sebald, w. g. - sobre la historia natural de la destruccion [17764] (r1.0)

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    Durante la Segunda Guerra Mundial, 131 ciudades y pueblos alemanes fueron tomadoscomo objetivo de las bombas de los Aliados, buen nmero de ellos resultaron arrasadoscasi por completo. Murieron seiscientos mil civiles alemanes una cifra !ue duplica elnmero de las bajas de guerra sufridas por los americanos. Siete millones y medio de

    alemanes !uedaron sin "ogar. #l autor se "ace una pregunta $por !u% este tema ocupa tanescaso espacio en la memoria cultural de Alemania& ' para responderla e(amina viejas ypiadosas interpretaciones y las sustituye por inc)modas, pero necesarias, verdades.

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    *. G. Sebald

    Sobre la historia natural de la destruccin

    e+ub r1.

    Mangeloso -./.10

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    2tulo originalLuftkrieg und Literatur

    *. G. Sebald, 1/4

    raducci)n Miguel S5en6

    7eto!ue de cubierta Mangeloso

    #ditor digital Mangeloso

    e+ub base r1.1

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    Advertencia preliminar

    8as conferencias de 9uric" contenidas en el presente volumen no aparecen e(actamentede la misma forma en !ue fueron pronunciadas a finales de oto:o de 1;. 8a primera de

    ellas se bas) en la descripci)n "ec"a por acido en mayo de 100, en una aldea de los Alpes de Allg?u, soy unode los !ue casi no se vieron afectados por la cat5strofe !ue se produjo entonces en el7eic" alem5n. #l !ue esa cat5strofe, sin embargo, dej) rastros en mi memoria es lo !ueintent% mostrar mediante pasajes bastante largos tomados de mis propios trabajosliterarios, cosa !ue en 9uric" se justificaba, por!ue all2, en realidad, "ubiera debidotratarse de conferencias literarias. #n la versi)n !ue a!u2 se presenta, evidentemente, lasautocitas e(tensas "ubieran sido inadecuadas. +or ello s)lo "e tomado algo de la primeraconferencia para una nota final en la !ue, por lo dem5s, se trata de las reaccionesprovocadas por las conferencias de 9uric" y de las cartas !ue me llegaron posteriormente.Gran parte de ellas tienen un car5cter un tanto estrafalario. Sin embargo, precisamentepor las deficiencias e in"ibiciones de los distintos escritos y cartas !ue me llegaron acasa, se pod2a ver !ue la sensaci)n de millones de personas de "aber recibido una"umillaci)n nacional sin paralelo en los ltimos a:os de la guerra nunca se "ab2ae(presado verdaderamente con palabras, y !ue los directamente afectados no la "ab2ancompartido entre s2, ni transmitido a los !ue nacieron luego. 8a !ueja formulada una yotra ve6 de !ue la gran epopeya alemana de la guerra y la posguerra "ab2a permanecidoin%dita "asta entonces ten2a algo !ue ver con el fracaso @en cierto modo totalmentecomprensible ante la fuer6a de la absoluta incertidumbre surgida de nuestras cabe6asmani5ticas del orden. A pesar de los denodados esfuer6os por la llamada superaci)n delpasado, me parece como si los alemanes fu%ramos "oy un pueblo sorprendentementeciego a la "istoria y sin tradiciones. >o conocemos el inter%s apasionado por la antiguaforma de vida y las caracter2sticas espec2ficas de nuestra civili6aci)n, como por ejemplose aprecia por todas partes en la cultura de Gran Breta:a. ', cuando volvemos la vistaatr5s, en especial a los a:os entre 13 y 1, miramos y apartamos los ojos al mismotiempo.

    +or eso, las obras de los escritores alemanes de despu%s de la guerra est5n marcadas amenudo por una conciencia a medias o e!uivocada de la necesidad de consolidar unaposici)n sumamente precaria de !uienes escrib2an en una sociedad desacreditada

    moralmente casi por completo. +ara la abrumadora mayor2a de los literatos !uepermanecieron en Alemania durante el ercer 7eic", redefinir la comprensi)n de s2mismos era una cuesti)n m5s urgente !ue describir las aut%nticas condiciones !ue losrodeaban despu%s de 10.

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    incontenible del r%gimen fascista, una postura de oposici)n b5sica y una inteligenciadespierta, por las !ue Andersc" sin duda se caracteri6aba, pod2an convertirse en intentosm5s o menos conscientes de adaptaci)n, y !ue ello pod2a "acer !ue un personaje pblicocomo Andersc" tuviera !ue "acer ajustes al presentar su vida, mediante discretasomisiones y otras enmiendas. #n esa preocupaci)n por retocar la imagen !ue se !uer2a

    transmitir se encuentra, en mi opini)n, una de las ra6ones fundamentales de laincapacidad de toda una generaci)n de escritores alemanes para describir y traer a nuestramemoria lo !ue "ab2an presenciado.

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    Guerra area y literatura

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    I

    #l truco de la eliminaci)n es el reflejo defensivo de cual!uier e(perto.

    SA>CS8A*8#M,Incgnita

    #s dif2cil "acerse "oy una idea medianamente adecuada de las dimensiones !ue alcan6)la destrucci)n de las ciudades alemanas en los ltimos a:os de la Segunda GuerraMundial, y m5s dif2cil an refle(ionar sobre los "orrores !ue acompa:aron a esadevastaci)n. #s verdad !ue de los Strategic Bombing Surveysde los Aliados, de lasencuestas de la ficina Eederal de #stad2stica y de otras fuentes oficiales se desprende!ue s)lo la 7oyal Air Eorce arroj) un mill)n de toneladas de bombas sobre el territorioenemigo, !ue de las 131 ciudades atacadas, en parte s)lo una ve6 y en parte repetidasveces, algunas !uedaron casi totalmente arrasadas, !ue unos 4. civiles fueronv2ctimas de la guerra a%rea en Alemania, !ue tres millones y medio de viviendas fuerondestruidas, !ue al terminar la guerra "ab2a siete millones y medio de personas sin "ogar,

    !ue a cada "abitante de

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    comien6o, el indiscutible "ero2smo con !ue se abordaron sin demora los trabajos dedesescombro y reorgani6aci)n. #n un folleto dedicado a la ciudad de *orms en 10Q1 se dice !ue Nel momento reclama "ombres "ec"os y derec"os, de actitud y objetivoslimpios.

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    funci)n desde sus asientos de palco en Am%rica, se abstuvieron casi por completo decomentar el proceso y el resultado de la destrucci)n, sin duda en gran parte por miedo decaer en desgracia con las autoridades de ocupaci)n si sus descripciones eran realistas. #ncontra de la suposici)n general, el d%ficit de transmisi)n de lo contempor5neo tampocofue compensado por la literatura de la posguerra, deliberadamente reconstituida desde

    10;, de la !ue "ubiera cabido esperar alguna lu6 sobre la verdadera situaci)n. Si la viejaguardia de los llamados emigrantes interiores se ocupaba sobre todo de darse una nuevaapariencia y, como se:ala #n6ensberger, evocaba la "erencia "umanista occidental con

    abstracciones interminablemente prolijas,;H

    la generaci)n m5s joven de los escritores!ue acababan de regresar estaba tan concentrada en el relato de sus propias vivenciasb%licas, !ue siempre derivaba "acia lo sensiblero y lacrim)geno, y parec2a no tener ojospara los "orrores, por todas partes visibles, de la guerra. Cncluso la muy nombradaliteratura de las ruinas, !ue se "ab2a fijado program5ticamente un sentido insobornable dela realidad y, segn confesi)n de =einric" BPll, se ocupaba principalmente Nde lo !ueF

    encontramos al volver a casaO,/H

    resulta ser, bien mirada, un instrumento ya afinado con

    la amnesia individual y colectiva, probablemente influido por una autocensurapreconsciente, para ocultar un mundo del !ue era imposible "acerse ya una idea. A causade un acuerdo t5cito, igualmente v5lido para todos, no "ab2a !ue describir el verdaderoestado de ruina material y moral en !ue se encontraba el pa2s entero. 8os aspectos m5ssombr2os del acto final de una destrucci)n, vividos por la inmensa mayor2a de lapoblaci)n alemana, siguieron siendo un secreto familiar vergon6oso, protegido por unaespecie de tab, !ue !ui65 no se pod2a confesar ni a uno mismo. De todas las obrasliterarias surgidas a finales de los cuarenta, la novela de =einric" BPllEl ngel

    callaba[!

    es en realidad la nica !ue da una idea apro(imada de la profundidad delespanto !ue amena6aba apoderarse entonces de todo el !ue verdaderamente mirase lasruinas !ue lo rodeaban. Al leerla resulta evidente enseguida !ue precisamente ese relato,

    impregnado al parecer de una irremediable melancol2a, era demasiado para los lectores dela %poca, como pensaba la editorial y sin duda tambi%n el propio BPll, y por ello no sepublic) "asta 1-, casi cincuenta a:os m5s tarde. De "ec"o el cap2tulo diecisiete, !uedescribe la agon2a de la se:ora Gompert6, es de un agnosticismo tan radical !ue incluso"oy resulta dif2cil de olvidar. 8a sangre oscura, de grumos pegajosos, !ue en esas p5ginasbrota a raudales y entre espasmos de la boca de la moribunda, se e(pande por su pec"o,ti:e las s5banas y cae al suelo, formando un c"arco !ue se e(tiende r5pidamente, esasangre como tinta y, como el propio BPll subraya, muy negra, es el s2mbolo de la acediacordiscontra la voluntad de sobrevivir, la depresi)n l2vida, imposible ya de eliminar, en!ue "ubieran tenido !ue caer los alemanes ante semejante final. Aparte de =einric" BPll,pocos autores, entre ellos =ermann JasacT, =ans #ric" >ossacT, Arno Sc"midt y +eter

    de Mendelsso"n, se "an atrevido a romper el tab impuesto a la destrucci)n e(terna einterna, y en su mayor2a desde luego, como se demostrar5 an, de una forma m5s biendiscutible. ' aun!ue en a:os posteriores los "istoriadores de la guerra y la patriacomen6aron a documentar la ca2da de las ciudades alemanas, ello no alter) el "ec"o de!ue las im5genes de ese terrible cap2tulo de nuestra "istoria nunca traspasaran realmenteel umbral de la conciencia nacional. +or lo general aparecidas en lugares m5s o menosapartados Upor ejemplo,"euersturm ber #amburg@ormenta de fuego sobre=amburgo se public) en 1;/ en la Motorbuc" erlag de StuttgartU, esas

    http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt7http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt7http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt8http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt8http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt9http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt9http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt7http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt8http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt9
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    compilaciones, a menudo curiosamente poco afectadas por el tema de su investigaci)n,sirvieron ante todo para sanear o apartar un conocimiento inconmensurable para la ra6)nnormal y no para intentar comprender mejor la asombrosa capacidad de autoanestesia deuna comunidad !ue, aparentemente, "ab2a salido sin da:os ps2!uicos dignos de menci)nde a!uella guerra ani!uiladora. 8a casi total falta de profundos trastornos en la vida

