Despus corri a casa a esconderlo en su caja de los tesoros. A la maana siguiente, cuando Luca iba a la caza de nuevos tesoros, oy un ruido extrao. Al escuchar con atencin, se dio cuenta de que alguien estaba llorando. Luca mir a su alrededor y vio a una nia que se mova lentamente en el agua. Su larga melena rubia y resplandeciente flotaba detrs de ella. La nia lloraba como si su corazn fuera a partirse en pedazos. Hola le dijo Luca en voz baja. Me llamo Luca. Qu te pasa? Me llamo Meriel contest la nia y he perdido mi peine. Perteneci a mi abuela y es muy, muy valioso. Creo que ayer se me cay por aqu, y ahora no puedo encontrarlo por ninguna parte. Luca not que su cara enrojeca y la barriga le haca cosquillas. Se trata de un peine plateado con gemas verdes y prpura en la parte de arriba? pregunt. S! dijo Meriel. As es! Lo has visto? S respondi Luca en voz baja. Senta que las lgrimas asomaban a sus ojos. Lo encontr. Si vienes a mi casa, te lo dar.

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    No puedo ir contigo dijo Meriel. Por qu no? pregunt Luca. Mira dijo Meriel mientras sacaba del agua una esplndida cola plateada con tonos verdes y prpura que resplandeca al sol. Ohhhh! exclam Luca con los ojos abiertos como platos por la sorpresa. Entonces, dio media vuelta y corri hacia la casa. Cinco minutos ms tarde regres con su caja de los tesoros. Toma le dijo a Meriel, alargndole el peine. Es el mejor tesoro que he encontrado jams pero me alegra que puedas recuperarlo. Gracias! dijo Meriel. Muchas gracias! y mientras deslizaba el peine entre su pelo dorado, mir a Luca. No puedo ir a tu casa, pero... te gustara visitar la ma? pregunt. Luca mir el mar, profundo y oscuro. Despus dirigi su mirada a Meriel. Creo que no dijo negando con la cabeza. Pero te lo agradezco. Por favor! insisti Meriel, tendindole la mano. Es muy bonita y te prometo que cuidar de ti. Por favor, ven conmigo, aunque sea slo un ratito. Luca introdujo los dedos de un pie en el agua. Despus, el pie entero. Con cuidado, Meriel tomo su mano y la condujo hacia abajo, abajo, hacia el fondo del mar. Qu visin para los ojos de Luca! No estaba oscuro en absoluto! El agua estaba repleta de luces trmulas y colores brillantes. Las estrellas de mar doradas y plateadas centelleaban en el lecho marino y los caballitos de mar saltaban a su alrededor. Las conchas de las almejas y las ostras mostraban reflejos rosa y blancos. Los pequeos peces de vivos colores se movan con rapidez hacia uno y otro lado, y los cangrejos y las langostas saludaban chasqueando con sus pinzas. stos son mis amigos dijo Meriel. Y ahora tambin los tuyos. Luca y Meriel nadaron entre cascadas de delicadas algas hasta que llegaron a una cueva de corales. Aqu es donde vivo dijo Meriel. Espera, voy a buscar una cosa para ti. Se desliz al interior de la cueva y sali con una caracola que tena forma de trompeta. Brillaba tenuemente y mostraba un pequeo agujero en la parte superior. Meriel le at una cinta de alga y la anud alrededor del cuello de Luca. Es un regalo de mi parte... y del mar dijo. Ahora el mar formar parte de ti y t formars parte de l. Lo mismo que yo. Gracias susurr Luca. Y Meriel tom de la mano a Luca y nadaron juntas hacia la superficie. Cuando llegaron al lugar donde se haban conocido, Meriel dijo: Ahora debo despedirme; no te olvidar nunca. Gracias por recoger mi peine y guardarlo en un lugar seguro.

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    Gracias por la caracola dijo Luca. La llevar siempre conmigo, para acordarme de ti. Aquella tarde, cuando mam, pap y Jos fueron a nadar, Luca les acompa. Su caracola brillaba y ella se rea mientras saltaba entre las agitadas olas.

    Y al mirar hacia el horizonte, a Luca le pareci ver un destello de pelo dorado brillando a la luz del sol.

