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Economía

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  • El CotidianoISSN: [email protected] Autnoma Metropolitana UnidadAzcapotzalcoMxico

    Garca Castro, Beatriz; Salinas Callejas, Edmar; Velzquez Garca, Leticia; Carranco Gallardo,Zorayda; Godnez Enciso, Andrs

    Lo Cotidiano del sector industrial en Mxico: 25 aos de cambio estructuralEl Cotidiano, nm. 156, julio-agosto, 2009, pp. 77-107

    Universidad Autnoma Metropolitana Unidad AzcapotzalcoDistrito Federal, Mxico

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32512743005

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    Pgina de la revista en redalyc.org

    Sistema de Informacin CientficaRed de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal

    Proyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

  • El Cotidiano 156 77

    Beatriz Garca Castro* Edmar Salinas Callejas*Leticia Velzquez Garca*Zorayda Carranco Gallardo*a

    Andrs Godnez Enciso*

    l Cotidiano ha constituido un espacio de reflexin plural en el que se han seguido los acontecimientos

    En los ltimos veinticinco aos la actividad industrial se ha visto inmersa en un profundo proceso de reestructuracin productiva tendiente a incrementar la penetracin de nuestra economa en el mercado mundial. Pese a haber alcanzado tasas importantes de crecimiento en las exportaciones, principalmente del sector maquilador, este proceso est lejos de conseguir una verdadera reestructuracin productiva basada en crecimientos de la productividad tal que alcance a toda la economa y toda la sociedad. Este dficit ha sido apuntado enfticamente por El Cotidiano, cuyas pginas han sealado que la modificacin de las relaciones labo-rales de la industria, la contraccin de la participacin del Estado en la economa, el cambio en la composicin de la demanda y el cambio del motor de crecimiento del sector pblico al sector externo, han dejado una estructura industrial desarticulada y muy heterognea, un mercado interno reducido, una pequeo grupo de empresas modernas y eficientes vinculadas con el sector externo y poco con el interno. Este contexto exige una poltica pblica ms eficiente y eficaz para alcanzar no slo el crecimiento econmico, sino para que ste se traduzca en bienestar para la mayora de la poblacin.

    ms importantes de la actividad poltico-econmica nacional. El pro-psito de este artculo es revisar el acompaamiento que ElCotidiano ha hecho de la actividad industrial de nuestro pas. El ejercicio de revisar este acompaamiento ha permitido constatar que efectivamente su pu-blicacin contribuy a las principales reflexiones relativas a los problemas y limitaciones del sector. Incluso puede decirse que ste ha constituido un foro permanente de anlisis de los desequilibrios y contradicciones

    Lo Cotidiano del sector industrial en Mxico: 25 aos de cambio estructural

    inherentes al modelo seguido de cambio estructural.

    El escenario de gestacin de ElCotidiano como un espacio de anlisis y reflexin sobre la realidad econmica y social de Mxico, tiene como pauta un contexto, que refleja los primeros efectos de un proceso de profunda transformacin mundial. La dcada previa, los aos setenta, represent un periodo de sensibles cambios econmicos, tecnolgicos y financie-ros: las crisis del petrleo, las trans-formaciones de la base productiva y

    E* Profesores-Investigadores del rea de

    Relaciones Productivas en Mxico, del Depar-tamento de Economa de la uam-a. Sus correos son, por orden: ; ; ; ; . Los autores de-sean agradecer a las licenciadas Silvia Osnaya y Gisela Ponce por su apoyo en la recopilacin de materiales de la revista.

    a Estudiante del Doctorado en Ciencias Econmicas de la uam.

    julio-agosto, 2009

  • Economa nacional78

    organizacional, y las alteraciones en el sistema cambiario y los flujos financieros, fueron algunas de las principales seales de cambio estructural que se expresaron en toda su magnitud en los aos subsecuentes.

    Para Mxico, como para la gran mayora de los pases latinoamericanos, los sucesos que se vislumbraban en el concierto internacional mostraron como rasgo central un profundo desfase entre la capacidad del aparato productivo y la habilidad de las instituciones de gestin econmica para prever y anticiparse, no slo a los sntomas de crisis sino sobre todo a promover las adecuaciones necesarias para lo que hoy es conocido como la globalizacin econmica.

    La entrada a los aos ochenta signific para el pas un claro periodo de inflexin. Un sistema poltico y de admi-nistracin pblica controlado por la tradicin prista, la cual mostr claros sntomas de debilitamiento; la gestin de gobierno maniatada cada vez ms por el crecimiento de la deuda externa, la erosin e inestabilidad del peso mexicano, las presiones inflacionarias y el sobredimensionamiento del aparato burocrtico. A su vez, el aparato productivo nacional, orientado al mercado interno y donde el sector energtico (la produccin petrolera) ya era el ancla pro-ductiva y el principal producto de exportacin, mostr una clara prdida de competitividad.

    Desde entonces, ElCotidiano ha constituido un espacio de reflexin plural en el que se han seguido los aconteci-mientos ms importantes de la actividad poltico-econmica nacional.

    El propsito de este artculo es revisar el acompaa-miento que ElCotidiano ha hecho de la actividad industrial de nuestro pas. El ejercicio de revisar este acompaamiento ha permitido constatar que efectivamente su publicacin contribuy a las principales reflexiones relativas a los problemas y limitaciones del sector. Incluso puede decirse que ste ha constituido un foro permanente de anlisis de los desequilibrios y contradicciones inherentes al modelo seguido de cambio estructural.

    El trabajo se presenta de la siguiente manera. En el siguiente apartado se resumen las principales caractersticas del desarrollo de la economa mexicana en general y del sec-tor industrial en particular. Este apartado conforma el teln de fondo a partir del cual se elaboran las distintas apor-taciones de ElCotidiano. En el apartado tres se presentan una recopilacin de algunos de los trabajos publicados en la revista que permiten describir con claridad las dificultades por las que ha atravesado la industria mexicana en estos veinticinco aos de reconversin. Los apartados cuatro y cinco presentan el comportamiento, de dos sectores, el

    automotriz y la industria maquiladora, incluyendo en ambos casos el anlisis que se realiza de ellos en ElCotidiano. En el apartado seis se discuten las principales tendencias de la poltica industrial y las discusiones que en torno a ella se han levantado en ElCotidiano. Por ltimo se presentan las conclusiones de este trabajo.

    Economa y sector industrial en Mxico 1982-2008

    El contexto de la economa nacional

    El comportamiento de la economa mexicana en el curso de fines del siglo XX e inicios del siglo XXI (1982-2008), ha descrito ciclos de crecimiento menos estables a los periodos anteriores de la industrializacin por sustitucin de importaciones (1940-1981). Los ciclos actuales son me-nos dilatados y hay una mayor frecuencia de recesiones o depresiones con una tendencia de largo plazo de un menor ritmo de crecimiento1.

    La explicacin de este comportamiento se puede dar a partir de tres hechos centrales. El primero es el agotamiento del modelo de industrializacin precedente, el segundo es el sobreendeudamiento en el que se incurri para seguir creciendo y el tercero son las limitaciones del nuevo mo-delo de crecimiento instrumentado a partir de 1988.

    El ao de 1982 es histricamente significativo, da trmino a un modelo de crecimiento surgido despus de la crisis de 1929 que se corresponde con un proyecto de nacin definido por la modificacin del sistema poltico y la modernizacin del sistema econmico. Revela tambin la incapacidad de las lites econmica y poltica de sacar adelante al pas con la renovacin del proyecto nacional; por el contrario, 1982 es el resultado de una estrategia de crecimiento fallida y un sobreendeudamiento con los acreedores externos.

    El modelo alternativo a la sustitucin de importaciones (isi) ha sido el modelo de sustitucin de exportaciones (ise). Este modelo de crecimiento se traz con la Reforma Econmica de Estado a partir del Plan Nacional de Desa-rrollo (pnd) 1988-1994. El tlcan se convirti en la pieza clave en tanto que reorient el crecimiento econmico del pas a partir del sector externo y lo convirti en el nuevo motor de crecimiento apoyado en la inversin extranjera

    1 Entre 1940-1981 la tasa de crecimiento del pib fue de 6% anual, entre 1982-2006 fue 2.6%, y si la medimos para el periodo 1988-2006 su tasa de crecimiento promedio anual fue de 3.3%.

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    directa (ied), en las manufacturas y en las remesas de los migrantes y las exportaciones petroleras.

    La nueva estrategia de crecimiento planteada con el pnd 1988-1994 fue acompaada de una reforma estructural aun inconclusa. Su propuesta no fue inmediata. En el sexenio de 1983-1988 se intenta controlar la crisis econmica al mismo tiempo que mantener la configuracin estructural prevaleciente, situacin que result imposible y que condujo a la modificacin continua de los programas de estabiliza-cin econmica. El Programa Inmediato de Reordenacin Econmica (pire) fue el programa inicial y se aplic sin xito entre 1983 y 1986. El Programa de Aliento al Crecimiento (pac) se emple de 1986 a 1987 y finalmente el Pacto de Solidaridad Econmica (pse) de 1987 a 1988 logr el ob-jetivo de estabilizar la economa mexicana, controlando la inflacin y recuperando el crecimiento econmico2.

    Los ciclos de crecimiento de la economa mexicana en esta poca parten prcticamente de la crisis financiera de 1982 y de la superacin de la estanflacin econmica de 1983 a 1987, donde la recesin de 1982 es seguida de la depresin de 1983 y 1984, una recuperacin en 1985, otra depresin en 1986 y 1987, y nuevamente una recuperacin que se volvi estable a partir de 1988. A la distancia se puede observar la enorme dificultad que cost superar no una simple recesin econmica cclica, sino el colapso de un sistema econmico y del motor de su configura-cin: la industrializacin por sustitucin de importaciones precedente.

    En una primera aproximacin aparecen tres ciclos econmicos ligados a cada uno de sus sexenios, el ciclo de 1989 a 1994, el ciclo de 1995 a 2000 y el ciclo de 2001 a 2006. El primero surge de la estabilizacin econmica del periodo de estanflacin anterior y conserva su impulso de recuperacin del crecimiento y descenso inflacionario, al modificarse el contexto estructural con la Reforma Econmica de Estado planteada en el pnd. En 1993 hay una declinacin en el pib y con la apertura del tlcan en 1994, se genera una recuperacin, en un contexto poltico conflictivo que propicia la fuga de capitales y las presiones devaluatorias, para finalmente precipitar una devaluacin tarda y una crisis financiera acompaada de una depresin y un repunte inflacionario en 1995.