    interior de la naci)n alemana denota !ue la nueva sociedad alemana federal "a traspasadola responsabilidad de las e(periencias vividas en la %poca de su pre"istoria a unmecanismo de funcionamiento perfecto !ue le permite, aun reconociendo de "ec"o supropio surgimiento de una degradaci)n absoluta, prescindir tambi%n por completo de lavida emocional, si es !ue no a:adir un m%rito a la "oja de servicios de !uien "a logradosoportarlo todo sin ningn indicio de debilidad interior. #n6ensberger se:ala al respecto!ue no es posible comprender Nla misteriosa energ2a de los alemanesF si no secomprende !ue "an "ec"o de sus defectos virtud. 8a inconsciencia UescribeU fue la

    condici)n de su %(itoO.1H

    #ntre los re!uisitos del milagro econ)mico alem5n no s)lofiguran las enormes inversiones del +lan Mars"all, el comien6o de la Guerra Er2a y eldesguace de instalaciones industriales anticuadas, reali6ado con brutal eficiencia por las

    escuadrillas de bombarderos, tambi%n formaron parte de %l la indiscutida %tica del trabajoaprendida en la sociedad totalitaria, la capacidad de improvisaci)n log2stica de unaeconom2a acosada por todas partes, la e(periencia en la movili6aci)n de la llamada manode obra e(tranjera y la p%rdida, en definitiva s)lo lamentada por unos pocos, de la pesadacarga "ist)rica !ue, entre 10- y 10, fue pasto de las llamas junto con los secularesedificios de viviendas y comerciales de >uremberg y ossacT sobre la destrucci)n de =amburgo, vieran los gigantescos incendios, apesar de toda su c)lera impotentemente obstinada contra tan evidente locura, como uncastigo merecido o incluso como un acto de revanc"a de una instancia m5s alta con la !ueno "ab2a discusi)n posible. +rescindiendo de los comunicados de la prensa

    http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt10http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt10
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    nacionalsocialista y de la emisora del 7eic", en los !ue se "ablaba siempre al mismotenor de s5dicos ata!ues terroristas y b5rbaros g5ngsters a%reos, al parecer muy rarasveces formul) alguien una !ueja por la larga campa:a de destrucci)n llevada a cabo porlos Aliados. 8os alemanes, como se "a informado repetidas veces, asistieron con mudafascinaci)n a la cat5strofe !ue se desarrollaba. N>o era ya el momento Uescribi)

    >ossacTU de se:alar diferencias tan insignificantes como las e(istentes entre amigo yenemigoO.

    11H#n contraposici)n a la reacci)n en su mayor parte pasiva de los alemanes

    al arrasamiento de sus ciudades, !ue sent2an como un desastre inevitable, en GranBreta:a el programa de destrucciones dio motivo desde el principio a durosenfrentamientos. >o s)lo 8ord Salisbury y George Bell, obispo de

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    !ue permitieron considerar la fabricaci)n de una bomba at)mica como posibilidad real.>o es de e(tra:ar !ue, con ese trasfondo de ideas !ue rayaban en lo improbable, laestrategia muc"o m5s f5cil de comprender del area bombing, !ue a pesar de su escasaprecisi)n permit2a tra6ar un frente en cierto modo m)vil por todo el territorio enemigo,fuera sancionada por la decisi)n gubernamental de febrero de 10- Nto destroy t$e

    morale of t$e enemy civilian population and* in particular* of t$e industrial &orkersO.10H#sa directri6 no surgi), como se afirma una y otra ve6, del deseo de acabar r5pidamentela guerra mediante la utili6aci)n masiva de bombarderosI en resumidas cuentas, era m5sbien la nica posibilidad de intervenir en la guerra. 8a cr2tica !ue se "i6o luego@considerando tambi%n las v2ctimas propias de ese programa de destrucci)n impulsadosin piedad se orient) principalmente a !ue se "ubiera mantenido cuando se pod2anreali6ar ya ata!ues muc"o m5s precisos y selectivos, por ejemplo contra f5bricas derodamientos de bolas, instalaciones de petr)leo y carburantes, nudos de comunicaciones

    y arterias principales, con lo !ue, como se:al) Albert Speer en sus memorias,1H

    muypronto se "ubiera podido parali6ar todo el sistema de producci)n. #n la cr2tica de la

    ofensiva de bombardeo se se:ala tambi%n !ue, ya en la primavera de 100 y a pesar delos ata!ues incesantes, se perfilaba !ue la moral de la poblaci)n alemana estabaaparentemente intacta, la producci)n de la industria s)lo "ab2a sido afectada en el mejorde los casos marginalmente, y el fin de la guerra no se "ab2a acercado un solo d2a. +ara el"ec"o de !ue, no obstante, no se modificaran los objetivos estrat%gicos de la ofensiva ylos tripulantes de los bombarderos, !ue a menudo acababan de salir del colegio, siguierane(puestos a una ruleta !ue costaba la vida a sesenta de cada cien, "ab2a en mi opini)nra6ones !ue recibieron escasa atenci)n al escribir la "istoria oficial. +or un lado, unaempresa de las dimensiones materiales y organi6ativas de la ofensiva de bombardeo, !ue,segn estimaciones de A. L. +. aylor, devoraba una tercera parte de la producci)n b%lica

    brit5nica,14H

    ten2a su propia din5mica "asta tal e(tremo !ue !uedaban casi e(cluidas las

    rectificaciones de rumbo y restricciones a corto pla6o, especialmente en unos momentosen !ue esa empresa, despu%s de tres a:os de e(pansi)n de las instalaciones de fabricaci)ny de base, "ab2a alcan6ado su punto m5s alto de desarrollo, es decir, su m5(ima capacidadde destrucci)n. Kn sano instinto econ)mico se opon2a a dejar sencillamente inutili6ado elmaterial ya producido, los aparatos y su valiosa carga, en los campos de aviaci)n de laCnglaterra oriental. Eue probablemente decisivo adem5s para la continuaci)n de laofensiva el valor propagand2stico, claramente indispensable para apoyar la moralbrit5nica, de las noticias !ue aparec2an diariamente en los peri)dicos ingleses sobre lalabor de destrucci)n, en unos momentos en !ue, por lo dem5s, no "ab2a contacto algunocon el enemigo en el continente europeo. Sin duda por esas ra6ones no se plante) laposibilidad de destituir a Sir Art"ur =arris @commander in c$ief of Bomber +ommand,

    !ue sigui) aplicando ine(orablemente su estrategia cuando el fracaso era ya claro.Algunos comentaristas opinan tambi%n Nt$at ,Bomber- #arris $ad managed to secure a

    peculiar $old over t$e ot$er&ise domineering* intrusive +$urc$illO,1;H

    por!ue, a pesarde !ue el primer ministro e(pres) en diversas ocasiones ciertos escrpulos por los"orribles bombardeos de ciudades abiertas, se tran!uili6aba Ual parecer por influencia de=arris, !ue rec"a6aba cual!uier argumento adversoU pensando !ue s)lo se estabaproduciendo, como %l dec2a, una justicia po%tica m5s alta y Nt$at t$ose &$o $ave loosed

    http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt14http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt14http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt15http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt16http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt17http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt14http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt15http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt16http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt17
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    t$ese $orrors upon mankind &ill no& in t$eir $omes and persons fiel t$e s$attering

    strokes of .ust retributionO.1/H

    7ealmente es muc"o lo !ue abona la tesis de !ue con=arris lleg) a la cspide del Bomber orte, con la blanca espuma de la costa debajo. N(o&* rig$tbefore usUcomenta aug"an "omas con un tr%molo apreciableU lies darkness and

    0ermany.O-1H

    Durante el relato del vuelo, naturalmente muy abreviado, "asta divisar lasprimeras bater2as de luces de la l2nea de Jamm"uber, se presenta a la tripulaci)n aloyente Scottie, el mec5nico, !ue antes de la guerra era operador de cine en GlasgoISparTy, el bombarderoI

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    of fiercer lig$t* glo&ing red and green and blue* and over t$at pool myriads of fiares

    $anging in t$e sky4 T$at%s t$e city itself56 It%s going to be 7uite soundlessUcontinaaug"an "omasU t$e roar of our aircraft is dro&ning everyt$ing else4 3e are runningstraig$t into t$e most gigantic display of soundless fire&orks in t$e &orld* and $ere &e

    go to drop our bombs on BerlinO.-0H

    Sin embargo, despu%s de ese pre5mbulo no ocurre

    realmente nada. odo va demasiado deprisa. #l aparato sale ya de la 6ona del objetivo.

    8a tensi)n de la tripulaci)n se resuelve en una sbita locuacidad N(ot too muc$natteringO, recuerda el comandante. NBy 0od* t$at looks like a bloody good s$o&O, diceuno an. NBest I%ve ever seenO, dice otro. ' luego, al cabo de cierto tiempo, un tercero,con vo6 un poco m5s baja, casi con una especie de respeto NLook at t$at fire5 8$

    boyWO-H

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    compensaci)n de forma arbitraria. 8os escapados de la cat5strofe eran testigos pocofiables, afectados por una especie de ceguera. #n el te(to de Ale(ander Jluge, no escrito"asta 1;, acerca de N#l raid a%reo sobre =alberstadt del / de abril de 10O, donde alfinal plantea la cuesti)n de los efectos del llamado moral bombing, se cita a un psic)logomilitar estadounidense !ue, bas5ndose en conversaciones mantenidas despu%s de la

    guerra en =alberstadt con supervivientes, ten2a la impresi)n de !ue Nla poblaci)n, a pesarde su innato gusto por narrar, "ab2a perdido la capacidad ps2!uica de recordar,

    precisamente dentro de los confines de las superficies destruidas de la ciudadO.31H

    Aun!ue en el caso de esa suposici)n atribuida a una persona supuestamente real se tratarade uno de los famosos artificios pseudodocumentales de Jluge, es sin duda e(acta en lo!ue se refiere al s2ndrome as2 identificado, por!ue los relatos !ue ac"aca a los !ueescaparon con nada m5s !ue la vida son en toda regla discontinuos, y tienen una calidadtan err5tica !ue resulta incompatible con una instancia narrativa normal, de forma !uesuscitan con facilidad la sospec"a de ser invenciones sensacionalistas. #sa falta deveracidad de los relatos de testigos oculares se debe tambi%n a los giros estereotipados!ue con frecuencia utili6an. 8a verdad de la destrucci)n total, incomprensible en su

    contingencia e(trema, palidece tras e(presiones apropiadas como Npasto del fuegoO,Nnoc"e fat2dicaO, Nenvuelto en llamasO, Ninfierno desencadenadoO, Ninmensaconflagraci)nO, Nespantoso destino de las ciudades alemanasO y otras parecidas. Sufunci)n es ocultar y neutrali6ar vivencias !ue e(ceden la capacidad de comprensi)n. 8afrase "ec"a Na!uel d2a espantoso en !ue nuestra "ermosa ciudad fue arrasadaO, !ue elinvestigador de cat5strofes estadounidense de Jluge encontr) en EranTfurt y en ERrt" y

    en *uppertal y *Rr6burg, y tambi%n en =alberstadt,3-H

    no es en realidad m5s !ue ungesto para rec"a6ar el recuerdo. =asta la anotaci)n de ictor Jlemperer en su diariosobre la ca2da de Dresde se mantiene dentro de los l2mites tra6ados por las convenciones

    verbales.33H

    Despu%s de lo !ue "oy sabemos sobre el "undimiento de esa ciudad, nos

    parece incre2ble !ue alguien !ue, bajo una lluvia de c"ispas, estuviera en la BrR"lterrassecontemplando el panorama de la ciudad en llamas pudiera sobrevivir con la menteimperturbada. #l funcionamiento al parecer inc)lume del lenguaje normal en la mayor2ade los relatos de testigos oculares suscita dudas sobre la autenticidad de la e(periencia!ue guardan. 8a muerte por el fuego en pocas "oras de una ciudad entera, con susedificios y 5rboles, sus "abitantes, animales dom%sticos, utensilios y mobiliario de todaclase tuvo !ue producir for6osamente una sobrecarga y parali6aci)n de la capacidad depensar y sentir de los !ue consiguieron salvarse. +or ello, los relatos de testigos aisladostienen s)lo un valor limitado y deben completarse con lo !ue se deduce de una visi)nsin)ptica y artificial.