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    TE PITO O TE HENUA

    Cancin del grupo Mazapn Oye t que slo ves el mar, que la luna es tu tierra ms cercana. T que eres el ombligo del mundo Te Pito o Te Henua. Los Moais tus mejores guardianes te avisan que se acercan forasteros. Los Aku Aku mayores consejeros. te cuidan y cuentan sus misterios. En tus cavernas guardas los secretos que a nadie has querido contar, de todos los hombres que en la isla han vivido y cmo pudieron llegar. Ya que no nos ves, nos podrs escuchar, cuando te decimos hola, y te queremos or contestar Iaorana korua.

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    SIGAMOS LOS CONSEJOS DE FORESTN

    Para prevenir los incendios forestales, t puedes ayudarnos teniendo en cuenta los siguientes consejos: Cuando hagas fogatas al aire libre, debes elegir

    un lugar despejado, nunca bajo los rboles. Rodea con piedras el sector para evitar que el fuego se propague.

    Preocpate que no lancen colillas de cigarros prendidas en caminos.

    Que no se te olvide que es peligroso que los nios y nias jueguen con fsforos, porque pueden provocar incendios forestales o bien accidentarse.

    Para quemar desechos agrcolas o forestales hay que avisar primero a la CONAF y seguir las medidas indicadas.

    Si ves un incendio forestal: Llama inmediatamente a la CONAF al nmero 130. Puedes avisar

    tambin a bomberos o a carabineros.

    Si ests cerca de un incendio forestal, no corras riesgo y aljate del fuego.

    TELFONOS DONDE PUEDES AVISAR SI VES UN INCENDIO FORESTAL

    130 CONAF 132 BOMBEROS 133 CARABINEROS

    Equipo Editorial Aptus Chile

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    EL TERRITORIO ANTRTICO CHILENO

    La Antrtica es el continente ms fro y ventoso de la tierra, est

    prcticamente cubierto de hielo y en l viven pocas plantas y animales, siendo los ms conocidos los pinginos.

    En el centro de la Antrtica se encuentra el Polo Sur, que es el extremo

    sur de la Tierra. En l no hay da ni noche, por lo que en invierno est siempre oscuro y en verano todo el tiempo hay luz. La temperatura promedio anual es de 55 bajo cero.

    El territorio antrtico chileno corresponde a la zona ms cercana al continente, llamada pennsula de OHiggins. En ella el clima es un poco ms benigno, registrndose rara vez temperaturas cercanas a los 40 bajo cero en invierno, por lo que es aqu, donde estn instaladas las diferentes bases y refugios que mantiene Chile. Las bases, son instalaciones donde viven un grupo de personas que se dedican a recorrer el territorio antrtico y a realizar estudios cientficos del clima, hielos, geografa, mar, animales y recursos mineros. Estas bases pertenecen a la Armada, al Ejrcito y la Fuerza Area de Chile y al Instituto Antrtico Chileno. La mayora de ellas funcionan solamente en la poca del verano, pero hay algunas que operan durante todo el ao, como la Villa Las Estrellas, que cuenta con banco, supermercado, correo, hospital, iglesia y escuela para los nios.

    Algunos animales que viven en la Antrtica son: El pingino emperador pasa el invierno en la Antrtica mientras espera que sus polluelos salgan del huevo. En verano, desde diciembre a marzo, se acercan al mar con sus cras.

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    El mar de la Antrtica es rico en krill, pequeos crustceos que alimentan a la ballena azul, el animal ms grande que vive en la tierra.

    Equipo Editorial Aptus Chile

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    ORIGEN DE CONDORITO

    En 1943 Walt Disney estren un filme animado llamado Saludos, donde se renda homenaje a Latinoamrica. Haban varios personajes, Tribiln (vestido de gaucho argentino), Jos Carioca (representaba a Brasil) y Chile era interpretado por Pedrito, un avin pequeo que a penas lograba cruzar la cordillera de los Andes. Segn se cuenta, el nombre fue en honor al presidente de Chile Pedro Aguirre Cerda.

    Este hecho indign al dibujante chileno, Pepo, Ren Ros, quien en ese tiempo trabajaba en la revista Topaze. l era de la idea de que si algo nos poda representar era un cndor, de hecho estaba en nuestro escudo.

    En agosto de 1949 nace el personaje ms famoso de la historieta chilena, Condorito, quien fue creado por Pepo. Sus rasgos, menos redondeados que los de hoy en da, encarnaban al pueblo chileno: bueno pa` la talla, buen amigo, astuto e ingenuo.