    La depresin de 1995 est relacionada no tanto con fallas estructurales sino con errores de poltica econmica y efectos de inestabilidad poltica. A partir de 1996 se inicia la recuperacin econmica y el control inflacionario, de manera que la economa crece en forma sostenida hasta 20003.

    El tercer ciclo acompaa al sexenio de Vicente Fox (2001-2006); se inicia con un estancamiento sin inflacin entre 2001 y 2003 y una recuperacin de 2004 a 2006. Este ciclo revela dos aspectos importantes, primero es la convergencia con el ciclo norteamericano, ya que la rece-sin norteamericana afecta sensiblemente a la economa mexicana inducindola a la par a una recesin, el segundo aspecto es la prdida de la capacidad de crecimiento interna por los efectos de desintegracin econmica que el nuevo modelo ha generado, (el desplazamiento de la inversin pblica, la conversin de la inversin privada de productiva a rentista y la concentracin de la ied en las manufacturas de exportacin).

    De esta forma, la depresin de 1995 estuvo relacionada con errores de poltica econmica e inestabilidad poltica, en tanto que la recesin de 2001 a 2003 estuvo inducida por la recesin econmica norteamericana y la prdida de las fuentes internas de crecimiento como efecto del nuevo modelo de sustitucin de exportaciones. En el caso del sexenio actual parece perfilarse una depresin un tanto prolongada que se inicia en 2007, se contina en 2008 y se profundiza en 2009, para proyectarse a 2010. Este valle prolongado del ciclo es resultado de la crisis global que ha afectado sensiblemente a la economa norteamericana y que impacta adversamente a Mxico, por haberse subor-dinado la economa mexicana al mercado norteamericano con el tlcan4.

    El comportamiento del ciclo econmico toma como variable central la tasa de crecimiento del producto, que a su vez est determinada por el comportamiento de la inversin y de la demanda final, variables conexas con la

    2 El pire pretendi estabilizar la economa conservando el modelo de economa mixta; el pac tuvo un carcter eminentemente monetarista; y el pse fue un programa heterodoxo con xito relativo. La economa mexicana estuvo sometida a la vulnerabilidad de sus exportaciones de petrleo y de su sobreendeudamiento externo.

    3 En 1994 se suscita una serie de acontecimientos que ponen en entre-dicho la estabilidad poltica, como son el alzamiento zapatista, el asesinato del candidato del pri a la presidencia y del virtual lder parlamentario del pri en la Cmara baja. Estos hechos causaron incertidumbre y propicia-ron la fuga de capitales que termin por acelerarse con los efectos de la devaluacin tarda de diciembre de ese ao.

    4 En relacin a las proyecciones de la depresin actual, el gobierno norteamericano admite que durar hasta 2011, y algunos economistas como Krugman y Stiglitz consideran que la crisis se proyectar hasta 2013, pues la sobrevaloracin especulativa del capital ficticio ha provocado un efecto devastador en la economa real inclusive.

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    tasa de inters, el tipo de cambio, la oferta monetaria, el saldo neto de la balanza externa, el nivel de ocupacin, la formacin bruta de capital, entre otras variables.

    Tanto la inversin como la demanda final oscilan con el ciclo, sin embargo la tendencia de largo plazo de la inver-sin ha sido a descender, mientras que la demanda final ha tenido un comportamiento ms estable hasta antes de la depresin actual. En este sentido la disminucin de la tasa de crecimiento del producto puede asociarse en parte a la reduccin del nivel de inversin. Esto es explicable porque la inversin pblica ha sido desplazada del escenario como fuente de crecimiento, la inversin privada nacional se ha desplazado hacia el rentismo y la ied es todava insuficiente y concentrada en la manufactura de exportacin, aunque haya flujos de inversin extranjera importantes, sobre todo en el sexenio anterior, que se orientaron al mercado de valores5.

    Esta insuficiencia de inversin es una limitacin del actual modelo; en promedio no ha rebasado 20% del pib, con lo cual se ha tenido un crecimiento moderado cuyo techo es la tasa de crecimiento de 5% y cuyo promedio de crecimiento entre 1988 y 2006 ha sido de 3.3%. Para crecer por arriba de 5% se requiere que la inversin total alcance porcentajes de 30% a 40% del pib. Estos niveles de inversin y crecimiento del pib estn fuera del alcance del actual modelo, lo que ha dado lugar a una polmica de si es resultado de las propias limitaciones del modelo o porque las reformas estructurales no han podido concluirse.

    La reforma energtica, la reforma laboral y la reforma fiscal no han podido terminar de aplicarse. Se espera que de llevarlas a cabo propiciar mayores niveles de inver-sin privada y particularmente externa, as como de que permitir que el Estado obtenga una mayor recaudacin fiscal para hacer frente a sus crecientes necesidades pre-supuestarias.

    La reforma energtica est en entredicho por diversas razones, si bien hay consenso en torno a la necesidad de una reforma energtica que permita modernizar el sector, las propuestas son diferenciadas e incluso polarizadas. Por un lado se defiende la necesidad de que la reforma per-mita la apertura del sector energtico al capital privado,

    particularmente extranjero, esgrimiendo que no se cuenta con el desarrollo tecnolgico para hacerlo ni se tiene la capacidad financiera. Por otro lado se recrimina que ha sido un propsito no confesado de los tecncratas en turno, haber abandonado el impulso al desarrollo tecnolgico en este rubro y otros para colocar al pas en prcticamente una venta de garage de sus recursos naturales a la ied. En este enconado debate se ha precipitado la crisis polarizando aun ms las posiciones.

    Con respecto a la reforma laboral el asunto tambin es espinoso ya que una reforma en el mbito de la fuer-za de trabajo implica dos costos y un beneficio. Por una parte, trabajadores como tales quedan mermados en sus derechos laborales (por ms que se argumente que la va de modernizacin por medio de la tecnologa flexible no le sea adversa a la mano de obra); otro de los costos es para la burocracia sindical, porque la sustitucin de contratos colectivos por contratos individuales merma la existencia de los sindicatos, que son el mbito del corporativismo y el charrismo sindical. El beneficio es para los empresarios y sobre todo para los inversionistas extranjeros que por medio de esta reforma abarataran aun ms los costos salariales, como ya de hecho ocurre en las maquiladoras.

    La reforma fiscal es otra historia que se repite cclica-mente y que est limitada por dos problemas caractersticos estructurales. Por una parte, el Estado mexicano tiene una baja recaudacin de impuestos, (en Amrica Latina est entre los gobiernos que menos impuestos recaudan). Por la otra, el pas se caracteriza por tener una distribucin del ingreso muy desigual, en la que la lite social concentra una parte importante del ingreso nacional y del ahorro social, gracias en parte al apoyo de las sucesivas polticas fiscales aplicadas. Por ello, el margen de maniobra para incrementar la recaudacin es muy corto, se orienta a elevar el grava-men al consumo, en gravar a la economa informal y en incrementar las tasas impositivas de los trabajadores de ingresos medios y altos. Incluso se ha intentado gravar los mrgenes de utilidad del capital y a la capacidad de ahorro. Sin embargo no hay una solucin adecuada en tanto el mo-delo no sea capaz de saltar los obstculos mencionados por medio de la diversificacin de la economa, la integracin econmica, la elevacin de la productividad, la eficiencia y la ocupacin.

    En el actual contexto de depresin econmica globa-lizada la aplicacin de estas reformas no puede alcanzar los objetivos deseados, porque la inversin mundial va en picada, el desempleo en aumento y el ahorro y el consumo a la baja.

    5 Las variables macroeconmicas se han clasificado en procclicas si se comportan conforme al ciclo y anticclicas si se comportan en forma contraria al ciclo, entre las primeras, est la inversin, la ocupacin, el consumo, la formacin de capital y las importaciones; en las segundas est el tipo de cambio, las exportaciones y el nivel de precios.

  • El Cotidiano 156 81

    Se ha sealado una y otra vez que el modelo es limitado, principalmente porque es un modelo de crecimiento y no un modelo de desarrollo. El modelo de ISE se centr en el sector exportador y ha abandonado el mercado interno. Este hecho estructural ha generado diversos efectos. Por un lado el crecimiento se ha concentrado en el sector ex-terno, desvinculndolo de la economa interna (un efecto anti-integrador), por otro lado, ha estimulado la informa-lizacin econmica y la migracin como contratendencias al desempleo absoluto, estratificando ms a la poblacin y condenndola a recibir ingresos limitados. Si a esto se suma el abandono o descuido de la ciencia y la tecnologa, el deterioro del nivel educativo y de los servicios de salud, los costos sociales se presentan como insuperables, por lo que el pas est condenado a profundizar y reproducir el subdesarrollo econmico, y a continuar con su integracin limitada y precaria al mercado norteamericano.

    Hoy aparece un debate polarizado sobre continuar con las reformas estructurales en el sentido en que se han pensado, o cambiar de modelo y aspirar no solamente al crecimiento econmico sino al desarrollo econmico tambin. Adems, se han configurado dos retos, uno es el deterioro del medio ambiente y sus secuelas en el siglo XXI sobre el cambio climtico y el otro los efectos y alcances de la actual depresin econmica globalizada.

    En el fondo del debate est la polmica sobre el papel del Estado en el crecimiento y en el desarrollo y parti-cularmente, cul es el papel del Estado en una economa desarrollada y cul en una economa subdesarrollada. La excesiva ideologizacin de este asunto de un lado y del otro ha llevado a pensar que el mercado puede operar en forma automtica para regular las economas, sin reparar en las especificidades del desarrollo y el subdesarrollo, o que el Estado es la nica esperanza para salir del subde-sarrollo.

    Se requiere un anlisis histrico detallado para ver por qu el Estado del bienestar se agot tanto en el mundo desarrollado como en el mundo subdesarrollado. No obs-tante, una hiptesis adelantada es que los costos sociales en aumento del Estado del Bienestar y su sobreendeudamiento convergieron con la declinacin de la rentabilidad del capital al final de un horizonte tecnolgico, de manera que la resti-tucin de la rentabilidad del capital condujo a la sobrevalori-zacin del mismo, tanto en el mercado de dinero y capitales como en el mercado de bienes y servicios con un nuevo horizonte tecnolgico. Esta restitucin de la rentabilidad de capital requiri reducir los costos de la gestin estatal a costa del bienestar y estimular sobrevalorizacin, para lo

    cual adems de abaratar los costos salariales e incrementar la productividad, recurri al artificio de la especulacin en el mercado de dinero y capitales, aprovechando el nuevo horizonte tecnolgico que las telecomunicaciones y la informtica le brindaron.