    #n pleno verano de 103, durante un largo periodo de calor, la 7oyal Air Eorce, apoyadapor la ctava Elota A%rea de los #stados Knidos, reali6) una serie de ata!ues a%reoscontra =amburgo. #l objetivo de esa empresa, llamada Nperation Gomorra"O, era laani!uilaci)n y reducci)n a ceni6as m5s completa posible de la ciudad. #n el raid de lanoc"e del -/ de julio, !ue comen6) a la una de la madrugada, se descargaron die6toneladas de bombas e(plosivas e incendiarias sobre la 6ona residencial densamentepoblada situada al este del #lba, !ue abarcaba los barrios de =ammerbrooT, =amm >ortey Sur, y Billerder Aussc"lag, as2 como partes de St. Georg, #ilbeT, BarmbeT y

    http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt31http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt32http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt33http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt31http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt32http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt33
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    *andsbeT. Siguiendo un m%todo ya e(perimentado, todas las ventanas y puertas!uedaron rotas y arrancadas de sus marcos mediante bombas e(plosivas de cuatro millibrasI luego, con bombas incendiarias ligeras, se prendi) fuego a los tejados, mientrasbombas incendiarias de "asta !uince Tilos penetraban "asta las plantas m5s bajas. #npocos minutos, enormes fuegos ard2an por todas partes en el 5rea del ata!ue, de unos

    veinte Til)metros cuadrados, y se unieron tan r5pidamente !ue, ya un cuarto de "oradespu%s de la ca2da de las primeras bombas, todo el espacio a%reo, "asta donde alcan6abala vista, era un solo mar de llamas. ' al cabo de otros cinco minutos, a la una y veinte, selevant) una tormenta de fuego de una intensidad como nadie "ubiera cre2do posible "astaentonces. #l fuego, !ue a"ora se al6aba dos mil metros "acia el cielo, atrajo con tantaviolencia el o(2geno !ue las corrientes de aire alcan6aron una fuer6a de "urac5n yretumbaron como poderosos )rganos en los !ue se "ubieran accionado todos los registrosa la ve6. #se fuego dur) tres "oras. #n su punto culminante, la tormenta se llev)frontones y tejados, "i6o girar vigas y vallas publicitarias por el aire, arranc) 5rboles decuajo y arrastr) a personas convertidas en antorc"as vivientes. ras las fac"adas !ue sederrumbaban, las llamas se levantaban a la altura de las casas, recorr2an las calles como

    una inundaci)n, a una velocidad de m5s de 1 Til)metros por "ora, y daban vueltascomo apisonadoras de fuego, con e(tra:os ritmos, en los lugares abiertos. #n algunoscanales el agua ard2a. #n los vagones del tranv2a se fundieron los cristales de lasventanas, y las e(istencias de a6car "irvieron en los s)tanos de las panader2as. 8os !ue"u2an de sus refugios subterr5neos se "und2an con grotescas contorsiones en el asfaltofundido, del !ue brotaban gruesas burbujas. >adie sabe realmente cu5ntos perdieron lavida a!uella noc"e ni cu5ntos se volvieron locos antes de !ue la muerte los alcan6ara.

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    #l %(odo de los supervivientes de =amburgo comen6) ya la noc"e del ata!ue. #mpe6),como escribe >ossacT, Nun despla6amiento incesante por todas las carreteras de los

    alrededoresF sin saber "acia d)ndeO.30H

    =asta los territorios m5s e(teriores del 7eic"fueron a parar los refugiados, en nmero de un mill)n y cuarto de personas.

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    ata!ue m5s eficiente, y por tanto ten2an cierto inter%s profesional en los efectos del areabombing, inspeccion) en la primera oportunidad !ue se le present) la destro6ada ciudadde

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    II

    $+or d)nde "abr2a "abido !ue comen6ar una "istoria natural de la destrucci)n& $+or unavisi)n general de los re!uisitos t%cnicos, de organi6aci)n y pol2ticos para reali6ar ata!uesa gran escala desde el aire, por una descripci)n cient2fica del fen)meno "asta entonces

    desconocido de las tormentas de fuego, por un registro patogr5fico de las formas demuerte caracter2sticas, o por estudios psicol)gicos del comportamiento sobre el instintode "uida y de retorno al "ogar& >ossacT escribe !ue no "ab2a cauces para la corriente depoblaci)n !ue, despu%s de los ata!ues a%reos sobre =amburgo, Nsilenciosa eincesantemente lo inundaba todoO, y por pe!ue:os arroyuelos llevaba el desasosiego"asta las aldeas m5s apartadas. Apenas "ab2an llegado los fugitivos a alguna parte,contina >ossacT, se pon2an otra ve6 en marc"a, segu2an su camino o trataban de volvera =amburgo, Nya fuera para salvar todav2a algo o para buscar a parientesO, ya fuera por

    los oscuros motivos !ue obligan al criminal a volver al lugar del crimen.0H

    #n cual!uiercaso, diariamente se despla6aba una inmensa cantidad de gente. BPll sospec") m5s tarde

    !ue en esas e(periencias de desarraigo colectivo tiene su origen la pasi)n de viajar de los"abitantes de la 7epblica Eederal de Alemania, ese sentimiento de no poder !uedarse ya

    en ningn sitio y tener !ue estar siempre en otra parte.01H

    8os despla6amientos de "uiday retorno al "ogar de la poblaci)n bombardeada ser2an as2, desde el punto de vistabe"aviorista, algo absolutamente parecido a ejercicios preparatorios de iniciaci)n de lasociedad m)vil !ue se constituy) en los decenios posteriores a la cat5strofe, bajo cuyopatrocinio a!uella in!uietud cr)nica se convirti) en virtud cardinal.

    +rescindiendo del comportamiento trastornado de las propias personas, el cambio m5sevidente en el orden natural de las ciudades durante las semanas !ue segu2an a un raidani!uilador era el sbito aumento e(agerado de las criaturas parasitarias !ue proliferaban

    en los cad5veres desprotegidos. 8a llamativa escase6 de observaciones y comentarios alrespecto se e(plica por la impl2cita imposici)n de un tab, tanto m5s comprensible si sepiensa !ue los alemanes, !ue se "ab2an propuesto la limpie6a e "igieni6aci)n de #uropa,ten2an !ue defenderse a"ora del miedo de ser ellos mismos, en realidad, el pueblo de lasratas. =ay un pasaje en la novela tanto tiempo in%dita de BPll en el !ue se describe a unarata de los escombros, mientras, venteando, se abre camino a tientas desde una monta:ade escombros "asta la calle, y, como es sabido, *olfgang Borc"ert escribi) una "ermosa"istoria sobre un c"ico !ue vela a su "ermano muerto, sepultado entre los escombros, yaleja su "orror a las ratas convenci%ndose de !ue duermen de noc"e. +or lo dem5s, en laliteratura de la %poca, por lo !ue s%, nicamente se encuentra sobre ese tema un pasaje de>ossacT, en el !ue se dice !ue los reclusos, con sus trajes a rayas, a los !ue se utili6aba

    para eliminar Nlos restos de los !ue fueron seres "umanosO, s)lo pod2an abrirse caminocon lan6allamas "asta los cad5veres !ue yac2an en los refugios antia%reos, tan densas eranlas nubes de moscas !ue 6umbaban a su alrededor, y !ue las escaleras y suelos de loss)tanos estaban cubiertos de gusanos resbaladi6os de un dedo de largo. N7atas y moscasdominaban la ciudad. Cnsolentes y gordas, las ratas correteaban por las calles. +erotodav2a m5s repugnantes eran las moscas. Grandes, de reflejos verdes, como no se "ab2anvisto nunca. Daban vueltas como grumos por el asfalto, se posaban en los restos de paredcopulando unas sobre otras y se calentaban, cansadas y "artas, en los cristales rotos de las

    http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt40http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt41http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt40http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt41
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    ventanas. o se sab2a d)nde se alojaba a!uellagente, aun!ue, al caer la oscuridad, las luces en las ruinas mostraban d)nde se "ab2an

    instalado.0H

    >os encontramos en la necr)polis de un pueblo e(tra:o e incomprensible,arrancado a su e(istencia e "istoria civil, devuelto a la etapa de desarrollo de losrecolectores n)madas. Cmagin%monos, pues, Nlejos, detr5s de los pe!ue:os "uertosfamiliares, al65ndose sobre el terrapl%n de las v2as de trenF las ruinas carboni6adas de la

    ciudad, una oscura silueta desgarradaOI04Hdelante, un paisaje de bajas colinas deescombros, de color cemento, polvo de ladrillo rojo y seco !ue se mueve en grandes

    nubes sobre la desierta comarca, un solo "ombre !ue "urga entre los guijarros,0;H

    laparada de un tranv2a en medio de ninguna parte, gente !ue est5 all2 y de los !ue, comoescribe BPll, no se sabe de d)nde vinieron, !ue parecen crecidos en las colinas,Ninvisibles, inaudiblesF salidos de esos niveles de la nadaF Eantasmas cuyo camino y

    meta no se pod2a saber figuras con pa!uetes y bolsas, cajas de cart)n y cajonesO.0/H

    olvamos con ellos a la ciudad en !ue viven, por calles en !ue las escombreras seamontonan "asta el primer piso de las fac"adas consumidas por el fuego. emos seres

    "umanos !ue "an "ec"o pe!ue:as "ogueras al aire libre @como si estuvieran en la selva,escribe >ossacT,

    0Hdonde "ierven su comida o su ropa. ubos de estufa !ue sobresalen

    entre las ruinas, "umo !ue se dispersa lentamente, una anciana con un pa:uelo en la

    cabe6a y una pala para carb)n en la mano.H

    M5s o menos ese aspecto deb2a de tener lapatria en 10. Stig Dagerman describe la vida de los "abitantes de los s)tanos en unaciudad de la

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    "ambre !ue reinan en las cavernas subterr5neas, los ni:os !ue tosen, a los !ue el agua !ue"ay siempre en el suelo se les mete por los agujereados 6apatos. Dagerman describe aulasde escuela en las !ue "ay pi6arras clavadas para sustituir los cristales rotos de lasventanas y tanta oscuridad !ue los ni:os no pueden leer sus libros de te(to. #n=amburgo, dice Dagerman, "abl) con un tal se:or Sc"umann, empleado de banco, !ue

    llevaba ya tres a:os viviendo bajo tierra. 8os rostros blancos de esa gente, segnDagerman, parecen e(actamente el de un pe6 cuando sube a la superficie a tomar aire.