    As surge Condorito, cuyas historias y bromas son ledas por millones de hispanoparlantes.

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    UNIDAD 3

    EL PEQUEO MELIIR Vctor Carvajal

    El pequeo pehuenche viva a los pies de un volcn, bajo la proteccin

    de un maravilloso bosque de araucarias.

    Una maana muy temprano, se abrig con su manta y su gorro de lana. Se dirigi al bosque y busc el pehuen ms alto. Se quit la manta y la extendi sobre el suelo.

    El da era precioso, el volcn estaba cubierto de nieve y deslumbr al nio con su blancura.

    El cielo era tan azul como las aguas del lago. El pequeo Meliir se quit

    las botas de goma que calzaba, se frot la palma de las manos y se abraz al tronco como si saludara a un ser querido. Trep en el rbol tal como lo hacan su padre y sus abuelos.

    Que sorpresa le dara a su madre cuando regresara con la manta cargada de piones!

    La cima del volcn era un sombrero de algodn con una pluma de humo blanco.

    El nio del pehun se detuvo a respirar el aire fresco de la montaa. Que sorpresa le dara a su padre cuando regresara con la manta cargada de piones! En la copa del rbol colgaban los piones con sus bellas vainas doradas.

    El volcn no era tan alto entonces y en la cima flotaba una nube blanca con forma de pjaro.

    - Un chilchihun! dijo el pequeo.

    Qu sorpresa le dara a sus abuelos cuando regresara con la manta cargada de piones!

    Trep y trep hasta las ramas duras y espinudas del pehun. Se detuvo tan fatigado que a duras penas se mantuvo abrazado al tronco del rbol.

    -Qu te ocurre pequeo Meliir? -le habl un pajarito bailarn. - Quiero recoger piones y no tengo fuerzas para sacudirlos pehun.

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    - Nosotros te ayudaremos- pareci decir el pajarito. Y enton un canto tan fino que deleit hasta los ngeles del cielo.

    El pequeo pehuenche se adormeci y estaba a punto de soltarse del tronco y caer al vaco, cuando un segundo canto se sum al primero. Luego un tercero, un cuarto y un quinto tan bello como los anteriores. El nio del pehun perdi la cuenta, pues slo saba contar hasta diez.

    Cuando los cantos se detuvieron, haciendo un gran silencio, los chilchihun picotearon los piones.

    - Ves tu manta, pequeo Meliir? pareci preguntar el pajarito.

    Mientras el nio bajaba, los piones caan como lluvia de gotas doradas. - Ves tu manta, pequeo Meliir? pareci preguntar el pajarito. - No la veo respondi el nio, que por la altura no se atreva a mirar al

    suelo. - Baja otro poco del pehun y la vers pareci decir el pajarito. Mientras el nio bajaba, los piones caan como pequeas lenguas de

    fuego. -Ahora vers tu manta, pequeo Meliir? pareci decir el pajarito. El pequeo pehuenche estaba a pocos metros del suelo. A los pies del rbol vio la manta cubierta por los piones que picotearon las aves. - Gracias, querido chilchihun!- dijo el nio y salt sin miedo.

    Se calz las botas de goma, amonton los piones en la manta, la carg en

    su espalda y sali corriendo. Los pajaritos volaban detrs y recogan los piones que al nio se le caan.