    Mientras esto suceda en el corazn de la economa mundial, la economa mexicana se insert en la senda de crecimiento que la propia globalizacin impulsaba, desmon-tando a medias al proyecto histrico del Estado nacional revolucionario, pero sin absorber los costos polticos y sociales, por el contrario los ha aumentado. Hoy da la pobreza absoluta se ha incrementado y el rgimen poltico de democracia de partidos est en entredicho.

    En el contexto del subdesarrollo el papel del Estado como palanca del crecimiento y del desarrollo mismo se vuelve un elemento estratgico, ya que no acompaa a ambos sino que es uno de sus creadores e impulsores; sin embargo el burocratismo, la corrupcin y el crecimiento excesivo han mermado la eficacia y eficiencia de su ac-cin en la economa, razn por la cual todava se ataca su participacin y se defiende su retirada como agente del crecimiento y tambin potencial agente del desarrollo.

    En el caso mexicano es claro que la incapacidad de haber entendido oportunamente los signos de los tiempos por la lite poltica, es decir, el agotamiento del modelo industrializador y los alcances de la globalizacin, aunado al problema del desbordamiento social al autoritarismo poltico, condujo en una primera reaccin a mantener la senda de crecimiento sin modificar un sistema econmico en agotamiento (1970-1982), para despus girar radical-mente y disear un proyecto de nacin que combin un modelo limitado de crecimiento hacia fuera dependiente del ahorro, el mercado y la tecnologa externas, en detrimento de las capacidades internas y con el atractivo envoltorio de la transicin a la democracia (1988-2000).

    Una de las cuestiones torales del cambio de modelo es ni ms ni menos que el papel que juega el sector industrial. En Mxico, el modelo Industrializacin por Sustitucin de Importaciones (isi) fue abandonado en lugar de ser complementado con el modelo ISE, esto es, no se plante pasar de una estrategia de sustitucin de importaciones a una estrategia de sustitucin de exportaciones en forma ordenada para reforzar tanto el ncleo interno como el ncleo externo, obtener un efecto integrador y transitar del subdesarrollo al desarrollo para alcanzar una mayor autono-ma en el crecimiento, sin que por eso se dejara de impulsar la apertura y se redujera y limitara la regulacin excesiva de la economa. Todo lo contrario, se opt por el abandono

  • Economa nacional82

    de la isi y la configuracin de un enclave econmico en el sector externo con un puado de empresas nacionales y transnacionales y con nfasis en las maquiladoras.

    En el pnd de 1994-2000 y en los subsiguientes pro-gramas de desarrollo el papel de la industria ha pasado a segundo plano y en la nueva lite poltica hay la conviccin de que el pas debe de crecer a partir del sector servicios, de ah la apertura financiera y comercial y la idea de que el sector turstico es un motor de crecimiento en el contexto actual de la economa mundial. Como seal un expresi-dente la mejor poltica industrial es la ausencia de poltica industrial. Esta frase dibuja de cuerpo entero a los nuevos hacedores de la economa y la poltica, renunciar a que el ahorro, la innovacin y el mercado internos sean la base del desarrollo y el crecimiento propios; por el contrario, la economa mexicana ha puesto en venta de garage sus recursos naturales y ha olvidado fortalecer sus ventajas competitivas6.

    El nuevo modelo ISE no le ha apostado a la innovacin tecnolgica, por tanto no le puede apostar a integrar un sector exportador competitivo a partir de un ncleo inter-no que sea fuente no solamente de la modernizacin del aparato productivo sino de su diversificacin tambin.

    El sector industrial en Mxico

    Al agotarse el proceso de la isi en Mxico en la dcada de los setenta, dadas sus limitaciones estructurales (ausencia de un ncleo financiero-tecnolgico propio), los desequi-librios estructurales derivados de sus limitaciones (insufi-ciencia de ahorro, de recursos fiscales y de divisas) y los crculos viciosos que gener su dinmica en este contexto (ineficiencia, endeudamiento, devaluaciones recurrentes, inflacin y estancamiento), la economa mexicana abri una puerta expedita pero falsa para seguir creciendo: la exportacin de hidrocarburos; sta la condujo al desastre financiero de 1982.

    La crisis financiera primero y su consecuente estanfla-cin, mermaron al sector productivo mexicano, particular-mente al sector industrial. El modelo de industrializacin anterior haba configurado un sector altamente estratifi-cado lo que se traduca en desigualdad en el desarrollo y heterogeneidad productiva. Las empresas grandes y

    medianas representaban 15% del universo empresarial y concentraban 55% de la mano de obra y casi 70% de las ventas, mientras que las empresas pequeas daban empleo a 45% del personal ocupado sin aportar ms all de 30% de las ventas.

    Tanto unas como otras se haban beneficiado del excesivo y recurrente proteccionismo, lo que las haba convertido en ineficientes y poco competitivas para los estndares internacionales; ste era el principal taln de Aquiles de la industria mexicana.

    Con la nueva estrategia de sustitucin de exporta-ciones, inserta en el nuevo modelo econmico, el sector industrial va a presentar tres cambios importantes para su configuracin. Primero, va a reorientar su mercado al exterior; segundo, va a abrirse completamente a la inversin extranjera; tercero, va a desplazarse del centro del pas hacia la frontera en forma concentrada y hacia otras regiones en forma dispersa7.

    Con estos tres cambios va a configurar un polo concen-trado en el sector exportador, desarticulado del crecimiento interno y segmentado en dos vertientes, una de maquiladoras y otra de corporativos y empresas medias relativamente exi-tosas que se remodernizaron con oportunidad. En uno y otro caso la inversin extranjera va a jugar un papel protagnico. De esta forma el sector exportador se va a diversificar con la industria manufacturera, y va a aumentar su peso de ma-nera considerable dado el exitoso dinamismo que el tlcan impulsa en el curso de 1994 a 2006, no obstante la depresin de 1995 y la recesin de 2001 a 2003.

    Sin embargo estos segmentos industrializados hacia el exterior se van a escindir de la economa interna, donde se da un proceso de involucin en la planta productiva industrial: el modelo ise a la vez que concentra la planta industrial en el sector exportador, termina por dispersar y diluir el proceso de industrializacin interna, de tal forma que el crecimiento industrial es bajo y su desaparicin se presenta como una fatalidad del destino en el nuevo con-texto de la globalizacin.

    El peso del sector industrial tiende a disminuir de la poca del isi donde se lleg a ubicar en 35% del pib en su conjunto, y la industria manufacturera en particular, que represent alrededor de 25% del pib; en el periodo del ise su participacin no rebasa 25% del pib en su conjunto y 18% del pib en promedio para la industria manufacturera.

    6 La frase le es atribuida al expresidente Ernesto Zedillo. Lo que es notorio es que la poltica de industrializacin se fue deslavando del pnd de Zedillo al pnd de Fox, para prcticamente desaparecer en el escenario de la poltica econmica del actual gobierno.

    7 Prez Cruz Jorge Alberto y Vela Pen Fortino. Cambio en la concen-tracin industrial manufacturera en el contexto de la apertura comercial de Mxico, 1980-2003. AnlisisEconmico nm. 52, 2008.

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    La industria manufacturera en particular ha presentado una convergencia notable en su crecimiento con los ciclos econmicos propios de la economa mexicana. Esto se ex-plica por su desplazamiento hacia el sector externo y por la mayor convergencia del ciclo econmico mexicano con el ciclo econmico norteamericano, sobre todo a partir del tlcan; adems de este aspecto de convergencia cclica habra que destacar otros tres rasgos importantes: el ca-rcter deficitario de su balanza externa, su reconfiguracin regional y la concentracin industrial.

    Entre 1993 y 2006 la balanza de la industria manufac-turera ha sido deficitario, si bien se puede sealar que este dficit se redujo con el tlcan entre 1994 y 2000, volvi a incrementarse en el periodo que va de 2001 a 2003, y se volvi a reducir de 2004 a 2006. Esto significa que el dficit ha tenido un comportamiento anticclico: se reduce cuando la economa crece y aumenta cuando la economa tiende a la recesin econmica. Esto se debe a que en las etapas de crecimiento la brecha entre exportaciones e importa-ciones se cierra y en las etapas de recesin la brecha de las exportaciones e importaciones se ampla.

    La reubicacin regional de la industria manufacturera se ha dado para aprovechar la ventaja comparativa de la localizacin. La zona centro del pas participaba con 74% del personal ocupado en 1980, y en 2003 ya se haba reducido a 50% aproximadamente. En cambio, la zona norte pas de 22% de la ocupacin en 1980 a 28% en 2000; los efectos de la recesin 2001-2003 la hicieron caer a 23%8.

    En relacin al grado de concentracin, la industria ma-nufacturera ha presentado un comportamiento ambivalente: entre 1982 y 1998 disminuy el peso de la gran industria y se increment el peso de la industria media en la participa-cin en el pib industrial; la pequea industria tambin tuvo un ligero aumento. En el periodo que va de 1999 a 2006 la gran industria aument nuevamente su participacin en el pib industrial, al igual que la pequea industria, en tanto que la industria media ha reducido su participacin.

    Simultneamente, la industria ha emigrado del centro al norte para aumentar su concentracin en esa regin y ha disminuido su concentracin en el centro para dispersarse en el resto del pas.

    Si comparamos el crecimiento del pib industrial con el crecimiento del pib nacional podemos observar que en promedio para todo el periodo en estudio la tasa de

    crecimiento del pib industrial ha sido superior a la tasa de crecimiento del pib nacional.

    En el sexenio de Salinas el pib industrial creci a 5.5% y el pib total a 4.2%, en el sexenio de Zedillo el pib industrial creci a 4.5% y el pib total a 3.5% y en el sexenio de Fox el pib industrial creci a 4% y el pib total a 2.6%.

    Este comportamiento de las tasas de crecimiento corroboran que la apertura comercial y la insercin de las manufacturas en el sector externo han generado un mayor dinamismo econmico, sin embrago, no son suficientes para revertir la tendencia de largo plazo en el descenso de la tasa de crecimiento del pib en Mxico, tanto general como sectorial.