    1H

    ictor Gollanc6, !ue en el oto:o de 104 viaj) durante mes y medio por la 6ona deocupaci)n inglesa, sobre todo =amburgo, DRsseldorf y la cuenca del 7u"r, y escribi) unaserie de reportajes para la prensa inglesa, da datos detallados sobre la deficiencia dealimentaci)n, s2ntomas de carencia, edemas causados por el "ambre, consunci)n,infecciones de la piel y r5pido aumento del nmero de tuberculosos. =abla tambi%n de laprofunda letargia y la califica de caracter2stica m5s destacada de la poblaci)n de lasgrandes ciudades. N/eople drift about &it$ suc$ lassitudeUescribeU t$at you are

    al&ays in danger of running t$em do&n &$en you $appen to be in a car.O-H

    #l m5s

    asombroso de los reportajes de Gollanc6 desde el pa2s vencido es !ui65 la breve glosadedicada a los 6apatos rotos de los alemanes NT$is :isery of BootsO, y no tanto la glosamisma como las fotograf2as !ue la acompa:aron luego en la edici)n en forma de libro delos reportajes, fotograf2as !ue el mismo Gollanc6 tom) en el oto:o de 104,evidentemente fascinado por esos objetos.

    Eotograf2as como esas en las !ue, de forma muy concreta, se "ace visible el proceso dedegradaci)n, pertenecen indudablemente a una "istoria natural de la destrucci)n como laimagin) en su momento Solly 9ucTerman. 8o mismo sucede con el pasaje de El ngelcallabaen !ue el narrador observa !ue se podr2a determinar la fec"a de la destrucci)npor la "ierba !ue cubre las monta:as de escombros. N#ra una pregunta bot5nica. A!uelmont)n de escombros, desnudo y pelado, eran piedras brutas, mamposter2a recientementerotaF ni una bri6na de "ierba crec2a all2, mientras !ue en otras partes "ab2a ya 5rboles,arbolitos encantadores en los dormitorios y la cocinaO. #n algunos puntos de aturale6a no "ab2a sido al parecer afectada por lastormentas de fuego. #fectivamente, en =amburgo, en el oto:o de 103, pocos meses

    despu%s del gran incendio, florecieron muc"os 5rboles y arbustos, especialmente casta:osy lilas.

    0H$

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    #n lugar de ello, volvi) a despertar con sorprendente rapide6 ese otro fen)meno natural,la vida social. 8a capacidad del ser "umano para olvidar lo !ue no !uiere saber, para nover lo !ue tiene delante pocas veces se "a puesto a prueba mejor !ue en Alemania ena!uella %poca. Se decide, al principio, por simple p5nico, seguir adelante como si no"ubiera pasado nada. #l reportaje de Jluge sobre la destrucci)n de =alberstadt comien6a

    con la "istoria de una empleada de un cine, la se:ora Sc"rader, !ue, despu%s de caer lasbombas, se pone inmediatamente a trabajar, con una pala del refugio antia%reo, parapoder Ndespejar los escombros Ucomo esperaU antes de la sesi)n de las dos de la

    tardeO.H

    #n el s)tano, donde encuentra varios fragmentos de cuerpos cocidos, poneorden coloc5ndolos por de pronto en la caldera del lavadero. >ossacT cuenta c)mo, alvolver a =amburgo unos d2as despu%s del ata!ue, vio a una mujer !ue en una casa, N!uese al6aba sola e intacta en medio del desierto de escombrosO, estaba limpiando lasventanas. N

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    nuevoY. Sencilla y segura se apoyaba en el clavic"%mbalo, y sus ojos muertos mirabanpor encima de las nader2as por las !ue ya entonces tembl5bamos, tal ve6 "acia donde

    est5bamos a"ora. +ero a"ora nos rodeaba s)lo un mar de piedrasO.H

    8a relaci)n,evocada a!u2 por una vivencia musical, entre lo m5s e(tremamente profano y lo sagradoes un artificio !ue demuestra siempre su eficacia. NKn paisaje de colinas de ladrillo,

    debajo los seres "umanos sepultados, encima las estrellasI lo ltimo !ue se mueve son las

    ratas. +or la noc"e,IfigeniaO, anot) Ma( Erisc" en Berl2n.4H

    Kn observador ingl%srecuerda una funci)n de )pera en la misma ciudad, inmediatamente despu%s delarmisticio. NIn t$e midst of suc$ s$ambles only t$e 0ermansUdice con cierta admiraci)nde doble filo U,could produce a magnificent full orc$estra and a cro&ded $ouse of

    music lovers.O41H

    $Zui%n podr2a privar a los oyentes, !ue por todo el pa2s escuc"abancon ojos brillantes la msica !ue volv2a a animarse, de sentirse agradecidos por susalvaci)n& ', sin embargo, cabe preguntarse tambi%n si no se les "inc"aba el pec"o de unperverso orgullo por el "ec"o de !ue nadie en la "istoria de la "umanidad "ubiera tocadoas2 ni nadie "ubiera soportado tanto como los alemanes. 8a cr)nica de todo ello apareceen la biograf2a del compositor alem5n Adrian 8everTR"n, !ue el maestro 9eitblom deEreising, inspirado por sug$ost&riterde Santa Barbara, lleva al papel cuando la ciudadde Durero y de +ircT"eimer era reducida a ceni6as y tambi%n la cercana Munic" erasometida a juicio. NMis simpati6antes lectores y amigos UescribeU, contino. SobreAlemania "a ca2do la perdici)n, en los escombros de nuestras ciudades "abitan, cebadas

    con cad5veres, las ratasFO.4-H

    #nEl doctor "austus"omas Mann escribi) una amplia cr2tica "ist)rica de un arte cadave6 m5s inclinado a la comprensi)n apocal2ptica del mundo, y a la ve6 la confesi)n de supropia implicaci)n. Del pblico para el !ue escribi) esa novela sin duda s)lo locomprendieron unos pocosI la gente estaba demasiado ocupada en celebrar actossolemnes en la lava apenas enfriada, y demasiado tambi%n en librarse de toda sospec"a.>o se dejaba arrastrar a la complicada cuesti)n de las relaciones entre %tica y est%tica !ueatormentaba a "omas Mann. ' sin embargo esa cuesti)n "ubiera sido de importanciafundamental, como sugieren las escasas trasposiciones literarias sobre la ani!uilaci)n delas ciudades alemanas.

    Aparte de =einric" BPll, de cuya melanc)lica novela sobre las ruinas El ngel callabasepriv) al pblico literario durante m5s de cuarenta a:os, =ermann JasacT, =ans #ric">ossacT y +eter de Mendelsso"n fueron los nicos !ue, al acabar la guerra, escribieronsobre el tema de la destrucci)n de las ciudades y la supervivencia en un pa2s en ruinas.8os tres autores estaban unidos entonces por ese inter%s comn. JasacT y >ossacTestuvieron regularmente en contacto desde 10-, mientras trabajaban respectivamente enLa ciudad detrs del r;o y (ekyaI a su ve6, Mendelsso"n, !ue viv2a en el e(ilio ingl%s y,cuando regres) por ve6 primera a Alemania en mayo de 10, apenas pudo comprenderel grado de destrucci)n, consider) sin duda por ello la obra de JasacT, aparecida en la

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    primavera de 10;, como un testimonio de la %poca de la m5(ima actualidad. 'a en elverano escribe una recensi)n entusiasta, busca una editorial inglesa para el libro, se ponea traducirlo inmediatamente y, como resultado de ocuparse de JasacT, comien6a en 10/a escribir la novelaossacT, entiende como un e(perimento literario en el entorno de la

    destrucci)n total. +ostergada por las muc"as tareas !ue recayeron en Mendelsso"nmientras, al servicio del gobierno militar, se ocupaba de la reconstrucci)n de la prensaalemana, el relato escrito en ingl%s !ued) en forma de fragmento y no se public) "asta1/3, en traducci)n del propio Mendelsso"n. #l te(to clave de ese grupo esindudablementeLa ciudad detrs del r;o, a la !ue entonces se dio una gran importancia y!ue se consider) durante muc"o tiempo como el ajuste de cuentas definitivo con la locuradel r%gimen nacionalsocialista. NMediante un solo libro Uescribi) >ossacTU volv2a a"aber una literatura alemana de categor2a, una literatura surgida a!u2 y crecida en

    nuestros escombrosO.43H

    tra cuesti)n es, naturalmente, en !u% sentido correspond2a laficci)n de JasacT a las condiciones alemanas de entonces y !u% ten2a !ue ver, porejemplo, con la filosof2a e(trapolada de esas condiciones. 8a imagen de la ciudad de m5s

    all5 del r2o, en la !ue Nla vida, por decirlo as2, se desarrolla subterr5neamenteO, 40Hes conclaridad, en todas sus caracter2sticas, la de una comunidad destro6ada. NDe las casas delas "ileras de calles de alrededor sobresal2an s)lo las fac"adas, de forma !ue, mirando

    oblicuamente por las desnudas filas de ventanas, se pod2a ver la superficie del cieloO.4H

    ' se puede argumentar !ue tambi%n la descripci)n de esa Nvida sin vidaO44H

    !ue lapoblaci)n llevaba en ese mundo crepuscular recib2a sus est2mulos de la situaci)necon)mica y social real en el per2odo comprendido entre 103 y 10;. #n ninguna parte"ab2a ve"2culos, y los peatones vagaban ap5ticos por las calles llenas de escombros,Ncomo si no sintieran ya lo desolador del entornoF A otros se los pod2a observar en los

    edificios de viviendas derrumbados, despojados de su finalidad, mientras buscaban restosde enseres sepultados, recog2an all2 un trocito de lata o de alambre entre los cascotes,reun2an ac5 algunas astillas en las bolsas !ue llevaban al "ombro y !ue parec2an cajas de

    "erboristaO.4;H

    #n los centros comerciales sin tec"o se ofrec2an trastos diversos enescaso surtido NA!u2 se desplegaban c"a!uetas y pantalones, cinturones de "ebillaplateada, corbatas y pa:uelos de coloresI all5 se "ab2an amontonado 6apatos y botas detoda clase, !ue normalmente se encontraban en estado francamente dudoso. #n otrospuestos colgaban de perc"as trajes arrugados de diversos tama:os, c"a!uetas regionales yjubones aldeanos pasados de modaI en medio "ab2a calcetines, medias y camisas

    remendados, sombreros y redecillas a la venta, en confuso mont)nO.4/H

    Sin embargo, las

    relaciones vitales y econ)micas disminuidas !ue en esos pasajes se concretan comofundamento emp2rico del relato no se unen en una amplia imagen del mundo de lasruinas, sino !ue son m5s bien simples elementos de atre6o de un plan superior demitificaci)n de una realidad !ue, en su forma bruta, se resiste a la descripci)n. #nconsecuencia, tambi%n las flotas de bombarderos aparecen como "ec"os transreales.N