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    LA YERBA MATE

    Leyenda guaran registrada en Paraguay

    Cuentan que unos diez mil o cien mil o un milln de aos despus de que fuera creada, la Luna tuvo ganas de darse un paseto por la Tierra. Al cabo de tanto tiempo deba de estar aburrida de tanto cielo y tanto cielo, verdad? La cuestin es que estaba triste porque pensaba que jams podra hacer su viajecito y se pasara la eternidad all donde la haban colocado. Empez a suspirar ms de la cuenta. Las estrellas lo advirtieron y, como queran mucho a su compaera, urdieron un plan para que sta pudiera descender a la Tierra y pasarse all una temporada. En efecto, todas ellas determinaron que algunas se uniran como una espesa neblina que impedira ver el cielo con nitidez, mientras que otras rodearan a la Luna como una especie de gasa que le dara apariencia humana, a la que el arcoris prest un poco de color para que este cuento no fuera tan blanco, tan blanco. A la Luna le pareca mentira que al fin se hiciera realidad su sueo. Y as fue. Una noche, vestida con su tnica de estrellas pequeitas, empez a bajar lentamente. Cmo disfrutaba la Luna con esa lentitud! Hasta que estuvo a un palmo de la Tierra, era una blanca cara redonda desdibujada, pero no bien toc la superficie del planeta se transform en una nia. Una nia asombrada que ya no tena diez mil, ni cien mil, ni un milln de aos, sino slo seis, seis aitos. Haba aterrizado en un lugar muy verde y no cesaba de asombrarse de los pjaros multicolores (a quienes vio dormidos, porque lleg de noche), las flores, los riachuelos e incluso del cielo, aunque estaba velado por los motivos que todos conocemos. Haba aterrizado en la selva paraguaya. Al cabo de andar casi una legua, se qued paralizada, muda de asombro, fascinada: aquello se pareca a los arroyitos que haba observado, pero era diez, cien, mil veces ms grande que ellos. Su agua corra como un ejrcito bravo: ruga, corcoveaba, echaba espuma. Nunca haba visto nada semejante en el cielo. Era el ro Paran. Ven conmigo le dijo el Paran, que era tan viejo como la Luna y la haba reconocido enseguida, te mostrar la mayor maravilla de esta Tierra. No tengas miedo, ven conmigo, no te har dao. Y as fue como el astro de la noche, transformado ahora en una nia embelesada, fue llevado tierra adentro hasta que llegaron a un pequeo poblado. Amaneca. Debo dejarte dijo el ro, pero si te diriges hacia aquellas lucecitas, vers algo ms vivo que un rbol, una flor, un pjaro o, sin ir ms lejos, un ro. Son los hombres. Los qu...?

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    Pero el Paran no dio detalles y sigui su viaje. La Luna dio algunos pasos cautelosos. La luz del da, aunque era todava poca, le resultaba extraa. Lleg cerca de las luminarias que le haba sealado el ro y entonces, frente a ella, encontr a un animal de piel manchada y penetrantes ojos de pupilas verticales, posado sobre sus cuatro patas y pasndose la lengua grande y rosada por el hocico. Eres el... Hombre? pregunt la Luna. Pero el Jaguar se aprest a abalanzarse sobre la nia para devorarla. Justo cuando estaba en la mitad de la trayectoria de su salto, cay al suelo al tiempo que por su boca se derramaba un reguero de sangre. Detrs haba otro animal, pero ste se alzaba sobre dos patas y no tena manchas ni pelos en la piel. Llevaba una escopeta en la mano, todava humeante. Eres el... Hombre? pregunt la Luna. Qu clase de nena tan extraa eres? Claro que soy un hombre! Quin eres y qu haces a estas horas exponindote a esta fiera? La Luna le cont su historia. El hombre, que era un campesino del lugar, se divirti mucho escuchndola, pero no se crey ni una palabra no obstante, hall que aquella nia era tan graciosa y estaba tan sola que decidi llevrsela a su ranchito. All le present a su esposa. A la nia le bast conocer a aquella pareja para entender lo que era la pobreza. Qu comeremos maana? deca la mujer. Se ha acabado el maz. Ten paciencia, mujer, que Dios no se olvidar de nosotros. Al otro da hubieron de cocinar un caldo con algunas hierbas y un par de huevos de pjaros del lugar, y as da tras da. La pareja se encari con la nia, pero los apuros que pasaban no le permitan prestarle demasiada atencin. As que al cabo de una semana de estar en la Tierra, la Luna decidi que estaba de ms y que ya era hora de volver al cielo. En realidad, lo aoraba: al fin y al cabo, era su casa desde diez mil, cien mil o un milln de aos atrs. Sin embargo, al pensar que deba irse de la Tierra, se le saltaron las lgrimas. El viajecito tanto tiempo soado se haba acabado! Pero lo que ms le apenaba era haber podido ayudar tan poco al Hombre. Entonces advirti que, al caer al suelo, sus lgrimas penetraban en la Tierra y se convertan en races. Remont su vuelo (ahora saba lo que era volar pues haba visto pjaros) y confi en que sus lgrimas no hubieran sido en vano. Cuando al amanecer el buen hombre sali de la casa, se qued maravillado a causa de unos arbustos desconocidos que haban brotado por doquier. Entre el verde oscuro de las hojas asomaban unas pequeas flores blancas. Llam de inmediato a su mujer, y era tanta el hambre que sta tena que se dispuso a preparar una infusin con esta planta nueva, y al beberla se sintieron todos mucho mejor y con nimo.