    El sector industrial mexicano reflejado en El Cotidiano

    En los veinticinco aos de existencia de El Cotidiano, la revista da cuenta de la preocupacin permanente por el desempeo de la industria mexicana, lo que se refleja en ms de doscientos artculos que analizan el cambio estructural presentado desde el abandono del modelo regido por la industrializacin por sustitucin de importaciones hasta nuestros das (vase cronologa). Dicho anlisis ha sido abordado cuidando las diversas aristas de este fenmeno, que fueron apuntados en el apartado anterior, tales como: el cambio en la composicin en la estructura productiva y de la demanda, la hetoregeneidad en el desarrollo productivo, la desintegracin de las cadenas productivas en los espa-cios nacionales para integrarse en los espacios globales, la conformacin de regiones con desarrollos vinculados con el sector externo y, de manera privilegiada, su impacto en la estructura laboral.

    La preocupacin por el anlisis de la industria manufac-turera de los investigadores y colaboradores de ElCotidiano qued manifiesta desde su publicacin inicial, en julio de 1984, en que se cuestiona la solidez de un incipiente creci-miento industrial alcanzado en aquel momento (por primera vez desde la crisis de 1982) a la luz de la contraccin del mercado interno y la reduccin salarial. Ello haba genera-do un crecimiento heterogneo de los diversos sectores industriales, particularmente de las ramas de bienes de consumo final, lo que ms que sanar nuestra economa, contribuy a postrar ms al enfermo9.

    8 Prez Cruz Jorge Alberto y Vela Pen Fortino, op.cit.

    9 Garavito, Rosa Albina, La recuperacin industrial an en nmeros rojos, ElCotidiano, nm. 0, 1984.

  • Economa nacional84

    La trayectoria seguida por nuestra economa para alcanzar la tan anhelada reconversin industrial tuvo que ser antecedida por un cambio mucho ms profundo, el que ocurri en el campo de las ideas:

    Este proceso marca el fin de la que fue la visin dominante

    sobre la empresa pblica hasta la dcada del 70. De ah

    en adelante se abre una disputa entre dos diagnsticos

    y dos proyectos sobre las relaciones Estado-mercado y,

    ms particularmente, sobre el papel de la empresa pblica

    en las tareas del crecimiento y desarrollo. El primero de

    ellos parte de que las empresas pblicas industriales, y

    entre ellas las manufactureras, han contribuido de manera

    importante en el dinamismo de la produccin, el empleo

    y la formacin bruta de capital, es decir, que han sido un

    eficaz instrumento de desarrollo. Este diagnstico lleva

    a plantear un modelo de estructuracin de la economa

    en el que se reconoce un papel destacado en la parti-

    cipacin directa del Estado en empresas industriales. El

    segundo diagnstico gira en torno de la identificacin de

    la empresa pblica (en particular la industrial) como uno

    de los factores principales del deterioro de las finanzas

    pblicas, con su consecuente impacto negativo sobre el

    funcionamiento del sistema y la confianza de los inversio-

    nistas privados. En consecuencia, se plantea un modelo de

    desarrollo en el que la participacin directa del Estado se

    vea notoriamente reducida, abriendo cada vez mayores

    reas de la economa al dominio del capital privado.

    La disputa entre ambos diagnsticos, que estuvo pre-

    sente a lo largo de los aos setenta, pareci diluirse

    con el dinmico crecimiento de los aos 1978-1981

    y las perspectivas favorables que trajo aparejadas. Sin

    embargo, con el agotamiento del patrn de desarrollo

    y la magnitud de la crisis de 1982, que fue atribuida por

    sectores importantes de la poblacin al avance excesivo

    del sector pblico, la polmica sobre la funcionalidad del

    sector paraestatal se intensific y quedaron establecidas

    las condiciones para el fortalecimiento de la posicin que

    juzgaba negativamente la intervencin directa del Estado

    en la economa10.

    Desde el nacimiento de la publicacin ElCotidiano, ste ha acompaado crticamente la profunda transformacin

    de nuestra economa y dentro de ella, de la industria ma-nufacturera. La reconversin estructural emprendida en 1982 preconiz la necesidad de alcanzar una mayor com-petitividad en el mercado mundial para lo que era necesario incrementar la exposicin de nuestra industria, incrementar la calidad del producto final y reducir sus precios. A partir de 1983, el gobierno mexicano instrument una apertura de la economa a travs de una profunda reforma comer-cial. Este proceso alcanz su primera fase con la adhesin de Mxico al Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Comercio (gatt) en 1986, y culmin con la propia firma del Tratado de Libre Comercio (tlc) con Estados Unidos y Canad, en 1992.

    Sin embargo, este proceso no ha sido suficiente para poder clasificarlo como exitoso y an hoy no se puede considerar concluido. Desde la primera dcada de su im-plementacin se presentaron indicios de su debilidad, tal como lo seal en el nm. 29 de ElCotidiano (1989), porque el crecimiento industrial no alcanz a todas las actividades manufactureras, sino que se soport en un pequeo grupo orientado a las exportaciones y la participacin de la indus-tria manufacturera. Adems, el subsidio energtico susten-tado en la renta petrolera es un elemento importante en el impulso del dinamismo exportador, el que no se identifica plenamente con la reestructuracin industrial.

    En este contexto de cambio estructural, elevar la productividad apareci como una necesidad imperante; no obstante, se pusieron en tela de juicio los mecanismos utilizados para ello, apoyados principalmente en el despido masivo de trabajadores, en la reduccin de los costos de produccin, principalmente por la contraccin salarial y el subsidio de precios clave. Conforme se lee en el nmero 58 de ElCotidiano, y despus de varios aos de reconver-sin industrial, en 1992, se firmael Acuerdo Nacional para la Elevacin de la Productividad y la Calidad. En ste se entiende a la productividad

    como un cambio cualitativo de la relacin laboral que

    conduzca al impulso y consolidacin de una nueva cultura

    del trabajo apoyada en los principios de la Calidad Total.

    []Los actores sociales involucrados en la produccin

    se comprometieron a impulsar en el mbito de sus res-

    ponsabilidades, seis grandes lneas de accin: una primera,

    referida a la modernizacin de las estructuras organiza-

    tivas, en especial las gubernamentales, las empresariales

    y las sindicales; esto es, sustituir su anterior rigidez, por

    formas organizativas flexibles capaces de adaptarse, tanto

    a los nuevos sistemas tecnolgicos, como a las urgentes 10 Casar, Ma. Amparo, La Reestructuracin de la Participacin del

    Estado en la Industria Mexicana, nm. 23, 1988.

  • El Cotidiano 156 85

    1980

    1982

    1984

    1986

    1988

    1990

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    1994

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    2000

    2002

    110105100

    9590858075706560

    ndice del salario, 1980=100

    Ene-

    98M

    ay-9

    8Se

    p-98

    Ene-

    99M

    ay-9

    9Se

    p-99

    Ene-

    00M

    ay-0

    0Se

    p-00

    Ene-

    01M

    ay-0

    1Se

    p-01

    Ene-

    02M

    ay-0

    2Se

    p-02

    Ene-

    03M

    ay-0

    3Se

    p-03

    Ene-

    04M

    ay-0

    4Se

    p-04

    Ene-

    05

    180

    160

    140

    120

    100

    80

    60

    Productividad laboral

    Remuneraciones medias

    Tendencia. ndice 1993=100

    demandas del mercado. Una segunda, concentrada en la

    superacin y desarrollo de la administracin, en la necesi-

    dad de crear un nuevo tipo de administrador sensible a la

    nueva lgica productiva y laboral. Una tercera, que pona

    el acento en los recursos humanos, en su permanente

    capacitacin, en el mejoramiento de las condiciones de

    trabajo, en la motivacin del trabajador y, sobre todo, en

    una remuneracin acorde con los incrementos de pro-

    ductividad. Una cuarta, que hablaba del fortalecimiento de

    las relaciones laborales, entendidas en lo general como un

    marco capaz de superar las posiciones de conflicto en la

    relacin capital-trabajo, que pugnaba, dentro de los pos-

    tulados de la Calidad Total, por un sindicato participante

    del desarrollo de la empresa, corresponsable de la tarea

    de incrementar la productividad y la calidad. Una quinta,

    orientada al mejoramiento tecnolgico y, en consecuencia,

    a la necesaria transformacin educativa, conducida a pro-

    mover una cultura tecnolgica desde la educacin bsica,

    y junto a esto, preocupada por establecer tecnologas

    competitivas en los espacios de produccin; y por ltimo,

    una sexta empeada en crear un entorno econmico y

    social propicio a la productividad y a la calidad11.

    Los avances en estas lneas fueron muy pocos y princi-palmente acotados a los dos primeras lneas de accin. Sin duda hizo falta una reconversin productiva que contara con la participacin de un sindicalismo capaz de ser inter-locutor con su contrario y de un trabajador guiado por los principios de la Calidad Total.

    La crtica expresada en ElCotidiano da cuenta de por lo menos tres fallas fundamentales: 1) la incapacidad de estable-cer mecanismos que permitieran tanto la reincorporacin de los trabajadores despedidos, como la distribucin de los beneficios del incremento en la productividad; 2) la falta de inversin y promocin que hiciese factible el cambio tecnolgico; y 3) la incapacidad de permear y vincular a todos los sectores. A continuacin se ejemplifican algunas de las discusiones levantadas por los autores de la revista en cada uno de estos grandes temas.

    Primera. El incremento en la productividad de la indus-tria, que implic un crecimiento sostenido y penetracin de nuestras exportaciones en el mercado mundial, no fue acompaada de mecanismos que permitieran la reincor-

    poracin de los trabajadores despedidos y la distribucin de los beneficios del incremento en la productividad, lo que debilit el mercado interno. De hecho, el comercio estimula la divisin del trabajo, con ello la productividad social y el desarrollo de las fuerzas productivas. Pero este desarrollo no es neutro. La apropiacin de sus beneficios depende de cul sea la insercin en el mundo con qu mercancas y con qu precio se concurra para dictaminar si el comercio favoreci o perjudic al pas, sector, empresa o persona de que se trate12.

    11 Mndez y Quiroz, Productividad, Respuesta Obrera y Sucesin Presidencial, ElCotidiano, nm. 58,1993.

    12 Garavito, Para discutir el Tratado Trilateral de Libre Comercio, ElCotidiano, nm, 41, 1991

    Grfica 1Evolucin de las remuneraciones. Salario real

    manufacturero

    Manufactura no maquila, remuneraciones medias reales por persona ocupada (1993=100): Manufactura no maquila, productividad media laboral por persona ocupada, 1993 = 100Fuente: Monitor de la Industria Manufacturera.

  • Economa nacional86

    Sin embargo, esta insercin depende de la capacidad existente de desarrollar habilidades productivas y com-petitivas, lo que en mucho es definido por las polticas implcitas y explcitas de los Estados. En Mxico, no obs-tante, la poltica que se implement fue la que dejaba en las manos del libre mercado la tutora y se apoy en la principal ventaja comparativa a la mano de obra barata como principal. Desde un punto de vista keynesiano, la cada en la demanda resultante de la baja en salarios lleva a una situacin recesiva en la que no cabe esperar ni creacin de empleo ni crecimiento.