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    asesina, con el %(ito y la contundencia del ApocalipsisO.4H

    Eiguras de m5scara verde,pertenecientes a una secta secreta, !ue desped2an un apagado olor a gas y !ui65simboli6aban a los asesinados en los campos, eran presentadas, en aleg)ricae(acerbaci)n, en disputa con los espantajos del poder !ue, "inc"ados a un tama:osuperior al natural, anunciaban un dominio blasfemo "asta !ue se derrumbaban como

    uniformes vac2os, dejando un "edor diab)lico. A esa escenificaci)n, casi digna de =ans L.Syberberg, !ue debe muc"o a los aspectos m5s e!u2vocos de la fantas2a e(presionista, seimpone en la parte final de la novela el intento de dar sentido a lo sin sentido, ocasi)n enla !ue el pensador m5s veterano del imperio de los muertos de JasacT se:ala !ue Nlostreinta y tres iniciados concentran sus fuer6as desde "ace tiempo para abrir y ampliar laregi)n muc"o tiempo protegida del 5mbito asi5tico a fin de dar paso a los reencarnados, yparecen estar aumentando sus esfuer6os para !ue esa resurrecci)n en cuerpo y almaincluya tambi%n al c2rculo de ccidente. #se intercambio, "asta a"ora s)lo reali6adopaulatina y aisladamente, entre bienes e(istenciales asi5ticos y europeos puede

    reconocerse en una serie de fen)menosO.;H

    De otras e(plicaciones del Maestro Magus,

    !ue representa en la novela de JasacT la m5s alta instancia de sabidur2a, se desprende!ue deb2an morir millones Npara dejar sitio a los reencarnados !ue surjan. Kn sinnmerode seres "umanos fueron llamados prematuramente para !ue, como semilla, con

    renacimiento ap)crifo, pudieran resucitar en un espacio vital "asta entonces cerradoO.;1H

    8a elecci)n del vocabulario y conceptos de ese pasaje, no rara en la epopeya de JasacT,muestra con alarmante claridad !ue el lenguaje secreto cultivado al parecer por la

    emigraci)n interior era en gran parte id%ntico al c)digo del mundo intelectual fascista.;-H

    +ara el lector de "oy resulta dif2cil contemplar c)mo JasacT, muy al estilo de su %poca,se sita, con filosofismos seudo"uman2sticos y orientales, y recurriendo a muc"a jergasimb)lica, por encima de la inaudita realidad de la cat5strofe colectiva, y c)mo se incluye

    %l mismo, mediante toda la estructura de su novela, en la comunidad m5s alta de losintelectuales puros, !ue en la ciudad de detr5s del r2o guardan como arc"iveros lamemoria de la "umanidad. ambi%n >ossacT cae en >eTya en la tentaci)n de "acerdesaparecer los "orrores reales de su tiempo mediante el artificio de la abstracci)n y elv%rtigo metaf2sico.(ekya, al igual !ueLa ciudad detrs del r;o, es el relato de un viaje alimperio de los muertos y, como en JasacT, tambi%n a!u2 "ay maestros, mentores, unMaestro, antepasados y antepasadas, muc"a disciplina patriarcal y muc"a oscuridadprenatal. >os encontramos, pues, en plena provincia alemana pedag)gica, !ue se e(tiendedesde la visi)n idealista de Goet"e "asta Stauffenberg y =immler, pasando por la Sterndes Bundes@#strella de las 8igas de Stefan George. Si se recurre otra ve6 a ese modelode una %lite !ue acta fuera y por encima del #stado como guardi5n de una sabidur2a

    misteriosa, a pesar de "aber !uedado por completo desacreditada en la pr5ctica social, yse "ace para arrojar lu6 sobre el sentido supuestamente metaf2sico de su e(periencia aa!uellos !ue se "an librado de la destrucci)n total con nada m5s !ue la vida, ponemos demanifiesto una infle(ibilidad ideol)gica muy por encima de la conciencia de los autoresindividuales, una infle(ibilidad !ue s)lo podr2a compensarse con una resuelta mirada a larealidad.

    http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt69http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt69http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt70http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt70http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt71http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt72http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt69http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt70http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt71http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt72
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    M%rito innegable de >ossacT es !ue, a pesar de su desafortunada tendencia a lae(ageraci)n filos)fica y la falsa trascendencia, fue el nico escritor !ue intent) escribirsobre lo !ue "ab2a visto realmente de la forma m5s sencilla posible. #s verdad !ue, en suajuste de cuentas con la ca2da de =amburgo, irrumpe a veces la ret)rica de lainevitabilidad del destino, se dice !ue el rostro del "ombre debe ser santificado por el

    tr5nsito a lo eterno,;3Hy las cosas toman finalmente un giro aleg)rico y fabulosoI peroen conjunto se trata en primer lugar de la pura facticidad, de la estaci)n del a:o y eltiempo atmosf%rico, del punto de vista del observador, del ruido triturador de laescuadrilla !ue se acerca, del resplandor rojo en el "ori6onte, del estado f2sico y mentalde los !ue "an "uido de la ciudad, de las bambalinas !uemadas, las c"imeneas !uecuriosamente siguen en pie, la ropa blanca !ue se seca en la ventana de la cocina, de unacortina desgarrada !ue se agita al viento en una terra6a vac2a, de un sof5 con funda deganc"illo y de otras cosas innumerables, perdidas para siempre, y tambi%n de losescombros bajo los !ue est5n sepultadas, de la aterradora vida nueva !ue se agita debajoy de la repentina avide6 del ser "umano por los perfumes. #l imperativo moral de !ueuno al menos tiene !ue escribir lo !ue ocurri) en a!uella noc"e de julio en =amburgo

    lleva a una amplia renuncia al artificio. De forma desapasionada se informa Nde unacontecimiento "orrible de tiempos pre"ist)ricosO.

    ;0H#n ese s)tano a prueba de bomba

    un grupo de personas ardieron por!ue las puertas se atascaron y las reservas de carb)n delos cuartos contiguos se incendiaron. As2 sucedi). Nodos "uyeron de las paredesardientes al centro del s)tano. All2 los encontraron api:ados. #staban "inc"ados por el

    calorO.;H

    #l tono con !ue se informa es el del mensajero en una tragedia cl5sica.>ossacT sabe !ue, con frecuencia, se a"orca a esos mensajeros. #n su memorando sobreel "undimiento de =amburgo incluye la par5bola de un "ombre !ue afirma tener !uecontar c)mo fue, y a !uienes sus oyentes dan muerte por!ue difunde un fr2o mortal. Deese destino infame se libran por lo general !uienes salvan de la destrucci)n un sentido

    metaf2sico. Su empresa es menos peligrosa !ue el recuerdo concreto. #n un art2culo !uededic) #lias

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    protagonista de la "istoria, sale de un s)tano sepultado, al d2a siguiente de un gran raida%reo. NSudaba, las sienes le lat2an. Dios santo, pens), esto es "orrible, ya no soy jovenI"ace die6, cinco a:os, algo as2 no me "ubiera importado lo m5s m2nimo, pero a"ora tengocuarenta y uno, estoy sano, me encuentro bien y casi inc)lume, mientras !ue todo elmundo a mi alrededor parece "aber muerto, y me tiemblan las manos y se me doblan las

    rodillas, y necesito todas mis fuer6as para salir de este mont)n de escombros.#fectivamente, todo el mundo a su alrededor parec2a estar muertoI el silencio eracompletoI grit) unas cuantas veces si "ab2a alguien all2, pero no recibi) respuesta de la

    oscuridadO.;;H

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    del gusto de "ea von =arbou. 8a coreograf2a de las masas, el desfile del ej%rcitovictorioso en la ciudad destruida, la entrada de la poblaci)n superviviente en la catedral,todo ello lleva igualmente la marca 8ang[=arbou, lo mismo !ue la reiteradacondensaci)n de la trama en un kitsc$!ue va en contra de toda decencia literaria.orstenson, !ue al principio mismo de la novela se encuentra con un muc"ac"o "u%rfano,

    tropie6a poco despu%s con una muc"ac"a de diecisiete a:os escapada de un campo decastigo. o resulta f5cil resumir todo lo !ue Mendelsso"n @"ay !uesuponer !ue con la mejor intenci)n despliega ante el lector de lascivia y kitsc$racistaarc"ialem5n. #n cual!uier caso, la incondicional ficcionali6aci)n del tema de la ciudaddestruida por Mendelsso"n es el polo opuesto de la sobriedad prosaica por la !ue>ossacT se esfuer6a en los mejores pasajes de su actantergang@8a ca2da.Mientras !ue >ossacT logra acercarse con deliberada reserva a los "orroresdesencadenados por la peration Gomorra", Mendelsso"n responde por e(ceso, a lolargo de m5s de doscientas p5ginas, con un sensacionalismo ciego.

    tra elaboraci)n literaria, de otra 2ndole pero igualmente dudosa, de la realidad de la

    destrucci)n se encuentra "acia el final de la novela corta de Arno Sc"midt, publicada en13,:omentos de la vida de un fauno. Aun!ue resulte poco delicado se:alar con eldedo los defectos de escritores !ue luego "an sido, muy merecidamente, presidentes deacademia, se teme casi m5s perjudicar la fama de un luc"ador, artista de la palabra sinconcesiones. Sin embargo, creo !ue debo poner un signo de interrogaci)n al accionismoverbal din5mico con !ue Sc"midt escenifica el espect5culo de un ata!ue a%reo. Sin duda,la intenci)n del autor es poner de algn modo de manifiesto el remolino de la destrucci)nmediante un lenguaje des!uiciadoI pero, al menos yo, cuando leo un fragmento como el!ue sigue, no veo nada de a!uello de lo !ue al parecer se trata la vida en el momento"orrible de su desintegraci)n. N>n tan7ue de alco$ol enterrado se liber debati?ndose,rod) como una l5mina de mica sobre una mano ardiente y se disolvi) en un vayarrollo@del !ue flu2an riac"uelos de fuego un polic2a desconcertado orden) al de la derec"a !uese detuviera y se evapor) en acto de servicio. Kna nubosa gorda se elev) sobre elalmac%n, "inc") el redondo vientre y eruct) en el aire una c"alavera, se ri) guturalmente@\!u% pasaW y anud) glugluteando bra6os y piernas, se volvi) esteatop2gicamente "acianosotros, soltando como ventosidades gavillas enteras de ardientes tubos de "ierro,interminablemente y muy e(perta, "asta !ue los arbustos se inclinaron y balbucearonO./0H

    >o veo nada de lo !ue se describe, sino s)lo a un autor, diligente y obstinado a la ve6en su trabajo de mar!ueter2a lingR2stica. #s caracter2stico del aficionado a las

    http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt82http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt82http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt83http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt83http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt84http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt82http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt83http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt84
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    manualidades !ue, despu%s de encontrar un procedimiento, fabri!ue una y otra ve6 lomismo, y tambi%n Sc"midt, incluso en este caso e(tremo, sigue imperturbable con sutrabajo disoluci)n caleidosc)pica de los contornos, visi)n antropom)rfica de la>aturale6a, la l5mina de mica del arc"ivo, esta o a!uella rare6a l%(ica, lo grotesco y lometaf)rico, lo "umor2stico y la onomatopeya, lo ordinario y lo selecto, violento,

    e(plosivo y ruidoso. >o creo !ue mi antipat2a por el vanguardismo e("ibicionista delan5lisis "ec"o por Sc"midt del momento de la destrucci)n proceda de una posici)nfundamentalmente conservadora en cuanto a forma y lenguaje, por!ue, en contraposici)na esos ejercicios de dedos, las notas discontinuas de L?cTi en la novela de =ubert Eic"teossacT tiene un temprano precursor, con lo !ue la literatura alemana de la posguerra seencuentra realmente a s2 misma e inicia el estudio serio de un material inconmensurablepara la est%tica tradicional.