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    Desde entonces, la yerba mate (que as llam la mujer a la infusin) viene ayudando a vivir y a cobrar fuerzas a muchas gentes que, de otro modo, moriran de agotamiento y de hambre.

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    HISTORIA DE LA LUNA Y LAS TRES MARAS Antiguamente, los indios de Pacasmayo y la mayora de los habitantes de la costa del Per adoraban a la Luna, pues tiene poder sobre los elementos, crea las comidas y causa alborotos en el mar, adems de rayos y truenos. La tenan ellos por ms poderosa que el Sol, puesto que l no aparece de noche y, en cambio, la Luna se deja ver de noche y de da. Adems la Luna eclipsa al Sol y el Sol jams a la Luna. As, los indios de Pacasmayo hacan fiestas en los eclipses de Sol, celebrando a la Luna por su victoria, en tanto que en los de Luna, hacan bailes fnebres y lloraban mientras duraba el eclipse. Se ponan tristes los dos das en que no apareca la Luna, pues pensaban que se haba ido al otro mundo a castigar a los ladrones que haban muerto. Tambin adoraban a dos estrellas, que llamaban Pata y que hoy conocemos como las Tres Maras. Ellos crean, y algunos todava creen, que la estrella de en medio es un ladrn y malhechor. La Luna habra querido castigarlo durante un eclipse y, entonces, envi a dos estrellas para que lo llevaran prendido (eso quiere decir Pata) y lo entregaran para que se lo comieran los buitres, que son las cuatro estrellas que estn ms abajo. Estas siete estrellas estn en el cielo como recuerdo de ese castigo ejemplar.

    Relato del Per. Recopilado por Walter Krickeberg Tomado de Cuentos sobre el origen del hombre y del mundo

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    POEMAS A LOS ASTROS Una estrella

    Sobre la espuma, sobre la piedra, sobre el asfalto, sobre la hierba,

    sobre los cardos, sobre las tejas, brilla una estrella, brilla mi estrella. Lleva una malla de oro y de seda. Tiene desnudos brazos y piernas.

    Baldomero Fernndez, argentino La Luna, pelo largo?

    Si la luna tuviera pelo largo usara un cintillo de color; o quizs largas trenzas con dos cintas, y en las fiestas, gran moo, pinche y flor. Si la luna tuviera pelo largo se peinara con los rayos del Sol, y en las noches de viento huracanados la veramos de gorro con pon pon.

    Mara Luisa Silva, chilena

    El Sol El sol es el astro ms bello del cielo, su luz nos da vida, nos pone contentos. Brilla entre las flores y dora las frutas: re con los nios su cara que alumbra!

    scar Jara Azcar, chileno La estrella En el naranjo est la estrella. A ver quin puede cogerla! Pronto, venid con las perlas, traed las redes de seda! En el tejado est la estrella. A ver quin puede cogerla! Oh, qu olor a primavera su pomo de luz eterna! En los ojos est la estrella. A ver quin puede cogerla! Por el aire, por la yerba, cuidado que no se pierda! En el pozo est la estrella! A ver quin puede cogerla!

    Juan Ramn Jimnez, espaol

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    DE CMO EL PAJARO SIETE COLORES OBTUVO SUS PLUMAS

    Esto es verdad y no miento, como me lo contaron te lo cuento...

    Hace muchos, muchos aos, el sietecolores era un pjaro sin ningn color.

    Un da fue apresado por unos campesinos para servir de alimento a la familia.

    Ya lo iban a echar dentro de una olla, cuando logr escapar. Volando, volando, huy del lugar y muy cansado logr llegar al taller de un maestro carpintero.

    Como vena tan cansado no se dio cuenta y roz un tarro de cola. Sus plumas quedaron cubiertas de pegamento.

    La avecita continu su camino y le fue contando a todos los dems pjaros lo que le haba ocurrido.

    Al llegar a la falda de un cerro se encontr con el cardenal. Cuando este lo escuch, suspir y exclam:

    Caramba que estamos mal... y sac tres de sus plumas de color rojo alizarn y se las regal.