    No obstante, hubo quienes enfatizaron (como Hugalde y Micheli, en Un overol terico para reconversin, ElCotidiano, nm. 21, 1988) que la revolucin industrial que se estaba enfrentando poda aprovecharse para una impor-tante reconversin que fincase las bases de comunidades artesanales, decodificara la divisin de derechos entre el capital y el trabajo de forma tal que los obreros ganaran lo que potencialmente est contenido en la nueva maquinaria flexible. Conforme lo establecen dichos autores, slo bajo estas condiciones sera posible pensar que la manufactura flexible sea la salida democrtica de la crisis.

    Es claro que esta oportunidad no se aprovech (vase Grfica 1).

    Ya en 1995 el impacto del cambio estructural sobre el mercado de trabajo dibuja las siguientes tendencias: pro-fundizacin de la precarizacin del empleo, mayor segmen-tacin del mercado laboral, aumento de la migracin hacia Estados Unidos, y continuacin del deterioro salarial pero con mayor heterogeneidad y con la nueva caracterstica de que se hace depender de la productividad.

    La debilidad de los sindicatos mexicanos, articulada por

    el corporativismo que los domina desde los aos treinta,

    y por su retraso en la comprensin de los cambios ac-

    tuales en el mundo de la produccin y el mercado les ha

    impedido hasta ahora enfrentar con xito la estrategia

    del capital y proponer un nuevo pacto social que asegu-

    re que los beneficios de la creciente productividad del

    trabajo se hagan extensivos a aquellos que la generan y

    para el conjunto de la poblacin, un nuevo pacto social

    que promueva la reduccin de la jornada de trabajo

    como la forma de acceder a una solucin de largo plazo

    al problema del desempleo13.

    Segunda. La falta de inversin y promocin fue un efecto que impidi la verdadera modernizacin productiva y el cambio tecnolgico.

    Los argumentos ms utilizados para favorecer los

    flujos de inversin extranjera, en cuanto a su contri-

    bucin en el sector manufacturero exportador en el

    contexto del nuevo patrn de industrializacin han

    sido, fundamentalmente, tres. El primero seala que

    las innovaciones tecnolgicas asociadas a la inversin

    extranjera facilitan el acceso a los mercados internacio-

    nales y difunden los nuevos mtodos organizacionales

    e impactan las relaciones laborales. El segundo afirma

    que la entrada de empresas extranjeras es una va para

    fortalecer el ambiente competitivo en los mercados

    internos, lo cual estimula la modernizacin productiva

    y laboral. Finalmente, el tercer argumento explica que

    la inversin extranjera directa provee financiamiento

    y promueve el mercado de capital de riesgo asociado

    a las innovaciones tecnolgicas y organizativas de la

    produccin14.

    En realidad la ied no alcanz crecimientos significativos, ni siquiera con el Reglamento de la Ley para Promover la Inversin Mexicana y Regular la Inversin Extranjera de 1989, que disminuy las facultades discrecionales de las autoridades gubernamentales y otorg mayor certidum-bre al empresario forneo, permitiendo, por ejemplo , a las empresas extranjeras poseer 100% de las acciones de empresas cuyo valor alcance 100 millones de dlares sin que sea necesaria la aprobacin de la Comisin Nacional de Inversiones Extranjeras (cnie). Como resultado, la participacin de la inversin fija en el producto nacional ha tenido un tenue crecimiento desde hace 25 aos, y ha tenido un cambio importante en su composicin pblica. Privada (vase Grfica 2).

    13 Arriaga Lemus, tlc, Precarizacin y Desempleo, ElCotidiano, nm. 67, 1995.

    14 Aboites y Guzmn Desempeo del sector manufacturero y rela-ciones laborales: la experiencia reciente de Mxico, ElCotidiano. nm. 58, 1993.

  • El Cotidiano 156 87

    Tercera. La incapacidad de pernear y vincular a todos los sectores. Pese a la creciente participacin de la econo-ma en la economa global. Como se ha ido sealando, la reduccin de la actividad industrial indujo a un conjunto de ramas manufactureras a buscar mercados externos para dar salida a la produccin que antes tena como destino el mercado nacional.

    Sin embargo, el proceso de sustitucin de mercados no se generaliz en el sector manufacturero. Como lo muestran diversas investigaciones, en slo doce ramas, de 49 que conforman el sector manufacturero, se concentr la actividad exportadora. Esta docena de ramas, que con-tribuye aproximadamente con la cuarta parte del producto manufacturero, particip con ms del 75% de las ventas al exterior. Sin embargo, estas ramas no registran aumento significativo alguno en sus niveles histricos de produccin, inversin y empleo. Este comportamiento sugiere que se trata, en general, de una sustitucin del mercado interno por el mercado externo para un segmento particular del sector manufacturero15. En el mismo sentido, en el nm. 103 de ElCotidiano, Gonzlez Gmez afirma que nuestra economa ejemplifica los efectos nocivos de una desarti-culada estructura industrial.

    El proceso incluso de reconversin productiva ha dejado a la economa con una enorme heterogeneidad y grandes retos para establecer una industria competitiva que contribuya al desarrollo econmico. A manera de conclusin, se puede afirmar al igual que lo expresamos en ElCotidiano que

    La integracin al mercado mundial no basta para garantizar

    el crecimiento sostenido de nuestra economa, en especial

    porque la sola apertura comercial no ha sido suficiente

    para impulsar esquemas de interrelacin dirigidas a una

    mayor colaboracin entre empresas locales y extranjeras.

    Para las unidades productivas mexicanas las oportunida-

    des creadas en el espectro de los mercados globales y

    las redes productivas de valorizacin han representado

    una ventana muy estrecha y restringida. La posibilidad

    de ampliar dicha oportunidad depende en gran medida

    de las estrategias explcitas y diferenciadas adoptadas

    por las empresas y el Estado tendientes a incrementar la

    competitividad sustentable de nuestra economa.

    Diversos estudios destacan la polarizacin tanto de sus

    actividades productivas, como de las empresas partici-

    pantes: dentro de los diferentes sectores, y aun dentro

    de muchos mercados conviven unidades econmicas

    pequeas, artesanales, y con muy baja productividad,

    con grandes empresas que usan tecnologa moderna

    Grfica 2Inversin fija como fraccin del pib (porcentaje)

    30

    25

    20

    15

    10

    5

    0

    1970

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    1993

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    1998

    1999

    2000

    2001

    2002

    2003

    2004

    2005

    2006

    Inversin pblica Inversin privada Inversin total

    La inversin y el pib estn a precios corrientesFuente: inegi.Mexico:AnEconomicHistory, Oxford University Press, forthcoming 2008 (co-author with Juan Carlos Moreno-Brid)

    15 Aboites y Guzmn Desempeo del sector manufacturero y re-laciones laborales: la experiencia reciente de Mxico en El Cotidiano, nm. 58, 1993.

  • Economa nacional88

    y se caracterizan por presentar buenos indicadores de

    desempeo. La diversidad puede ser aprovechada para

    contar con ambientes econmicos ms flexibles y ofrecer

    un abanico ms grande de posibilidades tecnolgicas. Sin

    embargo, esto requiere que cada uno de los participantes

    se mantenga en condiciones productivas y tecnolgicas

    ptimas, lo que lamentablemente no es el caso de nuestra

    industria. Adems de que las oportunidades de financia-

    miento y de incorporacin de nuevas tecnologas tambin

    han mostrado un sesgo en contra de las empresas de

    menores dimensiones.

    La inversin muestra un retraso importante []. No

    obstante, sin inversin no habr crecimiento econmico

    ni empleos. Es indispensable que el gobierno genere

    incentivos necesarios para la inversin, los que, como

    se vio, no estn en los costos del financiamiento. A esto

    se ana que la falta de competitividad y la recesin pro-

    longada, incentivan la importacin de productos antes

    que su produccin y el cambio geogrfico de empresas

    hacia otros pases ms atractivos por mejores costos y

    ambiente productivo (como ha sido el caso de un gran

    nmero de maquiladoras). Mxico ha perdido atractivo

    ante pases que innovan permanentemente y amplan su

    infraestructura.

    []Los problemas estructurales derivados de la forma

    concreta en que se integr la economa mexicana, en que

    se apost mucho en un solo destino, se apoy en una

    reducida gama de productos, se descuid la integracin

    con el tejido industrial (en parte asociado a la industria

    maquiladora de exportacin) y se bas en elementos

    efmeros de competitividad, dejan a la economa en una

    situacin difcil para restablecerse en la actual coyuntura

    internacional. Desde esta perspectiva, es en la generacin

    de insumos intermedios, de capacidades humanas y en

    la inversin en maquinaria y equipo tecnolgicamente

    adecuados, donde deberan centrarse los esfuerzos de

    apoyo gubernamentales16.

    En estos veinticinco aos ElCotidiano se ha mantenido en el anlisis crtico del sector industrial, a este seguimiento lo completan estudios relativos a sectores manufactureros (tales como la industria qumica, petroqumica, textil, cerve-

    cera, metlica, refresquera, azcar y automotriz), a empresas (sicartsa, Volkswagen, pemex, telmex, Cervecera Modelo, entre otros), a regiones (por ejemplo, Aguascalientes, Mo-relos, Guanajuato, Chihuahua, Yucatn y la zona fronteriza) y sectores econmicos, como el maquilador.

    A continuacin se revirar el anlisis que ElCotidiano ha efectuado de uno de los sectores manufactureros y un sector econmico que han sido fundamentales dentro del proceso de reestructuracin de nuestra economa: la industria automotriz y la industria maquiladora de expor-tacin.

    La industria automotriz y El Cotidiano

    Evolucin de la industria automotriz

    El sector automotriz es de gran importancia en la economa nacional debido a varios factores: su peso en las variables econmicas, su desempeo superior al promedio de la actividad manufacturera y su potencial exportador. Para ilustrar esto, el Cuadro 1 presenta la participacin de la industria automotriz17 en el total de la actividad manufac-turera, basado en los datos del censo de 2004.

    Cuadro 1Participacin de la industria automotriz en el total

    manufacturero, 2004

    0.60%12.00%16.60%16.30%12.30%17.70%16.90%12.40%

    Unidades econmicasPersonal ocupadoRemuneracionesActivos fijosFormacin bruta de capitalProduccin brutaValor agregadoEquipo de cmputo

    Fuente: inegi. Censos econmicos, 2004.