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    contra todo. #l valor ilustrativo de esos aut%nticos "alla6gos, ante los !ue toda ficci)npalidece, determina tambi%n el trabajo ar!ueol)gico de Ale(ander Jluge en lasescombreras de nuestra e(istencia colectiva. Su te(to acerca del ata!ue a%reo sobre=alberstadt comien6a en el momento en !ue la programaci)n mantenida desde "ace a:osdel cine

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    posibilidad de desviar las ilusiones !ue se agitan en el "ombre "acia la anticipaci)n de unfuturo !ue no est% ya ocupado por el miedo resultante de la e(periencia reprimida. 8omismo se imagina la maestra de escuela primaria Gerda Baet"e !ue aparece en el te(to deJluge. #videntemente, se:ala el autor, para reali6ar una Nestrategia desde abajoO, talcomo piensa Gerda, Ndesde 11/, setenta mil maestros decididos, todos como ella, en

    cada uno de los pa2ses !ue participaron en la guerra, "ubieran tenido !ue ense:ar cadauno durante veinte a:osO.

    H8a perspectiva !ue se ofrece a!u2 para otro desarrollo

    posible de la "istoria, dadas las circunstancias, se entiende, a pesar de su coloraci)nir)nica, como un serio llamamiento a elaborar un futuro a pesar de todos los c5lculos deprobabilidad. +recisamente la detallada descripci)n !ue "ace Jluge de la organi6aci)nsocial de la desgracia, programada por los errores de la "istoria continuamentearrastrados y continuamente potenciados, contiene la conjetura de !ue una comprensi)ne(acta de las cat5strofes !ue sin cesar organi6amos es el primer re!uisito para unaorgani6aci)n social de la felicidad. +or otro lado, es dif2cil desec"ar la idea de !ue laplanificada forma de destrucci)n !ue Jluge deduce del desarrollo de las relaciones deproducci)n industrial no parece justificar ya el +rincipio de #speran6a. #l desarrollo de la

    estrategia de la guerra a%rea en su enorme complejidad, la profesionali6aci)n de lastripulaciones de los bombarderos, Nfuncionarios capacitados de la guerra a%reaO,

    1Hla

    superaci)n del problema psicol)gico de c)mo mantener despierto el inter%s de lastripulaciones por su tarea, a pesar de su car5cter abstracto, la cuesti)n de c)mo garanti6arel desarrollo ordenado de un ciclo de operaciones en el !ue Ndoscientas instalaciones

    industriales de tama:o medioO-H

    vuelan "acia una ciudad, c)mo puede lograrse !ue elefecto de las bombas se convierta en incendios de r5pida propagaci)n y tormentas defuegoI todos esos aspectos !ue Jluge considera desde el punto de vista de losorgani6adores muestran !ue "ubo !ue utili6ar tal cantidad de inteligencia, capital y fuer6ade trabajo en la planificaci)n de la destrucci)n, !ue %sta, bajo la presi)n del potencial

    acumulado, ten;a 7ueproducirse en definitiva. Kna prueba de la irreversibilidad de esaevoluci)n se encuentra en una entrevista de 1-, entre el reportero Jun6ert, de=alberstadt, y el brigadier EredericT 8. Anderson, de la ctava Elota A%rea de los#stados Knidos, !ue Jluge interpola en su te(to y en la !ue Anderson, desde el punto devista militar, se ocupa de la cuesti)n de si "aber i6ado a tiempo una bandera blanca "ec"acon seis s5banas en la torre de San Mart2n "ubiera podido evitar el bombardeo de laciudad. 8as e(plicaciones de Anderson culminan en una declaraci)n en la !ue se apreciael evidente colmo de irracionalidad de toda argumentaci)n racional. Se:ala !ue, endefinitiva, las bombas son Nmercanc2as costosasO. N>o se las puede lan6ar pr5cticamentesobre nada en las monta:as o en campo abierto, despu%s de todo el trabajo !ue "a costado

    fabricarlasO.

    3H

    8a consecuencia de la coacci)n de producci)n, m5s importante, a la !ueUincluso con la mejor voluntadU no pod2an sustraerse los individuos y los gruposresponsables es la ciudad en ruinas, tal como se e(tiende ante nosotros en una de lasfotograf2as con !ue Jluge acompa:a su te(to. 8a foto lleva debajo la siguiente cita deMar( NSe ve c)mo la "istoria de la industriay la e(istencia de la industria, !ue se "a"ec"o ob.etiva, es el libro abierto de lasfuer)as de la conciencia $umana, lapsicolog;a

    "umana e(istente en t%rminos sensorialesFO @cursivas de Jluge.0H

    http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt90http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt91http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt91http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt92http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt92http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt93http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt94http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt94http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt90http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt91http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt92http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt93http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt94
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    8a "istoria de la industria como libro abierto del pensamiento y el sentimientoF $puedela teor2a del conocimiento materialista o cual!uier otra teor2a del conocimiento

    mantenerse ante esa destrucci)n, o es m5s bien el ejemplo irrefutable del "ec"o de !ue lascat5strofes !ue en cierto modo se desarrollan en nuestras manos y luego irrumpen, alparecer sbitamente, anticipan, como una especie de e(perimento, el momento en !ue,saliendo de nuestras "istorias aut)nomas, como tanto tiempo cre2mos, volveremos a"undirnos en la "istoria de la >aturale6a& @#l sol NpesaO sobre la NciudadO, por!ueapenas "ay sombra. Sobre los terrenos sepultados por los escombros y a trav%s de lascalles cuyo tra6ado "a !uedado borrado bajo el cmulo de ruinas, se forman al cabo deunos d2as senderos trillados !ue, vagamente, guardan relaci)n con las antiguascone(iones viarias. 7esulta llamativo el silencio !ue reina sobre las ruinas. 8a falta deacontecimientos enga:a, por!ue en los s)tanos "ay todav2a incendios vivos, !ue semueven bajo tierra de una carbonera a otra. Muc"as sabandijas !ue se arrastran. Algunas

    6onas de la ciudad apestan. =ay grupos !ue buscan cad5veres. Kn olor intenso,NsilenciosoO, a !uemado yace sobre la ciudad, un olor !ue tras algunos d2as resulta

    NfamiliarO.H

    Jluge mira "acia abajo, tanto en sentido literal como metaf)rico, desde unpuesto de observaci)n superior, el campo de la destrucci)n. #l ir)nico asombro con !ueregistra los "ec"os le permite mantener la distancia indispensable para todoconocimiento. ' sin embargo tambi%n en %l, el m5s ilustrado de todos los escritores, seagita la sospec"a de !ue somos incapaces de aprender de la desgracia !ue "emoscausado, y !ue, incorregibles, seguiremos avan6ando por senderos trillados !uevagamente guardan relaci)n con las antiguas cone(iones viarias. 8a mirada de Jluge a sudestruida ciudad natal, a pesar de toda la constancia intelectual, es tambi%n la mirada"orrori6ada del 5ngel de la =istoria, del !ue *alter Benjamin "a dic"o !ue, con sus ojos

    muy abiertos, ve Nuna sola cat5strofe, !ue incesantemente acumula escombros sobreescombros y los arroja a sus pies. #l 5ngel !uisiera !uedarse, despertar a los muertos yunir lo destro6ado. +ero desde el +ara2so sopla una tormenta !ue se "a enredado en susalas con tanta fuer6a !ue el 5ngel no puede cerrarlas ya. #sa tormenta lo empujaincesantemente "acia el futuro, al !ue da la espalda, mientras el mont)n de escombros

    !ue tiene delante crece "asta el cielo. #sa tormenta es lo !ue llamamos progresoO.4H

    http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt95http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt96http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt95http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt96
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    III

    8as reacciones provocadas por las conferencias de 9uric" re!uieren un ep2logo. 8o !uedije en 9uric" s)lo "ab2a sido pensado por m2 como una colecci)n no acabada de diversasobservaciones, materiales y tesis de la !ue sospec"aba !ue re!uer2a, en muc"os aspectos,

    ser completada y corregida.

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    sentimiento de patria, !ui65 por!ue representan la realidad m5s poderosa y dominante demis primeros a:os de vida.

    =oy s% !ue entonces, cuando estaba en el balc)n de la casa de Seefeld, ec"ado en elllamado mois%s y miraba parpadeando el cielo blan!uia6ul, por toda #uropa "ab2a nubesde "umo en el aire, sobre los campos de batalla de la retaguardia en el #ste y el este,sobre las ruinas de las ciudades alemanas y sobre los campos de concentraci)n donde se!uemaba a los innumerables de Berl2n y EranTfurt, de *uppertal y iena, de *Rr6burg yJissingen, de =ilversum y 8a =aya, >aumur y "ionville, 8yon y Burdeos,

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    escuelas de %lite para dirigentes, creada inmediatamente despu%s de la toma del poder.+or lo !ue se refiere al ata!ue a%reo sobre Sont"ofen, recuerdo !ue, cuando ten2a catorceo !uince a:os, pregunt% al p5rroco !ue daba clases de religi)n en el instituto deberstdorf c)mo se pod2a conciliar con nuestras ideas sobre la divina providencia el !ue,en ese ata!ue, no fueran destruidos los cuarteles ni el castillo de =itler, sino, por decirlo

    as2 a cambio, "ubieran !uedado destruidas la iglesia parro!uial y la iglesia del "ospitalIpero no recuerdo la respuesta !ue me dio.

    S)lo es seguro !ue, a consecuencia del ata!ue a Sont"ofen, a los apro(imadamente!uinientos ca2dos en combate y desaparecidos se a:adieron unas cien v2ctimas civiles,entre ellas, segn anot% una ve6, #lisabet" 9obel, 7egina Salvermooser, orfolT. Alrededor dedie6 de ellos siguen siendo instalaciones militares. tros "an pasado a manos de clubs de

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    vuelo. 8a mayor2a, sin embargo, fueron abandonados despu%s de la guerra. Sobre laspistas "a crecido la "ierbaI las torres de control, los bnTeres y los barracones con tec"ode c"apa ondulada se al6an medio derruidos en un paisaje de aspecto fantasmal. Sesienten all2 las almas muertas de !uienes no volvieron de su misi)n o perecieron en losgigantescos incendios. #n mi vecindad inmediata est5 el campo de aviaci)n de Seet"ing.

    oy all2 a veces a pasear con mi perro y pienso c)mo ser2a cuando en 100 y 10 losaparatos despegaban con su pesada carga y volaban sobre el mar rumbo a Alemania. 'ados a:os antes de esas incursiones, en un ata!ue a >oric", un Dornier de la 8uftaffese estrell) en un campo no distante de mi casa. Kno de los cuatro miembros de latripulaci)n, !ue perdieron la vida, un tal teniente Bollert, cumpl2a a:os el mismo d2a !ueyo y "ab2a nacido el mismo a:o !ue mi padre.