    Luego sigui camino y se encontr con un jilguero: Chiuchiuchiu... salud. Al enterarse de lo sucedido, este le regal tres plumas de color ocre

    amarillo. Y as sucedi varias veces ms. Cada vez que el sietecolores se topaba

    con algn pajarito, este le regalaba tres plumas de color. Un choroy le regal tres de color azul.

    El cndor le obsequi tres plumas blancas del cuello, y cuando lleg hasta la laguna, una tagita le dio tres plumas negras.

    Tambin la Cachagua se sac tres plumitas verdes. Cerca del atardecer vio el pidn. Al verlo le grit: Filloruiz Filloruiz... Al escuchar lo ocurrido, sac de inmediato tres

    plumas de color pardo y se las dio. Como el sietecolores tena el cuerpo con pegamento, todas las plumas se

    le iban pegando. Finalmente, cuando lleg la noche, se qued dormido. Estaba feliz con su

    nuevo plumaje. Y dicen que el Creador que todo lo ve, se emocion tanto al ver la

    generosidad de las aves y la alegra del sietecolores, que baj desde el cielo y le arregl las plumas, concedindole un hermoso brillo.

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    A partir de la versin de Oreste Plath Chile

    EL LENGUAJE MAPUCHE, EL MAPUDUNGN

    El mapudungn, que significa el hablar de la tierra, es el lenguaje del pueblo mapuche. Es una lengua sin escritura, por lo que su transcripcin se basa en como la persona que lo escribi, lo escuch. El hablar de la tierra significa que es la lengua de la Madre Tierra, un lenguaje ligado a la naturaleza, admirable como el canto de los pjaros, el silbido del viento, el susurro de las olas; transparente y puro, en el que no existen las malas palabras ni las insolencias, ya que la tierra es bondadosa y sabia. Muchas palabras que hoy utilizamos son de origen mapuche y seguramente te sorprenders al saber que t tambin las dices. Esto es muy normal, ya que los mapuches son nuestros antepasados e incluso actualmente muchos viven en los campos y ciudades.

    Te recordaremos algunas de las palabras mapuches que probablemente t usas todo el tiempo:

    PANA: CHARQUICN: LAUCHA: GUARN: RUCA: PONCHO:

    Hgado de animales. Tpico plato chileno preparado con charqui, papas, zapallo y otras verduras. Ratn pequeo. Ratn grande. Vivienda. Manta con ranura al medio para meter la cabeza.

    PIOLA: Cordel grueso.

    CAHUN: COPUCHA:

    Enredo o alboroto. Chisme.

    COTOTO: Chichn, especialmente en la cabeza.

    CHAPE: Trenza de mujer.

    GUATA: Estmago.

    GUATAZO: Golpe dado contra el estmago.

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    Hay tambin muchos nombres de lugares de Chile que provienen de la legua mapuche:

    ANTUCO: Agua del indio.

    BIO-BIO: BUCALEMU: CHILO: FUTALEUF: MANQUEHUE:

    Canto del pjaro fo fo. Bosque grande. Isla de Gaviotas. Ro grande. Lugar de cndores.

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    CABAUELAS Y EL ANUNCIO DEL TIEMPO

    Las cabauelas son una creencia popular que en Amrica provienen de los mayas y que se han extendido por todo el continente de forma oral de padres a hijos.

    A travs ellas las personas pronostican cmo ser el clima durante el ao. Lo hacen observando el tiempo durante los primeros 12 das del mes de enero, correspondiendo cada da a un mes del ao. Por ejemplo el 2 de enero indicara como va a estar el tiempo en febrero, el 3 de enero en marzo y as sucesivamente, hasta llegar al 12 de enero que indicara el tiempo de diciembre. De esta forma se podra determinar si un mes ser lluvioso o seco, fro o caluroso, etc. Las cabauelas son universales, se pueden practicar en cualquier parte del mundo, pero no en todos los lugares se utilizan los mismos das para realizar el pronstico. As, por ejemplo, en Espaa y en general en el Hemisferio Norte, la prediccin se hace en el mes de agosto y los hindes lo hacen en la mitad del invierno. Otra forma de pronosticar el tiempo est basada en algunas observaciones del sol, la luna, el cielo, los animales y en nuestro pas existen diferentes maneras que permiten adelantar cmo estar el tiempo en los prximos das y que han dado origen a diferentes refranes. Por ejemplo, en el campo, los campesinos dicen que el canto de los queltehues y los tiuques anuncia la lluvia:

    Cuando grita el queltehue quiere decir que llueve.