    16 Garca, B. Debilidad del sector manufacturero mexicano, ElCoti-diano, nm. 123, pp. 17-18, 2003.

    17 Los datos de la industria automotriz se refieren a la suma de la fabricacin de autopartes y la industria terminal

    Si bien su importancia en cuanto a las unidades eco-nmicas no llega al 1% del total, su peso en el resto de las variables es considerable, sobre todo en produccin bruta y valor agregado. Asimismo, los resultados en cuanto al desempeo de ese mismo ao muestran que la industria

  • El Cotidiano 156 89

    automotriz supera considerablemente al promedio manu-facturero tanto en productividad (cada trabajador genera, en promedio, un valor agregado anual de 86 mil pesos a precios de 1993, contra 61 mil de las manufacturas) como en remuneraciones medias (un trabajador promedio percibe en la industria automotriz 26.52 miles de pesos de 1993, mientras que en las manufacturas recibe 19.26).

    La industria automotriz mexicana surgi alrededor de 1925, cuando las empresas productoras de automviles norteamericanas se interesaron en el naciente mercado mexicano, por lo que Ford es la primera en establecerse en el pas. Poco ms de una dcada despus, las empresas General Motors (1937) y Chrysler (1938) ya contaban con plantas en la ciudad de Mxico. Puede verse que estas empresas llegan cuando se estn sentando las bases del proceso de industrializacin. Es hasta la dcada de los sesenta, ya en pleno Desarrollo Estabilizador, cuando se establece la Volkswagen en la ciudad de Puebla, la Nissan en Cuernavaca y la Renault en Ciudad Sahagn.

    Su intencin era abastecer al mercado interno por lo que se situaron en el centro del pas, cerca o en la ciudad de Mxico, para aprovechar ese mercado y desde ah hacer llegar sus productos a las principales ciudades. Si bien la naciente industria se coloc en pocos aos como una de las ms modernas y prometedoras en un pas de incipiente industrializacin, es importante sealar que los paquetes tecnolgicos trados por las empresas del ramo ya pre-sentaban cierta obsolescencia respecto a los mtodos de produccin aplicados en los pases de mayor desarrollo industrial.

    As, desde los inicios de la industria automotriz y hasta la primera parte de la dcada de los setenta, la industria se desarroll slo a partir del mercado interno, con plantas que aplicaban el sistema de produccin en masa, con lneas de ensamble rgidas y limitadas posibilidades de va-riacin, por lo que el nmero de productos ofrecido por cada empresa era limitado. Esta forma de desarrollo de la industria automotriz nacional encuentra sus principales limitaciones en la crisis que inicia en la primera parte de la dcada de los ochenta.

    A partir de 1977 se observan los primeros intentos de promover la exportaciones por parte del Estado (a travs de los decretos para la industria automotriz), que buscaba equilibrar la balanza comercial. En los primeros aos de la dcada de los ochenta, con la profundizacin de la crisis de balanza de pagos, se observan dos factores que propician un cambio sustancial en el sector.

    El gobierno impulsa la reestructuracin productiva para disminuir las importaciones y aumentar y diversificar las exportaciones; para ello se elimina la exigencia de contenido nacional mnimo si la produccin del sector se destina a las exportaciones. Se buscaba que las empresas automotrices generaran las divisas que necesitaban. Asimismo, se busc una mayor participacin del pas en el comercio mundial, con la entrada de Mxico al gatt.

    Ante la creciente competencia de las empresas europeas y japonesas que producan bajo el sistema de produccin ajustada, las grandes empresas automotrices norteamericanas buscaron reducir costos para mantener su competitividad. Esto marc el inicio de la reestructuracin de la industria automotriz a nivel mundial, lo que tambin trajo importantes cambios en el sector automotriz nacional a lo largo de los aos ochenta.

    Mxico atrajo inversiones debido a la devaluacin de la moneda, al bajo costo de la mano de obra y la cercana con el mercado ms grande del mundo (Estados Unidos). Esto provoc que durante toda la dcada las empresas realizaran cambios importantes para adecuar sus plantas a las nuevas condiciones. Se trataba de cambiar el sistema de produccin en masa, en el que la empresa centralizaba y realizaba todas las actividades (investigacin, desarrollo de nuevos productos, control de calidad, realizacin de todo el proceso de armado del vehculo) por el sistema de produccin ajustada, en el cual se trabaja sin inventarios, empleando el sistema justo a tiempo y subcontratando parte del proceso de armado de vehculos. Es importante sealar que esta forma de produccin requiere el empleo de trabajadores altamente calificados, capaces de realizar diferentes partes del proceso productivo y utilizar mquinas altamente flexibles y automatizadas.

    Aunado a lo anterior, el proceso de reestructuracin de la industria a nivel mundial provoca que las empresas especialicen sus plantas en la produccin de uno o dos modelos, para distribuirlo en todo el mundo. Tambin al-gunas plantas se especializan en la produccin de motores o alguna otra parte del vehculo, para exportar esas partes a plantas armadoras de la misma empresa en otras partes del mundo, con lo que surge el automvil mundial.

    Este proceso de reestructuracin productiva tambin se expres en una relocalizacin geogrfica de la industria hacia los estados del norte del pas. Dado que la prioridad dej de ser el mercado interno, la tendencia fue limitar la produccin en el centro del pas (incluso en el proceso se dio el cierre definitivo de algunas plantas) y desarrollar

  • Economa nacional90

    otras plantas modernas en estados cercanos a la frontera, con la infraestructura necesaria para la exportacin y el desarrollo de formas de produccin donde es importante la cercana y relacin entre clientes y proveedores (clusters, parques industriales, etc.)

    Todos estos cambios provocaron que para 1985 la produccin de vehculos para exportacin fuera de 12% del total, llegando a ms de 32% para 1988, valores significativos para una industria basada slo en el mercado interno por tantos aos. Es as como va incrementndose durante todo el resto de la dcada de los ochenta, y los primeros aos de la siguiente, la produccin de vehculos para exportacin dentro de la produccin total.

    Los primeros aos de la dcada de los 90 son de negociaciones para la firma del tlc, que viene a reforzar y consolidar el papel exportador del sector automotriz al convertir a Mxico en plataforma de entrada al mercado de Estados Unidos y Canad. Esto a pesar de la crisis de fines de 1994 y la consecuente cada del mercado interno.

    De hecho, la fuerte cada del mercado interno no tuvo repercusiones importantes sobre el sector automotriz gracias a las exportaciones. Para 1985 ms de 80% del total de vehculos producidos se destinaron a exportaciones. De hecho, a pesar de la recuperacin econmica de los aos siguientes la produccin de vehculos para exportacin se ha mantenido a niveles de ms de 60% del total.

    Uno de los primeros efectos del tlc es la entrada de nuevas empresas a la industria. En 1993 se establece la Mer-cedes Benz en el Estado de Mxico; en la misma entidad se instala la bmw un ao despus, y al siguiente, Honda instala su planta de armado de vehculos en el estado de Jalisco. Otro resultado es la posibilidad de importar automviles para el mercado nacional, lo que ha propiciado la entrada de marcas de renombre, que no tienen que producirse en el pas para poder estar al alcance de los consumidores, tal es el caso de Audi, Volvo, Lincoln, Peugeot, Mazda, Saab, Mitsubishi, Toyota y muchas otras marcas. Tambin se dio el regreso de la Renault, que haba cerrado sus operaciones en Mxico a principios de la dcada de los ochenta.

    Esto ha provocado una transformacin sustancial en el mercado automotriz nacional. Hasta la dcada de los ochenta, los consumidores mexicanos deban escoger en-tre una limitada cantidad de modelos que ofrecan cinco empresas (Ford, Chrysler, General Motors, Volkswagen y Nissan). A partir de los noventa el abanico de posibilidades se ha ampliado de tal forma que actualmente los consu-midores cuentan con una amplia gama de opciones para

    escoger el vehculo adecuado para sus gustos, necesidades y posibilidades econmicas.

    A partir del ao 2003 y hasta la fecha, si bien se ha man-tenido la importancia de las exportaciones automotrices, stas se han visto limitadas por dos factores:

    1. Desaceleracin econmica de Estados Unidos, principal destino de las exportaciones automotrices mexicanas (pas que este ao ha sido el causante de una crisis econmica mundial, cuyas dimensiones aun no pueden cuantificarse).

    2. Prdida de competitividad de las firmas norteamericanas frente a las europeas y japonesas, aspecto crucial porque las exportaciones las realizan mayoritariamente Ford, Chrysler y General Motors.

    Como resultado de lo anterior, el dinamismo de la industria automotriz nacional se ha perdido en los ltimos aos, y actualmente se encuentra en una importante crisis provocada por la cada abrupta de las exportaciones y de las ventas en el mercado interno. Las perspectivas del sector no son muy prometedoras dado que aun no se sabe cuando pueda retomarse el crecimiento econmico en Estados Unidos.

    La industria automotriz en la revista El Cotidiano

    La revista surge cuando la industria automotriz se encuentra en pleno proceso de reestructuracin productiva (1984). A lo largo de los nmeros hasta ahora publicados se presentan varios artculos sobre esta industria, que abordan aspectos distintos y con enfoques diferentes, producto de los muchos autores que han escrito sobre el tema.

    Dos aspectos destacan en este gran conjunto de art-culos. Por una parte, existe una preocupacin central por los problemas sindicales y los aspectos laborales relacio-nados con la reconversin de esta industria, y, por la otra, el proceso amplio de dicha reconversin.

    La forma de abordar la problemtica de la industria automotriz est fuertemente centrada en el anlisis de los problemas laborales y las luchas sindicales que se desarrollan durante toda la dcada de los ochenta y los primeros aos de los noventa. A lo largo de varios nmeros de la revista pueden encontrarse artculos que analizan detalladamente el desarrollo de los conflictos sindicales, las soluciones alcanzadas y las causas de dichos movimientos.

  • El Cotidiano 156 91

    El conjunto de trabajos logra realizar un seguimiento del desarrollo de los conflictos laborales, e identifica como causas de dichos conflictos los cambios en las formas de trabajo y las condiciones de los contratos colectivos, que frenaron la reconversin de la industria automotriz. Se describen las caractersticas de la forma de produccin pre-dominante en los aos ochenta (produccin en masa), cmo se organizaba la produccin, las formas de organizacin de los trabajadores y las estructuras laborales resultantes, as como la manera en que esto se contrapone con las formas de produccin flexible relacionada a la produccin ajustada y los cambios laborales que las empresas impulsan, con la aprobacin del gobierno, de las autoridades laborales y de las cpulas de un sindicalismo corporativo.

