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26ANÁLISIS INterNAcIoNALNydia Egremynydiaep@hotmail.com

Una vez más la ingober-nabilidad en Guatemala cobra relieve mundial. Hoy el expresidente Otto Molina Pérez espera jui-cio por corrupción en la

prisión militar de Matamoros y el come-diante Jimmy Morales –paradigma de la antipolítica– sería el presidente del país si gana la segunda ronda electoral en octubre. Estado de mafias para algunos, Guatemala es un país inestable, deficita-rio en su agenda social y cada vez más polarizado en lo político, cuyo futuro deciden los poderes fácticos y Estados Unidos que retorna a la región como he-gemón indiscutible.

Nuestro vecino del sur, con Honduras y El Salvador, es uno de los tres países más pobres de Centroamérica, donde las élites locales y la superpotencia mundial han aplicado la fórmula para eternizar

su dominio: desigual distribución de la riqueza, racismo y exclusión. Tras los Acuerdos de Esquipulas (1987) nunca hubo esfuerzos serios para crear una base económico-social que revirtiera la desigualdad y la impunidad que hoy lle-van a miles de indígenas a emigrar a los suburbios urbanos y servir como caldo de cultivo para pandillas, maras y delin-cuencia organizada.

A la endémica conflictividad socio-política de Guatemala se suma el efec-to de los peores pecados económicos: inflación, carestía, recesión, desempleo, concentración de la riqueza y elevada deuda externa. Para “aliviar” ese déficit, los sucesivos gobiernos dispensan gene-rosas concesiones a empresas foráneas y poderes fácticos que dominan las in-dustrias alimentaria, siderúrgica, petro-química, extractiva, hidroeléctrica y de telecomunicaciones, entre otras.

Por la gran capacidad de esos poderes para pervertir a las instituciones, a Gua-temala se la ha calificado de Estado Fa-llido, NarcoEstado o Estado Capturado, según el informe El imperio de la im-punidad, de la Fundación Myrna Mack. Quizás la descripción más cruda del país la hizo en 2002 Amnistía Internacional, al afirmar que es un Estado Corporativo de Mafias, construido sobre una alianza de sectores tradicionales de la oligar-quía, con nuevos empresarios, altos mi-litares y delincuentes comunes.

Poder y poderes fácticosAmbas caracterizaciones aluden a la desigualdad, exclusión social, miedo, impunidad y violencia que practican las instituciones gubernamentales y los poderes fácticos –que prosperan por su capacidad de presión y la autoridad que poseen– como admite la Procuraduría

La renuncia del exgeneral retirado Otto Pérez Molina a la Presidencia de Guatemala, su juicio y eventual prisión no garantizan el fin de la estructura delictiva político-militar avalada por Estados Unidos y las élites locales en aquel país. Centroamérica fue por décadas la trinchera política del imperialismo y hoy Guatemala es pieza importante de la Alianza de la Prosperidad del Triángulo del Norte que Washington articula en la región para expandir sus intereses. No se atisba en el futuro voluntad política para revertir el esquema de exclusión que los poderes fácticos han implantado en aquel país.

Se fortalecen loS podereS fácticoS en Guatemala

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de Derechos Humanos de Guatemala. De ahí que las disputas entre esas fuer-zas impacten en la vida política de modo que imponen dinámicas que vinculan lo lícito con lo ilícito en lo territorial y lo económico, agudizando la violencia.

La banca, la Iglesia católica, el Ejérci-to y los medios de comunicación son los tradicionales poderes fácticos del país; a ellos se suman las multinacionales, paramilitares, operadores de servicios y delincuencia organizada. Actúan como redes que colonizan todos los sectores y se transforman en relaciones de do-minación, advierte Harald Wawenecker miembro de La Otra Cooperativa.

Esos poderes compiten entre sí en zo-nas estratégicas y ricas en recursos como el Petén, Quiché y Alta Verapaz e Izabal. Los 21 mil kilómetros de la Reserva de la Biósfera Maya (RBM) en Petén alojan petróleo, agua, biodiversidad y gran po-

tencial turístico, donde busca afianzarse el sector privado para potenciar el turis-mo. Además, su gran frontera con Méxi-co atrajo el interés del narcotráfico y de los traficantes de personas.

Otro punto rojo es el norte del Qui-ché, que aloja los proyectos hidroeléctri-cos Xacbal, Palo Viejo y Xalalá –ambi-cionados por las trasnacionales energéti-cas como Enel Green Power y el Grupo Terra– y la zona protegida Cerro Visis Cabá. Ahí son usuales los despojos de tierra en la zona Ixil, escenario de ge-nocidios atribuidos, entre otros, al gru-po paramilitar Estructura 108, cercano a Pérez Molina, según un estudio del para-militarismo de Álvaro C. Corvo.