    ^sos son los pocos puntos en !ue mi vida se cru6a con la "istoria de la guerra a%rea. #n s2totalmente insignificantes, no se me "an !uitado sin embargo de la cabe6a y me "aninducido a investigar al menos algo m5s la cuesti)n de por !u% los escritores alemanes no!uer2an o no pod2an describir la destrucci)n de las ciudades alemanas vivida por millonesde personas. engo plena conciencia de !ue mis desordenadas notas no "acen justicia a lacomplejidad del tema, pero creo !ue, incluso en esa forma insuficiente, permiten ciertacomprensi)n del modo en !ue la memoria individual, la colectiva y la cultural se ocupande e(periencias !ue traspasamos l2mites soportables. Me parece tambi%n, a ju6gar por lascartas !ue entretanto "e recibido, como si mis intentos de e(plicaci)n "ubieran acertadoen un punto sensible del e!uilibrio an2mico de la naci)n alemana. Cnmediatamentedespu%s de !ue los peri)dicos sui6os "ubieran informado sobre las conferencias de9uric", me llegaron muc"as solicitudes de redacciones de prensa, radio y televisi)n deAlemania. Zuer2an saber si pod2an publicar e(tractos de lo !ue "ab2a dic"o o si estar2adispuesto a e(playarme sobre la cuesti)n en entrevistas. ambi%n me escribieron personasparticulares con el ruego de poder conocer el te(to de 9uric". Algunas de esas solicitudesestaban motivadas por la necesidad de ver a los alemanes presentados por fin comov2ctimas. #n otras comunicaciones se dec2a, refiri%ndose por ejemplo al reportaje sobreDresde de #ric" J?stner de 104, a colecciones de materiales de "istoria local o ainvestigaciones acad%micas, !ue mi tesis se basaba en una informaci)n deficiente. Knacatedr5tica em%rita de Greifsald, !ue "ab2a le2do el reportaje del (eue rc$er eitung,se lamentaba de !ue Alemania, lo mismo !ue antes, siguiera dividida. Mis afirmaciones,escrib2a, eran una prueba m5s de !ue, en ccidente, no se sab2a ni se !uer2a saber nada dela otra cultura alemana. #n la e( 7DA el tema de la guerra a%rea no se "ab2a evitado, ytodos los a:os se conmemoraba el ata!ue sobre Dresde. A!uella se:ora de Greifsald no

    parec2a tener idea de la instrumentali6aci)n del "undimiento de esa ciudad por la ret)ricaoficial del #stado alem5n oriental, del cual "abla GRnter L?cTel en un art2culo aparecido

    en losiemeyer en 1-,

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    Sic$t e$emaliger :annsc$aftssoldaten@8os a:os robados. =istorias narradas y narraci)n"ist)rica en entrevistas la Segunda Guerra Mundial desde el punto de vista de losantiguos soldados, el cap2tulo s%ptimo, dedicado a la ani!uilaci)n de =amburgo, del !uese deduc2a, segn el doctor Sc"rPder, !ue la memoria colectiva de los alemanes sobre laguerra a%rea no estaba tan muerta como yo supon2a. 8ejos de m2 dudar de !ue en la mente

    de los testigos "ay muc"as cosas guardadas, !ue se pueden sacar a la lu6 en entrevistas.+or otra parte, sigue siendo sorprendente por !u% v2as estereotipadas se mueve casisiempre a!uello de lo !ue se deja constancia. Kno de los problemas centrales de losllamados Nrelatos vividosO es su insuficiencia intr2nseca, su notoria falta de fiabilidad ysu curiosa vacuidad, su tendencia a lo t)pico, a repetir siempre lo mismo. 8asinvestigaciones del doctor Sc"rPder desatienden en gran parte la psicolog2a del recuerdode vivencias traum5ticas. +or ello, puede tratar el siniestro memorando del doctorSiegfried Griff, anatomista @real de cad5veres encogidos !ue en la novela de =ubertEic"teLas imitaciones de o "e le2do esos libros, pero me resulta dif2cil imaginar !ue ung%nero escrito ad usura delp$iniencontrara la medida e(acta para describir la cat5strofealemana. #n la mayor2a de las cartas !ue recib2 se trataba de promover algn inter%sparticular. #videntemente, rara ve6 sucedi) de una forma tan franca como en el caso deun catedr5tico superior de instituto de una ciudad de la Alemania ccidental, !ue tom)como prete(to mi discurso de

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    +or lo dem5s, tambi%n encontr% en mi correo toda clase de pruebas literarias, en partemanuscritas y en parte publicadas privadamente con destino a familiares y amigos.

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    manifestaciones sin conte(to de personas !ue "ablaban continuamente de joyas !ueten2an !ue salvar, o de las jud2as blancas !ue "ab2an dejado en remojo con sal en laba:era de casaI de una mujer cuyas manos se crispaban en su rega6o sobre una Biblia, yde un anciano !ue apretaba en la mano una l5mpara de mesilla de noc"e !ue, por algnmotivo incomprensible, llevaba consigo. #se agarrarse, ese aferrarse aparece con dobles

    signos de e(clamaci)n en la carta, en algunas partes casi ilegible. ' tambi%n mi temblor,mis miedos, mi rabiaF siempre en mi cabe6a.

    De 9uric" recib2 una docena de p5ginas de =arald =ollenstein !ue, "ijo de un alem5n del7eic" y de una sui6a, pas) su infancia en =amburgo y tiene muc"as cosas !ue contar dela vida cotidiana nacionalsocialista. N#ntra a!u2 como alem5nO, dec2a en caracteresrnicos una placa de esmalte en cada tienda. Nus#eil #itlerW nos alegrar5nO, recuerda=ollenstein. =abla tambi%n de los primeros ata!ues a%reos sobre =amburgo. Al principio,escribe, no pas) muc"o. N>o en el barrio !ue nos rodeaba. S)lo una ve6 fue el puerto de=amburgo el blancoI los dep)sitos de petr)leo de all2. unca "e visto luego, tampoco en ningn pintor, unos colores tan intensos yluminosos. ' si yo "ubiera sido pintorF, "abr2a tenido !ue buscar sin duda una vidaentera esos colores purosO. Cnvoluntariamente, al leer esas l2neas surge la pregunta de por!u% nadie "a descrito las ciudades alemanas en llamas, a diferencia del gran incendio de8ondres o el incendio de Mosc. N

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    personas, entre ellas mi madre, a !ue los llevaran a un campo de acogida en +inneberg.+ara llegar a los camiones tuvieron !ue trepar por monta:as de cad5veres, en partetotalmente destro6ados, !ue yac2an en el prado, entre los restos del antiguo bnTer aprueba de bomba. Muc"os no pudieron evitar vomitar al ver a!uel espect5culo, muc"osvomitaron cuando pisotearon a los muertos, otros se derrumbaron y perdieron el

    conocimiento. Me lo cont) mi madreO.#se recuerdo !ue se remonta a medio siglo y "a sido doblemente transmitido essuficientemente "orrible y, sin embargo, s)lo un fragmento de lo !ue no sabemos.Muc"os de los !ue, despu%s de los raids sobre =amburgo, "uyeron a las partes m5sremotas del 7eic" se encontraban en un estado de demencia. #n una de las conferenciasmencionadas cit% una anotaci)n del diario de Eriedric" 7ecT, en la !ue escribe !ue, enuna estaci)n de la Alta Baviera, vio c)mo de la maleta reventada de una de esas mujereslocas de =amburgo ca2a el cad5ver de un ni:o. Aun!ue, como se dice en mi comentariom5s bien perplejo, no se puede imaginar por !u% "abr2a tenido !ue inventar 7ecT esaescena grotesca, no se sabe c)mo encajarla en un marco real, y de algn modo se duda desu autenticidad. A"ora bien, "ace unas semanas estuve en S"effield, donde visit% a unanciano !ue, por ra6)n de su origen jud2o, se vio obligado en 133 a dejar su pueblo natalde Sont"ofen en Allg?u y dirigirse a Cnglaterra. Su mujer, !ue inmediatamente despu%s dela guerra fue a Cnglaterra, se cri) en Stralsund. De profesi)n comadrona, esa se:ora,evidentemente decidida, tiene un gran sentido de la realidad y no es nada inclinada a losadornos fant5sticos. #n el verano de 103, despu%s de la tormenta de fuego de =amburgo,cuando ella ten2a diecis%is a:os, estaba en su puesto en la estaci)n de ferrocarril deStralsund como au(iliar voluntaria, cuando lleg) un tren especial de fugitivos, de los !uela mayor2a estaban todav2a fuera de s2, incapaces de dar cual!uier informaci)n, a!uejadosde mutismo o sollo6ando y gimiendo de desesperaci)n. ' varias de las mujeres !ue"ab2an venido en ese transporte de =amburgo, supe no "ace muc"o en S"effield, llevabanrealmente en su e!uipaje a sus ni:os muertos, asfi(iados por el "umo o !ue "ab2anperdido la vida de otro modo durante el ata!ue. >o sabemos !u% fue de a!uellas madres!ue "uyeron con esa carga, si volvieron a acostumbrarse, y c)mo, a una vida normal. Sinembargo, !ui65 por esos recuerdos fragmentarios pueda comprenderse !ue es imposiblesondear las profundidades de la traumati6aci)n de las almas de los !ue escaparon delepicentro de la cat5strofe. #l derec"o al silencio, !ue esas personas reivindicaron en sumayor2a, es tan inviolable como el de los supervivientes de =iros"ima, de los !ueJen6aburo %, en sus notas de 14 sobre esa ciudad, escribe !ue muc"as de ellas, veintea:os despu%s de la e(plosi)n de la bomba, no pod2an "ablar de lo !ue ocurri) ese d2a.1H

    Alguien !ue lo intent) me escribi) !ue, durante a:os, "ab2a tenido el proyecto de escribiruna novela sobre Berl2n, para enfrentarse con los recuerdos de su primera infancia. Knade esas impresiones Uprobablemente la vivencia claveU fue un bombardeo de la ciudad.N'o estaba en un cesto de la ropa, el cielo arrojaba un resplandor in!uieto en el pasilloIen ese crepsculo rojo, mi madre me acerc) su rostro espantadoI y cuando me llevaron al

    s)tano, sobre m2 se levantaron las vigas del tec"o y se balancearonO.11H

    #l autor de esasl2neas es =ans Dieter Sc"?fer, "oy profesor de german2stica en 7egensburg. Me tropec%por primera ve6 con su nombre cuando, en 1;;, public) un art2culo sobre el mito de la

    http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt100http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt101http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt100http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt101
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    "ora cero o, mejor, sobre las continuidades personales y literarias !ue fran!uearon ese