    Tambin, mirando la luna en la tarde se puede saber cmo va a estar el da siguiente. Si hay un cerco luminoso alrededor de ella se interpreta como que el tiempo no cambiar:

    Crculo en la luna, novedad ninguna.

    Pero si el cerco luminoso est alrededor del sol la interpretacin es

    diferente: Crculo en el sol,

    aguacero o temblor. Si la luna nueva tiene los cachitos para arriba, se supone que llover, lo mismo si el cielo est empedrado:

    Cielo empedrado, suelo mojado.

    Otra prediccin del tiempo muy caracterstica en el sur de Chile es:

    Norte claro, sur oscuro,

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    aguacero seguro. Otras creencias son la de pensar que cuando las gallinas se van a su gallinero temprano, es porque va a haber mal tiempo al da siguiente, lo mismo si la casa se comienza a llenar de hormigas. Los profesores tambin tienen sus propias observaciones, ya que creen que cuando los nios andan muy inquietos, es seal de que el tiempo se echar a perder. Ser as? Hoy, en que la meteorologa est muy avanzada y podemos ver en la televisin o escuchar por radio los pronsticos del tiempo, sera interesante comprobar estas creencias que vienen del conocimiento popular.

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    UNIDAD 4

    LA PALOMA Y LA HORMIGA

    Fabula de Esopo Una hormiga iba caminando por el bosque. De pronto se detuvo. Qu sed tengo! exclam en voz alta. Por qu no vas hasta el arroyo y te refrescas un poco con sus aguas? le dijo una paloma que estaba posada en un rbol. El arroyo est cerca de aqu, pero cuidado!, no te vayas a caer en l. La hormiga fue hasta el arroyo y comenz a beber. En eso, un fuerte viento empuj a la hormiga al agua. Socorro! grit la pobre hormiga Socorro, me ahogo! La paloma escuch el grito y pens que no deba perder ni un minuto si quera salvar a su amiga. Con su piquito quebr una rama y la dej caer al agua donde estaba la hormiga. La hormiga se agarr de la rama y, flotando sobre ella, logr llegar a la orilla. Un tiempo despus, la hormiga descubri a un cazador que estaba preparando una trampa para cazar a la paloma. La paloma lleg volando y se acerc peligrosamente a la trampa. La hormiga pens en salvar a la paloma y, sin perder tiempo, pic con todas sus fuerzas al cazador en el pie. Ay! grit el cazador, sintiendo un gran dolor. La paloma, al escuchar el grito del hombre, escap volando del lugar y se salv. Esta fbula de la paloma y la hormiga nos ensea que toda buena accin tiene

    su recompensa.

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    CMO EL PERRO Y EL HOMBRE SE HICIERON AMIGOS

    Cuento siberiano Has de saber que este cuento es muy antiguo. Mi bisabuelo se lo cont a mi abuelo, y l se lo cont a mi padre, quien me lo cont a m, y ahora te lo cuento a ti. Hace muchos, muchos aos, el perro an no era el fiel amigo del hombre y viva solo en el bosque. Un da decidi salir a buscar a un compaero, pues se senta muy solo. Primero se encontr con un conejo y le pregunt: Quieres irte a vivir conmigo? El conejo acept, porque l tambin se senta solo. Los dos animalitos vivieron un tiempo juntos. De da buscaban su alimento en el bosque y en las noches dorman entre los matorrales. Una noche, el perro se puso a ladrar. El conejo se asust mucho y grit: Por favor no ladres ms, puede venir el lobo y nos comer.

    El perro pens: Este conejo tiene miedo, y lo abandon. Al da siguiente el perro parti a buscar otro amigo y se encontr con el lobo. Quieres ir a vivir conmigo? le pregunt. De acuerdo respondi el lobo, y juntos se fueron al bosque.

    Una noche, el perro se puso a ladrar. El lobo se asust mucho y le pidi al perro: Por favor deja de ladrar. El oso te va a escuchar y vendr a comernos. Este lobo tiene miedo, pens el perro, y a la maana siguiente lo abandon. El perro busc al oso y le pregunt: Quieres ir a vivir conmigo? Acepto dijo el oso, y se fueron al bosque.