    Muestra de lo anterior es la forma como se sigue en ElCotidiano el conflicto de las empresas dina y Renault, que culmin con el cierre de las dos fbricas en el ao de 1986.

    En el nmero 10 de la revista Andrea Becerril explica el inicio de un paro por parte de la empresa en enero de 198618, lo que inconform a los trabajadores e inici el conflicto que concluye con el cierre definitivo de la empresa. En el artculo se establecen como las causas del conflicto a la crisis de la industria automotriz a nivel internacional (provocando cada de ventas y de ganancias), a los errores administrativos de la Regie Renault de Francia, y una actitud radicalizada del sindicato.

    La autora seala, adems, la falta de democracia al interior del sindicato, dado que aunque muchos trabaja-dores proponan una estrategia ms negociadora y menos de choque (la radicalizacin del sindicato ya haba trado como consecuencia el despido de 2,500 trabajadores en 1982), prevaleci la propuesta radical de la cpula. As, a pesar de que los trabajadores buscaron apoyo en la Junta de Conciliacin y arbitraje, e incluso en el presidente, que slo los envi a la Secretara de Gobernacin, tuvieron que reanudar labores en marzo, con modificaciones al Contrato Colectivo.

    Por otro lado, en el nmero 15 Guadalupe Montes de Oca y Luciano Concheiro hacen un balance del cierre de la Renault, en el cual explican detalladamente el papel que jug la mala administracin y las estrategias errneas

    implementadas por la Regie Renault de Francia19. De acuerdo con los autores, buscando mejorar su competiti-vidad a nivel internacional, la Renault emprende una serie de estrategias como la modernizacin de sus procesos productivos, la compra de una empresa norteamericana (American Motors) para acceder a ese mercado, e integra-ciones con otras empresas para producir motores, cajas de velocidades y jeeps.

    El fracaso de la aventura norteamericana, como la llaman los autores, aunado a la incapacidad administrativa, al enfrentamiento con los trabajadores y a un rezago en el desarrollo tecnolgico, provocaron el declive de la firma ante el embate de las empresas norteamericanas y japo-nesas, por lo que se lleg al cierre de filiales como forma de saneamiento, siendo una de ellas la instalada en Ciudad Sahagn, en Mxico.

    Tambin se encuentran varios artculos que tratan las luchas de los trabajadores de la Volkswagen, que por diversas razones tuvieron finales menos perjudiciales que en el caso anterior, pero que tambin se vieron afectados por el proceso de reestructuracin impulsado por la matriz desde Alemania.

    Teresa Gmez y Luis Mndez, en el nmero 20 de El Cotidiano, analizan los acontecimientos que siguen al estallamiento de huelga el primero de julio de 1987, de los trabajadores de la Volkswagen20. stos buscaban revisin salarial. Los autores detallan la estrategia seguida por los trabajadores y la de la empresa, que tena como objetivo el cierre de la planta en Mxico, argumentando problemas econmicos que les impedan continuar con las operacio-nes. Asimismo, destacan el hecho de que al igual que en el caso anterior, las autoridades laborales del pas ignoraron completamente el conflicto, dejando a los trabajadores a merced de los intereses de la empresa.

    Dos hechos tuvieron que acontecer para romper esta

    inercia y marcarle un definido rumbo al conflicto en

    favor de los 10 mil 500 trabajadores de VW. El primero,

    un cambio radical de actitud de las autoridades laborales.

    Aunque con un evidente retraso en perjuicio de los

    18 Becerril, Andrea. Las luchas de dina y Renault una nueva derrota? en ElCotidiano, nm. 10, En, marzo-abril, 1986, pp. 61-63.

    19 Concheiro, Luciano y Guadalupe Montes de Oca, Renault: la otra cada de la luna en El Cotidiano, nm.15, En, enero-febrero, 1987. pp. 31-33.

    20 Garza, Ma. Teresa y Luis Mndez, No que no? s que s! en ElCotidiano, nm. 20, En, noviembre.diciembre, 1987, pp. 381-383.

  • Economa nacional92

    trabajadores, el 9 de agosto la Junta Federal de Conci-

    liacin y Arbitraje declar existente la huelga estallada

    por los obreros automotrices de VW. La empresa, sin

    embargo, expres ese mismo da que no le importaba la

    decisin oficial de existencia, dado que le resulta difcil

    tomar compromisos que no podr cumplir; por tanto,

    persisti en su actitud de no ofrecer ningn porcentaje

    de incremento salarial mientras no se aceptara reducir

    prestaciones y el despido de 723 obreros.

    Ante esta actitud de suficiencia, el sindicato solicit a la

    Procuradura Federal de la Defensa del Trabajo su inter-

    vencin para que pidiese la imputabilidad de la huelga. Por

    su parte, el presidente de la Junta Federal de Conciliacin

    y Arbitraje ofreci tramitarla de inmediato para resolver

    el conflicto, advirtiendo a la empresa su inadecuada actitud

    de mantener estancadas las plticas.

    El segundo, la inesperada solidaridad de sus compaeros

    alemanes, quienes iniciaron su apoyo presionando a la

    gerencia del consorcio para exigir una solucin razonable

    al conflicto. Das despus, su negativa a trabajar un tercer

    turno extraordinario para compensar la falta de produc-

    cin en la planta mexicana, acompaada de la protesta

    de 600 operarios por la postura del consorcio frente a

    los obreros mexicanos.

    De esta manera, ante la inminente baja de la produccin

    de piezas estratgicas para los autos alemanes produc-

    to de la actitud solidaria de los obreros de las plantas

    alemanas y ante la posibilidad de que el conflicto le

    fuese adjudicado para su solucin en un tribunal que

    seguramente dictara un fallo contrario a sus intereses,

    la patronal no tuvo otra opcin que retirar el conflicto

    de orden econmico y abrirse as a la discusin sobre el

    aumento salarial.

    Otro abordaje de cmo la reestructuracin productiva en la Volkswagen trajo como resultado cambios sustanciales en las formas de organizacin de los trabajadores, lo realizan Jos Othn Quiroz y Luis Mndez en el nmero 5121. Los autores parten de explicar que esta empresa, a diferencia

    de las norteamericanas, concentr el proceso productivo en un solo lugar (Puebla), slo en naves separadas, lo que permiti la conformacin de un sindicato muy diferente a los dems: democrtico y con alta participacin de los trabajadores, donde los representantes seccionales jugaban un papel determinante como cadena de comunicacin, tanto con la empresa como con la cpula sindical.

    Los conflictos de esta firma que se desarrollan en la dcada de los 80 son para romper con esta forma de orga-nizacin sindical, que constitua un obstculo para la flexibi-lizacin productiva que la firma buscaba instrumentar.

    Es importante sealar que si bien se ha sealado deta-lladamente el tratamiento que se hace de dos conflictos en particular (dina-Renault y Volkswagen), tambin hay varios artculos que se refieren a otros conflictos del mismo corte y con la misma problemtica, como son el de la Ford, el de General Motors y el de Nissan, cuyas causas tambin se sitan en la reestructuracin productiva. La idea es que todos los conflictos se dan porque las nuevas formas de produccin requieren un trabajador ms flexible (que est dispuesto a cambiar de actividad y de horario), situacin que obstaculizaban los sindicatos altamente combativos de la industria automotriz.

    Como resultado de todo este proceso surgi una nueva clase de trabajador en la industria con caractersticas socio-econmicas diferentes: mayor feminizacin de la mano de obra, con menor promedio de edad, sin experiencia sindical y ms dispuesta a rotar de actividad y de horario.

    En los aos de existencia de ElCotidiano tambin se han abordado otros aspectos relacionados con el cambio estructural de la industria automotriz: medio ambiente, formas de produccin alternativas, salud de los trabajadores y estructura tcnico-productiva.

    En el nmero 52 se presenta una interesante relacin entre la industria automotriz y el medio ambiente22. En primer lugar:

    el proceso productivo de la IA requiere de elevadas

    cantidades de energa; los procesos que presentan dichos

    requerimientos fueron transferidos a otros puntos locali-

    zados lejos de la matriz de la ET, a travs de una filial y/o

    subsidiaria, para efectuar en dicha regin estos procesos

    desequilibrantes. Como se seal en el primer apartado,

    21 Quiroz, Jos O, y Luis Mndez. El conflicto de la Volkswagen: crnica de una muerte inesperada en ElCotidiano, nm. 51, En, noviembre-di-ciembre, 1992, pp. 81-94.

    22 Guzmn, Jess I. Industria automotriz y medio ambiente en ElCotidiano, nm. 52, En, enero-febrero, 1993. pp. 70-75.

  • El Cotidiano 156 93

    cuando se presenta un fenmeno de mayor apropiacin

    de energa, se provoca un proceso de desequilibrio

    energtico que perjudica a otros seres; en consecuencia,

    esta reestructuracin va en detrimento de las economas

    subindustrializadas. [por lo que ] el anunciado ahorro

    energtico derivado de la reestructuracin productiva,

    pareciera ser que slo funcion en los pases altamente

    desarrollados y en prejuicio de los no desarrollados.

    En segundo lugar, la vida moderna ha hecho a las perso-nas altamente dependientes del uso del automvil (lo que se agrava donde el transporte pblico es ineficiente), por lo que en las grandes ciudades circulan una gran cantidad de automviles que consumen cantidades importantes de combustibles, lo que genera una fuerte contaminacin at-mosfrica por dixido de carbono y ozono. Estos aspectos sitan a la industria automotriz como una de las ms nocivas para el medio ambiente.

    Otro artculo muy interesante hace referencia a la for-ma de funcionamiento de una planta de la empresa volvo que opera en la ciudad de Uddevalla, Suecia23. En ella se ha implantado una nueva forma de produccin denominada produccin reflexiva, en el cual equipos de cuatro tra-bajadores son capaces de armar un vehculo, cumpliendo con tiempos y calidad competitivos con cualquier otra planta; cada trabajador, que es altamente calificado, debe realizar una gran cantidad de operaciones, por lo que sus ciclos de trabajo son ms largos, pero tienen el atractivo de que los obreros deben tomar importantes decisiones respecto al ritmo de trabajo y el orden en que realizan las operaciones.