Otros actores dominantes son los in-versionistas extranjeros. Son parte de la llamada “economía gris” de origen múl-tiple: estadounidense, mexicana, fran-cesa, italiana, rusa y hondureña, entre

otras, y que recurre a sobornos y cabil-deos ante un régimen político frágil para mantener su desleal competencia.

El crimen organizado, en particular el narcotráfico, es un fenómeno estruc-tural de la realidad guatemalteca que por su eficacia y visión geopolítica hizo del país un eslabón estratégico para el acce-so a los grandes mercados de la droga de Estados Unidos. Opera con redes internacionales y es muy flexible, pues forma alianzas coyunturales con actores visibles e invisibles y se modifica rápi-damente, describen Susan P. Peacock y Adriana Beltrán en su estudio Poderes ocultos.

Este poder fáctico vive además de la corrupción estatal, el contrabando, los secuestros, el robo de autos, el lavado de dinero y de otras formas delictivas. Usan sus vínculos con actores políticos como el Ejército y la Policía para intimidar o

Álvaro ColomBenefició estructuras de corrupción con su exsecretario, su esposa y funcionarios cercanos. Se divorció de Sandra Torres para que fuera candidata presidencial.

Oscar BergerFavoreció a monopolios de azúcar, cemento y productos agrícolas. Se confrontó con EE. UU. cuando su hijo fue arrestado por conducir intoxicado.

Alfonso PortilloAcusado de malversar 15.6 mdd y por lavado de dinero. Pasó 70 meses de prisión en EE. UU. Su esposa, Evelyn Morataya aspiraba a ser candidata presidencial.

Jorge SerranoEn 1993 disolvió la Corte Suprema de Justicia y el Parlamento en el llamado “Autogolpe” o “Serranazo”.

M. Vinicio CerezoAcusado de corrupción por cobrar 1.5 millones de pesos (mdd) de “comisión” en la compra de armas y aviones.

ExPrEsidEntEs y corruPción

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eliminar a quienes obstaculizan sus ac-ciones o intentan investigarlos, advierte la Oficina de Washington para América Latina (WOLA).

El Ejército guatemalteco oscila entre lo institucional y lo marginal; la relación entre los altos mandos y la cúpula po-lítica es difusa, así como con cuerpos paramilitares. El terror, como práctica institucional, aceleró que se profesio-nalizaran sus áreas de inteligencia y sus operaciones de combate con civiles; de ahí las críticas contra sus violaciones y abusos. Aliado histórico de Estados Uni-dos en tareas de inteligencia y contrain-surgencia, hoy el Ejército es “protector” de recursos naturales e inversiones ex-tranjeras además de controlar las empre-sas privadas de seguridad.

Los medios de comunicación de Guatemala generan agenda y construyen preferencias políticas, sociales y cultu-rales. Sus propietarios gozan de favores políticos (han evitado la Ley de Acceso

a la Información y que el periodismo se profesionalice), pues su concentración ha cerrado acceso a la pluralidad y sólo dos grupos lideran la prensa escrita y el monopolio televisivo de Ángel Pérez, el cual posee cuatro de las cinco frecuen-cias, recuerda el Centro de Reportes In-formativos sobre Guatemala (Cerigua). Internet y canales por cable se abren paso con operadores foráneos.

En su informe sobre el financiamiento a partidos políticos, la Cicig afirmó que un alto porcentaje se destinó a los me-dios de comunicación, en particular al monopolio televisivo, y agregó que este poder pactó con políticos para promover sus candidaturas, según el semanario La Tribuna y el sitio web subversiones.org

El plan maestro de Estados unidosHistóricamente, Centroamérica ha sido vital en la geopolítica del poderío es-tadounidense: acceso a la Cuenca del Caribe –su frontera marítima estratégi-

ca–, rica en recursos y biodiversidad, así como mercado para su hoy debilitada economía. Por ello en 1954 auspició el derrocamiento del presidente Jacobo Árbenz Guzmán, apoyó gobiernos mi-litares y financió la guerra de baja in-tensidad, en la que lanzaron operativos de “tierra arrasada” con fósforo blanco contra pueblos indígenas.

Estados Unidos invirtió más de nueve mil millones de dólares en los conflictos armados de la región; en contraste, ape-nas aportó unos 200 millones de dólares anuales para el desarrollo y la gober-nabilidad, según la WOLA. Washing-ton retorna a esa región con su Alianza de la Prosperidad del Triángulo Norte (APTN), el nuevo plan maestro auspicia-do por las élites locales y los Estados en bancarrota.