    Una noche el perro ladr y el oso se asust mucho: No ladres por favor. Puede venir el hombre y nos va a cazar le dijo muy enojado. Este oso tiene miedo, pens el perro, y lo abandon. El perro se encontr con el hombre al da siguiente y le dijo: Hombre, ven, vamos a vivir juntos! Est bien respondi el hombre. Y juntos se fueron al bosque. Una noche el perro ladr fuertemente y el hombre, despertando, le dijo: Ladra, ladra todo lo que quieras. Si lo haces, el lobo y el oso se asustarn y no se atrevern a acercarse a la casa. El hombre no tiene miedo, pens el perro satisfecho. Y as, desde entonces, el perro y el hombre son muy buenos amigos y ambos confan el uno en el otro.

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    EL PEZ ARCORIS Marcus Pfister

    En alta mar, en un lugar muy, muy lejano, viva un pez. Pero no se trataba de un pez cualquiera. Era el pez ms hermoso de todo el ocano. Su brillante traje de escamas tena todos los colores del arco iris. Los dems peces admiraban sus preciosas escamas y le llamaban el pez Arcoris. Ven, pez Arcoris! Ven a jugar con nosotros! le decan. Pero el pez Arco iris ni siquiera les contestaba, y pasaba de largo con sus escamas relucientes. Pero un da, un pececito azul quiso hablar con l. Pez Arcoris, pez Arcoris! le llam. Por favor, me regalas una de tus brillantes escamas? Son preciosas, y como tienes tantas...! Que te regale una de mis escamas? Pero t qu te has credo! grit enfadado el pez Arcoris Venga, fuera de aqu! El pececito azul se alej muy asustado. Cuando se encontr con sus amigos, les dijo lo que le haba contestado el pez Arcoris. A partir de aquel da nadie quiso volver a hacerle caso, y ya ni le miraban; cuando se acercaba a ellos, todos le daban la espalda. De qu le servan ahora al pez Arcoris sus brillantes escamas; si nadie le miraba? Ahora era el pez ms solitario de todo el ocano. Un da, Arcoris le pregunt a la estrella de mar: Con lo guapo que soy...! por qu no le gusto a nadie? No lo s le contest la estrella de mar. Pregntale al pulpo Octopus, que vive en la cueva que hay detrs del banco de coral. A lo mejor l tiene la respuesta. El pez Arcoris encontr la cueva. Era tan oscura que casi no se vea nada. Pero, de pronto, en medio de la oscuridad, se encontr con dos ojos brillantes que lo miraban. Te estaba esperando le dijo Octopus con una voz muy profunda. Las olas me han contado tu historia. Escucha mi consejo: regala a cada pez una de tus brillantes escamas. Entonces, aunque ya no seas el pez ms hermoso del ocano, volvers a estar muy contento. Pero... Cuando el pez Arcoris quiso contestarle, Octopus ya haba desaparecido. -Que regale mis escamas? Mis preciosas escamas brillantes? pens el pez Arcoris, horrorizado. De ninguna manera! No! Cmo podra ser feliz sin ellas? De pronto, sinti que alguien le rozaba suavemente con una aleta. Era otra vez el pececito azul! Pez Arcoris, por favor, no seas malo! Dame una de tus escamas brillantes, aunque sea una muy, muy pequeita! El pez Arcoris dud por un

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    momento. Si le doy una escama brillante muy pequeita pens, seguro que no la echar de menos. Con mucho cuidado, para no hacerse dao, el pez Arcoris arranc de su traje la escama brillante ms pequea de todas. Toma, te la regalo! Pero ya no me pidas ms! eh? Muchsimas gracias! contest el pececito azul, loco de alegra. Qu bueno eres, pez Arco iris! El pez Arcoris se senta muy raro. Sigui con la mirada al pececito azul durante un buen rato, viendo cmo se alejaba, haciendo zig-zags, y deslizndose como un rayo en el agua con su escama brillante. Al cabo de un rato, el pez Arco iris se vio rodeado de muchos otros peces que tambin queran que les regalase una escama brillante. Y, quin lo iba a decir! Arcoris reparti sus escamas entre todos los peces. Cada vez est