    Nnuevo comien6oO, !ue durante tanto tiempo nadie "a puesto en duda.1-H

    #se art2culo,a pesar de su formato relativamente breve, es uno de los trabajos m5s importantes de laliteratura alemana de la posguerra e, inmediatamente despu%s de publicado, "ubieradebido obligar a la literatura a revisar su posici)n con respecto a los supuestos contenidos

    de verdad, sobre todo en las obras surgidas entre 10 y 14. Sin embargo, lassugerencias de Sc"?fer apenas fueron tenidas en cuenta por la german2stica establecida,!ue ten2a suficientes cosas !ue ocultar y durante muc"o tiempo cabalg) un caballop5lido, y !uien se atreve a rascar en la imagen de un escritor acreditado tiene !ue contar"asta "oy con recibir cartas indignadas. As2 pues, Sc"?fer !uer2a e("umar los "orrores desu infancia, recorri) bibliotecas y arc"ivos, llen) muc"as carpetas de materiales, "i6o unlevantamiento topogr5fico basado en la gu2a de viajes Grieben de 133 de los lugares dela acci)n y vol) una ve6 y otra a Berl2n. N#l avi)n Uanot) en su relato sobre el fracasodel proyectoU plane) sobre la ciudad, era un atardecer de agosto, y eso "ac2a !ue elMRggelsee ardiera de color prpura, mientras el Spree yac2a ya en la oscuridadI recuerdoel 5ngel de la

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    an dos mil, encontraron la muerte. 8os ciervos y los monos "ab2an !uedado en libertad,los p5jaros "ab2an "uido volando por los tec"os de cristal rotos. N=ubo rumores de !ueleones "uidos merodeaban por las pro(imidades de la iglesia conmemorativa delemperador GuillermoI pero realmente yac2an asfi(iados y carboni6ados en sus jaulasO.1;H

    Al d2a siguiente fueron tambi%n destruidos por una mina a%rea el edificio

    ornamental de tres pisos del acuario y el pabell)n de los cocodrilos, de treinta metros delargo, con todo el paisaje de selva artificial. All2 estaban, escribe =ecT, bajo tro6os decemento, tierra, fragmentos de cristal, palmeras derribadas y troncos de 5rbol, los sauriosen el agua de un pie de profundidad o descend2an reptando por la escalera de visitantes,mientras por una puerta sacada de sus go6nes, al fondo, se ve2a el resplandor del incendiode Berl2n !ue se "und2a. 8os elefantes !ue "ab2an perecido en las ruinas de susbarracones tuvieron !ue ser despeda6ados all2 mismo en los d2as !ue siguieron, y, comocuenta =ecT, los "ombres se met2an arrastr5ndose dentro de la caja tor5cica de lospa!uidermos, "urgando entre monta:as de entra:as. #sas im5genes de "orror nos llenande especial espanto por!ue van m5s all5 de los relatos en cierta medida censurados yestereotipados del sufrimiento "umano. ' puede ser !ue el espanto !ue nos acomete al

    leerlos se deba tambi%n al recuerdo de !ue el 9oo, !ue debe su aparici)n en toda #uropaal deseo de mostrar d poder principesco o imperial, deb2a ser tambi%n algo as2 como unareproducci)n del +ara2so. =ay !ue constatar sobre todo !ue las descripciones de ladestrucci)n del 9oo de Berl2n, !ue en realidad e(igen demasiado de la sensibilidad dellector medio, probablemente no provocaron rec"a6o por!ue proced2an de la pluma deprofesionales !ue, como puede verse, ni si!uiera en la situaci)n m5s e(trema perdieron eljuicio, ni si!uiera el apetito, por!ue, como cuenta =ecT, Nlas colas de cocodrilo, cocidasen grandes recipientes, sab2an como carne grasa de polloO, y m5s tarde contina, Nlos

    jamones y las salc"ic"as de oso nos parec2an una e(!uisite6O.1/H

    8os materiales e(puestos en las digresiones !ue anteceden son un indicio de !ue nuestrotrato con la realidad de una %poca en !ue la vida de las ciudades de Alemania fue casitotalmente destruida "a sido muy desigual. Si se dejan de lado reminiscencias familiares,intentos epis)dicos de "acer literatura y lo recogido en libros de recuerdos como los de=ecT y =einrot", s)lo se puede "ablar de un continuo evitar o eludir el tema. #lcomentario de Sc"?fer a su abandonado proyecto apunta en esa direcci)n, lo mismo !uela observaci)n de *olf Biermann, mencionada por =age, de !ue podr2a escribir unanovela sobre la tormenta de fuego de =amburgo, en la !ue el reloj de su vida se parase alos seis a:os y medio. >i Sc"?fer ni Biermann, ni, "ay !ue suponer, otros cuyos relojesvitales se pararon entonces tambi%n, "an conseguido recapitular sus traum5ticase(periencias, por motivos !ue, sin duda, se deben en parte al tema y en parte a laconstituci)n psicosocial de los afectados. #n cual!uier caso, no es f5cil refutar la tesis de!ue "asta a"ora no "emos conseguido, mediante descripciones "ist)ricas o literarias,llevar a la conciencia pblica los "orrores de la guerra a%rea. 8o !ue, en relaci)n con misconferencias de 9uric", se me "a se:alado en la literatura !ue se ocupa detalladamentedel bombardeo de las ciudades alemanas pertenece significativamente a la categor2a deobras desaparecidas. 8a novela

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    y, en toda su construcci)n y ejecuci)n, !ueda por debajo del nivel al !ue deber2a tratarseel desastre !ue cay) sobre los alemanes en los ltimos a:os de la guerra. M5s dif2cil deju6gar es el caso del, como escribe =age sin m5s e(plicaci)n, injustamente olvidado Gert8edig, !ue despu%s de su novelao es f5cil decir nada sobre la calidad de esta novela. Muc"ascosas est5n escritas con asombrosa precisi)nI muc"as parecen torpes y e(ageradas. Sinembargo, sin duda no fueron en primer lugar las debilidades est%ticas las !ue "icieron !ueLa revanc$ay su autor Gert 8edig cayeran en el olvido. #l propio 8edig debi) de ser unaespecie de solitario. #n una de las pocas obras de consulta donde lo nombran, se diceN>acido en 8eip6ig en un ambiente "umilde, despu%s del suicidio de su madre fue criadopor parientes, asisti) a las clases e(perimentales de un instituto pedag)gico y luego a unaescuela especial de t%cnica electr)nica. A los diecioc"o a:os se present) voluntario en elservicio militar fue aspirante a oficial pero durante la campa:a de 7usia fue a parar a unaunidad de castigo por sus Xdiscursos subversivosY. Despu%s de "aber sido "erido porsegunda ve6, se le concedi) un permiso de estudios, se "i6o ingeniero naval y, desde100, fue e(perto industrial en la Armada. Despu%s de la guerra, yendo "acia 8eip6ig, fuedetenido por los rusosF como sospec"oso de espionaje. Sin embargo, se escap) del tren!ue lo deportaba. Al principio sin recursos en Munic", fue trabajador en el andamio,vendedor y artesano, y desde 1, durante tres a:os, int%rprete en el cuartel generalnorteamericano en Austria, y luego ingeniero en una empresa de Sal6burgo. Desde 1;

    vivi) como escritor independiente en Munic"O.1H

    'a por esos escasos datos puede

    verse !ue 8edig, por sus or2genes y su evoluci)n, no pod2a corresponder al modelo decomportamiento formado para escritores despu%s de la guerra. #s dif2cil imagin5rselo enel Grupo 0;. Su falta de compromiso, conscientemente impuesta y dirigida a producirasco y repugnancia, invocaba de nuevo, en una %poca en !ue se iniciaba ya el milagroecon)mico, el fantasma de la anar!u2a, el miedo a una disoluci)n general !ue amena6aracon el colapso de todo orden, del salvajismo y animali6aci)n del ser "umano, de la ruinasin ley e irreversible. 8as novelas de 8edig, !ue no son inferiores a las obras de otrosautores de los a:os cincuenta !ue todav2a "oy se nombran y se estudian, fueron e(cluidas

    http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt109http://var/www/apps/conversion/tmp/scratch_5/..%2FText%2Fnotas.xhtml%23nt109
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    de la memoria cultural por!ue amena6aban atravesar el cordon sanitairecon !ue lasociedad "ab2a rodeado las 6onas de muerte de las incursiones dist)picas realmenteocurridas. #sas incursiones, por cierto, no eran s)lo el producto, en el sentido deAle(ander Jluge, de una ma!uinaria de destrucci)n de dimensiones industriales, sinotambi%n el resultado de la propagaci)n cada ve6 m5s incondicional desde la ascensi)n del

    e(presionismo de un mito del "undimiento y la destrucci)n. 8a pel2cula de Erit6 8angLavengan)a de +rimilda, de 1-0, en la !ue todo el poder armado de un pueblo, casideliberadamente, se dirige a las fauces de la perdici)n, para, finalmente, ser pasto de lasllamas en un estupendo espect5culo pir)mano, es el paradigma m5s e(acto, en claraanticipaci)n de la ret)rica fascista de la luc"a final. ' mientras 8ang, en Babelsberg,convert2a las visiones de "ea von =arbou en im5genes !ue pod2an reproducirse para elpblico de cine alem5n, trabajaban tambi%n ya los log2sticos de la *e"rmac"t, un decenio

    antes de la toma del poder por =itler, en su propia fantas2a c"erusca,11H

    un gui)nverdaderamente aterrador, !ue preve2a la ani!uilaci)n del ej%rcito franc%s en sueloalem5n, la devastaci)n de 6onas enteras del pa2s y grandes p%rdidas entre la poblaci)n

    civil.

    111H

    #l verdadero desenlace de esa nueva Batalla de =ermann, con los campos deruinas alemanas al final, no "ubiera podido imagin5rselo sin duda el coronel onStRlpnagel, autor y principal defensor del e(tremismo estrat%gico, y nadie, tampoco losescritores a !uienes se "ab2a confiado guardar la memoria colectiva de la naci)n, pudoevocar luego para nosotros, precisamente por!ue adivin5bamos !ue compart2amos laculpa, im5genes tan vergon6osas como la del AltmarTt de Dresde, por ejemplo, donde, enfebrero de 10, un comando de las SS, !ue "ab2a ad!uirido su e(periencia en reblinTa,

    !uem) 4./4 cad5veres en piras.11-H

    oda dedicaci)n a las verdaderas escenas de "orrordel "undimiento tienen todav2a algo de ileg2timo, casi voyeurista, a lo !ue tampoco estasnotas pudieron escapar por completo. +or eso tampoco me e(tra:a !ue un maestro deDetmold me contara "ace poco !ue, de joven, en los a:os inmediatos a la guerra, "ab2a

    visto con frecuencia, en una librer2a de =amburgo, c)mo se manoseaban a escondidasfotograf2as de los cad5veres !ue yac2an en las calles d