Lanzada el 14 de noviembre de 2014 por los Chicago boys del capitalismo-corporativo, esa alianza propone a los tres países más pobres, desiguales y

caída dE un socio

25 de abril:Unas 25 mil personas protestan en la ciudad de Guatemala contra el presidente y exigen la dimisión de la vicepresidenta.

8 de mayo:La Cicig y el MP descubren otra estructura corrupta en el Seguro Social. Arrestan al director, Juan de Dios Rodríguez, exsecretario privado del presidente.

22 de mayo:Pérez Molina cesa a los Ministros del Interior, Ambiente y Energía y Minas. También releva al titular de Inteligencia del Estado y al exministro de Defensa.

2009:Se crea la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) por acuerdo entre el Gobierno de Oscar Berger y la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

16 de abril de 2015:El Poder Judicial y la Cicig arrestan a 20 sospechosos de pertenecer a La Línea, grupo de corrupción en las aduanas liderado por Juan Carlos Monzón, secretario privado de la vicepresidenta Roxana Baldeti.

Juan Carlos Monzón Juan de Dios Rodríguez Oscar Berger Foto

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conflictivos de Centroamérica, Guate-mala, Honduras y El Salvador, como socios estratégicos de Washington. Su objetivo público es que la región crezca y prospere y que sus “líderes” den a los ciudadanos “el sentido de la seguridad y de un Estado de Derecho” bajo tres ejes: seguridad, gobernabilidad y prosperidad. Su ejecutor, el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirma que no ve ra-zón para que la región no sea una gran historia de éxito “si se ejecutan todas las recomendaciones”.

Para sus críticos la APTN es la re-colonización de una región con Estados en bancarrota, donde Washington reim-plante su pax americana, abra paso a sus multinacionales y revitalice su eco-nomía. Afirman que el objetivo de esa alianza es frenar crisis migratorias como la de 2014. También cuestionan que el Gobierno del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FFMLN) en El Salvador acepte la APTN, como Hondu-

ras, uno de los países más violentos del mundo donde impera el poder político-económico de maras y cárteles del nar-cotráfico y que no logra restablecer la deteriorada autoridad del Estado.

La WOLA propone que la Alianza sea integral, que evalúe éxitos y fracasos, incluya la lucha contra la corrupción, promueva la transparencia, invierta en reformas que mejoren la vida diaria de la población, prevenga la violencia a nivel comunitario, programas de capacitación laboral y generación de empleo en zonas de riesgo para jóvenes que emigran. Su presupuesto para cinco años será de 20 mil millones de dólares. Estados Unidos aportará los primeros mil millones de dó-lares pero nadie dice de dónde procederá el resto de la inversión.

Desde México es previsible que esa alianza rediseñe el futuro económico-político de la región, de la mano con los poderes fácticos cuya influencia y capa-cidad seguirán al alza por la vulnerabi-

lidad de las instituciones guatemaltecas. Tampoco es factible una Primavera Cen-troamericana –como pregona la prensa corporativa– pues en el plan maestro de Estados Unidos los ciudadanos son su ejército de reserva; pero queda latente el ánimo que movilizó a los guatemaltecos contra un sistema “que explota, excluye y oprime” y alienta la corrupción e im-punidad, como gritaban en sus consignas hace apenas unas semanas.

13 de agosto:El pleno del Congreso vota por mantener la inmunidad del presidente.

21 de agosto:Arrestan a la exvicepresidenta y solicitan antejuicio al presidente.

23 de agosto:Pérez Molina asegura que no dimitirá.

27 de agosto:Paro nacional y protesta de 30 mil personas para exigir que dimita el presidente. Comisión del Congreso dice que hay evidencias para retirar inmunidad a Pérez Molina.

31 de agosto:El mandatario ratifica su inocencia e insiste en que no renunciará.

1º de septiembre:El Congreso retira inmunidad al presidente.

3 de septiembre:Pérez Molina dimite para “mantener la institucionalidad del Ejecutivo”.

6 de septiembre:Jimmy Morales gana la primera ronda electoral.

Jimmy MoralesGanador en la primera ronda electoral del 6 de

septiembre, perito contador, maestro en Estudios estratégicos y comediante de televisión, Jimmy

Morales es el rostro visible de la Asociación de Veteranos Militares de Guatemala a la que

pertenece su asesor, Edgar Ovalle, quien fue oficial de operaciones en la región Ixil (en los municipios

de Nebaj-Cotzal-Chajul) de 1981 a 1982, cuando ocurrieron 77 masacres, según el Centro de Medios Independientes. Ambos militan en el

Frente de Convergencia Nacional (FCN).

Pérez Molina

Paro nacional y protesta de 30

mil personas.

Foto

: REU

TERS