    Esta forma de produccin es el resultado de la escasez de mano de obra en Suecia. Dado que el ofrecimiento de salarios altos no es suficiente para retener a un trabajador, las empresas deben ofrecer un trabajo que sea estimulante, orientado a la solucin de problemas, que incluya toma de decisiones y adems sea ergonmico (las formas de ensamble de la planta se han modificado para hacer ms cmodo el trabajo). La conjuncin de estos elementos busca hacer que el trabajador encuentre satisfaccin en lo que hace. As, las caractersticas ms destacadas de esta fbrica son la calidad, la flexibilidad y la implicacin personal del trabajador.

    Otro de los anlisis realizados corresponde a la relacin entre el cambio estructural de esta industria y la salud de sus trabajadores24. Se plantea que la flexibilizacin de los procesos de trabajo realizados en la industria ha tenido impacto en la salud de los trabajadores, dado que los pade-cimientos derivados del creciente estrs estn aumentando. Adems, la automatizacin ha provocado la disminucin de los accidentes de trabajo, pero a partir del anlisis de los das de incapacidad que provocan y de los casos de discapacidad permanente, puede afirmarse que los accidentes son ms graves. En el caso de la industria de autopartes, donde la automatizacin es menor, se ha observado estabilidad en el nmero de accidentes.

    Otro tema abordado es el de las estrategias corpo-rativas25, que analiza los nuevos patrones de localizacin industrial y la formacin de diversos tipos de agrupaciones productivas, la que son resultado de las estrategias de las empresas y que buscan las ventajas de este tipo de asociaciones. No obstante, el hecho de que proyectos de este tipo se concreten, depende de que los gobiernos (fe-derales o locales) logren cumplir su papel de facilitadores, elevando el desarrollo de las ventajas competitivas y de los proveedores.

    A partir del ao 2000, se encuentran varios artculos que hacen nfasis en la evolucin de las caractersticas tcnico-productivas de la industria automotriz, en los que se revisa la evolucin del sector automotriz a partir de los datos contenidos en los censos econmicos de varios aos. Por ejemplo, se describe cmo:

    los cambios en la organizacin productiva y en las tra-

    yectorias tecnolgicas dominantes han influido sobre el

    sector automotriz nacional; las primeras plantas que se

    establecieron en el pas bajo la lgica de la produccin en

    masa y pensadas para la satisfaccin del mercado interno,

    tenan una capacidad productiva limitada, razn por la cual

    eran pocos los modelos ofrecidos a los consumidores.

    Adems, establecan pocas relaciones de compra-venta

    con otras empresas (proveedura), lo que se expresaba

    en el bajo contenido de produccin nacional de los au-

    23 Lara, Sara, Yolanda Montiel y Luis Reygadas, Volvo en Uddevalla: trabajo eficiente y humanizado en ElCotidiano, nm. 75, En, marzo-abril, 1996, pp. 110-117

    24 Tamez, Silvia, Lilia Castillo, Nancy Molina y Claudia Bodek, La indus-tria automotriz en los ochenta: menos accidentes pero ms graves en ElCotidiano, nm. 80, En, noviembre-diciembre, 1996, pp. 76-82.

    25 Carrillo, Jorge. Polticas industriales y estrategias corporativas: el sector automotriz y electrnico en Jurez y Tijuana en ElCotidiano, nm. 86, En, noviembre-diciembre, 1997, pp. 32-41.

  • Economa nacional94

    tomviles y en el bajo impacto del desarrollo del sector

    sobre el resto de la economa.

    Conforme se fue generalizando la aplicacin de la pro-

    duccin ajustada y se fue modificando la organizacin de

    la produccin automotriz a nivel mundial, y coincidiendo

    con el aumento de la competencia a nivel internacional,

    se empezaron a gestar cambios importantes en Mxico.

    Primero, las plantas existentes empezaron a especiali-

    zarse en algunas lneas para exportacin, con lo cual se

    aprovechaban las ventajas de costos; ms adelante se

    fueron construyendo plantas ms modernas y acordes

    con las nuevas condiciones. Finalmente, la firma del tlc contribuye a la consolidacin de este proceso al hacer

    al pas atractivo para la inversin de empresas automo-

    trices nuevas.

    Como este proceso ha modificado la forma en que las

    armadoras se relacionan con las empresas productoras

    de autopartes, en este segmento tambin se han dado

    cambios importantes tanto en la localizacin geogrfica

    como en las condiciones productivas y de empleo. Desta-

    ca el hecho de que se observa una tendencia a una mayor

    tecnificacin en casi todas las actividades (aumentos en

    la intensidad de capital) y por consiguiente, en la produc-

    tividad. No obstante, las mejoras en el desempeo de la

    actividad terminal (armadoras) superan con mucho las

    que se presentan en las primeras.

    Esto dificulta la integracin que se debe dar entre la

    actividad de armado de automviles y la produccin de

    autopartes, pues estas ltimas no renen las condiciones

    de calidad y eficiencia requeridas para establecer rela-

    ciones proveedor-usuario de mayor calidad, que logren

    incidir en la competitividad del sector, y al mismo tiempo

    permitan que los efectos econmicos del crecimiento

    se difundan al resto de la economa. Prueba de ello es el

    aumento constante de las importaciones de partes au-

    tomotrices, con el efecto que esto tiene sobre la balanza

    comercial del sector.

    [] Lo que ha determinado el desarrollo del sector auto-

    motriz mexicano es la lgica y la forma de funcionamiento

    de las grandes empresas automotrices extranjeras; aun

    cuando el gobierno ha realizado acciones para dirigir los

    cambios en el sector e incentivar su desarrollo, la rees-

    tructuracin que ha experimentado obedece bsicamente

    a los intereses de las grandes empresas transnacionales.

    El resultado es que los beneficios generados por las ex-

    portaciones de vehculos automotores no han generado

    efectos encadenados a otras actividades productivas26.

    Otro ngulo dentro del anlisis son los cambios en la estructura empresarial (composicin de empresas gran-des, medianas pequeas y microempresas al interior del sector) y en el empleo en el periodo comprendido entre los aos 1993 y 2000. Se concluye que la industria auto-motriz nacional sigue la tendencia modernizadora que se registra en la misma a nivel internacional27, porque en el periodo considerado se observa una mayor contratacin de personal, aunada a una reduccin de las remuneraciones; asimismo, se observa una reduccin de tamaos de planta como alternativa para flexibilizar la produccin. Lo que sucedi es que las empresas productoras de autopartes han contratado parte del personal despedido por las en-sambladoras, pero pagndoles remuneraciones ms bajas, con menos prestaciones y contratos ms flexibles, que permiten mejorar remuneraciones a partir de resultados y de la movilidad del trabajador.

    Tambin se establece que el incremento de empresas de menor tamao se relacion con el hecho de que son stas las que abastecen el mercado de refacciones para vehculos usados, mismo que es de gran importancia por el elevado nmero de vehculos de antigedad conside-rable que circulan en el pas. Este ser un nicho con gran crecimiento en la medida que los fabricantes sean capaces de responder a los requerimientos de mantenimiento de autos cada vez ms recientes.

    La industria maquiladora de exportacin en El Cotidiano

    No se ha llegado a un consenso sobre el ao en el que aparecieron las primeras maquiladoras en Mxico, pero se puede decir que fue en la primera mitad de la dcada de los 60, como resultado de la suspensin del programa bracero, con la finalidad de emplear a los connacionales que regresaban de EEUU y mejorar las condiciones de vida los habitantes de las zonas fronterizas.

    26 Velzquez, Leticia. Principales caractersticas de la reestructuracin de la industria automotriz en ElCotidiano, nm. 128, En, mayo-junio, 2005, pp. 98-107.

    27 Taboada, Eunice, Estructura empresarial y empleo en la industria automotriz mexicana (1993-2000) en ElCotidiano, nm. 131, En, mayo-junio, 2005, pp. 98-107.

  • El Cotidiano 156 95

    A partir de 1965, Mxico observ un acelerado in-cremento de las actividades maquiladoras en la frontera norte, debido a la cercana con EEUU y a los bajos salarios, especialmente porque esta actividad requiere fuerza de trabajo poco calificada, muy estandarizada y subordinada a los ritmos de produccin capitalistas28. Adems, las ma-quiladoras encontraron apoyo en el gobierno, que brind las condiciones necesarias, jurdicas y polticas, para que los capitales internacionales se beneficiaran por los diferencia-les salariales para incrementar sus ganancias.

    Entre las modificaciones que se llevaron a cabo estuvo la de permitir la compra de inmuebles por parte de extran-jeros (cosa que hasta 1966 no se poda), y se implement un fideicomiso para la instalacin y operacin de empresas maquiladoras en las zonas fronterizas.

    Los objetivos primordiales que se perseguan al im-pulsar la industria maquiladora eran los de crear empleos, integrar la tecnologa a la industria nacional, capacitar a la mano de obra, redistribuir el ingreso, aprovechar la capa-cidad ociosa y la captacin de divisas.

    El resultado de estas acciones fue un acelerado creci-miento en las plantas instaladas:

    el nmero de plantas maquiladoras instaladas en el pas

    creci a una tasa promedio anual del 23.5%, y el nmero

    total de trabajadores absorbidos por ellas entre 1969

    y el primer semestre de 1985, registr una tasa media

    anual de crecimiento del 17.5%. [] En 1965 existan 12

    plantas instaladas en operacin que ocupaban a 3 000

    trabajadores; diez aos despus, en 1975, su nmero lleg

    a 457 plantas con 67,214 trabajadores empleados, y para

    el primer semestre de 1985 existan 740 que utilizaban

    a 206,333 trabajadores29.

    En la grfica se muestra la evolucin de las plantas instaladas posterior a 1990, la que hasta 2001 mantuvo la tendencia de crecimiento acelerado de un nmero de plan-tas maquiladoras, no slo en la zona de la frontera norte, si no a lo largo de la Repblica Mexicana. Despus no slo se detuvo el ritmo de crecimiento, sino que se present una desinstalacin de plantas maquiladoras, hasta llegar a tan

    28 Caldern Villareal, C. Industria Maquiladora, un modelo para des-armar en ElCotidiano, nm. 9, uam-a, enero-febrero, 1986.

    29 Ibid.

    Grfica 3Nmero de plantas maquiladoras establecidas en

    Mxico (1990-2006)

    Fuente: Banco de Informacin Econmica del Instituto Nacional de Esta-dstica, Geografa e Informtica, .

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    En cuanto a empleo la evolucin fue similar. En tan slo 5 aos se duplic la ocupacin en las actividades ligadas a la industria maquiladora (de 1985 a 1990) y en el 2000 el nmero de obreros empleados en las maquiladoras lleg a su mximo nivel (1,347,803 tr